y*' M sr ïe?» R m • 4« <• 'V Y v«4Ct EX LIB R I s y HEMETHERII VALVERDE TELLEZ Episcopi Leonensis . S Ä ; . . . . ,. LA M U S I C A , VA a ú / . i r . í r / o r j A U Á O t ó t t a v f o i AiíiA*i4-«i.vm«j j c m v - u o - j *iufcw«wjA k j a i i i i ) ; í j íi ^ A.U.1110H3ÍM P O E M A. ' i' •/ V ? \ P O R T Í FLLL D. TOMAS D E Y R I A R T E . Nihil ¿'Ji frfwz cognatum mentibus nostris quam numeri atque voces , quibus & excitamur , <5? incendimur, <5? lenimur, 6? languescimus ad bilaritatem ad trist triam scepe deducimur. Cic. De Orat. Lib. III, COIV , . EN SUPERIOR EN LA IMPRENTA PERMISO: MADRID REAL M. DCC. DE LA GAZETA. LXXIX. REIMPRESO POR D . FELIPE DE Con las licencias necesarias. -VCIÍOH P R O L O G O T ^ E S D E que concebí el proyecto de escribir, el presente ^ Poema sobre la Música, resolví por muí fundadas ra- zones abstenerme de dar á luz una o b r a , que, sin captar aplausos del público, ni provocar su censura, debía servir privadamente sólo para mi diversión, y acaso para la de algunos Amigos aficionados al arte músico. Este era por cierto mi propósito; y en e f e d o le hubiera cumplido, si un Pérsonage que baxo el inmediato patrocinio de nuestro augusto Monarca se complace en fomentar á los estudiosos, no se hubiese dignado de alentarme ¿.continuar y concluir mi Poema, honrando con su estimable aprobación el plan y los tres primeros Cantos de é l , y extendiendo su benignidad hasta desear se imprimiese á lo ménos aquella parte ya t r a b a j a d a , en caso de que no me hallase en ánimo de finalizar las restantes. Este poderoso influxo, que desde luego fué bastante para empeñarme en acelerar la conclusión de la obra empezada, no lo fué ménos para que la publicación de ella me pareciese ya igualmente grata que decorosa, h a ciéndose de orden y á la sombra de un Protector tan señalado; y para que después haya procurado acreditar de algún modo mi reconocimiento-con encargarme del cuidado de la edición, y con dedicar los posibles esmeros á hacer mi escrito ménos indigno de la superior calificación que h a logrado. ' • 13^355 ir. IT. Tal ha sidó el motivo de publicarse ahora esta c o m - ca de la Música, cita en la sección XLVI. de su primera par- posicion métrica. Pero el que ántes me había animado á em- te un Poema en quatro Cantos, que trata de esta facultad , prenderla, fué principalmente la consideración de que en- dado á 1 uz en 1713. Se ha hecho tan r a r o , que no se halla- tre las artes y ciencias que varios Ingenios antiguos y mo- ba en librería alguna pública de Paris, hasta que la diligen- dernos han tratado en Poemas didácticos, era de estrañar cia de sujetos que por favorecerme han querido encargarse hubiese estado como desairada la Música, pareciendo este de buscarle, le descubrió en una copiosa biblioteca particu- olvido tanto mas injusto, quanto.su hermana la Poesía ha l a r , bien que no de la impresión de 1713. que menciona Du merecido que Horacio, V i d a , Boileau y otros Poetas hayan Bos, sinó de otra hecha en la H a y a en 1737. H e adquiri- explicado su doétrina en verso. d o , y conservo una copia manuscrita de aquel Poema, el No bien empecé á indagar si habia algún Poema es- qual está escrito en versos pareados Franceses, y sin nom- crito sobre esta no vulgar materia, quando me acordé de bre de Autor. Redúcese á una exposición histórica (bien haber visto el Poemita Latino del P. Francisco Antonio Le que en estilo verdaderamente poético) del estado y progre- F e v r e , intitulado impreso en París en sos de la Música en Francia, y á un paralelo de la Francesa 1704. y reimpreso en la coleccion publicada allí mismo en con la Italiana, en que, sin agraviar á aquélla, se defiende 1749. con el título de la causa de ésta > conciliando las opiniones de los partidarios III. MÚSICA, C A R M E N , POEMATA DIDASCALICA. Reconocien- do aquella obrita, que no llega á 400. versos, contemplé que de una y otra, y procurando el Autor convencer á un per- si la extensión, solidez y utilidad de los preceptos que con- sonage que introduce con el nombre de t i e n e , correspondiesen á la elegancia de su estilo y fluidez á favor de la Francesa , y contra la Italiana. Por consiguien- de su versificación, sería inútil el trabajo de quien de nuevo t e , prescinde aquel Poeta anónimo de toda la parte doctrinal quisiese escribir en verso sobre la Música; pero me persua- del a r t e , y se ciñe á una qüestion subaltern^, y n ó d e la ma- do á que los inteligentes que exáminen aquel Poema, le halla- yor importancia, ilustrando su asunto con pensamientos in- rán tan diminuto, que apénas le creerán digno del nombre geniosos, y con reflexiones que le acreditan de hombre ins- de didáctico, pues en él las exornaciones mitológicas ocu- truido en la ciencia musical, pero que 110 se había propues- pan todo el lugar que debía destinarse á la explicación de to enseñarla, ni aun describir sus principales partes. los principios musicales. IV. V. El Abate Du Bos que entre sus cuerdas N E S SOBRE L A P O E S Í A Y LA P I N T U R A , DAMIS, preocupado Sólo estos dos Poemas sobre la Música han llegado REFLEXIO- hasta ahora á mi noticia; pues 110 deben llamarse tales cier- insertó algunas acer- tos fragmentos de Poetas que por incidencia han escrito al- ca go go acerca de aquel a r t e , como el Canónigo Bartolomé Cairasco de Figueróa, que en su TEMPLO MILITANTE, parte ir.' puso por preámbulo á la vida de S. León Papa un elogio de la Música en una Canción, de la qual se hallan insertas quatro estancias en el tomo v m . del Parnaso Español, donde se asegura que no cabe descripción Música. mas comprehensiva de la Cairasco, que manifestó en toda su obra grande in- vención poética, y suma facilidad en la versificación, habló en aquel lugar más como Poeta que como Músico, mereciendo disculpa, pero no alabanza: y sin duda intentó h a cer el mas superficial elogio, y nó la descripción mas com- » VI. E n t i e n d o , pues, que en nuestra lengua Castellana no se ha publicado Poema alguno compuesto de propósito sobre la Música: y si por ser nuevo este asunto , merece tal qual aceptación quien le emprende ;• por ser tan a r d u o , merece también alguna indulgencia quien, como y o , no le desempeñe acaso á satisfacción de los Lectores inteligentes y de acreditado buen gusto, á los quales pertenece exclusivamente dar voto fundado acerca de las obras del ingenio. VII. Y á la verdad, toda la particular afición que siem- porque, á no ser así ¿quien podría perdonarle pre me ha debido aquella ciencia, y todo mi eficaz deseo q u e , entre otras equivocaciones, hubiese dicho, porexem- de dar alguna idea de sus admirables gracias y utilidades, se p!o, ser la Música concordia de voces.... que no- admite necesitaban para no desmayar en una obra llena de escollos prehensiva: cordia, dis- q u a n d o á n a d i e se oculta que aquélla se compone, no solo de consonancias, sinó también de disonancias, que tan difíciles de evitar como fáciles de conocer. Vill. No ignoran los Músicos instruidos que entre los agradan extraordinariamente si se usan con inteligencia? libros publicados en prosa sobre su a r t e , sou rarísimos los Ademas de que la concordia, ó la discordia de las voces que le explican metódica y completamente, y únicamente constituyen una de las partes de la Música, que no hai que no requiera yá la viva voz del Maestro, yá un es la Harmonía; pero nó la Melodía, que es la parte pri- gran número de exempios escritos en Música. De aquí in- mera y esencial del a r t e , la qual no pide mas que una sao. ferirán quánto mas aventurado debe ser el acierto en un cesión de sonidos formados por una voz sola sin otra que tratado en verso, destituido de estos auxilios. Reflexiona- concuerde, ó discuerde con ella. Esto he querido apuntar rán que apénas basta el mas atento cuidado para usar siem- ligeramente, para que se conozca quan arriesgado y dificul- pre las voces facultativas en su verdadera acepción; fixar toso es, aun para Escritores del mérito de Cairasco, tratar el significado de las muchas qué hai equívocas, porque de- de una facultad de cuyos principios no se tiene algún cono- notan tres ó quatro cosas mui diversas; no incurrir en el c i m i e n t o ^ quan poco segura debe reputarse en semejan- extremo de decir acaso mui poco para los pericos, ó en el tes materias la decisión de los imperitos. de decir demasiado para los que no lo son; prescindir así- VI. que ningu- de de las parcialidades nacionales, como de las opiniones y sistemas encontrados; y elegir en materia tan vasta solamente lo preciso, y lo que mas se adapte á la expresión poétic a ; pues como un Poema no es un método para aprender, f ni una disertación para ventilar qüestiones, conviene ceñir- ' se á lo que insinuó Virgilio en sus Geórgicas: * Y e n m o que es la basa de los quatro siguientes, y su contexto, puramente didáctico, con dificultad permite amenizarse, pide mas que ninguno la seria meditación del Lector; y debe por consiguiente deleitarle ménos que los otros: bien así como en los buenos dramas el primer acto destinado á la ex- Non ego cundía meis amplecti versibus opto. equivocaría tánto el que esperase hallar en e f e c t o , aire ó movimiento que se da al compás. Este Canto I. co- posición de los caracteres, y anterior situación de las p e r sonas, exige indispensablemente la principal atención del s e las mismas Geórgicas todo lo que conduce á la Agricultura, como el que pretenda que en este Poema se encierren otros preceptos que los generales de la Música. IX. Argumentos puestos al principio de los A u n q u e auditorio, instruyéndole ántes de recrearle. El Canto II. trata de la expresión de los varios a f e c t o s , dando reglas particulares para el acierto en ella: y me persuado que en este punto he hecho algún servicio á los l o s cinco Cantos manifiestan individualmente quál es el plan de cada uno de ellos, será útil resumir aquí por mayor el de Compositores; p o r q u e , aunque muchos libros les enseñan los principios de su a r t e , y las leyes de Melodía y H a r m o nía, apénas hai alguno que establezca preceptos sobre el todo el Poema. El Canto 1. ofrece una idea de los elementos del a r t e , reduciéndolos á dos principios: SONIDO SONIDO se considera yá según la Melodía, y TIEMPO. El á la qual perte- nece la división de las escalas diatónica y cromática, la formación de los modos mayor y m e n o r , la extensión de los sonidos apreciables al oido h u m a n o , y el uso de las claves; yá según la Harmonía, á la qual corresponde el conocimien- to de los intervalos consonantes y disonantes, y de las posturas que de ellos se componen. El TIEMPO se considera yá respecto al compás binario ó ternario, yá respecto al diverso valor ó duración de las figuras, ó y á , enfin, respecto al aire uso que deben hacer de ámbas para mover las pasiones, ni les explique en qué consiste ser una Música triste, ótra aleg r e , otra marcial, otra tierna; úna propia para excitar la compasion; ótra para convidar al sueño y á la tranquilid a d ; ó t r a , enfin, para lo tétrico y horrendo, &c. En el Canto III. despues de probarse las excelencias de la Música con argumentos fundados en razón y en autor i d a d , se reducen sus principales usos á quatro, considerándola dedicada á Dios en el templo, al público en el teat r o , á los particulares en la sociedad p r i v a d a , y al hombre solo en su retiro. * Descríbese el carácter de la Música del B tem- * £ n el C a n c o II. se d e s c r i b e n las c c m p c s i c i o n e s que p u e d e n excitar el valor * Lib. II. y . 4 1 , templo, exórnando este asunto con el elogio de los Restau- en mi Poema, aunque los cinco Cantos de él se convirtiesen radores de ella; con el de algunos célebres Compositores en veinte, sino que tampoco pueden llegar á adquirirla úni- antiguos Españoles; con la noticia de las voces é instrumen- camente por libros, si les faltan lecciones de un Maestro y tos usados en el canto eclesiástico, y con la descripción de exercicio mui continuado. XI. una pública oposicion, según hoi se practica en la Capilla del Reí. Aun mas estraño parecerá á algunos que, descri- biendo yo la escala diatónica y la cromática, omita la e n - _ harmónica. Pero los pocos que tienen idéa del género lla- El Canto I V . trata por menor de la Música t e a t r a l ; mado enharmónico, son los primeros que me disculparán de demostrando sus primores y sus defectos. Y el V. dividido en dos partes, explica en la primé- no haber entrado en la explicación de él. Para que seme- ra la Música propia de las diversiones de la sociedad priva- jante género se verificase exáctamente, sería necesario que d a , como son Academias y Bailes; y en la segúnda, la uti- la octava en nuestro sistema moderno estuviese dividida, no lidad y deleite de la Música en la soledad, así respecto al en cinco tonos y dos semitonos ( c o m o sucede en el género, hombre que ignora el arte, como respecto al que le sabe. diatónico) ni en doce semitonos'(como sucede en el g é n e - Indícase con este motivo quál debe ser el estudio de un ro cromático) sinó en veinte y quatro quártos de tono. * El buen Compositor; y se concluye proponiendo el estableci- número de teclas de cada octava del clave, •/ el modo que miento de una Academia ó Cuerpo científico de Música, en tenemos de templarle se oponen á esta división, y á otra que se promuevan los adelantamientos de esta facultad. qualquiera que se quiera establecer: de que resulta ser hoi En los elementos del arte mas he considerado la Mú- el género enharmónico una especulación á la verdad mui cu- sica que existe en la Naturaleza que la que h a i , v. g. en el riosa, y demostrable para los profundos observadores del clave, ó en el violin: no trato de los métodos de solfear, a r t e ; pero de tal delicadeza y dificultad, que aun en los li- que varían en algunas naciones-T no explico menudamente bros en prosa llenos de cálculos y de exemplos suele y d e - todos los signos ó caracteres que se han inventado para e s - be precisamente quedar obscura y expuesta á altercaciones cribir la Música; y en fin, doy por supuesto el conocimiento interminables. No negaré que ésta que he llamado especu- del contrapunto, pues los Lectores de mi Poema y lación, tiene algún uso en la práctica; pero los Facultati- que no han de ser Compositores, no necesitan esta do&rina; vos con quienes hablo, y que saben quál puede ser este uso, X. p r á c t i c o y los que lo h a y a n de s e r , no sólo no podrían aprenderla marcial i y por esto no se ha hecho mención mas particular y uso que tiene l a M ú s i c a e n l a m i l i c i a . señalada- del 2 * • Así opinan algunos Escritores de crédito, aunque o t r o s desaprueban división, y explican el género enharmónico d e d i s t i n t o m o d o . se' esí¡ tratan freqüentemente, hallen en este Poema algúnas sobre no creer necesario ni posible en mi Poema la investigación las quales tal vez no habrán hecho la debida reflexión. Por de aquel punto. otra parte, me serviría de suma complacencia que los que XII. Oftos reparos de los que podrán oponerme los doc- tos que sinceramente deséen la perfección, estarán quizá salvados en algunas ADVERTENCIAS, q u e , por no a f e a r , ó de- xar confusas las llanas del cuerpo de la obra, he reservada Pero mi intención en aquel Apéndice no ha sido- tánto precaver objeciones, como dar á los Lectores mayor luz sobre ciertos puntos que se tocan en el Poema:, á cuyo fin expongo únicamente lo que me h a parecido mas indispensable; y contentándome con citarles diferentes libros útiles que podrán consultar, rara vez traslado por extenso las autoridades V e Militar he tenido presentes; pues no quisiera la importuna pedantería de los que copian los escri- tos ajenos para avultar á poca costa los suyos. XIV.' juzgasen del todo infructuoso el conato que he puesto en disminuir la aridez de la d o d r i n a , introduciendo varios episod i o s y ficciones poéticas (no mitológicas;) y aunque haya preceptos que, por la necesidad de usar voces facultativas, para el fin de ella. XIII. ignoran la Música, pero que tienen gusto en la Poesía, no La última de las ADVERTENCIAS con que creo h a - ber ilustrado mi Poema, casi merece nombre de disertación, porque en ella exámrno menudamente la aptitud de la lengua Castellana para el canto: asunto que desde luego será grato á los buenos Patricios por la justicia de una causa que no les parezcan bastante claros, observarán otros muchos para cuya fácil aplicación su buen discernimiento suplirá por el estudio científico. Así no desconfío de que la generalidad de los Lectores adquieran mediano conocimiento d e ciertas delicadezas que, según advirtió Cicerón * , se ocultan á los poco, versados en la Música, ó á lo ménos llegue á concebir de ella una idéa mas noble que la que suelen t e ner aquellas personas mal organizadas, q u e , despreciando los primorea de las Bellas-artes, pretenden vengarse de la Naturaleza que los crió incapaces de sentirlos. Si consigo este fin, que particularmente me h e propuesto, d a r é . p o r bien empleada mi t a r é a , celebrando ser útil en a l g o , aun £ costa de errar en múcho. XVI. Solo me resta exponer alguna de las razones en tanto les interesa, guando no sea por consideración al peno- que me he fundado p3ra la elección del metro en que c o m - so examen en que me he empeñado para certificarme de los puse este Poema. Desde luego determiné usar verso de con- presupuestos que sirven de fundamento á mis proposiciones. sonante: lo primero, p o r q u e , si un Poeta didáctico se t o - XV. ma Sé ame, pues, lícito esperar que los Profesores y Aficionados, entre muchas cosas que ya saben, y d e q u e tra- '* S?.U:''" mulla qux nos fugiünt in cantut exmdiwtí ¡n eo ¿enere eXjrciíati\ C í e . Acad. ( ¿ u a s t . ' l i b . I I . 7. ma el trabajo de poner los preceptos en verso, es para que se queden impresos en la memoria de quien los lee, y esto sin duda se logra mejor con el consonante que con el ason a n t e , ó verso suelto; y lo s e g u n d o , porque, tratando del mente porque créa esta qüestion ajena de mi asunto, ni ménos porque carezca de razones con que apoyar mi d i c t á men, sino porque quizá no parezca en mí apasionado ó sospechoso el elogio de aquella clase de versificación, habién- a r t e de la s o n o r i d a d , era preciso emplear la Poesía mas dola usado en este Poema y en otros opúsculos publicados sonora. Después consideré que casi todas las especies de ó inéditos. Pero recordaré tan solo dos apreciables circuns- metros rimados admitidas en las lenguas vulgares padecen tancias que en ella concurren : úna es la v a r i e d a d , a g r a d a - el defecto de la uniformidad, que cansa en una obra larga. ble á qualquier oido que aborrezca la m o n o t o n í a ; y otra la Si los hexámetros Griegos y Latinos logran aquella varie- dignidad para asuntos nobles; pues aunque se adapta mui dad enérgica que no fastidia ni descaece aun en el mas d i - bien á los satíricos, familiares y burlescos, nó por eso c o n - latado P o e m a , es principalmente porque en ellos no tuvie- viene ménos al estilo serio y magestuoso; siendo, por c o n - ron los Horneros y los Virgilios la precisión de completar siguiente, mui adequado al d i d á c t i c o , que es un medio e n - el sentido al cabo de cierto número determinado de versos; tre el familiar y el sublime. y así, por e x e m p l o , quando se les ofrecía componer una descripción, alargaban á su arbitrio los períodos, emplean- ¡Oxalá correspondiese el desempeño d e mi e m p r e s a á la novedad y delicadeza d e su objeto i d o muchos versos; quando escribían una máxima ó sentenc i a , se ceñían á uno ú dos; hacían punto final donde les p a r e c í a ; y en s u m a , acomodaban la versificación á la cantidad de las cosas que tenían que d e c i r . No así en nuestros tercetos y octavas, que obligan á reducir, ó amplificar los pensamientos para conservar el número y distribución que se requiere en aquellas especies d e composiciones métricas; lo qual sería fácil probar con los mas clásicos exemplos. Por esta causa s o l a , omitiendo otras varias, ningún ro de verso he creído preferible al de Silva, géne- q u e , en mi opinion, reúne quantas ventajas pueden apetecerse para el intento. Y si me abstengo aquí de referirlas, no es c i e r t a mente AR (O • U ,v U .11 . .. < i « « J i » - » » « v . . , 1 . . L1) i i lil D E L CANTO PRIMERO. ivA — ^ | J ^ Elementos del arte músico. i«"'.'. tWii: Vii ív- t, f' •»*. t i l t i l • > o U J v V>*» • • • & \ s K ¿ '• > ¡ID U . u v . i ' i'i v i • JProposicion, é invocación. I. Origen natural de la Música II. Requisitos para el aciert o en ella. 111. Orden y división de la escala diatónica en modo mayor, y en modo menor. IV. Orden y división de la escala cromática. V. Multiplicación de estas escalasextensión de los sonidos que llaman apreciadles; y división de ellos con arreglo á las claves: de cuyo conjunto de principios resulta la Melodía. VI. Propiedades y carácter de la Harmonía; y naturaleza de los intervalos consonantes y disonantes. VII. Posturas compuestas de los mismos intervalos; y progreso que por medio de ellas sigue la Harmonía. VIII. Principio físico de la resonancia de una cuerda sonora, en que parece se funda lo apacible de las consonancias, y lo desapacible de las disonancias: y primera idea que pudieron tener los hombres de la Harmonía, ó canto concertado. IX. Episodio histórico de la decadencia de las artes desde la irrupción de los Godos: renovación de ellas, y particularmente del sistema músico, empezado á restablecer por é Guido Aretino; y perfección moderna del arte del ía contrapunto: punto: con lo qucil concluye de la Música considerada X. Segunda parte, la primera parte, LA en que se considera la Música del compás: y energía que da al canto. XI. División dos especies binaria y ternaria; Aires, trata en quanto al sonido. que respecta al tiempo. Naturaleza voces, que y varia por lo MIDE expresión del compás en sus duración de explicada con notas ó figuras de diverso XIII. Pausas y esperas valor. XII. len á notas vivas. XIV. Inutilidad ceptos del arte, dad y genio que equiva- de estos y otros quando el Compositor carece de Y COMBINA EL TIEMPO Y EL SONIDO. POEMA. las CANTO PRIMERO. Mr i. --*••» ó movimientos que se dan al compás sin alterar su medida y proporcion. MUSICA, pre- - -»n . , - ,,.,[ H « J U A S marabillas de aquel arte canto Que con varia expresión, grata al o i d o , sensibili- Mide y combina el tiempo y el sonido. estudioso. Sabia Naturaleza, que al encanto De la divina Música sensibles Formaste las vivientes criaturas, Díctame tus prffceptos infalibles; Que si tu luz y auxilio me aseguras, Podrá el acento de la musa mia iU Imitar de su asunto la harmonía. Tú sola, tú me bastas; y no imploro Fantásticas Deidades de la Grecia. Quien te sigue, las fábulas desprecia; N o confia en Apolo, ni en su c o r o ; No invoca á las Sirenas; ni averigua Si halló la flauta P a n , el Dios de Arcadia, * O la trompeta fué invención Paladia; V-Ci f om'..;?'. I «W ..v< t t Vi i U'Y jvüV- • . .'r f LA Si á la cítara antigua :. punto: con lo qucil concluye de la Música considerada X. Segunda parte, la primera parte, LA en que se considera la Música del compás: y energía que da al canto. XI. División dos especies binaria y ternaria; Aires, trata en quanto al sonido. que respecta al tiempo. Naturaleza voces, que y varia por lo MIDE expresión duración de XIII. Pausas y esperas valor. XII. ceptos del arte, dad y genio que equiva- de estos y otros quando el Compositor carece de pre- sensibili- EL TIEMPO Y EL SONIDO. POEMA. las CANTO PRIMERO. Mr i. --*••» ó movimientos que se dan al compás sin alterar su len á notas vivas. XIV. Inutilidad Y COMBINA del compás en sus explicada con notas ó figuras de diverso medida y proporcion. MUSICA, - - » n . , - ,,.,[ H « J U A S marabillas de aquel arte canto Que con varia expresión, grata al o i d o , Mide y combina el tiempo y el sonido. estudioso. Sabia Naturaleza, que al encanto De la divina Música sensibles Formaste las vivientes criaturas, Díctame tus prffceptos infalibles; Que si tu luz y auxilio me aseguras, Podrá el acento de la musa mia Imitar de su asunto la harmonía. iU Tú sola, tú me bastas; y no imploro Fantásticas Deidades de la Grecia. Quien te sigue, las fábulas desprecia; N o confia en Apolo, ni en su c o r o ; No invoca á las Sirenas; ni averigua Si halló la flauta P a n , el Dios de Arcadia, * O la trompeta fué invención Paladia; V-Ci f om'..;?'