Piadosisima Madre de la Merced, rogad por nosotros

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Tft
15
errr,
DE SEPTIEMBRE DE 1931
Oisapo äe su Veperable
Orkp Cercera y (ofraäías
Dirección y Administración:
Silva, 39.-Madrid (12).-Teléf. 12803
-<>
NÚM. O
(Cuadro existente en Poyo.)
Piadosisima Madre de la Merced, rogad por nosotros
Señora y Madre nuestra:
El mes de vuestras Mercedes va a ser este año importante en la historia
de España y de la Iglesia española. Y no será decisivo porque son muy
Poca cosa los hombres para decidir el porvenir que está en manos de la
Providencia.
-- 522 —
Los bárbaros llaman nuevamente a las puertas de España, pretendiendo
aherrojada como en los días de Táric y Maza. Quieren arrasar iglesias,
monasterios y hospitales, acabar con la educación cristiana, suplantar el
matrimonio católico con bochornosa poligamia, hacer de todos los españoles míseros esclavos de la taifa gobernante...
No lograrán su intento, en el que fracasaron las hordas africanas. Vos,
Señora, que velásteis por la iglesia visigoda, defendereis a los españoles
que, durante tantos siglos, os probaron su amor y fidelidad.
Merecido teníamos el castigo por nuestros pecados y tibieza, por nuestra flojedad y abandono. Pero vos, Señora, no nos abandonaréis en la lucha
y la causa de vuestro Hijo divino saldrá ,victoriosa. El sacará como siempre
de los males bienes y hará que la fe y religiosidad españolas salgan afinadas
y purificadas por el fuego de la tribulación. Dad a los campeones de la civilización cristiana arrojo y acierto en sus
campañas; comunicad a todos los fieles decisión y valentía para defender su
fe y sus hogares; librad a los niños que os fueron consagrados en el bautismo de caer en la esclavitud de la escuela atea y blasfema; abrid los ojos a
los desgraciados que se dejaron seducir por teorías antisociales y bárbaras;
libradnos a todos de la esclavitud del vicio y del pecado y haced que reunidos nuevamente ante vuestro altar cantemos alegres vuestras alabanzas,
comenzando a disfrutar en la tierra de lo que ha de constituir nuestra felicidad eterna en el cielo.
¡Redentora de cautivos, rogad por nosotros!
LA VIDA DE DIOS ES AMOR, Y AMOR
DEBE SER LA VIDA CRISTIANA
El amor es la fuente de todas las
ac tividades espirituales, porque amando se desea, deseando se busca y
b uscando se halla; amando se odia lo
c ontrario al amor, odiando se huye,
h uyendo se evita el peligro y evitando
el peligro de perderlo se conserva el
a mor; amando se atreve, atreviéndose se emprende, perseverando en la
e mpresa se logra o vencer al contrario o alcanzar el objeto amado.
El amor es adhesión al bien, a lo
co nveniente, en ti más noble sentido,
Porque tiene que haber conveniencia
entre el amante y el amado, sin la cual
es imposible amar.
El amor o es de bien presente o
a usente. Si el objeto está presente, o
se ama con temor de perderle, o sin
t emor alguno posible. Si es con temor, el amor no es perfectamente pos esorio, porque puede ser desposeído
de la cosa amada y tiene que velar y
tr abajar' por no perderla. Si la cosa
a mada está ausente, a ella tiende por
e l deseo, que, siendo sincero, pone
en actividad lo que sirve a su consecución.
El amor que busca lo que no tiene,
O defiende lo que tiene, es acto de
te ndencia y de movimiento. El amor
que tiene lo que ama sin temor de
Per derlo, es acto posesorio.
Los actos de las criaturas son de
tendencia, no posesorios
B ellamente dijo el P. Granada que
l as criaturas, por aquello de que algo
tienen y algo les falta, imilitan bajo la
bandera del movimiento, y de movimiento y tendencia son todos sus actos. Andamos para llegar, estudiamos
para saber, deseamos y buscamos
para tener.
Se imagi:rará alguno que cuando se
obtiene lo que se pretende, nuestro
acto de tendencia se convierte por lo
mismo en acto posesorio. Pero aunque muchos mortales así proceden,
sobreviene el desengaño, a veces tardío, de esta conducta errónea, porque
no hay objeto, por levantado que sea,
que pueda aquietar en sí nuestra actividad. Tres condiciones se necesitan
para que esto pueda acaecer verdaderamente: que los bienes obtenidos
sean finales, que sean permanentes y
que la criatura sea capaz de acto perfectamente posesorio.
Si el bien alcanzado no es final, el
acto por el que se alcanza no puede
ser de término ni de posesión; es de
tendencia y movimiento; es camino
que se ha andado, pero aún hay más
que andar; es un escalón o escalones
que se han subido, pero hay aún más
que subir para llegar. Cuando en estos bienes de caminantes descansamos, no poseemos, desfallecemos,
como el que se queda en el camino
por no poder seguir adelante. Así
nadie, racionalmente, tiene por bien
final el dormir, ei andar, el discurrir,
estándose siempre durmiendo, andando o discurriendo; sino que estos bienes y sus actos los toma de paso,
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para llegar en el andar, restaurar las
fuerzas en el dormir, alcanzar la verdad desconocida en el discurrir, teniendo los términos de estas acciones
más razón de bien final que los medios
por donde se alcanzan.
No basta que los bienes buscados
y logrados sean finales; es preciso,
además, que sean permanentes. Por
esto también, por no ser permanentes
los fines dichos, tenemos que volver
a dormir, volver a andar, volver a
discurrir, para restablecer de nuevo
las fuerzas, llegar adonde no estábamos, adquirir de nuevo o recobrar el
conocimiento de la verdad.
Dirá alguno: Por lo menos en la
vida eterna, donde gozaremos de
Dios, bien sumo, ejercitaremos actos
verdaderamente de término y posesorios, porque poseeremos a Dios, bien
final por su perfección infinita y permanente por su omnímoda eternidad,
y le poseeremos de modo permanente
y todo lo perfectamente posible en la
tal criatura quedando aquietada toda
su actividad, como la capacidad de un
vaso cuando está lleno.
Así parece a la simple consideración, pero reflexionando sobre el acto
formalmente beatífico, se ve que no es
perfectamente posesorio; porque si
por parte del objeto, Dios, es sumo y
permanente, y por parte de la posesión es eterna, por parte del acto no
es del todo perfecto, por mucho que
lo sea.
Supongo que los hombres, en cuerpo y alma gloriosos, tendrán más
actos que los formalmente beatíficos
de la visión y fruición divina; porque
naturalmente los ojos verán, oirán los
oídos y se ejercitarán los demás sentidos en aquellos actos que sean decorosos al estado de la bienaventuranza, y unos con otros los bienaventurados tendrán íntimas comunicaciones de conocimiento y afecto. No es
posible ver ni oir sin que los objetos
vistos se retraten en la pupila y los
sonidos se reproduzcan en el oído, ni
son posibles tales impresiones en los
sentidos sin una actividad de tendencia y movimiento, porque ni pensarse
puede qué sería una melodía estacionaria, sin desarrollo, y un espectáculo
sin vibraciones luminosas.
Pero volvamos a lo propuesto, al
acto por el que veremos a Dios tal
cual es. Este no es un acto, sino una
sucesión de actos, todo lo contiguos
que se quiera, pero sucesión de actos. No tiene el bienaventurado, ángel
u hombre, en un momento dado, la
posesión de por junto de su felicidad,
como la tiene Dios, porque el acto
criado de visión y fruición divinas no
es omnímodamente eterno. No es,
pues, perfectamente posesorio, porque el acto de ver y gozar ahora de
Dios, no es el acto de verle y gozarle
después y eternamente. Si por el acto,
por el que ahora ve a Dios, le viese
eternamente, el acto beatífico, no sólo
específicamente, sino también numéricamente sería el mismo, y, por lo
mismo, indivisible, y, en consecuencia, ni de potencia absoluta de Dios
dejaría de ser bienaventurado el que
una vez lo fuese.
No dejará de serlo, pero por otra
razón.
-
525 —
En Dios no hay actividad de tendencia y movimiento, sino de término y
posesión
Sólo la actividad de la vida divina
es de término y de posesión. Porque
siendo Dios bien infinito y eternamente permanente, no tiene nada que
b uscar fuera de Sí, ni temor de perder
l o que es en Sí y la actividad con que
se posee a Sí mismo conociéndose y
a mándose es perfectamente posesor ia, pues no es sucesión (después
Probaremos que tampoco es multiplicidad simultánea) de actos, sino acto
Único, tan infinito y eterno como su
ser, del que no se distingue.
El cómo de esta actividad única, de
t ermino y posesión, es imposible de
e ntender, aunque fácil de probar su
e xistencia. Porque si en Dios hubiese
s ucesión de actos, los actos de desp ués se distinguirían del de ahora y
de la naturaleza divina, como se distingue lo que no es de lo que es. No
siendo ahora el acto que todavía es
f uturo, ha de haber causa de su exist encia en ser que ya exista, porque lo
q ue no existe no puede dar existencia.
Ni la naturaleza divina, ni sus actos
P r esentes (estamos hablando en el
s upuesto imposible, como se verá, de
que en Dios hubiese sucesión de act os), pueden ser causa de los actos
f uturos. Si fuesen causa de tal modo
que nada faltase para la existencia de
los actos futuros, ya no serían futuro s, sino presentes, y la fuerza de
esta razón exige que no sólo presenles sino también idénticos con la natu raleza y actos que se suponen sil
causa; con lo cual no habría sucesión
posible de actos.
Si a la causalidad de la naturaleza
divina y de sus actos presentes algo
les falta ahora para la eficiencia de
los actos futuros, eso que les falta no
pueden darlo nunca si no lo reciben
de otro ser, necesidad metafísica de
toda naturaleza que se distingue de
sus actos. Pero esta dependencia de
Dios en su actividad de la intervención de otro ser no es posible, por
ser Dios el primero. Luego en Dios,
por ser quien es, del todo independiente, no hay sucesión de actos y
sí sólo actualidad de actividad, que
pronto veremos que es acto único.
En las criaturas hay multiplicidad
numérica y también especifica de
actos
Que en las criaturas hay multiplicidad numérica, es decir, repetición de
unos mismos actos, y también multiplicidad específica, o sea, diversidad
de actos, como ver, oir, entender
y amar, pruébalo en cada uno de nosotros la propia conciencia y en los
demás la observación.
La multiplicidad numérica de actos,
nace de la insuficiencia e inestabilidad
de los bienes conseguidos y de la
imperfección de nuestras potencias y
su simplificación; por consiguiente,
dependerá de la mayor suficiencia y
estabilidad de los bienes logrados y
de la mayor perfección de nuestras
potencias. Porque el sustento y el
descanso de la última comida y del
último sueño o no fue bastante o ya
se desvaneció, y se sienten de nuevo
la debilidad y el cansancio, y pues la
— 326 —
identidad de los miembros de una
serie destruye el concepto mismo de
serie, hay que volver a comer y volver a dormir.
Porque, uno tiene poca vista, mira
y remira para ver lo que con sólo
abrir los ojos ve el que la tiene mejor, y los de poca inteligencia consideran y vuelven a considerar y dan
la vuelta al mundo para alcanzar una
verdad a la que llegan derechamente y en un momento los de mayor inteligencia, como la fuerza física cuanto mayor es más actúa en línea recta,
que es la mayor simplificación del
espacio, y casi en un instante, que
es la cantidad mínima de tiempo, logra
su objeto.
Si hubiese, pues, un objeto tal
sensible que fuese hermosura de colores para la vista, música para los
oídos, suavidad de olores para el
olfato, tesoro de sabores para el gusto, alivio de nuestra pesadez para el
tacto, sustento del cuerpo, medicina
de sus enfermedades, descanso en los
trabajos, todo, en una palabra, lo necesario para el ser y bienestar corporal, y además, este bien, junta de bienes, fuese permanente, y hubiese también una potencia cognoscitiva y afectiva que los alcanzase, claro está
que quedarían suprimidos muchos de
nuestros actos por innecesarios y reducido, por tanto, su número.
En la criatura, aun bienaventurada,
no puede darse esta simplificación de
actos, pues aunque en el bien divino
tiene todos los bienes, pero en su
posesión la logra por dos actos específicamente distintos: ver y amar.
Hay, con todo, en las criaturas
- •327 -
cuanto más superiores mayor simplicidad de actos, quedando, a lo que
parece, los angélicos reducidos al
acto de conocer y amar, y aun el conocer no es como el del hombre ni
tiene su variedad, aunque virtualmente la contiene, como el idear, juzgar y
razonar humano.
Va un viajero recorriendo a pie,
casi a ras del suelo, un país, siguiendo camino que se oculta en las anfractuosidades del terreno y en la
espesura de sus bosques. Casi sólo
ve lo que va pisando y el pedazo de
cielo que los árboles dejan descu
bierto sobre su cabeza; según va
andando, así va viendo y conociendo
el país, o reconociéndolo si lo tenía
visto.
