Eduardo Wilde y el Sufragio Universal

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Diplomatura Universitaria en Historia Argentina y
Latinoamericana
Buenos Aires y las provincias: guerras civiles. Los unitarios y su proyecto de coloniaje. La presidencia de Rivadavia. Los
caudillos y el Pacto Federal. Manuel Dorrego. Juan Manuel de Rosas y la Confederación. La civilización del cuero.
Justo José de Urquiza. Batalla de Caseros. Secesión porteña. La Constitución Nacional de 1853. Condiciones de Buenos
Aires para su incorporación a la Confederación. Formación del Estado oligárquico: presidencias de Bartolomé Mitre,
Domingo F. Sarmiento y Nicolás Avellaneda. La política británica y la Guerra de la Triple Alianza. ¿Civilización o barbarie?:
el nuevo paradigma del coloniaje. Genocidio e Inmigración. Los orígenes del movimiento obrero en la Argentina. El proyecto
primario exportador.
Trabajos destacados
Eduardo Wilde definía al pueblo como “animal amorfo, bruto y malo”. Con respecto al sufragio
universal sostenía que “era el triunfo de la ignorancia universal. ¿Qué es la democracia? El gobierno de los
más, que es decir el de los menos aptos”.
Escriban un breve texto (hasta cinco páginas) que analice las palabras de Wilde relacionándolo con
la bibliografía de la unidad (texto de Lettieri).
Integrantes: Maggi, Laura; Martínez, Eduardo;
Martínez, Silvina; Medina, Arturo;
Nacimiento Cristina; Pelinski, Yesica; Rodríguez, Luis Miguel - UNAM
INTRODUCCION
La excusa para este breve ensayo tal vez sean las palabras vertidas por Eduardo Wilde a propósito del
sufragio universal, o tal vez sea la necesidad de completar con un requerimiento explícito para una
titulación...pero como los acontecimientos mencionados no son fríos hechos que tienen inicio y fin en sí mismos,
es preciso dimensionarlos en el contexto socio-histórico-cultural en el cual suceden. Ambos –las palabras de
Wilde y un trabajo final de módulo- están situados en momentos de un debate social acerca del modelo de país
a sostener, en medio de discusiones sobre qué sector social es el que le da “cuerpo” a la Nación ¿la gente o el
pueblo?, encaramados en una batalla discursiva y cultural en donde cada palabra adquiere un peso simbólico tal
que define y dibuja el sustrato ideológico del cual proviene.
Ayer como hoy, se mantiene vigente el debate entre “la república” y “el país”, entre la oligarquía
autocrática y la democracia popular; y es en ese contexto en donde hablar del sufragio en términos de “triunfo
de la ignorancia universal” (Wilde) no es un dato menor sino el basamento en donde se incardinan los reiterados
planteos acerca de la calificación/cualidad/capacidad para votar.
Tampoco es un dato menor el contexto en cual escribimos este ensayo: un año eleccionario; en el marco
de la semana de festejos por el 205 aniversario de la Revolución de Mayo; atravesados por una batalla discursiva
mediática que insiste en remarcar que hay “gente que sabe votar” y otros que “no saben votar” o lo que es peor
aún, consideran que “se vota por el chori y la coca” o por el “voto cuota”. Más allá de la terminología poco
académica, invita a la reflexión el hecho de notar que a pesar del paso del tiempo y los cambios sociales y
culturales por los cuales hemos atravesado como sociedad, existen aún una serie de preconceptos sobre el otro
que hace anclaje en las diferencias, denostando al otro-diferente y estableciendo parámetros desiguales como
precondición para garantizar el poder y los beneficios de una elite que se arroga la dirección de “los destinos de
la Patria”.
2
DESARROLLO
Acorde con los discursos positivistas de la época, sustentados en la entonces escandalosa teoría
darwiniana sobre la supervivencia del más apto, el Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Dr. Eduardo Wilde se
preguntaba sarcásticamente, allá por 1882, “¿Qué es la democracia? El gobierno de los más, que es decir el de
los menos aptos”. Esta pregunta burlesca, asociada a su idea de que había triunfado la ignorancia universal
cuando se solicitaba su opinión acerca del Sufragio Universal, son la clara expresión de una interpretación
liberal-conservadora acerca de la relación Sociedad-Estado.
