leccion 06 iv trim 2012 universitarios

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lección 6
3 al 9 de noviembre
la victoria
sobre las fuerzas del mal
«Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores
por medio de aquel que nos amó».
Romanos 8: 37
Lucas 9: 1
Introducción
sábado
3 de noviembre
El poder y la autoridad
triunfantes
En la Biblia encontramos el relato de un centurión cuyo siervo estaba enfermo.
El oficial no se consideraba digno de que Jesús visitara su casa. Él reconoció que
Jesús era un hombre de autoridad al decir: «Porque yo mismo soy un hombre sujeto
a órdenes superiores, y además tengo soldados bajo mi autoridad» (Mat. 8: 9).
Por uno mismo es imposible seguir a Dios.
Jesús, con todo su poder y autoridad le dijo al centurión: «¡Ve! Todo se hará tal
como creíste» (Mat. 8: 13), y en aquel mismo momento el siervo del centurión fue
sanado.
Jesús le concede el mismo poder y autoridad a quienes se han sometido a él.
Vencer el pecado ¡es únicamente posible a través de Jesús! Muchos cristianos reclaman la promesa encontrada en Santiago 4: 7: «Así que sométanse a Dios. Resistan
al diablo, y él huirá de ustedes». Muchos olvidan que esto es únicamente posible si
«nos sometemos a Dios» primeramente. El comienzo de este versículo es lo que nos
concede el poder para resistir los malvados planes del diablo. «Habiendo reunido a
los doce, Jesús les dio poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y para
sanar enfermedades» (Luc. 9: 1). El poder (dynamos, «habilidad espiritual») y autoridad (exousian, «el derecho a ejercer poder») sobre los demonios y la gran variedad de
enfermedades, se les concede a quienes siguen a Jesús.*
Por uno mismo es imposible seguir a Dios ya que el corazón humano es enemigo de él. Por tanto, necesitamos estar en Jesús, caminar con él a diario, morir al yo
y permitir que su poder para vencer las tentaciones que el enemigo nos lanza de ma nera constante.
¿Estás dispuesto a someterte a Dios y permitirle que su poder te libre de las cadenas del pecado?
______________
*John F. Walvoord, Roy B. Zuck, y Dallas Theological Seminary, The Bible Knowledge Commentary: An Exposition of the
Scriptures (Wheaton; Victor Books, 1983), Lucas 9: 1-6.
Juan A. Cabrera, Berrien Springs, Michigan, EE. UU.
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domingo
4 de noviembre
Logos
La victoria
puede ser nuestra
Romanos 8: 37;
2 Corintios 10: 4;
Efesios 6: 10-18;
1 Pedro 5: 8;
Apocalipsis 12
Una guerra real (Efe. 6: 10-18)
Si creemos en la Biblia debemos considerar su testimonio respecto a la realidad
de la dimensión espiritual del presente mundo. Los ángeles buenos y malos, o espíritus, están presentes y activos en el mundo. (Heb. 1: 14; Efe. 6: 12). Aunque por lo
general no se pueden ver (2 Rey. 6: 16-17), ellos pueden mediante su poder impactar significativamente al mundo material (2 Rey. 19: 35; Apoc. 16: 13-14). Satanás
se propuso hacer guerra contra los herederos del reino luego de ser derrotado en el
cielo (Apoc. 12: 7-9), y después de que le fuera «aplastada su cabeza» por la simiente
de la mujer (Gén. 3: 15). La amarga enemistad del diablo ahora se dirige en contra
del «remanente» (Apoc. 12: 17). La Biblia registra la fiera lucha espiritual que enfrentaron Jesús y los apóstoles, tanto en forma encubierta como directa (Mat. 16: 21-23;
Hech, 13: 6-12; 1 Ped. 5: 8).
¡Cuánto más fieramente será librada esta guerra al reconocer el diablo «que le
queda poco tiempo» (Apoc. 12: 12)! La iglesia, tanto colectiva como individual es el
objeto de continuos y elaborados ataques. «Sin embargo, en todo esto somos más
que vencedores por medio de aquel que nos amó» (Rom. 8: 37).
Los engaños y los métodos de Satanás
(Mat. 16: 21-23; Juan 13: 27; 2 Tim. 2: 26)
Aunque Satanás habla de libertad (Gén. 3: 1, 5), su verdadero deseo es controlarnos para que estemos sujetos a su voluntad. (2 Tim. 2: 26). Él lo hace de dos formas: sugerencias malignas y posesión demoníaca.