. I «W ..v< t t Vi i U'Y jvüV- • . f LA Si á la cítara antigua :. (4) El naufrago Ar'ion la vida d e b e , Y Terpandro apacigua Con su lira el tumulto de una plebe ;O s i , atrayendo los peñascos d u r o s , Sabe Anfión á Tébas poner m u r o s , Y suspender Orféo A los h o m b r e s , las fieras, y el Letéo. Otras verdades sólidas m e llaman , Y ellas, nó falsos N ú m e n e s , me inflaman. o¡*,o DJts lorfpft oí> . y * k v I. Las varias sensaciones corporales. Y de ésta el canto músico d i m a n a , Que es de ella imitación, ya reducida A tonos fixos y cabal medida D e cuya unión resulta Un idioma tan grato y persuasivo, Que la nación mas b á r b a r a , ó inculta Se rinde á su eficacia y atractivo. Pero no solamente E n el hombre reside el don nativo D e expresar con el canto lo que siente, Sinó que su expedita Del corazon humano los a f e c t o s , V o z , ó la de ingeniosos instrumentos Y aun las mismas nociones ideales, Los ruidos imita E n diversos dialectos D e que exemplo le dan los elementos. Se expresan por los órganos vocales. El bronco son del mar Pero s i , estando el ánimo t r a n q u i l o . O del viento el horrísono b r a m i d o , Inspira simples y uniformes sones; De un arroyuelo el plácido m u r m u l l o , Quando se halla agitado de pasiones, D e la tórtola amante el blando arrullo, Nueva inflexión de acentos da al estilo: Y los trémulos ecos El tono de la voz alza y sostiene, Que puntuales despiden Tan pronto le r e t a r d a , ó le acelera; Lqs hondos valles, ó los troncos huecos Tan pronto le suaviza, ó le exaspera; Con Música se entonan y se miden. Con enérgicas pausas le detiene; El humano artificio ya se empeña L e da compás y afinación sonora, En copiar los gorgéos de las a v e s ; Y á su arbitrio le a u m e n t a , ó le minora. Y el ruiseñor á executar le e n s e ñ a , D e tales grados de la voz proviene L a natural declamación humana; embravecido, Que en claúsulas de libre melodía Precipitadas, lentas, altas, graves (6) , D e SUS afectos la expresión v a r i a , Publicando sus quexas,. i r a s , zelos, Sus a m o r e s , tristeza y alegría. II. A imitar con el canto estos modelos (.7) Lo mas precioso, mas florido y Y no pintarla tosca, sino bella, Dándola gracia, novedad y o r n a t o : Y debe finalmente Obrar ligado á un plan, n o r m a , ó sistema Se inclina el h o m b r e , al modo que procura Unico, regular y consiguiente , Hacer con la Eloqüencia y Poesía, Sin desviarse de su fin y tema. -Con el Baile y Pintura grato, Así es preciso y justo Otras imitaciones Que concurran de este arte al exercicio D e diversos objetos é impresiones. La sensibilidad, ingenio y gusto Pero no nacen todos Con la meditación y con el juicio. Con órganos tan finos y perfectos Encantadora ciencia, don del cielo, Que con igual viveza los efectos Recréo de la humana f a n t a s í a . Sientan del ritmo y musicales modos: D e los males consuelo. Y en pocos hai las prendas superiores Del alma fiel i n t é r p r e t e , permite Que conducen del arte á los primores. Que tu hermana la dulce Poesía Para el acierto en ellos se requiere Investigar tus leyes solicite. Que desde luego el Músico aplicado *V Con estudio profundo considere L a imagen y el dechado D e la Naturaleza, sus aspectos, Su sencilla belleza, y sus defectos. Después se necesita que la sienta; Que la a d m i r e , y se llene D e las idéas que ella representa; Que se deleite , y casi se enajene. Debe luego elegir lo mejor de e l l a , III. ' *1• H JO Las voces primitivas y esenciales Que diatónicamente se succeden Por grados ú intervalos naturales, Cuya serie se llama Escala, diapasón, y también g a m a , ' D e siete varias en rigor no e x c e d e n ; Si bien, para ajustar la escala e n t e r a , Se añade octava voz, que es, en substancia Una repetición y consonancia (9) E n t r e tercera y quarta colocado, (8) Perfecta y justa de la voz primera; Pues aunque suena al doble mas aguda, Medie entre la segunda y la tercera; D e posicion, nó de c a r á c t e r , muda. Y el otro de la séptima á la octava Pero este diapasón no se divide E n t r e la quinta y sexta se transfiera. Por espacios simétricos é iguales: IV. Hai semitonos, tonos hai cabales; Con estas siete voces primordiales La lengua de la Música se explica, Y alternando entre sí, según lo pide Bien como la Pintura sólo aplica La proporcion nó justa, pero g r a t a , Siete fixos colores cardinales. Dan á la gama división distinta. Y si entre ellos se buscan medias tintas De p r i m e r a , segunda, q u a r t a , quinta Para dar mas realce á los objetos; Y sexta voz se sube á la inmediata También los cinco tonos que hai completos, Por intervalos cada qual de un tono; E n dos partes distintas, Mas de tercera á quarta se procede O semitonos, se hallan divididos, Por espacio de un solo semitono; Que á la escala diatónica añadidos, Y lo mismo sucede O t r a escala cromática componen D e la séptima voz hasta la o c t a v a ; D e intervalos que iguales se suponen: D e que puede inferirse con certeza Y quando aquella siete voces c u e n t a , Que desde el punto en que la escala empieza Esta las suvas hasta doce aumenta. Hasta el agudo término en que a c a b a , O t ú , qualquiera cuyo torpe oido No son siete los tonos intermedios, E n t r e dos voces distinguir no sepa Sinó cinco cabales, y dos medios. La que un espacio mínimo d i s c r e p a , E n tal distribución la escala forma G o z a , goza el placer de otro sentido. El modo que mayor se denomina; La Música no pide tu d i c t a m e n ; Pero para el menor se la destina Pues solo ha reservado Diversa progresión, diversa norma. Su afinación al exquisito examen Entonces ya es preciso que aquel grado Del mortal felizmente organizado, De solo un semitono que contaba En- * D (TO) Que aunque el tono por lineas se divida, Sus partes sienta, y sus distancias mida. V. Bien ordenados ya los varios sones, Van repitiendo iguales diapasones Mas trocándose en siete Por su diversa posicion ó asiento, Cada suerte de voz y de instrumento Tiene clave especial que la c o m p e t e ; Hasta aquel punto mas a g u d o , ó g r a v e Y á cada qual con ésta se señala A que elevarse, ó deprimirse s a b e , Un punto fixo á que arreglar su escala. Conforme á sus alcances ó extensiones, Tales son los principios de que nace La humana v o z , ó el dócil instrumento 9 Aquella succesiva canturía Con cuerdas animado, ó con aliento. Que regular á los oidos p l a c e , Y aunque esta succesion tal vez pudiera Y por dulce se dixo Melodía. Multiplicarse casi á lo infinito, Ella los intervalos de la gama A límites ya fixos se a t e m p e r a ; Diatónica y cromática pasando, Pues todo lo que excede Alterna el alto y g r a v e , el fuerte y b l a n d o , E n muchos tonos á un agudo p i t o , Y por varias escalas se d e r r a m a , O al mas profundo son del c o n t r a b a x o . Con giro artificioso, • Por la desproporcion de lo a l t o , ú baxo> Desde la voz que tónica se l l a m a , No discernirse claramente puede Del canto origen, y final reposo. Con el oido h u m a n o , Priméro del Cretense laberinto Ni menos entonarlo se concede Los rodéos y senos contaría, A las voces, al soplo,, ni á la mano. Que el progreso distinto R e s t a , pues, que el total de los sonidos Con que de su principio se extravía A moderada suma reducidos. L a caprichosa v o z , quando m o d u l a , Se sujete á la norma de tres c l a v e s , Y por sonoros trámites circula. Que hagan la distinción clara y segura De los altos, los medios, y los graves. Son tres en la figura; ' ' JV W- * VI. tjJjJUQ. flfl Pero si la ingeniosa Melopéa Tanto admira y recréa Solo entonando voces una á u n a , / ¿Qué no hará la metódica H a r m o n í a , Y algunas consonantes Quando muchas réuna, Q u e , si las f a l t a , ó sobra un semitono, Y forme la completa sinfonía? De diminutas, ó superfluas tienen No deleita con meras consonancias; El propio n o m b r e , y á trocarse Pues, felizmente o s a d a , y oportuna, Por aquella razón, en disonantes. / vienen, Aun suaviza las duras disonancias. No de otra suerte agrada en la Pintura VIT. Pero ya de estos simples agregados Junto al claro color la sombra o b s c u r a , D e voces que consuenan, ó disuenan, O en mesa regalada D o s , tres, ó más se juntan y e n c a d e n a n , La mezcla de lo amargo y dulce a g r a d a . Y de sus intervalos combinados D e las combinaciones Resultan mil harmónicas m i x t u r a s , Gratas y consonantes O compuestos, con nombre d e posturas. Que nacen del concurso d e dos sones, Y aunque de ellas gran parte Será la mas p e r f e d a y la priméra Debiera ser por sí d e s a p a c i b l e . L a de dos voces entre sí distantes Las previene, las cubre y salva el a r t e , Por intervalo de una octava entera. Con otras consonantes las e n l a z a , Despues sigue el sonido que se aparta Interpola y d i s f r a z a , D e otro una quinta; l u e g o el que una quarta Haciendo de esta suerte mas sensible, El que cuenta el espacio de tercera , Mas dulce y expresiva Yá m a y o r , yá m e n o r ; y \ e succede La salida ó cadencia succesiva. A q u e l , enfin, que g u a r d a la distancia ¡Quantas veces el canto simultaneo D e sexta, y que t a m b i é n admitir puede D e voces contrapuestas y d i s p e r s a s , D e m a y o r , ó menor la discrepancia. Con progreso mudable y m o m e n t á n e o , Sólo estas siete especies hai a c o r d e s ; Por sendas bien diversas Pues todas las restantes Va llevando el o i d o , Son falsas y discordes Inquieto al mismo tiempo y d i v e r t i d o ! y Como s e g u n d a , séptima,. t r í t o n o , x i U ^ Yá le promete una vulgar c a d e n c i a , De- Dexándole gozar la complacencia Sólo un principio natural sugiere; De que adivine; mas al fin le engaña Pues s i , quando se hiere Con distinta salida mas estraña: Una cuerda sonora, Yá la clausula evita i Con una suspensión artificiosa Su o ¿lava y q u i n t a , y su mayor tercera í Tiemblan con evidentes vibraciones, Resonando también aquellos sones; Que no parece estudio, sinó olvido: Yá su curiosidad y anhelo e x c i t a , Sin duda la Harmonía v e r d a d e r a , Retardándole el gusto a p e t e c i d o ; O perfe&a postura consonante O con cierta reserva misteriosa Es la que de estas voces se c o m p o n e ; flt' Ni Pero antes que el casual descubrimiento La final consonancia que le espera. O la curiosa observación mostrara Débil discurso humano ¡quién diría Esta derivación, que nos aclara Que mientras el oido fácilmente • Discierne bueno y malo en la Harmonía, N o descubre tu éxámen diligente La física virtud que las posturas Ya que Naturaleza nos impone Una lei tan estrecha y tan constante. aun quiere darle indicios de que infiera VIII. De la sonoridad el f u n d a m e n t o , ¿Quién negará que el hombre conocía A El placer de la acorde sinfonía? Hace apacibles, ó convierte en duras,' Aquella Ninfa que en el mismo tono Si es propiedad interna del sonido, A Narciso las voces r e p e t í a , Si es costumbre, ó capricho del o i d o , Ficción fué que provino El juicio filosófico lo d u d a ; D e la idéa real del" unisono. Y acaso de saberlo tánto dista Dos páxaros que el canto peregrino Como de penetrar por qué al olfato Unían por instinto, ó por a c a s o r Agrada mas la rosa que la Y un concertado paso ruda, Formaban de intervalos consonantes, Y por qué á nuestra vista, r Mas que el pardo color, el verde es grato. L a experiencia hasta ahora • El exemplo del dúo y su dulzura » Dieron á los agrestes habitantes. ( i 6) Y aun éstos notarían, por v e n t u r a , El depravado gusto echó raíces: Cómo del riachuelo la corriente L a Música, la noble A r q u i t e c t u r a , Que entre guijas susurra bullicioso, Poesía, Retórica, y Y en el bosque frondoso E n un tiempo felices, Las ramas agitadas del a m b i e n t e , Con las letras humanas, Del cordero el b a l i d o , Las demás artes, y las ciencias todas, Del zángano el z u m b i d o , D e Griegas y Romanas Y de otros animales Se trocaron en Vándalas y Godas. Las infinitas voces naturales, Ningún asilo las quedó en la t i e r r a , Llegando á concurrir por accidente, Al ocio abandonada, á la injusticia, Causaban un r u i d o , Ignorancia,' c o d i c i a , Aunque á veces discorde, no molesto, Y furor insaciable de la Por lo alternado, vario y contrapuesto. Al cabo de una noche tan obscura Tal vez ésta sería Las amanece mas sereno d i a ; L a primera nocion de la H a r m o n í a , Y recobran á fuerza de cultura Que el canto simple transformó en compuesto - '• • v i.Jü ' i i ¿i Vi '' 4»' G r a n parte de su antigua lozanía. IX. Mas ¡ó fatal destino de las a r t e s , Pintura, guerra. La Pintura revive E n un Corregio, un Rafael de Urbino, Cuyo adelantamiento ha padecido Un Ticiano, un Velazquez y un Pusino: Siempre, y en todas p a r t e s , L a Arquitectura nuevo honor recibe Dura persecución, injusto olvido! D e un Paladio, de un Vínola, un H e r r e r a : Despues que Triunfa la Poesía con un T a s o , florecieron en A t é n a s , Despues que en Roma las fixó M e c é n a s , Un Míltoo, un Boileau, y un Garcilaso: ¡Quánto violaron sus antiguos fueros Y así llega también la feliz era Mil bárbaras naciones E n que Guido Aretino De indóciles Guerreros D a nuevo ser al arte mas divino, Nacidos en las Articas regiones! E introduce su g a m a , £ Que • (i3) Que siete siglos cuenta ya d e f a m a : Afortunado invento * • -• - - Que desde entonces pasa Por época en los músicos anales; Y precursor del auge y ornamento De aquella facultad, sirvió de basa A las teóricas reglas inmortales De Zarlino, Salinas y T a r t i n i , R e m e a u , Cerone, Kírchér y Martini. Renació el contrapunto, Que ocultó la ignorancia, ó el descuido; Y á tan perfecto grado le h a subido D e las prácticas obras el c o n j u n t o , Que k) pondera un silencioso pasmo Aun mejor que el poético entusiasmo. X. P e r o , al fin, la Harmonía y Melodía Faltando del compás la s i m e t r í a , Son modificaciones del sonido , Que solo constituyen una p a r t e De las dos varias que contiene el arte. El t i e m p o , de mil suertes dividido, Es quien al canto, solo, ó concertado, Da expresa cantidad, alma y sentido; Pues duración conmensurable tiene La voz en qualquier grado D e elevación, ó gravedad que s u e n e : (i9) Y aun quando ella carezca D e fixa entonación y claro a c e n t o , E s preciso obedezca A una justa medida y movimiento. Así el t a m b o r , aunque del bronco parche Un destemplando estrépito d e s p i d a , Hace que á tiempo igual la tropa m a r c h e , Y lo tardo, ó veloz del paso mida. Así t a m b i é n , batiendo Con ímpetu alternado el yunque fuerte Tres martillos, producen tal e s t r u e n d o , Q u e , aunque mal entonado, Nos llaman la atención, y nos divierte Sólo con el golpéo acompasado. Sin duda porque el tiempo bien medido A la Música da tanta energía, L a escuela de Pitágoras decía Que era el compás v a r ó n , hembra el sonido. Nace de este dichoso maridage L a harmónica y melódica belleza; Y como el buen dibuxo al colorido, O el buen metro al poético l e n g u a g e , Así el compás espíritu y viveza Infunde á todo músico pasage. XI. La proporcion del tiempo se origina D e la misma que al número conviene; Pues (20) Pues si éste par ó impar se d e t e r m i n a , Sesenta y quatro veces r e p e t i d a , El compás solo tiene f Es igual en valor á la primera. y ^ >j w . .. J Dimension yá binaria, yá t e r n a r i a : Todas, enfin, al paso que padecen Y aunque por una práctica arbitraria Del tiempo en la demora algún descuento, Compases diferentes se introducen, En el número c r e c e n ; A dos géneros simples se reducen:- Y de la duración el detrimento El uno cuyo tiempo es. p a r , ó doble,. Compensan y subsanan (Pues en dos movimientos se divide) Con lo que así. multiplicadas ganan. Y que hoi se llama el mas- perfecto y noble 5 El otro que partido en tres se mide,, XII. Mas ¿qué figura, l a r g a , ó diminuta,. Desigual, imperfecto y claudicante:: Señalando á las voces Y en ambos con rigor se subdivide Una medida cierta y absoluta,. La duración de cada breve instante-. Puede: hacerlas pausadas T ó veloces Con siete c a r a c t e r e s , distinguidos. E n un g r a d a invariable y positivo? Sólo por su color, ó su figura,. Ninguna;" pues la nota sólo observa El arte nos indica quanto debe Valor proporcional y respectivo Prolongarse el valor d e los sonidos- AL impulso mas tardo,- ó mas activo La nota principal, y Que en el compás se toma y se conserva.. que más d u r a , . ( L l a m a d a semibreve ) A esta diversidad de movimientos Todo un compás de qua t r o tiempos llenan Sirven de norma y guía Y por su fixa detención se ordena Ciertos aires ya rápidos, yá lentos - , La serie de las varias cantidades,, Con los quales el tiempo, sin que altere' Duraciones precisas, ó valores« L o esencial de su ritmo y simetría, De las- notas menores, Mas dilación, ó mas presteza adquiere. Que se van abreviando por mitades, Así tal vez hallándose una nave Y con tal progresión y tal medida,. Que la nota postrera,. Ya del puerto á la vista, Sabe el Piloto que una milla d i s t a ; Se- Pero m (22) • ' Aquel aire y exacto movimiento Pero el tiempo no sabe Que las desmaya, ó las infunde aliento; Que para navegaría se requiere; Muchas veces conviene que insinúe Pues según sople el viento f u e r t e , ó suave, Con las esperas y las pausas tanto Hará que se r e t a r d e , ó se acelere; Como expresar pudiera con el canto. Y nunca habrá por eso hasta la orilla Imitando el enérgico artificio Mas ni ménos espacio que una milla. Con que el Griego Timántes L a Italia, que á los signos musicales Al pintar de Ifigenia el sacrificio, Leyes y nombres en su idioma ha puesto, Con L a r g o , Adagio, Andante, Alegro y Presto Distingue los cinco aires principales. Despues que en las figuras circunstantes Del dolor agotó las expresiones, Quiso indicar del Padre el desconsuelo, G r a v e , espacioso y lánguido el primero; Cubriéndole el semblante con un velo; Ménos tardo el segundo, y r e p o s a d o ; L a Música también con suspensiones, Con moderado espíritu el tercero; Usa un estilo enfático y sublime, El quarto, v i v o , alegre y agitado; Que perdiera en hablar lo que suprime. Y el q u i n t o , que veloz se p r e c i p i t a , Pero silencios hai de dos maneras; Y mas que la c a r r e r a , el vuelo imita. E n t r e estos cinco suelen los modernos Unos tienen tan breves d u r a c i o n e s , Inxerir otros aires subalternos, Que el nombre se les da de aspiraciones; Otros, que duran cláusulas enteras, Que en el c o m p á s , ó dilatado, ó b r e v e , Se suelen distinguir con el de e s p e r a s : Tan sólo causan diferencia leve, Quales son el L a r g u e t o , Y como á notas vivas e q u i v a l e n , Prestísimo, Andantino y Alegreto. Logran en el compás justa c a b i d a ; XIII. N o basta, enfin, al Músico que mida Y es fuerza las igualen E n el v o l o r , el aire, y la medida. Las harmónicas frases XIV. Según las dos especies de compases; Con estas oportunas reticencias Que sus porciones mínimas divida El tiempo adquiere variedad y g r a c i a ; Con variedad de notas; y Y el sonido padece gradúe intercadencias Y Aquel • (-24) Que le dan gallardía y eficacia. Mas ¡quan en vano usar estos ARGUMENTO primores, D E L Y otros no ménos útiles, intenta C A N T O SEGUNDO. El que no experimenta Los suaves movimientos interiores x Expresión musical. Que en un pecho sensible Debe causar la Música apacible! ¡ Dichoso el que se inclina A tal placer por su nativo genio, Un noble y oven diestrísímo en la Música, en trage pastoril,y se introduce dis- Y h e r m a n a n d o la ciencia y el ingenio, frazado Del arte los prodigios e x á m i n a , los Pastores de la Arcadia, Proporciones recónditas calcula, dad la gracia de la Zagala Sus móbiles y causas e s p e c u l a , mosura y esquivez, como por su afición á la Música. Y,- enfin, de ellas deduce Salicio y Criséa, que ya se complace en ser su L a teórica doctrina Que después á la práctica reduce,' discípula, su bitento; con el nombre de Salicio, deseoso de ganar con su le pregunta en qué consiste la expresión y cómo se representan y excitan con ella las afedlosy E n el Mayo sereno, de la Pastora en un razonamiento didáctico, Se complace en salir al campo ameno, do lo principal materia. I. pasiones humanas. Salicio satisface de esta dilatada expresión y mocion de los afectos. Los obsequios mas gratos y sencillos! ciones y pasiones puede excitar Quien goza este recréo, y de él se a g r a d a , ellas en agradables y desagradables, Quien funda en él su estudio, es quien traslada dos principios instrumento De los afectos varios el a c e n t o , Y habla á los corazones El idioma genial de las pasiones. Logra musical, sensaciones, la curiosidad que abraza to- Eficacia que por sí solo tiene el tono u acento para la Con que la ofrecen dulces xilguerillos Al papel, ó al harmónico habili- Criséa, tan conocida por su her- ¡Dichoso aquel q u e , quando asoma el alba Y oír la acorde salv^ entre mas natural II. Qué especies de sensa- la Música. III. División de según se originan de los Deleite y Dolor. IV. La alegría primera y sensación, que se expresa con el canto: prácticas para la Música de esta especie. V. Calma y quilidad del espíritu ;y carácter F reglas tran- de la Música con que se ex- (-24) Que le dan gallardía y eficacia. Mas ¡quan en vano usar estos ARGUMENTO primores, D E L Y otros no ménos útiles, intenta C A N T O SEGUNDO. El que no experimenta Los suaves movimientos interiores x Expresión musical. Que en un pecho sensible Debe causar la Música apacible! ¡ Dichoso el que se inclina A tal placer por su nativo genio, Un noble y oven diestrísímo en la Música, en trage pastoril,y se introduce dis- Y h e r m a n a n d o la ciencia y el ingenio, frazado Del arte los prodigios e x á m i n a , los Pastores de la Arcadia, Proporciones recónditas calcula, dad la gracia de la Zagala Sus móbiles y causas e s p e c u l a , mosura y esquivez, como por su afición á la Música. Y,- enfin, de ellas deduce Salicio y Criséa, que ya se complace en ser su L a teórica doctrina Que después á la práctica reduce,' discípula, su bitento; con el nombre de Salicio, deseoso de ganar con su le pregunta en qué consiste la expresión y cómo se representan y excitan con ella las afedlosy E n el Mayo sereno, de la Pastora en un razonamiento didáctico, Se complace en salir al campo ameno, do lo principal materia. I. pasiones humanas. Salicio satisface de esta dilatada expresión y mocion de los afectos. Los obsequios mas gratos y sencillos! ciones y pasiones puede excitar Quien goza este recréo, y de él se a g r a d a , ellas en agradables y desagradables, Quien funda en él su estudio, es quien traslada dos principios instrumento De los afectos varios el a c e n t o , Y habla á los corazones El idioma genial de las pasiones. Logra musical, sensaciones, la curiosidad que abraza to- Eficacia que por sí solo tiene el tono u acento para la Con que la o/recen dulces xilguerillos Al papel, ó al harmónico habili- Criséa, tan conocida por su her- ¡Dichoso aquel q u e , quando asoma el alba Y oír la acorde salva entre mas natural II. Qué especies de sensa- la Música. III. División de según se originan de los Deleite y Dolor. IV. La alegría primera y sensación, que se expresa con el canto: prácticas para la Música de esta especie. V. Calma y quilidad del espíritu ;y carácter F reglas tran- de la Música con que se ex- expresa esta situación, no menos que las imágenes aféelos tiernos que de ella nacen, clemencia, la blandura, del campo, VII. le especies de tristeza marcial y DE que dilatan el cora- que le oprimen. Quatro sica para expresarlas. VIII. La ira, y qué Música viene. IX. El terror,y Música tétrica que le imita. X. Con- EXPRESAR MOVERLAS LAS INTERNAS TAMBIEN, EL SUAVE SENSACIONES, ARTE Salido. SABE? / ~~ » CANTO SEGUNDO. la con- . E : LA •: ií i . i'J - -lo '..Y n la mas deliciosa Y mas poblada aldea D e la feliz Arcadia residía JK .% * . , Y COMO LA MÚSICA di- ,y medios de que se vale la Mú- clusion del discurso del Pastor MUSICA, MAS ¿QUIEN corresponde. zon, se siguen las desagradables vfí LA la inocencia , el placer de la vida A las sensaciones agradables ferentes y como el amor sereno, la el descanso, el sueño, &c. V I . Valor heroico ,y qué Música gratas, L a Zagala Criséa, ft j v :atvuim Que asi como de hermosa • . Se llevaba entre mil la p r i m a c í a , También por desdeñosa i.r.j.'.Lo'.tm vjv. ol Ganó justa opinion y nombradía. Con tal delicadeza D e oido la crió N a t u r a l e z a , Y alma la dió tan d ó c i l , é inclinada TV V , &..H. o . : «ofeforiCI .III A sentir de la Música el e n c a n t o , tMhw Que en toda aquella rústica morada -kh\ m> u Sólo algúnos Pastores Diestros en el tañido y en el canto ua iftivt i . i . - t t t m "i .V . s n v ; '• -a li'/uUlfi Osaban aspirar á sus favores. Pero quiso el destino n. LA Que á la gentil Serrana Viese expresa esta situación, no menos que las imágenes aféelos tiernos que de ella nacen, clemencia, la blandura, del campo, VII. le especies de tristeza marcial y corresponde. zon, se siguen las desagradables que dilatan el cora- que le oprimen. Quatro VIII. La ira, y qué Música viene. IX. El terror,y Música tétrica que le imita. X. Con- SUAVE DE SENSACIONES, EXPRESAR MOVERLAS LAS INTERNAS TAMBIEN, EL ARTE Salido. SABE? / ~~ » CANTO SEGUNDO. la con- . E LA •: ií i . i'J - Yo '..Y n la mas deliciosa Y mas poblada aldea D e la feliz Arcadia residía JK .