ARQUEOLOGIA ROMANA PARTE ROMANA

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ARQUEOLOGIA ROMANA
PARTE ROMANA
Roma inicia la conquista de Hispania. Hispania era un lugar misterioso, donde
acaba el mundo. Delimitada por dos puntos importantes: Gades al sur y Finisterre al
norte. Hispania era considerada tierra de bárbaros. Esta visión se aprecia en las fuentes:
que te mandaran a Hispania como gobernador de Lusitania era como un castigo.
También se conocían mitos sobre las riquezas de Hispania: minas de oro y plata (reino
de Tartessos)
Además se encuentran con un territorio dispar, fruto de todo el proceso preromano. Se distinguen tres zonas en el último milenio a.C. (tres corrientes culturales):
Zona de influencia Atlántica: Zona occidental, como la meseta, Andalucía
occidental…
Culturas que penetran a través del Pirineo occidental: Pueblos que vienen del
centro de Europa (cultura de campos de urnas), como Cataluña, Valle del Ebro o
Comunidad Valenciana.
El ámbito Mediterráneo: desde el sur de Valencia hasta la parte de Sevilla,
Córdoba, Cádiz… zona preferente de colonización de los pueblos procedentes de la
parte oriental del Mediterráneo y que se asentaron aquí desde el S. VIII a.C. Los
fenicios trajeron el Hierro, el uso de la rueda, la arquitectura urbana…. El noreste de la
península Ibérica es colonizado sobre todo por los griegos (Ampurias, Marsalia…)
En el S. III a.C. hay presencia de Púnicos en Cartago debido a la 2ª oleada de
colonización.
Cuando Roma llega a la península Ibérica, las zonas más fácilmente
conquistables fueron las que tenían presencia de colonizadores, más receptivas al estar
asociadas a circuitos comerciales, pero no por ello exentas de dificultades. Las zonas
que costaron más trabajo a Roma fueron la cántabra y la astur. Tendremos tres áreas
culturales distintas:
Pueblos mediterráneos: Turdetanos, Tartesios, Iberos… tienen fácil y rápida
romanización.
Celtas: Habitaban la zona central de Hispania y se relacionaban con los pueblos
de la zona galaica. Roma los consideró como bárbaros y con una estructura clientelar
muy compleja (eran muy tribales) explicando así la gran resistencia de estos pueblos.
Los galaicos y astures, con estructura pre-gentilicia, fueron los más difíciles de
romanizar.
Zonas próximas al Pirineo occidental: Vascones y pueblos afines, de origen no
indoeuropeo, relacionados con pueblos celtíberos y aquitanos y sumergidos en un
proceso de celtización. Esta mezcla de culturas hizo que jamás asumieran la cultura
romana.
Con ese panorama se enfrentaron los romanos. Tardaron dos siglos en unificar
todo el territorio. El inicio de la romanización se establece en el 218 a.C. cuando Roma
pone los pies en la península Ibérica, motivada por la guerra con Cartago por conquistar
económicamente el Mediterráneo. (Enfrentamiento desde el 264 al 209 a.C.).
Tras la I Guerra Púnica (264-241 a.C.), la victoria de Roma desequilibró la
situación. Cartago quedó en difícil situación, y en el 218 a.C. Aníbal decidirá cruzar los
Pirineos para asaltar Roma. Los romanos, para combatirle, desembarcan en Ampurias
bajo el mando de Cneo y Publio Escipión e inician la conquista de los territorios
peninsulares. Encontrando facilidades, a través de pactos con los dirigentes indígenas,
van unificando la costa mediterránea. Tras una derrota llegaría a Hispania Publio
Cornelio Escipión con su ejercito para derrotar en el 206 a.C. a los cartaginenses en la
península Ibérica y conquistando así toda la fachada levantina, llegando hasta el sur de
Hispania y la zona del Valle del Ebro. Tres ciudades se beneficiaron ante esta nueva
situación formando un Foedus o pacto con Roma: Ampurias, Sagunto y Gades. Lo que
Roma necesitaba era su tributo, pudiendo ser “independientes” de Roma.
Se forma la primera división administrativa de Hispania: Hispania Citerior e
Hispania Ulterior. Para su control vinieron dos pretores de Roma, uno al cargo de cada
provincia. Más tarde, Roma enviara Cuestores. El límite de ambas provincias es el Río
Guadalquivir. De aquí hasta la conquista de la península Ibérica por parte de Cesar y
Augusto, habrá momentos de guerra, hasta que Julio Cesar, siguiendo las directrices
clientelares que estableció Pompeyo, concibe la conquista de la península Ibérica como
un hecho programático y planificado, y no accidental. Augusto continuará con la
planificación de Cesar, controlando finalmente las zonas cántabra y astur sobre el S. IX
a.C.
Panorama que se encuentran los romanos en la península Ibérica
Formas culturales púnicas relacionadas con el mundo helenístico. Hay un
lenguaje iconográfico común de la península Ibérica con lo Oriental.
Uno de los primeros elementos que verán serán las monedas que se estaban
acuñando. Con tipos iconográficos similares a los del sur de la península Itálica:
elementos de culto personal en el anverso y en el reverso, símbolos zoomorfos
relacionados con el lugar de emisión. Los romanos se basarán en estas cecas para pagar
a sus tropas. A veces, se produce asimilación mutua entre Roma y los estratos
peninsulares.
Límite entre lo pre-romano (púnico o ibérico) y lo plenamente romano: cuando
Pierre Paris se encuentra con piezas halladas en Osuna, se encuentra con relieves de
clara tradición ibérica: jinete ibérico, sacerdotisas oferentes… tallados sobre sillares de
caliza (piedra local); junto a éstos, aparecen otros también tallados con la misma piedra,
aunque no todos de tradición ibérica. Aparecen en algunos relieves personajes con la
indumentaria típica de los soldados romanos, aparecen personajes con instrumentos
típicos romanos, o lucha entre personajes. Pierre Paris defiende la procedencia ibérica
de todos los relieves hallados, pero hoy sabemos que no es así. Paris interpretó todos
esos personajes como ibéricos erróneamente.
Otro ejemplo es el Santuario de Torreparedones, de origen turdetano y que
funciona desde el S. IV a.C. (época pre-romana). El límite final se establece según
Desiderio Vaquerizo a finales del S. I a.C. y según Cunliffe se fecha hacia mediados del
S. II a.C.
Aparecen bastantes exvotos, con iconografía ibérica, y
muchas piernecitas de terracota como ofrenda. Aparece una
cabeza femenina realizada en caliza, la imagen tiene tallado en su
frente “Dea Caeles” (Caelestis, Diosa del cielo): sería una
divinidad telúrica (Tanit púnica) en un contexto ya romanizado:
deja de ser Tanit para convertirse en una diosa romana. El
concepto de ambas divinidades es el mismo, solo cambia el
nombre. Quizás se estaban romanizando las élites, para asemejarse a los conquistadores.
Esta figura es de la primera mitad del S. II a.C.
Paliattus del Cerro de los Santos: Personaje
masculino romanizado vestido con una Pala (tipo de
vestimenta) y en su pecho lleva grabado su nombre: Lucius
Licinio. Solo está grabado el praenomen y el nomen (persona
aún romanizándose) falta el cognomen. Este exvoto lo utiliza
para identificarse con una nueva élite romana.
Otra pieza importante es el Toro del Serrato (Ronda).
Se ha interpretado tradicionalmente como una pieza ibérica
(ley de horizontalidad, ojos grandes tallados, piedra caliza
local…) pero lleva puesta una banda que llevan los toros que
serán sacrificados ya en el mundo romano.
