capítulo segundo

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CAPITULO II
Movimiento intelectual y p o l í t i c o en el siglo x v i i i . — P r i n c i p i o de las colonias inglesas en A m é r i c a . S u s privilegios. — Fundadores de las
p r i m e r a s colonias. — L o s puritanos de Massachusetts. — Otros establecimientos. — V i r g i n i a . — L a s C a r o l i n a s . — P e n n s y l v a n i a . — G e o r g i a . — T o l e r a n c i a religiosa y libertad c i v i l . — D i v e r s i d a d de instituciones en las colonias. — Impuesto del papel sellado. — R e s i s tencia de los colonos. — R e s u e l v e n separarse de l a m a d r e p a t r i a . — P r i m e r a s acciones de g u e r r a . — D e c l a r a c i ó n de independencia. —
A l i a n z a de F r a n c i a y E s p a ñ a p a r a a u x i l i a r á los anglo-americanos. — T r a t a d o de P a r í s firmado en 1783. — Graves consecuencias p a r a
E s p a ñ a . — Influencia en los nuevos p r i n c i p i o s de M é x i c o . — R e v o l u c i ó n f r a n c e s a . — G u e r r a entre E s p a ñ a y F r a n c i a . — P a z de B a s i l e a
y a l i a n z a entre las dos naciones. — N a p o l e ó n emperador. — S u s proyectos de d o m i n a c i ó n en E s p a ñ a . — D i v i s i ó n en l a familia real
e s p a ñ o l a — A l a r m a de Godoy. — T u m u l t o s de A r a n j u e z . — A b d i c a c i ó n de C a r l o s I V . — F e r n a n d o V I L — L o s Borbones de E s p a ñ a en
B a y o n a . — C a r l o s y F e r n a n d o ceden á N a p o l e ó n l a corona — H e r ó i c o levantamiento de l a n a c i ó n e s p a ñ o l a . — C o n s e c u e n c i a s f a v o r a bles á l a i n s u r r e c c i ó n de las colonias e s p a ñ o l a s en el Nuevo M u n d o .
Fecunda en grandes hechos y en transformaciones
sociales fué la segunda mitad del siglo xviii.
Preciso
ble , el proyecto de una vasta confederación fundada en
la soberanía popular.
sería remontarse á la época que cierra la Edad Media
Amplios privilegios habían otorgado los soberanos
y abre esplendorosa los ilimitados espacios de los tiem-
de Inglaterra á aquellos sus súbditos que á fines del
pos modernos para hallar igual movimiento en los hom-
siglo X V I pasaron á poblar las regiones septentrionales
bres y en las cosas, igual renovación en las sociedades
del Nuevo Mundo. Empujaba á los españoles hacia el
y en los imperios.
continente americano el incentivo de inagotables minas
Un mundo de todos ignorado se revela á la asom-
de metales preciosos, que se conservaba enérgico y
brada humanidad en los postreros años del siglo x v , y
vivaz desde las estupendas relaciones de los primeros
el genio de Colón,
descubridores.
al completar la esfera,
parece
Pero en los países que el ilustre Cabot
impeler la civilización hacia el occidente en pos de
uniera á la corona inglesa, á falta de aquellos metales,
gloriosas conquistas.
que según las ideas de la época formaban la única
También un mundo nuevo, en el
orden moral, se revela en el curso del pasado siglo
riqueza, una tierra fértil devolvía con profusa largueza
á los hombres y á los pueblos que desde
las
entonces
simientes
depositadas
en
su fecundo
seno. E r a
aplican toda su energía á la conquista de sus olvidados
preciso fijar á los colonos en aquel suelo que si no
ó desconocidos derechos.
ostentaba el oro ambicionado en las venas de las mon-
Renacen en el siglo de Miguel
Angel y Corpérnico las ciencias, las artes y las letras,
tañas ó en los arenosos lechos de los ríos,
y en el curso de la última centuria renace en los pue-
multiplicado
blos el sentimiento de la libertad.
colono, en virtud de los privilegios y exenciones conce-
Surge la Reforma
el
afán
de
sus
retribuía
cultivadores; así cada
en los tiempos de León X y de Lutero, y sobre las
didos , gozaba de las ventajas de la ciudadanía inglesa,
ruinas de antiguas prepotencias y en medio de pavoro-
no reservando á la corona más que cortos y determi-
sos hundimientos, álzase emancipado el espíritu humano;
nados derechos.
el trabajo de renovación mina y quebranta los cimientos
Tales fueron el espíritu y tendencias de la política
de un mundo viejo, y sobre los escombros de tronos
de Isabel y de Jacobo I respecto
y de antiguas instituciones, y cubiertos aún con la
colonias inglesas que se establecieron en América. A su
sangre y el polvo del combate, levántanse los pueblos
amparo, Gualterio Raleigh fundó las primeras pobla-
y prinbipian una lucha que dura todavía y que cesará
cuando la libertad, la paz y la justicia liguen á los
hombres y á los pueblos en universal fraternidad.
Ocupa entre esos hechos lugar importantisimo la
insurrección de las colonias inglesas en América al sen-
de las primitivas
ciones; Delaware y Baltimore formaron una comunidad
de
católicos
en Maryland,
y Calvert,
algún tiempo
después, daba leyes en este último territorio y establecía entre sus habitantes la perfecta libertad de conciencia.
tirse capaces de gobernarse por sí mismas. Movimiento
Pronto las terribles convulsiones que sacudieron á
grandioso que desde sus principios asocia al propósito
Inglaterra durante el reinado de Carlos I y la sombría
de independencia, razonado, persistente, inquebranta-
intolerancia de Cromwell, proporcionarían á las nacien-
26
MÉXICO Á TRAVÉS I ) E L O S S I G L O S
tes colonias elementos de vida y vigorosos factores de
se sobreponía incontrastable y tornaba á imperar el
prosperidad.
respeto
Cien puritanos perseguidos por el desdi-
al derecho ajeno, que garantizaba á su vez
chado Estuardo se confiaron al Océano á bordo de la
el respeto mutuo de todos los derechos, y su conse-
Flor
cuencia necesaria, la paz.
de Mayo,
y un día de 1626 arribaron á las playas
del Massachusetts, estableciendo alli varias poblaciones
Y ese principio de libertad civil echó tan hondas
y adoptando un gobierno no sujeto á la supremacía
raíces
política y sacerdotal del rey.
