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comunidades indígenas muy vulnerables,
especialmente en la Amazonia2”
Cinco años después, y de acuerdo con
diversos indicadores de violación a los
derechos humanos
e infracciones al
derecho internacional humanitario, la
situación de los pueblos indígenas presenta
un deterioro acentuado. Entre tanto, las
acciones desarrolladas por el Estado
Colombiano para garantizar los derechos de
estas comunidades no han pasado de
declaraciones formales y formulación de
instrumentos de política pública, cuyos
resultados concretos son muy precarios. A
esto se suma la agudización de la
confrontación armada en los territorios
indígenas; todo lo cual continúa dejando a
cientos de miles de indígenas desplazados,
líderes
y
autoridades
tradicionales
amenazados y asesinados, cientos de
víctimas de minas antipersona, menores
reclutados forzosamente, entre otras
formas de violencia que atentan contra la
integridad física y cultural de estos pueblos.
PANORAMA DE LOS DERECHOS
DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN
EL SUR ORIENTE COLOMBIANO1
Asentamiento de indígenas Nukak Maku desplazados en
San José del Guaviare. CODHES-2009
Tras su visita oficial a Colombia en el año
2004, el relator especial de Naciones Unidas
para
los
derechos
y
libertades
fundamentales de los indígenas, constató
que “la situación de los derechos humanos
de los indígenas de Colombia es grave,
crítica y profundamente preocupante. Un
gran número de comunidades sufre
condiciones de violencia persistente en el
marco de un conflicto armado que tiene
impactos considerables en sus condiciones
de vida cotidiana. Esta incluso amenazada la
supervivencia física y cultural de algunas
La dimensión que ha alcanzado esta
situación motivó el pronunciamiento del
máximo tribunal constitucional a través del
auto 004 de enero de 2009; providencia a
través de la cual se ordena al gobierno
nacional tomar medidas efectivas para
prevenir la desaparición de pueblos y
culturas enteras que padecen en la
actualidad las consecuencias del conflicto
armado, pero también de las ambiciones
desatadas sobre sus territorios, sumado a la
débil prestación de servicios básicos por
parte del Estado en las zonas en las que
habitan la mayor parte de los indígenas.
1
Documento preparado como insumo regional para
el Informe entregado por CODHES al Relator Especial
de las Naciones Unidas para los derechos y libertades
fundamentales de los indígenas, en el marco de su
visita a Colombia en julio de 2009. Versión ajustada a
octubre de 2009
2
Informe del Relator Especial sobre la situación de
los derechos humanos y las libertades fundamentales
de los indígenas, Sr. Rodolfo Stavenhagen. 10 de
noviembre de 2004, p. 5
1
En la Amazonia Colombiana habitan 56
pueblos indígenas, que agrupan cerca de
98.000 personas3. En la actualidad, algunos
de estos pueblos cuentan con una población
inferior a 500 personas, y las condiciones de
vulnerabilidad en que se encuentran son tan
graves que requieren ser afrontadas de
manera inmediata, a fin de evitar su
desaparición cultural, e incluso física.
patrones de ocupación territorial y las
condiciones geográficas de la región,
propias del ecosistema de selva tropical
amazónica que constituye la mayor reserva
de bosque y agua dulce del planeta.
Así mismo, en esta región se concentra la
mayor diversidad étnica del país, en tanto
allí habita cerca del 50% por ciento de los
pueblos indígenas reconocidos en Colombia.
Sólo en el departamento del Vaupés habitan
23 pueblos diferentes, muchos de ellos
corresponden al grupo de pueblos que la
Organización Nacional Indígena de Colombia
ha denominado “en vía de extinción”, dado
que su población actual es inferior a 500
personas, y en ocasiones es de menos de
100. Estos pueblos son: Pisamira, Piaroa,
Muinane, Jupda, Yauna, Bara, Ocaina,
Yohop, Nonuya, Cabiyari, Yuri, Matapi,
Kacua, Carijona, Tatuyo, Tariano, Yagua,
Nukak Maku, Carapana y Bora.
