^'^/f}lrlir- Director: D. Augusto Krahe. Sociedades de Blectrícldad e L jVíeDIODÍH Al abrir esta Sección en las columnas de nuestro periódico, dispuestos á ocuparnos de las Sociedades eléctricas de Madrid, comenzarnos por la denominada EL Mediodía, u n a de las m á s modernas, y cuyos accionistas han dado recientemente gallarda muestra de unión oponiéndose con admirables energías á lo que ellos entendían exceso de autoritarismo en su fundador y anterior Presidente, dirigidos y alentados por los señores que forman: en la actualidad la Comisión ejecutiva de su Consejo de Administración. La última J u n t a general aprobó las modificaciones llevadas á sus Estatutos por el nuevo Consejo, autorizándole ampliamente p a r a llevar á efecto la admisión de 4.000.000 de pesetas en Obligaciones Hipotecarias al 5 por 100 de interés, p a r a que con su producto atienda al pago "de las atenciones de la Sociedad y al oljjeto y negocio de la misma, anulando la anterior emisión destinada á la adquisición de un salto de a g u a en el J a r a m a y á la construcción del Canal y de las obras necesarias. Según datos adquiridos, la recaudación mensual llegó á 95.000 pesetas á principios del año corriente, siendo inferior entonces á 3.000 el número de abonados con que contaba la Sociedad; y,como, según declaración lieclia en la última j u n t a general por uno de los Consejeros, los abonados a u m e n t a b a n considerablenlente, hasta-el exiremo de afirmar que pasarían de 5.000 a n ' e s de finalizar el año, no es de e x t r a ñ a r que, conocedores de las economías introducidas por el anterior Consejo de Administración y de los decididos propósitos mostrados en un principio por el actual, crean muchos accionistas y entendamos nosoíi'os que la Sociedad El Mediodía hállase en excelente situación económica y debe ser en breve plazo la que m á s positivos y seguros resultados produzca en Madrid contando, como realmente cuenta, con u n a buena Central, c a p a z de producir todo el fluido que llegue á exigir su extensa y bien distribuida red, y c )n la fuerte reserva de capital que h a de quedarle de la emisión de Obligaciones. No oljstanle tan clara y desaliogada situación económica y deformar actualmente la Comisión directiva del Consejo de Admmistración los mismos accionistas que organizaron en el Salón de la Bolsa la c a m p a ñ a de oposición al. anterior Consejo, presidido por el Barón de Monte-Villena, debemos l l a m a r la atención del Sr. Aragón, Presidente recién elegido, y de sus compañeros, acerca de la obligación morral y social en que es.tán de responder con heclios y visible mejoramiento, no con ofertas y p a l a b r a s , á la confianza excepcional que eíi ellos depositaron los acció, nistas. • La parte que reste del importe de la emisión de Obligaciones después de hacer efectivos los pagos de las atenciones pendientes, debe á todo ti-ance conservarse, acordando no adquirir dur a n t e el m a y o r tiempo posible ninguna clase de material, salvo el indispensable p a r a la conservación de la Central y de la actual red de distribución, muy suficiente p a r a a l c a n z a r con ella doble y a u n triple recaudación de la que hoy produce, y p a r a asegurar por consiguiente pingües rendimientos á los accionistas, después cíe pagado el cupón de las Obligaciones. Creemos que fisí sucederá, y técnicamente tratareuKJS de demostrarlo si, como es de esperar, su actual Címsejo aumenta, como anunció, el número de abonados, administra bien, lio señala sueldo ni gratificación á la Comisión ejecutiva,cumpliendo los Rstatulos, y utiliza de u n a vez la condensación, fumívoros" básculas áutomáti-, cas y cuantos medios de economía tiene á su alcance p a r a rebajar el gasto mensual de explotación, ó sea el dé carbón, g r a s a s , personal y de extricto entretenimiento, teniendo en cuenta que estos son los únicos gastos que deben culjrirse con el importe de la recaudación y que la cantidad sobrante, cada vez mayor, constituye lo.s beneficios. , ' Después de escrito lo que antecede, llegan a nuestra redacción las siguientes noticias: Se h a señalado el sueldo de 5.000 pesetas ál nuevo Presidente del Consejo de Administración de la Sociedad El Mediodía, Sr. Aragón, á pesar de lo dispuesto en los Estatutos de la misma. También parece que ha sido nombrado Secre-- 2Í4 Madrid Cienti/icO tario general de dicha Sociedad, un hijo del señor Muñoz, vocal del Consejo de Administración. Ambas determinaciones no han causado, según nos informan, el mejor electo entre los accionistas. <$^^^^i^^ . li iitiaeÉ (leJa:i k m liidráulicas - : ' . I - ,.;•• - . • ••"'• • • • Grande es el impul.so dado' durante éstos últimos años á la utilizstción de las fuerzas h i d r á u licas'que, diseminadas é improductivas, existían en España, y r a r o és aún el día que no se denuncie un nuevo salto de a g u a y se pida la concesión de su aprovechamiento. Pero si bien e s m u y plausible y digna de todo estímulo la propagación de esta clase de obras por a c u s a r la.tendencia del capital á a b a n d o n a r las a r c a s donde sus poseedores lo tenían encerrado é inactivo, h a s t a casi sin provecho propio, p a r a lanzarse resueltamente á fertilizar los yermos campos de la industria, en provecho de todos, necesario es reconocer que, sea por falta de iniciativa, sea por desconocimiento del negocio, por no haberlo estudiado lo suficiente antes de llevarlo á la práctica, ó bien por miedo á destin a r l a á otras m u c h a s aplicaciones de que os susceptible la fuerza que se capta, la aparición de una nueva Central hidro-eléctrica no representa siempre un nuevo elemento propulsor y de riqueza,'sino que es á >*"eces un freno que se pone al desarrollo de otra'!'industria y a establecida, por venir con frecuencia la nueva á invadir la esfera de acción.de lanantigua. E s el nuestro uno de los países m á s ricos en fábricas de eleati;icidad, ó sea en fuerza barata, y siéndolo adeínás en la producción de primeras materias p a r a íoda clase de industrias, es el m á s pobre en inatíaíacturas,. El cobre, el hierro, y tantos otros materiales qué en tal cantidad encierra su Suelo,,los envía al extranjero p a r a traerlos transformados en las mismas m á q u i n a s eléctricas que con t a ñ í a profusión está moiitatido. Y luego todas estas m á q u i n a s se dedican casi exclusivamente á la m i s m a producción: el alumbrado eléctrico, i Pocos son los' pueblos, por mezquino que sea -su número dehábitantes, q u e c a r e z c a n de estesistema de alumbrado. Y los hay que aun no constando con m á s de diez ó doce mil a l m a s están /^abastecidos p o r dos y h a s t a tres fábricas. No sólo se entabla la competencia entre la antigua central movida á vapor que se hallaba establecid a en el mismo pueblo, con la fábrica hidráulica que lleva su fluido desde a l g u n a s decenas de ki- lómetros, sino que á veces son dos á motor de a g u a las que se disputan entre sí la instalación de unas c u a n t a s l á m p a r a s de cinco bujías en otras tantas casas, cuyos moradores tienen con dificultad disponibles á fin de mes los seis reales ó dos pesetas á que asciende el abono. De aquí que muchos de estos negocios'se h a llen muy lejos de ser florecientes, y que antes de utilizar toda la fuerza disponible se inicie una crisis industrial de los saltos de agua. Ciertamente esta crisis no puede ser m á s que transitoria, pero no puede dejar de m a l o g r a r una porción de capitales, contribuyendo al retraimiento de otros nuevos. Se impone, pues, la necesidad de pensar en otras aplicaciones de la energía sobrante. E s necesario guiar por diferentes caminos las fuerzas productoras. La competencia en el caso que nos ocupa, aún m á s que en otros, es de fune's-tísimos resultados. No resuelve tampoco el problema económico la fusión de las Sociedad.es^rivales, aunque pueden entonces a u m e n t a r ó Imponer sus precios y condiciones, cortando un sinnúmero de abusos que por conservar el abonado, se veían en la necesidad de tolerar mientras d u r a b a la lucha, El monopolio, con todas sus a r b i t r a riedades y prepotencias, si bien no justificadas^ puede dar buenos resultados á los que lo ejercitan en la producción de una materia de primera necesidad; pero en el alumbrado eléctrico (ís preciso reconocer que si se h a hecho insustituible é indispensable, en las grandes poblaciones pueden p a s a r muy bien sin él los humildes vecinos