EL ALMA HUMANA ES UN ÓRGANO, ES EN REALIDAD EL CEREBRO. Profesor Universitario de Filosofía e Historia República Bolivariana de Venezuela Centro de Estudios de Filosofía e Historia . @RORIANHANKART [email protected] Del Libro Más Acá del Cielo., 2009 Autor: Rorian Hankart Márquez TEORÍA DE LA ALMALOGÍA O TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DEL ALMA COMO ÓRGANO EN EL DESARROLLO HUMANO. (EL ALMA HUMANA ES EL CEREBRO) Lo más grande del pensamiento humano y por ende de la filosofía, no está en las respuestas que es capaz de dar sino, en las preguntas que es capaz de formularse; porque son ellas, las preguntas, las iniciadoras de nuevas formas o puntos de vista con respecto a todo aquello que presuntamente se ha dado por cierto. Sin lugar a dudas, el constante replanteamiento en todo análisis, permite de un modo dialéctico, nuevos caminos hacia las verdades universales o absolutas que le son propias a la naturaleza. Así mismo, en el desarrollo de esta teoría me he replanteado infinidades de veces y durante muchos años ¿Qué es en realidad el alma humana? ¿De donde viene? ¿De qué está hecha? ¿Para qué está hecha? ¿Quién o quienes la hicieron? ¿Cómo la hicieron? ¿Qué tiempo tiene de hecha y de duración? ¿Cómo llega al cuerpo? ¿Es parte del cuerpo? ¿Cómo se va del cuerpo o se va con él? ¿Por qué se va? ¿Hacia dónde va? entre otras preguntas; y afanado en la búsqueda de respuestas de una satisfacción lógica o de un carácter pre-científico, y revisando su conceptualidad y contextualidad en la historia, he conseguido que casi todas las referencias pretendían el concepto más popular de la misma, que es el predicado o propuesto por la mayoría de las religiones. Pero la profunda influencia que me ejerce la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin, siempre me ha invitado a la inconformidad de pensar o conformarme con pensar que el alma es un simple soplo o hálito. O un chispazo “espiritual” que haya sido reencarnado desde un supuesto mundo perfecto de naturaleza “abstracta”, el que por lo menos aún no se le ha comprobado su existencia de modo absoluto. Con el descubrimiento de las arqueas como formas de vida de características extremófilas y mi pretención de que lo supuestamente abstracto e intangible o lo no tocable no es tal, que realmente no es cierto, sino que lo mal llamado abstracto fue una excusa del humano por no saber que también es una forma de materia lo supuestamente abstracto. Inducida esta idea por las comprobaciones científicas, hechas u obtenidas de planteamientos filosóficos, tal es el caso de la teoría atomista del griego Demócrito de Agdera, la ciencia ha demostrado que el átomo tiene una estructura, formada por un núcleo de densidad material constituido por protones o partículas de carga eléctrica positiva y neutrones o partículas neutras y en su alrededor los electrones o una nube de carga eléctrica negativa. A partir de 1964 aproximadamente una serie de científicos concluyeron que protones y neutrones, están compuestos por otras partículas más pequeñas llamadas quarks, y otras de aún menor tamaño material, las cuales son el componente primario de la materia junto a los quarks, denominados leptones que al mismo tiempo son las partículas más ligeras y las de menor densidad en su materia que se conocen por la ciencia contemporánea. En honor a los científicos y científicas que descubrieron los leptones y por ser tantos y tantas quienes aportaran para este hallazgo o descubrimiento; he llamado al tipo de materia del que presumo está hecho o conformado el material de lo “abstracto”, que fue el modo equivocado de llamar al tipo de materia menos densa, la de menor masa, inclusive de menor densidad que los protones y quarks, le he denominado en esta teoría, como MATERIA LEPTÓNICA (que es un tipo de microfísica aplicada). Así pues, la materia leptónica es la forma de negación precientífica de que lo abstracto es lo no tocable. Por ejemplo: La actividad de pensar es netamente material solo que a una escala nanoscópica por sus medidas y leptónica por su tipo de materia. Por tanto, la capacidad de pensar y la auto-comunicación mental se desarrollan en el tipo de materia leptónica, el pensamiento está hecho de material leptónico y por tanto el pensamiento es materia