Análisis de la Cooperación Triangular

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Alice Bancet
Análisis de la Cooperación Triangular:
Discursos y prácticas de los países del
CAD/OCDE sobre una modalidad en
construcción
Madrid, enero 2012
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación
Universidad Complutense de Madrid
Universidad del País Vasco
Universidad de Murcia
Serie Documentos de Trabajo
ISSN: 2253-8542
Las publicaciones relativas al Premio Luis Miguel Puerto son parte de la
Serie Documentos de Trabajo del IUDC-UCM y están disponibles en la
sección de publicaciones del IUDC en su página Web: www.iudc.es
El presente documento, es producto de la investigación requerida para la
obtención del título de Magíster en Cooperación Internacional del IUDCUCM, bajo la tutoría del Profesor Bruno Ayllón Pino. Dicho reconocimiento
al mérito académico es parte de la política de publicaciones del Instituto
Universitario de Desarrollo y Cooperación (UCM), La Universidad del País
Vasco y la Universidad de Murcia, cuyo objetivo fundamental es fomentar
la excelencia en la investigación en temas de cooperación y desarrollo.
2
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Presentación
El IUDC-UCM convocó este premio con el nombre de Luis Miguel Puerto,
quien fue profesor de Economía Aplicada de la Universidad Complutense
de Madrid y director del IUDC-UCM, y un analista crítico de la economía del
desarrollo, como reconocimiento a la mejor investigación sobre Desarrollo
y Cooperación, realizada durante el Curso académico 2010-2011, entre
aquellos trabajos presentados por las/os estudiantes matriculadas/os
durante ese curso en los tres postgrados de cooperación y desarrollo
siguientes:
a) Magíster en Cooperación Internacional del Instituto Universitario de
Desarrollo y Cooperación (IUDC-UC).
b) Máster en Cooperación Internacional Descentralizada: Paz y Desarrollo
de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibersitatea.
c) Máster oficial en Desarrollo Económico y Cooperación Internacional de la
Universidad de Murcia.
José Ángel Sotillo Lorenzo
Director del IUDC-UCM
3
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
ÍNDICE DE CONTENIDOS
LISTADO DE ABREVIATURAS........................................................................... 6
CAPÍTULO
I:
OBJETO
DEL
ESTUDIO
EN
UN
CONTEXTO
DE
TRANSFORMACIONES GLOBALES DE LA CID .................................................. 8
1.1. Introducción a la CTr ........................................................................... 8
1.2 Transformaciones globales del sistema de ayuda ............................. 13
CAPÍTULO II: CONTEXTO DE EMERGENCIA DE LA CTR ................................. 21
2.1 Inicios de la cooperación entre países en desarrollo ......................... 23
2.2 Avances y retrocesos en la CTPD ....................................................... 26
2.3 De la CTPD a la CSS ............................................................................. 30
2.4 Aumento del interés de los países del CAD por la CTr ....................... 37
CAPÍTULO III: ESTADO DEL ARTE SOBRE LA CTR .......................................... 49
3.2 Principales características de la CTr ................................................... 60
3.3. Motivos de participación en la CTr Sur-Sur-Norte ............................ 66
3.4. La CTr y la agenda de la eficacia........................................................ 73
CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DE CASOS DE CTR ................................................... 78
4.1 La experiencia japonesa ..................................................................... 79
4.2 La experiencia española ..................................................................... 87
4.3 Iniciativas de CTr experimentadas por otros países del CAD............. 96
4.4. Conclusiones prácticas .................................................................... 102
CONCLUSIONES .......................................................................................... 107
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................. 116
Anexos ........................................................................................................ 128
4
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Resumen
El presente estudio explora una modalidad de cooperación que se encuentra todavía en
fase de experimentación: la Cooperación Triangular (CTr) Sur-Sur-Norte, igualmente
denominada ‘Cooperación Trilateral’ o ‘Cooperación Tripartita’ y que, de manera muy
esquemática, consiste en asociar una fuente tradicional de ayuda con un donante
emergente y/o un País de Renta Media (PRM) a fin de cooperar con un país menos
desarrollado. Si esta cooperación ‘a tres bandas’ no es un fenómeno nuevo, puesto que la
cooperación japonesa fue la primera en experimentar esta modalidad en los años 70, su
novedad radica en el interés creciente que los donantes tradicionales le están otorgando
desde el “renovado auge” de la cooperación entre países en desarrollo, pese a la falta de
evidencias consolidadas sobre sus potenciales y limitaciones, y aún la escasez de fondos
disponibles para fomentarla. En este contexto, el presente trabajo de investigación –
enfocado en el acercamiento de los países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) hacia
la CTr Sur-Sur-Norte – pretende, en primer lugar, examinar los resultados que genera esta
modalidad en el ámbito de la cooperación para el desarrollo, para luego, cuestionar su
incidencia en el proceso de transformación del sistema de la ayuda internacional y, por
último, reiterar la amplitud de las incertidumbres que pesan sobre la CTr en cuanto a su
definición, sus procedimientos y sus contribuciones que hacen aún más imprescindible la
necesidad de seguir aportando evidencias consolidadas sobre su alcance.
Abstract
The following study explores a modality of cooperation still in phase of experimentation,
the South-South-North Triangular Cooperation, named as well ‘Trilateral Cooperation’ or
‘Tripartite Cooperation’, which schematically consists in associating a traditional aid donor
with an emerging donor and/or a Middle Income Country in order to cooperate with a less
developed country. If this form of cooperation is definitively not a new phenomenon,
considering that Japanese have been implementing this type of cooperation since the
1970’s, its novelty comes from the increasing interest that traditional donors are
expressing towards this modality that coincides with the "renewed peak" of South-South
Cooperation, and despite the lack of consolidated evidences related to its potentialities
and limitations and the shortage of funds necessary for its promotion and
implementation. In this context, the present research study – focused on the
approximation of the Development Assistance Committee countries towards the SouthSouth-North Triangular Cooperation – pretends, first of all, to examine results generated
by this modality in the area of the international cooperation for the development, in order
to question its impact in the context of the transformation process of the international aid
system, and then, to reiterate the numerous uncertainties that characterizes the
Triangular Cooperation in relation with its definition, procedures and contributions, a fact
that makes more pressing the need to bring more evidences about this form of
cooperation and its scope in terms of development.
Palabras claves: Cooperación Sur-Sur, Cooperación Triangular, Países de Renta Media,
Comité de Ayuda al Desarrollo.
Nota: El texto fue concluido el 3 de octubre de 2011.
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I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
LISTADO DE ABREVIATURAS
AECID
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo
AFD
Agencia Francesa de Desarrollo
AGCI
Agencia de Cooperación Internacional de Chile
AGNU
Asamblea General de las Naciones Unidas
ALC
América Latina y el Caribe
ALOP
Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción al Desarrollo
AMEXCID
Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo
AOD
Ayuda Oficial al Desarrollo
APDEV
Plataforma Africana para la Eficacia del Desarrollo
BMZ
Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo Alemán
BRICS
Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica
CAD
Comité de Ayuda al Desarrollo
CEPAL
Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CID
Cooperación Internacional para el Desarrollo
CIVETS
Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía, Sudáfrica
CNS
Cooperación Norte-Sur
CSS
Cooperación Sur-Sur
CTr
Cooperación Triangular
CTPD
Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo
DCI
Dependencia Común de Inspección
ECOSOC
Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas
EMBRAPA
Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria
EE.UU
Estados Unidos
FIDA
Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
FMI
Fondo Monetario Internacional
FNUAP
Fondo de Población de las Naciones Unidas
G-20
Grupo de los 20
G-77
Grupo de los 77
GIZ
Agencia Alemana de Cooperación Técnica
IBSA
India, Brasil, Sudáfrica
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I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
JICA
Agencia de Cooperación Internacional del Japón
NN.UU.
Naciones Unidas
OCDE
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
ODM
Objetivos de Desarrollo del Milenio
OEA
Organización de los Estados Americanos
OFID
Fondo OPEP para el Desarrollo Internacional
OIT
Organización Internacional del Trabajo
OMC
Organización Mundial del Comercio
OMUDES
Organismos Multilaterales de Desarrollo
ONG
Organizaciones No Gubernamentales
ONU
Organización de las Naciones Unidas
OSC
Organizaciones de la Sociedad Civil
OTC
Oficina Técnica de Cooperación de la AECID
PIB
Producto Interior Bruto
PABA
Plan de Acción de Buenos Aires
PNUD
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
PRB
Países de Renta Baja
PRM
Países de Renta Media
SEGIB
Secretaría General Iberoamericana
SELA
Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe
SGM
Segunda Guerra Mundial
SIDA
Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo
TT-SSC
Task Team on South-South Cooperation
UE
Unión Europea
UNESCO
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
WP-EFF
Working Party on Aid Effectiveness
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I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
CAPÍTULO I: OBJETO DEL ESTUDIO EN UN CONTEXTO
DE TRANSFORMACIONES GLOBALES DE LA CID
1.1. Introducción a la CTr
La CTr Sur-Sur-Norte se despliega en un espacio que se sitúa a caballo entre
la ayuda que los países emergentes y otros PRM proveen a los países
menos desarrollados – más conocida bajo la denominación de Cooperación
Sur-Sur (CSS) – y la cooperación llevada a cabo por los donantes
tradicionales – generalmente denominada Cooperación Norte-Sur (CNS).
En la práctica, los motivos que alientan a los agentes a cooperar en el
marco triangular son numerosos. La CTr puede ser fomentada entre un país
donante y un país emergente por la necesidad de fortalecer sus relaciones
bilaterales, o como estrategia de retirada de la ayuda bilateral a un País de
Renta Media (PRM). Igualmente, el país receptor puede expresar un interés
hacia la CTr con la finalidad de adquirir más independencia gracias a la
presencia de dos o más proveedores de ayuda, menos sujetos a las
condicionalidades que pueda imponer un único donante. Otro escenario
posible es la lógica de abaratamiento de los costes de cooperación que
puede influir en la decisión del donante tradicional de involucrarse en la
CTr a través de la contratación de expertos provenientes de un país
emergente. A raíz de estos ejemplos que ilustran la variedad de objetivos
asignados a la CTr, cabe preguntarse si el interés más pronunciado hacia
esta modalidad genera cambios significativos en el ámbito de la
Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID).
8
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
La hipótesis que el presente estudio procura defender es la siguiente: pese
a que el volumen de ayuda movilizado por la CTr es todavía muy poco
significativo en comparación con los flujos totales de Ayuda Oficial al
Desarrollo (AOD) desembolsados, y, pese a la escasa disponibilidad de
resultados y evaluaciones sobre las iniciativas emprendidas hasta la fecha,
esta modalidad fomenta asociaciones inéditas entre agentes emergentes y
socios tradicionales que diversifican y enriquecen las formas de cooperar.
Además de generar un sistema de cooperación más inclusivo, la CTr tiene
el potencial de mejorar cualitativamente el desempeño de la ayuda
desembolsada por los países del CAD, por ejemplo, mediante la
incorporación de las ventajas comparativas que poseen los países
emergentes – como la disposición de una tecnología más adaptada a las
necesidades locales – y las que procuran la cooperación llevada entre
países en desarrollo.
Sin embargo, el estudio presenta limitaciones importantes derivadas del
estado incipiente de su desarrollo. En efecto, la CTr es una modalidad que
está todavía en fase de construcción, lo cual hace muy difícil calibrar su
pertinencia y relevancia en el contexto actual de cambios acelerados que
afectan el sistema de la CID. Cabe añadir que a día de hoy, disponemos de
muy pocos datos consolidados que nos permitan conocer en profundidad
la CTr Sur-Sur-Norte. Aunque países desarrollados como Japón tengan en
su haber más de 20 años de experiencia en la materia, apenas se han
sistematizado los datos y lecciones aprendidas generados por los
programas implementados. Además, muy pocas instituciones se dedican a
generar información en este ámbito, una tarea dificultada por “la falta de
estadísticas adecuadas y de criterios comunes” consensuados “para el
cómputo de estos flujos” (SANAHUJA, 2011). Cabe igualmente constatar
9
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
que, debido al reciente incremento de seminarios y talleres enfocados
exclusivamente al estudio de la CTr, están proliferando presentaciones
sobre el tema realizadas por agencias de desarrollo decididas a promover
su uso. Huelga decir que esta documentación ofrece una visión oficialista y
limitada de las iniciativas triangulares ejecutadas o en curso que, sin
embargo, constituirá una de nuestras principales fuentes de información.
Otras incluirán los resúmenes de talleres y seminarios que giran entorno a
la CTr, los documentos de planificación de varias agencias que incluyen la
CTr y algunos análisis de caso presentados por las escasas instituciones que
participan en la sistematización de informaciones relacionadas con
iniciativas triangulares. A estas limitaciones, precisar otra vinculada con la
restringida escala temporal del estudio. El aumento de proyectos de CTr se
inicia en torno al año 2000 coincidiendo con el periodo de promoción
acelerada de la CSS.
En definitiva, no estamos en condición de poder abordar la CTr a partir de
una base de informaciones empíricas suficientemente representativas, lo
que reduce considerablemente la posibilidad de construir análisis sólidos y
de extraer conclusiones suficientes nos invita a adoptar una postura muy
cautelosa sobre las informaciones consultadas. Se debe insistir en que la
CTr ni se considera, ni se entiende desde una perspectiva única. Tanto la
variedad de los objetivos que se asignan a esta modalidad como la
pluralidad de contextos políticos y cooperativos en los que ella se inscribe
dificultan la identificación de una definición consensuada. En este estudio,
solo podremos plantear preguntas pendientes de ser confirmadas de cara a
la futura evolución de la CID. Además, no estamos todavía en disposición
de saber si la CTr consagra un fenómeno duradero o si forma parte de una
10
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
moda pasajera que dará lugar a otros modelos de cooperación distintos de
la CTr.
A pesar de las numerosas e inherentes limitaciones a nuestro objeto de
estudio, el interés más personal que alimenta nuestro afán por indagar
esta modalidad – suscitado tras una primera introducción a esta modalidad
en el marco del Magíster de Cooperación Internacional1– reside en los
cambios cualitativos que suponemos que ella puede desencadenar,
vinculados en gran parte a la introducción y promoción de modelos de
cooperación horizontal dentro del sistema de la CID.
La estructura temática del presente estudio intentará interpretar una
modalidad que genera una multitud de debates e incertidumbres
relacionados con la forma de implementarla, consecuencia del estado muy
incipiente y desigual de las experiencias de los países desarrollados en
materia de CTr. Un primer capítulo servirá a la descripción del sistema
actual de la CID en el cual se despliega la CTr Sur-Sur-Norte. El segundo
capítulo expondrá el contexto de emergencia de la CTr mediante un breve
recorrido por la CSS. Esta reseña histórica nos permitirá inscribir el origen
de la CTr en el proceso de formación de la CSS y poner de manifiesto las
dinámicas que han contribuido a integrar la CTr en la agenda internacional
de la CID. En el tercer capítulo, relataremos como los organismos
multilaterales, las agencias de desarrollo, los países emergentes y otros
agentes de la CID están considerando y definiendo la CTr. Subrayaremos las
características que se le atribuyen, poniendo el énfasis en los claroscuros
que caracterizan esta modalidad. Igualmente, confrontaremos este nuevo
1
Cursado en el Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación de la Universidad
Complutense de Madrid durante el año académico 2010-2011.
11
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
instrumento con los cambios que están afectando el sistema de la CID
exponiendo los debates que rodean la CTr estrechamente vinculados con la
puesta en marcha de la agenda internacional de eficacia de la ayuda. A la
luz de la diversidad de las perspectivas y posturas relacionadas con la CTr,
destacaremos la heterogeneidad de los motivos que animan a los agentes
de la CID a involucrarse en esta modalidad.
Después de haber realizado una breve descripción de la situación actual de
la CTr, dedicaremos el cuarto capítulo al análisis de experiencias
triangulares que nos permitirá reflexionar sobre los distintos abordajes de
la CTr experimentados por los países del CAD. Y a modo de conclusión,
reflexionaremos sobre las potencialidades y limitaciones de la CTr (su papel
y valor añadido, los procedimientos para implementarla, sus ventajas e
inconvenientes, etc.), intentando destacar los principios que sustentarían
una implementación exitosa de la CTr. Discutiremos sobre la relevancia de
cooperar de manera triangular y de definir protocolos de actuación
adecuados
que
optimicen
su
valor
añadido.
Igualmente,
nos
preguntaremos si los países del CAD están considerando la CTr como una
posible esfera de influencia para promover las prácticas y los discursos que
sustentan la CNS dentro del marco de la CSS o si – en cierta medida –
demuestran una verdadera predisposición a adoptar y fomentar nuevos
modelos de cooperación. Dicho de otra manera, veremos si los balbuceos
de la modalidad triangular manifiestan una voluntad de cooperar entre
países socios de renta alta y de renta media para diseñar e implementar
programas y/o proyectos de cooperación innovadores o si corresponden a
una puerta de entrada para introducir un conjunto de principios, valores y
prácticas que caracterizan la CNS. En resumen, el presente estudio pondrá
12
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
el énfasis en los mecanismos de aproximación e implementación de la CTr
por los donantes tradicionales.
Por último, es necesario reiterar que la colaboración entre países del CAD y
los nuevos oferentes de ayuda en el ámbito de la CID representa un campo
por construir, por lo tanto la presente tesina se inscribe en un trabajo de
investigación de gabinete de carácter principalmente exploratorio.
Obviamente, no se podrán aportar evidencias, ni conclusiones definitivas
sobre una modalidad acerca de la cual no disponemos de informaciones de
primera mano, es decir recolectadas a partir de observaciones realizadas
en el terreno.
1.2 Transformaciones globales del sistema de ayuda
Desde hace una década, el sistema de la CID está sometido a una dinámica
de transformaciones aceleradas debido a la combinación de varios
factores, entre los que destacan:
• La aparición de nuevos proveedores de cooperación para el desarrollo
que contribuyen a ampliar el volumen de “Ayuda al Desarrollo de
carácter no oficial” (AYLLÓN, 2006). Por un lado, surgen nuevos oferentes
de ayuda que no pertenecen al CAD, el órgano de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) creado en 1961 y que
elabora “el programa de desarrollo de mayor impacto de los últimos 60
años” mediante el “conjunto de recursos que los países industriales
transfieren, bajo unas determinadas condiciones, a los países en desarrollo
con el propósito de promover su progreso económico y social”
(DOMINGUEZ, 2011). Estos nuevos oferentes provienen del continente
13
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
asiático, latinoamericano, del Oriente Medio y - en menor medida - de
África. Si unos han surgido en el transcurso de la última década2, otros son
activos desde hace más de 40 años como es el caso de Cuba y de China
(ANDERSON, 2010). Por otro lado, están apareciendo otros tipos de fuentes
de ayuda que corresponden a nuevos instrumentos como los fondos
globales, los nuevos productos y servicios financieros (como el acceso al
crédito, ahorros, y seguros para la población de bajos ingresos), o los
programas y proyectos implementados por fundaciones filantrópicas y
empresas mediante la responsabilidad social corporativa;
• El nuevo rostro de la pobreza, que tiende a concentrarse en los PRM
más poblados como China, India, Indonesia, Nigeria y Pakistán (GAVAS,
et. al., 2011). En apenas dos décadas, el grueso de la población más
afectada por la pobreza se ha desplazado de los Países de Renta Baja (PRB)
hacia los PRM3. Esta tendencia ha sido constatada por el Banco Mundial –
que de acuerdo con su sistema de clasificación de las economías mundiales
– ha registrado una reducción de más de la mitad en el número de PRB
entre 2000 y 2010, mientras la agenda de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM) y la securitización de las relaciones internacionales
contribuyen a disminuir el volumen de recursos financieros de desarrollo
destinados a los PRM (SANAHUJA, 2011). En efecto, por un lado, el
consenso internacional alrededor de los ODM está reorientando la ayuda
desembolsada por los países del CAD hacia los países “que presentan
carencias extremas” (TEZANOS, DOMINGUEZ, 2009). Por otro lado, la
2
Como es el caso de Turquía, Marruecos, Chile, Uruguay, Tailandia y Malasia (ALOP,
2010).
3
“Aproximadamente, tres cuartos de las 1400 millones de personas que viven en la
pobreza se encuentran en los PRM y solamente, un cuarto de esta población - que
comprende cerca de 370 millones de personas - vive en los 39 países restantes de renta
baja, principalmente concentrados en África subsahariana” (SUMNER, 2010).
14
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
securitización de la ayuda está aumentando la asignación de fondos hacia
países implicados en la “Guerra global contra el Terror” y “Estados Frágiles”
(SANAHUJA, 2011). De tal manera que los PRM – que corresponden a casi
todos los países de la región América Latina y el Caribe (ALC) – se ven
afectados por una reducción significativa de flujos de ayuda pese a los
“desafíos estructurales” a los que se enfrentan como la desigualdad de
ingresos, la ineficacia de las instituciones administrativas, y las dificultades
en aumentar la productividad, etc. (CEPAL, 2011; TEZANOS, DOMINGUEZ,
2009);
• El efecto de la crisis financiera que ha precipitado medidas de recortes,
dificultando aún más el cumplimiento del compromiso de la mayoría de los
países del CAD en materia de aportaciones presupuestarias destinadas a la
Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD)4;
• Y la introducción de la agenda de la eficacia de la ayuda en el año 2005,
firmada por países e instituciones que se comprometen a aplicar una serie
de principios que garantizarían la consecución de una cooperación de más
calidad e impacto.
La proliferación de ayuda proveniente de países emergentes y de otros
PRM enmarca el contexto de la problemática del presente estudio. El
incremento de su participación en la CID descansa en los avances que están
consiguiendo y en el aumento considerable de los flujos de intercambios
económicos realizados entre países en desarrollo, y que se traduce, en
cierta medida, en una mayor “integración de las economías emergentes en
4
Por ejemplo, en 2010, España dedicó 0’44% de su PNB a la AOD, posponiendo su
compromiso en alcanzar el 0’7 para 2015, por efecto de la crisis (INTERMON OXFAM,
2011).
15
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
la economía mundial” (ORGAZ, MOLINA, CARRASCO, 2011). Citemos a
título de ejemplo, a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que forman parte
de un grupo de mercados emergentes llamados los BRICS. Estos países
movilizan importantes recursos financieros y técnicos destinados a
proyectos de ayuda en terceros países. En 2008, Arabia Saudita, seguida
por China y Venezuela, registraron los montos más elevados en cuanto a
flujos destinados a la cooperación. En este escenario cambiante cabe
señalar la irrupción de un grupo de países denominado CIVETS en el que
figuran Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica. Estos
países han logrado mantener un “incremento promedio anual del PIB de
más del 6,3 por ciento entre 2005 y 2007, así como aumentos constantes en
los años de crisis de 2008 y 2009” (SCHULZ, 2010). Hoy día, representan
una “nueva ola de asociaciones del desarrollo” con la ventaja, para los
donantes tradicionales, de generar “menos controversias tanto en las
políticas como en la práctica” (ibíd.).
Frente a esta dinámica, se encuentran las antiguas potencias industriales
que durante
medio siglo consiguieron manejar las riendas del poder
económico mundial5; una hegemonía que se ve, hoy día, seriamente
cuestionada. En efecto, desde el año 2000, la dinámica de crecimiento de
los BRICS está erosionando progresivamente el liderazgo económico de los
países de la OCDE. Y más aún, desde el estallido de la crisis económica
financiera que está acentuando el contraste entre la vertiginosa progresión
económica de los BRICS y el debilitamiento de las economías del Norte6.
5
Esta dominación económica quedó intacta debido a la imposibilidad para los países en
desarrollo de tener acceso al capital del que el “Sur carecía pero necesitaba
desesperadamente para su desarrollo” (SRIDHARAN, 1998).
6
“[…] la tasa media de avance del PIB en las dos últimas décadas del siglo pasado fue del
2’9 % en las economías avanzadas y del 3’6 % en las emergentes, mientras que en el
período 2000 a 2010 las tasas medias fueron del 1’9 % y del 6’2 %, respectivamente,
16
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Mientras los países en desarrollo mantienen un ritmo de crecimiento más
alto que el promedio registrado por los países de la OCDE7. Una de las
consecuencias de esta recesión, es el desplazamiento de la concentración y
distribución de la riqueza hacia las economías emergentes que han
aumentado de manera considerable su participación en el comercio
internacional8. Pero ¿De qué forma la aparición y la participación creciente
de estas economías emergentes en el mercado mundial – sin que se hayan
generado cambios significantes respecto a su peso en el escenario político
mundial y en las instituciones financieras internacionales – están
impactando en el sistema de la CID y en la ayuda ofrecida por los países del
CAD?
La participación de las economías emergentes en el ámbito de la
cooperación para el desarrollo presagia profundos cambios en la
arquitectura tradicional de la ayuda. El crecimiento de la CSS entre 2006 y
2008 ha sido considerable. Se registró un incremento del 63% (ECOSOC,
2010). Si proporcionalmente, la suma de la ayuda de los países emergentes
en los flujos de ayuda es todavía mínima – correspondiendo al “9’5 por
ciento de la AOD mundial” 9 (AYLLÓN, 2011b) – la participación creciente de
lo nuevos oferentes de ayuda está, por un lado, reforzando “otras formas
de ayuda”, y, por otro lado, “redimensionando el papel de la cooperación”
(SOTILLO, 2011).
diferencia que se mantendría, según las estimaciones del FMI, entre los años 2011 y 2015
(6’6 % en las emergentes y 2’5 % en las avanzadas).” (ORGAZ, MOLINA, CARRASCO,
2011).
7
“En 2007, no menos de 85 países en desarrollo tuvieron un crecimiento de renta per
capita más rápido que la media de los países del OCDE, estimada en 2.75%” (PURI,
2010).
8
Por ejemplo, China ha conseguido aumentar sus exportaciones entre el año 2003 y 2007
con una media anual de 29,1% (MILANI, 2011).
9
Estas aproximaciones estarían infravaloradas debido a la falta de datos disponibles y a las
diferencias conceptuales respecto a lo que corresponde a la cooperación para el desarrollo.
17
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Cuadro 1: Evolución reciente de la CSS en términos cuantitativos
En 2006: la CSS habría movilizado entre 9.500 - 12.100 millones de dólares, lo
que correspondería al 7,8 - 9,8% del total de la AOD de los países del CAD.
 En 2008: los montos dedicados a la CSS en la región iberoamericana fueron
superiores a 13 millones de dólares en 2008 de los cuales 80% provendrían de
Brasil y el resto se repartiría entre Chile (9%), Argentina, México y Colombia.
En 2010: se ha pronosticado un volumen de flujos movilizados en el marco de la
CSS de 15.000 millones de dólares.
Fuentes: Elaboración propia a partir de SANTANDER G. (2011) y SEGIB (2009).
Frente al aumento de la CSS, ¿Cuál ha sido la respuesta de los donantes
tradicionales? Hasta la primera década del nuevo siglo, la llegada de
nuevos agentes de desarrollo atendiendo a las necesidades de los países
menos avanzados no ha suscitado mucho interés por parte de los países
del CAD; un rasgo que, en parte, venía de la “ausencia de lazos
tradicionales” y de la “existencia de tensiones políticas” entre
determinados países desarrollados y países en desarrollo (BOUTROS
BOUTROS-GHALI, 2006)10. Sin embargo, y a pesar de esta primera
indiferencia hacia la cooperación realizada entre países en desarrollo, esta
modalidad empieza a llamar la atención de los países del CAD en la primera
década del siglo XXI, debido al aumento de las críticas que giran en torno a
la
cooperación
desembolsada
por
los
donantes
tradicionales.