de la mayoría de nuestros pueblos, bastándol(!s á muchos la tenue luz de su aún no olvidado candil. No utilizando generalmente la poterícia motriz m á s que p a r a el alumbrado, queda disponible p a r a otros usos durante el día, y todas las fábricas hidro-eléctricas proyectan utilizarla en el transporte de fuerza. Claro que no faltári aplicaciones, pero en la m a y o r í a de los casos l'altan aplicantes. No se tiene en cuenta suficieniemenle la incontrastable rutina dé los propietarios rurales, y su escasa propensión á sustituir los a n t i guos procedimientos por los nuevos. Sólo con una industria se puede contar ü priori en cada pueblo: la fabricación de h a r i n a s . En algunos existe una fábrica movida á vapor; en otros, la mayoría, y por distante que se halle, es un molino primitivo establecido en el río el que provee. üesconlaila la rabrícacíóii de harinas, no queda, por decir así, n i n g u n a otra industria'permanente. Puede liaber a l g u n a fábrica rudiíjientaria, pero funcionará únicamente unos cuaritosmeses al año. Resulta, pues, que el transporté de fuerza durante el día quedará sin aplicacióaGompleta la mayor parte del tiempo. Madrid Cientifieo Todas estas consideraciones se refieren, naturalmente, á aquellas regiones en donde no existen centros de importancia. El aspecto de la cuestión y el porvenir de la fábrica hidró-eléctrica cambian completa y favorablemente' si-ésta se halla instalada en las inmediaciones de algún centro fabril ó minero. En este caso, a d e m á s de constituir un ingreso s e g u r o y considerable el suministro de luz, no sólo encuentra aplicación todo el resto de l'uerza disponible, sino que de esta misma aplicación puede depender la vitalidad de a l g u n a s industrias decadentes, llegando á vigorizarlas y á crear otras nuevas. Aquí se encuentra la fábrica hidro-elóctrica en terreno propicio, y su acción benéfica no se Umita solamente á contril>uir á la solución del problema económico, sino que hace sentirsu infiueucia social ó higiénica. La desaparición de los humos de las ciudades, la m a y o r limpieza y holgura en las fábricas suiírimiendo las transmisiones, y el renacimiento del taller individual, son un hecho gracias al empleo de los electromotores. *** El problema del transpoi'te de la energía está i-esuelto técnicamente en la mayoría de los casos; casi se puede decir en todos. Ya oímos h a blar sin asombro de conducciones de miles y miles de caballos á centenares de kilómetros. No vislumbrándose aún el día en que se llegue á transmitir la fuerza sin hilos, se estudia, por lo menos, la reducción de éstos á uno sólo, empleando la tierra p a r a retorno de la corriente. Queda por resolver en cada caso especial únicamente la parte financiera de la cuestión. Y en este punto insistimos: no se cuente nunca en la redacción del proyecto de utilización de un nuevo salto con despei'lw ajiciones industriales é inn o v a d o r a s donde hasta la lecha no han dado n i n g u n a señal de vida. Es necesario familiarizai- al i)i'opietario rural con los adelantos modernos; es necesario educarlo y persuadirlo prácticamente, pues no son los razonamientos y las promesas lo que le conven cera; necesita ver. Todas las m á q u i n a s cuestan miles de//'««eos y él está acostumbrado á contar por reales. Nunca se a v e n t u r a r á á arriesg a r una s u m a p a r a él fabulosa en un negíjcio cuya práctica desconoce. Deberá, pues, ser la m i s m a Sociedad concesion a r i a la que, al erigir su Central en una región alejada de todo centro de actividad industrial, se preocupe de la utilización de la fuerza que va á producir, y constituirse con un capital suficiente para, sufragados los gastos de instalación eléctrica, construcción de oliras hidráulicas, etcétera, emprender las explotaciones más indicadas en su zona de acción. En una palabra, si al constituirse no tiene ya contratada la fuerza, debe ser ella m i s m a su consumidora. 276 No es admisible, económicamente hablando, que una Sociedad que ha inyertido en una obra unos cuantos cientos de miles dé pesetas, se contente con el modesto papel de un vendedor de fuerza que espera en su tienda la llegada de los parroquianos. Pueden éstos faltar, y si así s u c e de, como es cosa frecuente, difícil será obtener del capital invertido el interés que produciría en otro negocio cualquiera, incluso en el fácil y có-* modo de su enqíleo en papel del Estado. 'Codo capital invertido en estas empresas y no auKjrtizable en un plazo máximo de diez años, coi-re peligro. Los sorprendentes y rápidos p r o gresos en medio de los (jue se desenvuelve la industria eléctrica hacen p e n s a r e n que lo que hoy i'epresenta la última perfección puede tener que ser desechado en jdazo breve ante la inesperada ai)ainción de un nuevo procedimiento contra el que no cabe defensa posible. Prueba de ello laá fábricas de luz eléctrica movidas á vapor,, que al poco tiempo de instaladas se han visto ario-' liadas y ¡jrecisadas á mal vender su material ante la p a r a ellas poco agradable presencia de los consabidos tres hilitos de cobre; qóe desde muy lejos, muy lejos, vienen.atravesando cárri-' pos y bordeando caminos y carreteras. *** Sin contar el uso de las fuerzas naturales, ya tan extendido en España, en la producción del alumbrado eléctrico, ni el complemento de utilización de estas fuerzas en el suministro de enei'gía durante el día p a r a motores lijos, y dejando así mismo á un lado su aplicación á la tracción eléctrica, vamos á señalar especialmente, no á. descubrir, las dos industrias que m a y o r porvenir ofrecen á los saltos de a g u a y que aseguran su c(jmpleto aprovechanúenlo: la electroquímica y la electrometalurgia. . \ m b a s , sin ser nuevas, se hallan aún en esta- * d(j naciente; no han llegado todavía al periodo de su conqjleto desarrollo. Muchas de las industrias derivadas á que dan lugar no han t r a s p a sado los recintos de los laboratorios, pero todas', cuando lleguen, se han de a c l n n a t a r y Ifarw'de florecer en España, país productor-por'excelencia de primeras materias. Anímense, pues, nuestra^ empresas xjoixeesid-n a r i a s de saltos de a g u a áí-iiaitar--:'á'-ias del e x tranjero; indusirialicense y dediquen una parte d e s ú s capitales y cle-su inljeligencia á contiawa'r-'^ y completar la serie de ensayos allí iniciada, seguros de que sus sacrificios han de quedar a n chamente reconqjensados. Ya que tanto nos hemos extendido en críticas y consejos, liaírfemos punto por hoy. En próxim a ocasión daremos alguna idea del estado de estas industrias de tanto porvenir. " EviiLio Huici. '••. Icgeaiero, 2% Madrid Científico Una de las pistolas más sencillas, entre todas las de esta clase de armas, es la que hoy presentamos á nuestros lectores, tomada de la Revue de l'Armée Belge. Distingüese esta arma de varias de sus similares, en que el cañón (fig. 1.*) está fijo invariablemente al cajón del mecanismo y culata, sirviendo ésta, como siempre, de almacéndonde se alojan los cartuchos, los que, como en la pistola Parabelum (véase el número 416), son en numero de ocho. Estos se introducen dg la posición liriiite de aquella pieza, cuando el arma está lista para hacer fuego. La obturación de recámara, indispensable en el momento del disparo, es obtenida por la energía del ¡¡ercutor en el instante de percutir el cartucho, por la inercia de la pieza A (aumentada la primera por los consiguientes rozamientos en el movimiento de i-esbalar), por la resistencia que el percutor opone para volver á la posición de fuego, y, finalmente, por la resistencia del muelle en hélice ó tirabuzón (flgs. 2." y 3.