La expansión del conflicto armado hacia los
territorios del oriente selvático, la mayor
parte de los cuales corresponden a
resguardos indígenas, ha generado un
incremento sustancial de las violaciones a
los derechos humanos e infracciones al
derecho internacional humanitario por
parte de todos los actores del conflicto.
A través de este informe, CODHES presenta
un panorama de la situación actual de los
pueblos indígenas en el Sur Oriente
Colombiano, basado en el trabajo de campo
desarrollado en la región desde el año 2007.
Los departamentos a los que se hace
referencia son: Vichada, Guainía, Guaviare,
Vaupés y Amazonas.
Las anteriores características, deben ser
consideradas al analizar la dimensión de la
crisis humanitaria que actualmente afrontan
estos los pueblos indígenas, quienes habitan
en comunidades aisladas, en un territorio
selvático que por siglos les ha brindado el
sustento necesario para existir como
pueblos con tradiciones y culturas propias,
pero que hoy se constituye en un escenario
de guerra en el cual sus derechos han sido
atropellados por parte de todos los actores
del conflicto. Como consecuencia de ello,
cientos de indígenas se han visto obligados
a abandonar su territorio y hoy afrontan
situaciones dramáticas en los principales
centros
urbanos
de
la
región,
principalmente San José del Guaviare,
Inírida y Mitú.
El Sur Oriente Colombiano se caracteriza
por la alta presencia de población indígena
en comparación con el total departamental;
siendo los departamentos de Guainía y
Vaupés los que concentran el mayor
porcentaje de esta población con el 65% y
67% respectivamente. Mientras que a nivel
nacional los indígenas representan el 3,4%
de la población, en esta región su
participación alcanza el 44,7%. A su vez,
estos departamentos poseen una escasa
densidad poblacional, asociada con los
3
Asociación Latinoamericana para los Derechos
Humanos ALDHU. La agonía del Jaguar. Derechos
humanos de los pueblos indígenas de la Amazonia
Colombiana. Bogotá, marzo de 2004. p. 19
2
Los JIW6 (GUAYABEROS)
Según datos oficiales sobre desplazamiento
forzado4, sólo en el año 2008, 1.388
indígenas fueron expulsados de sus
territorios ancestrales como consecuencia
del conflicto en esta región. En el
Departamento de Vaupés el desplazamiento
de indígenas representó el 77% del total de
víctimas de este delito.
Las capitales
departamentales (Leticia, Inírida, San José
del Guaviare, Mitú y Puerto Carreño)
recepcionaron 984 indígenas en situación de
desplazamiento que llegaron a incrementar
una problemática de atención para la que
ninguno de estos municipios, todos de
categoría 6, cuenta con los recursos y la
capacidad institucional suficiente para
afrontar.
Si bien estas cifras pueden parecen
pequeñas, la real dimensión de la afectación
se evidencia al examinar los impactos
concretos sobre cada grupo poblacional. En
la región, dos casos evidencian la magnitud
de la tragedia del desplazamiento: los
indígenas Jiw (Guayaberos) y los Nukak
Makú. A continuación se presenta un
panorama de la situación del pueblo Jiw
(Guayabero)5, uno de los 34 pueblos sobre
los cuales la Corte Constitucional ordenó al
gobierno nacional diseñar un plan de
salvaguarda étnica dirigido a impedir su
desaparición física y cultural.
Niños Jiw (Guayaberos), Resguardo Barrancón.
San José del Guaviare. CODHES-2009
El pueblo Jiw está integrado por 1.118
personas7, de los cuales cerca de 718 se
encuentran en situación de desplazamiento
como consecuencia de la agudización del
conflicto en sus territorios. Esto quiere decir
que el 64,22% del pueblo ha sido víctima
del desplazamiento forzado, en un
fenómeno
que
se
ha
acentuado
particularmente en los últimos cuatro años.