que ocupa un lugar en el micro-espacio, en el nanoespacio o en el leptoespacio. La forma en la que se transfiere la información en el cerebro a nivel bioquímico o la forma de transferencia cerebral del pensamiento, ha sido denominada por la neurología moderna, como el proceso de sinapsis en el que intervienen las neuronas y las dendritas, para que el pensamiento sea. La almalogía llama a este proceso, capacidad leptónica de información y transferencia del pensamiento, para indicar que este proceso bioquímico es la forma de transferir y hacer dialéctica entre las diferentes ideas, en forma de materia leptónica. Ideas que se convierten en habla y comunicación, para luego ser cultura o elementos culturales, lo que es creado por el ser humano. Podemos seguir llamando abstracto al pensamiento, a las ideas, a los sueños pero sabemos entonces que lo abstracto es también material. Por supuesto que lo novedoso de este concepto puede generar confusiones y dificultades en cuanto a la asimilación de este planteamiento; pudiendo requerir un concepto más minucioso y sencillo para ser digerido como un nuevo material intelectual por la humanidad. ¿Qué es la materia leptónica? Es la forma de materia más ligera o más diminuta que existe, la de menor densidad en su masa; pensada jamás por el ser humano hasta hoy. Es la forma de materia viva de la que están hechas las representaciones conceptuales o imágenes en el cerebro, que también pueden llamarse ideas, es decir las ideas están hechas de materia. Estas ideas en conjunto le permiten al ser humano, formar conjuntos de ideas más complejas y de mayor especialización o especificidad. Por ejemplo: Al mencionar la palabra manzana, en el cerebro no se muestra como letras escritas o sonidos como man-za-na sino, la imagen de la manzana, y dependerá del gusto del particular que lo piensa, si esta imagen es de una manzana roja o verde. Esa imagen de manzana en el cerebro está hecha de materia, lo que en otros tiempos fue llamado abstracto o no material. Esas imágenes están hechas de materia leptónica. Un pensamiento es la representación de la imagen almacenada en la memoria, cada imagen podemos llamarla imagen o pensamiento simple y la unión de varias de esas imágenes podemos llamarla como pensamiento complejo, capaz de contraponer dialécticamente o contrastar imágenes simples entre sí, a lo que podemos llamar reflexión o pensamiento o imágenes complejas. En los reptiles y en los mamíferos no humanos hay pensamientos o imágenes simples, pero no complejas por la falta de racionalidad; pero se les pueden adjudicar pensamientos porque tienen imágenes. Por ejemplo, los reptiles y mamíferos no humanos, reconocen sus alimentos al verlos u olerlos porque tienen la experiencia o la imagen del alimento. Pero en el ser humano el pensamiento es más especializado por la consecuencia evolutiva de tener la neo-corteza cerebral, que le permite la capacidad de reflexión y la razón, la de reconocerse a sí mismo o misma. Esa especialización, le permite al ser humano darse cuenta que con intención puede analizar, entendiendo el análisis como la capacidad de descomponer el todo en sus partes; entonces puede analizar por ejemplo que la palabra manzana, porque tiene la imagen de la manzana, pero también la imagen o los códigos de las representaciones pictográficas, que él o ella utilizan como letras y por tanto tienen también la imagen de la unión de letras, que por consecuencia de reglas gramaticales; al estar unidas una serie de letras tienen un significado de acuerdo al idioma en el que se escriba m- a –n- z- a –n- a, por tanto estas imágenes de letras forman la palabra manzana que también es una imagen . Por ello cada una de las letras que forman la palabra manzana son imágenes hechas de materia, de materia leptónica. Damos un nuevo ejemplo: Si la imagen de la letra “A” está alojada en la mente y por ende en la memoria, entonces representa el código de lo que se quiere expresar como concepto de “A”, pero la representación conceptual de “A”, se puede explicar a través del concepto de “A” que también es una imagen material leptónica, que combinada es capaz de formar otras ideas o conceptos más complejos. En esta obra existen impresas muchas “A”, que seguirán siendo muchas “A”, pero