CAPÍTULO 4 TRATAMIENTO MÉDICO COMBINADO — INTRODUCCIÓN — EFICACIA EN LA MEDICACIÓN. CONCEPTO DE SUSTITUCIÓN • ¿Cuándo un fármaco es eficaz? — SUSTITUCIÓN — CONCEPTO DE ASOCIACIÓN • ¿Qué tipo de fármaco utilizar como asociación? • Asociación de fármacos y mecanismo de acción • Asociación de fármacos del mismo grupo • ¿Hasta cuándo asociar? Concepto de Terapia médica máxima tolerada vs terapia médica óptima — TIPO DE ASOCIACIONES • Asociación prostaglandina-betabloqueante • Asociación prostaglandina-Inhibidor de anhidrasa carbónica • Asociación prostaglandina-alfa 2 agonista • Asociación betabloqueante-alfa 2 agonista • Asociación betabloqueante-IAC • Asociación alfagonista-IAC — COMBINACIÓN • Concepto de Combinación. Ventajas y desventajas • Combinación latanoprost-timolol • Combinación betabloqueante-IAC BIBLIOGRAFÍA PARTE I. TRATAMIENTO MÉDICO Capítulo 4 TRATAMIENTO MÉDICO COMBINADO A. Castillo Gómez, J. García Feijoó, J. M. Martínez de la Casa, J. García Sánchez INTRODUCCIÓN El objetivo fundamental del tratamiento del glaucoma consiste en reducir la presión intraocular a un nivel en el cual el progresivo deterioro de las células ganglionares sea controlado, conservando la función visual. La determinación de la «PIO objetivo» es específica para cada paciente debiéndose obtener con la mínima medicación. Aunque lo ideal sería lograr la «PIO objetivo» con un solo fármaco en muchos casos esto no es posible así. Se estima que hasta un 50% de pacientes glaucomatosos necesitan usar más de un fármaco (1). En el estudio multicéntrico OHTS se observa que en la visita de los 5 años el 39,7% de los pacientes tratados empleaban dos o más medicaciones (2). La aparición en los últimos años de nuevos fármacos (principios activos, vehículos, combinaciones), algunos de ellos con gran capacidad hipotensora y reducida posología, hace que aumenten en gran medida las posibilidades combinatorias del tratamiento médico del glaucoma. Si consideramos los 4 tipos de beta-bloqueantes (BB) que disponemos (timolol, betaxolol, carteolol y levobunolol), los 2 inhibidores de anhidrasa carbónica tópicos (IAC) (brinzolamida, dorzolamida), el IAC oral (acetazolamida), las 3 prostaglandinas (latanoprost, travoprost, bimatoprost), los 3 agonistas adrenérgicos (brimonidina, apraclonidina y dipivailepinefrina) y el miótico (pilocarpina) y asociamos cada uno de los fármacos con el resto obtendríamos alrededor de 2000 posibles asociaciones, y si consideramos las diferentes concentraciones posibles dentro de cada compuesto alcanzaríamos alrededor de 56.000 combinaciones, lo que permitiría tratar a más de todos los pacientes glaucomatosos que viésemos durante nuestra práctica profesional, sin repetir nunca el mismo tratamiento (3). Por tanto, una vez que determinamos que la medicación inicial prescrita a un paciente no es eficaz debemos ser muy cuidadosos en la actitud que tomemos: sustituir (reemplazar por otro fármaco de un grupo terapéutico diferente), asociar (emplear 2 o más fármacos de diferentes grupos) o combinar (dos fármacos en un mismo preparado comercial). Esta decisión no sólo se hace de una forma «PIO-dependiente» sino que hay muchos otros factores que influyen y debemos valorar (eficacia, mecanismo de acción, seguridad, tolerabilidad, cumplimiento, calidad de vida, coste...) (4). De una forma ideal, podríamos pensar que la literatura científica nos ayudaría en la elección de las mejores asociaciones. Sin embargo, los estudios comparativos de mejor calidad y diseño son los realizados sobre monoterapias, algunas asociaciones están poco estudiadas y, lo que es más grave, muchos estudios pre y postmarketing están realizados por compañías farmacéuticas con la consiguiente pérdida de objetividad. Esto se traduce en que cada oftalmólogo tenga sus «asociaciones favoritas» con una tendencia a emplearlas intuitivamente y, en ocasiones, inadecuadamente (3). En la evolución del glaucoma no sólo influye el nivel de PIO sino que hay otras variables (genética, factores vasculares, neuroprotección…) que deben ser