Universidad Autónoma del Estado de México Facultad de Antropología Revista electrónica Nueva Época Año 3, No. 1 Enero – Junio 2013 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1 Enero-Junio 2013 DIRECTORIO INSTITUCIONAL Dr. en D. Jorge Olvera García Rector Dr. Alfredo Barrera Baca Secretario de Docencia Dra. Ángeles Ma. del Rosario Pérez Bernal Secretaria de Investigación y Estudios Avanzados Mtro. José Benjamín Bernal Suárez Secretario de Rectoría Mtra. Ivett Tinoco García Secretaria de Difusión Cultural Mtro. Ricardo Joya Cepeda Secretario de Extensión y Vinculación Mtra. Yolanda E. Ballesteros Senties Secretaria de Cooperación Internacional Mtro. Javier González Martínez Secretario de Administración Dr. Manuel Hernández Luna Secretario de Planeación y Desarrollo Institucional Mtro. Emilio Tovar Pérez Director General de Centros Universitarios y Unidades Académicas Profesionales Dr. en D. Hiram Raúl Piña Libien Abogado General Lic. en Com. Juan Portilla Estrada Director General de Comunicación Universitaria Lic. Jorge Bernáldez García Secretario Técnico de la Rectoría 2 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1 DIRECTORIO INTERNO Enero-Junio 2013 ANTROPOFORMAS FACULTAD DE ANTROPOLOGÍA Dirección M.A.S. Ignacio Medina Alegría M.A.S. José Concepción Arzate Salvador Director Coordinación Editorial M.C.S. Itzel Abril Tinoco González M.A.S. Angélica García Bustos Subdirectora Académica Comité Editorial Externo Dra. María Isabel Mora Ledesma (El Colegio de San Luis, A.C.) L.A.S. David Manjarrez Escudero Subdirector Administrativo M.A.S. Guadalupe Cámara Gutiérrez (Universidad Autónoma de Yucatán) M.A.S. Ignacio Medina Alegría Coordinador de Investigación y Estudios Avanzados Mtro. Francisco Ríos Agreda (Universidad Autónoma de Querétaro) L.A.S. Javier Rodríguez Medina Coordinador de Difusión Cultural Comité Editorial Interno Dr. Juan Jesús Velasco Orozco L.A.S. Leonardo Rosales Sánchez Coordinador de Extensión y Vinculación M.E.L. Rodrigo Marcial Jiménez L.D. Odeth Gabriela Torres Reneaum Coordinadora de Planeación L.A.S. Federico Arzate Salvador Jefe del Departamento de Titulación L.A.S. Rebeca Esquivel Rivera Jefa del Departamento de Control Escolar M.A.S. Juan Trejo Castro M.E.E. María Madrazo Miranda Apoyo Editorial L.L.I. Claudia Lucía Benhumea Rodríguez L.A.S. Hermes Javier Hernández Díaz Jefe del Departamento de Prácticas de Campo Diseño y Soporte Técnico Ricardo Fuentes Sánchez Edilberto Sánchez Lara L.A.S. Mireya Núñez Martínez Jefe del Departamento de Tutoría Académica M.A.S. Héctor Hernández Rosales Cronista Información Legal ANTROPOFORMAS, Año 3, No. 1, Enero - Junio 2013, es una publicación semestral editada por la Universidad Autónoma del Estado de México, a través de la Facultad de Antropología y su Coordinación de Investigación y Estudios Avanzados, calle Mariano Matamoros Sur s/n Col. Universidad, Toluca, México, C.P. 50130, Tels./Fax: (722) 2194615 y 2120373, http://www.uaemex.mx/antropoformas, [email protected]. Editor responsable: Ignacio Medina Alegría. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2011-120511434300-203, ISSN en trámite, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización del Número, Área de Tecnologías de Información y Comunicación, C. Ricardo Fuentes Sánchez, fecha de última modificación, diciembre 2013. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Se autoriza la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación siempre y cuando se cite la fuente. 3 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1 Enero-Junio 2013 Índice Investigación ________________________________________________________________ Reconversión productiva agrícola y re-significación del ambiente. El caso de Jalmolonga, en Malinalco, Estado de México 6 Vania Leticia Vallejo León José Luis Arriaga Ornelas Salvador Adame Martínez Edel Gilberto Cadena Vargas Los “santiagos” de Amanalco: una devoción de ofrenda y sacrificio para el “santito” 32 José Manuel Moreno Carvallo Un acercamiento sociológico a mujeres con cáncer de mama 62 Araceli Romero Martínez El Modelo Educativo Basado en Competencias en las licenciaturas de Antropología Social en México 74 María Madrazo Miranda Juan Jesús Velasco Orozco Laura Reyes Montes Angélica García Bustos Reseña ________________________________________________________________ Ayahuasca y Salud Rodrigo Marcial Jiménez 86 4 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1 Enero-Junio 2013 5 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 RECONVERSIÓN PRODUCTIVA AGRÍCOLA Y RESIGNIFICACIÓN DEL AMBIENTE. EL CASO DE JALMOLONGA, EN MALINALCO, ESTADO DE MÉXICO Vania Leticia Vallejo León* José Luis Arriaga Ornelas** Salvador Adame Martínez*** Edel Gilberto Cadena Vargas**** RESUMEN: Este texto ofrece una posibilidad de abordaje del fenómeno de reconversión productiva agrícola debido al uso de invernaderos. Es resultado de una investigación que tuvo entre sus objetivos estimar la presión socio-ambiental que ejerce este