Efectivamente, desde hace más de una década el alcance de la ayuda
oficial empieza a ser cuestionado y la CNS recriminada por sus prácticas
10
Boutros Boutros-Ghali (2006) invoca otros factores explicativos como el hecho de que se
miraba más “hacia el Norte” y que se mantenían “fuertes vínculos con las ex metrópolis
coloniales y con los socios tradicionales en el mundo desarrollado”. Igualmente, ante la
subida de nuevos prestadores de ayuda, según Boutros Boutros-Ghali, habría prevalecido el
sentimiento de “amenaza del Sur” en “tratar de debilitar los lazos coloniales de
dependencia” de los potencias industriales, y “engendrar un potencial competidor en los
mercados nacionales, regionales y globales y en cuanto a las oportunidades de inversión”
(ibíd.).
18
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
interesadas tales como la condicionalidad de la ayuda vinculada a la
contratación de empresas y su “esquema paternalista y asistencialista”
(KILLEN, 2010). Con la llegada del nuevo paradigma de la eficacia de la
ayuda en 2005, al origen de nuevos enfoques y herramientas destinados a
promover su implementación, se pretende remediar los “fracasos,
incentivos perversos y la descoordinación” que han caracterizado la historia
de la CID, con la finalidad de reencontrarse con sus primeros objetivos
(AYLLÓN, 2010a). Igualmente, la irrupción de fenómenos globales, como la
crisis alimentaria y energética o el cambio climático, incita a los agentes de
la cooperación a reflexionar sobre el potencial de las herramientas
disponibles en el ámbito de la CID para abordar los desafíos que plantean y
cuyas manifestaciones cruzan las fronteras.
En resumen, desde el comienzo del siglo XXI, el ámbito de la CID se
encuentra en un periodo de transformaciones sin precedente, primero, por
la inclusión de nuevas prioridades que afectan directamente la forma de
suministrar y gestionar la ayuda hacia terceros países de menor desarrollo
e influyen considerablemente en la orientación geográfica de los flujos de
ayuda, y segundo, por el creciente dinamismo de las economías
emergentes que introducen nuevos paradigmas y modelos de cooperación.
Este balance rápido e incompleto de un medio siglo de intervenciones de
ayuda – considerado hasta entonces como un dominio reservado a los
países del CAD y a los Organismos Multilaterales de Desarrollo (OMUDES) –
quiere destacar la importancia de dos fenómenos interrelacionados que
examinaremos más detenidamente en el tercer capítulo: el inicio de una
reflexión sobre la eficacia de la ayuda bilateral y multilateral y el interés
19
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
más pronunciado por parte de los países del CAD hacia nuevas formas de
cooperar como la CSS y la CTr.
20
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
CAPÍTULO II: CONTEXTO DE EMERGENCIA DE LA CTR
El presente trabajo de análisis sobre la CTr Sur-Sur-Norte requiere
contextualizar su aparición para entender primero, cómo esta modalidad
ha surgido dentro del marco de la CSS y cómo está alimentando, desde
hace una década, el interés de los países del CAD. Pero, antes de realizar
este recorrido por la CSS, es necesario abordar la dificultad semántica a la
cual se enfrenta el estudio. La heterogeneidad de la “nueva clase media de
países” que ha aparecido en la última década se ve reflejada en el amplio
abanico de términos utilizados para designar los países en desarrollo
implicados en la CSS, unos siendo calificados de PRM y otros de economías
emergentes (AYLLÓN, 2011b). Otra categoría es la de ‘potencia emergente’
que se refiere generalmente a los BRICS. Sin embargo, estas nuevas
construcciones conceptuales no se erigen a partir de una postura
consensuada, sino que expresan distintas visiones relacionadas con el
concepto de desarrollo. Por ejemplo, la noción de ‘potencia emergente’
genera discrepancias de puntos de vista: unos abogan por incluir países
“con creciente influencia global” como México y Sudáfrica y otros
consideran que solo los BRICS pueden ser identificados como potencias
emergentes (ROJAS-SUAREZ, GONZALES, 2010). El carácter arbitrario de los
criterios utilizados para etiquetar los países en desarrollo (el tamaño de la
población, el PIB, el índice de desarrollo humano, la tasa de crecimiento,
etc.) dificulta la búsqueda de un consenso acerca de la manera de
designarles y de clasificarles. Más problemático es el rechazo que algunos
países, activos en el ámbito de la CSS, manifiestan ante el uso de
nomenclaturas que consideran importadas e impuestas desde los países
del CAD. Por ejemplo, el binomio donante-receptor, según ellos, no se
21
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
aplicaría a la CSS. El representante permanente de las Naciones Unidas
(NN.UU), Hardeep Singh Puri especifica que países como India se refieren al
concepto de solidaridad entre países en desarrollo (HARSMAR, 2011). La
postura de Brasil es aún muy clara: no quiere que se les asigne la
calificación de ‘donantes emergentes’11 puesto que, según la concepción
brasileña que prevalece en materia de cooperación – “fundada en el
derecho al desarrollo, en el deber de cooperación y en los intereses
comunes” – el país no dona sino que se asocia desde 40 años con terceros
países, guiado por el principio de solidaridad y de corresponsabilidad
(AYLLÓN, 2010b). Dada la falta de consenso sobre las denominaciones
empleadas para identificar los países involucrados en la CSS y en la CTr, en
el presente estudio apartaremos la controversia semántica que la afecta
utilizando indistintamente las terminologías presentadas en el cuadro 2.
Cuadro 2: Ejemplos de terminología para los países implicados en la CSS y
CTr
Países desarrollados
Países en desarrollo
Países receptores
Donantes/oferentes
tradicionales de cooperación;
Donantes/oferentes emergentes
de cooperación;
Socios receptores;
Fuentes tradicionales de
cooperación;
Países pivotes;
Socios donantes/cooperantes.
Países socios.
Socios donantes/oferentes/
cooperantes.
Fuente: Elaboración propia
11
Durante un seminario celebrado en 2009 en México, el representante del Ministerio de
Relaciones Exteriores de Brasil declara lo siguiente: “No nos etiquetamos como "donantes
emergentes". El hecho de que Brasil proporcione cada vez más apoyo técnico y financiero
hacia países en desarrollo no cambia la política básica de Brasil en materia de
cooperación para el desarrollo, que favorece un acercamiento más horizontal que
vertical” (MRE, ABC, 2009).
22
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
2.1 Inicios de la cooperación entre países en desarrollo
La CSS empieza su singladura en un contexto de cambios geopolíticos
acelerados iniciados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (SGM). En
los años 50, el comienzo de la Guerra Fría se yuxtapone al proceso de
independencia de las antiguas colonias, augurando una nueva era de
división política en un contexto de intensas hostilidades ideológicas. La
reciente soberanía adquirida por los territorios que pertenecían a las
antiguas potencias coloniales da lugar, en 1955, a la conferencia de
Bandung. Varios países emancipados del yugo colonial – como India,
Pakistán, Indonesia, Ceilán y Birmania – se reúnen para reclamar su autosuficiencia económica y autonomía política. Para conseguir estos objetivos,
se promueve una “cooperación recíproca”12 aplicando los cinco siguientes
principios: el respeto mutuo de la integridad territorial y de la soberanía, la
no agresión mutua, la no injerencia mutua, la igualdad, el beneficio mutuo,
y la co-existencia pacífica. A pesar de las diferencias atribuibles a los
“diversos grados de crecimiento, ideologías políticas y orígenes culturales”
que prevalecen entre los países del Tercer Mundo, es imprescindible
conseguir su unidad para consolidar una “comunidad de intereses” que
pueda “trascender todas estas diferencias” (GRUPO ESPECIAL DE TRABAJO
DEL FORO DEL TERCER MUNDO, 1975). Se reitera la demanda expresada
por la totalidad de los países en desarrollo de formar “un nuevo orden en
donde encuentren un lugar respetable, como iguales, en los distintos foros
internacionales” (ibíd.). Para lograr este objetivo, los países “deben unirse
de inmediato para luchar por sus derechos económicos, así como han
luchado en el pasado por sus derechos políticos y su liberación” (ibíd.). En
12
Conferencia de Bandung, 1955. Declaraciones en favor del desarrollo de la paz y la
cooperación mundial. Véase: http://www.historiasiglo20.org/TEXT/bandung1.htm
23
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
conclusión, durante la Conferencia de Bandung, la formación del
“movimiento de los No Alineados” representa el elemento catalizador de
una nueva “conciencia sobre la necesidad de iniciar reformas en el sistema
económico internacional” que desemboca en la construcción de una nueva
modalidad de cooperación entre países en desarrollo (AYLLÓN, 2006).
Cabe precisar que durante la Guerra Fría, cualquier tipo de ayuda
proporcionada – ya fuera de origen occidental o comunista – estaba
sometido al mismo objetivo: el de “evitar que uno de los dos bloques
alterase el equilibrio bipolar” (ibíd.). Esta dinámica precipita el
alineamiento de los países del Tercer Mundo con un bloque político u otro.
A título de ejemplo, China decide apoyar el líder Julios Nyerere, padre de la
nación tanzana, que embarca a su país en la experiencia del socialismo
africano. El acercamiento ideológico entre ambos países facilita el
lanzamiento en 1970 del proyecto de infraestructura ferroviaria que une
Zambia con Dar-es-Salaam13.
Así pues, el origen de la cooperación entre países en desarrollo se remonta
a los años 50, emanando de la iniciativa de países del Sudeste Asiático en
un contexto en el que las nuevas naciones soberanas deciden movilizarse
para reivindicar la modificación del “viejo orden económico internacional
concebido en Bretton Woods en 1944” (TALAVERA, 1988).
En los años 70, las instancias que provienen del sistema de las NN.UU
empiezan a desempeñar un papel decisivo tanto en el impulso dado a la
consecución
de
mecanismos
de
13
ayuda
reciproca
como
en
su
Según Monson (2004/2005), esta obra prometía elevar el prestigio de China en la
problemática del desarrollo en África: China se iba a beneficiar de un reconocimiento más
consolidado como superpotencia y Tanzania iba a ser premiada por su liderazgo en el
Movimiento de Países No Alineados.
24
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
fortalecimiento y reconocimiento dentro de la CID. En 1972, la Asamblea
General de las Naciones Unidas (AGNU) crea un grupo de trabajo sobre
Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD) alojado por el
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (AYLLÓN, 2009a).
En 1978, las NN.UU organizan en Buenos Aires una primera Conferencia
sobre la CTPD que le permite adquirir “su verdadera carta de naturaleza”
(ibíd.). El objetivo de este encuentro, que cuenta con la participación de
138 países, consiste en responder a los “cambios profundos en las
relaciones políticas y económicas internacionales” reconociendo la
incompatibilidad del “actual sistema internacional” y la necesidad de lograr
una “participación igual y soberana en la conducción de las relaciones
internacionales y una distribución equitativa de los beneficios”14. Avalando
plenamente los esfuerzos realizados por los países en desarrollo en
reivindicar un nuevo orden económico internacional, el Plan de Acción de
Buenos Aires (PABA) pone de manifiesto que la CTPD “es una fuerza
decisiva para iniciar, diseñar, organizar y fomentar la cooperación entre los
países en desarrollo a fin de que puedan crear, adquirir, adaptar, transferir
y compartir conocimientos y experiencias en beneficio mutuo, y para lograr
la autosuficiencia nacional y colectiva” (ibíd.). Así se refuerzan los
principios promovidos durante la Conferencia de Bandung como el respeto
de la soberanía nacional, la independencia económica, la igualdad de
derechos y la no injerencia en los asuntos internos de las naciones (ibíd.).
Añadir que las metas asignadas a la CTPD, giran en torno al desarrollo de
las capacidades15, al intercambio de experiencias y al acceso de las
14
El Plan de Acción de Buenos Aires (1978).
Véase:
http://www.centroseda.org/libro/Herramientas/Vinculos/Plan%20Buenos%20Aires.pdf
15
Según el glosario de la AECID, el desarrollo de las capacidades corresponde al “proceso
endógeno por el cual los individuos, grupos, organizaciones, instituciones y sociedades en
los países en desarrollo incrementan su capital humano, social y estructural para afrontar
25
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
tecnologías. En resumen, el PABA es un primer intento por establecer el
marco de la futura CSS, todavía muy sometida a la reivindicación de un
nuevo orden económico internacional.
2.2 Avances y retrocesos en la CTPD
Los años 80 corresponden a la denominada década perdida del desarrollo
que pone fin a “la retórica del NOEI (Nuevo Orden Económico
Internacional)”. La implementación de reformas neo-liberales (KABUNDA,
2007) y la crisis de la deuda externa obligan a los países en desarrollo a
centrarse en medidas de ajuste estructural impuestas por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. En consecuencia,
durante esta década, se erosionan los vínculos que habían unido a los
países en desarrollo, y la CSS entra en un periodo de letargo (CHISHOLM,
STEINER-KHAMSI, 2009).
Sin embargo, al final de los años 70, la CTPD se convierte en una modalidad
paulatinamente más debatida y promovida dentro de los nuevos espacios
multilaterales fomentados en el sistema de las NN.UU16 debido al
“dinamismo renovado del multilateralismo que surge al final de la Guerra
Fría” (MORAIS DE SA E SILVA, 2010). A titulo de ejemplo, el PNUD crea, en
1974, una primera Unidad Especial para la CTPD. En 1981, se adopta el Plan
de Acción de Caracas para la Cooperación Económica entre Países en
las problemáticas del desarrollo y generar resultados sostenibles. En ocasiones la
expresión
se
refiere
al
apoyo
externo
al
proceso”.
Véase:
http://www.aecid.es/es/servicios/publicaciones/Publicaciones2/Otros/Normativa/glosario99
.html
16
Recordemos que la creación de las Naciones Unidas, en 1945, tiene como finalidad
superar los intereses de los Estados Miembros a cambio de someterles a “los
constreñimientos de reglas generales” (FONSECA, 2010).
26
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Desarrollo, un documento suscrito por los miembros del Grupo de los 77
(G-77) que reiteran su "compromiso firme hacia el principio de autonomía
colectiva " considerando la CTPD como una "parte integral de la acción
colectiva del Grupo para la reestructuración de las relaciones económicas
internacionales y el establecimiento del Nuevo Orden Económico
Internacional"17. En 1983, se crea el Fondo Fiduciario Pérez Guerrero para
fomentar la CTPD por el PNUD y el G-77. Esta fuente de financiación se
destina a proyectos cuyos objetivos consisten en “compartir, reunir o
intercambiar recursos económicos y técnicos, conocimiento, experiencia,
habilidades o capacidades entre tres o más países en desarrollo para su
desarrollo individual o mutuo”. En 1986, se celebra la Reunión de Alto Nivel
sobre Cooperación Económica entre Países en Desarrollo en el Cairo.
Al final de los años 80, se crea la Comisión del Sur, que constituye uno de
los últimos intentos para fortalecer la solidaridad entre los países del
Tercer Mundo. Liderada por un círculo de dirigentes de países en
desarrollo, esta Comisión, “encuadrada en la vieja tradición tercermundista
inaugurada en la Conferencia de Bandung”, publica en 1991 el informe
Desafío para el Sur en el que se promueve un desarrollo adaptado a las
necesidades “del Sur, desde el Sur y para el Sur” con el objetivo de “escapar
de la dependencia intelectual que determinaba el tipo de propuestas de
desarrollo que se discutían de modo predominante” (RAMIREZ, 2008b). Se
ha de señalar que una de sus reivindicaciones consiste en solicitar el apoyo
del Norte para desarrollar la cooperación entre países en desarrollo y
ayudar a que el Sur logre más autonomía y establezca “una relación óptima
con el 'Norte' ” (TEMAS, 2005). Sin embargo, la visión muy homogénea del
17
Véase: http://www.unctadxi.org/secured/gstp/declarations/1981caracas_e.pdf
27
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Sur que defiende la Comisión tropieza con la aparición progresiva de un
mundo multipolar y la evolución heterogénea de los países en desarrollo.
En los años 90, un nuevo modelo desarrollista, centrado esta vez en la
erradicación de los síntomas del subdesarrollo, empieza a imponerse. A
diferencia del modelo anterior, se abandonan “paulatinamente los
esfuerzos por comprender el funcionamiento de los mecanismos
generadores del subdesarrollo (su génesis, su dinámica de reproducción) a
favor del análisis y tratamiento de las personas que padecen de sus efectos,
cada vez más observados y medidos” (RAMIREZ, 2008a). Este nuevo
enfoque sobre las necesidades básicas – nutrido de las aportaciones de
varios economistas18 – se convierte muy rápidamente en el modelo
dominante activamente promovido en el seno de las instituciones de las
NN.UU.
En este contexto, el Comité de Alto Nivel de las NN.UU encargado de
examinar la CTPD y consciente de la “diferenciación cada vez mayor” que
existe entre países en desarrollo, formula en 1995 nuevas orientaciones en
las que se diseña una estrategia basada en la identificación y participación
de países pivotes en cada región susceptibles de respaldar actividades de
cooperación horizontal tanto a nivel regional como interregional
(NACIONES UNIDAS, 1995). Se esbozan, en el ámbito multilateral, las
primeras propuestas de apoyo hacia iniciativas de CTr. Su relevancia se
justifica por la posibilidad que otorga la CTr a los países desarrollados en
participar en el desarrollo de la CTPD mediante el suministro de una
cooperación técnica en colaboración con otro país en desarrollo dotado de
capacidades suficientes y apropiadas. Este Comité cita el ejemplo de una
18
Como el autor del libro Development as Freedom, Amartya Sen (1999).
28
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
iniciativa pionera ejecutada por los Países Bajos que consistía en ayudar a
Chile en la capacitación de “centros de coordinación de CTPD en los países
de América Central” (ibíd.). En 1997, se firma el Plan de Acción de San José
destinado a fomentar la cooperación horizontal en el ámbito de las
inversiones, del comercio y de las finanzas. Este acuerdo viene a completar
“el marco de referencia” de la CTPD que abarca todas las dimensiones del
desarrollo (AYLLÓN, 2006).
En resumen, hasta el principio de los años 90, la CSS encarna un
instrumento geopolítico y económico cuyo objetivo consiste en ayudar a
los países del Tercer Mundo a liberarse de la dependencia del Norte
promoviendo su auto-suficiencia. Luego, la conciencia de un Sur
cohesionado y solidario, que había sido el motor de expansión de la CTPD,
empieza a difuminarse. A pesar de su reconocimiento progresivo en los
foros internacionales, los esfuerzos desplegados desde los años 50 para
desarrollar la CTPD apenas encuentran una consideración positiva por
parte de los donantes tradicionales. Por lo tanto, esta modalidad ocupa
“una esfera marginal en la cooperación internacional” (BOUTROS
BOUTROS-GHALI, 2006).
El desarrollo de la CSS tampoco llama mucho la atención del mundo
académico en los países industrializados. Sin embargo, algunas
contribuciones aunque escasas como las de Jean Lemperière (1983) y de
Donald Bobiash (1988; 1992) indagan sobre el impacto que puede tener la
CSS, el primero examinando la formación de alianzas entre países del Sur
en el ámbito económico y financiero y el segundo estudiando la asistencia
técnica propiciada por China, India, Corea, Brasil y Cuba en Ghana, Guinea
Bissau y Senegal. Bobiash, en el primer libro, cuestiona el alcance de las
29
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
ventajas de la CSS en comparación con la CNS. Llega a la conclusión, entre
otras, de “que los proyectos de CSS no siempre estaban orientados a la
auto-suficiencia ni tenían más valor agregado que los de la cooperación
Norte-Sur” (AYLLÓN, 2009b). En cuanto a Lemperière, ambiciona identificar
los factores de desarrollo y de éxito de la CSS que vincula con las nuevas
capacidades tecnológicas que adquieren India, Brasil, Corea y México.
Explora, además, cómo aquellas competencias están participando en el
proceso de equilibrio de las relaciones Norte-Sur.
2.3 De la CTPD a la CSS
Durante la primera década del siglo XXI, la CTPD se inscribe en un nuevo
contexto geopolítico marcado por el fin de la Guerra Fría y la progresiva
desintegración de la unidad del Tercer Mundo. Sin embargo, la CTPD
resurge con más vigor en un contexto de intensificación de las relaciones
Sur-Sur en el ámbito sobre todo económico. Prueba de ello, es la creación
de bloques regionales y extrarregionales que agrupan potencias y/o
economías emergentes que implementan proyectos de cooperación. Pese
a que la irrupción de nuevos polos de poder económico debilitó lo que
había constituido el elemento catalizador del crecimiento de la CSS, es
decir la reivindicación de los pueblos a solidarizarse para perseguir el
objetivo de transformar la “dependencia del Sur respecto del Norte en una
autentica interdependencia mundial”, la cooperación propiciada entre
países en desarrollo de una misma o distinta región aumenta de manera
considerable (RAMIREZ, 2008a). En resumen, la novedad radica en que el
componente ideológico que al inicio había convertido la cooperación
horizontal en un símbolo de solidaridad, a partir del año 2000, deja de
30
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
constituir el motor principal de su expansión. Igualmente, la tipología y la
gama de los sectores de intervención de la CSS se diversifican tal como
ilustra el cuadro 3.
Cuadro 3: La CSS y sus distintas modalidades
Tipos
La CSS
como
modalidad
bilateral
La CSS que
se enmarca
en una
estrategia
regional o
extrarregional
Variaciones o ámbitos de
intervención
Principales
características
Un país en desarrollo
trata de transferir
Ámbito de intervención más
recurrente: la asistencia técnica experiencias
por su menor coste “al hacer uso consideradas exitosas
hacia países de
de capacidades nacionales
desarrollo menor o
relevantes”.
similar.
Como es el caso en la
CNS, la “CSS bilateral
refleja con mayor
Otros ámbitos de intervención:
claridad las prioridades
desarrollo social básico, asistencia
de política exterior y/o
financiera, cooperación en
las capacidades e
materia de energía.
intereses de cada
donante”.
Primer esquema de cooperación
regional Sur-Sur: la CSS que
implica a países de la misma
región.
Segundo esquema de
cooperación regional Sur-Sur:
la CSS motivada por objetivos
extrarregionales que implica a
países y/o regiones de
continentes distintos.
Modalidad que se
inscribe “en una matriz
regionalista” y forma
parte “de políticas
comunes de los
acuerdos de integración
en vigor”.
Principales
objetivos
Voluntad de
países de
mayor
desarrollo
por
diferenciarse
del resto de
la región o
voluntad de
cuestionar la
arquitectura
actual de la
ayuda oficial
al desarrollo.
Énfasis en
políticas
comunes y
cooperación
en ámbitos
comerciales.
Fuentes: Elaborado a partir de SANTANDER G. (2011), SANAHUJA (2010) y (2011).
El resurgimiento de la CSS se desarrolla sobre todo en el ámbito de la
asistencia técnica. Su éxito descansa en su “menor coste, al hacer uso de
las capacidades nacionales más relevantes”, facilitando así la posibilidad de
31
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
“poner en común los aprendizajes y conocimientos acumulados” de los
países emergentes más avanzados “en sus procesos de desarrollo” y
“generando ‘actividades de doble dividendo’, al fortalecer las capacidades
técnicas tanto del donante como del receptor” (SANTANDER, G., 2011). En
este contexto de efervescencia de la CSS, destacan los BRICS por sus
avances conseguidos en distintas áreas – tales como las nuevas
tecnologías, la agricultura, las energías renovables, el fortalecimiento
institucional en la formulación, gestión y ejecución de políticas públicas,
etc. – logros que, en primera instancia, mejoran las condiciones de vida de
sus ciudadanos y, que luego, en un momento dado, son replicados en
países que enfrentan problemas similares (AYLLÓN, 2006). Brasil es un caso
ilustrativo de esta transferencia de buenas prácticas en determinados
sectores, y sobre todo en ámbitos en los que ha atesorado un sólido saberhacer, tales como la investigación en el sector agrícola, la protección social
y la salud (CABRAL, WEINSTOCK, 2010). Un ejemplo de iniciativa exitosa de
cooperación brasileña es la implementación de bancos de leche materna
pasteurizada que, en primer lugar, consiguieron reducir los indicadores de
mortalidad infantil en el país, para luego, ser introducidos en más de 20
países de América Latina mediante la Red Iberoamericana de Bancos de
Leche Humana19 y en países del continente africano20.
A veces, la CSS se enmarca en estrategias de políticas comunes, definidas
dentro de una determinada “matriz regionalista” (SANAHUJA, 2010).
Numerosos programas de fortalecimiento de grupos de países se han
19
Véase: http://new.paho.org/blogs/esp/?p=851
“Los bancos de leche materna que ya reducen la mortalidad infantil en Guatemala y
comienzan a implementarse en África forman parte de las numerosas tecnologías sociales
desarrolladas por Brasil, que alimentan el rápido crecimiento de su cooperación
internacional”.
Véase:
http://pressroom.ipc-undp.org/2011/con-la-mano-tendida-alsur/?lang=es
20
32
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
constituido en ámbitos muy distintos participando al diseño o redefinición
de procesos de integración regional pero también en ámbitos geográficos
que abarcan países o regiones de distintos continentes. En este caso, los
BRICS suelen ser los países más activos en fomentar este tipo de CSS. Cabe
señalar que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica comparten rasgos
comunes que les diferencian de otros países en desarrollo como su elevada
disponibilidad de recursos económicos y militares, un importante activismo
político sobre la cuestión de la reforma del sistema internacional, y una
cierta influencia cultural, política y social a nivel regional y/o mundial
(MILANI, 2011). El desarrollo de su cooperación hacia terceros países
constituye un elemento crucial de su política exterior. Por ejemplo, en el
marco de la CSS extrarregional realizada entre India, Brasil y Sudáfrica
(IBSA), su desempeño en el ámbito de la “salud pública y patentes
farmacéuticas” les ha permitido “vencer los obstáculos” en “aspectos
comerciales relativos a los derechos de propiedad intelectual” (LECHINI,
2007). Igualmente, al involucrase en la CSS, las potencias emergentes
buscan ejercer una mayor influencia en la región y en el mundo con la
finalidad de gozar de un cierto prestigio y de dar más peso a su
reivindicación de beneficiarse de una mayor inclusión en el seno de las
instituciones de las NN.UU como, por ejemplo, en el Consejo de Seguridad
de las NN.UU (MILANI, 2011). Destacar que en este caso la CSS reviste una
forma de ejercicio de ‘poder blando’ es decir “la habilidad de un estado
para persuadir y atraer a otros países y para establecer los términos de
referencia de diversos debates internacionales” (OEA, 2011)21. Entonces,
desde la caída del muro de Berlín, el objetivo de los países involucrados en
21
Según Joseph Nye (2004), un país puede ejercer un soft power en el ámbito de la cultura,
a través de sus valores políticos y mediante su política exterior.
33
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
la CSS consiste, sobre todo, en adquirir más “poder negociador en la
discusión de temas globales” (AYLLÓN, 2011c).
Durante el periodo de renacimiento de la CSS, los espacios de discusión
organizados a nivel internacional que habían acompañado la primera fase
de desarrollo de la CSS se adaptan a los nuevos papeles y retos que
caracterizan esta modalidad. Se organizan varios encuentros y reuniones
internacionales que abordan la CSS y en los que acuden agentes
provenientes tanto de países en desarrollo como de países desarrollados.
Estos eventos, enumerados parcialmente en la cronología de la CTr (ver
cuadro 4), permiten trabajar en la definición de estrategias de
implementación de la CSS, reflexionar sobre sus ventajas y limitaciones, e
intercambiar experiencias en la materia. Igualmente, se crean nuevos foros
para tratar de la CSS y de la CTr y vincularlas con el paradigma de la eficacia
de la ayuda al desarrollo22. En resumen, estos foros dan más credibilidad a
la CSS y, además, apoyan la participación de nuevos agentes, como los
países desarrollados, el sector privado, la sociedad civil, etc. para
respaldarla. A titulo de ejemplo, la Declaración Final emitida en 2002, en el
marco de la Conferencia de Monterrey sobre Financiación del Desarrollo,
estipula claramente la relevancia en explorar experiencias exitosas de CSS y
de CTr para financiar proyectos de desarrollo, reconociendo el potencial de
estos “instrumentos” en lograr una ayuda más eficaz (AYLLÓN, 2009a).