Según la información procedente de las
declaraciones recibidas en la Defensoría del
Pueblo Regional Guaviare, tan sólo en el año
2008, 270 Jiw arribaron en situación de
4
SIPOD: Sistema de Información de Población
Desplazada - Agencia Presidencial para la Acción
Social y la Cooperación Internacional.
5
La información contenida en este informe
corresponde a recopilación parcial basada en
diálogos con algunos líderes del pueblo Jiw, En el
marco del trabajo conjunto que adelanta el Grupo
Sur Oriente durante el presente semestre, se avanza
en la recopilación de información más detallada
sobre cada uno de los resguardos y comunidades Jiw
asentadas a lo largo del Río Guaviare; con lo cual se
espera contar con un panorama más detallado sobre
la situación actual de este pueblo.
6
Aun cuando este pueblo es conocido como
Guayabero, en recientes encuentros realizados en
Mapiripán – Meta y San José del Guaviare, ellos
mismos han planteado que esta denominación no
corresponde a su historia y por ello han señalado que
el nombre de su pueblo es Jiw.
7
DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACION. Los
pueblos indígenas de Colombia. Bogotá, 2004
3
pesca, así como los señalamientos contra
los líderes.
desplazamiento al municipio de San José del
Guaviare, procedentes en su mayoría de los
Resguardos Barranco Colorado y Mocuare.
Entre los meses de mayo y julio del mismo
año, 156 Jiw fueron desplazados al
municipio de Mapiripán – Meta,
procedentes de los Resguardos Barranco
Colorado y Barranco Ceiba Laguna
Arahuato.
En el Resguardo Barranco Ceiba Laguna
Arahuato se han presentado dos casos de
desplazamiento en los años 2003 y 2008,
tras los cuales el resguardo ha estado
abandonado. El 31 de diciembre de 2003 se
presentó el primer desplazamiento de 1
familia (10 personas) hacia el Resguardo
Barrancón. El 23 de diciembre de 2008 se
desplazó el último grupo de 28 familias (158
personas) hacia Puerto Alvira (Mapiripán –
Meta).
En su mayoría, estos desplazamientos
fueron
ocasionados
por
amenazas,
restricciones a la movilidad y reclutamiento
de menores por parte de la guerrilla de las
FARC, así como por enfrentamientos entre
este grupo y la Fuerza Pública en territorio
indígena, ó en proximidades al mismo.
Entre los miembros del pueblo que no se
han desplazado, la mayor parte se ubican en
el Resguardo Barrancón (municipio San José
del Guaviare), que se ha convertido a la vez
en el principal lugar de recepción de
población desplazada.
Como consecuencia del desplazamiento,
actualmente resguardos como Barranco
Ceiba se encuentran prácticamente
abandonados. A principios del año 2009, se
produjo un caso de retorno sin garantías de
un grupo de 42 familias Jiw al Resguardo
Barranco Colorado; ante lo cual se espera el
acompañamiento institucional permanente,
así como el respeto por parte de los actores
armados, para que estas familias puedan
permanecer en su territorio.
A continuación se reseñan algunos de los
atropellos de que ha sido víctima el pueblo
Jiw en el curso de los últimos años:
Resguardo Mocuare:
-1 de enero de 2000: reclutamiento por
parte de la guerrilla del menor Rogelio
Rodríguez (14 años)
- 14 de septiembre de 2001: amenazas por
parte de la guerrilla contra el promotor de
salud del resguardo, como consecuencia de
lo cual tuvo que abandonar el territorio.
-2004: amenazas contra un maestro de la
comunidad por parte de la guerrilla, como
consecuencia de lo cual tuvo que abandonar
el territorio.
- En el año 2007 tuvo lugar el asesinato por
parte de la guerrilla de Ever Rojas Gómez,
joven de 17 años de edad.
