Colegio Antil Mawida Departamento de Historia. Electivo Ciudad

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Colegio Antil Mawida
Departamento de Historia.
Electivo Ciudad Contemporánea.
Profesora Cecilia Llanos
GUÍA PEDAGÓGICA: CIUDAD MEDIEVAL
Objetivo: Identificar características de la ciudad medieval en una fuente secundaria.
NOMBRE ______________________________________CURSO 4°MEDIO _________
CIUDADES NUEVAS DEL SIGLO XII
(Extractado de: N.J.G.Pounds ‘‘Historia económica de la Europa medieval’’. Editorial Crítica,
Barcelona, 1981 pp282-285).
No todas las ciudades de la Europa occidental derivaban de establecimientos romanos; muchas de
ellas, en realidad la mayoría, se desarrollaron alrededor de un núcleo primitivo, que podía ser monasterio o castillo. Muchos de los monasterios benedictinos fundados en los siglos VII y VIII no se
situaron en los suburbios de la capital de una antigua ciudad romana sino en medio del campo. A
su alrededor se desarrollaba una pequeña comunidad rural; a veces, éstas adquirían ciertas
funciones urbanas y en contados casos originaron ciudades de dimensiones e importancia
notables. Entre ellas cabe citar a Saint-Omer, Saint-Riquier, Corbie, Saint-Trond, Fulda y, en fecha
posterior, Cluny. Muchas más fueron las ciudades que se desarrollaron a la sombra y bajo la
protección de un castillo. En realidad, ésta es casi la forma clásica de la ciudad medieval en la
Europa occidental y central. Carece de sentido discutir si la ciudad se desarrolló a partir de una
aldea y sus ciudadanos de los campesinos lugareños. Por regla general, ni los castillos ni los
monasterios se construían alejados de una u otra comunidad rural. Ambos precisaban de mano de
obra para la construcción y mantenimiento de las construcciones y un suministro alimenticio
constante para sostener a los que en ellos habitaban.
El desarrollo de las ciudades monásticas o ciudades-fortaleza debió de seguir más o menos estas
directrices. Primero se otorgaba el permiso para la celebración de un mercado en el pueblo y ello
debía de ir acompañado o seguido de la concesión de ciertos privilegios. De este modo, la
población se convertía en términos legales en una ciudad, aunque sus funciones urbanas no
pasasen de celebrar un mercado semanal o poco más. El otorgamiento de una carta era,
generalmente, el intento del señor de aprovecharse de los impuestos derivados del mercado,
rentas de surge y de los beneficios de los tribunales que, con toda seguridad, habría que
establecer en la ciudad. La corporativizaci6n tenía lugar, frecuentemente, con anterioridad al
desarrollo de funciones estrictamente urbanas y, en muchos casos, éstas nunca llegaban a
materializarse. El resultado era la Agrarstadt, la comunidad pequeña con atributos urbanos y
algunos adornos de ciudad, tales como murallas y puertas. Tenía derecho a celebrar mercado,
pero carecía de oficios especializados y de comunidad de mercaderes y comerciantes. El
otorgamiento de los privilegios con que se dotaba a esas ciudades en embrión, con el tiempo se
convirtió en un estereotipo. Los que ya se habían otorgado a ciertas ciudades servían de modelo
de leyes para otros conjuntos urbanos. Sin duda, los presupuestos ciudadanos esperaban tener el
privilegio de las mismas “leyes” que disfrutaban las ciudades vecinas y sus señores no sabían lo
suficiente acerca de instituciones urbanas como para modificarlas. De este modo, las leyes de
Breteuil, otorgadas por vez primera a la oscura ciudad normanda de ese nombre, se generalizaron
en Normandía y partes del oeste de Inglaterra. De modo parecido, las ciudades de organización
corporativa reciente en la Europa central acostumbraron a recibir las “leyes” de Magdeburgo, de
Lübeck o de la ciudad bohemia de Iglau (Jihlava). Las “leyes” de Lovaina se adoptaron por todo
Brabante, y en Luxemburgo varias ciudades adoptaron el droit de Beaumont que, en sí, de ciudad
tenía poco más que el nombre. Los condes de Flandes, a fines del siglo X o principios del XI, habían
fundado un cierto número de palacios o castillos por todo el condado. Cada uno de ellos era el
centro de una castellanía, de la que extraían suministros y soldados y a la que proporcionaban una
cierta protección. Durante este siglo y los siguientes demostraron tener más habilidades
administrativas que lo corriente. Mantuvieron un fuerte control sobre sus alcaldes y parece que
llevaron a cabo la política deliberada de desarrollar núcleos comerciales junto a sus castillos. Se
vieron ayudados por el crecimiento contemporáneo de la población y la expansión del comercio.