Las construcciones también empiezan a diferir. Controversia con Tarraco: ¿Es
fundación romana ex-novo o no? Schulten interpretó que no, pues en esta ciudad había
una ceca ibérica llamada Kesse o la ciudad de Tarafion. Además, la base de la muralla
es ciclópea e irregular lo cual es típico de época pre-romana, y opus cuadratum romano
en la parte superior. Además de la existencia de marcas epigráficas pre-romanas no
latinas. Pero el análisis tipológico de la cerámica apunta a una época romana antigua. En
cuanto a los sistemas constructivos de la muralla, se han podido documentar dos niveles
de construcción, por lo que el basamento ciclópeo es usado también en el mundo itálico
en las construcciones defensivas para dar consistencia y estabilidad a la parte baja de la
muralla (que estaría bajo tierra) y la parte exenta es de
opus cuadratum. En cuanto a las marcas epigráficas, nos
hablan de los primeros romanos que desembarcan en
Ampurias y que construyen sistemas de protección; el
ejercito de Roma lo conforman gentes de roma y también
itálicos, los cuales ignoran el Latín y solo conocen sus
lenguas locales: los símbolos de cantería que aparecen
están en lengua itálica, y algunos símbolos son de cantería
ibérica porque se integraban en el ejercito algunos
miembros de la población local. Se ve como se va
romanizando la península Ibérica.
Se conserva solo la torre de Minerva, donde
aparece la inscripción romana más antigua de la península Ibérica: exaltación a la diosa
Minerva; el relieve (tipo de escudo e indumentaria de la figura femenina se corresponde
con la diosa Minerva). Se fecha, según Alfoldy, ca 200 a.C.
En el 218 a.C. se funda Tarraco. Tarraco será la capital de la Tarraconense,
fundación ex-novo por parte de los Excipiones. La muralla se amplía y se
monumentaliza en época imperial, dotándola de más torres para su defensa.
Bronce de Lascuta: Elemento más
antiguo en la península Ibérica. Se fecha el
19 de enero del 189 a.C. Presenta una argolla
en un lateral; la pieza quizás se guardaba en
el Tabularium o archivo de la ciudad. Está
escrita en latín arcaico: decreto promulgado
por Paulo Emilio, que llegó a ser pro-cónsul
en la Hispania Ulterior. Con el decreto se
libera a los habitantes de Lascuta de la
ciudad de Hasta. Se les conceden, además, tierras y propiedades que se quitan a los
habitantes de Hasta. ¿Por qué Roma hace esto? Lascuta apoyó a los romanos en la
conquista, así que los romanos les premian en detrimento de Hasta, que se opondría a
ello. O también quizás porque los habitantes de Hasta formaron parte de las rafias
lusitanas contra las poblaciones vecinas y los romanos decidieron castigarles para
ejemplarizar de esta manera.
Tabula Alcantarensis: Edicta et Decreta
Magistratum. Disposición obligatoria que promulgan los
magistrados. Aparece la rendición de un pueblo, los
Seanos, a los que el gobernador Lucius Cesius estableció
un decreto de castigo, de manera que en un pacto de
rendición a los Seanos les quita los caballos y han de
entregar a los prisioneros romanos para conservar sus
campos, sus edificaciones y su legislación.
Conforme avanzamos en el S. II a.C., nos encontramos más elementos que
relacionan la península Ibérica con la península Itálica. Uno de ellos son los relieves y
las terracotas que se fechan en la segunda mitad del S. II a. C., con clara identificación
ideológica con las monumentalizaciones en la península Itálica de esta época (zona del
Lacio y zona Etrusca). Dentro de este proceso de monumentalización, nos encontramos
con terracotas arquitectónicas, para embellecer los edificios que se van construyendo;
normalmente son antefijas y relieves decorativos. Aparecen diseminados por la alta
Andalucía (Santuario de la Encarnación en Murcia), la zona del levante y en Itálica.
Son terracotas de importación de los talleres itálicos (que abastecen también a la
península Itálica). En Ampurias aparecen sobre todo cabezas de Sátiros y Ménades para
decorar los edificios de carácter religioso que se van construyendo en la zona
(Ampurias, Badalona, zona murciana, Jaén….).
En el Santuario de la Encarnación de Murcia aparecen las antefijas (como la
cabeza de un sátiro joven) y placas de relieves arquitectónicos decoradas con palmetas
en la línea superior y palmetas con flores de loto en la inferior. Al igual que en el
templo de Castor y Pólux en el Foro de Roma. Se fecha hacia la mitad del S. II a.C.
En Itálica, la Potnia Theron es una divinidad de carácter bastante contundente
que aparece en un edificio quizás de culto (de los primeros que se construyen en la
ciudad). Son terracotas monumentales para embellecer los edificios de culto (paralelos a
los de la península Itálica).
En esta época, Roma toma conciencia de dejar su impronta cada vez más en la
península Ibérica atendiendo a:
Renovaciones urbanísticas importantes en los viejos centros coloniales
peninsulares: Emporion, las ciudades púnicas de Gadir y Cartago-Nova.
Realizar fundaciones romanas (como Itálica en Santiponce, Carteia cerca de
Algeciras…). Años después fundan Corduba, Polentia (Palma de Mallorca), y cada vez
habrá más fundaciones.
Seleccionar algunos asentamientos ibéricos para desempeñar una función
centralizadora y de control territorial, para que expandan la influencia de Roma por el
territorio circundante.
Eligen los santuarios ibéricos que estaban en la alta Andalucía y en el levante
peninsular. A través de ellos, Roma iniciará el proceso de romanización en la península
Ibérica. De estos santuarios conocemos tres: Cerro de los Santos, la Encarnación y la
Luz. Estos santuarios eran importantes desde el S. IV a. C. dentro del ámbito ibérico,
infiriendo la monumentalización con la llegada de Roma. Muchos tienen materiales de
época bajoimperial (quizás siguieron activos hasta esta época o en esta época fueron
reocupados tras un tiempo de abandono). Su monumentalización es similar a la de
santuarios de la península Itálica; los santuarios itálicos también se revitalizan en su
mayoría a mediados del S. II a. C., revitalización similar a la de santuarios ibéricos. Así,
algunos de estos santuarios se seleccionan para cumplir alguna determinada función
ideológica dentro del Imperio romano. Otros santuarios son arrasados. Esto responderá
a la actuación de los sacerdotes de los santuarios con respecto a la dominación romana:
se premiaba a los que la apoyaban y se castigaba a los que se oponían. Estos santuarios,
en principio, cobrarían tributo a las poblaciones de alrededor. Todos ellos tienen rasgos
comunes:
Geográficamente: Lugar privilegiado, asentados en promontorios próximos a
encrucijadas de caminos y controlando pasos naturales.
Arquitectónicamente: son templos in-antis, prostilos, tetrástilos, sinepodium; con
decoraciones de terracotas de inspiración itálica y tienen techumbre con tégulas e
imbrices (imbrición que no existe en construcciones ibéricas y que se importa de
Roma). Todos son de orden jónico, y llevan los suelos en Opus Signinum, normalmente
con decoración geométrica. Tienen paralelos arquitectónicos con los templos del Lacio
de los S. III y I a. C. La piedra es caliza local, revestida con estuco. A veces, se han
encontrado grietas y cavernas junto a estos santuarios, lo que los relaciona con el culto
oracular (al igual que los santuarios de Terracina y Praeneste, que se monumentalizan
en el S. II a. C.).
Santuario del Cerro de los Santos: En un promontorio, controlando la zona de
paso dentro del entramado de la vía Heráclea, que controla las minas de la zona de
Cástulo y el tránsito al puerto de Cartagonova. El edificio es de planta rectangular, con
orientación este-oeste y la fachada principal
orientada a la zona oriental y precedida por
una pequeña escalinata. Es de capitel jónico, y
se han encontrado tégulas, imbrices y
construcciones anexas que discurren por la
meseta (tesoros para depositar las ofrendas o
para albergar a los sacerdotes y el personal del
santuario). También se interpretan como pequeñas tiendas para vender los exvotos al
igual que se hace en los santuarios itálicos.
¿Divinidades consagradas?