Sin embargo, cabe subrayar que durante la Cumbre del Milenio, la CSS pasa
totalmente desapercibida, a pesar de que “el objetivo último de la CTPD”
formulado en 1978 durante la Conferencia de Buenos Aires – es decir “la
22
Como la Plataforma Africana para la Eficacia del Desarrollo (APDEV, por sus siglas en
inglés).
34
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
consecución de una verdadera asociación mundial para el desarrollo”23 –
era claramente similar al octavo objetivo del milenio, enfocado en el
fomento de una alianza mundial para el desarrollo.
En 2004, como consecuencia del carácter multisectorial y multidimensional
de la CSS, el PNUD decide cambiar el nombre de su Unidad Especial
dedicada a la promoción de la cooperación entre países en desarrollo
sustituyendo la formulación Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo
por la expresión más genérica de Cooperación Sur-Sur. El mismo año, esta
entidad emite un informe enfocado en la implementación de la CSS
definiendo esta modalidad como una “interacción entre dos o más países
en desarrollo que persiguen objetivos de desarrollo a titulo individual o
colectivo mediante el intercambio de conocimientos, de competencias, de
recursos y de saber-hacer técnico”24. Y con el fin de consagrar el
reconocimiento de la CSS a nivel internacional, las NN.UU proclaman el 19
de diciembre como día internacional de su celebración.
A raíz del aumento de la cooperación entre países en desarrollo, los
donantes tradicionales prestan más atención a esta modalidad. Pero el
protagonismo que puede llegar a jugar la CSS en el sistema de la CID está
sujeto a ciertas aclaraciones. Entre 2006 y 2009, se reafirma el carácter
complementario de la CSS respecto a la CNS. La postura, que había sido
defendida por las NN.UU en 1994 – la de no sustitución de la cooperación
tradicional Norte-Sur por la CSS25 – se manifiesta con más recurrencia
23
Véase:
http://www.centroseda.org/libro/Herramientas/Vinculos/Plan%20Buenos%20Aires.pdf
24
Véase: www.undp.org/execbrd/word/dp04-26.doc
25
La resolución A/RES/48/172 aprobada por la Asamblea General el 22 de febrero de 1994
subraya “que la cooperación técnica entre los países en desarrollo sigue siendo un
elemento clave de la cooperación internacional que complementa otras formas de
35
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
durante la XIV Cumbre del Movimiento de los No Alineados celebrada en la
Habana (2006), el primer Foro de Cooperación al Desarrollo del Consejo
Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas (ECOSOC)
celebrado en Nueva York (2008), la Conferencia internacional de
seguimiento del cumplimiento de los compromisos de la Cumbre de
Monterrey en Doha (2008) y en la Declaración final de la Cumbre de
Nairobi (2009) que marca el trigésimo aniversario del PABA.
Así pues, a partir del año 2000, la CSS genera una profusión de debates
fomentados por los organismos multilaterales y otras plataformas
regionales. Los temas abordados giran en torno a aspectos tantos teóricos
como prácticos de una alternativa de cooperación en pleno auge. Dentro
de estos espacios, los donantes tradicionales demuestran más interés en
participar para poder compartir sus preocupaciones y experiencias, aunque
todavía muy limitadas, en el apoyo a la CSS. Citemos el caso de la
plataforma Capacity4Dev, auspiciada por EuropeAid que contribuye a
alimentar el debate sobre el “empleo de recursos locales y regionales
mediante la CSS” en el marco de la reforma de la cooperación técnica
(LASSEY, 2010). Otro ejemplo es la APDEV que pretende dar a conocer las
perspectivas de desarrollo del continente africano y diseñar estrategias y
políticas de desarrollo y de CSS con el objetivo de articularlas con el
desarrollo de las capacidades. En 2011, año de su comienzo, esta
plataforma emite un informe preparatorio en el que aparece un ejemplo
de triangulación con Alemania y Sudáfrica que presentaremos brevemente
en el capitulo IV (ibíd.).
cooperación técnica internacional y cuyo objetivo final es promover el crecimiento y el
desarrollo económicos, en particular el desarrollo de los recursos humanos, utilizando la
capacidad de los países en desarrollo”.
36
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
2.4 Aumento del interés de los países del CAD por la CTr
Como hemos señalado, durante el periodo 1970-1990, algunos eventos de
promoción de la CSS empiezan a mencionar el papel significativo que
pueden jugar los donantes tradicionales en el fomento de esta nueva
modalidad de cooperación. Sin embargo, no es hasta el año 2000 que los
países del CAD comienzan verdaderamente a dar más crédito a la
modalidad triangular. La experiencia pionera de Japón en CTr – iniciada en
los años 70 – da lugar a la celebración en Okinawa, en 1998, de un Foro
sobre CTr cuyo principal objetivo es propiciar un espacio de reflexión sobre
las formas de apoyar a la CSS sobre todo en la región latinoamericana.
Luego, en 2003 y en 2005, durante las Cumbres del Sur del G-77 se reitera
el potencial que tiene la CTr para establecer un puente entre la CNS y la
CSS y su relevancia como fuente de “recursos para el avance de la
cooperación Sur-Sur”26.
El Foro de Partenariados para una Cooperación al Desarrollo más eficaz –
celebrado al principio del año 2005 y organizado por la OCDE y el PNUD –
contribuye a que los donantes tradicionales otorguen más relevancia a la
CTr (CABRAL, WEINSTOCK, 2010). Los participantes reconocen que la CSS y
la CTr pueden mejorar la eficacia de la ayuda mediante su propensión a
fomentar la apropiación y los partenariados inclusivos. Igualmente,
expresan su interés en la CTr subrayando la necesidad que los países del
CAD refuercen la participación de los países no miembros de la OCDE en la
CID27.
26
Plan de Acción de Doha (2005).
Véase:
http://www.oecd.org/document/11/0,3746,fr_2649_33721_34075979_1_1_1_1,00.html
27
37
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
En 2008, gracias a la determinación de las potencias emergentes como
Brasil, el Programa de Acción de Accra reconoce en el punto numero 19 “la
importancia y las particularidades de la cooperación Sur-Sur”, alentando a
países y organizaciones firmantes a “un mayor desarrollo de la cooperación
triangular”. Por consiguiente, se corrobora la pertinencia de considerar y
apoyar la CSS y su variante triangular tres años después de la entrada en
vigor de la Declaración de París que no se había referido a ella en ningún
momento.
Instituciones lideradas por donantes tradicionales como el grupo de los
siete países más industrializados del mundo más Rusia (el G8), el CAD y la
Comisión Europea expresan más interés en apoyar la CSS y/o en participar
en encuentros en los que se debate sobre la CSS y la CTr. En 2008, el Banco
Mundial, mediante su nueva facilidad financiera en la que participan cinco
países en desarrollo – China, Colombia, India, México y Rusia – y cuatro
países desarrollados – Dinamarca, España, los Países Bajos y el Reino Unido
– quiere “incentivar el intercambio sur-sur de experiencias y conocimientos
para la reducción de la pobreza y el desarrollo”28 (AYLLÓN, 2009a). Para
ello, ofrece una financiación anual que oscila entre 10-15 millones de
dólares durante un periodo de tres años.
A partir del año 2009, la CTr es una modalidad plenamente reconocida en
el sistema de la CID. Veamos algunos ejemplos. En primer lugar, Brasil y
Alemania auspician un Simposio Internacional sobre la CTr (2009) abordada
como nueva alternativa para el desarrollo al que acude la Comisión
28
“The South-South Experience Exchange Facility”. Véase:
http://wbi.worldbank.org/wbi/Data/wbi/wbicms/files/drupalacquia/wbi/south_2011_brochure_final.pdf
http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49508_201&ID2=DO_TOPIC
38
y
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Europea. En 2010, se organiza en Madrid un taller sobre la CTr con el
objetivo de que los Estados Miembros de la UE puedan intercambiar
experiencias y perspectivas sobre la relevancia y el desafío de esta
modalidad en el marco de la agenda de la eficacia. El mismo año, se
celebran dos importantes hitos que contribuyen a elevar la CTr en la
agenda de la CID: el Evento de Alto Nivel sobre CSS y Desarrollo de
Capacidades, auspiciado por Colombia29, y la Reunión de Alto Nivel sobre
CSS y CTr, organizada en Ginebra. Durante ambos encuentros, se decide
explorar el potencial que tienen la CSS y la CTr para fortalecer las
capacidades de los países en desarrollo. Igualmente, se detecta la
preocupación en identificar y sistematizar buenas prácticas de CTr para
corroborar casos exitosos de implementación de la CTr.
En 2009, la publicación del Development Co-operation Report por el CAD
señala la urgencia de sentar las bases de un diálogo con los países
emergentes para “promover esfuerzos conjuntos” y “alcanzar los ODM”,
para lo que es necesario que aquellos países transparenten sus “flujos de
asistencia” (AYLLÓN, 2009a). Esta petición genera disensos hasta crear
divisiones entre países que manifiestan una posición a favor o en contra de
la introducción del paradigma de la eficacia dentro de la CSS. La demanda
formulada por el CAD de adecuar la CSS a los principios de la eficacia es
percibida por muchos países como una forma de intrusión de prácticas no
compatibles con las promovidas por la CSS. Dicho de otro modo, el
acercamiento de los países del CAD a la modalidad horizontal que fomenta
la CTr plantea cuestiones ineludibles sobre la naturaleza de las relaciones
29
En el Evento de Alto Nivel de Bogota, España y Sudáfrica coordinaron una mesa
redonda con la finalidad de aportar conclusiones demostradas y recomendaciones que
permitan avanzar en la cuestión del logro de resultados positivos en la modalidad
triangular.
39
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
entre donantes implicados en la CTr cuyas prácticas y políticas de
cooperación están sometidas a agendas y metas muy diferentes entre sí.
Efectivamente, cabe preguntarse si “¿deben adaptarse los países que
realizan CSS a los criterios del CAD, aceptando sus estándares, parámetros
y requerimientos […]?” (AYLLÓN, 2009a).
Sin embargo, en 2011, el CAD reafirma de manera contundente la
contribución de los países que no pertenecen al Comité y la de los agentes
proveedores de ayuda no oficial en el cumplimiento de los ODM30. De esta
manera, reafirma su voluntad de asociarse con los países emergentes
mediante la posibilidad de implementar nuevos enfoques dentro de un
sistema de cooperación en plena mutación. Según el Comité, la pertinencia
de fomentar programas de cooperación de desarrollo trilaterales reside en
el incremento del impacto de las acciones de desarrollo en las cuales se
asocian donantes del “Norte” con donantes del “Sur”. Cabe destacar que la
novedad de la declaración radica sobre todo en la precisión de no exigir
que los países no miembros del CAD acepten las “normas y las reglas
exigidas entre países del CAD” (ibíd.). De este modo, el CAD otorga más
flexibilidad y apertura hacia la eventualidad de cooperar con países
emergentes. Durante el IV Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda
que se iniciará en noviembre de 2011 en Busán (Corea del Sur), el Comité
reiterará con más insistencia su postura proclive al diálogo.
El mismo año, donantes tradicionales, emergentes y países receptores de
CTr se reúnen en el seno de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB),
en Santo Domingo, para contribuir al “intercambio de experiencias y
lecciones aprendidas que permita relevar las particularidades de su gestión
30
Véase: http://www.oecd.org/dataoecd/7/3/47652500.pdf
40
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
y el manejo de los procedimientos que los distintos actores deben enfrentar
al momento de diseñar, ejecutar y evaluar un proyecto de cooperación
triangular”31.
Igualmente, a final del mes de septiembre 2011, el Equipo de Tarea sobre
CSS (TT-SSC, por sus siglas en inglés) – que forma parte del Grupo de
Trabajo de Eficacia de la Ayuda del CAD-OCDE (WP-EFF, por sus siglas en
inglés) – convocó en Bogotá a agentes involucrados en la CSS y en la CTr
para trabajar sobre propuestas a presentar durante el IV Foro de Alto Nivel
en Busán. El objetivo de este encuentro fue formular recomendaciones
sobre la práctica de la CSS y de la CTr a partir de los resultados de 31
estudios de casos prácticos realizados “por instituciones académicas de
países en desarrollo” y más de 150 historias de casos reales “lideradas por
países”32. También, se prevé organizar “iniciativas multi-actores” llamadas
Bloques Temáticos destinadas a promover y a velar por la implementación
de los compromisos alcanzados durante el Foro de Busán (ibíd.).
Otro ejemplo de plataforma activa en la promoción de la CSS y CTr es el G20. Compuesto por ocho países desarrollados, once países emergentes y la
Unión Europea (UE), el G-20 solicita al TT-SSC y al PNUD que elaboren un
informe sobre el intercambio de conocimientos y su posible conversión en
31
Términos de Referencias. Véase:
http://www.cooperacionsursur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=157:s
eminario-taller-sobre-cooperacion-triangular-aprendizajes-y-desafios-en-sugestion&catid=39
32
Véase la presentación del taller en http://api.ning.com/files/OrPDf91nR5PYtP-T7GfrCuCUChZuVFYhJ9to8wJrMRTxYZF5RfHalZ6DhbIUW2K3mj02PaGGtIEMbXS678qcezwzdQC8CS
/TallerdeBogotaAgendaBorradorSep.23.pdf
41
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
instrumentos de desarrollo efectivos y aprovechables en el marco de la
CNS, la CSS y la CTr33.
El aumento de encuentros enfocados en la CTr pone de manifiesto el
creciente protagonismo de esta modalidad dentro de la CID. En el ámbito
iberoamericano, estas reuniones, facilitadas por la SEGIB, fomentan “el
debate entre los protagonistas de esta modalidad, sobre todo entre los
donantes tradicionales (como Alemania, España o la Comisión Europea) y
los nuevos oferentes (Brasil y México, entre otros)” (SEGIB, 2010). La labor
de esta Secretaría consiste igualmente en elaborar informes anuales que
marcan las nuevas tendencias observadas en el ámbito iberoamericano en
materia de CSS y de CTr, destacando sus evoluciones y desafíos34. De esta
manera, la SEGIB participa en la generación de una de las escasas bases de
datos sobre el estado de la CSS y de la CTr disponibles hasta la fecha,
examinando tanto los discursos políticos como las prácticas que rodean
estas modalidades con la finalidad de alentar el debate sobre sus
características y desembocar en la constitución de consensos.
Cabe señalar que una de las razones que explica el aumento de encuentros
sobre la CTr es la necesidad de aclarar el potencial de esta modalidad en
términos de eficacia. Efectivamente, a las vísperas del IV Foro de Alto Nivel
sobre la Eficacia de la Ayuda, numerosas plataformas elaboran propuestas
basadas en estudios de casos que pretenden aportar evidencias
33
“Scaling Up South-South Knowledge Sharing. A G20 mandate for TT-SSC and UNDP”.
Véase: http://www.oecd.org/dataoecd/29/33/46566881.pdf
34
Los datos que sustentan el trabajo analítico desarrollado en los informes anuales de la
SEGIB sobre CSS y CTr provienen de las “Agencias de y/o Direcciones Generales de
Cooperación de los 22 países iberoamericanos” (SEGIB, 2011). Entre 2007-2010, la
SEGIB ha publicado cuatro informes y un balance de los 5 últimos años de CSS en
Iberoamérica. El próximo informe será publicado en noviembre de 2011 coincidiendo con
la Cumbre Iberoamericana de Asunción.
42
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
consolidadas sobre la capacidad de la CSS y de la CTr para fomentar
resultados de desarrollo positivos y eficaces. Esta labor constituye uno de
los principales objetivos del Equipo de Tarea sobre la CSS, encargado de
procurar un mejor conocimiento respecto a estas dos modalidades y de
adaptar la agenda de la eficacia a los principios que sustentan la CSS. Este
esfuerzo se materializa a través de la publicación de un informe que
presenta 110 casos de CSS y CTr (TT-SSC, 2010). Sin embargo, la alta
consideración atribuida a la agenda de la eficacia genera tensiones entre
donantes tradicionales y oferentes emergentes, un tema abordado más en
detalle en el próximo capítulo.
Dentro de las organizaciones que conforman el sistema de las NN.UU, tres
de ellas – el PNUD, la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de Población de las
Naciones Unidas (FNUAP) – integran la CTr en sus informes anuales y/o
estrategias definidas a medio plazo tal y como se expone en el siguiente
cuadro (JOINT INSPECTION UNIT, 2011).
43
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Cuadro 4: Inclusión explícita de la CTr en el marco estratégico de 3
organismos de las NN.UU.
Organismos de las
NN.UU
PNUD
UNESCO
FNUAP
Documentos
Plan
estratégico
2008-2011
Menciones a la CTr
Breve descripción de los esfuerzos
del PNUD para integrar la CSS en
todos los ámbitos, incluyendo una
referencia a la CTr en los siguientes
términos: “aumentar la coherencia y
la coordinación del apoyo del sistema
de las NN.UU hacia la CSS y la CTr
mediante la política de investigación
y el diálogo, partenariados publicoprivados amplios, e iniciativas
conjuntas”
Estrategia a
medio plazo
(2008-2013)
Este documento especifica que la CSS
y la CTr serán incluidos en cada
objetivo del programa estratégico. Se
prevé propiciar una plataforma para
que los países en desarrollo puedan
compartir sus experiencias en estos
ámbitos y cooperar sobre asuntos de
intereses comunes, siendo parte de
un partenariado global de desarrollo.
Informe del
Director
general sobre
la implementación del
Programa y del
Presupuesto y
los resultados
alcanzados en
el bienal
anterior (20082009)
Mención a la promoción del
intercambio de experiencias en el
ámbito de la ciencia, tecnología e
innovación y de buenas prácticas en
el marco de la CSS y de la
Cooperación Sur-Sur-Norte.
Estrategia a
medio plazo
(2008 - 2011)
De acuerdo con la resolución 60/212
de la Asamblea General y otras
resoluciones relacionadas con la CSS,
la FNUAP expresa su voluntad en
seguir apoyando, profundizando,
intensificando y aumentando la CSS
incluido a través de la CTr.
Fuentes URL
Sección D sobre
Cooperación Sur-Sur del
Capítulo V sobre
operaciones del PNUD
Fuente URL:
www.undp.org/execbrd/w
ord/dp07-43Rev1.doc
Párrafo 28
Fuente URL:
http://unesdoc.unesco.org
/images/0014/001499/149
999e.pdf
Sexta reunión (abril 2010)
Párrafo 2.23
Fuente URL:
http://unesdoc.unesco.org
/images/0018/001886/188
645m.pdf
Párrafo 36
Fuente URL:
http://www.unfpa.org/we
bdav/site/global/shared/d
ocuments/exbrd/2007/sec
ond_regular_session/strat
egic_plan.doc
Fuentes: Elaborado a partir del anexo “Overview of SSC and TC in current available annual
reports and medium-term plans of United Nations system organizations” (JOINT
INSPECTION UNIT, 2011).
44
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Otras organizaciones de las NN.UU, aunque no hayan incorporado de
manera explicita la CSS y la CTr en sus planes de actuación estratégicos,
desarrollan programas triangulares que incluyen la participación de países
en desarrollo y, a veces, de donantes tradicionales. Podemos citar el
ejemplo ilustrativo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que
implementa distintos proyectos triangulares con Brasil en el ámbito de la
igualdad de género en el mercado laboral en Angola (2010)35, de la
seguridad social en el Timor Oriental (2009-2010)36, de la promoción del
trabajo decente, de la erradicación del trabajo infantil, del fortalecimiento
de la protección social en países africanos, latinoamericanos y asiáticos
(2009)37, y por último, en la promoción de los derechos de los trabajadores
seropositivos en Mozambique (2004)38.
Llama la atención que el interés de los países del CAD hacia la CSS y la CTr
se esté consolidando en el actual contexto de recesión financiera global. A
titulo de ejemplo, entre 2000 y 2011, ocho países del CAD firmaron con
Brasil diferentes instrumentos jurídicos para la promoción de la CTr de los
cuales cinco fueron ratificados en los dos últimos años. Esta observación
nos invita a entender la relación entre la evolución de la AOD bilateral y las
crisis económicas que han surgido desde los años 90. Tal como ilustra el
gráfico del cuadro 6, en 1997, el volumen de ayuda oficial decreció
35
Véase:
http://www.oitbrasil.org.br/sites/default/files/topic/gender/doc/boletim_genero_404.pdf
36
Véase:
http://www.oitbrasil.org.br/content/com-apoio-da-oit-e-do-governo-brasileiro-governo-detimor-leste-aprova-regime-transit%C3%B3rio-de
37
Véase:
http://www.oitbrasil.org.br/content/oit-e-governos-do-brasil-bol%C3%ADvia-equadorparaguai-e-timor-leste-ampliam-projetos-de-coopera%C3%A7
38
Véase:
http://agenciabrasil.ebc.com.br/noticia/2004-10-08/brasil-ajudara-mocambique-combaterpreconceito-contra-aids-no-ambiente-de-trabalho
45
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
coincidiendo con la crisis financiera asiática (GILL, KHARAS, 2007). Una
década después, la AOD evoluciona en dientes de sierra: en 2007, el
agotamiento de la condonación de la deuda explica la caída de los flujos de
ayuda seguida de una nueva recuperación en 2008. Sin embargo, ante el
nuevo choque externo económico y financiero que sacude la economía
mundial, los países desarrollados anuncian recortes en el ámbito de la
cooperación que pueden repercutir en la ayuda destinada a financiar
proyectos y programas de desarrollo. Según un comunicado del CAD de la
OCDE, se prevé que entre 2001 y 2013, la AOD crezca a “un ritmo mucho
más reducido” que en los años anteriores39. En este contexto de
previsiones a la baja, el Presidente del CAD recuerda la importancia de
desarrollar “otras formas de asistencia que no se clasifican como AOD”
pero, sin embargo, que participan a ofrecer un “apoyo crucial a los países
de bajos ingresos” tal como “el aporte de los nuevos donantes” (ibíd.). Esta
observación sostiene la postura del Presidente en la necesidad de crear
“asociaciones mundiales más amplias y profundas, a través de las cuales se
comparten los conocimientos técnicos necesarios para mitigar la pobreza y
alcanzar los ODM” (ibíd.).
39
Véase el comunicado “La ayuda aumentará en 2010; pero las tendencias son
preocupantes”:
http://www.aideffectiveness.org/busanhlf4/es/centro-de-prensa/todas-lasnoticias/455-aid-increases.html
46
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Cuadro 5: Evolución de la AOD bilateral hacia los países en desarrollo
para el período 1960-2009 (AOD neta a precios constantes 2009))
100000
90000
80000
70000
60000
50000
40000
30000
20000
10000
19
60
19
63
19
66
19
69
19
72
19
75
19
78
19
81
19
84
19
87
19
90
19
93
19
96
19
99
20
02
20
05
20
08
0
Fuente: Elaborado a partir de los datos de la OCDE [http://stats.oecd.org/qwids/]
Sin embargo, pese al interés progresivo de los países del CAD hacia la CTr,
los fondos movilizados para ejecutar proyectos de estas características son
todavía muy limitados en comparación con el total de los montos
desembolsados en el ámbito de la CID. Igualmente, el 25% de los recursos
otorgados para implementar proyectos y programas de CSS y triangulares
provienen de fuentes multilaterales. La UNESCO es la única organización de
las NN.UU que decide dedicar 0,5% de su presupuesto para financiar
proyectos de CSS y CTr (JOINT INSPECTION UNIT, 2011). En 2010, los
organismos de las NN.UU reportaron un monto de 100 millones de dólares
a título de recursos extra-presupuestarios para apoyar la CSS. La mitad
proviene de países del CAD, y la otra mitad de países en desarrollo, siendo
Brasil, China, Catar y Arabia Saudita los contribuyentes más destacables
(ibíd.). Añadir que los organismos de las NN.UU como la UNCTAD, la OIT,
UN-Hábitat, la FNUAP, UNICEF cuentan con equipos que se dedican
exclusivamente o parcialmente a la CSS.
47
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
A modo de conclusión del segundo capítulo, podemos afirmar que la
evolución de la CSS, desde su inicio, ha sido discontinua y que las formas de
colaborar entre países en desarrollo se han diversificado de manera
considerable desde el principio del siglo XXI, impulsando el desarrollo de la
CTr. De esta forma, la modalidad triangular es un fenómeno entendible a
condición de contextualizarlo y enmarcarlo en:
- la expansión de la CSS;
- el dinamismo de las relaciones Sur-Sur iniciado en la primera década del
siglo XXI;
- el fomento de nuevos espacios desde las organizaciones multilaterales
que juegan un papel catalizador clave en la promoción de la CSS y de la CTr;
y en la necesidad que tienen los “países con niveles de desarrollo
intermedio” (GÓMEZ-GALÁN, AYLLÓN, ALBARRÁN, 2011) de encontrar
nuevas fuentes de financiación para facilitar la “ejecución de un mayor
número de acciones de CSS” (SELA, 2011).
Tras esta reseña histórica que ha intentado aportar elementos explicativos
sobre la formación y consolidación de la CTr en la escena internacional,
cabe preguntarse ¿Cómo los agentes implicados en esta modalidad la
perciben? ¿Qué entienden por CTr? ¿Comparten una misma visión o
manifiestan divergencias de puntos de vista? Igualmente, ¿Cuál es el
estado de los conocimientos en materia de CTr? ¿Qué desafíos plantea al
sistema de la CID?
48
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
CAPÍTULO III: ESTADO DEL ARTE SOBRE LA CTR
En el presente capítulo, expondremos las diferentes perspectivas que
tienen los agentes involucrados en la CTr Sur-Sur-Norte sobre esta
modalidad. Luego, destacaremos los rasgos identificados por expertos
académicos a lo largo de la primera fase de expansión de la CTr. De allí,
evocaremos la pluralidad de los motivos invocados por los agentes a la
hora de implicarse en ella. Y por último, presentaremos los principales
debates que suscita la CTr en un contexto de reconfiguración del sistema
de la ayuda y de presión internacional incrementada por la necesidad de
lograr una cooperación más eficaz. El objetivo consistirá en identificar los
claroscuros de una oferta de cooperación que padece de un “escaso
desarrollo conceptual, instrumental y metodológico” (GÓMEZ-GALÁN,
AYLLÓN, ALBARRÁN, 2011). Dicho de otro modo, este breve estado de la
cuestión sobre la CTr pondrá de manifiesto sus numerosas incógnitas a las
cuales el cuarto capítulo – dedicado al examen de unos estudios de casos –
aportará elementos de discusiones necesarios para reflexionar sobre la
problemática del presente estudio.
No obstante, antes de exponer la percepción de los agentes acerca de la
CTr Sur-Sur-Norte, esbocemos un breve panorama sobre las iniciativas
triangulares que han sido emprendidas por los países del CAD hasta la
fecha, destacando sus tendencias a partir de los datos que tenemos a
disposición,
geográficamente
muy
iberoamericano.