°) que se interpone entre la pieza de cierre A y el alojamiento en que ésta se mueve. Ese muelle es el que, después del disparo y de retroceder A todo o posible para extraer la vaina, lanzar ésta fuera y dejar paso á un nuevo cartucho, empuja acia adelante la citada pieza, produciendo así la operaciónde cargar el arma, cerrar la recámara y dejar el percutor en la posición de hacer un nuevo disparo. Si se piensa un poco] sobre todas las resistencias que se oponen al instantáneo retroceso de una vez en Ja culata, con auxilio de un cargador metálico análogo al que une de cinco en cinco los cartuchos de nuestro fusil Mauser. La figura indica claramente la colocación de ese cargador, para que, haciendo presión con el dedo pulgar sobre el cartucho superior, se almacenen los ocho en la culata de la pistola. El automatismo del arma lo ejecuta la pieza movible A, que lleva dentro de si el cerrojo, ó cieri-e', con su correspondiente extractor. Esa pieza resbala á corredera á lo largo y por encima del cajón del mecanismo, en una longitud que la figura muestra claramente, pues la parte B es la pieza de cierre A, cuando los gases del disparo empujen al proyectil hacia a boca del arma, se comprende fácilmente que pueda conseguirse una completa y segura obturación de recámara, mientras la bala recorre la longitud del cañón. Las resistencias más enérgicas, de las varias que he mencionado, son las que opondrán el muelle del percutor, y d del tirabuzón que solicita hacia adelante á la pieza A. Esas resistencias producen un efecto mecánico, análogo al que -se conseguiría aumentando la masa de esa pieza hasta el punto de hacer iguales los trabajos de esos muelles, para-una deformación^ dada, y el trabajo cíe inercia de la masa total para un recorrido rectilíneo igual á esa deformación. Y como ya la masa de la pieza A es por si sola muy grande, comparada con los 5,5 gramos que pesa la bala, si aumentamos aquélla con otra no despreciable que representan las resistencias citadas, para un retroceso siquiera de alguÉiosmilímetros (21 tiene de largo la vaina del cartiicho,)', la ecuación de las cantidades de mooí«Me/ifo, ymejor aún la de las energías ó trabajos, nos permiten deducir que la bala habrá salido del cañón cuando la pieza de cierre A comience aponer de manifiesto Las pistólas de repetición . IV ; , ' , Pistola automitica cMannlicher», modelo 1901 Madrid Científico A 271 278 Madrid el fenómeno de su retroceso, esto es, á dejar abierta la r e c á m a r a del cañón. La continuacúj'n del movimiento de retroceso de A h a s t a su posiMón limite, la expulsión de la vaina, ascensión del nuevo cartucho, avance de A y preparación p a r a el nuevo disparo, operaciones son todas inmediatamente comprensibles' después de cuanto he detallado. La flg. 2." representa una vista de la pistola por el costado derecho, con la platina de estelado levantada, j^ara dejar visible el muelle que hace funcionar al percutor. Tamlíién aparecen fuera d3 su sitio la pieza de cierre y el muelle de tirabuzón que la empuja hacia la recámara. La flg. 3." permite ver el costado izquierdo del que pudiéramos l l a m a r cajón del mecanismo, y que contiene las piezas y muelle p a r a zafar el ' percutor, al ojirimir con el dedo el disparador del arma. Carácter distintivo de esta pistola es el pequeño número de piezas (;U) su robustez relativa é ingeniosa colocación. En cuanto á los datos balísticos más interesantes, anotaremos, entre otros, los siguientes: Calibre T,(j5 nini. Rn/n U^eso...^ 5,5 gr. tíam j^velocidad inicial 30()(m. X seg.") Carga pólvora sin humo) 0,22 gr. Peso total del a r m a (con ocho disparos) <»,88() kg. Longitud total 221 mm. Penetración en madera de abeto, tirando á corta distancia. 150 mm. .... . . . ,. „ (Dispersión total en alPrecision media en c u a ,i.,^ IQ nw, , • 1 1• 1 1 , U . 1 el l^ 111, tro series de 8t) <lispa-<,, ^ ¡ , g,, ^^^^-¿^.^l o ^^^_ ™S'«•'**"• I teral 7 « Nótese, como detalle favoral)le á este a r m a , que la posición del percutor permite reconocer desde luego si la pistola está ó no en disposición de hacer fuego, pues al hacer venir hacia a t r á s la pieza A (flg. L") p a r a que el primer cartucho sea empujado por ella y alojado en la r e c á m a r a , el percutor queda siempre montado, y en situación clara y distintamente perceptible. .: . ,. • , MARIABF.L 61 tiempo anómalo y nueetros sabios El estado atmosférico tan persistente que hemos experimentado por algunos meses en toda la Europa Occidental es un fenómeno meteorológico extraordinario que ocupa y sigue aún embargando la atención de los sabios extranjeros. Todos estudian el gran suceso, exponen teo- Cientifico rías, hacen deducciones y, en una palabra, cumplen asi con lo que deben á su misión científica. Los Observatorios de F r a n c i a , de Italia, de Bélgica, de Holanda, de Norte América y otros m u c l n s , ilustraron á los respectivos públicos, insertando en la prensa noticias, cálculos y teorías detalladas acerca de la c a u s a física de este atmosférico trastorno impropio de la estación; este invierno en la primavera y primavera en el verano, precursores acaso de un verano en el otoño. ¿Qué hacen nuestros metereólogos? Hasta ahor a callar; estarán estudiando p a r a adentro. íñiguez, director de nuestro Observatorio madrileño, astronómico y metereológico, se calla; Arcimis, tan verboso otras veces, calla; Caroic, amigó de ambos, sigue en silencio; Vera ha d i c h o ' muy poco; Mourelo, otro sabio, cero. Eso sí, en la prensa conlinúan apareciendo los pronósücos de Sfeijoon, sucesor de Noherlesoom, tan fijos y frecuentes como los artículos de don ,Iuan de Dios Blas sobre hacienda fiambre; y aunque ya un periódico le ha probado que se equivocó respecto de la sequía p a s a d a y de la humedad siguiente, el hombre calla sobre esas pifias y sigue pronosticando en estilo de oráculo deifico adaptable á todo lo que viniere, y la prensa'toda, dando pruelias de su cultura, inserta sus profecías como insertó las de Noherlesoom y áiítes las de todos los zaragozanos que en el mando fueron. ¿Que sigue equivocándose? Bueno, como nadie sale á dilucidar escrupulosamente sus aimncios... ¿Que sale alguno? Ya están ellos hechos de modo que con poco trabajo se demuestre cómo dos z a r a g o z a n o s antiguos y dos á la moderna son cuatro industriales, que los tales anuncios se cumplieron ó debieron cumplirse, como se debió g a n a r la batalla de Z a m o ra que se perdió. Pero del fenómeno atmosférico ni palabra. Parece que no ha sucedido, ó que no han caído en ello esos señores, ni siquiera se dan por enterados de lo que de él dicen por esos mundos, y siga el anuncio de que por el N. y el N.O. viene una depresií'm, y por el S. una tromba ó trompa que tocará el tango en las costas de T,evante, y á la vez en las de Poniente... etc., y al que le parezca eso poco, que vaya á pedirle m á s al Negus (le Abisinia. En otro tiempo, esos pronósticos se hacían con año y medio de anticipación en los calendarios y por lunas. Menguante, buen tiempo; creciente, lluvias; asi en toda la P e n í n s u l a y s u s p o s e s i o n e s de África, América, Oceanía, cielo, infierno y purgatorio. El Zaragozano Castillo, su rival Ocsiero y otro que terció en la discordia, fueron es.pecialidades en eso y en insultarse llamándose farsantes, embusteros y malandrines. Madrid —Yo tengo ya hechos los pronósticos para diez años,—decía el uno. -^Pues yo para cincuenta. —Y los míos llegan hasta el año .3.000,—decía el tercero, batiendo el record. Y el... 1 agarrarse!, el Aní<a/-/o del, Obsercatorio de Madrid, compitiendo con aquellos precursores de Noherlesoom, traía en su calendario los consabidos «buen tiempo», cdluvias» ó «tormenta» en cada luna. —Pero, señor Merino—le decían una vez al Director, que por cierto valía por diez íñiguez,— si eso está mandado retirar, si ya sabemos que no es posible... en un Zaragozano más ó menos Ocsiero, puede pasar, ¿pero en el Anuario? —Es que no se vendería,—contestó el astrónomo—hay que dar lo suyo á la rutina. ,—Y ¿quién decide los pronósticos de cada luna al hacer el almanaque ese? —Pues... lo echamos á la suerte ó nos guiamos por la expieriencia del portero: fué pastor y se sabe de memoria el tiempo de esta provincia y el de media España. I.uego vino ya Noherlesoom; se traía un sistema, pero no lo explicaba, era su secreto. . —D. León, ¿cómo es que usted sin libros, ni instrumentos, ni observatorio, ni ortografía, pronostica á noventa días vista y los sabios que todo eso tienen, á media semana? —Es mi secreto, ya publicaré un libro. —¿Cuánto gana usted profetizando ciclones, trombas, mangas y capirotes? —Unos setenta duros y tres pesetas al mes. —¡Hombre de Dios! si descubriera usted su secreto ganaría diez veces más. —IMi libro, mi libro...! " Y no lo publicó; pero Sfeijoon debió hallar el manuscrito entre sus papeles ó en el Rastro, porque;sigue el mismo ídem que su ilustre predecesor y... calla el secreto contentándose con menos duros aún. Hay quien cree que todo consiste en un reuma bien observado y administrado; otros en una colección de callos expresivos relacionados con la atmósfera, y otros en los espíritus... El sigue sfeigoneando, noherlesomeando y zaragozaneando como