Mientras se está fatigando en el
lento caminar y en el lento conocer o
reconocer, he aquí que desde las
alturas en que se cierne un globo
cautivo un más afortunado y más descansado espectador con vista de lince
contempla lo que ve el viajero, pero
no a su modo, que es según va andando, y ve más, pues ve lo que el
viajero ya dejó de ver y lo que aún no
ve, le ve a él y ve también su camino,
de modo que desde la altura le puede
dar voces para encaminarlo si va
errado, advertirle de los precipicios y
dirigirlo a los lugares de mayor hermosura y amenidad o desde donde
puede mejor contemplarse el paisaje.
Tales son el conocimiento humano y
el angélico, respectivamente.
En Dios hay un solo acto
La vida de Dios es un solo acto,
simplicísimo y riquísimo, pues tiene
las perfecciones de todos los actos,
cuya existencia se prueba fácilmente,
Pero cuya comprensión es imposible
al entendimiento creado.
Si en Dios hubiese actos, se distinguirían necesariamente unos de otros
y cada uno de ellos también se distinguirían de la naturaleza divina en que
radicarían.
Dos absurdos implicaría esta pluralidad de actos divinos, y es, por tanto,
imposible.
Primero: ninguno de estos actos
sería perfectísimo, pues por distinguirse de los otros, le faltaría la perfección o perfecciones de otro o de
los otros; por ejemplo, al acto intelectivo de Dios le faltaría ser amoroso,
y al amoroso ser intelectivo. De esta
suerte podríamos ir discurriendo por
cada uno de los actos, que en Dios
quisiésemos suponer, contraponiéndolos entre sí.
Segundo absurdo: que distinguiéndose uno de otros los actos divinos,
sé distinguirían también de la naturaleza divina, porque si fuesen una misma cosa con ella también lo serían
entre sí, con lo que ya no habría actos, sino acto. Distintos los actos de
la naturaleza divina, para proceder de
ella se necesitaría la intervención de
una actividad distinta de la de Dios,
lo cual es impío pensar, y un tal Dios
no lo sería, pues por depender de
otro en el obrar también dependería
en el ser.
Es, pues, la vida divina acto purísimo y único.
FR. JUAN
(concluirá.)
G. DE CASTRO
Rumbos Pedagógicos
(CONCLUSIÓN)
Excelentes resultados de las
Colonias
Las «Colonias» —escribe M. Van
Kalken—se establecen en las montañas, en los llanos, cerca de los bosques, a las orillas del mar, según el
estado físico de los colonos. En todas
partes se divierten mucho, comen perfectamente y duermen como bienaventurados; y siempre vuelven más fuertes, más vigorosos de cuerpo y de
espíritu. La consigna que debe dárseles es la de M. Cottinet: pasear mucho, tomar baños, lavarse completamente de pies a cabeza varias veces
al día, cantar, hacer gimnasia de aparatos en los días de lluvia, comer
abundantemente y al aire libre, siempre que el tiempo lo permitiere, y no
trabajar intelectualmente más que una
hora diaria en la redacción de las
correspondientes notas del diario que
debe de llevar cada colono.
Los resultados obtenidos con este
sistema de vida son realmente maravillosos. Según las observaciones y
las estadísticas se sabe lo que pesa
un niño de cierta edad que vive en
condiciones normales; la casi totalidad de los niños que obtienen plaza
en las .Colonias» pesan, en su mayoría, de 3 a 22 libras menos de lo que
deberían pesar, lo que prueba que no
estuvieron bien alimentados, que se
hallan poco desarrollados y que su
vida no es normal. Una vez verificadas las observaciones al regreso de
las . Colonias», se puede notar un
— 328 —
aumento de peso de bastante consideración y un mayor desarrollo en su
organismo.
Varias veces visité el establecimiento de la «Colonia» marítima de
Malvarrosa—situado en una de las
mejores playas de Valencia, con el
médico del mismo, Dr. Gómez Ferrer,
y pude observar cómo en aquellos
centenares de niños de día en día se
notaba un mejoramiento positivo, mejoramiento —me decía mi íntimo amigo
Gómez Ferrer—que no es pasajero y
el aumento de peso ya no se pierde;
subsiste y va en progresión creciente.
El aumento de peso—dice M. Bion
—no es más que un factor aislado
para apreciar el influjo de las «Colonias» sobre la salud de los niños,
aunqúe sea, por otra parte, de una
importancia muy grande y siempre
decisiva. Pero entre los mejores resultados que obtienen los niños pobres y enfermos, mediante este tratamiento durante las vacaciones, hay
algunos que no se pueden avaluar ni
pesar materialmente: tales son la frescura, la jovialidad, la expansión, el
espíritu de disciplina y de orden, la
confianza, el reconocimiento y amor
para Dios y los hombres.
Cualquiera que haya estudiado—
escribe un gran amigo de los niños—
la vida y actividad de las «Colonias»
de vacaciones, habrá adquirido la
convicción de que se trata en ellas
de algo más que fortificar el cuerpo
y aumentar la salud de los niños;
dan también otros frutos y ejercen
su influjo sobre el espíritu y el carácter: el impulso moral e intelectual, dado por la vida de comunidad
y en plena naturaleza, bajo una prudente dirección, merced a las ocupaciones y los juegos enérgicos y a
los hábitos de orden y de disciplina
adquiridos, dan a los niños, cuando
vuelven a la casa paterna, una frescura de sentimientos y una fuerza moral que, ciertamente, no tienen menos
importancia para la vida que el aumento de las fuerzas corporales.
Por eso se puede afirmar que la
utilidad de las «Colonias de Vacaciones» no es menos grande desde el
punto de vista intelectual y moral, que
bajo el de salud corporal. El eminente
pedagogo Dr. Gotze dice: «Hacemos
con las «Colonias de Vacaciones» una
verdadera guerra al incremento del
proletariado degenerado desde el punto de vista físico e intelectual. Cuando
las «Colonias» lleven veinte años
consecutivos de existencia en nuestras grandes ciudades, habrá, seguramente, en las capas inferiores del
pueblo más fuerza y más salud, más
vigor natural y más alegría».
No ha mucho escribía el padre de
un niño que había sido admitido a formar parte de una «Colonia»: «A cuantos infelices niños enfermos devolveis
la fe y el valor, cuántos pobres hombres de bien haceis con vuestra actividad generosa». ¡Cuántos padres de
familia pudieran hablar así!
Hay que favorecer el desenvolvimiento de las «Colonias de Vacaciones»; unas semanas respirando aire
puro, con una alimentación fortificante, bajo una dirección prudente y cuidadosa, ejerce sobre la vida, tanto
física como moral e intelectual de los
niños, un influjo verdadero y decisivo
— 329 —
Para su salud; un rayo de afecto y de
a legría penetra en el alma del niño a
quien la miseria tenía entristecido y lo
salva.
tantos duros como personas saben
que lo tiene, Pues eso hacía entonces
el crédito que permitía adquirir valores para hipotecarlos comprando con
el préstamo otros nuevos, que se hiFR. R. DELGADO CAPEANS
0. de M.
potecaban a su vez...
Entre los trabajos dedicados al estudio de la crisis que luego sobrevino,
descuella uno de A. L. Jeune, titulado
El Krach Americano (1). Según el
autor, los banqueros de Nueva York,
Que hace cuatro años abundaba el
interesados en el triunfo del candidato
dinero y la confianza para todo género
republicano Hoover, facilitaron con
de empresas, lo recordamos todos, la- pródiga mano créditos para demosmentando que la dicha fuera tan breve. trar que a la administración de su
Fue entonces cuando nuestra dicta- partido iba unida la prosperidad de la
dura organizó el presupuesto extra- nación.
o rdinario que intentaba sembrar a
Ese dinero se dedicó en gran parte
España de ferrocarriles, carreteras, a la especulación: se comenzaron a
c anales y pantanos. Las fábricas tracomprar acciones de todas clases, las
b ajaban día y noche, los obreros percuales subieron de precio ante la decibían altos jornales y los comercian- manda. Las ganancias se empleaban
tes veían multiplicados sus negocios. en toda especie de lujos y esto auPero en 1929 el sol se oscurece y mentó las ventas en fábricas y comerdensos nubarrones cierran el hori- cios, determinando nueva alza de sus
z onte. Los valores industriales bajan,
acciones.
n uestra moneda comienza a desmoroLos negocios de bolsa eran tan senarse, el crédito se contrae... ¿qué guros y productivos, que una simple
había pasado?
fregona podía ganarse con sus ahoPara esclarecerlo se han escrito rrillos diez o doce dólares por semab astantes libros y memorias e innuna. Como es natural en tales coyunm erables artículos de revista. Yo creí turas, aun sin capital se hacían grandesde el primer día que el derrumbades compras de valores, con la segumiento de la bolsa de Nueva York ridad de revenderlos a fin de mes,
e ntraba por mucho en ello, así como
reteniendo una considerable ganane l dólar omnipotente era el que facilicia. Es el vulgarísimo juego al alza
taba los negocios en todas partes, en descubierto.
ot orgando créditos sin medida que
El negocio no se limitó a NorteaméP e rmitían al mundo entero trabajar y
rica, sino que el dinero europeo cong astar alegremente.
currió también a la fiesta, pues los
Viendo aquello, recordé el dicho de
Se lgas: El que tiene un duro, tiene
(1) Etudes, Mayo de 1931, pg. 393.
Origen de la crisis
económica universal
— 330 —
bancos de hoy son vasos comunicantes unidos por el teléfono. El capital
obtenía así una ganancia media de
10 por 100 y la alegría reinaba en
todas partes. Vivíamos en el mejor de
los mundos.
L. Jeune toma por índice las fábricas de automóviles, cuyo mercado
parecía insaciable, y si los coches
eran caros, mejor que mejor. Los
pisos de lujo eran también buscadísimos, obligando a las empresas a trabajar sin descanso.
Todo esto duró hasta que la gente
comenzó a darse cuenta de que era
una locura. El pánico se apoderó de
los bolsistas, que comenzaron a vender sus valores con pérdidas enormes. Acción hubo cotizada un día a
250 dólares y vendida al siguiente en
solos 50.
Alguien pretendió consolarnos de
este desastre diciendo que las pérdidas de unos eran ganancias para
otros, pero ni esa reflexión es admisible, pues la verdad es que tales valores se disiparon como un globo que
se desinfla lanzando un ligero quejido. La rotura del globo fué casi instantánea, mientras la inflación había
sido obra de años.
Sólo en Noviembre y Diciembre de
1929, las pérdidas en Wallstreet se
calculaban en unos ciento veinte mil
millones de pesetas.
Las consecuencias de tal desastre
se hicieron sentir pronto en todo el
mundo. No había dinero, y, por tanto,
se limitaron los créditos. Había que
vivir modestamente, y, por tanto, sobraban muchísimos productos industriales y naturales. Las fábricas co-
menzaron a limitar su producción y
muchas tuvieron que cerrar. Los productos agrícolas, menos demandados,
bajaron también, ocasionando la baja
de salarios y el despido de obreros.
Ante esa situación, los Gobiernos
se vieron obligados a cercenar las
obras públicas; en España se suprimió el presupuesto extraordinario,
comenzando la baja de la peseta, y
dimitiendo el ministro de Hacienda
Calvo Sotelo.
Con razón se ha dicho que comenzaban las vacas flacas después de las
gordas. Estas no habían durado los
siete años, pero las flacas amenazan
durar más que el hambre en Egipto.
En medio de tantos desastres no
deja deSer un consuelo el saber que
la felicidad perdida era ficticia, y su
ruina, por tanto, inevitable.
Han cesado ya los clamores contra
los depósitos de oro acumulado en
las bancos de Francia y Estados Unidos. El Subgobernador del Banco de
Francia, Mr. Calos Rist, ponía hace
poco a un artículo suyo este sugestivo
titulo: ¿Qué papel ha desempeñado
el oro en el conjunto de las causas
productoras de la crisis mundial?
Ninguno.
En esa opinión coinciden hoy la
mayor parte de los economistas dedicados a buscar inútilmente la resurrección del optimismo pasado.
Repitámoslo una vez más: Se impone la moderación en los gastos y
en todo el régimen de vida; el mundo
no da para la grandeza y lujo en que
muchos soñaban.
GUILLAUME
N=21 La tercera y cuarta bienaventuranzas
Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. (Math.
5, 5).
¡Audacia divina se necesita para
declarar felices a los que lloran! El
mundo gozará (dijo otra vez Jesús)
y vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se cambiará en gozo.
Y esto no sólo en el cielo, sino con
frecuencia aquí en la tierra. La copa
del placer tiene heces amarguísimas.
El que abusa de la comida envejece
antes de tiempo y suele contraer graves enfermedades que ocasionan terribles dolores. El que se entrega a
la bebida arruina su salud y su inteligencia, y el que se rinde a los otros
Placeres suele hallar en ellos el castigo fulminante.
En cambio, los que usan moderadamente de lo necesario, disfrutan de
salud, alegría y hasta de dinero.
El mundo lodo se ha entregado a
los goces y diversiones caras, y ahora nos encontramos en tremenda
C risis, más grave en las naciones
más adelantadas en que el nivel común de vida era más elevado.
No hay trabajo, porque no se hallan compradores para los artículos
c aros. Y lo son todos porque los
O breros se acostumbraron a los buenos salarios y los patronos a la vida
opípara.
En la agricultura cuesta producir
u n hectolitro de trigo más de lo que
vale en el mercado. Es que también
/os obreros del campo ansían vivir
bien. Y así estamos en desequilibrio
que no desaparecerá hasta que todos
nos resignemos a una vida más modesta.
