TODO POR RECICLAR Domingo. Emma decidió ir a la basura a reciclar lo que sus compañeros no habían reciclado. Pero, cómo no; ya estaba Pepe Luis espiando por la ventana. Cuando vio a Emma, ahí tirada, buscando donde otros desechan lo que no querían, Pepe Luis cogió la primera cámara que se le puso en la mano y empezó a fotografiar cada movimiento que la pobre Emma hacía. Emma estaba dispuesta a reciclar todos esos materiales cuando, “Bip, Bip” ¿Qué será eso?, se preguntó. Cundo miró su móvil no se lo podía creer, casi se cae. Vio como unas fotos en las que salía ella recogiendo todos esos materiales estaban subidas a internet. No me lo puedo creer -dijo Enma. ¿Has dicho algo hija? -preguntó su madre. No madre -contestó Emma. Lunes. “Ring, Ring”, sonó su despertador. Eran las 8:00 a.m. En esos instantes no tenía ganas de nada, estaba a punto de volverse a dormir cuando… ¿Hija te has levantado? -pregunto su madre. ¿Eh? Si, si -contesto Emma. Pero, ¿has visto cómo vas? ¡Solo te queda media hora! dijo su madre. Y con un fuerte brinco saltó de la cama hacía la silla, donde tenía su ropa, y rápida como un rayo se vistió y desayunó, fue al baño y se peinó con una preciosa trenza de espiga de raíz y se cepilló los dientes, ya eran las 8:25a.m. Mamá me voy -chilló Enma tan alto que retumbó todo el piso. Y cuando su madre iba a contestar, Emma cerró la puerta. Corrió, solo le quedaban dos calles, y mientras corría escuchaba burlas de todo tipo. Llegó a clase justo a tiempo, eran las 8:29 a.m. Se estaba sentando en su pupitre, en el que como ya suponía había varias cartas rotas, aviones de papel y varias latas vacías. Si por ella hubiera sido, hubiera preguntado hasta encontrar un culpable, pero de pronto “pum” un golpe seco calló a toda la clase, era la profesora Loli, que se veía que venía enfadada. En el resto de las clases no cambiaron las cosas, todo era igual, con nadie con quien conversar, como mucho le pedían que pasara una nota a la de delante o a la de atrás, la misma rutina de siempre. Cuando llegó a casa, después de estudiar y de hacer la tarea, decidió hacer algo bonito con los materiales que había cogido el día anterior. Empezó pegando todos aquellos materiales, cosa que le llevó un largo rato. Enma, la cena está lista -dijo su madre. Ya voy -respondió Enma. Como siempre, lo único que arregló a Enma ese día tan catastrófico fue la riquísima cena de su madre. Aunque las hacía mucho más ricas antes de morir su padre. Al terminar la cena, que le supo a gloria, se fue a ducha, preparó su mochila y se fue a la cama. Martes. ¡Enma recicladora, a despertar! ¡Enma recicladora, a despertar! ¡Enma recicladora, a despertar!… Esto la despertó de un sueño profundo. Eran las 7:30 am. Pero no había sido un sueño. En la calle estaba una panda compuesta por Pepe Luis y sus amigos con pancartas que contenían las fotos que había visto en internet y el mensaje “No cojas nuestras cosas de la basura, eran nuestras y no te las damos. Preferimos tirarlas”. Quiso decirles algo, pero la policía llegó antes. Hacer tanto ruido a las 7:30 am no era normal y alguien avisó a la policía. Enma se levantó y desayunó un croissant recién hecho que le había preparado su madre. Se lavó los dientes, se peinó (esta vez con una bonita trenza al lado derecho), se vistió, se despidió de su madre con un beso y salió de casa. Eran las 8:00 am. Fue por el mismo sitio que el día anterior, pero con una velocidad más moderada. Volvió a encontrarse con burlas e insultos pero, como no podía permitir que la acribillasen y abucheasen cada día, les plantó cara y consiguió que no volviese a suceder. Este día llegó con antelación, eran las 8:25 am. En su mesa no había nada, pero habían escrito un mensaje: “Sucia=Enma. Nadie debe acercarse a la niña que busca en la basura” A pesar de todo, las clases cambiaron para Enma. Cuando le daban notas para pasar se negaba y, a pesar de que le tiraban alguna que otra bola de papel, no le importó. Se mantuvo firme y no pasó las notas. Al finalizar las clases llegó a su casa más contenta que nunca, y no solo porque ni traía deberes ni tuviese nada que estudiar sino porque su vida escolar había cambiado. Se dedicó toda la tarde a ensamblar esa figura de materiales reciclados que tanto deseaba terminar. Aunque le llevó mucho tiempo, al final lo consiguió. Creó un precioso perro, que pintó de color gris y en el que escribió un mensaje que decía lo siguiente: “Una vida más difícil que un examen de ecuaciones no tendría sentido vivirla si no fuese porque podemos perderla”. Decidió hacerle una foto y subirla a Internet. Su foto tuvo muchos comentarios y todos positivos. Hubo personas que querían comprar su figura y a todas ellas, Enma contestó: “Si mi corazón estuviera en venta, podría vender mi figura; pero como no lo está, lo siento, no puedo venderla. Esta obra de arte lleva dentro trabajo, burlas e insultos. Todas estas cosas me tocaron el corazón y me lo partieron en mil pedazos pero también es cierto que han conseguido que tenga ganas de hacer algo todavía mejor”. Hoy la cena no estaba nada mal, ensalada de pasta. Pero Enma estaba tan cansada que apenas cenó. Fue al baño, se aseó. Puso el despertador a las 7:45 am para no llegar tarde al cole y se metió en la cama. Buenas noches -gritó Enma desde su cuarto. Esta noche, los sueños de Enma solo le traían imágenes de satisfacción. Estaba contenta con su obra de arte. Había conseguido reciclar un montón de materiales, había sido capaz de superar las burlas de sus compañeros y, además, había muchas personas que eran capaces de apreciar su trabajo. Miércoles. Continuará… PRINCESS