EPICA GRIEGA II Esteban: "Cuéntame musa la

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EPICA GRIEGA II
Esteban: "Cuéntame musa la historia del hombre de muchos senderos que anduvo errante
muy, mucho después de la Troya sagrada asolar, vio mucha ciudad de hombres y conoció su
talante, y dolores sufrió sin cuento en el mar tratando de asegurar la vida y el retorno de sus
compañeros, más no consiguió salvarlos con mucho quererlo, pues de su propia insensatez
sucumbieron víctimas, ¡locas! de Hiperión Helios las vacas comieron y en tal punto acabó
para ellos el día del retorno, diosa, hija de Zeus, también a nosotros cuéntanos algún pasaje
de estos sucesos"
Volvemos a ver La Odisea, la épica griega con Ezequiel Dellutri. Aquí tenemos el "Canto de
apertura".
Ezequiel: El canto de apertura, la famosa invocación, como decíamos anteriormente.
Al leerlo por primera vez parece chino básico, cuando uno lo lee hay muchas cosas que no se
entienden.
Lo que acabas de leer es la invocación, es el pedido del autor para que las musas lo inspiren
a contar la historia, a pesar de eso, es un resumen de todo lo que vamos a leer. En La Ilíada
hay un pequeño resumen al comienzo, aquí también, hay un pequeño resumen que resulta
muy confuso al principio, pero cuando avanzamos en la lectura todo lo que leímos, se va
desarrollando a modo de entenderlo perfectamente. Para quienes ya leyeron el texto es muy
fácil entender la primera parte, para quien no la leyó es muy difícil comprender pues, está
todo demasiado comprimido aún.
Esteban: Da la impresión, cuando uno lee esto que fue escrito a posteriori del resto de la
obra, como si fuera hecho a propósito, para introducir al lector en lo que viene.
Ezequiel: Por supuesto. Algo muy típico de la época, el hecho de hacer un resumen previo.
También sucedía en la Edad Media, las novelas de caballería tenían una síntesis al comienzo
de cada capítulo. Como decíamos la otra vez, la originalidad no era importante para ellos,
sino poder contar la historia, todas las sociedades antiguas eran artistas, contando historias,
las recibían a estas con agrado también, formaba parte de su manera de divertirse y su
cultura.
Esto no se transmitía por escrito, por lo menos en un principio, sino oralmente, es algo que
hemos perdido y forma parte de la evolución del ser humano el hecho de ir dejando atrás las
instancias de oralidad, pero al mismo tiempo nos revela lo complicado que era en ese tiempo
adquirir la cultura, además no había un patrón común para eso, cuando una persona contaba
una historia lo hacía de una manera, pero cuando esta era reproducida, la persona que la
portaba, podía cambiarla y nadie se iba a dar cuenta porque no había un lugar donde
comparar. Hoy, puedo decir "¡Me están cambiando una parte de la historia!" porque puedo
recurrir al libro y comparar.
Ellos no podían hacerlo, entonces se generó un texto con un autor colectivo porque cada
persona le iba agregando a esos textos orales una parte, o iba sacando lo que no le gustaba,
eso hizo que los textos originales fueran cambiando, por eso hay varias versiones por ejemplo
de los mitos griegos, porque una persona lo contaba de una manera, otra de otra, lo escribían
y cada uno contaba la versión que conocía.
Esteban: Bien, aquí en La Odisea cambiamos de personaje central, en La Ilíada teníamos a
Aquiles, aquí a Ulises.
Ezequiel: Sí, a este personaje también lo llaman Odiseo, por eso el libro se llama La Odisea.
Para nosotros es más conocido como Ulises.
Ya había aparecido en la guerra de Troya. Fue quien ideó la estrategia que les dio la victoria,
la del caballo de Troya.
La historia precisamente comienza en el final de la guerra de Troya, cuando Ulises emprende
el camino de regreso, diez años pasó peleando, ahora tocó el momento de llegar a la isla de
Itaca.
Itaca es real, una isla muy rústica, con muchas rocas, pero era su hogar y él lo amaba. Él
quiere volver allí porque en su casa lo está esperando su esposa Penélope.
Esteban: Demora muchísimos años en llegar.
Ezequiel: Sí, diez años, tarda veinte años en regresar a su casa. De hecho, cuando conoce a
su hijo este tiene veinte años, no lo había visto antes.
Su vuelta fue bien complicada, no se dio el hecho de que estaba tan lejos que tardó diez años
en volver, sino que tuvo muchos inconvenientes hasta lograr llegar a su hogar en Itaca,
porque se enemistó con un dios, Poseidón, el dios de los mares.