-6 de marzo de 2008: como consecuencia de
amenazas de la guerrilla, el Capitán del
El Resguardo Mocuare ha sido uno de los
más afectados por el desplazamiento
forzado;
de
aproximadamente
600
habitantes que tenía hace 9 años, cerca de
500 se han desplazado y solo permanece allí
un grupo de 103 personas.
Los primeros casos de desplazamiento en
Mocuare se dieron en el año 2001 como
consecuencia de la ocupación de 800
hectáreas del resguardo por parte de la
guerrilla, las amenazas y las restricciones al
desarrollo de actividades habituales como la
4
SITUACION ACTUAL DE LOS RESGUARDOS
JIW
resguardo es obligado a desplazarse, luego
de lo cual se generalizó un ambiente de
temor que condujo al desplazamiento de los
maestros y una buena parte de la
comunidad.
Resguardo Barranco
Arahuato II
Ceiba
–
Resguardo Mocuare. Tras los hechos de
desplazamiento que se han producido en
este territorio, actualmente permanece allí
un grupo de apenas 103 personas. La
presencia de actores armados, el desarrollo
de combates en la zona y la existencia de
minas antipersonales, constituyen factores
de riesgo para esta comunidad.
Laguna
-29 de junio de 1999: Las FARC asesinan al
indígena Chato Parra (17 años)
-2003: la guerrilla hurta un motor de la
lancha utilizada para transporte de
enfermos en la comunidad.
-2 de noviembre de 2004: Jorge Santos fue
asesinado por la guerrilla, su cuerpo fue
arrojado al río Guaviare.
-2008 La joven María Cristina (16 años)
junto con una niña de 9 meses, fallecieron
como consecuencia de accidente con mina
antipersonal.
-1 de octubre de 2008: Yesid Santos (30
años) fallece como consecuencia de
accidente con mina antipersonal.
Resguardo Barranco Ceiba – Laguna
Arahuato II. Este Resguardo está
prácticamente
abandonado
como
consecuencia de los desplazamientos que se
produjeron en los años 2003 y 2008. La
comunidad está requiriendo la protección
del territorio; de manera que se impida la
apropiación del mismo por parte de colonos
que hacen presencia en la zona. Se conoce
que buena parte del territorio se encuentra
minado.
Resguardo
Barrancón.
Cuenta
con
aproximadamente 2.575 hectáreas en las
cuales habitan actualmente 780 personas,
de los cuales 577 corresponde a población
que ha llegado desplazada en los últimos
años. Este resguardo tiene problemas
derivados de la proximidad con la Base de
Fuerzas Especiales del Ejército Nacional, que
han sido denunciadas reiteradamente por la
comunidad.
Resguardo Barranco Colorado
-Domingo 3 de septiembre 2000 (2:00 p.m.)
La guerrilla capturó a docente de la
comunidad Saúl Niño, con el motor y la
lancha de la comunidad. Nunca regresó.
-6 de julio de 2003 (7:00 p.m.) La guerrilla
capturó al promotor de salud Luis Carlos
González, lo asesinaron a 300 metros de la
comunidad.
-Septiembre 7 de 2008 (7:00 p.m.):
Benjamín González fue asesinado por la
guerrilla con tres impactos de fusil en el
patio de su casa.
La llegada masiva de desplazados a este
resguardo en los últimos años, ha llevado a
que en la actualidad esta población haya
superado a la población nativa, lo cual ha
generado problemas asociados con la
escasez de recursos para dar sustento a
toda la población. Las autoridades del
resguardo han autorizado la permanencia
de los desplazados con la condición de que
5
de la expansión del conflicto armado hacia
su territorio. En su mayor parte, los lugares
de llegada de los desplazados han sido
resguardos
del
mismo
pueblo;
principalmente el Resguardo Barrancón en
San José del Guaviare; y en el caso de
Mapiripán, el Resguardo Caño Ovejas del
pueblo Sikuani. Esta situación ha generado
toda suerte de conflictos, derivados del
crecimiento ostensible de la población en
tales territorios y la escasez de recursos
para dar sustento a todos los habitantes.
trabajen en una parte del territorio,
mientras no tengan conflictos con los
raizales. Sin embargo, se han presentado
inconvenientes entre los desplazados y los
raizales asociados con la concentración de la
atención de las instituciones en el grupo de
familias desplazadas.