% L a Zagala Criséa, j v :atvuim ft * . , M A S ¿ Q U I E N COMO LA MÚSICA Y ,y medios de que se vale la Mú- clusion del discurso del Pastor MUSICA, di- sica para expresarlas. vfí LA la inocencia , el placer de la vida A las sensaciones agradables ferentes y como el amor sereno, la el descanso, el sueño, &c. V I . Valor heroico ,y qué Música gratas, Que asi como de hermosa • . Se llevaba entre mil la p r i m a c í a , También por desdeñosa i.r.j.'.Lo'.tm vjv. ol Ganó justa opinion y nombradía. Con tal delicadeza D e oido la crió N a t u r a l e z a , Y alma la dió tan d ó c i l , é inclinada TV V , Q.JÍ. o «ofeforiCI .III -kh\ A sentir de la Música el e n c a n t o , tMhw ^ u n Que en toda aquella rústica morada . i• m> u Sólo algúnos Pastores Diestros en el tañido y en el canto u a iftivt i . i . - t f t m "i .V . s n v ; '• -a li'/uUlfi Osaban aspirar á sus favores. Pero quiso el destino n. LA Que á la gentil Serrana Viese (23) Viese un Mancebo principal, vecino D e una ciudad c e r c a n a , ^ * . (*9) Chirimías, dulzainas y cornetas. L E l , enfin, distribuye Dotado de viveza y gallardía, A cada qual su p a r t e ; Y Músico extremado, á quien un dia E n el pronto manejo los instruye; La afición á la caza Y en el difícil arte Por entre aquellas selvas conducía. D e unirse con a c i e r t o , Apenas de la Ninfa se apasiona, Formando el mas unánime concierto. En trage pastoril ya se disfraza;' Salicio, qual caudillo, dirigía: Ya sólo aspira á merecer su a g r a d o ; Salicio en agradable poesía Ya la patria abandona; Tal vez les inventaba las canciones; Dexa su nombre, toma el de Salicio. Y del metro á las varias expresiones En sus ágiles dedos confiado , Apropiaba la acorde sinfonía. Y en su halagüeña v o z , nuevo exercicio E r a su alegre orquesta Nueva mancion e l i g e , y [nuevo estado. En aquellos confines Con la harmonía extraña El alma de los públicos festines; Que resonar solía en la cabaña Ni en toda la Del forastero, á divulgarse empieza Se consagraban ya solemnidades La fama de su ingenio y su destreza. E n honor de las rústicas D e i d a d e s , Concurren los Z a g a l e s , Sin que en torno del ara Que oyéndole se admiran y suspenden, El coro de Salicio resonara. Y nuevos tonos de Salicio aprenden. Mil veces á las puertas de Criséa El los raros secretos musicales, El fruto recogió de su taréa Discreto como a f a b l e , les explica ; Con una repentina serenata; Perficiona despues , y dulcifica Y mil veces la i n g r a t a , Sus rabeles groseros, Al dulce sueño dulces treguas d a n d o , Albogues, Cornamusas y trompetas, Humildes caramillos y . p a n d e r o s , Y floresta Dexó por escucharla, el lecho blando. . Venturoso Pastor que de esta suerte (i4) Calmar pudiste el ceño » Efectos que se sienten y practican Del mas hermoso y mas tirano dueño! Mejor que se exáminan y se explican. Ya la tierna Criséa se divierte Mas ¿qué no emprenderá quien fiel te adora? E n aprender las reglas de tu escuela; ¡Felice y o , si, qual te agrada el a r t e , Y con su grata voz y su vihuela - Mi enseñanza también puede a g r a d a r t e ! Quiere honrar las tonadas Por ti mismo compuestas y ensayadas. I. Un d i a , en fin, quando á la fresca sombra Aun sin llevar medido movimiento, Ambos yacian en la verde a l f o m b r a , Ni sujetarse á riguroso c a n t o , Lugar el mas remoto Tiene en el alma nuestra Del pastoril bullicio, Tan activo p o d e r , dominio tanto. Ella curiosa preguntó á Salicio, Que persuade y conmueve E n qué v i r t u d , ó misterioso arcano De un modo natural, fácil y breve. L a impresión consistía Con é l , aunque palabras todavía Que en su ánimo causaba la h a r m o n í a ; No pueda articular el tierno infante, Y con qué arbitrios el ingenio humano Dolor expresa, enojo, ú alegría, Inventaba sonoras expresiones Y el h o m b r e , aunque se vea Para pintar imágenes tan v i v a s , En la región mas bárbara y d i s t a n t e , Y las alternativas El lenguage ignorando enteramente, D e encontrados afectos y pasiones. Explica si deséa , á responder empieza; Y las Ninfas del r i o , Que aquel sitio sombrío Fertilizaba con su lento curso, Sacando de las aguas la c a b e z a , Le oyeron pronunciar este discurso. La continua experiencia nos demuestra Que el tono ú el acento, D e los robustos árboles de un soto El desde luego (iS) Mándasme r e f e r i r , bella P a s t o r a , Si e s p e r a , t e m e , se c o m p l a c e , ó siente. ) no J Quando una P l a z a , en fin, ó coliséo nuai A De los que en las ciudades populosas M Son público r e c r é o , nfi-iD Retumba con mil voces tumultuosas, Bien Bien que no se perciba W , „ (33) Repetición , o súbita mudanza , ' Palabra alguna clara y decisiva, Claro y obscuro , e s f u e r z o , ú desaliento. También suele indicar el mero acento Quando una imagen se nos da del llanto, Si está el pueblo gustoso, ó descontento. No sabe el colorido Pues ¡quánto mas vigor y persuasiva Imitar el sollozo, ni el gemido El tono adquirirá, siempre que toma Qual suelen imitarse con el canto. Numerosos vocablos de un idioma T a m p o c o éste las lágrimas Con que exprimir los íntimos afectos! Qual figurarlas puede la Pintura : D e esta causa nacieron los efectos Y así cada arte ni lo expresa todo , Que en los antiguos Griegos producía N i lo puede expresar del mismo modo. figura L a mas sencilla y pura melodía: Efectos prodigiosos, III. Si á la imaginación por un instante Que yo mismo llamara fabulosos. Creer es permitido, la inconstante Si contigo no h a b l a r a , República de afeólos y pasiones Dócil C r i s é a , que por ti conoces Partida veo en dos contrarios bandos: Adonde llega la eficacia rara U n o , cuyos efectos, ó impresiones, D e las templadas y medidas voces. Son agradables, deliciosos, blandos; O t r o , que los produce II. Mas no siempre la Música presenta Un traslado perfecto turbulentos, Molestos, duros, ásperos, violentos: Y de estas dos facciones D e toda sensación, p a s i ó n , ó afecto Que el corazon humano experimenta. : El Deleite, el Dolor tienen los mandos. Obsérvalas el arte diligente, Con expresión mas señalada y propia Y á imitación sonora las adapta. Algunas de ellas copia Priméro con las cláusulas que entona E n que se halla c o n t r a s t e , Gran r a p i d e z , ó lánguida Diminución, ó a u m e n t o , movimiento, tardanza, El oido suspende y aficiona; Y este dulce soborno y aliciente Tanto su aprobación y gracia capta G Que, Q u e , al fin, libre y (34) patente La entrada al corazon le proporciona. (35) Propio de la burlesca pantomima, Que al buen h u m o r , y aun á la risa anima. • • En cántico sujeto á leyes tales IV. Desde luego la imágen placentera Se me presenta ya de la alegría. La música harmofiía, Ufanos los mortales Sus hazañas y glorias preconizan, Se excitan en sus fiestas y recréos, Su mas leal y antigua c o m p a ñ e r a , Para obsequiarla, elige Y de sus esperanzas y deséos E l venturoso logro solemnizan. Modo m a y o r , brillante y decisivo, Un compás señalado, un aire vivo: Por la gama diatónica dirige Mas que por la cromática las v o c e s , Haciéndolas resueltas y flexibles; > V. fcv -- i ' - .. Con no ménos poder nos embelesa La Música, si expresa Aquella situación feliz de un alma Que goza p a z , serenidad y calma. Y ántes sonidos fuertes y veloces Entonces el estilo Que delicados y durables usa. E n que suele explicarse la alegría, Empléa frases c o r t a s , perceptibles: Se copia en algo, en múcho se varía. Prolixas pausas con cuidado escusa: Ya es el aire mas lento, mas tranquilo, La alegre melodía Como el Adagio, el moderado A n d a n t e ; D e la parte que canta No mui obscuro el tono, ni brillante; Acompaña con varia sinfonía; Sin que el canto se aleje demasiado Y aun la adorna con pasos de g a r g a n t a , De su primera y natural escala ; Que á una bizarra execucion convienen. Ni difícil, estraño y complicado Adequados la vienen Olvide la expresión, y sólo ostente Los juguetes festivos y graciosos, Artificioso lucimiento y g a l a : Compuestos de pasages caprichosos Al contrario, lo fácil é inocente, E n el estilo c ó m i c o , parlante., Lo sencillo y lo claro Con un compás cimétrico y s a l t a n t e , " Preferir debe á lo confuso y raro. Pide Pide acompañamiento (37) Espíritu m a r c i a l , noble osadía Que á media voz le ayude y le sostenga, Y pundonor que incita á grandes hechos? D e disonancias ásperas se a b s t e n g a , De magestuosa harmónica alegría Y siga su designio, fin, ó intento Animada oigo ya la sinfonía, Con igual y uniforme m o v i m i e n t o ; E n un modo m a y o r , tono brillante , Pues la monotonía repetida Y compás no a r b i t r a r i o , Ai sosiego y descanso nos convida» Sino siempre binario, Este es aquel dulcísono concento Sujeto á un aire serio y a r r o g a n t e , Llamado por los sabios E u f o n í a , Qual es el justo y mesurado Andante. Que retrata á la humana fantasía Sus notas firmes, claras y distintas Mil imágenes gratas y risueñasr Suenan, por lo c o m ú n , acompañadas D e un recíproco amor las halagüeñas, D e octavas y de quintas,. Las constantes caricias ; Y mayores terceras,. De la campestre vida las delicias; Posturas señaladas, L a amistad, la clemencia, la b l a n d u r a v Nerviosas, varoniles y guerreras. Y la quietud de una conciencia pura. Uniendo á la expresión la simetría, D e dos en dos ordena sus compases;. Su dibuxo y colores Reserven la Estatuaria y la Pintura Y usa cortos periodos, 6 frases Para objetos reales y exteriores: Para que en la memoria del o y e n t e Guarden la Poesía y la Eloqüencia Pueda la dominante melodía De voces y figuras la afluencia Desde luego imprimirse fácilmente. Para idéas, discursos, descripciones;. Estudie afeminados Mas ¿quien como la Música süave Sonidos del cromático sistema De expresar las internas sensaciones, Quien tierno llore, quien cobarde t e m a r Y moverlas- también e l arte sabe ? Del canto los primores delicados O VI. X OÍliO, ¿Quien mejor que ella infunde en nuestros pechos Espí- Y lozanos adornos execute Quien sereno disfrute , . (39) Las voces obscurece y debilita: Los regalados gustos del reposo; Que al heroe belicoso Tal vez por semitono las d e g r a d a ; Sólo ha de sonar bien aquel acento Que da v a l o r , que anuncia el vencimiento. Tal vez con el profundo y tardo canto Y con largos silencios nos traslada La imágen del quebranto VII. A las composiciones Que suele ocasionar un dolor fuerte: Dulces (ó amabilísima Criséa) Leve d e s m a y o , grave parasismo Con cuyas agradables impresiones Figurar sabe, y aun el trance mismo El ánimo se ensancha y se r e c r é a , De la estrecha agonía y de la muerte. E n eficacia y variedad no ceden Mas si al abatimiento Las que oprimirle y angustiarle pueden. De un pecho melancólico no atiende, ¡Con quánta propiedad, con qué viveza Y tan solo pretende E n un modo m e n o r , y un tono obscuro Ponderar lo cruel de su t o r m e n t o , La Música nos pinta la tristeza! Ya la harmonía Aumenta y fortifica, ' Y para obrar efecto mas seguro, Interpolando alguna disonancia ¡Con qué elección prudente y exquisita Que casi los oidos mortifica; El género cromático prefiere, Aunque ellos la aspereza y repugnancia «itóv Y al Adagio, ú al Largo se limita! Perdonan fácilmente, í ® N i apresura las notas, ni las hiere Si la expresión es justa y vehemente. Sueltas y duramente señaladas; Quando, por otra p a r t e , Antes bien, repasándolas ligadas , Quiero pintar llorosa la t r i s t e z a , E n patético estilo las suaviza, ¡Qué fecundos recursos tiene el a r t e ! Quando de unas en otras se desliza. Si hai algún corazon que á la terneza Y aun logra distinguir los diferentes No dió jamas c a b i d a , Géneros, caracteres y accidentes Resista y a , si puede, Que en la tristeza caben. Si la imita A aquella melodía que procede Lánguida y consternada, Con blanda entonación, interrumpida De „ . U W . De quiebros al suspiro semejantes, Pues la desgracia llora O que imitando flébiles gemidos, D e una insufrible ausencia, de una m u e r t e , Exclama con sonidos A T Altos y ^ O del rigor de una beldad impía; Excita compasion, auxilio implora penetrantes; Que en ellos largo tiempo se dilata; ^ E n la g u e r r a , el incendio y el n a u f r a g i o , L a ruina, ó el pestífero contagio. O repentinamente los remata Con lastimero a c e n t o , Como si la faltase ya el aliento. VIII. Y , enfin, quando al exceso de una pena Tal es la variedad y la riqueza Del concento sonoro. Corresponde agitado movimiento, y^ Pero qué? ¿su tesoro Nótese cómo el canto desordena D e elegancia se agota en la tristeza? Su natural compás. Yá vacilante N ó : que en otra pasión aun más se admira Contra tiempo m o d u l a ; Su copia de expresiones: en la ira. Yá las voces apénas articula, T a n diferentes son como sus raptos Formando aspiraciones. Palpitante Se atrasa, se a c e l e r a ; Los movimientos y sonidos aptos Para su imitación, cuya energía Los intervalos de su escala altera; Depende de una estraña m e l o d í a , Con sollozos se explica, con latidos, Y con ecos que salen oprimidos. , D e un gran contraste h a r m ó n i c o , v Y mezcla de cromático y diatónico. Así la mas alegre de las artes Inopinadamente el canto vario Exprime la tristeza de mil modos: Va alternando lo débil y lo f u e r t e , Y aun suele á veces réunirlos todos; L o agudo y grave. El modo se convierte Pues combinando harmoni'osas partes, E n m a y o r , en menor. Compás ternario Mezcla el abatimiento, Al binario succede, ó al contrario. La inquietud, el martirio y el lamento, Tal vez el aire propio, que es el Presto, Con que no de otra suerte M u e v e , que la poética E n Adagio, ú Andante se tronsforma: elegía; Pues í í i la modulación sigue la norma Del designio propuesto, • Bien sucede otro tatito (43) Pues yá en saltos veloces, En el progreso del humano c a n t o ; No ménos que violentos, se extravía Que aun á expresar los ímpetiis alcanza Del primitivo tono Del o d i o , de la indócil e n t e r e z a , Por los extremos de distantes voces; D e la discordia, zelos y venganza, Yá de un pasage lleno de harmonía Del temerario a r r o j o , y la fiereza. Transita de improviso al unisono, Simplificando así la melodía IX. Para que obre eficaz en el oido Con ménos confusión, y mas r u i d o ; T . O yá enfin, afectando el desentono Representarte el grado mas sublime Del arte musical imitativo, Si me olvidase ahora Que un arrebatamiento De aquel estilo enfático y activo D e cólera furiosa comunica •J-J UCI Al natural acento, Que los efectos del terror exprime. Paréceme que escucho ya el acento Súbitas disonancias multiplica. T a r d o , titubeante, convulsivo; Voces lentas y o b s c u r a s , Helarse el curso de la sangre siento, O rápidas y c l a r a s , Discordantes posturas, Mas no pudiera y o , gentil Pastora Embargarse la voz intercadente, P£T Herizarse el cabello, y de repente.... Modulaciones contrapuestas, r a r a s . Pero son ilusiones de la idéa. Suma desigualdad de movimiento, A h ! perdona mi e r r o r , tierna C r i s é a : Medios son con que el músico talento Enajenóme la materia propia. Nos retrata la ira N o soi aquí Pintor que al vivo copia N o sólo la r e t r a t a : nos la inspira. Temibles monstruos, hórridas visiones, T Y si por grados el humano pecho Ni trágico Poeta que estremece Pasa d e la impaciencia Exágerando tétricas pasiones: A la s a n a , al d e s p e c h ó , ;¡3 Al delirio, por fin, y á la d e m e n c i a , Soi un Maestro que tranquilo ofrece Un doctrinal resúmen Bien ' . ' (44) De lo que puede c o n el arte el numen. Aquel modo menor que significa Todo el afan que e n la tristeza c a b e , Si se transporta á diapasón mas g r a v e , Miedo, pasmo y horror también explica. El aire universal debe ser l e n t o , Como de cada nota el movimiento„ Siempre que alguna causa inesperada Nuevos motivos de terror no a ñ a d a , Que requieran impulso mas violento. N i se ha de señalar con demasía El golpe del c o m p á s , porque no es justo Observar estudiada simetría El lúgubre c a r á f t e r , y el h o r r e n d o : Este pide por sí confuso estruendo; Aquél los ecos débiles del piano , Que imitan sordo estrépito lejano. Así el silencio de la noche obscura , Del árido desierto la a s p e r e z a , O el retiro, la sombra y la tristeza Del valle y la espesura; El asombro, p a v o r , remordimiento Del malhechor c r u e l , sanguinolento, Que pálidas fantasmas se figura; El tedio de la v i d a ; el doloroso Aspeólo de miserias y de m a l e s ; La muerte y aparatos f u n e r a l e s , E n la turbada agitación del susto. Todos d i d a n al Músico ingenioso Bien al contrario, el caprichoso gusto Varios estilos de expresivo canto Contratiempos e m p l e a , y suspensiones. Que agradar saben con el mismo espanto. Haciendo que alternadas se subsigan Figuras de diversas duraciones , Que sin orden se sueltan, ó se ligan. La voz, por otra p a r t e , á los disones Del género cromático r e c u r r e ; Y usa á menudo entonación p r o f u n d a : La orquesta en báxos igualmente a b u n d a ; Jamas en glosas frivolas incurre: Sólo el t r i n o , y el trémulo m o r d e n t e . Para expresar la conmócion, consiente. Y no siempre es debido que confunda X. Mas y o , Ninfa a d o r a d a , ¿porqué abuso D e la atención que á mi discurso prestas? Quizá indiscreto f u i , quizá difuso E n hablarte de músicas funestas. N o fueron ellas, n ó , las que me han hecho Conquistador de ese tirano p e c h o ; Antes bien la a p a c i b l e , La tierna melodía Fué quien de duro le trocó en sensible. A mi rabel esta fortuna d e b o ; Y no le trocaría D E L CANTO T E R C E R O . Por la dorada cítara de Febo. ¡Quan feliz y durable Desde ahora s e r á , quan envidiable D i g n i d a d y usos de la M ú s i c a ; D e nuestras voces y almas la harmonía y e s p e c i a l m e n t e el q u e t i e n e en el t e m p l o . Si me permites que ose Llamarme tuyo al fin, llamarte mia!» * " 4 • 1 > ' - Así dixo Saticio; Y la bella Zagala sonrióse. Introducción de este Canto. I. Exposición El cariño mas sincero y propicio prerogativas del arte músico; y división de sus varios usos Se divisó pintado en su semblante: en quatro clases, E n el del fino amante el teatro, Se asomaba la dulce confianza; Y ajenos de artificio, D e s d e n , olvido, z e l o s , ó m u d a n z a , Se encaminan gozosos á la aldéa Salicio juntamente y su Criséa. considerándole general empleado en el templo , en en la sociedad, y en la soledad ó II. La Música de las retiro. usada en el templo por naciones antiguas y modernas. III. Carácter del canto llano. IV. Carácter canto figurado. dades V . Carácter del del canto de órgano. VI. Cali- de las voces humanas que componen el coro eclesiás- tico. VII. De los instrumentos usados en él, y principaímen• te del órgano. VIII. De los géneros lan en el templo, las cantadas, como alegre, villancicos del Rei; insinuando que constituyen deprecatorio, y oratorios. gunos famosos Compositores ción de una oposicion, de Música que se esti- Españoles antiguos. de paso quúles son las \ la buena execucion instrumental. i'iiiiVíiia y IX. Nómbranse según hoi se pra&ica tación á los Jóvenes aplicados á la triste; de al- Descrip- en la capilla circunstancias X. Exhor- Música. 09 ©tó3 A mi rabel esta fortuna d e b o ; Y no le trocaría D E L CANTO T E R C E R O . Por la dorada cítara de Febo. ¡Quan feliz y durable Desde ahora s e r á , quan envidiable D i g n i d a d y usos de la M ú s i c a ; D e nuestras voces y almas la harmonía y e s p e c i a l m e n t e el q u e t i e n e en el t e m p l o . Si me permites que ose Llamarme tuyo al fin, llamarte mía!»» * " 4 • 1 > ' - Así dixo Saticio; Y la bella Zagala sonrióse. Introducción de este Canto. I. Exposición El cariño mas sincero y propicio prerogativas del arte músico; y división de sus varios usos Se divisó pintado en su semblante: en quatro clases, E n el del fino amante el teatro, Se asomaba la dulce confianza; Y ajenos de artificio, D e s d e n , olvido, z e l o s , ó m u d a n z a , Se encaminan gozosos á la aldéa Salicio juntamente y su Criséa. considerándole general empleado en el templo , en en la sociedad, y en la soledad ó II. La Música de las retiro. usada en el templo por naciones antiguas y modernas. III. Carácter del canto llano. IV. Carácter canto figurado. dades V . Carácter del del canto de órgano. VI. Cali- de las voces humanas que componen el coro eclesiás- tico. VII. De los instrumentos usados en él, y principaímen• te del órgano. VIII. De los géneros lan en el templo, las cantadas, como alegre, villancicos del Rei; insinuando que constituyen deprecatorio, y oratorios. gunos famosos Compositores ción de una oposicion, de Música que se esti- Españoles antiguos. de paso qitáles son las \ la buena execucion instrumental. i'iiiiVíiia y IX. Nómbranse según hoi se pra&ica tación á los Jóvenes aplicados á la triste; de al- Descrip- en la capilla circunstancias X. Exhor- Música. 09 ©tó3 Que impuso la sagaz Naturaleza LA MUSICA, E n t r e todo viviente y la harmonía. ¿ Acaso limitó su dulce imperio OFRENDA Y H A C E A LA SACRIFICIO RELIGIÓN A una sola nación á un siglo solo? DE SUS E N E L USO D E VOCES E * INVENTOS Del uno al otro polo INSTRUMENTOS. Uno y otro hemisferio CANTO TERCERO. Vasallage la r i n d e n , y en la historia Se pierde por antigua su memoria. Aun antes que invención humana fuera , "V Osotros, Ó Censores Innato don de los mortales e r a , Orgullosos y a d u s t o s , Como el de la palabra; Jueces tan insensibles como injustos, Pues si hallamos tal vez fiero habitante Q u e el tesoro de músicos primores Que la tierra no l a b r a , Sólo miráis como recréo f ú t i l , Que no p i n t a , ni esculpe, ni edifica, Humilde profesion, y ciencia inútil, No e s c r i b e , n i . n a v e g a , ni trafica, Si acaso no os contiene ¿ E n dónde le hallaremos que no c a n t e ? E l fundado temor de que condene ¿ Q u é rústico ignorante E l orbe entero vuestro juicio v a n o , Sus fáciles canciones no acompaña Y abatir presumís un exercicio Sin que reglas le den para que t a ñ a ? E n que el ingenio y corazon humano ¿ Que niño no serena Hallan deleite unido al a r t i f i c i o , Las lágrimas y el c e ñ o , Aprended en mis versos O no concilia el sueño Quál es su dignidad y usos diversos. 