Tft 15 errr, DE SEPTIEMBRE DE 1931 Oisapo äe su Veperable Orkp Cercera y (ofraäías Dirección y Administración: Silva, 39.-Madrid (12).-Teléf. 12803 -<> NÚM. O (Cuadro existente en Poyo.) Piadosisima Madre de la Merced, rogad por nosotros Señora y Madre nuestra: El mes de vuestras Mercedes va a ser este año importante en la historia de España y de la Iglesia española. Y no será decisivo porque son muy Poca cosa los hombres para decidir el porvenir que está en manos de la Providencia. -- 522 — Los bárbaros llaman nuevamente a las puertas de España, pretendiendo aherrojada como en los días de Táric y Maza. Quieren arrasar iglesias, monasterios y hospitales, acabar con la educación cristiana, suplantar el matrimonio católico con bochornosa poligamia, hacer de todos los españoles míseros esclavos de la taifa gobernante... No lograrán su intento, en el que fracasaron las hordas africanas. Vos, Señora, que velásteis por la iglesia visigoda, defendereis a los españoles que, durante tantos siglos, os probaron su amor y fidelidad. Merecido teníamos el castigo por nuestros pecados y tibieza, por nuestra flojedad y abandono. Pero vos, Señora, no nos abandonaréis en la lucha y la causa de vuestro Hijo divino saldrá ,victoriosa. El sacará como siempre de los males bienes y hará que la fe y religiosidad españolas salgan afinadas y purificadas por el fuego de la tribulación. Dad a los campeones de la civilización cristiana arrojo y acierto en sus campañas; comunicad a todos los fieles decisión y valentía para defender su fe y sus hogares; librad a los niños que os fueron consagrados en el bautismo de caer en la esclavitud de la escuela atea y blasfema; abrid los ojos a los desgraciados que se dejaron seducir por teorías antisociales y bárbaras; libradnos a todos de la esclavitud del vicio y del pecado y haced que reunidos nuevamente ante vuestro altar cantemos alegres vuestras alabanzas, comenzando a disfrutar en la tierra de lo que ha de constituir nuestra felicidad eterna en el cielo. ¡Redentora de cautivos, rogad por nosotros! LA VIDA DE DIOS ES AMOR, Y AMOR DEBE SER LA VIDA CRISTIANA El amor es la fuente de todas las ac tividades espirituales, porque amando se desea, deseando se busca y b uscando se halla; amando se odia lo c ontrario al amor, odiando se huye, h uyendo se evita el peligro y evitando el peligro de perderlo se conserva el a mor; amando se atreve, atreviéndose se emprende, perseverando en la e mpresa se logra o vencer al contrario o alcanzar el objeto amado. El amor es adhesión al bien, a lo co nveniente, en ti más noble sentido, Porque tiene que haber conveniencia entre el amante y el amado, sin la cual es imposible amar. El amor o es de bien presente o a usente. Si el objeto está presente, o se ama con temor de perderle, o sin t emor alguno posible. Si es con temor, el amor no es perfectamente pos esorio, porque puede ser desposeído de la cosa amada y tiene que velar y tr abajar' por no perderla. Si la cosa a mada está ausente, a ella tiende por e l deseo, que, siendo sincero, pone en actividad lo que sirve a su consecución. El amor que busca lo que no tiene, O defiende lo que tiene, es acto de te ndencia y de movimiento. El amor que tiene lo que ama sin temor de Per derlo, es acto posesorio. Los actos de las criaturas son de tendencia, no posesorios B ellamente dijo el P. Granada que l as criaturas, por aquello de que algo tienen y algo les falta, imilitan bajo la bandera del movimiento, y de movimiento y tendencia son todos sus actos. Andamos para llegar, estudiamos para saber, deseamos y buscamos para tener. Se imagi:rará alguno que cuando se obtiene lo que se pretende, nuestro acto de tendencia se convierte por lo mismo en acto posesorio. Pero aunque muchos mortales así proceden, sobreviene el desengaño, a veces tardío, de esta conducta errónea, porque no hay objeto, por levantado que sea, que pueda aquietar en sí nuestra actividad. Tres condiciones se necesitan para que esto pueda acaecer verdaderamente: que los bienes obtenidos sean finales, que sean permanentes y que la criatura sea capaz de acto perfectamente posesorio. Si el bien alcanzado no es final, el acto por el que se alcanza no puede ser de término ni de posesión; es de tendencia y movimiento; es camino que se ha andado, pero aún hay más que andar; es un escalón o escalones que se han subido, pero hay aún más que subir para llegar. Cuando en estos bienes de caminantes descansamos, no poseemos, desfallecemos, como el que se queda en el camino por no poder seguir adelante. Así nadie, racionalmente, tiene por bien final el dormir, ei andar, el discurrir, estándose siempre durmiendo, andando o discurriendo; sino que estos bienes y sus actos los toma de paso, -- 524 — para llegar en el andar, restaurar las fuerzas en el dormir, alcanzar la verdad desconocida en el discurrir, teniendo los términos de estas acciones más razón de bien final que los medios por donde se alcanzan. No basta que los bienes buscados y logrados sean finales; es preciso, además, que sean permanentes. Por esto también, por no ser permanentes los fines dichos, tenemos que volver a dormir, volver a andar, volver a discurrir, para restablecer de nuevo las fuerzas, llegar adonde no estábamos, adquirir de nuevo o recobrar el conocimiento de la verdad. Dirá alguno: Por lo menos en la vida eterna, donde gozaremos de Dios, bien sumo, ejercitaremos actos verdaderamente de término y posesorios, porque poseeremos a Dios, bien final por su perfección infinita y permanente por su omnímoda eternidad, y le poseeremos de modo permanente y todo lo perfectamente posible en la tal criatura quedando aquietada toda su actividad, como la capacidad de un vaso cuando está lleno. Así parece a la simple consideración, pero reflexionando sobre el acto formalmente beatífico, se ve que no es perfectamente posesorio; porque si por parte del objeto, Dios, es sumo y permanente, y por parte de la posesión es eterna, por parte del acto no es del todo perfecto, por mucho que lo sea. Supongo que los hombres, en cuerpo y alma gloriosos, tendrán más actos que los formalmente beatíficos de la visión y fruición divina; porque naturalmente los ojos verán, oirán los oídos y se ejercitarán los demás sentidos en aquellos actos que sean decorosos al estado de la bienaventuranza, y unos con otros los bienaventurados tendrán íntimas comunicaciones de conocimiento y afecto. No es posible ver ni oir sin que los objetos vistos se retraten en la pupila y los sonidos se reproduzcan en el oído, ni son posibles tales impresiones en los sentidos sin una actividad de tendencia y movimiento, porque ni pensarse puede qué sería una melodía estacionaria, sin desarrollo, y un espectáculo sin vibraciones luminosas. Pero volvamos a lo propuesto, al acto por el que veremos a Dios tal cual es. Este no es un acto, sino una sucesión de actos, todo lo contiguos que se quiera, pero sucesión de actos. No tiene el bienaventurado, ángel u hombre, en un momento dado, la posesión de por junto de su felicidad, como la tiene Dios, porque el acto criado de visión y fruición divinas no es omnímodamente eterno. No es, pues, perfectamente posesorio, porque el acto de ver y gozar ahora de Dios, no es el acto de verle y gozarle después y eternamente. Si por el acto, por el que ahora ve a Dios, le viese eternamente, el acto beatífico, no sólo específicamente, sino también numéricamente sería el mismo, y, por lo mismo, indivisible, y, en consecuencia, ni de potencia absoluta de Dios dejaría de ser bienaventurado el que una vez lo fuese. No dejará de serlo, pero por otra razón. - 525 — En Dios no hay actividad de tendencia y movimiento, sino de término y posesión Sólo la actividad de la vida divina es de término y de posesión. Porque siendo Dios bien infinito y eternamente permanente, no tiene nada que b uscar fuera de Sí, ni temor de perder l o que es en Sí y la actividad con que se posee a Sí mismo conociéndose y a mándose es perfectamente posesor ia, pues no es sucesión (después Probaremos que tampoco es multiplicidad simultánea) de actos, sino acto Único, tan infinito y eterno como su ser, del que no se distingue. El cómo de esta actividad única, de t ermino y posesión, es imposible de e ntender, aunque fácil de probar su e xistencia. Porque si en Dios hubiese s ucesión de actos, los actos de desp ués se distinguirían del de ahora y de la naturaleza divina, como se distingue lo que no es de lo que es. No siendo ahora el acto que todavía es f uturo, ha de haber causa de su exist encia en ser que ya exista, porque lo q ue no existe no puede dar existencia. Ni la naturaleza divina, ni sus actos P r esentes (estamos hablando en el s upuesto imposible, como se verá, de que en Dios hubiese sucesión de act os), pueden ser causa de los actos f uturos. Si fuesen causa de tal modo que nada faltase para la existencia de los actos futuros, ya no serían futuro s, sino presentes, y la fuerza de esta razón exige que no sólo presenles sino también idénticos con la natu raleza y actos que se suponen sil causa; con lo cual no habría sucesión posible de actos. Si a la causalidad de la naturaleza divina y de sus actos presentes algo les falta ahora para la eficiencia de los actos futuros, eso que les falta no pueden darlo nunca si no lo reciben de otro ser, necesidad metafísica de toda naturaleza que se distingue de sus actos. Pero esta dependencia de Dios en su actividad de la intervención de otro ser no es posible, por ser Dios el primero. Luego en Dios, por ser quien es, del todo independiente, no hay sucesión de actos y sí sólo actualidad de actividad, que pronto veremos que es acto único. En las criaturas hay multiplicidad numérica y también especifica de actos Que en las criaturas hay multiplicidad numérica, es decir, repetición de unos mismos actos, y también multiplicidad específica, o sea, diversidad de actos, como ver, oir, entender y amar, pruébalo en cada uno de nosotros la propia conciencia y en los demás la observación. La multiplicidad numérica de actos, nace de la insuficiencia e inestabilidad de los bienes conseguidos y de la imperfección de nuestras potencias y su simplificación; por consiguiente, dependerá de la mayor suficiencia y estabilidad de los bienes logrados y de la mayor perfección de nuestras potencias. Porque el sustento y el descanso de la última comida y del último sueño o no fue bastante o ya se desvaneció, y se sienten de nuevo la debilidad y el cansancio, y pues la — 326 — identidad de los miembros de una serie destruye el concepto mismo de serie, hay que volver a comer y volver a dormir. Porque, uno tiene poca vista, mira y remira para ver lo que con sólo abrir los ojos ve el que la tiene mejor, y los de poca inteligencia consideran y vuelven a considerar y dan la vuelta al mundo para alcanzar una verdad a la que llegan derechamente y en un momento los de mayor inteligencia, como la fuerza física cuanto mayor es más actúa en línea recta, que es la mayor simplificación del espacio, y casi en un instante, que es la cantidad mínima de tiempo, logra su objeto. Si hubiese, pues, un objeto tal sensible que fuese hermosura de colores para la vista, música para los oídos, suavidad de olores para el olfato, tesoro de sabores para el gusto, alivio de nuestra pesadez para el tacto, sustento del cuerpo, medicina de sus enfermedades, descanso en los trabajos, todo, en una palabra, lo necesario para el ser y bienestar corporal, y además, este bien, junta de bienes, fuese permanente, y hubiese también una potencia cognoscitiva y afectiva que los alcanzase, claro está que quedarían suprimidos muchos de nuestros actos por innecesarios y reducido, por tanto, su número. En la criatura, aun bienaventurada, no puede darse esta simplificación de actos, pues aunque en el bien divino tiene todos los bienes, pero en su posesión la logra por dos actos específicamente distintos: ver y amar. Hay, con todo, en las criaturas - •327 - cuanto más superiores mayor simplicidad de actos, quedando, a lo que parece, los angélicos reducidos al acto de conocer y amar, y aun el conocer no es como el del hombre ni tiene su variedad, aunque virtualmente la contiene, como el idear, juzgar y razonar humano. Va un viajero recorriendo a pie, casi a ras del suelo, un país, siguiendo camino que se oculta en las anfractuosidades del terreno y en la espesura de sus bosques. Casi sólo ve lo que va pisando y el pedazo de cielo que los árboles dejan descu bierto sobre su cabeza; según va andando, así va viendo y conociendo el país, o reconociéndolo si lo tenía visto. Mientras