La atención a los desplazados se ha limitado
a la provisión de ayudas alimentarias por
parte de Acción Social. Estas familias no
cuentan con fuentes de generación de
ingresos y por ende tienen dificultades para
adquirir elementos básicos como jabón, sal,
carne. Adicionalmente, no tienen acceso a
proteína animal porque no pueden salir a
cazar y a pescar; en torno al resguardo hay
fincas privadas y en algunas oportunidades,
cuando los indígenas han ido a pescar, han
sido atacados por los colonos por invadir sus
predios.
Adicionalmente, la respuesta institucional
ha estado limitada a la provisión de raciones
alimentarias que en algunos casos deben ser
compartidas entre desplazados y población
raizal, debido a las precarias condiciones en
que también se encuentra ésta última. Las
posibilidades de retorno a los territorios de
origen son muy escasas, debido a la
continuidad del accionar de los grupos
armados en la zona, y sobre todo a la
siembra
indiscriminada
de
minas
antipersonales. Aún así, la falta de atención
y la precarización de las condiciones de vida
a que se han visto expuestos quienes han
sido desplazados, ha motivado algunos
casos de retorno sin garantías.
Resguardo Caño La Sal (municipio de Puerto
Concordia). Tiene alrededor de 2.500
hectáreas, donde habitan 67 familias (490
personas), pero están rodeados por los
colonos. En el año 2002, los paramilitares
asesinaron a tres indígenas en este sector.
Tienen problemas en la actualidad para el
manejo de los recursos de transferencias.
Resguardo Barranco Colorado: tiene una
población cercana a 130 habitantes. Hacia
este resguardo retornaron a comienzos del
año 2009, 42 familias que se encontraban
desplazadas en San José del Guaviare. Hasta
el momento, no se han brindado las
condiciones de acompañamiento por parte
de las autoridades locales, a fin de
garantizar los derechos de estas familias.
El cuadro descrito anteriormente evidencia
la crítica situación del pueblo Jiw, que en los
últimos años se ha visto forzado a
abandonar su territorio como consecuencia
6
PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO Y
VULNERACIONES A LOS DERECHOS DE LOS
PUEBLOS INDIGENAS EN EL SUR ORIENTE
COLOMBIANO
1.
Presencia de actores armados en
territorios indígenas.
En el Sur Oriente Colombiano ha tenido
lugar durante los últimos años un creciente
proceso de militarización de los territorios
indígenas. Los grupos
paramilitares
incursionaron en la zona en el año 1997,
cuando ejecutaron la masacre de Mapiripán
– Meta y a partir de entonces ejercen
control en amplias zonas del sur del Meta y
norte del Guaviare, así como en el
departamento de Vichada.
La guerrilla de las FARC tiene una presencia
tradicional en la zona, y durante los últimos
años ha expandido su accionar hacia el
oriente selvático; territorio que está
empleando como retaguardia estratégica de
movilidad y para el tráfico de
estupefacientes.
Entre tanto, la Fuerza Pública ha fortalecido
su presencia y accionar en la zona en los
últimos cinco años, con la instalación de
bases militares y el incremento del pie de
fuerza. En varias ocasiones, la instalación de
bases militares se ha efectuado en
territorios indígenas, sin el lleno de los
requisitos de consulta.
En casos como el de la Base de Fuerzas
Especiales del Ejército Nacional, ubicada en
las afueras de San José del Guaviare,
colindante con el Resguardo Barrancón, los
indígenas han denunciado reiteradamente
las consecuencias que ello les ha traído.
Entre otros elementos, el desarrollo
constante de ejercicios de entrenamiento
militar, constituye un factor de riesgo para
los indígenas Jiw que allí habitan.