1 Al son de la uniforme - cantilena ? Y enfin¿ porqué con hombres a t e s t i g u o , I. Bien cifrarse podría Si los mismos quadrúpedos, los p e c e s , L a calificación de su nobleza Si aun los inseétos viles tantas veces Sólo en aquella estrecha simpatía Indicio nos Que han dado nada ambiguo 2 ' (So) D e que los embelesan D e aquellas antiquísimas naciones, Los tonos de la Música suaves; N i lo es en las m o d e r n a s , el aprecio Y la tienen las aves Con que la han distinguido • E n t r e las mas ilustres profesiones. Mas que mera afición, pues la profesan? Este sublime honor la era debido Pero aunque la admirable melodía ' | A la Naturaleza no debiera Por ingeniosa, por amena y v a r i a , Tan alta aprobación y patrocinio, Y aun por útil también y necesaria; L a sabia antigüedad defendería Pues si al hombre es precisa y conveniente A todo el que la estudia y la venera. L a diversión h o n e s t a , Sujetos al dominio ¿Qual pudiera elegir mas inocente? * D e las gratas cadencias musicales La de*Baco, D i a n a , y el Dios ciego Los Príncipes supremos , N o pocas veces cuesta Legisladores, fuertes G e n e r a l e s , L a salud, ó la f a m a , ó el sosiego: Y severos Filósofos veremos. Nos cansa el b a i l e , nos destruye el j u e g o ; Veremos que la Grecia E l músico placer ni mortifica, Al insigne Temístocles desprecia, N i ocasiona inquietud, ni perjudica; Porque ignora el manejo Alimenta el ingenio, D e la lira: que S ó c r a t e s , ya v i e j o , Al mismo entendimiento satisface , Los rudimentos de pulsarla a p r e n d e : La fantasía e x c i t a , y al fin, hace Que sus afanes bélicos suspende Sensible el corazon , \ o c i l el genio. El Hijo de Peléo ¡Felices los que gocen Para bailar en la cítara r e c r é o : Las delicias de este a r t e , si conocen Y nombre de divina á competencia Los bienes que él encierra!... Mas ya admiro Recibe aquella ciencia E n t r e sus principales usos, quatro: De Babilonios, P e r s a s , C h i n o s , Tirios, E n el t e m p l o , en el público t e a t r o , E g i p c i o s , C e l t a s , Arabes y Asirios. E n sociedad p r i v a d a , en el retiro. N o fué capricho necio A mayor canto a s p i r o ; De , (S3) Y t ú , pueblo escogido, Y ya el nuevo a r g u m e n t o . Parece que me infunde nuevo aliento. D e santa Religion perfeéto e x e m p l o . También de santa Música lo has sido. IT. Pues ¿quién de la harmonía D e Salomon en el inmenso templo Que conviene al Santuario Al acorde ruido Pintar el artificio emprendería D e címbalos, k i n o r e s , Sin un impulso casi t e m e r a r i o ? H a z u r e s , y nebeles, ¿Quien citar los antiguos exemplares Unido á centenares de C a n t o r e s . De pueblos infinitos A Jehová rendiste obsequios Que la honraron cercana á los altares ? Hoi e^te culto mismo Dieron con ella á los solemnes ritos I m i t 5 % l fervoroso Christianismo, Autoridad las Religiones todas , Que instrumentos y v $ : e s En Consagra al Redentor que desconoces» fiestas, natalicios, f u n e r a l e s , Sacrificios y b o d a s , fieles. Ufe BIOÏ O implorando en los males III. L a s piedades del C i e l o , ovsi i v -oifi&isS D e los t r e s cantos que á este fin e m p l é a » E l que se dice l l a n o , O aplaudiendo sus bienes y favores y Coral, ó Gregoriano, Y pregonando con ardiente zelo E s por su magestad el m a s conforme D e su gloria y grandeza los loores. A u i W t g r a d o l u g a r , y se solfea Así en M é m p h i s con tímpanoSPy sistros Con melodía s i m p l e ^ uniforme. A Osíris celebraban sus Por intervalos fáciles procede Ministros; Con sus harpas al Sol los Magos Persas Que séan entre sí poco distantes? Los adustos Bracmanes á la A u r o r a ; Y consentir no puede Y con la unión sonora Figuras en valor desemejantes. \ D e flautas y de cítaras diversas De la propia manera Tantas naciones á los Dioses G r i e g o s La natural escala Ofrecían sus cánticos y ruegos. Del género diatónico n o a l t e r a ; V • . -iguala, , (54) Y el1 movimiento V. . (55) Quantas combinaciones Por establecimiento necesario, Caben en la harmonía y melodía, Con la medida del Compás T a n t a s el canto de órgano binario. permite. Sólo de aires varía Allí la sinfonía Según pide lo clásico del d i a : Instrumental• con la vocal c o m p i t e : Y pues á cinco se reducen t o d o s , Allí la sencillez del canto llano También de cinco modos Distintos grados de expresión • Son las festividades - adquiere, Sin que se le adultere A que aplica estas cinco variedades. Con todos los adornos del profano, E n f i n , su canturía Y ¿qué discurso humano D e los grados y límites del tono S u j e t J k á preceptos la Fundamental apénas se e x t r f v í a ; Que hace de ambos esrtlos diferencia? Y el perpetuo unísono N o es o b r a , n ó , del h o m b r e : le ilumina Sencillo y grave es toda su harmonía. Sin duda el mismo cielo sMr'•"' IV '" • o ^ <~" • A quien el canto sacro se destina; «• Y la imaginación, que le arrebata Pero otra n o v e d a d , otras licencias Tiene el canto que llaman prudencia Con remontado vuelo figurado; A los eternos y sublimes c o r o s , Y aunque siempre el dechado Del canto llano c o p i a , • Al vivo le retrata Con mas ornatos borda sus «mencias. Los conciertos sonoros Así las diferencias Que tal vez nos D e binario y ternario Con sus mudos colores la Pintura* A su compás a p r o p i a ; ¡ O divino f u r o r , mas verdadero Así también le parte de ordinario Que el que inspiraba á E n «otas de diversas duraciones, A Píndaro y Virgilio! Siguiendo de la letra el ritmo Sólo tú al gran Basilio, vario. figura Homero, Y á Juan el Damasceno en el O r i e n t e , (S6). A Ambrosio y á Gregorio en Occidente Toléranse mejor en el t e a t r o ; P e r o , como legítimas, el templo Dictaste graves cantos Sólo debe admitir aquellas quatro. Que resonaron en los templos santos. N i hallarán símil que tan bien le quadre VI. Mas como el hombre anhela novedades, Como el de una familia: el baxo es p a d r e , Y á la Música han dado las e d a d e s , E s anciano, que dándolas e x e m p l o , Si nó mas expresión, mas artificio, Con madurez las rige y las contiene: Ofrenda y sacrificio El juicioso t e n o r , á quien el nombre H a c e á la Religión de sus inventos De hijo mayor conviene, E n el uso de voces é instrumentos. E n gravedad le imita H a i , entre aquéllas, quatro principales Con I n m o d e r a c i ó n propia de un h o m b r e : D e diversos alcances, y Piérdela como joven el c o n t r a l t o ; totales: El tiple, yá p r i m e r o , yá s e g u n d o , Y semejante á un niño el t i p l e , ó a l t o , Este tres puntos mas que aquél p r o f u n d o ; Inquieto c o r r e , salta, juega y grita. E l contralto p e r f e c t o , que se extiende Exige la agradable unión del coro Tres grados mas a b a x o ; Que se guarde el carácter y decoro El tenor, que desciende Propio de cada voz. Quien los o l v i d a , Todavía otros tres;" y al fin el b a x o ; Quien sin causa las f u e r z a , y las invierte, Siendo todos los puntos veinte y siete Y e r r a , no de otra suerte Desde el mas grave al mas agudo Que el Escritor que de observar no cuida tono, Y excluyéndose de ellos el falsete. Las varias E n t r e el baxo j ^ t e n o r canta el b a x e t e , Que inseparables son de las e d a d e s ; Llamado barítono: Pues en esta familia el desgobierno Hai tiple y hai tenor a c o n t r a l t a d o ; Se introduce, si el baxo c o n t r a l t é a , Contralto atenorado, y a t i p l a d o ; O el tiple tenoréa, Sin que precisas en el canto séan Y no se impide que los hijos roben Las voces que á este modo bastardéan. El oficio paterno, To- propiedades K (58) Y el padre se desmande como jóven. VII. Los instrumentos que á la voz auxilian» . , (59) Acumular posturas puede el c l a v e ; Mas las voces en él no se sostienen. Y con ella se alternan y concilian, El o b o é , trompa y Son en la mayor parte seculares; Dando todo el valor á las M a s del templo hai algunos peculiares, N o permiten harmónicas posturas. C o m o el harpa y b a x o n , que h a reservada Los instrumentos de arco algunas t i e n e n , E l uso para el cántico sagrado. Y prolongan los sones, C a d a qual un elogio me debiera * * Pero con limitados diapasones; Si toda la atención no me llamara Pues no hai tiple en violon, ni en Aquél á quien ninguno se c o m p a r a » aunque resuenen figuras, contrabaxo, N i en la viola ó violin perfecto baxo. 4 El árgano es el único instrumento Q u e por noble y perfect^ Desde remotos siglos se v e n e r a , flauta, ' Q u e en ventajas excefie A los varios de c u e r d a , á los de aliento v Y que para el santuario ha sido electo. E l ó r g a n o , en e f e c t o . Y en todos ellos transformarse puede. D e b i ó aplicarse á fin tan s o b e r a n o J Así con fabulosa alegoría C o m o obra superior del arte h u m i n o . Pintaron los antiguos á P r o t é o , L a s voces de una orquesta numerosa Q u e en g i g a n t e , ó p i g m é o , Se compendian en é l , ba.xo la mano. E n p e z , en a v e , en flor se convertía. D e un solo Executor.. La magestuosa* VIII. L a a l e g r e , ó melancólica harmonía De las humanas voces naturales C a b e en aquella máquina grandiosa Y las instrumentales Con que todo se e x p r e s a , y se varía Se forma aquella masa de h a r m o n í a , E n tono yá ruidoso y corpulento, Q u e usada qual se d e b e , Ya apagado y suave, D e tres modos los ánimos conmueve; Suelto, ligado, presuroso, lento, Pues yá alegre en un h i m n o , en una Gloria Desde lo mas agudo á lo mas grav^. Los ánimos exálta y vivifica; Acth O y á deprecatoria (6o) En los tiernos motetes edifica; ¡Con quánto zelo expendes tus O lamentable , enfin , nos entristece , E n proteger insignes Profesores! Como en aquellos trenos del Profeta Y Que de Sion la ruina compadece. E n tu devoto gremio se procura Y aun tal vez a y u d a d o del Poeta Que inventa letras en vulgar idioma, caudales ¡con quánto r i g o r , pulso y cordura L a acertada elección de Executores! Bien señaladamente lo acredita La libertad el Músico se toma E l solemne y severo De amenizar algún sagrado asunto Instrumental éxárnen Con ingenioso y v a r i o contrapunto; A que se expone en público certámen E introduce en el t e m p l a Quien ganar solicita C a n t a d a s , villancicos y o r a t o r i o s . En la capilla del Monarca Ibero Cuyos diversos géneros contemplo Merecido lugar. Alli presiden Como al c a n t a eclesiástico accesorios; Cinco peritos Jueces que deciden, Pues aunque en él por gala se p e r m i t a n . Formándose auditorio numeroso Siempre el estilo teatral imitan» Del mero Aficionado, « IX. , «r» v Mas e n t r e las naciones Del docto P r o f e s o r , y del Curioso. P r i m é r o , estimulada Que por varios caminos Del honor que las a r t e s a l i m e n t a , Del arte apuran hoi las invenciones Cada ingenioso Tocador ostenta Empleadas en cánticos d i v i n o s , Su habilidad con obra de pensado. ¡ O quánto sobresales , Aun á pesar del reverente susto Antigua Iglesia Que aquel lugar i n f u n d e , HispanaI N o es ya mi c a n t o , n ó , quien te celebra Y que á los mas intrépidos confunde , Sino las mismas obras inmortales Se admira la agradable competencia D e Patino , R o l d a n , García„ Viana , D e la expresión, la agilidad y el gusto. De Guerrero, Victoria, Ruiz, Morales, Reiinese en el órgano la ciencia De Líteres, San J u a n , Duron y N'ebra» D e la docta harmonía 1 . Los caracteres mira (^3) Con la graciosa y varia fantasía ; t E n instrumentos de a r c o , el tono claro D e la sonata cuyo estilo ignora. ( D o n tan indispensable como r a r o ) Ya el justo plazo e x p i r a : Con el de herir la cuerda Ya calla el c i r c o : suena el instrumento; Sin que suene m a d e r a , p e z , ni c e r d a ; Y el musical juzgado observa atento. Y apláudese, por fin, en los de aliento Mas si al congreso todo L a firme embocadura, Agrada y embelesa La El arduo desempeño de la empresa, flexibilidad, y la b l a n d u r a , Que nada embidian al humano acento. Pero aquel tribunal no sólo exige L e inquieta y sobresalta en algún m o d o ; Porque la diestra execucion requiere Que cada qual aspire al lucimiento Tal firmeza y a c i e r t o , que al oido Con la sonata que á su arbitrio e l i g e , N o se puede obligar á que tolere Sino que en otra nueva L a corrección mas leve en un descuido. Hace de todos repentina prueba. Nunca el Pintor sus obras a v e n t u r a , E n el crítico d i a , en el instante . , Si antes con libertad no las r e t o c a : Que á los Competidores se s e ñ a l a , El mas sabio O r a d o r , si por v e n t u r a , D e reclusión les sirve una gran s a l a , Pronunciando un vocablo, se equivoca, . D e la palestra música d i s t a n t e ; Sin vergüenza se enmienda al mismo instante Y asi llegar no puede Y aun el vulgo concede A oidos del que allí su turno espera A l Cómico licencia semejante. N i aun el eco siquiera Sólo gozar no puede D e IOÍ. pasos que toca el que precede. E s t e común permiso. Por su orden cada uno se presenta. Quien toca de pensado, ú de improviso. Aunque el grave concurso le intimide, ¡Tan fácil es caer en desagrado También la honrada emulación le alienta Del sentido mas pronto y delicado! Y entanto que un relox puntual le mide La duodécima parte de una hora, Los rígidos Censores que allí votan D e cada Opositor las culpas o o t a a ; («S) Si el aliento le f a l t a , A s p i r a d , con tan faustos exemplares , Si el arco se r e t a r d a , t i e m b l a , ó s a l t a ; Al laurel, ó Mancebos estudiosos; Si un poco desafina, ó si convierte Y haced que del humilde Manzanáres E n suelto lo l i g a d o , en piano el fuerte. Séan el Po y el Tiber envidiosos. Y aun con tan serio y repetido éxámen A exponer no se atreven su d i c t a m e n , El mismo que algún dia al Reino Hesperio Ilustrará con su glorioso imperio, Mientras el Profesor no manifiesta Igual manejo en la completa orquesta. Sí: CARLOS os. p r o t e x e , y os estima; Y aunque noble no fuese la carrera ¡Con qué discernimiento Que seguís, él por sí la ennobleciera, Juzgan allí los prácticos del arte Quién desempeña con primor su p a r t e , Quién de la unión de todas cuida atento* Quien da á los aires justo movimiento Con mas s e g u r i d a d , ó mas soltura, Mas expresión, espíritu, ó c o r d u r a ! Y si en la posesion del instrumento Su esmerada destreza se e x á m i n a , Mientras del arte de mandar que aprende Las taréas suspende, Y uniendo con el gusto la p e r i c i a , Sabe sentir la música delicia, El sonoro instrumento no d e s d e ñ a , Os d i r i g e , os a p l a u d e , y os enseña. Y si á los lados del paterno trono Hoi ve las ciencias y las artes bellas, También sobre la teórica doctrina Se les proponen sólidas qiiestiones, A que han de d a r fundadas soluciones : Porque en muchos la Música no Ved quan excelso Príncipe os anima: Quando de todas llegue á ser P a t r o n o , Hará lugar á la Harmonía entre ellas. es ciencia; Sí fruto de mecánica experiencia. 11® l&itl ••Twtfv/Yt.'Km '»S fe. ohrvii'io üb n n i X. Así el mas digno del honroso premio Con equidad se elige y con d e c o r o : Así prospera y sobresale el gremio D e los Instrumentistas de aquel coro. AR- IX. Expone algunas reglas concernientes al dúo, al terceto y al coro. X. Concluye nombrando varios célebres Autores de Música teatral. XI. Resume el Poeta parte de lo que en general supone haber oido a Jom'melli sobre la Opera cómica DEL CANTO QUARTO. ó burlesca, y sobre la Música de los bailes. XII. pele el mismo Poeta, Uso de la Música en el teatro. demostrando zuela y de la Tonadilla Española, tos abusos que en esta se van Proposicion aceptación y notando, de la general de las representaciones teatrales; II. Defensa introduciendo. r\ c b ' q r x i s b Bol - V y ne- ... de la Opera ó • . Melodrama. Figúrase una fantasía al célebre Compositor Nicolás Jommelli, llega á los campos Elisios , donde varios antiguos Griegos y Latinos, y otros de siglos posteriores que les explique el estado dias. V. Jommelli de la Música empieza teatral que Músicos la orquesta. que los Compositores uno sin mas acompañamiento VIII. Da noticia - ' ' ! . •*' f OlUrVi f » £> - , . « 3 r ' : ¡ í-ib . : • : . i •R-'jqooj 2CC¡-;L-ÍJii?.;.r g o . ' .; • - )I ,t> ooítótvne , * - ' ! S 7 ' ¡."óooáUfla w i y « yJnaiz een^qi f de las arias, de los defectos en que suelen incurrir de ellas, • "''. v. " . . . ... . . ¿• : , £JÍb3m OÍ « u t í r íbflUMI b j i advierte especies de recitado: parte í:i i^."i-• VI. Trata luelas dos indicando .. b i d d ^ en nuestros algunos abusos mas generales de ella. VII. Explica otro con orquesta. • •"> - ' ' , . 0 5 n . 0 le instan á que llaman obertura; y baxos,y • í:[ oh dando una idea de los distintos géneros de la Opera; y describe go de la sinfonía teatral, $ Metastasio. poética, en que se introduce Napolitano 5 . , oT.ou-i ob Esidífiovl III. Su origen, y su renovación; y la gran par- te que en ella ha tenido el insigne Poeta Zar- por fin, cier- de este Canto. I. Razones en que se funda la cesidad de la Música en ellas. IV. el carácter Interrúm- cavatina. IX. Oíóií>d'13 ,Á los y bace mención de las dos especies de arias que se conocen con los nombres de rondó y noX'stoa h 1 •; e « ' (68) o LA * MUSICA, (69) . Sin temer sus amargas consequencias; Y todos con afan buscan el medio D e desechar la languidez, y el tedio. JOVMELLI DE DEL ANTE ESTA S U E R T E MÚSICO EL GRAVÍSIMO EL CARACTER TEATRO, Y su CONGRESO Pero entre las civiles distracciones EXPONÍA Dignas de los curiosos racionales, Las representaciones teatrales PROGRESO. Son las que del ingenio y los sentidos CANTO QUARTO. Los deleites ofrecen reunidos. Así logran Melpómene y T a l í a , Servidas de las artes á p o r f í a . C e l e b r é de la Música el empléo E n el culto del Númen Tantos sequaces en los pueblos cultos. sacrosanto; Yá expresan con la dulce Poesía Y a , sirviendo á los h o m b r e s de recréo Del alma los afectos mas ocultos; E n el teatro público, la canto. Yá las dá la sublime Arquitectura S i , del cielo ministra s o b e r a n a . Escena en que brillar con aparato. Allá cumplió su obligación p r i m e r a , L a gallarda Pintura Aquí se nos h u m a n a , Con el vistoso ornato Y á nuestros pasatiempos coopera. D e las mas adequadas mutaciones Ayuda á las poéticas I. El h o m b r e , á la v e r d a d , no de otra suerte ficciones; Y con ellas la Danza Que sintiendo, ó p e n s a n d o , se divierte; Las suyas, no inferiores, interpola. Pues si el entendimiento no m e d i t a , Pero i q u á l de estas artes por sí s o l a , U ocioso el corazon, apénas s i e n t e , Sin tu dichosa a l i a n z a , Ceden á una tristeza displicente. O inmortal H a r m o n í a , Por eso hai quien ansioso se exercita Avasallar los ánimos podría ? E n especulaciones Tú las realzas, las animas t o d a s , D e las profundas, ó agradables ciencias; Y á mil varios estilos te acomodas Por eso hai quien se entrega á las pasiones Sin . (?o) E n aquel espectáculo ingenioso D e modo se cautiva y enajena, Que á la Italia moderna da mas fama Que ya no dificulta Que dar pudo á la antigua el de su coso. Perdonar la ficción y el artificio. «'. II. • - • •. Lejos, lejos de aquí todo el que llama Por sacar la verdad que en él se • oculta. Y ¿porqué la razón, s i , en beneficio Monstrüosa invención al M e l o d r a m a , D e los sentidos, contentarse puede Y que con sus legítimos Con ménos propiedad en el lenguage, primores Tal vez confunde injusto Decoración y t r a g e , Los bastardos errores Igual perdón al canto no concede? Que adoptar suele un depravado gusto.... ¿No merecen los versos por ventura Pero qué? Los Cantores Que la ley del estilo se quebrante, Son acaso los únicos que ofenden f Y múchos desde el sabio al ignorante La ilusión teatral, cuya observancia Pospongan la verdad á la dulzura? El Cómico y el Trágico pretenden? Pues cedan las austeras reflexiones A h ! que en todos es vana la arrogancia Al musical deleite. Las pasiones, D e esperar que las meras apariencias Las imágenes vivas, Valgan como reales evidencias! Que el metro sabe hacer tan expresivas, Sabe el Expectador que aquella estancia, N u e v a expresión con la harmonía adquieran. T e m p l o , calle, j a r d i n , b o s q u e , ó marina , Las artes, quando empeñan y p e r s u a d e n , Q u e por un breve instante le h a l u c i n a , Logran su fin; y puesto que se esmeran Es un pintado lienzo: que no hablaban E n mover y a g r a d a r , muevan y agraden. Español ni Toscano Semíramis, Aquíles,.ni T r a j a n o ; Y que en prosa, nó en verso, se explicaban III. Mas si de las palabras con él canto Sabe, por fin, que es falsa pedrería El enlace perfecto E n los pechos sensibles manda t á n t o , La que adorna á los Heroes de la escena- No le basta que inspire un solo a f e c t o ; Y con todo, Su dócil fantasía Puede y debe inspirar muchos segundos, ' (7-2) Alternados, diversos, Y de la serie de una acción nacidas, Según los lances prósperos, ó adversos. D e ,este hallazgo los dramas se originan Que Operas comunmente denominan. O h ! quién pudiera trasladarse ahora Al siglo de la Grecia floreciente: ) (73) . Quedaron úna de otra independientes, Hasta que, al cabo, la fecunda vena D e modernos ingenios ha sabido Unirlas á lo ménos en la escena, Porque cobre el oido Gran parte de un derecho ya perdido. Ponderar á qué grado Al siglo en que la Música sonora D e novedad , de p o m p a , Compañera tan útil y freqüente Delicadeza, dignidad y lustre E r a de las dramáticas acciones! EJ drama musical se ve exáltado, N o mienten las antiguas tradiciones: N o pide ménos que la heroica trompa Su representación era cantada, Y suave lira, Metastasio ilustre, Conforme á los acentos de un idioma Que á su perpetuo honor has consagrado. Digno de la nación mas delicada. ¡Dichoso y o , si acaso mis preceptos Tuvo en un tiempo la zelosa Roma Un corto auxilio procurar pudiesen El lauro de imitarla en este punto, Para que alguna vez quando se expresen Aunque con la forzosa diferencia Tus sublimes conceptos Que hai de un original á su trasunto. Y tu limado estilo con el c a n t o , Mas del gusto la triste decadencia, Si no se acierte, no se yerre t a n t o ! E n la edad posterior, nuestros oidos Dexó de tal manera entorpecidos, IV. Así exclamaba y o ; mas confundido Que se formaron lenguas ménos varias, Entre serios discursos que el empeño Y algunas á la Música contrarias. De tan amplia materia me o f r e c í a , El verso fué perdiendo su harmonía, A un lento sueño me sentí rendido, Y y a , en vez de c a n t a r s e , se leía. Que acaso, mas que s u e ñ o , E n f i n , como dos artes diferentes, Fué rapto de agitada fantasía. Música y Poesía Creí que en un reciato delicioso, M Como (74) , Gomo aquél que la antigua Poesía itreuQ np £JÍ*H Llamó campos Elisios (venturoso Albergue de almas justas y eminentes) ibón oG Insignes Griegos Músicos veía, , ' (75) . Y advierte en cada estilo perfecciones« O censura defeétos principales. V. „ N o dudéis, C o m p a ñ e r o s , les decía, Latinos, y de siglos mas recientes Que si España nos da práctico exemplo Otros diversos que la fama a l a b a ; De la grandiosa Música del' t e m p l o ; Y que mi buena suerte Si de la instrumental hoi se gloría Tan justamente el Alemán I m p e r i o ; Allí me trasladó, quando llegaba V U A aquel eterno suelo El célebre J o m m e l l i c u y a muerte A Nápoles dexaba sin consuelo. Y Francia honor merece Quando con libros teóricos nos g u í a ; •• ••• ^ Del musical teatro el magisterio Véole prontamente rodeado A la ingeniosa Italia pertenece. ' D e sabia y numerosa concurrencia , V Sí; porque e n el pais en que ántes hubo Que mostraba impaciente sus deséos República severa D e saber el estado Que nuestra ciencia t u v o , Que la harmónica ciencia A influxos de C a t ó n , en vilipendio, Hoi tiene en los teatros Eurapéos. Ya un plausible espectáculo prospera Los ancianos le atienden, y se instruyen D e los progresos últimos del a r t e , Que de la ciencia misma es el compendio. Oi¡ ió E n él hallan lugar de la tragedia Mientras é l , explicando cada parte Los nobles pensamientos y pasiones, D e las que el Melodrama constituyen y O del lírico estilo las canciones, D e la moderna orquesta O la jocosidad de la c o m e d i a , L a calidad y unión les manifiesta; a M Describe especies varias 1H A D e sinfonías, recitados, a r i a s , D ú o s , coros, y sones Apropiados á bailes teatrales jv o.