Esg lé sia Eva ngélica Centre Cristià de Mallorca ¡Cuando el deseo de tu corazón es lo peor que te puede pasar! Tema: La idolatría. Texto: Éxodo 20 1-3. Génesis 22.1-18 Introducción: Cuando nosotros pensamos en idolatría lo que nos viene a la mente es una estatua antigua y gente postrándose ante ella. En el libros de los hechos cap. 17:16 tenemos el relato de Pablo en Atenas, allí estaba el Partenón dedicado a Atenea, que destacaba sobre los demás, pero había otros espacios públicos donde también había representaciones de otras deidades. Estaba Afrodita: la diosa de la belleza. Ares: el dios de la guerra Artemisa: la diosa de la fertilidad y de la riqueza Hefesto: el dios de la artesanía. En el versículo 16 dice respecto de Pablo “su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría” Nuestra sociedad contemporánea no es distinta a las sociedades antiguas, cada cultura tiene “sus dioses”, nosotros también tenemos la diosa Afrodita, la de la belleza, hay verdaderos templos que rinden culto a esta diosa en nuestra ciudad. Los dioses de la antigüedad no fueron muy fantasiosos, tenían divinidades, muy comunes para nosotros, divinidades del sexo, del trabajo, de la guerra, del dinero. Nuestra sociedad no ofrece incienso a Artemisa la diosa de la fertilidad y la riqueza pero hay mucha gente que cuando el trabajo y la carrera profesional alcanza grandes dimensiones lo compromete todo, hijos, matrimonio, por más dinero y más prestigio. Y esto no solo lo hacen los millonarios, se suele comprometer todo eso solo por más confort, más comodidad, etc. El corazón humano toma cosas buenas y lo convierte en ídolos. Pueden ser ídolos personales como el trabajo, la familia, los hijos, el éxito, la carrera profesional, una relación sentimental, la comodidad, las circunstancias seguras de la vida, la belleza, la inteligencia, el conocimiento, la aprobación de los demás, el ministerio. En las familias tradicionales podría ser el trabajo duro, el deber, la virtud moral, en las sociedades occidentales la libertad individual, el descubrimiento de uno mismo, la realización personal. Hay otras formas más sutiles, como el perfeccionismo, la adicción al trabajo, la necesidad de controlar la vida de los demás, Hay algunas formas de codependencia, relaciones interpersonales enfermizas, que son idolatría. Son cosas que se dan cuando convertimos algo bueno en un ídolo y caemos de rodillas ante ellos para complacerlos. Todas estas cosas cuando se sobredimensionan y se constituyen en fuentes de seguridad, paz, felicidad, trascendencia se constituyen en ídolos. Ezequiel dice hablando a los lideres de Israel “Vinieron a mi algunos de los ancianos de Israel y se sentaron delante de mi y vino parraba de Jehová diciendo: Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón”. Ezequiel 14:3 ¿Que es un ídolo? Es algo que para nosotros es más importante que Dios, cualquier cosa que cautive nuestro corazón, cualquier cosa que creamos que nos puede dar lo que solo Dios nos puede dar. Un dios falso es algo tan crucial y esencial para nuestra vida que, si lo perdiésemos pensaríamos que nuestra vida ya no tendría sentido. Un ídolo ocupa una posición de control tan fuerte en nuestro corazón que invertimos en el, nuestra pasión, energía, recursos emocionales y económicos sin pensárnoslo dos veces. ¿Como podemos saber si hay ídolos en nuestro corazón? Observando nuestras emociones? 1.- ¿Que nos pone incontrolablemente furiosos, ansiosos o abatidos? 2.- Que nos tortura con una culpabilidad de la que no podemos librarnos? Los ídolos nos controlan, dado que sentimos que si no los tenemos la vida carece de sentido. Todo lo que nos controla es nuestro Señor. El que busca el poder esta controlado por el, el que busca la aceptación de las personas a las que intenta complacer está dominado por las personas a las que intenta complacer. Hay una buena manera de testear si hay altares en nuestro corazón: Existe una diferencia entre tristeza y desesperación. La tristeza es un dolor que se produce cuando hay una pérdida, pero hay formas y maneras de encontrar consuelo. La desesperación es inconsolable, porque nace de perder algo esencial. Alguien definió la idolatría como “escoger un gozo incompleto de este mundo y convertirlo en el eje de nuestra existencia” Muchas personas se pasan la vida intentando hacer realidad los deseos más profundos de su corazón, porque la vida consiste en la búsqueda de la felicidad. Nosotros nos bendecimos unos a otros deseándonos que Dios conceda los deseos de nuestro corazón y nunca nos imaginamos que obtener los deseos de nuestro corazón puede llegar a ser lo peor que nos pueda pasar en la vida. Pablo resumió la historia de la raza humana en una sola frase “honrando y dando culto a las criaturas antes que al creador” Romanos 1:25 Si esperamos que alguna cosa creada nos dé el sentido, la esperanza y la felicidad que solo puede darnos Dios, al final no conseguirá hacerlo y romperá nuestro corazón. Uno de los principios fundamentales de la biblia es el rechazo de la idolatría. En la biblia hay muchas historias bíblicas que nos hablan de las innumerables formas y los efectos devastadores de la adoración a los ídolos. Y del trato de Dios con el hombre para que nada bueno y que el mismo nos ha dado en muchas ocasiones se convierta en un ídolo en nuestro corazón. Desarrollo: 1.- Abraham recibe un llamado y una promesa. Dios llama Abraham a salir de Ur de los caldeos, “vete de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre a la tierra que yo te daré, y hare de ti una nación grande, te bendeciré y serás bendición”. Esto lo vemos en cap. 12 , más adelante en el cap. 15 de génesis , el habla con Dios acerca del deseo de su corazón: Gn15. 