Aguas minero-medicinales en la zona indican que pudo tratarse de un santuario
curativo o terapéutico consagrado a alguna divinidad de este tipo; pero hay pocos
exvotos anatómicos, así que no es seguro que la divinidad fuera terapéutica.
Sebastián Gamayo propone que la situación estratégica del santuario, en zona de
control viario, hace que se trate de un santuario federal independiente, aunque no dice a
que divinidad se erige.
La cercanía de este santuario a una parada de esta vía, Ad Palem, lo vincularía a
la diosa Pales, diosa itálica protectora de los animales y de los pastores, y que en esta
zona sincretizaría con alguna divinidad indígena anterior y también protectora de los
mismos.
Santuario de la Encarnación en Murcia: Situado en una zona montañosa,
conformada por cerros, y que controla el cauce del río Quípar, única vía de acceso
natural de esos cerros. Se constata la existencia de dos templos: A y B.
Templo A: Templete in-antis, con una cella de planta cuadrangular. Debajo del
pavimento de signinum hay orificios circulares excavados en la roca, con disposición
específica con respecto a los muros. Se relacionan con una posible zona de culto
oracular en este santuario, conectando estos agujeros con el subsuelo del edificio.
Templo B: De mayores dimensiones, más monumental, con influencias
helenísticas: jónico, octástilo, pseudodíptero, sinepodium. El santuario presenta los
mejores ejemplos de decoración arquitectónica: antefijas de importación de talleres
próximos a Roma que representan a sátiros jóvenes (mediados del S. II a. C.) al igual
que los relieves con decoración vegetal similares a los del templo de Castor y Pólux del
Foro de Roma.
Santuario de la Luz en Murcia: Importante en época ibérica, y remodelado en
época romana, adoptándose patrones arquitectónicos itálicos y helenísticos. Consagrado
a la diosa Remeter desde el S. IV a. C. hasta la conquista romana.
Posición privilegiada (ubicada sobre el Salat) que controla una vía comercial. El
cerro está aterrazado y en la parte superior está el santuario.
Se han encontrado antefijas de terracota que imitan
palmetas de siete pétalos, en cuyo centro aparece una
cabecita de ménade, muy parecida a otras palmetas
aparecidas en Ampurias o Tarraco.
Cartago-Nova (parte religiosa)
Polibio dice que en el ámbito religioso, Roma aquí
fue bastante permisiva. Existen cultos dispares: de raigambre púnica y de la esfera
romana. También hay cultos intermedios, que mezclan cultos púnicos y romanos
(conversión de divinidades púnicas a romanas). Como por ejemplo, la conversión de
Baal-Hamon en Cronos o Saturno. Esta ambigüedad religiosa se ve en muchas ciudades
púnicas, incluida Cartago-Nova.
Mosaico de signinum de Atargatis: Pavimentaban los santuarios y son
característicos de la Hispania republicana. En estos
pavimentos suele haber dedicatorias de quién y para
quién hace el edificio. Pequeño templete dedicado a la
diosa Atargatis (Dea Syria). Se fecha en el último cuarto
del S. II a. C. Tiene una cella de planta cuadrada, con la
puerta de ingreso en el lado oriental, con un pavimento de
opus signinum a la entrada. La inscripción dice:
“A(T)AR(G)ATE A( )SA(LU)TE ET EO MELIUS”.
En el lado occidental, aparece un altar (o bien el pedestal de la diosa). En la zona
norte al exterior aparece una piscina con banquetas adosadas a ambos lados. El sistema
de culto estaba relacionado, pues, con el agua. ¿Por qué este culto sirio aparece en
Cartago-Nova? Cartago-Nova era un importante centro comercial, y el intercambio
comercial también acarrea un intercambio ideológico, con la presencia de mercaderes
sirios en Cartago-Nova que levantan un templete de culto a esta divinidad (ya
romanizada). Es uno de los primeros ejemplos de culto a esta divinidad fuera de Siria en
el Imperio Romano.
El templete está próximo a otro de planta itálica cuya fachada principal domina
el centro de la ciudad romana. La colina donde se encontraban los dos templos es un
lugar de culto que bordea la ciudad de Cartago-Nova y se convierte en un cinturón
religioso en las colinas para proteger a la ciudad.
En el S. II a. C. hay un santuario en otra de las colinas, consagrado a Júpiter
Stator, divinidad romana muy querida en época republicana en la ciudad de Roma y que
tiene en Cartagena este pequeño templete consagrado a esta divinidad por la familia de
la Gens Aquinia de Cartago-Nova, que debe su dinero a la explotación de las minas de
plomo que circundaban la ciudad. En la entrada, de opus signinum, hay una inscripción
que nos dice que Aquinia consagra el edificio a Júpiter Stator. Se encontraron lingotes
de plomo con el sello de esta familia que explotaba las minas y comercializaba el
plomo.
Opus signinum abundante en la zona levantina y sobre todo n el Valle del Ebro.
Las fuentes asocian este pavimento y el del opus Scutulatum a los cartagineses (S. IV a.
C.) aunque estos pavimentos no existen antes del S. II a. C.
Los motivos decorativos son geométricos. Destaca
una forma circular estrellada (algunos quieren ver en ello una
representación astral). Este motivo aparece en la zona del
levante y del Valle del Ebro. En Andalucía, este pavimento lo
tenemos en Itálica, además con leyendas epigráficas:
M(arcus) TRAHIUS, quizás consagrado al dios Apolo. Se
asocia, pues, a un lugar de culto, un espacio religioso.
Monumentalización en Itálica en el ámbito religioso,
siguiendo las pautas decorativas del centro de la península
Itálica.
En otros casos, estos pavimentos se utilizan para decorar los templos de la
península Ibérica. A veces también se asocian a ámbitos domésticos que datan de
mediados del S. II a. C. Incluso lasa élites locales intentarán adoptarlos, con leyendas en
lengua ibérica. En Navarra, en una vivienda en la segunda mitad del S. II a. C. aparece
otra leyenda en caracteres ibéricos; aparece “LIKINE”, quizás el autor del mosaico, que
bien es un itálico que ha venido a la península Ibérica o bien es un artista local que
copia el modelo itálico. Aunque no todos están de acuerdo con esta teoría, pues en la
península Itálica no se documentan los nombres de las personas que encargan estos
pavimentos; además, en Teruel hay otro ejemplo similar; podría tratarse de un taller
local.
En la zona levantina:
La Alcudia: Pavimento con nombres latinizados de indígenas. Simboliza una
muralla con un emblema central y un texto epigráfico, del cual identificamos dos
nombres indígenas escritos en latín. Además, el mosaico es asimétrico en sus laterales,
y el emblema interior no está bien centrado: el que hace el mosaico es un artesano local
encargado por un miembro de la élite local para decorar su casa con un pavimento
similar al estilo de los conquistadores.
En Ampurias encontramos pavimentos de opus signinum con leyendas en
griego. Los epígrafes nos dan fórmulas de saludo.
Ampurias:
Tenemos dos focos de interés en los S. II-I a. C., donde se ve el proceso de
romanización y la consiguiente monumentalización.
Dentro de la Neópolis: diversas intervenciones de los romanos, que harán este
lugar cada vez más romano.
En el Foro: año 100 a. C.
Ampurias nace en la zona de San Martín de Ampurias, donde en un pequeño
promontorio se instala una población griega en el S. VI a. C. (hacia 570 a. C.): ciudad
antigua. La ciudad se queda pequeña y se funda la Neópolis o ciudad nueva, que es la
fundación griega de una nueva zona urbana ya en tierra firme y con una superficie de
unas 4 Ha. Experimenta reformas bajo el poder de Roma entre los S. II y I a. C. En lo
alto de la colina, dominando la ciudad griega, se funda la ciudad romana y un
campamento que controla la ciudad.
En el 100 a. C. se elimina el campamento para construir una verdadera ciudad
romana, que ocupe al menos 22’5 Ha. Es una ciudad monumental.