49
orientados
hacia
el
ámbito
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
La mayoría de los países del CAD ni siquiera consideran la CTr como una de
sus prioridades en materia de política de cooperación, ni “la incorporan en
sus estrategias de asistencia a países y regiones”, salvo el caso excepcional
de España – que explicitaremos en el tercer apartado – y el de Japón40
(ibíd.). A la hora de ejecutar iniciativas de CTr, tampoco establecen un
marco institucional previo que especifique, de común acuerdo, sus
objetivos, condiciones, y prioridades a excepción de los EE.UU y de España
que representan los países más proclives a firmar acuerdos con países
emergentes para el fomento de proyectos triangulares41. La formulación y
aprobación de convenios que abarcan todos los agentes implicados dentro
de un proyecto de CTr es otra estrategia que, según la experiencia de la
cooperación española, presenta la ventaja de institucionalizar “el
compromiso asumido en un solo documento”, una práctica que
ejemplificaremos en el cuarto capítulo (GÓMEZ-GALÁN, AYLLÓN,
ALBARRÁN, 2011).
Aunque numerosos países del CAD no han establecido marcos estratégicos
o legales adaptados a esta modalidad, el informe de la Dependencia
40
En 1992, la estrategia japonesa de Asistencia Oficial para el Desarrollo estipula que el
respaldo a la CSS es una modalidad que mejora la “utilización de conocimientos y técnicas
adquiridos por los países en desarrollo” y encarna una de las “metodologías más eficientes
de ayuda”, integrándola en su Política de Mediano Plazo para la AOD en el año 1999 con
la finalidad de ampliarla. (AGENCIA DE COOPERACION INTERNACIONAL DEL
JAPON - BOLIVIA, 2004).
41
En 2011, los EE.UU firmaron dos Memorándums de Entendimiento para impulsar
proyectos de CT, uno con Chile “para promover conjuntamente el desarrollo de terceros
países, a través de programas de cooperación triangular que fomenten áreas como la
protección social y la actividad productiva” [véase: http://www.agci.cl/que-esagci/apuntes-destacados/noticias/agencias-de-cooperacion-de-chile-y-eeuu-comprometenapoyo-regional-triangular/] y otro con la OIT y Brasil para “promover la Cooperación SurSur y la Cooperación triangular en torno al Programa de Trabajo Decente de la OIT”
[véase:
http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/press-and-mediacentre/news/WCMS_153341/lang--es/index.htm].
50
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Común de Inspección42 (DCI) subraya que la mitad de ellos han emprendido
proyectos de CTr (JOINT INSPECTION UNIT, 2011), datos corroborados por
otro estudio publicado en 2009 que enumera los miembros del CAD que
cooperan en el marco de la CTr, es decir: Alemania, Bélgica, Canadá, la
Comisión Europea, Dinamarca, España, los EE.UU, Finlandia, Francia, Italia,
Japón, Luxemburgo, Noruega, Reino Unido, Suecia. A esta lista, se ha de
añadir otros siete países desarrollados – Australia, Austria, Grecia, Irlanda,
Nueva Zelanda, los Países Bajos y Portugal – que se encontraban en fase de
negociación para concretar proyectos de CTr (YAMASHIRO, 2009).
La mayoría de las acciones llevadas a cabo se desarrollan en el ámbito de la
Cooperación Técnica mediante la implementación de proyectos y
programas, la formación de expertos y la realización de talleres temáticos
(JOINT INSPECTION UNIT, 2011). Por ejemplo, la Agencia de Cooperación
Internacional del Japón (JICA, por sus siglas en inglés) promueve el uso de
tres esquemas de CTr fomentados dentro de sus “Programas de
Partenariado”. Uno de ellos es el Proyecto de Cooperación Conjunto que
consiste en utilizar recursos que Japón y los donantes emergentes proveen.
Otro es el Programa de Capacitación en Terceros Países que procura
formar expertos provenientes de un país emergente prestador de ayuda. El
último caso se plasma a través de seminarios y talleres mixtos organizados
en el país receptor (JICA, 2010).
Los países emergentes con los que se asocian los países del CAD para
cooperar en la región iberoamericana son Chile – que contribuye a la
42
El DCI es el órgano independiente de supervisión externa del sistema de las Naciones
Unidas. Sus inspectores “tienen por misión dar una opinión independiente, basada en sus
funciones de inspección y evaluación, con objeto de mejorar la gestión y los métodos y
lograr
una
mejor
coordinación
entre
las
organizaciones”.
Véase:
http://www.unjiu.org/sp/about.htm
51
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
ejecución en la región de 40% de los proyectos de CTr durante el año 2010
– México, Brasil, Argentina, Costa Rica, Bolivia y Venezuela (SEGIB, 2010).
Uruguay ha expresado su interés en proveer ayuda hacia terceros países
mediante la modalidad triangular, desembocando en la firma en febrero
2011 de un Memorándum de Entendimiento con España, para el periodo
2011-2015. Uno de los objetivos de este acuerdo consiste en “impulsar la
posición de Uruguay como agente activo de cooperación Sur-Sur”43.
Respecto a la CTr ejecutada en África, los países emergentes que participan
en ella son Egipto, Kenia, Marruecos, Sudáfrica y Túnez, de tal manera que
abarcan tanto la región austral, occidental, oriental como norteafricana. En
la región asiática, los países que implementan iniciativas de CTr son
Filipinas, India, Malasia, Singapur, Sri Lanka, Tailandia y Vietnam.
En cuanto a los sectores en los que se despliegan las iniciativas de CTr, en
el ámbito iberoamericano, menos de la mitad se ha vinculado con
actividades relacionadas con el “fortalecimiento de las instituciones
públicas y de la sociedad civil” y el “medioambiente” (ibíd.). El resto de las
acciones se concentraron en sectores económicos caracterizados por un
“alto grado de complejidad científica y tecnológica” mediante “fuertes
inversiones en investigación” como en el sector agropecuario o en el
desarrollo de las infraestructuras y de los servicios relacionados con el
transporte, el empleo, etc. (ibíd.). Un quinto de las acciones
implementadas en el marco de la CTr se dedicaron a problemáticas sociales
como educación, salud, políticas de protección social y de acceso a la
vivienda para la población de bajos ingresos.
43
Véase: http://aecid.org.uy/docs/23feb11_MemEnt_FIRMADO.pdf
52
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Los mecanismos de financiación de la CTr Sur-Sur-Norte abarcan distintas
modalidades. Unas consisten en crear fondos comunes con las
contribuciones de los donantes. Otras se basan en la gestión separada de
fondos. Igualmente, es frecuente que el donante tradicional financie en
total o parcialmente el proyecto y que el oferente emergente se encargue
de ejecutar la asistencia a nivel técnico. Por lo tanto, la división de roles es
una característica que se contempla a menudo en los proyectos de CTr y
que ilustraremos en el capítulo IV.
3.1 Heterogeneidad de las definiciones de la CTr
A la hora de entender como los agentes implicados en la CTr definen esta
modalidad, nos encontramos ante un abanico de propuestas muy
semejantes o muy dispares entre sí. La manera de presentar la CTr oscila
en función de la perspectiva dentro de la cual cada agente quiere
inscribirla.
En
consecuencia,
en
este
apartado
ilustraremos
la
heterogeneidad de las definiciones asignadas a la CTr que reflejan
“distintas
motivaciones
geopolíticas”
y
una
gran
pluralidad
de
acercamientos hacia ella (SCHILLER-PROBST, 2010).
El reciente estudio realizado por la DCI destaca la disparidad de puntos de
vista en torno a la CSS y a la CTr dentro del sistema de las NN.UU (JOINT
INSPECTION UNIT, 2011). Así, por ejemplo, el Departamento de Asuntos
Económicos y Sociales de las NN.UU, en el marco del Foro de Cooperación
para el Desarrollo del ECOSOC (2010) formula una definición que pone el
énfasis en la variedad de agentes implicados en esta modalidad –
“donantes del Norte, instituciones multilaterales o socios del Sur” – e
identifica como principal objetivo de la CTr la ejecución de proyectos y
53
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
programas que tengan la finalidad de asistir a un tercer país socio del Sur
(ibíd.). Sin embargo, no toma en cuenta la posibilidad de que un mismo
proyecto de CTr pueda beneficiar a más de un país socio. Frente a esta
definición parcial de la CTr, la AGNU enumera – durante la Conferencia de
Alto Nivel sobre la CSS que se celebró en Nairobi en 2009 – varias formas
de cooperar triangularmente, esbozando, de esta manera, una definición
más completa de esta modalidad:
“Reconocemos el valor del apoyo cada vez mayor que los
países desarrollados, las organizaciones internacionales
y la sociedad civil prestan a los países en desarrollo, a
solicitud de estos, para mejorar sus conocimientos
especializados y su capacidad nacional mediante
mecanismos de cooperación triangular, entre los que
figuran arreglos de apoyo directo o de participación en
la financiación de los gastos, proyectos conjuntos de
investigación y desarrollo, programas de capacitación en
terceros países y apoyo a los centros Sur-Sur, así como
proporcionando los conocimientos, la experiencia y los
recursos necesarios, con el fin de asistir a otros países en
desarrollo, de conformidad con sus prioridades y
estrategias nacionales de desarrollo” (AGNU, 2009) (El
texto resaltado es nuestro).
Señalar que según esta descripción, el objetivo de la CTr tiene que
realizarse aplicando los principios de apropiación y de alineamiento. En
cuanto a la OCDE, considera la CTr como una forma de partenariado entre
un donante del CAD y países pivotes (YAMASHIRO, 2009). Sin embargo,
esta definición omite las fuentes multilaterales implicadas en el apoyo de la
CSS. Según la definición de Ashoff (2010) publicada en la revista
Development Outreach del Instituto del Banco Mundial, la CTr es una
modalidad joven que implica a un donante tradicional del CAD, un segundo
donante emergente del Sur y un país beneficiario proveniente igualmente
del Sur.
54
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Todas las definiciones anteriormente citadas se refieren a la CTr Sur-SurNorte que, como subrayaremos en el próximo apartado, equivale
solamente a una de las variantes de la CTr. Otra definición, que traza una
visión instrumental de la CTr, es la de la Organización Mundial del
Comercio (OMC), que entiende la CTr como una vía de “financiación por
países desarrollados y donantes multilaterales para países en desarrollo
que a su vez prestan asistencia a otros países en desarrollo” (OMC, 2010).
En definitiva, en cuanto a lo que se entiende por CTr dentro del sistema de
las NN.UU, se contempla una falta de visión unificada debida a la ausencia
de una “definición aceptada a nivel mundial” cuyo impacto pueda
repercutir en la “promoción y en el apoyo de las organizaciones del sistema
de las NN.UU, y conducir a un proceso no adecuado, en términos de
programación, de suministro de recursos, de contabilidad y registro de
actividades” (JOINT INSPECTION UNIT, 2011).
Si consultamos otras definiciones formuladas por organismos que agrupan
a países en desarrollo, constatamos un cambio importante de perspectiva
respecto a la CTr. Para el G-77, la CTr representa un complemento a la AOD
que tiene el potencial de procurar recursos sustanciales para implementar
programas de CSS. Dicho de otro modo, la CTr surge como una modalidad
que está al servicio de la CSS y encarna un instrumento útil y eficiente para
promover los objetivos del G-77 (G-77, 2007). La SEGIB, otra organización
intergubernamental liderada por países de la región iberoamericana,
define en 2007 la CTr como una modalidad que agrupa “dos países en
desarrollo (receptor y ejecutor) y un país desarrollado o un organismo
supranacional”, el último actuando “en cualquiera de los casos, como
financiador del proyecto”. Especifica que “en el caso en que quién financia
55
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
sea un país desarrollado, la Cooperación Triangular vuelve a ser Bilateral.
Mientras tanto, si ese rol lo asume un organismo supranacional, la
Cooperación Triangular se denomina Multilateral” (SEGIB, 2007). El informe
2008 acentúa el vínculo que une la CTr con la CSS precisando que la
primera modalidad se distingue de la segunda por el “formato mixto” que
le otorgaría la posibilidad de incluir “todo tipo de actores (Norte y Sur) con
todo tipo de recursos (asistencias a la vez técnicas y financieras)” (SEGIB,
2008).
Durante el Tercer Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda (2008) en
el que participaron más de 100 ministerios y representantes de agencias de
desarrollo de países en desarrollo y desarrollados, la CTr fue definida como
una colaboración entre donantes tradicionales y emergentes conducida
“bajo el liderazgo de los países socios” (POST-ACCRA, 2008).
Si pasamos revista a otras definiciones propuestas por las agencias de
desarrollo, tampoco todas ellas comparten una visión única sobre la CTr. La
AECID propone una definición que pretende abarcar distintos contextos y
modalidades de implementación de la CTr. En efecto, según ella, la CTr es
una “modalidad de cooperación internacional por lo que dos o más países generalmente un donante tradicional (CAD) y un país de renta media
(aunque no sólo)- asocian sus recursos humanos, tecnológicos y financieros
en beneficio de un país tercero, pudiendo este último además contribuir con
sus propios recursos. Esta modalidad actúa como puente entre las
tradicionales cooperaciones Norte-Sur y Sur-Sur y tiene variantes
56
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
generalmente asociadas con el papel que los organismos multilaterales
pueden jugar en iniciativas triangulares”44.
Por su parte, la cooperación japonesa define la CTr como una modalidad de
apoyo a la CSS que se materializa por medio de una aportación financiera y
técnica enfocada en el desarrollo de las capacidades. Los proyectos de CTr
surgen en el marco de una cooperación bilateral previa establecida entre la
cooperación japonesa y el oferente emergente (SUMI, 2009). En cuanto a
la cooperación alemana, decir que se muestra más reservada a la hora de
definir la CTr, consciente de que no existen “definiciones generalmente
aprobadas” y que predomina una “variabilidad en el uso de los términos”
(MÜLLER, 2010). La cooperación alemana destaca por su propensión a
utilizar con más frecuencia el calificativo “trilateral” para subrayar la
dimensión política de una modalidad que, según una presentación oficial
de la GIZ, correspondería a un “acto delicado de equilibrio político”45.
Frente a las concepciones de las agencias de desarrollo, las que provienen
de países no miembros del CAD se caracterizan por una disparidad aún más
grande entre sí. La cooperación brasileña expone una definición que se
centra sobre todo en la capacidad que tiene la CTr de “ampliar la escala y
el impacto de la CSS” y unir los “esfuerzos que provienen de socios externos
a fin de favorecer la optimización del uso de los recursos financieros,
humanos y de las infraestructuras” (SAE/PR, et. al., 2010). Según ella, la
principal vocación de la CTr es su posibilidad de concebir proyectos o
programas estratégicos establecidos con “extranjeros u organismos
44
Véase:
http://www.aecid.es/es/servicios/publicaciones/Publicaciones2/Otros/Normativa/g
losario99.html
45
Véase: http://www.gtz.de/en/weltweit/afrika/suedafrika/29517.htm
57
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
internacionales” para aumentar la “cooperación bilateral desempeñada
mediante las modalidades Norte-Sur y Sur-Sur” (MRE, ABC, 2009). Cabe
destacar que la ABC encuadra la CTr esencialmente dentro de su
cooperación técnica que representa solo 13,49% del total de la
Cooperación Brasileña para el Desarrollo Internacional46.
La AGCI y la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el
Desarrollo (AMEXCID) proponen definiciones más cercanas a las formuladas
por fuentes tradicionales. Desde la perspectiva de la AGCI, la CTr se
presenta como una modalidad en la cual “intervienen tres actores: el país
donante, el país emergente o cooperante y el país beneficiario o receptor”
beneficiándose de los “recursos aportados por las fuentes tradicionales”47.
Sin embargo, para la AMEXCID, la CTr encarna una “modalidad de
cooperación en asociación con una fuente tradicional bilateral o
multilateral, para concurrir, conjuntamente, en acciones en favor de una
tercera nación demandante, de menor o similar desarrollo relativo”48. Si
ambas se centran en la agrupación de tres tipos de agentes, la segunda
definición destaca la importancia de que las aportaciones provengan tanto
de los donantes tradicionales como de donantes emergentes y que la CTr
responda a la demanda del país destinatario.
Al considerar las perspectivas de los países receptores respecto a la CTr, se
contemplan definiciones que coinciden con las formuladas por los
donantes tradicionales y emergentes. Por ejemplo, Ecuador comparte la
definición
promovida
por
la
AMEXCID
46
(GÓMEZ-GALÁN,
Cifra que corresponde al año 2009 (SAE/PR, 2010).
Véase: http://www.agci.cl/cooperacion-internacional/tipos-decooperacion/triangular/objetivos/
48
Véase: http://www.observacoop.org.mx/docs/Dec2010/Dec2010-0009.pdf
47
58
AYLLÓN,
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
ALBARRÁN, 2011). Según la República Dominicana, otro país receptor de
CTr, esta modalidad que “tiene lugar entre dos o más países en desarrollo
apoyada financieramente por un donante, por un organismo internacional
o por otro socio en desarrollo” permite “hacer más eficientes los trámites
para alcanzar el objetivo de un proyecto”49.
Dentro de los foros que reúnen países en desarrollo, encontramos
diferencias de perspectiva con las previamente citadas. En junio de 2011,
en vísperas de la reunión del alto nivel de Busán, algunos países en
desarrollo50 se pronunciaron sobre la CSS y la CTr. Las definen como
“modalidades relevantes y eficientes que complementan la CNS” (WP-EFF,
2011).
En cuanto a los agentes de la sociedad civil, destaca la definición de la
plataforma BetterAid que entiende la promoción de la CSS como una
“estrategia según la cual los países del Sur persiguen la independencia
económica y la autonomía basadas en intereses compartidos, objetivos
comunes y solidaridad”51. Esta definición enfatiza el rol que la CTr puede
tener como promotora de los principios que fundamentan la CSS.
En conclusión, las definiciones relacionadas con la modalidad triangular
parecen alinearse con la concepción del desarrollo que defiende cada
agente, por lo que influye en las funciones asignadas a la CTr y en las
distintas expectativas que se tienen de ella. Antes de abordar la cuestión
49
Artículo “Expertos inician en RD debate sobre cooperación”, del 25 de Julio de 2011.
Véase: http://www.diariolibre.com/noticias_det.php?id=299266
50
Representantes de Egipto, Ghana, Honduras, Colombia, Timor Oriental, Vietnam, Malí y
del Foro de las Islas del Pacifico.
51
Véase:
http://www.betteraid.org/en/betteraid-policy/betteraid-publications/statements/260betteraid-comments-to-bogota-statement.html
59
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
de los motivos que alientan a los agentes de la CID a participar en ella,
queremos hacer un inciso sobre las contribuciones académicas hechas
hasta la fecha en el proceso de identificación de las características de la
CTr.
3.2 Principales características de la CTr
Frente a la falta de consenso respecto a lo que los agentes entienden por
CTr, los pocos trabajos académicos disponibles en la materia están
intentando generar conocimientos en cuanto a sus especificidades,
potencialidades, desafíos y posibles riesgos. Especialistas en desarrollo,
expertos universitarios y consultores contribuyen a examinar los
fundamentos de una modalidad en pleno proceso de construcción.
Un primer rasgo de la CTr destacado por ellos es la identificación de sus
posibles combinaciones (ver cuadro 7). Efectivamente, la CTr puede
materializarse por la agrupación de tres o más países en desarrollo u
organizaciones multilaterales lideradas por países en desarrollo, lo que
corresponde a la CTr Sur-Sur-Sur. Otra combinación es la participación de
dos o más prestadores de ayuda tradicionales, uno delegando a otro la
ejecución de un proyecto, lo que equivale al esquema Sur-Norte-Norte,
igualmente llamado Cooperación Delegada. La tercera formula triangular
es la que nos preocupa en el presente estudio y abarca como mínimo un
oferente tradicional – representado por un país donante del CAD y/o un
organismo multilateral en el que solamente participan países del CAD – con
dos o más agentes provenientes de países en desarrollo que cooperan en
el marco de la CSS. Hemos de señalar que este intento de identificación y
60
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
definición de las posibles combinaciones que abarca la CTr presenta serias
carencias puesto que no incluye casos que cuentan con la participación de
OMUDES dentro de los cuales figuran tanto países en desarrollo como
países desarrollados.
Cuadro 6: Posibles combinaciones de la modalidad cooperativa triangular
Modalidad que incluye tres o más países en desarrollo
La CTr Sur-Sur-Sur y eventualmente organismos multilaterales creados
y/o financiados por países en desarrollo.
La CTr Sur-NorteNorte o
Cooperación
Delegada
Modalidad que une dos donantes tradicionales con un
país en desarrollo.
La CTr Sur-SurNorte
Modalidad que cuenta con uno o varios países del
Norte y/o un o varios organismos multilaterales – en
los que participan países y/o instituciones de países del
CAD – y como mínimo, dos países en desarrollo, uno
como oferente de ayuda emergente y otro como
receptor.
Fuente: Elaborado a partir de GÓMEZ-GALÁN, AYLLÓN, ALBARRÁN (2011).
Dentro de la propia CTr Sur-Sur-Norte, se han identificado varias dinámicas
de triangulación – resumidas en el cuadro 8 – que ponen el énfasis en el
mecanismo de arranque de esta modalidad. Efectivamente, las
posibilidades de triangulación pueden surgir del interés de un donante
tradicional y de un país emergente en asociarse para cooperar en terceros
países. También puede resultar de la demanda de un oferente emergente
de ayuda que solicita el apoyo de fuentes tradicionales, una dinámica que
ha sido identificada como modalidad de apoyo hacia la CSS. Una tercera
61
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
posibilidad proviene de un donante tradicional que, en el marco de su
cooperación bilateral, decide incorporar a un donante emergente, una
estrategia denominada modalidad inclusiva Norte-Sur (GÓMEZ-GALÁN,
AYLLÓN, ALBARRÁN, 2011).
Cuadro 7: Dinámicas de triangulación dentro de la modalidad Sur-SurNorte
Modalidad inclusiva Norte-Sur: el oferente tradicional
incluye al donante emergente dentro de una
cooperación bilateral previa establecida con un país
socio determinado.
Asociaciones
triangulares
iniciadas por uno
de los donantes Modalidad de apoyo a la CSS: el oferente emergente
solicita apoyo al donante tradicional para respaldar
colaboraciones preexistentes entre países en
desarrollo.
Fuente: Elaborado a partir de GÓMEZ-GALÁN, AYLLÓN, ALBARRÁN (2011).
Si estas dinámicas subrayan el carácter pluriforme de la modalidad
triangular, cabe preguntarse sobre el papel del país socio a quien se destina
la cooperación. En efecto, según las dinámicas de triangulación destacadas,
el rol del país socio está siempre relegado a un segundo plano. Más
adelante, en la parte dedicada al análisis de los casos, exploraremos la
cuestión de la apropiación de los proyectos de CTr.
Otra característica de la CTr reside en las negociaciones iniciadas entre las
partes implicadas y que son imprescindibles puesto que esta modalidad
implica un mínimo de tres tipos de agentes que se caracterizan con sus
respectivos bagajes en términos de discursos y experiencias en el ámbito
del desarrollo. De manera general, se puede considerar que la CTr está
fomentando un diálogo – aunque desigual – entre agentes de la CSS, por
62
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
un lado, y agentes de la CNS, por otro lado, un rasgo que podría retrasar la
fase de implementación de los proyectos o programas diseñados en este
marco (PANTOJA, ELSNER, 2009).
El estatus dual de los países emergentes que conjugan el rol de
proveedores y receptores de cooperación al desarrollo (SCHULZ, 2010) es
otra característica de la CTr que aportaría a los países “una visión única
sobre la problemática del desarrollo”52. En efecto, veremos en el capítulo IV
casos relevantes que demuestran cómo los países en desarrollo que
ofrecen cooperación suelen presentar desafíos similares a los que se
enfrentan sus socios, problemas que los primeros han conseguido superar
gracias a políticas innovadoras y/o al apoyo de fuentes tradicionales de
cooperación, por ejemplo, mediante programas de capacitación del
personal.
Cabe señalar que la dualidad de los oferentes emergentes de ayuda es un
rasgo que aparece con más intensidad en el caso de que se asocie un
oferente tradicional con un donante emergente que recibe ayuda de parte
del mismo donante en el marco de la CNS53. Sin embargo, la tendencia que
prevalece, hoy en día, consiste en establecer acuerdos de CTr con
oferentes emergentes que pasarían de ser “receptores de cooperación a
socios ejecutores” y para los cuales la AOD percibida en el marco bilateral
disminuiría considerablemente hasta llegar a desaparecer (SEGIB, 2007).
52
Véase el artículo del FIDA: “South-South Cooperation a must to add momentum to
poverty reduction efforts. China's development experience cited as prime example by
IFAD” http://www.ifad.org/media/press/2011/50.htm
53
El caso de China es muy ilustrativo. En 2009, el país recibió un monto de 1156 millones
de dólares como AOD neta – flujos de ayuda que provienen de países del CAD y de
organismos multilaterales – cuando al mismo tiempo, había destinado, según las
estadísticas de la OCDE, un volumen de 402,15 millones de dólares para la ayuda hacia
terceros países (cifras de la OCDE expresadas a precios constantes 2009).
63
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
La naturaleza muy variada de la CTr está dificultando la identificación de
sus rasgos distintivos al igual que el examen de sus potencialidades,
desafíos y riesgos. Sin embargo, académicos han intentando detectar las
aptitudes y los retos de la CTr. Las primeras residirían en:
- su capacidad de promover la CSS;
- su aptitud para reforzar y complementar la cooperación bilateral
mediante estrategias enfocadas en el desarrollo de las capacidades de los
nuevos oferentes de ayuda;
- su facilidad para adaptarse mejor a los contextos locales de intervención
gracias al uso de una cooperación técnica más apropiada y a similitudes
socio-culturales y lingüísticas compartidas entre el país socio y el nuevo
oferente;
- su predisposición a complementar, mejorar y potenciar las capacidades
de cooperación de los oferentes emergentes;
- su potencial para constituir un puente entre la CNS y la CSS, a partir del
cual los agentes puedan definir posibles sinergias y complementariedades,
y de generar una asociación triangular a partir de la cual todos los
participantes puedan sacar provecho ;
- su ventaja en aumentar el espectro de actuación de la CSS gracias a una
movilización más elevada de recursos;
- su posibilidad de reducir la dispersión sectorial dado el trabajo conjunto
realizado entre tres agentes de cooperación distintos y en “temáticas
consensuadas de desarrollo, incentivando de esta manera visiones y
diagnósticos compartidos sobre problemas de desarrollo” (GÓMEZ-GALÁN,
AYLLÓN, ALBARRÁN, 2011);
- y su habilidad de dar a conocer el saber-hacer y la pericia de los donantes
emergentes dentro de la comunidad de la cooperación internacional.
64
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Los principales retos que podrían cuestionar la pertinencia de la CTr
radicarían:
- en el descuido del país socio que impediría la constitución de una
cooperación alineada con sus prioridades en términos de desarrollo y
reproduciría el esquema vertical de la CNS;
- en el aumento de costes de transacción que llegarían a ser superiores a
los resultados de desarrollo generados;
- en la posible degradación de los “estándares de calidad” logrados y
vinculados con la agenda de la eficacia (ibíd.);
- y en la retirada acelerada de los donantes tradicionales de la ayuda
bilateral implicados en la CTr.
Una de las principales amenazas que pesa sobre la CTr es su conversión en
una estrategia de “abaratamiento de los costes de ejecución” aplicada por
los donantes tradicionales (ibíd.). En efecto, la movilización de recursos
locales en el ámbito de la cooperación técnica, por ejemplo mediante la
contratación de expertos que provienen de la región, puede generar
ciertos ahorros. Sin embargo, esta ventaja conllevaría el riesgo de que la
CTr se transforme en una modalidad de subcontratación de la ayuda54 tal
como lo ha expresado la plataforma BetterAid que reúne a más de 700 OSC
que participan al debate sobre la eficacia de la ayuda.
