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SEMANARIO
AÑO I I L
FARMACEUTICO-
MADRID 1% DE NOVIEMBRE DE h 874.
NÓM.
Asociación Francesa para el progreso de las ciencias.
LA TEORÍA DE LOS ÁTOMOS EN LA CONCEPCION GENERAL DEL MUNDO,
POR EL DR. A. WURTZ.
(Conclusión.)
Pero este espectro brillante no es continuo: Fraunhofer ha descubierto infinidad de líneas negras cortando las bandas brillantes: estas son las
rayas del espectro, y Kirchhoff ha encontrado cierto n ú m e r o de ellas
ocupando exactamente las mismas posiciones que las rayas brillantes que
constituyen los espectros de las sustancias metálicas llevadas á viva i n candescencia. Este último físico, generalizando una observación debida
á Foucault, ha visto además que, en circunstancias dadas, estas rayas
brillantes podían oscurecerse, asemejándose entonces á las oscuras del
espectro solar. Se ha podido deducir entonces que tenían u n o r í gen idéntico, y eran debidas á las radiaciones emitidas por sustancias
metálicas esparcidas en vapores por el globo solar; radiaciones que son
oscurecidas por estos mismos vapores en la atmósfera del sol; así, pues,
el astro que nos inunda de calor, de luz y de vida está constituido por
elementos semejantes á aquellos que forman nuestro mundo; estos elementos son el hidrógeno y los metales reducidos al estado de vapor; no
están igualmente distribuidos en la masa solar y en sus rarificadas capas; el hidrógeno y los metales más volátiles se elevan en l a superficie
de aquel globo á mayor altura que los demás metales; no se encuentran
en reposo, estando este océano de gases incandescentes agitado por horribles tempestades; las trombas se lanzan en columnas inmensas hasta
50.000 leguas mas allá de la esfera gaseosa; estas son las protuberancias iluminadas por una luz rojiza que les es propia, y formadas, según
Janssen y Lockyer, por hidrógeno muy enrarecido y por una sustancia
desconocida, el helium. E l mismo globo luminoso, la; fotosfera, da espectros de nuestros metales usuales, ménos del oro, el platino, la plata y e l
mercurio; los metales preciosos, los que tienen poca afinidad con el oxígeno, faltan en el sol. Por el contrario, se encuentran en el espectro solar rayas extrañas á las de nuestros metales terrestres, pero que les
son semejantes; las de los metaloides no existen, como tampoco las que
caracterizan los cuerpos compuestos; l a masa gaseosa está elevada á tal
grado de incandescencia que ninguna combinación química puede resistir.
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SEMANARIO FARMACÉUTICO.
Las rayas de Fraunhofer son oscuras; sólo las líneas producidas por
las protuberancias, y un segundo antes de la aparición del disco, las partes próximas á los bordes, aparecen bajo forma de rayas brillantes, como
las que caracterizan 16s espectros de las sustancias metálicas incandescentes: curiosas analogías que han proporcionado indicaciones exactas
sobre la constitución física del sol.
Esta es la química del sol; pero el espectróscopo ha explorado además
la inmensidad de los espacios celestes; centenares de estrellas le han enviado su luz, y nebulosas apénas visibles le han revelado sus radiaciones. La luz tan débil algunas veces con que brillan gran n ú m e r o de
estas estrellas da un espectro de rayas negras, semejante al solar; prueba de que l a constitución de estos astros es análoga á la del sol. Aldebaran
nos envia irradiaciones de hidrógeno, de magnesio, de calcio, que abundan en la luz solar; pero también las de los metales que en este son r a ros ó no existen, como el teluro, antimonio y mercurio. Nebulosas
veinte mil veces menos brillantes que la luz de una vela á 400 metros de
distancia han dado, sin embargo, su espectro, porque esta luz tan débil
es de una constitución muy simple, y el que ella da se reduce á dos ó
tres rayas brillantes, una de hidrógeno y otra de ázoe. Estas nebulosas,
que dan u n espectro de rayas brillantes, son las que no pueden reducir
los más poderosos telescopios: hay u n abismo entre ellas y las nebulosas resolvibles, las cuales, parecidas á las estrellas ordinarias, dan espectro con rayas negras.