Puestos a dimensionar las opiniones de Wilde desde un punto de vista historiográfico, pronto
advertimos que las mismas son vertidas en el marco de una extensa tradición ideológica que se puede rastrear
en varios de sus libros. En uno de los más destacados, “Aguas Abajo”, se puede apreciar desde sus primeras
páginas la consideración desigual que plantea entre los “habitantes” y el “pueblo”, de quien dice son una
invención de “los instigadores de las multitudes, cuando tratan de encarnar en algo sus pasiones, no es el total
de los habitantes de una comarca o de una ciudad, sino esa conglomeración repelente que hace ostensibles sus
enconos, apócrifamente titulados "opinión pública", por medio de la prensa o del comentario en las calles, y
caracterizada realmente, por su innobleza, su perversidad, su absoluta falta de criterio sensato, sus tolerancias
para los defectos, vicios y aun crímenes de algunos afortunados, generalmente mediocres, a quienes favorece y
hasta idolatra, como por su desconocimiento de las calidades, virtudes y servicios de otros a quienes odia sin
motivo y persigue con salvaje brutalidad. De estos componentes de la civilización actual” (Wilde, 2000: 9)
Más adelante, y manteniendo tal desigualdad, sostiene que el “pueblo” debe mantener el pensamiento
mágico e ilusorio para la interpretación de la realidad, quedando el pensamiento racional para las elites
iluminadas. Ya que “intentar hacer que alguien acostumbrado a interpretar la realdad desde el pensamiento
mágico comience a explicar racionalmente el mundo es “Venir a quitar así, con dos o tres frases, las ilusiones de
siglos y siglos, era realmente una agresión. Nadie se queda contento cuando le prueban que no es lo que él se
cree, sino todo lo contrario; natural era, pues, que los desilusionados se enojaran con Galileo y lo trataran como
a loco, ateo y criminal” (Wilde, 2000: 15). La lógica explicativa de quienes forman parte del pueblo contrasta con
la lógica racional de las elites, “deberá dejarse a las elites la responsabilidad de la toma de decisiones” (Wilde,
2000: 36)
Toma de decisiones...he aquí la centralidad de la problemática que inauguró para la sociedad de la
época la instauración del Sufragio Universal1.
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Es importante reconocer que, más allá del adjetivo “universal”, la Ley Sáenz Peña o Ley 8.871, sancionada por el Congreso
de la Nación Argentina el 10 de febrero de 1912, estableció el voto universal, secreto y obligatorio para los ciudadanos
argentinos varones, nativos o naturalizados, mayores de 18 años de edad, habitantes de la nación y que estuvieran
inscriptos en el padrón electoral.
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Si bien la Ley Sáenz Peña fue sancionada en 1912, no podemos perder de vista que la misma es
expresión de un marco ideológico construido desde la época de la colonia y el poderío de las familiar patricias; y
consolidado hacia fines del 1800 contextualizado en la discursividad positivista y mecanicista de la época. Así, la
llamada “Generación del ‘80”, puso en marcha un modelo de poder basado en una mixtura ideológica
contradictoria: por un lado pregonaba –al modo liberal- una economía basada en el modelo agroexportador
(Lettieri, 2013) necesario para el desarrollo de los capitales ingleses; y por otra parte –acorde al modelo
conservador- planteaban el ejercicio del poder a cargo de una elite de corte oligárquico (Lettieri, 2013) e
inspirada en la filosofía de Maquiavelo para conseguir mantenerse en dicho poder y garantizar la rentabilidad
agraria
Esta forma de llevar a cabo las prácticas de poder suponían un notorio escepticismo respecto de la
participación popular en el ejercicio de las prácticas cívicas (Petrocelli, 2008), que no era otra cosa más que el
reflejo del repetitivo y sistemático sojuzgamiento de los pueblos originarios y su descendencia a manos de la
corona española en principio, las familias patricias y los grandes terratenientes luego. Será justamente durante
el 1er gobierno de Roca que se llevará a cabo una de las más sangrientas campañas de aniquilamiento a los
pueblos originarios a expensas de las necesidades de contar con mayor extensión de tierras fértiles, necesarias
para garantizar el desarrollo y sustentabilidad del nuevo modelo de “toma de decisiones”....y si ello no era viable
por vía sable, lo sería por vía del fraude.
La contradicción que generó la necesidad de garantizar el progreso propio de la modernidad como así
también mantener el poder logrado y su rentabilidad concomitante, se vió expresada en la ambigüedad 2 de sus
hechos políticos: mientras esgrimían el moderno concepto de “sufragio universal”, imponían al pueblo sus
conductores a través del fraude, justificando la necesidad de transgredir la libertad de elección augurando el
caos generado por los ignorantes... ¿nosotros o el caos?....Roca decía que «Esa es la conciencia que hizo
necesario a los gobiernos el hacerse electores, para robustecer el Estado, para dar unidad a los poderes del
Estado, fuerza efectiva al principio de autoridad. Ya veremos en qué se convierte el sufragio libre, cuando la
violencia vuelva a amagar. Los líricos, los ingenuos, los que no conocen el país, ni han vivido su vida, ni saben lo
que contiene, claro está que no han podido pensar en todo esto», mientras tanto Wilde expresaba «Le advierto
que si me diera a decidir, yo lo haría en favor de cualquier medio menos el de la elección por el pueblo; ese
animal amorfo, bruto y malo, que elegiría lo peor de su misma masa» «¿Qué es el sufragio universal? El triunfo
de la ignorancia universal. ¿Qué es la democracia? El gobierno de los más, que es decir el de los menos aptos».