En el transcurso del siglo X, cuando ya habían cesado las incursiones de los vikingos, comenzaron a
formarse pequeños núcleos de población junto a los palacios de los condes, y durante el siglo XI
crecieron rápidamente. Casi de la nada se desarrolló todo un entramado de ciudades. Hacia finales
del siglo Yprés, Lille, Tournai, Valenciennes y Douai habían surgido como centros comerciales del
Flandes occidental, junto con otras varias ciudades de nombre menos distinguido: Messines, Aire,
Thourout, Audenarde. Hacia el año 1100 o, a lo sumo, unos cuan- tos años después, se había
establecido entre ellas una secuencia de ferias. El Flandes oriental se desarrolló más tardíamente
que el occidental pero, a fines del siglo XI, Brujas y Gante ya eran centros comerciales de
importancia. El núcleo original de ambas era un castillo del conde de Flandes en el que se
concentró en primer lugar el comercio de ámbito local y más tarde el comercio a gran distancia.
De un modo bastante imaginativo, un cronista del siglo XIV refería así el nacimiento de la ciudad
de Brujas:
A fin de satisfacer las necesidades de las gentes del castillo empezaron a reunirse ante su puerta,
cerca del puente del castillo comerciantes y mercaderes vendedores de artículos caros, más tarde
posaderos que alimentaran y hospedaran a aquellos que hacían negocios con el príncipe...;
construyeron casas y abrieron posadas donde se acomodaban los que no podían permanecer en el
castillo... El número de casas creció tanto que pronto formaron una ciudad grande que en el
lenguaje vulgar aún se le llama “Puente”, pues Brujas significa “puente” en su lengua.
Las ciudades flamencas comenzaron como centros de comercio, como comunidades de
mercaderes. Pero nunca se dejará suficientemente claro que la comunidad que se desarrolló junto
al castillo condal también incluía campesinos y artesanos y que, por lo menos en sus primeros
años, era más agrícola que comercial. Ya se ha indicado que por lo menos parte de las mercancías
manejadas provenían del excedente de producción, especialmente tejidos de los monasterios. Las
manufacturas artesanas, sin embargo, llegaron a predominar en todas ellas, excepto en Brujas,
que continuó siendo una ciudad principalmente comercial. En el siglo XIII se produjo el punto
culminante de la prosperidad de la manufactura de paños flamencos. En adelante se vería
debilitada por la competencia externa y las discordias internas. En Brabante y Hainaut, las
ciudades se desarrollaron más tarde, pero también allí lo hicieron junto a castillos y monasterios.
Bruselas, que iba a convertirse con mucho en la ciudad mayor, se desarrolló alrededor de un
castillo ducal, construido junto al río Senne. Tongeren (Tongres) tenía origen romano, pero había
dejado de crecer después de que sus obispos la abandonasen allá por el siglo VIII. Su lugar lo tomó
la población de Lieja, junto al río, y fue creciendo alrededor del núcleo episcopal hasta convertirse
en una de las ciudades mayores de los Países Bajos. Lovaina y Malinas también tuvieron un
desarrollo tardío, estimulado por la producción industrial y el comercio crecientes de Brabante en
los siglos XII y XIII. Las ciudades prósperas de los Países Bajos medievales tenían una cosa en
común. Estaban situadas junto a ríos navegables; su comercio se transportaba en barco y, por lo
menos en la alta Edad Media, muchas de ellas eran accesibles a la navegación marítima. Este
simple hecho pone de manifiesto la distinción fundamental entre la ciudad romana y la ciudad
medieval de esta región. La primera orientada hacia la Galia, de donde provenían las guarniciones
y los suministros, la segunda, hacia el mar y las rutas marítimas, hacia Inglaterra y la Europa
septentrional y occidental; la primera dependía de los caminos, la segunda de los ríos.
EN TU CUADERNO, CONFECCIONA UN LISTADO DE LAS CARACTERÍSTICAS DE LA CIUDAD
MEDIEVAL DESCRITAS EN ESTE TEXTO. SE RECOMIENDA BUSCAR IMÁGENES DE ALGUNAS
CIUDADES O LUGARES MENCIONADOS EN ESTA GUÍA PARA EL AFICHE PHOTOSHOP.
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