¡Qué esfuerzo del espíritu humano! ¡Descubrir la constitución hasta
de las estrellas, cuyas distancias nos son desconocidas; de nebulosas que
todavía no son mundos; establecer una clasificación de todos estos astros,
y , m á s a ú n , computar sus edades! ¡Qué triunfo para la ciencia! Sí; se las
ha clasificado, según su antigüedad, en estrellas coloreadas, estrellas
amarillas y estrellas blancas. Las blancas son las de m á s temperatura y
las más jóvenes; su espectro se compone de algunas rayas solamente, y
estas rayas son negras; el h i d r ó g e n o domina en ellas; encuéntranse en
ellas también rastros de magnesio, de hierro y acaso de sodio; y si es
verdad que Sirio ha sido roja en pasados tiempos, acaso debia esta tinta á
la abundancia mayor de hidrógeno en aquella época. Nuestro sol, A l d e baran, Arcturus, forman parte del grupo de las estrellas amarillas; en sus
espectros las rayas del hidrógeno están ménos desarrolladas, pero las
metálicas aparecen finas y numerosas. Las estrellas coloreadas son las
de ménos calor y las más viejas: á causa de su edad emiten la luz ménos
viva; en ellas hay poco ó ningún hidrógeno; las rayas metálicas dominan en su espectro, pero se encuentran también en él estrías sombreadas,
parecidas á las bandas de combinaciones: siendo m á s baja la temperatura, estas últimas pueden existir, sea que constituyan átomos conjugados
de la misma especie, sea que encierren grupos de átomos heterogéneos.
Recordando recientemente esta clasificación del padre
Secchi y la
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distribución de los cuerpos simples en las diversas estrellas, M . Lockyer
ha hecho observar que los elementos cuyos átomos son más ligeros est á n distribuidos en las estrellas más calientes, y que los metales de pesos
atómicos elevados abundan, por el contrario, en los astros más fríos, y añade: ¿no serán acaso los primeros elementos resultado de una descomposición que temperaturas extremas harían sufrir á los otros, y todos r e u n i dos no serán producto de una condensación de átomos ligerísimos de una
materia primordial desconocida, que acaso sea el éter? De este modo se ha
propuesto de nuevo, por |consideraciones deducidas de la constitución
del universo, la cuestión de la unidad de la materia que la química p l a n teó anteriormente por la comparación de los pesos relativos de los á t o mos. No ha sido resuelta n i es probable que lo sea jamás en el sentido que
acaba de indicarse: todo induce á creer, por el contrario, en la diversidad
de la materia y en la naturaleza indestructible é irreductible de los á t o mos. Basta, como lo ha hecho notar M . Berthelot, la misma cantidad de
calor para ponerlos en movimiento, sean pesados ó ligeros, y esta ley de
Dulong y Petit debe prevalecer en su sencillez contra la hipótesis opuesta, por ingeniosa que sea.
He procurado reseñar la marcha de los últimos progresos realizados
en química, en física, e.n astronomía física, ciencias tan diversas en su
objeto, pero que tienen una base común, la materia, y un objeto supremo, el conocimiento de su constitución, de sus propiedades y de su distribución en el universo. Ellas nos enseñan que los mundos que pueblan
los espacios infinitos están hechos como nuestro propio sistema, y arrastrados como é l , y que en este gran mundo todo es movimiento coordinado. Pero ¡cosa nueva y maravillosa! esta armonía de las esferas celestes,
de que hablaba Pitágoras, y que un poeta moderno ha celebrado en i n mortales versos, encuéntrase igualmente en el mundo de los infinitamente p e q u e ñ o s . Allí también todo es movimiento, movimiento coordinado,
y esos átomos, cuya acumulación constituye la materia, jamás están en
reposo; un grano de polvo está lleno de multitud innumerable de unidades materiales, agitada cada cual de ellas por movimientos; todo vibra
en este p e q u e ñ o mundo, y esta vibración universal de la materia es m ú sica atómica, para continuar la metáfora de la filosofía antigua, es algo
semejante á la armonía de los mundos; la imaginación queda subyugada
y se perturba el espíritu ante el espectáculo de la inmensidad sin límites
del universo, y ante la consideración de los millones de átomos que pueblan una gota de agua. Oid las palabras de Pascal. «Quiero, decia é l ,
pintaros no solo el universo visible, sino la inmensidad de ellos que en
la naturaleza puede concebirse; y de los que cada uno tiene su firmamento y su tierra, en la misma relación que el mundo tangible.»