Por supuesto, si voy en barco a enemistarme con el dios del mar me complica bastante las
posibilidades de retornar.
Lo interesante fue la forma en la que se peleó con Poseidón, resulta que los viajes en barco
en aquel entonces requerían de varias escalas para aprovisionarse de agua dulce y comida.
La comida podían llevarla, generalmente seca, carne seca o salada, pero no podían estar
comiendo permanentemente eso, pues sino se enfermaban. El agua la tenían que proveer
permanentemente porque se les echaba a perder y no era buena para el consumo, de modo
que siempre iban deteniéndose en las islas, en un momento se detienen en una isla y se dan
cuenta que enfrente hay otra donde viven los Cíclopes, hijos apadrinados por Poseidón, seres
monstruosos, gigantes, de un sólo ojo, que no tienen ninguna norma para vivir, una especie
de anarquistas de la antigüedad, cada uno tiene su propia norma pero ninguna en común. Y
Ulises, como era alguien muy ingenioso, también era muy curioso (estas son dos cualidades
que van juntas, los curiosos son ingeniosos también, porque esa curiosidad es la que
alimenta su ingenio). Él cruza con unos de sus barcos a la isla y decide ver cómo es la vida
entre los Cíclopes.
Llegó a la caverna de un Cíclope, vio todo lo que había allí: ovejas, queso, leche, es decir,
todo lo que necesitaba para comer y aprovisionarse, entonces decide (inocentemente) pedirle
hospitalidad al Cíclope. Este vuelve, luego de cuidar a sus ovejas, cuando lo ve ellos le piden
hospitalidad y el Cíclope se come a dos marineros que acompañaban a Ulises.
La descripción es bastante asquerosa, porque da lujos de detalles en cuanto a cómo se los
come. Una de las particularidades de los griegos es que eran bastante explícitos. De manera
entonces que el Cíclope decía: "yo los voy a tener aquí cautivos y me voy a ir comiendo uno o
dos por día"
Ulises y toda su gente se preocupan bastante, a la mañana siguiente el Cíclope se va pero
tienen la precaución de poner una piedra en la puerta de la caverna para que ninguno pueda
salir.
Ulises, como el texto dice, es: "fecundo en ardides", es alguien a quien siempre se le ocurren
la forma de salir de una dificultad. Se dan cuenta que matarlo les costará bastante, entonces,
cuando se acueste a dormir lo que pueden hacer es cegarlo, pincharle el único ojo que tiene,
lo cual es una excelente forma de dejarlo fuera de combate.
Ulises y todos sus marineros preparan una rama verde la cual ponen al fuego para darle
dureza, se come un par de marineros, porque lamentablemente para ellos llega con hambre,
cuando se queda dormido, calientan la estaca hasta dejarla en brasas prácticamente, con eso
le pinchan el ojo.
Por supuesto que hay otra estrategia más de Ulises, porque sabía que iba pedir ayuda a otros
cíclopes, entonces, antes de cegarlo les dice: "mi nombre es Nadie", entonces cuando pide
ayuda dice: "por favor ayúdenme que Nadie me cegó". Cuando los demás escuchan eso
comienzan a reír y a decirle que había tomado demasiado vino, enojadísimo el Cíclope vuelve
a la caverna, allí se le genera el tercer problema: ¿Cómo salir? El Cíclope, si bien no ve, va
tanteando con sus manos y se da cuenta si son ovejas o personas las que salen. Lo que hace
Ulises es atarse él, todos sus tripulantes, los marineros, aquellos que quedaron vivos, abajo
de las cabras, cuando salen no los pueden tantear porque están abajo de manera que el
Cíclope piensa que están saliendo las cabras, cuando en realidad están saliendo ellos, así
logran escapar.
Tan indemnes no salieron de todo esto; Poseidón se dio cuenta de lo que estaba sucediendo
y decidió que por haber cegado a su hijo Polifemo, le iba a impedir a Ulises, regresar
rápidamente a su hogar en Itaca.
Esteban: ¡Qué aventura! Aquí vemos a Ulises entonces en plena odisea, tal cual se llama
esta obra.
Hacemos una pausa con Ezequiel Dellutri, estamos mirando la épica griega tal cual la hemos
recibido de Homero, aquí en Tierra Firme.