Niña del pueblo Tatuyo. Este pueblo cuenta con una
población de apenas 331 integrantes, y es uno de los 23
pueblos indígenas que integran el gran complejo cultural
del Vaupés. CODHES-2009
Como consecuencia de la agudización del
conflicto armado en el Sur Oriente
Colombiano, se observa en los últimos años
un incremento de las violaciones a los
derechos de los pueblos indígenas que
habitan en esta región. Las condiciones de
vulnerabilidad se acentúan al considerar
que se trata de comunidades pequeñas,
aisladas entre sí y en las cuales la prestación
de servicios básicos por parte de las
instituciones estatales es muy precaria.
2.
Confrontación
entre
actores
armados
La mayor presencia de actores armados en
el territorio, ha conllevado al incremento de
acciones de confrontación entre los mismos,
A continuación se reseñan algunos de los
patrones comunes de afectación que se
observan en esta región:
7
en medio de lo cual han quedado atrapadas
las comunidades indígenas.
El 10 de agosto de 2007, tras
enfrentamientos
entre
los
grupos
paramilitares conocidos como “Cuchillos” y
“Macacos”, 18 familias -112 personaspertenecientes al pueblo Sikuani, se vieron
forzadas a desplazarse del Resguardo Punta
Bandera al Resguardo La Esmeralda, en
jurisdicción de San Luis del Tomo, municipio
de Cumaribo – Vichada.
Los enfrentamientos entre paramilitares,
guerrilla y ejército en territorio de la Gran
Reserva Nukak, ha generado diferentes
episodios de éxodo de este pueblo desde el
año 2002.
horas de la noche. La vía aérea es la única
posibilidad de acceso a Carurú.
3.
Instalación de minas antipersonales
y abandono de municiones sin explotar.
El minado de territorios constituye uno de
los principales riesgos a que están expuestas
las comunidades indígenas en el Sur Oriente
Colombiano. Los accidentes e incidentes
que se han producido por esta razón en
territorio del pueblo Jiw (Guayabero),
constituyen una de las mayores causas de
abandono de resguardos como Barranco
Ceiba.
El sábado 23 de mayo de 2009, Martha
Lemis Valencia, indígena del pueblo cubeo,
fue víctima de una mina antipersonal
cuando se dirigía a su chagra en el sector
étnico del municipio de Carurú – Vaupés.
Como consecuencia de ello esta mujer de 26
años, madre de dos menores (de 4 años y 1
mes de edad), quienes la acompañaban
cuando ocurrió el accidente, sufrió
amputación de miembro inferior. El traslado
de la víctima a un centro asistencial
apropiado para atender la gravedad de sus
lesiones sólo fue posible 16 horas después
de ocurrido el accidente, debido a las
restricciones que impone la Fuerza Pública
para desarrollar vuelos a este municipio en
5.
Confinamientos.
Algunas comunidades indígenas de la región
han denunciado las restricciones a que son
sometidas por parte de todos los actores
armados que operan en la región. En
particular, cuando el Ejército Nacional hace
presencia en zonas próximas a las
comunidades impone restricciones a la
movilidad y limitaciones para el desarrollo
de la caza y la pesca; actividades que
garantizan la provisión alimentaria de las
comunidades, y que por tradición se
realizan en horas de la noche.
En el mes de mayo de 2008, el Ejército
Nacional se instaló durante varios días en la
comunidad La Libertad, Resguardo Arara
Bacatí Lagos de Jamaicurú, Departamento
del Vaupés. Durante su estadía en la zona,
las tropas sometieron a la comunidad a
fuertes restricciones de movilidad, que
impidieron el desarrollo de las actividades
básicas como cazar, pescar e ir a la chagra.
En el mismo episodio, las comunidades
denunciaron diversos atropellos cometidos
por miembros del Ejército Nacional, los
cuales fueron puestos en conocimiento de
las autoridades pertinentes.
4.
Amenazas y asesinatos de líderes y
autoridades tradicionales.