tenidas en cuenta. La importancia clínica de estas variables no ha sido del todo demostrada, aunque no es extraño pensar que en el futuro tratamiento del glaucoma sean incluidas. Existen algunos fármacos en 62 investigación que, independientemente de reducir la PIO, actuarían mejorando el aporte sanguíneo o la fisiología celular neuronal y podrían asociarse a los fármacos hipotensores que disponemos (5). El papel del láser o la cirugía como terapia inicial en el glaucoma por sus menores costes y efectos secundarios ha sido defendido por numerosos autores (6). Sin embargo, según los datos del estudio CIGTS, los pacientes con glaucoma inical en tratamiento médico obtienen iguales resultados en el campo visual y mejores en cuanto a mantenimiento de la función visual que los operados tras 5 años de seguimiento. Aunque este estudio se comentará con más detalle en el capítulo dedicado a los objetivos del tratamiento quirúrgico, este hecho obliga al oftalmólogo a conocer perfec- I.4. Tratamiento médico combinado tamente la indicación de los fármacos en el glaucoma y el modo de combinarlos adecuadamente (7). EFICACIA EN LA MEDICACIÓN. CONCEPTO DE SUSTITUCIÓN Lo primero que debemos establecer es cuándo cambiar de medicación a un paciente glaucomatoso en tratamiento con un fármaco. Esto ocurre en tres supuestos: 1. Desarrollo de un efecto adverso local o sistémico. 2. No se obtiene la PIO deseada. 3. Pese a obtener la PIO deseada, el C.V. o el nervio óptico empeoran. ¿Cuándo un fármaco es eficaz? Fig. 1. Algoritmo de tratamiento de la PIO. Cuando iniciamos cualquier nuevo tratamiento tópico debemos comenzar siempre que podamos con una prueba monolateral ya que de esa manera se comprueba la diferencia de PIO que hay con respecto al ojo contralateral y se evitan interacciones de fármacos si en este último ojo usamos otra medicación (4). La PIO se debe medir no sólo cuando las medicaciones alcanzan su máximo efecto (pico), sino en el período basal (trough). Si el fármaco es efectivo (un descenso de PIO de 15%) pero no se alcanza la PIO objetivo, es razonable asociar un segundo compuesto. Si no es efectivo en bajar la PIO al menos un 15%, el fármaco debe ser sustituido y comprobar la eficacia del nuevo fármaco en la reducción de la PIO y así sucesivamente (fig. 1) (8). La definición de eficacia en PIO no es estándar, aunque el 15% arriba mencionado es razonable (9). Otro método para evaluar la eficacia es establecer para cada fármaco cuál es el nivel de eficacia terapéutica teórica y usarlo como referencia de cada producto (tabla 1). Por ejemplo, si el fármaco A se ha demostrado que tiene un efecto medio de descenso del 20%, cualquier paciente que no alcance este rango se define como no respondedor y la medicación se considera ineficaz. I.4. Tratamiento médico combinado Lógicamente, para estar seguros de este punto, debemos analizar el cumplimiento por parte del paciente (causa más frecuente de que las «medicaciones no funcionen») y la duración del tratamiento. Los fármacos necesitan un período de tiempo variable en cada caso para ser efectivos debido a su farmacocinética y a las características intrínsecas de cada paciente. Por ejemplo, la eficacia de las prostaglandinas (PGs) aumenta en un 26% de pacientes tras 3 meses de empleo y con timolol en el 22% de pacientes (10). Por tanto, aunque no hay un período claramente establecido, sólo debemos considerar ineficaz un fármaco a partir de las dos-cuatro semanas de empleo. Asimismo, parece que hay algunos fármacos con mayor porcentaje de respondedores que otros, así las PGs según algunos estudios tendrían un descenso de PIO mayor de 30% hasta en un 49,6-54,7% de pacientes (11). En un estudio retrospectivo sobre una muestra de 1.990 pacientes de 9 países con GPAA o HTO que iniciaron tratamiento con betabloqueante, se observó que tras dos años sólo el 56% continuaba con dicho tratamiento (12). Analizando las factores que influían directamente en dicho cambio se llegó a la conclusión que eran el efecto hipotensor del tratamiento y una PIO