En Mateo 16: 21-23, Jesús les habla a sus discípulos de su sufrimiento y de su
muerte. Pedro recrimina a Jesús diciendo que ojalá eso no le suceda. Luego Jesús le
dice a Pedro: «¡Aléjate de mí, Satanás!». Un poco antes, Jesús había confirmado que
Pedro había recibido una revelación celestial (vers. 17). Por tanto, es muy poco probable que ahora él esté poseído por algún demonio. No, más bien Pedro fue víctima de una sugerencia demoníaca.
Al igual que había hecho con Eva, Satanás sugirió algo a Pedro y este lo aceptó;
cumpliendo así con la voluntad del diablo. A simple vista, una sugerencia demoníaca no parece tan impresionante como una posesión demoníaca. Sin embargo, con
cada sugerencia que aceptemos nos dejamos controlar más por el demonio y seremos menos capaces de ejercer nuestra voluntad en contra de dichas ideas. Nos convertimos en esclavos y candidatos para ser poseídos por el demonio (Rom. 6: 16).
El Nuevo Testamento presenta muchos ejemplos de posesión por parte de espíritus malignos. En la mayor parte de los casos no sabemos mucho acerca de los individuos, antes de que sufrieran de esa posesión. Una notable excepción es Judas de
quien Juan afirma: «Dijo esto, no porque se interesara por los pobres sino porque
era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, acostumbraba robarse lo
que echaban en ella» (Juan 12: 6). Judas repetidamente aceptó la sugerencia del dia58
blo y eso lo preparó para que finalmente traicionara a Jesús (Juan 13: 2). Finalmente,
al dejarse esclavizar por Satanás se convirtió en un candidato para ser poseído por
el diablo: «Tan pronto como Judas tomó el pan, Satanás entró en él» (Juan 13: 27).
Las armas de nuestra contienda
(Mat. 12: 28; Juan 8: 31, 32; 1 Juan 5: 4)
¿Cómo podemos evitar ser conquistados por las fuerzas del mal? En primer
lugar, debemos tener fe en Jesús y en su Palabra. (1 Juan 5: 4). La fe es el escudo que
nos protege para que no creamos las sugerencias del diablo (Efe. 6: 16).
Su fruto es la fe.
Jesús nos promete que conoceremos la verdad al leer, estudiar y meditar en la
Palabra. Eso nos ayudará a no ser llevados cautivos por las fuerzas del mal. Si Pedro
hubiera estado estudiando y escuchando las palabras él habría conocido la verdad
respecto a la naturaleza de la misión de Cristo y pudo haber rechazado la sugerencia
de Satanás.
Para triunfar sobre las fuerzas del mal debemos ser llenos del Espíritu Santo.
Jesús dijo que él echaba fuera los demonios «por medio del Espíritu de Dios» (Mat.
12: 28). Es mediante este mismo espíritu que podemos obtener la victoria. Su fruto
es la fe (Gál. 5: 22), él nos guía a toda verdad (Juan 16: 13) y nos hará recordar las
palabras de Jesús (Juan 14: 26). Por tanto, él es el agente activo que nos guarda en
contra de las mentiras del enemigo.
PARA COMENTAR
1. ¿Cuáles son las sugerencias del maligno que por lo general aceptamos? ¿Qué pasajes de las Escrituras pueden protegerme en el futuro? ¿Cuál es un plan apropiado
cuando enfrento sugerencias del maligno?
2. ¿Cómo podemos permanecer llenos del Espíritu (Luc. 11: 13; Juan 14: 26; Hech.
5: 32; Gál. 3: 14)?
Ean Nugent, Bowie, Maryland, EE. UU.
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lunes
5 de noviembre
Testimonio
Venciendo las trampas
del enemigo
Efesios 6: 11
Satanás «tenderá lazos para los que aseveran guardar los mandamientos de Dios, y
que están casi en los límites de la Canaán celestial. Empleará hasta lo sumo sus poderes para entrampar almas y hacer caer en lo que respecta a sus puntos más débiles a los
que profesan ser hijos de Dios».1
«No es ahora tiempo para claudicar en nuestros esfuerzos».
Las buenas nuevas consisten en saber que Dios no nos creó para que fracasáramos.
Jesús enfrentó las mayores tentaciones y triunfó; con él a nuestro lado, podremos asimismo vencer al diablo.
