Ruta del Japó

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Un paseo por la Barcelona de
Gaudí
Barcelona es el mejor escaparate para acercarse a la obra de Antoni Gaudí, uno de los
arquitectos más genuinos y cuya huella es más
evidente en la ciudad. Su voluntad innovadora
se plasmó en una arquitectura basada en las
líneas curvas y en una continua experimentación con formas y estructuras aplicadas tanto a
edificios monumentales como simples elementos de mobiliario urbano.
Precisamente, la ruta por la Barcelona de Gaudí
empieza bajo una farola. Las farolas gaudinianas de seis brazos de la Plaza Real, encargo del
Ayuntamiento, son un buen punto de partida para
adentrarnos en el universo del arquitecto. Bajando
la Rambla, hasta el número 3 de la calle Nou de la
Rambla, llegaremos al Palacio Güell. Este palacio, de
planta gótica, fue el primer gran encargo del empresario Eusebi Güell y muestra la obra de un Gaudí ya
consagrado y en plenitud creativa. El apoyo de Güell,
haciendo de mecenas durante más de treinta años,
fue clave en la carrera del arquitecto.
Dejando atrás esta obra monumental, nos dirigimos
al Paseo de Colón y andamos hasta el Pla de Palau,
donde está situado uno de sus trabajos más modestos: sus farolas de tres brazos. Un poco más allá
llegaremos al Parque de la Ciudadela. Junto al lago
hay una cascada y una fuente, en las que un joven
Gaudí trabajó como ayudante de Josep Fontseré, el
arquitecto del parque.
Saliendo de la Ciudadela, subiremos por el Paseo
Lluís Companys y por el Paseo de Sant Joan hasta
llegar a la calle Caspe. En el número 48 encontraremos la Casa Calvet, la primera de las tres que
Gaudí proyectó en el Eixample, y de la que destaca
la simbología de la fachada. La segunda casa fue la
Casa Batlló, en el Paseo de Gracia, la primera obra
de formas claramente gaudinianas. Subiendo por el
Paseo de Gracia llegaremos a la obra que completa
la trilogía: la Casa Milà. La popularmente denominada Pedrera está construida como una escultura
gigante.
Empieza el segundo día
Sin salir del Eixample es ineludible la visita al Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, uno de los elementos básicos de la iconografía barcelonesa. Una
vez allí, podremos visitar las Escuelas de la Sagrada
Familia, de las que Gaudí se sentía especialmente
orgulloso. Para conocer la obra de Gaudí en otro
registro nos tendremos que desplazar hasta el barrio
de Sant Andreu y visitar la iglesia de Sant Pacià, que
fue decorada por él con un mosaico.
El recorrido continúa y nos lleva hasta la calle de
las Carolines, cerca de la plaza Lesseps, donde se
encuentra la Casa Vicens, una de las primeras obras
del Modernismo. Para despejarnos, llega el momento
de hacer una visita al aire libre y perdernos por el
Parque Güell, otro de los iconos de Barcelona. De
aquí pasaremos a un edificio mucho más austero
como es el Colegio de las Teresianas, situado a la
calle Ganduxer.
La ruta va llegando a su fin y no podemos completar
nuestra inmersión gaudiniana sin visitar tres obras
menos conocidas pero igualmente interesantes:
la Torre de Bellesguard, los Pabellones de la Finca
Güell y, por último, la puerta de la Finca Miralles,
que servirá para acabar nuestro viaje por la obra
de uno de los genios de la arquitectura de todos los
tiempos.