se está fatigando en el lento caminar y en el lento conocer o reconocer, he aquí que desde las alturas en que se cierne un globo cautivo un más afortunado y más descansado espectador con vista de lince contempla lo que ve el viajero, pero no a su modo, que es según va andando, y ve más, pues ve lo que el viajero ya dejó de ver y lo que aún no ve, le ve a él y ve también su camino, de modo que desde la altura le puede dar voces para encaminarlo si va errado, advertirle de los precipicios y dirigirlo a los lugares de mayor hermosura y amenidad o desde donde puede mejor contemplarse el paisaje. Tales son el conocimiento humano y el angélico, respectivamente. En Dios hay un solo acto La vida de Dios es un solo acto, simplicísimo y riquísimo, pues tiene las perfecciones de todos los actos, cuya existencia se prueba fácilmente, Pero cuya comprensión es imposible al entendimiento creado. Si en Dios hubiese actos, se distinguirían necesariamente unos de otros y cada uno de ellos también se distinguirían de la naturaleza divina en que radicarían. Dos absurdos implicaría esta pluralidad de actos divinos, y es, por tanto, imposible. Primero: ninguno de estos actos sería perfectísimo, pues por distinguirse de los otros, le faltaría la perfección o perfecciones de otro o de los otros; por ejemplo, al acto intelectivo de Dios le faltaría ser amoroso, y al amoroso ser intelectivo. De esta suerte podríamos ir discurriendo por cada uno de los actos, que en Dios quisiésemos suponer, contraponiéndolos entre sí. Segundo absurdo: que distinguiéndose uno de otros los actos divinos, sé distinguirían también de la naturaleza divina, porque si fuesen una misma cosa con ella también lo serían entre sí, con lo que ya no habría actos, sino acto. Distintos los actos de la naturaleza divina, para proceder de ella se necesitaría la intervención de una actividad distinta de la de Dios, lo cual es impío pensar, y un tal Dios no lo sería, pues por depender de otro en el obrar también dependería en el ser. Es, pues, la vida divina acto purísimo y único. FR. JUAN (concluirá.) G. DE CASTRO Rumbos Pedagógicos (CONCLUSIÓN) Excelentes resultados de las Colonias Las «Colonias» —escribe M. Van Kalken—se establecen en las montañas, en los llanos, cerca de los bosques, a las orillas del mar, según el estado físico de los colonos. En todas partes se divierten mucho, comen perfectamente y duermen como bienaventurados; y siempre vuelven más fuertes, más vigorosos de cuerpo y de espíritu. La consigna que debe dárseles es la de M. Cottinet: pasear mucho, tomar baños, lavarse completamente de pies a cabeza varias veces al día, cantar, hacer gimnasia de aparatos en los días de lluvia, comer abundantemente y al aire libre, siempre que el tiempo lo permitiere, y no trabajar intelectualmente más que una hora diaria en la redacción de las correspondientes notas del diario que debe de llevar cada colono. Los resultados obtenidos con este sistema de vida son realmente maravillosos. Según las observaciones y las estadísticas se sabe lo que pesa un niño de cierta edad que vive en condiciones normales; la casi totalidad de los niños que obtienen plaza en las .Colonias» pesan, en su mayoría, de 3 a 22 libras menos de lo que deberían pesar, lo que prueba que no estuvieron bien alimentados, que se hallan poco desarrollados y que su vida no es normal. Una vez verificadas las observaciones al regreso de las . Colonias», se puede notar un — 328 — aumento de peso de bastante consideración y un mayor desarrollo en su organismo. Varias veces visité el establecimiento de la «Colonia» marítima de Malvarrosa—situado en una de las mejores playas de Valencia, con el médico del mismo, Dr. Gómez Ferrer, y pude observar cómo en aquellos centenares de niños de día en día se notaba un mejoramiento positivo, mejoramiento —me decía mi íntimo amigo Gómez Ferrer—que no es pasajero y el aumento de peso ya no se pierde; subsiste y va en progresión creciente. El aumento de peso—dice M. Bion —no es más que un factor aislado para apreciar el influjo de las «Colonias» sobre la salud de los niños, aunqúe sea, por otra parte, de una importancia muy grande y siempre decisiva. Pero entre los mejores resultados que obtienen los niños pobres y enfermos, mediante este tratamiento durante las vacaciones, hay algunos que no se pueden avaluar ni pesar materialmente: tales son la frescura, la jovialidad, la expansión, el espíritu de disciplina y de orden, la confianza, el reconocimiento y amor para Dios y los hombres. Cualquiera que haya estudiado— escribe un gran amigo de los niños— la vida y actividad de las «Colonias» de vacaciones, habrá adquirido la convicción de que se trata en ellas de algo más que fortificar el cuerpo y aumentar la salud de los niños; dan también otros frutos y ejercen su influjo sobre el espíritu y el carácter: el impulso moral e intelectual, dado por la vida de comunidad y en plena naturaleza, bajo una prudente dirección, merced a las ocupaciones y los juegos enérgicos y a los hábitos de orden y de disciplina adquiridos, dan a los niños, cuando vuelven a la casa paterna, una frescura de sentimientos y una fuerza moral que, ciertamente, no tienen menos importancia para la vida que el aumento de las fuerzas corporales. Por eso se puede afirmar que la utilidad de las «Colonias de Vacaciones» no es menos grande desde el punto de vista intelectual y moral, que bajo el de salud corporal. El eminente pedagogo Dr. Gotze dice: «Hacemos con las «Colonias de Vacaciones» una verdadera guerra al incremento del proletariado degenerado desde el punto de vista físico e intelectual. Cuando las «Colonias» lleven veinte años consecutivos de existencia en nuestras grandes ciudades, habrá, seguramente, en las capas inferiores del pueblo más fuerza y más salud, más vigor natural y más alegría». No ha mucho escribía el padre de un niño que había sido admitido a formar parte de una «Colonia»: «A cuantos infelices niños enfermos devolveis la fe y el valor, cuántos pobres hombres de bien haceis con vuestra actividad generosa». ¡Cuántos padres de familia pudieran hablar así! Hay que favorecer el desenvolvimiento de las «Colonias de Vacaciones»; unas semanas respirando aire puro, con una alimentación fortificante, bajo una dirección prudente y cuidadosa, ejerce sobre la vida, tanto física como moral e intelectual de los niños, un influjo verdadero y decisivo — 329 — Para su salud; un rayo de afecto y de a legría penetra en el alma del niño a quien la miseria tenía entristecido y lo salva. tantos duros como personas saben que lo tiene, Pues eso hacía entonces el crédito que permitía adquirir valores para hipotecarlos comprando con el préstamo otros nuevos, que se hiFR. R. DELGADO CAPEANS 0. de M. potecaban a su vez... Entre los trabajos dedicados al estudio de la crisis que luego sobrevino, descuella uno de A. L. Jeune, titulado El Krach Americano (1). Según el autor, los banqueros de Nueva York, Que hace cuatro años abundaba el interesados en el triunfo del candidato dinero y la confianza para todo género republicano Hoover, facilitaron con de empresas, lo recordamos todos, la- pródiga mano créditos para demosmentando que la dicha fuera tan breve. trar que a la administración de su Fue entonces cuando nuestra dicta- partido iba unida la prosperidad de la dura organizó el presupuesto extra- nación. o rdinario que intentaba sembrar a Ese dinero se dedicó en gran parte España de ferrocarriles, carreteras, a la especulación: se comenzaron a c anales y pantanos. Las fábricas tracomprar acciones de todas clases, las b ajaban día y noche, los obreros percuales subieron de precio ante la decibían altos jornales y los comercian- manda. Las ganancias se empleaban tes veían multiplicados sus negocios. en toda especie de lujos y esto auPero en 1929 el sol se oscurece y mentó las ventas en fábricas y comerdensos nubarrones cierran el hori- cios, determinando nueva alza de sus z onte. Los valores industriales bajan, acciones. n uestra moneda comienza a desmoroLos negocios de bolsa eran tan senarse, el crédito se contrae... ¿qué guros y productivos, que una simple había pasado? fregona podía ganarse con sus ahoPara esclarecerlo se han escrito rrillos diez o doce dólares por semab astantes libros y memorias e innuna. Como es natural en tales coyunm erables artículos de revista. Yo creí turas, aun sin capital se hacían grandesde el primer día que el derrumbades compras de valores, con la segumiento de la bolsa de Nueva York ridad de revenderlos a fin de mes, e ntraba por mucho en ello, así como reteniendo una considerable ganane l dólar omnipotente era el que facilicia. Es el vulgarísimo juego al alza taba los negocios en todas partes, en descubierto. ot orgando créditos sin medida que El negocio no se limitó a NorteaméP e rmitían al mundo entero trabajar y rica, sino que el dinero europeo cong astar alegremente. currió también a la fiesta, pues los Viendo aquello, recordé el dicho de Se lgas: El que tiene un duro, tiene (1) Etudes, Mayo de 1931, pg. 393. Origen de la crisis económica universal — 330 — bancos de hoy son vasos comunicantes unidos por el teléfono. El capital obtenía así una ganancia media de 10 por 100 y la alegría reinaba en todas partes. Vivíamos en el mejor de los mundos. L. Jeune toma por índice las fábricas de automóviles, cuyo mercado parecía insaciable, y si los coches eran caros, mejor que mejor. Los pisos de lujo eran también buscadísimos, obligando a las empresas a trabajar sin descanso. Todo esto duró hasta que la gente comenzó a darse cuenta de que era una locura. El pánico se apoderó de los bolsistas, que comenzaron a vender sus valores con pérdidas enormes. Acción hubo cotizada un día a 250 dólares y vendida al siguiente en solos 50. Alguien pretendió consolarnos de este desastre diciendo que las pérdidas de unos eran ganancias para otros, pero ni esa reflexión es admisible, pues la verdad es que tales valores se disiparon como un globo que se desinfla lanzando un ligero quejido. La rotura del globo fué casi instantánea, mientras la inflación había sido obra de años. Sólo en Noviembre y Diciembre de 1929, las pérdidas en Wallstreet se calculaban en unos ciento veinte mil millones de pesetas. Las consecuencias de tal desastre se hicieron sentir pronto en todo el mundo. No había dinero, y, por tanto, se limitaron los créditos. Había que vivir modestamente, y, por tanto, sobraban muchísimos productos industriales y naturales. Las fábricas co- menzaron a limitar su producción y muchas tuvieron que cerrar. Los productos agrícolas, menos demandados, bajaron también, ocasionando la baja de salarios y el despido de obreros. Ante esa situación, los Gobiernos se vieron obligados a cercenar las obras públicas; en España se suprimió el presupuesto extraordinario, comenzando la baja de la peseta, y dimitiendo el ministro de Hacienda Calvo Sotelo. Con razón se ha dicho que comenzaban las vacas flacas después de las gordas. Estas no habían durado los siete años, pero las flacas amenazan durar más que el hambre en Egipto. En medio de tantos desastres no deja deSer un consuelo el saber que la felicidad perdida era ficticia, y su ruina, por tanto, inevitable. Han cesado ya los clamores contra los depósitos de oro acumulado en las bancos de Francia y Estados Unidos. El Subgobernador del Banco de Francia, Mr. Calos Rist, ponía hace poco a un artículo suyo este sugestivo titulo: ¿Qué papel ha desempeñado el oro en el conjunto de las causas productoras de la crisis mundial? Ninguno. En esa opinión coinciden hoy la mayor parte de los economistas dedicados a buscar inútilmente la resurrección del optimismo pasado. Repitámoslo una vez más: Se impone la moderación en los gastos y en todo el régimen de vida; el mundo no da para la grandeza y lujo en que muchos soñaban. GUILLAUME N=21 La tercera y cuarta bienaventuranzas Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. (Math. 5, 5). ¡Audacia divina se necesita para declarar felices a los que lloran! El mundo gozará (dijo otra vez Jesús) y vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se cambiará en gozo. Y esto no sólo en el cielo, sino con frecuencia aquí en la tierra. La copa del placer tiene heces amarguísimas. El que abusa de la comida envejece antes de tiempo y suele contraer graves enfermedades que ocasionan terribles dolores. El que se entrega a la bebida arruina su salud y su inteligencia, y el que se rinde a los otros Placeres suele hallar en ellos el castigo fulminante. En cambio, los que usan moderadamente de lo necesario, disfrutan de