elevada en la visita inicial. Se observó que a los pacientes con defectos moderados o graves del campo visual se les cambiaba de tratamiento más a menudo que a los de defectos leves y que los daños de la cabeza del N.O. no influían en la probabilidad de cambio. Por tanto, en la práctica clínica habitual lo que más valoramos a nivel de eficacia de un fármaco es la reducción de la PIO y no otros parámetros. Esto tendrá excepciones en los pacientes que pese a tener valores bajos de PIO el CV progresa. En conclusión, el primer parámetro de elección en un fármaco es su eficacia hipotensora aunque no debe olvidarse la seguridad, tolerancia, coste y fácil instilación. En algunas ocasiones, el paciente desarrolla una taquifilaxia o fenómeno de escape. Esto no es infrecuente y se sabe que ocurre en pacientes tratados con BB, debido probablemente a un aumento del número de receptores beta en 63 Tabla 1. Descenso estimado de PIO de cada fármaco Betabloqueantes no selectivos 4-6 mmHg (20-35%) Betabloqueantes selectivos 3-4 mmHg (15-25%) Inhibidores anhidrasa carbónica 3-5 mmHg (19-23%) Prostaglandinas 6-8 mmHg (25-39%) Pilocarpina 3,5-6 mmHg (20-30%) Alfa agonistas 5-6,2 mmHg (20-27%) los procesos ciliares (13). La taquifilaxia ocurre en mayor o menor proporción en todos los grupos farmacológicos. Para demostrar taquifilaxia se debe recurrir a la historia clínica del paciente y comprobar si las medidas fueron hechas con la misma metodología, tonómetro y hora de medida. SUSTITUCIÓN Si el fármaco no es eficaz (el descenso de PIO es mínimo o inexistente) debemos siempre sustituir en vez de asociar. La sustitución debe ser realizada con principios activos de diferentes grupos farmacológicos. Por ejemplo, no se debe sustituir en términos de eficacia timolol por carteolol. Este principio también puede aplicarse a los IAC. Ha sido una sensación en la práctica clínica habitual que el IAC por vía oral (acetazolamida) era mucho más potente en reducir la PIO que los IAC tópicos (brinzolamida o dorzolamida) sin embargo, son muy similares en cuanto a eficacia como demostró Rosemberg (14). Otro aspecto diferente es el caso de una asociación donde el cumplimiento y el efecto lavado aconseje emplear el IAC oral. Un tema muy controvertido es el de la sustitución entre PGs. De los cuatro fármacos pertenecientes a este grupo: latanoprost, travoprost, bimatoprost y unoprostone, parece razonable considerar que este último es el que posee más diferencias en relación a los otros tres (muy similares entre sí) en cuanto estructura química, farmacocinética y eficacia. Esto significa que a un paciente con unoprostone se le puede sustituir por cualquiera de los otras tres PGs y obte- 64 I.4. Tratamiento médico combinado ner reducciones adicionales entre 3 y 8 mmHg según algunos autores (15). En cuanto a sustituir las otras tres PGs entre sí, en principio parece menos razonable debido a su similitud química y mecanismo de acción. Sin embargo, hay algunos autores que establecen que la afinidad por los receptores FP es diferente o que existen receptores únicos y específicos para cada compuesto y que, por tanto, podríamos obtener una mayor eficacia en algunos pacientes no respondedores sustituyendo una PG por otra. Se han observado respuestas favorables de descenso de PIO en pacientes no respondedores a latanoprost tras instilación de bimatoprost (descenso adicional de un 30%) (16) o de travoprost (descenso de 3,2 mm Hg) (17). Por tanto, y a falta de estudios más concluyentes, se podría admitir que las PGs serían el único grupo farmacológico donde quizá tenga sentido sustituir fármacos en términos de eficacia. Al sustituir debemos tener en cuenta siempre el efecto lavado o wash-out. Todos los fármacos pese a discontinuar su aplicación tienen un efecto residual que se muestra en la tabla 2 (8). Por ello, al sustituir un fármaco se debe tener en cuenta este efecto y actuar de dos modos: o bien suspender toda la medicación y no instilar una nueva medicación hasta que el tiempo de lavado teórico haya transcurrido o tener