Ya volvemos…
Esteban: Hay mucho para contar de las aventuras de Ulises en La Odisea, tantas cosas que
utilizamos hoy día que son comunes y no sabemos de donde vienen, por ejemplo: las sirenas,
son parte de la aventura de Ulises.
Ezequiel: Por supuesto, como muchos otros elementos, que conocemos y mencionamos
frecuentemente, aparecen aquí en La Odisea.
Cuando él sale de la isla, Poseidón comenzará a causarle unos cuantos problemas porque no
le dará los vientos que necesita y lo llevará a distintos lugares. En un momento ellos pasan
cerca de la isla de las sirenas. Estas no eran para los griegos como las interpretamos, eran
seres realmente monstruosos, tenían un canto tan seductor que nadie los podía resistir. El
que se acercaba a ese monstruo era devorado. Ulises quiso escuchar el canto de las sirenas,
les pidió a los marineros que todos se taparan los oídos, pero que a él lo ataran al palo mayor
del barco y por ningún motivo lo soltaran.
Entonces fue el único ser humano que escuchó el canto de las sirenas y sobrevivió, porque
estaba atado, sus marineros no permitieron que se soltase.
Esteban: ¡Que historia! ¡Da mucho para pensar al respecto!
Ezequiel: Sí! un trasfondo importante para con nosotros. Hasta hoy se dice y usa como
metáfora: "estás escuchando el canto de las sirenas", cuando alguien se deja seducir por algo
o alguien que en apariencia es benéfico para él, pero en realidad le va a jugar en contra.
A menudo, hay personas que se dejan seducir por negocios en apariencia fáciles, o arrastrar
por ciertas ofertas de alguien y no tienen la capacidad de discernir que en definitiva no les
conviene, porque a la larga les resultará perjudicial.
Esteban: Tras esas aventuras, Ulises va llegando a su hogar, se encuentra con su esposa e
hijo, a quien conoce por primera vez.
Ezequiel: Así es, porque los había dejado hacía ya bastante tiempo, durante todo ese lapso
que faltó de su casa, fueron veinte años, pero en realidad ellos esperaban que en diez años
regresara, entonces esos diez años estuvo todo en orden, pero cuando todo ese tiempo pasó,
los demás héroes volvían y Ulises no, obviamente en Itaca comenzaron a preocuparse.
Pero como lo dieron por muerto, pensaron que así había terminado y a Penélope la reina de
Itaca, le surgieron un montón de pretendientes que querían casarse con ella. No obstante,
Penélope tenía en su corazón la certeza de que Ulises estaba vivo. Tenía que dilatar el
tiempo en el cual uno de los pretendientes sería su próximo marido, con la esperanza de que
Ulises regresara. Así los fue engañando durante diez años a todos, para poder darle tiempo a
Ulises a regresar y estar nuevamente con ella. Una de las técnicas que usó para retrasar el
momento, fue el famoso manto o sudario que estaba tejiendo, ella decía que elegiría un
marido cuando terminara de tejer el sudario para su suegro, entonces comenzaba a tejer y a
la noche destejía, así los tuvo esperando durante tres años, hasta que una criada se dio
cuenta y la delató. Se acercaba el tiempo en que debía elegir, no podía esperar mucho más y
cuando Telémaco, un joven que se había criado sin padre y no tenía el carácter para llevar
adelante el reino, se dio cuenta que el tiempo se acababa, tomó la determinación, siempre
inspirado por Palas Atenea la diosa de la estrategia que siempre acompañaba a Ulises.
Por eso estaba siempre vinculada a Ulises el hombre de las mil estrategias. Así que inspirado
Telémaco por Atenea, decide comunicarle a los pretendientes que va a salir para averiguar si
su padre está vivo o muerto, si descubre que su padre ha muerto, va a darle ceremonia
mortuoria, como corresponde, después va a pedirle a su padre que consiga un pretendiente.
Pero si descubre que su padre está vivo, va a cobrar venganza con todos los pretendientes
por haber acosado a su madre durante todo ese tiempo.
Sale para investigar todo esto, mientras va y regresa, luego de muchas vueltas y perder toda
su tripulación, Ulises llega a Itaca.
Al principio llegó disfrazado, pues no sabía con qué se iba a encontrar. Después llega hasta
su Palacio todavía disfrazado y ve lo que pasa con los pretendientes, decide cobrar
venganza, termina matándolos a todos, por haber acosado y consumido sus riquezas durante
todo ese tiempo. De esa manera restablece el orden veinte años después.
Esteban: Estuvo en una lucha que lo mantuvo distraído en otras tierras.
