Sobre el Precipicio onoce a Lauren King, Estudiante de Predicación de la Iglesia de Cristo en la 4ta Avenida", un video de Internet que ha provocado mucha discusión en el último mes. King entró a la Universidad Lipscomb como estudiante de comunicaciones, pero rápidamente se trasladado al Departamento de Biblia para estudiar el ministro de jóvenes, sirviendo tres pasantías en este campo. Cuando ella decidió cambiar su énfasis a la predicación, Lipscomb aseguro una pasantía para ella, bajo la dirección de Patrick Mead, ministro principal de la iglesia en la 4ta Avenida en Franklin, Tennessee. Mientras ha habido un uso creciente de mujeres para predicar por las congregaciones e instituciones progresistas, la amplia difusión del vídeo de Lauren King en el Internet era un punto de inflamación, dejando al descubierto una grieta fundamental entre las iglesias de Cristo. C Una Lección Del Pasado El Defensor del Evangelio mantiene una póliza sobre el apoyo a la unidad en la verdad. No tomamos algún placer en la división, pero algunos miembros, con los que hemos disfrutado de compañerismo, han ido a donde no podemos ir. La misma triste realidad enfrentó David Lipscomb en los últimos de los 1800s. Como editor de esta revista, el dirigió muchos temas polémicos – notablemente, el uso de la música instrumental en la adoración y altas teorías críticas sobre la interpretación bíblica. Lipscomb trató de mantener la unidad durante décadas, pero se vio obligado a reconocer que la división era inevitable. En 1892, el Discípulo de Cristo tuvo una convención en Nashville, Tenn. (Al parecer usando la ciudad natal de Lipscomb como un afronte personal). En esta reunión, las mujeres fueron utilizadas prominentemente para predicar. Para David Lipscomb, esto marcó el punto sin regreso en la división de la iglesia. Como Robert Hooper registró, "El abandono total de la Biblia para aceptar nuevos puestos para las mujeres en la iglesia era una posición teológicamente liberal que lo convenció de que ya no podía extender la comunión a la iglesia cristiana, un término que comenzó a ser utilizado exclusivamente para los más progresistas Discípulos de Cristo" (A Distinct People 34). El problema de fondo era autoridad bíblica. Lipscomb podría caritativamente considerar las controversias anteriores como cuestiones de interpretación. Dejando al lado las claras enseñanzas de las Escrituras, sus antiguos hermanos habían abrazado una religión diferente - de esta manera dejando atrás la comunión que una vez habían compartido. La M isma Encrucijada en la Carretera En nuestros días, los cambios en la adoración están sobresaltando un cambio que ya ha ocurrido en los corazones de los hombres y las mujeres. La adoración define una religión. Los cambios en la adoración a menudo son la señal más clara de un cambio fundamental de una religión a otra. Liderazgo espiritual masculino es un patrón diseñado por Dios para el ordenamiento de la iglesia, sobre todo en la adoración. La prohibición contra la mujer encabezando la enseñanza pública es directa, como leemos en 1 Timoteo 2: 11-14: "La mujer debe aprender con serenidad, con toda sumisión. No permito que la mujer enseñe al hombre y ejerza autoridad sobre él; debe mantenerse ecuánime. Porque primero fue formado Adán, y Eva después. Además, no fue Adán el engañado, sino la mujer; y ella, una vez engañada, incurrió en pecado."(NVI). El apóstol Pablo es claro. Las mujeres no deben "enseñar o ejercer autoridad sobre el hombre." No han de hacerlo por el orden en que Dios creó a Adán y Eva, y por la forma en que Adán y Eva cayeron en el pecado. Basando estas prohibiciones en la verdad de la Creación, Pablo muestra que son válidas para los cristianos en todos los lugares y en todos los tiempos. Mientras que los seres humanos sean descendientes de Adán y Eva, el principio de liderazgo espiritual masculino está en lugar. Primera de Corintios 14: 34-35 hace el mismo punto: "guarden las mujeres silencio en la iglesia, pues no les está permitido hablar. Que estén sumisas, como lo establece la ley. Si quieren saber algo, que se lo pregunten en casa a sus esposos; porque no está bien visto que una mujer hable en la iglesia." Al rechazar la clara enseñanza de la Escritura, aquellos que apoyan a las mujeres encabezando la adoración han abandonado la visión compartida de la autoridad bíblica que antiguamente sirvió como la base de nuestra comunión. La prohibición contra las mujeres de hablar en la adoración de ninguna manera disminuye la responsabilidad compartida que todos los cristianos tienen de participar en la obra de la iglesia. Las mujeres son muy queridas por Dios y son una parte vital de la obra del Señor. Es degradante sugerir que las mujeres son de segunda categoría si no asumen las posiciones de liderazgo reservadas para los hombres.