PSOE, PP y PNV miden fuerzas en elecciones de

NACION
NEGRO
14.MUNDO
PAG.14
EL NACIONAL DOMINGO 1º DE MARZO DE 2009
ESPAÑA Por primera vez los nacionalistas pueden perder el poder en el País Vasco
PSOE, PP y PNV miden fuerzas
en elecciones de Galicia y Euskadi
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Llaman a votar nulo
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JAVIER PEREIRA
[email protected]
Llegada cerrada sobre la línea
de meta y final de fotografía:
eso es lo que vaticinan todas
las encuestas sobre las elecciones autonómicas que hoy
se celebran en Galicia y el País
Vasco; comicios en los que no
sólo está en juego la configuración de los nuevos gobiernos
autonómicos, sino que representan también un examen
para las principales fuerzas
políticas de España.
Por un lado, el Partido Popular (PP) busca oxígeno, en
medio de una avalancha de
denuncias por una compleja
trama de corrupción, que toca a varios de sus principales
dirigentes; y por el otro, el Partido Socialista Obrero Español
(PSOE) quiere recuperar fuelle, luego de una considerable
caída en la popularidad del jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por la cuestionada gestión de la crisis
económica. Las dos fuerzas
políticas se han enfrentado en
una campaña feroz para conquistar el Gobierno de Galicia,
pero ambos partidos comparten también hoy un objetivo
común: desalojar al Partido
Nacionalista Vasco (PNV) del
poder en Euskadi.
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Las denuncias de
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gallega
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Por primera vez en más de
30 años de democracia hay
posibilidades de que una coalición de partidos no nacionalistas alcance la mayoría de los
escaños en el Parlamento vasco, y pueda llevar a la jefatura
del Gobierno a un lehendakari
socialista.
En las elecciones autonómicas españolas, al igual que las
nacionales, los ciudadanos no
eligen directamente a los jefes
de Gobierno. Los electores deciden con su voto la configuración de los parlamentos autonómicos, y la formación del
Ejecutivo depende de la suma
de una mayoría simple de diputados: en Galicia y Euskadi,
38 de 75 diputados. Este sistema abre las puertas a la formación de gobiernos de coalición que, en ocasiones, no son
encabezados por los partidos
más votados.
Los números de Patxi. Los principales estudios de opinión
publicados en las últimas dos
semanas señalan que el PNV
y el Partido Socialista de Euskadi (PSE, filial del PSOE) están en una pelea muy pareja,
y cada uno puede sumar entre
27 y 30 escaños. Aunque en los
últimos días los nacionalistas
parecen tomar una ligera ventaja, está claro que ninguno de
los dos partidos puede sumar,
en solitario, la mayoría de los
diputados. La llave del nuevo
gobierno de Euskadi quedaría, entonces, en manos del
PP, que según los cálculos de
voto podría obtener entre 11
El lunes 9 de febrero, el Tribunal Supremo anuló las
candidaturas al Parlamento
vasco presentadas por Askatasuna y Demokrazia Hiru Milioi, al constatar que
sus miembros están vinculados a Batasuna: el brazo
político de ETA. La decisión
supuso que los comicios de
hoy son los primeros a los
que no concurren candidatos de la izquierda abertzale.
Con ETA fuera del tablero,
la distribución de escaños
cambia sensiblemente. En
las elecciones de 2005, la
izquierda abertzale (con la
tarjeta del Partido Comunista de las Tierras Vascas)
obtuvo 9 escaños, fundamentales para que Juan José Ibarretxe (PNV) fuera le-
hendakari. Actualmente se
calcula que los abertzales
cuentan con unos 120.000
votos, en un padrón de 1,8
millones de electores. “En
unas elecciones tan igualadas, estos votantes pueden
resultar decisivos, especialmente en los escaños disputados en Guipuzcoa. Si bien
la mayoría optará por el voto nulo, como han ordenado
sus dirigentes, muchos ejercerán el voto útil por otras
opciones nacionalistas, como Aralar (grupo escindido
de los abertzales, pero que
sí condena a ETA), en un intento por evitar la victoria
del socialista Patxi López”,
explica Yuri Morejón, presidente de la Asociación Vasca
de Consultores Políticos.
Francisco Llera, catedrático de
Ciencias Políticas de la Universidad del País Vasco. “Aunque
parece un escenario complicado, hay un detalle que obliga a
analizar seriamente esta posibilidad: ese pacto de gobierno
es apoyado por más de un tercio de los vascos, mientras que
un pacto PSE–PP sólo es bien
valorado por 8% del electorado. Una mala decisión ahora
puede resultar costosa en el
futuro”, explica Lleras.
y le arrebata un diputado sus
socios del BNG, que caen de 13
a 12 escaños.