modo de producción agrícola que está proliferando en México. En principio se utiliza el modelo Presión-Estado-Respuesta (PER) diseñado por la OCDE y que propone una metodología causal, pero para observar la parte lógico-significativa del asunto se desagrega el concepto de Presión en seis categorías de interacción articuladas dentro de la unidad de análisis (los invernaderos): los recursos naturales, el entorno sociocultural, el marco gubernamental, el sistema comercial, la estructura fiscal-financiera y el conjunto de servicios e infraestructura. En el desarrollo de este artículo se describe el uso de herramientas etnográficas y geotecnológicas para un análisis del medio biofísico y antrópico de Jalmolonga, a fin de estar en condiciones de conocer no sólo la presión de los invernaderos sobre el ambiente, sino también si existe una re-significación de la relación hombrenaturaleza. Se pone a prueba la idea de que la producción en invernaderos podría traer consigo una concepción diferente sobre el uso y manejo de los recursos naturales, en especial el agua y el suelo. PALABRAS CLAVE: invernaderos, reconversión productiva, presión social, presión ambiental. ABSTRACT: This text offers a possiblity to approach the phenomenon of productive agricultural reconversión through the use of greenhouses. This is the result of a research that had among its objectives the estimation of the socio-environmental pressure put by this growing agricultural means of production in Mexico. The Pressure-State-Respone (PSR) model designed by the OCDE is initially used and it proposes a causal methodology, but in order to observe the logical-significative part of the issue, the concept of pressure is desintegrated into six categories of articulated interaction inside the analysis unit (greenhouses): natural resources, the sociocultural environment, the governmental framework, the commercial system, the fiscal-financial structure and the set of services and infrastructure. This article describes the use of ethnograhic and geotechnological tools used to analyze the biophysical and anthropic enviroment of Jalmolonga, in order to be able to know not only the pressure of greenhouses on the environment, but also if there is a resignification between the relationhsip man-nature. The idea that greenhouses production could bring a different concept of the use and handling of natural resources, in particular of water and soil, is tested. KEY WORDS: greengouses, productive reconversion, social pressure, environmental pressure. * Maestra en Ciencias Ambientales, Presidenta de la Alianza Interdisciplinaria Socioambiental Che túumben, S.C., [email protected] ** Doctor en Ciencias Sociales, Profesor-investigador de la Facultad de Antropología de la UAEMéx, [email protected] *** Doctor en Ciencias, Profesor-Investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Planeación Territorial (CIEA) de la Facultad de Planeación Urbana y Regional de la UAEMéx, [email protected] **** Doctor en Sociología, Profesor-investigador en la Facultad de Geografía de la UAEMéx, [email protected] 6 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 Introducción Con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pactado entre Estados Unidos, Canadá y México en 1994, nuestro país entró a una dinámica de competitividad económica con la idea de impulsar un sistema agrícola comercial. En este contexto, comunidades como el ejido de Jalmolonga, perteneciente al municipio de Malinalco, Estado de México, tienen desde hace al menos una década la presencia de invernaderos en los que se producen hortalizas y flores de corte encaminadas a la comercialización. En un lugar así, donde antes se practicaba la agricultura tradicional y ahora está envuelto en una reconversión productiva agrícola basada en invernaderos, puede decirse que hay un nuevo tipo de presión sobre lo que constituye una unidad sistémica naturaleza-cultura: la comunidad agrícola. Tal unidad sistémica fue gestada durante años de interrelación entre los habitantes del lugar y su entorno biofísico. Dadas esas condiciones se vuelve útil el modelo Presión-Estado-Respuesta (PER), pero se puede trascender el mismo al proponer que la presión no sólo consiste en la acción directa del productor sobre la tierra, sino que hay seis categorías de interacción articuladas y al ser estimada su actuación se pueden dimensionar las presiones directas e indirectas, que incluyen productos, acciones y actores sociales distintos a quien siembra. Los nuevos sistemas de producción agrícola, como es el caso de los invernaderos, transforman las relaciones del hombre y la naturaleza. La reconversión productiva agrícola supone una re-significación del ambiente, pues si en Jalmolonga ha existido una concepción, sentido y significado histórico y cultual en torno al uso del suelo (configurado con el ciclo agrícola y las festividades patronales, por ejemplo), con la adopción de los nuevos sistemas de producción, esta concepción, sentido y significado se reconfiguran paulatinamente, obteniendo nuevas significaciones las relaciones hombrenaturaleza. 