- -J_> " De la elegía el fúnebre l a m e n t o , O de musa bucólica el acento. Seguid mi narración; y o )JC¡i>J 3 íuO; figuráos Que entráis al coliséo. Si compuesta D e instrumentos tan varios véis la orquesta Espe- (76) Esperaréis: que de ellos, por ventura, c> Sólo resulte algún confuso cahos. (77) , Con ellos se completa la h a r m o n í a ; Pero se les añaden los d e a l i e n t o , Mas resonando ya la sinfonía, Yá porque den mas cuerpo y valentía Que en el teatro llaman obertura, Al acompañamiento, E n todos hallaréis analogía, Yá porque en intervalos se introduzcan, Acorde proporcion, orden constante. Y unidos, solos, ó alternados luzcan. Ved cómo se confía á los violines Patético el o b o é , la flauta s u a v e , L a parte principal ó dominante: Penetrante el clarín, el f a g o t g r a v e , Cómo del arte los mas arduos fines tvQ. J : r Saben desempeñar con quatro cuerdas Y animosa la trompa se combinan. _ ... M "tf<f (f|<! f l I f t R f n i EfMl'O i 6 Clarinetes marciales Dóciles al impulso de las cerdas. Añaden los modernos; y abominan Dos clases forman siempre: los priméros, El uso de timbales, Para mas expresión, brillan por alto; Cuyo estruendo i m p o r t u n o , Y á lei de inseparables compañeros Aclarando el compás Los ayudan é imitan los segundos La melodía o f u s c a , y no consiente E n tonos comunmente mas profundos. Grata hermandad, con instrumento alguno. groseramente, Mas aunque entre el concurso diferente La v i o l a , que hace veces de contralto, Y los llenos harmónicos a n i m a , D e artificiales v o c e s , u n obscuro Con voz mas corpulenta, E c o del clave sólo se percibe, Mediando en la distancia que se cuenta E l . domina la o r q u e s t a , la prescribe Del violin al violon, los aproxima. De su igualdad el método s e g u r o , O (I Este de aquél es el perfeéto b a x o , Y media entre la viola y contrabaxo. NÚ ÍJCL nU |Cf!31 La a v i v a , ó la r e p r i m e , la sostiene, Y aun expresión la infunde que él no tiene. Así quatró instrumentos qué se exceden Tál suele en el. ardor de una contienda E n el t a m a ñ o , aunque es igual su forma, L a sola voz del Capitán e x p e r t o , Imitando la norma . h; D e las voces humanas, se succeden. (Aunque en vano 1 ui'j ) M.r i Sí Con V/ pretenda Ser entre el fiero estrépito, escuchada ) Dar (78) Dar al Soldado espíritu y a c i e r t o , Siendo el Caudillo quien por todos r i ñ e , Bien que su propia espada E n la enemiga sangre no se tiñe. (79) N o pasa del oído, y le ensordece. Otros en ella resumir intentan » Los pasages diversos . Que se hallan en la Opera dispersos: Diligencia pueril que en vano ostentan; VI. De ese conjunto harmónico el efecto Porque la imitación no causa a g r a d o , No solamente debe Si ántes no se conoce lo imitado. Aplacar el bullicio d e la p l e b e , N o así el Maestro sólido y p r u d e n t e , Sinó mover también algún a f e c t o , Que la atención concilia del O y e n t e , O alguna imágen a n u n c i a r , no agena Y su ánimo .dispone D e la que ofrece la primera escena. P a r a la situación que se propone MUÍ pocos evitamos la censura Quando empieza el dramático discurso. D e haber distribuido la obertura D e Théon el Pintor sigue la i d é a , E n tres partes de estilo d i f e r e n t e , Que debiendo mostrar á un gran concurso Y ninguna tal vez correspondiente L a tabla en que un intrépido Soldado Al principio del d r a m a , ; E n acto de correr á ía pelea «jffj ísinnfi fT«-!r¡i¡ii" / ( Abuso indigno de su antigua f a m a . ) Había felizmente retratado* D e un magestuoso Alegro precedido Hizo tocar primero Un moderado A n d a n t e , Cierta composicion de aire g u e r r e r o : Y seguido de un Presto tumultuoso, Inspiró á todos bélico h e r o í s m o , Tiempo há que de preámbulo h a servido Y la cortina alzó de su pintura. A las quexas del triste N a u f r a g a n t e , N o de otra suerte, en el instante mismo A los extremos de un Galan dichoso, Que el velo teatral d e s a p a r e c e , Al c o m b a t e , - a l solemne sacrificio, L a impresión que ha causado la obertura» Al festivo banquete, y al suplicio. Del Actor los designios favorece. Algunos se contentan Con una introducción q u e nada ofrece, VIL Ya la orquesta enmudece i O 1. • (8o) El es quien habla ya. Su recitado, Del baxo solamente a c o m p a ñ a d o , ( Q u e es de la entonación el fundamento) Traslada las notables variaciones Del familiar acento; Mas le da señaladas inflexiones Según leyes de justa melodía, Sosteniendo las voces algún t a n t o : Y aunque por el compás siempre se guía Con cierta libertad casi le oculta; De que un estilo enérgico resulta Mas que declamación, ménos que canto. Expresión, nó difíciles primores Piden las cantilenas de esta clase; Y los que son del arte observadores Exigen que la v o z , humilde esclava De la N a t u r a l e z a , nunca pase Del preciso intervalo de una o c t a v a ; Pues quien así r e c i t a , •'(80 De la Oratoria musical, se infiere Quándo un hecho refiere E n mera descripción ó narrativa; Quándo un súbito afecto que le inflama Le obliga á interrumpirla; quando exclama O se a d m i r a , ó p r e g u n t a , ó reconviene, Se t u r b a , se resuelve, se detiene. Los acentos del verso bien m e d i d o , Y aun las gramaticales divisiones Que fixan de las frases el sentido, Se deben distinguir con suspensiones, Con mudanzas de tono accidentales, O con perfectas cláusulas finales. Y puesto que el sencillo recitado, Seguido en todo el d r a m a , cansaría, A veces, de instrumentos a y u d a d o , Pierde su natural monotonía. Aquél se adapta más á los coloquios; Este á los afectuosos soliloquios Los tonos del hablar mas bien imita. > En que el Actor á su pasión se entrega. ¿Y dudaréis que en tal espacio cabe Así exclama la hermosa Berenice, Con sus varias figuras la Eloqüencia, Que en lágrimas se a n e g a , Quando el Oyente mismo que no sabe Quando ya se La lengua en que la Opera está escrita, Que Demetrio infelice. Todas las diferencia Fiel á su P a d r e , se traspasa el pecho: Por la modulación y la cadencia? Así explica su a s o m b r o , su t e r n u r a , Si posée el Cantor la persuasiva Su desmayo, su h o r r o r , y su despecho: / figura (8a) Cuyos impulsos i m i t a r procura (83) Regulares descansos, transiciones, L a orquesta á sus palabras obediente, Y entra á suplir su falta quando c e s a ! Yá con un movimiento a c o m p a s a d o , L a orquesta cori el previo ritornelo O yá con un desorden aparente. VIII. Pero si e l • D e a i r e , c o m p á s , y tono da el modelo. Pero á veces conviene Personage ^ Que éntre la voz sin prevención alguna Hace una reflexión sobre su e s t a d o ; Como quando un afecto sobreviene Si nos quiere pintar con vehemencia E n que es la dilación inoportuna. Su afecto en breves rasgos compendiado; Si toma del r e t ó r i c o lenguage N i debe ser prolixo de tal ^iodo E n ritornelo, que lo a n u n c i e ^ j o d o ; Comparación, m e t á f o r a , ó sentencia, Q u e el vigor de la acción acaso enerve; Q u e , bien interpoladas, amenicen Y al atento auditorio no reserve Del drama las escenas importantes, El placfr de algún golpe inesperado, Canciones, ó elegantes Qual es mudar el t i e m p o , el a i r e , el t o n o , Estrofas suele u s a r , que arias se d i c e n : Pasar de la harmonía al unisono, ' E n q u e , miéntras la culta Poesía O convertir el canto en r e c i t a d o , D e sus metros el género v a r í a , O b i e n . . . . P e r o ¿qué emprendo? Y apura su m a y o r E n vano, Amigos, definir pretendo delicadeza, D e gala y de riqueza Ur.a composicion que en esta era Hacen alarde canto y sinfonía. Felizmente sus límites a m p l í a , El los suspensos ánimos p e n e t r a , Y con tal juicio y gusto se mejora, Procurando que sea de lá letra Que si sus gracias explicar Uno el sentido, mil las expresiones: Pienso que explicaría Ella ¡qué bien p r e p a r a , a y u d a , imita Todas las que la Música atesora: Las gratas invenciones Pues ya entre los ingenios Europeos Con que la humana voz nos embelesa! * " * . pudiera, Hai quien destierra abusos que algún día Pudieron deleitar: quien* los gorgéos; Mo- Molestísimámente (84) prolongad^ C 8 5 \ w* Y en ella el canto rematar debiera , E n las letras vocales, no permite Sin volver, quál se estila, á la p r i m e r a . Sino mili á su tiempo y moderados: Que ha de ser inferior en los conceptos, Qaien las repeticiones importunas Si se observan retóricos preceptos. D J m í i i m i s palabras siempre omite; Pues si repite algunas, * Mas quando los Poetas En la primera estancia ^ Sólo es en ciertas frases principales, Incluyen lo esencial del pensamiento. Y á lo s u m í , ' tres veces inmediatas. Aquella estancia misma en las arietas • Hai quiev tampoco at^oína los finales Que el C).a frivolos c a p r i c h o s , ó fermatas, Sirve de t e m a , ó principal i n t e n t o , E i q Repetido á manera de estribmb, la voz , preciada de instrumento nombre de;rondó deben á F r a n c i a , La expresión sacrifica al lucimiento, Y no ménos gracioso que sencillo. Y trocando las arias en sonatas," Con <Üfcse empieza; en. medio se interpola; Prefiere las licencias Y con él igualmente se termina. D e un difícil preludio- También la cavatina, A fáciles cadencias Que es aria breve de una parte .sola, Que dicta el corazon, y no el estudio. No poca gracia y sencillez requiere, Y a , enfin, hai quien se a p a r t e Como canción selecta que se inxiere D e aquella corruptela , E n lo mas delicado Autorizada por la antigua escuela, D e un tierno y expresivo recitado. D e dilatarse en la primera parte Del aria con mil réplicas ociosas, IX. Pero su entera perfección no adquiere Mil afectadas g l o s a s , La vocal melodía Y ceñir la segunda Sólo con la harmonía que la presta A un período b r e v e , y aun mezquino, L a artificial orquesta: Q.iando en ella lo noble y lo mas fino Tienen por sí las voces su harmonía DJI ingenio poético se f u n d a ; Nativa y peculiar, yá en el sonoro D u o , yá en el t e r c e t o , y á en el coro. (87) Cada qual por su rumbo diferente , Y aunque puedan los críticos Censores A la unidad de melodía aspiren, Con tal distribución, que mutuamente D a r por violado e l teatral decoro Quando entre dos N o se ofusquen, ó impidan, Actores N i del Oyente la atención dividan. Con igualdad el c a n t o s e ^ e p a r t e , Iguales son las reglas*que al terceto Y ambos las p r o p i a s voces articulan , Leyes impone el Prescriben los Maestros del t e a t r o : arte Iguales las exigen en el q u a t r o , Que hasta lo inverosímil disimulan. Que se supone y a coro c o m p l e t o , Mandan ellas que. el duo se destine A vivas y agitas Aun sin las otras voces que se agregan. si^ciones Mas la ilusión debida no quebrantan E n que un e x t r e m o de pasión domine , Los Actores que á veces se congregan, Y en que estraño -no séa que prorrumpan Los dos en unas mismas expresiones, S i e n d ^ u n a misma letra la que cantan • E n coros que la gloria Que hablen juntos los.dos, que se interrumpan. D e Númenes y de Heroes preconizan, * Tal suele ser la triste despedida O la felicidad de una victoria, Que precede á la m u e r t e , á la partida; O en que se solemnizan ** O la reconvención zelosa y t i e r n a , Públicas ceremonias y festines; Enojo, rompimiento, Pues quando destinada általes fines Y reconciliación 'de dos g a n t e s . Música harmon'iosa se executa, El diálogo es mas propio si se alterna; Ya estudiada por todos se reputa. •r Mas quando son del todo semejantes Sus palabras, un sabio documento X. Que no se canten á la par dispone, Que por aquestos fértiles confines Hasta que un personage las entone, Tendáis la vista: ios veréis poblados Y el ó t r o , prosiguiendo, las r e p i t a ; De Príncipes y antiguos Campeones Pues sólo así la .impropiedad se evita: Y sobre t o d o , aunque las parten giren - Sólo resta,, científicos Varones T No menos virtuosos que esforzados, • - Cada . » • * . « • * • • * - ' • Los Los quales al moderno Melodrama (89) Aquí dende ni elrgio i n t e u s i - c o . Tan duradera fama N i envidia r e i n a , ó nacional partido.»» (80) * Deben como á sus ínclitas acciones. XI. De Aquíles y Alexandro la memoria, La del pió T r o y a n o , Del músico t e a t r o , y su progreso. La de C i r o , C a t ó n , Tito y Adriano V i v e n , mas que en los bronces y en la historia M a s de aquel Corifeo la energía N o se concede á la rudeza m i a ; En las obras de Músicos divinos, ATAL/inuy) /UN<\ CU m n m i ? "? Que ó gozan e n ' l a fierra su m o r a d a , r N i puedo yo imitar el magisterio Con que á la descripción ¿ e l drama serio O ya de ésta mansi^p afortunada Añadió la del cómico y festivo: Lograron ser dignísimos vecinos: Que aunque á la misma norma G a l u p i , Vinel , Pergolese, L e o , • T r a j e t a , M a y o , C á f a r o , Piccini, D e canto y recitado se c o n f o r m a , Tiene por distintivo Cierta expresión El anciano* Saxon, N a u m a n , Sacchini, fluida, O naturalidad, cierta viveza Paesielo, Anfossi, y otros infinitos D e estilo que convida Que no sólo han sabido con primores Con la diversidad y la estrañeza; Agradar en sus músicos escritos, Admitiendo en los act^s por. finales Sino hacer agradables losterrores. Una serie de escenas principales Y t ú , inmortal Compositor de Alceste, Libremente compuesta D e coro y d ú o , de terceto y a r i a , De lfigenia, de Páris y de E l e n a , Cantor Germano del Cantor de T r a c i a , Según los. fines de la letra v a r i a , G l u c k , inventor sublime, por quien éste Y acompañada de continua orquesta. Será ya el sigío de oro de la escena, Por otra parte ¿quién acertaría Quando Europa te pierda por desgracia, A trasladar la general idéa T ú , de laurel perpetuo' coronado, Aquí hallarás asiento distinguido, . D e esta suerte el c a g c t e r exponía 9 H é n d e l , P ó r p o r a , Lulli, P e r e z , F e o , Jcmmelli ante el gravísimo ccrgreso Ac Oue despues ofreció de la harmanía 5 o Quan- (9o) Q i a n d o en el baile teatral se empléa? (9i) O ya con d ú o , coro y recitado: Si ántes aun la parlera Cuya mezcla, si acaso se condena, ' • Poesía Sin el auxilio musical no Disculpa d t b e hallar en la Española pudo Expresar vivamente las pasiones, Natural p r o n t i t u d , ¿ Q u é podrá el arte m u d o A una rápida acción, de lances llena, ^ E n que la recitada cantilena, Del gesto y las a c c i o n e s , . E s rémora tal vez que no le agrada. Si no se explica de ellas el sentido, Idioma que se entiende en todo clima, Y el compás que los justos movimientos c i v t>íns No sin placer estaba yo escuchan lo Tales razones, y otras m u c h a s , q u a n d o , Porque la acalorada fantasía Entonces ni aun dudar me permitía Si era todo verdad, ó ilusión era, Qaise á Jommelli hablar d<^ esta manera: Asi como en Italia has Y es hoi á veces una escena e n t e r a , A veces todo un a c t o , Puntual señala, y eficaz anima? XII. Hubieras olvidado, que ántes era Canzoneta vulgar, breve y^sencilla, O bien con el sinfónico ruido ió3 florecido, Según su duración y su artificio. Mas puesto q u e , con juicio Tan imparcial y e x á c t o , Roconociendo abusos Comunmente en las Operas intrusos. Ingenuo los declaras, Sin duda no callaras Muchos que en las tonadas se introducen, Cuerdo Censor, Maestro esclarecido, Y su carácter nacional deslucen; O h ! si en España Pues uno eleva tánto florecido ft Tampoco nuestra alegre tonadilla Bien séa con melódicos acentos, . fitti : acostumbrada hubieras! Digna mención pudieras El estilo en asuntos familiares, Haber hecho también de nuestro drama Q ie aun suele para rústicos cantares Que Zarzuela se í l a m a , D e heroicas arias usurpar el canto: En que el discurso hablado Otro le zurce vestidura estraña Yá con freqíientes arias se i n t e r p o l a , De retazos ni suyos, ni de E s p a ñ a , ^ <931 (92) Utro quiere con tránsito violento • ARGUMENTO Mudar cada momento D E L CANTO QUINTO. Mil diferentes clases D ¿ tonos, modos, aires y compases, D e suerte que el oído no consigue Uso d e la M ú s i c a en la sociedad p r i v a d a , Sonoridad que le deleite un r a t o , y e n la soledad. Y que no le confunda ni fatigue. Usan muchos t a m b i é n . . . . Mas yo insensato Aun iba á proseguir, si de mi mente Elogio No hubiese conocido el extravío, los que en ellas no guardan el debido silencio. 1. De la Mú- Al volver de mi sueño ú disvarío, sica vocal que la sociedad toma prestada Y' ver desvanecida de repente , aquellas Quando mas me empeñaba en mi discurso, pia de una sala. III. De la sonata, y del concierto. IV. Del D e Jommelli la imágen aparente, dúo, del trio, del quarteto, L a de aquella región, y aquel concurso. de la diversidad ¡Tal entusiasmo inspira de las Academias diversiones. de Música, II. Déla Música é invectiva del teatro para instrumental pro- y de la sinfonía. y estrañeza canse. Elogio de los Alemanes, trumental , y principalmente Así por ti se a r r o b a , así delira singular Q j i e n procura tu h o n o r , quien sabe a m a r t e , Música de baile usada en las concurrencias Quien tu* gracias contempla, y quien te admira. Necesidad para que no de la Música Tu mágica virtud, celestial arte! en la variedad V. en la Música, Autores del célebre Josepb de sus. composiciones. VII. Utilidad y deleite de la Música contra ins- Hay den, VI. De la particulares. en la soledad, res- pecto al que ignora el arte. VIII. T respecto al Inteligen- te. Descríbese Composi- tor á sus solas, el estudio observando los vicios que le conviene evi- tar , y las máximas IX. El Buen-gusto tritense tribución que debe hacer el buen que le dirigen al acierto. se aparece en la Real Academia de las Nobles Artes en el dia de una pública de premios, quando á la Pintura, Madis- Escultura, Ar- <931 (92) Utro quiere con tránsito violento • ARGUMENTO Mudar cada momento D E L CANTO QUINTO. Mil diferentes clases D ¿ tonos, modos, aires y compases, D e suerte que el oído no consigue Uso d e la M ú s i c a en la sociedad p r i v a d a , Sonoridad que le deleite un r a t o , y e n la soledad. Y que no le confunda ni fatigue. Usan muchos t a m b i é n . . . . Mas yo insensato Aun iba á proseguir, si de mi mente Elogio No hubiese conocido el extravío, los que en ellas no guardan el debido silencio. 1. De la Mú- Al volver de mi sueño ú disvarío, sica vocal que la sociedad toma prestada Y' ver desvanecida de repente , aquellas Quando mas me empeñaba en mi discurso, pia de una sala. III. De la sonata, y del concierto. IV. Del D e Jommelli la imágen aparente, dúo, del trio, del quarteto, L a de aquella región, y aquel concurso. de la diversidad ¡Tal entusiasmo inspira de las Academias diversiones. de Música, II. Déla Música é invectiva del teatro para instrumental pro- y de la sinfonía. y estrañeza canse. Elogio de los Alemanes, trumental , y principalmente Así por ti se a r r o b a , así delira singular Q j i e n procura tu h o n o r , quien sabe a m a r t e , Música de baile usada en las concurrencias Quien tu* gracias contempla, y quien te admira. Necesidad para que no de la Música Tu mágica virtud, celestial arte! en la variedad V. en la Música, Autores del célebre Josepb de sus. composiciones. VII. Utilidad y deleite de la Música contra ins- Hay den, VI. De la particulares. en la soledad, res- pecto al que ignora el arte. VIII. T respecto al Inteligen- te. Descríbese Composi- tor á sus solas, el estudio observando los vicios que le conviene evi- tar , y las máximas IX. El Buen-gusto tritense tribución que debe hacer el buen que le dirigen al acierto. se aparece en la Real Academia de las Nobles Artes en el dia de una pública de premios, quando á la Pintura, Madis- Escultura, Ar- Arquitectura y Grabado, gado la Poesía y la Eloqueada. tes el establecimiento fico ¿q Música; • que allí se retinen, se han agrePropene á todas estas de una Academia, y ellas, aplaudiendo tribuir cada una por su parte de su Hermana. 6 Cuerpo la idfa, cientí- ofrecen al adelantamiento LA Ar- y (95) MUSICA, CANTO QUINTO. cmton» ARTE NO M E N O S G R A T O Y fcO'Jti AL np Xú HOMBRE E N ; NECESARIO S O C I E D A D , Q U E AL SOLITARIO. también á mi verso algún renombre M e r e c e r á s , Humanidad benigna, Que para dar al hombre Recreación de sus potencias digna , , La amena sociedad instituíste, Seguro asilo de su vida triste. Tú de la dulce Música te vales Para estrechar la unión de los mortales: Sus costumbres suavizas, y su t r a t o ; Y alternar sabes el.descanso grato Con los serios afanes y negocios, Haciendo nobles y útiles sus ocios. Ni en fes ciudades, quando el cano hielo El curso de los rios e n t o r p e c e , Y el riguroso cielo Las inundadas tierras o b s c u r e c e ; N i en el campo feliz quanda franquéa El verde Mayo sus colmados bienes, O el Otoño fructífero rodea Arquitectura y Grabado, gado la Poesía y la Eloqueada. tes el establecimiento fico ¿s Música\ tribuir • que allí se retinen, se han agrePropene á todas estas de una Academia, y ellas, aplaudiendo cada una por su parte 6 Cuerpo faWa, ofrecen al adelantamiento y LA Ar- cientí- (95) MUSICA, CANTO QUINTO. cmhontr de su Hermana. ARTE NO M E N O S G R A T O Y fcO'Jti AL np Xú HOMBRE E N ; NECESARIO S O C I E D A D , Q U E AL SOLITARIO. también á mi verso algún renombre M e r e c e r á s , Humanidad benigna, Que para dar al hombre Recreación de sus potencias digna , , La amena sociedad instituíste, Seguro asilo de su vida triste. Tú de la dulce Música te vales Para estrechar la unión de los mortales: Sus costumbres suavizas, y su t r a t o ; Y alternar sabes el.descanso grato Con los serios afanes y negocios, Haciendo nobles y útiles sus ocios. Ni en fes ciudades, quando el cano hielo El curso de los rios e n t o r p e c e , Y el riguroso cielo Las inundadas tierras o b s c u r e c e ; N i en el campo feliz quanda franquéa El verde Mayo sus colmados bienes, O el Otoño fructífero rodea . (tf) • " (97) Al Labrador de p á m p a n o las sienes, Y de tábanos roncos el zumbido; Permites que sus varios regocijos Que á tal pena os sentencio Carezcan de instrumentos y de voces. E n nombre y desagravio No en vano reconoces D e Harpócrates: del Numen del silencio, Por los mas obedientes Que el índice extendiendo sobre el labio, Y por los mas amables de tus Hijos Ya la entrada os impide A los que en Academias se c o n g r e g a n , D e aquellas concurrencias que él preside. Donde á las inocentes P e r o , al ménos, sufrid que yo describa Delicias de la Música se entregan. Parte de ios primores y embeleso No ya "las populares, alabanzas De que á sí m i s m o , y á los ótros priva Del ruidoso teatro la concilias ; Quien contribuye á tan vulgar exceso. . Sí de honestas familias I. E n el privado gremio la afianzas n 'Z 2f. 'r 1 La urbana sociedad aficionada Del público teatro; mas prefiere Y vosotros, incómodos O y e n t e s , 1 D ú o s , arias, sublimes recitados cortesía A tercetos y coros complicados. Suplir la falta de afición d e b í a , ^ Lo mejor de las O p e r a s elige, No con vuestros coloquios imprudentes \ Siempre que un sano juicio la dirige; El sagrado violéis de la Harmonía. • • Aunque cediendo á veces Mientras celebran ótros Al ansia de captar aprobaciones Los Italianos dúos, De pervertidos j u e c e s , Las nuevas sinfonías A l e m a n a s , \ El fatal canto de nocturnos b u h o s , Se engaña en adoptar composiciones ^ Que propagan el vicio D e los nimios adornos y artificio. sanfT.jajt) g¿.r ,rw ¿s t 9 u p i o q Si impropios y afectados De encenagadas ranas „El ingrato graznido, i • La Música vocal t o m a r prestada Qual corresponde á un delicado estilo, Gozar debéis vosotros ..'! • A estas sonoras diversiones, quiere Mas atención, aplauso mas tranquilo, En quienes la discreta . , t. - Y P - - í- Son U (98) Solamente unos signos arbitrarios Son en ios personages de la escena Son de nuestras idéas y pasiones; Ya puestos en acción y apasionados; Pero el compás y acentos musicales , La razón algo ménos los condena Quaf signos naturales, E n la tranquilidad de los estrados, Tienen por sí virtud que no depende Donde no hai ilusión que se quebrante, D e la interpretación de las naciones, N i drama bien sujeto á lei constante. D e un c a p r i c h o , de un u s o , de un convenio Y o , con t o d o , agradar desearía Pues su valor se s a b e , y no se a p r e n d e , Al auditorio que cansado un d í a Y hablan al corazon mas que al ingenio. D e toda execucion e x t r a v a g a n t e . Así con expresión no articulada Compás y afinación sólo pidiera, L a instrumental sonoridad recréa. Y una expresión de afectos verdadera. Y como al hombre agrada , Estas son las tres Gracias naturales Que el canto h a dé h e r m a n a r ; y Gracias t a l e s , T o d o lo que es al hombre semejante , Que en el desnudo su beldad consiste, Su amor propio deséa Y las áféa más quien más las viste. Q u e el instrumento, si es posible, c a n t e : r » Al modo que prefiere en las pinturas II. Las humanas Así, pues, de tas obras teatrales figuras Casi perfecta copia A los paises, á los bellos f r u t o s , Ofrece una Academia d e ordinario En la parte vocal; p e r o , al c o n t r a r i o , Vistosas flores,7 Jy animados brutos. i. D e Artífice prolixo \a. destreza T i e n e , en la instrumental, Música p r o p i a , Admiración estéril a r r e b a t a ; Que auxilios de la. letra no m e n d i g a , Mas i cómo ha de e m p e ñ a r , si con viveza Que á no sentir su falta nos o b l i g a , Los afectos humanos no retrata? Y sin ella se atreve E s el moverlos principal objeto A mover los afectos que ella m u e v e : Q u e el Músico discreto, Porque, al fin, las dicciones Escribiendo, ú tocando , se propone: De los idiomas varios. : .- . . . - • So- .... .. E l segundo a d m i r a r ; y si pospone (IOi) 'CfOpW,* ¿onu sjhorfi£Ío3 A este segundo fin aquél primero ¡?xm j b . , Del arte olvida un respetable f u e r o ; Para un éxamen, c o m p e t e n c i a , ó prueba, Si bien, 'quando introduce, E n que igual fin, por lo c o m ú n , se lleva Oportunos y escasos, Con expresivos y agradables pasos nnsnuì onmT J. 3d Algunos en que luce La atrevida s o n a t a , y el concierto, De ostentar lo i n t r i c a d o , y lo admirable, Mas que lo perceptible y lo cantable. Pero si ambos tañidos se asimilan La agilidad difícil, n6 c o n f u s a , Porque en su canto el mismo plan estilan, El buen gusto aplaudirlos no r e h u s a ; Los acompañamientos que requieren Porque suspenso entonces el O y e n t e E n carácter y número difieren. Con Música ya e s t r a ñ a , ya sencilla, Aquél un baxo solamente e x i g e , A un mismo tiempo siente Que entonación y movimiento Doble impresión: placer y marabilla OTIC. y fixe: • . Este la variedad de orquesta p l e n a . Que propone el i n t e n t o , III. R a r a vez á tan útil documento Q u e en ciertos pasos con vigor resuena Se arreglan las sonatas, en que b r i l l a , Q u e en otros acompaña al instrumento, Del baxo a c o m p a ñ a d o , un instrumento. Y le dexa lucir de quando en quando, ¿ Quándo no las expuso mri gíU A una acumulación de impropiedades '4 eo! A El arraigado abuso Los solos y los ; llenos alternando. r ' lonc •¿ v . . IV. El duo á la sonata y al concierto D e querer superar dificultades? Cede en lo aventurado del acierto, ¿Quándo el Executor quiso prudente Siendo composicion quizá mas grata. T» . Renunciar a los vanos b t - l -• O Distribuye y combina J.ll Z O J O S Í C gC Sus dos voces mejor que la sonata; i' ' Aplausos de palabras y de manos ioliavoín la < Por el silencio grave y etoqüente Pues si en ella la parte acompañante De quien goza el p l a c e r , y no-investiga Siempre se subordina Si el causársele-cuesta gran fatiga? A la que es principal ly dominante; Reserve, pues, el Tocador experto E n él con igualdad ámbas proceden, Se „ . . ..o •> Se imitan, se r e ú n e n , se succeden. CID f í T . . f í Mas no suele un oido acostumbrado tt 7'. D e la harmonía al género completo La harmoníá esencial no disminuyan, i tii Nombre de aquartetadas El dúo recibir con el agrado Damos á sinfonías semejantes: Que le merece el trio y el quarteto. Otras se denominan concertantes, E n ellos las posturas son c a b a l e s , - Señalados los baxos radicales, ^ } • i • • • • • - - En que á cada instrumento OVJ'Í E s el claro y obscuro mas sensible, Y la modulación varia y Aunque tal vez se e x c l u y a n . i Z0& . flexible. Alternativamente corresponde Un solo de expresión y lucimiento, Y el todo de la orquesta le responde: Y aunque para el exácto contrapunto •. L O t r a s , enfin, requieren dos orquestas Basta de quatro. voces el conjunto. Que á una justa distancia se colocan; L a música invención y maestría Y aunque á públicas fiestas Se esfuerza en la gallarda sinfonía, Se destinan m e j o r , también se tocan ÍJO-V Que incluye las diversas perfecciones 9ufí Alguna rara vez por fantasía De todas las demás composiciones; OnO En las particulares concurrencias. Pues del ruidoso coro ¡Con qué grata porfía Al harmónico estilo se c o n f o r m a , '{ 2 O l 0 ¿ ÍC.