mixtualizadas con otras letras por una gramática representan otras ideas, y el concepto de “A”, no es que desaparece sino que se sobreentiende y el sobreentendimiento es un pensamiento y por tanto, hecho de material leptónico. Entonces podemos verificar que las imágenes combinadas crean nuevas imágenes en un modo dialéctico, de este modo fueron creados los mitos a lo largo de la historia por ejemplo: De la imagen de caballo y la imagen de cuerno, combinadas surge la idea de unicornio, que sí tiene un tipo de existencia, ya que, lo que existe es materia, por tanto esa imagen de unicornio existe en un nivel leptónico o dicho de otro modo está hecha de materia leptónica. Por tanto la imaginación es material, y la consecuencia cultural de la imaginación es la creación, ejemplo de ello, el mundo cultural que tenemos. Estas imágenes son almacenadas en la mente de manera leptónica, que serán retomadas por la conciencia cada vez que sea necesario, para la aplicación del acto de reflexión a través del análisis, descomponiendo el todo en sus partes a través de las especializaciones del alma o cerebro, como son la observación, descripción, comparación, y clasificación. Especializaciones que además están hechas de material leptónico. Todo material leptónico es la antitesis o negación, del antiguo significado de lo “abstracto” o lo aparentemente “No tocable”. En consecuencia de estos descubrimientos surge como el resultado de un rompecabezas que al unir sus piezas ofrece una imagen mas clara y precisa del todo, entendiendo como partes de este rompecabezas las diferentes teorías y hallazgos que a lo largo de la historia han construido un camino bajo la perspectiva evolutiva, por consecuencia de adaptación al ambiente por parte de la vida, a través de mutaciones genéticas que han hecho posible la forma de vida humana, tal cual la conocemos en el presente. La almalogía pretende hacer reconocer que el alma humana es un órgano, que ha sido llamado por confusión a lo largo de la historia como espíritu, ánima, soplo vital, entre otros; pero en realidad el alma humana es el cerebro, es decir que el cerebro y el alma son el mismo órgano. Solo que este órgano, ha sido llamado con nombres diferentes, atribuidos por desconocimientos de nuestros antepasados con respecto a las capacidades que le son propias al humano y a las especializaciones de sus órganos. La humanidad ha estado equivocada con respecto a la naturaleza del alma humana, a la que llamó de naturaleza “abstracta” “etérea”, sin saber que esta es material o de materia leptónica. El alma humana o el cerebro es la máxima expresión de la evolución en la tierra, es el órgano más especializado el de materias y especificidades de un modo más sutil como resultado de la adaptación de la vida en el planeta tierra, ya que, la adaptación es la mayor capacidad de los vivientes para la sobrevivir y lograr la permanencia de la vida. Las necesidades que impone el medio, estimulan mutaciones en los genes de las diferentes formas de vida, generando cambios fisiológicos y biológicos en los vivientes para adecuar su corporeidad o materia al mismo y asegurar, la permanencia de la vida. Describiendo este modo evolutivo, según la almalogía las arqueas dieron paso a través de mutaciones como respuesta a la necesidad de adaptación a las células y las células agrupadas formaron los tejidos, que al mismo tiempo conforman los órganos y los órganos son los que conforman los organismos. La sofisticidad de cada órgano, es el resultado o respuesta a través de la mutación de un gen, con el objeto de lograr la perfectibilidad de adaptación por y para los seres vivos. Estas mutaciones responden por y la capacidad de las células llamada inteligencia celular (entiéndase inteligencia la capacidad de resolver situaciones o problemas, según la psicología como ciencia), el mismo significado es asimilado por la almalogía, solo que aplicado a las células, por tanto, la inteligencia celular aquí se entiende como la capacidad de las células de resolver una situación o problema (impuesto por el medio), logrando superarlo con la adaptación y el desarrollo de la vida, o de su sobrevivir. Los diferentes modos de adaptación que han sido explicados por Charles Darwin y comprobados por la ciencia