1-6, y aunque creyó y le fue contado por justicia, fue un proceso largo y difícil. Pero llega el tiempo de la promesa y Sara concibe y da a luz a Isaac. Ahora él tenía su heredero como todos los patriarcas de Oriente medio, se había sacrificado durante años pero ahora tenía la promesa en sus manos. Pasados unos años, en el cap. 22 dice la biblia que “probó Dios Abraham” ¿Qué probó Dios en Abraham? ¿El lugar que ocupaba Isaac en su corazón o el lugar que tenía Dios en su corazón? 2.- Dios concede a Abraham un hijo pero luego lo pide en sacrificio. Podríamos pensar que el nacimiento de Isaac era el punto culminante y el último capitulo de la vida de Abraham. Muchas veces nos pasa esto a nosotros que cuando tenemos el deseo de nuestro corazón, por ej. Un hijo pensamos que ya lo tenemos todo en la vida. Pero Dios hace otro llamado “Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quién amas y vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.” Génesis 22:2 Dios deja claro quien era Isaac para Abraham, tu hijo, su único, a quién amas. No le dice que debe entregar a Isaac, lo define por lo que para Abraham significaba. Probablemente el amor por Isaac podría desplazar el amor a Dios en corazón de Abraham. Lo más saludable para Abraham, para Isaac y para el propósito que Dios tenía con Isaac era que Dios siguiera centrado en el corazón del patriarca. Si alguien coloca a un hijo en el lugar de Dio, crea un amor idólatra que asfixiará al hijo, destruye la relación con el y lo que es lo más importante infiere en el propósito de Dios que nos trasciende a nosotros, pero que Dios tiene para ÉL. Nunca un hijo nos dará lo que sólo puede darnos Dios, ni un hijo, ni un amor romántico, ni una profesión, ni ningún ministerio... ¡nada! 3.- Abraham emprende el camino del sacrificio. Es interesante como hace este camino al monte Abraham, el le dice a sus siervos · “volveremos a vosotros” (Gn. 22:5) Es improbable que tuviese una idea precisa de lo que haría Dios, pero el no subió al monte diciendo “puedo hacerlo” lleno de fuerza de voluntad , mas bien subió diciendo “Dios lo hará...pero no sé como” “Cuando llegó al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham su altar, y compuso la leña y ato a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. (Génesis 22:9-10) Pero en ese momento la voz de Dios descendió del cielo y dijo: “¡Abraham! ¡Abraham! Heme aquí respondió desde el precipicio. No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas daño!”. 4.- El peligro de los deseos de nuestro corazón. ¿Que nos enseña este episodio? Abraham entendió que esta prueba tenia que ver con el amor supremo a Dios. El Señor le dijo ahora sé que temes a Dios, que esto lo que significa no es que tenga miedo de Dios sino que le entrega todo su corazón, es una manera de decirle ahora se que me amas mas que a cualquier cosa de este mundo. Fue un trato muy duro para Abraham pero a la vez misericordioso. Hasta que su amor no fue puesto a prueba, no pudo saber que lugar ocupaba Isaac en su corazón. Isaac fue un regalo de Dios para Abraham pero hubiese sido un peligro para su corazón si no se hubiese definido su amor a Dios primero. Este camino que recorrió Abraham le enseñó amar a su hijo de forma correcta, sabia y saludable. Si Isaac se hubiera convertido en la principal esperanza y alegría de su padre, este le habría disciplinado demasiado porque esperaría que el fuera perfecto, o demasiado poco para con contrariarlos. O ambas cosas sin una relación coherente. Le habría consentido mucho pero también se hubiese mostrado furioso e irascible cuando su hijo le decepcionara. El amor y el éxito de Isaac se hubiera convertido en la única identidad y alegría de su padre. Se hubiera puesto desmedidamente furioso, ansioso y deprimido si Isaac alguna vez no le obedecía o amaba, y eso hubiera pasado porque ningún hijo puede ser perfecto. Y todo este tipo de expectativas frustradas, hubiesen alejado a Isaac de su padre y desvirtuado la imagen de si mismo. Sin duda este episodio en la vida de Abraham lo convirtió de un hombre corriente, padre de un hijo en padre de naciones. 4.- Dios provee un sustituto Abraham, que ha de ser el sustituto de cualquier ídolo del corazón. Este incidente famoso apuntaba a algo que Abraham no podía ver, desde su época. Que habría uno mayor que Isaac que no seria sustituido por un carnero sino que el mismo se haría el cordero perfecto para remisión de los pecados no de una sola familia sino de todas las familias de la tierra. Muchos años después en aquellas mismas montañas otro primogénito fue sujeto a un madero para morir, y en aquel momento en el calvario cuando clama Dios mío! Dios mío! Porque me has desamparado no hubo ninguna voz del cielo que anunciará liberación. El padre pagó el precio en silencio. El verdadero sustituto del hijo de Abraham fue el unigénito de Dios, Jesús que murió en pago por nuestros pecados. Pablo comprendió el verdadero sentido de la historia de Isaac cuando aplicó deliberadamente a Jesús el lenguaje propio de aquel episodio: “El que no escatimó ni a su propio hijo, sino que lo entrego por todos nosotros ¿cómo no nos darán con el todas las cosas?”. Rom. 8:32 Verdaderamente Jesús ha de ser nuestro único motivo y razón de vida, quien de razón a nuestra vida, porque solo el ha hecho posible la redención de nuestras almas. Noemí Amengual 10.04.16