6 NAC IONA L E L NORT E - Jueves 10 de Marzo del 2011 Carece Senado de puntualidad d Ninguna reunión inició a tiempo en todo el 2010 ni en lo que va del 2011 Archivo Claudia Guerrero d Para exigir la atención de la autoridad o difundir los rostros de los secuestradores prófugos, la activista instaló panorámicos en el DF. Mujeres en lucha: Isabel Miranda de Wallace Madre Coraje l l l Seis años después de indagar sobre el secuestro de Hugo Alberto, Isabel ya es otra: más serena, pausada; triste, sin duda, aunque suele expresar optimismo. Si hay algo que nadie conoce de Isabel es verla derrotada. Hoy, sólo queda por ubicar los restos de su muchacho, el único varón de dos hijos que tuvo con Enrique Wallace, un contador 13 años mayor que ella y que, por su salud, se ha mantenido fuera de reflectores. “Era un ama de casa, ni siquiera ella sabía lo que tenía adentro, de lo que era capaz”, afirma Enrique durante una visita de su esposa a Monterrey. Isabel habla de su familia. Khemvirg Puente Investigador de la UNAM 72 senadores. En entrevista, el investigador de la UNAM, Khemvirg Puente, aseguró que la informalidad de los legisladores afecta la productividad del Senado. El especialista recordó que la justificación más común de los integrantes del Congreso para no estar presentes en el pleno es el trabajo en comisiones. Sin embargo, advirtió que esas explicaciones no pueden probarse, ya que no existe transparencia en el trabajo de las comisiones. “Si afecta la productividad, por supuesto y el tema de la productividad está íntimamente relacionado con el tema de la opacidad en el trabajo legislativo. Mientras nosotros no sepamos a qué se dedican y cuánto tiempo ocupan a la tarea de legislar, tanto en el pleno como en comisiones, no podemos tener control ni manera de presionar como ciudadanos”, dijo. “Los legisladores argumentan que la mayor parte del tiempo que no están en el pleno es porque lo dedican a trabajar en comisiones, sin embargo, si queremos saber qué hicieron en comisiones, es prácticamente imposible”. tercera de cinco “Fuimos 10 hijos y nos enseñaron que todos los días debíamos rezar y estar juntos a la hora de la comida. Todos tenemos profesiones. Yo soy la maestra”. Su padre fue un taxista rígido, quien no vio con buenos ojos que la tercera de sus hijos se casara siendo menor de edad. Todo cambió cuando a sus 18 años Isabel le dio el primer nieto: Hugo Alberto. Egresada de Pedagogía en la UNAM, Isabel se especializó en psicología de pareja, desarrollo humano, programación neurolingüística. Además de directora de un plantel, ayudaba a su hijo en la administración del negocio de publicidad que tenía. Dada su relación estrecha con el muchacho de 36 años, divorciado y padre de una niña, hoy quinceañera que ha debido asistir a terapias, la noche del 11 de julio del 2005 a Isabel le extrañó que no la llamara como acostumbraba. Con el tiempo, descubriría que su hijo fue víctima de una trampa orquestada por el ex judicial César Freyre y por Jacobo Tagle, hijo de un hombre al que Hugo le había comprado una propiedad. Ellos le pusieron de carnada a una bailarina que fingió interés por él y que lo llevó a un departamento donde lo esperaban los integrantes de la banda. La idea era secuestrarlo, pero al someterlo violentamente Hugo murió de un infarto. Ese mismo 11 de julio lo descuartizaron y arrojaron sus restos por Xochimilco. Al día siguiente, Isabel encontró la camioneta de su hijo y, ante la inacción de la autoridad, debió hacer una pesquisa que incluyó viajes por México y Estados Unidos, disfrazarse para indagar datos, conversar con informantes, pasar días vigilando inmuebles y poner anuncios en panorámicos con los rostros de los secuestradores y ofrecimientos de recompensas, así como en YouTube. Los panorámicos se colocaron para que más víctimas se acercaran y así comprobar la participación de más de tres personas en al menos dos secuestros, a fin de que la autoridad considerara el delito como delincuencia organizada. La aprehensión de Freyre se dio después de que éste la encañonara en plena vía pública cuando ella salió de un auto gritándole que se detuviera. Ella iba acompañada de Roberto, su hermano, quien se lio a