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Artículos
¿Cómo montar mi ofrenda?
Los 21 guardianes, la Isla de Janitzio y el Día de Muertos
Las fotografías Post-mortem, un ritual visual a los que
han partido.
Itzcuintli/techichi, compañero de vida y muerte
Fiesta, cultura y tradición en día de muertos en Michoacán
La Muerte en el México Prehispánico
Los 4 años hacia la nada y hacia lo esencial
La Leyenda de la Llorona
La Catrina y el Día de Muertos
El pan de muerto
Los Tzompantli de México- Tenochtitlan, edificios del culto a la muerte.
Lección 2 Aprende Náhuatl
Calaverita 1° Lugar
Calaverita 2° Lugar
Calaverita 3° Lugar
Día de Muertos en Pomuch, Campeche.
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¿Cómo
montar mi
ofrenda?
El copal es para los indígenas lo que el incienso para los españoles. Con la fragancia
que despiden, se cree, se limpia el lugar de la ofrenda de los malos espíritus para que
el alma pueda entrar sin ningún riesgo.
Las flores. La flor representativa de la festividad es la de cempasúchil. En el pasado
se creía que esta flor tenía propiedades curativas, sin embargo ahora sólo se utiliza
para adornar y aromatizar, algunas veces se deshoja para hacer caminos de pétalos
que guíen al difunto del cementerio a la ofrenda, y de regreso.
El petate. Se coloca ya sea para que las ánimas
descansen o sobre la mesa para colocar los elementos de la ofrenda.
El pan. Uno de los elementos indispensables del
altar es el pan, símbolo de fraternidad reconocido
como “el cuerpo de Cristo”.
La ofrenda comprende una práctica sagrada en la que las dádivas se representan a
través del pan, la sal, la fruta, el agua, el vino y el alimento preferido del difunto. Se
pueden enriquecer según la tradición de la región, comunidad o familia e incluir otros
elementos que personalicen el acto. La ofrenda es, entonces, el reencuentro con un
ritual que convoca a la memoria para dialogar con el recuerdo de los muertos.
Un retrato. Se cree que la imagen debe permanecer escondida para que sólo pueda verse con
un espejo, una manera de explicar que el difunto
está pero ya no existe.
Desde otro punto, la ofrenda es la fusión del viejo y el nuevo mundo que permitió la
integración cultural de las costumbres europeas (flores, veladoras) y las tradiciones
indígenas (copal, flor de cempasúchil y elementos naturales).
Entre los elementos imprescindibles que debe contener una ofrenda están:
El mole, las calaveras de azúcar, el licor, una cruz
de ceniza y papel picado se colocan para que con
sus aromas, colores y recuerdos se complete la
mesa y escenografía en cada hogar.
Fuente: La ofrenda de Día de muertos, un ritual de la memoria, Javier Macedo.
El agua. Fuente de vida. Después del recorrido que han transitado las ánimas, se
ofrece el líquido para mitigar su sed y fortalecer su regreso.
La sal. Como elemento purificador ayuda a que el cuerpo no se corrompa y se mantenga en condiciones para su viaje de vuelta y su próxima venida.
Velas/veladoras. Las velas simbolizan la luz que guía a las ánimas en su visita y de
vuelta a su morada. La flama simboliza la luz, la fe y la esperanza; en el México antiguo se utilizaban rajas de ocote, las que se intercambiaron por veladoras o cirios.
En la tradición indígena cada vela representa a un difunto, y su color dependerá de la
condición de la familia: los cirios morados son señal de duelo.
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Los 21 guardianes, la
Isla de Janitzio y el Día
de Muertos
D
e acuerdo a la leyenda, en esta noche, al ocultarse el astro brillante, surgen
las sombras de Mintzita, hija del Calzoncin Tizintzicha, y de Itzihuapa, hijo
de Taré y heredero de Janitzio. Locamente enamorados, Mintzita y Itzihuapa
no pudieron desposarse por la inesperada llegada de los conquistadores. Preso ya
el Calzoncin, padre de Mintzita, por Nuño de Guzmán, quiso la princesa rescatarlo
ofreciéndole un tesoro que se encontraba bajo las aguas, entre las islas de Janitzio
y La Pacanda.
Itzihuapa quedó convertido en el vigésimo primer guardián de la
riqueza.
En la noche del Día de Muertos, al lúgubre tañer de los bronces de Janitzio, despiertan todos los guardianes del tesoro y suben la empinada cuesta de la isla hasta el
panteón, al cuál llegan una vez que este yace alumbrado por miles de cirios y veladoras, se embriagan con el aroma de las flores.
Los dos príncipes, Mintzita e Itzihuapa, se dirigen al panteón para recibir la ofrenda de
los vivos a las luces plateadas de la luna.
Ahí, ambos espectros se musitan al oído palabras cariñosas y, ante las llamas inciertas
de los cirios, se confunden y ocultan de las miradas indiscretas de los vivos.
En tanto, las estrellas fulguran intensamente, las campanas repican y, abajo, las aguas
del lago gimen como un alma en pena, recordando a los 21 seres que protegen el tesoro de los Calzoncin purépechas.
Fuente: 50 leyendas purépechas, Antonio Lizaldi Bravo.
Recopilado por Arvin Hernández Villaseñor.
Y cuando el esforzado Itzihuapa se aprestaba a extraerlo, se vio atrapado por
veinte sombras de los remeros que lo escondieron bajo las aguas y que fueron sumergidos con él.
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Las fotografías
Post-mortem, un
ritual visual a los
que han partido
M
uchos de los rituales del duelo son acerca de los recuerdos vividos. El ritual de
la producción de recuerdos no debería de pasarse por alto. Un bebé olvidado
causa mucho dolor.”
“La muerte para la conciencia colectiva es claramente el tránsito de la sociedad visible a la invisible” (Hertz, 1990).
A principios de la mitad de 1800, una fotografía post mórtem era una forma popular
de honrar y recordar a un muerto. Muchas de las fotografías eran tomadas poco después de la muerte, y se podían ver increíblemente naturales, especialmente si el fallecido estaba de pie. Las fotografías post mórtem de niños eran particularmente comunes, tal vez porque su tasa de mortalidad era muy alta durante la época Victoriana.