un Ocsiero, y que le entren ciencias. ¡Mientras los periódicos le tomen sus profecías á real la línea y alguno que otro el pelo, tan conformes. Pronostica, pronostica, y, en efecto, como el gitano del cuento no se equivoca más que veinticuatro veces al año, porque sólo eructa dos profecías al mes; ya se sabe, ó sucede lo que él anuncia ú otra cosa, no falla. íñiguez, Arcimis, Carvic y demás sabios, calladitos dejando pasar esas profecías; ellos y Sfeijoon y otros que noherlesomean por ahí, tan tranquilos; ya tenían descontado este tiempo anómalo, como ese profeta que dice haber preconocido Científico 279 la muerte de los reyes de Servia, pero no publicó su pronóstico hasta después del suceso para mayor seguridad. Quedamos en que nadie sabe nada, eso es propio de sabios. Si sabes que no sabes, algo sabes, decían los escolásticos. Lo extraño es que no haya por ahí alguien que se atreva á echar abajo el biombo, liarse la manía metereológica á la calveza y salir diciendo pruebas en mano: —Caballeros, que todo esto de la Meteorología por piezas y á plazo fijo, es una pura guasa viva ó de vivos. Que esa ciencia no va paralela con la Astronomía, siap á pasos de tortuga y no es tal ciencia, sino á lo más una rama de la Física, conjunto de opiniones y de datos cuya ley deter minante se ignora tanto como la que pieside á la salida de las bolas del bombo en la lotería. ¿El aire? Es una consecuencia, venga de Toledo ó de Guadarrama ó de Cafrería. La veleta no indica más que la corriente de la capa que la rodea, no de las superiores; el barómetro no acusa más que la presión que sufre; el ai-eómetro, la velocidad del viento que ya está encima; el higrómetro, el grado aproximado de humedad que ya tiene el aire; los cuartos de luna ya no pasan, eran moneda falsa metereológica; las manchas del sol no se relacionan con nuestra atmósfera según Lafaye, más que los cuernos de la luna; la corriente polar, la ecuatorial el GulfStreaun y la corriente^ del Manzanares; sirven para lo mismo en cuestión de Metereología. Los trabajos del yanque Elias Leomis (1880), de Andrés Poey (Habana), del belga Montigni y ' de otros metereólogos notables, están ya anticuados y dieron todo lo que podían; los modernos no han dado aún más que calor... en varias cabezas y fríó/en los pies respectivos. ¡Por Dios señores! no sféijonear, ó dejar que noherlesomee quien quiera, pero sin hacerle caso; y sepan todos de una vez que si nuestros sabios no han dicho nada sobre la reciente perturbación, es porque no saben una jota, y nada tienen que decir: ¡eso quisieran! Hablar de este modo seria más ó menos rudo, pero sería decir la verdad, que entre unos y otros se está ocultando á la gente con beneficio de cuatro zaragozanos vergonzantes. A. ü. Advertimos á nuestros suscrlptores que no cambiaremos la dirección de la faja sin previo aviso de los Interesados, suplicándoles, por tanto, avisen con oportunidad ios camliios de residencia ú domi' cilio, para evitar interrupcidn en ei recitio de la Revista. Madrid Científico 280 61 mundo eléctrico La visión de lo invisible ....,,.... XIV A ^, disposición cómoda y eficaz, que M. Bouctacourt completa poco después ideando tubos de forma y circunstancias apropiadas á este género de trabajo, adaptando á él los carretes ordinarios, mediante la derivación á tierra del polo positivo. * Los modelos de tubos * * endodiascópicos tienen Tutos endodiascópicos, ó tubos-sonda. -Modelos Noé y Bouchacourt-Rémond. — Detalles operatorios. — Porta-tubos todos una estructura general muy parecida, que simples. — Linterna Bouchacourt. — Soportes varios. se reduce á una porción cilindrica bastante alarTubos endodiascópicos.—Ea cuanto precede gada, donde va el ánodo, y otra esférica ú ovoise ha visto á la ampolla oficiar como aparato pro- forme, que contiene el cátodo; la primera constiductor externo al sujeto, único modo de proceder tuye la parte activa ó sonda, que se destina, como indica su nombre, á penetrar en la cavidad antes de la reciente invención del método endodiasoópico, en el cual el tubo se sitúa en un espa- que debe ser explorada, y la segunda que resciointerno, haciendo asequible la exploración de ponde á la conveniencia de aumentar el espacio interior para que no se agote prontamente la malas cavidades naturales bucal, rectal y pelviana. La idea de utilizar el tubo radiógeno en la ra- teria ultra-gaseosa, como sucedería si el tubo diografía y fluoroscopia de las regiones interio- fuera cilindrico por completo, so pena de alarres accesibles á la sonda, surgió con el mis- garlo considerablemente. mo descubrimiento de Kóntgen, puesto que ya en El tubo Noé (^fig. 1.''') consta de un tallo cilín-' 1895 Oudin y Barthelemy realizaron algunos indrioo yl C protegido p o r u ñ a vaina metálica en 'tentos en este sentido. El problema que se tratacomunicación con tierra, y de un ensanchamienba de resolver era el de inmunizar al enfermo y to esférico C D que contiene la varilla del cátoal operador contra los peligros de carácter elécdo y termina en una bolita metálica IJ, que ofitrico á que expone el contacto del tubo en acticia como detonador, colocándola en presencia vidad; pero ni las deficiencias del primitivo hedel polo negativo de una máquina estática cuanrramental radiográfico, ni los primeros tubos do se quiere hacerla funcionar. Chabaud ensayados al efecto, eran elementos caEl ánodo está constituido por un espejo plano, paces de asegurar el fin perseguido, y, á vueltas inclinado convenientemente para que el haz de algunos fracasos, abandonóse la tarea por rontgeano salga por la ventanilla A de la vaiconsiderarla irrealizable mientras nuevos perfecna metálica^ con la cual está en comunicación cionamientos del material no aportaran mayores eléctrica el espejo anticatódico. En la porción esprobabilidades de éxito feliz. férica del tubo . existe un pequeño apéndice ó ín. , Dos años después^en 1897, propuso M. Destot dice de vidrio G, que sirve para indicar el sentiá la Sociedad de Ciencias Médicas de Lycn el do de propagación de los rayos X , cosa necesaria empleo de la máquina electro-estática bipolar, arguyendo que con ella no eran de temer los accidentes tróficos, siempre que las personas actuaT?!». 1."—Tuho endodiascópico de M. Noé, construido especialmente xyara ran sobre un banco aislador. No quedaba ya por funcionar con la máquina estática del solucionar otra dificultad que la de construir tumismo fabricante':—A B, vaina metálica bos apropiados á esta clase de trabajo, para el con una ventanilla en A para dar salida cual recomendó Ja forma de sonda. El método á los rayos X, reflejados por el espejo endodiascópico se puso nuevamente sobre el tapeanticatódico.—B, anilla con la que se acúñala chapa en que termina el conte, y aunque se vio que. la idea: de aislar al pa.dijctor á.tieria.—C, índice para indicar ciente y al operador tropezaba en la práctica con al operador el sentido de propagación de serios inconvenientes, fué aceptada y puesta en los rayos X.—D, bola metálica en que ejecución, sirviendo de poderoso estímulo á intermina el ánodo, la cual debe quedar á 3 ó 4 centímetros de la del negativo de ventores y fabricantes, los cuales vieron ya pala máquina para la buena marcha del tente la posibilidad de llegar á soluciones más satubo. El ensanchamiento esférico tiene tisfactorias. Ijor objeto aumentar la capacidad. „ Estas no se hicieron esperar. Ea Noviembre d^l año citado, M.. Éémond utiliza la máquina unipolar de Noé, sin banco aislador, y crea una Madrid €ieñttp.co puesto que una vez introducida la sonda en la cavidad de que se t r a t a , la ventanilla A desaparece para el operador, el cual no podría orientarla correctamente sin la referencia que le suministra el índice C. Aunque estos tubos pueden funcionar con la electricidad dinámica, es decir, con los carretes de inducción unipolares, el constructor los fabrica exclusivamente para ser empleados con su máquina electro-estática especial, que denomina generador unipolar. L a puesta en marcha exige algunas precauciones. La toma de tierra para el polo positivo del generador y de los demás elementos de la ex,periencía debe ser lo más perfecta posible. La vaina metálica A B s& mantendrá en el más ]>erfecto estado de asepsia, y para realizar su buena comunicación con el suelo, lleva un anillo B con el cual se fija y acuña una chapita en que termina el conductor á tierra. E l electrodo negativo de la máquina remata en una esférula que debe quedar á 3 ó 4 centímetros de la del tubo para que éste funcione normalmente. Haciendo aumentar dicha distancia, dentro de ciertos límites, aumenta también el poder penetrante de los rayos X engendrados. Bastan estas noticias para compr^inder el uso del tubo-sonda; la explicación de otros detalles operatorios pertenece á un capítulo especial de Endodiascopia. *** E l modelo Bouchacourt y Rétnond (fig. 2.