E n el acta de la primera
de afianzar en ellas la autoridad regia llevando sus
de sus fundaciones decían los puritanos: "Los suscritos,
miras y tendencias hasta decretar que el comercio de
que para gloria de Dios, incremento de la fe cristiana y
los americanos con la metrópoli se hiciese tan sólo en
honra de nuestra patria, establecemos esta colonia en
naves inglesas, y que el tabaco, el añil, el algodón,
en las colonias, que en vano Carlos 11 trató
apartadas riberas, por asentimiento mutuo y solemne,
el arroz y las maderas de construcción no pudieran
ante Dios convenimos en constituirnos en sociedad poli-
llevarse sino á Inglaterra
tica para gobernarnos y trabajar para el objeto de
nias de la lucha empeñada entre el rey y el parlamento,
Aprovechándose las colo-
nuestro designio: y en virtud de este contrato conve-
pudieron obrar entonces como si independientes fuesen
nimos asimismo en promulgar leyes, ordenanzas, regla-
y traficar con las demás naciones á despecho del Acta
mentos, y según, las necesidades, instituir magistrados,
de navegación,
á los cuales prometemos sumisión y obediencia.::
cambio de algunas restricciones en el orden político,
Otros sectarios, en pugna con la Iglesia anglicana,
buscaban también
asilo
en
las
remotas
tierras de
y luego, bajo la dinastía de Orange, en
recibieron de Guillermo numerosos privilegios que impulsaron poderosamente su comercio.
América y formaban colonias en Ehode Islaiid y Nueva
Los elementos sociales y políticos de las colonias
Hampshire, en Coniiecticut y el Maiiie; los pobladores
eran tan varios como los elementos religiosos.
de Virginia fundaron su gobierno sobre el sufragio uni-
de ellas se establecieron por los esfuerzos y á expensas
Algunas
versal, y adoptaron la libertad de comercio y la inde-
de los particulares; muchos colonos eran ciudadanos
pendencia de las sociedades religiosas; nobles señores
libres que habían emigrado para poder ejercer libre-
ingleses se establecían en el territorio que les donó
mente su culto; otros eran malhechores
Carlos n ,
y ellos lo bautizaban con el nombre de la
otros, como los de Georgia, pobres que allí fueron
Carolina;
Penn y sus cuákeros ocuparon la vasta faja
llevados para librarlos de los horrores de la miseria;
que separaba entre si á las colonias del Norte y del
algunos fundaron un orden que se asemejaba al feuda-
deportados;
Sur, y después de comprar aquellas tierras á los indios
lismo : todos, otVeciendo á la historia una rara mezcla de
se dieron leyes
fugitivos, nobles, malhechores, entusiastas, fundadores
sabias y benéficas; Oglethorpe, por
último, tan valiente en los combates como noble, elo-
de sectas y todos formando, sin embargo, un pueblo
cuente y filántropo en los escaños del parlamento, daba
laborioso que basaba en la mutua tolerancia su prospe-
el nombre de Georgia á la región confinante por el
ridad presente y su futura grandeza.
Mediodía con la Carolina, y establecía allí, en 1733,
una colonia compuesta de ingleses
que carecían de
sustento en la patria.
Los cuákeros de Pennsylvania y los católicos del
Maryland habían conservado el gobierno de los propietarios; Virginia se engrandecía, difundiendo los principios
A s í , en medio del estrépito que ensordecía á la
democráticos y adoptando el sufragio universal, asocián-
Europa en el siglo de Luis X I V , se fundaba lentamente,
dolo á la igualdad y á la fraternidad puritanas; Connec-
pero sobre firmes bases, una sociedad cuya formación
ticut y lihode Islaiid gozaban de la libre constitución
es uno de los hechos más notables de la historia, tanto
que les concediera Carlos U ; Nueva-York y Pennsyl-
quizás como el de su entrada á la vida independiente.
vania crecían en prosperidad y extendían su agricultura
Aquel conjunto de colonias no era un establecimiento de : y su comercio; la ilustración, sin trabas
industria y comercio como las factorías de .África, ni I se difundía en las colonias, y el espíritu
una dominación sobre pueblos de otra raza como el I de oposición nacía y se desarrollaba á
imperio británico en el Indostiín, ó el dominio es])añol I aquellas instituciones políticas, que en
en México y Peni, conquistados por la fuerza de las
infinita
armas; era un establecimiento religioso y político donde
vigoroso de emancipación.
la libertad de cultos se mostró desde el princi¡)io insepa-
variedad concurrían
á
crear
ni cortapisas,
de libertad y
la sombra de
medio de su
un
sentimiento
A una sociedad (¡ue había llegado á su madurez
rable de la libertad civil: los católicos de Maryland, los
para alzarse como individualidad independiente
puritanos del Massachusetts, los cuákeros de Pennsylva-
las naciones, era en extremo peligroso ofrecerle ocasión
entre
nia, los congregacionalistas del Coniiecticnt, los anglica-
de realizar sus ideales.
nos de Nueva-York, al lado los unos de los otros, vivie-
consideraciones económicas y desestimando el robusto
ron y prosperaron á la sombra de la libertad de cultos,
sentimiento
y si algunas veces el fanatismo de tal ó cnal secta turbó
había alcanzado en las colonias, qitiso que éstas contri-
la tranquilidad de las colonias, el interés de las demás
*
E l gobierno inglés, cediendo á
del derecho
.Acia de i i a v e u a c i ó n 1,003.
propio que tanto desarrollo
MÉXICO i
huyeran á pagar los gastos de la guerra de Siete Años
(1756-1763),
guerra,
decía,
87
TRAVÉS D E L O S SIGLOS
hecha en su beneficio,
Gran clamoreo levantaron los colonos contra un
acto tan perjudicial.
Invocaron á su favor el derecho
ensanchaba el
consignado en la constitución inglesa y en las demás
dominio inglés en América con la adquisición de Nueva
derivadas de los germanos, que ninguno pague contri-
emprendida para
protegerlas,
y
que
Escocia, Cabo Bretón y el Canadá.
Impúsoles, pues,
buciones sin haberlas votado, y los anglo-americanos no
por la ley de 22 de marzo de 1765 la contribución de
tenían representantes en el parlamento inglés.
papel sellado sobre toda escritura ó acta pública, cuyo
ronse en Nueva-York los delegados de todas las colonias
Reunié-
producto, deducidos los gastos de recaudación, debía
y dirigieron enérgicas reclamaciones al gobierno de la
destinarse á pagar las deudas del Estado.
metrópoli; los habitantes de Virginia, primero, y luego
Pitt, ministro i n g l é s
los demás de Nueva Inglaterra se negaron á recibir los
dependían y en quienes residían la autoridad y el pleno
productos de la industria inglesa, y el pueblo, entre-
poder de hacer leyes
tanto , demostraba ruidosamente su disgusto destruyendo
declaración arrojada á la faz de un pueblo que diaria-
el papel sellado, obligando á los comerciantes á cerrar
mente discutía ya los derechos que pretendía arrogarse
sus almacenes y vistiendo de luto las campanas.
la metrópoli, enardeció más y más los ánimós inclinán-
obligatorias para ellas."