Índice
1. Farolas de la plaza Real (1878-1879)
2. Palau Güell (1886-1889)
3. Farolas de Pla de Palau (1878-1879)
4. Parque de la Ciudadela (1888)
5. Casa Calvet (1898-1899)
6. Casa Batlló (1904-1906)
7. Casa Milà (1906-1912)
8. Templo expiatorio de la Sagrada Familia (18831926)
9. Escuelas de la Sagrada Familia (1909)
10. EIglesia de Sant Pacià (1880)
11. Casa Vicens (1878-1925)
12. Parc Güell (1900-1914)
13. Colegio de las Teresianas (1887-1888)
14. Torre de Bellesguard (1900-1909)
1. Farolas de la plaza Real
(1878-1879)
En 1878, el Ayuntamiento encargó a Gaudí unas farolas de gas para toda la ciudad. El proyecto estaba
inscrito en un movimiento urbanístico que quería
transformar la antigua ciudad medieval en una ciudad moderna. En la plaza Real se colocaron farolas
de seis brazos hechos con bronce, acero y vidrio.
Estos candelabros gigantes descansan sobre una
base de piedra que sustenta la columna. Para hacer
los detalles y conseguir estas formas tan especiales
diseñadas por el arquitecto se utilizó hierro forjado.
2. Palau Güell (1886-1889)
El edificio, construido en un solar dónde los Güell
tenían dos casas en propiedad, todavía hoy está
comunicado con la casa del padre del empresario
situada en las Ramblas. Consta de sótano, planta
baja y planta noble con los salones. El salón central
de esta planta ocupa dos pisos y está cubierto por
una doble cúpula parabólica y estrellada (las estrellas son pequeños agujeros por los que se filtran
rayos de luz procedentes del exterior). Más arriba
se encuentra el primer piso de dormitorios y el piso
para el servicio. En la azotea se puede contemplar la
colección de chimeneas-esculturas, los ventiladores
y las cuatro claraboyas de la cúpula.
En esta obra se puede percibir la mentalidad práctica de Gaudí en el uso de los materiales y en la
habilidad para fusionar funcionalidad y estética. El
edificio destaca por la transparencia de su estructura
interior, que Eusebi Güell quería para controlar siempre todo aquello que pasaba dentro su Palacio.
3. Farolas de Pla de Palau (18781879)
Estas farolas se instalaron el 1890 y corresponden al
modelo de tres brazos. A diferencia de las farolas de
la plaza Real, Gaudí no dejó escritos en su memoria
los detalles y los colores originales que quería que
tuvieran estos dos candelabros.
4. Parque de la Ciudadela (1888)
En la Ciudadela podemos encontrar una fuente con
cascada ornamental diseñada por Josep Fontseré y
Antoni Gaudí con motivo de la Exposición Universal de 1888. En este monumento se puede ver un
gigantesco cangrejo. Sus pinzas hacen de escalinatas para que el visitante pueda subir al arco
triunfal. Esta fuente monumental está inspirada en
la Fontana de Trevi.
5. Casa Calvet (1898-1899)
Lo que destaca de este edificio son los elementos
simbólicos de la fachada. Encima de la puerta está
la C inicial del propietario, el señor Calvet. Sosteniendo la tribuna principal hay un ciprés, símbolo
de la hospitalidad. En el piso principal se observan
unos relieves que representan setas y encima de la
tribuna se encuentra un cuerno de la abundancia.
Las tres cabezas del coronamiento representan a
Sant Pere Mártir, Sant Ginés de Arles y Sant Ginés
de Roma.
En el interior del vestíbulo el esfuerzo de diseño es
considerable: la aldaba de la puerta, la placa de los
timbres, los bancos adosados a la pared con espejos
elípticos o los juegos de columnas son elementos
muy destacados. El mobiliario de estilo orgánico que
Gaudí diseñó para las oficinas está hecho en roble
mientras que el destinado a la familia era tapizado.
Las sillas de roble tuvieron tanto éxito que todavía
hoy hay reproducciones a la venta en los mejores
establecimientos de diseño de Barcelona.
