La Avalancha : revista ilustrada. Año 19, n. 439[i.e. 441] (24 julio 1913)

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V
Año
XIX-
•
Pamplona 24 de Julio de 1913
Núm. 439
censura eclesiástica
DIRECCIÓN V flDMINISTRflCIÓN
Biblioteca Católico-Propagandista
TEJERÍA, 40, PAMPLONA
como se lo merecía, anunciaron por boca de su ilustre
presidente, el Cardenal Cos, que no admitirían imposiciones de arriba ni de abajo, y proclamaron, para esperanza
de cuantos vivimos agobiados bajo el peso de tanta cobardía y degradación, que en el camino de resistir á la
Revolución y de dar la cara por Cristo llegarían hasta
UENTAN que los niños, cuando van por camidonde fuese preciso, incluso á rendir la vida por la santa
nos solitarios después que el Sol ha terminacausa de la Religión y la Patria. Así lo dijeron los ilustres
do su carrera y la obscuridad se ha posesioprelados de Ciudad-Real y Valencia, entre fervorosos
nado de la Tierra, cantan y gritan
de mieaplausos de la innúmera concurrencia, sobre la cual cayedo. A imagen y semejanza de estas criaturas
ron las manifestaciones de valentía, como lluvia benéfica
en quien la imaginación ejerce tan soberano
en campo sediento y agostado. Después de esto podría
dominio, hay muchas empresas privadas y públicas que
esperarse que el jefe del Gobierno que tales fieros y bragritan y cantan y echan bravatas
de miedo.
vatas había soltado en el Senado recogería el guante que
La más notable de todas ellas es el Gobierno actual, que
se le arrojó en Valladolid para poentrampado desde la coronilla á
nerse frente á los ilustres campeolas uñas de los pies, echa unos fieNAVARRA
nes de la verdad; pero casi un mes
ros y bravatas en materia de gasva pasado desde entonces, y entre
tos públicos, como si se tratara
tanto el presidente del Consejo de
del Tesoro español en tiempos
Ministros no ha chistado ni dijo
de Fernando VI, que hubo de
esta boca es mía: prueba evidente
apuntalarse la casa de la Aduana,
de que cuando antes galleaba y
actual ministerio de Hacienda, paechaba en cara que ningún prelado
ra que pudiese resistir el peso del
protestaría ni se opondría á lo leoro y la plata que custodiaba. No
gislado por él, cantaba de miedo,
hay una peseta ni de donde procomo los niños cuando trascurren
curarla mientras las Cortes estén
por parajes solitarios después que
cerradas (y ya se sabe que estas
el Sol ha terminado su carrera coCortes no han de abrirse jamás),
tidiana.
y diversidad de periódicos han descubierto que estas empresas partidarias de poner en acción el reDe miedo canta la Revolución
frán castellano, "dádivas quebranen España: porque aquí no hay
tan peñas,,, tienen que apelar á
dioses falsos; porque entre nosomuy singulares medios para contros no arraigan las sectas heréti
tentar á los amigos y desarmar á
cas; porque la tremenda influencia
los adversarios. Pero mientras tanque tiene la Iglesia católica en Esto el Gobierno gallea y ofusca con
paña, arranca de sumisma historia,
relumbrones á los incautos. Pues
de sus entrañas, de la manera de
todo eso es una nonada al lado de
ser de esta tierra.donde hace catorotros fieros y bravatas del Gobierno
AO1Z.—Pila bautismal de la parroquia de S. Miguel
ce siglos se plantó el árbol de la
que padecemos. Por ejemplo: conUnidad católica, regándolo desde
testando al senador tradicionalista Sr. Polo y Peyrolón
entonces acá con torrentes de sangre. Así es que todos los
en su famosa interpelación sohre el decreto del Catecisagravios que á la Religión verdadera se hacen en España
mo, el Sr. Conde de Romanones se burlaba de los catótienen que hacerse disimuladamente, hipócritamente, finlicos, poniendo de manifiesto que ios prelados que tienen
giendo amor y adhesión á lo mismo que injurian; de tal
asiento en el Senado no habían ido á combatir al Gobiermanera, que los mismos fautores, cómplices y encubridono, y añadía que tenía la seguridad de que ningún prelares de tales desmanes se muestran en otras esferas hasta
do español levantaría su voz contra el malhadado decrepiadosos inclusive, y se da el caso de que los que prepato. Y efectivamente, apenas se reunieron los prelados en
ran decretos y proyectos revolucionarios, en cuanto salen
el reciente congreso del Catecismo, donde asistieron más
de viaje costean funciones de petición de favor, y si tiede veinte arzobispos y obispos, y estuvo representado y
nen capilla en casa y licencia para exponer á Su Divina
adherido casi todo el episcopado español, tronaron contra
Majestad, lo tienen expuesto el tiempo que dura el viaje,
el decreto, pusieron al Gobierno de sectario y tramposo
pidiendo les vuelva con salud á su casa y hogar.
CANTAN DE MIEDO
102
LA AVALANCHA
Denunciar tales trapisondas é hipocresías; poner á clara luz los embustes y compromisos de los que quieren
servir á la Revolución y á la Iglesia, que es su antítesis;
resolverse á romper de una vez para siempre con los
enemigos francos ó solapados de la verdad, es empresa
entre nosotros que tropieza con inmensas dificultades; tales y tan grandes, que en labios del Sr. Obispo de CiudadReal y del Sr. Arzobispo de Valencia, pueden traer aparejada incluso la muerte. Y efectivamente, la muerte por
la verdad y la justicia, despreciando amenazas, ruegos,
maldades é hipocresías, pondría término á este angustioso período de lenidades, silencios y compases de espera,
de día en día más intolerables.
Pero sin dejar de admirar tan soberana disposición de
ánimo, entendemos nosotros que sin llegar á tales extremos se salvaría España y se hundiría para siempre el sistema que nos ahoga.
Cuando los enemigos se llaman Nerón y Juliano el
Apóstata, se comprende que los que resisten lleguen hasta el martirio; pero cuando los enemigos se llaman Romanones, Melquíades Alvarez y Altamira, un puntapié
bien administrado y en sitio adecuado bastaría para ha-*
cer triunfar de nuevo la causa de la justicia.
No el sacrificio de la vida, sino el sacrificio del voto
electoral, de la suscrición y apoyo á la prensa antiliberal,
sería bastante para dar al traste con este tinglado del
maese Pedro del liberalismo
que canta de miedo.
ESTANISLAO.
GLORIA Á SANTA ANA
os pueblos católicos, en quienes late vivo el sentimiento religioso, se consideran dichosos por
tener en el cielo un aanto patrono. Acostumbren á honrarle con culto especialísimo, ríodeule fervientes acciones de gracias cuando de ól
( btieuen señalados beneficios, y en los aciagos
días de luto y de tristeza, á ól acuden confiados en demanda de auxilio y protección.
Tude'a, que es un pueblo emineotemente cristiano
que no hace de la religión un artículo de lujo ni quiere
reducirla á UQ vaNAVARROS [LUSTRES
g 0 y externo sentimentalismo, ha
elegido por Patrona á la excelsa
y gloriosa Santa
Ana, madre de
aquella incomparable criatura á
quien Dios destinó paraMadre de
su Verbo, y á
quien los cielos
aclaman como
reina y llamarán
bienaventurada
todas las generaciones de la tierra. Como siempre la han prolimo. Sr. Dr. D. Santiago Ozcoidi,
fesado, los tudeObispo de Taratana y A timar, apostólico de Tadela
lanos profesan
también hoy á Santn Ana una devoción profunda, entusiasta é ilustrada, perfectamente ajustada á las normas
que eabiameute prescribe la Iglesia; hónranla eu el curso
del año con perenue y afectuoso culto, y eu el día de su
festividad se lo tributan eíplendoroEO; y porque saben
por experiencia cuan grande es el poder de intercesión
de BU insigne Patrona, cuanio les abruma la necesidad ó
la desgracia les nqueja, a ella acuden con plena confianza
para implorar su protección.