«Así vemos revelado el gran plan de redención, el medio ideado para liberar a la
humanidad del poder de Satanás. Vemos a Cristo, el Capitán de nuestra salvación, enfrentando al príncipe de las tinieblas en batalla abierta y obteniendo la victoria por nosotros. Aprendemos también que, mediante esta victoria, se nos abrió una puerta de
esperanza, una fuente de poder, y que como soldados fieles podemos pelear nuestras
propias batallas con el astuto enemigo, y vencer en el nombre de Jesús».2
El diablo está constantemente intentando usar sus maquinaciones con el fin de
vencernos. Sin embargo: «Nos acercamos al conflicto final y no es tiempo para hacer
concesiones, ni para ocultar los colores. Cuando la batalla ruge, nadie se vuelve traidor.
No es tiempo para deponer o esconder nuestras armas y darle ventaja a Satanás en la
contienda. A menos que velemos y mantengamos los vestidos sin mancha mundanal,
no permaneceremos fieles al Capitán. Pasen la voz a los demás guardias, diciendo: “La
mañana viene, y después la noche”.
»No es ahora tiempo para claudicar en nuestros esfuerzos, ni embotarnos o perder
nuestro entusiasmo, ni tiempo de ocultar nuestra luz debajo de un almud, ni de hablar
con delicadeza, ni de profetizar engaño. Debemos emplear toda nuestra energía en la
causa de Dios. Debemos ser obedientes, testificando en favor de Dios y de la verdad.
Nadie se desvíe ante cualquier sugerencia que el mundo pueda hacer».3
PARA COMENTAR
1. ¿Cómo te sientes al saber que Satanás te odia con la misma intensidad en que
Dios te ama?
2. ¿Cuántas veces te has atemorizado y no has confiado en Dios cuando las cosas no
han salido como esperabas, o cuando has enfrentado algún gran desafío? ¿Cuál
habría sido la diferencia si tan solo hubieras confiado en Dios?
______________
1. El hogar cristiano, p. 296.
2. A fin de conocerle, p. 164.
3. Cristo triunfante, p. 347.
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Viviene Greice Martinelli, Silver Spring, Maryland, EE. UU.
Hechos 19: 11-20
Evidencia
martes
6 de noviembre
Una bendición disfrazada
El botón para suspender la alarma del reloj despertador puede representar un
gran problema. Apretarlo podría implicar perder un examen, o enfrentar a un disgustado jefe. Estoy convencido de que ese botón fue inventado para estimular la
procrastinación. Sin embargo, si tú pones el despertador a una hora anticipada
podrás usar el botón de suspenso y despertar a tiempo; en ese caso sería una bendición. No obstante, el mejor consejo es: ¡no lo uses bajo ninguna circunstancia!
¡No pulses el botón del despertador
para dormir un poco más!
Algunos judíos en el tiempo de Israel se involucraban en prácticas de hechicería (Mat. 12: 27). Pablo se opuso rotundamente a dichas prácticas. Por donde quiera que él iba, se ponía del lado de Dios y no del de la hechicería. En Éfeso «Dios
hacía milagros extraordinarios por medio de Pablo, a tal grado que a los enfermos
les llevaban pañuelos y delantales que habían tocado el cuerpo de Pablo, y quedaban sanos de sus enfermedades, y los espíritus malignos salían de ellos» (Hech. 19:
11, 12). Pablo se destacaba tanto por sus milagros que quienes practicaban la magia
se esforzaban por imitarlo. Los siete hijos de Esceva, un sacerdote judío, quienes intentaron utilizar el nombre de Jesús para exorcizar a un espíritu malo (vers. 14), no
tuvieron éxito y el espíritu los agredió dejándolos desnudos y heridos. Este suceso
se difundió ampliamente por toda la región y la evidencia mostró que Jesús era más
poderoso que cualquier otro dios. Como resultado, quienes practicaban la magia
arrojaron al fuego sus costosos manuales. «Así la palabra del Señor crecía y se difundía con poder arrollador» (vers. 20).
Este interesante relato es el testimonio de una victoria sobre el mal y de la forma
en que una maldición puede convertirse en una bendición. «Él trastorna la estrategia del diablo que consiste en usurpar el poder de Jesús y hace que incluso los
demonios contribuyan al avance del reino de Dios entre los gentiles».*
Cualquier cosa que ocupe el lugar de Dios podrá ser considerado como un de monio en tu vida. La cruz es capaz de aplastar todos los ataques del diablo ¡gracias
al amor que Dios nos tiene! Cambia lo malo por algo bueno. ¡No pulses el botón
del despertador para dormir un poco más!