La materia es la misma en todo, y el hidrógeno del agua lo encontramos en nuestro sol, en Sirio y en las nebulosas: en todas partes se
mueve, en todas partes vibra, y estos movimientos que se nos presentan
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SEMANARIO FA RM AGE UTICO-
como inseparables de los átomos son también origen de toda fuerza física
y química.
T a l es el orden de la naturaleza; y á medida que la ciencia avanza
pone de manifiesto, al mismo tiempo que la sencillez de los medios empleados, diversidad infinita en los resultados: a l través de la punta de
velo que nos es permitido levantar nos deja entrever la armonía y la pror
fundidad del plan del universo. Las causas primeras permanecen inaccesibles; son de otro dominio, que el espíritu humano p r o c u r a r á siempre
abordar y reconocer; ha sido creada así y nosotros no la modificaremos.
En vano es que la ciencia haya revelado la estructura del mundo y el
orden de todos los fenómenos; quiere remontarse más y con la convicción instintiva de que las cosas no tienen en sí mismas su razón de ser,
su fundamento y su origen, se ve obligada á subordinarlas á una causa
primera, única, universal: Dios.
H.í> ííM'úS :
ÍT:
•:
Uá; A . WURTZ,
del Instituto de Francia,
Decano de la Facultad de Medicina de París,
A s u n t o s científicos.
AGUA DESTILADA.
E l agua destilada, ó sea químicamente pura, es un compuesto binario
que resulta de la combinación de u n equivalente de oxígeno para otro
de hidrógeno, ó de un átomo de oxígeno para dos de hidrógeno y en
volúmenes en idéntica proporción que por átomos.
E l agua destilada no se encuentra en la naturaleza, siendo la más pura
que en ella se halla la de lluvia; pero esta siempre contiene una pequeña cantidad de nitrato y aun carbonato amónico, como asimismo algo de
ácido carbónico en estado de libertad, procedente del que constantemente exhalan los animales y aun los vegetales durante la noche, y de la
descomposición de estos mismos séres orgánicos.
E l amoniaco se origina en la descomposición de las materias orgánicas nitrogenadas y el ácido nítrico aunque en pequeña cantidad,
cuando hay descargas eléctricas, las cuales trasforman el oxígeno atmosférico en ozono, el cual con el nitrógeno produce el ácido ^nítrico; según
otros se produce por la reacción especial que se verifica entre el amo=
niaco y el oxígeno cuando este último se halla en idénticas condiciones,
dando lugar á la formación del agua y ácido nítrico según esta ecuación:
NH5 + Os = NOs + 3HO.
De aquí que no se admita como agua destilada la de lluvia, y que
para obtenerla sea preciso acudir á los procedimientos conocidos para
dicho objeto.
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Si bien para obtener el agua destilada pudiéramos conseguirlo precipitando los compuestos que acompañan á la común por medio de reactivos adecuados al objeto, nunca se sigue este medio, porque además de
ser costoso, no da resultados tan satisfactorios como es de desear, acudiendo para este objeto á la destilación.
Destilación es una operación que tiene por objeto reducir los cuerpos
líquidos al estado de vapor en aparatos á propósito donde pueda ser condensad©.
En tiempos se dividió la destilación en destilación per ascensum, destilación per descensum y destilación per latum.
Denominaban á la primera destilación per ascensum, porque el vapor
acuoso se dirigía á la parte superior del aparato destilatorio.