Comida barata, agua fresca (no
hay mejor bebida ni perfumes que la
igualen), trajes sencillos, viajes económicos, algún espectáculo barato y
honesto.., he ahí el programa. Cuando lo hayamos realizado 'habremos
dado un gran paso en la solución de
la pavorosa situación que atraviesa
el mundo.
Los más incomprensivos me parecen los urbanos. Su ideal son los
buenos sueldos y la Vida barata.
¡Magnífico! Pero si los productores
venden a bajo precio los objetos fabricados y los frutos del campo,
¿cómo pagarán altas contribuciones?
Y si no tienen dinero, ¿cómo adquirirán en el comercio los productos industriales?
Volvamos a las máximas de Jesús
y encontraremos paz y reposo en la
tierra, con salud y alegría, que los
placeres tumultuosos no pueden proporcionar. Y después gozo eterno en
el cielo prometido a los que siembran
la paz y el bien en la tierra.
Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia, porque ellos
serán hartos. Hambre y sed de place-
res y goces rastreros tiene el mundo
y Jesús quiere sustituirlos por hambre y sed de justicia, rectitud, bondad y santidad.
En la medida que las máximas del
— 332 —
-14
divino Maestro se sobrepongan a los
anhelos de la carne, tendremos hartura, satisfacción y alegría. Porque
el hambre del bien, aunque espolea
al hombre, es con una dulzura y
esperanza grandes.
Jesús promete satisfacer los deseos
de sus pobres que le piden el bien, la
gracia y la santidad para sí mismos
y para los prójimos.
Y aunque a veces parezca que el
mal triunfa en la tierra, los discípulos
de Jesús están ciertos de que ese
triunfo es sólo aparente, como en el
Calvario, y que del mal saldrá el
bien y de la muerte la vida.
Todas las cosas cooperan al bien
en los que aman a Dios; el martirio
es el mayor de los triunfos.
En el mismo terreno individual,
por muy abatida que se sienta un
alma ante sus miserias y flaquezas
no debe desesperar nunca de la victoria. Es Jesús quien promete hartura
al que ansía la justicia y santidad en
sí y en otros. Su promesa no puede
faltar. De esto no entendían los judíos carnales que esperaban al Mesías para que los hartase de riquezas,
placeres, dominación y venganza.
No es el reino de Dios comida ni
bebida, clamaba San Pablo, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo.
FP. SEPA FIN SOLAEGW
Nuestra Santísima Madre
SONETO
¿No visteis la canora golondrina
cuando al dejar nuestra región amena
salta veloz desde la rubia arena
al barco que hacia el ábrego camina?
No importa si la nave ya se inclina,
si el viento ruge y la tormenta truena;
colgada en un extremo de una antena,
confiada siempre, sus arpegios trina.
Yo, que ansiaba llegar al puerto cierto
subí un bajel de blanca vela un día,
y aunque viera ante mi el abismo abierto,
¿no ha de cantar mi lengua noche y día
si estoy seguro de arribar al puerto
colgado de los brazos de María?
FR. J. SANTIAGO CRESPO
¡Siempre atrasados!
Ellos mismos lo dicen
El 27 de agosto, el señor Sánchez
Al bornoz, al definir en las Cortes la
actitud de la Acción Republicana, afirRió que a España, «por su especial
si tuación geográfica, han llegado con
r etraso los grandes avances culturales y artísticos. Edificábanse nuestras
i glesias románicas cuando el estilo
g ótico imperaba ya en Europa; el teatro español de los siglos XVI y XVII
t iene reminiscencias medievales...»
La tesis general me parece trasnochada cuando los extranjeros nos
Proclaman creadores del Derecho inte rnacional con Victoria, Suárez y
P reitas y los primeros colonizadores
del mundo en la Edad Moderna. Pero
el atraso, referido sólo a nuestros
iz quierdistas es palpable. Cuando
e llos se entusiasman con una idea es
que ya pasó de moda en todas partes.
Ahora el señor Sánchez Albornoz
cree que debemos emprender la soci alización de la propiedad, la seculari zación y otras novedacies, para no
q uedarnos rezagados. ¡A buena hora!
Cuando los demás comienzan a
ar repentirse de tales intentos y a reParar los inmensos daños por ellos
Oc asionados, se les ocurre a nuestros
izq uierdistas proponerlos como la
última palabra de la ciencia.
Es ya público que la moderación de
L erroux se debe en gran parte a las
car iñosas advertencias de los políticos
europeos. Briand, entre otros, le dijo
en Ginebra: . ¿Tenéis la República?
Que sea en hora buena; pero no hagáis las tonterías que nosotros hicimos». Así me lo contó un francés
muy enterado. Y recuérdese que
Briand fué hace veintisiete años el
ponente de la ley de separación de la
Iglesia y el Estado.
El colectivismo está en quiebra
como el transformismo que era el embeleso de nuestros izquierdistas, hasta que Ortega Gasset y sus Occidentales advirtieron que eso no se llevaba
ya en el mundo.
Rusia ha dado marcha atrás en su
obra de socialización, aunque pregonando sus magníficos resultados.
Stalin, observa Sofía Casanova, es al
fin paisano de aquellos generales
rusos que pregonaban sus grandiosas
victorias, y al día siguiente corrían la
línea 300 kilómetros atrás. Pura estrategia.
El dictador comunista, después de
cantar el éxito formidable del Plan
Quinquenal, ordena que se pague a
los obreros lo que merezca su trabajo,
y mucho más a los ingenieros y maestros de obras, acabando así con el
igualitarismo absurdo y funesto.
Y no contento con esto, por otro
decreto del 2 de agosto, suspende la
ley general de la colectivización de la
propiedad, y ordena que se dé por
definitivamente terminada en las regiones del Cáucaso norteño, del bajo
—
534 —
y medio Volga, en las pródigas Crimea y Ukrania y en el Ural y Moldavia.
Como se ve, el momento no puede
ser más oportuno para que los españoles se lancen por el camino que
abandonan los rusos. ¿Cuándo logra
remos que nuestros izquierdistas se
enteren a tiempo?
El señor Sánchez Albornoz ignora por lo visto la parte importantísima que a España corresponde en la
formación del estilo románico. Uno
de sus elementos más valiosos es la
escultura llena de vida que anima los
pórticos de las basílicas y de que
es modelo incomparable el pórtico
de la Gloria en la catedral compostelana.
Pues el origen de esos relieves lo
hallan los historiadores del Arte en
los códices mozárabes de nuestro
Beato, cuyas iluminaciones fueron
copiadas en toda Europa.
La cita del teatro español es más
lamentable todavía. Precisamente España e Inglaterra son las dos primeras naciones que lograron formar un
teatro nacional cuando los demás
pueblos no acertaban a abandonar los
andadores de Grecia y Roma. El teatro seudoclásico es la plaga de Italia
y Francia.
¿Que los temas del teatro español
son medievales? ¡Tanto mejor! Eso es
lo que constituye su gloria. Lope explotó un mundo dramático nuevo,
mientras los autores de otras naciones vecinas andaban perdidos en las
uinas de Troya.
FR,
G. NUÑEZ
La vida cristiana
En las siguientes líneas no pienso
atender tanto a la originalidad como
a la ilustración de mis cristianos lectores. ¡Hay tanto y tan hermosamente
dicho sobre esta materia en todos los
tiempos! ¡Pero es tan ignorado por la
gran mayoría de los fieles!
Un libro, jugoso y manual a la vez,
de Ad. Tanquerey, recientemente traducido al español y meritísimo de ser
releído y estudiado por todos los
cristianos que quieran instruirse en la
ciencia más digna, más noble, más
práctica y más necesaria, (si han de
saber siquiera el A 13 C de lo que dicen profesar; la Religión de Cristo)
nos presentará un índice a seguir,
metódico y completo. A la vez puede
servir de esqueleto a toda la doctrina
católica en lo dogmático, moral, ascético y místico. Así al lector le será
más fácil reducir a sistema orgánico
los conocimientos diversos que aquí
y allí espigue estudiando y practicando la vida cristiana.
Tengamos muy en cuenta por tanto
estos cuadros resúmenes de la enseñanza cristiana, porque ellos solos
pueden servirnos de mucho orientándonos a través de las múltiples manifestaciones de la doctrina católica.
Repásense con frecuencia todas las
veces que sea necesario para asimilarlos y se verá qué bien se entiende
la enseñanza cristiana.
Concepto de la Vida Cristiana.
La vida cristiana podemos definirla
diciendo que «es una participación
(finita, pero real) de la vida divina,
—
335 —
conferida por el Espíritu Santo al
h abitar en nosotros, en virtud de los
méritos de Cristo, la cual debemos
f omentar contra las inclinaciones cont rarias a ella».
Luego será uno cristiano cuando
viva esta vida; cuando no, no lo será
Por más que lo afirme. De la misma
d efinición se puede deducir que en la
Práctica de nuestra vida cristiana entran dos factores constituyentes: Dios
y nosotros. Se comprende fácilmente
t ambién que una cosa será la exposición de los fundamentos y de los
medios de la vida cristiana y otra,
muy distinta, el estudio del funcionamiento orgánico y vital de la misma.
Según esto dividiremos la doctrina
en dos grandes partes, que a su vez
se subdivirán en números y párrafos.
PARTE PRIMERA
Principios y Medios de la Vida
Cristiana
I.— Los Orígenes de la vida sobrenatural. Comprende la elevación del
hombre al estado sobrenatural, la
caída y la redención.
11.—Naturaleza de la Vida Cristiana. Primera parte: Dios en la vida
c ristiana, a) la Santísima Trinidad, b)
J e sucristo, c) la Santísima Virgen, los
Santos y los Angeles. Segunda parte:
e l hombre, a) lucha contra los enemig os de la vida espiritual, b) crecimient o de la vida espiritual por el mérito,
e) crecimiento de la vida espiritual
Por medio de los sacramentos.
111.—Perfección de la Vida Cristiana. En qué consiste la perfección de
esta vida.
I V. — Obligación que todos tenemos
de tender a perfeccionarnos en esta
vida divina.
V.—Medios generales para sostenernos y caminar por la vida que se
nos infundió en el bautismo y que juramos vivir siempre. 1. 0 medios internos: a) el deseo de la perfección,
b) el conocimiento de Dios y de sí
mismo, c) la conformidad con la voluntad de Dios, d) la oración; 2.° medios externos: a) la dirección espiritual, b) el plan de vida, c) las lecturas
y pláticas espirituales, d) la santificación de las relaciones sociales.
SEGUNDA PARTE
Funcionamiento orgánico de la
vida cristiana
El camino de la vida cristiana se
suele dividir en tres jornadas o también vías.
Purificación del alma o vida purgativa.
I. —Oración de los principiantes: a)
ejercicios de piedad en los que comienzan, b) meditación, su necesidad
y métodos que se pueden seguir.
II. — Penitencia: a) razones para
odiar, evitar y reparar el pecado, b)
medios de que disponemos para esto
último.
111. —Mortificación: a) naturaleza y
necesidad, b) práctica, c) mortifica-.
ción del cuerpo con sus sentidos, d)
de los sentidos interiores y de las
pasiones, e) sucinto estudio de éstas,
f) mortificación de las potencias.
IV. —Lucha contra los pecados ca-
pitales.
V.—Lucha contra las tentaciones.
Cuáles sean las principales en los
que comienzan,
— 356 —
Segunda jornada o vía iluminativa.
Implantación de las virtudes de Cristo
en nuestra alma.
1.—Oración afectiva. Es la ordinaria en esta jornada, su naturaleza y
métodos de hacerla.
II.— Virtudes morales: Prudencia,
Justicia (que implica: a) justicia propiamente dicha, b) religión y c) obediencia). Fortaleza (partes integrantes
y anejas suyas son: a) magnanimidad,
b) magnificencia, c) paciencia y d)
constancia), y templanza (que abarca
la castidad en sus diversos grados,
la humildad y la mansedumbre).
III. Virtudes teologales: a) Fe, b)
Esperanza y c) Caridad para con Dios
y para con el prójimo.
Tercera jornada o vía unitiva. Pleno desarrollo de la vida cristiana.
Oración de simplicidad. La ordinaria en esta jornada, mientras a Dios
no le plazca elevar el alma a la contemplación infusa. Llámase oración
de simplicidad por la simplificación
de las múltiples operaciones que en
un principio tienen que hacer el entendimiento y la voluntad, para sacar
provecho de la oración. En la contemplación infusa alcanzan su pleno
desenvolvimiento los dones del Espíritu Santo. Por lo tanto, se tratará
luego de ellos, primero en general,
después en particular y, finalmente,
de la contemplación infusa que no
suele Dios negar a los que llegan a
este punto.
1.— Contemplación infusa. Nociones generales, ventajas y vocación
próxima a la contemplación.
II.--Oración de quietud. Su naturaleza, cuando se apodera Dios de lo
más íntimo del alma dejando a las
potencias interiores y a los sentidos
libres para ocuparse en sus operaciones naturales; sus clases: árida o
suave.
111. —Oración de unión plena. Cuando Dios toma todas las potencias
interiores dejando libre solamente los
sentidos externos.
IV.—Oración de unión extática o
desposorios místicos, si Dios recoge
a la vez las potencias interiores y los
sentidos externos.