^), dentro de la estructora común á esta clase de tubos, ofrece con el anterior algunas diferencias que saltan á la vista. L a parte cilindrica ó tallo A O aparece al descubierto, de modo que pueda verse el espejo anticatódioo A, y el cátodo C, cóncavo. E l ensan- 281 P a r a usarlo se introduce su tallo 4 C en una vaina metálica (fig. 3.^), que desempeña papel análogo al indicado para la del modelo Noé. La ventanilla dibujada en la figura debe quedar frente al espejo anticatódico, cuyo casquillo exterior queda en contacto con la vaina, y, por ITiG. 3."— Vaina metálica para el tubo BoiichacourtRémond.—JJ3. ventanilla debe quedar frente al espe jo anticatódico, con lo cual el casquillo exterior de éste resulta en contacto con la vaina. Esta se asegura en el tubo por medio de una tuerca, la cual lleva un tornillo para empalmar el hilo unido á tierra. tanto, en comunicación con el tornillo que ésta lleva para empalmar el conductor derivado á tierra. * * Porta-tubos y accesorios.—En las experiencias radiográficas, y en la mayor parte de las fiuoroscópicas, es necesario asegurar la inmovilidad del tubo radiógeno, y como esta condición no se podría satisfacer manteniéndolo en la mano, cosa, por otra p a r t e , imposible dentro del sistema bipolar ordinario, á causa del efluvio exterior, es preciso asegurar dicho tubo á un soporte especial que, además de procurarle fijeza y estabilidad, permita su rápida colocación en distintos planos, y la fácil orientación de su anticátodo en el santido que reclamen las circunstancias del ensayo. Aun en el caso de operarse con el tubo á mano, como sucede con el sistema unipolar, fig. 4."'') no conviene prescindir del porta tubo, como lo ha reconocido el Dr. Bouchacourt, el cual, para manejar el tubo de su invención imaginó el apa- -•\A í'iG. 2."-~Tuho emlodiascójrico, modelo Bouchacourt y Sémond.—A. espejo anticatódico.—B, ánodo suplementario frente al cual está el Índice que marca la dirección de los rayos X. chamiento para aumentar la capacidad del tubo es de forma ovoide, y en él se ve un pequeño apéndice que sirve para indicar la dirección de los rayos X , y el ánodo suplementario B, que contribuye á reforzar el rendimiento. Este tubo trabaja normalmente con chispas de 15 á 25 centímetros. yycwie FIO. 4."—Porta-tuhos ó linterna Bouchacourt, para el empleo del sistema unipolar. Madrid Cientijieo 282 rato indicado en la fig. o.", y a l que ha distinguido con el nombre de linterna. Esta se compone de un mango cilindrico P , abierto según dos generatrices, una de las cuales lleva bisagras para que pueda girar á charnela el semicilindro móvil del mango y recibir éste la empuñadura del tubo, cuyo ánodo viene á quedar en contacto con el borne inferior donde se empalma el alambre para la toma de tierra. Un pequeño giro del tornillo B basta para hacer solidarios el tubo y la linterna. En su parte superior hay una pantalla de aluminio A C, FIG. -5."—Linterna BowJiacourt, para manejar el tubo umpolar del mismo oHíoc—y, mango de metal donde se aloja el del tiibo.--A, pant a 11 a de aluminio que recoge los eflu yios del campo extenor llevándolos a tierra. cuya forma se acomoda bien á , , ,, "^ ^^ aquel. Este porta-tubos se usa del , • T I n i .1 -r modo que mdica la hg. 4.'' La pantalla debe aplicarse directamente sobre la región que se quiera examinar, lo cual pue^ ' '^ de hacerse con facilidad y rapidez bajo distintos ángulos. •Dicha pantalla constituye una salvaguardia contra los efluvios del campo eléctrico exterior, los cuales son por aquélla recogidos y llevados á tierra. La chapa de aluminio, por su escaso grosor, no estorba el paso de los rayos X . * * Existe un-.i gran variedad de porta-tubos ó soportes, los cuales pueden dividirse en simples y compuestos, siendo éstos los que, además de sostener el tubo llevan la pantalla y otros elementos recientemente introducidos en la Radiología de precisión. Por tal causa sólo nos ocuparemos aqUÍ de los primeros. FIG. 7."—Soparle ríe íHÍío/compuesto de pie'[de.fuudición, varilla niquelada y pinzas al extremo de un pequeño brazo, las cuales, gracias á laljarticulación de que están provistas, pueden afectar todas las posiciones imaginables. (Radiguet). En los comienzos de la Radiografía los portatubos se hicieron de madera ('fig. 6."i, y consistían en unas pinzas montadas sobre un pie perpendicular á un tablero, donde se colocaba el chasis, al cual se podían acercar aquéllas más ó menos corriendo á lo largo del pie cuya longitud no pasaba de 80 ó 90 centímetros; la'lpresión Pde las pinzas sobre el tubo se graduaba por medio de un tornillo. Esta forma de soporte, que se sigue usando en las instalaciones más sencillas, permite orientar el tubo de muy diversas maneras, pero como el radio de giro de las pinzas alrededor del pie vertical es muy pequeño, este soporte no sirve más que para radiografiar masas de poco bulto. Este defecto se halla un tanto corregido en el modelo de la fig. 7.'\ cuya simple inspección basta para formar cabal idea. E s t á compuesto de un pie de fundición, una varilla niquelada que se monta en él, y las pinzas puestas al extremo de un pequeño brazo, las cuales, gracias á la arti- FiG. ñ.^— I'orta-luhos de madera, cOTi_2)eo?ia; paraÍpequeñas[instalaciones. 283 Madrid Científico culación de que están provistas, pueden tomar todas las posiciones deseables. Fuera trabajo minucioso y estéril reseñar las disposiciones análogas adoptadas , pues todas ellas son igualmente sencillas. La fig. 8.'' muestra dos porta-tubos cuyas particularidades saltan á la vista; el que está en la mesa de operaciones es un simple pie hieco en el cual entra y puede gir a r un tubo acodado en ángulo recto susceptible de fijarse á distintas alturas; en su brazo horizontal enchufa el de las pinzas, cuya mayor ó menor salida permite avanzar el tubo en la medida conveniente; la oportuna orientación del disco anticátodico se obtiene combinando el movimiento rotativo de la varilla alrededor de FiG. 8." — Poriti-luhos diversos.—Formas seucilla». (Séguy). FIG. 9."—Porta-liihos con''arliciilaciones de nuez. (Séguy). su eje con el juego articular de las pinzas. E l tubo se inmoviliza en la posición elegida por la presión de los correspondientes tonillos. El porta-tubos representado en la parte inferior de la figura, puede verse en la 9." con mayor detalle; dos ó tres articulaciones de nuez facilitan la posición del tubo en cualquier sentido. A veces afecta el porta-tubos extrema sencillez (fig. 10) y entonces no es otra cosa que un pie de fundición en el que penetra una varilla terminada en pinzas; el tubo tiene un juego muy limitado, por lo cual esta disposición no se recomienda más que para ciertos trabajos fluoroscópicos que no exijan frecuentes cambios de plano. F. DEL Río Ingeniero. FIO. 10.—Porta-tiihos simxjJe JOAN, 284 Madrid La Tasco-CastcUana La campaña que en estas columnas hicimos á raíz de la constitución de tan famosa Sociedad, es secundada ahora por otros colegas. Nada nuevo podemos agregar á ló que ya entonces expusimos para demostrar que la citada Sociedad, lio tan sólo carecía de la concesión del ferrocarril de Madrid á Bilbao, que como espejuelo exhibía en sus proyectos, sino que se hallaba aúíi muy distante de poder lograr la total concesión de que alardeaba. Según parece, las candidas alondras empiezan á salir de su ofuscación, y sobre la desdichada Sociedad empiezan á llover demandas de los obligacionistas, que se llaman á engaño. El abogado de Madrid, D. Isidro Zapata, según manifiesta el Economista Hispano - Americano, acaba de presentar en el Juzgado correspondiente de Bilbao una demanda contra la Compañía «Vasco-Castellana», en la que se pide la devolución de 75.000 pesetas, importe de 75 obligaciones hipotecarias de á 1.000, totalmente liberadas. Con guardar muchas conexiones la demanda presentada ante los Tribunales de Madrid por D. Cirilo Guerrero y la presentada ante los Tribunales de Bilbao por D. Isidro Zapata, existe entre ellas una diferencia importante que avalora la segunda. La de Madrid, como presentada el año pasado, puede decirse que era unainterrogación. En ella se afirmaba sólo con carácter condicional, esto es, se acusaija á la Vasco-Castellana deilegalidades, á no ser que por los documentos públicos oportunos demostrase ésta lo contrario. La demanda de Bilbao es ya una afirmación categórica, pues á ella, según tenemos entendido, se acompañan documentos públicos, certificados de varios Registros de Propiedad para demostrar la falta de personalidad de la VascoCastellana al tiempo de la emisión de obligaciones, la ausencia de garantías en ella ofrecidas y la ilegalidad, por ende, de la misma. Pero no es esto sólo; se dice que noserá ésta la última demanda, sino que en plazo breve se presentarán otras varias, una de ellas por fuerte suma. Todo e.