en cuenta ese período de lavado y contabilizar la eficacia del nuevo fármaco a partir de esa fecha. Los períodos que se muestran en la tabla 2 son orientativos, ya que en la práctica clínica pueden variar. Stewart demostró que el tiempo medio de lavado de brimonidina era de 3,3 DS 3 semanas y de latanoprost alcanzaba 4,4 DS 3,2 semanas con una gran variabilidad individual de duración (18). Tabla 2. Período de lavado (EOGS 1998) Beta-bloqueantes Mióticos IAC tópicos PGS Alfaagonistas 2-4 semanas 1-3 días 1 semana 3-4 semanas 2 semanas CONCEPTO DE ASOCIACIÓN La asociación debe emplearse cuando se utiliza un fármaco que es eficaz pero no consigue obtener por sí solo la PIO objetivo. Según se muestra en la figura 1, a la hora de asociar un fármaco es fundamental comprobar que el primer fármaco sea todavía eficaz, ya que si no lo correcto sería sustituir (fig. 1). Si, pese a eso, no conseguimos la PIO objetivo lo lógico sería substituir uno de los dos fármacos por otro y no añadir un tercero. El criterio para decidir cuál sustituir sería evaluando su eficacia como se comentó en el apartado 2 y exigir al menos un 15% de reducción de la PIO en monoterapia, por lo que se debería siempre hacer una prueba monolateral y dejar un período de uso razonable para que el fármaco comenzara a ser eficaz (9). No obstante en la práctica clínica habitual en ocasiones no es fácil hacer esa prueba monolateral, ya que los pacientes en tratamiento con dos medicaciones suelen tener defectos campimétricos significativos y el objetivo principal es obtener un control hipotensor rápido para evitar la progresión de la enfermedad glaucomatosa. ¿Qué tipo de fármaco utilizar como asociación? Esta es una pregunta muy interesante a tratar y que no tiene una respuesta única. Antes de analizar qué fármacos son aconsejables para asociar, deberíamos establecer cuáles son los fármacos de primera línea. En 1998, la Sociedad Europea de Glaucoma consideraba los BB como fármaco de primera línea, manteniéndose así hasta hace bien poco (8). Sin embargo, las PGs debido a su eficacia y escasos efectos secundarios han sido cada vez más empleados en la práctica clínica como primera elección. Esta práctica ha sido confirmada tanto en Europa como por la FDA en el año 2002 (19). Según lo expuesto, se puede establecer una clasificación en cuanto a nivel de eficacia y efectos sistémicos como se muestra en la tabla 3. I.4. Tratamiento médico combinado Como ya se ha mencionado, el nuevo fármaco a asociar se debe escoger valorando, además de su eficacia, su seguridad, tolerancia, conveniencia, confort y coste en cada paciente concreto. Asociación de fármacos y mecanismo de acción Cada fármaco actúa reduciendo la PIO según un mecanismo de acción que ya ha sido expuesto en el capítulo anterior. Teóricamente, se ha considerado que, para que una asociación fuera adecuada era necesario que los fármacos tuvieran un mecanismo de acción diferente, por ejemplo, se podría asociar una PG (aumento de flujo uveoescleral) con un BB (disminución de secreción de humor acuoso). Sin embargo, en la práctica clínica se ha observado que asociaciones que actúan con el mismo mecanismo de acción son aditivas (p. ej. timolol e IAC). Esto se explica porque actúan a niveles moleculares diferentes. De forma contraria, asociaciones que actúan en diferentes sitios pueden no ser muy aditivas, por ejemplo los parasimpaticomiméticos, que aumentan el flujo de salida trabecular y las PGs que aumentan el flujo uveoescleral (20). Más sorprendente incluso es la asociación entre pilocarpina y PGs que se pensaba contrapuesta, ya que la pilocarpina causa contracción del músculo ciliar reduciendo el flujo uveoescleral. Sin embargo, sí puede ser empleada y se consiguen reducciones adicionales de hasta 6 mmHg cuando a la pilocarpina se le añade latanoprost (21). Por tanto, en la adición, el mecanismo de acción es importante pero no fundamental. Asociación de fármacos del mismo grupo Como previamente se ha señalado, sustituir un fármaco de un grupo por otro del mismo grupo