golpes con el agresor. Por fortuna en eso pasó una patrulla. Ella, que siempre cargaba una maleta con copias de sus denuncias, pudo comprobar ante el oficial que el sujeto era perseguido, por lo que fue detenido ahí mismo. “El miedo siempre estuvo ahí”, dice Isabel sobre aquel momento. “El miedo es sano porque te alerta del peligro, pero tiene dos sentidos: uno para paralizarte y otro para impulsarte, y ese miedo me daba de alguna manera la precaución, la astucia y la energía para poder hacer lo que tenía que hacer”. Debió vender vehículos y otros bienes para pagar recompensas, listados de llamadas telefónicas, ubicar direcciones. Ella, que nunca había tenido que ver con cosas policiacas, dice que todo fue ingenio en lo que se refiere a sus pesquisas y que sus métodos no provinieron de películas o libros. “Sólo sabía que si me dejaba ver era un blanco fácil, suponía que ellos sabían quién era yo, entonces lo que hice fue disfrazarme para que no me reconocieran y poder investigar”, dice esta mujer, que ha sufrido dos atentados fallidos. En esta persecución fue determinante la familia, a la cual le hizo énfasis en los riesgos. “Y todos me quisieron acompañar: desde mis hermanos, mi hija, mis sobrinos. Digamos que el que estaba más cercano era mi hermano Roberto, pero por ejemplo, cuando necesitaba algo de la computadora, le hablaba a mi sobrino”. En lo que respecta a su esposo, después del secuestro de su hijo él entró al hospital para una operación del corazón. “También tuvo otras complicaciones de salud. Él no estaba en condiciones de hacer absolutamente nada. Yo le dije que no podía detenerme en cuidarlo, así que su familia me hizo el favor de hacerlo. “Ahora que recuperó la salud ya regresó y me apoya”. En lo que se refiere a Tagle, la última de las aprehensiones, Isabel habla acerca de su serenidad al momento de asistir a su presentación, en la que incluso pidió que el sujeto que más desprecia de todos mostrara que no sufrió tortura. “Mira, durante más de cinco años me dediqué a buscar a Jacobo, me aprendí cada parte de su cara, sus cicatrices corporales, su complexión, para que el día que yo lo viera supiera que indudablemente era él, como así fue. “Lo que sí hice fue prepararme para ese encuentro, porque sabía que podía estallar, que podía salirme del control de todo lo que había contenido durante muchos años. Tuve que trabajar mucho en esa parte interior para poderlo manejar, porque él era la persona que sabía dónde estaba Hugo”. Hoy, con todos los responsables del secuestro en la cárcel, sólo queda encontrar los restos de su hijo. Dice que en eso no ha estado muy involucrada, ya que el que más ha estado presente es su hermano. “Él no quiso que estuviera todo el tiempo, porque decía que era muy doloroso, y es cierto. Me desmoronaba cuando veía aquellos lugares. Se me partía el corazón”. l l l La desaparición de su hijo, dice, el muy querido y anhelado, el carismático que lo mismo disfrutó el futbol americano que la motocicleta, no sólo le cambió la vida: dejó de vivir. “Lo que hago ahora es subsistir, porque vivir es cuando haces lo que te gusta, en donde te gusta y como te gusta, y a mí lo que me gusta es estar en una escuela, aprender cosas, leer, escuchar música, disfrutar a mi familia, y he dejado de disfrutarla, de leer, de enseñar, porque ahora siento una imperiosa necesidad de transformar esta violencia que estamos viviendo en México”. Este compromiso lo adquirió a partir de encuentros que tuvo con gente como una víctima de secuestro que alguna vez le dijo: “si usted da por muerto a su hijo, se va a morir, como mi mamá que me dio por muerta. No aguantó el dolor”. Frases como ésa le hicieron ver que, peor que tener un dolor tan grande, era que lo tenían muchos como ella en el País. Por eso creó Alto al Secuestro, asociación que da el apoyo del que ella careció. En ella se atiende integralmente a víctimas directas e indirectas del secuestro, se conforman grupos de apoyo organizados por ciudadanos y se presiona para que sea de mejor calidad el entrenamiento que reciben los profesionales y las instituciones oficiales que trabajan en atención a víctimas. Gracias a su trabajo y al de otros, fue aprobada la Ley