A la segunda destilación per descensum, porque en vez de dirigirse á la
parte superior se dirige á la inferior; y a l a tercera per latum, por [ser conducido el vapor acuoso"lateralmente y condensado por medio del aguafria
como en los casos anteriores, encontrándose dispuesto de modo que pueda ser reconocida continuamente para evitar la pérdida del vapor acuoso.
Hoy sólo se emplea la tercera, pues además de ser más breve la operación no hay la pérdida de producto que en los dos primeros medios
indicados*
Los aparatos destinados para este objeto son generalmente dos, ó el
de vidrio ó los metálicos llamados alambiques.
Del primero se hace poco uso, pues sobre ser más peligroso, sólo
debe emplearse en el caso de operar en corta cantidad, y además que,
aunque poco, según algunos el vidrio es atacado por las sales que al
agua acompañan, por lo cual siempre se opera en los alambiques.
E l aparato destilatorio de vidrio consta de tres partes; retorta, que es
la vasija en la cual se coloca el líquido que se quiera destilar y que tiene una figura piriforme en la parte que está en contacto con el fuego,
doblada á cierta distancia formando aproximadamente un á n g u l o recto;
su extremo enlaza con una pieza cilindrica ensanchada por uno de sus
extremos y bastante más estrecha por el opuesto, á la cual se da e l
nombre de alargadera; esta segunda parte comunica con la tercera y ú l tima que recibe e l nombre de recipiente, cuya forma es la de ú n matraz
tubulado, en cuya tubulura se coloca por medio de un corcho u n tubo
de cristal con el objeto de que el aparato destilatorio tenga comunicación
con la atmósfera, evitando de este modo la explosión que pudiera acontecer si el vapor acuoso no fuera condensado por compléto.
Cuando el recipiente no es tubulado es indispensable lo sea la retorta, ó que coloquemos en el aparato un tubo de W e l t h e r , evitando de este
modo no sólo la explosión sino también la absorción.
E l recipiente debe estar colocado en un lebrillo con agua fria, renovando esta frecuentemente, pues de lo contrario la temperatura que adquirirla el primero no seria nada á propósito al objeto indicado.
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SEMANARIO FARMACÉUTICO.
Para operar en el aparato descrito se coloca la retorta sobre un hornillo con intermedio de tela metálica, y de carecer de ella mejor debemos servirnos del baño de arena ó de maría, dando preferencia al de arena y procurando que esta llegue al nivel del líquido.
Dispuesto así, se procede á aplicar una temperatura graduada, y una
vez que empiezé la destilación, se ha de procurar, como ya queda consignado, renovar continuamente el agua del b a r r e ñ o , para que condensándose todo el vapor, y como consecuencia no marchándose por e l tubo
del recipiente, se obtenga toda la cantidad de agua destilada que nos propusiéramos.
E l alambique consta generalmente de cuatro partes. L a primera es la
cucúrbita ó caldera, en la que se coloca el líquido que se quiera destilar;
es una vasija cilindrica ensanchada en su parte superior; sobre esta se
coloca la segunda parte que es la cabeza ó capitel, cuya forma en la parte que se une á la caldera es algo globosa, de lá cual sale u n tubo c ó nico cuya parte más ancha corresponde á la cabeza y la más estrecha
comunica con la tercera parte del alambique, denominada refrigerante ó
serpentín, que tiene la forma de una espiral y se h a l l a colocado dentro
de un cilindro lleno de agua hasta la parte superior.
Este cilindro está provisto de tres orificios, uno en la parte superior
que tiene por objeto dar salida al agua caliente, otro en la inferior para
dar salida al agua del refrigerante cuando se haya terminado la destilación, y e l tercero colocado también en la parte inferior para dar salida á
la terminación de la espiral.
La cuarta pieza de este aparato destilatorio es de forma cilindrica y
de idéntico tamaño á la abertura de la caldera, con la cual ha de ajustar perfectamente y que se conoce con el nombre de baño de maría, el
cual sirve para destilar sustancias generalmente de origen orgánico que
no pueden sufrir directamente la acción del fuego sin que los principios
inmediatos de que están formadas experimenten alteraciones más ó ménos
profundas en su constitución.