Entre los innumerables beneficios de que Be reconocen
deudores a eu esclarecida Pu troca los hijos de Tíldela,
cree el que subscribe, Pastor indigno de esta grey escogida, que ea el más apreciable de tojos el haberles alcanzado la gracia de conservar viva en sus corazones y
hondamente arraigada la fe católica. Exhórtales, por tanto, con et mayor encarecimiento á que pidan ¿ Dios
Nuestro Señor por la intercesión de Santa Ana, sobre toda otra gracia, la do couservarae firmes en la fe. Porque
esta fe que nos enseña á honrar á Dios y á eus eantos,
es la base de nuestra santa Religión, la raíz de toda justicia y la antorcha que debe dirigir nuestros paBOB eu el
curso de nuestra existencia. ¡Feliz el pueblo que tiene á
Dios por duefio y soberano!
f E L OBISPO DE TARAZONA,
A. A. de Tudela,
HA2AHA
SANTO
Iñigo de Loyola
veces leí—y no han sido pocas
—la «Vida» del bienaventurado Padre
Ignacio de Loyola, deleitándome coa la
castiza prosa del egregio hablista Padre
Rivadeneira, no pudo menos de admirar siempre y parar la consideración sobre aquel puntn del verídico relato en doude el insigne
biógrafo muestra primorosamente, con la sencillez elegantísima del que domina los secretos de la hermosa habla castellana, cómo el santo hizo colgar en el templo de
la Madre de Dios, en Montserrat, su espada y daga; y
abandonando su corcel y despojándose de señoriles arreos
vistióse un humilde y penitente saco de cáñamo, áspero
y grueso; y los desnudos pies, con alpargatas de esparto.
Imagínese al aufces paje de los Reyes Católicos, doña
Isabel y D. Fernando, «mozo lozano y polido», y no mucho después apuesto y gallardo caballero, brioso y heroico capitán, defensor intrépido fíe los parop'orjenBfs muros, llegar jinete al monasterio de los benedictinos de
Montserrat, descabalgar á sue puertaB gentilmente, y con
marcial soltura penetrar decidido en el devoto santuario
y reverente doblar las rodillas ante la milagrosa imagen
de la Reina del Cielo, rindiendo el singular homenaje de
aquella gloriosa espada que como todas las de nuestros
cristianísimos guerreros en los venturosos siglos de fe y
de grandezas que en nuestra historia nacional son llamados siglos de oro, jamá^ se esgrimió sin «razón» ni volvió á la vaina ein «honor».
Este «hecho» que supone en BU realidad misma, esfuerzo, abnegacióu, sacrificio voluntario de todo á Dios,
ilustrado y mantenido de su gracia para los fiuea de una
vocacim altísima y uu trascendental ministerio, es, en
verdad, «hazafla» de un santo. ¡Y de un santo cual el penitente de la cueva manresaua, divinamente inspirado
autor de IOB «Ejercicios espirituales», libro que después
de las Sagradas Escrituras, es, con la «Suma» de Santo
Tomás y la «Imitación» de Kempis, lo más excelente de
la universal literatura cristiana, y origen y fundamento
diamantino de la Compañía de Jesús, la vanguardia de
la Iglesia, los granaderos del Papa, familia religiosa la
más egregia en los modernos tiempos, que con las armas
de latí virtudes y ciencia cristianas tantas palmas y laureles conquistó para el catolicismo y para España, en
donde Dios quiso escoger el tronco de esta sagrada y preclara milicia espiritual.
«De España—dice á este propósito el ilustre Torres
Asensio—salió el fuego cuyos resplandores iluminaron el
mundo y cuyo calor le preservó de la frialdad mortal de
la herejía. Español fue el fundador; españoles los primeros generales de la Orden; españoles la mayor parte de
ÜANTAS
LA AVALANCHA
163
altas virtudes cívicas, para que en todo tiempo fuera Es8UB miembros más ilustres: Ignacio de Loyola, Javier y
paña la madre gloriosa de grandes santo?, sabios y heroiBorje, Lainez y Salmerón, Nadal y Bobadilla, Aráoz y
cos capitanea que nos envidia el mundol
Torres, Polanco y Tirso González, Rodríguez y La Puente, Suárez y Vázquez, Lugo
Calderón de la Barca, el
y Valencia, Toledo y Mariaegregio dramaturgo (que los
NAVARRA
na, Ripalda, Hervás y Juan
doctos Schlegels y que HeAndrés, y otroe ciento y
gel colocan al igual, si no por
otros mil; ¡bendita sea la tieencima, de Shakspeare), el
rra en que nacisteis! ¡Qué
bizarro soldado de Flandes y
alegría se siente al nombrar
Lombardía y Cataluña; Mocon apellido español á tantos
reto,el atildado cortesano, in-7 tantos de esos gigantes del
genio el más delicado y disBaber, de esos obreros infacreto y elegantísimo versifitigables de ia virtud, de esos
cador; Gomara , el docto maesapóstoles de todos los tiemtro de Alcalá é insigne histopos, de esos santos porlentoriador de las Indias occidensos, de esos héroes legendatales; Bernardino de Mendorios cuya vida real es una
za, tan a preciadísimo como
epopeya mil veces más insoldado del gran Duque de
teresante que las inventadas
Alba y de Requesene.y como
y compuestas por loa poediplomático muy distinguii
do por Felipe II, dechado de
prudencia política, y tantos
máf, eo catálogo interminable!
Todos, Mogados á las
|Y digámoslo, también paj a gloria de la antigua Escumbres de la celebridad y
pafla, católica ó tradicionall
de los máB altos putstos eu
.A la sazón—y antes, y algún
edad todavía vigorosa, trocatiempo después—en que Ifiiron sus destinos, vistieron el
.go de Loyola se descefiía el
hábito del religtoBoó la sotaacero y renunciaba al siglo,
na del sacerdote con tanta
para alistarse en las milicias
gloria de Dios y bien de la
del cielo, no eran aquí raros,
Patria.
sino frecuentes, hechos se(Feliz el pueblo en que la
mejantes, aun cuando variafiebre ardorosísima de la amsen en alcance, grado y probición de mundanal gloria y
porción.
poderío, se reauelve al fio,
en hombres cual Iñigo de LoTal era el medio ambiente,
yola, Calderón, Moreto, Gocomo ahora se dice; tal el
mara, Mendoza, como en suinflujo de la fe sobrenatural,
dor copioso y saludable, en
de las causas naturales ó faceea continua, mansa y fecuntores sociales en la conducTUDELA.- Capilla de Santa Ana, patrona de la ciudad,
ta de los españoles de antadante lluvia de beneficios
en la iglesia catedral
fio, que más que obstáculos
entre loe que el mayor es el
- ejemplo que ofrecen los
parecían encontrar acicatee
fueites, que bajo el yugo suave de Grieto ganaron su
IOB altivos y puntillosos hidalgos para voluntaria y raegloria i o procurándola, sino atentos sólo á la mayor gloritlsima y provechosamente Hervir mejor á Dios y la Paria do Dioe!
tria, descendiendo alegres y animosos de los tronos, de
loa virreinatos, de las presidencias de loa consejos, audien
MANUEL 8. ASENSIO.
cias y cnancillerías, de las cátedras universitarias, las más
famosas de la civilizada Europa, y aun de las sedes episcopales, y ejercitarse en los más humildes oficios claustrales ó en los ministerios del sacerdocio eanto!
]Y cuántas sumas, lícitamente ganadas con el sudor ó
la sangre en les más elevados puestos de la sociedad española, cuando el sol no se ponía en territorios del imperio espaüol, no revertieron en ella generosamente bajo
i . -> • ' •
.IV
forma de «fundaciones», cou las que ilustres varones,
deseosos de perfección cristiana, constituían un ingente
El ciudadano Matías estaba indignado, y lo que acay fecundísimo capital social en beneficio de las ciencias
baba de leer le dolía más aún que aquella pajolera piery las artes, dotando cátedras para los mu cetros y becas
na que un rifa ú otro le tenían que amputar. ¿Con que
para los estudiantes; en beneficio de loe enfermos ó imera verdad lo que l« había dicho su compadre Longinos,
posibilitados y de los desvalidos, erigiendo hospitales -y
el de la taberna del callejón? ¿Con que los partidos rehospicios; en beneficio de las costumbres, creando rentas
publicanos se deshacían como la sal en el agua? ¿Con
que el amigo Melquíades había dado el último aldabonaó pensiones ó auxilios para viudus ó doncellas
|AhI
•¿•) en U casa grande, y el Catón de la cuujuución, con]Que no habla entonces laceria que no aliviasen, lágrivertido en vieja oficiosa y retribuida, había dado el plamas que no enjugaran, múeria que no socorriesen la cacet tara el paso de un campo á otro? Y por si todo ello
ridad y liberalidad de aquellos verdaderamente «granera poco, allí tenía el último número de El Motín con uu
des» que después de ilustrar su patria, c n la sangre de
estupendo grabado, donde se veía á Lerroux gubernasus mismas venas, guerreando por la te católica y la banmental, montado en un soberbio automóvil, atrepellando
dera española contra el moro, el hereje ó el indio idóUa Lerroux revolucionario que cala envuelto con labandera.
tra, ó glorificarla con el copioso jugo de sus preclaros entendimientos haeta hacer de España el cerebro de Euro¡La banderal Aquello sí que le dolía á él que tantos sapa, toda ó la mayor parte de su hacienda la dedicaban á
crificios hizo por la causa; aquello sí que le llegaba á las
mantener lozanos, en ese prodigioso número y variedad
entretelas del corazón; aquello sí que le daba ganas de
de fundaciones piadosas, científicas ó benéficas, loa planllorar, recordándole los versos que aprendió de niño y que
teles ubérrimos con los que repoblar, en el curso de los
aplicaba, ¿cómo no? til símbolo de la restauración de la
siglos, los campos de la santidad, de la sabiduría y de las
República en Egpafia:
¡VIVA LA REPÜBLICA!