Esta
Pitt subió al ministerio en estos momentos, y él,
dolos á preparar la proclamación de la independencia.
que desde los bancos de la oposición había atacado la
E l impuesto del timbre ó sello fué sustituido al año
odiada gabela, revocóla apenas hubo llegado á la cima
siguiente con un leve derecho de introducción sobre el
del poder; pero precedía á la ley revocatoria la altiva
papel, los vidrios, las pinturas y el te; mas hízose
declaración de «estar las colonias por derecho subordi-
sentir de nuevo la indignación de los colonos, y el
nadas á la corona y al parlamento inglés, de quienes
parlamento suprimió
al fin el impuesto
sobre todos
28
MÉXICO Á TRAVÉS D E LOS S I G L O S
aquellos artículos, conservando sólo el del te,
por
menos
ces varios jóvenes de la nobleza de Francia, entre ellos
su producto que por mantener el dogma de la
Lafayette y Eochambeau, acudieron á combatir contra
supremacía.
aquellos derechos aristocráticos, que eran los mismos
Fíeles los colonos y cada vez más aferrados al
principio de que no debía imponérseles
contribución
ninguna no teniendo ellos representantes en el parla-
de su alcurnia,
y esa ardiente juventud contribuía á
aumentar en Enropa las simpatías por la causa americana.
mento, resolvieron privarse del te, y en consecuencia,
Francia y España no tardaron en unirse en liga ofen-
la Compañía de las Indias llegó á tener acumulados en
siva y defensiva contra la poderosa Inglaterra. L a primera
sus almacenes diez y ocho millones de libras de aquella
ardía en deseos de vengar sus derrotas de la guerra de
hierba,
que
era su principal artículo
de
comercio.
Siete Años, pero más que la venganza impulsábala á
Boston, puerto populoso y centro de los más ardientes
tomar las armas y á combatir al lado de las colonias
promotores de la independencia, que había visto á la
americanas el irresistible entusiasmo
multitud arrojar al mar varios cargamentos de te envia-
alimentado por los filósofos que sin cesar estimulaban al
dos de Inglaterra, fué bloqueado en 1774 por orden del
gobierno
ministro Xortli, quien abolió también la constitución de
generosos.
Jlassachusetts y autorizó al gobernador para enviar á la
militar y colonias perdidas, y encadenada por el pacto
metrópoli á los americanos rebeldes, á fin de que fuesen
de familia seguir debía la suerte
juzgados.
díase á estos motivos el profundo resentimiento que
Estos, por su parte, se apercibieron á la lucha.
á hacerse
iniciador y
de la opinión,
sostén
de principios
También España tenía que reivindicar honra
Carlos I I I mantenía
de Francia.
Aña-
contra Inglaterra por el insulto
Formaron un pequeño ejército á cuya cabeza apareció
personal que siendo rey de Nápoles recibió del almirante
el ilustre Washington, enviaron sus representantes á
inglés Mateivs, quien le sorprendió con una escuadra,
Eiladelfia,
Fi'dnración
obligándole en el término de una hora con la amenaza
y dirigieron una carta al rey de Ingla-
de bombardear la bella ciudad, á tomar una resolución
quienes redactaron la célebre
de derechos,
terra, franca y digna, aunque respetuosa en la forma,
y otra al pueblo inglés mostrándole
que no quería apresurar.
cómo su misma
España, sin embargo, vacilaba entre la satisfacción
libertad se hallaba amenazada en la de sus hermanos de
de sus rencores y el peligroso ejemplo que ofrecería á
este lado del Atlántico.
sus colonias la independencia de los anglo-americanos.
E l primer combate ocurrió en l.exington el 19 de
Y colocada entre este justo temor y el de no cum-
abril de 177.5 y fué también el jirimer triunfo de la
plir el pacto de familia que á Francia la ligaba, aparte
causa americana. Siguióse peleando con varia fortuna,
del sentimiento de venganza que le impelía á la guerra,
y mientras Montgomery arrebataba Montreal á los ingle-
oi)tü al fin por la guerra y unió sus escuadras á las de
ses, Washington los destrozaba en Buiiker"s B i l l , para
su vecina.
ser derrotado á poco en White Plains.
E n tanto el
Congreso reunido en Eiladeliia declaraba el 4 de julio
^
E l auxilio de las dos poderosas
aliadas infundió
mayor brío á los defensores de la independencia ameri-
de 1776 que las trece colonias serían en adelante libres
cana: lucharon con valor contra el numeroso ejército
é independientes de todo vasallaje respecto de la corona
inglés que envió á las colonias la madre patria, y á
de Inglaterra y que adoptaban el nombre de
fuerza de reveses aprendieron el arte de vencer, en
Unidos de
Eslados
America.
tanto que los navios franceses y españoles
Inmenso interés excitó en Europa esta memorable,
embestían
en los mares de América y de Europa á las escuadras
contienda, y desde sus principios la resistencia legal á
de la Gran Bretaña.
la opresión tuvo á su favor los votos y las simpatías de
marina de España en el cabo de San Yicente, y en
unu sociedad preparada de antemano á la discusión de
cambio. esta
derechos,
Florida; Francia, después de sufrir algunos
por cuya subsistencia ó muerte pugnaban
entre sí las colonias é Inglaterra.
E l siglo xviii había
última
Eodney destruyó parte de la
potencia recobró
Menorca y la
desastres
en sus posesiones del Asia, unió su ejército al de las
visto perecer muchas creencias, había presenciado y
colonias, y juntos rodearon al general inglés Cornvvallis
sufrido rudas opresiones jiara que no dejara de sentirse
y le obligaron á capitular el 19 de octubre de 1781.
arrebatado de entusiasmo por un pueblo y una causa
Dió término á la guerra el tratado de París firmado
que realizaban ideales y utopias elaboyados durante una
por las potencias beligerantes á fines de 1783.
centuria de intensa actividad intelectual.. Cuando estalló
nocida la independencia de las colonias por Inglaterra
Reco-
la guen a, cuando á los- triunfos de Bunker's Hill y de
misma, surgió entre las naciones un pueblo grande y
Trenton sucedieron los reveses de White Plains y de
fuerte que traía á la vida emancipada hábitos arraigados
Brandywine, las naciones
europeas, unas por odio á
Inglaterra, otras por entusiasmo hacia el principio de
de libertad y
elementos de inmenso
desarrollo.
