PhELPS con más oros, Bolt dijo adiós y lochte mintió

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Martes 23 agosto de 2016
Phelps con más oros, Bolt dijo adiós y lochte mintió
Lo bueno, lo
malo y lo feo
El recuento de los
Juegos Olímpicos
de Río 2016
(AP)
RÍO DE JANEIRO.- Michael
Phelps ganó más medallas que
cualquier otro atleta, otra vez. Y
luego dijo adiós, nuevamente.
Usain Bolt besó en su despedida la línea de meta luego de mejorar su legado olímpico. Simone
Biles y Katie Ledecky se entregaron en medio de enormes expectativas. Una isla entera estalló en
festejos tras conseguir su primer
oro olímpico en una final de tenis, y un multimedallista se embarcó de regreso a casa para
evitar problemas legales después
de una historia de un supuesto
asalto.
Y a continuación, la selección
verdeamarela dio al país anfitrión el título que le hacía falta en
su prestigiosa vitrina: el oro en el
fútbol olímpico masculino.
Los Juegos Olímpicos de Río
de Janeiro no fueron perfectos.
Pero brindaron momentos para
el recuerdo: algunos grandes, algunos terribles y otros francamente feos.
LÍDERES DEL MEDALLERO
Estados Unidos dominó el medallero y en el cierre de las justas,
su margen de victorias podría ser
el más amplio en 68 años. Phelps
se adjudicó nuevamente la friolera de seis metales —cinco de ellos
de oro— para aumentar su registro personal a 23 preseas doradas, y 28 en total. Ledecky y Biles
ganaron cinco medallas cada
uno; Biles llevará la bandera de
Estados Unidos en la ceremonia
de clausura. La tiradora estadounidense Kim Rhode, en tanto,
quedó como la atleta en ganar
una medalla en seis olimpiadas
consecutivas.
EL MEJOR RESULTADO
Bolt besó la línea de meta después de conseguir su noveno y
último oro olímpico —en sus nueve carreras— para un final perfecto. Hizo el último tramo del
relevo 4x100 metros de Jamaica,
ganando de forma enfática para
convertirse en el tercer atleta en
la historia en sumar nueve oros
en el atletismo. Luego insistió en
que este sería el final de su carrera olímpica.
“No queda nada que demostrar”, señaló Bolt.
Él tiene razón.
“Soy el más grande”, agregó.
MEJOR ESPÍRITU DEPORTIVO
En el calor de la prueba de los
5.000 metros de mujeres, la estadounidense Abbey D’Agostino y
la neozelandéesa Nikki Hamblin
—extrañas hasta ese momento
entra ambas— quedaron involucradas en una caída. D’Agostino
ayudó a Hamblin, animándola a
terminar la carrera. D’Agostino se
desgarró un ligamento de la rodilla en el otoño y, obviamente, no
pudo terminar. Hamblin finalizó
última en la prueba, por lo que
tampoco subió al podio.
Pero en lugar de ello, consiguieron mucho más.
“Esa chica es el espíritu olímpico”, dijo Hamblin sobre
D’Agostino. “Nunca la he visto
antes. Como nunca me encontré
con esta chica antes. ¿No es algo
increíble?”
Sí lo es.
LA MAYOR VERGÜENZA
Ryan Lochte es un medallista
olímpico con 12 metales en la natación y las probabilidades de
que tenga la oportunidad de buscar una 13ra por Estados Unidos
ahora son tan turbias como algunas de las piscinas en estos Juegos Olímpicos.
La historia de Lochte de que
un ladrón le puso una pistola en
la cabeza rápidamente se deshizo; él abandonó rápidamente el
país mientras que sus compañeros en el equipo de natación que
lo acompañaron la noche en que
ocurrió el incidente en una gasolinera de Río se desligaron de la
versión al responder ante las autoridades judiciales de Brasil.
Lochte se disculpó después y
aceptó que debió ser más “cuidadoso y sincero”, en una saga
vergonzosa que podría derivar
en repercusiones serias para el
nadador.
ADIÓS. El velocista jamaicano Usain Bolt se divirtió y
mejoró su legado olímpico.
Michael Phelps ganó más oros
y dijo adiós, nuevamente.
MISIÓN. Neymar la estrella de Brasil anotó el gol del
La versión de la policía brasileña es que no se trató de asalto alguno, sino que los nadadores
estropearon un baño de la gasolinera. Las autoridades brasileñas
reprocharon el incidente porque
consideraron que dañaba la imagen de un país que debió enfrentar
numerosos cuestionamientos por
retraso de las obras e inseguridad
antes del comienzo de las justas.
El suceso también mandó a un
segundo plano el dominio que
llevaba Estados Unidos en el
medallero.
alzarse con una medalla de
esgrima).
La respuesta fue abrumadora:
Puig es la atleta revelación de estos juegos.
La puertorriqueña, de 22 años,
venció a dos de las cinco mejores
jugadoras del mundo para ganar
un título que hizo llorar y celebrar a toda una isla.
Arropada en la bandera de su
país, Puig derramó lágrimas de
alegría después de la consagración y tras colgarse un oro
histórico.
Sin duda, el ideal olímpico,
personificado.
ATLETA REVELACIÓN
La AP pidió a sus seguidores de
Twitter participar en la selección
del deportista revelación de las
justas. Los candidatos: Simone
Manuel (cuatro medallas de natación), Joseph Schooling (venció
a Phelps para alcanzar un oro en
la piscina), Mónica Puig (cuyo
oro del tenis fue el primer título
olímpico de Puerto Rico en cualquier deporte) e Ibtihaj Muhammad (rompió barreras para
triunfo, luego se desplomó en el campo llorando .
UNA DEUDA SALDADA CON EL
FÚTBOL
Finalmente, los muchachos de la
verdeamarela lo lograron y con
drama: el anhelado oro en el fútbol olímpico, el único trofeo
grande ausente en la prestigiosa
vitrina de los pentacampeones
mundiales.
Y fue nada menos que ante
Alemania, el rival que traía malos
recuerdos por el 7-1 que endosó a
Brasil en su propia casa en las semifinales del Mundial del 2014.
¿Y cómo fue? Neymar da a los
anfitriones una ventaja de 1-0,
pero los alemanes igualan y obligan a un alargue en que se mantuvo la paridad 1-1. Llegó la tanda
de penales y con la pizarra desde
los doce pasos 4-4, tras el quinto
penal alemán atajado, le tocó el
momento al capitán y astro del
Barcelona realizar el lanzamiento
crucial con todo un estadio Maracaná comiéndose las uñas.
Neymar hizo su conocido
amague antes de anidarla a un
costado del portero para asegurar el oro esperado. La estrella se
desplomó en el campo llorando
desconsoladamente.
Este oro era el más importante para el país anfitrión e hizo olvidar momentáneamente todos
los problemas que generaron antes y después las justas.
Fue un final en el fútbol perfecto para unos Juegos Olímpicos
imperfectos.
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