V. ---Contemplación altísima o matrimonio espiritual, si Dios se apode-
ra de todas las potencias interiores y
exteriores, no por modo transitorio,
sino estable y permanente. Después
de esta oración ya no resta más que
la unión inefable y definitiva con Dios
en la gloria.
Luego como apéndice vienen los
fenómenos místicos extraordinarios.
Con esto acabamos de dar una idea
y un esquema de toda la vida cristiana. El solo esquema éste podrá valer
de mucho al lector cristiano, porque
en él tendrá un índice y un programa
a que podrá reducir todo lo que lea u
oiga acerca de la vida sobrenatural..
Fie. NOLASCO DE LILLOA
El morrionismo en acción
Una de las señales más grandes del
s implismo hütnano es la literatura
Progresista que parece tomar nueva
fuerza en la superficie de la vida española o madrileña.
Prieto, hombre de un gran fondo
Pasional y artístico, es uno de los
p rogresistas más cerrados que he
visto.
¿Qué es el progresismo. Pues un
océano en medio del cual no se halla
ningún punto de referencia.
El progresismo carece de unprincipio fijo de dirección, de un valor o
forma que haga de criterio o módul
de perfección.
Sin embargo, si se les pregunta
mucho a los progresistas, se descubre que admiten como criterio de valoración la extensión cronológica: A
es anterior a 13; luego 13 es más perfecto que A.
Si sólo fuese cuestión de locomotoras o de aviones aún podríamos ser
i ndulgentes con este pensar, hasta
cierto punto desde luego. Porque aun
en el mismo progreso técnico, un
e tnólogo alemán descubrió en el centro del Africa una cultura material que
l legaba al alto horno, y miles de años
d espués no había ni recuerdo de tal
Progreso.
En el orden espiritual es mucho
más fácil citar ejemplos de este retroc eso: pueblos muy buenos que acaban por corromperse. Todos los índices que se observan en la vida
ci vilizada, permiten dibujarla en for-
cee
ma de espirales muy ceñidos, repitiendo muchas veces el nivel anterior.
Un periódico conservador se mostraba enemigo de toda federación en
España, porque decía ser una regresión a los tiempos medioevales. De
modo que un concepto medioeval, por
el mero hecho de ser medioeval, debe
ceder paso a lo que sea contemporáneo, aunque sea falso. De acuerdo en
que el filósofo y el político deben tener cuenta de la diferencia de los
tiempos, de las realidades concretas,
porque los hechos no se pueden borrar de un plumazo; pero la medioeval
uede ser muy bien una aspiración
id al de realización más o menos próxim . Negarse en España a todo principio e federación, supone la confuSión de estas dos ideas tan distintas
como la u nidad y uniformidad.
Antes del doceafiismo, España era
una, pero no uniforme. En el tratado
de Utrecht, por ejemplo, hay incluido
un tratado comer cial de Vizcaya con
Inglaterra; pero no obstante, Vizcaya
contribuyó a las ca gas del Estado,
especialmente con sus narinos.
La uniformidad sólo eina en los
seres muertos, y hasta cier o punto en
los cuerpos vivos. La distin ción suprema la marca el espíritu, la p rsona,
que resulta un mundo aparte di tinto
de las demás. No obstante ser tan
diferentes, la unión que forman lo
espíritus es la más íntima y profunda
que pueda darse en el mundo. Que lo
-- 338 --
digan dos personas amantes; que lo
digan los católicos que aman de veras
a Cristo. La existencia física con todas sus glándulas y nervios, se torna
cosa despreciable ante la sublime ley
del amor.
La unidad y variedad es la ley más
fundamental de los seres racionales,
y una nación consta al fin de familias,
y las familias de personas.
Pero los progresistas no entienden
- 339 —
de estas cosas y no cesan de repetir:
libertad, igualdad y fraternidad, sin
advertir que no puede haber igualdad
sin tiranía y es imposible la fraternidad.
El uniformismo de los progresistas
sólo es posible concibiendo a cada
persona como un adoquín, parte del
inmenso adoquinado de la nación.
O.
LEYES EN PROYECTO
LA ESCUELA UNICA, OBLIGATORIA
Y LAICA
¡No podía ser por menos! La prensa y los políticos de la izquierda francesa venían hablando hace tiempo de
la escuela única..., y los izquierdistas
españoles debían imitarles, haciéndolo peor, como los monos.
Para muchos españoles que no leen
periódicos extranjeros, tal anuncio
cayó como una bomba, dejándolos
desconcertados y sin saber a punto
fijo de qué se trata. No es maravilla;
lo mismo sucede a muchos de los voceadores de la escuela única.
En Francia, donde la primera enseñanza es obligatoria, y no en el papel, sino en la realidad, existen sobradas escuelas donde adquirirla.
Como los católicos abominan de la
escuela laica, sus hijos no van a ella
y son millares las escuelas oficiales
sin alumnos o con una asistencia ridícula de uno a seis.
Y eso que el Estado tiene en su
mano un medio poderoso de coacción: Francia otorga a los niños pobres una bolsa o socorro durante los
años de escuela, pero ese favor está
reservado a los alumnos de la oficial.
También se otorgan bolsas en gran
número a los alumnos de segunda
enseñanza, y como esos jóvenes podían ganar algo para sus padres, se
trata de compensarles la ausencia del
hijo bachiller. Esto aparte de darles
matrícula gratis.
Todo ello monta una friolera y el
presupuesto de Instrucción crece que
es una bendición... como los otros.
Ahora tratan Herriot y sus radicaíes de hacer enteramente gratuita la
segunda enseñanza, conservando las
bolsas y las subvenciones a los estudiantes pobres y sus familias.
Como los Institutos están en las
Poblaciones importantes, los favorecidos serían los habitantes de éstas;
hay que compensar, por tanto, a los
r urales a fin de igualarlos con los urbanos; ¡y vengan millones!
¿Cuál es la causa de tanta generosidad? Los católicos, que conocen a
los políticos anticristianos, ven en
eso una maniobra para arruinar la
e nseñanza libre. Actualmente los
a lumnos católicos tienen que costearse el colegio en Francia como en Es Paria, y pagan la matrícula tanto los
alumnos libres como los oficiales.
Si el proyecto se lleva a cabo, la
situación de los primeros será mucho
Peor, pues no recibirán más beneficio
que el de la matricula, mientras sus
familias se verán abrumadas de cont ribuciones para sostener el costosísimo tinglado oficial. Así los colegios católicos tendrían que cerrar, y
el Estado llegaría solapadamente a
suprimir la libertad de enseñanza.
Y digo solapadamente porque en
Francia casi nadie se atreve a atacarla a cara descubierta. En España los
anticlericales que la invocaban a gritos en la oposición, se ríen de ella
una vez encaramados en las alturas.
No nos sorprende. Los conocíamos
hace tiempo y sabíamos que detrás de
l a máscara de libertad se ocultaban
unos tiranuelos de baja estofa, cual
c orresponde a su menguada intelig encia y embrionaria ctiltura, digna
de Rusia o del Asia.
Otra de las ideas que más se preg onan en Francia con la escuela única es la selección hecha por la misma:
a los alumnos se les señalará carrera
oficio según su capacidad, sean ri-
cos o pobres, costeando el Gobierno
todos los gastos.
Como era natural, muchos comienzan a pedir ya que tras la enseñanza secundaria debe hacerse gratuita la superior y costearse también
la subsistencia a los alumnos y a sus
familias.
Eso es lo que hace Rusia, aunque
allí la familia apenas existe y los estudiantes cuestan al presupuesto millones sin cuento, para obtener un mísero resultado: sólo un seis u ocho
por ciento terminan regularmente sus
carreras.
Algunas almas generosas se sienten, no obstante, fascinadas con la
idea de la selección sin reparar los
gravísimos peligros que encierra en
el terreno de la grosera realidad. Los
católicos tienen motivos más que sobrados para recelar de la selección
hecha por sus enemigos y además
con cerrar el camino a los hijos se
quitaría a los padres uno de los mayores estímulos para el trabajo.
La implantación de tal sistema en
Francia como en España daría por
resultado un aumento terrible de los
impuestos, que se haría sentir más
en la clase media, obligada a sostener a sus propios hijos, a los pobres
y a pagar a escote la matrícula de los
ricos que antes satisfacían éstos.
Los más prudentes dicen que se
perfeccione y aumente el sistema de
las bolsas y no haya más novedades.
En España, donde casi todo está
por hacer, hablar de la escuela única
es hablar de la mar. En Madrid mismo
los Ordenes religiosas y Colegios
católicos educan unos 16.000 niños, y
540 —
con todó son muchos los que no encuentran escuela. Los escolapios edu-.
can en sus tres Colegios casi tantos
niños como un centenar de maestros.
Hace cuatro años estaba el que
esto escribe al frente de una parroquia en Galicia. Un alcalde celoso le
pidió que formara el padrón escolar
para hacer efectiva la obligación de la
primera enseñanza. Aparecieron unos
700 niños, para los que teníamos sólo
dos escuelas unitarias. Tocaban, por
tanto, a cada una 350. Ante ese resultado, el alcalde sonrió tristemente y dijo:
—Más vale que nos callemos.
Eso es lo que deberían hacer los
partidarios de la escuela única. Ni
ahora ni en muchos años habrá escuelas oficiales suficientes para todos
los niños. Y después ¡que sean buenas! Lo que ahora sucede no se puede decir aquí, aunque lo saben todos
los españoles y lo pregonan indignados muchos maestros.
—
Cuando hayamos gastado cientos
de millones en edificios escolares y
formado bien muchos miles de maestros y subvencionado a los niños más
pobres costeando el bachillerato a los
de extraordinario talento, se podrá
hablar de escuela única sin hacer
completamente el ridículo.
Y aun entonces la escuela única y
laica será una enormidad. El Estado
será el único árbitro de la enseñanza
que se ha de dar a los niños contra
la voluntad de sus padres; el Estado
les señalará también la carrera u oficio con la torpeza que en él es característica.
Y envenenará sus almas con doctrinas ateas y materialistas, dejando
que maestros comunistas o cosa peor
enseñen los mayores absurdos. Tal
es la libertad que nos habían de traer
nuestros redentores.
341 —
El primer convento de nuestros Descalzos
cnrar. Pensöse por esta causa abandonar esta fundación en tiempo del
General P. Guimerán, pero no llegó a
r ealizarse. Uno de los Comendadores
hizo arrancar de cuajo los muchos
árboles que allí había, desmontar y
limpiar toda la cañada, recoger sus
aguas en una zanja, que las llevaba
al cercano y pequeño río Guadarranque, con lo que saneó en gran parte
el paraje.
En la parte de la cañada llamada
Almoraima alta, hizo construir la
Condesa una ermita dedicada a los
Santos Reyes, donde los pastores
Pudiesen cumplir con la obligación de
oir misa; era de tapias y pequeña, de
unos ocho metros de largo por cuatro
y medio de ancho; en uno de sus
c ostados y a todo lo largo, había una
dependencia, cuya parte baja servía
de sacristía y la alta de vivienda al
hortelano que guardaba y cuidaba la
ermita. Esta fui la casa solariega de
los Padres Descalzos, teatro de sus
fervores y centro de apostolado intenso, entre las rústicas gentes que
andaban por aquellas soledades.
(CONCLUSIÓN)
La capilla y primer convento
La Almoraima y su ermita (Cádiz)
Es la Almoraima una de las once
dehesas que rodean la villa del Castellar, honda cañada que corre de
oriente a poniente al pie de una altísima sierra, abundante de aguas sabrosas, dulces, pero por poco oreadas y soleadas, «muy húmedas», y,
por lo mismo, insanas; tenía estancias amenísimas y de gran recreo y
FR.
G. VÁZQUEZ
estaba toda ella poblada de «sauces,
alisos y fresnos de increíble altura,
tan espesos y enredados con tan
grandes zarzas y maleza, que no se
podía pasar de la otra parte sino por
dos muy estrechas sendas hechas por
los pastores.» De las aguas rebalsadas entre los espesos matorrales, se
levantaban muchas nieblas, que hacían
insalubre el sitio y ocasionaban grandes fiebres y achaques difíciles de
Era la capilla terrosa, a teja vana y
Pequeña, pero sobrada para su primer
destino; tenía de largo ocho metros y
medio por cuatro y medio de ancho.
En su altar mayor venerábase la Ador ación de los Santos Reyes; por eso
se llamaba de Nuestra Señora de los
Peyes, cuadro hecho en Madrid de
b uena mano, como lo eran todos los
de aquella época, edad de oro de
n uestras bellas artes.
A uno de los lados de la capilla, y
por todo su largo corría un cobertizo
de tres metros de ancho, refugio de
gitanos y gente maleante que, según
los historiadores, abundaba por aquellos parajes. Al otro lado, haciendo
juego con el cobertizo, había una
casa también de tapia muerta como la
capilla y de dos plantas. Parte de la
baja servía de sacristía; lo restante y
toda la alto era la vivienda de un hortelano que, principalmente en Gibralr
tar,, sacaba muy bien para vivir de la
huerta contigua, que con la casa era
la paga de la custodia y aseo de la
capilla.