Su
triunfo definitivo fué saludado por los reformadores del
insurrección, aplaudieron con júbilo las victorias y sin-
orden social y jiolitico de Europa, que ya se aprestaban
tieron como propias las derrotas de los colonos.
á tremendas lides, como precursor de su victoria. E n
Enton-
MÉXICO Á TRAVÉS D E L O S S I G L O S
efecto, era una gran conquista la que acababa de alcan-
soberanía de la razón común, y de aquí la soberanía
zar la libertad: las colonias habían invocado el derecho
popular; la descentralización administrativa y política,
de insurrección como un derecho legitimo é indisputable,
y de aquí la soberanía de los Estados, sin más límite
y lograron afirmarlo con su inquebrantable resolución
que el fijado para los asuntos de interés general.
primero, y luego con su sangre; propugnaron el prin-
A esta conquista, empero, coadyuvaron eficazmente
cipio del gobierno propio y eligieron el que convenía
España y Francia, las dos monarquías de la casa de
más á sus antecedentes,
Borbóii que pronto iban á ser barridas por el huracán
reses,
y
á sus tradiciones y á sus inte-
á poco de haber consagrado la victoria su
revolucionario.
completa emancipación, consignaron en su pacto político
España, después de vacilar por largo tiempo, se
funtamental la igualdad natural de los hombres ' , su
unió al fin, como acabamos de ver, á Francia y á las
igualdad política, y de aquí el sufiagio universal: la
colonias contra la podero.sa Inglaterra; luchó con denuedo
Don Pedro .\biiren de B o l e a , conde de .-Irondu
y sus escuadras alcanzaron triunfos gloriosos en los
por cerca de trescientos años habían mantenido atado
mares de Occidente; recobró varias de sus posesiones
el nuevo al antiguo continente.
que en anteriores guerras le habían sido arrebatadas;
quista y posesión, títulos seculares en que descansaba
firmó,
su dominio en América,
por último, el tratado de París, que le asegu-
raba honrosa paz y ventajosas condiciones;
Los derechos de con-
quedaron nulificados por el
pero al
derecho de insurrección, que acababa de reconocer á los
firmarlo y al reconocer en él la independencia de la
anglo-americanos, y el cual, á trueque de cometer evi-
nueva república, rompió ella misma los vinculos que
dente injusticia, no podría negar á los hijos de sus
1 Durante la guerra de independencia P e n n s y l v a n i a a b o l i ó la
esclavitud; Massachusetts la d e c l a r ó incompatible con las leyes, y
lo mismo hicieron los Estados al Norte del Potomac, con e x c e p c i ó n
de Maryland y el Delaware. E s t o s y los del S u r la c o n s e r v a r o n ,
ascendiendo el n ú m e r o total de esclavos en 1790 á seiscientos
sesenta mil.
nerlo.
colonias cuando más tarde quisieran invocarlo y sosteEspaña,
pues,
quedó
desde
aquel
momento
dominadora solamente de hecho en sus vastos territorios
del Nuevo Mundo.
Prescindiendo del peligro que desde entonces se
30
MÉXICO X TRAVÉS D E L O S S I G L O S
alzó contra las colonias españolas al tener al lado una
en México una opinión favorable á éstos, pues se pensó
nación independiente y joven, rebosando vigor y hen-
que una nación á quien la metrópoli trataba con tantas
chida de elementos de prosperidad; prescindiendo de los
consideraciones no podía ser el pueblo degradado que
temores
que
semejante
vecindad debiera infundir al
se le había descrito.
Fija desde entonces la atención de
gobierno español y que tuvieron elocuente intérprete en
los mexicanos en esta vigorosa sociedad que apenas
el hábil conde de Aranda i , la sola aparición de un
nacida á la vida política avanzaba con tan seguro paso
pueblo independiente
en el suelo de América, y que
por la senda de su engrandecimiento, se aplicó luego á
había
emancipación
insurreccionándose
pesar las ventajas que traería al país la independencia.
contra su metrópoli, fué una amenaza constante para el
Estas ideas se propagaban entre los hombres pensado-
alcanzado
su
dominio de los españoles en México, porque era para
res:
los hijos de ese país ejemplo patente de lo que puede
derramaba sobre los Estados Unidos; allí, hechos posi-
tenían á la vista los beneficios
que la libertad
obtener la decisión secundada por el valor y la cons-
tivos, innegables, comprobaban las seductoras teorías
tancia.
de independencia y vida propia, y por grande que fuera
Atenta España á prevenirse contra este peligro,
el peso de la dominación española no bastaba á com-
dispuso cortar toda comunicación entre su más valiosa
primir ni le era dable evitar el incesante trabajo del
colonia y la nueva república.
pensamiento.
Y no sólo se impidió las
relaciones directas entre ellas y sus habitantes, sino
Las
obras de los filósofos franceses, que en todo
que, en virtud de un sistema propio- de la época y de
el siglo x v i i i representan una inmensa tarea de reno-
las estrechas miras de una política mezquina, se cuidó
vación , hallaron también en México admiradores ardentísimos , quienes
fortalecían
sus legítimas y
generosas
aspiraciones con los escritos de aquella numerosa falange
que asestaba rudos y certeros golpes al viejo orden
político fundado en el derecho de la fuerza, y por la
fuerza y la violencia impuesto á los pueblos europeos.
No obstante la vigilancia que el gobierno español ejerció
siempre en esta materia, esos libros eran introducidos
en la colonia; en ellos
bebían los jóvenes generosas
F a c s í m i l e de l a firma del conde de A r a n d a
inspiraciones, ensanchando así furtivamente la instrucción
de guardar silencio sobre la existencia y rápidos pro-
nación; y los hombres formados y a , anhelaban concurrir
gresos de los americanos del Norte, y si alguna vez
antes de que terminara su vida á la realización de prin-
oficial y medida que les dispensaba la suspicaz domi-
llegaba á interrumpirse ese silencio era precisamente
cipios que consideraban salvadores, y cuya trascendencia
para
les había revelado el estudio
denigrar á la joven república,
representándola
de aquellas obras que
como una sociedad dominada por los vicios más elemen-
abrían vastos horizontes al espíritu humano. Admiraban
tales de la moral y á la que no enfrenaba la religión con
con Mably las repúblicas
sus preceptos y su poder moderador 2.