La fotografía post-mortem, imagen del sujeto captada tras el deceso del mismo,
constituye uno de los paradigmas más directos de la propia finalidad de la fotografía y
del enfrentamiento del ser humano frente a la muerte desde el nacimiento del medio
hasta nuestros días. En el propio acto fotográfico está implícita la necesidad paradójica de generar recuerdos visuales con los que combatir el olvido y negar la muerte,
característica que por tanto poseen todas las fotografías. El origen y la aceptación de
la fotografía post-mortem puede atribuirse a factores de carácter más práctico y funcional y es quizás por ello, que en la literatura sobre este tipo de imágenes no haya
profundizado siempre en los factores emocionales del doliente, es decir, de quien solicita al fin y al cabo captar el retrato de su difunto, como en su uso social. Si se toma
como ejemplo la primera etapa de práctica del género, son numerosos los casos en
los que la familia no dispone de ningún otro retrato de la persona en vida por lo que
la obtención de la fotografía post-mortem se convertía simplemente en “la fotografía”.
Antes de la fotografía, a través de la pintura se representaba a los pequeños difuntos de tres maneras: como angelitos, como si estuvieran vivos y llegando al cielo.
Cuando dicho formato fue sustituido por la fotografía se comenzó a retratar a niños
pequeños a fin de conservar un recuerdo de su corta vida y celebrar su “partida al
cielo como angelitos”. Era común que los vistieran como santos, monaguillos o como
si aún estuvieran vivos, incluso son sus juguetes. Esta práctica fue conocida como “La
Muerte Niña”.
Los niños fallecidos o Angelitos se retrataban con los ojos cerrados, si vivieron poco
tiempo y fueron bautizados, esto es, estaban libres de pecado; pero si nacieron muertos o murieron sin bautizar, se les abría los ojos para que al entrar al cielo pudieran
ver la Gloria de Dios.
No era extraño que los padres aparecieran junto a los niños muertos simulando estarlos arrullando. Se intentaba dar un toque espontáneo a las imágenes y mostrar las
relaciones de los pequeños con familias. A veces se les retrataba con sus hermanos,
hermanas o toda la familia junta.
Fuente: El sujeto efímero: la fotografía como culminación dl lugar de la muerte en la imagen popular, Jesús Jiménez Varea.
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Itzcuintli/techichi,
compañero de vida
y muerte.
C
uando los europeos llegaron
al continente americano en
el siglo XVI, quedaron impresionados ante las expresiones
culturales de los pueblos autóctonos y
la exuberancia del entorno que habitaban. Entre las rarezas que hallaron,
había una criatura a la que inicialmente
confundieron con un caballo enano. Se
trataba en realidad del xoloitzcuintle,
un canino endémico de México y Centroamérica.
“Convivía con los antiguos mexicanos
de diversas culturas como compañero
incondicional de su propietario, incluso
después de su muerte, pues se creía
que acompañaba a sus dueños a transitar el camino hacia el Mictlán -el inframundo o sitio del eterno descanso- y
servía como ofrenda funeraria para sus
amos”.
“Los perros de esta tierra tienen
cuatro nombres: llámanse chichi y
itzcuintli, también xochiocóyotl y
también tetlamin, y también teuízotl. Son de diversos colores hay
unos negros, otros blancos, otros cenicientos, otros buros, otros castaños
oscuros, otros morenos, otros pardos
y otros manchados”.
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El término xoloitzcuintle se origina
del náhuatl: xólotl, extraño, deforme,
esclavo, bufón, y de la palabra itzcuintli, perro. En la mitología mexica, Xólotl
era el dios de la transformación, de los
gemelos o lo doble, la oscuridad nocturna, lo desconocido, lo monstruoso y
la muerte; era considerado el hermano
gemelo y contraparte del dios Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, quien
representaba la vida, la luz y el conocimiento. Ambos dioses encarnaban un
rostro antagónico del planeta Venus en
su tránsito frente al Sol.
Recopilado por Arvin Hernández Villaseñor.
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El Xoloitzcuintle que conocemos actualmente es
primo del perro prehispánico, si vemos sus representaciones en códices o cerámica, veremos algunas
diferencias, en tiempos antiguos los perros eran más
pequeños de estatura y más regordetes, el Xoloitzuintle actual es más alto y fuerte, lo que se debe
a la cruza genética de las tres especies de perros
prehispánicos en México. El perro es un ser nocturno que conoce los caminos en la oscuridad y puede
ver los espíritus, Desde la época prehispánica hasta
hoy, los mayas y los nahuas creen que “los perros
ven muy bien de noche a las almas que salen de los
cuerpos cuando éstos duermen, por eso aúllan”.
Hacían al difunto llevar consigo un perrito de pelo
bermejo, y al pescuezo le ponían hilo flojo de algodón; decían que los difuntos nadaban encima del
perrillo cuando pasaban un río del infierno que se
nombra Chiconahuapan. Dicen que el difunto que
llega a la ribera del río arriba dicho, luego mira el
perro y si conoce a su amo luego se echa nadando
al río, hacia la otra parte donde está su amo, y le
pasa a cuestas.
Para saber más:
Granados Alvarado Jorge (2012), Xoloitzcuintle, compañero de vida y
muerte, National Geographic, artículo páginas 15-18, México.
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11
A
los niños o angelitos se les pone dulce, chocolate y juguetes; mientras a lo difuntos
adultos se les pone comida más elaborada y en su mayoría la bebida alcohólica de su
preferencia, sin que pueda faltar las flores que complementan la belleza de los altares.
Cada región del país posee una manera particular de celebrar a sus muertos por ello es importante conocer la diversidad de ofrendas y sus significados más cercanos.
Ofrenda de Jarácuaro, Erongarícuaro, Michoacán. Pueblo indígena p’urhépechas (purépecha).
Los purépechas habitan principalmente en la zona lacustre y montañosa del estado de Michoacán. Es tradición que a los difuntos que cumplen el primer año de su fallecimiento se les
realice un novenario que inicia una semana antes de las fechas de todos santos.
Dos días antes de concluir el novenario se sacrifica un cerdo para que la carne esté lista para
el pozole que se ofrecerá el día noveno. Este día llegan los padrinos de bautizo del difunto,
ellos llegan con el arco de carrizo ya adornado con flores de cempasúchil y terciopelos. Después de hacer los rezos y poner la ofrenda se come el pozole entre los asistentes para después
llevar el arco al panteón. Ahí se inicia la velación que dura toda la noche hasta el amanecer.
Fiesta, cultura y tradición
en día de muertos en
Michoacán.
El día de Muertos en México es una fiesta que vale la pena vivir. Por eso desde el 2003 la
Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
reconoce esta tradición mexicana como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la
Humanidad.