El asesinato selectivo de líderes ha sido
empleado
como
estrategia
de
amedrentamiento de las comunidades por
parte de la guerrilla de las FARC.
En el departamento de Guaviare, los
indígenas Jiw y Nukak Maku han sido
víctimas frecuentes de esto tipo de
atropello. En los meses de febrero y marzo
de 2008 fueron asesinados Monikaro Nukak
y Daniel Nukak en el Resguardo Barranco
Colorado.
8
Como consecuencia de estos hechos, las 8
familias Sikuani que habitaban en este
resguardo se vieron forzadas a desplazarse
hacia la cabecera municipal de Miraflores y
hacia San José del Guaviare.
6.
Restricciones a la movilidad de
personas,
alimentos,
medicamentos,
combustibles, bienes y servicios básicos.
En el marco de las operaciones que
desarrolla el Ejército Nacional en contra de
los grupos armados que actúan en la zona,
son comunes los controles al ingreso de
medicamentos y alimentos que circulan en
su mayor parte por vía fluvial. Estos
atropellos han sido denunciados por
comunidades que habitan las riberas de los
ríos Guaviare y Vaupés, particularmente.
Este hecho constituye un factor de riesgo
para las comunidades indígenas, y en
general para la población civil allí asentada.
8.
Reclutamiento de menores
En el Sur Oriente Colombiano se habla cada
vez más del reclutamiento de menores
como
una
práctica
extendida,
principalmente ejecutada por la guerrilla de
las FARC como estrategia para recomponer
sus fuerzas, en respuesta a los golpes
propinados por la Fuerza Pública en los
últimos años en contra de este grupo.
A pesar de la dificultad de contar con
estadísticas exactas frente a este delito,
algunos indicadores resultan relevantes
para observar el crecimiento de esta
práctica y las consecuencias que ello ha
tenido en materia de desplazamiento
forzado de indígenas en la región. En
particular, durante el año 2008 se observó
un incremento en la referencia al
reclutamiento de menores como causal de
desplazamiento, entre las personas que
presentaron declaración por tal delito ante
el Ministerio Público, en los departamentos
de Vaupés y Guaviare, principalmente.
Recientemente, el Consejo Regional
Indígena del Vaupés –CRIVA- produjo un
informe en el que hace un primer esfuerzo
por sistematizar los datos existentes sobre
casos de reclutamiento forzado en este
departamento. Con información procedente
de 5 de las 17 organizaciones zonales filiales
del CRIVA, se constató el que en los últimos
9 años, por lo menos 42 menores han sido
vinculados mediante estrategias de engaño
y por vía de coacción a las filas de las FARC.
Las etnias más afectadas por este delito son
los Cubeo y Yurutí. De manera particular, el
CRIVA llama la atención sobre casos como el
7.
Señalamientos.
La confluencia de actores armados en
territorios indígenas, y de manera
particular, el desarrollo de acciones
denominadas “cívico-militares” por parte de
la Fuerza Pública, deriva en actos de
involucramiento de la población civil en el
conflicto, lo cual conduce a retaliaciones por
parte del actor armado contrario. La lógica
del señalamiento y la acusación de ser
colaborador del bando contendiente es una
práctica generalizada por parte de todos los
actores armados en el Sur Oriente
Colombiano.
Entre el 29 y 30 de junio de 2008, las FARC
asesinaron a cinco indígenas Sikuani
habitantes de la comunidad Barranquillita,
ubicada a 40 kilómetros de la cabecera
municipal de Miraflores – Guaviare. Los
acusaban de haber prestado colaboración al
Ejército durante su estadía en la zona; uno
de los asesinados era menor de edad. El
capitán de la comunidad, que también era
objetivo de las FARC, logró huir hacia
Miraflores, dejando a su familia. En
retaliación, la familia fue retenida por la
guerrilla.