Como el líquido que nos ocupa no necesita de dicha precaución, prescindiremos de más detalles acerca del modo de operar en dicho baño,
como asimismo de algunas modificaciones bien importantes por cierto que
se han llevado á cabo en los aparatos destilatorios metálicos.
Para operar con el aparato descrito se empieza por separar el capitel
del alambique, de la caldera y del refrigerante; se llena de agua la caldera, procurando quede por llenar unos tres ó cuatro dedos para evitar
que por efecto de la ebullición tumultuosa á que se ha de someter dicho
líquido saliera parte de él por la alargadera, que mezclándose con el agua
destilada impurificarla á esta; se coloca luégo el capitel, y este á su vez
ge une con e l refrigerante.
(Se
concluirá.)
SEMANARIO FARMACÉUTICO.
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Noticias varias.
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CARTA RECIBIDA.—Se nos suplica insertemos la que va á continuación, lo cual hacemos con gusto por encontrar justificado su contenido; pero séanos permitido añadir-,
obligados por la experiencia, que esperamos que la Facultad libre de Medicina de Madrid
no dé el triste espectáculo que otras de igual índole lian dado, y en vez de propagarla
instrucción, se dedique á propagar títulos (si para ello está autorizada) como aquellas á que nos referimos, que también se fundaron con grandes propósitos y han terminado siguiendo tan funesto y desdichado camino; creemos no sucederá así. Aplaudiremos lo que sea digno de ello, así como no faltará nuestra reprobación para todo lo
que observáramos con tendencias puramente mercantiles ó de lucro indebido. Los antecedentes parecen ser brillantes, y acaso, sin los desengaños, merecería sin reservas
ser ensalzada. Conste.
Hé aquí la carta:
Sr. D . Pedro G. Velasco.
Muy señor mió de toda consideración y respeto : Deber me impone de verdadera
gratitud al contestar su muy atenta, fecha 2 del corriente; gratitud y recuerdo que
sube más de punto al considerarme capaz de desempeñar con toda claridad, lucidez
y entusiasmo en su nueva Escuela-Modelo las dos asignaturas Medicina legal y Toxico-
logia, empresa superior á mis fuerzas.
Vastos eonocimientas se requieren para abrazarlas , porque un consejo del Doctor
Mata enseña que pocos autores, tanto nacionales como extranjeros, existen en esta
materia á quienes consultar se pueda con gran fruto.
Honra mucho á la nueva Escuela la acertada dotación de Profesores tan ilustres
y distinguidos, que yo, el de menos saber, desearía escucharles en sus especialidades, siendo uno de sus discípulos más constantes por adquirir conocimientos más
profundos que los que poseo, relativos a l Hombre, hechura predilecta del Ser que le
creó. • ' . • , : V . I K i! r¡
OHP jjtítq íioi ujVÍ ! • yí) oimi'doÓ l >\ yírniii^sj" h, aoiyiáoixa
A la ciencia Química en sentido de general, se le va á dar entrada en la nueva
Escuela; tiempo es ya que por sus hechos demostrativos que diariamente alcanza,
marche en íntimas relaciones con la Medicina. A ella le he reservado un lugar preferente en los mejores días de mi vida, porque me ha enseñado también que con suma
modestia ha legado parte de sus conocimientos á las demás ciencias, y para que
cierto sea, demostrará, no lo dudo, de una manera práctica y sencilla esta verdad á
sus discípulos queridos el reputado químico Sr. Saenz Diez, que es su encargado.
Yo le deseo á la nueva Escuela práctica libre todo género de prosperidades, con
mucha fuerza y vida á su autor, por tan generoso y levantado pensamiento de entusiasta admirador por las mejoras y glorias patrias, que todos los españoles como buenos, obligados estamos, si no á imitarle en asunto tan costoso, á sostener su propósito
é idea de verdadero progreso y cultura que la nación exige, robustecida con la fórmula délfica de
Nosce te ipsum.
Con el cariño que siempre le profesa y el respeto que se merece, se repite de Usted afectísimo y Verdadero amigo seguro servidor Q. B. S. M.,
MELCHOR DK ÁLAVA Y URBIÑA.