En el calendario agrícola, la festividad de día de muertos coincide con el final del ciclo del
maíz y esto se reitera de alguna manera el homenaje que se le hace a la muerte a través de
ofrendas llenas de comida, donde la base es el mismo maíz. Las ofrendas forman parte fundamental de la festividad del Día de Muertos, pues es una manera de hacer que nuestros difuntos nos visiten para volver a gozar de los placeres mundanos. Así es como una vez al año, las
casas mexicanas y muy en especial las de los pueblos indígenas, abren la puerta para recibir a
sus antepasados.
También se conoce esta festividad como los Fieles Difuntos y se divide entre los difuntos
chiquitos y los adultos, pues a cada uno se le ofrendan cosas diferentes.
Fuente: Noche de muertos, Animeecherikuinchekua, Benjamín Lucas Juárez.
Recopilado por Arvin Hernández Villaseñor.
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En la casa del difunto queda el altar que dura dos días más después de la fecha 2 de noviembre, el arco floral se queda en el panteón y las frutas y panes que tenía el arco se desprenden y
se llevan al altar de difunto.
En Michoacán, las celebraciones comienzan desde el 31 de octubre, con la cacería del pato,
actividad a punto de desaparecer por la escasez de palmípedos, pero que aún se efectúa, a la
que sigue la colocación del altar de “angelitos”, el día 1º de noviembre, para concluir con las
honras a los difuntos el día 2. Estos rituales se llevan a cabo principalmente en la región la
custre del lago de Pátzcuaro y algunas otras comunidades purépechas.
Velación de los Angelitos.
Para el día 1º de noviembre se ponen ofrendas y altares a los “angelitos”, o muertos chiquitos
que han dejado el mundo de los vivos. Si es su primera ofrenda, el padrino de bautizo lleva
un arco, el cual será arreglado con flor de cempoalxóchitl o tiringuini-tzitziqui (en purépecha, flor amarilla) y flor de ánima, propias de esta época; asimismo, lleva dulces de azúcar con
figura de ángel o de animalitos, juguetes e inclusive ropa, como parte de la ofrenda.
Velación de los Muertos.
Como ya dijimos, el día 2 de noviembre la ofrenda está dedicada a los difuntos grandes o
adultos. La velación comienza la noche del día primero con la preparación de las ofrendas
que se han de colocar en las tumbas o en los altares familiares y concluye ya entrada la mañana del día 2. Para los muertos recientes, es decir los de primera ofrenda, las honras empiezan
con el novenario, que inicia nueve días antes, haciendo coincidir el último día con el de muertos; familiares y amigos allí reunidos rezan el rosario y piden por el eterno descanso del alma
del difunto.
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La muerte en el
México
Prehispánico
D
esde siempre, las sociedades humanas han manifestado su preocupación sobre el destino de los individuos al momento de perder la vida. Cada
cultura idealizo el lugar de donde sería la
última morada de sus seres queridos, y por
supuesto en Mesoamérica se formó una
visión muy particular.
Según la cosmogonía mexica, el individuo
poseía tres entidades anímicas que lo relacionaban con las tres regiones que estaban
dividido el universo; el tonalli que era el
calor que proporcionaba el Sol a los individuos que dictaba el destino de los hombres
según su fecha de nacimiento pertenecía a
los cielos y residía en la cabeza, el ihiyotl se
relacionaba con el inframundo residiendo
en el hígado y era el que dictaba el carácter
del hombre (también propiciaba las enfermedades en el individuo o podía afectar a A diferencia de otras culturas en el que sus
otras personas, aún se desconocen muchas destinos después de la muerte dependía de sus
cosas de su concepto) y por ultimo está el acciones en vida, en los pueblos mesoamericanos
teyolia que era propiamente el alma y resi- esto no tenía importancia, ya que lo que impordía en el corazón. De este último es el que taba era la forma de morir, por lo que se crearon
se conoce a detalle el destino después de la diferentes destinos según su final: el Tlalocan
para los que murieron por causas relacionadas al
muerte.
agua, seguir los pasos del Sol para los guerreros y
madres muertas en el parto, el Chichihualcuauhco para los bebes muertos donde eran amamantados mientras esperaban otra oportunidad de
regresar al mundo, y el Mictlan gobernado por
Mictlantecuhtli, su esposa y los demás dioses de
la muerte y enfermedades donde iban a parar los
que morían por causas naturales.
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L
a participación de los dioses de la muerte en la formación del mundo fue muy variable
según la cultura, es común la existencia de un antagonismo a la creación del mundo
como lo que se relata en el Popol Vuh, o cuando Mictlantecuhtli impidió a Quetzalcóatl
llevarse los mejores huesos de las generaciones pasadas para crear la nueva humanidad, llegándolo a matar y estropear los huesos que provocara que los defectos de las personas. Pero
hay otro caso diferente relatado por los hopi, en el que su dios de la muerte Masawu fue el que
ayudo a la humanidad a emerger de la tierra para entrar en la cuarta era que según su concepción es en la que vivimos.
A
pesar de la ausencia del mundo material, las familias le guardaban un gran respeto
a sus difuntos los cuales recibían veneración con ofrendas de alimentos y flores, los
cuales el alma de los muertos solo tomaban su aroma como alimento. Para conmemorar su memoria, se les asigno dos fechas para dedicarles ofrendas, el Miccailhuitontli dedicado a los muertos pequeños y el Xocotl Huetzi dedicado a los muertos mayores, ambas fechas
estaban separadas por 15 días aproximadamente y se celebraban en el verano. Aquí encontramos un paralelismo con el O-bon en Japón que se celebra a sus muertos y que al igual que las
celebraciones mexicas se celebra en julio o en agosto, dependiendo del calendario lunar.
Con la conquista y evangelización de los indígenas, los religiosos cambiaron la fecha de ce-
lebracion para el 1 y 2 de noviembre, días en los que en el calendario cristiano se le dedican a
todos los Santos, con lo que se combinaron los ritos mesoamericanos con los católicos, enriqueciéndose esta tradición milenaria que sigue más viva que nunca.
Federico Flores Pérez.