La mala traza y disposición de la
Almoraima, su soledad tan grande, la
falta de vecindad de poblado que pudiera valerles, la pequeñez y mala
construcción de la capilla, fueron las
razones de que se valieron nuestros
Padres de Sevilla para disuadir a sus
hermanos los Descalzos de esta fundación, cuyo sólo intento juzgaban
temeridad y no pequeña. Pero nada
valieron con religiosos que querían
verse con casa, fuera como fuese,
donde implantar la Recolección; al
contrario, les parecía muy bien aquella soledad, la pequeñez de la capilla,
la estrechez de la casa y la incomodidad del sitio.
La parte de la planta baja que tenía
el hortelano dividióla en dos el Padre
Juan del Santísimo Sacramento, haciendo de ella un coro, para lo cual
abrió una ventana a la iglesia, y de la
otra dos celdas, donde sólo cabía la
cama; y se reservó la que caía debajo
de la cuerda de la campana, que quiso
ser él perpetuo despertador de su pe-
— 342 —
quetia Comunidad, guiándose en las
noches claras por las estrellas que
atalayaba desde su ventana, especie
de saetera, «que no sé, comenta un
compañero y súbdito, quién le enserió
el norte y la boca de la bocina»; la
parte alta dividióla en celdas, estrechas, desabrigadas y destejadas, por
donde muy a su sabor podían desde
SUS tarimas, si el sueño, de que andaban bien faltos los dejase, contemplar
la bóveda del cielo.
Para cocina y refectorio hizo por
detrás del altar mayor una choza de
troncos de árboles y ramas, cubierta
de paja, «como enramada que hacen
los ganaderos», dice quien la vil.),
donde los frailes a la hora de comer
encontrasen toda incomodidad, por
que en verano se asaban, en invierno
se helaban y cuando llovía sufrían las
impertinencias de un continuo gotear
por todas partes. Lo cierto es que
edificaba y hacía llorar de devoción a
los que la contemplaban.
Demos para concluir la descripción
del recoleto convento la de su pobre
ajuar. Por camas tenían unas tarimas,
sus duras tablas por blandos colchones, por ropa de cama una única
manta, vasta y peluda, que en verano
sobraba y en invierno no llegaba.
Dormían vestidos, como soldados en
campaña, prestos al primer toque de
la campana, Pero donde campeaba el
espíritu de pobreza y mortificación era
en la mesa y bancos del refectorio.
La mesa era de pino y sin labrar,
levantaba del suelo tres cuartas y tenia de ancho cuarenta y cinco centímetros por un metro y diez centímetros de largo. A cada lado un banco,
medio tronco de un árbol aserrado
por medio y sustentado por cuatro
pies, abiertos como los de bancos de
herrador, y para seguridad mayor
hincados en el suelo.
Sentábanse tres religiosos por lado,
estrechándose lo que podía el del medio para dar lugar en la mesa a los
de al lado y metiendo todos debajo
del banco las piernas para no tropezar con las rodillas en las de los que
se sentaban frente, y poder llegar a la
mesa. Demasiada mesa con ser tan
estrecha para lo que en ella se comía,
pero como «non in solo pane vivit
horno, sed in verbo Dei—observa el
Padre Juan Crisóstorno, y viene muy
al caso—, con éste hallaron hartura
sin comida, abundancia sin riquezas,
consuelo sin regalos y la alegría de
espíritu, que lo tiene todo».
Esta «cabaña fué el primer edificio
y casa solariega de nuestra primitiva
nobleza», teatro de sus primeros fervores y campo de su apostolado.
LIJÁN
-Favores de Nuestra
iaritísinia Madre
-
La 1--2vda. M. Comendadora de las
Mercedarias Descalzas de Arcos de
la Frontera nos transmite el siguiente
billete: Le encomendé un asunto a la
Santísima Virgen de las Mercedes en
el día de su fiesta, y cuando volví de
la función lo encontré resuelto.
DUQUESA DE MONTEMAR
Jerez de la Frontera (Cádiz).
0"000o00.2000.°00000000p00000000000000000000p0000g
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PÁGINA MISIONAL
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DEL PIALIMY
El Ilustrísimo Padre Inocencio López escribe desde Bahía al P. G. V.
con fecha 4 de agosto, entre otras
cosas: «Llegados aquí hace hoy quince
días se nos dijo que el Arzobispo de
Marañón estaba en Río; y efectivamenie, preguntándole yo qué había
sobre el Concilio convocado para el
10 de éste, me respondió que no podría celebrarse. Hubiéramos vuelto de
nuevo a San Raimundo para continuar
la visita, a no ser por un asunto pendiente aquí en la aduana... Espero
con ansiedad noticias de ahí. Estos
días recibí aquí, gracias a la amabilidad del Sr. Administrador de Correos, cuatro . cartas de España. Por
ellas me entero un poco de lo ocurrido y de lo de Málaga; ¡pobrecitas hermanas nuestras! ¡Qué horror!
De Roma poco sabemos también,
y como los correos tardan tanto es
una prueba que pasamos. Por «El
Debate» que llegó a los Padres del
Corazón de María (del 27 de junio al
10 de julio) nos hemos enterado de
los últimos sucesos. Les compadece,
r ecuerda y abraza a todos con saludos._ »
Por su parte, el Padre Francisco
F reiría escribe desde San Raimundo
el 27 de julio al Padre Gilabert. «Excuso decirle el grandísimo dolor que
nos causa a los Padres españoles de
e sta, la inmensa desgracia que cayó
sobre nuestra querida patria. Aquí
llegan las noticias por periódicos de
esta tierra muy exageradas, por cartas de esa atrasadisimas, y así no
sabemos a punto fijo si estais con el
agua al cuello o ya dispersos. Parece
mentira que cuatro bárbaros y fanáticos se hayan apoderado de la nación.
Parece cumplirse aquello de: los hijos
de las tinieblas son más listos que
los hijos de la luz.
Por ésta, en otro sentido, lo hemos
pasado bastante triste. En pocos días
sucumbieron de fiebre amarilla, o
fiebre maligna, según algunos, el Padre Nolasco y el Padre Leandro, que
vino de Buen Jesús a saludar al Señor
Obispo, y un compañero argentino,
lego, murió poco después de fiebre
ética y paludismo. Son tres que nos
causaron grande vacío y unos gastecillos regulares, como que estamos
casi a cero.
Parece que no quieren establecer
casa en Rio Janeiro, no sé si los de
Roma o los de esa. En todas partes
los frailes y monjas tropiezan con inconvenientes en las fundaciones, pero
me parece que en Río Janeiro no son
muy grandes los achaques que pue
den presentarse. Desde luego se cuenta con el decidido apoyo del Señor
Cardenal, incluso financiero, y los Padres gallegos, por saber casi la lengua,
serían desde luego un buen elemento.
344
Escribí a esa, a las monjas y a
alguno más, y no recibo consuelo
ninguno. No me extraña dada la anormalidad de ahí. Aquí exhorté al pueblo a pedir al Señor por España, y en
verdad que muestran sentir nuestra
desgracia... Adiós Padre, salude a
todos muy cariñosamente. ¡Ojalá que
pase la tempestad! Fr. Francisco F.»
Esperamos que nuestros Padres se
habrán tranquilizado ya algo en lo
referente a nosotros. La Santísima
Virgen vela por España, y todo lo que
suceda será para nuestro mayor bien,
— 345 —
para purificamos, hacernos más valerosos y serenos y darnos ocasión
de merecer.
Colecta para las misiones del
Piauhy
Pesetas.
Mr. Michel Even, Terciario
de la Merced, 250 francos.
Un devoto para dos bautizos Para la misión TOTAL 109,00
20,00
8,15
137,15
UNA AMBICION Y UN TESORO
En este momento estoy leyendo un
artículo, donde se ataca descaradamente a las Ordenes Religiosas; de
manera especial a los mercedarios.
Dice el articulista señor L. Pur, que
«no saben los españoles los gastos
que ocasionan a la nación las casas
mercedarias, después de no servir
nada más que para estorbo».
Muy bien, señor L. Pur; desde las
columnas de LA MERCED (que tanta
molestia le causa) le voy a demostrar
lo poco que cuesta hablar bien y sobre
todo justamente.
La Orden «frailuna» de la Merced,
ni ha «estorbado nunca» ni estorba en
ningún momento. Grandes beneficios
reporta a España en toda su extensión, «no ocasionando gastos al Estado». Lo verá usted.
Ellos fueron con Cristóbal Colón
al descubrimiento de América, no con
el afán de acumular riquezas, sino
con el piadoso fin de llevar la luz del
Evangelio a las tierras que más temprano o más tarde habían de descubrirse.
Ellos fueron también los que dieron
su sangre por libertar los cautivos
que gemían en las negras mazmorras
africanas; bien acertado estuvo aquel
escritor que dijo: «Un rey, médula de
nuestra historia, Don Jaime I el Conquistador, que ensanchó el patrio
solar, restando poder al agareno,
funda la orden de frailes rescatadores
de los cautivös que gimen en esclavitud, bajo el poder agareno».
¿Se va enterando el señor L. Pur
quiénes son los frailes mercedarios?
Pues son más los beneficios reportados a nuestra Patria.
¿Dice usted que «no sirven para
nada»? Yo le demostraré todo lo
contrario.
Los mercedarios desde su fundación, forman en el campo de las letras,
ciencias y artes una pléyade gloriosa
donde están guardados los nombres
i mborrables de los hombres más cultos de la Historia de España.
¿Quién tan célebre poeta y autor
dramático como Fr. Gabriel Téllez
(Tirso de Molina) y tantos otros que
sería imposible describir en siete tomos?
En los conventos de Castilla encontrará usted a poetas inspirados como
Fr. José S. Crespo; críticos literarios
como Fr. Manuel Sancho, Gumersindo Placer; historiadores, químicos,
etc., etc.
Y a medida que pasamos y repasamos la historia, más floreciente hallaremos a la Merced.
También verá usted las cátedras
desiertas que esperan a los mercedar ios que han de ocuparlas.
Es decir, en todo tiempo la Orden
de la Merced lleva en su historial a
través de los siglos, en la raza hisPana (y no hispana) una serie de
hombres célebres que honra en todo
momento el pueblo español, aunque a
usted no le parezca bien.
Creo se irá enterando el señor
L, Pur. ¿No conoce usted a los frailes
m ercedarios que cultivan brillantemente las letras...?
Pues si no los conoce, todos los
meses puede usted ver sus trabajos
que vienen publicados en esta Revista,
con mejor suerte y de más provecho
que su melodioso artículo.
¿Ve usted cómo en pocas palabras
le voy explicando uno de los trozos
más hermosos que la historia mercedaria tiene en España? ¿Verdad que
no estorban tanto como usted dice?
***
Consta también en el mencionado
artículo lo »ambiciosos que son estos
frailes, no desean más que acumular
riquezas y tesoros»; no me extraña
nada que el señor L. Pur diga eso.
¿Pero dónde están esos conventos
señoriales portadores de tanta riqueza? ¿Dónde esos tesoros escondidos,
que yo no los veo?... Sí, teneis razón
en todo lo que decís...
Los mercedarios tienen muchas
riquezas; lo demuestran sus conventos en ruinas, restaurados por estos
piadosos religiosos a costa de grandes sacrificios.
«Conventos señoriales »... ¡Qué injuria!
«Acumuladores de riquezas» ¡Calumnia... y más que calumnia!
¡Frailes mercedarios, abrid las
puertas de vuestros conventos de par
en par! ¡Dejad a los envidiosos que
vean esas joyas... esos tesoros que
dicen teneis escondidos!... Dejadlos
entrar; al menos encontrarán las tumbas gloriosas de aquellos frailes que
tanto sudaron para restaurar conven
tos... ¡Dejadlos que entren y vean...
esas tumbas mercedarias, llenas de
sabios y santos!
Aguas que retratais la hermosura
de los conventos.., de ese convento
de Poyo que encierra nuestros ensue-
- 347 -
- 546 tios, ¡dad un «chapuzón» a la inteligencia de estos hombres, para ver si
así comprenden los trabajos y sacrificios que cuesta la restauración de los
conventos mercedarios!
***
Vea el señor L. Pur y demás (correligionarios» cuán hermosa y sencilla
es la verdad.
Los frailes mercedarios no tienen
más que «una ambición y un tesoro».
Ambición de traer hacia su redil a
las almas de los que no conocen al
Señor... Y el tesoro... ese tesoro que
decís, no está «escondido» para nadie:
es el REINO DE LOS CIELOS.
ANGEL SANTAMARÍA
Ex Postulante de Poyo.
Herrera del Río Pisuerga, agosto
1931.
¡NADA!
Todas las Marias del Sagrario de
N... rivalizaban en ofrecer al Amo,
que por su amor sufría abandonos y
ultrajes, viviendo entre cuatro tablas
apolilladas, cuanto El las había dado
generosamente con mano pródiga y
paternal. Una, adquiría a costa del
oro que El la regalara, flores, luces y
ornamentos para sus altares; otra, le
consagraba su arte arrancando al
órgano devotas melodías, a las que
se mezclaba la hermosa voz con que
el mismo generoso Señor la dotara;
mientras aquélla, desplegando sus
conocimientos pictóricos, decoraba y
embellecía la morada del Rey del
Cielo.
Solamente la pobre María Jesús,
que no poseía ni riquezas, ni talento,
ni voz, ni arte, buscaba en el fondo
de su alma algo que poder ofrecer al
Amo bendito a quien amaba con todo
su corazón.
