TEMA 3: LA RUPTURA DE LA UNIDAD MEDITERRANEA Estudiamos en el tema anterior que las conquistas de Roma la llevaron a dominar todo el Mediterráneo, que fue conocido por los romanos como mare nostrum, ya que todas las tierras bañadas por este mar eran romanas. Pero lo importante de este hecho no es la expansión territorial ni lo poderosa que llegó a ser la ciudad de Roma, lo importante es un fenómeno conocido como romanización, que supuso que todos estos territorios adoptaran la civilización romana, su lengua, sus costumbres, sus leyes, sus manifestaciones artísticas, etc. Esta unidad política y cultural empezó a fragmentarse en el s IV, cuando Teodosio dividió el imperio entre sus hijos y cada uno siguió un camino diferente y, se consolidó en el s V cuando la mitad occidental se fragmenta en un varios reinos independientes. En los siglos posteriores, tres civilizaciones coexistirán en los territorios del Antiguo Imperio romano: la Europa occidental cristiana que surge de la invasión de los pueblos germánicos; el Imperio romano de Oriente conocido como Imperio bizantino y el Islam, civilización que procede de la Península de Arabia y que, desde el siglo VII, se viene expandiendo por Norte y Sur. Los romanos llamaban "bárbaros" a todos los pueblos que vivían fuera de las fronteras del Imperio; su modo de vida y nivel de desarrollo eran bastante inferiores a los de la civilización romana. Muchos pueblos germanos habían sido vencidos por los romanos, pero no desaparecieron y en los primeros siglos de nuestra era protagonizaron una de las mayores migraciones de la historia. Cuando un pueblo crecía necesitaba tierras donde asentarse, para lograrlas luchaba con otros pueblos y el que perdía tenía que desplazarse. (*)Por este motivo y gracias a la debilidad de Roma muchos germanos se instalaron en tierras de Roma sirviendo como soldados o colonos. De esta manera los germanos se romanizaron, pero también Roma se fue germanizando y en sus últimos años los principales generales del ejército romano eran germanos. Con la crisis del siglo III, el Imperio romano se vio obligado a aceptar dentro del "limex", de las fronteras del Imperio, a ciertos pueblos que venían presionando y que ya se encontraban bastante romanizados en sus costumbres. Decían los romanos: "sino puedes con ellos, únete a ellos", y, efectivamente, se admitió a ciertas comunidades a las que se otorgó la cualidad de "foederati", de pueblos federados a Roma. Esta federación se realizaba mediante acuerdos ("foedus"): Roma dejaba a estos pueblos que se establecieran dentro del Imperio, y a cambio, vigilaban las fronteras de otros pueblos más belicosos. El conjunto de pueblos más conocido y que más colaboró con el Imperio fueron los godos. (*) Acordaros de introducir aquí lo que se ha visto en clase sobre las MIGRACIONES (ANEXO al final del tema) La mayor entrada de germanos en el imperio romano se produjo en el s IV, cuando los hunos, dirigidos por Atila, llegaron al centro de Europa desplazando a los pueblos allí asentados. Así, por ejemplo, en el 378 los visigodos derrotaron al emperador oriental y se extendieron por los Balcanes. Nuevas presiones los obligaron a desplazarse hacia la península Itálica, saqueando Roma en el 410, para finalmente asentarse en el sur de la Galia. No fueron los únicos, suevos, vándalos y alanos cruzaron el Rin y tras saquear la Galia se instalaron en Hispania; los anglos, jutos y sajones cruzaron el Canal de la Mancha y se asentaron en las Islas Británicas; los burgundios ocuparon el Ródano y los francos el norte de la Galia. Aunque en teoría se instalaron como pueblos federados de Roma, lo cierto es que el poder imperial se iba reduciendo cada vez más, hasta que en el año 476, Rómulo Augusto (de diez años de edad) fue destituido como emperador de Roma por Odoarco, único emperador godo. Se pone fin así al imperio romano de occidente, que se fragmenta en multitud de pequeños reinos germanos. El imperio oriental, sin embargo, consigue resistir la oleada de invasiones germánicas y sobrevive hasta el s XV. Con las oleadas de invasiones se crearon varios reinos germánicos, de los que sólo sobrevivieron tres: los francos, que se asentaron en la Galia y gracias a Clodoveo, crearon las bases del imperio carolingio medieval, los alemanes instalados en torno al Rin, y los eslavos en las llanuras de Europa central y oriental. Todos estos reinos germanos se constituyeron sobre la base de la cultura romana, ya que su cultura era muy inferior. Tenían distintas costumbres en lo referente a la familia, sus leyes eran mucho más primitivas y su forma de gobierno solía ser una monarquía. Sus monarquías, muy frágiles, empezaron siendo electivas, según las costumbres germanas, pero, por influencia romana aunque de manera muy lenta, acabaron convertidas en