salud, alegría y hasta de dinero. El mundo lodo se ha entregado a los goces y diversiones caras, y ahora nos encontramos en tremenda C risis, más grave en las naciones más adelantadas en que el nivel común de vida era más elevado. No hay trabajo, porque no se hallan compradores para los artículos c aros. Y lo son todos porque los O breros se acostumbraron a los buenos salarios y los patronos a la vida opípara. En la agricultura cuesta producir u n hectolitro de trigo más de lo que vale en el mercado. Es que también /os obreros del campo ansían vivir bien. Y así estamos en desequilibrio que no desaparecerá hasta que todos nos resignemos a una vida más modesta. Comida barata, agua fresca (no hay mejor bebida ni perfumes que la igualen), trajes sencillos, viajes económicos, algún espectáculo barato y honesto.., he ahí el programa. Cuando lo hayamos realizado 'habremos dado un gran paso en la solución de la pavorosa situación que atraviesa el mundo. Los más incomprensivos me parecen los urbanos. Su ideal son los buenos sueldos y la Vida barata. ¡Magnífico! Pero si los productores venden a bajo precio los objetos fabricados y los frutos del campo, ¿cómo pagarán altas contribuciones? Y si no tienen dinero, ¿cómo adquirirán en el comercio los productos industriales? Volvamos a las máximas de Jesús y encontraremos paz y reposo en la tierra, con salud y alegría, que los placeres tumultuosos no pueden proporcionar. Y después gozo eterno en el cielo prometido a los que siembran la paz y el bien en la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos. Hambre y sed de place- res y goces rastreros tiene el mundo y Jesús quiere sustituirlos por hambre y sed de justicia, rectitud, bondad y santidad. En la medida que las máximas del — 332 — -14 divino Maestro se sobrepongan a los anhelos de la carne, tendremos hartura, satisfacción y alegría. Porque el hambre del bien, aunque espolea al hombre, es con una dulzura y esperanza grandes. Jesús promete satisfacer los deseos de sus pobres que le piden el bien, la gracia y la santidad para sí mismos y para los prójimos. Y aunque a veces parezca que el mal triunfa en la tierra, los discípulos de Jesús están ciertos de que ese triunfo es sólo aparente, como en el Calvario, y que del mal saldrá el bien y de la muerte la vida. Todas las cosas cooperan al bien en los que aman a Dios; el martirio es el mayor de los triunfos. En el mismo terreno individual, por muy abatida que se sienta un alma ante sus miserias y flaquezas no debe desesperar nunca de la victoria. Es Jesús quien promete hartura al que ansía la justicia y santidad en sí y en otros. Su promesa no puede faltar. De esto no entendían los judíos carnales que esperaban al Mesías para que los hartase de riquezas, placeres, dominación y venganza. No es el reino de Dios comida ni bebida, clamaba San Pablo, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. FP. SEPA FIN SOLAEGW Nuestra Santísima Madre SONETO ¿No visteis la canora golondrina cuando al dejar nuestra región amena salta veloz desde la rubia arena al barco que hacia el ábrego camina? No importa si la nave ya se inclina, si el viento ruge y la tormenta truena; colgada en un extremo de una antena, confiada siempre, sus arpegios trina. Yo, que ansiaba llegar al puerto cierto subí un bajel de blanca vela un día, y aunque viera ante mi el abismo abierto, ¿no ha de cantar mi lengua noche y día si estoy seguro de arribar al puerto colgado de los brazos de María? FR. J. SANTIAGO CRESPO ¡Siempre atrasados! Ellos mismos lo dicen El 27 de agosto, el señor Sánchez Al bornoz, al definir en las Cortes la actitud de la Acción Republicana, afirRió que a España, «por su especial si tuación geográfica, han llegado con r etraso los grandes avances culturales y artísticos. Edificábanse nuestras i glesias románicas cuando el estilo g ótico imperaba ya en Europa; el teatro español de los siglos XVI y XVII t iene reminiscencias medievales...» La tesis general me parece trasnochada cuando los extranjeros nos Proclaman creadores del Derecho inte rnacional con Victoria, Suárez y P reitas y los primeros colonizadores del mundo en la Edad Moderna. Pero el atraso, referido sólo a nuestros iz quierdistas es palpable. Cuando e llos se entusiasman con una idea es que ya pasó de moda en todas partes. Ahora el señor Sánchez Albornoz cree que debemos emprender la soci alización de la propiedad, la seculari zación y otras novedacies, para no q uedarnos rezagados. ¡A buena hora! Cuando los demás comienzan a ar repentirse de tales intentos y a reParar los inmensos daños por ellos Oc asionados, se les ocurre a nuestros izq uierdistas proponerlos como la última palabra de la ciencia. Es ya público que la moderación de L erroux se debe en gran parte a las car iñosas advertencias de los políticos europeos. Briand, entre otros, le dijo en Ginebra: . ¿Tenéis la República? Que sea en hora buena; pero no hagáis las tonterías que nosotros hicimos». Así me lo contó un francés muy enterado. Y recuérdese que Briand fué hace veintisiete años el ponente de la ley de separación de la Iglesia y el Estado. El colectivismo está en quiebra como el transformismo que era el embeleso de nuestros izquierdistas, hasta que Ortega Gasset y sus Occidentales advirtieron que eso no se llevaba ya en el mundo. Rusia ha dado marcha atrás en su obra de socialización, aunque pregonando sus magníficos resultados. Stalin, observa Sofía Casanova, es al fin paisano de aquellos generales rusos que pregonaban sus grandiosas victorias, y al día siguiente corrían la línea 300 kilómetros atrás. Pura estrategia. El dictador comunista, después de cantar el éxito formidable del Plan Quinquenal, ordena que se pague a los obreros lo que merezca su trabajo, y mucho más a los ingenieros y maestros de obras, acabando así con el igualitarismo absurdo y funesto. Y no contento con esto, por otro decreto del 2 de agosto, suspende la ley general de la colectivización de la propiedad, y ordena que se dé por definitivamente terminada en las regiones del Cáucaso norteño, del bajo — 534 — y medio Volga, en las pródigas Crimea y Ukrania y en el Ural y Moldavia. Como se ve, el momento no puede ser más oportuno para que los españoles se lancen por el camino que abandonan los rusos. ¿Cuándo logra remos que nuestros izquierdistas se enteren a tiempo? El señor Sánchez Albornoz ignora por lo visto la parte importantísima que a España corresponde en la formación del estilo románico. Uno de sus elementos más valiosos es la escultura llena de vida que anima los pórticos de las basílicas y de que es modelo incomparable el pórtico de la Gloria en la catedral compostelana. Pues el origen de esos relieves lo hallan los historiadores del Arte en los códices mozárabes de nuestro Beato, cuyas iluminaciones fueron copiadas en toda Europa. La cita del teatro español es más lamentable todavía. Precisamente España e Inglaterra son las dos primeras naciones que lograron formar un teatro nacional cuando los demás pueblos no acertaban a abandonar los andadores de Grecia y Roma. El teatro seudoclásico es la plaga de Italia y Francia. ¿Que los temas del teatro español son medievales? ¡Tanto mejor! Eso es lo que constituye su gloria. Lope explotó un mundo dramático nuevo, mientras los autores de otras naciones vecinas andaban perdidos en las uinas de Troya. FR, G. NUÑEZ La vida cristiana En las siguientes líneas no pienso atender tanto a la originalidad como a la ilustración de mis cristianos lectores. ¡Hay tanto y tan hermosamente dicho sobre esta materia en todos los tiempos! ¡Pero es tan ignorado por la gran mayoría de los fieles! Un libro, jugoso y manual a la vez, de Ad. Tanquerey, recientemente traducido al español y meritísimo de ser releído y estudiado por todos los cristianos que quieran instruirse en la ciencia más digna, más noble, más práctica y más necesaria, (si han de saber siquiera el A 13 C de lo que dicen profesar; la Religión de Cristo) nos presentará un índice a seguir, metódico y completo. A la vez puede servir de esqueleto a toda la doctrina católica en lo dogmático, moral, ascético y místico. Así al lector le será más fácil reducir a sistema orgánico los conocimientos diversos que aquí y allí espigue estudiando y practicando la vida cristiana. Tengamos muy en cuenta por tanto estos cuadros resúmenes de la enseñanza cristiana, porque ellos solos pueden servirnos de mucho orientándonos a través de las múltiples manifestaciones de la doctrina católica. Repásense con frecuencia todas las veces que sea necesario para asimilarlos y se verá qué bien se entiende la enseñanza cristiana. Concepto de la Vida Cristiana. La vida cristiana podemos definirla diciendo que «es una participación (finita, pero real) de la vida divina, — 335 — conferida por el Espíritu Santo al h abitar en nosotros, en virtud de los méritos de Cristo, la cual debemos f omentar contra las inclinaciones cont rarias a ella». Luego será uno cristiano cuando viva esta vida; cuando no, no lo será Por más que lo afirme. De la misma d efinición se puede deducir que en la Práctica de nuestra vida cristiana entran dos factores constituyentes: Dios y nosotros. Se comprende fácilmente t ambién que una cosa será la exposición de los fundamentos y de los medios de la vida cristiana y otra, muy distinta, el estudio del funcionamiento orgánico y vital de la misma. Según esto dividiremos la doctrina en dos grandes partes, que a su vez se subdivirán en números y párrafos. PARTE PRIMERA Principios y Medios de la Vida Cristiana I.— Los Orígenes de la vida sobrenatural. Comprende la elevación del hombre al estado sobrenatural, la caída y la redención. 11.—Naturaleza de la Vida Cristiana. Primera parte: Dios en la vida c ristiana, a) la Santísima Trinidad, b) J e sucristo, c) la Santísima Virgen, los Santos y los Angeles. Segunda parte: e l hombre, a) lucha contra los enemig os de la vida espiritual, b) crecimient o de la vida espiritual por el mérito, e) crecimiento de la vida espiritual Por medio de los sacramentos. 111.—Perfección de la Vida Cristiana. En qué consiste la perfección de esta vida. I V. — Obligación que todos tenemos de tender a perfeccionarnos en esta vida divina. V.—Medios generales para sostenernos y caminar por la vida que se nos infundió en el bautismo y que juramos vivir siempre. 1. 0 medios internos: a) el deseo de la perfección, b) el conocimiento de Dios y de sí mismo, c) la conformidad con la voluntad de Dios, d) la oración; 2.° medios externos: a) la dirección espiritual, b) el plan de vida, c) las lecturas y pláticas espirituales, d) la santificación de las relaciones sociales. SEGUNDA PARTE Funcionamiento orgánico de la vida cristiana El camino de la vida cristiana se suele dividir en tres jornadas o también vías. Purificación del alma o vida purgativa. I. —Oración de los principiantes: a) ejercicios de piedad en los que comienzan, b) meditación, su necesidad y métodos que se pueden seguir. II. — Penitencia: a) razones para odiar, evitar y reparar el pecado, b) medios de que disponemos para esto último. 111. —Mortificación: a) naturaleza y necesidad, b) práctica, c) mortifica-. ción del cuerpo con sus sentidos, d) de los sentidos interiores y de las pasiones, e) sucinto estudio de éstas, f) mortificación de las potencias. IV. —Lucha contra los pecados ca- pitales. V.—Lucha contra las tentaciones. Cuáles sean las principales en los que comienzan, — 356 — Segunda jornada o vía iluminativa. Implantación de las virtudes de Cristo en nuestra alma. 1.—Oración afectiva. Es la ordinaria en esta jornada, su naturaleza y métodos de hacerla. II.— Virtudes morales: Prudencia, Justicia (que implica: a) justicia propiamente dicha, b) religión y c) obediencia). Fortaleza (partes integrantes y anejas suyas son: a) magnanimidad, b) magnificencia, c) paciencia y d) constancia), y templanza (que abarca la castidad en sus diversos grados, la humildad y la mansedumbre). III. Virtudes teologales: a) Fe, b) Esperanza y c) Caridad para con Dios y para con el prójimo. Tercera jornada o vía unitiva. Pleno desarrollo de la vida cristiana. Oración de simplicidad. La ordinaria en esta jornada, mientras a Dios no le plazca elevar el alma a la contemplación infusa. Llámase oración de simplicidad por la simplificación de las múltiples operaciones que en un principio tienen que hacer el entendimiento y la voluntad, para sacar provecho de la oración. En la contemplación infusa alcanzan su pleno desenvolvimiento los dones del Espíritu Santo. Por lo tanto, se tratará luego de ellos, primero en general, después en particular y, finalmente, de la contemplación infusa que no suele Dios negar a los que llegan a este punto. 