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Los 4 años hacia
la nada y hacia
lo esencial
S
i bien es cierto que las fuentes indígenas,
en particular los nahuas, nos hablan de
las moradas ultraterrenas: Ilhuicatl-Tonatiuh, Tlalocan-Tamoanchan, Mictlan, Chichihuacuauhco. No significa necesariamente que
sean moradas definitivas, que se pasaba toda la
eternidad en ellas. Las mismas fuentes nos hablan del misterio del Mictlan como el lugar de
la muerte definitiva y de la desintegración del
difunto, volviendo su conciencia a la nada más
no así su esencia, la carga divina que posee.
El paso por cada uno de los lugares del Mictlan significaban el desgaste de la conciencia
del difunto hasta llegar finalmente la Ximoayan “el lugar donde están los descarnados”
pues a lo largo de la travesía por los 8 lugares
previos de un modo u otro se desgastaba, se
destruía, se iba consumiendo el difunto, hasta
que finalmente en el Chiconauhmictlampa o
Chiconauhmictlan cuando finalmente llegaba allí se moría definitivamente se dejaba e
existir, lo cual se reflejaba en la tierra entre los
deudos como por medio de ceremonias memorando al difunto: cada veintena hasta llegar
a 4 (80 días) luego al año, a los dos, a los tres
y finalmente a los cuatro, llegado este tiempo
se cortaban los vínculos con el difunto cuya
figura pasaba a fusionarse a la de los ancestros
o bien a la del héroe cultural.
E
l difunto, como un ser individual y consiente de su existencia dejaba de existir, pero
ello no significa que se volviera a la nada todo lo que conformó. Recordemos que al ser
creado el mundo los dioses dejaron parte de su ser o esencia en diversos objetos o seres
que los caracterizaban en la tierra, por ejemplo Xólotl con los magueyes dobles, las plantas de
maíz dobles o el axolote, las deidad dejó parte de su esencia en esos seres vivos que al morir
volverán a donde nacieron a la tierra sufriendo un desgaste similar del cual la esencia del dios
es lo que queda, a esto Alfredo López Austin hace llamar la “semilla-corazón”, la cual para
recuperar fuerza divina debe estar en el anecúmeno por un tiempo siendo resguardada en el
interior del Monte Sagrado, una vez que tiene la fuerza necesaria renacerá como otro ser vivo
asociado a la deidad que lo creó (es decir que un axolote renacería en un maguey doble, por
ejemplo) y esta misma condición sucedería con los hombres, el ejemplo del tránsito al Mictlan lo deja muy claro, mientras que en las otras moradas sucederían desgastamientos semejantes, por ejemplo, en el Ilhuicatl-Tonatiuh tras cuatro años los guerreros muertos acabarían
de morir, de desgastarse y sus semillas-corazón tras un tiempo en el Monte Sagrado se convertirían en seres vivos asociados a Huitzilopochtli: como los son los colibríes, las mariposas
o las águilas. Las mujeres muertas en parto quizá tuvieran un destino semejante, solo serían
cihuateteuh por 4 años y luego de desgastarse sus semillas-corazón renacerían en otros seres
asociados a Cihuacoatl-Quilaztli y los niños sacrificados a honra de Tláloc por 4 años serían
tlaloqueh y luego también sus semillas-corazón renacerían de otros seres asociados a Tláloc,
como el temible ahuizotl.
El Monte Sagrado sería entonces el Huilohuayan “el término o paradero de todos los viandantes”, otra forma de nombrar a la región de los muertos pero la que a la par resguarda la
esencia divina de la vida: las semillas-corazón.
Si bien es cierto que podría recordarnos a la rueda del karma
de las castas de India en la que se reencarna según un sistema
de moral, la única diferencia es justamente la extinción, el
degrade de la conciencia. Entre los nahuas la moral y la ética
no rigen tu destino ultraterreno a como las religiones esotéricas monoteístas o las orientales sino otros factores como
el designio del tonalpohualli y el modo de morir, el alma no
trasciende porque para empezar el alma o la noción de tal
no es una sino tripartita y con diferentes destinos a la muerte del individuo (en este caso comentaríamos el destino del
teyolía, el tonalli iba a las moradas superiores y el ihíyotl a las
del inframundo o se quedaba en la tierra como los temibles
“aires”) eso lo describen bien las crónicas, algunos poemas
de Nezahualcóyotl sobre el conocimiento de la región de los
muertos y varios huehuetlahtolli. En Mesoamérica la concepción cosmogónica era enteramente cíclica, de la complementariedad de los opuestos, por tanto no es raro considerar esta
forma de ver los ciclos de vida-muerte pues las mismas fuentes nos atisban al menos una parte de este proceso.
Bibliografía:
López Austin, Alfredo, Cuerpo Humano e Ideología, México, UNAM, 1989,
p. 381
, Las razones del mito, México, Era,
2015, p. 94-97.
León-Portilla, Miguel, La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, México,
UNAM, 2001, p. 303-305.
Soustelle, Jacques, El universo de los
aztecas, México, FCE, 1982, p. 142143.
Sahagún, Bernardino, Historia General de las cosas de Nueva España,
México, Porrúa (Sepán cuantos…
300), 1956.
Gerardo Antonio Ramírez García.
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La Leyenda
de la Llorona
De acuerdo con lo que se escribe en fuentes históricas, más específicamente lo recopilado por Fray Bernardino de Sahagún, sus informantes indígenas le relataron
la profunda preocupación y las angustias de Moctezuma al enterarse de la llegada
de los españoles, lo cuál parecía confirmar los presagios funestos, ocho en total,
que se habían presentado ante los mexicas desde diez años antes de la llegada de
los españoles.
Diez años antes de la llegada de los españoles a estas tierras, apareció en el cielo
cosa maravillosa pero a la vez espantosa, apareció una llama de fuego muy grande
y que terminaba en pico en la parte alta. Cuando el sol salía, esta llama aparecía
al centro del cielo, donde el sol aparece al medio día, esto sucedió durante un año
cada una de sus noches, cuando se le veía a media noche, toda la gente gritaba y
se espantaba pues todos sospechaban que se trataba de un gran mal que caería
sobre ellos.
La sexta señal fue que de noche, el aire llevaba los lamentos en voz de una mujer
que decía: “¡Oh mis hijos, ya nos perdimos!” Y otras veces decía: “¡Oh hijos míos,
a dónde os llevaré?”.
A partir de este relato, en la época de la Colonia se expandió la idea popular que
esta mujer que lloraba y sollozaba se conocía como “la llorona”, y que seguía vagando por la Nueva España al consumarse la caída de los mexicas y la destrucción
de Tenochtitlán, existen muchas variantes regionales en las que siempre, la mujer
central dentro de la leyenda es el antiguo espíritu que lloró a las puertas de México-Tenochtitlán.