Entre la ciudad vieja y la nueva, está el puerto de Ampurias, puerto helenístico
que se construye en una zona natural y del que hoy quedan algunos indicios. Los
romanos utilizarían y reformarían el puerto.
La vida de Ampurias, cuando Roma desembarca en el 218 a. C., las colonias
griegas de la península Ibérica tenían poderío económico y estratégico; a través del
puerto de Ampurias llegaban productos de la Grecia helenística que los comerciantes
ampuritanos comercializarían con las zonas del levante.
Al apoyar a Pompeyo contra Julio Cesar, a fines del S. I a. C. Ampurias entrará
en declive a pesar de las posteriores intervenciones de Augusto. ¿Por qué?
Fundación de Tarraco: Hacia Tarraco se desplaza el eje central de Roma en la
península Ibérica en detrimento de Ampurias que queda alejada de la Vía Augusta.
Se lleva a cabo una monumentalización de la ciudad griega ampuritana, la
Neópolis, en época romana, en los S. II y I a. C., siguiendo las pautas itálicas:
Amplían la zona de la muralla, levantando unos 25-30m
más al sur una muralla romana con dos torres cuadrangulares que
enmarcan una puerta monumental. Dentro del perímetro de la
ciudad se incluirá el Templo de Asclepios (del S. IV a. C.) y se
monumentalizará el espacio entre la
vieja muralla y la nueva; cuatro
terrazas, que descienden desde el
santuario de Asclepios hasta la cuarta
terraza, donde se erige un Serapeion (lugar de culto a Serapis).
En la cuarta terraza se excava una zona rectangular en
la que aparece un pórtico en forma de U, y en el centro de la
plaza aparece un templo tetrástilo, dórico, consagrado al dios
Serapis. Se han documentado fragmentos epigráficos en los
que aparece una inscripción escrita en griego y latín en la que
aparece un personaje alejandrino (Normas), que en el S. I a. C.
habla de la construcción de un Aedes (espacio sagrado) y un
pórtico, lo cual casa con las fuentes arqueológicas. Es similar
al templo de Asclepios en Cos (estructura helenística). Así, los romanos helenizaron la
ciudad griega de Ampurias.
Este templo tetrástilo y dórico lleva dos escaleras laterales que nos permiten
acceder a una terraza superior, que conecta esta terraza con las dos terrazas superiores.
En la terraza más elevada se sitúa el santuario de Asclepios (S. IV a. C.), que sufrirá
una monumentalización a
mediados del S. II a. C. En
una primera fase, un templo y
un altar, en la segunda fase se
construye otro altar (que
funciona a mediados del S. II
a. C.) en una tercera fase se
construye un segundo templo
de iguales características que
el templo de Asclepios, al
mismo nivel, y los separa un
pequeño pasillo, y por una
escalinata se puede acceder a
la pronaos de ambos templos.
Ambos llevan pavimentos de opus signinum; en la cuarta fase se realiza el edificio
porticado y un tercer templete en la parte occidental además de una zona de cisternas y
filtros de agua.
El segundo templo, gemelo al de Asclepios, estaría consagrado a la esposa de
Asclepios, Higeya, vinculada con las funciones sanatorias del dios Asclepios.
En la cuarta terraza se encuentra el santuario consagrado a Serapis. Quizás este
lugar fuera la escuela de medicina de Ampurias, bajo el patrocinio del dios egipcio de la
medicina Serapis. Este espacio se encuentra en pleno funcionamiento en los primeros
años del S. I a. C.
Los elementos decorativos, como palmetas y antefijas, que monumentalizan este
nuevo espacio fueron importadas de la península Itálica.
El segundo foco ampuritano fue el Foro: las viviendas continúan manteniendo la
impronta helenística, aunque se le añaden paulatinamente elementos romanos: atrios y
sobre todo mosaicos de opus signinum. El Foro fue tomando una planificación
helenística: pórtico en forma de U que alberga un templo central, una gran plaza
delimitada por tabernas a la que Augusto dotará de una basílica como centro de
comercio y justicia.
Otra innovación es la asimilación del sistema métrico romano, cuya medida de
longitud es el pie.
El mundo funerario:
Roma había heredado las inhumaciones del mundo etrusco. En la etapa
republicana, la mayoría de la población muerta se incineraba como símbolo de prestigio
y algunas familias se inhumaban (como por ejemplo los Escipiones en la Vía Apia).
Los romanos se encuentran en la península Ibérica con ambos rituales por lo que
no hubo un choque cultural en este aspecto. Durante la etapa republicana en Hispania,
se practica la incineración. Este ritual se mantiene hasta la época de Adriano, y la
inhumación comienza a consolidarse en la etapa de los Antoninos. La inhumación se
consolida coincidiendo también con la aparición del cristianismo: sarcófagos, de
temática mitológica al principio y que irán dando paso paulatinamente a la temática
cristiana.
Dentro de lo que son las urnas cinerarias, por un lado encontramos
enterramientos en urnas muy simples, realizadas por artesanos locales y en las que se
entierra a romanos e itálicos. En otras ocasiones, no son urnas locales, sino que son
importadas de talleres itálicos y son utilizadas por itálicos que vienen a la península
Ibérica y que tienen más poder adquisitivo; son urnas más elaboradas y ricas, cuyos
elementos ornamentales estarán presentes ya durante todo el periodo romano: elementos
vegetales (vida en el más allá), también puede aparecer un templo o una casa que se
ocupará en la otra vida, decorada por cestas y guirnaldas cargadas de frutos (vida rica y
opulenta en el Elíseo), cabezas de animales, máscaras teatrales a modo de acroteras que
tienen que ver con el dios Baco (divinidad vinculada con la tierra y la protección en el
más allá, las máscaras protegen el alma del difunto). También un cartel epigráfico
dedicado a los dioses del más allá, y con el nombre del difunto. A veces además
incluyen algunos datos sobre el difunto y su vida y obra.
En cuanto al ajuar funerario, puede indicar si el enterramiento es indígena,
itálico o si hay proceso de romanización. En un ajuar pueden aparecer elementos
cerámicos, tarros de vidrio con aceites y perfumes, algunas monedas, fíbulas, elementos
metálicos… la importancia de los ajuares es que nos permite fechar el enterramiento.
Enterramientos más complejos son los de las élites itálicas o romanizadas.
Destaca el Monumento funerario de Malla (Vic, antigua Osona). Aparecieron unos
restos tallados en piedra; durante algún tiempo se identificaron como relieves de época
románica. Pero Isabel Rodá vio que eran de época republicana. Conservamos dos
bloques de caliza local: Un pilar fracturado por abajo decorado con dos escenas
relacionadas entre sí. Está decorado por una cara ya que estaría apoyado sobre algo y
llevaba una columnata jónica adosada a los laterales. También se conserva un cubo
decorado por cuatro caras y que tiene en la base un monstruo agachado con tres cabezas.
Esta pieza vio la romanización de un elemento típico de la zona gala: elementos
sepulcrales en forma de pilares, muy abundantes en la etapa imperial. En el caso
hispano existen pocos ejemplos, sobre todo en el norte peninsular. En el pilar se sucede
una narración histórica típica romana. Abajo dos jinetes a caballo que desfilan; arriba,
dos personajes en un carro tirado por dos caballos. Estas representaciones abundan en
los sarcófagos de los S. II y III d. C. Se representa el tránsito del alma del difunto (alma
transportada por el carro hacia el Elíseo, acompañada por miembros de su séquito). Las
columnas en los laterales cumplirían una función meramente ornamental. El monstruo
tricéfalo tiene un nudo hercúleo en la cintura. Se ha interpretado como Gerión,
personaje relacionado con el infierno.
En el bloque de cuatro caras:
En una cara se representan tres figuras de pie: una puede ser la diosa Minerva
con el escudo, acompañada por Marte y Mercurio (o Baco). Es una triada divina que
estaba a la entrada del Olimpo cuando entró Hércules.