moderna, nos permiten presumir que si el Homo Sapiens es por ahora, la especie mejor adaptada al medio en cuanto al planeta tierra se refiere, por su capacidad de adecuación a todos los climas y espacios del globo terráqueo; además de su relativo dominio del planeta, esta especie tendrá en un momento determinado de la continua transformación del planeta, causada por la misma especie humana, tendrá que mutar para asegurar la nueva adaptación de la vida, dando a lo mejor paso a una nueva especie o una transformación en la propia especie. La almalogía destaca a los seres humanos como la máxima expresión de la adaptación y por ende, la máxima expresión de la evolución, por tanto el principal órgano de esta especie y rector de las actividades humanas desde el pensar, hasta transformar, y como destaca esta teoría, que el alma humana y el cerebro son un mismo órgano. Se infiere entonces que el alma humana es la máxima expresión de la evolución. Porque siendo el órgano responsable de regular las actividades biológicas humanas como ya se ha dicho es el acto de pensar y siendo el pensamiento en sus diferentes escenarios de ser racional, emotivo entre otros, y responsables en esencia de transformar el mundo natural en cultural (entendiendo como cultura todo lo que hace el ser humano), tal cual lo conocemos o lo hemos edificado los seres humanos. Entonces el alma o cerebro, es la máxima expresión evolutiva en la naturaleza del planeta tierra con la facultad de reconocerse así misma o mismo y adecuar el medio para su “beneficio”, o mejor dicho para sus requerimientos. El Dr. Roger Sperry, descubrió y demostró a partir del año 1952 que el cerebro humano no era uno, sino dos, el hemisferio cerebral izquierdo y el hemisferio cerebral derecho, controladores o rectores de lo lógico y lo emocional respectivamente. El Dr. Sperry por este trabajo fue premio Nóbel en 1981. Avanzó la neurociencia y en 1983, el Dr. Mac Lean habló del cerebro Triuno o triádico, según sus investigaciones en lugar de ser un solo cerebro, son tres interconectados en una armazón común, los que pueden operar de manera independiente, y cada uno hacerlo con una especial inteligencia, subjetividad, tiempo y espacio, y su propia memoria y función motora; a los que llamó como primero cerebro reptil o paleo cerebro, que coordina todas las acciones y conductas estrictamente biológicas, al segundo le llamó cerebro límbico o cerebro mamífero y emocional, que coordina toda la emotividad humana y por último, el cerebro nuevo o neocorteza, que es la última capa del cerebro que coordina la racionalidad o las acciones racionales y lógicas, como fue explicado en capítulo anterior. De igual modo, en el año 2004 en una publicación aparecida en Londres según Reuters, la doctota Nancy Minugh Purvis de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensylvania, hizo el descubrimiento que una mutación genética ocurrió hace 2,4 millones de años y que esta podría ser la razón de por qué los seres humanos en la actualidad tenemos cerebros grandes, según el descubrimiento de esta mutación es responsable un gen denominado MYH16, y ocurrió en la misma época que los cráneos humanos comenzaron a cambiar, lo cuál permitió y estimuló el crecimiento del cerebro. En este sentido podemos decir que el alma humana tiene un tiempo o período de existencia histórica de 2,4 millones de años aproximadamente. ¿Para que se convirtió el alma o cerebro, en un órgano pensante? Lo hizo como una respuesta a la necesidad de adaptación, satisfacer la necesidad de dominio al medio por parte de la especie poseedora de cerebros primitivos en la mayoría de los casos en el orden de los primates, por tanto, esta adaptación surgió para satisfacer la necesidad de dominio al medio y a medida que este dominio se fue desarrollando, la adaptación se perfeccionó o mejoró a través de mutaciones genéticas (destacando que la mutación de un solo gen, tiene como consecuencia cambios genéticos, en las generaciones venideras de una especie determinada), dando paso paulatinamente al cerebro Triuno o a los denominados tres cerebros. En consecuencia, la almalogía sustentada en la teoría del cerebro Triuno (del Dr. Mac Lean), donde son señaladas las especializaciones que en el desarrollo evolutivo ha logrado