LA AVALANCHA
164
.
" - •
Díceh el veterano á su bandera:
hecha un jirón estás, bandera mía,
'
pero aun así brillante y altanera
flotando vas por la regi&n vacía.
Te amo más que el avaro á su tesoro; -.
no hay otra como tu vieja hermosura;
ayer engalanó tu lienzo él oro;
hoy con manchas te ves de sangre oscura.
Pero no, con manchas de sangre, no; con manchas de
grasa, con pau mascado hablan embadurnado lo que él
imaginaba la más hermosa de las Dulcineas, lo mismo
cuando levantó barricadas y encendió sangrientas reyertas civiles, que cuando, merced á las habilidades de los
vivos y la resurrección de los muertos, sacaba triunfante
en las elecciones é sus candidato?.
Y pensar que todo aquel aparato teuía que venir al
suelo, cuando 6\ sabía que hace poco tiempo estuvo para
triunfar Ja niña y sabía también lo que ayudaron por
una parte tos franceses y por otra los portugueses, y de
qué manera la temida huelga general iba á darles resuelta la cuestiónl Por fuerza debía andar de por medio ol
clericalismo, y nadie tendría máB culpa que las beatas que
sirven en los hospitales. Por eso andaban tan contentas;
por eso U beata que asistía á Matías andaba tan sub da
de indirectas, buscándole la lengua hacía días: pues lo
que es él no se la mordería cuando se presentase la
ocasióo.
Y la ocasión llegó al servirle la sopi nuestra conocida,
la Hermana joven.
—¡Valiente caldol—dijo Matías.
—Ya sé por qué lo dice usted—replicó la Hermana,—
porque tiene poca gallina.
—Me gusta la frescura, ¿y lo dice UBICJ así?
—¿Pues cómo lo voy á decir?
—Más valiera que lo remediaran ustedes.
—¿Qué es eso de remediar? ¿No parece sino que el
caldo lo hagamos nosotras? No señor, este caldo es cosa
de los amigos de usted.
—jSeflora beata! no mente usted á mis amigos para
nadtt, ¿qué les importa á ellos lo que aquí pasa?
—¡Digo! ¿Pues uo vienen á ver á usted concejales y
diputados y periodistas de la cá-cara amarga?
—Ya salió la cascara, ¿y esa cascara amarga es la que,
echada eu el cocido, dé el caldo valiente?
—No sé; pero esa cascara amarga es la que hace que
no se echen en el cocido de esta casa muchas coaas que
debían echarse.
—[Plus eso, cuénteselo usted á los monárquicos, que
eon los que mandan, y que son sus amigos de usted!—
dijo Matías triunfante y resplandeciente, como si hubiese aplastado á BU contrincante.—Yo soy republicano, y
no teugo nada que ver cou ta JB; y no vaya usted á creer
que soy de esos republicanos que estos días andau buscando postura cómoda dentro de la monarquía; no seüora, yo soy uu hombre convencido, y aunque me muera
dé hambre en un rincón no abdicaré nunca de mis ideas,
aunque con una pierna de menos tenga que pedir limosna.
—(Lástima de conaecuencial—dijo secamente la Hermana.
—Eso es; por eso andan ustedes tan contentas; eso
quisiera usted, que yo me fuese con ese canario de Melquíades que nos vino al campo republicano habiéndose
aprendido un discurso y repitiéndolo á todo pasto. Usted
quisiera que al salir de aquí fuese á pedir á D. Gumersindo una tarjeta para que me admitan entre los pobres
que van los jueves santo3 á Palacio para que les llenen
la andorga; pues no, y no, y ¡viva la República! y expre*
siones á sus amigos.
—Vaya, cómase usted este pedazo de merluza fresca,
que he podido agenciarme por la coeiua; y cuando se
tranquilice y descanse ya le diré yo cuantas son cinco y
quién Eon mis amigos.
PEDRO CRESPO.
(Concluirá.)
PAGINAS DE LA VIDA
iCalma, calma!
E pie sobre el mostrador, las sucias alpargatas entre los platillos
del azúcar y los botellines del ron,
el mozo daba cuerda al reloj.
El amo, desde el suelo, le gritaba:
—¡Alma de cántaro!
|No tan
deepacio!
Y á continuación:
—(Animal!
|No tan aprisa,
que lo vas á hacer saltar!
Baja, baja de ahí, que eres
un bestia
Y el amo, el gran barrigón, subió con harto trabajo al
mostrador y alzó al reloj sus brozna.
MaB antes de seguir con la cuerda, preguntó con su tonante voz de capiscol:
—¿Han dau las diez?
—No las he oído—contestó el mozo.
—]Qué has de oír tu, pedazo de alcornoque! —exclamó el amo.—Y dirigiéndose á un par de tipos que en
un extremo del cafetín estaban ya tan de mañana jugando á la baraja, les gritó:—]Eh, vosotros!... ¿Qué hora es?...
Abrióse en aquel instante la puerta, y Bautista, el yerno del cafetero, entró de la calle.
—¿Sabe uste-i lo que ocurre?
-¿Qué?
—El raaestrillo nos va á jugar uoa mala partida.
—¿El maoetro?
Explícate
Y saltando desde el mostrador al suelo, plantándose
con los brazos eu jarra ante BU .yerno, añadió:
—|A ver!
(Cuéntame!
jAprisal
* • •
— La Bibiana la Coja ba dicho que la tía campanera le
ha dicho que
—¡Bahl
Habladurías de mujeres
—No me interrumpa usted
A la campanera le ha
dicho su pequeño que el maeBtro les explicó ayer la creación del ujundo
—¿A todos?
\
— ¡A todos! ¡Hasta al nuestro!
—¿Y por qué no nos denunció él ese abuso tan pronto
como vino de la escuela?
—¡Qué eé yo!
—|Ah, sanguijuela de maestro!
Ya te arreglaré yo...
(A ver, Simoual
[Mi bastón de barral
—¿Par*qué?—chilló la voz de Simona desde el fondo
de la cocina.
—|Mi bastón de barra!
—Pero hombre, ¿vas á reñir con alguno?
—|Mi bastón digol
Y cuando yo mando una cosa
* •*
—El tío Tinaja está ahí fuera y quiere hablar con usted—dijo uu muchacho llegándose á la plataforma del
maestro.
—¿Cuándo lograré que llaméis ó, las personas por sus
nombres?—repuso aquél, mostrándose enojado.—Luego
nos euteuderemos, a mi güito
Y tú, Lucas, cuídame de
la clase unos instantes
El cafetero, impaciente, golpeaba en el suelo con su recio baBtóu.
—Perdone usted, D. Paco
nsted por aqui —Y llevándolo á su cusrto, á su humilde despachito de maestro»
le ofreció una silla.
—No, no me siento—gruñó D. Paco.
—Una vez que viene usted por aquí
—Y que sea la última.
—¿Qué ocurre, pues?
—Que está usted abusando de la paciencia de los padrea de familia de este pueblo, y que le puede costar caro*
LA AVALANCHA
—Gracias por el aviso, D. Paco—dijo el maestro, inmutable y sereno,
—No admito gracias—borbotó el cafetero, daudo un
porrazo al suelo con el bastón.—Lo que quiero es que se
cumpla en esta escuela lo que muchos padres de familia
han exigido.
—Ya sé adonde va usted, D. Paco—habló el maestro
sin perder su calma.—Pero no son muchoB, BÍQO oiuco
tan sólo los padres que no quieren para sus hijos el Catecismo
—Y UBted les da lección de él.
—A esos cinco niflos no.
—Pues me consta que si, y como uno de ellos ee mi
nieto
—Le han engañado á usted, D. Paco
—¡Qué D. Paco, ni donl —echó á gritar desaforadamente el gran barriga.—Usted es un hipócrita y un reaccionario que está jugando con las conciencias de los chicos, y voy á denunciar al Gobernador lo que eBtá pasando en eete pueblo
—Sosiégúese usted
Dígame en qué he abusado
—Sí señor; ayer tarde, sin ir máa lejos, estaba UBted
explicando á los chicos la creación del mundo, y eso no
puede consentirse
165
ca lo sobrenatural
Pida usted que no se dé el título de
maestro más que ó, quienes demuestren que no tienen
conciencia
—¡Ahí—masculló el cafetero, dirigiéndose, ciego de
enojo, hacia la puerta—¡yo denunciaré este caso de clericalismo al Inspector, al Gobernador, al mismo Romanonesl
—¡Calma, calma, D. Pacol —se quedó aconsejándole el maestro.