Y mientras el templo resplandecía
de luces, las flores embalsamaban el
ambiente, y torrentes de armonía llenaban su ancho ámbito, en el que las
dulces voces de las jóvenes, llenas
de mística unción, se elevaban cual
cánticos seráficos que, envueltos entre las nubes del incienso, llegaban
al trono del Altísimo, María Jesús
prosternada al pie del Sagrario, buscaba, según he dicho, en el fondo de
su pobre alma, algo que ofrecer al
Amo, a aquel Amo tan bueno, tan
grande, tan amoroso, que no se desdeñaba bajar a ella diariamente, para
alimento de su alma, continuamente
para ser su consuelo, su fortaleza,
su felicidad, su todo.
Y en su humilde súplica, María Je-
lepreguntaba /,qué podría ofresl;
ce sr le?
Y como si desde su trono de la
tierra, el Rey del Cielo, lleno de
amor por su pobre adoradora, quisiera
contestar a su plegaria, María Jesús
oyó muy quedito, en el fondo de su
alma, una voz dulcísima, aquella
mistna voz que hace veinte siglos
mandaba ver a los ciegos, andar a
los paralíticos, resucitar a los muertos, que la decía:
—¡Ofréceme tu nada!
¡Su nada! Una luz vivísima, radiante, inundó el espíritu de María
Jesús: ¡Su nada! Esto era, en realidad, lo único que podía ofrecerle de
suyo al Autor de la Vida, al dador de
todo bien, a Aquel que reparte dones
y gracias, talento y belleza, arte y
riqueza; el Amo, en una palabra.
Y feliz con no poseer más que
aquella nada, que hacía más inmensa
aún la magnanimidad divina al descender hasta ella, anonadada, llena
el alma de celestial arrobamiento,
perdida en aquel caos de amor, anegada en aquel mar de dulzuras Inc
fables, María Jesús, mientras sus
compañeras ofrendaban al Señor
aquellos dones que El las prestara,
depositaba al pie de su prisión de
amor lo único que era suyo, realmente suyo, su nada, aceptada con
amor, con alegría, con reconocimiento; su nada, que hacía aparecer ante
sus ojos deslumbrados, más inmensa
la grandeza y omnipotencia del
Creador.
I. G. HERREROS
7'. M.
,Que PASA EN ESPAÑA?
i
(CON TODO SECRETO)"
He leído y oído no pocos diagnósticos de la enfermedad que padece
España.
Los pareceres son casi tantos como
l os mMicos y las recetas tantas como
los pareceres.
Unos opinan que la tiranía es la
c ausa de nuestros males y que en
t eniendo libertad seremos felices. En
verdad que la experiencia no confirma
ese diagnóstico, antes la libertad
empeoró nuestra situación y amenaza
acabar con nosotros, si Dios no lo
remedia.
Para dar libertad soltamos hasta a
los presos de derecho común en las
primeras horas de la República, y el
ministro de la Gobernación asegura
que ellos colaboraron al mantenimiento del orden público en la forma que
— 348 —
todos sabemos. No cabía esperar otra
cosa.
Salimos de una Dictadura y estamos
en otra más fuerte, aunque menos
eficaz. Besteiro, el presidente de la
Cámara y uno de los jefes del socialismo, dijo que la dictadura del proletariado sería mucho peor que la
burguesa. Sus razones tendrá.
Otros afirman que es la ignorancia
el origen de la inquietud que padecemos, y que si hubiera muchas escuelas esto sería una balsa de aceite.
Pero ¿no han ido a la escuela los que
más revuelven y gritan? ¿Para qué les
ha servido? Para leer periódicos beocios que les llenaron la cabeza de
ideas disparatadas y el corazón de
esperanzas locas. Esos constituyen
un peligro más grave que los analfabetos, o tan grave por lo menos.
La mala organización social tiene,
según otros, la culpa de nuestro desasosiego. No negaré que haya bastante de eso, pero nuestra organización no es peor que la de otras naciones y en conjunto es más cristiana
que la de todos los países no católicos.
En España trabajamos todos, ricos
y pobres, altos y bajos, y la desigualdad de vida es mucho menor de lo
que juzgan los envidiosos. Yo conozco el nivel de que disfrutan bastantes
familias poderosas y puedo testificar
que trabajan más que otras de la clase
media y baja y disfrutan quizá menos
que ellas. Claro está que el dirigir un
negocio o varias fábricas no es trabajo para los tontos, pero los que lo
han probado saben cuánto desvela y
envejece a los que lo hacen.
Sucede con esto algo parecido a lo
que los mismos beocios creen y propalan de los frailes: Que disponen de
millones sin número y que se dan la
gran vida... ¡Ya lo creo! Díganlo si no
nuestros hábitos raídos y remendados,
nuestros zapatos veteranos, nuestros
billetes de tercera clase y nuestras
patatas con bacalao (cuando lo hay).
¿Que tenemos un poco más éxito que
los envidiosos en la enseñanza y en
otras cosas? Es de suponer que algún
esfuerzo nos costará. Seguramente
que si los en vidiosos en vez de
pasarse las horas muertas en el café
y en el cine trabajaran más y gastaran
menos, andarían bastante mejor.
No niego que en todas las clases
sociales haya unos cuantos vivos,
aprovechados o pillos que saben sacar a la vida más jugo que los demás,
pero no creo que ese tipo sea más
frecuente en España que en otras
partes.
En general, sostengo lo que siempre
dije: España es un pueblo fundamentalmente cristiano, creyente y practicante de las leyes de Jesucristo, y aun
muchos que no rezan, o rezan poco,
poseen importantísimos elementos de
gran valor espiritual.
Un párroco se me quejaba de que
sus feligreses faltaban a misa con
frecuencia, y sin embargo —añadía—
son honrados, trabajadores, buenos
esposos y buenos padres de familia.
—Pues bien—repliqué yo—; lo que
debe usted hacer es decirles eso mismo: Sois cristianos, aunque a veces
no lo parezcáis; vuestra conducta es
fundamentalmente buena; sois hombres honrados, trabajadores... ¿Vais
— 349 —
a condenaros por no oir misa? Espero
que no, y pues hacéis lo más, no os
iréis al infierno por un poco de abandono.
—Lo malo sería—continué — que tuviera usted que decirles: Es verdad
que venís a misa, pero sois un hato
de ladrones, sinvergüenzas, holgazanes, borrachos... ¡Esto sí que sería
difícil de remediar!
Pero alguien me replicará: Si en
España hay tanto bueno. ¿cómo han
llegado las cosas al estado que vemos
y lamentarnos?
A esto guardo yo también mi contestación y diagnóstico, fruto de larga
y paciente observación y de no pocas
discusiones con los doctores.
Lo que padece España es una invasión general de cobardía en todas las
clases sociales, en la derecha como
en la izquierda, salvo unos centenares
de desalmados que se sienten matones
por el encogimiento de los demás.
Muchos que debían dar ejemplo de
decisión y arrojo, lo dieron de miedo
incoercible. ¿Es que su cristianismo
no era sincero? Sería una atrocidad
suponerlo. Son católicos y muy católicos, y aun buenos sacerdotes o religiosos, pero de una cobardía vergonzosa.
Y cuando así son los directores, no
cabe esperar que los demás sean
héroes. Yo tuve que organizar una
ronda para vigilar una iglesia en días
de peligro, y quedé apenado del
corto número de hombres con que
Pude contar. Aun algunos de los que
me parecían decididos, se negaron a
acompañarme. A otros, ni siquiera me
atreví a proponérselo,
Esta debilidad y encogimiento, es
la que hace que la gente se encierre
en casa ante un amago de huelga y
que las autoridades encuentren escaso
apoyo en el vecindario.
Y no hablo de los que al estallar la
revolución huyeron al extranjero, dejando sus intereses y la Patria en las
astas del toro. El ministro de Hacienda, Prieto, que algo debe saber acerca del asunto, afirma que entre los
fugitivos se encuentran muchas gentes de la izquierda y aun de la extrema
izquierda. Los que siempre habían
suspirado por la República, al verla
venir echaron a correr,
¿Vamos a averiguar el origen de la
cobardía? Algunos podrán cantar resignados como cierto personaje de
sainete:
Nací así cobarde y flojo,
co rno pude nacer manco,
sordo-mudo, ciego o cojo.
Pero aun en esos, el miedo se ha
agravado con los muchos años de
paz y seguridad. En general, todos
los ciudadanos reciben una educación
pacifista que encaja mal en las circunstancias actuales. Querámoslo o
no, vivimos en guerra y ella será
nuestro ambiente durante muchos
años.
Hay que preparar a los niños para
la lucha y hacerles perder el miedo a
la pupa, que hoy consideran como el
peor de los males. Los estudiantes
alemanes antes de la guerra se hacían
grandes costurones en la cara, que
fueran su certificado de valentía. Eso
es ridículo, pero indica la estima en
que se tenía a los arriesgados.
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- 350 —
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En España como en todas las naciones, corremos el peligro de que un
centenar de audaces se apoderen del
Gobierno, imponiéndonos una dictadura sangrienta como la de Rusia.
Que aspiran a ello en todas partes, no
cabe la menor duda. Sólo falta que los
demás nos sometamos.
Y los que pretenden esclavizarnos
estiman muy poco los votos, fiándolo
todo a la coacción. Mucho de eso
hemos tenido ya en las últimas elecciones y aún se quejan de que hubo
demasiada libertad. En las Cortes se
dijo con el mayor cinismo que el
Gobierno debió impedir que salieran
diputados católicos, corno se impidió
la propaganda monárquica.
Es preciso que la gente de orden
sepa dar la cara a esos desaprensivos,
aceptando la discusión de palabra y
de obra cuando sea preciso. Felizmente la reacción se ha iniciado vigorosamente, y son ya muchos los
que opinan que pasa de la raya. Claro
es que de esa opinión son los apaleados. Los que en los primeros días de
la revuelta asesinaron a un obrero
católico en Vergara y a varias manifestantes en Tudela, juzgan que los
católicos vasco navarros (que no han
asesinado a nadie), son unos provocadores. ¡Más vale así!
Debemos convencer a los gobier-
nos que somos mucho mejores para
aliados que para enemigos. Y eso
aunque luego envíen una comisión
investigadora. Ella dará testimonio de
que no se juega impunemente con
ciudadanos pacíficos, pero decididos
a defenderse. Felizmente esa actitud
va siendo ya general y servirá para
que los matones se tienten la ropa.
Para obtener de nuestros jóvenes
un temperamento sereno, debemos
acostumbrarles a los juegos donde el
esfuerzo se desarrolla, aunque haya
algunos trompazos y contusiones.
Todo es útil.
No debe contrariarse tampoco su
afición a las ascensiones alpinas,
aunque alguna vez rueden por los
barrancos. Afortunadamente, su sangre nueva repara inmediatamente las
quiebras que pueda haber.
Y a este propósito tengo que consignar un contraste poco honroso:
Los Pirineos están llenos de jóvenes
que escalan aquellas alturas, acompañados y dirigidos muchas veces
por sacerdotes y frailes. Pero unos y
otros son franceses, aun los que emprenden la ascensión por el lado de
España.
Los españoles, se contentan con
mirarlos.
FRAY AMADOR DE LA VERDAD
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El Beato Pedro de Amer, IV General t 1301
Gobernó la Orden durante treinta
años, ejerciendo en ella influencia saludable que contribuyó a fijar su carácter. Antes de ser elegido para el
cargo supremo había ejercido con lucimiento otros inferiores. El 4 de enero de 1268 era Comendador de Sarrión en la actual provincia de Teruel
y como tal asistió al capítulo general
del Puig (1).
El 1.° de diciembre de 1270 estaba
vacante el generalato y a principios
del año siguiente debió ser elegido
Maestre Fray Pedro de Amer, que en
el verano actúa ya corno General.
A su lado figura desde entonces
como Prior general dirigiendo en lo
espiritual a los mercedarios el P. Guillermo de Isona, que al principio era
Comendador del Puig y después de
1290 ocupó /a encomienda de Barcelona, sobreviviendo más de cuatro
años al General.
La obra principal de Fray Amer fue
la compilación de nuestras primitivas
constituciones formadas en los capítulos generales que se celebraban
anualmente y con los mandatos de los
maestres sancionados por los mismos capítulos.
Así lo afirma el mismo Fray Pedro
en el prólogo, «Visitadas todas las
casas de nuestra Orden, vistas mu(1) A. 1-1. N. Clero, leg. 2.O43.
chas de las necesidades y cuitas de la
Orden y vistas y recogidas todas las
constituciones hechas por los antecesores nuestros maestres generales,
quitadas algunas interamente, enmendadas otras y otras hechas de nuevo,
a honor de Dios y de la Virgen María
su Madre y para señoría perdurable y
utilidad de la Orden y para la cuidadosa y ansiada liberación de los cautivos...» las promulgó en el capítulo
general de Barcelona en 1. 0 de mayo
de 1272.
Ya en el prólogo muestra el General su fervoroso espíritu comparando
la redención de cautivos con la del
género humano hecha por Jesucristo
y exigiendo que «para seguir y llevar
a cabo esta obra de misericordia y
para visitar y libertar a los cristianos
del poder de los enemigos de la Orden
de Cristo, como hijos de verdadera
obediencia alegremente estén preparados en todo tiempo todos los frailes
de aquesta Orden, si menester es, a
poner su vida corno Jesucristo la puso
por nosotros».