hereditarias en muchos reinos. Esta influencia romana se dejo notar en todos los aspectos ya que cuando los godos se asentaban en un territorio determinado, el roce con una gran civilización como la latina tenía más peso y todos estos pueblos volvieron a mirar a Roma para organizarse: el latín siguió siendo lengua oficial, se asimiló el derecho romano, se mantuvo la moneda y la estructura de las ciudades y caminos, e incluso el cristianismo triunfó como religión oficial aunque con distintas tendencias ( arrianismo y catolicismo). Parece claro el porqué la madre de un jefe militar bárbaro aconsejó a su hijo: " si mañana ganarás la batalla, saquea, incendia y destruye, porque aunque vivieras diez vidas no podrías hacer ni la mínima parte de lo que ellos ( los romanos) han sido capaces". Con la llegada de los germanos las ciudades se despoblaron y quedaron como centros administrativos o sedes de obispado. Se perdió el concepto de ciudadano y la sociedad se ruralizo, dando paso a relaciones de fidelidad. La vuelta al campo y la inseguridad hizo que los campesinos buscaran protección en aquellos poderosos que pudieran defender sus aldeas y así comienza la dependencia que estará en el origen del vasallaje feudal. La tierra se convirtió en la principal fuente de riqueza y su posesión quedó en manos de unos pocos nobles germanos. El comercio decayó y en algunos lugares prácticamente desapareció al quedar reducido a mercados locales en los que era más frecuente el intercambio de productos. Muerta la unidad del Mediterráneo, la unidad religiosa e ideológica del Imperio también fue desapareciendo. En el extremo sur oriental nace una nueva religión, el Islam, mientras que en los territorios del norte las Iglesias cristianas de Occidente y de Oriente se separaron (Cisma de Oriente, 1054) hasta crear diferentes rituales y comunidades. En esta época, la religión no es una condición insalvable para la convivencia. Además de estas orientaciones religiosas, en torno al Mediterráneo hay comunidades judías ( religión hebrea) muy numerosas, como en el caso de la Península Ibérica. La cuestión es que las religiones se van a convertir en el eje organizativo de las sociedades y , con el paso de los siglos, irán tomando un cariz excluyente que llevará al conflicto religioso. En realidad, nunca existirá una lucha exclusivamente religiosa. Siempre habrá otros motivos añadidos o principales ( economía, territorio, política, orgullo personal, etc.) pero la religión se convertirá, en torno a finales del siglo XII, en una motivación poderosa para el enfrentamiento con otros y la adhesión con los "nuestros". En un mundo como el de la Edad Media , en dónde poco se conoce de poco, la religión va a moldear sociedades que lo único que tienen organizado es esto. En el mundo del Mediterráneo hay tres grandes religiones monoteístas ( un solo dios) que aparecen por orden (Judaísmo, Cristianismo e Islam) y van influyéndose unas a otras. La intolerancia nace de la convivencia. La intolerancia lleva a la perversión del mensaje humanista de las religiones: se puede matar para imponer la religión. En la Edad Media y Moderna, la religión será el pegamento de la sociedad. No creer nos atrae los males, no creer no está sólo dentro del ámbito de lo individual sino que transciende a lo social. Ser pecador es ser delincuente y el que cree en otra fe, se irá convirtiendo en enemigo. En el imperio de oriente la religión impregnaba la vida y la cultura por lo que eran frecuentes las disputas religiosas. Ya en el s VIII se vivió una grave crisis, la de las querellas iconoclastas, motivada por la prohibición del culto a las imágenes santas que fue considerado idolatría. Aunque el culto fue finalmente admitido, este y otros asuntos motivaron que durante varios siglos los papas de Roma y los patriarcas de Constantinopla se enfrentaran ya que los papas se consideraban la máxima autoridad cristiana mientras que los patriarcas sólo los reconocían como obispos de Roma y por lo tanto, iguales a ellos. En el año 1054 la situación era tan tensa que se produjo la ruptura definitiva dando lugar a la iglesia Ortodoxa en oriente ya la Iglesia católica en occidente. Con el tiempo las diferencias se acentuaron llegando a tener dogmas teológicos, clero, ceremonial e idiomas de culto diferentes. El Islam nació en Arabia en el s VII, como doctrina predicada por Mahoma. El profeta nació en el 570 d. C. en la Meca, un importante centro religioso de Arabia. Allí empezó a predicar una nueva religión tras la visita del arcángel Gabriel, pero esta nueva doctrina no gustó a toda la población y tuvo que huir. En el año 622 Mahoma sale de la Meca para refugiarse en Medina. Este es el año de la Hégira, el año con el que se inicia la era musulmana. Allí inicia de nuevo la predicación y de allí parte la