Í Ambos coros se imitan las cadencias, O yá en dúo c a n o r o , O artificiosamente se dividen, Yá en t r i o , yá. en quarteto se t r a n s f o r m a , . O en los mismos pasages coinciden I Entre las sinfonías se señala Un género selecto, r. V. Y no basta que el método juicioso Cuyo agradable efecto ! í-'-C L- Guarde los distintivos caracteres Tánto suele lograrse.en una s a l a , i SÍH: Que las instrumentales obras piden: Quánto se malograra en un teatro. También amenizarlas es forzoso; Esto se verifica si son quatro Pues nada busca el hombre en sus placeres Las partes principales y obligadas, Como la variedad, y no hai sentido De suerte que las otras agregadas, Mas pronto en fastidiarse que el oido. Aun- •- y ( r 0 4) Así qualqujer tocata comunmente tm^a-^ V (l05) D e tus obras mil veces repetidas. E n t r e s , ó mas porciones se reparte Antes serán tlos hombres insensibles ' •-«-» f . . . . - I - . . . " - D e estilo, tiempo, y aire diferente; D e l canto á . los hechizos apacibles, Y adaptándose el arte Que dexen de aplaudir las escogidas A los diversos g u s t o s , se desvela Clausulas, la expresión, y la nobleza E n alternar la fuga presurosa D e tu modulación, ó la estrañeza Con la dulce y sencilla pastorela; D e tus doctas y harmónicas salidas. O con la marcha grave Y aunque á tu lado en esta edad numeras La giga caprichosa; Tantos y tan famosos Compatriotas, O el alegre minué con la suave Tú solo por la Música pudieras Canzoneta, adornada, D a r entre las naciones E n sus repeticiones, Vecinas, ó remotas D e ricas é ingeniosas variaciones r Honor á las Germánicas regiones. Y tal vez una escena recitada Tiempo ha que en sus privadas Academias Al instrumento . a p r o p i a ; Madrid á tus escritos se aficiona, O de aria delicada Y tú su amor con tu enseñanza p r e m i a s ; Y de rondó gracioso el canto copia. Miéntras él cada dia Fuera de estas comunes variedades, Con la inmortal encina te corona Perenne manantial de novedades Que en sus orillas Manzanares cria. Halla el Autor que las distintas voces Agudas, g r a v e s , t a r d a s , ó veloces, VI. Pero así como debe á la Harmonía D e mil modos combina, L a humana sociedad el beneficio Que el Oyente suspenso no adivina. D e aquel placer que se introduce al alma Sólo á tu n u m e n , Háyden prodigioso, E n la quietud y silenciosa c a l m a , Las Musas concedieron esta gracia Otros no ménos útiles-4a debe D e ser tan nuevo s i e m p r e , y tan copioso. Quando en medio del gozo y del bullicio Que la curiosidad nunca se sacia De Agilita los miembros,, y los mueve. De la festiva danza al exercicio. Dígalo solamente El Joven mas alegre, mas robusto, El mas usual en la Española g e n t e , Que baila sin cansancio, ni disgusto Que en dos compases únicos, ceñidos Desde que muere el dia A medida ternaria, Hasta que Admitir suele exórnacion tan varia, nace la siguiente auro a , Ni la décima parte de una hora Que en ella los primores Aquella agitación resistiría, Del gusto, execucion y fantasía Si tal celeridad y valentía Apuran los mas diestros Profesores: No le diese la M i s i c a sonora, El ai:eso Fandango, que alegría Que la fatiga incómoda convierte Infunde en Nacionales y Estrangeros, E n fácil diversión. No de otra suerte E n los Sabios y Ancianos mas severos. S_* rindiera el Soldado en su j o r n a d a , Si faltase la m a r c h a acompasada. VII. ¿Qué Noble en un saráo no se alienta D e deleitable y útil se merece; Quando el minué le determina y cuenta Claros y pareados los compases; D e esta suerte la Música los nombres • í Porque, despues que al Criador ofrece Sus dones en el templo, y á los hombres O quando la jocosa contradanza E n público teatro congregados, L e dice mucho en p ó c o , á semejanza Distracción ingeniosa proporciona, De las sucintas frases En congresos A que el ingenio de un feliz Poeta A honesta diversión los aficiona: E n el breve epigrama se sujeta ? Y por fin, no contenta El rústico A l d e a n o , Con este noble y triplicado empléo', No minos que el plebeyo Ciudadano, Aun en la jnisma soledad se ostenta ¿ E n qué bárbaro clima Dispensadora del mejor recréo. Al b lile no se anima Léjos de que se humille su g r a n d e z a , Con diversos tañidos, Por costumbre h e r e d a d o s , nó aprendidos? privados Entonces más la exálta, y se acredita •v Di- Hija de la sagaz N a t u r a l e z a , Quan- , ( i 08) Q n i d o y a no la ocultan los dorados Tedios de los magníficos estrados; n An f i l Bèlli sa &)bien en los Sin deliberación, por mero instinto, A sus sólas recréo bien distinto páramos h a b i t a , Suelen gozar aquéllos E n humildes apriscos, Que por las reglas y el estudio saben Pajizas chozas, y marinos riscos Las perfecciones que en el arte caben. Dictando facilísimos cantares Ni es dable que un vulgar entendimiento E n el ocio, faenas y pesares. Pj Justa idéa conciba e s ¿quién abrevia, sinD el rudo c a n t o , Del deleite que logra quien cultiva Los lentos dias al Pastor que yace I I I Entre sombríos árboles, entanto !M ; mm Que su rebaño quietamente pace? iIjj Ili!' ií Con reflexión el musical talento; Pues yá sobre el harmónico teclado Prueba composiciones ¿Qué otro recurso tiene el Marinero De escogidos Maestros, ó engolfado Que del rígido Enero E n propias invenciones, Las noches vela, al gobernalle a s i d o ? Las ensaya, las p u l e , las escribe; ¿O el Pescador sufrido, Yá -por doctos volúmenes percibe, Que en la roca sentado con su c a ñ a , Y manda á la memoria Horas y peces juntamente engaña ? D e su ciencia las l e y e ^ y la historia; ¿ Quién el trabajo alivia al que maneja O las obligaciones considera En dura tierra la encorvada r e j a ? Al Segador rendido en el verano, - ili Mi : Al solo C a m i n a n t e , al Artesano? E n que le constituye su c a r r e r a , orí A Quando de los Autores El Desterrado, enfin, y entre cadenas Observa los a c i e r t o s , los errores. El afligido Preso, y el Cautivo Entre ingenios fecundos y admirables ¡ Qué p o p i ^ o consuelo y lenitivo Múchos ve comparables No d¿ben á la Música en sus penas! Con aquellos Pintores Que amanerados l l a m a n , porque todo L o suelen dibuxar del mismo modo. VIII. Mas si cantando se divierten ellos O t r a uniformidad nota en algúnos Sin (m) Que un pasage repiten importunos. Tal vez irregular, ó intempestivo; Reconoce la turba de Plagiarios, E infiere quan escaso Que las truncadas cláusulas ajustan, El número es de aquellos que corrigen Como en obras mosaicas se incrustan Sus obras lentamente, Pequeñas piedras de colores varios. Y que por el dictámen se dirigen M i r a , por otra p a r t e , D e un Censor imparcial é inteligente. Los que afectando insólita y profunda D e Músico instruido no se;; alabe Erudición del a r t e , Quien no tenga á la vista sobre el clave Consiguen que el Oyente se confunda Estos y otros consejo! que en el Lacio E n pueriles enigmas intrincados, A los Poetas daba el cuerdo Horacio. E n laberintos, fugas cancrizantes, El le dirá en su carta á los Pisones Y cánones perpetuos, ó trocados; Q u e , sin el a r t e , quien un vicio gyita, ( Q u e hai también en la Música Pedantes.) E n vicio no menor se precipita. Luego exámina el indiscreto bando Así el Compositor, en ocasiones, D e los q u e , amontonando Pensando ser f e c u n d o , es redundante; N o t a s , harpegios, trinos y posturas E s t é r i l , quando aspira á ser conciso; Sin plan, sin órden c l a r o « ni sentido, Si ser original y e s t r í o quiso, Imitan las pinturas ; . E n la nota incurrió de extravagante; Chinescas, en que al bello colorido Por mucho a r r e g l o , y demasiado pulso, Solamente se a t i e n d e , * -) • Q E n lo lánguido t o c a , y en lo insulso; Y el dibuxo incorrecto no se entiende. Y por libre y osada fantasía, Reflexiona quan pocos se limitan Con fréhética furia desvaría. A la Música propia de su ingenio; Sólo de estos escollos se liberta ^ Quan pócos se exercitan El Profesor que en su retiro acierta E n discernir el genio Que de cada instrumento es privativo, L a senda de la gran Filosofía: Para no violentarlos con un paso Arte no ménos grato y necesario Allí conoce, enfin, que es la Harmonía tal ( i i a ) Al hombre en s o c i e d a d , que al solitario. i ? IX. . . Compases y cinceles '. . : rr E r a el dia solemne y venturoso Recompensados los conatos v e o ; Y quando, duplicándome laureles, E n que públicamente la Academia O t r a Academia que á su cargo toma M a t r i t e n s e , R e a l , que enseña y premia Conservar la pureza del idioma^ Nobles Artes con zelo generoso, Al p o á í c o númen y Eioqiiencia Aplausos y coronas repartía Galardones ofrece á competencia. A los Alumnos que en su seno cría. Yo que por glorias tantas Unidas, pues, allí la A r q u i t e c t u r a , Parabienes os d o i , también los pido. La Estatuaria, el G r a b a d o y la Pintura, Mas h o i , para turbar mi complacencia» A celebrar de todas la victoria Humillada la Música á mis plantas, Vinieron P o e ^ i y O r a t o r i a : Sus quexas de esta suerte ha Quando vi aparecerse d e repente prefinido: ^ e r é yo siempre digna de tu olvido? Un alado Mancebo ¡Con que Hermana no soi de mis Hermanas! E n medio de las seis , mas refulgente ¿ Y o triste he de vivir, ellas ufanas? Que en medio de las nueve el mismo Febo. Sus Profesores con estables leyes La magestad de su semtíflnte augusto, En Cuerpos se réuner® Su gracia y bizarría Favorecidos de prudentes Reyes. No dexaban dudar que era el Buen-gusto, Mis Hijos á su arbitrio se desunen: Que en aquellos salones, Para su propia utilidad se a p l i c a n * Como en propia m a n s i ó n , se introducía. Mas no se comunican Las Artes le saludan Sus i d e a s e n mutuo beneficio. Y é l , captando las placenteras; raudas M i noble facultad múchos convierten atenciones-, En vulgar y mecánico exercicio; Pronuncia en dulce voz tales razones: » Y a , ilustres C o m p a ñ e r a s , f Sin estudio metódico, ni juicio; A su colmo ha llegado mi deséo, Y no formando autorizado g r e m i o , Quando aquí de buriles y pinceles, S-v Otros únicamente se divierten Cora- De (c-' (114) (115).. Por lis máximas vuestras se d i r i g e . D e enseñanza c a r e c e n , y de premio. Sencillez, simetría, Por tal descuido lloro Variedad y elección también e x i g e , Talentos malogrados con desdoro; Y no ménos Pero quien, como y o , no dificulta Lo que en era tan culta '>• Vale tu influxo, con razón confía D e c i d m e , pues, qué dones P r e v e n i d á la Huéspeda f u t u r a ; • Y la amistad mas pura Que aquí de Filarmónicos un día Floreciente Academia se instituya. ' Halle en vuestros benignos corazones.»» Dixo el Buen-gusto: y las Hermana* bellas Esta que "debe ser emprefe t u y a , Con mil aclamaciones El auge mas dichoso me promete. Hicieron resonar el circo todo. Tu harás que se sujete A sólidos preceptos mi doctrina; : :. Que en la Nación se extienda, ^ ^ Y E u r o p a , si tu amor me patrocina, Del ingenio Español mi ciencia aprenda. ; activa fantasía. L a Arquitectura entre ellas A responder empieza de este m o d o : » S i en algo con mi práctica ingeniosa Servir puedo á la Música, me empeño E n fabricar habitación g r a n d i o s a , Así en el expresivo Y digna de tal dueño* Tono de un lastimoso réKtado La Música exclamó. YO, penetrado Destinando una inmensa galería Donde conserve el cúmulo de escritos D e dolor compasivo, Con su ruego tan justo condesciendo, Y á colocarla en vuestro sabio coro Todo mi esfuerzo dedicar pretendo. ® Propicias A r t e s , vuestra ayuda imploro; Que de instrucción la s i r v a n , ó de g u í a ; Y sabrán mis Artífices p e r i t o s Edificar teatros desde ahora E n tal disposición, que la harmonía Hasta una gran distancia Que no es advenediza forastera L a que por mí con vos se domicilia r E s de vuestra f a m i l i a , Despidan mas i g u a l , y mas sonora, D e los antiguos renovando el a r t e , Que olvidó de modernos la ignorancia.» Y de su calidad n p d e g e n e r a : / . <• ' ( 1 1 6 ) »»Yo, dixo la P i n t u r a , por mi parte] Adornaré la estancia E n que se prometía E n que la docta Música resida, Facilitando su loable empresa Con la serie lucida Aquel plausible y general invento Ver sublimado el Español talento; De objetos que fomenten D e la escritura que á la vista expresa D e los Compositores las i d e a s , * Con clara exactitud quanto al oido Y para estilos varios, Ies presenten Sabe expresar el t i e m p o , ú el sonido. Yá sangrientas peléas, Y aun entallar propuso Yá las amenidades Diseños de las justas dimensiones, Del c a m p o , yá naufragios, t e m p e s t a d e s , Formas y proporciones Grandes hechos d o célebres V a r o n e s , De antiguos instrumentos ya sin u s o , Y en s u m a , las imágenes mas vivas Y de los que hoi le tienen; de manera D e todos los afectos y Que pueda en esta era pasiones Que el canto ha de expresar. Mis perspectivas Reducirse á principios no arbitrarios L e auxiliarán t a m b i é n , quando en la escena Aquella habilidad que se pregona Con los acentos métricos resuena.» De los Estradivarios, »»Serán afortunados mis«esmeros Amatis y Guárnenos de Cremona. Añadió la E s c u l t u r a , si consigo Que en bustos y relieves duraderos, Prometió la Eloqüencia ...» ; r3 y\ n .i -f 0 Tjr ü Conceder desde luego á quien describa Y en los trofeos que á erigir me o b l i g o , El origen, progresos y blasones Se transmita á Jos siglos la memoria D e la música c i e n c i a , D e quantos dieron merecida gloria Su m é t o d o , elegancia y persuasiva; Al arte musical, ó Profesores Y á quien., las provechosas instrucciones Consumados, ó excelsos Protectores.»» O teóricasí ó prácticas escriba, El Grabado' ofreció que cuidaría 9 : i.2 tkí 1 h Y- La claridad, primero de sus dones. D e divulgar en láminas correctas Arrebatada entónces del divino Las obras mas selectas Entusiasmo, y del gozo repentino, En .Que Que ya en el pecho apénas la c a b í a , Y evitar su freqíiencia »»Yo sola ( p r o r r u m p i ó la Poesía) E s al Poeta fácil diligencia. Yo sola basto á perpetuar Iá fama • Y o , p u e s , con tal idioma De aquella predilecta Hermana mía H a r é que la Española melodía E n el jocoso, ú en el serio d r a m a ; Vaya envidiando ménos cada dia Pues si fuera de Italia me desvelo La de Florencia y R o m a ; En buscar un lenguage Y que admirando gracias del Toscano, Que á todos para el canto se aventaje, Gracias tenga también el Castellano. E n el Hispano suelo Yo h a r é , por otra p a r t e , L e encuentro noble, r i c o , magestuoso, Que vivan en mis odas y canciones Flexible, v a r o n i l , harmon'íoso: Los que su afan dediquen Un lenguage en que son desconocidas A propagar de tan difícil arte Letras m u d a s , obscuras, ó nasales ; Las raras perfecciones; Y en que las consonantes y vocales Y que » i s justas sátiras critiquen Se hallan con orden tal distribuidas. A los que su belleza desfiguren. Que casi en igual número se cuentan; Y porque los preceptos de esta ciencia N ó como en las naciones E n la memoria de los hombres d u r e n , Del Septentrión, que ofuscan y violentan Los cantaré con métrica harmonía D e las vocales los cantables sones, Que llegue de la tierra á los extremos. Multiplicando tardas consonantes; Así con amistosa competencia L e n g u a g e , enfin, que ofrece Música y Poesía E n sus terminaciones E n una misma lira tocarémos.» Los agudos, y breves abundantes, ^ Y de esdrúxulos varios no carece. Mas si en ciertos vocablos algo dura L a gutural pronunciación parece, E l . buen Cantor la expresa con dulzura; AD- \ / rr;;;«uí ' .si ¡n y ¡1» • nutrn V ¡s .X.TH'UJI ¡EJ flQ¿) t?.'jrr¡ , B ADVERTENCIAS M Y • * '»i SOBRE EL CANTO PRIMERO. I>ID S U S O ?,OCJÍN ; f '«• ' ' , «T" OBNÜIBIVN» v i;ídí r ; ; .í^a^í t - '-i «MOÍSCSD 'JO • | GEBO * Í M t «tbei,)' *>*, i.|j iflP • as/IV « r v p ' i . . • aiapiih-} PAGINA OU9 OÍ »ep • -ic i\ í i ' W V i i ¡ « i Si z'r? 1 8L-, esn-jj <. y ^ i í i g ^ a b . . m ' b d j r e e^p EO[ a * ' t b í v j b ijii!» tíb adjqg^TQ gol a u o i ' í n ' V »anuí, z , . . : EQ l uí> &; í 0 f l n 9 0 á £{ c i n o a n e d coíijV.i í.o 3 ¿ u n n a ¡ í;„Í5 yol ü i ¡-J,', - , 1 6. VERSO 13. Sientan del ritmo y musicales modos. ub 13; obi - . J « , ^ aiip y-.- «üfjaliiíj-í/.'j . ] CYÉV ^ EL ritmo en !a Música esaquella medida que resulta déla adequada combinación del tiempo con diferencias de movimientos apresurados, ó tardos. Los modos se toman aquí no solo por lo que prepia y especialmente se llama modo, el qual es ó mayor, ó meror, según después se demuestra, sinó también por qualquiera serie-de sonidos cantables y gratos, que es lo que los Latinos llamaban en general nodi,ó moduli. De aquí se dixo modulación, la qual se verifica, no tan solamente quardo el canto va pasando de unos lonos y modos á otros (como por lo común se entiende) sinó también qi ando, sin salir del mismo tono y modo, se forma una csntuiia bien ordenada: en cuyo último sentido una büena n.cculacicn, t¡na buena melodía, y un buen canto se pudieran tomar por sinónimos. -•• ( í - H ! - , . i ; -ll , i*p * ,=! , •>: o ifl ..J PAGINA J ¿ii¡ fiiir-íím j¡uu u Z I 9. VERSO 3. T el otro de la séptima á la oflava, e Aquí se describe la disposición de los tonos y semitonos en el modo menor al laxar, que es la mas natural y propia, y la que se determina con los accidentes que se escriben, ó nó. á continuación de la clave. La otra disposición que se' observa en el mismo modo menor al subir quando desde la tónica á h séptima se cuentan cinco tonos y un semitono (y nó quatro tonos y dos semitonos) y quando desde la propia tónica á la sexta se cuenian quatro tonos y un setritono (y nó tres tonos y dos -semitonos) se tiene por irregular; y así solamente se expresa con signos accidentales, que, como ajenos del verdadero caráct e r del modo menor, no se escriben junto á la clave, sinó en el discurso de la con posicion música, siempre que el Autor los cree necesarios para la expresión y gusto de ella s (12 2 ) PAGINA 9. VERSO L6. Di intervalos que iguales se suponen. f r *T 'T .** r ~f " '• ' ' *' Los semitonos no son perfectamente iguales en la aunque en Ja actual división práctica d¿ nuestra escala coma si lo fuesen; y por esto se dice aquí que se iguales, y nó que lo son. PAGINA 10. VERSO ' "3 teórica, se usan suponen 1. Sus partes sienta, y sus distancias mida. Acaba de explicarse aquí, por una paree, la distribución de los tonos y semitonos, cuya diversa colocación constituyelos dos modos mayor y menor en la escala diatónica, y por otra, la naturaleza de la escala cromática; y notará alguno que no se trata de los bemoles y sostenidos, sin cuyo auxilio no pueden formarse aquellos mismos dos modos en todos los doce puntos que dividen nuestra escala cromática. Pero con una breve exposición de ciertos principios, se conocerá el motivo que el Autor ha tenido para no entrar en este por-menor. En la naturaleza no hai bemoles ni sostenidos, y por consiguiente tampoco bai los bequ.adros que se han inventado para quitar aquéllos y éstos. Qualquiera voz que se entone, puede ser yá bemol, yá sostenido, ó yá n a t u r a l ; pues no tiene de suyo carácter alguno absoluto que la califique de lo uno ni de lo otro: y por esto l o í C i Kores s u p n e n cantar siempre en tono natural, aunque en el papel que tienen presente haya muchos sostenidos, ó bemoles. Todo consiste en que consideran la nota que se elige por t ó n i c a , c o m o Ut ó Cesolfaut, si el modo es mayor, ó yá como La ó Alamiré, si el modo es menoi-. Los demás tonos se reducen á la norma de estos dos primitivos y naturales, y así, explicado el órden de los intervalos que componen el modo mayor en Ut ó Cesolfaut, y el menor en La ó Alamiré, se infiere qué puntos deben subir un semitono por med"¡o del sostenido, 6 baxar un semitono por medio del bemo', para formar los propios modos en otros tonos con la misma raduacion y método. Esta doctrina se aclarará con un exemplo. Supongamos que que para un modo mayor se toira por nota tónica ó fundamental el segundo punto de la escala natural diatónica de Cesolfaut, elqual es Delasolré. Siguiéndolos grados naturales, encontramos que dtsde su tercera, que es Fefaut, hasta su quarta, que es Gesolreu., hai la distancia de un tono entero, lo qual se opone al precepto de los dos versos: Mas de tercera á quarta se procede Por espacio de un solo semitono. Será, pues, necesario subir aquel Fefaut un semitono por medio de un sostenido para que se acerque al Gesolreut, y éste quede á la distancia de medio tono, y no de uno. En los dos versos siguientes se dice: Y lo "i- mo sucede De la séptima voz hasta la octava. Luego será recesado que el Cesolfaut. q i e por sí es natural, y es la séptima nota de la escala de Delasolré, suba otro stn itono, para que desde él hasta la o. tava haya también meció t o no, y nó uno entero: de q i e resulta demostrado que el n edo mayor en Déla oiré debe tener dos sostenidos, ur.o er. Fef?ut,y otro en Cesolfaut, para que los grados de que se con pone, tengan la misma distancia y órden que el de Cesolfaut natural que se ha propuesto como por modelo. Lo mismo se requiere respectivamente para la formaiicn de l«s restantes escalas, ó mayores, ó menores sobre qualquiera tónica, cuya prolixa operación no debe explicarse en un Poema, que sólo ofrece los elementos principales é invariables, sin descender á preceptos subalternos. La prueba mss evidente de que, como arriba se ha dicho, no hai en la naturaleza sostenidos ni bemoles, es que si despues de haber tocado, por exemplo, una sonata por el término de Cesolfaut natural, se quiere tocar por el de Cesolfaut con siete sostenidos, se puede lograr el fin sólo con templar el instrumento medio punto mas alto, y. toc^r como en el tono natural: de suerte que los misn os puntos que se hubieran llamado sostenidos en el instrumento templado un semitono mas baxo, se llaman naturales en el mismo instrumento templado un semitouo mas alto. Concluyese de aquí que los sostenides y bemoles son signos signos utilísimamente inventados para Ja escritura y execucion de la Másica, y para ajustar ios instrumentos con las voces humanas; pero que sin necesitar de tales signos, se comprehende mui bien la naturaleza de los dos modos mayor y' menor, que es lo que se quiere explicar en el lugar de este Poema, de que aquí se trata. , («*í) PAGINA 10. VERSO PAGINA PAGINA Hai varias disputas entre los investigadores profundos del arte musico sobre f k a r limites á la suma de los sonidos que llaman ¿preciables, esto es á aquellos que el oido humano puede percibir clara y distintamente, contando desde e! mas. grave basta el mas agudo. En este particular se puede decir del oido lo mismo que de la vista. Hai hombre que ve perfettamente un objeto, v. g. á doscientos pasos de distanc a, y otro que á cinq den ta apiñas le divisa. Del mismo modo un sonido que por ser demasiado profundo, ó demasiado agudo, es inapreciable para ciertos oidos, será a preciable para otros mas delicados, r e r o habiéndose de dar aquí una idea general de que los sonidos tienen algún límite así en lo extremadamente alto como en lo extraordinariamente baxo, se dice, sólo por via de exemplo, que el sonido mucho mas profundo que el diapason del contrabaxo. o mucho mas alto que el de un pito agudo, no se puede discernir ni entonar claramente. t ? i' f PAGINA 12. VERSO VERSO 15". •• ,-c . •• . •->;> 24. Pero si la ingeniosa Melopea, &c. Llamaban los Griegos Melopea el arte de componer un •anto con buena melodía. 18. VERSO 8. De Zar lino, Salinas y Tartini, &c. * « ' 17. En que GiÜdo Aretino, &'c. A principios del siglo XI. el Monge Benedictino Guido de Arezzo, ó Aretino, reduxoel sistema músico á la forma que hoi «ubstancialmente conserva. I J\ TT • n 4. En rigor, quando se hiere una cuerda sonora, no resuenati su quinta y su tercera, sino la octava de la quinta, que es la docena, y la doble oftava de la tercera, que es la décima-setena, ó décima-séptima; pero estos intervalos-tan distantes se suelen reducir á los mas inmediatos para facilitar los cálculos de h a r monía. O al mas profundo son del contrabaxo, '''*"' VERSO Su octava y quinta, y su mayor tercera, &c. Ultimamente, quando en una escala natural y diatónica, ó que se supon.