-to hace prever que se acerca el epílogo de esta desventurada comedia que habrá de resultar drama para las víctimas. Y como, entre otras cosas, los resguardos provisionales de las obligaciones y sus títulos definitivos, así como otros documentos, van firmados por distintos consejeros de la Compañía Vasco-Castellana, bueno será que se vaya pensando en el artículo del Código de Comercio que declara la responsabilidad solidaria de los administradores de las Compañías no constituidas legalmente. Y si se prueba, además, como se probará, que la Vasco-Castellana no poseía ni las garantías ni la concesión que consignaba su prospecto -de emisión de obligaciones, conveniente será que recordemos el número L° del artículo 548 del Código penal, capítulo IV, sección segunda, «Estafas y otros engaños», que literalmente dice así: «Incurrirán en las penas del artículo anterior: í.° El que defraudar.' á otro usando de nomhre fingido, atribuyéndose poder, influencia ó cualidades supuestas, aparentando bienes, crédito, comisión, empresa ó negociaciones imagina- Científico rias, ó valiéndose de cualquier otro engaño semejante...n ¿Será llegado el momento de que el respetable general Polavieja salga de su apoteosis y renuncie á seguir sirviendo de pabellón que cubre mercancía tan averiada? Lámparas de arco, de 'llama,, Conferencia de J. Zeidler á la Sociedad de Electricistas de Berlín Desde antiguo vienen haciéndose esfuerzos para l;i mejora de las lámparas de arco En un principio el arco eléctrico dependía casi por completo de la incandescencia de las puntas de los carbones para la producción de luz. El carbón se vaporiza ciertamente, pero emite muy poca luz; á causa de su escasa conductibilidad dificulta un tanto el paso de la corriente. Es, por consiguiente, natural que los esfuerzos para mejorar las lámparas de arco se hayan encaminados principalmente á la introducción de vapores y otras substancias. Ya conocemos la lámpara Bremer, el principio de la cual es la impregnación de los carbones con sales de bario y calcio, las cuales producen vapores de bario y calcio en el arco, aumentando su fuerza lumínica j permitiendo por su conductibilidad el uso de arcos mayores que los que pueden conseguirse de otro modo; de aquí el nombre de lámpara de llama. En una Memoria recientemente presentada á la «Elektrotechnische Verein», de Berlín, J. Zeidler discute los últimos adelantos en el uso de los carbones impregnados, especialmente los efectuados por la A. E. G., con numerosas ilustraciones de la conslrucción y funcionamiento de las lámparas. Estas lámparas se construyen para carbones impregnados, siendo el elemento impregnador esencial en la producción del arco de llama. Se asegura que merced á dichas substancias no se producen en las puntas de los carbones los residuos ó escorias que aumentan la resistencia del arco; las substancias impregnadoras se vaporizan por completo y permiten mantener una luz silenciosa y continua. La naturaleza de las sales impregnadoras no se revela en la Memoria de Zeidler, pero sin duda pertenecen al grupo de tierras alcalinas, ó sea de metales tales como bario, estroncio ó calcio. Dos son los modelos de lámparas descritos por Zeidler; una de ellas similar de la lámpara de arco ordinaria, en la cual van los carbones montados verticalmente uno sobre otro. Las modificaciones más importantes con esta forma son las debidas á la mayor longitud del arco, ya que es necesario disponer el carbón móvil de modo que se retire más lejos que los ordinarios al es- Madrid tablecerse la c o m e n t e . En la práctica se h a encontrado que la continuidad de la luz se obtiene mejor con carbones delgados que presenten en la punta poca superficie. Por esta razón, y también por la presencia de las sales mencionadas, los carbones se consumen m á s rápidamente que en las l á m p a r a s ordinarias. Este inconveniente se a m e n g u a utilizando carbones de la m a y o r longitud practicable, aparte de que se construyen l á m p a r a s de dobles carbones, similares á las introducidas por Brush en los Estados Unidos, en las que cada p a r de carbones entra en acción al terminarse los otros. El otro tipo de l á m p a r a lo denomina Zeidler iníengivo, y en él los dos carbones situados en el mismo plano vertical, forman un ángulo agudo con el vértice hacia abf'tjo. Un movimiento de a v a n c e de los carbones los aproxima, mientras que su retroceso los separa al encender. Van los carbones en la parte superior de la l á m p a r a , formándose el arco abajo y evitando de este modo las sombras producidas por los carbones. Con esta disposición es también fácil mantener el arco en el foco de un reflector cóncavo, de modo que una gran parte de la luz puede utilizarse efectivamente. Ambos tipos de l á m p a r a s van dispuestos p a r a funcionar con corriente continua ó alternativa, por ser el mecanismo regulador del tipo diferencial. En general, los detalles mecánicos de las l á m p a r a s parecen bien ideados, y si dieran m á s información sobre las materias y métodos de impregnar los carbones, la descripción seria m u y completa. Se h a n hecho experimentos interesantes p a r a estudiar los efectos de un campo magnético s o bre el arco, que se hace m a y o r con la repulsión. Las mediciones Ibtométricas h a n demostrado, sin embargo, que este aumento de t a m a ñ o por el i m á n no implica aumento de intensidad luminosa, no conduciendo por lo tanto á ningún íin práctico. La economía conseguida por el uso de carbones impregnados, se hace bien aparente al comp a r a r los resultados de las pruebas fotométricas de estas l á m p a r a s con los obtenidos p a r a las o r dinarias. Estos resultados aparecen en estadística en la Memoria original. En general, b a s t a r á decir que p a r a 220 volts, 9 amperes, la intensidad hemisférica con la l á m p a r a de llama fué de dos á tres veces la del arco ordinario, y la l á m p a r a de ¿lama iniensiva dio una intensidad cuatro veces m a y o r que las ordinarias de carbones. El color de la luz depende h a s t a cierto punto de la preparación de los carbones, yendo éstos preparados p a r a dar luz de un color amarillo ó blanco-leche, según la m a t e r i a que los impregne. Los carbones p a r a luz blanca no resultan, sin 285 Científico embargo tan silenciosos y continuos como los amarillos. Estos son especialmente á proposito p a r a uso interior en casas, etc., y los primeros p a r a escaparates, paseos, y en general p a r a la iluminación exterior. Ninguno de los dos modelos de l á m p a r a es á propósito p a r a la lotograíía, siendo preferible p a r a este objeto los arcos ordinarios, cuyos rayos violeta gozan de tan gran poder actinico. La Memoria de Herz Zeidler es interesante, demostrando los esfuerzos hechos p a r a desarrollar la eficacia de las l á m p a r a s de arco, m a n t e n i e n do su superioridad, p a r a ciertas aplicaciones, sobre las mejores l á m p a r a s de incandescencia. Sin embargo, disgusta por lo que calla y es incompleta porque no menciona las materias y métodos usados en la preparación de los carbones. El secreto en materias de esta clase v a desapareciendo aun en los establecimientos de m a nufactura m á s progresivos, haciendo depender los derechos de propiedad en una protección |legal que los guarde; entretanto, los métodos se publican con verdadera franqueza científica. En cualquier caso, la actividad de otros investigadores interesados no cesa por esto, y pronto se apodera del pretendido secreto, no lográndose por tanto otro resultado que el de un retraso, casi siempre breve, en la inevitalile publicidad. (Del Engineering Magazine.) <>«S!