expansión territorial de esta nueva religión. Cuando en el 632 muere Mahoma, la mayoría de los árabes se han convertido al Islam y esta religión domina casi toda Arabia. Y AQUÍ DEJAMOS LA TEORIA SOBRE LAS RELIGIONES QUE DIVIDEN EL MEDITERRÁNEO, AUNQUE NO EL TEMA. PARA COMPLETARLO DEBEÍS REALIZAR UN TRABAJO EN EL QUE PROFUNDICEIS SOBRE LAS CREENCIAS, RITOS Y COSTUMBRES DE LAS CUATRO RELIGIONES (Judía, Cristiana católica, Cristiana ortodoxa e, Islam) QUE HEMOS MENCIONADO EN EL TEMA. LA EXTENSIÓN DEBE SER DE UN FOLIO POR LAS DOS CARAS SIN ILUSTRACIONES. De manera voluntaria podréis explicarlo en clase a vuestros compañeros, lo que llevará nota extra, pero he dicho EXPLICAR, no leer. Además, os dejo un TEXTO PARA REFLEXIONAR, sobre el que debatiremos en clase. "Dos ideas suelen alimentar la intolerancia y la falta de respeto en materia de religión. La primera, que nuestra religión es la única verdadera y las demás son falsas o tienen fallos morales. Pero la gente que opina así también puede creer que los demás merecen respeto por sus creencias, siempre que no hagan daño. Mucho más peligrosa es la segunda: que el Estado y los ciudadanos particulares deberían obligar a la gente a abrazar la forma correcta de abordar la religión. Es una idea que está extendiéndose, incluso en democracias modernas(...). La reaparición de este pensamiento supone una terrible amenaza para las sociedades liberales, construidas sobre la libertad e igualdad El atractivo de la intolerancia religiosa es fácil de entender. Desde niños, los seres humanos son conscientes de su impotencia respecto a cosas fundamentales como la comida, el amor y la propia vida. La religión les ayuda a afrontar la pérdida y el miedo a la muerte; enseña principios morales y hace que la gente los siga. Pero, precisamente porque las religiones son fuentes tan poderosas de moralidad y sentido comunitario, se convierten con demasiada facilidad en vehículos para huir de la impotencia, que tantas veces se manifiesta en opresión e imposición de jerarquías. En el mundo acelerado de hoy, las personas abordan las diferencias étnicas y religiosas de maneras nuevas y temibles. Al aferrarse a una religión que consideran verdadera, rodearse de correligionarios y colocar por debajo a los que no abracen esa religión, pueden olvidar durante un tiempo su debilidad y su mortalidad. Unas buenas leyes no son suficientes para combatir este problema emocional y social. Las sociedades liberales modernas conocen desde hace mucho la importancia de las normas legales y constitucionales que expresan el compromiso con la libertad religiosa y la igualdad de los ciudadanos de distintas religiones. Pero, aunque es crucial que se redacten, las leyes no se aplican solas, y las normas públicas no sirven de nada si no se refuerzan con la cultura y la educación. Necesitamos, pues, pensar más de qué forma utilizar la retórica (y la poesía, la música y el arte) para apoyar el pluralismo y la tolerancia." Revista Futuros, 2008. A pesar de las profundas diferencias ideológicas y organizativas de los diferentes poderes asentados en el Mediterráneo, hay algunos elementos que no cambian y permanecen prácticamente iguales: la sociedad y la economía. En ambos casos, la pervivencia del mundo romano supera las diferencias ideológicas y, aunque cambien los nombres y las justificaciones, la base seguirá siendo la misma. De esta manera, la sociedad medieval se va a caracterizar por la creación de unos estamentos (cerrados), a los que se pertenece por nacimiento, y cuya función social esta previamente determinada. En todo el mundo conocido se desarrolla una sociedad jerarquizada, de rasgos similares, en las que los grupos dominantes son minoritarios, frene a la mayoría de la población, que carece de derechos y participación política. La desaparición de un poder fuerte que garantice la seguridad y estabilidad económica obliga a la población a buscar refugio y seguridad en quien puede dárselo y, en estos momentos, sólo los grandes señores pueden ofrecerlo. Los antiguos patricios romanos, llamados a partir de ahora nobles, se convierten, así, en el único grupo con poder político y económico y la mayor parte de la población pasa a depender de ellos. Para asegurarse su estabilidad ambos grupos aceptan el establecimiento de unos lazos de dependencia, vasallaje, que acabaran derivando en el feudalismo y la servidumbre. La sociedad bizantina es la que va a mantener una mayor similitud con la romana, puesto que perviven las ciudades y el comercio. Pero la inseguridad que se vive en Europa también le va a afectar, marcando algunas diferencias entre la sociedad urbana y la sociedad rural. En ambos casos el grupo dominante es la aristocracia latifundista, los propietarios de la tierra. Por debajo de ellos, con poder económico, peor sin