Otro reto de la CTr radicaría en la capacidad de los países socios de
responder a proyectos o programas de CTr que conllevan procedimientos
más complejos y exigen un esfuerzo de coordinación más importante –
tanto a nivel humano como material – aumentando considerablemente sus
costes y el tiempo dedicado a la implementación del proyecto (ibíd.). En
54
Véase:http://www.betteraid.org/en/news/aid-and-development/263-report-andobservations-from-the-high-level-event-on-south-south-cooperation-bogota-.html
65
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
este caso, uno de los prerrequisitos para agilizar estos procedimientos sería
que los donantes tradicionales se alineen con los sistemas de cooperación
de los países socios para evitar la creación de “instancias paralelas de
implementación” (ibíd.).
3.3. Motivos de participación en la CTr Sur-Sur-Norte
Pese a la carencia de datos empíricos comprobados sobre la CTr y la poca
fiabilidad de las informaciones que disponemos hasta la fecha, esta
modalidad alimenta muchas expectativas, y es considerada, hoy en día,
como una de las vías con más potencial de expansión de cara al futuro.
Para entender el interés sin precedentes de los distintos agentes hacia la
CTr, examinemos los motivos explícitamente invocados por los donantes
tradicionales y emergentes y por los países en desarrollo.
La cooperación nipona en materia de CTr, argumenta su apoyo a esta
modalidad subrayando su potencial de contribuir al desarrollo global, a la
lucha contra la pobreza, a la consecución de los ODM, y a hacer frente a los
asuntos globales como el “cambio climático, la crisis energética y
alimentaria” (HOSONO, 2011). Otro motivo alegado es la voluntad del país
de compartir su “propia y única experiencia de desarrollo” (SUMI, 2009).
Según la JICA, el país logró convertirse en un oferente de ayuda después de
haber sido receptor de ayuda tras la SGM. A partir de 1954, con la
incorporación del país al Plan Colombo55, Japón inició una segunda fase
durante la cual compaginó dos estatus: el de receptor y el de donante de
ayuda hasta poder constituirse de manera exclusiva como oferente de
55
“Organización internacional establecida en 1950 para apoyar el desarrollo económico y
social de los países de Asia Meridional, el Sudeste Asiático y la región del Pacífico. Su
sede central se encuentra en Colombo, Sri Lanka”. Véase: http://www.jica.org.ar/sitionuevo-syswarp/
66
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
ayuda durante el periodo del “milagro” del Este asiático. Esta reconversión
habría aportado las bases de la cooperación japonesa que abogaría, desde
entonces, por la apropiación de los países en desarrollo, el desarrollo de las
capacidades y la adaptabilidad de las tecnologías al contexto local. Según el
discurso de la JICA, esta experiencia reforzó la convicción del país de
apoyar el desarrollo de la CSS al facilitar el partenariado entre países en
desarrollo y la conversión de países receptores de ayuda en países
prestadores de ayuda.
Respecto a los motivos de apoyo de la cooperación alemana a la modalidad
triangular, estos se basan en las ventajas comparativas que propicia la CTr
como la capacidad de crear un puente entre la CNS y la CSS, de movilizar
más recursos financieros y de reforzar la capacidad cooperativa de los
oferentes emergentes mediante el intercambio del saber-hacer (BMZ,
2009).
España, que asesora menos experiencia en CTr, manifiesta dentro del
segundo Plan Director56 (2005-2008) un primer interés en explorar la
modalidad triangular con los “países preferentes” que corresponden a los
países de “áreas geográficas no incluidos entre los prioritarios, y los países
grandes y/o no dependientes de la ayuda, así como aquellos en los que
existan sectores de la población en condiciones de bajo desarrollo
económico y social” (MAEC, 2008). En el tercer Plan Director (2009-2012),
la cooperación española reitera con más determinación su voluntad en
56
El Plan Director es un documento de planificación de la política de cooperación española
que “contiene las líneas generales, directrices básicas, objetivos y prioridades de la
política española de cooperación al desarrollo”.
Véase:
http://www.aecid.es/es/servicios/publicaciones/Publicaciones2/Otros/Normativa/glosario99
.html
67
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
desarrollar la CTr incorporándola en una estrategia de cooperación que
consiste en atribuir a un grupo específico de países – el grupo C o los
“países de renta media para la consolidación de logros de desarrollo” – el
potencial de ser posibles socios intermediarios de ayuda dentro del
esquema triangular (MAEC, 2009a). Igualmente, el tercer Plan Director
considera como eventuales países candidatos a la CTr los que operan una
cierta influencia a nivel regional, presentan una estabilidad política,
benefician de un crecimiento económico, juegan un papel considerable en
la “provisión de bienes públicos globales” y se “enfrentan al reto de
consolidar los avances alcanzados” (MAEC, 2009c). Se considera el apoyo a
la CSS como una “estrategia complementaria a la Cooperación Norte-Sur”
plasmada a través de acciones puntuales que permiten “promover
iniciativas más cercanas a las condiciones y necesidades de los países
socios” y “estimular las capacidades técnicas e institucionales tanto del
donante como del receptor” (ibíd.).
En la práctica, la cooperación española privilegia los países de la región
latinoamericana que pertenecen a este grupo, es decir Argentina, Brasil,
Costa Rica, Cuba, México, Panamá, Uruguay, Venezuela y Chile, (MAEC,
2009a). Respecto al último país citado, la CTr viene motivada por la
aplicación de una "estrategia de salida" de la cooperación española
(FRERES, MARTINEZ, ANGULO, 2010). Añadir que España tiene como otra
estrategia de desarrollo de la CTr, su promoción dentro de las plataformas
internacionales y “especialmente en el Grupo de Trabajo de Eficacia de la
Ayuda del CAD-OCDE”, a fin de “difundir las ventajas e implicaciones de la
cooperación triangular” (MAEC, 2009b; AYLLÓN, 2011a). Por ejemplo, en
2010, la cooperación española destaca por su protagonismo en el debate
sobre la eficacia de la modalidad triangular organizando, de cara al Evento
68
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
de Alto Nivel de Bogotá sobre CSS y desarrollo de capacidades, un taller
que reúne varios expertos de países europeos, con el objetivo de alentar el
intercambio de experiencias y de perspectivas entre los donantes europeos
(AYLLÓN, 2011a).
El interés de otros países del CAD en implementar la CTr proviene
igualmente de la posibilidad que confiere esta modalidad de promover los
cánones de la CNS dentro de la cooperación llevada a cabo por los países
emergentes. Desde la entrada en vigor de la Declaración de Paris, ha
habido una “presión concertada conducida por los países de la OCDE para
superponer los principios de eficacia implementados en el marco de las
relaciones donantes-receptores que derivan de la Declaración de Paris y de
la Agenda de Accra dentro de la CSS” (HARSMAR, 2011). La postura que
consiste en acercarse a los donantes emergentes para poder influir en sus
prácticas y promover las que sustentan la CNS se contempla todavía, tal
como lo sugiere el Ministro de Cooperación francés en su alocución del 2
de septiembre 2011:
“Los países emergentes representan los nuevos agentes de la
cooperación. Es una de las principales razones por la cual
hemos mantenido la intervención de la Agencia Francesa de
Desarrollo (AFD) en estos países. Para nosotros es una
manera de mantener un contacto permanente con ellos y de
incitarles a unirse a nosotros para participar en la puesta en
marcha de políticas de desarrollo en países todavía no
suficientemente desarrollados. Hoy en día, sus intereses
como sus prácticas pueden parecer todavía distintos de las
nuestras. Es gracias a nuestros embajadores presentes en
estos países, que podremos estar informados respecto a sus
visiones, sus objetivos y avanzar juntos hacia enfoques
convergentes. Los proyectos de CTr llevados en colaboración
con los emergentes, como los implementados en África, son
ocasiones de asegurar el acercamiento mutuo de nuestras
69
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
prácticas y de nuestros estándares, en particular en materia
de políticas sociales”57. (El texto resaltado es nuestro).
En cuanto a los motivos que animan a los países emergentes a involucrarse
en la CTr, se nutren de los distintos intereses políticos que tienen hacia la
CSS (ver cuadro 9) y en las ventajas de asociarse con los donantes
tradicionales para ampliar, mediante sus contribuciones financieras, el
campo de sus acciones en el marco de la CSS. Igualmente, valoran la
posibilidad de mejorar las capacidades de suministro de su cooperación
hacia países de menos desarrollo, y la oportunidad de dar más visibilidad a
su pericia que se beneficia del reconocimiento de los donantes
tradicionales. Otros beneficios destacados en el marco de un estudio
realizado por el PNUD señalan la adquisición o el reforzamiento del saberhacer que poseen y el establecimiento o el fortalecimiento de un marco
institucional que facilite la gestión de la cooperación que ofrecen (UNDP SPECIAL UNIT FOR SOUTH-SOUTH COOPERATION, 2009a).
57
Alocución formulada durante la XIX Conferencia de los Embajadores.
Véase:http://www.diplomatie.gouv.fr/fr/ministere_817/evenements_11561/conferenceambassadeurs_17120/xixe-conference-ambassadeurs-31-aout-2-septembre2011_21189/xixe-conference-ambassadeurs-intervention-henri-raincourt-2-septembre2011_94958.html
70
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Cuadro 8: Variedad de los discursos asociados a la CSS
Brasil y Cuba: La implicación de Brasil en la CSS se remonta a los años 70 cuando
el país expresa su “obligación moral de solidarizarse e incentivar el apoyo a los
países de menor desarrollo relativo” (AYLLÓN, 2006). Hoy día, el país mantiene su
voluntad de enmarcar su compromiso hacia países de menor desarrollo en un
discurso en el que predominan valores como “la solidaridad, la
corresponsabilidad, su carácter no ligado, no teniendo fines comerciales o
lucrativos, la ausencia de condiciones o imposiciones y la actuación de acuerdo a
las prioridades de los países socios” (ibíd.). Cuba es otro ejemplo de país cuya
ayuda iniciada “durante la revolución de finales de los 50” ha puesto el énfasis en
la “solidaridad social e internacional” mediante el “desarrollo de sistemas de salud
rurales” (ANDERSON, 2010).
Chile: El país, que tiene la característica de ser miembro de la OCDE, argumenta su
implicación en la CSS y la CTr por su capacidad de contribuir al cumplimiento de
los ODM 1, 4, 5 y 8, es decir a “erradicar la pobreza extrema y el hambre, reducir
la mortalidad de los niños, mejorar la salud materna y fomentar una alianza
mundial para el desarrollo” (FRERES, MARTINEZ, ANGULO, 2010). Otra razón que
explicaría el interés de la Agencia de Cooperación Internacional de Chile (AGCI)
por estas modalidades provendría de su voluntad en diferenciarse de los países de
la región (SANAHUJA, 2011).
Fuentes: Elaborado a partir de AYLLÓN (2006); ANDERSON (2010); FRERES, MARTINEZ,
ANGULO (2010); SANAHUJA (2011), MILANI (2011).
Respecto a los insumos que animan a los países en desarrollo a
beneficiarse de iniciativas enmarcadas en la CTr, el estudio que
disponemos en la materia indica la valoración unánime de los países
destinatarios de CTr en cuanto a la capacidad que tiene esta modalidad
para agilizar la comunicación entre el oferente emergente y el país
receptor, por ejemplo, gracias a la presencia de una oficina facilitada por el
donante tradicional que favorece la participación del país receptor (UNDPSPECIAL UNIT FOR SOUTH-SOUTH COOPERATION, 2009b). Otro tipo de
beneficio señalado por más del 80% de los países receptores es el potencial
de la modalidad triangular para reforzar las capacidades institucionales y
técnicas de las organizaciones que provienen de los países emergentes e
71
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
involucradas en la CSS. Igualmente, más de la mitad de los países
consideran positivamente la capacidad de la CTr de otorgar más
credibilidad a la CSS y de proporcionar más recursos financieros que
amplían el espectro de acción de la CSS. El rol catalizador de la CTr a la hora
de fomentar la integración regional es otra de las ventajas apreciadas por
la mitad de los países interrogados. Los beneficios que generan menos
consenso son la contribución que puede procurar la CTr en el suministro de
una fuente complementaria de apoyo técnico (20%) y la coordinación entre
programas implementados por fuentes tradicionales y agentes implicados
en la CSS (40%) (UNDP- SPECIAL UNIT FOR SOUTH-SOUTH COOPERATION,
2009a).
Se ha detectado un cierto escepticismo manifestado por parte de países
del continente africano en cuanto a la puesta en marcha de asociaciones
triangulares entre sus socios con quien cooperan en el marco de la CSS y
los donantes tradicionales. En el marco de iniciativas triangulares, los
receptores de cooperación temerían perder una oferta que se ha
diversificado – debido a la proliferación en la última década de donantes
emergentes – en el caso de que los donantes tradicionales llegasen a
entrometerse en la ayuda desplegada en el ámbito de la CSS, cuestionando
algunas de sus ventajas como la “reducción de situaciones de monopolio en
el suministro de la ayuda” y la no “imposición de condiciones por su
carácter horizontal” (ver cuadro 11)58.
58
“Por ejemplo, en el caso del Diálogo trilateral entre la EU, China y África y la
cooperación llevada por la UE, surgen de manera frecuente cuestionamientos que
provienen de actores del continente africano y expresados en estos términos: ¿Por qué un
tercero como la UE tendría que interesarse en las relaciones que tiene África con otros
países socios?; ¿Por qué China debería aprender de la UE en términos de compromiso?;
¿Por qué China tendría que hablar con la UE sobre África?” (RAMPA, BILAL, 2011).
72
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Para completar este breve panorama sobre los incentivos que alientan a
los agentes a explorar los potenciales de la CTr, mencionemos brevemente
el caso de los OMUDES implicados en esta modalidad. En el primer
capítulo,
hemos
señalado
que
las
organizaciones
multilaterales
involucradas en la promoción de la CSS ampliaron sus mandatos a lo largo
del protagonismo creciente que ha cobrado la modalidad triangular con el
objetivo de promover el “intercambio de experiencias exitosas” y dar a
conocer “las ventajas de la cooperación triangular” (GÓMEZ-GALÁN,
AYLLÓN, ALBARRÁN, 2011). Este esfuerzo se ha traducido en la creación de
nuevos espacios dedicados a la promoción de la CSS y de la CTr dentro del
sistema de las NN.UU, una labor facilitada por la vocación de los OMUDES
en fomentar el “diálogo”, la “concertación”, en procurar “apoyo técnico”
(AYLLÓN, 2009a) y por su propensión a ser menos presionados por
“objetivos no relacionados con el desarrollo” que en el ámbito de la
cooperación bilateral (ENGBERG-PEDERSEN, 2011). Citemos el caso
ilustrativo del Fondo de las NN.UU para la CSS, gestionado por la Unidad
Especial de CSS del PNUD. Creado en 1995, bajo el nombre de Fondo
Fiduciario Voluntario para la CSS, este organismo dispone de un monto de
17,5 millones de dólares con contribuciones financieras de tres países
desarrollados, siete países en desarrollo, la Fundación Ford, el Fondo OPEP
para el Desarrollo Internacional (OFID, por sus siglas en inglés), las NN.UU y
la OIT (JOINT INSPECTION UNIT, 2011).
3.4. La CTr y la agenda de la eficacia
Si la nueva agenda de la eficacia ambiciona demostrar los efectos e
impactos positivos de la AOD “en el crecimiento económico, la reducción de
la pobreza, el incremento del desarrollo humano y la ‘buena gobernanza’ ”,
73
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
los debates que fomenta abarcan igualmente las prácticas de cooperación
realizadas entre países en desarrollo y triangular (AYLLÓN, 2010a).
Al asociarse con nuevos oferentes, la CTr alimenta cuestiones vinculadas
con su potencial de contribuir al cumplimiento de los cinco principios de la
Declaración de Paris59. Las preocupaciones se derivan de las debilidades
destacadas en el marco de la CSS, tales como las “carencias y dificultades
del acceso a informaciones contrastadas” y a “evaluaciones y evidencias
sobre sus impactos” (AYLLÓN, 2011a). Según agentes de desarrollo
implicados en la CNS más reservados en materia de CTr, el desarrollo de la
CTr conlleva el riesgo de minar los avances realizados en términos de
eficacia de la ayuda. De esta forma, la modalidad triangular se expone a las
mismas críticas y/o sospechas que las que se dirigen hacia la CSS. En
concreto, se les reprocha a los donantes emergentes el hecho de que no
estarían otorgando “mucho valor a las directrices y normas establecidas
por el CAD” (BARDER, et. al., 2010). Por otra parte, la postura de
determinados oferentes de cooperación provenientes de países en
desarrollo sobre este asunto consiste en rechazar el paradigma de la
eficacia considerado “como un referente del Norte que no debe interferir en
la forma en la que el Sur decida impulsar sus propias modalidades de
cooperación” (SEGIB, 2008).
Sin embargo, el motivo de los disensos que existen alrededor de la
Declaración de París reside más en la forma en la que la agenda ha sido
elaborada y promovida – es decir con la participación exclusiva de los
países del CAD – que en su contenido. En efecto, los principios parisinos
59
Es decir, la apropiación, la alineación, la armonización, la gestión basada en resultados y
la responsabilidad mutua.
74
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
“están plenamente incorporados en la práctica de la CSS desde el Plan de
Acción de Buenos Aires de 1978” aún mediante una terminología distinta
(AYLLÓN, 2011a). Cuando la Declaración de París trata de promover la
alineación y la apropiación, los países involucrados en la CSS hacen
hincapié en la promoción del enfoque de la “demanda” y del “consenso
mutuo” (ibíd.). Cabe añadir que varios países emergentes convertidos en
oferentes de ayuda mantienen una distancia con la Declaración de París.
Por ejemplo, Brasil la firmó pero solamente a título de receptor de AOD
(ibíd.)
Otra fuente de inquietud es el escaso interés que los donantes emergentes
tendrían en promover valores cardinales de la CNS como los derechos
humanos y la sostenibilidad medioambiental. Por ejemplo, de cara al
próximo Foro de Alto Nivel sobre Eficacia de Busán, varias OSC en África
expresaron la posible carencia que la cooperación suministrada por los
donantes emergentes podría manifestar en términos de “normas de
derechos humanos aceptadas a nivel mundial, de regulaciones ambientales
y de condiciones decentes de trabajo y de salario” (ibíd.). Igualmente,
invocaron otra fuente de preocupación relacionada con la falta de
transparencia respecto a las condiciones de préstamos que ofrecerían los
donantes emergentes y que podría empeorar la situación económica de los
países receptores60. Para dar solución a los problemas destacados, se
propuso solicitar la ayuda de los países del CAD con el objetivo de
establecer las bases de un diálogo constructivo con “otros donantes
bilaterales ‘emergentes’ ” para poder fomentar el intercambio de buenas
prácticas entre donantes tradicionales y emergentes (ibíd.). Otros países
60
Véase: http://www.cso-effectiveness.org/IMG/pdf/africa_cso_key_messages_to_busan2.pdf
75
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
receptores han expresado su opinión respecto a la CTr considerando que
esta modalidad ayudaría a fortalecer la CSS y procuraría la ventaja de que
sus demandas encuentren más apoyo por parte de los donantes
emergentes (WP-EFF, 2011).
Desde septiembre 2009, el Equipo de Tarea sobre CSS – auspiciado por el
Grupo de Trabajo sobre Eficacia de la Ayuda de la OCDE – ofrece un espacio
para discutir sobre la relación positiva o negativa que podría existir entre la
CSS y su variante triangular, por un lado, y la agenda de la eficacia de la
ayuda,
por
otro
lado.
“Apoyado
por
un
amplio
grupo
de
instituciones académicas de países en desarrollo”, el TT-SSC procura
identificar y documentar las posibles “buenas prácticas [que existen] en
materia de cooperación sur-sur en el contexto de la eficacia de la ayuda,
para informar el proceso de toma de decisiones, el diseño de políticas y
generar recomendaciones”61. En definitiva, esta nueva plataforma, cuyas
labores y ambiciones son presentadas en el cuadro 10, busca adaptar la
agenda de la eficacia a la CSS, es decir enriquecer el paradigma de la
eficacia a partir de las experiencias positivas que han sido comprobadas en
el marco de la CSS y de la CTr. Igualmente, contribuye a definir los
principios que ayudarían a superar las dificultades con las que se enfrentan
los proyectos implementados en el marco de la CTr. Al día de hoy, se han
destacado algunos principios clave que garantizarían una implementación
exitosa de la CTr que resumimos a continuación: el reparto adecuado de las
distintas tareas y roles entre los agentes implicados tras un proceso de
identificación de las ventajas comparativas que cada uno posee ; la
superación del binomio donantes-receptores ; la apropiación de los
proyectos por los países beneficiarios ; la coordinación entre los agentes en
61
Véase: http://www.southsouth.org/es/seccion/11/what-we-do
76
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
una modalidad que puede contar con la participación de numerosos
agentes ; la sistematización de buenas prácticas y la obtención de
resultados positivos que demuestren la capacidad de la CTr para superar
los costes de transacción que se incurren.
Pero más allá de las cuestiones técnicas y de metodología que surgen a la
hora de recurrir a la modalidad triangular, las discusiones enfocadas en el
potencial de la CSS y de la CTr en términos de eficacia cuestionan la
relevancia de los fundamentos del sistema actual de la ayuda que
descansan, en gran parte, en un conjunto de prácticas y discursos
impulsados en el marco de la CNS. En un contexto de reconfiguración de la
arquitectura de la cooperación, la CTr, al incluir nuevas prácticas
fomentadas dentro de la CSS (ver sus principales atributos en el cuadro 11)
puede contribuir a romper posibles disensos que existen entre los agentes
involucrados en la CSS y en la CNS, promoviendo prácticas alternativas que
destacan por su alto grado de innovación mediante la creación de espacios
comunes dentro de los cuales convergerían los intereses, los objetivos y las
prácticas de cooperación de todos los agentes implicados en los proyectos
de CTr.
Cuadro 9: Atributos de la CSS
• Mejor adaptación a las necesidades de los países involucrados.
• Diversificación de ideas, abordajes y métodos de cooperación.
• Más empleo de recursos locales y mayores niveles de apropiación.
• Favorece procesos de aprendizaje recíproco.
• • Responde a un modelo que busca soluciones a problemas de desarrollo.
• Basada en políticas y experiencias demostradas en países en desarrollo.
• Prioridad al intercambio de ideas, conocimientos y técnicas.
• Involucra a nuevos actores en los procesos de cooperación.
• Aprovecha capacidades sectoriales de los PRM.
• Bajo coste relativo y más rapidez en su ejecución.
Fuente: AYLLÓN (2011a).
77
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DE CASOS DE CTR
El presente capítulo pretende aportar unos elementos de respuesta a las
siguientes preguntas: ¿Cómo se despliegan las intervenciones que se
enmarcan dentro de la CTr Sur-Sur-Norte? ¿Según que procedimientos?
¿Cuáles son los principios que han sido promovidos por los países del CAD
a lo largo del proceso de formulación e implementación de la CTr? Antes de
presentar algunos casos de triangulación, especifiquemos la metodología
utilizada.
Para llevar a cabo el análisis de casos de CTr, exploraremos algunas de sus
modalidades de implementación relatadas por expertos académicos,
consultores y el Equipo de Tarea sobre la CSS. Igualmente, consultaremos
presentaciones oficiales que exponen la labor de gobiernos implicados en
proyectos de CTr, susceptibles de informarnos sobre las iniciativas de
desarrollo triangulares. El objetivo no consistirá en realizar una
presentación exhaustiva de las modalidades de triangulación Sur-Sur-Norte
en las que participan países del CAD sino en poner de relieve algunas de
sus características para reflexionar sobre sus mecanismos, sus enfoques y
los objetivos considerados en cada uno de los casos expuestos.
Expondremos varios casos de CTr aplicados al ámbito regional y
extrarregional, y, si fuera posible, combinando distintos tipos de agentes. A
partir de esta muestra no representativa de la totalidad, analizaremos los
procedimientos contemplados, examinando la dinámica de arranque de la
modalidad triangular, la existencia o no de un marco institucional, la
naturaleza de la contribución de cada agente y de las relaciones bilaterales
78
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
y trilaterales entre los diversos socios involucrados en la CTr. A raíz de
estos casos, pondremos de manifiesto las ventajas y limitaciones de la CTr.
La exposición de casos de CTr nos servirá para argumentar, a modo de
conclusión del presente estudio, sobre la hipótesis de partida del estudio:
es decir, si la modalidad triangular es susceptible de generar y fomentar
relaciones de “mayor horizontalidad con algunos países del Sur” (GÓMEZGALÁN, AYLLÓN, ALBARRÁN, 2011).
4.1 La experiencia japonesa
La experiencia de Japón en CTr se remonta al año 1975 cuando se inició un
primer programa de Capacitación en Terceros Países (SUMI, 2009). Como
lo hemos indicado anteriormente, el país fue el primero a propiciar un
“espacio de reflexión sobre experiencias de CTPD y sobre perspectivas de la
cooperación triangular, especialmente de las participadas por el país
anfitrión” mediante la celebración de un Foro sobre Cooperación
Triangular en 1998 (SEGIB, 2008).
Antes de examinar dos iniciativas de CTr implementadas con el apoyo de la
JICA, identifiquemos algunos rasgos de la cooperación japonesa. El
porcentaje de la ayuda japonesa ligada o parcialmente ligada sería de los
más bajos en comparación con otros países del CAD (CENTER FOR GLOBAL
DEVELOPMENT, 2010). Igualmente, los fondos desembolsados por la JICA
se destinarían a países en desarrollo caracterizados por ser relativamente
democráticos (ibíd.). En cuanto a una de sus principales debilidades,
radicaría en el volumen muy bajo de su ayuda neta en comparación con el
Producto Interior Bruto (PIB) del país. Por último, añadir que Japón
79
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
destacaría por aplicar el principio de no intervención en los asuntos
internos de los países receptores (MARTINEZ, 1995).
Para ilustrar las experiencias “dilatadas y diversificadas” de la JICA en
materia de CTr, presentamos un primer proyecto enfocado en el
“Mejoramiento de la Tecnología para la Construcción y Sistema de Difusión
de la Vivienda Social Sismo – Resistente” (TAISHIN) en el que participaron
El Salvador, México y Japón, y que fue considerado por el Equipo de Tarea
sobre CSS, durante el Evento de Alto Nivel de Bogotá sobre CSS y
Desarrollo de Capacidades (2010), como un caso exitoso de CTr (GÓMEZGALÁN, AYLLÓN, ALBARRÁN, 2011). El segundo ejemplo se centrará en un
programa de desarrollo enfocado en el ámbito de la agricultura.
La creación del proyecto TAISHIN cuya primera fase se realizó en el periodo
2003-2008 resultó de una demanda formulada por el gobierno salvadoreño
hacia la agencia de cooperación japonesa para ayudar a la población de
bajos ingresos a reducir su vulnerabilidad frente a los importantes daños
causados por los terremotos que son una constante en el país. Tras esta
petición, Japón decidió impulsar una CTr con México a fin de aprovechar de
su experiencia y conocimientos en el ámbito de la construcción de
viviendas sismo-resistentes, adquiridos en el marco de la cooperación
bilateral entre México y Japón. De esta manera, el país nipón buscó
beneficiarse de las ventajas que podía propiciar una nueva cooperación
implementada entre México y El Salvador.