cada capa cerebral o conocidas también como tipos de cerebro, donde el primer cerebro o cerebro reptil controla los instintos básicos y biológicos del organismo y al relacionarlo con el planteamiento de la almalogía que refiere que el alma humana es el cerebro, sería entonces por tanto, que aquellas especies miembros del reino animal conocidos como reptiles son dueños del primer tipo de alma, denominada aquí como “alma reptil o básica”, responsable de las actividades biológicas e instintivas; inclusive, podría ser llamada paleo alma, que es la forma más antigua de este órgano y el primer paso definitivo en la evolución almática. En un segundo plano se expone que, las especies denominadas mamíferos, las cuales poseen la región o capa cerebral según la teoría del cerebro Triuno, llamado cerebro límbico o mamífero, que controla de una manera especializada, sentimientos y emociones; en consecuencia, se puede sustentar en la almalogía, que el cerebro límbico es el segundo tipo de alma, denominada “ alma límbica o mamífera” o “alma actuante” responsable de los sentimientos de socialización, la que ha generado en consecuencia la estructuración social entre individuos y conformar grupos, y que las poblaciones de mamíferos convivan en grupos como estrategia, para defenderse de las hostilidades del medio; el alma límbica o mamífera es la reguladora de todos los nexos de afectividad, entre los individuos miembros de un colectivo específico. Y por último según el planteamiento de esta teoría existe un tercer tipo de alma, el alma humana que surge cuando se manifiesta en su evolución, la aparición de la Neocorteza o cuerpo calloso cerebral. Se hace pertinente destacar, la diversidad de especializaciones de este tipo de alma, que se debe en consecuencia que ésta posee en sí los dos tipos anteriores pudiendo tener las especialidades de mamíferos y reptiles además de la racionalidad, el pensamiento lógico, la conciencia y la capacidad de conocerse a sí misma, como especialidades aportadas por el neo-corteza cerebral. La combinación de todas ellas, definen al alma humana como la máxima expresión de la evolución de la vida en el planeta tierra. De este modo, la almalogía postula que el alma o cerebro, por ser un órgano, se encuentra en el código genético del A.D.N. humano como otra de las partes de la información genética del todo, llamado ser humano, un órgano que cumple funciones específicas como el resto de los otros órganos, solo que este cumple y/o contiene funciones de mayor complejidad como responsable del acto de ser pensante, que le permite al humano ser reflexivo o el de tener conciencia que es la denominada elevada y/o mayor función almática o cerebral, de la evolución del “Yo” o del reconocerse a sí mismo o misma. Funciones las cuales son en la actualidad conocidas por la ciencia a través de las investigaciones y demostraciones neurológicas. Por ello, la principal función del alma o cerebro, no es dar la vida o ser el principio de la vida, o ser el soplo de la vida como pensaron algunos antepasados nuestros, y no lo es porque la vida misma precede o se anticipa a este órgano, es decir, como el resto de los órganos son producto de la vida evolucionada. Hay cosas o elementos que existen sin tener alma, como la piedra entre tantos, es por ello que el alma o cerebro, no determina el principio de la existencia ni el principio de la vida; el alma, es una consecuencia de la vida. El alma tampoco es la esencia de la vida, la vida existe sin alma, pero el alma o cerebro no lo hace sin la vida. Entiende la almalogía como esencia “Todo aquello sin lo cuál lo que es, deja de ser”. De acuerdo a ello, el alma es la esencia de lo humano o del humano tal cual le conocemos en la actualidad, por ejemplo: Si a un humano le amputamos para ser exagerados, sus brazos y piernas, seguirá siendo un humano inclusive teniendo vida. Porque las partes amputadas no son la esencia, pero si se le amputa o se le separa la cabeza del cuerpo dejará de ser un humano y pasará a ser el cadáver de un humano e inclusive la vida de ese humano se extingue, solo porque el alma o cerebro, es la esencia de lo humano o la del ser humano. Además, la extinción de la vida solo será en ese cuerpo, porque ese humano perdió su esencia. Aunque