En la cara opuesta: se representa la lucha de Hércules con los centauros.
En un lateral: se representan dos figuras simétricas enfrentadas; aparecen
personajes vestidos al estilo militar. En uno de los lados, aparece un Daimón alado,
protector del mundo de ultratumba. Los personajes están acompañados de caballos.
Sería un edificio funerario con connotaciones religiosas, del que solo conocemos uno de
los ángulos, y concebido para albergar una urna cineraria con los restos de un miembro
de la élite de Osona que se enterraría entre fines del S. II a. C. y las guerras Sertorianas.
Sería un magistrado local que elige esta forma de enterramiento. El monumento de
Malla sería anterior a los pilares de época gala: sería que estos monumentos funerarios
nacen en la península Ibérica y se exportan al país vecino (problemas en cuanto a la
relación entre ambas zonas).
Sepulcro de los Pompeyos en Corduba: Nos ilustra el paso del mundo
funerario indígena al de época romana. Se fecha entre la segunda mitad del S. I a. C. y
principios del S. I d. C. Consta de urnas cinerarias que nos hablan de enterramiento
colectivo de indígenas y romanizados. Fueron urnas cinerarias que se perdieron en el S.
XIX d. C., y solo conservamos copias en yeso. No hay datos de los ajuares, lo cual
complica la interpretación de algunos elementos.
Existe un primer grupo de urnas con nombres indígenas (de vidrio, insertas en
un bloque de piedra). El segundo grupo de urnas, con tapadera a doble vertiente, con
patas a bisel. Los nombres se componen de nomen latino y cognomen indígena. Y un
tercer grupo de urnas con nomen de Pompeyus. Hay diversas tipologías de urnas, y
todas se vinculan a la familia de la casa de Pompeyo, que se asientan en la península
Ibérica. Nomen romanizado y cognomen indígena. Esta necrópolis se fecha entre
mediados del S. II a. C. y la segunda mitad del S. I a. C.
En la segunda mitad del S. I a. C. con la llegada de Julio Cesar a la península
Ibérica, se romaniza el mundo funerario con la aparición de monumentos sepulcrales de
envergadura.
En forma de altar: Suelen presentar decoración propia de las aras o altares
aunque los motivos se van complicando. También aparecen inscripciones que hablan del
cursus honorum del difunto. Son típicos en Cataluña, Andalucía, Valle del Ebro, zona
levantina y Emérita Augusta.
Entre finales del S. I a. C. y principios del S. I d. C. se generalizan monumentos
funerarios de varios niveles, escalonados, que a veces acaban rematados en una
estructura piramidal. Suele tener decoración con frisos dóricos. Se dan sobre todo en
Cataluña y el levante mediterráneo. También hay estatuas con los rostros de los
difuntos; en la zona del alto Guadalquivir hay una variante en la que en vez de friso
dórico, aparecen máscaras, esvásticas, guirnaldas, pilastras corintias… como es el caso
del Mausoleo de Silesia en Úbeda. Imágenes y símbolos protectores, como medusa,
para proteger al difunto en el Elíseo.
También hay edificios en forma de torre, sin cubierta a doble vertiente. Su
cronología es más bien de época augústea. Por ejemplo la Torre del Monje en
Almuñecar o la Torre de los Escipiones en Tarragona, que incluye figuras del dios
Atis, pastor del mundo oriental, meditando sobre la vida del más allá.
La epata augústea:
Augusto es el que por fin ha conquistado Hispania,
vendiéndose como “el gran pacificador”. Designaría a los
continuadores de su régimen (aunque al final acabaría en el
poder su hijastro).
Esa pacificación de Hispania se produce finalmente con las guerras cántabras.
Elige como figura principal de su universo a Alejandro Magno y llega incluso a
identificarse con él. Emplea en las monedas su imagen, estableciendo en los reversos,
imágenes que calen en la población. Ejemplo de esto, es una moneda augústea del 27-23
a. C. en cuyo reverso se emplean los escudos de los pueblos hispanos conquistados.
Posteriormente, aparecerán en las monedas iconos relativos a ciudades o edificios que
se fundan, como por ejemplo las puertas de la muralla de Emérita Augusta. También
aparecerán alegorías de las virtudes imperiales (piedad, paz, concordia…). Junto a la
propaganda monetal, también aparecen imágenes del emperador y sus legítimos
herederos en esculturas que se ubican en edificios públicos y privados de las ciudades
romanas.
Augusto consolidó
el sistema viario hispano
de norte a sur y de este a
oeste, potenciando un
mayor desarrollo a nivel
militar, económico e
ideológico. Enlazará las
ciudades que él fue
fundando mediante vías
de comunicación. El
itinerario de Antonino
reflejaría el panorama
viario en Hispania en la
etapa del emperador
Caracalla. Es la mejor fuente para la restitución del trazado viario.
A partir de la vía Hercúlea, se vinculaba la zona costera con Roma. Se cambiará
el nombre de la vía por el de vía Augusta. Las vías siguen los cursos o valles de los
grandes ríos como el Guadalquivir, el Duero, el Tajo… Conectando así la fachada
atlántica desde la Coruña hasta el sur de Portugal. La vía de la Plata conecta la zona de
Asturias, pasando por Emérita Augusta, con la zona onubense, convirtiéndose en la ruta
principal de comercialización de la plata.
Arcos: Marcan límites territoriales y/o administrativos de las vías. Solo en las
capitales de provincia hay más de un arco.
Puentes: Tienen una función práctica
y propagandística. Los hay de mayor y
menor envergadura. En Cáceres destaca el
Puente de Alcántara del S. I d. C.
El suministro de agua: Se basa en un
sistema de embalses y pantanos. Se facilita
el suministro gracias a los acueductos, entre
los que destaca el de Segovia. Hay una
inscripción en la parte central del Acueducto de Segovia, pero aun no sabemos que
emperador mandó construir el acueducto. Otro acueducto famoso es el de Los Milagros,
en el que la arcada se construyó alternando piedra de dos colores.
El control marítimo fue otro de los grandes logros de Augusto, con un desarrollo
importante de los sistemas portuarios, destacando la aparición de torres o faros para
guiar a los barcos a la zona portuaria protegida. Un ejemplo de faro en la península
Ibérica lo encontramos en el Faro de Hércules.
Los Vasos de Vicarello imitan a los Miliarium. Eran una
ofrenda de un romano consagrada al dios Apolo en Vicarello. Grabará
en estos vasos las paradas de la ruta entre Roma y Gades (la Vía
Augusta). Cada una de las paradas se calcula según el tiempo que
aguanta un correo imperial entre un punto (Mansio) y otro.
La cronología de las calzadas evoluciona a lo largo del tiempo.
Las más antiguas fueron las del noreste. El tramo de vía más antiguo de
Hispania comunicaba Tarraco con Ilerda. Se marca en los miliarium el
nombre del emperador que mandó construir la vía y la distancia en pasos entre una
Mansio y la siguiente (a veces aparece el nombre de dos Mansiones).
Los arcos también proporcionan la imagen de los constructores y de los
dominadores. Algunos se colocan en las vías para marcar límites territoriales y/o
administrativos. Los arcos que adornan el centro de las ciudades tienen un carácter
propagandístico. Existen multitud de tipologías entre las que destaca la división de los
arcos por el número de vanos que tiene. De un vano destacan el arco de Alcántara y el
de Bará, de tres vanos el de Medinaceli y de cuatro el de Caparra. Conservamos sus
imágenes en monedas, grabados o restos epigráficos (como el arco de Jano que separaba
la Tarraconensis de la Bética). La cronología de éstos está entre finales del S. I a. C. y
comienzos del S. I d. C.
Arco de Alcántara
Arco de Medinaceli
Arco de Bará
Arco de Caparra
Asociados a las vías están los puentes. Son
fundamentales en el control de paso de las vías
para salvar ríos y arroyos. Existe un interés de
Augusto por fundar nuevas ciudades cerca de
cursos fluviales.