- tál, se encuentra una nota que por accidente sube ó baxa un semitono (en cuyo caso aun la misma escala natural necesita del b¿mol, ó del sostenido) es p o r q u e la escala diatónica ha tomado prestada alguna noca de la escala cromár tica. Y estos son los principios mas sencillos á que se ha procurado reducir la exposición del sistema musico en esta parte. PAGINA I f. Entre los doctos Escritores que se han dedicádo á restaurar é ilustrar la teórica de la Música, merecen particular distinción el célebre Español Francisco Salinas; los Italianos J o seph Zarlino, Pedro Cerone, (que aunque natural de Bergamo, vivió largo tiempo en España, y escribió en Castellano) Joseph Tartini, y el P. Fr. Juai» Bautista Martirii; el Francés Juan Bautista Rame.iu^ y el P. Atanasio Kírchér, Alemán: y aunqué^ las opiniones de estos Maestros son á veces encontradas, se elogian aquí ¡mpareialmente las tareas de todos ellos, porque unos y otros han contribuido al adelantamiento de la facultad por diversas sendas. PAGINA 19. VERSO I8. Quesera el compás varón, hembra el sonido. Véase el tratado De Poematum cantu & viribus rythmi, que los mejores Críticos como Fránckenau, Mórhofio, Du Bos, &c. atribuyen á Isaac Vosio. En la pag. 14 de la edición de Oxford hecha en 1673. Iiinc est (dice) quod Pythagorici cantum feminam, rythmum vero marem appellent. • - - PA- (1 *?) (l2¿) PAGINA 20. VERSO <). r T que hoi se llama el mas perfecto y no ble. Antiguamente se tenía el compás ternario por mas perfecto, como puede verse en el cap. V. del libro XVII. de Pedro Cerone. Las razones en que se fundaba esta opinion, han parecido débiles á los modernos; y ya por compás perfecto solo se entiende el binario. PAGINA 20. VERSO 19,. La nota principal, y q,e mas duray Llamada semibreve, &c. ' *» ¿ . . . -I;-,' | ÍL'-FFN^T ' Aunque se conocen tres figuras que duran mas que el semibreve, y son breve, longa y máxima, tienen ya poco, ó ningún uso en lo moderno; pues ligando muchos semibreves continuos, se logra el mismo efecto que escribiendo notas de mayor duración que ej semibreve. fores Alemanes!a usan con singular acierto y gracia. Su donaire consiste principalmente en la simetría y ritmo señalado del compás, que aquí se llama saltante por falta de otro termino mas recibido que caracterice el estilo de una Música viva, propia del baile alegre. T a m b i é n podrá"notarse de paso (aunque parezca digresión) que el Autor escribe despues Pantomima Y nó Puntemina, como algunos dicen por ignorancia de la etimología de este vocablo, y de la práctica de los que hablan bien. Va prevaleciendo tánto el abuso de pronunciar Pantomina, que, a no hacer esta salva, se expone á ser injustamente criticado el que diga Pantomima: al modo que de poco tiempo á esta parte suele serlo qualquiera que fundado en el buen uso, y en laautondad del antiguo Diccionario de la Real Academia Española, pronuncia la x de la voz luxd como c y s, y no como j. PAGINA 4 4 . VERSO 2J\ Sólo el trino y el trémulo mor dente, &c. ADVERTENCIAS SOBRE E L CANTO SEGUNDO. PAGINA 34. VERSO 20. T aun la adorna con pasos de garganta, &c. No ignoran los Facultativos la diferencia que hai del trino zXmordente. Aquél se executa en dos, ó tres voces que se hieren ó baten alternada y rápidamente. Este se hace en una voz sola, resultando una especie de temblor. Sobre estos adornos del canto puede leerse lo que escribe Juan Bautista Mancini en el artículo X. de su libro intitulado Riflessioni pratiche sul canto figurar o pag. i f y siguientes de la tercera edición publicada en Milán año de 1777. L A S glosas, por lo común, son adornos viciosos y de mal gusto ; pero si, empleadas con moderación, pueden alguna ven admitirse oportunamente, es en la expresión de Ja alegría. En otra q u a l W r a disposición del ánimo parecen inverosímiles; y excitan otro a k f t o que el de la admiración. ' PAGINA 34. VERSO 23. Los juguetes festivos y graciosos, &c. e los Ttal 6 S P ? e d e u M t ó c a » este lugar se describe, dan los Italianos el nombre de Sebera, ¡ y los modernos c J p Q Ú , tores ADVERTENCIAS SOBRE E L CANTO T E R C E R O . PAGINA 48. VEPvSO 1. Vosotros, o Censores, &c. kan faltado Escritores que han vituperado la Música tratándola de arte frivolo, inútil, poco decoroso, y aun perjucicial. Tomas Garzoni en su erudito libro Italiano intitulado La piazza universale di tutte le Professioni del mondo, discurso XLII. se tomó el trabajo de recopilar y refutar largamente las opiniones de los enemigos de la Música: y no parecera ociosa en este lugar la defensa de ella, por si acaso aquellas personas mal organizadas de que se habló en el Prólogo de kharmonfa °Íd°S PAGINA á Ja razOU 5-3. VERSO ' ** 1 u e los á ,¿ Quien desee individual noticia de estos y otros muchos n tr U m entos muscos de los Hebreos, podrá leer con utilidad ^ H W ^ r f S t í f a C - 0 n e ? d d P- M a r t i n i e n el tomo de su Historia de la Música, Jas del Abate Matthei en varias Disertaciones con que ilustró su elegante Traducción de los Salmos en verso Italiano, el Gavine te harmónico del P. Felipe Bol nann., y la Disertación Latina de Francisco Blanchini De tribus generibus imtrumentorum Música veterum organice. 5-3. V E R S O De los tres cantos que á este P A G I N A 5 - 4 . V E R S O 9 , A que aplica estas cinco variedades. 6. Be címbalos, khor.es, PAGINA aquél que admite tos mas brillantes y artificiosos adorno del contrapunto (como acontece, v. g. en las misas cantadas solemnemente á muchas voces con orquesta) hai un canto r í t m i c o que participa de ámbos, qual es el de los himnos y sequencias; pues sin ser tan compuesto como el canto de órgano, es mas v a n o queel Hano ó coral, según se describe:en l a p a g i n a 5 4- « « t nombre de canto figurado. El P. F r . Pablo N asar re en s u E s cuela Música., tomo I. lib. II. cap. XIX. le llama canto mixto. Otros que, a parecer, no reconocen esta distincoa, le confund a g e n i a l m e n t e con el canto de órgano, usando comosinon „ o s los nombres de canto de órgano, y canto figurado Pero la diferencia que aquí se hace de los tres cantos, esta fundada en el dictámen y práctica de los que hablan con exactitud ; pues al oír cantar, por exemplo, el himno Pange Itngu, ningún inteligente dirá que es en rigor canto de órgano, ni menos canta llano puro, sitió canto figurado. 14. fin empléale. «n*H, E n t r !i 61 T T J l a n 0 ' S 0 b r e c u y ° conocimiento parece no puede quedar duda despues de la descripción que aquí se hace de el, y el canto de órgano, que rigurosamente l e entiende aquél Las fiestas de la Iglesia Católica son ó de primera clase, 6 de segunda, ó dobles mayores, ó dobles menores, ó semidobles. En las mas solemnes se usa de aire mas lento que en las ótras v estas cinco variedades de movimientos pueden corresponder á las de los cinco aires Largo, Adagio, Andante, Aleteo y Presto. Véase el Canto I. pag. a a. verso 9. PAGINA S V E R S O 27. T á Juan el Damasceno en el Oriente, &c. Bien sabido es que en Occidente restauraron e U a n t o eclesiástico S. Ambrosio y S. Gregorio, y en Oriente S Basilio, pe' „ o es tanto que contribuyó á lo mismo, también en Oriente S J u a n Damasceno. El Abad Martin Gerberto en su es h jnabíe obra D E C A N T O E T MUSICA SACRA aclara con suma erudfeion éste y otros puntos mui importantes en la Historia de la Música. Véase el torno II. cap^I. ^ PAGINA J-6. VERSO I 5. Siendo lodos los puntos veinte y siete, &c. 'n La extensión total de las voces humanas desde lo profuo? d e l b a x o h a s t a 'o elevado del tiple, suele variar según el alcance extraordinario de algunos Cantores; pero, en lo regunnc S e , ° b s e r v a <íuc n o s u e l e P ^ a r de veinte y siete puntosllenos y bien entonados. * > PAGINA 5-y. 21. VERSO Las varias propiedades Que inseparables son de las edades. • es el rnkmo *** p r e c e f . t 0 ' ^ R R " aPKCa á Ton aue l , PAGINA ° Usó « » t r a * á la Música, EpíSt la ° * Hora! ^ en la Traduc. 7 6l. 10 iiT propío hahe Que, sin el arte, quien un vicio evita, En vicio no menor se precipita. ** PAGINA rp. VERSO " - 9. »""i (..;... PAGINA ™, 60. VEESO 24. García, Viana, &c. El amt rt&fuga, t¡ Caret (,rte. Vera. 3 VERSO •• ' 2?. Bel sentido mas pronto y delicado. _ _ Aures, quarum est judicium superbissimum. Ck. in Orat. ad Brutum. baxosEdddlle.S"f T 3 t0Car en P l , n t o s délos á dios del vioJon• v^ste'á ^I de losmeinstrumento óue i un J ^ ? ™ ^ C O n t r a b a x 0 ' "o hai completamente corro 7 ^ f ^ c o m P ^ n d e r tan g Q y d d a V e t 0 d 0 s los sonid que ordinariamem ¿ ?' ° °* C3ben 6 0 k £SCa,a d e los Jos baxos. Y e n ia de Pati 63. • , _,{ Pues no hai tiple en violon, ni en contrabato, <SV. V e I. > : Un acreditado y curioso Facultativo ha calculado que sólo en las Iglesias Catedrales y Colegiatas de esta Península que tienen capillas formales, se emplean anualmente mas de 4 0 0 0 ducados de renta fixa para costear la Música consagrada al culto divino, sin contar los emolumentos de cada Profesor en las fiestas particulares, que solamente en Madrid se asegura ascienden á 2 oS pesos anuales. PAGINA . VERSO \Con quánto zelo expendes tus caudales, &c. l a P e S Í a Cn k Versos ! se ^ El plan de un Poema que no debe degenerar en mera • narración histórica, no permite se citen aquí los muchos insignes Maestros de Capilla que han florecido, y aun hoi florecen, eti España; y por eso únicamente se hace mención de algunos de los antiguos, quales son Cárlos Patino, Juan Roldan, Vicente García, Matías Juan Viana (que pasa por inventor del baxo continuo) Francisco Guerrero, Luis Victoria,_ Matías Ruiz, Christóval Morales, Sebastian Duron, D. Antonio Literes, D. Joseph de San Juan y D. Joseph Nebra. -i'? , ^ PAGINA 64. VERSO ULTIMO. De los Instrumentistas de aquel coro. No es exageración poética lo que aquí se dice en elogio del floreciente estado que hoi tiene la orquesta de la capilla del Rei Confiesan los inteligentes y desapasionados que, aunque en varias Corres de Europa hai famosos Tocadores, en ningúna se halla un cuerpo de. ellos tan escogido como aquel. A lo menos es constante que cada uno de sus individuos ha pasado por un examen y rigurosa prueba que no se acostumbra en otros países- por cuya razón ha parecido asunto digno de un episodio en'Poema escrito por un Español. Igual oposicion hacen rpc— p I ' h Pero * como ma, poeuca la d e s e r c i ó n de Ja competencia instrumental: y para ^a mayor dignidad á la materia., se habla sólo de Ja capilla del ADVERTENCIAS SOBRE E L CANTO QUARTO. PAGINA 7 a . VERSO 2 J". T ya en vez de cantarse se leía. imitación de Jos antiguos; y a PAGINA 7 4 . no ser porque Ja prátfica VERSO T O. v/rl „ El célelre Jommelli, <$?r. Conviene dar aquí alguna noticia de este acreditado Cnm positor para justificar el motivo porque s e h a n, ! u suya la descripción de la Música t e a ^ J - v J T ° tara algo de Jo que escribió el erudkoAbate M»rr " * T " * " lacion de las solemnes exequias ceíeb adt en "ü Maestro el dia i x de Noviembre d u V " " ^ 7! serta al fin del tomo II. de su obra ¿ t i t e a d aa T a l l0 d lf Ppo e s i e &a Latine ed Itallane, pág. 268. && „ Nicolás Jommelli nació en Atella en el Reino de Ñ a p ó les Jes en 1714, y murió en el mismo Nápoles á i 8 de Agosto de 1 774. Se distinguía por la suavidad de su trato, y principalmente por su moderación en juzgar de sus Compañeros, elogiándolos siempre, aunque algunos de ellos no usaban igual moderación con él. Su instrucción no se limitaba á la profesion música; y escribía algo en verso con bastante gusto. Ademas de haber hecho profundo estudio de Música práctica con el famoso Leonardo Leo, había estudiado fundamentalmente la teórica en Bolonia baxo la dirección del célebre P. Martini, á quien no se desdeñó de sujetarse, aunque ya había compuesto dramas con feliz éxito en los mejores teatros. Despues de ser Maestro de uno de los Conservatorios de Venecia, y servir t a m bién en la Iglesia de S. Pedro de Rema, pasó, llamado, á la Corte del Duque de Wittemberg, en donde permaneció muchos años, tratado con suma distinción, y recompensado generosamente por aquel Príncipe. El Rei de Portugal, aunque nunca logró atraherle á Lisboa, le señaló una crecida pensión, sin otra obligación que la de enviarle copias de todo lo que escribiese. Retirado á Nápoles con motivo de la enfermedad de su muger, pasaba quietamente su vida, habitando lo mas del tiempo en su bella casa de campo de Aversa. '• Sus composiciones quedarán para eterno monumento de su habilidad; pero no bai muchas en Italia; porque, estando en ánimo de volver á Alemania, dexó todos sus papeles en Stutgard, y el Duque de Wittemberg los guarda zelosamente como un tesoro. Procuró Jommelli distinguirse de otros con un estilo enteramente suyo: su fantasía era siempre fecunda, y sus vuelos siempre líricos y Pindáricos,pasando de unos tonos á otjx,s de un modo nuevo y doctaminte irregular. Escribió infinitas obras, porque era casi Repentista; y lo que es mas estriño,solía pecar por demasiado artificio y dificultad: defecto mas propio de quien escH.be póco con mucho estudio y timidez, que de quien escribe impetuosamente y de improviso. Así como acuel roisnva artificio y dificultad de sus obras le grangearon el aplauso de los inteligentes, le hicieron perder alguna vez en el teatro los del pueblo. Una Música ligada con o la suya, que pedia grande unión, execucion excelente, y silencio del auditorio, no -vpodía p I ' h Pero * como ma, poética la d e s e r c i ó n de Ja competencia instrumental: y para dar mayor dignidad á la materia., se habla sólo de la capilla del ADVERTENCIAS SOBRE E L CANTO QUARTO. PAGINA 7 A . VERSO 2 J". T ya en vez de cantarse se leía. % t r::g? d 0 q ü e l 0 S Grie imitación de los antiguos; y a PAGINA 7 4 . S o s y L a t ¡ n o s cantaban sus verno ser porque la prátfica VERSO va re' RO. El célelre Jommelli, <S?r. Conviene dar aquí alguna noticia de este acreditado Cnm positor para justificar el motivo porque se h a n, ! u suya la descripción de la Música teaS-al- v J T ° tará algo de lo que escribió el erudito''Abate M ! T ^ " lacion de las solemnes exequias ceíeb a d t en "ü Maestro el dia 11 de Noviembre d u V " " ^ 7! serta al fin del tomo II. de su obra i m i t a d a T& aa l l0 d l f Ppo e s i e Latine ed Italtane, pág. 268. * && „ Nicolás Jommelli nació en Atella en el Reino de Ñ a p ó les Jes en ^714, y murió en el mismo Nápoles á i 8 de Agosto de 1 774. Se distinguía por la suavidad de su trato, y principalmente por su moderación en juzgar de sus Compañeros, elogiándolos siempre, aunque algunos de ellos no usaban igual moderación con él. Su instrucción no se limitaba á la profesion música; y escribía algo en verso con bastante gusto. Ademas de haber hecho profundo estudio de Música práctica con el famoso Leonardo Leo, había estudiado fundamentalmente la teórica en Bolonia baxo la dirección del célebre P. Martini, á quien no se desdeñó de sujetarse, aunque ya había compuesto dramas con feliz éxito en los mejores teatros. Despues de ser Maestro de uno de los Conservatorios de Venecia, y servir t a m bién en la Iglesia de S. Pedro de Rema, pasó, llamado, á la Corte del Duque de Wittemberg, en donde permaneció muchos años, tratado con suma distinción, y recompensado generosamente por aquel Príncipe. El Rei de Portugal, aunque nunca logró atraherle á Lisboa, le señaló una crecida pensión, sin otra obligación que la de enviarle copias de todo lo que escribiese. Retirado á Nápoles con motivo de la enfermedad de su muger, pasaba quietamente su vida, habitando lo mas del tiempo en su bella casa de campo de Aversa. '• Sus composiciones quedarán para eterno monumento de su habilidad; pero no hai muchas en Italia; porque, estando en ánimo de volver á Alemania, dexó todos sus papeles en Stutgard, y el Duque de Wittemberg los guarda zelosamente como un tesoro. Procuró Jommelli distinguirse de otros con un estilo enteramente suyo: su fantasía era siempre fecunda, y sus vuelos siempre líricos y Pindáricos,pasando de unos tonos á otjx,s de un modo nuevo y doctanunte irregular. Escribió infinitas obras, porque era casi Repentista; y lo que es mas estriño,solía pecar por demasiado artificio y dificultad: defecto mas propio de quien escH.be póco con mucho estudio y timidez, que de quien escribe impetuosamente y de improviso. Así como acuel roisnva artificio y dificultad de sus obras le grangearon el aplauso de los inteligentes, le hicieron perder alguna vez en el teatro los del pueblo. Una Música ligada con o la suya, que pedia grande unión, execucion excelente, y silencio del auditorio, no -vpodía podía hacer efecto en los ánimos desdeñosos, 6 mal contentadizos de aquello"? Italianos que dicen que la Música de Gluck, de Jommelli, de Bach, de Hasse, &c. es áspera y de un genio Tudesco, gustando más de las Barcarolas de Venecia,.y de aquel estilo mas lleno de flores y de hojas que de fruto: ademas deque en casi todos los teatros de Italia reina la confusion, no se atiende á la acción del drama, y enmedio de la distracción y conversaciones, apenas se logra silencio en alguna aria de importancia. Vino Jommelli á Ñapóles, y escribió la Opera de la Armida; y yá sea porque se contuvo un .poco, ó ya porque los Cantores eran «á la verdad muí hábiles, y con su buena execucion hacían fácil lo difícil, tuvo la Armida la mas completa aceptación en el pueblo y entre los doctos. Compuso después el Demofoonte, alejándose algo del gusto popular; y sin desagradar al vulgo, agradó á los doctos tanto como la Armida. No sin alguna imprudencia escribió después la lfigenia con un estiló mas elevado y exquisito: el pueblo quedó descontento, aunque para decir verdad, consistió en que muchos de los Cantores, qué habían tenido poco tiempo para ej&ayar la Opera, concluida por Jommelli en el mismo dia en que se dió al teatro, la executáron mui mal. A pocas noches dexó de representarse aquella Opera que hpi se admira, y que corre y correrá por todos los claves como superior á los dos antecedentes; pero éstas son las caprichosas alternativas del teatro. Contristóse Jómmélli, y á poco tiempo le acometió un accidente de apoplexíá. Restablecida después, escribió aunque resentido, una cantada en Celebridad del parto de la Reina de Nápoles, en que Hai admirables trozos de Música: y su última obra fué el Miserere á dos voces, puesto en verso Italiano por el citado Señor Mattei. „ ' El Escritor de quien se extractan estas noticias, sin embargo dé haber sido ínfimo amigo de Jommelli, se explica con imparcialidad,'y sin duda es de mucho peso su voto en materias de gustó musical, así' por haber compuesto una juiciosa Disertación sobre la Filosofía de la Música, como porque en su Traducción de los salmos ha dado prueba de gran manejo y delicadeza en la Poesía propia para el canto. r-n PAGINA 7^ J - . V E R S O- 3 . No dudéis, Compañeros, les decía, &c. Las varias opiniones y partidos de algunas naciones E u ropeas sobre preferencia en la Música han ocasionado de'de muí antiguo, y haita nuestros dias, contiendas capaces de intimidar y confundir a quien, sin prescindir de ellas, intente pronunciar ju.c.o favorable, ó adverso á qualquiera de aquellas naciones. El Autor de este Poema ha creído sin pasión que Españoles, Italianos, Franceses y Alemanes merecen elocios dife^ rentes por haber sobresalido en diferentes ramos de la ciencia musiCíU. España ha producido los mas sabios é ingeniosos Maestros de Música eclesiástica, de Jos quaies se ncmlran algunos en el Canto III. pág. 60. y muchos más podría citar el que de intento emprendiese escribir una Historia de la Música Española. Los Alemanes y Bohemos se han distinguido moder- .. ñámente en la Música instrumental, dando á su estilo nervio- ' so y harmónico la gracia y suavidad expresiva del Italiano. Bien conocidos son en el género sinfónico Háyden, Vanhall, Schwindl, Gasman, Juan, Cárlos y Antonio Stámitz, Bach' Wagenseil, Filtz, Cannabich, Crámer, Toeskij, Vanmáldere Kammell Camerlocher, Schmidt, Ditters, Asplmair, Húeber. ó Huber Mishwececk (que también ha compuesto.con aceptación Música vocal) y otros muchos de no inferior mérito cuyos nombres, por su dificultad y dureza para la pronunciación ^spanola, no se han expresado en los versos de la División V del V. Canto destinados á elogiar los Compositores Alemanes*. For otra parte ¿quien ignora-Jo que se ha adelantado Ja teórica en Francia con las obras de Mércenlo, Sauveur, Burette. N.vers, Blamville, Rameau, Dalambert, Rousseau, Serre Rous«er, Bailiere, Mercadier, Jamard, Bethizy, y tantos profundos indagadores a a délos fundamentos como de la historia de la Música? í en fin ¿que Profesor, ó Aficionado necesita ma! que r e c a e r su memoria para formar fácilmente un prolixo catalogo de famosísimos Italianos, Maestros de Música teatral* Por tan justos motivos se puede afirmar, sin agravio de ninguna de estas quatro naciones, que corresponde una gloria (nó exclu- C 1 * 6 ,) exclusiva, pero sí mui señalada) á España por su Música Eclesiástica, á Italia por la del teatro, á Alemania por la instrumental, y Francia por los doctos escritos con que ha ¡lustrado la parte teórica y doctrinal del arte. PAGINA 7 2 . VERSO 7. Patético el oboe, &c. f, ! . ' ' , • r 'v 1 '• .• ' O ''10 : l • i••Oí . i ' .' PAGINA Lo patético se toma aquí nó por triste y lánguido, como ordinariamente se entiende, sinó por expresivo y capaz de mover las pasiones, qué es lo que propiamente se llama patético. Esta excelencia conviene al oboé con particularidad, por ser el instrumento mas semejante á la voz humana. PAGINA 79. VERSO 13. Be Thb'on el Pintor sigue la idea, &c. j^lian. Variae Historia? lib. II. cap. XLIV. .0'' • : ; \j j -'••v!.'-, ~ 3 ósbi r. > ' .'• ,t-i o •! PAGINA 8T. VERSO VEPISO 82. VERSO 19. Hacen alarde, canto y sinfonía. • ; La voz sirfonía se usa aquí en su mas propio significado, que es el de conjunto hamónico de una orquesta, y nó en el de la composicion que se llama también abertura. PAGINA 83. VEBSO I6. O convertir el canto en recitado. . \ < i 24. Que Demetrio infelice, &c. Alude á la escena Vil. del acto III. del Antígono de Metastasio, la qual ha sido puesta en Música por los mas célebres Compositores. PAGINA 8 2 . los Compositores músicos ccn quienes aquí se habla, prescindiendo de la qü stion pinamente poética. Y supuesto que es tan freqüente u ar de sentencias, de tretáforas, y de ccirparaciones en las arias; parece que quedaría incompleta Ja definición de éstas, si, onsidei ándelas, nó ccmo son, siné ccmo debían ser, sólo se dixese que son canciones en que se expresan afectos. 10. Comparación, metáfora, ó sentencia, <SV. El Caballero Antonio Planelli en su tratado DelP Opera in Música (pag. 851.) defiende, cón aquel delicado gusto que reina en toda su obra, que así las máximas ó sentencias, como las comparaciones, rara vez debieran ser asunto de las arias, y que éstas se emplean mejor en expresar afectos. Pero aunque es indubitable que nada ayudan á la invención del Músico las sentencias, no podrá decirse tan absolutamente lo mismo de las comparaciones, si ofrecen imágenes que sean imitables con la Música. Suelen los Poetas introducirlas tan inoportunamente, ó tan repetidas, que puede serles mui útil el prudente consejo que les ha dado el Señor Planelli; pero éste no es defecto de En arias de buenos Maestros se observa tal qual vez interrumpido el canto con algún verso recitado; cuya expresión suele causar excelente efecto, y puede reputarse por una de las fuentes de Ja var edad musical: al moco que también lo son los arbitrios que aquí se indican de mudar yá el ccirpas yá el a i r e ; pasar inop nacamente de un tono á otro; y usar del unisono en ciertos pasages alternados con otros en que haya harmonía. De semejantes contraposici enes nace lo que en la Música, como en !a Tintura, se llama claro y obscuro; debiendo observarse que en él consiste casi todo el atractivo de la Música moderna asi vocal como instrumental, y que sólo el f r e qüente uso que boi hacemos del piano y eí fuerte, ha introducido en ambas una variedad que hace nuevas las cosas mas oidas. PAGINA 88. VERSO 19. Sinó hacer agradables los errores. E l ingenio puede hacer que deleiten las mismas impropiedades que el juicio desaprueba; y esto es lo que Q u j n í ü a no llamó vicios < u.'ces (dulcibus vitiis) al fin del cap. I. del libVX. de las I ituciones oratorias. ('38) PAGINA 8 8 . VERSO 22. (139) Cantor Germano del Cantor de Tracia. PACINA Alude á la Opera de Orféo, puesta en Música por el Caballero Christoval Gluck, que también ha compuesto, entre otras obras, la Jfigenia, Alceste, y Varis y Elena. La celebridad de su nombre, que cada dia va en aumento, acredita quan merecido, son los elogios q.ie aquí se le tributan, y al fin triunfará de las críticas con que han pretendido disminuir el mérito de sus composiciones algunos Censores envidiosos, ó preocupados, de cuya persecución jamas pueden libertarse los hombres grandes, y particularmente los ingenios inventores que se apartan del camino trillado. 103. VERSO T no hai sentido Mas pronto en fastidiarse que el oido. Parece que !a suma delicadeza del oido, y la activa impresión que en é ha- e el deleite de la sonoridad, son ios motivos porque le fastidia una Música mui repetida, y el gusto musical varía tan á menudo: observación que conviene con aquel fundado principio de Cicercn (de Crat lib. III. 2 j . ) Voluptatibus maximis Jastidium finitimum est. t.: . "! .-'J C .' .