1.— Contemplación infusa. Nociones generales, ventajas y vocación próxima a la contemplación. II.--Oración de quietud. Su naturaleza, cuando se apodera Dios de lo más íntimo del alma dejando a las potencias interiores y a los sentidos libres para ocuparse en sus operaciones naturales; sus clases: árida o suave. 111. —Oración de unión plena. Cuando Dios toma todas las potencias interiores dejando libre solamente los sentidos externos. IV.—Oración de unión extática o desposorios místicos, si Dios recoge a la vez las potencias interiores y los sentidos externos. V. ---Contemplación altísima o matrimonio espiritual, si Dios se apode- ra de todas las potencias interiores y exteriores, no por modo transitorio, sino estable y permanente. Después de esta oración ya no resta más que la unión inefable y definitiva con Dios en la gloria. Luego como apéndice vienen los fenómenos místicos extraordinarios. Con esto acabamos de dar una idea y un esquema de toda la vida cristiana. El solo esquema éste podrá valer de mucho al lector cristiano, porque en él tendrá un índice y un programa a que podrá reducir todo lo que lea u oiga acerca de la vida sobrenatural.. Fie. NOLASCO DE LILLOA El morrionismo en acción Una de las señales más grandes del s implismo hütnano es la literatura Progresista que parece tomar nueva fuerza en la superficie de la vida española o madrileña. Prieto, hombre de un gran fondo Pasional y artístico, es uno de los p rogresistas más cerrados que he visto. ¿Qué es el progresismo. Pues un océano en medio del cual no se halla ningún punto de referencia. El progresismo carece de unprincipio fijo de dirección, de un valor o forma que haga de criterio o módul de perfección. Sin embargo, si se les pregunta mucho a los progresistas, se descubre que admiten como criterio de valoración la extensión cronológica: A es anterior a 13; luego 13 es más perfecto que A. Si sólo fuese cuestión de locomotoras o de aviones aún podríamos ser i ndulgentes con este pensar, hasta cierto punto desde luego. Porque aun en el mismo progreso técnico, un e tnólogo alemán descubrió en el centro del Africa una cultura material que l legaba al alto horno, y miles de años d espués no había ni recuerdo de tal Progreso. En el orden espiritual es mucho más fácil citar ejemplos de este retroc eso: pueblos muy buenos que acaban por corromperse. Todos los índices que se observan en la vida ci vilizada, permiten dibujarla en for- cee ma de espirales muy ceñidos, repitiendo muchas veces el nivel anterior. Un periódico conservador se mostraba enemigo de toda federación en España, porque decía ser una regresión a los tiempos medioevales. De modo que un concepto medioeval, por el mero hecho de ser medioeval, debe ceder paso a lo que sea contemporáneo, aunque sea falso. De acuerdo en que el filósofo y el político deben tener cuenta de la diferencia de los tiempos, de las realidades concretas, porque los hechos no se pueden borrar de un plumazo; pero la medioeval uede ser muy bien una aspiración id al de realización más o menos próxim . Negarse en España a todo principio e federación, supone la confuSión de estas dos ideas tan distintas como la u nidad y uniformidad. Antes del doceafiismo, España era una, pero no uniforme. En el tratado de Utrecht, por ejemplo, hay incluido un tratado comer cial de Vizcaya con Inglaterra; pero no obstante, Vizcaya contribuyó a las ca gas del Estado, especialmente con sus narinos. La uniformidad sólo eina en los seres muertos, y hasta cier o punto en los cuerpos vivos. La distin ción suprema la marca el espíritu, la p rsona, que resulta un mundo aparte di tinto de las demás. No obstante ser tan diferentes, la unión que forman lo espíritus es la más íntima y profunda que pueda darse en el mundo. Que lo -- 338 -- digan dos personas amantes; que lo digan los católicos que aman de veras a Cristo. La existencia física con todas sus glándulas y nervios, se torna cosa despreciable ante la sublime ley del amor. La unidad y variedad es la ley más fundamental de los seres racionales, y una nación consta al fin de familias, y las familias de personas. Pero los progresistas no entienden - 339 — de estas cosas y no cesan de repetir: libertad, igualdad y fraternidad, sin advertir que no puede haber igualdad sin tiranía y es imposible la fraternidad. El uniformismo de los progresistas sólo es posible concibiendo a cada persona como un adoquín, parte del inmenso adoquinado de la nación. O. LEYES EN PROYECTO LA ESCUELA UNICA, OBLIGATORIA Y LAICA ¡No podía ser por menos! La prensa y los políticos de la izquierda francesa venían hablando hace tiempo de la escuela única..., y los izquierdistas españoles debían imitarles, haciéndolo peor, como los monos. Para muchos españoles que no leen periódicos extranjeros, tal anuncio cayó como una bomba, dejándolos desconcertados y sin saber a punto fijo de qué se trata. No es maravilla; lo mismo sucede a muchos de los voceadores de la escuela única. En Francia, donde la primera enseñanza es obligatoria, y no en el papel, sino en la realidad, existen sobradas escuelas donde adquirirla. Como los católicos abominan de la escuela laica, sus hijos no van a ella y son millares las escuelas oficiales sin alumnos o con una asistencia ridícula de uno a seis. Y eso que el Estado tiene en su mano un medio poderoso de coacción: Francia otorga a los niños pobres una bolsa o socorro durante los años de escuela, pero ese favor está reservado a los alumnos de la oficial. También se otorgan bolsas en gran número a los alumnos de segunda enseñanza, y como esos jóvenes podían ganar algo para sus padres, se trata de compensarles la ausencia del hijo bachiller. Esto aparte de darles matrícula gratis. Todo ello monta una friolera y el presupuesto de Instrucción crece que es una bendición... como los otros. Ahora tratan Herriot y sus radicaíes de hacer enteramente gratuita la segunda enseñanza, conservando las bolsas y las subvenciones a los estudiantes pobres y sus familias. Como los Institutos están en las Poblaciones importantes, los favorecidos serían los habitantes de éstas; hay que compensar, por tanto, a los r urales a fin de igualarlos con los urbanos; ¡y vengan millones! ¿Cuál es la causa de tanta generosidad? Los católicos, que conocen a los políticos anticristianos, ven en eso una maniobra para arruinar la e nseñanza libre. Actualmente los a lumnos católicos tienen que costearse el colegio en Francia como en Es Paria, y pagan la matrícula tanto los alumnos libres como los oficiales. Si el proyecto se lleva a cabo, la situación de los primeros será mucho Peor, pues no recibirán más beneficio que el de la matricula, mientras sus familias se verán abrumadas de cont ribuciones para sostener el costosísimo tinglado oficial. Así los colegios católicos tendrían que cerrar, y el Estado llegaría solapadamente a suprimir la libertad de enseñanza. Y digo solapadamente porque en Francia casi nadie se atreve a atacarla a cara descubierta. En España los anticlericales que la invocaban a gritos en la oposición, se ríen de ella una vez encaramados en las alturas. No nos sorprende. Los conocíamos hace tiempo y sabíamos que detrás de l a máscara de libertad se ocultaban unos tiranuelos de baja estofa, cual c orresponde a su menguada intelig encia y embrionaria ctiltura, digna de Rusia o del Asia. Otra de las ideas que más se preg onan en Francia con la escuela única es la selección hecha por la misma: a los alumnos se les señalará carrera oficio según su capacidad, sean ri- cos o pobres, costeando el Gobierno todos los gastos. Como era natural, muchos comienzan a pedir ya que tras la enseñanza secundaria debe hacerse gratuita la superior y costearse también la subsistencia a los alumnos y a sus familias. Eso es lo que hace Rusia, aunque allí la familia apenas existe y los estudiantes cuestan al presupuesto millones sin cuento, para obtener un mísero resultado: sólo un seis u ocho por ciento terminan regularmente sus carreras. Algunas almas generosas se sienten, no obstante, fascinadas con la idea de la selección sin reparar los gravísimos peligros que encierra en el terreno de la grosera realidad. Los católicos tienen motivos más que sobrados para recelar de la selección hecha por sus enemigos y además con cerrar el camino a los hijos se quitaría a los padres uno de los mayores estímulos para el trabajo. La implantación de tal sistema en Francia como en España daría por resultado un aumento terrible de los impuestos, que se haría sentir más en la clase media, obligada a sostener a sus propios hijos, a los pobres y a pagar a escote la matrícula de los ricos que antes satisfacían éstos. Los más prudentes dicen que se perfeccione y aumente el sistema de las bolsas y no haya más novedades. En España, donde casi todo está por hacer, hablar de la escuela única es hablar de la mar. En Madrid mismo los Ordenes religiosas y Colegios católicos educan unos 16.000 niños, y 540 — con todó son muchos los que no encuentran escuela. Los escolapios edu-. can en sus tres Colegios casi tantos niños como un centenar de maestros. Hace cuatro años estaba el que esto escribe al frente de una parroquia en Galicia. Un alcalde celoso le pidió que formara el padrón escolar para hacer efectiva la obligación de la primera enseñanza. Aparecieron unos 700 niños, para los que teníamos sólo dos escuelas unitarias. Tocaban, por tanto, a cada una 350. Ante ese resultado, el alcalde sonrió tristemente y dijo: —Más vale que nos callemos. Eso es lo que deberían hacer los partidarios de la escuela única. Ni ahora ni en muchos años habrá escuelas oficiales suficientes para todos los niños. Y después ¡que sean buenas! Lo que ahora sucede no se puede decir aquí, aunque lo saben todos los españoles y lo pregonan indignados muchos maestros. — Cuando hayamos gastado cientos de millones en edificios escolares y formado bien muchos miles de maestros y subvencionado a los niños más pobres costeando el bachillerato a los de extraordinario talento, se podrá hablar de escuela única sin hacer completamente el ridículo. Y aun entonces la escuela única y laica será una enormidad. El Estado será el único árbitro de la enseñanza que se ha de dar a los niños contra la voluntad de sus padres; el Estado les señalará también la carrera u oficio con la torpeza que en él es característica. Y envenenará sus almas con doctrinas ateas y materialistas, dejando que maestros comunistas o cosa peor enseñen los mayores absurdos. Tal es la libertad que nos habían de traer nuestros redentores. 341 — El primer convento de nuestros Descalzos cnrar. Pensöse por esta causa abandonar esta fundación en tiempo del General P. Guimerán, pero no llegó a r ealizarse. Uno de los Comendadores hizo arrancar de cuajo los muchos árboles que allí había, desmontar y limpiar toda la cañada, recoger sus aguas en una zanja, que las llevaba al cercano y pequeño río Guadarranque, con lo que saneó en gran parte el paraje. En la parte de la cañada llamada Almoraima alta, hizo construir la Condesa una ermita dedicada a los Santos Reyes, donde los pastores Pudiesen cumplir con la obligación de oir misa; era de tapias y pequeña, de unos ocho metros de largo por cuatro y medio de ancho; en uno de sus c ostados y a todo lo largo, había una dependencia, cuya parte baja servía de sacristía y la alta de vivienda al hortelano que guardaba y cuidaba la ermita. Esta fui la casa solariega de los Padres Descalzos, teatro de sus fervores y centro de apostolado intenso, entre las rústicas gentes que andaban por aquellas soledades. (CONCLUSIÓN) La capilla y primer convento La Almoraima y su ermita (Cádiz) Es la Almoraima una de las once dehesas que rodean la villa del Castellar, honda cañada que corre de oriente a poniente al pie de una altísima sierra, abundante de aguas sabrosas, dulces, pero por poco oreadas y soleadas, «muy húmedas», y, por lo mismo, insanas; tenía estancias amenísimas y de gran recreo y FR. G. VÁZQUEZ estaba toda ella poblada de «sauces, alisos y fresnos de increíble altura, tan espesos y enredados con tan grandes zarzas y maleza, que no se podía pasar de la otra parte sino por dos muy estrechas sendas hechas por los pastores.» De las aguas rebalsadas entre los espesos matorrales, se levantaban muchas nieblas, que hacían insalubre el sitio y ocasionaban grandes fiebres y achaques difíciles de Era la capilla terrosa, a teja vana y Pequeña, pero sobrada para su primer destino; tenía de largo ocho metros y