Fuente: Historia General de las Cosas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagín.
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La Catrina y El día de
muertos
L
a Catrina como símbolo popular de la muerte (o uno de los símbolos dentro de toda la
cosmovisión y cultura mexicana frente a la muerte) fue bautizada como tal por el muralista Diego Rivera (1886-1957), y aunque en sus obras encontramos representaciones
de esta dama blanca elegante y delgada, no fue el primero en incluirla en su obra, ya que fue
José Guadalupe Posada (1852-1913) el precursor de esta representación.
La palabra “catrín” se utilizaba en aquel tiempo para referirse a un hombre de la aristocracia de los siglos XIX y principios del XX, bien vestido y elegante, y “catrina” era la dama que
le acompañaba, de ahí que Diego Rivera le cambiara el nombre a la “Calavera Garbancera”,
rebautizándola como “Catrina”, apelativo con el que se ha popularizado hasta nuestros días.
La historia de La Catrina empieza durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo
de Tejada y Porfirio Díaz. En estos periodos, se empezaron a popularizar textos escritos por
la clase media que criticaban tanto a la situación del país como de las clases privilegiadas. Los
escritos, redactados de manera burlona y acompañados de dibujos de cráneos y esqueletos se
empezaron a reproducir en los periódicos llamados de combate.
Las Catrinas también estuvieron acompañadas en los periódicos por las famosas calaveras. Las calaveras literarias, son composiciones en verso tradicionalmente mexicanas que en
vísperas del día de muertos se suelen escribir como otra de las manifestaciones de la cultura
popular para hacer burla tanto a los vivos como a los muertos, y recordar que todos nos vamos a morir. Están escritas con un lenguaje satírico o burlesco y son textos muy breves pero
que reflejan todo el espíritu y festividad del mexicano frente a la muerte. Hoy en día se acostumbra que desde que los niños son pequeños, en la escuela, hagan burla o crítica de algún
personaje o situación de interés general o moda con este formato.
Para saber más: La
Catrina: Una imagen para la eternidad, Ingrid Fugelli
Gezan.
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El Pan de Muerto
Comer ‘muertos’ es para el mexicano Los españoles elaboraban un pan
un verdadero placer, se considera la de trigo en forma de corazón bañado en azúcar pintada de rojo,
antropofagia de pan y azúcar.
simulando la sangre. Así surgió el
pan de muerto. José Luis Curiel
El pan de muerto , que es para los
mexicanos un verdadero placer, tiene Monteagudo, en su libro “Azusu origen en la época de la Conquis- carados Afanes, Dulces y Panes”,
comenta: “ Comer muertos es
ta, inspirado por rituales prehispápara el mexicano un verdadero
nicos , y hoy en día es uno de los
placer, se considera la antropofacomponentes más importantes de
gia de pan y azúcar . El fenómeno
las ofrendas dedicadas a los Fieles
Difuntos. Las poblaciones mexicanas se asimila con respeto e ironía, se
desafía a la muerte, se burlan de
especialmente del centro y sur del
país han tenido un gusto particular ella comiéndola”.
por ese pan de fiesta, pan dedicado a
los difuntos que regresan a reencon- Otros historiadores han revetrarse con sus familias el 31 de octu- lado que el nacimiento de ese
bre, 1 y 2 de noviembre, de acuerdo pan se basa en un rito que hacon la tradición de “Día de Muertos” cían los primeros pobladores de
que se ha heredado de generación a Mesoamérica a los muertos que
generación desde hace varios siglos. enterraban con sus pertenencias.
S
En el libro “De Nuestras
Tradiciones” se narra la
elaboración de un pan
compuesto por semillas
de amaranto molidas y
tostadas, mezclado con
sangre que se ofrecían
en honor a Izcoxauhqui,
Cuetzaltzin o Huehuetéotl.
También hacían un ídolo
de Huitzilopochtli de “alegría”, al que después encajaban un pico y, a manera
de sacrificio, le sacaban el
corazón en forma simbólica , pues el pan de amaranto era el corazón de
ídolo. Luego se repartían
entre el pueblo algunos
pedazos del pan para compartir la divinidad.
Se cree que de allí surgió
el pan de muerto, el cual
se fue modificando de
diversas maneras hasta
llegar al actual. El pan
de muerto tiene un significado, el círculo que
se encuentra en la parte
superior del mismo es el
cráneo, las canillas son los
huesos y el sabor a azahar
es por el recuerdo a los ya
fallecidos.
e cree que de allí surgió el pan de muerto, el
cual se fue modificando de diversas maneras
hasta llegar al actual. El pan de muerto tiene
un significado, el círculo que se encuentra en la
parte superior del mismo es el cráneo, las canillas
son los huesos y el sabor a azahar es por el recuerdo
a los ya fallecidos. Esos panes son clasificados de la
siguiente manera: Antropomorfos, son aquellos que
representan la figura humana. Zoomorfos, aquellos
que tienen figura de animales como aves, conejos,
perros, mariposas, alacranes y peces, entre otros.
Son característicos de Tepoztlán, Mixquic e Iguala
de Telolapan. Fitomorfos, son representaciones de
diversos vegetales como árboles, flores, enramadas,
y otros. Mitomorfos, aquellos en que la forma no se
identifica como figura humana, vegetal o animal,
sino que representan seres fantásticos.
Fuente: La flaca vino, la flaca pasó, ¿y el pan de muerto?, ¡la
flaca se lo comió!, de buena semilla, de buena cosecha.
Receta: http://www.mexicodesconocido.com.mx/pan-demuerto.html
Todos tienen unos cuatro o seis huesos,
con o sin representación del cráneo:
Azucarado (el más común y comercial en el centro
del país, pan sencillo espolvoreado de azúcar)
Tradicional (pan sencillo)
Con ajonjolí de Puebla (pan sencillo con semillas
de ajonjolí)
Azucarado de la Mixteca (azúcar roja para las
ofrendas)
Pan de yema de Oaxaca
De vainilla o naranja
Con pan de chocolate (cubierto de azúcar)
Con cubierta de chocolate (pan de chocolate y cubierta de chocolate)
Relleno con figuras (pan azucarado relleno con calaveras, similar a la Rosca de Reyes)
Figuras de muertos con adornos de vacas con leche de chocolate
“El muerto al hoyo y el vivo al bollo”.