Un puente significativo por la zona en la
que se encuentra es el de Alcántara, fechado hacia
finales del S. I d. C. y compuesto por seis vanos.
Se asociaría a la municipalización llevada a cabo
por Augusto y los Julio-Claudios. Tras esta etapa, la municipalización sufre un receso y
se retoma en época Flavio. La zona Lusitana era bastante problemática para someterse a
Roma. Existen tres elementos en el puente de Alcántara relacionados con el culto
imperial: El puente con seis vanos, el arco en el centro y un templete adosado en un
lateral.
La construcción es de Iulius Lacer. Este arquitecto es de un grupo social de la
zona, es Igaelitano. Él paga parte de la construcción (el templete). Los igaelitanos pagan
el puente y el arco.
Los acueductos: poblaron la orografía peninsular, realizándose uno o varios en
cada ciudad. Nos detendremos en el Acueducto de Segovia. Trae sus aguas desde la
sierra de Guadarrama hasta la ciudad de Segovia. Se
conserva original la primera torre, en la que se ubica la
piscina limaria para filtrar el limo. Mediante doble piso de
arcadas lleva el agua a la ciudad. Se conserva un tramo de
44 arcos de opus cuadratum de doble arcada y con casi 30
metros de altura. Tiene pilares cruciformes que sustentan
las arcadas.
En el centro tenía una inscripción en letras aureas
por ambas caras del acueducto. En ella se reflejaba el
nombre del emperador que ordenó su construcción y los
nombres de aquellos que colaboraron en su construcción
(los magistrados responsables). Como las letras se han perdido no podemos saber con
exactitud lo que ponía. Hay varias teorías, aunque la mayoría lo relaciona con la
municipalización del S. I d. C.
Según el epigrafista Alfeldy, se trata de una restauración de época del emperador
Trajano. Pero no se ha constatado ninguna restauración en lo que queda del acueducto.
Según Blanco, tendría una cronología en torno a Trajano (finales del S. I d. C.) y según
Fernández Casado tendría una cronología en torno al emperador Claudio (mediados del
S. I d. C.). hoy en día podemos asegurar que se encuadra en torno a la municipalización
Flavio (segunda mitad del S. I d. C.). Algunos lo encuadran en Domiciano siendo
Trajano quien lo inaugura. Motivo por el que Alfeldy habla de restauración.
Cuando se hizo, este acueducto no tenía función práctica, ya que el suelo de la
ciudad estaba plagado de balsas subterráneas de agua. Por lo que su construcción
corresponde a fines meramente propagandísticos.
Otro acueducto digno de mencionar es el
Acueducto de los Milagros de Emérita
Augusta. Se trata de un magnífico acueducto con
arcada bícorma. Que en algunos tramos se
compone hasta de tres arcadas superpuestas.
El único faro romano que se conserva en la península
Ibérica es la Torre de Hércules en la Coruña. Se conserva el
núcleo central de planta cuadrada recubierto por un añadido del
S. XVIII d. C. Se trata de una torre de al menos tres pisos y que
acaba en un remate de forma octogonal y posteriormente en
una especie de lucernario. La función de este faro era atraer a
los navegantes al puerto de Brigantium. Consta de cuatro
estancias iguales en tres niveles y la entrada se hacía a través
de una escalinata en la parte oriental.
Un antecedente de este faro es el
gran faro de Alejandría del año 228
a. C. El más parecido, de época
romana, es el faro norteafricano de Leptis Marma, que generó
un pequeño barrio y un mercado local. La torre de Hércules
fue construida por Cayo Servio Lupo, y fue consagrada a
Marte Augusto.
Los Foros:
Las ciudades que se fundan llevan a la parte pública el culto al emperador. Una
forma de culto son los altares, que proliferan en los foros, donde se hacen las
ceremonias en honor al emperador (ya en proceso de divinización).
Aparecen nuevas formas de foros en la península Ibérica a partir de finales del S.
II a. C. El templo se baja a la superficie del foro y aparecen edificios destinados a
albergar a los comicios (tienen una función política y religiosa).
Así, en época augústea se aplicará este modelo en la península Ibérica,
cambiando la tipografía de los foros de época republicana. Por ejemplo, el foro de
Bilbilis en Calatayud, donde aparece un templo en el centro de una plaza porticada.
También el foro augústeo de Sagunto… Pero nos centraremos en los foros de Ampurias
y Tarraco.
Foro de Ampurias: Ampurias se funda en el 100 a. C. En esta nueva ciudad
romana hay un foro; lo que conocemos es una plaza porticada, cerrada por una hilera de
tabernas. En el centro si situaría el templo principal.
Conocemos una primera fase constructiva en los primeros momentos: aparece en
el centro de la plaza un gran templo consagrado a Júpiter o a la Triada Capitolina
(Júpiter, Juno y Minerva).
Hacia mediados del S. I a. C. se produce una transformación en el templo y en
los alrededores. Se modifican los accesos al templo y se construye delante una
plataforma que recoge el ara de la parte frontal. Los arqueólogos dicen que esto supuso
un cambio de dedicación a la divinidad a la que estuvo consagrado. Lo comparan con el
templo de Julio Cesar en Roma. Supondría integrar el culto a Julio Cesar en Ampurias.
Pero el templo del Divino Julio permanecería en activo con Augusto, que siguió
manteniendo en la zona el culto a Julio Cesar y reestructura la plaza añadiéndole una
hilera de tabernas en el lado oriental. En el lado occidental construye un edificio de
planta rectangular con un “Aedes Tribunal” (Basílica). A ambos lados del templo
central construyó dos templos gemelos, uno con una cella consagrado a Augusto y otro
con dos cellas consagrado a los “Príncipes Juventudes” (Julio Cesar) y a Augusto y la
Dea Roma.
En la Basílica hay una zona sobreelevada con la imagen de Augusto. El
Emperador es el que sanciona la administración de justicia y las transacciones
comerciales. Además, durante los primeros años, los comicios se reúnen en la Basílica
(el emperador también sanciona en política). Una característica del culto imperial es la
omnipresencia del emperador en las actividades cívicas, religiosas y políticas con su
imagen en todos los edificios.
Foro de Tarraco: Tarraco fue distinguida de forma significativa con la llegada de
Augusto, convirtiéndola en la capital de la Tarraconensis. Tarraco también albergó a
Augusto durante al menos dos años debido a la enfermedad que padeció durante su
conquista de la península Ibérica. En agradecimiento por la presencia de Augusto,
Tarraco erige un Ara en la zona del foro republicano de la ciudad.
En el año 7 a. C., Augusto asume
el papel de las divinidades protectoras de
los barrios, pasando de ser Lares
Capitales a ser Lares Augustales.
En lo que era el foro republicano,
en la parte baja de Tarraco, se sitúa este
foro colonial, donde se rinde culto a
Augusto. Tarraco tendrá dos grandes
foros: el Foro Provincial en la parte alta
y el Foro Republicano y de Augusto
Colonial en la parte baja. La estructura
de este foro colonial es similar al foro
augústeo de Ampurias.
Emérita Augusta: Augusto creó una ciudad espectacular, simbolizando el poder
de Roma en este periodo. Uno de los tres foros de esta ciudad es el célebre Foro de
Mármol. Este foro es una réplica a menor escala del Foro Augusto de Roma.
Trillmich ve que esto también ocurre en Tarraco y en Corduba (las tres capitales
provinciales). Habría más foros con la misma planta que el de Augusto en Roma.
En la galería superior se alterna la decoración con Kariátides
y la decoración con Clípeos de Zeus imitando los escudos de las
legiones. Las Kariátides no están bien trabajadas en la península
Ibérica, por lo que los romanos que viven aquí han de importar el
material y los artesanos que lo trabajan.