medio por cuatro y medio de ancho. En su altar mayor venerábase la Ador ación de los Santos Reyes; por eso se llamaba de Nuestra Señora de los Peyes, cuadro hecho en Madrid de b uena mano, como lo eran todos los de aquella época, edad de oro de n uestras bellas artes. A uno de los lados de la capilla, y por todo su largo corría un cobertizo de tres metros de ancho, refugio de gitanos y gente maleante que, según los historiadores, abundaba por aquellos parajes. Al otro lado, haciendo juego con el cobertizo, había una casa también de tapia muerta como la capilla y de dos plantas. Parte de la baja servía de sacristía; lo restante y toda la alto era la vivienda de un hortelano que, principalmente en Gibralr tar,, sacaba muy bien para vivir de la huerta contigua, que con la casa era la paga de la custodia y aseo de la capilla. La mala traza y disposición de la Almoraima, su soledad tan grande, la falta de vecindad de poblado que pudiera valerles, la pequeñez y mala construcción de la capilla, fueron las razones de que se valieron nuestros Padres de Sevilla para disuadir a sus hermanos los Descalzos de esta fundación, cuyo sólo intento juzgaban temeridad y no pequeña. Pero nada valieron con religiosos que querían verse con casa, fuera como fuese, donde implantar la Recolección; al contrario, les parecía muy bien aquella soledad, la pequeñez de la capilla, la estrechez de la casa y la incomodidad del sitio. La parte de la planta baja que tenía el hortelano dividióla en dos el Padre Juan del Santísimo Sacramento, haciendo de ella un coro, para lo cual abrió una ventana a la iglesia, y de la otra dos celdas, donde sólo cabía la cama; y se reservó la que caía debajo de la cuerda de la campana, que quiso ser él perpetuo despertador de su pe- — 342 — quetia Comunidad, guiándose en las noches claras por las estrellas que atalayaba desde su ventana, especie de saetera, «que no sé, comenta un compañero y súbdito, quién le enserió el norte y la boca de la bocina»; la parte alta dividióla en celdas, estrechas, desabrigadas y destejadas, por donde muy a su sabor podían desde SUS tarimas, si el sueño, de que andaban bien faltos los dejase, contemplar la bóveda del cielo. Para cocina y refectorio hizo por detrás del altar mayor una choza de troncos de árboles y ramas, cubierta de paja, «como enramada que hacen los ganaderos», dice quien la vil.), donde los frailes a la hora de comer encontrasen toda incomodidad, por que en verano se asaban, en invierno se helaban y cuando llovía sufrían las impertinencias de un continuo gotear por todas partes. Lo cierto es que edificaba y hacía llorar de devoción a los que la contemplaban. Demos para concluir la descripción del recoleto convento la de su pobre ajuar. Por camas tenían unas tarimas, sus duras tablas por blandos colchones, por ropa de cama una única manta, vasta y peluda, que en verano sobraba y en invierno no llegaba. Dormían vestidos, como soldados en campaña, prestos al primer toque de la campana, Pero donde campeaba el espíritu de pobreza y mortificación era en la mesa y bancos del refectorio. La mesa era de pino y sin labrar, levantaba del suelo tres cuartas y tenia de ancho cuarenta y cinco centímetros por un metro y diez centímetros de largo. A cada lado un banco, medio tronco de un árbol aserrado por medio y sustentado por cuatro pies, abiertos como los de bancos de herrador, y para seguridad mayor hincados en el suelo. Sentábanse tres religiosos por lado, estrechándose lo que podía el del medio para dar lugar en la mesa a los de al lado y metiendo todos debajo del banco las piernas para no tropezar con las rodillas en las de los que se sentaban frente, y poder llegar a la mesa. Demasiada mesa con ser tan estrecha para lo que en ella se comía, pero como «non in solo pane vivit horno, sed in verbo Dei—observa el Padre Juan Crisóstorno, y viene muy al caso—, con éste hallaron hartura sin comida, abundancia sin riquezas, consuelo sin regalos y la alegría de espíritu, que lo tiene todo». Esta «cabaña fué el primer edificio y casa solariega de nuestra primitiva nobleza», teatro de sus primeros fervores y campo de su apostolado. LIJÁN -Favores de Nuestra iaritísinia Madre - La 1--2vda. M. Comendadora de las Mercedarias Descalzas de Arcos de la Frontera nos transmite el siguiente billete: Le encomendé un asunto a la Santísima Virgen de las Mercedes en el día de su fiesta, y cuando volví de la función lo encontré resuelto. DUQUESA DE MONTEMAR Jerez de la Frontera (Cádiz). 0"000o00.2000.°00000000p00000000000000000000p0000g °.o. 00000000 .0 .00000000000000000000000000000000.e; 3g o a #01" 8 o e o g g tr ge 00000000000000000000000000.00000..00000000%..0 000 o.000 00000000000000000000000000000 . ,.0000p000.„). ov00000000000000000g000000000000.02 '0...0000000.00.00000000000000el000000000000c000.°0 000 e o o o o 0°°0 0.0.00.0 0. PÁGINA MISIONAL s g oo oo gg gg oa.o g0 00000c0000000000 p 00000000000 0 c000000000..0 g.00000000000000p00000000000000000°00.00000000.00. DEL PIALIMY El Ilustrísimo Padre Inocencio López escribe desde Bahía al P. G. V. con fecha 4 de agosto, entre otras cosas: «Llegados aquí hace hoy quince días se nos dijo que el Arzobispo de Marañón estaba en Río; y efectivamenie, preguntándole yo qué había sobre el Concilio convocado para el 10 de éste, me respondió que no podría celebrarse. Hubiéramos vuelto de nuevo a San Raimundo para continuar la visita, a no ser por un asunto pendiente aquí en la aduana... Espero con ansiedad noticias de ahí. Estos días recibí aquí, gracias a la amabilidad del Sr. Administrador de Correos, cuatro . cartas de España. Por ellas me entero un poco de lo ocurrido y de lo de Málaga; ¡pobrecitas hermanas nuestras! ¡Qué horror! De Roma poco sabemos también, y como los correos tardan tanto es una prueba que pasamos. Por «El Debate» que llegó a los Padres del Corazón de María (del 27 de junio al 10 de julio) nos hemos enterado de los últimos sucesos. Les compadece, r ecuerda y abraza a todos con saludos._ » Por su parte, el Padre Francisco F reiría escribe desde San Raimundo el 27 de julio al Padre Gilabert. «Excuso decirle el grandísimo dolor que nos causa a los Padres españoles de e sta, la inmensa desgracia que cayó sobre nuestra querida patria. Aquí llegan las noticias por periódicos de esta tierra muy exageradas, por cartas de esa atrasadisimas, y así no sabemos a punto fijo si estais con el agua al cuello o ya dispersos. Parece mentira que cuatro bárbaros y fanáticos se hayan apoderado de la nación. Parece cumplirse aquello de: los hijos de las tinieblas son más listos que los hijos de la luz. Por ésta, en otro sentido, lo hemos pasado bastante triste. En pocos días sucumbieron de fiebre amarilla, o fiebre maligna, según algunos, el Padre Nolasco y el Padre Leandro, que vino de Buen Jesús a saludar al Señor Obispo, y un compañero argentino, lego, murió poco después de fiebre ética y paludismo. Son tres que nos causaron grande vacío y unos gastecillos regulares, como que estamos casi a cero. Parece que no quieren establecer casa en Rio Janeiro, no sé si los de Roma o los de esa. En todas partes los frailes y monjas tropiezan con inconvenientes en las fundaciones, pero me parece que en Río Janeiro no son muy grandes los achaques que pue den presentarse. Desde luego se cuenta con el decidido apoyo del Señor Cardenal, incluso financiero, y los Padres gallegos, por saber casi la lengua, serían desde luego un buen elemento. 344 Escribí a esa, a las monjas y a alguno más, y no recibo consuelo ninguno. No me extraña dada la anormalidad de ahí. Aquí exhorté al pueblo a pedir al Señor por España, y en verdad que muestran sentir nuestra desgracia... Adiós Padre, salude a todos muy cariñosamente. ¡Ojalá que pase la tempestad! Fr. Francisco F.» Esperamos que nuestros Padres se habrán tranquilizado ya algo en lo referente a nosotros. La Santísima Virgen vela por España, y todo lo que suceda será para nuestro mayor bien, — 345 — para purificamos, hacernos más valerosos y serenos y darnos ocasión de merecer. Colecta para las misiones del Piauhy Pesetas. Mr. Michel Even, Terciario de la Merced, 250 francos. Un devoto para dos bautizos Para la misión TOTAL 109,00 20,00 8,15 137,15 UNA AMBICION Y UN TESORO En este momento estoy leyendo un artículo, donde se ataca descaradamente a las Ordenes Religiosas; de manera especial a los mercedarios. Dice el articulista señor L. Pur, que «no saben los españoles los gastos que ocasionan a la nación las casas mercedarias, después de no servir nada más que para estorbo». Muy bien, señor L. Pur; desde las columnas de LA MERCED (que tanta molestia le causa) le voy a demostrar lo poco que cuesta hablar bien y sobre todo justamente. La Orden «frailuna» de la Merced, ni ha «estorbado nunca» ni estorba en ningún momento. Grandes beneficios reporta a España en toda su extensión, «no ocasionando gastos al Estado». Lo verá usted. Ellos fueron con Cristóbal Colón al descubrimiento de América, no con el afán de acumular riquezas, sino con el piadoso fin de llevar la luz del Evangelio a las tierras que más temprano o más tarde habían de descubrirse. Ellos fueron también los que dieron su sangre por libertar los cautivos que gemían en las negras mazmorras africanas; bien acertado estuvo aquel escritor que dijo: «Un rey, médula de nuestra historia, Don Jaime I el Conquistador, que ensanchó el patrio solar, restando poder al agareno, funda la orden de frailes rescatadores de los cautivös que gimen en esclavitud, bajo el poder agareno». ¿Se va enterando el señor L. Pur quiénes son los frailes mercedarios? Pues son más los beneficios reportados a nuestra Patria. ¿Dice usted que «no sirven para nada»? Yo le demostraré todo lo contrario. Los mercedarios desde su fundación, forman en el campo de las letras, ciencias y artes una pléyade gloriosa donde están guardados los nombres i mborrables de los hombres más cultos de la Historia de España. ¿Quién tan célebre poeta y autor dramático como Fr. Gabriel Téllez (Tirso de Molina) y tantos otros que sería imposible describir en siete tomos? En los conventos de Castilla encontrará usted a poetas inspirados como Fr. José S. Crespo; críticos literarios como Fr. Manuel Sancho, Gumersindo Placer; historiadores, químicos, etc., etc. Y a medida que pasamos y repasamos la historia, más floreciente hallaremos a la Merced. También verá usted las cátedras desiertas que esperan a los mercedar ios que han de ocuparlas. Es decir, en todo tiempo la Orden de la Merced lleva en su historial a través de los siglos, en la raza hisPana (y no hispana) una serie de hombres célebres que honra en todo momento el pueblo español, aunque a usted no le parezca bien. Creo se irá enterando el señor L, Pur. ¿No conoce usted a los frailes m ercedarios que cultivan brillantemente las letras...? Pues si no los conoce, todos los meses puede usted ver sus trabajos que vienen publicados en esta Revista, con mejor suerte y de más provecho que su melodioso artículo. ¿Ve usted cómo en pocas palabras le voy explicando uno de los trozos más hermosos que la historia mercedaria tiene en España? ¿Verdad que no estorban tanto como usted dice? *** Consta también en el mencionado artículo lo »ambiciosos que son estos frailes, no desean más que acumular riquezas y tesoros»; no me extraña nada que el señor L. Pur diga eso. ¿Pero dónde están esos conventos señoriales portadores de tanta riqueza? ¿Dónde esos tesoros escondidos, que yo no los veo?... Sí, teneis razón en todo lo que decís... Los mercedarios tienen muchas riquezas; lo demuestran sus conventos en ruinas, restaurados por estos piadosos religiosos a costa de grandes sacrificios. «Conventos señoriales »... ¡Qué injuria! «Acumuladores de riquezas» ¡Calumnia... y más que calumnia! ¡Frailes mercedarios, abrid las puertas de vuestros conventos de par en par! ¡Dejad a los envidiosos que vean esas joyas... esos tesoros que dicen teneis escondidos!... Dejadlos entrar; al menos encontrarán las tumbas gloriosas de aquellos frailes que tanto sudaron para restaurar conven tos... ¡Dejadlos que entren y vean... esas tumbas mercedarias, llenas de sabios y santos! Aguas que retratais la hermosura de los conventos.., de ese convento de Poyo que encierra nuestros ensue- - 347 - - 546 tios, ¡dad un «chapuzón» a la inteligencia de estos hombres, para ver si así comprenden los trabajos y sacrificios que cuesta la restauración de los conventos mercedarios! *** Vea el señor L. Pur y demás (correligionarios» cuán hermosa y sencilla es la verdad. Los frailes mercedarios no tienen más que «una ambición