PARA COMENTAR
1. Los cristianos enfrentan tentaciones y distracciones a diario. ¿Cuáles son algunas
formas prácticas para combatir los «demonios» en tu vida?
2. ¿Cómo puedes utilizar la tecnología con el fin de esparcir el evangelio?
______________
*Kistemaker J. Simon, New Testament Commentary, t. 5 (Grand Rapids: Baker Academic, 1990), p. 689.
Timothy Stevens, Burtonsville, Maryland, EE. UU.
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miércoles
7 de noviembre
Cómo actuar
Una guerra ganada antes
de que comenzara
Génesis 3: 15
Dios les ha dado a los seres humanos instrucciones definidas para que vivan y reclamen la victoria sobre las fuerzas del mal. Las siguientes son algunas indicaciones que
pueden ayudarte a obtener la victoria:
Paso 1: ¡Alaba a Dios! Hay mucho por lo que podemos alabarlo. Jesús ganó la
guerra entre el bien y el mal (Apoc. 20: 10). La misma concluyó antes de comenzar. ¡El
es único digno de alabanza! (Apoc. 7: 9, 10). Incluso en los momentos más tenebrosos
debemos alabar a Dios (Job 1: 21). Podemos aplicar su victoria a nuestras vidas. Nuestra
fragilidad y dependencia del Señor contribuye a arrojar luz sobre la gracia y la misericordia divinas (1 Cor. 10: 13).
También tenemos una ventaja.
Paso 2: Visualiza su victoria y la tuya. Aunque Dios no necesita de nadie, él posee
una abundancia de amor tan grande que nos creó para ser amados y para amar (Rom.
8: 37). Imagina lo maravilloso que será tu testimonio por haber sido liberado del mal.
Visualiza el fracaso del tentador y regocíjate en la idea de que vencerás sus tentaciones.
Paso 3: Anticipa el mal. Lamentablemente, el mal siempre está a la vuelta de la
esquina. Satanás desea que te preocupes a cada paso, con el fin de impedir que disfrutes de tu existencia. Él puede utilizar tentaciones que aparentan ser algo bueno, pero
que en realidad violentan los preceptos morales y éticos (Gén. 3: 6). No pienses cómo,
cuándo y dónde el mal golpeará; más bien no permitas que el mismo te sorprenda
cuando lo haga.
Paso 4: Conozcámonos a nosotros mismos. El diablo posee una ventaja: él conoce nuestras debilidades. Aunque nosotros también tenemos una ventaja: conocemos
nuestras debilidades. Tenemos una oportunidad para evitar el mal (Prov. 4: 14, 15).
Cuando nos sentimos más fuertes podemos tomar precauciones para evitar caer en
momentos de debilidad. Sin importar nuestra maldad, hagamos planes para abandonar los malos hábitos y para adoptar métodos que nos alejen de las tentaciones.
Paso 5: Conoce la Palabra. Debido a que conocemos el tipo de batalla que encontraremos, podemos reforzarnos mediante la Palabra. Coloca letreros con textos bíblicos
en diferentes lugares de tu casa. Memorízalos. En momentos de dificultad recítalos en
voz alta, como lo hizo Jesús (Mat. 4: 7).
Paso 6: ¡Alaba a Dios! En toda dificultad y cada vez que fracasamos, siempre hay
un elemento constante: El amor de Dios. Por tanto, alábalo (Sal. 96: 8). Se nos ha prometido su victoria. Aporta a ella y luego compártela.
PARA COMENTAR
1. ¿Qué pueden enseñarme acerca de Dios las pruebas diarias?
2. ¿Cómo puedo saber que estoy siendo probado o tentado?
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Neil Braithwaite, Washington, D. C., EE. UU.
Romanos 8: 28-39
Opinión
jueves
8 de noviembre
La victoria es una opción
Nuestro estilo de vida está conformado por toda una serie de decisiones. Las mismas son oportunidades que pueden acercarnos más a nuestro Creador y Salvador, y
por tanto a la victoria. Pero, eso es algo que no sucede en forma automática. Debemos
hacer planes definidos al respecto, prepararnos para ello y tener una visión definida.
Deberíamos ser motivados por todo lo que es positivo.
Cuando la gente habla de vencer tentaciones, a menudo colocan demasiado énfasis en lo que no se debe hacer. Eso puede motivar a que algunos hagan lo correcto de
manera temporal, debido a los sentimientos negativos que los motivan: culpa o temor.