9
la comunidad La Libertad, Resguardo Arara
Bacatí Lagos de Jamaicurú – Vaupés.
del
pueblo
Pisamira,
conformado
actualmente apenas por 43 personas, donde
se han presentado tres casos de
reclutamiento de menores; lo cual
constituye un factor adicional de riesgo de
desaparición para este pueblo.
11.
Desarrollo
de
actividades
económicas lícitas e ilícitas en territorios
indígenas.
El desarrollo de actividades económicas
lícitas e ilícitas en los resguardos indígenas
del Sur Oriente Colombiano, está generando
consecuencias
negativas
para
las
comunidades.
Si bien uno de los impactos más acentuados
esta dado por la implantación de cultivos
para la producción de cocaína, el desarrollo
de cultivos lícitos y explotación de recursos
naturales también constituye una amenaza
para a la integridad territorial de las
comunidades.
Las actividades relacionadas con el cultivo
de coca y el procesamiento de cocaína en la
región,
generan
impactos
medioambientales
que
han
sido
denunciados
por
las
comunidades
indígenas. La contaminación de fuentes de
agua y otros recursos naturales es un
aspecto que tiene graves consecuencias en
el mediano y largo plazo.
Los indígenas Jiw han llamado la atención
sobre las expectativas de explotación
petrolera que se ciernen sobre sus
territorios en la ribera del Río Guaviare;
algunos de ellos abandonas tras el
desplazamiento a que han sido sometidos.
En otros resguardos, se conoce la existencia
de minerales como el titanio y oro, que
están siendo explotados por particulares,
sin ninguna concertación con los indígenas.
Una situación de este orden fue puesta en
conocimiento recientemente por los líderes
Sikuani del Resguardo Barranco Lindo Siare
– Departamento de Vichada.
9.
Homicidio,
hostigamientos
y
amenazas a maestros, promotores de salud
y líderes.
En el escenario de conflicto que tiene lugar
en la región, los líderes indígenas son objeto
de constantes atropellos por parte de todos
los actores armados, e incluso de
desconocimiento de su carácter de
autoridad tradicional por parte de las
autoridades civiles.
En escenarios de fuerte militarización como
el que se observa en esta región, es
frecuente el desconocimiento del carácter
de autoridad que la Constitución Política y
los Tratados Internacionales reconocen a
los líderes indígenas.
En casos como el del pueblo Jiw el patrón de
amenazas, hostigamientos y homicidios
contra líderes de las comunidades aparece
directamente relacionado con los diferentes
episodios de éxodo que ha sufrido este
pueblo.
10.
Ocupación de bienes protegidos por
parte de actores armados.
En medio de la ofensiva militar desplegada
por el Ejército en la zona, resulta muy
preocupante la recurrente práctica de
ocupación de bienes civiles que ha sido
denunciada por varias comunidades de la
región. En una clara infracción al derecho
internacional humanitario, la Fuerza Pública
arriba a las comunidades y ocupa internados
y viviendas de civiles, ó instala
campamentos en proximidad a los mismos.
En el mes de mayo de 2008, el Ejército
ocupó por varias semanas casas de civiles en
10
12.
Desarrollo de fumigaciones de
cultivos de uso ilícito en territorios
indígenas.
En el marco de la lucha antidrogas que
adelanta el gobierno colombiano, las
operaciones de fumigación de cultivos
ilícitos en el Sur Oriente son frecuentes.
En este sentido, las comunidades indígenas
han reiterado el reclamo por el respeto a los
criterios de consulta que deben darse en los
casos en los que estas operaciones
involucren territorios indígenas.
Sobre este aspecto los líderes indígenas del
Alto Vaupés y de otras zonas de la Amazonia
han reclamado que se desarrolle una
verificación previa para constatar la
existencia de cultivos de uso ilícito en su
territorio, garantizando que no se afecten
los cultivos de hoja de coca que tienen las
comunidades
para
sus
prácticas
tradicionales.
Maloka Cabiyarí. Este pueblo está integrado por apenas
311 personas, y hace parte del gran complejo cultural del
Vaupés. CODHES-2008
11
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