y un tesoro». Ambición de traer hacia su redil a las almas de los que no conocen al Señor... Y el tesoro... ese tesoro que decís, no está «escondido» para nadie: es el REINO DE LOS CIELOS. ANGEL SANTAMARÍA Ex Postulante de Poyo. Herrera del Río Pisuerga, agosto 1931. ¡NADA! Todas las Marias del Sagrario de N... rivalizaban en ofrecer al Amo, que por su amor sufría abandonos y ultrajes, viviendo entre cuatro tablas apolilladas, cuanto El las había dado generosamente con mano pródiga y paternal. Una, adquiría a costa del oro que El la regalara, flores, luces y ornamentos para sus altares; otra, le consagraba su arte arrancando al órgano devotas melodías, a las que se mezclaba la hermosa voz con que el mismo generoso Señor la dotara; mientras aquélla, desplegando sus conocimientos pictóricos, decoraba y embellecía la morada del Rey del Cielo. Solamente la pobre María Jesús, que no poseía ni riquezas, ni talento, ni voz, ni arte, buscaba en el fondo de su alma algo que poder ofrecer al Amo bendito a quien amaba con todo su corazón. Y mientras el templo resplandecía de luces, las flores embalsamaban el ambiente, y torrentes de armonía llenaban su ancho ámbito, en el que las dulces voces de las jóvenes, llenas de mística unción, se elevaban cual cánticos seráficos que, envueltos entre las nubes del incienso, llegaban al trono del Altísimo, María Jesús prosternada al pie del Sagrario, buscaba, según he dicho, en el fondo de su pobre alma, algo que ofrecer al Amo, a aquel Amo tan bueno, tan grande, tan amoroso, que no se desdeñaba bajar a ella diariamente, para alimento de su alma, continuamente para ser su consuelo, su fortaleza, su felicidad, su todo. Y en su humilde súplica, María Je- lepreguntaba /,qué podría ofresl; ce sr le? Y como si desde su trono de la tierra, el Rey del Cielo, lleno de amor por su pobre adoradora, quisiera contestar a su plegaria, María Jesús oyó muy quedito, en el fondo de su alma, una voz dulcísima, aquella mistna voz que hace veinte siglos mandaba ver a los ciegos, andar a los paralíticos, resucitar a los muertos, que la decía: —¡Ofréceme tu nada! ¡Su nada! Una luz vivísima, radiante, inundó el espíritu de María Jesús: ¡Su nada! Esto era, en realidad, lo único que podía ofrecerle de suyo al Autor de la Vida, al dador de todo bien, a Aquel que reparte dones y gracias, talento y belleza, arte y riqueza; el Amo, en una palabra. Y feliz con no poseer más que aquella nada, que hacía más inmensa aún la magnanimidad divina al descender hasta ella, anonadada, llena el alma de celestial arrobamiento, perdida en aquel caos de amor, anegada en aquel mar de dulzuras Inc fables, María Jesús, mientras sus compañeras ofrendaban al Señor aquellos dones que El las prestara, depositaba al pie de su prisión de amor lo único que era suyo, realmente suyo, su nada, aceptada con amor, con alegría, con reconocimiento; su nada, que hacía aparecer ante sus ojos deslumbrados, más inmensa la grandeza y omnipotencia del Creador. I. G. HERREROS 7'. M. ,Que PASA EN ESPAÑA? i (CON TODO SECRETO)" He leído y oído no pocos diagnósticos de la enfermedad que padece España. Los pareceres son casi tantos como l os mMicos y las recetas tantas como los pareceres. Unos opinan que la tiranía es la c ausa de nuestros males y que en t eniendo libertad seremos felices. En verdad que la experiencia no confirma ese diagnóstico, antes la libertad empeoró nuestra situación y amenaza acabar con nosotros, si Dios no lo remedia. Para dar libertad soltamos hasta a los presos de derecho común en las primeras horas de la República, y el ministro de la Gobernación asegura que ellos colaboraron al mantenimiento del orden público en la forma que — 348 — todos sabemos. No cabía esperar otra cosa. Salimos de una Dictadura y estamos en otra más fuerte, aunque menos eficaz. Besteiro, el presidente de la Cámara y uno de los jefes del socialismo, dijo que la dictadura del proletariado sería mucho peor que la burguesa. Sus razones tendrá. Otros afirman que es la ignorancia el origen de la inquietud que padecemos, y que si hubiera muchas escuelas esto sería una balsa de aceite. Pero ¿no han ido a la escuela los que más revuelven y gritan? ¿Para qué les ha servido? Para leer periódicos beocios que les llenaron la cabeza de ideas disparatadas y el corazón de esperanzas locas. Esos constituyen un peligro más grave que los analfabetos, o tan grave por lo menos. La mala organización social tiene, según otros, la culpa de nuestro desasosiego. No negaré que haya bastante de eso, pero nuestra organización no es peor que la de otras naciones y en conjunto es más cristiana que la de todos los países no católicos. En España trabajamos todos, ricos y pobres, altos y bajos, y la desigualdad de vida es mucho menor de lo que juzgan los envidiosos. Yo conozco el nivel de que disfrutan bastantes familias poderosas y puedo testificar que trabajan más que otras de la clase media y baja y disfrutan quizá menos que ellas. Claro está que el dirigir un negocio o varias fábricas no es trabajo para los tontos, pero los que lo han probado saben cuánto desvela y envejece a los que lo hacen. Sucede con esto algo parecido a lo que los mismos beocios creen y propalan de los frailes: Que disponen de millones sin número y que se dan la gran vida... ¡Ya lo creo! Díganlo si no nuestros hábitos raídos y remendados, nuestros zapatos veteranos, nuestros billetes de tercera clase y nuestras patatas con bacalao (cuando lo hay). ¿Que tenemos un poco más éxito que los envidiosos en la enseñanza y en otras cosas? Es de suponer que algún esfuerzo nos costará. Seguramente que si los en vidiosos en vez de pasarse las horas muertas en el café y en el cine trabajaran más y gastaran menos, andarían bastante mejor. No niego que en todas las clases sociales haya unos cuantos vivos, aprovechados o pillos que saben sacar a la vida más jugo que los demás, pero no creo que ese tipo sea más frecuente en España que en otras partes. En general, sostengo lo que siempre dije: España es un pueblo fundamentalmente cristiano, creyente y practicante de las leyes de Jesucristo, y aun muchos que no rezan, o rezan poco, poseen importantísimos elementos de gran valor espiritual. Un párroco se me quejaba de que sus feligreses faltaban a misa con frecuencia, y sin embargo —añadía— son honrados, trabajadores, buenos esposos y buenos padres de familia. —Pues bien—repliqué yo—; lo que debe usted hacer es decirles eso mismo: Sois cristianos, aunque a veces no lo parezcáis; vuestra conducta es fundamentalmente buena; sois hombres honrados, trabajadores... ¿Vais — 349 — a condenaros por no oir misa? Espero que no, y pues hacéis lo más, no os iréis al infierno por un poco de abandono. —Lo malo sería—continué — que tuviera usted que decirles: Es verdad que venís a misa, pero sois un hato de ladrones, sinvergüenzas, holgazanes, borrachos... ¡Esto sí que sería difícil de remediar! Pero alguien me replicará: Si en España hay tanto bueno. ¿cómo han llegado las cosas al estado que vemos y lamentarnos? A esto guardo yo también mi contestación y diagnóstico, fruto de larga y paciente observación y de no pocas discusiones con los doctores. Lo que padece España es una invasión general de cobardía en todas las clases sociales, en la derecha como en la izquierda, salvo unos centenares de desalmados que se sienten matones por el encogimiento de los demás. Muchos que debían dar ejemplo de decisión y arrojo, lo dieron de miedo incoercible. ¿Es que su cristianismo no era sincero? Sería una atrocidad suponerlo. Son católicos y muy católicos, y aun buenos sacerdotes o religiosos, pero de una cobardía vergonzosa. Y cuando así son los directores, no cabe esperar que los demás sean héroes. Yo tuve que organizar una ronda para vigilar una iglesia en días de peligro, y quedé apenado del corto número de hombres con que Pude contar. Aun algunos de los que me parecían decididos, se negaron a acompañarme. A otros, ni siquiera me atreví a proponérselo, Esta debilidad y encogimiento, es la que hace que la gente se encierre en casa ante un amago de huelga y que las autoridades encuentren escaso apoyo en el vecindario. Y no hablo de los que al estallar la revolución huyeron al extranjero, dejando sus intereses y la Patria en las astas del toro. El ministro de Hacienda, Prieto, que algo debe saber acerca del asunto, afirma que entre los fugitivos se encuentran muchas gentes de la izquierda y aun de la extrema izquierda. Los que siempre habían suspirado por la República, al verla venir echaron a correr, ¿Vamos a averiguar el origen de la cobardía? Algunos podrán cantar resignados como cierto personaje de sainete: Nací así cobarde y flojo, co rno pude nacer manco, sordo-mudo, ciego o cojo. Pero aun en esos, el miedo se ha agravado con los muchos años de paz y seguridad. En general, todos los ciudadanos reciben una educación pacifista que encaja mal en las circunstancias actuales. Querámoslo o no, vivimos en guerra y ella será nuestro ambiente durante muchos años. Hay que preparar a los niños para la lucha y hacerles perder el miedo a la pupa, que hoy consideran como el peor de los males. Los estudiantes alemanes antes de la guerra se hacían grandes costurones en la cara, que fueran su certificado de valentía. Eso es ridículo, pero indica la estima en que se tenía a los arriesgados. jp0000% - 350 — 0'0 o . 00o 0.°00. 00 En España como en todas las naciones, corremos el peligro de que un centenar de audaces se apoderen del Gobierno, imponiéndonos una dictadura sangrienta como la de Rusia. Que aspiran a ello en todas partes, no cabe la menor duda. Sólo falta que los demás nos sometamos. Y los que pretenden esclavizarnos estiman muy poco los votos, fiándolo todo a la coacción. Mucho de eso hemos tenido ya en las últimas elecciones y aún se quejan de que hubo demasiada libertad. En las Cortes se dijo con el mayor cinismo que el Gobierno debió impedir que salieran diputados católicos, corno se impidió la propaganda monárquica. Es preciso que la gente de orden sepa dar la cara a esos desaprensivos, aceptando la discusión de palabra y de obra cuando sea preciso. Felizmente la reacción se ha iniciado vigorosamente, y son ya muchos los que opinan que pasa de la raya. Claro es que de esa opinión son los apaleados. Los que en los primeros días de la revuelta asesinaron a un obrero católico en Vergara y a varias manifestantes en Tudela, juzgan que los católicos vasco navarros (que no han asesinado a nadie), son unos provocadores. ¡Más vale así! Debemos convencer a los gobier- nos que somos mucho mejores para aliados que para enemigos. Y eso aunque luego envíen una comisión investigadora. Ella dará testimonio de que no se juega impunemente con ciudadanos pacíficos, pero decididos a defenderse. Felizmente esa actitud va siendo ya general y servirá para que los matones se tienten la ropa. Para obtener de nuestros jóvenes un temperamento sereno, debemos acostumbrarles a los juegos donde el esfuerzo se desarrolla, aunque haya algunos trompazos y contusiones. Todo es útil. No debe contrariarse tampoco su afición a las ascensiones alpinas, aunque alguna vez rueden por los barrancos. Afortunadamente, su sangre nueva repara inmediatamente las quiebras que pueda haber. Y a este propósito tengo que consignar un contraste poco honroso: Los Pirineos están llenos de jóvenes que escalan aquellas alturas, acompañados y dirigidos muchas veces por sacerdotes y frailes. Pero unos y otros son franceses, aun los que emprenden la ascensión por el lado de España. Los españoles, se contentan con mirarlos. FRAY AMADOR DE LA VERDAD O O O O O O 00 0p00000 nt0000o000ouo000000000000000000000040 u0o0Vo .000004000000J9•9000000000000000000. (I 0.0 O O C«)0' O Santoral Mercedario o e O o 8 0..00 00 % oo O O O o O 03°°°°%°°?". o °0.000.0° °0000cFP El Beato Pedro de Amer, IV General t 1301 Gobernó la Orden durante treinta años, ejerciendo en ella influencia saludable que contribuyó a fijar su carácter. Antes de ser elegido para el cargo supremo había ejercido con lucimiento otros inferiores. El 4 de enero de 1268 era Comendador de Sarrión en la actual provincia de Teruel y como tal asistió al capítulo general del Puig (1). El 1.