Será Juárez Celman quien acuñará una frase que reaparecerá insistentemente en la historia de nuestro
país: «Consultar al pueblo siempre es errar pues éste únicamente tiene opiniones turbias»....¿qué diferencia
2
Aquí la palabra “ambigüedad” está planteada en su más profundo sentido irónico.
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hay entre este planteo y el de quienes pergeñaron el Proceso de Reorganización Nacional al justificar en la
inmadurez del pueblo argentino para votar su más horrorosa dictadura?, ¿qué distancia existe entre el
postulado de Juárez Celman y el de algunos políticos/periodistas/opinólogos actuales que consideran que
cuando se elige el candidato del establishment se “sabe votar”, pero cuando se eligen candidatos que sostienen
un modelo de Estado democrático, nacional y popular se está frente a una de las mayores ignominias, gracias a
que “no saben votar”?
CONCLUSIONES
Como reconoce Alberto Lettieri, el texto constitucional que hoy en día es considerado por las minorías
privilegiadas como modelo de Constitución inamovible, fue presentado por su creador en el marco de
numerosas recomendaciones de aplicación solo parcial o de su violación lisa en lo referido a la libertad de
prensa y a la aplicación de derechos y garantías. Esto se debió a que Alberdi consideraba que cada reapertura
del debate constitucional podría exponer a nuestro país a un nuevo colapso político. Fue así que diseñó un
sistema de propiedad, en clave capitalista, que desconocía cualquier alternativa comunitaria o cultural, negando
de ese modo los derechos de los pueblos originarios. Se trató de un modelo para el individuo blanco y urbano,
que encontraba escasa correspondencia con la matriz étnica preponderante en el territorio nacional (Lettieri,
2013).
Ese “colapso político” parece vislumbrarse (o mejor dicho, la oligarquia vislumbra) toda vez que los
sectores invisibilizadosde la sociedad ponen de manifiesto su voluntad a través del voto, esa herramienta que
hace de la democrácia uno de los sistemas sociales más equitativos de acceso al poder. Y fue también el temor a
ese “colapso” el hizo que hace poco se alzaran voces contrarias al voto de los más jóvenes, esgrimiendo
argumentos cientificistas pero en la misma línea discursiva que utilizara Wilde en su momento.
Elena Ortiz de Maschwitz (Consultora Educativa y autora de El cerebro en la Educación de la Persona), en
el marco de los debates acerca del voto a los 16 años, que el área de nuestro cerebro que nos hace
verdaderamente humanos es el área de los lóbulos pre frontales y las habilidades que se desarrollan nos
permiten pensar, desarrollándose completamente alrededor de los veintitrés años de edad. Agrega que los
conocimientos intuitivos sobre las habilidades de los niños, y bajo la luz de las contribuciones de la
Neurociencias,se puede inferir que los jóvenes no estarían en su mayoría aptos para elegir, para proyectar
futuro, o para predecir y asumir la responsabilidad de comprender la dimensión ética de los que van a gobernar
un país.
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Hoy como ayer, la discusión parece ser la misma, es la lucha de poder entre dos modelos de país, un
modelo liberal-conservador que aspira a los ideales forjados en el Siglo XIX bajo el paradigma de la expoliación
de Latinoamérica, de espaldas a la realidad de nuestros pueblos y sometidos a las decisiones foráneas de los
actuales organismos internacionales que garantizan la acumulación del capital en manos de una minoría; en
contraposición a un modelo nacional y popular que reconoce en la democracia la vía para garantizar la equidad,
la emancipación de los pueblos y la soberanía nacional.
BIBLIOGRAFIA
Lettieri, A. (2013). Historia argentina en clave nacional, federalista y popular. Buenos Aires: Kapeluz.
Lettieri, A. (2015). Clase complementaria sobre Revisionismo Histórico. Recuperado el 18 de mayo de
2015, de https://www.youtube.com/watch?v=ONDPUYxYZjM
Lettieri, A. (2015). Clase magistral sobre Buenos Aires y las provincias. Recuperado el 18 de mayo de
2015, de https://www.youtube.com/watch?v=lchpJMmcOsI
Petroccelli, H. (2008). Historia Constitucional Argentina. Recuperado el 20 de mayo de 2015, de
http://www.argentinahistorica.com.ar/intro_libros.php?tema=1&doc=57&cap=0
Wilde, E. (2000). Aguas abajo. Buenos Aires, Argentina. Recuperado el 18 de mayo de 2015, de
http://www.elaleph.com/libro/Aguas-abajo-de-Eduardo-Wilde/1081/
http://www.cuidatuvoto.org.ar/votojoven.php
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