Ezequiel: Claro, en peleas y acontecimientos sobrenaturales, porque estuvo en manos de
ninfas, brujas, fue pasando por distintas situaciones que lo alejaron de su patria. Pero cuando
volvió, primero demostró la capacidad que tenía, en un concurso con los demás pretendientes
con arco y flecha, después logró vencerlos a todos y recuperar a su esposa.
Esa es la historia de Ulises, el hombre que se fue y volvió. De algún modo logró superar,
miles de dificultades que Poseidón le puso en el camino para recuperar el amor de su esposa,
pudo conocer a su hijo, que en todo este tiempo creció y se convirtió en un hombre aún sin
haber tenido la figura paterna.
Esteban: Esta historia nos muestra también la fidelidad de una esposa en todo ese tiempo, a
pesar de todas las trampas y tentaciones que tenía de otros ámbitos, manteniéndose fiel al
pacto conyugal sellado con su esposo.
Ezequiel: Por supuesto, la certeza de que iba a volver es uno de los grandes temas, como
Penélope se mantiene firme, de algún modo ella se siente atada a Ulises, pero no se siente
desgraciado por ello, sino que ella quiere honrarlo, para ella honrarlo es esperarlo, porque se
da cuenta que la inteligencia de Ulises hará que en algún momento vuelva, pues ninguno de
sus amigos lo vio morir.
Que gran ejemplo de fidelidad nos da durante veinte años. Vivimos en una cultura donde la
fidelidad dura, cuanto mucho, cinco o seis años y aquí hablamos de veinte años de espera,
con todas las posibilidades de decir: "esto se acabó", sin embargo, la persona sigue firme,
esperando.
No sólo la fidelidad de Penélope, sino también la fidelidad de Telémaco, esperando la llegada
de su padre, bien enseñado por ejemplo de su madre, que de alguna manera copió. El
ejemplo de los padres (en una obra de estas de 2800 años de antigüedad prácticamente) era
fundamental, como sigue siendo hoy día.
La necesidad que tiene Telémaco de encontrarse con su padre, de alguna forma si no inicia el
vínculo con él, se siente incompleto como persona. Me llama la atención esa imagen. De
absoluta ternura, Telémaco esperando a su padre, en un momento está allí, viendo como los
pretendientes producen toda una serie de desmanes, consumiendo la riqueza de su padre,
está allí triste, en un rincón. En ese momento aparece la diosa Palas Atenea disfrazada, como
si fuera un viajero, él comienza a hablar y le dice "si mi padre hubiera estado aquí esto no
hubiera pasado, pero soy todavía joven, no me puedo hacer cargo de determinadas cosas".
Siempre me llamó la atención la relación entre padres e hijos, algo que nos marca de algún
modo a todos. Los padres estén o no, sean buenos o malos, siempre nos marcan, positiva o
negativamente, es un vínculo que nunca puede dejarnos indiferentes. Si uno se pone a
pensar un poco más, cuando Dios se propuso establecer el tipo de relación que quiere tener
con nosotros, eligió la paternidad, para establecer cuál es la relación que Él quiere tener y
mantener con nosotros. Decimos que Dios es nuestro Padre y que somos sus hijos. Si nos
basamos en Telémaco y Ulises, en como ese hijo estaba esperando a su padre que lo iba a
constituir como persona y de alguna forma iba a terminar de forjar su identidad, darle a ese
carácter la pincelada que faltaba para que se convirtiera en un hombre, cuando uno se pone a
pensar en eso, dice: eso es lo que Dios se propone forjar en nosotros, quiere completarnos;
sin Dios el hombre es un ser incompleto, sin "norte", el lugar hacia el cual avanzar.
Pero cuando de todo corazón nos acercamos a Dios descubrimos que nos completamos
como personas, todos pensamos que lo más importante que nos da, es la salvación,
seguramente lo sea, pero hay algo tan importante como esto, Dios nos da el sentido y ayuda
a cerrar el círculo de nuestra vida, mirar atrás y decir: todo lo que me sucede tiene un
propósito y lugar.
Veinte años estuvo Telémaco sólo; cuando se reencontró con su padre y miró atrás, estos
veinte años tuvieron un sentido y un propósito. Lo maravilloso es que Dios puede hacer eso
con cualquiera de nosotros que miremos atrás, diez, quince o veinte años, nos demos cuenta
que todo lo que pasó tiene un sentido, para vivirlo debemos acercarnos a Él, pedirle que nos
ayude a completar nuestra historia.
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