7 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 La reconversión productiva agrícola es la acción humana que consiste en cambiar los cultivos tradicionales, así como la forma de producción por otros que en el momento convengan, pueden ser de manera temporal o definitiva. Existen factores que la impulsen: erosión del suelo, escasez de agua, cambio climático, fenómenos naturales y/o la búsqueda de maximizar la producción con fines comerciales. La reconversión puede ser inducida o voluntaria y depende de las condiciones dadas en cada lugar. Desde siempre ha existido esta práctica por diferentes causas, sin embargo en la actualidad la reconversión productiva agrícola se encuentra fuertemente ligada al uso de la tecnología e insumos. Algunas definiciones mencionan que: “El término reconversión es usado para referirse a la acción de cambiar la actividad productiva de áreas de baja aptitud productiva hacia una actividad de menor nivel extractivo, como en el caso de cambiar la actividad agrícola hacia la pecuaria” (Echavarria, 2004: 2). O bien se puede decir que “la reconversión productiva implica modificar el patrón de productos tradicional, mediante el establecimiento de cultivos con mayor alternativa agronómica, rentabilidad económica y viabilidad social. Una opción de reconversión es el establecimiento de plantaciones forestales” (Ramirez y otros, 2008: 2). En un sentido amplio, reconversión productiva agrícola implica un uso y manejo diferente del suelo, agua y otros elementos naturales para atender las demandas de cada lugar. En el caso que ocupa a este artículo se debe poner especial atención sobre el papel que juegan las políticas macroeconómicas, las cuales interfieren directa e indirectamente sobre las decisiones y acciones que se aplican al campo. Cada vez más el crecimiento del sector agrícola está moldeado por los factores estructurales de las políticas públicas y la acción de los agentes privados. En el caso mexicano la apertura arancelaria en los años ochenta, que dio fin al modelo sustitutivo de importaciones y favoreció el ingreso al acuerdo de aranceles y comercio GATT y la instrumentación del TLCAN, se proponía elevar la productividad del sector sometiéndolo a la competencia externa y 8 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 eliminando las acciones del Estado que impedían el exclusivo funcionamiento del mercado. Se asumía que mediante la apertura y la liberalización del mercado interno las señales del mercado inducirían cambios en la ubicación de los factores, de tal suerte que se reduciría la producción de todo aquello que no tiene ventajas comparativas y se lograría el pleno empleo, salvo ciertas excepciones, imperfecciones que se compensarían con apoyos y estímulos (Ávila, 2008). Hubo, pues, la intención de impulsar una reconversión productiva agrícola en México sobre todo a partir de la firma del TLCAN. Es en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari cuando se aplican profundas reformas estructurales basadas en la apertura económica y en la puesta en marcha del libre comercio. Desde aquel momento se revisó la política agrícola y esta acción, sumada a las contribuciones del progreso técnico, han resultado determinantes en la producción del campo mexicano actual: es un fenómeno de abierta reconversión productiva hacia cultivos de exportación, pero también hacia cultivos para el consumo animal. Estas situaciones dieron lugar a una concentración de recursos de capital y de infraestructura empresarial con incorporación de tecnología (Del Valle, 1996). Los invernaderos son una forma de hacer producir la tierra donde el tiempo y clima son relativamente de fácil manipulación. Esta tecnología promueve nuevas formas de trabajar el campo, posibilitando cultivos intensivos bajo un ambiente controlado donde se garantiza la cantidad y calidad del producto, lográndose producir cultivos de mayor demanda. Pero la tecnología no llega sola, en muchas ocasiones va acompañada de apoyos gubernamentales específicos para su instalación y funcionamiento: se ofrecen créditos, asesoría técnica, apoyos fiscales, canales de comercialización, entre otros. Esto significa impulsar una reconversión productiva agrícola como política pública. Bajo este contexto, en el Estado de México se pueden encontrar invernaderos apoyados por la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (SEDAGRO), que por medio de la Dirección General de Agricultura y la Dirección de Cultivos Intensivos, llevan a cabo el Programa Construcción de Invernaderos en el 9 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 Estado de México. El cual, “se encuentra orientado a fomentar la inversión y capitalización del sector agrícola del Estado, mediante el apoyo con subsidio económico para el establecimiento de invernaderos y servicios de asistencia técnica especializada a productores agrícolas de la entidad, para