Visitas Arqueológicas de México
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Visitas Arqueológicas de México
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Receta
-1 kilo de harina.
-30 gramos de levadura instantánea.
-10 gramos de Maximix 40 (acelerador
que se encuentra en cualquier tienda donde se venden ingredientes para panaderías). Opcional.
-300 gramos de azúcar.
-5 gramos de sal.
-8 huevos.
-100 gramos de mantequilla.
-80 gramos de manteca vegetal.
-200 mililitros de agua (1 taza).
Preparación:
Mezcla la harina con la levadura en el
Maximix 40. Forma una fuente y en el
centro añade la sal, el azúcar y la mantequilla. Posteriormente, agrega poco a
poco los huevos, mezclando a la perfección. Agrega agua y amasa de 30 a 40 minutos o 15 minutos en la batidora con el
gancho especial.
Deja reposar la masa hasta que doble su
tamaño. Después, dale forma a los panes,
decorándolos con huesitos hechos de la
misma masa o con unas figurillas que parezcan muertitos. Unos se embarran con
una mezcla de huevo y agua y se espolvorean con ajonjolí, los otros se espolvorean
con azúcar. Mete la pieza en el horno precalentado a 180º C, y mantenla durante 25
minutos o hasta que estén cocidos. Esto
se sabe cuando al pegarles por la parte de
abajo, suene hueco.
Los Tzompantli de
México- Tenochtitlan,
Edificios del culto a la
muerte
E
n México-Tenochtitlan existían un sinfín de edificios distribuidos a lo largo y ancho del recinto
ceremonia todos ellos con diferentes funciones: administrativos, habitacionales y rituales. Fray Bernardino de Sahagún, afamado fraile franciscano, describe
en su magna obra “Historia General de las Cosas de
Nueva España” cada uno de ellos, contabilizando en
total 78 edificios. En esta ocasión hablaremos de la serie de edificios rituales donde se espetaban las cabezas
de los sacrificados: el tzompantli.
Estos edificios tenían la función de exponer la cabeza
de aquellos cautivos muertos en sacrificio. Después
de que el cautivo era muerto en el gran Cu de Huitzilopochtli, los sacerdotes degollaban su cabeza, posteriormente era descarnizada la cabeza, vaciada la masa
encefálica, los parietales eran agujerados con herramientas punzo-cortantes (probablemente navajas y
cuchillos de obsidiana) y finalmente eran colocados
y expuestos en hilera mediante un palo de madera de
forma horizontal.
De acuerdo a las crónicas, me parece interesante la
descripción realizada por Fray Toribio de Benavente y
Motolinia en su obra.
tas, y de seiscientas en seiscientas y
en algunas partes de mil en mil calaveras; y en cayéndose una de ellas
ponían otras, porque valían muy barato; y en tener aquellos tendales muy
llenos de aquellas cabezas mostraban
ser grandes hombres de guerra y devotos sacrificadores a sus ídolos.
Sin lugar a dudas, este edificio fue
muy importante para los mexicas, ya
que, además de ser un culto directo
a la muerte, servía como una demostración del carácter y perfil belicoso y
guerrero de los mexicas cuyo resultado daba para pensar dos veces antes
de sublevarse a algún pueblo o gobernante sometido.
Las cabezas de los que sacrificaban, especial de las
tomadas en guerra, desollabanlas, y si eran señores o
principales personas los así presos, desollabanlos con
sus cabellos y secabanlas para guardar.
De esta había muchas al principio; y si no fuera
porque tenía algunas barbas, nadie juzgara si no
que eran rostros de niños de cinco o seis años, y
causabanlo estar, como estaban, secas y curadas.
Las calaveras ponían en unos palos que tenían levantados a un lado de los templos del demonio; de
esta manera: levantaban quince o veinte palos, más
o menos de largo de cuatro a cinco brazas fuera de
tierra, y en tierra entraba más de una braza, que
eran unas vigas rollizas apartadas unas de otras
cuando (como) seis pies y todas puestas en hileras,
y todas aquellas vigas llenas de agujeros; tomaban
las cabezas horodadas por las sienes y hacían unos
sartales en otros palos delgados pequeños y ponían
los palos en los agujeros que estaban hechos en las
vigas que dije y así tenían de quinientas en quinienVisitas Arqueológicas de México
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Visitas Arqueológicas de México
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Recopilado por: Gerardo Orozco
Bibliografía:
Historia General de las Cosas de Nueva España. Fray Bernardino de Sahagún. Colección
“Sepan Cuantos”, Edit. Porrúa. 2006. México.
Historia de los Indios de la Nueva España.
Fray Toribio de Benavente. Edit. Dastin, S.L.
2003. España.
Lección 2
Palabras para Aprender en está
segunda lección
Kema
Amo
Amo nikmati
Pantzin
Inin
Inon
Papalotl
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Visitas Arqueológicas
Arqueológicas de
de México
México
Visitas
Sí
No
No lo sé
Pan
Ese, esa
Aquél, aquella, el, la.
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27
Pronombres Ligados
Estos pronombres siempre irán acompañados de un verbo, y en caso de
hacer referencia al verbo “ser” podrán llevar un sustantivo.
Ejemplo de Intransitivo
Mauiltia - jugar.
Ejercicio.
La tercera persona del plural y del singular se escribe sólo el verbo, y en
el caso del plural, luego del verbo se sufija una “-h”.
Existen dos tipos de verbo los transitivos, y los intransitivos.
Conjuga los verbos que se te piden (todos están escritos en la tercera
persona del singular)
Nemi (vivir/andar): Él/ella vive/anda.
Patlani (volar): Él/ella vuela.
Miki (morir): Él/ella muere
Los primeros siempre hablarán de un objeto directo, y para ellos es necesario agregar una marca de objeto, que responda la pregunta ¿Qué? o
¿Quién?; y los intransitivos no necesitan de tal marca, solo se conjuga el
verbo, con el pronombre ligado.
Autor: Victor Gutiérrez
Visitas Arqueológicas de México
Visitas Arqueológicas de México
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29
CALAVERA PARA VAM
Un día común la muerte malhumorada estaba,
pues hacía tiempo recorridos organizaba,
y no atraía a muchas almas.
La muerte entusiasmada por ser guía
en el profundo Mictlán, sin nadie
que la escuchara, desolada se sentía,
porque el poco público solo a llorar iba.
Entonces, decidió salir
a despejar su mente,
para ver si en las ruinas arqueológicas,
una solución se hacía presente.