En este Foro de Mármol, también se copia del Foro de
Augusto de Roma a Anquises (pasado), su hijo Ascanio (presente) y
Eneas (futuro). Este grupo escultórico es lo que conocemos por
Exemplo Pietatis; presente, pasado y futuro de la ciudad de Roma.
También tenemos los clípeos de Tarraco, con la cabeza de
Júpiter o de Medusa, formando parte del mismo programa iconográfico.
Teatros de Hispania:
Forman parte también del proyecto propagandístico imperial de Augusto,
además de su sentido lúdico. Vinieron en época muy temprana y tuvieron muco éxito
frente al cosechado en otras ciudades occidentales. En la península Ibérica se siguen los
modelos arquitectónicos de la península Itálica, manteniéndose este modelo siempre fiel
al original.
Con los teatros, se importan también los juegos que allí se celebraban: Ludi
Escaenici, Munera y Venationes (en anfiteatros) y los Ludi Circenses (en los circos).
Los edificios ya son permanentes, no de madera. Augusto difunde así su propaganda.
En las ciudades se deja un espacio para construir estos grandes edificios.
Los teatros suelen situarse en el interior de las ciudades, pero en ocasiones se
ubica en el exterior de la ciudad, como es el caso de Tarraco.
Los anfiteatros y los circos son mucho más grandes. Se construyen después por
lo que el 90% se encuentra fuera de la ciudad.
Grosso Modo, el teatro se difunde entre la época de Augusto y la dinastía JulioClaudia (hasta S. II d. C.). Los anfiteatros comienzan a construirse en época JulioClaudia hasta los S. III y IV d. C. Y los circos se empiezan a edificar en época Flavia
(finales S. I d. C.) hasta el S. IV d. C.
Hay pocas ciudades hispanas donde aparezcan los tres edificios. Casi todas las
ciudades hispanas tuvieron teatro, sobre todo las de población media. Bastantes
contaron con un anfiteatro pero pocas ciudades contaron con un circo.
Uno de los primeros teatros mencionado en las
fuentes escritas es el de Cádiz, uno de los más antiguos
de la península Ibérica. Existe una referencia en el año
45 a. C. en la que Cicerón critica a Lucio Balbo de
haber arrojado a un ciudadano romano deforme a las
fieras. Así en Cádiz se realizan los juegos teatrales y
también las muneras y venationes.
El teatro de Cádiz es de comienzos de la época augústea, y sigue las
proporciones basadas en el número áureo al igual que los helenísticos. Por las fuentes
arqueológicas sabemos que Emérita Augusta fue una de las primeras ciudades con
teatro. El teatro de Emérita Augusta se construyó en el 16-15 a. C. En torno al 8 a. C.
se fecha la construcción de su anfiteatro y años después se construye el circo. En una
zona tan complicada como la lusitana, se insiste en engrandecer tanto Mérida por esa
necesidad de pacificar y controlar territorialmente la zona de alrededor.
En el teatro se muestra el poder
económico y las clases sociales de la ciudad.
Además tiene funciones propagandísticas y
políticas.
En la Scaena: propaganda, al igual que
en la Imma Cávea y en el pórtico trasero.
División social:
Próximos a la Orchestra se sitúan los magistrados y sus familiares. En la Imma
Cávea se sitúa la clase social alta. En la Media Cávea los caballeros y militares y en la
Summa Cávea la gente pudiente
.
A veces, apareces los pórticos, donde se sitúan personas se bajo nivel adquisitivo de pie.
Las mujeres han de ir acompañadas de hombres, si no estarían en la Summa Cávea.
Las actividades teatrales tenían un calendario específico que marcaba los días festivos.
También aparecen otras actividades marcadas por conmemoraciones específicas de cada
ciudad y que los magistrados o miembros de las clases altas pagarían para hacerse
propaganda.
A veces los teatros se asocian a los anfiteatros
(como en Emérita Augusta o en Cartago-Nova). A
partir del S. IV d. C., el Teatro de Cartago-Nova
se convierte en un mercado, convirtiéndose gran
parte de la orchestra y la Summa Cávea en
mercado de lujo.
Otro teatro de importancia es el Teatro de
Itálica. En el proscaenium podemos ver una
inscripción en la que aparecen los nombres de
aquellos que participaron en la construcción de este teatro. Eran libertos asociados a las
grandes familias de la ciudad.
Casi todos los teatros hispanos siguen el modelo Vitrubiano, salvo el de Cádiz
ya que sería más antiguo. En el Teatro de Itálica existen motivos decorativos neoáticos,
copiando la tradición clásica del mundo griego: Ménades y Sátiros, símbolos del culto
al dios Baco.
En el caso de Málaga, el teatro tiene un buen
nivel de conservación. Su restauración es suave, lenta,
positiva y muy cuidada. Ocupa la ladera de la Alcazaba
y es de medianas proporciones.
El teatro de Acinipo conserva el frente de la
escena. Se dice que podía ser Pre-augustal, ya que así lo sugieren algunos datos
bibliográficos, aunque los arqueólogos sostienen que es augústeo. Su ubicación en lo
alto de una ladera nos indica su función lúdica y es símbolo del dominio político de
Roma en esta zona, donde estaba asentadas poblaciones de índole celta.
Otros teatros que merecen ser mencionados son los de: Caesaraugusta, Sigilia
Barba o Baelo Claudia.
Los anfiteatros: a partir de época
Flavia se generaliza su construcción en
piedra. Tanto las Múneras como las
Venationes se realizaban con anterioridad
en la península Ibérica. La lucha cuerpo a
cuerpo y la lucha contra animales ya
formaban parte de actividades celtíberas de
carácter religioso y funerario.
En Cartago-Nova, en 207 a. C.,
Escipión el Africano organiza estas
actividades en honor de su padre y de su tío. El derramamiento de sangre supone la
purificación del alma del difunto.
Años después (S. I d. C. y S. II d.C.) se extiende esta actividad con un fin lúdico
en la península Ibérica. Las fechas coinciden con las de construcción de los anfiteatros
en Hispania.
Estas batallas rituales abarcan todos los campos de la decoración. Las luchas
más antiguas simulaban los Juegos Samníticos. Los Samnitas luchaban con escudo y
Gladium. Estos juegos evolucionaron, encontrándonos con variantes como los
Dimanchaeri que luchaban a dos espadas o los Homoplachus que luchaban con un
tridente y un puñal. O los Retiarii que además llevaban una red.
Los anfiteatros se difunden en Hispania a fines del S. I d. C. y en el S. II d. C. En
Hispania hay un buen número de anfiteatros ya que los juegos alcanzaron gran
popularidad y una amplia difusión. En otros casos, los teatros se usaban también para
estas actividades (como en Caesaraugusta o Málaga) debido a la ausencia de anfiteatros.
El anfiteatro más antiguo de la península Ibérica es
el Anfiteatro de Emérita Augusta que se construyó entre
los años 8 y 7 a. C. Casi coetáneo a los de la península
Itálica. También conocemos bien el Anfiteatro de
Tarraco, que se desmontó en parte para construir una
iglesia en el S. VI d. C., que ocupaba parte de la arena. Su
capacidad era de 14.000 espectadores.
El Anfiteatro de Itálica es el más importante de
la península Ibérica y es de la época de los emperadores
itálicos. Copia más o menos al Coliseo de Roma. Es de
grandes proporciones y está dotado de una fosa
bestiaria donde se encerraban en jaulas a los animales.
La ornamentación de los anfiteatros se encuentra
en la decoración escultórica de las distintas dependencias, sirviendo así también de
propaganda y difusión de la imagen
de los emperadores.
Los Circos: En Hispania
debieron de existir mas de los que
conocemos. Conocemos 7 u 8 a nivel
arqueológico
pero
conocemos
bastantes más por las fuentes
epigráficas.
Normalmente se hacen en la
parte baja de las ciudades para hacer
más fácil la construcción del graderío
y hacerlo más alto. Se emplean
también llanuras próximas a un río.
Son bastante monumentales y tienen
una gran fama en Hispania. La
calidad de los caballos hispanos era
famosa.