° de diciembre de 1270 estaba vacante el generalato y a principios del año siguiente debió ser elegido Maestre Fray Pedro de Amer, que en el verano actúa ya corno General. A su lado figura desde entonces como Prior general dirigiendo en lo espiritual a los mercedarios el P. Guillermo de Isona, que al principio era Comendador del Puig y después de 1290 ocupó /a encomienda de Barcelona, sobreviviendo más de cuatro años al General. La obra principal de Fray Amer fue la compilación de nuestras primitivas constituciones formadas en los capítulos generales que se celebraban anualmente y con los mandatos de los maestres sancionados por los mismos capítulos. Así lo afirma el mismo Fray Pedro en el prólogo, «Visitadas todas las casas de nuestra Orden, vistas mu(1) A. 1-1. N. Clero, leg. 2.O43. chas de las necesidades y cuitas de la Orden y vistas y recogidas todas las constituciones hechas por los antecesores nuestros maestres generales, quitadas algunas interamente, enmendadas otras y otras hechas de nuevo, a honor de Dios y de la Virgen María su Madre y para señoría perdurable y utilidad de la Orden y para la cuidadosa y ansiada liberación de los cautivos...» las promulgó en el capítulo general de Barcelona en 1. 0 de mayo de 1272. Ya en el prólogo muestra el General su fervoroso espíritu comparando la redención de cautivos con la del género humano hecha por Jesucristo y exigiendo que «para seguir y llevar a cabo esta obra de misericordia y para visitar y libertar a los cristianos del poder de los enemigos de la Orden de Cristo, como hijos de verdadera obediencia alegremente estén preparados en todo tiempo todos los frailes de aquesta Orden, si menester es, a poner su vida corno Jesucristo la puso por nosotros». Con razón nuestro insigne P. Zumel califica de religiosisimo y eximio en el gobierno de la religión, al autor de estas palabras. A ellas correspondieron las obras, pues durante su gobierno la Orden trabajó con afán extendiendo su radio de acción considerablemente. — En Castilla se fundaron las casas de Burgos, Valladolid, Medina del Campo y Toledo, mencionadas por vez primera en la bula de 1291. En la iglesia de Santa Catalina, extramuros de Toledo, en el camino de la puerta de Bisagra, celebró Fray Pedro de Amer el capítulo general de 1294 (1). Se adquirió también casa en Jaén, que como la mayor parte de las otras debía servir de centro para recoger limosnas. En Francia se dió a la Orden la importante casa de Maleville en la diócesis de Rodez con importantes bienes. Alfonso III de Aragón nos concedió también heredades en Menorca re cién conquistada por él, aunque las casas allí establecidas fueron efímeras. Entre 1291 y 1299 se fundaron también las dos primeras casas en Navarra, una en Sangüesa con iglesia y otra en Pamplona sin ella, pero con bienes cuantiosos. Fúndanse también por estos años los conventos de Logroño, Soria, Almazán y Toro, y se adquiere la iglesia de San Juan en Fuentidueña, del obispado de Segovia, y la de Santa Victoria en la ciudad portuguesa de Beja. Finalmente en 1300 la infanta D.' Isabel, hija de Sancho el Bravo, nos dió la casa de San Antolín, extramuros de Guadalajara. En resumen, la Merced tenía al finalizar el siglo XIII 57 casas con 26 iglesias y unos 200 religiosos, que merecieron por su abnegación grandes elogios de los papas y los reyes. Los mercedarios eran poco nume(1) A. C. A. Monacales, 2.681, fol. 38. - 552 — rosos, porque la perspectiva de ir a meterse entre los moros arredraba a los menos decididos. Los peligros eran gravísimos aunque el redentor no tuviera que dar su libertad por el cautivo. Cuando este trance llegaba solían flaquear aun los más valientes, como demuestran sus cartas amargas halladas en varios archivos. Cuando después de la muerte de Fray Amer se trató de hacer General a un sacerdote, la ciudad de Segorbe escribió al Papa diciendo que tal cambio no procedía, «pues la redencion de cautivos no se puede ejercer tan comodamente por los frailes clérigos como por los legos, por el impedimento de las órdenes sagradas... pues tienen que hacer uso de las armas y algunas veces tomar parte en hechos enormes impropios de la profesion de clérigos (1). Esto quiere decir que los conflictos con los moros se decidían muchas veces a cintarazos; los clérigos supieron arreglarlos después con mejores razones sin excluir algunos mojicones que gozaron siempre de gran prestigio entre los africanos. Varios documentos de este tiempo y sobre todo una sentencia del concilio provincial de Tarragona en 1311 (2), demuestran que era costumbre hacer redención todos los años, con lo cual dicho se está que no podían ser muy numerosas. En la de 1296 fueron detenidos los redentores en Málaga, por lo que el General acudió al Rey de Aragón que (1) Ribera: Centuria, pág. 199. (2) Ibid. 116. 55 Presentó una reclamación al de Granada (1). En diciembre de 1297 estaban de vuelta los redentores que habían rescatado al alcaide del castillo de Pontes, pero quedaban allá su mujer e hijos cuya libertad reclama ron asignadas para los gastos del magisterio, según afirma un documento. Son muchos los que otorgó durante su gobierno en aquella población, que visitaba con frecuencia residiendo en ella largas temporadas (1). Sepulcro de Fray Pedro de Amer, en el Puig. (La nariz y ojos están destrozados en el original.) Jaime II, por haber sido cautivados en violación de los tratados. En mayo de 1300 se disponían los mercedarios a volver a Granada llevando recomendaciones apremiantes del mismo Rey (2). Desde 1273 el General se encargó de la encomienda de Játiba que tenía Fray Bernardo de San Román y a la que estaba aneja la administración de c uantiosos bienes cuyas rentas le fue(1) 'bid. 38 (2) Patronato, 561. En 1279 lo hallamos en el convento de Arguines para determinar con Beltrán de Bellpuig los límites de Algar que pertenecía a la Orden, con Torres-Torres propiedad de aquel caballero. Firman la concordia con el General el Comendador de Arguines Fray Guillermo Oliver y los definidores Fray Ramón Gualardo, Fray Jaime Seriti, Fray Ferrer Destorrent y Fray Pedro de Caldes (2). (1) Gazulla: Los Mercedarios en Jätiba, y siguientes. (2) A. C. A. Monacales, 2.675, fol. 211. pg. 11 — 354 — A principios de 1282 estipuló otra concordia con D. Carroz, señor de Rebollet, sobre el castillo de este nombre que había pasado a poder de la Orden, acuerdo confirmado en 1294 por Francisco Carroz en documento dirigido al General Amer y a su capellán Fray Pedro de Alós (1). Los Papas confirmaron Iodos los privilegios de la Orden reforzándolos con nuevas penas a los infractores, y el Rey de Castilla Sancho IV nos concedió en 1289 un privilegio casi tan amplio como los que disfrutábamos en Aragón (2). Honraron este generalato la santidad y glorioso martirio de San Pedro Armengol y San Pedro Pascual, muerto éste en la cárcel de Granada el 6 de diciembre de 1300. El Prior de Barcelona P. Isona tuvo desde 1298 graves disgustos con el párroco de San Justo, en cuyo término estaba la Merced. El párroco pretendía cobrar de los mercedarios extraordinarios derechos, incluso de la redención, lo que era una enormidad. Después de largas diligencias y apelaciones sometieron el pleito al Obispo electo de Barcelona Pons de Gualba, que dió sentencia el 26 de febrero de 1301. Pero en marzo amplió las facultades de los mercedarios, lo que fue (1) Centuria, 167 y 170. (2) La Merced de 190, pág. 297. 00000000p00000nno.30000000000000000oo.....uu"000000.ou00000.n0000000u.0000000r•ono0°0°u0.2000000000 0 ocasión de que el párroco se alzara de nuevo, continuando el litigio hasta 1307 (1). El General no llegó a ver el fin, y probablemente con la ilusión de que la paz quedaba asegurada, falleció santamente en el Puig el 8 de junio de 1301. Su cuerpo está levantado del suelo en una urna cubierta por la estatua yacente que reproducimos y este epitafio: Año del Señor MCCCI,-seis días antes de los idus de Junio murió Fray Pedro de Amer maestre general de toda la Orden de Sta. Maria de la Merced de los cautivos, cuya alma descanse en paz. Los cronistas de la Orden le llaman beato y santo. El Rvdruo. Guimerán escribía en 1591 que «algunas antiguas memorias le llaman santo con título que le dan de bienaventurado Fray Pedro de Amerio», y afirma que recibió el hábito de manos de San Pedro Nolasco y que fue grande imitador de sus virtudes, especialmente de su humildad y caridad (2). En el altar mayor del Puig está su imagen entre las de otros santos de la Orden, obra del siglo XVI, según el P. Serratosa. FR. GUILLERMO VÁZQUEZ (I) A. C. A. Monacales, 2.679, fol. 62. (2) Breve historia, pág. 196. HIMIHMIIMMIHMHIM EL ATRASO DE LOS SEMINARIOS 0.......u....J uvuou..00000010....000n200.2.0000000000000000Peov .... . nceo.o41.0uouuuvUO.....0000u0uOvU00000000000,20' - - - - ------- A mi amigo D. X. Querido amigo: En los mítines, en el Congreso y hasta en notas minist eriales se ha hablado mucho de la defectuosa formación del Clero, incluso en Comillas. Desea usted saber lo que yo pienso sobre ello y voy a complacerle. He advertido en primer lugar que ninguno de los discurseantes dijo una Palabra de la formación de los frailes, a los que unas veces llamaron harap ientos y otras millonarios. Creo que se van enterando de que los frailes se ríen de la Universidad y de la preparación que ella da. La orden más pobre y desarrapada (que es la de la Merced) da a su personal una f ormación bastante superior a la que Pueden sacar de la Universidad la generalidad de los alumnos. Como esto se ve y se palpa no nec esitamos insistir en ello, aunque es de estimar que los señores del margen se vayan enterando. Alguno de ellos Confesó que sus allegados le tienen Por analfabeto, a pesar Je su título de a bogado y de su brillante historial de Periodista. No entro ni salgo en ese Pleito. Concretándonos, pues, a los Semin arios, puedo afirmar que, a pesar de la escasez de recursos, en ellos se h acen bastante bien los estudios fundamentales. En Humanidades y Filosofía (que co rresponden al Bachillerato) se es- tudian bien dos cosas, a saber: Latín y Filosofía. A este propósito recuerdo que hace pocas semanas asistimos usted y yo a la recepción en la Academia de la Historia de nuestro amigo D. Angel González Palencia. Contestóle su maestro y mío el ilustre Asin, y explicando cómo triunfó el nuevo académico, dijo aproximadamente estas palabras: González Palencia traía del Seminario de Cuenca al llegar a la Universidad una formación humanística y filosófica que se echa muy de menos en los demás alumnos. Así pudo acometer sin dificultad estudios serios. Que esto encierra una gran verdad lo sabe usted demasiado, por su desgracia. A pesar de su talento y aplicación, usted no sabe latín ni entiende una palabra de Filosofía, aunque ello le desespere y haga maldecir a los que tan mal le formaron. Fuera de esos estudios fundamentales, preciso es confesarlo, ni el Instituto, ni el Seminario, hacen cosa mayor: nociones de Geografía e Historia, Matemáticas, Física.., para ir viviendo. En muchos Seminarios, sin embargo, se estudia regularmente el griego, de que no hay noticia en el Instituto, y que es una de las causas de su inferioridad con respecto al Liceo francés. Las Humanidades y Filosofía ocu- Onononcommoopommonommonoopoommommoommomm0000poommonoommoopooctornooco — 556 — pan además siete años, mientras el Bachillerato dura sólo seis en España, contra lo que sucede en toda Europa. Comparados, por tanto, los estudios preparatorios del Instituto y del Seminario, la ventaja está indudablemente en favor del Clero. Veamos ahora si en los de Facultad se cambian los términos. En los Seminarios se estudia Teolcyja dogmática y moral, Derecho canónico, Historia eclesiástica, Sagrada Escritura, Lenguas bíblicas... En la Universidad, Derecho, Medicina, Filosofía y Letras, Ciencias, Fartylacia... La duración de la licenciatura en estas Facultades varía de cuatro a siete años. Cuatro es también el mínimum en los Seminarios, aunque suelen exigir seis. Yo conozco a fondo la cabeza de muchos Sacerdotes y veo bastante claro lo que hay en la de no pocos Abogados, Médicos, Catedráticos... ¡,Quiere usted que le diga la verdad? Pues le aseguro que sólo en una cosa son inferiores los Sacerdotes a los otros: en audacia. El Sacerdote sale tímido, recatado en lanzar afirmaciones y juicios no bien comprobados, mientras la generalidad de los universitarios se lanzan por esos trigos de Dios sin temor y sin cautela. Quizá a esa timidez aludía Lerroux al afirmar que el Seminario castraba a sus alumnos (y perdone usted que yo emplee la misma frase del Sr. Ministro de Estado). Tal vez tenga razón D. Alejandro. Yo mismo llegué a la Universidad a ce encogidito. En el convento creíamos ser todos unos pobretes y que la ciencia estaba toda en la Universidad. Al ver la soltura y el desparpajo de Profesores y alumnos y el vacío que ocultaban sus palabras, escribí a mis compañeros riéndome de