Tarjetas de prepago: un medio de inclusión financiera La inclusión financiera es un tópico de alto interés en la agenda financiera internacional tanto para hacedores de política, supervisores como sector privado. Este interés obedece a razones de equidad e integración social, las cuales adquieren especial importancia cuando se considera la magnitud del desafío en esta materia. A modo de ejemplo, la población mayor de 15 años con cuenta en una institución financiera ascendió a 90% en los países de la OCDE en 2011, mientras que en Latinoamérica y Chile fue 39% y 42%. El logro de un mayor nivel de inclusión financiera puede materializarse a través de la generación de nuevos productos y/o servicios financieros. La tarjeta de prepago es un producto que apunta directamente en dicha dirección. Estas tarjetas exhiben importantes variantes en sus modelos de negocios, pero todas comparte un elemento común: el dinero es depositado en la tarjeta antes de que sea usada. En este sentido su uso no se condiciona a una evaluación crediticia del tarjetahabiente. Los beneficios de estas tarjetas incluyen, entre otros, el acceso a un medio de pago que brinda mayor seguridad –evita el porte de dinero en efectivo-, permite a clientes de ingresos menores y/o transitorios acceder a servicios transaccionales más baratos que los asociados a productos financieros más estructurados y que incluyen primas por riesgo de crédito –cuenta corriente o tarjeta de crédito--, y también podría constituir un primer paso para el acceso de clientes al sistema financiero más tradicional. La simplicidad en su uso y acceso para los clientes se ha traducido en que estas tarjetas han sido uno de los productos de mayor crecimiento en la industria de pagos minoristas. Estimaciones para Estados Unidos indican que su uso ha aumentado casi siete veces entre el 2009 y el 2013. Mientras, el espectro de sus posibles usos se ha expandido a áreas tan diversas como el pago de subsidios gubernamentales o gift cards. En contraste, en sus inicios su emisión la realizaban principalmente empresas no-financieras para usos acotados, como por ejemplo ciertas empresas de transporte. En Chile, las autoridades han planteado cambios normativos que buscan potenciar el uso de las tarjetas de prepago. En primer lugar, se encuentra en trámite en el Congreso el Proyecto de Ley que busca extender la oferta de estas tarjetas a instituciones no bancarias. En segundo lugar, el Banco Central puso en consulta pública medidas que buscan flexibilizar la emisión de tarjetas de prepago bancarias. Por último, el año 2012 se autorizó cobros transaccionales en cuenta vista, lo que también permite acceder a sectores de menores ingresos. Estas medidas son positivas en tanto permitan simplificar los procedimientos de operación, es decir, contratos simplificados, estado de cuenta disponible vía Internet, etc. No obstante, es importante destacar que estos avances deben complementarse con una mayor cobertura de canales de atención a fin de que los futuros clientes puedan utilizar en forma eficaz este nuevo medio de pago. En este sentido, el desarrollo de la corresponsalía bancaria permitiría alcanzar una cobertura en todas las comunas del país a un menor costo favoreciendo así la inclusión financiera. Columna de Luis Opazo, gerente de Estudios de la Asociación de Bancos, en Diario Financiero 20 de octubre de 2014