• **
¡Oh!
Con maestros buenos, ni un solo pequeüuelo
Be perdería.
J. LE BHUN.
A U PATRONft OE TODOS LOS BUENOS T U N O S
Recuerdos
Náufrago en tempestad de turbtoB maros,
mirando mi barquilla doBtruYda,
al timón de la ío la mano agida,
del puerto mo acogí A los valladares.
,
Y hui, dejando los queridos lareB,
ft buscar una inuorto que da vida,
viviendo sin vivir on la escondida
soledad do cariños singulares.
Feliz hoy; cuando aurora refulgente
viniendo a despertarme de manan A g
bañábame on recuerdos dulcemente,"1
Afios que fueron ya; de una campana
también me despertaba locamente
el eco de Tudeta por Santa Ana.
Esperanzas
Cuando surca algúu piélago el marino
tleno esperanzas do llegar al puerto,
y como buen piloto va despierto,
mirando al Cielo quo le da el camino.
Yo también soy piloto; es mi destino
guiar mi nave por ei camiuo cierto,
ni amoroso puerto que el divino
Amado eu eu coBtftdo hamo ya abierto.
Tengo esperanza de tocar la orilla
de tan dtviua playa; ¡tan cercana,
quo mirándola estoy desde la quilla!
¿Y cómo uo osperar, con fu no vana,
si lo muestra el camino a mi barquilla
la estela luminosa de Santa Ana?
El maestro, sin contener la risa, exclamó:
—¡Pero si lee estabajeneefiando Geografía!
—¿Geografía? '¿to?. -^
L$8£ífci j
—Geografía, tiseflor
Y para que no se moleste usted más eu lo sucesivo, sepa que cuando les enseño Historia de España les hablo de nuestros tradiciones gloriosas y de nuestros santos y de nuestras luchas por la fe
Y cuando les ensefio Geografía les habló de Dios creador
y del cielo y de U vida católica de las naciones... Y cuando les eneeíio Historia Natural les hablo delfindel hombre, más noble que el de los animales, y de la alteza del
alma
Y cuando les cuento ejemplos, los tomo de
donde me da la gaua, eeflor mío Y ei ustedes se creían
que con cerrar la escuela laica y encajarme la inedia docena de muchachos que iban á ella, exigiéndome que no
les euseQaee Catecismo
si ustedes creían que yo me
iba á molestar mucho por esa hombrada, Be han engañado ustedes de medio á medio, pues estoy más contento,
más satisfecho que nunca, por poder hacer atgúu bien á
esas pobres alraitas inocentes que iban á perderse
—Luego
interrumpió JOJO de ira el cafetero.
—Luego, en la escuela mando yo—dijo el maestro.—
Y su nieto de usted no sabrá el Catecismo..... no ee lo enseñaré yo pero que hay Dioe y a'uaa y cielo y deberes
cristianos y conciencia é infierno, todo eso y otras muchaB cosas ¡vaya ei las ha de saber mientras venga á mi
escuela!
—Entonces
—Entonces pida usted al Gobierno que los maestros
no enseñen a los niños asignaturas en que Dios intervenga, que no hablen de aquello en que palpita y ee trasluz-
Amores
Yo he oído decir á la cuitada
tórtola cuando caula en la espesura,
quo tienen sus acentos tal ternura
por vivir de un amor enamorada.
Cuando alenté ol poeta fisclavlzada
el alma do un amor que eterno dura,
¿quién cantara como él dulce ventura
de morir en los biazos du su amada?
Enamorado vivo; y eu la hoguera
quo da mi encendió una Rulun soberana,
abrasándomo ostoy auuquo no quiera.
Alienta Tú este fuego, egregia anclaua,
y únemo con mi a m u l a cuando muera;
que es tu Hija mi amor, noble Santa Ana.
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.|i.
CIRO ROYO.
Lecftroz(BftztAn) 1Í113.
D. GARLOS, PRINCIPE DE VIANA
(Continuación.)
Reorganizadas las fueras beauinonteeaa deBpués de la
derrota sufrida en Aibar, d las órdenes del joven D. Luis
de Beauinont (hijo del Conde de Loríu del mismo nombre, prisionero eu dicho combate) y bajo la hábil dirección de sn tío D. Juan de Beaumont, continuó la guerra
en defensa de los derechos del príncipe D. Garlos. Apoderáronse do varios pueblos; guarnecieron Rada y Molida, entre otroe; levantaron eu su favor á los del valle de
166
LA AVALANCHA
nos medios de concordia para la libertad del principe y
terminación de la guerra, tan encendida en Navarra.
Después de muchas diñcultades y dilaciones consiguieron que D. JUBU llevas3 á su hijo desde la prisión de
Monroy á Zaragoza (3 de Enero de 1453), donde lo puao
eu poder del mencionado Consejo para el mejor arreglo
NAVARRA
del asunto, haciéndose por fin un pacto (24 de Mayo) según el cual el Principe quedaría libre para que en el plazo de sesenta días se tratase de la paz definitiva; mas debía dejtr rehenes en su lugar.
Se entregarían apersonas aragonesas loe castillos de
Artajona, Pueyo y Dicaetillo. De no arreglarse la paz en
dicho plazo, volvería D. Carlos á la prisión para quedar
libres los rehenes, y D. Juan dispondría á su arbitrio de
dichos castillos. Habiendo quedado en rehenes, eegrin los
Anales de Navarra, D. Luis y D. Carlos de Beaumont
(hijos del conde de Leriu), y los caballeros beanraonteses
Juan de Sarasa, Luis de Arbizu, Juan de San Juan, Gil
de Unzué, Juan de Artieda, su hermano Martín y Carlos de Aoiz, los cuales con suma generosidad se ofrecieron á ello por su amor al Príncipe, éste fue puesto en libertad el 22 de Junio de 1453, á los veinte meses de su
prisión en Aibar. Durante su permanencia en Zaragoza
celebróse en dicha ciudad el 11 de Febrero de 1453, con
extraordinario pompa, como si se tratase del heredero de
la coroua, el bautizo de D. Femando, hijo de D. Juan y
D.* Juana, nacido en S03 el 10 de Marzo del ano anterior.
El encono de ambos partidos, fomentado por Castilla,
hizo infructuoso el mencionado convenio, y Navarra volvió íi ser teatro de los horrores de la guerra. D. Juan II
de Castilla, influido por la política de D. Alvaro de Luna, apoyaba á los beaumonteses; su hijo el príncipe don
Enrique, subyugado por BU valido D. Juan Pacheco, marqués de Villena, ayudó también al príncipe, y después al
padre de éste, coa objeto He que abatiese el poderío y
destruyese la privanza de D. Alvaro. Poco después este
mf gnate murió degollado por el verdugo en la p'aza mayor de Valladolid (Junio de 1453).
Consiguió la reina de Aragón D.a María que á fines de
1453 pactasen una tregua los reinos de Castilla y Aragón,
y otra D. Juan y eu hijo D. Carlos; no pudieudo señalarse la causa del rompimiento de esta última, ni oral de
TUDELA.—Sepulcro de Mosen Francés y su esposa D.' Isabel,
los dos partidos comenzó de nuevo la lucha, pues ambos
en la iglesia catedral
en vez de apagar el tuego lo atizaban. D. Carlos vivía á
la sazón muy retirado, entregado al estudio y evitando
entre los aragoneses, quienes le miraban como futuro sucuidadosamente dar ocasión de recelos á su pa^re. El 4
cesor de su rey. El Consejo de los cuarenta que represende Agosto derrotaron en Torralba los beaumonteses á los
taba las Cortes de Aragón tomó con nob'e empello el
partidarios de D. Juan. Poco después, merced á la ínterarreglo de las diferencias que mediaban entre el prínci. .
vención de la mencionada reina, pactóse otra tregua de veinte días en
NAVARRA
Estella (21 de Septiembre de 1454),
aeí como en 3 de Diciembie otro convenio de un ano. D. Juan, para inutilizar la acción de su hijo, se confederó con su yerno el conde de Foix, y
el miBmo día que terminaba este convenio (3 de Diciembre de 1455, firmaron suegro y yerno en Barcelona
un pacto vergonzoso é inicuo, l «una
muy iofarae confederación y alianza >, en expresión de Zurita, sin valor
legal alguno; pues en él D. Joan, disponiendo de una corona que por ningún derecho le correspondía, despojaba de los suyos á D. Carlos y á su
inocente hermana I).* Blanca, y llamaba á la sucesión del trono de Navarra, después de su muerte, á dicho
conde y SU9 descendientes por razón
de la infanta D.a Leonor, su mujer,
si no viniesen los mencionados hijos
á la verdadera obediencia (que equiTAFALLA.—Puente de la Panueva
valía á la total renuncia de sus legítimos dereehos) por todo el mes de
(Fotografía de los Sres. Roldan y Mena)
Enero siguiente. En este caso, se de*
terminaba perseguirlos por todos loa medios de derecho
pe y su padre, y en unión con loi msnsajeros que de
y hecho que se puliera, sin dejarles esperanza alguna.