su candidez y de la mía. De no haber visto la Universidad, creo que me hubiera costado manejar la pluma. Tal era mi cobardía y es la de muchos otros formados en el Convento y el Seminario. Ahora me explico perfectamente que haya tantos periodistas que trabucan todo lo divino y humano, sin darse cuenta de que hacen el ridículo de una manera lamentable Es que así oyeron hablar y vieron escribir a ciertos señores que pasaban por eminentes y creen que así es la ciencia en el mundo. ¡Cuánto se equivocan! Piensan reirse de la humanidad y es la humanidad la que se ríe de ellos. Aunque los charlatanes abundan en la tierra, son muchos los hombres que cuentan y miden sus palabras, para no decir más que lo que sahen ser cierto. En nuestras Universidades abundan también los Profesores de esta clase, cuyas manos y pies beso: Menéndez Pidal, Alemany, Asin, entre los vivos; Giles, Bonilla, entre los muertos... Y con esto creo haber dicho claramente cuál es mi opinión, deseando y pidiendo a Dios que la Universidad, el Seminario y el Convento mejoren rápidamente para bien de la Iglesia y de la Patria, a las que junta en un amor su afectísimo, GARCÍA 19. Al Polo en submarino ge N7 cl o Oulacromm0000poopooci0000mpoommomommoctuaooL000p000puoc0000u00000omm0000000LO El año 1926 apareció el libro de Poäld Amundsen, intitulado «Al Polo Norte en avión», en que narra las peripecias y algunas enseñanzas de aquel viaje. ¡El primer viaje en avión! Este año quedará también grabado en los anales polares por la tentativa de George Hubert Wilkins y demás compañeros que a él se dirigen en submarino. No es nuevo el deseo de ir al Polo Norte en submarino, aunque hasta ahora no fuese posible su realización; ¿pero existe un fundamento racional que permita la esperanza de un resultado feliz? Los animados exploradores creen que sí, y confian en su pericia de marinos y aventureros. El Polo Norte es un mar, en su mayor extensión, y no poco profundo. Amundsen encontró fondos de 3.750 metros a los 88° de latitud, y dice: « Cuando realizamos el descenso, la vista llegaba hasta los 88° 30' de latitud. Ninguna tierra era entonces visible. Esta observación, relacionada con las de Peary, y con el sondaje que acabamos de obtener, indica que, según toda verosimilitud, no existe isla alguna en el sector noruego del Océano Polar» (1). El Polo Norte, pues, es un occéano l leno de bancos de hielo, y se ha calculado que la profundidad máxima de r stos témpanos no pasa de 40 a 60 (1) Lib. cit. Barcelona 1926 pág. 73. metros; así que, muy fácilmente, el submarino al verse frente a ellos pasará sumergido bajo el témpano y saldrá en la primera laguna que encuentre, que son frecuentísimas, tanto que se supone hará la mayor parte del viaje en la superficie libre del mar Polar. Noticias interesantes nos van a traer los expedicionarios, pues si la buena suerte les ayuda, tienen el mejor espíritu y preparación para estas campañas. Por algo y aun algos han anunciado por ahí que harán estudios magnéticos, geográficos, etc., pero lo que constituirá el caballo de batalla serán los metereológicos. Hoy figura como última palabra en la materia la teoría del frente polar de Bjerknes, cuya base la clic') la expedición Nansen en los tres años que el Fram anduvo errante llevado por la deriva de los hielos y cuya comprobación exige trabajos en el Polo. Incluso se piensa establecer en las regiones polares observatorios metereológicos que nos avisarán diariamente del tiempo en las regiones, sede del anticiclón o aire frío, y su posible avance hacia nosotros. El abate Moreux, ilustre director del Observatorio astronómico de Bourges, en un artículo publicado en la Prensa», de Buenos Aires (mayo de 1931), no cree mucho en el avance de la Metereología, como resultado de la expedición polar. He aquí sus palabras: «No, hay que decirlo con claridad, no es la expedición submarina del «Nautilus» lo que nos dará la clave de nuestra metereología, que depende por completo del sol. Lo que se necesitaría es estudiar las leyes que rigen la dinámica de los flúidos y aplicarla en seguida a un estudio de la circulación de los gases en nuestra atmósfera. Labor complicada, delicada, cuyas primeras nociones se nos escaparán durante mucho tiempo». «Si se entiende por Metereología la ciencia que prevé el tiempo que ha de hacer, podemos decir sin temor alguno que esta ciencia no existe actualmente, y es quizá por esta razón por la que apasiona tanto la Metereolo- gía». Estas palabras del ab e Moreux, no son más que la repetición de sus ideas expuest as en varios libros. Cue ta Amundsen en el libro citao que estando en su campamento polar a los 88° de latitud vió una foca, y se extrañó sobremanera, pues no esperaba tales acompañantes en aquellos lugares. El submarino puede hacer estudios detenidos e interesantes de los fondos polares, por la recogida de lodos y su examen; en esto tiene un gran campo. No es un misterio la variación de los Polos de la tierra en épocas geológicas, disfrutando entonces los lugares, hoy ocupados por los hielos, de una temperatura cálida; el hallazgo de bancos de coral en la punta Barrow, a 82° de latitud boreal, lo confirma, así como los yacimientos de coníferas que, convertidas en carbón, se explotan hoy en Spitzberg. Por lo que a las isletas coralinas se refiere, son producidas por animales marinos, y necesitan tanto calor, que no pueden vivir sino en los mares cuya temperatura en la superficie no baje de los 200. Hoy la media del Polo en verano es de 0°. Esperemos, pues, con ansia las notas de la expedición del «Nautilus», que estudiará la fauna y flora de lo fondos polares y nos dará sob re ello noticias hoy desconocid s. Este es el campo en que pu de hacer labor más segura y fr uctuosa, así corno intere- sant Mientras tanto, roguemos al Señor, que tantas maravillas ha creado, proteja a los expedicionarios y los salve de la catástrofe, pues las dificultades que han de afrontar son innumerables. A los amantes del sport, el lado aventurero de la expedición, quizá sea el que más les interese. A mí no, aunque sin desconocer lo emocional y sensiblero del asunto. De Riiser-Larsen, piloto del N. 24, en que fué Amundsen al Polo, dice que a causa del racionamiento de los alimentos en las seis semanas que allí estuvieron, antes de poder realizar el vuelo de regreso, la corbata, que le apretaba al salir, le daba dos vueltas ahora al cuello y aún le sobraba algo. Esperemos a ver cómo llegan nues tros valientes tripulantes del «Nauti- lus». GEORG NOTICIAS \K MAD ID La ilustre y apostólica Archicofradía de ! a Merced, establecida actualmente en la P a rroquia de San Millán, se prepara a c elebrar con la posible solemnidad el seg un do centenario de su fundación, en 1731, en el próximo convento, casa gener alicia de la Merced, de la plaza del Prog reso, derruido hace pronto cien añ as. La fu ndación fue debida al celo del Re.verendísimo P. José Mezquia, luego Obispo de S olsona, movido por curiosas circunstancias que habían alejado de nuestra iglesia Otra Cofradía que antes la llenaba con sus cultos. Aunque están ausentes muchas de las Personas de la nobleza que forman tan fe rvorosa Hermandad, esperamos que las fiestas seráa un éxito. Para conseguirlo, Pone toda su actividad el fervoroso secretar io don Eusebio Engulla, que estuvo a i nvitar a nuestra Comunidad. PUERTO RICO Sabemos que el P. Manuel Cereijo y SU s acompañantes llegaron sin novedad, Y que se disponen a trabajar con el ardor q ue les caracteriza. La prensa del día 4 a nuncia una catástrofe ocasionada por el de sbordamiento del río de Ponce, donde Pre cisamente están nuestras casas. ¡Quier a el Señor que los daños no sean muy graves! FERROL • Ha llegado el P. Provincial para acomodar este Colegio a las exigencias del Gobi erno. Nuestra provincia se propone satisfacerlas cumplidamente, haciendo que 8118 estudiantes adquieran los grados acadé micos, aunque ello suponga más gastos que utilidad. Dícese que en adelante será condición previa para el Magisterio el haber cursado el bachillerato, lo que será una gran ventaja si éste se hace seriamente. De todos modos, nuestros estudiantes se pondrán en mayor contacto con el mundo oficial, cosa que juzgamos provechosa. BARCELONA Ha regresado de la América del Sur la Reverenda Madre Nieves Moulain, Superiora general de la Congregación de Mercedarias de San Gervasio, después de visitar las casas de su Instituto, de cuya vida y porvenir vuelve muy satisfecha. GRANADA También ha estado en el Brasil la Reverenda Madre Araceli Royo, Superiora general de la Congregación de Hermanas Mercedarias de la Caridad que, además de visitar las casas allá establecidas, concertó la fundación de otra en el estado de San Paulo, y recibió invitaciones para fundar en Costa R i ca y otras Repúblicas. POYO Se terminaron los exámenes el día 10 de agosto, siendo su resultado satisfactorio, por lo que felicitamos a estudiantes y maestros, que tan bien han trabajado. Ei 16 de agosto han ido a ordenarse a Tuy de presbíteros Fr. Carlos Silva y Fray Francisco Refié; de diácono, Fr. José Crespo; de subdiácono, Fr. Vicente Alvarez. Mi enhorabuena cordial y un abrazo. Apenas si hay tiempo libre, y eso que estamos en vacaciones. Los jóvenes han preparado un verdadero centón de cantos polifónicos para honrar a San Ramón Nonnato, en la Novena que empezó el día 23. He aquí algunos que recuerdo: « Vide Dómine', a tres voces; «Jesu tua dilectio», a tres voces; « Pars mea», a tres 360 voces; « Tantum ergo » , a cuatro voces; «Jesu Rex admirabilis), a tres voces. Todos estos de Palestrina. «Ave verum», a cuatro voces; «Duo Seraphin » , a cuatro voces; 'Ave María», a cuatro voces, de Victoria. Figuran además el « Ave verum» a solo y tres voces, del P. Miguélez, mercedario, y «Tantum ergo » a cuatro voces del mismo autor, y otros compositores célebres como Bach, Guerrero, Lotti, Garmendia, O di Lasso, Irruarizaga, y dos bonitos himnos del P. S-a i áegui, «Imago Jesu vivida » , a cuatro voces. 30 dz agosto. Fuí al Grove al frente de una peregrinación: iluevista». El objeto era asistir a la jura de la bandera que celebró el fervoroso Centro del Grove. Una hermosa procesión con el Santísimo, que partió de una capilla y llevamos en triunfo a la magnífica iglesia. Misa de campaña en el atrio de e3ta, y al final ja jura. Indulgencias para el mes de octubrd Día 23.—San Pedro Pascual, obispo y mártir de la Orden. Absolución general y otra indulgencia plenaria visitando la iglesia. Día 24. Cuarto sábado. Indulgencia plenaria, asistiendo a la misa de Nuestra Santísima Madre. ¡Benditos actos del jueves que tan SitTI-' ',áticos son al Corazón de Jesús-Hostia, y tan provechosos a las almas que le aman! Allí nos encontramos el Centro de Sangenjo, que fué a acompañar en la misa de comunión al del Grove. Pueblo engalanado, luciendo unos letreros eucarísticos, delicadamente hechos, arcos de triunfo. Todo eso hubo. Al final, el P. Armengol parafraseó las palabras del Salmista: «Ecce quam bonum ere». ¡Qué hermoso es ver a los hermanos juntos en un solo corazón y una sola alma! «¡Jueves!», esta es la verdadera fraternidad, que nos amemos como hermanos en la tierra al lado de Jesús, con quien nos juntaremos un día para gozar ror siempre. El 6 da septiembre próximo celebrará su «Jura» el Centro de Muros. Asistirán Negreiro, Ato y Puerto del Son. FR. R. SANJURJO -1-,NECROLOGIA El 3 del corriente falleció santamente en el convento de mercedarias de Bilbao, la R. M. Natividad Olivares, a los setenta y tres años de edad y cincuenta y dos de religión. Desempeñó muchas veces el cargo de comendadora. R. I. P. S T—T M A PI 0 PIADOSÍSIMA MADRE DE LA MERCED, ROGAD POR NOSOTROS. — LA VIDA DE DIOS ES AMOR, Y AMOR DEBE SER LA VIDA CRISTIANA, por Fr. J. G. Castro.—RUMBOS PEDAGÓGICOS, por Fr. R. Delgado.—ORIGEN DE LA CRISIS ECONÓMICA UNIVERSAL, por Guillaume.—LA TER- CERA Y CUARTA BIENAVENTURANZAS, por Fr. 5. Solaegui.—A NUESTRA SANTÍSIMA MADRE, por Fr. S, Crespo.— ¡SIEMPRE ATRASADOS!, por Fr. G. Núñez.—LA VIDA CRISTIANA, por Fr. N. de Ulloa.—EL MORRIONISMO EN ACCIÓN por 0.—LA ESCUELA ÚNICA, OBLIGATORIA Y LAICA, por Fr. G. Vázquez.—EL PaIMER CONVENTO DE NUESTROS DESCALZOS, por Llján.-PÁGINA MISIONAL Y COLECTA. — UNA AMBICIÓN Y UN TESORO, por Angel Santamaría.—e„QuA PASA EN ESPAÑA?, por Fr. Amador de la V.—EL BEATO PEDRO DE AMER, por Fr. G. Vázquez.—EL ATRASO EN LOS SEMINARIOS, por García.—AL POLO NORTE EN SUBMARINO, por Georg.—NonciAs.—NECROLOGíA.—INDULGENCIAS PARA OCTUBRE. CON LAS DEBIDAS LICENCIAS Editorial Católica Toledana, Juan Labrador, 6, teléfono 211.