Raynal contra toda clase de instituciones;
Pudo durante algún tiempo sostenerse tal sistema
de aislamiento, á lo que no poco contribuyó la vasta y
antiguas;
ensañábanse con
Rousseau
los seducía con sus generosos arranques, y con Voltaíre
se burlaban de lo que antes habían reverenciado.
despoblada zona que separaba entonces á las dos nacio-
Luego, al estallar la revolución francesa, vieron
nes á manera de infranqueable y anchísima barrera;
triunfar en el terreno de los hechos muchas teorías de
pero hubo al fin de imperar la verdad, y las mismas
concesiones que se vió forzada España á otorgar á los
Estados Unidos en el tratado de
179.5 ^, produjeron
.* V é a s e A P É N D I C E . Documento
n ú m 2 (Memoria
secreta
presentada al rey Carlos IIÍpor
el conde de Aranda
sobre la independencia
de las colonias
inglesas).
• México
y sus recoluciones,
por el doctor J . M . L . Moro,
tomo 111, lib. I I , p é g . 283
» Tratado de amistad, limites y naoegación
entre S u Majestad
C a t ó l i c a y los Estados Unidos de A m é r i c a , firmado en S a n L o r e n z o
el R e a l el 27 de octubre de 1795. F u e r o n los plenipotenciarios, por
E s p a ñ a , don Manuel de Godoy, principe de la P a z , y por los E s l a d o s
Unidos, Mr, T h o m o s P i c k n e y .
Entre los a r t í c u l o s de ese traladVi debemos c i t a r los siguientes:
« A r t í c u l o I V . S e han convenido t a m b i é n ( l a s dos altas partes
contratantes) en que el l í m i t e occidental del territorio de los E s t a dos Unidos que los separa de la colonia e s p a ñ o l a de la L u i s i a n a ,
e s t á en medio del c a n a l ó madre del rio M i s s i s s i p p i , desde el l í m i t e
septentrional de dichos Estados hasta el complemento de los treinta
y un grados de latitud a l Norte del E c u a d o r , y S u Majestad C a t ó l i c a
ha convenido igualmente en que la n a v e g a c i ó n de dicho r í o en toda
su e x t e n s i ó n , desde su origen hasta el O c é a n o , s e r a ¡ i b r e s ó / o á ios
súbditos
y d los ciudadanos
de los E.stados Unidos, a menos que por
a l g ú n tratado p a r t i c u l a r haga extensiva esta libertad á s ú b d i t o s de
otras p o t e n c i a s . »
«
A r t i c u l o X X I L E s p e r a n d o los dos a l t a s partes contratantes
que lo buena correspondencia y amistad que r e h u s a n actualmente
entre sf se e s t r e c h a r á n m á s y m a s c ó n el presente tratado, y que
c o n t r i b u i r á á a u m e n t a r su prosperidad y opulencia, c o n c e d e r á n
reciprocamente en lo sucesivo al comercio todas las ampliaciones ó
favores que exigiese l a autoridad de los dos p a í s e s . Y desde luego,
á consecuencia de lo estipulado en el a r t í c u l o I V , permitirá
Su
Majestad Católica
por espacio de tees años á los ciudadanos
de los
Estados Unidos que depositensus
mercaderías
y efectos en el puerto
de Nueca Orleans y que las extraigan
sin pagar más derechos
que
un precio Justo por el alquiler
de los almacenes,
ofreciendo S u
Majestad c o n t i n u a r el t é r m i n o de esta g r a c i a si se experimentase
durante aquel tiempo que no es perjudicial á los intereses de E s p a ña, ó si no conviniese su c o n t i n u a c i ó n en aquel puerto, proporcion a r é en otra parle de tus o r i l l a s del rio Mississippi un igual establecimiento.
31
MÉXICO Á T R A V É S D E L O S S I G L O S
las que difundido habían los ilustres pensadores del siglo.
en el orden político y social, cuyo tiempo había llegado
Á pesar de las precauciones que, entonces más que nunca,
ya: dueña del poder legislativo formó una constitución
tomó el gobierno español,
en sus colonias el
que fué por el momento á manera de tregua entre los
estruendo que produjo la caída de la monarquía francesa;
resonó
partidos, pero en la cual quedaba reconocida la soberanía
tardías é incompletas llegaban á América las noticias de
nacional; conservó al rey, pero le arrancó las preroga-
aquel tremendo hundimiento, pero los pueblos sabían
tivas y fueros que sobre su cabeza acumularon muchos
al fin que el derecho de insurrección había armado el
siglos de despotismo;
brazo de Francia; que esta nación después
de pro-
memorable los privilegios y los derechos del feudalismo
clamar su soberanía había sustituido la antigua auto-
y la nobleza; proclamó los derechos del hombre y del
abolió en noclie para siempre
ridad, consagrada por el tiempo y ungida por la religión,
ciudadano , la igualdad y la libertad de las opiniones
con su propia autoridad; que la cabeza de un monarca
religiosas; abolió los votos monásticos, las cédulas de
había rodado en el cadalso; que la república se alzaba
prisión, las aduanas interiores, las clases, los títulos,
sobre las ruinas del viejo edificio político, y que á
las libreas, las servidumbres; declaró, en fin, á todo
apagar tan formidable incendio se aprestaban los reyes
hombre de cualquier religión ó color que fuese apto para
coaligados contra los pueblos.
ejercer todos los derechos que daba la constitución.
L a revolución, en efecto, cerraba majestuosamente
Y cuando hubo hecho todo esto, y cuando estableció
el siglo y abría á la humanidad nuevos y luminosos sen-
en su obra las posibles garantías de acierto para que
deros. E l lento y constante trabajo de renovación cesó
funcionaran los poderes públicos, .se disolvió para dejar
de ser teoría y se transformó en lieclio y encarnó en
al pueblo que completara su obra de renovación y de
Francia porque el espíritu cosmopolita de esta gran
justicia.
nación la obligaba á ejercer el apostolado de la libertad.
E l 10 de agosto de 1792 la monarquía se derrum-
Fruto del feudalismo y la conquista la monarquía
baba y Luis X V I , refugiado en el seno de la asamblea
francesa, como las demás de Europa, había usurpado
legislativa, oía votar el decreto que lo suspendía en
todos los derechos del pueblo.
Cuando el rey fué el
primero de los señores feudales,
su autoridad estaba
limitada por numerosos y potentes émulos; cuando los
el ejercicio de sus funciones de rey y veía desplomarse
con él las viejas dinastías
siglos sobre Francia.
que habían pesado trece
Salió de alli prisionero para el
monarcas quisieron ensanchar su restringido poder bus-
Temple
caron el auxilio del pueblo y entonces
los que debían gobernarla en el periodo más solemne de
surgieron los
municipios, nacidos á la sombra del trono, con la condición á su vez de apuntalarlo y defenderlo.