&H>-^ 61 aluminio El periódico americano Ahuniniuin World h a publicado una estadística c o m p a r a d a del a l u m i nio desde 1884 á 1894. En 1884 la libra de este metal (433 gramos), costaba 47 francos; en 1889 su precio bajó á 17 francos, luego bajó sucesivamente también á 10 francos; en 1890 á 8 francos; en 1891 á 3 1/2 francos, ha quedado estacionado en 1892; en 1893 h a subido á 4 francos (ó sea unos 9 l'rancos kilogramo), época en la cual el consumo se elevaba á 133.500 kilogramos de aluminio. Diez años antes la producción era de 75 kilogramos. El aluminio se alea con lodos los metales, excepto el plomo, el antimonio y el mercurio. Sus aleaciones se dividen generalmente en dos clases: la primera no contiene m á s que un 16 por 100 de aluminio, la segunda tiene un 85 por 100 de a l u minio y un 15 por 100 de los demás metales. Las aleaciones de alumnno y de zinc, de bismuto, nikel, cadmio, magnesio, m a n g a n e s o y estaño son m á s duras que el aluminio, pero prestan sobre todo sus servicios cuando se combinan con pequeñas cantidades de plomo y de antimonio; las hay que no encierran m á s que de 1 á 2 por 100 de aluminio. P a r a los caracteres de imprenta se añade al metal plomo antimonioso de 5 á 15 por 100 de alumio. Se obtiene así, según parece, una fundición nmcho m á s fuerte y duradera, que sirve admirablemente y da una impresión limpia y nmy superior á la de los caracteres ordinarios. É& Madrid Científico Ha sido nombrado caballero de la meritísima Orden civil de Alf'oüso X I I , nuestro redactor el laureado poeta D. Francisco del Río J o a n , á quien felicitamos por tan preciada d'stinción. Habiendo cesado en el cargo de Profesor numerario de la Escuela de Caminos el Ingeniero D. Enrique Llasera, el Claustro de Profesores propuso para ocupar aquel puesto á D. Saturnino Zubiaurre, y para Ingeniero agregado al seivicio d é l a Escuela que éste desempeñaba, al citado Sr. Llasera. • L a Dirección general de Obras públicas aprobó la designación del Sr. Zubiaurre, y desestimó, en lo que se refiere al Sr. Llasera, la propuesta de la J u n t a de Profesores de la Eácuela. De orden de la Dirección general de Obras públicas se ha devuelto al Jefe de la División de tral:ajos hidráulicos del J ú c a r oí expediento que había remitido solicitando licencia, á ña de qiie lo curse en la forma reglamentaria, es decir, por conducto del Gobernador de la provincia en la que radican las oficin'is de aquella Jefatura. En los últimos días se han resuelto por la Dirección ge^aeral de Obras públicas, dos e.xpedientea instruidos á Ingenieros. En uno de ellos, del .que ha sido instructor el Inspector general Sr. Bellido, estimándose que el Ingeniero ha incurrido por descuido en el servicio, sin' Consecuencias, para el mismo, en la falta prevista en el articulo 81 del Reglamento del Cuerpo de 28 de Octubre de 1863, se le imponen cinco días de privación de sueldo. Trátase en el otro de la queja formu'ada por escrito por el Ingeniero primero, D. José Rodríguez Spiteri, afecto á la División de trabajos hidráulicos del Guadalquivir, contra el jefe de Badajoz, D. José Rubio. Vistos el informe del Inspector general don Rafael Navarro y el del Consejo de Obras públicas, la Dirección entiende, que las faltas comprobadas son las de «Consideración, deferencia y respeto á los superiores del Cuerpo», comprendidas en el articuló 79 del antes referido Reglamento, agravadas por haber dirigido el escrito, no por conducto reglamentario, sino directamente por el del Gobernador de la provincia, por lo que ha dispuesto: 1." P r i v a r del sueldo durante un mes al citado Ingeniero. 2." Declarar nulas la recepción de las obras de dos trozos de dos carreteras, causa del disgusto, y que se proceda de nuevo al reconocimiento y recepción de aquéllas por el Ingeniero Jefe y los Ingenieros encargados de las mismas, con asistencia de los contratistas, sometiendo luego el resultado de esas operaciones á la aprobación de la Superioridad. La Dilección General de Obras públicas ha solicitadT de la de telégrafos un aparato Breguet y el personal necesario para instalarlo en el salón de subastas del Blinisterio de Agricultura á fin de que los opositores á Interventores dp ferrocarriles puedan hacer en él las pruebas de su manejo comprendidas en el ejercicio voluntario señalado en dichas operaciones. Parece que el viernes sufrió un pequeño lapsus el Tribunal que juzga las oposiciones á Interventores de ferrocarriles. En la lista de aprobados apareció el nombre de un opositor que no se pi-esentó, omitiéndose en cambio, el de un aspirante que por los ejercicios brillantes que hizo, todo el mundo supuso que selía api'obado. Advertido el err^r consistente en tomar un nombre por otro fué rectificado inme liatamente, pero no sin que de esa informalidad protestaran algunos opositores. La mayoría de las jefaturas de los servicios de Obras públicas han contestado á la circular de la Dirección Gener9,l prohibiendo los temporeros, diciendo que la han recibido, pero omitiendo si había empleados de aquella clase y si en virtud de lo ordenado se les había declarado cesantes. La Dirección se ha dirigido de nuevo á aquellos jefes para que precisen esos detalles y recordándoles el inmediato cumplimiento de las órdenes de la referida circular. Dícese que el decreto autorizando al ministro de Agricultura para presentar á las Cortes un Madrid proyecto de ley señalando reglas para la foimación de un plan de obras hidráulicas (canales y pantanos), ha sido remitido á Cartagena para que lo firme S. M. por lo que es posible que cuando este número llegue á manos de nuestros lectores, haya sido ya leído en el Congreso. Parece que al discutirse en Consejo de Ministros ese proyecto, fué objeto de viva discusión por parte de los Sres. Maura y Dato, los que no se mostraban muy conformes con un artículo en el que se dispone que los dueños de te.iienos expropiados pi-a'a aquellas obras no tendr derecho á indemnización, aunque la parte expr,. iada llegue á 25 hectáreas, si el resto de la ñnca ( on el valor que por el riego adquieran sus terre rOs, conserva el que tenía antes de la expropiación. Trátase de que en la Comisirn parlamentaria tengan representación todos los partidos. Así al menos debe deducirse de los trabajos que en los viltimos días ha realizado cerca de algunas personas el Director General de Obras públicas, señor Burgos, suponemos que con la aquiescencia de su jefe el Ministro de Agricultura. Información Tributación de ios saltos de agua.—Habióndose promovido algunas dudas respecto á si losaprcjvechamieiilos de los saltos de a g u a debian tributar por si independientes de l a industria á (pie se apliquen, la Gaceta del 18 del corriente publica la real orden aclaratoria siguiente, cuya parte dispositiva es: 1." Que p a r a deternunar la riqueza imponible de un aprovechamiento de a g u a s destinado á fuerza motriz, se atienda al número de caballos de fuerza de 75 kilográmetros, quese tije e n l a c o n cesión, y en su delecto al volumen de a g u a cuyo aprovechamiento se coaceda y la altura de la caída, salvo la prueba pericial én contrario, asignando á cada caballo el precio á que se cotice en la localiilad, en tanto no sea interior á 130 pesetas al año, y de la cantidad que así resulte se deducirá u n a quinta parte por la fuerza que no se aprovecha en la turbina ó a p a r a t o movido por el agua, y de las cuatro quintas parles restantes se deducirá u n a tercera parte por reparos de la obra hidráulica y por accidentes que impidan utilizar la fuerza. 2." Que dicha riqueza imponible se contraiga al valor del aprovechamiento, con exclusión del edificio ó casa de m á q u i n a s y de éstas. 3." Que se ponga u n a nota al epígi'afe 373 de la tarifa 3." de la industrial, que diga: oLos a l quiladores de fuerza procedente ile saltos de a g u a que tributen por territorial debidamente están exentos de pago de cuotas por industrial»; y 4." Que se entienda resuelto conforme á las reglas anteriores el recurso promovido por don Alberto Rusiñol, rectificando, en su vista, el res- Científico pectivo liquido imponible, si á ello 287 hubiera lugar. Tranvía de Barcelona á Sans.—se están verififlcando las obras p a r a cambiar en breve la trac- ' clon animal por la eléctrica de este t r a n v í a . La Sociedad general de tranvías se propone que á primeros del a ñ o próximo empiece á funcionar. La central de electricidad parece que se concederá por concurso enlre las casas constructoras de Barcelona. Admisiones temporales.