no parece razonable, y esto también es aplicable en el caso que tengamos que asociar. A veces hemos observado que algunos pacien- 65 Tabla 3. Clasificación de elección de fármacos (eficacia y efectos sistémicos) 1 Línea Prostaglandinas Betabloqueantes no selectivos 2 Línea Betabloqueantes selectivos IAC tópicos Alfa agonistas 3 Línea Mióticos IAC oral tes polimedicados estaban siendo tratados con la asociación de IAC tópicos y orales. Esta asociación no tiene ningún efecto hipotensor añadido y sólo aumenta la posibilidad de tener efectos secundarios (14). En relación a las PGs parece que existe una excepción con el unoprostone (no comercializado en España) que consigue una asociación eficaz con el latanoprost, obteniendo una reducción adicional de 2,1 mmHg a 3 mmHg y sin efectos tóxicos añadidos (22). Como se ha comentado previamente, el unoprostone tiene una estructura molecular (docosanoide), un receptor y un mecanismo de acción diferente al resto de PGs. Esto, también podría ocurrir con el bimatoprost, que se define como una prostamida con un mecanismo de acción y receptor diferente, por lo que teóricamente podría asociarse a las otras dos PGs, travoprost y latanoprost. Sin embargo, hay algunos estudios que apuntan a que su estructura bioquímica y receptor no difieren de las otras dos PGs (23). Desde el punto de vista clínico, hay descrita en la literatura una subida de PIO paradójica de 35 a 48 mmHg tras asociar bimatoprost a latanoprost y a travoprost en una serie de pacientes. Los autores justifican este efecto por una desensibilización de receptores en unos compuestos que son farmacológicamente similares y que a efectos prácticos sería como instilar una PGs dos veces al día, pauta que ya se comprobó que no era más eficaz y en algunos casos aumentaba la PIO (24). 66 ¿Hasta cuándo asociar? Concepto de terapia médica máxima tolerada vs terapia médica óptima Con la aparición de nuevos agentes, el oftalmólogo puede tener la tentación de ir asociando diferentes fármacos para obtener una PIO objetivo y además con los productos en combinación puede asociar más principios activos con menos instilaciones. Sin embargo, siempre existe un límite y es lo que implica el concepto de terapia médica máxima tolerada (TMMT). La TMMT se define como «la situación en la que ya no tiene sentido añadir más fármacos» (5). En los años 80 la trayectoria del TMMT se iniciaba con timolol, continuaba con pilocarpina y dipivailepinefrina y terminaba en IAC oral, hoy en día esa «trayectoria» es mucho más larga. Lógicamente, el ir añadiendo medicación conlleva riesgos claros: aumenta la toxicidad del tratamiento, el coste y la dificultad del cumplimiento. Además esta conducta terapéutica puede tener como consecuencia el retraso innecesario del tratamiento quirúrgico y la progresión de la enfermedad. En la figura 2 se muestra el aspecto de un paciente polimedicado. I.4. Tratamiento médico combinado Por tanto, el concepto de TMMT es obsoleto y pertenece al pasado. En su lugar es más adecuado el concepto de terapia médica óptica (TMO), donde el médico emplea «la mínima cantidad de medicación para obtener el objetivo deseado y con los menores efectos adversos» (25). Parece lógico admitir que la TMMT para la mayoría de autores se obtiene con 2 fármacos (3) o bien tres principios con 2 productos (9). A partir de ahí hay que plantear láser o cirugía. En nuestro Centro únicamente asociamos dos fármacos, usando tres como medida temporal en pacientes que esperan una intervención. No obstante, en la decisión de la TMMT influyen factores muy particulares en cada país o institución (formativos, experiencia, coste...). En el estudio de Jonsson y Kriglestein, se comprueban diferentes pautas de tratamiento para cada país, y así, cuando en el Reino Unido se abandonaba la monoterapia se elegía la trabeculectomía y, sin embargo, en Holanda se optaba como segunda opción por la TPLA, mientras que en España se hacía sustitución o asociación de fármacos (12). TIPO DE ASOCIACIONES A continuación se analizarán los tipos más