esto no implique que desaparezca la vida, que por razones lógicas debe tener otro tipo de esencia. En consecuencia, estos razonamientos implican que el alma o cerebro, es aquello sin lo cual, o que sin ello el humano deja de ser. La esencia de la vida es la energía de la naturaleza, energía que se transforma permanentemente. La almalogía se centra en los postulados de la evolución de la vida en la tierra, en esta teoría se considera que las formas de vida extremófilas conocidas ya como arqueas, vinieron del espacio se adaptaron al planeta tierra en evolución, dieron paso a la célula y ésta a organismos poli o multicelulares e inteligentes hasta llegar a través de la materia leptónica a formar el alma o cerebro, como órgano rector de la razón en la faz del planeta tierra. El alma o cerebro, tiene las cualidades o funciones de pensar, razonar, tener sensaciones biológicas, psicológicas y afectivas, el auto-reconocimiento, estructuradas todas estas en el cerebro triuno o los “tres cerebros” como ya se ha dicho con anterioridad. Y le son propias también a este órgano la esperanza, la fe, la imaginación y la creatividad; funciones capaces, cuando actúan de manera conjunta y regulada por la propia alma o cerebro, como consecuencia de la facultad de conciencia o verse y comprenderse a sí mismo o misma. De transformar el medio generando la cultura y en ella el mundo transformado por el alma humana. A este órgano le han sido atribuidos además de otros nombres, diferentes formas de aparente naturaleza. El alma, ha sido llamada por mucho tiempo alma, o el alma ha sido llamada por muchos años cerebro. Es por ello que este planteamiento teórico llamado almalogía, indica desde los escenarios de la filosofía para la ciencia al mundo pre-científico y científico. Que el alma es un órgano, es el cerebro humano. Ya se ha planteado anteriormente que el alma o cerebro, es el órgano regulador de las actividades humanas y que ha sido confundido históricamente como algo abstracto, lo cual esta teoría ha llamado ya materia leptónica y que han surgido ambas como necesidades adaptativas de la vida en la tierra; todos estos argumentos nos conllevan al terreno filosófico, de la corriente conocida como materialismo. Aunque esta teoría no solo es materialista en sí, sino que trata también de escudriñar o descubrir nuevas zonas o áreas del materialismo, tal cual hemos explicado anteriormente, como es el material de lo que está hecho el pensamiento que es materia leptónica en nuestro planteamiento. De igual modo sucede cuando en la mente se desarrolla el acto de “recordar“. Según la almalogía, el recuerdo no es más que retomar material de información leptónica, del almacén mental o memoria, aunque el recuerdo o el acto de reconocer una imagen de orden leptónico no es nuevo, ya que el reconocimiento de imágenes o información a través de imágenes antes de sucederse en el cerebro, ya era propio de las células y antes de las arqueas en cuanto a los pasos de la evolución de la vida en la tierra se refiere. Es novedoso en la almalogía, para el acto de autoconocimiento o conciencia de sí mismo o misma, que es también un resultado evolutivo, que no es en sí mismo la vida sino que procede de ella, el recuerdo entonces podríamos decir que es novedoso cerebral o almáticamente (ya que son sinónimos), porque a nivel de vida o a nivel genético, la célula en sí viene cargada de información, que es en un sentido leptónico, una acción de recordar, un recuerdo genético, porque es capaz de decodificar el significado informativo o de potencia comunicativa, que en forma de energía bioquímica, se sucede en el alma o cerebro; es de una forma material de un volumen y una densidad de masa que la almalogía denomina, recuerdo intercelular o interneuronal de tipo leptónico. Donde la imagen de un concepto o de una idea reconocida por la conciencia, que es otra de las facultades o funciones específicas del alma o cerebro, está hecha también de materia leptónica, indicando por ende que la misma conciencia es un elemento físico, que demuestra lo que los neurólogos han denominado sinapsis o intercomunicación cerebral del pensamiento. Del mismo material leptónico es del que está hecha la imaginación, que con el uso de los recuerdos o materia leptónica