CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LOS DIFENTES REGIMENES DE TENENCIA DE LA TIERRA EN LAS AREAS PROTEGIDAS DE LATINOAMÉRICA: EL CASO MÉXICANO, UNA DIFERENCIA… Georgina Sierra Domínguez* [email protected] Patricia Flores Olvera* [email protected] Delfino Madrigal Uribe* [email protected] *Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México Resumen La primera área protegida tuvo su origen en el siglo XIX, en Estados Unidos con el fin de proteger la vida silvestre cada vez más amenazada por la civilización urbano-industrial destructora de la naturaleza, así se decretó el parque nacional, Yellowstone. El objetivo de la presente investigación es analizar la situación actual de los países latinoamericanos respecto a la tenencia de la tierra en las áreas protegidas (AP), distinguiendo las diferencias que existen con México, dando como ejemplo el parque nacional Nevado de Toluca, donde a causa de la dicotomía entre los diferentes propósitos e intereses en los usos de la tierra, como consecuencia de los diferentes regímenes de su tenencia, ha repercutiendo en la pérdida de los recursos naturales. Se utilizó como método el historiográfico a través de la revisión de la obra escrita, y el procedimiento hermenéutico de análisis de documentos proporcionados por instituciones públicas. El concepto “parque nacional” concebido en Estados Unidos fue de widerness, que consistió en grandes áreas inhabitadas. A pesar de las críticas recibidas, muchos países incluyendo los latinoamericanos, adoptaron dicha política y decretaron sitios protegidos siguiendo este modelo; esto provocó en ocasiones el desplazamiento de los pobladores originales. A pesar de ello, en la actualidad comunidades, pueblos indígenas y campesinos se encuentran establecidos dentro y en la colindancia de las AP, esto ha traído como consecuencia una sobre posición de manejos, lo que ha provocado conflictos que han llevado a la destrucción de los ecosistemas en general y, donde los habitantes no han salido más beneficiados. Por tal motivo la UICN propuso que las AP pudieran ser manejadas por sus ocupantes en concordancia con sus gobiernos, lo que dio lugar a diferentes modalidades de reconocimiento de los derechos a la tierra en América Latina, entre las que se encuentran: las que reconocen a perpetuidad el dominio colectivo de las tierras con capacidad de aplicar formas propias de gobierno; las que reconocen a término indefinido el derecho de usufructo sobre las tierras y recursos naturales renovables y a mantener sus propios sistemas de gobierno interno; y las comunitarias en el marco de legislaciones agrarias o en otras del Código Civil en las que no se ceden opciones de administración propias a los indígenas, sino que se les da el mismo tratamiento que a los propietarios individuales y campesinos. México entra en esta última modalidad, donde al ser decretadas las AP, las tierras pueden tener regímenes de propiedad privada, social o pública. Sobreponiendo no solo los títulos de tenencia, sino las actividades que en ellas se realizan. Para comprender lo que sucede en las AP, se consideró como ejemplo el parque nacional Nevado de Toluca. Este fue decretado en 1937, con una superficie de 53, 912 ha, sin embargo al igual que otras AP, los terrenos incluidos ya se habían repartido a ejidatarios, comuneros y propietarios privados a partir de la reforma agraria. El indemnizar a sus dueños quedaba fuera de la posibilidad del gobernó en turno, por lo que sus poseedores continuaron con sus actividades económicas tradicionales apoyados muchas veces por programas gubernamentales que no tomaban en cuenta el que el sitio cubierto de bosque, era un área protegida, era más sencillo ponerse de acuerdo con los 10 municipios involucrados y los 44 ejidos o comunidades propietarios en cuestiones económicas de explotación forestal, que para su conservación y recuperación. Las consecuencias no se hicieron esperar, los cambios en el uso del suelo de forestal a agrícola se incrementaron, la ganadería extensiva abarcó toda el área, se dio la ocupación humana con asentamientos; los bosques fueron fragmentados, disminuidos en su densidad y expuestos a constantes incendios. Estos cambios han provocado otro tipo de fenómenos como lo son: la presencia de diferentes grados de erosión en sus 32 cuencas, algunas más que otras; contaminación del suelo y agua por agroquímicos y/o basura, presencia de plagas y enfermedades en la cubierta arbórea; en general se da la pérdida de captación de agua para consumo humano, de biodiversidad, paisaje natural y cultural. Se concluye que en Latinoamérica desde la época colonial hasta las etapas más recientes de las reformas agrarias, el tema ha sido el objeto de serios e interminables conflictos, guerras civiles y conflictos locales siguen al orden del día en diferentes sitios. Sin embargo, aún se cuenta con una gran riqueza étnica y cultural, al ser ocupada por aproximadamente 600 grupos indígenas y un número indeterminado de campesinos con arraigo a la tierra, y la presencia de ricos ecosistemas terrestres y marinos de gran interés para la biodiversidad mundial. Que el atender lo relativo a la tenencia de la tierra y recursos naturales permitirá un acceso seguro a la tierra, agua y otros recursos productivos básicos para el desarrollo de las sociedades y en particular para encontrar soluciones al hambre, la pobreza y los conflictos sociales, a través de mecanismos que permitan el ejercicio pleno de la participación de los poseedores y habitantes en las instancias de toma de decisión del Estado respecto a áreas protegidas y la conservación; a través de mecanismos de diálogo para lograr acuerdos, así como, incentivar la formación y sensibilización de actores claves, como funcionarios públicos y líderes sobre la temática de la importancia de las AP y la necesidad de la participación social.