E n las
entretanto que la nación elegía sus jueces, y
su historia.
Vino la Convención
concentrando en su seno la
luchas de los reyes contra las invasiones extranjeras y
inmensa hoguera de la revolución francesa, y apareció
los restos amenazadores del feudalismo, el pueblo fué
con toda la grandeza del apostolado, del martirio, del
llamado á los Estados
sangre y sus tesoros.
generales
para que prodigase su
combate á muerte, decidida á salvar la integridad de su
Pero cuando la autoridad de los
patria y las libertades que ésta acababa de conquistar con
reyes hubo triunfado de los enemigos extraños é inte-
tantos esfuerzos.
riores, el pueblo volvió á quedar despojado de sus
energía, y la desplegó con tanto valor y tan desesperada
derechos, y sobre sus hombros se alzó la monarquía
absoluta.
F u é preciso que desplegara indómita
que espantó al mundo. Venció á la coalición y domeñó á
los enemigos interiores que tendían sus brazos y llama-
Luis X I dió á la nación francesa, en cambio de sus
libertades, las cabezas de los últimos
feudales;
los
ban con sus gritos al invasor extranjero; juzgó y sentenció al monarca que expió con su muerte, más que
Yalois la entretuvieron en el fanatismo y la intole-
sus culpas, crímenes de la vieja monarquía; luchó contra
rancia; Enrique I V la sedujo con su espíritu caba-
los ejércitos de Europa y se desgarró ella misma las
lleresco ; Luis X I I I
entrañas, enviando al cadalso, ora á los
haciendo
de
Francia
y Ilichelieu la
la
potencia
enorgullecieron,
más
temida
del
ora á los de la Montaña;
Girondinos,
sin recursos, pudo equipar,
continente; Luis X I V la aturdió con sus victorias y la
armar y alimentar un millón de hombres repartidos en
deslumhró con su falsa grandeza; Luis X V la hundió
catorce ejércitos; en medio del inmenso desquiciamiento
en el cieno, y Luis X V I la despertó
enfurecida y
de los hombres y las cosas, fundó el crédito público, y
A partir de 1789 los sucesos se precipitaron con
para los mendigos, para los ciegos, para todos los que
vengadora.
después de votar leyes de proscripción, votaba asilos
pasmosa rapidez. E l inmenso malestar que abrumaba
lloraban y sufrían las duras miserias de la vida.
á Francia y la irresistible fuerza de la opinión forza-
á su patria, y más de una tercera parte de sus miembros
ron al rey á convocar los Estados
hicieron el sacrificio de la vida; todos, por salvar la
generales.
Esta
asamblea, en cuyo seno se encontraban por vez primera
Salvó
libertad, sacrificaron su honra.
los representantes del pueblo francés, erigida en consti-
E l rey de España Carlos I V había intercedido por
tuyente no hizo sino decretar una revolución completa
su pariente el destronado monarca francés, cuando éste
32
MÉXICO i
iba á comparecer ante la Convenoión.
favor del desdichado
bochornosas
de
Luis
parte de
sólo
le
TRAVÉS D E L O S S I G L O S
Sus gestiones á
del primer cónsul de la República francesa, produjo,
valieron repulsas
entre otros resultados fatales para E s p a ñ a , la cesión
aquella airada y terrible
que ésta se vió obligada á hacer de la Luisiana, colonia
asamblea, y ya después del suplicio de aquel sobe-
de la América del Norte confinante con México; colonia
que Bonaparte vendió luego á los Estados Unidos en
doce millones de pesos. Desde entonces la joven república del Norte quedó más' próxima á la Nueva España,
con lo que crecieron los cuidados del gobierno español
y los estímulos para la independencia de México.
Dueño al fin Napoleón de la ambicionada corona dió
principio á la titánica empresa de rehacer el mapa de
F a c s i m i l e de l a firma de Carlos I V
Europa, derribando tronos, repartiendo coronas á sus
rano se resolvió á declarar la guerra á la República
hermanos y seides, borrando nacionalidades con la punta
francesa.
de su terrible espada, y haciendo que se levantaran á
Pero la victoria se habia declarado á favor de las
su voz pueblos y naciones, nuevos los unos, resucitados
armas que defendían la libertad, y lo mismo que á las
otros.
Atronaba al mundo
con el estruendo
de sus
orillas del Rhin, ceñía con sus laureles á los ejércitos
cañones,
franceses que combatían al pié del Pirineo. Rechazadas
y en su desatentada intemperancia de poder y de domi-
las- tropas españolas, dueños los soldados de la Repú-
nación , se revolvía furioso contra toda resistencia y
blica de las playas fuertes que resguardan hacia aquella
exigía de sus aliados una sumisión absoluta.
frontera
el
territorio
abierto á su paso
España, aliada de la República cuando aún estaba
vióse obligado el gobierno de
fresca la sangre de Luis X V I ; del Directorio, confiado á
Carlos' I V á concluir la ruinosa paz de Basilea, por la
regicidas; del Consulado, presidido por el joven guerrero
que cedió la parte de que era dueño en la Isla de Santo
de Italia y de Egipto, lo fué también y más estre-
Domingo, y el hombre que habia aconsejado la guerra se
chamente
apresuró á firmar la paz en nombre de su soberano. Este
espada de Carlomagno espantaba á amigos y enemigos.
hombre fué don Manuel Godoy,
A esta alianza, siempre fecunda en desastres,
el camino de Madrid,
español,
y
inundaba en sangre el suelo del continente,
quien añadió
desde
del
emperador
que
alzando
el cetro y la
España la destrucción de su escuadra en
debió
Trafalgar
el 21 de octubre de 1805.
Pero mayores males estaban reservados á la heróica
nación que no merecía tener á su frente á un soberano
como Carlos I V ni á un privado como el principe de
F a c s í m i l e de la firma de don Manuel Godoy, p r í n c i p e de la Paz
la Paz. Xo contento Napoleón con el disimulado vasaentonces (1795), á sus muchos títulos el de Principe
la
de
llaje á que España estaba sometida, quiso apoderarse
Paz.
de ella por completo y sentar sobre su trono á una
Muy luego otro tratado que se celebró en San
de sus liecharas. Este pensamiento
le asaltó en los
Ildefonso, anunciaba al mundo que el rey de España
tiempos más brillantes de su fortuna. Acababa de tener
y de las Indias se unía con la República francesa en
á sus piés vencida y destrozada la belicosa monarquía
alianza ofensiva y defensiva.