Por las fuentes literarias que conservamos, podemos organizar cuatro facciones.
Cada una con un color distinto, y al frente de cada una estaba el Dominus Factione
(propietario) que se reparte los beneficios con el Aurigae.
La decoración de estos edificios permite que
en la zona central se instalen esculturas, trofeos,
etc… como símbolo del poder imperial. Esta
decoración también se encuentra en la puerta
Triunphalis.
El Circo de Emérita Augusta es uno de los
más antiguos y grandes de la península Ibérica.
Construcciones de época Flavia:
Munigua: Situada en Sevilla. Aparece un santuario turdetano que funcionaba
desde el S. IV a. C. En el S. I d. C., se rehace este santuario monumentalizándolo de
forma singular, siguiendo las pautas de dos santuarios del Lacio del S. II a. C.: el templo
de la Fortuna de Praeneste y el de
Hércules en Tívoli.
El Santuario de Munigua (2)
está sobreelevado en terrazas.
Aparecen dos rampas de acceso que
confluyen en una plataforma central.
Luego hay un segundo nivel en el que
se accede a una plataforma que nos
lleva al templo a través de escalinatas
laterales. A dicho templo también se
accede a través de una escalinata
situada en la parte trasera, en la terraza de la Cortina, que funcionaba como antesala o
pronaos del templo. En los dos laterales de la zona porticada aparecen dos fuentes que
emanan agua a modo de Nínfeos. Dentro del templo hay dos soportes para dos estatuas
de culto. El resto del santuario lo conforman una serie de dependencias con diversas
finalidades: almacén de exvotos de las divinidades, aljibes, habitaciones para el
alojamiento de los sacerdotes y resto de personal del santuario…
De la ciudad de Munigua sabemos que había un culto a las mismas divinidades
que en Palestrina y Tívoli. (Dea Fortuna Augusta y Hércules Augusto). Estas
divinidades están asociadas al culto imperial.
¿Por qué se utiliza un prototipo tan antiguo? Se emplea un prototipo del S. II a.
C. ya que se pretende vincular este lugar con el Lacio. Coincide con el flujo de personas
que se trasladaban de esta zona al Lacio. Esta presencia de hispanos en el Lacio hace
que se trasladase ese estilo arquitectónico a Munigua. Es un intento, a nivel
arquitectónico, de promocionar esta ciudad con las ciudades del Lacio.
Concilium Proviciae en la Hispania Citerior:
Se construirá una gran obra en la parte alta de Tarraco para albergar este
concilio. Es un gran centro de época flavia monumental. Esta construcción está formada
por una plaza porticada por tres de sus lados que se encuentra en su parte superior. Esta
plaza tiene un gran templo consagrado al culto imperial en la zona central. En un
segundo nivel hay otra plaza porticada en tres de sus lados y que estaría destinada a
albergar las reuniones del consejo. En el tercer nivel se encuentra el Circo de época de
Domiciano. Su fachada principal se abre al resto de la ciudad y contiene elementos
simbólicos asociados al culto imperial. La construcción abarca casi toda la superficie de
la ciudad. Reúne tres elementos:
Primera terraza dedicada al culto imperial.
Segunda dedicada a reuniones de gobierno.
Tercera terraza reservada a cuestiones lúdicas.
La construcción es de época tardo-flavia.
Época Trajano-Adriana:
Itálica:
fue
fundada en el 206 d. C. a
orillas del Guadalquivir
en Santiponce, Sevilla. Su
ubicación a orillas del río,
le permite penetrar en la
zona de la Bética y
Extremadura.
Además
está próxima a la zona
Lusitana. Sus tierras eran
muy fértiles.
Trajano y Adriano
hicieron
que
Itálica
obtuviera el status de
Colonia. “Nueva ciudad”
monumentalizada y de barrios cuidados y trazado hipodámico a la que se trasladan los
más adinerados de Itálica.
Las esculturas siguen la tradición helenística (Adriano y Trajano Heroizados).
Traianeum: edificio monumental con una disposición estratégica con respecto
a la ciudad nueva y también a la vieja.
Lo ordena construir Adriano en honor
de su predecesor Trajano. Consta de:
pórtico, templo y altar.
El pórtico fue concebido a la
manera de la Biblioteca de Atenas.
100 columnas con exedras de planta
semicircular y cuadrada, dotados
también de esculturas.
El templo es octástilo,
períptero y de orden corintio.
El altar sigue las pautas del
altar de Zeus en Pérgamo. Tiene
forma de U.
Innumerables estatuas decoran
la cella, la plaza porticada y las
exedras del pórtico. Buena parte de
las esculturas del museo de Itálica y
Sevilla corresponden a la zona del
Traianeum. Su cronología se establece en el S. II d. C. Se conmemora y se diviniza al
emperador Trajano. El material base es el Opus Caementicium, recubierto de materiales
suntuosos: mármol cipolino, de Luni, local…
Corduba:
Existen varios edificios relacionados con el culto imperial:
Templo de calle Claudio Marcelo: es
de orden corintio y está sobreelevado 10
metros. Esto implica dificultades constructivas
pero lo hace más visible ante el paso de la Vía
Augusta.
El templo consta de otro templo, un
altar y una zona porticada a su alrededor. Se
fecha en la segunda mitad del S. I d. C.,
aunque su inicio probablemente parte de
época augústea. No se sabe bien a que
divinidad se dedicó, aunque Albar propuso que quizás fuera a Júpiter.
Pilares económicos del Imperio en la península Ibérica.
Cuando Augusto accede al poder se encuentra con tres grupos a los que debe
satisfacer: el pueblo de Roma, el ejército romano y los senadores. Creó una red
comercial por todo el imperio, apoyándose en la pacificación del comercio marítimo.
Para satisfacer al pueblo: crea un sistema en el que los precios de los productos
básicos estaban regulados por el Estado: o se daba gratis o su precio era muy bajo. Por
ejemplo, el grano y los cereales se daban gratis y el precio del aceite era bajísimo.
También creó puestos de trabajo para que casi toda la población pudiera adquirir esos
productos básicos. Patrocinio de espectáculos. “Pan y Circo”.
Para satisfacer al Senado: hizo que participaran de los objetivos económicos. A
algunas provincias más o menos pacíficas las nombró provincias senatoriales. Pero las
provincias más prósperas e importantes y las más conflictivas quedaron como
provincias imperiales. En ellas existían guarniciones militares que también había que
satisfacer.
Augusto pacificó el imperio también para engrandecer su fortuna personal, con
diversas artimañas. Participaba en los negocios imperiales. También heredó una buena
fortuna imperial que aumentó con expropiaciones a enemigos (senadores o dirigentes
romanos) y con donaciones de tierras y bienes que le hacían sus amigos.
Cuando pacifica la península Ibérica ve que tenía zonas económicamente muy
importantes, y realiza gestiones para rentabilizar al máximo estas posibilidades
económicas.
Recursos de la península Ibérica:
La Bética era rica en productos agrarios como: cereal, trigo, aceite, múrex, cera,
miel, vino… Augusto impulsó la especialización de determinados productos en cada
zona. También para la exportación.
En cuanto a los cereales, la península Ibérica y sobre todo la Bética, destinó
parte de su producción a la exportación solo en momentos determinados, ya que para
Roma los principales productores de cereal eran Egipto, Sicilia y Siria.
Entre el 14 a. C. y el 8 d. C., Augusto estableció la Annona Militaris, que era un
sistema de regulación en el que la comercialización de cereal y aceite era controlada por
el Estado. Esto se hizo para satisfacer la demanda de los militares, controlándose así la
producción y el comercio de cereal y aceite.
El elemento económico agrícola más importante en el sur de la península Ibérica
para la exportación era el olivo. La producción de aceite tenía mucha demanda en época
antigua. Se usaba para la cocina, la elaboración de maquillajes… y para la iluminación
de los edificios.
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