Con razón nuestro insigne P. Zumel
califica de religiosisimo y eximio en
el gobierno de la religión, al autor de
estas palabras. A ellas correspondieron las obras, pues durante su gobierno la Orden trabajó con afán extendiendo su radio de acción considerablemente.
—
En Castilla se fundaron las casas
de Burgos, Valladolid, Medina del
Campo y Toledo, mencionadas por
vez primera en la bula de 1291. En la
iglesia de Santa Catalina, extramuros
de Toledo, en el camino de la puerta
de Bisagra, celebró Fray Pedro de
Amer el capítulo general de 1294 (1).
Se adquirió también casa en Jaén,
que como la mayor parte de las otras
debía servir de centro para recoger
limosnas. En Francia se dió a la Orden la importante casa de Maleville en
la diócesis de Rodez con importantes
bienes. Alfonso III de Aragón nos
concedió también heredades en Menorca re cién conquistada por él,
aunque las casas allí establecidas fueron efímeras.
Entre 1291 y 1299 se fundaron también las dos primeras casas en Navarra, una en Sangüesa con iglesia y
otra en Pamplona sin ella, pero con
bienes cuantiosos.
Fúndanse también por estos años
los conventos de Logroño, Soria,
Almazán y Toro, y se adquiere la
iglesia de San Juan en Fuentidueña,
del obispado de Segovia, y la de Santa Victoria en la ciudad portuguesa de
Beja. Finalmente en 1300 la infanta
D.' Isabel, hija de Sancho el Bravo,
nos dió la casa de San Antolín, extramuros de Guadalajara.
En resumen, la Merced tenía al finalizar el siglo XIII 57 casas con 26
iglesias y unos 200 religiosos, que
merecieron por su abnegación grandes elogios de los papas y los reyes.
Los mercedarios eran poco nume(1) A. C. A. Monacales, 2.681, fol. 38.
-
552 —
rosos, porque la perspectiva de ir a
meterse entre los moros arredraba a
los menos decididos. Los peligros
eran gravísimos aunque el redentor
no tuviera que dar su libertad por el
cautivo. Cuando este trance llegaba
solían flaquear aun los más valientes,
como demuestran sus cartas amargas halladas en varios archivos.
Cuando después de la muerte de
Fray Amer se trató de hacer General
a un sacerdote, la ciudad de Segorbe
escribió al Papa diciendo que tal cambio no procedía, «pues la redencion
de cautivos no se puede ejercer tan
comodamente por los frailes clérigos
como por los legos, por el impedimento de las órdenes sagradas...
pues tienen que hacer uso de las
armas y algunas veces tomar parte en
hechos enormes impropios de la profesion de clérigos (1).
Esto quiere decir que los conflictos
con los moros se decidían muchas
veces a cintarazos; los clérigos supieron arreglarlos después con mejores
razones sin excluir algunos mojicones
que gozaron siempre de gran prestigio entre los africanos.
Varios documentos de este tiempo
y sobre todo una sentencia del concilio provincial de Tarragona en 1311
(2), demuestran que era costumbre
hacer redención todos los años, con
lo cual dicho se está que no podían
ser muy numerosas.
En la de 1296 fueron detenidos los
redentores en Málaga, por lo que el
General acudió al Rey de Aragón que
(1) Ribera: Centuria, pág. 199.
(2) Ibid. 116.
55
Presentó una reclamación al de Granada (1). En diciembre de 1297 estaban de vuelta los redentores que habían rescatado al alcaide del castillo
de Pontes, pero quedaban allá su
mujer e hijos cuya libertad reclama
ron asignadas para los gastos del
magisterio, según afirma un documento. Son muchos los que otorgó
durante su gobierno en aquella población, que visitaba con frecuencia residiendo en ella largas temporadas (1).
Sepulcro de Fray Pedro de Amer, en el Puig.
(La nariz y ojos están destrozados en el original.)
Jaime II, por haber sido cautivados en
violación de los tratados.
En mayo de 1300 se disponían los
mercedarios a volver a Granada llevando recomendaciones apremiantes
del mismo Rey (2).
Desde 1273 el General se encargó
de la encomienda de Játiba que tenía
Fray Bernardo de San Román y a la
que estaba aneja la administración de
c uantiosos bienes cuyas rentas le fue(1) 'bid. 38
(2) Patronato, 561.
En 1279 lo hallamos en el convento
de Arguines para determinar con
Beltrán de Bellpuig los límites de
Algar que pertenecía a la Orden, con
Torres-Torres propiedad de aquel caballero. Firman la concordia con el
General el Comendador de Arguines
Fray Guillermo Oliver y los definidores Fray Ramón Gualardo, Fray Jaime
Seriti, Fray Ferrer Destorrent y Fray
Pedro de Caldes (2).
(1) Gazulla: Los Mercedarios en Jätiba,
y siguientes.
(2) A. C. A. Monacales, 2.675, fol. 211.
pg.
11
— 354 —
A principios de 1282 estipuló otra
concordia con D. Carroz, señor de
Rebollet, sobre el castillo de este nombre que había pasado a poder de la
Orden, acuerdo confirmado en 1294
por Francisco Carroz en documento
dirigido al General Amer y a su capellán Fray Pedro de Alós (1).
Los Papas confirmaron Iodos los
privilegios de la Orden reforzándolos
con nuevas penas a los infractores, y
el Rey de Castilla Sancho IV nos concedió en 1289 un privilegio casi tan
amplio como los que disfrutábamos en
Aragón (2).
Honraron este generalato la santidad y glorioso martirio de San Pedro
Armengol y San Pedro Pascual, muerto éste en la cárcel de Granada el 6
de diciembre de 1300.
El Prior de Barcelona P. Isona tuvo
desde 1298 graves disgustos con el
párroco de San Justo, en cuyo término
estaba la Merced. El párroco pretendía cobrar de los mercedarios extraordinarios derechos, incluso de la
redención, lo que era una enormidad.
Después de largas diligencias y apelaciones sometieron el pleito al Obispo
electo de Barcelona Pons de Gualba,
que dió sentencia el 26 de febrero de
1301. Pero en marzo amplió las facultades de los mercedarios, lo que fue
(1) Centuria, 167 y 170.
(2) La Merced de 190, pág. 297.
00000000p00000nno.30000000000000000oo.....uu"000000.ou00000.n0000000u.0000000r•ono0°0°u0.2000000000 0
ocasión de que el párroco se alzara
de nuevo, continuando el litigio hasta
1307 (1).
El General no llegó a ver el fin, y
probablemente con la ilusión de que
la paz quedaba asegurada, falleció
santamente en el Puig el 8 de junio de
1301. Su cuerpo está levantado del
suelo en una urna cubierta por la estatua yacente que reproducimos y este
epitafio: Año del Señor MCCCI,-seis
días antes de los idus de Junio murió
Fray Pedro de Amer maestre general
de toda la Orden de Sta. Maria de la
Merced de los cautivos, cuya alma
descanse en paz.
Los cronistas de la Orden le llaman
beato y santo.
El Rvdruo. Guimerán escribía en
1591 que «algunas antiguas memorias
le llaman santo con título que le dan de
bienaventurado Fray Pedro de Amerio», y afirma que recibió el hábito de
manos de San Pedro Nolasco y que
fue grande imitador de sus virtudes,
especialmente de su humildad y caridad (2).
En el altar mayor del Puig está su
imagen entre las de otros santos de
la Orden, obra del siglo XVI, según
el P. Serratosa.
FR. GUILLERMO VÁZQUEZ
(I) A. C. A. Monacales, 2.679, fol. 62.
(2) Breve historia, pág. 196.
HIMIHMIIMMIHMHIM
EL ATRASO DE LOS SEMINARIOS
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A mi amigo D. X.
Querido amigo: En los mítines, en
el Congreso y hasta en notas minist eriales se ha hablado mucho de la
defectuosa formación del Clero, incluso en Comillas. Desea usted saber lo
que yo pienso sobre ello y voy a
complacerle.
He advertido en primer lugar que
ninguno de los discurseantes dijo una
Palabra de la formación de los frailes,
a los que unas veces llamaron harap ientos y otras millonarios.
Creo que se van enterando de que
los frailes se ríen de la Universidad y
de la preparación que ella da. La orden más pobre y desarrapada (que es
la de la Merced) da a su personal una
f ormación bastante superior a la que
Pueden sacar de la Universidad la
generalidad de los alumnos.
Como esto se ve y se palpa no nec esitamos insistir en ello, aunque es
de estimar que los señores del margen
se vayan enterando. Alguno de ellos
Confesó que sus allegados le tienen
Por analfabeto, a pesar Je su título de
a bogado y de su brillante historial de
Periodista. No entro ni salgo en ese
Pleito.
Concretándonos, pues, a los Semin arios, puedo afirmar que, a pesar
de la escasez de recursos, en ellos se
h acen bastante bien los estudios fundamentales.
En Humanidades y Filosofía (que
co rresponden al Bachillerato) se es-
tudian bien dos cosas, a saber: Latín
y Filosofía.
A este propósito recuerdo que hace
pocas semanas asistimos usted y yo
a la recepción en la Academia de la
Historia de nuestro amigo D. Angel
González Palencia.
Contestóle su maestro y mío el ilustre Asin, y explicando cómo triunfó el
nuevo académico, dijo aproximadamente estas palabras: González Palencia traía del Seminario de Cuenca
al llegar a la Universidad una formación humanística y filosófica que se
echa muy de menos en los demás
alumnos. Así pudo acometer sin dificultad estudios serios.
Que esto encierra una gran verdad
lo sabe usted demasiado, por su desgracia. A pesar de su talento y aplicación, usted no sabe latín ni entiende
una palabra de Filosofía, aunque ello
le desespere y haga maldecir a los
que tan mal le formaron.
Fuera de esos estudios fundamentales, preciso es confesarlo, ni el Instituto, ni el Seminario, hacen cosa
mayor: nociones de Geografía e Historia, Matemáticas, Física.., para ir
viviendo.
En muchos Seminarios, sin embargo, se estudia regularmente el griego,
de que no hay noticia en el Instituto,
y que es una de las causas de su inferioridad con respecto al Liceo francés.
Las Humanidades y Filosofía ocu-
Onononcommoopommonommonoopoommommoommomm0000poommonoommoopooctornooco
— 556 —
pan además siete años, mientras el
Bachillerato dura sólo seis en España,
contra lo que sucede en toda Europa.
Comparados, por tanto, los estudios preparatorios del Instituto y del
Seminario, la ventaja está indudablemente en favor del Clero.
Veamos ahora si en los de Facultad
se cambian los términos.
En los Seminarios se estudia Teolcyja dogmática y moral, Derecho canónico, Historia eclesiástica, Sagrada
Escritura, Lenguas bíblicas...
En la Universidad, Derecho, Medicina, Filosofía y Letras, Ciencias,
Fartylacia...
La duración de la licenciatura en
estas Facultades varía de cuatro a
siete años. Cuatro es también el mínimum en los Seminarios, aunque
suelen exigir seis.
Yo conozco a fondo la cabeza de
muchos Sacerdotes y veo bastante
claro lo que hay en la de no pocos
Abogados, Médicos, Catedráticos...
¡,Quiere usted que le diga la verdad?
Pues le aseguro que sólo en una cosa
son inferiores los Sacerdotes a los
otros: en audacia.
El Sacerdote sale tímido, recatado
en lanzar afirmaciones y juicios no
bien comprobados, mientras la generalidad de los universitarios se lanzan
por esos trigos de Dios sin temor y
sin cautela.
Quizá a esa timidez aludía Lerroux
al afirmar que el Seminario castraba
a sus alumnos (y perdone usted que
yo emplee la misma frase del Sr. Ministro de Estado). Tal vez tenga razón
D. Alejandro.
Yo mismo llegué a la Universidad
a
ce
encogidito. En el convento creíamos
ser todos unos pobretes y que la ciencia estaba toda en la Universidad. Al
ver la soltura y el desparpajo de Profesores y alumnos y el vacío que
ocultaban sus palabras, escribí a mis
compañeros riéndome de su candidez
y de la mía.
De no haber visto la Universidad,
creo que me hubiera costado manejar
la pluma. Tal era mi cobardía y es la
de muchos otros formados en el Convento y el Seminario.
Ahora me explico perfectamente
que haya tantos periodistas que trabucan todo lo divino y humano, sin
darse cuenta de que hacen el ridículo
de una manera lamentable Es que así
oyeron hablar y vieron escribir a ciertos señores que pasaban por eminentes y creen que así es la ciencia en el
mundo. ¡Cuánto se equivocan! Piensan reirse de la humanidad y es la
humanidad la que se ríe de ellos.
Aunque los charlatanes abundan en
la tierra, son muchos los hombres
que cuentan y miden sus palabras,
para no decir más que lo que sahen
ser cierto.
En nuestras Universidades abundan
también los Profesores de esta clase,
cuyas manos y pies beso: Menéndez
Pidal, Alemany, Asin, entre los vivos;
Giles, Bonilla, entre los muertos...