General de Protección a las Víctimas del Delito de Secuestro. El día del secuestro de Hugo, reitera la ganadora del Premio Nacional de Derechos Humanos 2010, dejó la docencia. Dice que no volverá, porque está abocada a su causa social. Tampoco se siente atraída por algún cargo público, pues la han mencionado hasta para la candidatura a la Presidencia. “No me interesa, para nada. Tengo claro que la política es de los políticos y la actividad social es de la sociedad, y yo pertenezco a la sociedad civil. Nunca he sido política ni me importa serlo. “La política, como se maneja en México, no tiene condiciones para hacer cambios”. Por ello, aunque apenas llama ya le responden Gobernadores y funcionarios federales, no considera a ninguno su amigo. Isabel explica que toda esta pesadilla terminará cuando los responsables del crimen de Hugo estén sentenciados, aunque ignora qué será de ella. “Esa pregunta no me la han hecho ni me la había hecho, y creo que no me la he querido hacer porque probablemente trate de recobrar mi vida y combinarla con la parte social. “Por lo pronto, me queda claro que en México hay muchas cosas por hacer y que no puedo permanecer indiferente ante el dolor de los demás. Todavía ahora me llaman por un secuestro, esto es el pan nuestro de cada día. “Lo que hago es tratar de verlo como algo que me sana, algo que me permite ayudarle a otro en su dolor. Es devastador y hay gente que no lo soporta, pero en mi caso lo veo como el acompañamiento que yo no tuve”. Para más información sobre la Asociación Alto al Secuestro: www.altoalsecuestro.com.mx; [email protected] y 01 (55) 5677-9138. Óscar Mireles L a escena se desarrolla en una sala polivalente de la Cámara de Diputados. Isabel Miranda de Wallace está al frente de una mesa redonda en un foro sobre el grave problema de la trata de personas. La escuchan activistas, legisladores. De estatura mediana, cabello café oscuro y voz suave, pero enfática, la activista externa impresiones sobre el tema. Dirá que podrán criticarla, pero una medida para impedir la pederastia en el País es que suenen sirenas en los aeropuertos cuando una persona acusada de ella intente viajar. “Habrá quien diga ‘qué exagerada’, pero a problemas graves, acciones severas”, argumenta, y la gente aplaude efusivamente. Muchos recordarán que ella anteriormente se ha manifestado en favor de la pena de muerte para secuestradores, algo imposible debido a los tratados internacionales que México ha firmado. Al concluir, Isabel es seguida por un guardaespaldas y un jovencito que le carga un maletín, su BlackBerry y una portátil en la que alista videos que un día después daría a conocer y que contienen la audiencia en la que la activista chihuahuense, Marisela Escobedo, expone el dolor causado por Sergio Barraza por el asesinato de su hija y cómo éste le pide un perdón que equivalía a admitir su culpa, lo que fue ignorado por los jueces. Son pasadas las 3:00 de la tarde y la presidenta de la Asociación Alto al Secuestro no ha comido y debe correr a otra cita. Dice que sus días son así: trabajo continuo por 18 horas, con el auto convertido en un despacho. Dice que su jornada inicia a las 5:30 de la mañana y que lo primero que hace es orar. “Nunca dejé de creer”, expresa. “Tuve conflictos con Dios, reproches, pero un día Dios me dijo en su bondad: ‘¿Quién eres tú para venir a cuestionarme? Yo soy el dueño de todo. Yo te doy y te quito cuando quiero’”. Esta capitalina de 60 años hace una pausa. “Sé que esto es algo que, a nivel humano, es muy difícil de entender, pero confío en Él, me agarro de su mano”. En eso, recibe una llamada. Alguien que ha acudido a su asociación le da novedades en torno a un secuestro. Isabel da su impresión, dice que lo siente, que sabe por lo que atraviesa, que cuente con ella. “Así me la paso todo el día”, dice al colgar. “De ese tamaño es el problema en el País”. Al enterarse del secuestro de su hijo, en el 2005, esta pedagoga abandonó la docencia e inició una lucha detectivesca en busca de los responsables que la llevó luego a convertirse en activista y crear la Asociación Alto al Secuestro. Por el Día Internacional de la Mujer, celebrado el martes, se presenta su historia. Si afecta la productividad, por supuesto y el tema de la productividad está íntimamente relacionado con el tema de la opacidad en el trabajo legislativo” d Ninguna sesión en el Senado ha comenzado en tiempo además de que es evidente la falta de asistencia. Acusan alianza Gobierno-televisora Karla Portugal MÉXICO.