-J . ' 01 ".i vi 1/ y O: Í; OÍ PAGINA I O 4 . VERSO 14. T tal vez una escena recitada, &c. ADVERTENCIAS SOBRE E L C A N T O QUINTO. PAGINA IO3. VERSO 3. Nombre de aquartetadas, TV/f - -^Odernamente oimos llamar así entre algunos Profesores y Aficionados de Madrid aquellas sinfonías compuestas á manera de quartetos, en que las partes obligadas é indispensables son, por lo común, el primer violin, el segundo, la viola y el baso, no haciendo falta notable los oboes,'"trompas, flautas, fagotes, &c. Todos los que escriben deben contribuir á que las artes se enriquezcan de términos expresivos, propios y necesarios; cuyas calidades concurren en el adjetivo aquarjetadi, siendo su formación nada repugnante al genio de nuestra lengua. En este Poema se ha procurado introducir, ó propagar el moderado uso de algunas palabras que parecerán nuevas en la'aceptación que se las d a : para lo qual concede el estilo didáctico mas facultad que otro alguno. Usando de ella, se llaman v. g. en ejte mismo Canto llenos los que los Italianos llaman tutti en los conciertos. rA_ J Es bastante moderna la invención de recitar con un instrumento imitando la voz humana. En el Adagio del Quarteto V. de la obra IX. del ingenioso Compositor Alemcn Joseph Háyden, y en el penúltimo Quarteto de otra obra de Húber se pueden ver dos graciosos exemplos de aquel feliz pensamiento. PAGINA 1 0 4 . VERSO 24. Sólo á tu numen, Háyden prodigioso, &c. Si el elogio de Joseph Háyden, ó Héyden, se hubiese de medir por la aceptación que sus obras logran actualmente en Madrid, parecería desde luego excesivo, ú apasionado. El Autor de este Pcema, sin entrar en paralelos odiosos, ni querer obligar á sus Lectorés á ser tan parciales de Háyden como él mismo se precia de serlo, se ha contentado con indicar algunas prendas que mas sobresalen en las composiciones de aquel insigne Maestro, y que nadie puede negarle, principalmente su fecundidad. Pero sin duda hallarán diminuto este elogio los que "&igan sus varios juegos de sinfonías, yá concertantes, yá aquartetadas, sus quartetos, trios y sonatas, su Oratorio sacro intitulado II ritorno di Tobia á cinco voces, y su Stabat mater á quatro. ('38) PAGINA 88. VERSO 22. (139) Cantor Germano del Cantor de Tracta. PAGINA Alude á la Opera de Orféo, puesta en Música por el Caballero Christoval Gluck, que también ha compuesto, entre otras obras, la Jfigenia, Alceste, y Varis y Elena. La celebridad de su nombre, que cada dia va en aumento, acredita quan merecido, son los elogios q .ie aquí se le tributan, y al fin triunfará de las críticas con que han pretendido disminuir el mérito de sus composiciones algunos Censores envidiosos, ó preocupados, de cuya persecución jamas pueden libertarse los hombres grandes, y particularmente los ingenios inventores que se apartan del camino trillado. IO3. VERSO T no hai sentido Mas pronto en fastidiarse que el oido. Parece que !a suma delicadeza del oido, y la activa impresión que en é ha- e ti deleite de la sonoridad, son ios motivos porque le fastidia una Música mui repetida, y el gusto musical varía tan á menudo: observación que conviene con aquel fundado principio de Cicercn (de Crat lib. III. 2 j . ) Voluptatibus maximis Jastidium finitimum est. t.: . "! .-'J C .' .-J . ' 01 ".i vi 1/ y O: Í; OÍ PAGINA I O 4 . VERSO 14. T tal vez una escena recitada, &c. ADVERTENCIAS SOBRE E L C A N T O QUINTO. PAGINA IO3. VERSO 3. Nombre de aquartetadas, TV/f - Modernamente oimos llamar así entre algunos Profesores y Aficionados de Madrid aquellas sinfonías compuestas á manera de quartetos, en que las partes obligadas é indispensables son, por lo común, el prim;r violin, el segundo, la viola y el baso, no haciendo falta notable los oboes,'"trompas, flautas, fagotes, &e. Todos los que escriben deben contribuir á que las artes se enriquezcan de términos expresivos, propios y necesarios; cuyas calidades concurren en el adjetivo aquarjetadi, siendo su formación nada repugnante al genio de nuestra lengua. En este Poema se ha procurado introducir, ó propagar el moderado uso de algunas palabras que parecerán nuevas en la'aceptación que se las d a : para lo qual concede el estilo didáctico mas facultad que otro alguno. Usando de ella, se llaman v. g. en ejte mismo Canto llenos los que los Italianos llaman tutti en los conciertos. rA_ J Es bastante moderna la invención de recitar con un instrumento imitando la voz humana. En el Adagio del Quarteto V. de la obra IX. del ingenioso Compositor Alemcn Joseph Háyden, y en el penúltimo Quarteto de otra obra de Húber se pueden ver dos graciosos exemplos de aquel feliz pensamiento. PAGINA 1 0 4 . VERSO 24. Sólo á tu numen, Háyden prodigioso, &c. Si el elogio de Joseph Háyden, ó Héyden, se hubiese de medir por la aceptación que sus obras logran actualmente en Madrid, parecería desde luego excesivo, ú apasionado. El Autor de este Pcema, sin entrar en paralelos odiosos, ni querer obligar á siís Lectorés á ser tan parciales de Háyden como él mismo se precia de serlo, se ha contentado con indicar algunas prendas que mas sobresalen en las composiciones de aquel insigne Maestro, y que nadie puede negarle, principalmente su fecundidad. Pero sin duda hallarán diminuto este elogio los que "&igan sus varios juegos de sinfonías, yá concertantes, yá aquartetadas, sus quartetos, trios y sonatas, su Oratorio sacro intitulado II ritorno di Tobia á cinco voces, y su Stabat mater á quatro. «trr. PAGINA ( *4°) ILO. VERSO II. Ei laberint os, für.ìs cancr izantes, &c. Hasta en los errores es la Música h e r m i m de la Poesíapues asi con-, el mal gusto ha introducido en ésta los versos acrósticos, los retrógados, los paranomísticos, lo; pL-s forn idos f C : ***** ha - n aquélla las puerilidades y pedant e á i s di q u , aquí. s§ hibla. Los que ten m curiosidad de conocer hasta que punto se Ira sutilizado el difícil arte de-componer en semejante estilo, podrán ver el libro XXII. del Melopeo y Maestro de Pedro Cerone: obra tan docta como proiixa en que su antiguo. y estimable Autor se propuso abrazar toda la facultad música, y por consiguiente tuvo disculpa paT si cales ° m i t i d 0 d t r a C a d 0 1 u e intitula D¿los enigmas mu\ PAGINA IIO. VERSO 2;. El dicernir el genio Qte de cada instrumento es privtliv). •v/ J i i jl m S2fl 3 CI í ; ' j'an ' • 1i'*"*g» cJSt\ j-i u 11} *' _ . r . L o s Compositores deben conocer no sólo el alcance ó extensión de diapasones de las voces é instrumentos, sinó también su peculiar modo de cantar, y observar las diferencias de etectos que un mismo pasage produce según la voz, ó instrumento qui le ejecuta. Por falta de este conocimiento, algunos doctos Maestros de capilla han escrito pasos,'q^e, siendo naturales y fáciles, v. g. en el órgano, se hacen violentos, ó imposibles en el violín. Evitarán este inconveniente los que no contentos con estudiar la Música, estudien- tambienda mecánica de los instrumentos, sin cuya circunstancia queda imperfecta la ciencia de un Compositor. ^ PAGINA 112. VERSO II. Vinieron Poesía y Oratoria, &c. Quando en la Real Academia de Su. Fernando se celebra publica y solemne distribución de premios, se acostumbra leer poemas y oraciones en elogio de las nobles Artes que profesa; (Mi) fesa; y así no es ficción poética introducir aquí la Poesía y la Oratoria como testigos de aquel acto. PAGINA 113. VERSO 4. Otra Academia que á su cargo toma, &c. Alude á la Real Academia Española, que ha empezado desde el año de 1778. á estimular a los ingenios, proponiendo premios de Poesía y Eloqüencia. PAGINA II?. VERSO 22. Edificar teatros desde ahora, &c. Merece leerse lo que acerca de la fábrica y conveniente disposición de los teatros escribió el Conde Algorotti en el cap. VI. de su útilísimo Ensayo sobre la Opera. PAGINA 117. VERSO 1-). La claridad, primero de sus dones. Prima est eloquentias virtus perspicuitas. Ouint. Inst. Orat. lib. 11. cap) 111. PAGINA IL8. VERSO 6. Pues si fuera de Italia me desvelo, &c. Aunque á ios Lectores imparciales, y dotados de buen oido, que hayan examinado con atención la lengua Castellana, parezca desde luego justo el elogio que en este lugar se hace de ella, considerándola} respecto al canto, superior á todas las que hoi se usan, despues de la Italiana; no les desagradará ver explicadas con algunas reflexiones esta verdad, en que tal vez no convendrán^los Estrangeros quctignoran nuestro idioma, y aun muchos Españoles que le hablan sólo por costumbre, sin detenerse en estudiarle. El Orador y el Poeta conocerán la fecundidad de nuestra lengua, su magestad, su expresión, su gracia, su docilidad para los diversos estilos; pero el Músico se contenta con juzgar de su harmonía. Y naciendo ésta de la suavidad y de la variedad, Ilili' i (r4i) i. IR! "Il t P Il f ¡1 . • é: f, til 2|||Vi1' 1 i1 ,y¡! f I | | | j i i1 I II « al • «i e'J pertenece demostrar quan felizmente concurren ambas calidades en el Castellano. La suavidad de las voces de un idioma consiste principalmente en la abundancia de las vocales, porque ellas son las letras sonoras y cantables; y las consonantes, que no pueden articularse por sí solas, únicamente sirven de retardar, ó confundir el sonido de las vocales. De este notorio principio resulta que * la lengua que mas abunde en ellas, será la mas acomodada para el canto, como lo es sin disputa la Italiana cuyas dicciones terminan ordinariamente en vocal. Lo mismo sucede, aunque nó con tanta freqüencia, en el Castellano • al contrarío de los idiomas septentrionales, que no sólo e n ' h s terminaciones, sino también en los principios y medios de las palabras suelen admitir muchas mas consonantes que vocales Ademas de esto debe notarse que las consonantes en que acaban los vocablos Castellanos, son las menos duras; y así no tienen sus finales en B, ni en C, ó K, ni en F, ni en G, ni en LL, ni en M, ni en P, ni en T , como acontece en varias voces Latinas, v. g. ab, sub, oh; ac, sic, hoc; müsam, dominum, sermonem ; omwt monet legit sicut; v algunas Francesas, como w , bel public; chef, viftravail, vermeil; cap, galop, &c. y en muchas Inglesas, como of, dog, booí?, drop, &c. Mucho menos permite el Castellano terminaciones en dos ó más consonantes, como las hai por exemplo, en las palabras Latinas est, ast, tune, sttrps, frons, ars plebs, urbs, falx, arx, amant^y otras infinitas personas de verbos; ó en las voces Francesas ture, pare, muse, &c. ; o en las Inglesas world, sterm, drinü, y en muchas Alemanas, y de lenguas derivadas del Alemaíi Exige, pues, la índole del idioma Castellano que sus vocablos terminen en las consonantes ménos ásperas: v. e én D que es mas suave que la T ^ o m o merced, césped- e n L, que lo es mas que la LL, como sutil, fácil-, en N, como desden, numen; R > (y > ! nunca « R R ) amor, nácar; en S, c o m o p a f s , c ¿ SI I :>'¡ ' llifl II I * Isaac Vosio De Poèmatum car.tu et viribus rytbmi, pae. Oranino eos It T cultiorem esse censendam, neo cuidquam omacui et eleeanti* «qus obesse quam frequentiam consonatum. eieganti* tis: y en Z, como feliz, cáliz. Las voces terminadas en X (pron u n c i á n d o l a guturalmente al modo que la J ) son poquísimas, como carcax; relox * ; y así la aspereza que realmente tienen, no perjudica á la dulzura del total de la lengua. Si otras dicciones finalizan en las consonantes que se reprueban por duras, ó son nombres propios, por lo general éxóucos, como Jacob, Bautzick, ó son mui contadas como zenit,fagot, y alguna otra que difícilmente se encuentra. De aquí proviene que es en nuestra lengua incomparablemente mavor el número de las voces sonoras y apacibles que el de las duras é ingratas. Pero todavía restan observaciones que pueden confirmar este supuesto. Sea la primera que las cinc* vocales A, E, I, O, U, que entran en las sílabas del idioma Castellano, tienen, como en el Toscano, un sonido claro, lleno, señalado y constante, sin que admitamos aquellas vocales confusas y obscuras de que abunda, por exemplo, la lengua Francesa. Tales son la E muda, como en estas palabras: le, trouble, traître; la U Francesa, como en éstas: fût, chute, juge; y muchos diptongos de un sonido mixto y ambiguo, como en estas: jeu, bœuf, orgueil,yeux, bruit, joindre, cuyas pronunciac.ones son en extremo incómodas y desagradables para el canto. A todo esto se agrega Nen favor del Castellano, que de aquellas cinco vocales perfectas, las mas freqüentes en él son cabalmente la A y la O, que se aventajan en sonoridad á las demás. Otra observación no ménos importante es que en este idioma no d o m i n a r o n exceso consonante alguna defectuosa que pueda molestar los oidos; pues la que se halla mu. repetida, particularmente en las terminaciones plurales, es la S;^y esta no sólo adquiere b a s t ó t e variedad con la diversa inflexion en AS como Poetas, en ES como felices, y OS como doctos, sino que da al 1-enguage una dignidad magestuosa, comparable a la del Griego, y admirada de múchos, principalmente del sabio Isaac Vocio ** en su tratado De Pocmatum cantu et viribus rytbmi. Por " * A u n es de advertir que la X gutural en los finales de estas voces pierde g r a n parte de su dureza, según lo observa la Rea! A c a d e m i a Española en su t r a t a d o de Ortografía, p a g . S i . d e la edición de 1770. S Pag. 5 S . F&stuai et ingenitam Hispanorum g r a v u a t e m h o r u m quoque_,n- D 0*4) For otra parte es preciso confesar que la pronunciación que en Castellano damos siempre á la J , y algunas veces también á la G y á la X, es verdaderamente áspera como heredada de los Arabes, no obstante que los que hablan bien en Castilla y otras Provincias, la suavizan mucho, haciéndola gutural, y no broncamente aspirada, como se acostumbra en Andalucía. Pero estas letras, que de todos modos son contrarias al cantar' no reinan tanto en nuestro idioma que no pueda el Poeta á' costa de algún estudio evitarlas, ó á lomónos no valerse de ellas mui á menudo; debiendo reservarlas principalmente para algunas expresiones fuertes que requieran palabras nerviosas y algo duras, quales son arrojo, cor age, enojo, cruxe, &c. en cuyo caso el defecto se convierte en gracia. Y aun quando se quiera usar con la J todo el rigor posible, nadie dudará que es fácil escribir arias Castellanas sin vocablo alguno en que entre aquella letra, si se reflexiona que tenemos escritas cinco Novelas en cada una de las quales falta una de las cinco vocales, que son infinitamente mas precisas que ninguna consonante: ademas de que, leyendo qualquier libro Castellano, se advierte que suelen pasarse párrafos enteros sin que se tropiece * f o n la J . No es tan fácil de evitar en la lengua Francesa el sonido de la N que llaman nasal á causa de que su pronunciación sale mas por la nariz que por la boca: vicio mui fastidioso en el que habla, y absolutamente intolerable en el que canta. Dominan con 'tal frecuencia' estas NN en aquel idioma, que apenas pueden leerse dos versos seguidos en que no se halle alguna - y aun á veces concurren muchísimas inmediatas, de que resulta una monotonía (digámoslo así) gangosa, que no siempre pueden remediar los mas delicados Escritores, aunque conozcan lo desagradable de aquella pronunciación, ya ridiculizada por Persio en el verso: I'"'-, - • . . . Kan- esse sermón i f a d l e quis cieprehendat, siquis c r e í a n , r e p e t i t i o n e m l i t i e r e A , vocaiiu») longe magnificentiis.ma«, ac n a prolLxa i l l o r u m spectet vocaoula. ra * v ™ i S c l a u s u l a O vel O S g r a n d e quid sonar. ' k n todo este párrafo que trata de las letras guturales, no se encuentra ni siquiera una ¡a excepción de las que se citan por e x e m p l o : ) y pro;esta el A u tor q u e s e o ha sido efecto de la c a s t i d a d , y nó del e s t u d i o . Así ha p r o b a d o prácticamente,sin querer, su proposicion de que la J no es difícil de e v i t a r . (w) Dicta la buena escuela del canto dos reglas tan fundadas como precisas: launa es abrir bien la boca, y la ótra procurar que la voz se dirija desde los órganos vocales a losiab.os v nó á la nariz. Pero si el fruncimiento de boca que piden la E muda, la ü Francesa, y los diptongos que de ellas se compone imposibilitan desde luego la observancia de la también se oponen directamente á la segunda aquelU W daciones nasales que se notan, v. g. en estas f ^ ^ . genre, craindre, feindre, fondre, Ge. que s o ^ l a costumbre pue de h a c e r tolerables, y que nadie intentaría* defender, smo por capricho, ó ciega parcialidad nacional. _ Recapitulando todo lo dicho, hallaremos que el Castella-, no, como libre de semejantes defectos, y dotado ca« de las mismas gracias harmónicas del Toscano, es suave para la IMus ca lo primero por la abundancia de vocales; lo segundo por la. s o n o r i d a d d ' e ellas; lo tercero porque sus dichones^termmaa regularmente en consonantes apacibles y sencillas, excluyendo las ásperas y dobles; y lo quarto porque no tiene indispensable necesidad de usar'con freqüencia aquellas letras que por SÍ son duras,<y desdicen de un idioma tan agradable. Así como se ha probado con el éxámen precedente la vidad que en el Castellano se admira, también quedara pro, bada su variedad, si demostramos las diferencias que en sus palabras resultan, yá séa del número de sílabas, ya de la colocación de acentos,"y yá de la multitud de terminaciones diversa . Hai pues, en nuestro idioma no pocas dicciones, monosílabas, coito fé; de dos sílabas, como dulce; de tres, como L de quafro, como cristalino; de cinco, como encantadora; de seis>. como agradecimiento; de siete, como connaturalizado; de ocho"; como indeliberadamente; de nueve, como experimentabamoslo; de diez, como desapacibilísimamentc, ó deswteresad,simamente; y aun de once,como imposibilitaríamostelo: siendo,por tor. t u n d a s mas abundantes las de dos, tres y quatro silabas,que con mayor comodidad se adaptan al metro. De la acertada combinación de semejantes palabras, dilatadas, ó breves, se origína la v a r i e d a d que requiere el número poético; y ninguna disculpa X : — : , ; (h6) tiene quien no' la observe en una lengua como la Castellana. Contribuye mui señaladamente á lo mismo la diversa colocacion de los acentos, pues podemos acentuar las voces has-' ta de cinco modos: en la sílaba ú i t i m 3 , como cantará, terminó, celebré; en la penúltima, como cantara, termino, celebre; en la antepenúltima, como cántara, término, célebre; en la que precede a la antepenúltima, como figúrasete, olvídaseme, man dan lóseles, per dónamelo; y (lo que es más) en la anterior á la que precede á la antepenúltima, como diéramossele, pagáramos teta, dábamosselo; de suerte que esta palabra se pudiera pronunciar de q na tro maneras: dabamosseló, dabamossélo, dábam'sse.'o, y dábamosselo; pero nada significa, si no se pronuncia de la quinta manera con el acento en la primera sílaba: dábamosselo. A esta diversidad en la asentuacion deben las voces Castellanas un artificioso ritmo ó medida que pueden envidiar aquellas lenguas cuya prosodia uniforme y limkada merece con razón llamarse anti-musical. En el idioma Francés, á excepción de los vocablos en cuya última sílaba hai E muia ó feme•nina, ninguno se encuentra cuyo final sea breve, y cuyo acento cargue sobre la penúltima sílaba: y así, por exemplo, quando nosotros pronunciamos Etna,Tisbe, cero, tribu, volátil, cónsul, ¿"xámen, canon, cáncer, Néstor, Céres, Filis, Coicos, &c. pronuncian los Franceses Etná, Tbisbé, zeró, tribu, volátil, cónsul, examén, canon, cancér, Néstor, Cerés, Vhyllís, Colches. Carece también aquella lengua de voces esdrúsulas; pueden ella se pron u n c i a , v. g. tiámero, ópera, Calíguld, Trípoli,&c. que pronuncian Españoles ó Italianos. Los mismos Franceses no pueden menos de lamentarse de que padezca éstos y otros defectos erl< la parte de la harmonía una lengua adornada de bastantes *prendas en lo demás, y que por los buenos libros escritos en ella ha merecido extenderse mas que ninguna de lis vivas. Con todo, M. Burette, ofendido de que Isaac \7osio hubiese afirmado * que no había en ella vocablo alguno que formase un esd r ú j u l o , ó pie dáctilo, quiso defender que lo eran las palabras quantité, fermeté, &c. á cuyo evidente error satisfizo mui bien el * De poematum cantu & viribusryth.ni, pag. 56. la língua GaUorum illud impri- \— ' ' j > el Abate D. Antonio Exímeno, E s p a ñ o l e n su obra Italiana m-; titulada DeW origine, 6 delh rególe della Müiicá, parte II. lib. IH. cap. I. donde discurre acertadamente sobre el estado de las lenguas Europeas, y funda su opinion de ser el idioma Castellano el mas adequado para la Música, despues del Toscano. Pero en nada se ostenta más prodigiosa la variedad de nuestra lengua que en la multitud de terminaciones; pues'contándolas desde la sílaba en que carga el acento, tiene cerca de tres mil y novecientas, según ha averiguado el Autor de este Poema, formando para ello una larguísima lista de voces,-tódas corrientes en Castellano, y de diversa terminación^ dé modo que ninguna de ellas es consonante de otra. * "Algunas más hallaría sin duda, quien se dedicase á apurar condrila ye* pr¿lixidad este punto, que á muchos parecerá de poca r imporfatficia; y aunque es-sumamente diminuta la Silva de c'dn&mfilWfid Rimarlo que se ha estampado al fin del Arte poética Española de D. Juan Diaz Rengifo, basta contar las fdentes de consonantes que allí se proponen,-para colegir quan singular- es üt riqueza de nuestro idioma en esta parte,: y quánto debe influir en las sonoras combinaciones del número poético la incréiblé diversidad de las sílabas finales, que da á las cláusulas una ex-* pres on siempre nueva. 10 Sirvan las proposiciones aquí apuntadas ( y que pudieraft desentrañarse más, si la ocasion lo permitiiera) para que tengá^ mos á la lengua Castellana en el concepto de suave« ¿t'Krafia,-^ por consiguiente de harmoniosa. ^Oxalá que así como "hai'étt ella esta favorable disposición para el- canto, hubiese el nece&i¿ rio estudio y delicadeza en los Ingenios que. escriben ^oésífete para pon&r en ¡Música! Prescindiendo de la invención nada ifcígeniosa, de la incongruencia.de los pensamientos, cíe la batffczá y desaliño del estilo, y de las impropiedades de la locubidn ' iqré i m p r i m í s notatu ciignum q u o d nullum in h a c v o c a b u l ú m trisyltafcúm r e p e r i á tur*qu'bd d a c t y l u m c o r . s t i t r a t . T o t a pene G a l l o r u m - iirsgua c o n s t a t " e x laiiíbls & Anap;cstis. * N o se h a 1 i'nclüido e n ésta lista las t e r m i n a c i o n e s ésdrdxulas, ciue a t r e c e í i t a r í a n casi una'tercera jSarte e1 n ú m e r o d e las agudas y gfávps. (¿ualq'i'jera t e h a r á c a r g o de q u s lira, dirá, y sátira son tres tern-.ir.acitíEes d i f e r e n t e s , a u n q u e t o d a s c o n c l u y e n con ias m i s m a s t r e s letras. E l Autor está pronto á JBSUUtesur á qualquier carioso la m e n c i o n a d a lista "en q u e f u n d a su aserción.' ,q«e censura no merecen, sólo por la falta de dulzura métrica t a c h a s Jet ras que hoi se cantan! En ninguna especie de versos es menos disimulable qualquier descuido contrario á la erata sonoridad, que en los que se destinan para Ja Música: y en ningún! esta mas obligado el Poeta á evitar yáel encuentro de consonantes desapacibles, particularmente délas J J y l a s RR ya los hiatos, y las violentas contracciones de las vocales y i los finales asonantados * y uniformes, .q.uando el metro no' los requiere, ó ya en fin, la acumulación de dicciones agudas que no vayan discretamente mezcladas con las breves. > - Pero es inútil toda la diligencia del buen Versificador, si el Compositor músico no atiende al sentido de la letra, si la trunca,,si quebranta su natural prosodia, si la confunde con demasiado acompañamiento, si la hace lánguida con las importunas repeticiones, y si por acreditarse de inteligente en las abusivas licencias del contrapunto, dispone que en las composiciones á mucha? voces unos Executores canten unas palabras mientras los fiemas cantan otras; que es el modo de que nada se entienda, •r Y aun precaviendo el Autor de la Poesía y el de la Música ¡aquellos y estos inconvenientes, todavía se aventura el acierio, siel Cantor no contribuye por su parte con una pronunciación clara y expresiva. Sólo quando se ayudan igual y mutuamente el Poeta, el Compositor y el Executor, se logra aquel admirable efecto que debe producir la Música vocal: siendo muí de creer que á este importante esmero se debieron en gran parfp los prodigios que nos refieren de la de los Griegos. Y á Ja verdad ;quan pocas veces oímos distintamente la letra de una # n a . Casi siempre es la Poesía esclava de la Música, llevándole toda la atención el ruido, ú el sonsonete, de madera que, aunque en lugar de una mui buena letra se substituya otra mui mala, el efecto suele ser el mismo: lo qual nunca . debiera suceder,_si el Compositor dexase lucir al Poeta, y el Cantor no quitase la expresión á ambos. * P a r a probar 1a delicadeza del oido de ios E s p a d e s basta e n la prosa les ofende el m e r o asonante, quando se halla en palabras que t e r m i n a n el 'sentido de frases poco distantes tinas de otras. N o ¿odrán c o m p r é h e n d e r esto los E s t r a n g e r o s que ignoran lo que es asonante, y la razón por q u e agrada en nuestros versos, usándole o p o r t u n a m e n t e , y según reglas y a establecidas, las quales son peculiares y privativas del a r t e métrica Española. I I*