Pamplona y otros puntos de la obediencia de D. Carlos
' V. ea Zurita, Anales de Aragón, libro XVI, cap. 35.
marcharon con este objeto á Zaragoza, tratóse de alguSalazar; se armaron los vecinos do Pamplona, y nombraron comisarios y gobernadores en las ni entidad es do Itt
montafla, Olite y Sangüesa.
Gozaba el prisionero D. Oartoa de muchas aiinp lías
.•* ..
r -.
LA AVALANCHA
n3e perdón ó reconciliación, aunque quisieren reducirse
-después á la obediencia de eu padre; <coea, dice el men>cionado Zurita, que no sé yo qnó pueda ser más inhu>mana ni más indigna de dichos príncipes».
El oonde de Foix se comprometía, previa licencia
del rey de Francia, á ayudar con BUS tropas á D. Juan,
-combatiendo contra D. Carlos hasta quitarle cuantas píaxaa tenía y hnbiese el príncipe la pena que BUB culpaB
merecían de taDta desobediencia é ingratitud, iqne á lo
•que se puede buenamente conjeturar no debía ser me»nor que su perdición y muerte, como se entiende bien
»que se la deseaba por IOB que ordenaban tal confederación como esta» (Zurita). Se fijaba además la época en
que las Cortes de Navarra habían de reconocer el nuevo
orden de sucesión á la Corona.
Cuando Be Bupo este incalificable pacto cen el que, co
imo rscribe Zuiits, con juramentos y homenaje, y votos
»y juramentos Be obligaba el padre a hacer guerra á sus
•hijos y para su perdición y desheredamiento, y IOB her>manos contra los hermanos, y hacían EUS confederacion e s y alianzas como se suele contra enemigos», renovó
se la guerra con mayor eocono. Hubo muchos encuentros COÜ gran número de muertos por nmbas partes, incendios, talas, roboa y demás gravísimos daflos que trae
16?
mentó de la reina propietaria D.» Blanca, proclamaron el
16 de Marzo como legítimo rey al infortunado Príncipe
D. Carlos.
[Continuará.) .
I. IBARBIA.
SARTA AHA, VIDA DE LOS TUDELAHOS
N no pocas poblaciones se echa de ver, al acercarse les fiestas dedicadas á su Patrón, ó á IB
Santa que eligieron por Protectora, que no
les preocupa tanto honrarle con ferviente
culto cristiano, como el entregarse ó. regocijos y profanas diversiones, quedando el Santo relegado
á Begundo lugar y sirviéndoles solamente de pretexto para solazar el espíritu y para moverse los cuerpos en ardoroso afán de unos placeres que dejan en pos de tí tristezas en el alma y amarguras en el corazón. En torno
del Santo, una atmósfera de indiferencia; toda actividad,
en cambio, le? parece escasa para proporcionarse gustos
NAVARRA.—Un caserío en las montañas del valle de Baztán
la guerra, y más la civil. Llevaron la peor parte los beaumonteses. Mosen Martín de Peralti les tomó Vaitierra,
Cadreita, Santa cara, Molida, Rada (cuya magnífica fortaleza arraBÓ haBta loa cimientos paia no dejttr rastro de
ella) y Aibar; entró por los valles de Araquil, Erro, Salazar y tierras de RouceevaNee; se apoderó de San Juan
Pie de Puerto y del castillo de Urroz. Al intentar D. Car
los apoderarse del castillo de E*tella fue derrotado por el
ejército de eu padre, reforzado con laB aguerridas tropas
traídas de Francia por el conde de Foix. Retiróse á Pamplona, y dejando amplios poderea á D. Juan de Beaumonr, marchó á Ñapóles para hacer arbitro de BUS asuntos á su tío el rey de Aragón D. Alfonso V.
Mientras D. CarloB realizaba este viaje BU padre con
sumó el despojo de BUS derechos y los de D.» Blanca, haciendo que las cortes agramontesas reunidas en Estella
reconociesen (12 de Enero de 1457) al conde de Foix por
heredero del reino. LOB beaumonteseí, en vista de esto,
reunieron sus cortes en Pamplona, en las que conforme
-al derecho tradicional, Us leyes de a "cesión y el testa
pasajeros. En Tíldela no sucede esto. Santa Ana es antes que todo, y al afirmarlo así creo que no soy víctima
de un falaz espejismo. Honrar á la Patrona es el afán
que á todos domina, y á. quien se encuentra en esa devoción indiferente no se le tiene por buen tudelado. Y es
que Santa Ana ee algo esencial en nuestra existencia; es
que Ella es el ambiente que respiramos, el sol espiritual
que nos calienta, fl fin y objeto de nuestros más puros
entusiasmos. Poiría yo paro Jiar aquí lo que en cierta
ocaBión oí á un elocuente Padre carmelita que cantaba
Itu glorias de María: «Quitad á la Virgen, exclamaba,
suprimid á la Virgen y ¡qué es lo que quedal Pues quedan frente á frente, el hombre y Dios: el hombre, grano
de arena, molécula imperceptible en la inmensidad del
cosmos, sombra que desaparece veloz, ráfaga que sentimos un momento, hoja seca que el viento arrastra y pulveriza; y Dios, que es fuerza y poder omnipotente, sabiduría infinita que descubre todo el fondo de la humana
miseria, origen y centro de la creación entera, espíritu
que todo lo vivifica, base inconmovible del mundo, ser
168
LA AVALANCHA
que existe por sf mismo, conjunto de inefables perfecciones
¡Cómo se habla de atrever el hombre á hablar
con Dios, á dirigirse á Él, si entre loa dos media una distancia infinita! Era preciso otro ser que fuese casi di vi
no y que participase también de la naturaleza humana,
un ser que sirviese de punto adorable de conjunción entre el Criador y las criaturas, un ser que dijese al hombre, ¿«fce, y dijera á Dios, baja; un ser, en fin, que hiciera el oficio de medianero y de intercesor. Este ser es
María.»
]No podremos referir estas palabras los tudelanos á
nuestra excelsa Patrona, sin perjuicio del derecho preeminente de la Virgen! Suprimamos á Sta. Ana y sentiremos un vacío inexplicable; veremos que nos falta algo
cuya carencia lleva el desasosiego á nuestro espíritu, y
que aquél hábito celestial que nos protegía y embelesaba, al no soplar Bobre nosotros, nos roba todo el encanto
de nuestra vida. La ilustre abuela de Cristo no puede
meuoe de ser nuestra protectora. Hagámonos dignos por
nuestra parte de tan poderosa protección.
veneración por los católicos españoles, y en las jornadas
más gloriosas para la monarquía, él Fue el grito de guerra con que nuestros mayores se lanzaron á las más
arriesgadas empresas.—F, S. y S.
DE RE FEMENINA
o me convencerás, así hables
una hora
detesto las visitas
de cumplido, en las que se aburren las que las hacen y las que
las reciben
no se puede visitar hoy día porque la sociedad está montada con un lujo
escandaloso, como si todos fuésemos capitalistas y pudiéraEDUARDO VELASOO.
mos deslumhrarnos mutuamente
y en esos salones
elegantes donde se reúnen las que reciben, las desocupadas, las esclavas de la moda, se hace un triste papel si no
se va con lujoso traje, y hasta llega una á comprender que
la ama de la casa se halla molesta porque desentonamos
VALOR DEL TRABAJO
en el ambiente de su elegancia, mientras los visitantes
nos miden de arriba á abajo con insultantes, desdeñosas
(Pasionaria)
miradas.
Una gota de sudor,
—Vamos, que habrá su poco de exageración.
Que derrama con fatiga,
—¡Ninguna!
Cada grauo do la espiga
Cuesta al pobre labrador.
—¿Pues qué remedio queda?
Hay que conservar
Asi BU precio: dorado
las amistades, y para eso son las visitas. De sobra sabeEl grano por el calor,
mos todos que nos somos perfectamente indiferentes, pe-.
Toma por propio color
ro hay que demostrar lo contrario,.,., tú sabes bien que á
El del metal más preciado.
mí me convienen las buenas relaciones
que para mi
ATANASIO MUTUBBRRÍA.
carrera me hacen faltan conocimientos y amistades útiles,
que es forzoso alternar con la gente adinerada, y tú me
haces un favor manteniendo esas amistades y cumples
con un deber
ayudar á tu marido en la medida de tus
fuerzas.