—L« Ma/jai/Linta Terresíre ij Marííima, de Barcelona, ha dirigido una iustancia al ministrrj de Hacienda, en la cual le suplica que se concedan á aquélla los beneñcios de la ley de las admisiones temporales p a r a importar dei extranjero 3..500 toneladas de acero en p l a n c h a s y 2.500 toneladas de acero en barras p a r a transformarlas en sus talleres en un dique notante, que se compromete á reexportar en uu plazo de dos años. Concurso para instalación de Central eléctrica.— La Sociedad Coopera lira FJécirica de Bilbao abre concurso p a r a la adquisición del material que se propone adquirir p a r a su instalación en Bilbao. Este consiste en tres grupos electrógenos de 150 kilovatios cada uno. La Sociedad no sujeta á los proponentes á determinado género de motores ni dinamos, dejándolos en libertad de proponer lo que estimen m á s conveniente, sean motoi'es de vapor ó de g a s , pero en todo 'caso, los dinamos serán de corriente continua y distribución triíilar. El pliego de condiciones, puede obtenerse pidiéndolo á las oficinas de dicha Sociedad Cooperativa, calle de San Vicente n ú m . 1, bajo, Bilbao. L a s proposiciones se admiten hasta el 15 de .lulio próximo. Constitución de Sociedades. AÍV^««O // compañia.—Sociedad regular colectiva constituida por IJ. Domingo L'soLiiaga, f). Inocencio Iribarren y D. lírnesto Líbano p a r a dedicarse á la construcción de m a q u i n a r i a s y á todo cuanto á este ramo afecta. Domicilio e n E r a n d i o . Duración cuatr(j años. Capital 48.000 pesetas que aportan por igual cada socio. Patentes.—B0.911. D. José Fortuny y Banus. Patente de invención por veinte años por un nuevo producto industrial denominado; «Baldosín Gerrafort», que permite la combinación de mosaicos de dibujo arbitrario. Presentada la solicitud en el Kegistro de este Ministerio en 26 de Diciembre de 1902. liecibido el expediente en 8 de Enero de 190.3. Concedida la patente en 27 de ídem. 30.913. La societé internacionale du gaz d'eau brexest Strache (Ste. Ame.). Patente de invención por cinco años por un procedimiento para la fabricación del g a s de agua valiéndose de cualquier clase de combustible aun con polvo por medio del aparato que se describe. Presentada la solicitud en el Registro de este Ministerio en 27 de Diciembre de 1902. Recibido el expediente en 3 de Enero de 1903. Concedida la patente en 30 de ídem. 30.922. Mr. Ettore Baiico. Patente de invención por veinte años por un nuevo sistema de conducción aérea y de derivación de corriente para la tracción eléctrica de vehículos de todas clases. Presentada la solicitud en el Registro de este Ministerio en 30 de Diciembre de 1902. Recibido el expediente en 9 de Enero de 1908. Concedida la patente en 30 de ídem. 288 Madrid Cientifieo Sociedad anónima del «Vatímetro B y B».—Memoria presentada por el Consejo <le Administración á la Junta general de accionistas celeljrada en 5 de Junio de 1903. A juzgar por los datos contenidos en la misma, esta Sociedad—cuya m a r c h a normal se vio dificultada, como l a de algunas otros, por la crisis económica que hubo de a t r a v e s a r l a c a s a J. Batlle y Compañía, relacionada con ella—parece liaber entrado en un período de normalidad que permite a u g u r a r un buen porvenir. Organizada y a por completo l a producción y con una potencia productiva do diez á doce mil aparatos, con un pedido actual de 5.000 p a r a el ejercicio de 1903, se ha. podido repartir h a s t a 34 pesetas por acción y 30 por cada cédula de fundador. El nuevo Consejo de Administración lo forman los señores siguientes: Presidente: Excmo. Sr. D. Vicente Llórente, doctor en Medicina y Diputado á Cortes. Consejeros: Sr. D José María Bueno y Olivér, industrial.—Iltmo. Sr. D. Manuel López A n a \ a , doctor en Tenlogía.—Sr. D. José María Hernández Delás, Ingeniero —Sr. D. Jacobo Banquerí y Roldan, doctor en Medicina.—Sr. ü . José Hernández García de Quesada, capitán de fragata retirado.—Sr. D. Francisco üiu-an y Sirvent, abogado y propietario.—Sr. D. Lázaro Ballesteros y Vicente, propietario.—Sr. D. Ramón Aguiar Mella, del Comercio.' Material para tranvías.—Por la Compañía del t r a n v í a eléctrico de Bilbao á Durango y Arratia, h a n sido adquiridos siete magníficos carruajes de viajeros y dos vagones de mercancías, construidos en la c a s a Carde y Escoriaza, de Zaragoza, y á los cuales les h a r á la instalación eléctrica la acreditada Sociedad Thomson-Houston, según decíamos en el número anterior. Ofertas y demandas liiüitalación e l é c t r i c a e n venta.—El lunes 19 de Julio de 1903, d lan nueve de la mahana. el Ayuntamiento de Lausanne h a r á vender, por falta de empleo, la instalación generatriz de los talleres de 'i ranvías Lausanenses, compuesta de: Tres gasógenos completos de 130 H. P., sistema Fichet-Fleurtet de gas mixto con dos calder a s Field. Tres motores de gas de 130 H. P. aproximadamente, sistema Gi;0ssley. Tres generadoras de' corriente continua 550( 00 vueltas 130 H. P., sistema Thury. Un elevador de tensión, con motor, sistema Thury. Una batería de acumuladores de 300 elementos p a r a u n a capacidad aproximada de 675 amperes hora. Un reductor automático con tablero é instrumentos de medida. Todos e s t o s a p a r a t o s pueden ser visitados liasta el día de la venta. P a r a m á s detalles, dirigirse á las Oficinas del Servicio de Electricidad de la ciudad de Lausanne (Suiza) Rué du Pré, 25. P e r i t o m e c á n i c o - e l e c t r i c i s t a , se ofrece p a r a dirigir Central eléctrica. Darán razón en l a Administración de esta Revista. PUBLIC ACIONKS Soldaduras, por F e r n a n d o Arambui'u. La bibliografía española referente á l a tecnología industrial no es muy extensa. El Sr. Aramburo viene publicando pequeños folletos e n c a minados á divulgar diversos asuntos interesantes en la pi-áclica de las arles y oficios. El último, al que se refiere esta nota, contiene en muy pocas páginas; la teoría de las aleaciones entéticas, soldaduras usuales, aparatos y procedimientos de soldar, terminando con la j u n t a ó soldadura autógena, tan usada h o y e n multitud de casos. Tres elegantes monografías nos remite la casa Oerlikon de Zurich. L a primera profusamente ilustrada, da á conocer sus magníficos talleres de construcción de m á q u i n a s y aparatos eléctricos. La segunda es un curioso estudio de transmisión de energía por medio de corrientes trifásicas á 30.000 voltios (la primera realizada en E u ropa) desde l a s centrales hidro-eléctricas de Hochfelden y Glattíelden á los talleres de Oerlikon. La última es un estudio completo y curiosísimo, cuya lectura interesará seguramente á los técnicos. Se refiere al transpor e de energía de varios saltos delRliin á la ciud.ad de Schaffllouse, p a r a el servicio de las fábricas, alumbrado y tranvía de aquella industriosa ciudad, en reemplazo de la antigua y magnifica transmisión dinámica efectuada en 1866 por el eminente ingeniero Moser, pero qu?, á pesar de los profundos estudios y exquisitos cuidados aportados á su construcción y conservación, h a debido ceder el campo, como e r a natural, á la transmisión eléctrica. E s un proyecto que h o n r a á los inge^ nieros de l a c a s a O e r l i l í o n . , / Cales ¡I Cementos.—Memoria de l a Sociedad G. y A. Pavin de Lafargue, de Marsella. Contiene datos y fórmulas que pueden ser útiles á cuantos realicen trabajos con estos materiales y muy particularmente á quienes utilicen los i>roductos de l a casa Pavin de Lafargue. Noti.s-Kalender and Zeilungs-Katalog.—Catálogo universal de periódicos y revistas y órgano de publicidad de los mismos editada en alemán, en forma de agenda. Agradecemos su remisión al representante de la .\gencia en Barcelona, Sres. Haasenstein y Vogler. From Síeelton lo Mandalaij.—Catálogo de prop a g a n d a , ilustrado con preci )sos fotograbados, como es costumÍ3re en Norte América, que nos remite la Compañía de acero de Pensylvania. También hemos recibido las memorias a n u a les de las Juntas de obras de los puertos de Bilbao y Valencia y el prospecto del Tratado de Topografía m derna que ¡Jublicará en breve el distinguido ingeniero de Montes, D. H. Ruiz Amado. MOVIMIENTO DE PERSONAL Veáse la página 2 del papel azul. MADRID.~Est. tip. «AKTE Y LETRAS,» calle de Olid, 9.