COMISIONADOS A MINISTRAR, PARA QUE ELLOS ESCUCHEN Por José Manuel Arroyo PROPOSITO Recalcar que nosotros los cristianos somos enviados tal como Dios envió a Jesús al mundo para ser ministros de salvación y sanación. TEXTO El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. (Lucas 4:16-19) La Biblia nos dice que Jesus fue a Nazaret, lugar donde El se había criado, y que en el día de reposo entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se levantó a leer. Le dieron el libro del profeta Isaías y abriendo el libro leyó los versos que acabamos de leer. A través de estos versículos, Jesus nos expresa el propósito de su ministerio y de la misma forma nos modela la razón de ser de todo cristiano. I. Somos morada del Espíritu Santo 1. Jesús dijo: "El Espíritu del Señor está sobre mí" (Lucas 4:18). • El Espíritu Santo le dio poder para Su misión aquí en la tierra. • Es por eso que Jesus es el perfecto ejemplo de que cada creyente debe recibir y vivir en la plenitud del Espíritu Santo. • Solo en esa plenitud se puede vivir, servir y proclamar el evangelio. • Ese mismo poder que camino con Jesus mientras estuvo aquí en la tierra fue el que le resucitó de entre los muertos y le sentó a la diestra del Padre. 1 • Ese poder mora en cada uno de nosotros los creyentes en Cristo Jesus y está disponible para nosotros ministrar, conforme a la voluntad de Dios. (Efesios 1:18-20) • Ser cristiano no tan solo significa creer en Cristo, sino ser como Cristo. B. Somos la imagen de Dios ante el mundo. 1. Jesús dijo: "Y el que me ve, ve al que me envió." (Juan 12:45). • ¿A quién esta viendo la gente cuando nos mira? ¿A quién ve la gente cuando te mira a ti? • La luna no tiene luz propia, sino que simplemente refleja la luz del sol. Y es así como sucede con nosotros, reflejamos la luz de Dios. Si la forma como vivimos no refleja el carácter de Dios, entonces no estamos viviendo como debemos. C. Tenemos el Espíritu, pero, ¿Nos tiene el Espíritu a nosotros? 1. La plenitud del Espíritu Santo no es un asunto de recibir más de él. Más bien, es una cuestión de relación. Es El recibiendo más de nosotros. El ser lleno en el Espíritu Santo quiere decir que le permitimos ocupar, dirigir y controlar todas las áreas de nuestras vidas. Esta llenura se aplica no sólo a nuestros actos externos, sino también a nuestros pensamientos y motivos. Cuando estamos llenos del Espíritu, todo lo que somos y todo lo que tenemos está sujeto a Su control. 2. ¿Existen áreas de tu vida fuera de control? ¿Areas no controladas por el Espíritu Santo? ¿Tiene Dios el control total de tu vida? ¿Está usted viviendo en el poder del Espíritu Santo? II. Los que están viviendo en el poder del Espíritu Santo están cumpliendo con la proclamación del Evangelio. A. Cada uno de nosotros hemos sido comisionados para llevar las buenas nuevas de Jesucristo. 1. Jesús dijo: "Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres" (Lucas 4:18). (Redención) 2 2. "Me ha enviado a” • A sanar a los quebrantados de corazón. • A pregonar libertad a los cautivos. • A dar vista a los ciegos. • A poner en libertad a los oprimidos. • A predicar el año agradable del Señor. (Lucas 4:18-19) B. No sólo debemos vivir el Evangelio, debemos proclamarlo activamente. 1. ¿Por qué debemos proclamarlo? Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 4:12) El evangelio, es poder de Dios para la salvación a todo el que cree. (Romanos 1:16) 2. El problema: ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? (Romanos 10:14) 3. El proceso: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12) 4. El resultado: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17) 3 III. Debemos realizar el ministerio de sanidad y liberación A través de Su ministerio Jesús Él refleja la bondad de Dios. Sanó a los quebrantados de corazón, abrió los ojos de los ciegos y liberto a los que estaban endemoniados. Alimentó a los hambrientos y sano a los leprosos. Proclamó la salvación de Dios, realizo actos de amor y compasión. Jesus no se aparto de las necesidades que estaban a su alrededor, sino que extendió sus manos y tuvo compasión de ellas. “La compasión es un sentimiento profundo de lastima, piedad, misericordia que nace de un amor que siente pena por el otro.” Marcos 1:40-41 nos dice que: Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. La lepra es una enfermedad repugnante, que conduce a la muerte. Se consideraba como una inmundicia y a los que estaban enfermos con dicha enfermedad como intocables. Se les exigía que viviesen apartados de las ciudades y aislados de la sociedad. Los leprosos se quedaban fuera de las murallas de las ciudades y en ocasiones vivían en las tumbas. Tenían que llevar cubierta la boca y gritar a todos los que se les acercaran: “¡Inmundo! ¡Inmundo!. Y si violaban estas reglas, los apedreaban. La lepra se considera como símbolo del pecado, de su degradación y de su poder destructivo, tanto para el cuerpo como para el alma. Pero, a diferencia de lo establecido por la ley Judia. ¿Que hizo Jesús cuando se le presento este leproso? 1. Se volvió a ver el leproso. 2. Escuchó al leproso. 3. Sintió compasión. Tu y yo tenemos que ser como Jesús. Tenemos que tener ese mismo sentir hacia los demas. 4 IV. No sólo debemos predicar y anunciar el Evangelio, sino que debemos realizar el evangelio Las necesidades de la gente de este mundo son muy grandes. Y si no tratamos de satisfacer esas necesidades, entonces ¿quién lo hará? Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. (Mateo 9:37-38) Usamos mucho estos versículos exclusivamente como un llamado a las misiones, pero también es un llamado a la compasión para con aquellos que aun no conocen a Jesus. V. Debemos aceptar el llamado de Dios a ministrar Una cosa es venir a la iglesia y recibir una bendición, y otra es salir de la iglesia y convertirse en una bendición. A. Cristo fue comisionado para un propósito específico. Jesús dijo: "Él me ha enviado." B. Somos enviados. No tan sólo hemos sido ungidos como Jesús, hemos sido enviados como Jesús fue enviado. 1. Juan 17:18, Jesus le dice al Padre: "Como tú me has enviado al mundo, yo los he enviado al mundo." 2. Juan 20:21 Jesus encarga a sus discípulos diciendo: "Como me envío el Padre, así también yo os envío." 3. En el camino a Damasco, Jesús comisionó a Pablo diciendo: "ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados." (Hechos 26:17-18) C. Pero, ¿Qué significa esto para nosotros? 5 1. Juan 3:17 - "Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él." 2. Marcos 10:45 - "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” 3. Hemos sido ungidos para llevar a cabo el ministerio del Espíritu Santo, como representantes de Dios en la tierra. ¿Aceptas tu la misión? VI. Utilicemos nuestras vidas para que Dios sea glorificado a través de ella ¿Cómo vas a pasar lo que resta de este año? ¿Será el restante de este año uno lleno de la gracia del Señor en tu vida? Si tu contestación es si, entonces leamos juntos Isaias 58:6-11 “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.” Cuando le dices a Dios "Heme aquí Señor", Él te dice a ti "Aquí estoy.” 6