—Sí, pero no me gusta hacer papeles ridículos
—¿Y cuándo los haces?
¿por qué dices eso?
—Porque para alternar con las elegantes hay que gasA Iglesia celebra mañana la fiesta del glorioso
tar mucho, poco más ó menos como ellas
y como yo
Apóstol y Patrón de España, Santiago. Fue uno
no tengo dinero que tirar y pienso en los pobres, de quiede los primeros que, respondiendo al llamanes seguramante ellas no se acuerdan, no me gusta Fremiento del Salvador, abandonaron por seguirle
cuentar los salones.
sus redes y su familia. El ardor de su celo y el
—No vas mucho, mujer
Fuego de su predicación le valieron del divino
—Me sobran las visitas que hago, te lo repito
la soMaestro el dictado de hijo del trueno, y recibir de Él seciedad moderna me fastidia porque de ella se han ausenñaladas muestras de predilección y particular cariño. Con
tado la modestia, la cordura, la prudencia, la sencillez, la
El participó de las alegrías del Tabor, como también de
caridad
las agonías del huerto de Getsemani en compañía de Pe
— No recargues el cuadro
dro y deJuan.
—Harto sabes que digo la verdad; nadie mejor que •
España le debe las primeras semillas de la fe cristiana:
vosotros, los hombres de mundo, conocéis las flaquezas
Zaragoza le vio una noche, postrado junto á la corriente
de nuestro sexo
hoy la desenvoltura de los modales,.
del Ebro, regar con sus lágrimas aquel suelo endurecido
la ligereza y frivolidad de las conversaciones, la malicia
al cultivo de su predicación. Allí vino á consolarle y rode los pensamientos, la coquetería graciosa y provocativa
bustecerle con su presencia la Virgen María, viviente aún
son las inseparables compañeras de la njujer de mundo.
en carne mortal; allí se edificó en perpetua memoria de
Las modestas, las sencillas, las serias que piensan y dis-'
esta visita un humilde santuario que la piedad de los fie- curren bien, que por consiguiente ocultan todas esas coles ha convertido más tarde en suntuosa basílica. La fe
sas que merecen la reprobación de las gentes sensatas, _
creció desde entonces en España maravillosamente, y al
son rancias, cursis, ridiculas
se las mira con insultante •
regresar el santo Apóstol á Jerusalén para recibir el marcompasión, ó no se les mira de ningún modo
un traje
tirio, bien pudo sonreírle la esperanza de que sería ella
de última moda, aunque Falte ú todas las leyes del pudor;
la tierra clásica del cristianismo.
unos brillantes deslumbradores, aunque tengan una hisAlgunos años después aportó á nuestras riberas una
toria de lágrimas y de vergüenza, son la patente de la elemisteriosa navecilla sin otro guía ni piloto que la invisigancia, abren las puertas de los salones, despiertan la adble Providencia que la dirigía á nuestra tierra con el pre- miración y la envidia
¿es ó no es verdad lo que digo?
cioso cuerpo del glorioso Apóstol. Desde entonces el se—No te niego que tienes razón
pulcro de Santiago, que se erigió con gran suntuosidad
—¿Lo ves?
pues ¿cómo quieres que no me resista
en Compostela, fue célebre en toda la cristiandad por los
á ir adonde resulto un anacronismo? allí estoy deplacé
Frecuentes milagros que en él se obraban y por los innu—Mujer, todavía puedes tomarlo por otro lado y será
merables peregrinos que de todos los puntos de Europa
muy meritorio
en todas partes puede predicarse a j e concurrían á visitarlo. Desde entonces el nombre de Sansucristo.
tiago ha sido siempre pronunciado con el mayor afecto y
—¿Cómo?
SANTIAGO, PATRÓN DE ESPAÑA
LA AVALANCHA
—Puedes hacer mucho bien, dar buen ejemplo de sencillez y de buen sentido, deslizar en la conversación ideas
.cristianas, recordar indirectamente santos deberes con el
prójimo, y
—Vamos, que te quieres divertir esta tarde á mi costa.
.Ni me siento con vocación de misionera, ni allí se admiten misiones. El nombre de Dios no se pronuncia nunca
en las reuniones, ni se puede hablar de pobres, ni de miserias morales, ni de cosas altas y elevadas
no se entiende ese lenguaje, y pensarían que ponía cátedra
las
mujeres hablan de modas, de reuniones, de teatros, de
bodas, de mil cosas frivolas que á nadie interesan, pero
que gusta oírlas
—Pues debes aburrirte mucho.
—Más de lo que piensas, y cada día tengo menos dedeos de frecuentar la sociedad. Lo mejor es vivir obscuras, que nadie nos conozca, que no se ocupen, por consiguiente, de nosotras
créeme: en las tertulias, si se suprime la frivolidad y la chismografía, no hay de qué hablar. Me preguntan si estoy abonada á la ópera, si voy al
cine donde hay abono de beneficencia, si no iré á ta reunión aristocrática de la señora de X. y á las tres de la
marquesa de C; les he de decir que no, cosa que saben
perfectamente porque nunca me encuentran en esos lugares, y me miran con lástima, con extrañeza, me dicen
que debo pasar la vida muy aburrida, y me he de callar
cuando, como dice el P. Coloma, siento en la punta de la
lengua el hormiguero de las grandes desvergüenzas
no sabes cómo me encanta aquel taimado capellán de La
•Gorriona diciendo enormidades ala condesa.
—No se pueden decir las verdades, porque amargan.
— Bien lo sé; pero resulta que se habla un lenguaje
que yo no entiendo, ó que por desgracia mía entiendo
•demasiado
que el tedio me invade, que estoy como
quien está sentada sobre espinas, contando los minutos
que faltan para marcharme, y pensando en que cuando
•salga no faltarán tijeras para cortarme un sayo
¡vaya
•una diversión la de ías visitas de cumplido!
—Tómalas como una cruz.
—Eso es otra cosa; siquiera me ayudases á llevarla tú...
pero no señor
tú huyes de todo eso y lo abominas, y
•detestas las ceremonias y la farsa de la sociedad que parece un comercio de mentiras, y tu pobre mujer, que se
fastidie
Es muy salado
. —Pero no siempre pasa lo mismo
—En el mundo elegante siempre es igual, variaciones
sobre el mismo tema. El lujo lo ha invadido todo; el di.nero es el rey de la sociedad y á él se subordinan todas
-las cosas
no se miran más que las conveniencias
si
no eres rica, no eres nada
hoy todas parecen millonarias y gastan como tales
¿cómo? Dios lo sabe
Unas
veces se puede gastar
otras
se gasta sin poder, pero se llama la atención, se va elegante, se usan ricas pieJes, se ostentan joyas soberbias
todos rinden homenaje al dinero
hasta tú mismo, obligándome á frecuentar
/los salones donde me murmuran
—No lo creo
—Pues yo sí ¿quién puede dudarlo? no encajo en
el museo de las exigencias modernas, pienso á la manera que pensaba mi abuela, detesto lo que ellas adoran,
.busco lo que desdeñan
pienso en cosas que ni siquie.ra adivinan, vivo en un mundo que no conocen, amo la
.verdad que es tan hermosa y que ha sido desterrada del
mundo
¿cómo no me han de criticar si á todas luces
.resulto un reproche mudo y una censura implacable de
.sus cosas, de sus gustos, de sus ideas, de cuanto las mue.ve, las ocupa y las preocupa?
—No todas son iguales.
—Convenido
hay honrosísimas excepciones que
confirman la regla. Yo hablo en tesis general
Y te aseguro que cuando hago visitas, y oigo, veo y tomo forzosamente parte en la comedia humana, siempre me acuerd o de aquellas palabras del Kempis: "cuantas veces estu.ve entre los hombres, volví menos hombre»
RAQUEL
(Matilde T.
169
EL ANSIA DE GOZAR
NO de loa males más graves que aquejan á
nuestra desdichada sociedad, ea, sin disputa,
el deseo de goces materiales. Y es tan general, es tal el ansia de gozar, que no hay clase, por alta y respetable que 86Q, de quien se
pueda decir: «EQ esta materia, limpia está
de pecado.»
El pobre y el rico, el grande y el pequeño, el que puede y el que no puede, el que tiene muchas obligaciones
como el que uo tiene ninguna, todos están hoy sumergidos en el más cenagoso de los deleites mundanos, y parece llegado el momento anunciado por San Pablo, en
que Dios les ha entregado á los deseos de sus corazones,
de modo que deshonran á sus cuerpos en sí mismos. Es
una verdad terrible y desconsoladora, pero es una gran
verdad. Para la depravada y sensual generación del siglo
XX no hay más Dios que el placer, no hay más Dios que
el vientre, no hay más Dios que el egoísmo.