Observando el paisaje estaba,
la huesuda sentada en un basamento,
cuando un par de guías y su grupo
se acercaron a apreciar el monumento.
La hueca mirada puso atención a los presentes:
Arvin y Gerardo que dirigían el contingente.
La voz fuerte de Arvin
se escuchó con gran estruendo.
-¡No se atrasen señores,
que tenemos poco tiempo!
Autor: Magally Castilla Jacuinde
Corrección de estilo: Lidia Castilla
Jacuinde
Visitas Arqueológicas de México
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Gerardo, para amenizar el recorrido,
Dijo a viva voz;
- ¡Si hoy gana el América,
los pulques los disparo yo!
Desesperado estaba Arvín,
porque ya se hacía de tarde,
pero con un cigarro y una coca,
consiguió apaciguarse.
Todos gritaron de contentos,
y desde el fondo se escuchó:
-¡Viva el pulque y el tío Gerardo!
¡Hey, oh, let´s go!
Detrás de unos arbustos,
salieron los niños corriendo,
transparentes del susto,
por una broma que Alan les había
hecho.
Quien dirigía la porra, era nada menos que
Al estar todos reunidos, Gerardo exEnrique,
conocido era por poner el desorden siem- clamó;
-¡Les vamos a hacer preguntas,
pre.
a ver si pusieron atención!
El grupo continuó caminando
Karla, comiendo una torta
sin advertir a la muerte que los seguía,
hizo la que no escuchó,
cada vez más convencida,
que a sus recorridos les faltaba esa alegría. y Carlos con su cámara en mano,
como un flash desapareció.
A la sombra de un árbol,
Para animar la participación,
todos se sentaron
los guías dieron regalos.
menos Hugo y Sonia,
-Quien responda correctamente,
porque sus hijos se les extraviaron.
será el afortunado.
Como Sonia no los encontraba
Neto, alzó la mano a la primera,
se puso a cantar, para Arvin y Hugo,
pero Arvin ni lo peló,
que es el tepalcatero oficial.
y por decir fuerte la respuesta,
Tania y Marilú, los fueron a buscar,
Máximo se lo llevó.
mientras Gabriel imaginaba,
En la segunda pregunta,
la pulquería a la que iba ir a parar.
el regalo se tuvo que rifar,
pues aunque muchos hablaron
todos contestaban mal.
Visitas Arqueológicas de México
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Al terminar, los aplausos
sonaron con un gran eco,
y las panzas de todos,
los que ya estaban famélicos.
A su paso por el pasillo
cada uno en su asiento tembló,
dirigiéndose a los viajeros de VAM,
estás palabras pronunció;
En cada zona visitada
se toma foto grupal.
Al grito de… ¡Sí cabemos!
Que ya es costumbre escuchar.
-Me sorprende que no me hayan descubierto.
Desde hace horas, los he estado siguiendo.
Todos reunidos caminaron al camión,
donde Salvador, el chofer, los esperaba
con su autobús, “El halcón”.
Me agrada este grupo
y sus guías en especial,
y por eso este autobús
se va derechito al Mictlán.
Cada uno en su asiento iba con gran emoción,
a comer cecina y queso,
que Fernando recomendó.
La muerte observaba atenta
cómo todos convivían,
con guadaña en mano afirmaba
que al Mictlán a todos se llevaría.
La muerte con gusto aceptó, pero con
una condición.
Que ella sería la guía, y que en su
revista,
le dicarían una publicación.
Ahora todos pasean por el Mictlán
felices,
saludando a sus parientes muertos
y a una que otra, deidad ilustre.
Tomando selfies con Mictlantecutli,
tepalcateando restos del inframundo,
esperando que el “wifi” se active
para subir a Facebook las fotos del
otro mundo.
Ipso facto los oyentes
dejaron de temblar,
al saber que el lugar de sus ancestros
iban a visitar.
Los guías se emocionaron
por ir a ese sagrado lugar,
aunque sabían que no habría chelas,
ni “OXXO popular”.
Sentados Joel y Víctor,
en los lugares del final;
a un lado de Kike y Jorge,
vieron a la muerte pasar.
Todos en mutuo acuerdo decidieron
viajar,
aclarándole a la muerte,
que pasando día de muertos,
tendrían que regresar.
Uriel tomando agua de horchata
de un grito la escupió,
tan visible estaba la calaca,
que Ale, escalofríos le dio.
Autor: Magally Castilla Jacuinde
Corrección de estilo: Lidia Castilla
Jacuinde
Karen se puso pálida
y enseguida se desmayó,
Sebastián su novio,
del susto se vomitó.
Visitas Arqueológicas de México
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Visitas Arqueológicas de México
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Rondando por la calle a la huesuda encontré, donde vas flaquita chula, mi atención
yo le brindé.
Voy tras unas almas que a mi casa llevaré,
pero por irme de farra no recuerdo donde
las dejé.
Unos viajeros yo vi allá por Parque Victoria, una de ellas identificada como Sonia, la
Cantadora.
A dónde van tan contentos, sonora se oyó
su voz, vamos a un largo viaje quizá sin
vuelta atrás a donde nos lleve Chava ese,
ése sí sabe llegar.
Perdiéndose a lo lejos el camión se retiró,
cubriéndose de sombras que la noche regaló.
De camino hacia el Mictlán el camión se
preparaba, mientras Enrique, el Tocayo,
una ronda nos pasaba
Gabrielito muy contento ya la ropa se quitaba, tranquilo le dijo Hugo mientras el
atole derramaba.
Uriel, desconcertado por aquel pequeño
susto, ya nada pudo hacer mejor se murió
de gusto.
De chocolate el atole que a sus piernas derramó, mejor écheme una chela, no amigo
de eso ya no sobró.
Arvin enojado nos bajó a callar la boca, ya
dejen dormir a la gente me van a meter en
bronca.
Salud se escuchaba anoche en la casa del
mezcal el grupo traía cuerda no los podían
parar.
Tío Gerardo se quedó a acompañar la velada, pero también resintió la cruda por la
mañana.
A los fiesteros de anoche Arvin les advirtió
que si temprano no estaban al panteón los
mando yo.
Autor: Joel Páez V. Octubre 2015
Visitas Arqueológicas de México
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El calendario Azteca, anuncia ya
días de fiesta en el Mictlán
1 y 2 de noviembre días que celebrar
todos los reinos invitados están.
Como pudimos algunos a comer
nos alistamos, chocolate y pan de
yema que con gusto disfrutamos.