En cuanto a las relaciones bilaterales entre Japón y El Salvador, según
fuentes oficiales, aquellas empezaron en el año 1935 con un dinamismo
más destacado después de la SGM. En los años 50, El Salvador fue uno de
los primeros países “de Occidente en abrir su mercado a productos
80
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
japoneses, con la importación de sus automóviles” y Japón invirtió por
primera vez “en un país latinoamericano mediante la instalación de una
importante empresa textil”62. Hoy, Japón es uno de los principales
donantes en El Salvador junto a España, EE.UU y la UE63. Respecto a las
relaciones entre México y Japón, el primer país figura como uno de sus
principales socios en el ámbito de la CTr ejecutada en la región
latinoamericana y en ámbitos enfocados sobre todo en el sector industrial
y medioambiental. En 2004, ambos países reforzaron sus relaciones
comerciales firmando un acuerdo de Asociación Económica. En cuanto a las
relaciones entre México y El Salvador, se han intensificado en el ámbito
comercial – sobre todo desde la puesta en marcha del Acuerdo de Libre
Comercio – y en el ámbito de la cooperación cultural y técnica. Por lo
tanto, cuando se inició el proyecto TAISHIN, los dos oferentes de ayuda
habían tenido experiencias de cooperación previas con en El Salvador.
Según los datos puestos a disposición por los responsables del programa de
partenariado México-Japón – que facilitaron el análisis del caso dentro del
Equipo de Tarea sobre CSS64 – una primera toma de contacto y reunión de
trabajo entre representantes de la oficina de la JICA salvadoreña y
mexicana dio lugar al establecimiento del proyecto TAISHIN. Durante este
encuentro acudieron expertos mexicanos y “ONG implicadas en la
reconstrucción de las viviendas del país”65. Los primeros compartieron sus
experiencias en prevención sísmica y participaron en la identificación de
62
Véase: http://www.sv.emb-japan.go.jp/espa/historia.html
Los sectores de intervención de la AOD nipona en El Salvador abarcan el desarrollo de
las infraestructuras portuarias y aéreas, la asistencia humanitaria en caso de desastres
naturales y otras actuaciones en el ámbito medioambiental, educativo y cultural.
64
Véase: http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49124_201&ID2=DO_TOPIC
65
Véase: http://habitat.aq.upm.es/bpal/onu08/bp1926.html
63
81
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
posibles áreas de actuación susceptibles de reducir el impacto de los
daños causados por los terremotos.
En la fase de implementación, se recurrió a técnicos provenientes de los
tres países. Primero, el papel de los responsables de la Vivienda y del
Desarrollo Urbano – principal contraparte local del proyecto – consistió en
coordinar y supervisar el conjunto de las actividades con otras instituciones
nacionales (dos universidades, una fundación, y un instituto) que
participaron tanto en la fase de investigación que incluía expertos
salvadoreños y mexicanos – necesaria para identificar modelos de
construcción sismo-resistentes – como en el proceso de su diseminación.
Los investigadores salvadoreños recibieron formación en Japón o en
México.
Respecto a los socios mexicanos, el departamento de la cooperación
técnica y científica y el Ministerio de Asuntos Exteriores trabajaron
estrechamente con la contraparte local, coordinando las actividades con el
centro mexicano de prevención de desastres (CENAPRED). Aquella
institución, fundada después del terremoto de México de 1985 y
capacitada gracias a la cooperación japonesa, contribuyó al diseño del
proyecto TAISHIN y a su fase de ejecución. De tal manera que los expertos
del CENAPRED jugaron un rol clave en el impulso de “sinergias entre
expertos del Salvador, de Japón, y de México"66. Precisar que la oficina
mexicana de la JICA, en los años 90, había proporcionado asistencia técnica
a las autoridades nacionales en un proyecto de prevención sísmica y que,
desde 2003, México formaba parte del programa de partenariado
impulsado por Japón destinado a promover la CSS entre México y terceros
66
Véase: http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49124_201&ID2=DO_TOPIC
82
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
países. En el marco del proyecto TAISHIN, la oficina mexicana de la JICA
ayudó a que los expertos movilizados pudieran coordinar las actividades
ejecutadas, lo que facilitó una “transferencia técnica eficiente entre los tres
países” (ibíd.).
En cuanto a la oficina salvadoreña de la JICA, trabajó con las autoridades
nacionales para identificar las necesidades del gobierno y ayudó al
Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano a coordinar las instancias
implicadas en el proyecto. Desde la sede central de la JICA, se gestionó los
recursos, se mandó expertos en el terreno, y se coordinó la recepción de
los expertos salvadoreños en el marco de las formaciones impartidas por
ella u otras instituciones del país.
Las ventajas señaladas por los responsables del programa del partenariado
México-Japón67 que comunicaron al TT-SSC los datos relacionados con este
proyecto, están enumeradas en el cuadro 12.
Cuadro 10: Resultados positivos del proyecto TAISHIN
El proyecto TAISHIN:
• respondió a las prioridades coyunturales y gubernamentales del país en
términos de desarrollo, puesto que, por un lado, las autoridades solicitaban ayuda
para remediar al “déficit habitacional estimado en unas 32.590 viviendas y una
insuficiencia en las condiciones de habitabilidad de otras 512.230 viviendas”,
debido a los daños causados por los terremotos de enero y febrero 2001, y que,
por otro lado, la seguridad de los ciudadanos y la vivienda figuraban como
prioridades de desarrollo del país (especificadas en el Plan de Gobierno y
formuladas en el documento “País Seguro 2004-2009”) ;
• se benefició de uno de los conocimientos más avanzados en el campo de las
tecnologías aplicadas a la resistencia sísmica mediante la participación de la
cooperación japonesa y de los expertos mexicanos, que habían sido formados por
sus homólogos japoneses ;
67
Véase : http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49124_201&ID2=DO_TOPIC
83
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
• logró reforzar el liderazgo de la principal contraparte local y fomentar la
apropiación del proyecto;
• reforzó la Cooperación Técnica entre México y El Salvador y permitió a la
CENAPRED que aprovechase de su primera experiencia en investigación aplicada
en el ámbito del desarrollo para consolidar sus capacidades como proveedor de
asistencia técnica en la CID ;
• favoreció una estrecha colaboración entre todos los agentes implicados y el
intercambio de conocimientos y desarrollo de las capacidades debida a la afinidad
sociocultural y lingüística que existe entre México y el país destinatario y al mejor
conocimiento de las normas de construcción que posee el socio mexicano en
comparación con el donante japonés ;
• consiguió una relación costos-beneficios positiva mediante el uso eficiente del
material tramitado por Japón y manejado conjuntamente por los expertos
mexicanos ;
• demostró la participación de una amplia gama de agentes provenientes del
sector público, de la sociedad civil, de institutos de investigación, que jugaron un
papel destacable, por ejemplo, en los avances tecnológicos y en su difusión ;
• contribuyó a la creación de un nuevo proyecto en el ámbito de la salud
enfocado en la prevención contra el mal de Chagas, destinado a frenar la
reproducción del parásito al origen de la patología ;
• alentó la replicabilidad del proyecto en otros países: los expertos implicados en
la segunda fase del proyecto consideraron la posibilidad de promover el saberhacer adquirido hacia otros países de la región cuya población de bajos ingresos
presenta el mismo problema de vulnerabilidad en caso de terremotos.
Fuentes: Elaborado a partir de informaciones disponibles en una presentación del
proyecto http://habitat.aq.upm.es/bpal/onu08/bp1926.html y en el portal “The SouthSouth Opportunity Case Stories”
[http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49124_201&ID2=DO_TOPIC].
Algunos de los retos del proyecto señalados al TT-SSC fueron la falta de
liderazgo del Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano y la necesidad
de ajuste de la ayuda mexicana ante al aumento de las capacidades de las
autoridades salvadoreñas.
84
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Citemos, de manera más concisa, otro proyecto de CTr en el que participa
Japón y que, según la JICA, correspondería a unos de los proyectos
triangulares de envergadura más importante diseñado hasta la fecha: el
programa de desarrollo agrícola en la sabana tropical mozambiqueña (JICA,
2010). Esta nueva iniciativa triangular llamada ProSAVANA-JBM, que se
encuentra todavía en una fase inicial, se basa en un dispositivo de
transferencia de experiencias previamente desarrolladas en el marco de la
cooperación bilateral entre Japón y un país emergente, en este caso Brasil.
El programa nace del interés expresado por la JICA en replicar en
Mozambique una experiencia que había sido implementada en Brasil y
cuyo principal objetivo era convertir parte del ecosistema árido de los
Cerrados, afectados por una alta concentración en ácido, en tierras fértiles
adecuadas para el cultivo. En consecuencia, la estrategia del programa
ProSAVANA-JBM consiste en aprovecharse del saber-hacer generado y
asimilado por Brasil en el ámbito de las tecnologías agrarias.
Los factores clave que han influido en la decisión de poner en marcha el
programa han sido:
- el amplio conocimiento de la JICA en el ámbito de la cooperación técnica
aplicada a la agricultura;
- su contribución en la mejora de las infraestructuras del país;
- la experiencia conjunta que tuvieron Japón y Brasil para introducir nuevos
sistemas de cultivo en una “región considerada inutilizable durante siglos
en el cinturón verde brasileño” y gracias a la consolidación de la pericia que
posee Brasil en el ámbito de las tecnologías de desarrollo agrarias
adaptadas a ecosistemas áridos68 (AYLLÓN, COSTA, 2010);
68
Esta experiencia considerada como una de los más significantes avances en el ámbito de
la agricultura fue premiada en 2006 (AYLLÓN, COSTA 2010).
85
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
- y, por último, el compromiso de la Empresa Brasileña de Investigación
Agropecuaria (EMBRAPA) en trasladar las tecnologías desarrolladas en “el
llamado Cerrado (sabana) brasileño” al contexto de “sabanas tropicales
africanas”69.
Cabe señalar que la cooperación brasileña en Mozambique ha sido
operativa en el sector de la educación, de la salud y de la agricultura. En
este último, Brasil inició proyectos enfocados en la producción del
biocombustible y en la innovación en tecnologías agrícolas mediante la
puesta en marcha de una plataforma y la capacitación de un instituto de
investigación agraria (BIEHLER, 2011).
En el cuadro 13, hemos sintetizado los principales hitos que han dado lugar
a la creación del proyecto ProSAVANA-JBM.
Cuadro 11: Etapas previas a la creación del proyecto ProSAVANA-JBN
 Entre 1979 y 2001, implementación del programa agrícola en el marco de la
cooperación bilateral entre Brasil y Japón que permite transformar una parte de
los Cerrados o tierras de sabana brasileñas en una región agrícola muy fértil70
convertidas, desde entonces, en un “granero mundial”.
 En 1985, inicio del primer proyecto de CTr con Brasil en el marco del Programa
de Capacitación para Terceros Países mediante un “Curso de entrenamiento para
Terceros Países en "ingeniería eléctrica / electricidad industrial” (JICA, 2011).
 En abril 2009, acuerdo de cooperación firmado entre el gobierno japonés y
brasileño para fomentar la cooperación en terceros países y con vista a
aprovechar las aportaciones de las buenas experiencias brasileñas adquiridas en
materia de desarrollo agrícola.
 En septiembre 2009, en el marco del acuerdo de cooperación precitado,
Mozambique, Brasil y Japón firman en Maputo un acuerdo para promover el
69
http://www.spanish.xinhuanet.com/spanish/2009-04/04/content_851646.htm
Subrayar que el programa de desarrollo agrícola que Japón apoyó en Brasil incluía la
promoción de partenariados con el sector privado.
70
86
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
desarrollo agrícola en el área de la sabana tropical mozambiqueño al origen del
programa ProSAVANA-JBM.
En agosto 2010, movilización en Mozambique de un equipo de expertos
japoneses y brasileños encargados de diseñar un estudio detallado en el marco de
un proyecto de mejoramiento de la investigación y de transferencia de tecnología
para el desarrollo agrícola del corredor Nacala.
En julio 2011, comunicación del monto de los fondos movilizados en el marco del
programa ProSAVANA-JBM – 500.000.000 de dólares – y de su periodo de
vigencia, 20 años.
71
Fuentes: Elaborado a partir de JICA (2010), JICA (2011), presentación oficial de la ABC y
JICA (2009a).
A raíz de estos dos ejemplos de CTr, se puede adelantar que Japón está
apostando por la complementariedad de experiencias entre todos los
agentes implicados, favoreciendo la búsqueda de soluciones que fomenten
la innovación tecnológica y que fueron desarrolladas y comprobadas en el
marco de la cooperación bilateral, para luego, aprovecharlas en el marco
de proyectos o programas de CTr.
4.2 La experiencia española
La cooperación española se ha interesado en la modalidad triangular desde
el año 2005, incluyéndola en sus dos últimos Planes Directores. De tal
manera que la modalidad triangular podría conocer un desarrollo más
significativo en el futuro gracias al respaldo creciente que recibe por parte
de las autoridades competentes. Sin embargo, las aportaciones financieras
para implementar proyectos de CTr son todavía muy limitadas (GÓMEZGALÁN, AYLLÓN, ALBARRÁN, 2011). Hasta la fecha, la cooperación
española ha realizado “intervenciones puntuales” (ibíd.). En los últimos
71
Véase: http://www.relop.org/eventos/Documents/IV/ABC%20-%20Paulo%20Lima.pdf
87
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
años, su participación en la CTr tiende a “avanzar hacia acuerdos con
algunos países con los que se quiere mantener un planteamiento más
ambicioso” (ibíd.).
En este contexto, presentamos dos casos de CTr que abarcan distintos
ámbitos sectoriales y geográficos. El primer caso ilustra el proceso de
identificación y de diseño de una iniciativa triangular iniciada en 2009 cuya
ejecución comenzó al principio del año 2011. Chile es el país que actúa
como socio donante y Paraguay como país receptor. El segundo caso se
refiere a un proyecto ya finalizado que se realizó en Haití con la
colaboración de Brasil.
La formulación del proyecto de cooperación entre Paraguay y Chile,
enfocado en el “Fortalecimiento de la Gestión y el Desarrollo de las
Personas del sector público al servicio de la ciudadanía de Paraguay”, se
hizo con la participación de todos los socios cooperantes para “llevar a
cabo un primer proyecto triangular” que respondiera a la “demanda [de
Paraguay] de asistencia técnica en materia de servicio civil”72. Su objetivo
final consiste en “generar un cambio cultural en la gestión pública
paraguaya, que permita incrementar la potencialidad de las personas que
se desempeñan en el sector público para mejorar las competencias y
capacidades colectivas del Estado, de manera de brindar mejores servicios
a la ciudadanía con énfasis en la no discriminación, la igualdad, la inclusión
y el respeto a los derechos humanos”73.
72
Véase: http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49336_201&ID2=DO_TOPIC
Véase el artículo publicado en el portal del Departamento de Ingeniería Industrial de la
Universidad de Chile: http://www.sistemaspublicos.cl/2011/03/03/funcionarios-publicosde-paraguay-seran-capacitados-por-el-csp/
73
88
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
En primer lugar, el origen de la demanda de implementación de un
proyecto de “asistencia técnica en materia de servicio civil”74 vino de
Paraguay que dirigió su petición hacia Chile en el marco de su relación
bilateral. El socio chileno estudió el “valor agregado que podría suponer”
una iniciativa triangular con España (ibíd.). Una vez que la agencia de
cooperación chilena decidió implementar su primer proyecto de CTr, se
inició un proceso de selección entre todas las demandas recibidas por la
AGCI para evaluar la que podría encajar mejor con el esquema triangular.
La demanda elegida tenia que cumplir con determinados requisitos. El país
receptor tenía que ser un país prioritario tanto para la cooperación
española como chilena, figurar como país con “bajos indicadores de
desarrollo” y manifestar su “voluntad política” en comprometerse a lo
largo de la ejecución del proyecto (GÓMEZ-GALÁN, AYLLÓN, ALBARRÁN,
2011). El país receptor debía contar con una Oficina Técnica de
Cooperación (OTC) de la AECID. Ambos donantes tenían que asegurar que
poseían las capacidades institucionales y económicas suficientes para llevar
a cabo el proyecto. Al fin y al cabo, se decidió apoyar la demanda
paraguaya, una decisión justificada por la valoración positiva de ambos
socios cooperantes respecto a sus experiencias previas en el ámbito del
servicio civil.
Según representantes de la AECID75, uno de los factores que influyó en la
decisión de la agencia española de ejecutar esta primera experiencia de CTr
con Chile fue la inscripción de la “relación de cooperación” entre ambos
países en un “proceso de evolución” manifestado por “el papel de
74
Véase: http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49336_201&ID2=DO_TOPIC
Comunicaron al Equipo de Tarea sobre la CSS datos relativos al proyecto que fue
considerado como un caso positivo de identificación de proyecto de CT.
75
89
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
cooperante emergente de Chile”76. En efecto, como hemos señalado
anteriormente, las relaciones entre España y Chile en el ámbito de la
cooperación se enmarcan en un contexto cambiante en el que el último
constituye un posible socio cooperante por su “capacidad estratégica de
país ancla en el desarrollo de la región de América Latina y El Caribe-ALC”
(ibíd.).
Añadir que el mismo año en el que se inició el proceso de identificación del
proyecto – en mayo 2009 – se firmó tres meses después un “Memorándum
de Entendimiento entre la República de Chile y el Reino de España para una
Asociación Triangular” que dio lugar a “la creación de un Fondo Conjunto”,
el principal instrumento financiero del proyecto “con € 1.000.000
financiados por la AECID y aportes del Gobierno de Chile, a través de la
AGCI” (AGENCIA DE COOPERACION INTERNACIONAL DE CHILE, 2010).
En la fase dedicada al diseño del proyecto, la propuesta debía alinearse
con la Estrategia de Reducción de Pobreza de Paraguay77. Mediante una
pasantía, se organizaron reuniones con instituciones clave en el ámbito del
sector público y se definieron las bases del proyecto (GÓMEZ-GALÁN,
AYLLÓN, ALBARRÁN, 2011). El reto principal durante la fase de formulación
consistía en adecuar las “aspiraciones de la SFP [Secretaría de la Función
Pública de Paraguay] y de las otras instituciones priorizadas” con las
capacidades que atesoraban Chile y España, para lograr los “resultados
deseados” (ibíd.). Cabe destacar que aquellas etapas iniciales del proyecto
contaron con contribuciones financieras provenientes de los tres socios. La
SFP habría aportado 8% del presupuesto necesario, la AGCI, 62% y la
AECID, un 29%.
76
77
Véase: http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49336_201&ID2=DO_TOPIC
Véase: http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49336_201&ID2=DO_TOPIC
90
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
La propuesta final del proyecto fue sometida a la aprobación de la SFP y
del ministro secretario de la Presidencia (ibíd.). A base de las informaciones
que comunicaron los países socios a la AECID, se elaboró un “borrador de
documento de proyecto” utilizando el método del enfoque del marco lógico
modificado (ibíd.). Debido a problemas de comunicación entre los socios,
se decidió realizar una segunda misión en Chile. El objetivo era aportar
más informaciones sobre los avances realizados en materia de actividades
implementadas, enfoques y estrategias definidas. Si bien hubo divergencias
durante esta misión, la participación de la dirección chilena de Servicio Civil
(DNSC), acostumbrada a trabajar con la SFP, fomentó un clima de
“confianza y apertura” entre los socios (ibíd.). Al final de esta misión, se
decidió optar por las propuestas de la SFP excepto aquellas que no eran
factibles, excedían las capacidades de los donantes o carecían de
coherencia. Un importante desafío que presentó esta fase de identificación
y definición de las actividades del proyecto residía en “acordar y definir los
roles y las “reglas del juego” para la gestión del proyecto con calidad y
eficacia”78. Sin embargo, se consiguió alcanzar el “compromiso institucional
al más alto nivel de los tres países” (ibíd.). Este largo y laborioso proceso de
definición del diseño del proyecto se concluyó a través un documento de
“Acuerdo de Cooperación entre los socios para la ejecución del proyecto”
que plasmaba los términos de referencia del convenio suscrito entre los
tres países.
78
Véase: http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49336_201&ID2=DO_TOPIC
91
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
La ejecución del proyecto, iniciada en marzo 2011, se materializó con la
implementación de una de las actividades predefinidas79: el lanzamiento
del Programa de Formación de Formadores en gestión pública. El
Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile fue la
instancia encargada de “desarrollar y fortalecer una gestión pública
transformadora”80 mediante el uso de sus Centros de Sistemas Públicos.
Pese al estado incipiente de desarrollo de este proyecto, la AECID
comunicó las informaciones solicitadas por el TT-SSC sobre los logros
alcanzados, las dificultades y desafíos encontrados, y las lecciones
aprendidas durante la fase de formulación del proyecto (ver cuadro 14).
Cuadro 12: Logros, retos y lecciones aprendidas durante la fase de
formulación
 Los logros alcanzados:
- Se logró reforzar la relación entre las partes involucradas;
- Se consiguió fomentar expectativas respecto a los resultados del proyecto, y
pese a los numerosos retos que conllevó esta fase;
- Se benefició del apoyo político de los socios;
- Se adquirió una primera experiencia en formulación de proyectos de CTr
contribuyendo a un mejor conocimiento sobre esta modalidad, y en términos de
eficacia;
79
Las actividades restantes previstas son la creación de un “modelo de concurso para
regular el acceso a la función pública”, el diseño de un “Plan de Igualdad, Diversidad e
Inclusión” y la creación de “dos unidades de gestión de recursos humanos en dos
instancias gubernamentales” (ALONSO, AGUIRRE, SANTANDER, 2011).
80
Véase el artículo publicado en el portal del Departamento de Ingeniería Industrial de la
Universidad de Chile: http://www.sistemaspublicos.cl/2011/03/03/funcionarios-publicosde-paraguay-seran-capacitados-por-el-csp/
92
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
- Se destacó la importancia de identificar el valor añadido de cada agente
involucrado en la asociación triangular para asignar a cada uno un papel adecuado
que pueda asumir;
- Se fomentó el cumplimiento de los siguientes principios de eficacia: la
apropiación y la alineación;
- Se potenció las capacidades institucionales de los socios;
- Se mejoró las capacidades de negociación de los socios y las relaciones
interculturales dentro del equipo técnico.
Las dificultades y los retos encontrados:
- El proyecto sufrió una falta de coordinación con otros donantes y una ausencia
de agentes del tercer sector;
- Uno de los principales desafíos fue la alineación de los procedimientos en vigor
entre los países socios, debido, en parte, a una gestión del presupuesto según
normativas chilenas no apropiadas a las circunstancias del proyecto;
- No se logró implementar de manera eficaz el principio de gestión orientada a
resultados. Se propuso la puesta en marcha de un sistema de seguimiento del
proyecto y la realización de una evaluación final;
- Aún presente en el acuerdo tripartito, la responsabilidad mutua o rendición
mutua de cuentas causó sospechas hasta ser considerada como una
condicionalidad del proyecto, demostrando la desconfianza de los países socios
respecto a la agenda de la eficacia.
Las lecciones aprendidas:
El proyecto destacó la necesidad:
- de subrayar la dimensión experimental de la CTr y la falta de conocimientos
sobre esta modalidad;
- de consensuar una terminología común, y de unificar las visiones de los socios
sobre la CID para facilitar el establecimiento de metodologías adecuadas para
todos los socios;
- de alentar un diálogo abierto e inclusivo sobre la CTr y de introducir normas que
contribuyen a la eficacia del proyecto;
93
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
- de complementar el trabajo de coordinación y de seguimiento a distancia con
tomas de contacto directas entre los socios para consolidar las relaciones entre
ellos;
- que los sistemas de cooperación de los países socios se adapten a la CTr;
- que la AGCI potencie sus capacidades técnicas en el ámbito del fortalecimiento y
que sus instituciones se adecuen a la CTr;
- que el grado de responsabilidad y de participación al proyecto recaiga entre los
socios de manera equilibrada y ponderada;
- que el acceso a la información relativa al proyecto entre los socios sea asegurado
y la comunicación entre los socios optima;
- que la contraparte local responsable de la buena implementación del proyecto
demuestre su compromiso;
- que los socios cooperantes no desarrollen relaciones de paternalismo y
asistencialismo hacia el país receptor, dicho de otro modo, que logren establecer
relaciones horizontales entre ellos;
- que la colaboración del donante español sea pertinente y coordinada con el
resto de los socios y con la OTC establecida en Paraguay.
Fuentes: Elaborado a partir de informaciones disponibles en el portal “The South-South
Opportunity
Case
Stories”
[http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49336_201&ID2=DO_TOPIC]
El segundo proyecto se refiere a una CTr ejecutada entre Haití, Brasil y
España, enfocada en el manejo y la recuperación ambiental de la cobertura
vegetal de la Cuenca del río Mapou. El origen de este proyecto fue
“motivado por una conversación entre los presidentes Lula y Zapatero”
(GÓMEZ-GALÁN, AYLLÓN y ALBARRÁN, 2011).
Su objetivo final era recuperar 150 hectáreas de cobertura vegetal,
fomentar la creación de actividades generadoras de ingresos y aumentar la
productividad de los agricultores de la zona para disminuir la presión
antrópica sobre los bosques (VALLER, 2007). Contó con la participación del
Ministerio de Medio Ambiente de Brasil y de la Universidad Federal Rural
94
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
de Río de Janeiro – ambos coordinados por la ABC y la AECID – y del
Ministerio de Agricultura Recursos Naturales y Desarrollo Rural de Haití, la
contraparte local del proyecto.
Los socios brasileños realizaron la formulación del proyecto y asumieron la
asesoría técnica. Igualmente, contribuyeron a financiar un tercio del costo
total del proyecto mediante las aportaciones de la Universidad Federal
Rural de Río de Janeiro. El socio español propició los materiales y el
personal. Su contribución financiera se elevó a 351.200 dólares que
correspondía al 54,50% del monto total.
Durante la primera fase del proyecto se priorizaron las siguientes
actividades: el trabajo de concienciación de la comunidad de Mapou sobre
la preservación ambiental, la producción de más de 150.000 árboles de
rápido crecimiento, la identificación de las especies presentes y la
ejecución de actividades técnicas para el desarrollo del proceso de
demarcación de una zona dedicada a la reforestación (VALLER 2007).
Respecto a la segunda fase, se buscó ampliar las actividades vinculadas con
la reforestación.
Una de las ventajas señaladas sobre esta iniciativa triangular fue el
acercamiento entre los socios que fue facilitado por el apoyo manifestado
al más alto nivel político. Los retos más destacados se relacionaron con:
- las “diferentes metodologías de trabajo de Brasil y sus socios (España y
Canadá)” y las distintas “exigencias de las legislaciones de cada una de las
partes” que retrasaron el proceso de negociación. Se destacó la necesidad
de definir pautas o un marco legal adecuado para todos los socios
implicados (AYLLÓN y MASSIP, 2009);
95
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
- la falta de visión consensuada sobre el proyecto por parte de la Embajada
española y de la OTC en Brasil. Sin embargo, a base de numerosas
reuniones facilitadas por la ABC, y según informaciones comunicadas por el
diplomático brasileño Wladimir Valler, se pudo llegar a un consenso. Por lo
tanto, la ABC sirvió de “puente entre los propios españoles, aclarando
puntos, lenguaje, metodologías” (AYLLÓN y MASSIP, 2009);
- la fragmentación de los sistemas de cooperación de los socios
cooperantes que fue otro factor de demora derivada como en el caso
anterior de “interpretaciones diferentes de los funcionarios de las diversas
unidades en cuanto a los procedimientos y sustancia” (ibíd.);
- la falta de comunicación de informaciones entre las entidades implicadas
en el proyecto, dificultando la interlocución entre los socios.
4.3 Iniciativas de CTr experimentadas por otros países del CAD
En este apartado queremos presentar brevemente algunos casos
ilustrativos de iniciativas triangulares apoyadas por Alemania, los Países
Bajos, Suecia y Francia.