E r a la política de Godoy,
del gran Federico; habia impuesto condiciones, después
que tan desastrosa hubo de ser para su patria. L a unión
de derrotarle, al autócrata Alejandro; nuevos Estados
con Francia fué seguida de la guerra con la Gran B r e -
en Alemania, formados
tañq, guerra desgraciadísima que costó á la mal regida
Imperio, acababan de jurarle eterna alianza; uno de sus
monarquía española la destrucción de su mejor escuadra
hermanos era rey de Holanda; otro ceñía la corona de
en el fatídico cabo de San Vicente , y la isla de la
Nápoles;
Trinidad, que pasó á poder de Inglaterra, en virtud
imperial, principes soberanos; sólo Inglaterra resistía á
Desde entonces España marchó arrastrada al carro
de Francia, más que como aliada, cual humildísimo
Y se acentuó más esa subordinación
sus
generales
eran,
del antiguo
por gracia
la universal dominación de aquel hombre extraordinario,
de las estipulaciones de la paz de Amiens.
satélite.
varios de
con los despojos
quien para castigarla, arruinando su comercio, obligó
á Europa á establecer el famoso bloqueo continental.
de la
Elspaña, empero, tuvo el privilegio que no habia
política española desde el momento- en que un soldado
tenido nación alguna en aquella época, el de que el gran
de fortuna entró á regir los destinos de la República,
Napoleón
ocultando por lo pronto bajo el manto consular una
derla
ambición ilimitada.
Un nuevo tratado, también ajustado en San Ildefonso (1801), entre los plenipotenciarios de Carlos I V y
creyera necesario
engañarla
para sorpren-
L a desacertada política de Godoy facilitó el pretexto
' D O N M O D E S T O L A F U E N T E . — H i s t o r i a general de España.
curso p r e l i m i n a r ) ; e d i c i ó n de B a r c e l o n a , p á g . X X X V l l I .
(Dis-
33
MÉXICO Á T R A V É S D E L O S S I G L O S
y apresuró la realización de los siniestros proyectos del
y al degenerado descendiente del primero de los Boiia-
emperador. Disponíase éste á marchar contra las nacio-
partes.
nes del Norte y Centro de Europa coaligadas
en su
L a brillante victoria de Jena abrió al emperador
daño, cuando apareció una proclama del principe de la
las puertas de Berlín.
Paz apellidando á los españoles á las armas sin nombrar
ciones de Godoy que temblaba ante la idea de atraer
Alli le alcanzaron las felicita-
en ella ningún enemigo. Entretanto, Napoleón, mar-
sobre su cabeza las iras del arbitro de Europa. Napoleón
chando con la rapidez y el Impetu del huracán, habla
fingió olvidar los bélicos arranques del gobierno español,
destrozado la monarquía
pero desde entonces resolvió llevar á cabo la conquista
prusiana, derrota tan sólo
comparable á la que sesenta y cuatro años más tarde
¡misterios impenetrables
del
destino!
hicieron
sufrir
Prusia y el hijo de Federico-Guillermo I I I á Francia
de la península.
El
hombre que habia vencido á las más grandes
naciones de Europa, atacándolas de frente, prefirió la
F e r n a n d o V i l , en 1808
falsía y el engaño para acometer á España.
Empezó
avanzaba sobre la capital de la monarquía, ignorando
por pedir á Carlos IV^ un cuerpo de tropas españolas,
él mismo los verdaderos intentos de su poderoso cuñado.
y éste se apresuró á enviarle la brillante división del
E n estos momentos supremos, la corte de Carlos I V
general marqués de L a Romana, la cual quedó más que
como aliada, prisionera en la remota Dinamarca. Luego
ajustó con Godoy el tratado secreto de Fontainebleau,
por el que se dividía en pedazos el Portugal, de los
cuales uno se concedia al mismo Godoy con el título
de príncipe soberano
de los Algarves.
para llevar á cabo ostensiblemente
de Portugal, un ejército
francés
F a c s í m i l e de la firma de F e r n a n d o V i l
Por último,
la desmembración
dividido
era presa de la más profunua división y pronto iba á ser
en varios
teatro de ignominiosas escenas. Veinte años de privanza
cuerpos entró en España, y á principios de 1808 estaban
sin limites habían hecho á Godoy dueño de la monarquía
en su poder las principales plazas de guerra, y Murat
y de la voluntad de sus soberanos; en ese largo periodo
34
MÉXICO Á TRAVÉS D E L O S S I G L O S
los empleos, las dignidades, las riquezas se acumularon
bleau,
á favor de aquel valido que no tuvo ejemplo en la histo-
francesas,
se
alarmó con los movimientos
ria, pero también durante veinte años se condensaron
fuesen las miras de Napoleón, él y los reyes á quienes
y
tarde
de las tropas
comprendió que cualesquiera que
sobre la cabeza de aquel hombre las iras del pueblo,
todo lo debia, estaban destinados á hundirse en aquel
que le juzgaba causador de la miseria pública y de la
naufragio.
ignominiosa situación de España. Al frente de los enemi-
lución de retirarse á Andalucía, con el objeto de resistir
Entonces hizo ádoptar á Carlos I V la reso-
gos del privado se hallaban Fernando, principe de A s t u -
desde allf con probabilidades de éxito la invasión fran-
rias, y algunos nobles de la más elevada jerarquía que
cesa, y en caso contrario, pasar á América y establecer
siempre miraron con envidia la loca fortuna de Godoy.
en las colonias el trono de los reyes españoles.
Este,
sin
embargo,
por
grande
Pero el pueblo de Aranjuez, residencia en aquellos
que fuera la
torpeza de su política, y por más halagada que estu-
momentos de los
viera su ambición en el tratado secreto de Fontaine-
sorprender los preparativos de marcha, y no obstante
soberanos
y del favorito, hubo de
Napoleón 1
una proclama tranquilizadora de Carlos I V , se levantó
noche abdicó el primero la corona en el principe de
tumultuoso é irritado la noche del 17 de marzo de 1808
Asturias, de cuyo participio directo en los tumultos de
y
después de atrepellar la guardia entró á saco la
casa
de
después,
Godoy.
fué reducido
consiguieron
que
no
E l privado,
los
descubierto
á prisión,
y
soldados encargados
quedara despedazado
dos
á duras
dias
penas
L a entrada de este último en Madrid (24 de marzo)
de su custodia
adonde le hablan precedido ya Murat y sus brillantes
por la furiosa muche-
dumbre.
Carlos
Aranjuez no se ha hallado hasta hoy una prueba i r r e futable.
tropas, fué. saludada con inmenso entusiasmo
pueblo.