Oaxaca recorrimos y sus sitios
disfrutamos, pero la flaca llegó
con su manto a cobijarnos.
Al panteón los llevaré y no podré
soltarlos, por viajeros los metí y
jamás podrán mirarlos.
Asustados todo el mundo uno a
otro se miraba, a visitas arqueológicas la flacucha se cargaba.
No nos lleves le gritamos, danos
tregua esta noche, prometiendo
que mañana un sacrificio le dábamos.
Ya de vuelta en la ciudad el camión quedó varado, que bueno
que fue sueño que a la flaca nos
topamos.
No fue sueño dijo la Parca, ya
están aquí en mi morada por
borrachos y fiesteros se les acabo
la plata.
No pudieron viajar más a los
sitios que tanto amaban, pues
ahora en el Mictlán ya sus almas
descansaban.
Prepárense todos; gritando los Aztecas
van
desempolvando los trajes que usarán
qué Día de Muertos está por comenzar
y todos los Dioses invitados están.
Totonacas, Zapotecas, Mayas, Olmecas
y Mixtecas
acaban de llegar,
Ometeotl y Kukulkán descendiendo del
cielo están
Huitzilopochtli, enciende ya el copal.
Quetzalcoatl se encuentra ya en el Teocalli de Tenochtitlan
Xipe-Totec organizando el festín está
Tlaloc y Ehécatl comienzan a tocar…
El huehuetl y el Teponaztli empiezan a
resonar.
Tezcatlipoca anuncia ¡ya son las doce es
hora de comenzar!
¡Que Día de Muertos hay que celebrar!
“¡Entre flores, ofrendas, danzas y canciones
Nuestras tradiciones hay que celebrar!!”
Autor: Lidia Ofelia Vargas Ibañez.
Visitas Arqueológicas de México
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Día de Muertos en
Pomuch, Campeche.
D
onde los muertos cobran vida. Cuenta la historia que en un día en el poblado llegaron unos visitantes españoles, los cuales vieron a unos nativos mayas lavando cerca
de un cenote (actualmente se ubica en el centro del poblado) y entonces les preguntaron a las mujeres mayas que como se llamaba ese lugar en el que se encontraban, las
mujeres pensaron que les estaban preguntando que hacían y ellas respondieron en su lengua
natal que estaban lavando (Tin-Poo=lavar) y después los españoles preguntaron que que
eran esos animalitos estaban cerca del cenote y a lo que ellas respondieron much( sapos) y es
por eso que los españoles le pusieron el nombre de Tix-Pocmuch, y con el paso del tiempo
fue llamado Poc-Much, hoy conocido Pomuch.
La Villa de Pomuch, pertenece al municipio de Hecelchakan del Estado de Campeche. Sus
límites territoriales son con el vecino municipio de Tenabo, la ciudad de Hecelchakan, con la
Sierra madre occidental y con el pueblo de Dzodzil. Pomuch, donde los muertos no espantan, donde en lugar de tener miedo a los muertos se les venera y se les espera ansiosamente... donde los rituales mayas cobran vida y aun se conservan; donde podemos mirar a una
población devota y llena de fe; ahí donde una vela encendida puede significar mucho mas
que respeto, donde aun se les teme a los amiguitos del monte (aluxitos) y se les agradece; un
lugar lleno de misterios y encantos.
Pomuch cuenta con numerosas tradiciones y costumbres, entre ellos se encuentra el mas
conocido por el mundo “ El dia de muertos”, en donde la gente se dirige a las pequeñas
casitas en el cementerio para limpiar los restos óseos de sus familiares mas cercanos. DIA
DE MUERTOS “Porque he de tener miedo, si los muertos no espantan, además que mas me
puede hacer mi madre”, palabras de una persona limpiando los restos óseos de su madre ya
fallecida en Pomuch. El día de muertos en la Villa de Pomuch se celebra el 1 y 2 de Noviembre, pero antes de esos día, la gente acostumbra ir al cementerio a limpiar los restos óseos de
sus familiares cercanos y queridos, los cuales son depositados en cajitas de maderas en los
osarios, llevan entre manos escobas, brochas, para hacer la limpieza de estas casitas de todos
colores y tamaños.
Toda la gente que realiza este ritual lo hace con mucha devoción y con mucho amor, ya que es un forma de acordarse de
sus queridos que se han adelantado de nosotros y que en un
futuro no muy lejano estaremos acompañandolos.
El día de muertos se realizan rezos dedicados a los muertos, el
primer dia, el cual es dedicado a los difuntos pequeños “pixanitoa” en el altar se acostumbra poner comida, refrescos, pero
sobre todo dulces y en algunas casas se colocan los juguetes de
los pequeños difuntos. El día de los grandes, en la mayoría de
las casas se acostumbra a a hacer los tradicionales pibipollos,
los cuales son colocados en los altares, también se pone, agua,
refrescos, cigarrillos, alcohol, flores, y entre otras cosas que
acostumbraba el difunto comer o tomar en la vida terrestre.
Para algunos, el ritual de limpiar los huesos de los difuntos
resulta extraño, pero para los habitantes de la comunidades
una tradición que debe perdurar. La celebración da inicio con
varias semanas de anticipación , lapso en el que las personas
mayores, los abuelos y abuelas, así como los papás toman año
con año el control del acontecimiento.
Las abuelas comienzan los bordados sobre telas blancas utilizadas para realizar el cambio de paños de los huesos de sus ancestros, mismas que representan “la ropa” del difunto y deben
ser nuevas cada año o de lo contrario no volverá. La limpieza
es meticulosa e incluye el uso de escobas y brochas, además
de que se cuenta con una cajita de madera para la colocación
final de los restos. El aseo empieza por las extremidades inferiores y termina con el cráneo , mismo que se coloca sobre los
demás huesos.
Recopilado Por: Ernesto Hernández.
Fuente: ~Hecelchakán: Historia, Geografía, Cultura... Mario Heberto
Aranda González, Editorial: Conaculta/DGVC, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, Instituto de Cultura de Campeche Lugar de
edición: Hecelchakán, Campeche Año de edición: 2003.
La limpieza es todo un ritual, ya que se comienza a limpiar por los huesos de las extremidades inferiores y se termina con el cráneo, que es aquel que va sobre los demás huesos. En el
cementerio es curioso observar muchísimos osarios y en los cuales lo primero que vemos
son los cráneos, a los cuales los rayos de sol le da un poco de luz.
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