almacenada de las experiencias biológicas corporales externas y biológicas leptónicas (para referirse a las del nivel del pensamiento), de los tres cerebros, mixtualizan las imágenes y conceptos, para dar paso a través de un proceso dialéctico a nuevas ideas y conceptos, que comúnmente estimulan la creación y por ende la transformación del medio y de los conceptos, en un constante crecimiento. Todo proceso almático o cerebral es material. Así mismo, el amor que le ha sido signado el símbolo del corazón para representarlo poética o románticamente por diferentes influencias a lo largo de la historia (se deja en claro que no juzga la almalogía el amor como sentimiento y las hermosas situaciones que nos brinda), pero la sensación de amor que según la teoría del cerebro Triuno esa sensación le es propia al cerebro límbico, y bioquímicamente también es material, está hecho de materia leptónica, el amor es también materia, la sensación de amor es producida por una sustancia orgánica que según los estudios de la ciencia química en la actualidad la denominan fenil metil amina, que es segregada por el cuerpo y le proporciona al cerebro o alma, un estado de la placentera situación que bioquímicamente le crea un estado de dependencia de dicha sustancia y para seguirla obteniendo, requiere de la persona o del otro ser o la cosa que estimule la producción de la metil fenil amina. En ese sentido, el amor se sucede en el cerebro u alma, y no en el corazón; también está hecho de materia leptónica y por ende el espacio en el que se encuentra el amor es en el alma o cerebro, la fenil metil amina, actúa en conjunto a un neurotransmisor que regula los procesos emocionales, llamado serotonina, cuya acción produce hiperactividad del sistema adrenérgico. En la evolución la metil fenil amina, se justifica en los mamíferos para asegurar la reproducción de la especie y para mantener los grupos sociales unidos por afecto u amor, y de este modo asegurar el cuidado de la especie, a través de la protección múltiple o grupal, ya descrito de mejor manera por la sociología como ciencia. Según el planteamiento de la almalogía, sólo tienen alma, aquellos seres vivos que tienen cerebro, implicando que los seres vivos sin cerebro, son seres sin alma porque ella es el cerebro, y ello implica que para que exista el pensamiento por lo menos en el planeta tierra se requiere de dicho órgano. En este sentido, se reafirma que la vida no es el alma, sino que el alma o cerebro, es el resultado de la vida, como se ha dicho anteriormente. El principio de la vida sigue siendo desconocido, sigue siendo un misterio. Existen en el planeta tierra infinidad de formas de vida sin cerebro, que tienen una vida y conducta instintiva de procesos bioquímicos especializados. A dichos procesos, la almalogía los llama inteligencia celular, que va desde la capacidad de guardar información y desarrollarse, de tal manera, que este tipo de “inteligencia”, que se sabe en el mundo de la microbiología, algunas células al “reconocer” daños en su estructura se “suicidan” en un proceso llamado apoptosis. La inteligencia leptónica es una capacidad específica de trasmitir la información del orden o dentro del orden o equilibrio genético que hacen las arqueas de manera parecida a las células. La inteligencia de las células de realizar actos específicos, como la adaptación, la reproducción e incluyendo la transferencia de información genética, se podría llamar también “inteligencia leptónica”. Tal cual ha sido demostrado en el ejercicio científico de la clonación, que podríamos llamar la evolución de la ciencia genética. Sabemos que todos los caracteres genéticos se transfieren al nuevo ser (ser clonado, “nacimiento artificial”), y si éste por ejemplo, fuera un clon humano y tuviese sin ninguna interrupción genética un cerebro, tendría entonces según esta teoría un alma, ya que el alma y el cerebro, son el mismo órgano. Los clones con cerebro son seres con alma, por tanto los clones tienen alma. En consecuencia de la transferencia genética de informaciones hechas de materia leptónica, capaz de reproducir la información genética con la potencia de generar un organismo. Se plantea en esta teoría que el mundo de las almas no existe más allá del mundo de los seres