Más bien deberíamos ser motivados por todo lo que es positivo. Deberíamos decidir que
seremos victoriosos porque amamos a Jesús, no porque no deseamos ser condenados.
Mientras tomaba una clase de educación infantil en la universidad, nuestro profesor dijo que en lugar de decirle a un niño lo que no debe hacer, deberíamos decirle qué
hacer. En lugar de decir «No grites», debemos decirle al niño: «Por favor, habla en voz
baja».
Quizá un mejor ejemplo sería decirle a alguien que desea perder peso que no
coma dulces. La persona comenzará a pensar en forma obsesiva que no debería
comer dulces. Se frustrará porque inevitablemente, en eso es en lo único que va a pensar: ¡en los dulces! Un mejor método sería decirle a dicha persona que consuma más
frutas y hortalizas. Eso les dará una alternativa práctica que podrán implementar. Al
colocar todo lo anterior en un contexto cristiano, nuestras ideas deben enfocarse en
Jesús y en hacer todo aquello que a él le agrada; en lugar de concentrarnos obsesivamente en las tentaciones y en los fracasos.
Las tentaciones están por todos lados, aunque no siempre asumen una forma
manifiesta o seria. Al reflexionar en cada decisión que tomemos, podemos preguntarnos si las mismas nos acercan más a Dios, o nos alejan de él. Al orar con fervor, al
estudiar a diario su Palabra y al permitirle que él asuma el control de nuestras vidas;
estaremos adquiriendo la sabiduría y la disciplina que nos harán victoriosos al vencer
nuestras tentaciones: todo lo que debemos hacer es decidir que lo haremos.
Jesús siempre está con nosotros cuando los desafíos, los dilemas, o los desengaños lleguen a nuestra vida. Nada puede separarnos del amor de Dios (Rom. 8: 28-39).
Aférrate de tu amante Salvador y él hará de ti un vencedor. Entre todo lo demás ¡decide hoy servirle!
PARA COMENTAR
1. ¿Qué haces para mostrar que Jesús es lo primero en tu vida?
2. Menciona algunos ejemplos de actitudes que podrían ayudarte a vencer las tentaciones.
3. ¿Cómo puedes estar del lado de Jesús mientras cumples con tus ocupaciones diarias?
Lilian Lima, Silver Spring, Maryland, EE. UU.
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viernes
9 de noviembre
Exploración
La promesa
de la victoria
1 Corintios 15: 55-57
PARA CONCLUIR
Existen muchas ventajas prácticas en vivir vidas cristianas. Sin embargo, debemos
siempre recordar que el cristianismo aparenta «no ser de este mundo». Como cristianos sabemos que existe otra dimensión de la realidad que va más allá del mundo material. ¡Cuán agradecidos debemos estar por las promesas de victoria que se nos hacen
en ambas dimensiones! El gran conflicto entre Cristo y Satanás nos ayuda a entender nuestro papel en los dos ámbitos. El cristianismo no nos abandona a los caprichos o al control del diablo, porque en Cristo tenemos la promesa de victoria.
CONSIDERA
• Cantar un himno del Himnario Adventista que hable de la victoria del cristiano. Luego piensa si tu propia vida se refleja en las palabras del himno. Por
ejemplo, la forma en que Cristo te ha guiado en tu lucha contra el mal.
• Confeccionar un objeto de metal, madera, arcilla o papel que simbolice la victoria que en Cristo hemos logrado sobre el mal. ¿Qué título le pondrías, y por
qué?
• Buscar en una concordancia bíblica la palabra victoria. ¿Cuál es el contexto de
cada versículo? Ordénalos tomando en cuenta la relevancia que tienen para tu
relación con Cristo.
• Hacer una caminata en un lugar hermoso, tomando fotos de aquellas cosas
que te recuerden la esperanza que tenemos en Cristo. ¿Qué títulos les pondrías a
cada foto?
• Publicar algún pensamiento en Twitter o en Facebook relacionado con una
victoria reciente que Cristo te ha ayudado a obtener.
• Meditar en las ocasiones en las que Dios te ha concedido la victoria sobre
algún pecado o problema específico. Luego considera una situación o hábito
que requiere la ayuda de Dios con el fin de que obtengas la victoria sobre el
mismo.
PARA CONECTAR
Hebreos 11; 1 Juan 3: 8, 9.
El camino a Cristo, cap. 9; El discurso maestro de Jesucristo, cap. 5.
64
E. R. Woerkom, Brooklyn, Nueva York, EE. UU.
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