ANTROPOLOGIA FILOSOFICA1 La antropología filosófica no surge como un interés actual en lo académico, sino más bien como una inquietud innata en lo más profundo del hombre, saber quién es el hombre, que es el hombre y cuál es el sentido de su existencia. Y lo hace cuando se encuentra en condiciones limites, en estas experiencias es donde inicia el hombre su reflexión sobre el sentido de su existencia. ¿Qué es el hombre?: es sin duda la pegunta a la que apuesta el mismo hombre en la búsqueda de una respuesta, y lo hace porque ello mismo le afecta directamente, en su cotidianeidad, en lo misterioso de su ser, en la problematicidad en la que se ha convertido, y lo hace porque es el justamente el único que puede y debe preguntárselo, no siendo así para el resto de seres vivientes que habitan el planeta. Así pues se puede llamar antropología filosófica a todo intento de asumir la problemática específica de hombre, se trata de intentos que pretenden aclarar, según una reflexión metódica filosófica el gran interrogante que el hombre se plantea a sí mismo: ¿Qué significa ser hombre? En otras palabras la antropología filosófica es la disciplina que toma al hombre como objeto de su investigación, en el intento de aclarar y establecer en cierto modo su ser. La filosofía antropológica debe enfrentarse al nacimiento contemporáneo de las antropologías científicas y de los saberes del hombre, y el enfrentarse radica por una parte, en hacerse a una definición de su objetivo, es decir del método utilizado para desempeñarse en el campo, frente a unas antropologías que utilizan métodos más prácticos, es el caso de las ciencias positivas que se basan su método en la experiencia, las ciencias humanas en la comprensión dejando a la antropología filosófica en el campo incierto del método hermenéutico, especulativo. 1 Trabajo realizado para la asignatura de Antropología Filosófica. Elaborado por Juan Carlos Villanueva Miranda, estudiante de filosofía, dirigido al profesor Gustavo Muñoz, para el curso “Antropología Filosófica” de la escuela de filosofía de la Universidad Pontificia bolivariana. Noviembre 1 de 2011. Ahora bien con la intención de hacer una distinción aparecen la delimitaciones, en primer lugar entre la antropología filosófica y las ciencias positivas del hombre y luego entre la antropología filosófica y las antropologías científicas., las ciencias positivas de hombre o saber naturales (biología, física, química entre otras) tratan la realidad del hombre con la metodología empírica propia de las ciencias naturales, esto es el estudio de la composición biológica del hombre que no difiere en mucho de las otras especies que habitan el planeta. Por otra parte las ciencias humanas van a la dimensión de lo intencional y consiente del hombre, y estudian lo propio y característico de la acción humana, la cultura, tal es el enfoque de la psicología, la historia, la economía, la sociología, etc. Y es, que, como se vio, estas ciencias ocupan solo una extensión del estudio del hombre, dejando por fuera lo trascendental, lo que constituye lo propio y especifico, lo humano, bueno es allí donde aparece la antropología filosófica con la intensión de dar respuesta a ello. Es hay donde radica la razón de ser de la antropología filosófica. Podemos encontrar posturas frente a esta situación, así mientras unos piensan que no debe haber relación entre las antropologías científicas y la antropología filosófica, otros piensan que si, apoyando esta tesis, creo que es lo más conveniente, así se puede crear una relación entre los datos que aportan cada una, es la complementariedad de ambos saberes, en la cual cada una desde el método que haya adoptado intenta dar explicación a lo que en definitiva se pretende ¿Qué es el hombre? CONCLUSION. A lo largo del estudio de la antropología filosófica y más específicamente en referencia a la problematicidad en la tarea de delimitar un estatuto epistemológico para esta, nos encontramos ahora con unas conclusiones generales: tomando alguna afirmaciones nos podemos referir en primer lugar a Heidegger quien afirma que no hay sentido para una antropología filosófica como disciplina de primer orden en cuanto núcleo esencial de la filosofía, pues este es el campo de la ontologia fundamental. De otra parte, argumentos orteguianos nos muestran un error en el estudio de lo humano como una estructura esencial, planteamiento que aparece nuevamente haciendo referencia a la interpretación del hombre desde las categorías ontológicas, más bien lo que se pretende con los argumentos orteguianos es que el hombre debe ser estudiado desde la experiencia obtenida de las situaciones a las que con regularidad se ve sometido. En sus palabras “El hombre no tiene naturaleza, sino existencia” en mi concepto, pertenecería el hombre pues a un proceso evolutivo marcado por las diferentes situaciones a las que se ve sometido, es decir a la relación que existe entre el hombre y el medio, medio cambiante que condiciona el pensamiento de todo hombre. Propone pues como alternativa de estudio un método raciovitalista, considerando que ofrece todas las garantías para un correcto construir de una antropología filosófica. Ahora bien la pregunta parece no encontrar una respuesta a corto plazo, quizá ni siquiera en el largo, no es fácil determinar en definitiva el resultado por la pregunta del ser, y menos cuando asistimos a una época en la que el hombre vuelve a recuperar su autonomía y libertad frente a las estructuras sociales, un hombre que se hace más consciente de su realidad y que tiene a la mano muchas más herramientas para configurarse una visión del mundo. Sin embargo la pregunta sigue viva y supone que no se puede hacer un abandono definitivo del objetivo de la antropología filosófica. Lo complejo radica entonces en la misma complejidad de definir al hombre, pues ya se ha hablado de este como un ser misterioso y cambiante. Como tarea pendiente de la antropología filosófica, queda pues, el avanzar en el dialogo con las diferentes ciencias, afianzando la relación entre los datos aportados según los métodos científicos y los datos hermenéuticos propuestos por la filosofía, entran aquí en juego no solo las ciencias sociales sino también las ciencias naturales, con la idea de hacer un estudio del hombre como un todo, social y natural. En la actualidad puedo pensar que el hombre se encuentra en una época que se le presenta con muchas probabilidades que a la vez le generan incertidumbres, se proponen nuevos modelos de organización, pero creo que el individuo ha ido muy lejos y tiene una visión de interés más individualista, no es siquiera posible configurarlo en relación de similitud con los de su misma especie, hacer un retorno para ubicarlo nuevamente dentro de la naturaleza parece una tarea imposible, pues como dije anteriormente la conciencia es mucho más objetiva y se mueve en la base de una autoconfiguración. Podemos para finalizar este escrito citar algunas dificultades que son a la vez la tarea en la cual la filosofía antropológica debe centra su atención: A) La complejidad del ser humano como objeto de reflexión. b) La complejidad de saberes que se denominan antropológicos. c) La dificultad de conjurar la óptica científica con la filosófica. d) La dificultad para establecer modelos antropológicos adecuados o verdaderos para interpretar los datos científicos. Así pues se dan por sentadas las diferentes problemáticas a las que se enfrenta el hombre en su tarea de descubrirse, lo que si nos debe quedar claro que esta problemática no puede reducir al hombre a una subjetividad, ya que este desde el mismo momento de su concepción entra en relación de necesidad con los demás, así se configura un hombre que debe ser solidario y responsable para con los de su misma especie, entendiendo que es una relación que proviene de lo más profundo del ser, el peligro que afrontan los demás, es el peligro que yo mismo enfrento.