vivos que tengan un cerebro, el mundo de las almas es el mundo de la reflexión, la emoción, la razón, porque el humano no se resume, al añejo concepto de que el ser humano es solamente un animal racional, no solamente es racional, es biológico, es social, es político, entre otros, y todo ello por la estructura de su alma o cerebro, y sus especializaciones o capacidades específicas. La almalogía también está consciente, que a la humanidad le dolerá moralmente el nacimiento de esta teoría, e inclusive no creo como autor, que se llegue a aceptar por aquellos y aquellas, fanáticos y fanáticas de las religiones. Reconocer y aceptar que no hay una “salvación” de un alma, que solo es una idea de esperanza humana, a través de la que el ser humano desearía (esperanza y deseo también facultades hechas de materia leptónica) pensar que es la especie mas amada de Dios y de permanecer por una eternidad. La almalogía no es una propuesta religiosa ni política que aspira ser aplaudida para ganar afectos, es una teoría filosófica para la ciencia, o una teoría pre-científica y sólo aspira describir lo que considera la verdad con respecto al alma. Históricamente no se aceptaron en sus propios tiempos de publicación, muchas teorías filosóficas de carácter pre-científico, que en la actualidad son tan reales y comprobables sus postulados como hablar y leer de clonación. En un sentido almático, cuando se produce la muerte de un humano, aunque haya transformación de la energía y se mantenga el ciclo de transformación energética; mueren al unísono los órganos y como el alma o cerebro es un órgano, también muere. Pero se asegura de la permanencia de su especie a través de la reproducción sexual. Siendo así, con la muerte de cada alma o cerebro, no implica la extinción de la vida y su origen en el universo sigue siendo otro gran misterio. Por ello, esta teoría no es una sugerencia sobre el génesis u origen del cosmos y la vida. Es una teoría descriptiva de lo que es el alma, desde un punto de vista filosófico, que intenta dar una expectativa para la ciencia. La almalogía argumenta que la idea de pecados atribuidos al alma, y que serán juzgados en un más allá o en un mundo perfecto, también es errónea, ya que, no deben ser confundidas las violaciones a las costumbres a la moral colectiva de un grupo social específico, no quiere decir que sean cobradas estas en otro mundo. En este sentido, siendo la ética la disciplina de la filosofía que estudia la moral o las costumbres, la violación a una costumbre en la tierra no implica un pecado, que se llevará al alma o cerebro, a un eterno lugar de castigo. Las alteraciones a la moral o errores morales impuestas en las sociedades, como producto de sus creencias que al mismo tiempo le son propias o creadas por el alma o cerebro, son reguladas por las sanciones morales o de costumbres, de la misma sociedad. Y en los casos de mayor fuerza los humanos regulamos nuestra conducta social, a través de nuestra subordinación al Estado de Derecho para la corrección de nuestros errores. “El pecado lo cobra la ley, no el cielo”. Por tanto, la trascendentalidad y la vida infinita a través de un alma o espíritu etéreo es una ilusión como tantas ha tenido en la historia el pensamiento humano. No hay un más allá, todas estas ideas son convicciones del alma o cerebro, producto de la capacidad de imaginar, que también le es propia. Que miles o millones estén convencidos de una idea, no indica que tengan la verdad. Miles juzgaron a Jesús y lo crucificaron, ahora lo halagan. Y después de la teoría social sobre el amor que expresó y defendió por la humanidad, nadie en ese sentido hoy lo duda. Toda la población humana conocida oficialmente en la antigua Grecia, antes del nacimiento de la filosofía, creyó que la tierra era plana y eso no es verdad hoy. Así muchos ejemplos, que dejo a la capacidad material leptónica o de recuerdo del lector o lectora de esta teoría. De ser necesario tendrán que pasar otros 2000 años para que la humanidad procure esta teoría como cierta, pero si ese es el tiempo que tarda la aceptación de la verdad, que así sea... Profesor Universitario de Filosofía e Historia República Bolivariana de Venezuela Centro de Estudios de Filosofía e Historia . @RORIANHANKART [email protected]