I V , en la mañana
del
expidió un real decreto exonerando
18
de
Jamás los habitantes
por
marzo,
hablan sentido júbilo semejante al que les embriagaba
al principe de la
hasta el delirio en aquellos momentos. L a calda del
Paz de los empleos de generalísimo y almirante.
Creia
execrado
favorito y la subida al trono del entonces
desarmar asi la ira popular y cubrir la amenazada exis-
amado Fernando, henchían de alegría los ánimos,
tencia
como en ambos gratísimos
del privado, pero
el
de la capital española
nuevos tumultos
ocurridos
el 19, dia en que fué preso Godoy, atribularon más y
mano de Napoleón,
más á Carlos I V y á su regia consorte, y esa misma
Madrid
y
sucesos se dió en ver la
la presencia
mismo no inspiró recelos
de
sus
tropas
en
al patriota pueblo
35
MÉXICO Á T R A V É S D E L O S S I G L O S
español.
Pronto iba á revelarse en toda su deformidad
un pueblo lastimado en su sentimiento más noble, el de
su dignidad y su independencia.
el plan del terrible emperador.
Sin ejército y sin
Para mover más fácilmente los hilos de su pérfida
jefes en los primeros momentos, la nación improvisará
trama, Napoleón se había trasladado á Bayona. Murat
uno y otros; sin gobierno, organizará juntas y se dará
y Savary, agente confidencial del emperador, recibieron
luego una constitución, nacida en medio del fragor de
la orden de atraer á Fernando á esa ciudad, y aunque
los combates y al estampido de los cañones franceses;
éste no había sido reconocido por el mismo Murat en su
sin recursos, sin hacienda, los tesoros de los parti-
nuevo carácter de rey, dejóse persuadir y salió de su
culares serán los inagotables tesoros de la patria. Asi
capital al encuentro de su augusto aliado, pues se le
apareció España al mediar el año 1808, y asi siguió
hizo creer que Napoleón de un momento á otro iba á
luchando hasta reconquistar su independencia.
entrar en España.
ritos presuntuosos
E n el curso del siglo x v m el movimiento intelec-
Fernando, mal aconsejado por favoé ineptos,
acabó por ponerse
en
tual
preparó lentamente las grandes revoluciones que
manos de su ya descubierto enemigo el 20 de abril, un
cambiaron la faz del mundo en sus años postreros. L a
mes escaso después de su entrada memorable en la villa
influencia avasalladora de los nuevos principios se hizo
de Madrid.
sentir,
Algunos dias más. tarde, los reyes padres Carlos I V
tardíamente,
es cierto, pero de una manera
segura, en este lado del Atlántico.
Sobre las barreras
y María Luisa llegaron á Bayona, y alli, después de
levantadas por la suspicaz política española penetraban
vergonzosas escenas, de cuyos tristes detalles
las nuevas ideas en sus colonias, y si el estado de
se ha
apoderado la historia, Fernando devolvió á su padre la
atraso en que se hallaba la inmensa mayoría de sus
corona de España y ambos la pusieron luego á los piés
hijos no era favorable á la difusión de aquellas ideas,
de Napoleón, quien la transfirió
algunos espíritus cultivados las aceptaron con entu-
soberano de las Dos Sicilias.
á su hermano .losé,
«Tal fin tuvieron, dice
un ilustre historiador español, las célebres vistas de
Bayona entre el emperador de los franceses y la malaventurada familia real de España.
siasmo y esperaron con ardiente fe
una renovación
social y política.
L a independencia de los Estados-Unidos de A m é -
Sólo con muy negra
rica y el reconocimiento solemne del derecho de insu-
tinta puede trazarse tan tenebroso cuadro. E n él se
rrección por parte de los reyes españoles, asestó rudo
presenta Napoleón pérfido y artero; los reyes viejos,
golpe á su secular y respetada autoridad é hizo nacer
padres desnaturalizados;
nobilísimas aspiraciones en los hijos de sus colonias.
Fernando
y
los
infantes,
débiles y ciegos; sus consejeros, por la mayor parte
Luego
la
revolución
francesa fué
una
escuela
ignorantes ó desacordados, dando todos juntos principio
abierta para todos los pueblos.
á un sangriento drama, que ha acabado con muchos de
nidad tendía á entrar en el nuevo siglo transfigurada,
ellos, desgarrado á España, y conmovido hasta en sus
libre,
cimientos la suerte de la Francia misma. E n verdad
oprimido.
tiempos eran estos ásperos y difíciles, mas los encarga-
que hicieron al caer reyes y tronos, instituciones y
impetuosa,
dos del timón del Estado, ya en Bayona ya en Madrid,
creencias.
parece que sólo tuvieron tino en el desacierto
levantarse
Pero mientras sus soberanos se cubrían de eterno
baldón alzóse enérgica,
vigorosa y
altiva la nación
sin
las
Parecía que la huma-
ligaduras que
la habían
E l Nuevo Mundo se estremeció al estruendo
Entre las ruinas del viejo monumento vió
al
pueblo,
que
recobraba sus
olvidados
derechos asentándose triunfante sobre tantos escombros,
y oyó con júbilo infinito sus gritos de victoria.
española. E l 2 de mayo — fecha de eterno recuerdo
Por último, los sucesos que ocurrieron en España
para España y de grata memoria para los pueblos que
en los primeros años del presente siglo, al revelar la
arden en el fuego sagrado del patriotismo — el pueblo y
debilidad de la monarquía que hasta entonces se creyó
la heróica guarnición de Madrid dieron la señal
inconmovible sobre sus fortisimos cimientos, apresuraron
del
glorioso levantamiento que asombró al mundo, y que
para las colonias de América su movimiento de insu-
socavó los robustos fundamentos de aquella gigantesca
rrección.
dominación erigida por el César de los tiempos
tantas generaciones babian reverenciado, considerándolo
mo-
Aquel poder casi divino de los reyes que
dernos. E l grito de independencia y muerte al invasor ; eterno, yacía por tierra, arrastrado bajo el peso de sus
lanzado ese día en Madrid resonó en todos los ámbitos I propios errores más que á los golpes de un conquistador
de la península, despertó á España del marasmo á que aleve y arrogante. L a s convulsiones en que España se
la habían reducido indignos gobernantes y puso en pié á ¡ agitaba en aquellos momentos conmovieron á sus vastas
lib.
• CoNDR D E T O R E N O . — Historia
11.
de la recolución
de
España,
posesiones del Nuevo Mundo. Habia sonado la hora de
I la libertad para todo el continente americano.
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