Inauguración del Año Escolar en la Diócesis de Melipilla Viernes 10 de abril de 2015 +Cristián Contreras Villarroel Obispo de Melipilla Nos reunimos como comunidad educacional de los colegios de la diócesis de Melipilla. Nos acoge el colegio El Niño Jesús de Talagante, colegio más que centenario. En efecto, fue fundado en tiempos de la Colonia, en el año 1861, por Fray Luis Foco, cura párroco de la Parroquia Inmaculada Concepción. En ese entonces el Colegio fue constituido sólo para alumnos varones. En la actualidad y desde 1991, el Colegio es de propiedad del Obispado de Melipilla, cediendo su representación a la Fundación Educacional Colegio “El Niño Jesús”, a partir del 14 de diciembre de 1992 por Decreto Canónico N° 44. Desde el año 2005, el Colegio cuenta con los niveles de educación de Pre-Kinder, Enseñanza Básica y Educación Media Científico Humanista, cobijando en sus aulas aproximadamente a 1.000 alumnos en dos locales escolares. Saludo cordial y agradecidamente a su director, don Raúl Llorens. 1. Es segunda vez que nos reunimos como colegios del Obispado a inaugurar el año escolar. El año pasado este encuentro fue en el Colegio Juan Pablo II de San Antonio. Con ello queremos explicar que queremos ser una gran familia diocesana que vive y trabaja por alcanzar objetivos comunes. 2. Existen elementos externos que nos exigen trabajar con premura, pero con prudencia y competencia profesional. Estamos inmersos en un frenesí legislativo de grandes reformas: laboral, tributaria y educacional, siendo esta última aquella que nos plantea grandes desafíos. 3. Entre estos grandes desafíos que debemos asumir como Colegios de la diócesis señalo el siguiente: un gran sentido de responsabilidad con nuestras comunidades educativas, alumnos, docentes, directivos y apoderados. Se nos demanda la mejor calidad de educación que podamos ofrecer, para todos, sin excluir a nadie y con un gran sentido social. 4. Trabajaremos por la profundización de la identidad de ser colegios de la Iglesia: queremos ser seguidores de Jesucristo; formar jóvenes íntegros que contribuyan realmente a la sociedad en que vivimos, con los grandes valores humanos de la solidaridad, la verdad, la honestidad y la espiritualidad que nace del amor al Señor y su Evangelio. A esto no podemos renunciar. 5. Las actuales circunstancias nos indican la necesidad de profesionalizar la gestión educativa, a través de la creación de una red de colegios del Obispado de Melipilla, capaz de generar concordancias o sinergias, implementar mejoras curriculares, generar desafíos profesionales, aprovechar las buenas prácticas y apoyar solidariamente a los colegios de mayor vulnerabilidad. 6. Me parece que es un imperativo imprimir un sello formativo a los colegios de la red, es decir, tener una identidad común. De este modo, podremos enfrentar juntos los desafíos de la reforma educacional en curso (lucro, copago, selección y otros). Las familias que pondrán en nosotros su confianza en la educación integral de sus hijos, incluida nuestra identidad cristiana y católica, no sólo podrán obtener educación de calidad, sino que también los valores basados en el Evangelio, la familia y la igualdad de oportunidades. 7. El Papa Francisco ha señalado en varias oportunidades que no podemos continuar con una “pastoral de mantención”. Debemos despercudirnos, asumir nuevos desafíos de la reforma educacional y trabajar juntos como Colegios de Iglesia, como Colegios de la diócesis de Melipilla. La globalización nos impele a trabajar comunitariamente. 8. Expreso mi apoyo al trabajo que realiza la Vicaría para la Educación; mi gratitud al Concejo de Educación, así como a los laicos, varones y mujeres, comprometidos con nuestro proyecto educativo diocesano, en esta nueva etapa de la educación en Chile. 9. Mi gratitud a las familias que confían la educación de sus hijos a la Iglesia, a los directivos, profesores, administrativos, auxiliares y a todos quienes llevan adelante la vida de todos los días en nuestros colegios. 10. Una palabra especial a los profesores. Como pide el Documento episcopal de Aparecida, Ustedes deben educar hacia un proyecto de ser humano en que habite Jesucristo: “Hay muchos aspectos en los que se educa y de los que consta el proyecto educativo. Hay muchos valores, pero estos valores nunca están solos, siempre forman una constelación ordenada explícita o implícitamente. Si la ordenación tiene como fundamento y término a Cristo, entonces esta educación está recapitulando todo en Cristo y es una verdadera educación cristiana; si no, puede hablar de Cristo, pero corre el riesgo de no ser cristiana” [Aparecida, 332]. 11. Hermosa tarea: no basta hablar de Cristo, sino de ser cristianos. En esto trabajaremos decididamente. Mañana por ejemplo, tendremos un retiro espiritual en Melipilla con los profesores de religión de nuestra diócesis. La tarea que tenemos es hermosa. Acompañémonos unos a otros. Gracias a todos por su compromiso por el bien de nuestros niños y niñas, por nuestros jóvenes, por las familias que nos confían lo más preciado que tienen. Muchas gracias.