Respecto a la cooperación alemana, los primeros proyectos triangulares se
remontan a los años 90. Precisemos que, en la región iberoamericana,
Alemania registra el numero más elevado de iniciativas “trilaterales” según
la terminología utilizada por el Ministerio de Cooperación Económica y
Desarrollo (BMZ, por sus siglas en alemán) (SEGIB, 2010). La decisión de la
cooperación alemana de impulsar un proyecto de CTr puede ser motivada
por la preexistencia de un proyecto de CSS que se quiere apoyar como en
el marco de la cooperación Sur-Sur desarrollada entre Brasil y 21 países de
la región América Latina y Caribe para luchar contra el sida. O puede surgir
96
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
dentro de un marco de cooperación bilateral previo entre Alemania y un
país socio. Para potenciar la CTr, la cooperación alemana ha desarrollado
instrumentos financieros como el Fondo ChileCoopera (2003) y el Fondo
TriCo (2007). El primero nace de la cooperación bilateral muy activa entre
el país y Chile, reanudada en los años 90. En este marco, Chile pudo
beneficiarse de iniciativas de cooperación en sectores muy diversificados
(como la educación, el desarrollo social, el fomento del tejido productivo,
el medio ambiente, la modernización del estado, la salud, etc.). Con vista a
replicar su saber-hacer en países de la región latinoamericana, Chile es uno
de los principales socios cooperantes en el desarrollo de la CTr
interregional apoyada por Alemania. Por ejemplo, ambos países
colaboraron para mejorar la protección de los consumidores en El Salvador
81
, para promover las economías locales en Paraguay y para ayudar a
planificar el uso de la tierra en Colombia (YAMASHIRO, 2009). En cuanto al
Fondo TriCo, su fin reside igualmente en fomentar la cooperación regional
en África con el apoyo de la Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GIZ,
por sus siglas en alemán) y del socio cooperante sudafricano. El objetivo
consiste en aprovechar las experiencias, los conocimientos, los recursos
humanos, institucionales y financieros que poseen ambos socios donantes
y en consolidar los avances adquiridos por Sudáfrica. La estrategia aplicada
radica en identificar las ventajas comparativas y los potenciales de
Alemania y Sudáfrica para lograr complementariedades que generen
mayores beneficios para el país receptor. Los proyectos susceptibles de ser
apoyados tienen que ser solicitados por un país en desarrollo, una
organización regional, el gobierno sudafricano o una organización alemana,
e inscribirse en el marco de la cooperación bilateral Alemania-Sudáfrica y/o
81
Proyecto de “asistencia técnica a la Defensoría del Consumidor de El Salvador por parte
del Servicio Nacional del Consumidor, SERNAC, del Gobierno de Chile (2006 – 2007)”.
97
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
contribuir a la protección de los bienes públicos globales. Uno de los
desafíos de aquellos programas trilaterales señalados ha sido el esfuerzo
importante que se requiere para gestionar las iniciativas triangulares, y la
implementación de una relación entre socios que no reproduzca el binomio
donante-receptor.
Los Países Bajos han participado en la creación de un programa de CTr
denominado “Programa de Cooperación Sur-Sur para el Desarrollo
Sostenible” y enfocado en el desarrollo sostenible en el que se benefician
Costa Rica, Benín y Bután. La ONG costarricense Fundecooperación ha sido
la instancia encargada de administrar y coordinar los proyectos
implementados dentro del programa. Este caso de CTr se acerca más al
esquema triangular Sur-Sur-Sur apoyado por un donante tradicional que no
participa en la fase de ejecución de las actividades para no influir en las
decisiones tomadas entre los socios receptores y para que la formulación e
implementación de los proyectos sean elaboradas exclusivamente entre
ellos. El objetivo es fomentar relaciones horizontales entre los tres países
en desarrollo relegando a la ONG Fundecooperación la responsabilidad de
gestionar los proyectos derivados del programa. La dinámica triangular se
basa en la complementariedad de los conocimientos entre los tres países
en desarrollo, en la innovación y diseminación de informaciones, en la
replicabilidad de buenas prácticas y experiencias positivas, y en la creación
de nuevos partenariados con la participación de organizaciones de la
sociedad civil. A titulo de ejemplo, “Costa Rica comparte su experiencia en
taxonomía de especies y generación de información mediante el Sistema
Nacional de Áreas de Conservación; Bután ofrece conocimientos en el
cultivo y comercialización de hongos; Benín contribuye en la identificación
de insectos comestibles” (AYLLÓN, 2011a). Pese a las ineludibles diferencias
98
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
lingüísticas y socio-culturales entre los países involucrados, la definición de
principios, regulaciones y criterios de evaluación es una labor que ha
contado con el apoyo del donante tradicional desde la fase inicial,
facilitando de esta forma la posibilidad de identificar oportunidades de
aprendizaje mutuo (LUCAS, 2009).
Convencido de la pertinencia de la CSS y de su variante triangular, Suecia
ha introducido el apoyo a estas modalidades dentro de su plan de acción
sobre la eficacia de la ayuda (2009-2011). En este marco, se ha
comprometido en fomentar e incrementar oportunidades de CSS82. La
Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (SIDA)
condiciona su apoyo a las propuestas de CTr al cumplimiento de dos
requisitos que son la formulación de la demanda por el país receptor y la
pertinencia del proyecto en términos de eficacia. A titulo de ejemplo, SIDA
implementó un proyecto de estas características en Ruanda con Sudáfrica
para mejorar los servicios de la policía tras el genocidio de 1994. La idea
consistía en aprovechar de la experiencia y del conocimiento de Sudáfrica
en el ámbito de la policía de seguridad que se había desarrollado en el
marco de la cooperación bilateral Sudáfrica-Suecia. En cuanto al país
receptor, Ruanda estableció las prioridades del programa aún las
dificultades encontradas en la fase inicial para identificarlas. En otra
iniciativa de CTr, un centro sudafricano enfocado en la resolución
constructiva de conflictos, con la participación de la sociedad civil, y
especializado en el diseño de “soluciones creativas a los desafíos
planteados por los conflictos en el continente”83, fue solicitado para
82
Véase:
http://www.sida.se/Global/About%20Sida/S%C3%A5%20arbetar%20vi/Action%20Plan%
20on%20Aid%20Effectiveness%202009-2011_eng.pdf
83
Véase: http://www.crea-africa.org/conoce-africa/africa-subsahariana/tematica-social/
99
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
cooperar en Palestina en un proyecto destinado a estudiar soluciones
pacificas al conflicto y a crear las condiciones idóneas para implementarlas.
La insuficiencia de la pericia sueca en este ámbito alentó el donante a
valorar la experiencia del socio sudafricano durante el régimen del
apartheid y los resultados positivos que podía generar esta asociación
tripartita. En este caso, el donante sueco se limitó a jugar el papel del
financiador (LASSEY, 2010).
Otras iniciativas triangulares que queremos destacar son las experimentadas
por Francia. El país está explorando nuevas modalidades de cooperación
descentralizada mediante la posibilidad de cooperar con ciudades que
provienen de países emergentes identificando posibles experiencias y
conocimientos que poseen las ciudades de una región y susceptibles de estar
transferidos hacia ciudades o colectividades de otra región. De este modo, se
quiere potenciar “la capacidad de innovación de la cual son portadoras las
colectividades locales del Sur” y alejarse de “soluciones ya probadas en el
Norte […] que no corresponden necesariamente a las realidades del Sur” (LE
SAUX, 2007). Hasta la fecha, las iniciativas de cooperación descentralizada
triangular se han realizado con cuentagotas. Por ejemplo, la región
administrativa Île-de-France ha manifestado su interés en fomentar la
cooperación entre el Estado de São Paulo en Brasil y la Región
Metropolitana de Santiago en Chile cuyas colaboraciones se basarían en las
experiencias positivas atesoradas en determinados ámbitos cuyas
aportaciones son relevantes para el país socio. Por ejemplo, se consideró
que la experiencia de São Paulo en la lucha contra la fractura numérica
podía beneficiarse a la Región Metropolitana de Santiago y que el saberhacer en el ámbito de la prevención del sida y del micro-crédito de esa
última colectividad podía ser muy útil para São Paulo (LE SAUX, 2007). Sin
100
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
embargo, uno de los obstáculos que impidió la implementación de estas
asociaciones triangulares surgió a nivel institucional debido a cambios
políticos ocurridos dentro de las colectividades (ibíd.).
Cabe añadir que en el ámbito de la cooperación “no central”84, es decir la
cooperación llevada por las “administraciones territoriales distintas del
Estado, en el caso español concretamente las Comunidades Autónomas y el
conjunto de entidades locales” (ibíd.), ha habido otras experiencias
triangulares que han fomentado la CSS pero entre instituciones nacionales
y no entre ciudades o colectividades. Por ejemplo, en 2006, el gobierno
vasco se asoció con administraciones nacionales chilenas para implementar
“dos iniciativas de cooperación triangular, la primera de ellas en Perú a
través de su Ministerio de Sanidad y la segunda en Nicaragua, beneficiando
al Ministerio de Agricultura de dicho país” (AGCI, 2010). En esta última
experiencia, enfocada en el “apoyo a las zonas rurales de Nicaragua a
través de la formación en el ámbito de un modelo de gestión empresarial”,
la contribución financiera de Chile se elevó a 11.900 dólares, y la del
gobierno vasco a 24.000 dólares (ibíd.).
Esta
muestra
de
experiencias
triangulares
aporta
elementos
e
informaciones sobre cómo los países del CAD abordan esta modalidad es
decir, según qué principios y qué tipo de aproximación. El próximo
apartado intentará sistematizarlas.
84
Es decir la cooperación descentralizada en su sentido más restringido que abarca solo
“una parte de las distintas dimensiones” del concepto. Diccionario de Acción Humanitaria
y Cooperación al Desarrollo.
http://www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/42
101
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
4.4. Conclusiones prácticas
A partir de estos casos de CTr que ilustran distintas maneras de
implementar esta modalidad en construcción, podemos esbozar algunas
conclusiones prácticas sobre cómo los países del CAD han intentado sacar
provecho de sus potencialidades y ventajas y cómo se han enfrentado a sus
inconvenientes y a sus desafíos.
Primero, cabe preguntarse ¿Cómo los países socios han manejado la
diversidad de las definiciones y de las motivaciones que rodean la CTr?
El proyecto de recuperación ambiental de la cobertura vegetal de la
Cuenca del río Mapou expone un caso en el que España y Brasil no
emplean la misma terminología. En este caso, la intervención de la agencia
de cooperación brasileña fue clave para esclarecer el lenguaje utilizado por
ambos socios y para consensuar sobre los resultados esperados del
proyecto.
El comienzo del proyecto triangular entre Paraguay, Chile y España
demuestra que la motivación de los socios cooperantes en colaborar
conjuntamente podía descansar en estrategias distintas y complementarias
entre si. En efecto, España decidió cooperar con Chile en el marco de una
política estratégica de “retirada elegante” de su AOD del país potenciando
las capacidades de suministro de ayuda de la AGCI (AYLLÓN, 2011c). A su
vez, el socio chileno expresó su interés en involucrarse en esta primera
experiencia de CTr motivado por su ambición en convertirse en uno de los
principales oferentes de ayuda en la región.
102
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Segundo, ¿Cómo los países socios han superado el problema de la
diversidad de los sistemas de gestión que manejan?
En el caso del proyecto triangular entre Haití, Brasil y España, la práctica de
distintos sistemas de cooperación conllevó importantes retrasos. Sin
embargo, España y Brasil trabajaron juntos para poder definir las reglas y
los criterios comunes al origen de un nuevo marco de actuación.
Igualmente, en el proyecto de CTr con Paraguay, España promovió el uso
de un marco lógico modificado sustituido luego por un Acuerdo de
Cooperación tripartito. A propósito del proyecto TAISHIN, solo sabemos
que se adoptó un método compartido de planificación, seguimiento y
evaluación – llamado Matriz de Diseño del Proyecto – para que los socios
puedan comparar los avances del proyecto con los resultados esperados.
Cabe recordar que cada uno de los donantes de cooperación había
colaborado previamente con el país destinatario de las iniciativas de CTr en
el ámbito bilateral. Igualmente, en ambos casos de CTr llevada a cabo por
Japón y que hemos presentado, podemos suponer que el desarrollo previo
de programas de cooperación bilateral entre Japón y los socios implicados
en las iniciativas triangulares haya facilitado la definición de un sistema de
cooperación unificado.
Otros países como los Países Bajos han dedicado un tiempo importante en
la fase inicial del proyecto para unificar los procedimientos de gestión,
antes de delegar a una ONG establecida en Costa Rica la gestión del
proyecto.
Tercero, ¿Cómo los países del CAD han abordado uno de los desafíos más
importantes destacados en los proyectos de CTr: la cuestión de la
apropiación y del liderazgo del socio receptor?
103
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
El proyecto TAISHIN consistió en responder a una demanda que fue
formulada por El Salvador, y dirigida hacia Japón que, luego, fomentó las
condiciones para impulsar una nueva CSS con México. Durante la fase de
ejecución, la presencia de una oficina de la JICA en el país receptor y la
participación de la contraparte local en un Comité Ejecutivo facilitaron la
comunicación entre las partes implicadas y la apropiación del proyecto por
los socios salvadoreños. Igualmente, la participación de una amplia gama
de agentes favoreció la buena acogida del proyecto por parte de la
sociedad salvadoreña.
En el programa de CTr implementado en Paraguay, el proceso de
formulación y de validación de las actividades se enfrentó a varias
dificultades que podían arriesgar la apropiación del proyecto por la
contraparte local. No obstante, se consiguió lograr un “aceptable
equilibrio” entre los socios y asegurar la continuidad del liderazgo de la SFP
a lo largo de esta fase (ALONSO, AGUIRRE, SANTANDER, 2011). En efecto,
la SFP fue el agente decisivo en todas las etapas claves de este proceso, lo
que contribuyó al “establecimiento de una relación tripartita a un nivel
horizontal”85. El factor determinante al origen del cumplimiento de este
principio fue “la postura flexible y constructiva” que manifestaron los tres
socios (ALONSO, AGUIRRE, SANTANDER, 2011).
Cuarto, ¿Cómo los países del CAD han potenciado uno de los principales
valores añadidos de la CTr: el desarrollo de las capacidades?
Las experiencias españolas en CTr que hemos evocado ponen de
manifiesto la importancia otorgada por los dos socios cooperantes en la
85
Véase: http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49336_201&ID2=DO_TOPIC
104
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
identificación del valor añadido de una asociación triangular Sur-Sur-Norte
que viene, en gran parte, del desarrollo de las capacidades del socio
cooperante y de sus potenciales en términos de eficacia. En el caso de la
CTr ejecutada en Paraguay, se realizó un “estudio de ‘Capacidades y
oportunidades de cooperación del sector público Chileno’ ”86 con el objetivo
de identificar las experiencias que habían demostrado mejores resultados.
Cabe añadir que el diseño del programa triangular tenía que cumplir con
dos condiciones: la primera consistía en fortalecer las capacidades
institucionales de la AGCI y la segunda, en contribuir al cumplimiento de
los ODM.
Respecto a Japón, a la hora de decidir sobre la puesta en marcha de una
modalidad triangular, todo indica que el país valora muy positivamente las
experiencias previas y el saber-hacer adquirido por los oferentes
emergentes que, de preferencia, forman parte de un programa de
partenariado firmado con él, y en ámbitos que destacan por su alto grado
de complejidad y pueden ser optimizados en el marco de la CTr. De esta
manera, la JICA quiere proponer soluciones comprobadas a problemas de
desarrollo similares, con una estrategia basada en la identificación de
ventajas comparativas y complementariedades de experiencias previas en
el marco de la cooperación bilateral.
Se ha de subrayar que el programa de partenariado constituye el marco
estratégico de cooperación privilegiado para facilitar la identificación, la
formulación y el desarrollo de experiencias de CTr87. En este espacio, Japón
86
Véase: http://www.impactalliance.org/ev_en.php?ID=49336_201&ID2=DO_TOPIC
En 2009, la JICA contaba con 12 programas de partenariado firmados con Argentina,
Brasil, Chile, Egipto, Indonesia, Jordania, México, Marruecos, Filipinas, Singapur,
Tailandia y Túnez (JICA, 2009b).
87
105
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
desarrolla las capacidades del país oferente de ayuda en ámbitos
concretos, ayudándole a convertirse o a consolidar su estatus de socio
cooperante. En este proceso, Japón asume el rol de acompañador
facilitado por la presencia de sus oficinas en los países en desarrollo. Debe
precisarse que, según los casos que hemos expuesto, el donante tradicional
desempeña un papel catalizador en el surgimiento de nuevas iniciativas de
CSS en respuesta a demandas concretas que surgen en el marco de la
cooperación bilateral japonesa. Por lo tanto, su manera de abordar la CTr
no contribuye a apoyar iniciativas previas de CSS.
Por último, añadir, que a raíz de los casos que hemos recorrido, se constata
que las capacidades que poseen los nuevos oferentes de ayuda influyen en
el rol que tienen en los proyectos de CTr (SEGIB, 2010). Los ejemplos
presentados indican que Chile participa sobre todo en el diseño de
“políticas públicas” y en la “gestión institucional” y México en la gestión de
recursos en el sector medioambiental y en la prevención de desastres
(ibíd.).
En las conclusiones generales que exponemos a continuación, queremos
articular distintos aspectos de la CTr Sur-Sur-Norte que hemos podido
recalcar a lo largo del presente trabajo de investigación con el objetivo de
responder a la hipótesis de partida: el potencial de la CTr para la
cooperación desempeñada por los países del CAD y para el sistema
internacional de ayuda en su conjunto.
106
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
CONCLUSIONES
La variante triangular de la CSS ha llegado a representar en la última
década una modalidad de cooperación que no solamente se inscribe en el
contexto de resurgimiento de la CSS sino también en el proceso de
transformación del sistema de la ayuda, cobrando un protagonismo
creciente en la escena internacional de la CID. Sin embargo, el peso
creciente de fuentes de ayuda que provienen de donantes emergentes y/o
de PRM llama la atención de los donantes tradicionales suscitando
reacciones divergentes: algunos donantes tradicionales deciden apoyar o
impulsar la cooperación entre países en desarrollo, y otros más reservados,
se preocupan por la necesidad de entender mejor los pros y contras de la
CTr. En este contexto, hemos intentado profundizar el interés de los socios
en involucrase en la CTr Sur-Sur-Norte, como su alcance y sus limitaciones
en términos de resultados de desarrollo que puede generar.
El famoso win-win-win anglosajón mencionado para promover el uso de la
CTr se refiere generalmente a la capacidad de esta modalidad para
proporcionar ventajas sustanciales para el conjunto de los socios
implicados. El donante tradicional espera beneficiarse de los valores
añadidos que procura su colaboración con una potencia emergente y/o un
PRM tales como la cercanía geográfica entre este último y el país receptor,
su conocimiento del idioma y del entorno cultural de la contraparte local,
además de otros insumos relacionados con la pericia que posee en
determinados ámbitos. Estas ventajas son susceptibles de mejorar la
eficacia de la ayuda desembolsada por el donante tradicional. En otras
palabras, el impacto de los flujos de ayuda invertidos en el marco de una
CSS puede ser de mayor escala gracias a la colaboración de un oferente
107
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
tradicional de cooperación. En cambio, los socios cooperantes a la hora de
triangular con una fuente tradicional de cooperación esperan mejorar sus
capacidades de suministro de ayuda e incrementar sus acciones en el
ámbito de la CSS. Respecto al socio receptor, esperan mayores
oportunidades de retroalimentación de sus demandas, y mayores
beneficios que derivan de la ayuda suministrada como la capacitación de la
contraparte local, su liderazgo incrementado durante todas las fases del
proyecto, etc. En resumen, parece que la CTr Sur-Sur-Norte tendría como
principales valores añadidos la capacidad de aumentar la escala de las
iniciativas de cooperación entre países en desarrollo, de ayudar a la CSS a
superar las dificultades con las que se enfrenta88, de conferir un espacio de
convergencia de intereses, de generar resultados de desarrollo superiores
a lo que se podría obtener en el ámbito bilateral y de fomentar la
horizontalidad dentro del sistema de la CID.
Frente a la postura de los agentes más convencidos de la pertinencia de la
CSS y de su variante triangular, destaca la postura de otra visión, más
escéptica, que percibe esta modalidad como una forma de cooperar más
compleja y costosa, cuyos beneficios no superarían los costos de
transacción en los que se incurren. Respecto a una modalidad que se
encuentra todavía a sus primeros pasos y se enmarca en un periodo de
reconfiguración del sistema de la ayuda, no podemos corroborar ni
invalidar las posturas defendidas por unos y otros. Solamente podemos
aportar algunas pistas de reflexión a partir de algunos rasgos que hemos
destacado acerca del abordaje de la CTr Sur-Sur-Norte por los países del
88
Como la falta de fuentes de financiación, de “predictibilidad de la colaboración”, de
mecanismos para evaluar, transparentar y rendir cuentas dentro de la CSS y la
“dependencia del interés político momentáneo” (TRIPP, VEGA, 2011).
108
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
CAD, y de sus posibles aportaciones dentro del sistema de la CID que
resumimos a continuación.
A la hora de acercarse a la CTr, una de las primeras dificultades con la que
los socios se enfrentan es la disparidad de los términos utilizados para
designar a los distintos socios involucrados en ella. Esta pluralidad
semántica resulta de la perspectiva que tiene cada socio implicado en la
CTr sobre el rol que suele desempeñar en el marco de actuación en el que
suele cooperar, es decir, la CSS para los donantes emergentes y/o los PRM
y la CNS para los donantes tradicionales. Esta variedad de nomenclaturas
es problemática puesto que contribuye a entorpecer el proceso de
definición de los roles de cada agente en la modalidad triangular. Por lo
tanto, esta situación plantea la necesidad de “consolidar unas mínimas
bases conceptuales y terminológicas que puedan ser compartidas por los
tres socios” y que reflejen una visión consensuada sobre los papeles
llevados por cada agente dentro del ámbito de la CTr (GÓMEZ-GALÁN,
AYLLÓN, ALBARRÁN, 2011). Al realizar este esfuerzo desde la fase inicial, se
puede establecer las reglas de juego de la CTr y aplicar los principios
cardinales de las relaciones entre los socios implicados, como el de
horizontalidad, consenso y equidad, una ventaja clave susceptible de influir
de manera positiva en todas las etapas del ciclo de un proyecto o programa
de CTr.
Otro rasgo de la CTr que hemos abordado e ilustrado a través los distintos
casos presentados, es la diversidad de perspectivas y motivaciones
expresadas por los agentes implicados en la CTr. En algunos casos, los
socios manifiestan intereses comunes y en otros casos, motivos distintos
pero no incompatibles entre sí. Debido a la variedad de expectativas que
109
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
los socios pueden tener en torno a la CTr, surge la necesidad de definir
conjuntamente los objetivos que se quieren alcanzar, y las pautas a seguir
en todas las fases del proyecto. Sin embargo, los socios implicados en la
CTr han de tener en cuenta las numerosas incertidumbres que persisten
sobre esta modalidad como la necesidad de “plantear los límites entre lo
que nos gustaría que fuera la CSS y lo que es posible hacer dadas las
condiciones históricas y materiales en las que se ejecuta” (AYLLÓN, 2011b).
Efectivamente, la CTr no puede convertirse en un instrumento de
acercamiento hacia los donantes emergentes con vista a promover
prácticas de la CNS, ni menos limitarse a una estrategia de abaratamiento
de costes de ejecución de la CID.
Respecto a los instrumentos financieros utilizados por los países del CAD,
las prácticas destacadas ilustran una gran variedad de modalidades. Unos
donantes como Alemania parecen privilegiar la creación de fondos mixtos
que tienen la ventaja de superar unas de las dificultades que obstaculizan
el desarrollo de la CSS: es decir la falta de predictibilidad en materia de
recursos financieros disponibles. España está igualmente optando por esta
modalidad – con aportaciones del socio donante y, a veces, del país
receptor – cuando el proyecto se enmarcaba en un el marco de un
convenio tripartito.
Otra característica de la CTr es la que se deriva del contexto de surgimiento
de un proyecto de esa naturaleza. En general, suele responder a la
demanda de uno o de dos de los vértices del triangulo, un rasgo que
justifica la importancia de poner el foco de atención en los mecanismos de
apropiación de esta modalidad por el socio receptor y de fomento de
relaciones horizontales entre los socios. Efectivamente, se ha destacado
110
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
que una de las limitaciones comunes a la CSS y a la CTr radicaría en el
hecho de que “los países receptores siguen siendo más objeto que sujeto de
las operaciones realizadas” (FRERES, MARTINEZ, ANGULO, 2010). Entonces,
la CTr no facilitaría la superación de “la asimetría característica de la
cooperación tradicional” (ibíd.). No obstante, los casos de CTr que hemos
mencionado sugieren una pista de reflexión interesante, pendiente de ser
profundizada y comprobada. La consecución de la apropiación del proyecto
por el socio receptor dependería del contexto de origen de la demanda y
de la capacidad de asegurar el liderazgo del socio receptor durante todas
las fases del ciclo del proyecto. En el caso del proyecto de CTr ejecutado en
Paraguay con la colaboración de España y Chile, el país receptor asumió un
“papel central en el surgimiento y diseño de la iniciativa” que parece haber
tenido “efectos positivos sobre el protagonismo desarrollado a lo largo de
las sucesivas etapas” (ALONSO, AGUIRRE, SANTANDER, 2011).
Otra de las complicaciones que presenta la CTr es la evolución de las
relaciones trilaterales a lo largo de las distintas fases del proyecto. Al incluir
un tercer agente en una relación bilateral previa de CSS o de CNS, una de
las mayores dificultades residiría en la necesidad de encontrar un punto de
equilibrio en términos de desempeño de los roles y de las funciones
atribuidos a cada socio, en conformidad con una dinámica horizontal para
“aunar coordinadamente” las fortalezas de cada socio “al servicio de un
determinado objetivo” (ibíd.).
Otro aspecto a recalcar respecto a las iniciativas de CTr fomentada en el
marco de una cooperación bilateral previa entre un donante tradicional y
un socio receptor es el proceso de identificación del oferente de ayuda
emergente. Todo indica que la decisión por parte de un donante tradicional
111
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
de escoger a un socio cooperante y no otro viene motivada por sus
relaciones privilegiadas que habrá mantenido con el donante tradicional y
por las experiencias anteriores que habrá adquirido en determinados
ámbitos. Este acercamiento puede ser, a corto-medio plazo, una estrategia
adecuada y eficaz sobre todo si el abordaje de la CTr se realiza de manera
gradual, es decir mediante la adopción de distintos enfoques conformes
con los diversos grados de madurez y compromiso de los socios implicados
en la CTr. No obstante, a largo plazo, conllevaría el riesgo de obstaculizar la
diversificación de las capacidades de desarrollo de los países socios,
oferentes de cooperación, y de estancarles en determinados ámbitos de
actuación sin llegar a favorecer uno de los potenciales de la CTr que reside
en el apoyo a iniciativas de CSS cuyos ámbitos de actuación abarcan todas
las dimensiones del desarrollo. Cabe destacar el rol clave que pueden jugar
las plataformas multilaterales a la hora de fomentar nuevas asociaciones
triangulares, por ejemplo, ayudando a los donantes tradicionales a
considerar solicitudes que emanan de socios receptores y cooperantes ‘no
preferentes’ o en ámbitos poco experimentados como la cooperación
descentralizada, la cooperación universitaria, etc.