frecuentes de asociaciones. No se incluye la pilocarpina, ya que este fármaco tiende a emplearse cada vez menos en la práctica habitual. En la figura 3 se muestra un esquema de las posibles asociaciones. Asociación prostaglandina-betabloqueante Fig. 2. Paciente polimedicado. Aspecto de la conjuntiva tarsal y bulbar inferior. La asociación entre PGs y BB ha sido ampliamente estudiada y existen numerosos trabajos publicados en la literatura (26-28). Los mecanismos de acción son complementarios: aumento de flujo uveoescleral (PGs) y reducción en la producción de humor acuoso (BB). El efecto aditivo de instilar PGs a un paciente tratado de base con BB es una reducción adicional del 14% al 25% (2,6-6,1 mmHg). Si la adición se realiza al revés (añadir BB a un I.4. Tratamiento médico combinado 67 paciente tratado con PGs) la reducción es de un 13% a un 28% (2,4-5,5 mmHg). Estos datos revelan que la asociación BB y PG tendría una de las mayores capacidades hipotensoras. De hecho es la asociación que más se emplea en la actualidad. Sus desventajas son los efectos sistémicos del BB y la concentración elevada de cloruro de benzalkonio (BAK) cuando se emplea latanoprost (0,2 mg/ml). Asociación prostaglandina-Inhibidor de anhidrasa carbónica Los primeros estudios de asociación de PGs con IAC se realizaron con la acetazolamida observando una reducción adicional del 14% cuando a un paciente con IAC oral se le instilaban PGs (29). En otro estudio hecho con dorzolamida, se demostró que cuando dorzolamida se añadía a PGs se obtenía una reducción del 15% (2,8 mmHg) y que cuando era al revés descendía un 24% (5,1 mmHg) (30). Por tanto, la asociación PGs con IAC es efectiva y los mecanismos de acción son complementarios (aumento de flujo uveoescleral y reducción de producción de humor acuoso). Actualmente, se considera por numerosos autores que podría ser la mejor asociación, ya que la eficacia es buena y los efectos secundarios tanto locales como sistémicos serían mínimos, evitando sobre todo los efectos sistémicos de los BB. En un estudio retrospectivo comparando las asociaciones PGs con BB, brimonidina y IAC tópico, se obtenían unas reducciones de 12,3%, 9,3% y 19,7% respectivamente, por lo que la asociación más eficaz sería PGs e IAC tópico (31). No obstante son necesarios estudios prospectivos con mayor número de pacientes y mejor diseñados. Asociación prostaglandina-alfa 2 agonista Esta asociación no ha sido muy empleada aunque existen algunos estudios en la literatura (32,33). Ahmed, en un estudio comparativo de PG y brimonidina vs combinación timolol/dorzolamida, encontró una reducción de un 34,7% Fig. 3. Esquema de posibles asociaciones. vs un 25,3%. En este trabajo, no se hace referencia a los efectos secundarios. En otro estudio, la capacidad hipotensora alcanzaría un 22% pero en el primer mes el 10% de los pacientes tratados debieron interrumpir el tratamiento por efectos adversos (33). El problema de esta asociación es su tolerancia, la brimonidina produce hiperemia ocular en un 30% de casos y las PGs varían según cada tipo entre 3-40% de casos , por lo que esta asociación no es recomendada. Esta hiperemia, producida por el principio activo de cada fármaco, puede verse incrementada por la concentración de BAK, ya que la de algunas PGs es elevada. La futura presentación de brimonidina 0,15% disponible en EE.UU. pero no en España contiene muy poco BAK. Asimismo, el mecanismo de acción de brimonidina se basa en parte en el de PGs por lo que los mecanismos de acción a nivel molecular serían similares. Por todos estos motivos creemos que es una asociación poco recomendable y podría emplearse sólo en casos muy específicos. Asociación betabloqueante-alfa 2 agonista La asociación BB con brimonidina ha sido también ampliamente estudiada (34,35). Los 68 mecanismos de acción a nivel molecular son compatibles, pese a que ambas moléculas reducen la producción de humor acuoso. La reducción adicional que se obtiene añadiendo brimonidina a un BB es de un 27,6% en el pico de acción de brimonidina (a las 2 h de instilación) El problema que tiene la asociación, debido al la acción de la brimonidina, es la reducción en la eficacia en el período basal (trough) ya que algunos estudios hablan de una acción hipotensora tan sólo del 9,7% (31). Es posible que la eficacia de la brimonidina fuera superior y más mantenida si la instilación se realizara tres veces día, con el consiguiente riesgo de no cumplimiento o intolerancia local. I.4. Tratamiento médico combinado entre la asociación BB + dorzolamida vs BB + brimonidina esta última era algo más eficaz en el pico (2 h), sin diferencias en el período basal (trough) (35). Asociación alfagonista-IAC Esta asociación no tiene mucho sentido debido al efecto hipotensor menor de estos fármacos en relación a BB o PPGs (fármacos de segunda línea). Sólo se justificaría en caso de intolerancia a fármacos de primera línea. COMBINACIÓN Asociación betabloqueante-IAC La asociación BB e IAC ha sido muy empleada. La eficacia de reducción adicional de BB cuando se añade a IAC es de un 14 a un 20% (1,5-3 mmHg) (36,37). Los dos fármacos reducen la PIO disminuyendo la producción de H.A. aunque a nivel molecular actúan a diferente nivel. El descenso hipotensor es bueno y oscila entre el 27,4-32,7% mmHg (36). La asociación es algo más eficaz cuando se usa dorzolamida tres veces al día (36), por lo que para facilitar el cumplimiento es aconsejable emplear esta asociación en la forma combinada o bien emplear brinzolamida (dos veces día) que se tolera mejor localmente. En un estudio comparativo reciente Tabla 4. Combinaciones farmacológicas Comercializados — Dorzolamida 2% + Timolol 0,5%: Cosopt (MSD) — Pilocarpina 2% + Timolol 0,5%: Timpilo (MSD). No disponible en España — Latanoprost 0,005%+ Timolol 0,5%: Xalacom (Pfizer) En desarrollo: — Timolol 0,5% + Brimonidina 0,2% (Allergan) (38) — Bimatoprost 0,03% + Timolol 0,5% (Allergan) — Travoprost 0,004%+ Timolol 0,5%: Travance (Alcon) Concepto de Combinación. Ventajas y desventajas La combinación consiste en la asociación de dos o más fármacos en una misma presentación farmacológica. Actualmente están comercializados o en vías de ensayo los fármacos mostrados en la tabla 4. El cumplimiento es uno de los mayores problemas cuando se afronta el tratamiento del glaucoma (8). Una de las principales ventajas de una combinación es el cumplimiento (39). La frecuencia y el número de gotas influye mucho en el cumplimiento. Kass comparó el cumplimiento en pacientes que se instilaban timolol/12 h vs pilocarpina/6 h y encontró un mayor cumplimiento con el regimen de 12 h (84,3% vs 77%) (40). En otro estudio, Zimmerman demostró que las dosis que más se olvidan son las del mediodía y se cumple más cuando son cada 12 h que cada 8 h (41). Por tanto, las pautas más sencillas favorecerán el cumplimiento. La combinación de fármacos también favorece la absorción. El efecto de lavado de una gota sobre otra con un intervalo de 30 sgs es de una pérdida de 45% de la primera, en un intervalo de 2 minutos una pérdida del 17%, y en un intervalo de 5 minutos una pérdida del 0% (4). Por tanto, hay que instruir a los pacientes que se instilen las gotas al menos con una separación I.4. Tratamiento médico combinado de 5 minutos ya que si no perderán parte de su efecto. La combinación evita ese problema. La toxicidad y los efectos secundarios son un problema en el tratamiento del glaucoma. Se ha demostrado el efecto tóxico del cloruro de benzalkonio (BAK) a nivel local con inducción de queratitis y conjuntivitis e incluso puede ser el inductor del EMQ de una forma dosis-dependiente (42,43). La concentración de BAK de cada agente hipotensor puede ser fundamental en la tolerabilidad del fármaco y debe ser tenida en cuenta cuando añadimos fármacos. Usando una gota de combinación con dos productos, la cantidad de conservante y vehículo es reducida en ocasiones a más de la mitad. Así por ejemplo, Xalacom tiene 0,1 mg/ml de BAK vs latanoprost 0,2 mg/ml y timolol 0,1 mg/ml. El latanoprost tiene más BAK que el travoprost (0,1 mg/ml) Por