Aunque Touriño parte con
ventaja, la batalla está muy
cerrada y los populares reforzaron su ofensiva de campaña en febrero. Mientras los
dirigentes nacionales del PP
sufren desde hace más de un
mes una avalancha de denuncias de corrupción, que afecta a altos cargos de Madrid y
Valencia, en Galicia las balas
vuelan en sentido contrario,
afectando al PSdeG y al BNG y
abriendo nuevas posibilidades
de que Alberto Núñez Feijoo
(PP) se convierta en presidente de la Xunta. “Las informaciones aparecidas en las últimas semanas sobre el gasto
desmesurado de Touriño en la
remodelación de su despacho
y la compra de su carro oficial,
le han servido de argumento al
PP para contraatacar. Si bien
estos temas no son decisivos
en el voto de los vascos, en Galicia la campaña se ha centrado en esto, se ha eclipsado el
debate de propuestas y en una
competencia tan cerrada, esto
puede resultar decisivo”, explica Yuri Morejón, consultor
político y director de Yescom
Consulting.
Aunque los escenarios son
distintos, los analistas coinciden en que la perspectiva
es la misma: soplan vientos
de cambio en Galicia y el País
Vasco, aunque la competencia
es muy cerrada y los ganadores
se definirán por un puñado de
votos. 
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Votantes
en el exterior
serán decisivos
… El Censo Electoral de
Residentes Ausentes, señala
que 33.940 gallegos residentes en Venezuela pudieron
participar en los comicios
autonómicos de Galicia, a
través del voto por correo.
En total, 335.452 personas
contaban con el derecho al
voto en todo el mundo: casi
13% del censo electoral, que
tiene 2,6 millones de electores. América latina concentraba 241.200 de esos votantes. En unos comicios tan
disputados, estos sufragios
pueden resultar decisivos
(como ya ocurrió en 2005);
por eso, Emilio Pérez Touriño (PSdeG) y Alberto Núñez
Feijóo (PP) fueron a pedir el
voto de la diáspora gallega
en Argentina y Uruguay. A
principios de febrero, representantes de ambos candidatos también visitaron Venezuela, que es el segundo
país con más residentes gallegos en el mundo, después
de Argentina, con 121.000.
En Euskadi, la influencia del
voto exterior es más limitada: sólo hay 43.660 vascos
residentes en el extranjero con derecho a voto, de
los cuales 4.644 viven en
Venezuela.
y 12 escaños. Los partidos nacionalistas de izquierda, Eusko
Alkartasuna (EA), Ezker Batua
(EB) y Aralar, tradicionales socios del PNV, pueden sumar
entre 7 y 9 escaños.
Con estos números, comienzan los cálculos. Para que el actual lehendakari, Juan José Ibarretxe (PNV), logre mantenerse
al frente del Gobierno vasco
durante una cuarta legislatura,
hay una sola fórmula: su partido y sus socios nacionalistas
(EA, EB y Aralar) deben sumar,
al menos, 38 escaños; si eso no
ocurre, el nuevo lehendakari
será el socialista Patxi López
(PSE). Sin embargo, hay 2 caminos para concretar ese cambio político: que los socialistas
sumen los 38 votos necesarios
con el apoyo parlamentario del
PP (la opción más probable), o
que los socialistas y los nacionalistas decidan armar un gobierno de coalición PNV–PSE,
pero con López a la cabeza y
sin Ibarretxe.
Aunque a primera vista parece difícil que los nacionalistas acepten estas condiciones,
los analistas señalan que hay
una carta que no se ha jugado:
las duras luchas internas en el
PNV entre Ibarretxe y el barón
más poderoso del partido, Iñigo Urkullu. “Ese no sería un
pacto imposible, pero supone una condición: que el PSE
obtuviera más escaños que el
PNV. Si eso ocurre, Ibarretxe sería el gran derrotado y no sólo
perdería el gobierno, sino que
pasaría a un segundo plano en
el partido”, explica el profesor
El pulso gallego. Mientras en
Euskadi la guerra de quinielas
es compleja, en Galicia el juego es más simple. Desde hace
20 años sólo hay 3 actores en
juego, divididos en dos bandos: de un lado el PP, el partido
más poderoso de Galicia y que
gobernó esas tierras hegemónicamente entre 1980 y 2005;
y del otro lado están el Partido
Socialista de Galicia (PSdeG,
filial del PSOE) y el Bloque
Nacionalista Gallego (BNG),
quienes compartieron labor
de oposición durante décadas
y finalmente sellaron una coalición en 2005 para sumar 38
escaños y llevar a la Xunta el
primer gobierno de izquierda
de la historia de Galicia, encabezado por el socialista Emilio
Pérez Touriño.
Las encuestas revelan que
hoy la situación es muy similar
a la de 2005: el PP se mantiene
como la fuerza mayoritaria de
Galicia y coquetea con la mayoría, con un cálculo de 37 escaños; mientras, el PSdeG sube
ligeramente de 25 a 26 escaños
AFP
Un campesino siembra cabalazas en Galicia
AFP
En las calles del País Vasco se observan avisos sobre la ETA