La diversidad de los contextos en los que se despliega la CTr y su
desconocimiento, hace imprescindible definir metodologías orientadoras y
marcos de actuación que faciliten la implicación de los agentes de
desarrollo en la CTr Sur-Sur-Norte. En primer lugar, la definición de guías
de actuación – sin pretender generalizar ni fijar la gestión de esta
modalidad – es una preocupación a la cual un país como Costa Rica ha
intentado responder mediante la publicación en 2010 de un “Manual de
Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo y Triangulación” con el
apoyo del PNUD y de la AECID. De esta manera, este PRM, que se presenta
112
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
como un nuevo agente del desarrollo, pretende “difundir el marco
institucional de gestión de este tipo de cooperación en el país, así como
ordenar los procedimientos para concretar proyectos de CTPD y
triangulación” (MIDEPLAN, 2010). En este ámbito, los agentes que
manifiestan una clara determinación en avanzar en el desarrollo y en el
conocimiento de la CTr – tales como las agencias de desarrollo de países
emergentes y/o de PRM y de países del CAD, los académicos, los
consultores y las plataformas multilaterales que fomentan el apoyo
internacional hacia la CSS – podrían tener interés en elaborar metodologías
similares que agilicen la puesta en práctica de la CTr y garanticen la
generación de sus potencialidades. Igualmente, queremos reiterar que la
constitución de disposiciones legales para construir las bases legales de
iniciativas triangulares – que comprenden como mínimo tres socios y
exigen el consenso y el respaldo de todas las partes implicadas en cuanto a
la finalidad del proyecto que se quiere ejecutar dentro del esquema
triangular – puede ayudar a aumentar el compromiso de los agentes de
desarrollo en la CTr. Sus principales ventajas son la definición de un
consenso sobre las actividades clave a implementar, como sobre las
modalidades de actuación adoptadas, el reparto de los roles y la
posibilidad de resolver desde el inicio posibles divergencias vinculadas con
la diversidad de experiencias de cooperación atesoradas por los socios y las
diferentes expectativas que puedan tener acerca de la CTr.
Sin embargo, uno de los principales factores del cual depende el futuro de
la CTr Sur-Sur-Norte radica en la voluntad política de todos los socios de
aunar sus ventajas comparativas de manera coordinada y consensuada
para conseguir resultados positivos en el ámbito de la cooperación. Para
los países del CAD, este compromiso no supone renunciar a los avances
113
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
alcanzados en términos de mejora de la cooperación que desempeñan sino
en abogar por un sistema de CID más inclusivo y en apoyar los esfuerzos de
adaptación de la agenda de la eficacia hacia modelos de cooperación que
incorporen principios claves de la CSS cuyos valores añadidos son cada vez
más evidenciados gracias a las experiencias de CTr analizadas dentro de los
foros dedicados al estudio de la CSS y de la CTr. Efectivamente, a la hora de
evaluar el rol que puede jugar la CTr dentro de la CID, hemos de añadir su
ineludible dimensión política. Primero, recordar que las expectativas que
tienen los donantes emergentes y/o los PRM sobre la CTr, al ser una
variante de la CSS, coinciden con las que tienen respecto a esa última
modalidad. Países como Costa Rica consideran esta forma de cooperar
como un instrumento de soft power, es decir “un vehículo cardinal para
presentar y defender” sus “puntos de vista sobre el desarrollo, pero
principalmente, para conquistar espacios vitales en las negociaciones
internacionales sobre el financiamiento al desarrollo” (ibíd.). Por lo tanto,
tanto la CSS como la CTr tienen el potencial de “replantear la inserción” de
los países en desarrollo en el sistema de la CID (ibíd.). Al fin y al cabo,
ambas modalidades pueden participar a enriquecer y a diversificar los
enfoques y acercamientos que predominan en la CID en el proceso actual
de redefinición de la arquitectura de la ayuda, puesto que introducen
nuevas prácticas de cooperación. Los foros que promueven el uso de la CTr
y la consideran como un modelo susceptible de proporcionar mayor
eficacia en términos de resultados de desarrollo, ponen de manifiesto los
mecanismos que frenan o fomentan el éxito de iniciativas triangulares. De
esta manera, cuestionan los pilares fundacionales del sistema de la CID,
puesto que las experiencias positivas evidenciadas de CTr alientan la
adopción de nuevos acercamientos derivados de la CSS, y menos
114
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
tradicionales, tales como el consenso, la horizontalidad, la equidad y la
flexibilidad.
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I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Anexos
Cronología de la CTr
Años
Eventos
Referencias a la CTr
Fuentes
Aprobación del
PABA
Documento fundacional de la CTPD en el que
varias recomendaciones alientan fuentes
tradicionales de la CID como el sistema de la
ONU en “aumentar la capacidad de las
organizaciones subregionales y regionales para
ejecutar actividades y proyectos de CTPD”.
El Plan de Acción de
89
Buenos Aires
1998
Foro sobre CTr
de Okinawa
“Espacio de reflexión sobre experiencias de
CTPD y sobre perspectivas de la cooperación
triangular, especialmente de las participadas
por el país anfitrión”.
Estudios SEGIB nº 3.
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2008
2002
I Conferencia
Internacional
sobre la
Financiación
para el
Desarrollo.
Monterrey
(México)
“Los donantes tradicionales asumen
compromisos financieros con los ODM. De
manera explícita, los puntos 19 y 43 de su
Declaración Final animan al conocimiento de
experiencias exitosas de Cooperación Sur-Sur y
Triangular, así como a su fortalecimiento como
vía para mejorar la eficacia de la ayuda”.
Estudios SEGIB nº 4.
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2009
1978
2003
Se considera la CTr como un puente entre la
CSS y la CNS, definiéndola como una modalidad
Primera Cumbre por la cual el saber-hacer y la tecnología de uno
Conferencia de Alto
del Sur y
o varios países en desarrollo se aúnan mediante
Nivel sobre la
Declaración de el apoyo financiero de uno o varios países
Cooperación Sur-Sur
Marrakech
desarrollados que proveen asistencia y
transfieren la tecnología y el saber-hacer de
uno o varios países en desarrollo.
89
Véase:
http://www.centroseda.org/libro/Herramientas/Vinculos/Plan%20Buenos%20Aires.pdf
128
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
2005
2005
2005
2006
El G77 se refiere a la CTr cuando solicita el
fortalecimiento de la Dependencia Especial de
CSS para que pueda “desempeñar todas sus
responsabilidades, en particular mediante la
Plan de Acción de
Segunda Cumbre movilización de recursos para el avance de la
90
Doha
del Sur. Doha. CSS, incluida la CTr” y expresa su voluntad de
que “el mecanismo principal de financiamiento
multilateral para promover y apoyar las
iniciativas de cooperación Sur-Sur y
triangulares” sea el Fondo de NNUUpara la CSS.
Los participantes del foro se ponen de acuerdo
sobre la CSS y la CTr en cuanto a su capacidad
para mejorar la eficiencia y la eficacia de la
Foro organizado
ayuda mediante el refuerzo de la apropiación y
por el CAD de la
el fomento de partenariados más inclusivos y
OCDE sobre el
expresan su interés en desarrollar la CTr. En
partenariado
este contexto, se subraya el insumo que
para una
pueden proporcionar los países del CAD en
cooperación para
reforzar la capacidad de suministro de los
el desarrollo más
países no miembros de la OCDE, la necesidad
eficaz. París
de un acercamiento más sistemático del
(Francia)
intercambio de experiencias, de conocimientos
y de lecciones aprendidas en el ámbito de la
CSS y de la CTr.
Forum on
Partnerships for
More Effective
Development Co91
operation
“Se impulsa la Declaración de París sobre
Eficacia de la Ayuda que establece los principios
II Foro de Alto
que deben garantizar la eficacia de toda
Nivel sobre
cooperación. La Declaración de París no hace
Eficacia de la
referencia explícita a la Cooperación Sur-Sur.
Ayuda al
Los foros preparatorios que le anteceden (el de
Desarrollo. París
partenariados, en febrero), sí reconocen que la
(Francia)
Cooperación Sur-Sur y la Triangular pueden
‘mejorar la eficiencia y la eficacia de la ayuda’ ”.
Estudios SEGIB nº 4
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2009
“Aboga por una Cooperación Sur-Sur que, aún
siendo complemento de la Norte-Sur, permita
XIV Cumbre del mejorar las capacidades nacionales de los
Movimiento de países no alineados. Esto debe contribuir
los No Alineados también a mejorar su posición económica,
en la Habana
comercial y política en un contexto
(Cuba).
internacional que debe tender al
multilateralismo”.
90
Estudios SEGIB nº 4
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2009
Véase: http://www.unctad.org/sp/docs/tdsxxiid3_sp.pdf
Véase:
http://www.oecd.org/document/49/0,2340,en_2649_33721_34060145_1_1_1_1,00.html
91
129
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
2007
“En su punto 38, el Programa de Acción
emplaza a la Secretaría General Iberoamericana
XVII Cumbre
(SEGIB) a que ‘apoye la preparación de
Iberoamericana. Iniciativas de Cooperación Iberoamericana para
Santiago de Chile la promoción de la Cooperación Sur-Sur y
(Chile)
Triangular, sobre la base del informe anual
sobre esta cooperación realizado por (SEGIB)’”.
2007
II Conferencia
Intergubername
ntal sobre Países
de Renta Media.
San Salvador (El
Salvador)
2007
“En un contexto de desplazamiento de los PRM
como receptores de ayuda y desde una
Conferencia
perspectiva de cooperación, se abordan
Intergubername
opciones de respuesta a los problemas que
ntal sobre Países
enfrentan estos países. Destacan las respuestas
de Renta Media
protagonizadas por los propios PRM a través de
(PRM). Madrid
la Cooperación Sur-Sur y Triangular. Se insta a
(España)
los donantes tradicionales a apoyar estas
opciones”.
2007
El Proceso para
el Diálogo de
Heiligendamm
2007
“Los PRM elevan a la comunidad internacional
propuestas concretas para apoyar la
Cooperación Sur-Sur, Triangular y Regional, así
como la reivindicación de más espacios de
participación y voz en foros e instituciones
internacionales”.
Se afirma la capacidad de la CTr en ofrecer un
“importante vínculo capaz de fomentar las
sinergias entre la cooperación Sur-Sur y NorteSur” y la necesidad de “llevar adelante una
cooperación triangular eficaz”.
Se comisiona la Secretaría General
Iberoamericana (SEGIB) para apoyar la
XVII Cumbre
“preparación de Iniciativas de Cooperación
Iberoamericana Iberoamericana para la promoción de la
de Jefes de
Cooperación Sur-Sur y Triangular, sobre la base
Estado y de
del informe anual sobre esta cooperación
Gobierno.
realizado por dicha Secretaría y orientada a
Santiago de Chile fortalecer los programas binacionales,
sistematizar y documentar buenas prácticas y
casos exitosos.”
92
Estudios SEGIB nº 4
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2009
Estudios SEGIB nº 4
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2009
Estudios SEGIB nº 4
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2009
Informe final sobre
el Proceso de
92
Heiligendamm
Programa de
93
Acción
Véase: http://www.presidencia.gob.mx/2009/07/informe-final-sobre-el-proceso-deheiligendamm/
93
Véase:
http://www.mcu.es/museos/docs/MC/CIMM/Programa_Accion_XVII_Cumbre.pdf
130
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
2008
III Conferencia
Intergubername
ntal sobre Países
de Renta Media.
Windhoek
(Namibia)
“Los PRM ratifican acuerdos de Madrid y San
Salvador sobre Cooperación Sur-Sur y
Triangular. Preparan documento de posición
común frente a la próxima Cumbre de Doha.
Animan a la convocatoria del 30+1 aniversario
del Plan de Buenos Aires”.
2008
“El informe preparado para este foro, dedica un
apartado a la Cooperación Sur-Sur y Triangular.
En este se reafirman los principios básicos de
I Foro de Alto
esta cooperación y se insiste en su carácter
Nivel sobre
complementario respecto de la Norte-Sur.
Cooperación al
Durante el transcurso del Foro, además, se
Desarrollo (FCD/
ponen de manifiesto las discrepancias entre los
ECOSOC). Nueva
países respecto al papel que el CAD/OCDE debe
York (EEUU)
jugar como referente de la CSS. Se plantea si el
FCD pudiera acabar actuando como el ‘CAD del
Sur’”.
Estudios SEGIB nº 4
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2009
2008
Foro de Alto
Nivel de Accra
(Ghana)
“Pretende acelerar y profundizar la aplicación
de la Declaración de París, así como revisar su
cumplimiento. Da como resultado el Programa
de Acción de Accra, cuyo punto 19b reconoce el
papel de los países de renta media como
proveedores de ayuda; destaca la importancia y
las particularidades de la Cooperación Sur-Sur; y
alienta a un mayor desarrollo de la Triangular”.
Estudios SEGIB nº 4
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2009
2008
Conferencia
internacional de
seguimiento del
cumplimiento de
los compromisos
de la Cumbre de
Monterrey. Doha
(Catar)
“Se alienta a los países a profundizar y mejorar
la Cooperación Sur-Sur y Triangular. En los
puntos 49 y 50 de su Declaración Final, se insta
a los países a hacerla más eficaz conforme a los
criterios asumidos en la Declaración de París. Se
insiste además en su carácter complementario
respecto de la Norte-Sur”.
Estudios SEGIB nº 4
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2009
2008
Conferencia de
Coordinación de
Donantes de la
UE en América
Latina.
Bruselas
(Bélgica)
Primera conferencia sobre la coordinación
entre donantes de la UE en América Latina
organizada por la Comisión Europea y la
presidencia francesa del Consejo de la UE.
Brasil, Chile y México presentan casos de CTr y
de CSS.
EU donor
coordination in Latin
America
131
Estudios SEGIB nº 4
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2009
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
94
95
2008
Taller sobre la
CTr, oportunidad
para compartir
responsabilidad
en África en el
marco del
Proceso para el
Diálogo de
Heiligendamm
Objetivo: entender mejor la CTr mediante el
intercambio de experiencias y de lecciones
aprendidas para explorar el potencial de la CTr,
identificar principios para lograr una CTr eficaz,
y sectores y modalidades en los que el
compromiso del G5 & G8 serían relevantes.
Concluding report of
the Heiligendamm
94
Process
2009
Diálogo de
políticas sobre
Cooperación
para el
Desarrollo.
Ciudad de
México
Evento facilitado por la OCDE y auspiciado por
el Ministerio de Asuntos Exteriores de México
en el que se aborda la CTr como una modalidad
que puede generar dividendos para todos los
socios. Igualmente, se expone las
oportunidades y desafíos de esta modalidad.
Final Report: Policy
Dialogue on
Development Co95
operation
2009
64º Período de
Sesiones de la
Asamblea
General de
Naciones Unidas.
Nueva York
(Estados Unidos)
2009
Sexto Día
conmemorativo
de la
Cooperación SurSur. Washington
(Estados Unidos)
“El Secretario General de la ONU presenta el
Informe Promoción de la Cooperación Sur-Sur
para el Desarrollo: una perspectiva de 30 años,
en el que se evalúa la evolución del PABA desde
su aprobación (1978) hasta la actualidad. Se
incide en el reciente impulso de la Cooperación
Sur-Sur y de la Triangular, especialmente a
través de la emergencia de formas de
concertación Sur-Sur como el Banco del Sur o
UNASUR. Se abordan además los posibles retos
de futuro”.
“Intercambio de experiencias y ejemplos
concretos en la búsqueda de soluciones Sur-Sur
a los problemas del desarrollo. En concreto, se
intercambian: nuevas propuestas de asociación
triangular y Sur- Sur en los ámbitos del cambio
climático, la seguridad alimentaria y la salud;
acuerdos de financiación de asociaciones SurSur y triangulares; ejemplos de gestión de
ambas modalidades de cooperación”.
Véase: http://www.oecd.org/dataoecd/4/53/43288908.pdf
Véase: http://www.oecd.org/dataoecd/18/15/44777456.pdf
132
Estudios SEGIB nº 5
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2010
Estudios SEGIB nº 5
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2010
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
2009
“El Documento Final de Nairobi revisa los
treinta años de vigencia del Plan de Acción de la
Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo
(CTPD) de 1978. Reconoce la creciente
importancia de la Cooperación Sur-Sur y alienta
a los países en desarrollo a seguir aunando
esfuerzos en la lucha frente a los problemas
30+1 aniversario
comunes. Asimismo, invita a los países
del PABA sobre
desarrollados a sumarse a ello a través de la
CTPD. Nairobi
triangulación. Mención especial al hecho de que
(Kenia)
América Latina acuda a la cita con una posición
común sobre Cooperación Sur-Sur, lograda en el
seno de las reuniones mantenidas por los
Responsables de la Cooperación
Iberoamericana y consensuada los días previos
durante la XIX Cumbre Iberoamericana de Jefes
de Estado y Gobierno de Estoril (Portugal)”.
Estudios SEGIB nº 5
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2010
2009
Reunión
Especializada del
Consejo
Interamericano
para el
Desarrollo
Integral de Altas
Autoridades de
la Cooperación.
Bogotá
(Colombia)
“Con el objeto de mejorar la eficacia de la
cooperación en la región apuesta por: una
mayor articulación de las políticas de
cooperación de los países; un aumento de los
recursos de la OEA para la cooperación,
especialmente en sus modalidades horizontal
Sur- Sur y triangular; la puesta en marcha de la
Red Interamericana de Cooperación
(COOPERANET) para apoyar el diálogo entre los
directores de cooperación de los países
miembros”.
Estudios SEGIB nº 5
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2010
2009
“Preparatoria del II Foro de Alto Nivel sobre
Cooperación al Desarrollo de ECOSOC (Naciones
Reunión de Alto
Unidas). En este se presenta el informe “SouthNivel sobre
South and Triangular Cooperation: Improving
Responsabilidad
information and data” con un doble objetivo: la
Mutua y
mejora de la información y la recogida de datos
Transparencia
sobre ambas modalidades de cooperación; la
(FCD/ECOSOC).
generación con ello de mecanismos de
Viena (Austria)
fortalecimiento tanto de la Cooperación Sur-Sur
como de la Triangular”.
Estudios SEGIB nº 5
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica
2010
133
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
2009
I Simposio
Internacional
"Cooperación
Triangular:
Nuevas
Alternativas para
el Desarrollo"
con la
participación de
la ABC y la GIZ ,
junto a la
Comisión
Europea.
Brasilia (Brasil).
2010
Taller sobre la
Cooperación
Triangular en el
contexto de la
eficacia de la
ayuda y desde
las experiencias y
perspectivas de
los donantes
europeos.
Madrid (España)
2010
2010
Cumbre de la
Unidad. Cancún
(México)
El primer Simposium internacional sobre la CTr
ha permitido a los agentes participantes
compartir una amplia gama de ideas y
experiencias, y manifestar su entusiasma y
apoyo político en mejorar y promover nuevas
iniciativas de CTr.
Objetivo del taller organizado en el marco de la
red “EU Practitioners Network”: intercambiar y
discutir experiencias y perspectivas de los
Estados Miembros de la UE y de la Comisión en
materia de “cooperación triangular en el
contexto de la eficacia de la ayuda”.
Estudios SEGIB nº 5
Informe de la
Cooperación Sur-Sur
en Iberoamérica 2010 ;
“Triangular
Cooperation: New
Paths to Development,
Summary Report of
the Discussions and
Experiences presented
in the 1st International
Symposium on
Triangular
Cooperation”
(PANTOJA, ELSNER,
2009).
Informe del Taller y
Nota Conceptual:
Cooperación
Triangular en el
contexto de la
eficacia de la ayuda
– Experiencias y
perspectivas de los
donantes europeos.
“Busca un espacio de concertación política que
afiance la posición de la región en la escena Estudios SEGIB nº 5
internacional y que fortalezca su desarrollo.
Informe de la
Apuesta por la coordinación entre los esquemas Cooperación Sur-Sur
de concertación existentes así como por el
en Iberoamérica
refuerzo de la Cooperación Sur-Sur y
2010
Triangular”.
“Reflexiona sobre la relación entre Cooperación,
Objetivos del Milenio (ODM), Transparencia de
la Ayuda y Fortalecimiento de nuevas formas de
Foro de
cooperación, en especial de la Sur-Sur y Estudios SEGIB nº 5
Cooperación al
Triangular. En este último caso, insiste en que
Informe de la
Desarrollo
toda mejora de su eficacia pasa por avances en Cooperación Sur-Sur
(ECOSOC). Nueva
los sistemas de información. A estos efectos,
en Iberoamérica
York (Estados
impulsa una base de datos general, gestionada
2010
Unidos)
por el FCD de ECOSOC, que recogerá datos
anuales sobre la Cooperación Sur-Sur bilateral y
triangular”.
134
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
2010
Ese evento “revisa el estado en que se
encuentran los Objetivos del Milenio (ODM).
Evento de Alto Asume progresos pero los considera
Estudios SEGIB nº 5
Nivel sobre los insuficientes. Conforme a ello, apuesta por un
Informe de la
Objetivos del
mayor compromiso político; adopta un Plan de
Cooperación Sur-Sur
Milenio.
Acción Mundial que promueva la consecución
en Iberoamérica
Nueva York
de los ODM en la fecha límite de 2015; e insiste
2010
(Estados Unidos) en la necesidad de valerse de distintos medios,
entre los que destaca la promoción de la
Cooperación Sur-Sur y Triangular”.
2010
“Convocado por la Unidad Especial de
Cooperación
Sur-Sur
del
PNUD
para
conmemorar el Día de la Cooperación Sur-Sur
Reunión de Alto
Estudios SEGIB nº 5
(19 de diciembre). La agenda prevé tratar los
Nivel sobre
Informe de la
siguientes temas: 1) Presentación de Centros de
Cooperación SurCooperación Sur-Sur
Excelencia en Cooperación Sur-Sur y Triangular;
Sur y Triangular.
en Iberoamérica
2) Desarrollo de Capacidades en el manejo de
2010
Ginebra (Suiza)
ambas modalidades de cooperación; y 3)
Identificación de Buenas Prácticas de
Cooperación Triangular”.
2010
Evento de Alto
Nivel de Bogotá
sobre CSS y
Desarrollo de
Capacidades.
(Colombia)
2010
V Cumbre del
G20 en Seúl
(Corea del Sur).
Mesa redonda enfocada en la CTr y coorganizada por España y Sudáfrica con el Evento de Alto Nivel
objetivo de procurar conclusiones formuladas a Sobre Cooperación
base de evidencias y recomendaciones para Sur-Sur y Desarrollo
promover la CTr en la búsqueda de resultados
de Capacidades.
de desarrollo.
“El G-20 reconoce en la declaración final de Seúl
el papel de la CSS y triangular en la creación de
sinergias para lograr el máximo impacto en el
desarrollo”.
135
Multi-Year Action
Plan on
Development ; “La
promoción de la
Cooperación SurSur” (AYLLÓN,
2011a)
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
2011
Seminario-taller:
"Cooperación
Triangular:
Aprendizajes y
desafíos de la
gestión" en el
marco del
Programa
Iberoamericano
para el
Fortalecimiento
de la
Cooperación SurSur (SEGIB).
Santo Domingo
(República
Dominicana)
2011
Taller:
“Aprendiendo de
la Cooperación
Sur-Sur y
Triangular:
Compartiendo
conocimiento
para el
desarrollo”.
Bogotá
(Colombia)
2011
ECOSOC
Coordination
Segment.
Ginebra (Suiza)
Sesión de debate sobre el apoyo financiero para
el desarrollo de los Países Menos Avanzados,
incluyendo la CSS y la CTr.
Informal Summary
98
by the Secretariat
2011
IV Foro de Alto
Nivel sobre la
Eficacia de la
Ayuda en Busán
y trabajo del
Equipo de
Trabajo de CSS
“El Task Team sobre CSS presenta evidencias de
buenas prácticas y estudios de caso de la CSS y
triangular.”
“La promoción de la
Cooperación SurSur” (AYLLÓN,
2011a)
Con la participación de países receptores,
países socios y donantes tradicionales
implicados en la CTr, el objetivo consiste en
"generar un espacio para el intercambio de
experiencias y lecciones aprendidas que permita
relevar las particularidades de su gestión y el
manejo de los procedimientos que los distintos
agentes deben enfrentar al momento de
diseñar, ejecutar y evaluar un proyecto de
cooperación triangular".
Términos de
96
Referencia
Debate sobre proposiciones presentadas en el
IV Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la
Ayuda al Desarrollo respecto a
buenas
prácticas para establecer partenariados
horizontales basados evidencias obtenidas a
partir de 31 estudios de casos prácticos y más
de 150 casos reales en el ámbito de la
Cooperación Sur-Sur y Triangular.
Workshop Concept
97
Note
96
Véase:
http://www.cooperacionsursur.org/images/stories/Trminos_de_referencia_enviados.doc
97
Véase:
http://api.ning.com/files/WERBDz6znvQxIUIvTQrqZKdLk9Dygrnd3RjaxCQxVIGBhR5D
Wvx6Pkzdw-AcHwQBO8*rlgoSvzIg0xgl9R7kGSKlhOX3c05/BogotaWorkshopConceptNote.pdf
98
Véase: http://www.un.org/esa/ffd/ecosoc/2011/InformalSummaryLDC.pdf
136
I Premio Luis Miguel Puerto 2010-2011
Labores y ambiciones de la TT-SSC
A. Creación, actividades y objetivos del TT-SSC
Creado en 2009, el Equipo de Tarea sobre CSS está compuesto por países socios (sobre
todo PRM), organizaciones de la sociedad civil, academias, agencias regionales y
multilaterales. Nace del “compromiso establecido en el Programa de Acción de Accra de
buscar asociaciones más inclusivas”.
Su finalidad práctica es “identificar, documentar, analizar y debatir evidencias sobre las
sinergias entre los principios de la eficacia de la ayuda y la Cooperación Sur-Sur (CSS)”. De
esta forma, quiere responder al “triple mandato del Programa de Acción de Accra”, es
decir: “adaptar la Declaración de París y los principios del Programa de Acción de Accra a
la CSS”, “enriquecer la agenda de la eficacia con las prácticas y experiencias de la CSS” e
“identificar las complementariedades entre la CSS y la cooperación Norte Sur”.
Para llevar a cabo la constitución de una base de evidencias, el equipo privilegia casos de
cooperación técnica ejecutados por PRM. Su ambición a medio plazo consiste en
“impulsar asociaciones horizontales y aprendizaje entre pares, convirtiendo a la
cooperación técnica en una herramienta cada vez más útil y promoviendo la generación de
experiencias y el desarrollo de capacidades”.
El objetivo a largo plazo y más político del TT-SSC radica en contribuir al “diseño de
políticas globales enfocadas a influir en el Cuarto Foro de Alto Nivel sobre Eficacia de la
Ayuda en Corea, 2011, así como en otros foros y plataformas relevantes a nivel regional y
global”.
B. Proceso de construcción de una base de evidencias sobre prácticas de CSS y de CTr
En su primera fase, la TT-SSC se ha centrado (1) en fortalecer las plataformas regionales e
involucrar los países y organizaciones en las actividades de la TT-SSC; (2) en colectar y
analizar historias de caso sobre CSS y CTr en términos de eficacia mediante un
llamamiento a compartir experiencias. Una de sus aportaciones más significativas ha sido
la publicación de un informe sobre 110 casos de CSS y CTr que ha participado a fomentar
debates en el marco del Evento de Alto Nivel sobre CSS y Desarrollo de Capacidades que
tuvo lugar en Bogotá en 2010.
La segunda fase ambiciona trabajar sobre los tres ejes siguientes:
- la profundización del trabajo analítico con estudios de caso e historias de caso a fin de
generar recomendaciones de políticas de cara al próximo Foro de Alto Nivel en Busán;
- la creación de una comunidad de prácticas para fomentar debates e intercambios de
experiencias;
- y la constitución de una plataforma de información sobre la CSS en el contexto de la
eficacia.
Fuente: Elaborado a partir de una ficha del TT-SSC
[http://www.oecd.org/dataoecd/16/17/45811899.pdf]
137
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