tanto, es un factor a tener en cuenta y una ventaja de las combinaciones sobre las asociaciones. En ocasiones se plantea la duda de si el unir dos fármacos en una presentación puede interferir en la absorción de cada uno de los compuestos y ser menor que cuando se administra cada compuesto por separado. En estudios realizados con Xalacom se observaron concentraciones intraoculares y plasmáticas similares a cuando se instila timolol o latanoprost por separado (26). Si las concentraciones plasmáticas de timolol son 1,19-1,25 microg (sólo timolol) vs 0,89-0,97 microg (combinación), son similares, esto se traduce en que el riesgo de efectos secundarios sistémicos no se reduce al utilizar los productos en combinación, sino que es el mismo. Una de las desventajas de la combinación es que desconocemos exactamente qué eficacia está ejerciendo cad uno de los componentes y si actúan uno o los dos. Si aparece un efecto adverso local, también es difícil saber cuál de los agentes lo produce, por lo que nunca debemos usar una combinación como primera línea de tratamiento, ya que quizá con uno sólo de ellos sería suficiente y de paso evitaremos efectos secundarios indeseables. A continuación analizaremos las dos combinaciones disponibles actualmente en España: 69 Combinación latanoprost-timolol Dos grandes estudios han sido realizados hasta la fecha, uno en Europa (436 pacientes) (44) y otro en EE.UU. (418 pacientes) (45). En ambos estudios se ha comparado la combinación frente a los dos componentes por separado (timolol y latanoprost), pero no asociados. Es de destacar que el descenso de la combinación frente al latonoprost es sólo de 1,2 mmHg en el estudio Europeo y de 0,9 mmHg en el estudio EEUU (p=0,005), motivo por el cual la FDA por el momento no aprueba la combinación para uso clínico ya que no observa una ventaja en la eficacia comparándolo con el latanoprost. Lógicamente falta el estudio que compare la combinación frente a la asociación. En cuanto a la incidencia de efectos tóxicos sistémicos y locales de la combinación fija no difieren de los compuestos por separado (44,45). Se recomienda que el producto se instile por la mañana, ya que el betabloqueante no tiene casi efecto por la noche (46), pese a que el latanoprost parece poseer más eficacia por la noche (47). Ya sea por el horario, la farmacocinética o el diseño de los estudios, no se ha demostrado por el momento una eficacia hipotensora significativa de la combinación vs latanoprost. Es posible que las nuevas formulaciones de travoprost + timolol o bimatoprost + timolol que actualmente están en fase III de investigación puedan obtener reducciones superiores por no interacción de sus compuestos. Combinación betabloqueante-IAC La combinación timolol-dorzolamida esta disponible en España desde el año 2002 aunque previamente estaba comercializada en Europa y EE.UU. Numerosos estudios han sido publicados demostrando una eficacia estadísticamente significativa respecto a los componentes por separado (reducciones adicionales de 10-20% en pacientes con timolol) (36,37). En un estudio en el que se compara la combinación vs la asociación (timolol/12 h y dorzolamida/8 h) existe un leve mejor control en algunas horas del día 70 con la asociación, aunque no de una forma significativa, siendo el efecto reductor hipotensor de la combinación del 27,4% (37). Los efectos secundarios locales y sistémicos no difieren de los propios de cada principio activo por separado (36,37). Es de destacar un estudio realizado por Choudri en el que se compara el efecto hipotensor en pacientes tratados con la asociación timolol y dorzolamida y que cambian a la combinación obteniendo reducciones adicionales de 2,1 mmHg (48) Este estudio no fue realizado bajo el estricto control de un ensayo clínico, por lo que los autores justifican esos mejores resultados debidos al mejor cumplimiento y al menor efecto lavado en el uso clínico habitual de combinaciones. BIBLIOGRAFÍA 1. Sall KN, Greff LJ, Johnson-Pratt LR. 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