Y con esto creo haber dicho claramente cuál es mi opinión, deseando
y pidiendo a Dios que la Universidad,
el Seminario y el Convento mejoren
rápidamente para bien de la Iglesia y
de la Patria, a las que junta en un
amor su afectísimo,
GARCÍA
19.
Al Polo en submarino
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Oulacromm0000poopooci0000mpoommomommoctuaooL000p000puoc0000u00000omm0000000LO
El año 1926 apareció el libro de
Poäld Amundsen, intitulado «Al Polo
Norte en avión», en que narra las peripecias y algunas enseñanzas de
aquel viaje. ¡El primer viaje en avión!
Este año quedará también grabado
en los anales polares por la tentativa
de George Hubert Wilkins y demás
compañeros que a él se dirigen en
submarino.
No es nuevo el deseo de ir al Polo
Norte en submarino, aunque hasta
ahora no fuese posible su realización;
¿pero existe un fundamento racional
que permita la esperanza de un resultado feliz?
Los animados exploradores creen
que sí, y confian en su pericia de marinos y aventureros.
El Polo Norte es un mar, en su mayor extensión, y no poco profundo.
Amundsen encontró fondos de 3.750
metros a los 88° de latitud, y dice:
« Cuando realizamos el descenso, la
vista llegaba hasta los 88° 30' de latitud. Ninguna tierra era entonces visible. Esta observación, relacionada
con las de Peary, y con el sondaje
que acabamos de obtener, indica que,
según toda verosimilitud, no existe
isla alguna en el sector noruego del
Océano Polar» (1).
El Polo Norte, pues, es un occéano
l leno de bancos de hielo, y se ha calculado que la profundidad máxima de
r stos témpanos no pasa de 40 a 60
(1) Lib. cit. Barcelona 1926 pág. 73.
metros; así que, muy fácilmente, el
submarino al verse frente a ellos pasará sumergido bajo el témpano y
saldrá en la primera laguna que encuentre, que son frecuentísimas, tanto que se supone hará la mayor parte
del viaje en la superficie libre del mar
Polar.
Noticias interesantes nos van a
traer los expedicionarios, pues si la
buena suerte les ayuda, tienen el mejor espíritu y preparación para estas
campañas. Por algo y aun algos han
anunciado por ahí que harán estudios
magnéticos, geográficos, etc., pero lo
que constituirá el caballo de batalla
serán los metereológicos.
Hoy figura como última palabra en
la materia la teoría del frente polar de
Bjerknes, cuya base la clic') la expedición Nansen en los tres años que el
Fram anduvo errante llevado por la
deriva de los hielos y cuya comprobación exige trabajos en el Polo.
Incluso se piensa establecer en las
regiones polares observatorios metereológicos que nos avisarán diariamente del tiempo en las regiones, sede
del anticiclón o aire frío, y su posible
avance hacia nosotros.
El abate Moreux, ilustre director
del Observatorio astronómico de
Bourges, en un artículo publicado en
la Prensa», de Buenos Aires (mayo
de 1931), no cree mucho en el avance
de la Metereología, como resultado
de la expedición polar. He aquí sus
palabras: «No, hay que decirlo con
claridad, no es la expedición submarina del «Nautilus» lo que nos dará la
clave de nuestra metereología, que
depende por completo del sol. Lo que
se necesitaría es estudiar las leyes
que rigen la dinámica de los flúidos y
aplicarla en seguida a un estudio de
la circulación de los gases en nuestra
atmósfera. Labor complicada, delicada, cuyas primeras nociones se nos
escaparán durante mucho tiempo».
«Si se entiende por Metereología la
ciencia que prevé el tiempo que ha de
hacer, podemos decir sin temor alguno que esta ciencia no existe actualmente, y es quizá por esta razón por
la que apasiona tanto la Metereolo-
gía».
Estas palabras del ab e Moreux,
no son más que la repetición de sus
ideas expuest as en varios libros.
Cue ta Amundsen en el libro citao que estando en su campamento
polar a los 88° de latitud vió una foca,
y se extrañó sobremanera, pues no
esperaba tales acompañantes en aquellos lugares. El submarino puede hacer estudios detenidos e interesantes
de los fondos polares, por la recogida de lodos y su examen; en esto tiene un gran campo.
No es un misterio la variación de
los Polos de la tierra en épocas geológicas, disfrutando entonces los lugares, hoy ocupados por los hielos,
de una temperatura cálida; el hallazgo
de bancos de coral en la punta Barrow,
a 82° de latitud boreal, lo confirma,
así como los yacimientos de coníferas que, convertidas en carbón, se
explotan hoy en Spitzberg. Por lo que
a las isletas coralinas se refiere, son
producidas por animales marinos, y
necesitan tanto calor, que no pueden
vivir sino en los mares cuya temperatura en la superficie no baje de los 200.
Hoy la media del Polo en verano es
de 0°.
Esperemos, pues, con ansia las notas de la expedición del «Nautilus»,
que estudiará la fauna y flora de lo
fondos polares y nos dará sob re ello
noticias hoy desconocid s. Este es el
campo en que pu de hacer labor más
segura y fr uctuosa, así corno intere-
sant
Mientras tanto, roguemos al Señor,
que tantas maravillas ha creado, proteja a los expedicionarios y los salve
de la catástrofe, pues las dificultades
que han de afrontar son innumerables.
A los amantes del sport, el lado
aventurero de la expedición, quizá sea
el que más les interese. A mí no,
aunque sin desconocer lo emocional
y sensiblero del asunto.
De Riiser-Larsen, piloto del N. 24,
en que fué Amundsen al Polo, dice
que a causa del racionamiento de los
alimentos en las seis semanas que
allí estuvieron, antes de poder realizar el vuelo de regreso, la corbata,
que le apretaba al salir, le daba dos
vueltas ahora al cuello y aún le sobraba algo.
Esperemos a ver cómo llegan nues
tros valientes tripulantes del «Nauti-
lus».
GEORG
NOTICIAS \K
MAD ID
La ilustre y apostólica Archicofradía de
! a Merced, establecida actualmente en la
P a rroquia de San Millán, se prepara a
c elebrar con la posible solemnidad el seg un do centenario de su fundación, en
1731, en el próximo convento, casa gener alicia de la Merced, de la plaza del Prog reso, derruido hace pronto cien añ as. La
fu ndación fue debida al celo del Re.verendísimo P. José Mezquia, luego Obispo de
S olsona, movido por curiosas circunstancias que habían alejado de nuestra iglesia
Otra Cofradía que antes la llenaba con sus
cultos.
Aunque están ausentes muchas de las
Personas de la nobleza que forman tan
fe rvorosa Hermandad, esperamos que las
fiestas seráa un éxito. Para conseguirlo,
Pone toda su actividad el fervoroso secretar io don Eusebio Engulla, que estuvo a
i nvitar a nuestra Comunidad.
PUERTO RICO
Sabemos que el P. Manuel Cereijo y
SU s acompañantes llegaron sin novedad,
Y que se disponen a trabajar con el ardor
q ue les caracteriza. La prensa del día 4
a nuncia una catástrofe ocasionada por el
de sbordamiento del río de Ponce, donde
Pre cisamente están nuestras casas. ¡Quier a el Señor que los daños no sean muy
graves!
FERROL
• Ha llegado el P. Provincial para acomodar este Colegio a las exigencias del Gobi erno. Nuestra provincia se propone satisfacerlas cumplidamente, haciendo que
8118 estudiantes adquieran los grados acadé micos, aunque ello suponga más gastos que utilidad. Dícese que en adelante
será condición previa para el Magisterio
el haber cursado el bachillerato, lo que
será una gran ventaja si éste se hace seriamente. De todos modos, nuestros estudiantes se pondrán en mayor contacto con
el mundo oficial, cosa que juzgamos provechosa.
BARCELONA
Ha regresado de la América del Sur la
Reverenda Madre Nieves Moulain, Superiora general de la Congregación de Mercedarias de San Gervasio, después de visitar las casas de su Instituto, de cuya
vida y porvenir vuelve muy satisfecha.
GRANADA
También ha estado en el Brasil la Reverenda Madre Araceli Royo, Superiora general de la Congregación de Hermanas
Mercedarias de la Caridad que, además
de visitar las casas allá establecidas, concertó la fundación de otra en el estado de
San Paulo, y recibió invitaciones para
fundar en Costa R i ca y otras Repúblicas.
POYO
Se terminaron los exámenes el día 10 de
agosto, siendo su resultado satisfactorio,
por lo que felicitamos a estudiantes y
maestros, que tan bien han trabajado.
Ei 16 de agosto han ido a ordenarse a
Tuy de presbíteros Fr. Carlos Silva y
Fray Francisco Refié; de diácono, Fr. José
Crespo; de subdiácono, Fr. Vicente Alvarez. Mi enhorabuena cordial y un abrazo.
Apenas si hay tiempo libre, y eso que
estamos en vacaciones. Los jóvenes han
preparado un verdadero centón de cantos
polifónicos para honrar a San Ramón
Nonnato, en la Novena que empezó el
día 23.
He aquí algunos que recuerdo:
« Vide Dómine', a tres voces; «Jesu tua
dilectio», a tres voces; « Pars mea», a tres
360
voces; « Tantum ergo » , a cuatro voces;
«Jesu Rex admirabilis), a tres voces. Todos estos de Palestrina. «Ave verum», a
cuatro voces; «Duo Seraphin » , a cuatro
voces; 'Ave María», a cuatro voces, de
Victoria. Figuran además el « Ave verum»
a solo y tres voces, del P. Miguélez, mercedario, y «Tantum ergo » a cuatro voces
del mismo autor, y otros compositores
célebres como Bach, Guerrero, Lotti, Garmendia, O di Lasso, Irruarizaga, y dos
bonitos himnos del P. S-a i áegui, «Imago
Jesu vivida » , a cuatro voces.
30 dz agosto. Fuí al Grove al frente de
una peregrinación: iluevista». El objeto
era asistir a la jura de la bandera que celebró el fervoroso Centro del Grove. Una
hermosa procesión con el Santísimo, que
partió de una capilla y llevamos en triunfo
a la magnífica iglesia. Misa de campaña
en el atrio de e3ta, y al final ja jura.
Indulgencias para el mes de octubrd
Día 23.—San Pedro Pascual, obispo y mártir de la Orden. Absolución
general y otra indulgencia plenaria
visitando la iglesia.
Día 24. Cuarto sábado. Indulgencia plenaria, asistiendo a la misa
de Nuestra Santísima Madre.
¡Benditos actos del jueves que tan SitTI-'
',áticos son al Corazón de Jesús-Hostia, y
tan provechosos a las almas que le aman!
Allí nos encontramos el Centro de Sangenjo, que fué a acompañar en la misa de comunión al del Grove. Pueblo engalanado,
luciendo unos letreros eucarísticos, delicadamente hechos, arcos de triunfo. Todo
eso hubo. Al final, el P. Armengol parafraseó las palabras del Salmista: «Ecce
quam bonum ere». ¡Qué hermoso es ver a
los hermanos juntos en un solo corazón y
una sola alma!
«¡Jueves!», esta es la verdadera fraternidad, que nos amemos como hermanos en
la tierra al lado de Jesús, con quien nos
juntaremos un día para gozar ror siempre.
El 6 da septiembre próximo celebrará su
«Jura» el Centro de Muros. Asistirán Negreiro, Ato y Puerto del Son.
FR. R. SANJURJO
-1-,NECROLOGIA
El 3 del corriente falleció santamente en el convento de mercedarias
de Bilbao, la R. M. Natividad Olivares, a los setenta y tres años de edad
y cincuenta y dos de religión. Desempeñó muchas veces el cargo de
comendadora. R. I. P.
S T—T M A PI 0
PIADOSÍSIMA MADRE DE LA MERCED, ROGAD POR NOSOTROS. — LA VIDA DE DIOS ES AMOR,
Y AMOR DEBE SER LA VIDA CRISTIANA, por Fr. J. G. Castro.—RUMBOS PEDAGÓGICOS, por
Fr. R. Delgado.—ORIGEN DE LA CRISIS ECONÓMICA UNIVERSAL, por Guillaume.—LA TER-
CERA Y CUARTA BIENAVENTURANZAS, por Fr. 5. Solaegui.—A NUESTRA SANTÍSIMA MADRE,
por Fr. S, Crespo.— ¡SIEMPRE ATRASADOS!, por Fr. G. Núñez.—LA VIDA CRISTIANA, por
Fr. N. de Ulloa.—EL MORRIONISMO EN ACCIÓN por 0.—LA ESCUELA ÚNICA, OBLIGATORIA Y
LAICA, por Fr. G. Vázquez.—EL PaIMER CONVENTO DE NUESTROS DESCALZOS, por Llján.-PÁGINA MISIONAL Y COLECTA. — UNA AMBICIÓN Y UN TESORO, por Angel Santamaría.—e„QuA
PASA EN ESPAÑA?, por Fr. Amador de la V.—EL BEATO PEDRO DE AMER, por Fr. G. Vázquez.—EL ATRASO EN LOS SEMINARIOS, por García.—AL POLO NORTE EN SUBMARINO, por
Georg.—NonciAs.—NECROLOGíA.—INDULGENCIAS PARA OCTUBRE.
CON LAS DEBIDAS LICENCIAS
Editorial Católica Toledana, Juan Labrador, 6, teléfono 211.
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