prestigio social o político, en las ciudades viven los grandes comerciantes, que no tienen reflejo en el mundo rural, donde, por el contrario, tienen una gran importancia los colonos, las personas que trabajan la tierra que no es suya. Un rasgo peculiar de la sociedad bizantina es que aunque en un principio predominaban los grandes propietarios latifundistas, como en el imperio occidental, con el tiempo el número de pequeños propietarios rurales aumentó, ya que en cada Thema se concedía a los soldados pequeñas parcelas de tierra para su manutención con la condición de que las defendieran con su propio armamento. En el mundo musulmán la división la da en primer lugar la religión y por ello se habla de musulmanes y no musulmanes que están obligados a pagar impuestos. El grupo de los creyentes no es uniforme y, al ser una sociedad urbana y comercial, se pueden establecer tres grupos, dominados por la aristocracia, similar a la cristiana, formada por los grandes propietarios. En su mayoría son de origen árabe, descendientes de los conquistadores. Por debajo de ella se desarrolla un amplio grupo intermedio formado por los comerciantes, artesanos y funcionarios públicos que, aunque tienen una gran importancia económica, apenas participan en política. Y en el último nivel se sitúan los campesinos y artesanos, con una situación económica difícil y ninguna representación política. La sociedad carolingia sienta las bases de la sociedad medieval europea. El derecho de conquista ha convertido al rey en el único propietario de la tierra, pero la imposibilidad de gestionarlas directamente y la necesidad de pagar a los nobles que le apoyan en sus guerras, hace que se las ceda a los grandes señores, quienes disfrutarán de ellas como si fueran propias. De esta manera, los campesinos libres quedan bajo la protección del señor, pero también ligados a él con una serie de obligaciones que les acabarán convirtiendo en siervos. El otro elemento que no cambia con la llegada de los barbaros es la economía, principalmente porque la mayoría de la población era romana y porque la economía de los “godos” estaba menos desarrollada que la romana. La actividad económica más importante y fundamental de la edad media es la agricultura ya que la tierra era la principal fuente de poder y riqueza. Pero aquí se acaban las similitudes. En el mundo bizantino cada provincia se especializó en un producto, el que mejor se adaptaba a sus características, que luego intercambiaban gracias a un potente comercio interior bien organizado y gestionado. En el mundo carolingio el comercio prácticamente desapareció, lo que motivó que cada región se autoabasteciera, desapareciendo el comercio y con él las ciudades. En el mundo musulmán el comercio fue un complemento fundamental a la agricultura, que se especializó en el regadío y la huerta. La artesanía conoció un gran desarrollo en el mundo árabe y bizantino, gracias a la pervivencia del comercio, que fue otro elemento fundamental del desarrollo de estos imperios. El imperio bizantino se convirtió en uno de los principales enclaves de las rutas que unían oriente y occidente, exportaba telas, vinos y productos manufacturados e importaba productos de lujo. Para los árabes el comercio es la principal fuente de riqueza, puesto que a su experiencia comercial (caravanas en el desierto) se une su ubicación geográfica en la encrucijada de las principales rutas conocidas. ANEXO: LAS MIGRACIONES MIGRACIÓN es la acción de pasar de un país a otro para residir en él. De esta manera: EMIGRAR supone abandonar el lugar de origen por un tiempo prolongado indefinido. INMIGRAR implica llegar a un lugar y establecerse en una comunidad “receptora” Todas las personas que migran son a la vez emigrantes, porque salen de un lugar e inmigrantes, porque llegan a un lugar. Las principales causas que las motivan son: ECONÓMICAS: ya sea por falta de trabajo o por mejoras salariales. SOCIALES: por persecuciones religiosas o políticas, por guerras, por discriminación, … NATURALES: terremotos, tsunamsis, huracanes, sequias, inundaciones, etc. En la actualidad las migraciones se pueden clasificar según: DURACIÓN: en Temporales: si se vuelve al lugar de origen o; Definitivas: si se establece de forma permanente CARÁCTER: en Forzadas: generalmente por causas naturales o políticas y, Voluntarias Además de Regulares o legales, cuando se entra legalmente o, Irregulares, cuando se carece de permiso de residencia. DESTINO: Interiores: si se realizan dentro del mismo país Exteriores: si se cruzan fronteras. En este caso pueden ser: Continentales: dentro de un mismo continente Intercontinentales: cuando se cambia de continente Transoceánicas: cuando se cruza un Océano en el desplazamiento. (Generalmente este término se utiliza para las migraciones europeas a América)