- El Gobierno federal favorece a Televisa porque quiere a esa empresa como aliada para las próximas elecciones, denunció ayer Francisco Hernández Juárez, líder del sindicato de telefonistas. Por ello, dijo el también Diputado del PRD, hay una estrategia para desfondar a Teléfonos de México (Telmex). “Esa actitud del Gobierno de favorecer a Televisa, porque lo quiere de aliado para los procesos electorales, ya llevó a Teléfonos a demostrar que no es dominante, porque el 46 por ciento de los clientes y la red no son negocio, no dejan ingresos. “Tan es así que Teléfonos tiene presencia en 2 mil 500 poblaciones y la competencia sólo en 200, es decir, que a la competencia le interesan sólo los lugares de alto consumo y están tratando de quitárselo a toda costa, como el caso del ISSSTE”, señaló el dirigente y afirmó que se está presionando a los gobiernos estatales para cambiar de red telefónica. “Los panistas están cambiándose a la competencia, y también a las empresas se les está presionando para que se cambien, sobre todo las que tienen relación con las empresas competidoras como visión corporativa, para sacarlos de Teléfonos de México. “Es una estrategia perfectamente clara para desfondar a Teléfonos de México, ellos no quieren invertir, crear un nuevo mercado, nueva infraestructura o nuevos clientes, lo que quieren es quitarle sus principales clientes a Teléfonos de México, y que el servicio que les dé Telmex se los dé regalado”, dijo Hernández. Adelantó que el sindicato trabajará en la defensa de la empresa y en un diálogo interno respecto de los ajustes que implique la división de Telmex. Staff Daniel de la Fuente MÉXICO.- Pese a sus diferencias partidistas, los senadores de la República tienen algo en común: son impuntuales y faltistas. Además, sus sesiones de trabajo no duran las cuatro horas establecidas en su propio reglamento. No obstante, cobran su dieta completa. Un recuento realizado por EL NORTE revela que durante todo 2010 y lo que va de este año, la Cámara alta no ha iniciado una sola sesión con puntualidad. El año pasado, los legisladores jamás pudieron arrancar sus trabajos parlamentarios a las 11:00 horas a pesar de que ese fue el horario que fijó la Mesa Directiva. Una de las 59 sesiones que tuvieron en 2010, la que inició más tarde fue la del 1 de febrero, en la que los trabajos comenzaron con casi hora y media de retraso. Además, el máximo quórum oficial el año pasado fue de 100, de los 128 senadores, y se dio en la sesión solemne para entregar la Medalla “Belisario Domínguez”, el 27 de octubre. Según datos del propio Senado, en por lo menos cuatro sesiones de 2010 y una de 2011, la Cámara alta ha comenzado sus labores con el límite mínimo de 65 senadores. Tan sólo en el actual periodo ordinario, que inició el 1 de febrero, el promedio de asistencia al arranque de las sesiones es de así lo dijo d Francisco Hernández Juárez, dirigente del sindicato de telefonistas. Revocan sanción a Azteca La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revocó ayer una multa a TV Azteca, por 5.6 millones de pesos, que el Consejo General del IFE impuso el 18 de enero pasado a la televisora por no transmitir spots durante el proceso electoral en Oaxaca. Los magistrados consideraron que hay falta de proporcionalidad en las multas aplicadas por el IFE, por lo que demandó su revisión y una nueva individualización de las sanciones. Manuel González Oropeza, magistrado ponente, expuso que hay una desproporción entre la sanción y los spots no transmitidos. “En un caso establece 28 mil 920 días de salario mínimo por la omisión de transmitir mil 775 spots, y en otro se establece una multa quizá cuatro veces más fuerte, con 69 mil 922 días de salario mínimo, por la omisión de transmitir menos de mil, o sea, casi la mitad de los spots, por lo cual se aplica esa multa que es cuatro veces mayor”, señaló. Guadalupe Irízar