Gozar de todos modos y en todas las esferas de la vida; gozar todrs los días y en todos momentos; he nquí
su único fin. Ni Be hace otra cosa, ni hay para qué pensar en más. «EBIO es lo que vamos á sacar de este mundo>, Be dice: y practicando á la letra la doctrina y los
ejemplos de Épicuro, los hijos del siglo, sin distinción de
clases ni condiciones ni sexo, gritan desaforados en la
embriaguez de sue banquetes, y en la crápula de SUB orgías y en el escándalo de sus espectáculos: «[Comamos,
bebamos, y gocemos de todo, que mañana moriremos! i
|Ah, desdichados! jVosotros mismos pronunciáis vuestra
sentencial Moriréis, sí, moriréis, sin paber el día ni la hora; moriréis quizás ene! banquetes en la embriaguez, ó
en e! teatro, y entonces, ¿cuál será vuestro destino?
En la generalidad de estas gantes los placeres han embotado de tal manera sus sentidos y aun sus facultades
intelectuales, que han llegado á tener cauterizada la conciencia. La luz de la fe no penetra pura nada en esos corazones corrompidos, en esas almas anegadas en el placer, á quienes el deleite embrutece y el ansia de gozar ein
tasa y sin medida hace del todo terrenos. No les habléis
de las miserias ajenas, ni de los grandes males que afligen á la sociedad. No tes digáis que multitud de pobres
labradores perecen hoy arruinados en caei todos los pueblos por la escasez de cosechas y el aumento de contribuciones; no les recordéis tampoco que millares de infelices
almacenados en un hospital ó en un asilo piden una limosna para no morir de hambre ó para no cerrar el establecimiento que lea alberga. ¿Qué les importa tolo eBtoá
semejantes gentes? Si no les falta para ir al café, al teatro, á los toros y al baile, todo está corriente. ¿Y OBOB tales nos hablan de catolicismo? |Ah! no; los modernos
Epicuros no tienen ningún derecho á llamarse católicos,
y BÍ alguna vez se lo llaman es sólo para deshonra del
Catolicismo
NUESTROS GRABADOS
Pila bautismal de Aoiz.—Esta villa de Navarra,
cabeza del partido judicial de su nombre, se encuentra á
28 kilómetros de Pamplona, en la carretera que de esta
ciudad conduce á Francia por Valcarlos.
El rey de Navarra Carlos III el Noble, en 1424, hizo
francos é hijosdelgoe á los vecinos de Aoiz, por los relevantes servicios que le habían prestado en la guerra; privilegio que conüruió D. Juan II en 1429, añadiendo que
los 30 cahíces de trigo que anualmente pagaban al rey
fuese á manera de censo.
La iglesia parroquial de esta villa está dedicada al Ar-
170
LA AVALANCHA
cángel San Miguel. En ella está la pila bautismal que reproduce la fotografía. Es un antiguo y raro ejemplar en
BU género, merecedor de un detenido estudio arqueológico.
Capilla de Santa Ana en la. catedral de Tudéla,—La ciudad de Tudeia, que después de Pamplona
es la primera de Navarra eu densidad de población, tiene una bella catedral del siglo XII ó principios del XIII,
que fue declarada monumento nacional por real orden
del 16 de Diciembre de 1884.
. Una de las ÜIÚB espaciosas capillas de aquel templo,
profusamente decorada y de estilo churrigueresco, está
dedicada á Santa Ana, que es la patrona de la ciudad
desde el 7 de Mayo de 1530, por auto otorgado ante notario, si bien ya se celebraba su fiesta en el siglo XIII,
según consta en el testamento del rey D. Teobaldo II.
no derecha al pecho. Descansan ambos las cabezaa earecamados almohadones, y apoyan los pies, él, en un leóncilio, ella, en un lebrel. La leyenda grabada en el borde
superior de la urna dice así:
Aqui yace el muy honorable sennior mosen /ranees de
villiaespesa doctor cavalero et chanceller de navarra: fino
el dia XXI® del mes de jenero del aino de la natividat de
jhus. xpo. mil eccc et XX un ainos,
Aqui yace la muy honorable duenya dona ysábel de Vsue
mugyer del dicto mosen Jrances la qual fino en
XXIII
dyas del mes nouiehre del aino de la nativit de jhu cepo,
mil cccc et diezeocho: rogat & jhu. sopo, por ella.
Puente de la Panueva. —Se encuentra eete puente
en las afueras de Tafalla, que es una de las importantes
ciudades de nuestro antiguo reino de Navarra.
3'0iC
Sepulcro de mosen Francés y su esposa doña
Isabel, en la catedral de Tudeia.—Entre lae capi-
llas de la catedral de Tudeia—dice el arqueólogo D. Pedro de Madrazo—la de mayor interés artístico es la de
Nuestra Señora de la Esperanza, colocada en el crucero,
en el ángulo sudeste del templo, la cual llevaba antiguamente la advocación de San Gil. En ella ee halla enteirado, juntamente con su mujer, el caballero D. Francés
6 D. Francisco de Villaespesa, doctor en Derechos y
Canciller de Navarra, por disposición testamentaria otorgada en Olite el 12 de Enero de 1421.
Cumplióse su última voluntad—añade el referido escritor—con verdadera magnificencia, y el enterramiento
que se le erigió es un monumento insigne de arquitectura y escultura del siglo XV, que no tiene igual en toda
Navarra. A este enterramiento se juntan, para aumentar
el interés artístico de esta capilla, un precioso retablo
coetáneo del sepulcro y una hermosa verja de hierro del
mismo tiempo. El sepulcro se halla, más qué en una hornacina, en una verdadera edícula fúnebre de considerables dimensiones, con lae paredes cuajadas de relieves,
sirviéndole de embocadura un arco conopial de delicada
crestería, y ocupando el suelo una magnifica tumba que
llena su área. Creo excusado entrar en los pormenores de
este soberbio mausoleo cuya traza arquitectónica pongo
á tu vista. La edlcula que forma tiene más de dos metros
de profundidad; BU portada está iuscrita en un gran rectángulo, y el arco conopial sube con el grumo de su ápice hasta su máxima altura, formando dos enjutas decoradas con arquitoB de tracería muy relevada, a IUB que
están aplicados los escudos de los dos personajes sepultados, uno á cada lado. Las paredes de la edícula ú hornacina llevan profusión de escultura de alto relieve, de
bellas proporciones y grande estilo; y en la parte inferior
cada composición está encuadrada bajo un arco conopial
-muy rebajado y tendido. La urna sepulcral está también
decorada con hornacinas caireladas, ocupadas por ocho
estatuillas de gracioso movimiento.
Los dos bultos yacentes, tendidos sobre el lecho fúoe.bre, tienen en la cabecera sus umbelas de honor, según la
práctica viciosa ó ilógica del siglo XV: verdadero contrasentido por cuya virtud el personaje difunto se lleva á su
féretro el doaelete que fue destinado á preservarle del
so! ó de la lluvia. Salvo este accidente, propio del amaneramiento en que iba cayendo el arte gótico en el siglo
en que este mausoleo fue erigido, las dos estatuas de mosen Francés y de su esposa son de bello carácter. La del
hombre es además curiosa para el estudio de la indü1•mentaria de Ja época: tiene un ropón ó loba de manga
perdida, forrada de pieles y abierta por la parte inferior
«hasta rne'dia pierna, calzadas las espuelas y el pie cubierto con una especie de sandalia de correas en forma
-de cruz: descausa eu mano derecha en la espeda, con el
'cinturón arrollado á la vaina; coa la izquierda sostiene
\un libro contra su pecho, y cubre su cabeza un birrete dé
pieles. La mujer lleva un tocado á modo de turbante,
-largo collar, orla de gruesas perlas en el vestido, y la ma-
Un caserío en las montañas del Baztán, en
Navarra.—Con esta fotografía comenzamos hoy la publicación de una primorosa colección deuotninada * Caseríos vascos», debida al Rdo. Padre Fr. Pedro de Madrid, religioso capuchino del colegio de Lecároz, que obtuvo premio en el «Certamen fotográfico social> celebrado en Pamplona en Julio de 1913.
REVUELTA
P o r el P a t r ó n d e E s p a ñ a . — L a «Biblioteca Católico Propagandista» celebrará maflana viernes la festividad del glorioso Apóstol Santiago, con misa y comunión general en la iglesia de las Madres Dominicas, á las
siete de la mañana.
En este religioso acto se repartirán á todos los concurrentes diversos folletos.