6. Casa Batlló (1904-1906)
La Casa Batlló es una reforma de un edificio de 1877
que el fabricante textil Josep Batlló i Casanoves quería convertir en su residencia. La situación de la casa
es inmejorable, de día los rayos del sol iluminan
los pequeños vidrios y botones de cerámica de la
fachada, el coronamiento con cruz y las escamas de
piel de dragón. Por la noche, una perfecta iluminación resalta los relieves que se convierten en fondos
marinos y burbujas de agua en las que descansan
grandes crustáceos.
Las columnas y tribunas del principal, construidas
con piedra de Montjuic, tienen formas extraídas de
la naturaleza que recuerdan partes del esqueleto
humano. Esto hizo que la casa fuese conocida como
“la casa de los huesos”. La azotea tiene un paisaje
de chimeneas-esculturas como el Palacio Güell. En la
Casa Batlló, Gaudí vuelve a lucirse como interiorista
y diseñador de muebles orgánicos.
7. Casa Milà (1906-1912)
La construcción de la Pedrera confirma la genialidad
de Gaudí y su capacidad por adoptar soluciones
innovadoras. Las oleadas del mar, el manto de la
virgen, una montaña sagrada son interpretaciones
que históricamente se han dado a su fachada. Lo
que parece claro es que se trata de una formación
geológica basada en las premisas de la arquitectura
orgánica.
En la Casa Milà no hay paredes de carga, el edificio
se sostiene sobre una estructura de pilares y vigas
metálicas que forman un entramado sobre el cual
se construyen las vueltas. Otro concepto estructural
son las escalinatas de acceso a las plantas principales, que son independientes de la escalera de
vecinos y los ascensores, así como los accesos con
dos puertas, una para peatones y una para vehículos
que pueden circular por las calles interiores. En la
famosa azotea, conocida como “la azotea de los
guerreros”, podemos encontrar chimeneas, ventiladores y salidas de escalera que pueden considerarse
auténticas esculturas.
8. Templo expiatorio de la Sagrada Familia (1883-1926)
La gran catedral de inspiración gótica fue para Gaudí
el proyecto de su vida. En ella entrarían un coro de
1.500 cantantes, 700 niños, 5 órganos... El templo
tiene una disposición común en planta sobre base de
cruz latina de cinco naves con girola. En las torres
se observan unos inéditos volúmenes afilados.
Cabe destacar el aspecto simbólico del templo, con
un juego numérico en relación con los volúmenes.
Las cuatro torres que flanquean el cimborrio son los
cuatro Evangelistas alrededor del Salvador, el cimborrio de la Virgen, las doce torres que en grupos
de cuatro van sobre las fachadas representan a los
Apóstoles y los cuatro cuerpos angulares se refieren
a las Virtudes Cardinales. Gaudí sólo pudo ver acabada una de las torres antes de morir.
9. Escuelas de la Sagrada Familia
(1909)
Este edificio de pequeñas dimensiones (200 m2)
es una de las obras más desconocidas de Gaudí. El
arquitecto la proyectó como una escuela provisional
anexa al templo de La Sagrada Familia. Tiene una
sola nave y se caracteriza por la ondulación de la
fachada y la azotea. El uso del mahón permitió una
construcción rápida y resistente. Gaudí estaba especialmente orgulloso de esta obra y estaba encantado de enseñarla a todo el mundo que la pudiera
entender.
10. Iglesia de Sant Pacià (1880)
Gaudí diseñó el pavimento de la parroquia de Sant
Pacià, un magnífico mosaico romano con cenefas de
formas geométricas. En esta etapa, sólo dos años
después de conseguir el título de arquitecto, Gaudí
trabajaba en un estilo neogotitzante que nada tiene
que ver con el Modernismo ni con sus proyectos
posteriores. Entre 1986 y 1988, Lluís Bru Borrell, tercera generación de los conocidos artesanos
Bru del Modernismo, llevará a cabo con excelentes
resultados la delicada restauración del mosaico que
ocupa todo el pavimento de la iglesia.