Vitoria 4 Noviembre de 1874.
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SEMANARIO FARMACÉUTICO.
NECROLOGÍA.—Ha fallecido en esta capital nuestro ami^o y comprofesor Dr. Don
Luis Guijarro y Arribas, Farmacéutico mayor del Cueípo de Sanidad militar, condecorado con varias cruces por acciones de guerra; su sepelio tuvo lugar el domingo
15, con asistencia de muchos comprofesores así civiles como militares, compañeros de
la Diputación provincial, á que perteneció, y otras perdonas notables en las letras y las
ciencias, justo tributo á sus reconocidas dotes y merecimientos. Acompañamos á las
familia en su profundo sentimiento.
OTRA.—También ha. fallecido nuestro comprofesor el Licenciado D. Gregorio del
Barco y Diez, residente en Cigales, provincia de Valladolid. Buen padre, excelente
compañero y amigo, ha ejercido su profesión con el beneplácito de sus convecinos, dejando á su familia y amigos en gran desconsuelo, y en el cual les acompañamos, deseándoles resignación para sobrellevar tan duro golpe.
VACANTE.—En la Facultad de Ciencias de Madrid, Sección de Físicas, se halla vacante una plaza de Ayudante con destino á las clases de Química, dotada con el sueldo de 1.500 pesetas, que debe proveerse mediante examen. Para ser admitido se necesita ser Licenciado en la sección ó tener aprobados los ejercicios para el mismo. Los
ejercicios consistirán: 1.° en un examen de preguntas; 2.° en un ejercicio práctico. Las
solicitudes se presentarán documentadas en la Secretaría general hasta el 30 del mes
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OBRA NOTABLE.—LO es sin duda alguna el Tratado elemental de Higiene privada y p ú -
blica de A . Becquerel, traducido por nuestro querido amigo el Sr. Olmedilla y Puig,
que ha empezado á publicar el inteligente editor Sr. Bailly-Bailliére. Cinco ediciones
agotadas1 en Francia en poco tiempo dicen más que cuanto nosotros pudiéramos decir
de ella, y si añadimos que la traducción'está hecha concienzudamente por quien la ha
emprendido en la inteligencia de dotar á nuestro país de una excelente obra, se comprenderá la buena acogida que desde luego ha merecido. Felicitamos en primer término al Sr. Olmedilla y después al editor, que sabe proporcionar los mejores libros
para la enseñanza en España, en los diversos ramos del saber humano.
PROPÓSITO LAUDABLE.—El Instituto Médico valenciano ha elevado una reverente
exposición al Presidente del Gobierno de la Nación para que alivie la suerte de la infeliz familia del segundo Ayudante médico de Sanidad militar D. Braulio Ruiz Jiménez, fusilado en Olot. Su madre y hermanas han quedado en la miseria, y el Instituto
que contaba al infortunado Ruiz entre sus socios cumple con un deber al realizar este
acto que aplaudimos y al que sinceramente nos asociamos, felicitándole á la: vez por
su loable conducta.
MEDIO DE DESINFECTAR EL SÚLEIDO CARBÓNICO.—Sabido es el olor fuerte y desagradable de este cuerpo y su utilidad como disolvente, de la que muchas veces hay que
prescindir por dicha propiedad característica; tal sucede cuando se intenta emplearle
como anestésico, ó para la extracción de los aceites esenciales etc. Pues bien, según
el Sr. Yvon, se consigue desinfectarle con más ventaja que empleando los demás
medios indicados hasta el dia, poniéndole en contacto con torneaduras de cobre, sin
que haya necesidad de agitarle. Bien pronto se vuelve incoloro, poseyendo entonces
un olor etéreo, que no es desagradable. Millón ya había empleado con igual objeto
el cobre reducido.
CONSERVACIÓN DE LA ESENCIA
cidra ó de limón con una parte
conserva por mucho tiempo; el
mucilaginosas que favorecen la
DE LIMÓN.—'Cuando se agitan 8 partes de esencia de
de agua y se dejan reposar, su olor agradable se
agua que desciende al fondo, arrastra las sustancias
resinificación de dichos aceites.
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