S i n a p i s m o . — E l Sr. Villanueva, con eBa sagacidad
que caracteriza á los hombrea del Gobierno liberal, está
practicando en Marruecos acertados gestiones para dar
pronta y satisfactoria solución á nuestro problema africano.
Véase Bino el contenido del adjunto telegrama:
<E1 Presidente del Congreso Sr. Villanueva sigue en
Tetuán.
»Visitó el barrio de la Judería y eBtuvo en la residencia del hebreo Pintos, que le obsequió.
>EI israelita pronunció un discurso diciendo que el
triunfo de los españoles le consideraban los hebreos como suyo propio.»
Y el telegrama no dice más; pero ¿les parece á ustedes poco?
Contamos ya con la amistad y el beneplácito de los
judíoa. Cierto es que estos señores viven en Marruecos
siendo objeto preferente de la animadversión de los moros, y que no es este, por consiguiente, el camino de ganarnos la voluntad de los últimos, que es lo que principalmente noa conviene; pero eso ¡qué importa! Tendrá,
en cambio, el Gobierno un grupo más de ciudadanos que
le felicite por sus proyectos anticristianos, como hace poco lo hicieron por intermedio del desventurado Moróte, y
eso no es de despreciar. No se encuentran á todas horas
individuos que aplaudan la labor del Gobierno liberal.
Por lo demás, no es inoportuno observar que en otros
tiempos extendíamos nuestros dominios para implantar
en ellos la ensefía de la cruz, y Dios nos ayudaba en nuestras empresas. Hoy, por el contrario, buscamos en ellas
la alianza y el beneplácito de los enemigos de Cristo, y
así nos va.
LA AYALANCEA
C o n f e s i o n e s l i b e r a l e s . — E l Imparciál habla del
«fitado de la Hacienda pública, y dice:
cLa situación de la Hacienda pública es insostenible.
Vamos rápidamente á la bancarrota y al -caos, y hemos
agotado el crédito; pero como no cabe pensar en repudiar las obligaciones que sobre nosotros pesan, hay que
decidirse á hacer un nuevo sacrificio, como el del año
1889: subir todos los tipos tributarios y crear, á estilo de
Alemania, el impuesto progreeivo sobre el capital.»
Es admirable lo que prospera España con unos cuantos afina de régimen liberal.
Y confesado por los miemos liberales.
E l n a c i m i e n t o d e L u i s Veuillot.—Los católicos franceses se preparan para celebrar el centenario
del gran periodista católico Luis Veuillot. El insigne polemista francés nació en el mismo ano que Ozanam; por
eso, aun no se han apagado los ecos de las fiestas celebradas en honor del fundador de las Conferencias de San
Vicente de Paúl, cuando ya comienza ó organizarse el
homenaje que han de tributar al ilustre fundador d9
L'Univers, verdadera gloria del periodismo católico y
uno de los más valientes adalides de la IgleBÍa.
iQué gran figura la de Veuillot!
Analizando su «Miscelánea» se admira al polemista
formidable, al apologista insigne y al maestro admirable
de periodistas católicos.
Estudiando sus «Correspondencias» se contempla al
cristiano sincero, al hombre de acción, de costumbres
ejemplares, de espíritu siempre dispuesto al sacrificio.
Celebraremos mucho se conmemore con brillantez el
centenario del insigne Veuillot.
¡ H a y Providencia!—Dice La Lectura Dominwal,
que desde que ee implantó en Francia la escuela laica
aumentó el número de analfabetos,
Éste argumento de hecho, y por tanto innegable ó inconfutable, Birve para demostrar lo inservible de la escuela loica.
Y sirve para demostrar también que los pueblos tienen un ángel de la guarda, como dice nuestro proverbio
castellano que lo tienen los uifios y los borrachos: que se
caen, y pocas veces se matan.
Porque si la escuela laica no ocasionara analfabetos,
¿qué sería de la civilización cristiana, supuesto lo que en
esas escuelas se eneefla y se aprende?
[Hay Providencial
O todoa ó n i n g u n o . — E s el argumento de Pablo
Iglesias: ó todos á la guerra, ó ninguno; nada de excepciones; nada de favoritiernos.
Lo cual quiere decir: O todoa á las balas, ó ninguno.
O todos al trabajo, ó ninguno.
O todos al peligro, ó ninguno.
O todos al frente de la locomotora, ó ninguno.
Pero Pablo Iglesias es lógico á ratos..... cuando le conviene; pero no cuando le perjudica.
Y, naturalmente, mientras un maquinista ferroviario
sufre las mi) inclemencias y fatigas de un viaje largo, de
noche, entre vendavales y nieves, él prefiere dormir en
un buen departamento, comn ¿«en diputado socialista.
Y cuando los demás compañeros trabajan en lae minas
6 en loa campos, durante los meses del calor, él prefiere
hacer viajecitoa de propaganda societaria veraniega.
¡Pablo: O todos, ó niDgunol
L O B s o l d a d o s d e España.—No deja de ser consolador en extremo lo que escribe uno de nuestros Padres misioneros de la ciudad de Tetuán. Dice que casi
todos nuestros jefes, oficiales y soldados que han tenido
171
que salir al campo de batalla, fueron antes á confesarse;
muchos de ellos, á pedirá los Misioneros les impusiesen
el escapulario de la Santísima Virgen del Carmen.
¡Bien por el ejército que así ee porta con el Dioa de
las batallas!
E j e m p l o d i g n o de s e r imitado.—Tres años hace que en París ee dan ejercicios espirituales, especialmente ordenados para los periodistas. Son eetos ejercicios de los que en Francia llaman retraites fermées, e§
decir, que para practicarlos se reúnen los ejercitantes en
una casa para eete fin dispuesta y en ella permanecen
retirados los días que á los ejercicios se dedican,
Con excelente resultado ee ha introducido entre núes*
troH colegas de Paría esta loable costumbre, que aquí en
España fuera bueno imitar. Eate año ha dado los ejercí'
cios el señor Loutil, vicario de la parroquia de San Pedro de Chaillot, á quien no muchos conocerán acaso por
su apellido, pero sf por BU seudónimo habitual, pueB el
señor Loutil es el famoso Fierre l'Ermite, que todoa loa
domingos firma los amenos artículos de La Groix, de París, mediante los cuales, haciendo muchísimo bien, ha alcanzado grandísima popularidad entre los católicos franceses el autor ilustre de La Grande Amie.
También del lado de acá de loe Pirineos cuenta con
admiradores fervorosos el nuevo Pedro el Ermitaño, cayos artículos y libros han sido traducidos, en no pequeño número, al castellano.
Ciertamente que pocos tan á propósito como él para
dirigir á los soldados de esta moderna cruzada de la prensa, durante esos días en que ee han apartado del fragor
del diario batallar, para considerar la única verdad necesaria: que hay un Dios, á quien todo lo debemoB y á
quien hemos de servir, y mediante eato, salvar nuestra
alma. La profesión del periodista está rodeada de graves
y peculiares peligros, en loa cuales córrese riesgo grande
de que ee menoscabe la fe y se olvide la caridad, é indudable es la conveniencia de esos días de retiro, donde la
fe se fortalezca y se avive el celo por la gloria de Dioa y
la caridad para con el prójimo.
Treinta han eido los periodistas que estos pasados días
Be congregaron en la villa Betania de Montaoult para loa
ejercicios del presente aQo. Estos periodistas han quedado satisfechísimos de su predicador y director Fierre I*
Ermite, y en nombre de todos, aaí se lo dijo uno de elloa,
monsieur Bazire, redactor jefe de la Libre Parole; todos
también han salido de los ejercicios deseando que el año
que viene sea mucho mayor el número de los que aBÍstan á esos días de retiro, durante ios cuales añádanse
fraternales amistades sólidamente asentadas sobre el firme cimiento de una fe común.
Que en España tengau pronto imitadores nuestros colegas franceses.
¡Cómo progresamos!—Decimos que vamos progresando, porque con el progreso, al decir de los europeiiadores, se consolida la paz, se aumenta el bienestar, y
la humanidad va inflándose cada vez más, de dicha y
felicidad, haata reventar.
Qae es lo que va á ocurrir aquí.
_ . .
España en guerra con África.
Fiancia en guerra con África también.
Los Estados balkánicos en guerra unos contra otros.
Alemania buscando las cosquillas á Frauda, y deseando sacudirla una buena paliza.
Inglaterra, tratando de nadar y guardar la ropa.
Las naciones todas mirándose de reojo y esperando la
oportunidad para dar el zarpazo.
Si todo eso y algo más que pudiera añadirse no constituye un glorioso y verdadero triunfo del progreso moderno será porque eate señor no se contenta con nada.
{Pero qué bien y qué sabiamente castiga Dios el orgullo y la soberbia de loa hombree!
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172
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