11. Casa Vicens (1878-1925)
Este edificio, junto con El Capricho de Comillas
(Cantabria), constituyen las primeras obras modernistas de toda Europa. La Casa Vicens ha sufrido
múltiples modificaciones desde la primera versión
de Gaudí hasta la que podemos observar hoy en día.
Las influencias, tanto de la fachada de ladrillos como
de los interiores, son claramente orientales, de la
arquitectura mozárabe y de la hindú, pero también
del movimiento Arts & Crafts del Reino Unido, especialmente en la galería que da al jardín, del estilo de
los conservadores ingleses.
Al tratarse de una casa particular, los interiores sólo
se pueden contemplar en fotografías. De la época
de Gaudí queda la sala de fumadores con su falsa
cúpula en forma de colmena, el comedor decorado
con ladrillos de cartón y el vestíbulo.
12. Parque Güell (1900-1914)
Eusebi Güell, mecenas de Gaudí, quiso recrear con
este parque de veinte hectáreas el modelo de ciudades-jardín inglesas. Los serpenteantes caminos y las
suaves rampas que Gaudí proyectó son respetuosos
con el paisaje, y cuando la inclinación del terreno
lo requiere se apoyan sobre las típicas columnas
inclinadas propias del arquitecto.
El acceso principal al parque está flanqueado por
dos pabellones similares a los pabellones Güell, coronados con una seta y cubiertos de trencadís, trozos de cerámica hechos añicos. Uno era el pabellón
de los conserjes y en su exterior se puede observar
un fragmento de la reja procedente de la Casa
Vicens. El otro pabellón era la sala de espera de los
visitantes. Justo enfrente está situada la escalinata con el símbolo del parque, el famoso lagarto de
trencadís. Destaca dentro de la obra la sala de las
96 columnas que Gaudí concibió como el mercado
de la urbanización.
13. Colegio de las Teresianas
(1887-1888)
Gaudí construyó un edificio de planta rectangular
con un estilo austero y racional tanto en el interior
como en el exterior. Esta obra fue encargada por
Enric de Ossó i Cervelló, fundador de la orden teresiana. Gaudí continuó la misma estructura del edificio -el colegio ya estaba construido hasta el primero
piso- jugando con la disposición de las ventanas y
con las crestas revestidas de cerámica que coronan el último piso. El conjunto se completa con los
cuatro pináculos en los ángulos con su característica
cruz orgánica de cuatro brazos.
El portón de entrada está cerrado por una puerta
de reja, que, junto con las del Palacio Güell y los
Pabellones de la Finca Güell, configuran uno de sus
mejores trabajos en hierro forjado. El elemento
que más brilla de todo el complejo es el sistema
de corredores con arco parabólicos de la planta
baja y el primero piso. Se trata de una complicada
composición basada en un patio de luces central
que alimenta con luz cenital el pasillo central que
divide la planta en dos. La entrada de luz concede al
espacio un ambiente muy especial.
14. Torre de Bellesguard (19001909)
Bellesguard corresponde al nombre que Bernat Metge, secretario del último rey de la dinastía catalana
Martí I el Humano, otorgó al cerro situado en el
regazo de Collserola dónde se sitúa la torre. El estilo
gótico del edificio, la utilización de la pizarra como
material de construcción y el cromatismo general
corresponden a la historia romántica del último rey
gótico. La alta aguja coronada con la cruz de cuatro
brazos tiene un último tramo rodeado por la bandera
catalana en trencadís y la corona real figura inmediatamente antes de la cruz (aquí se puede observar
el espíritu catalanista de Gaudí y la voluntad de
homenajear a Martí I el Humano).
La puerta de acceso es un arco de medio punto y se
incorporan también elementos como ventanas góticas y coronamiento de almenas. Esta obra muestra
la mentalidad independiente de Gaudí que se sale
del estilo preponderante del momento, el Modernismo, para utilizar un estilo neogótico.
Esta ruta la podrás encontrar en Canal Cultura
http://www.bcn.es/canalcultura
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