la construcción de dicha infraestructura productiva” (SEDAGRO, 2011). Tan sólo en el año 2011 este programa gubernamental apoyó en la construcción de 1,600 invernaderos, principalmente para siembra de flor de corte (Media, 2009). En esta entidad también existen invernaderos con producción de hortalizas. Actualmente existe un marco jurídico administrativo que regula la actividad así como una Norma Oficial Mexicana, la NMX-E-255-CNCP-2008, que reglamenta los procedimientos para el diseño y construcción de invernaderos en México (AMCI, 2011). Todos estos elementos dan muestra de que la implementación de nuevas formas de cultivo basadas en invernaderos es una actividad que se ha venido instituyendo, que aumenta cada vez más en nuestro país y de manera particular en el Estado de México. Este fenómeno nos convoca a prestar mayor atención a los lugares donde se está introduciendo paulatinamente y Jalmolonga es uno de ellos. Esta localidad se encuentra al sur del municipio de Malinalco en el Estado de México (ver figura 1), existen invernaderos con una antigüedad de diez, cinco y dos años. Aunque es relativamente reciente esta actividad, son altamente perceptibles las transformaciones socio-ambientales. Delimitación teórico-conceptual del estudio de la relación hombrenaturaleza desde la Antropología La historia del campo de estudio que se interesa por la relación naturalezacultura se caracteriza por la oposición de los dos elementos, “o sea por establecer cuál de ellos tiene mayor importancia e influencia o es más determinante” (Durand, 2012: 170). En el caso de la Antropología, las ideas de Ratzel fueron clave durante todo el siglo XIX. Este autor, a quien se le atribuye la “antropogeografía”, sostenía que, ya sea que se considere al hombre aisladamente o en grupo (familia, tribu o Estado), por doquiera donde se le observe se encuentra algún pedazo de tierra relacionado tanto con su persona 10 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 como en el grupo del que forma parte. “En todos estos casos estamos en presencia de organismos que entran en relación más o menos duradera con la tierra, relación en el curso de la cual se intercambian entre ellos y la tierra todo tipo de acciones y de reacciones” (Ratzel, 1900: 5). Ratzel sugería ver un “todo inseparable” que incluyera el elemento sólido, líquido y aéreo, al igual que toda forma de vida que de ellos emane y en ellos florezca (Limberger, 2006). La idea era que existen condiciones de vida generales para los hombres, animales y plantas, pero sostenía que un pueblo no está expuesto a la influencia del clima de igual manera en todos los grados de su desarrollo. Esto último es trascendental, pues habla de una “fuerza de resistencia” de los pueblos, misma que aumentaría con su desarrollo y disminuye nuevamente con la edad. La idea de que el ser humano “se defiende” de las influencias climáticas marcará sus planteamientos, que no dejan de ser evolucionistas al sostener que con el progreso de la civilización crece la defensa contra estos influjos. Luego, “la antropología de las primeras décadas del siglo XX estuvo fuertemente influida por el trabajo de Franz Boas y su grupo de alumnos que se inscribían conscientemente en una corriente de tipo subjetivista-relativista. Para él el ambiente natural de una cultura limita o favorece el surgimiento de ciertos rasgos específicos, pero de ningún modo opera como un determinante general” (Durand, 2012: 171). Esta idea de Boas sería imperante durante décadas, tiempo en que se creyó plenamente que la cultura sólo puede estudiarse en sus propios términos y pasan a segundo término las determinantes causales (incluidas las cuestiones ambientales) de algunos de sus elementos. Esta presunta autonomía de los fenómenos culturales que requería proceder metodológicamente a explicar a la cultura únicamente en términos culturales llevó a Kroeber, discípulo de Boas, a plantear la idea de los “superorgánico”, para referirse a la cultura. Este radicalismo que excluye la influencia de lo orgánico en la cultura sería matizado un poco más tarde, cuando un Kroeber más maduro propone la noción de Áreas Culturales para señalar que cada cultura está condicionada por su base de subsistencia. Con esto respondía a 11 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 Wissler, quien años antes había explorado la noción de Área Cultural. Kroeber dice de Wissler: “Llega a la conclusión de que el medio ambiente no produce una cultura, pero la estabiliza, debido a que en muchos puntos el cultivo debe ser adaptado para el medio ambiente” (Kroeber 1939: 6) Tras que Kroeber aceptara un condicionamiento de la cultura por la base de subsistencia, los estudios de Leslie White vendrán a aportar una nueva idea muy importante: que la cultura evoluciona en función de la tecnología. Afirma White: “tenemos una clave para entender el crecimiento y el desarrollo de la cultura: la tecnología (…) aprovechar y controlar la energía para poderla hacer funcionar al servicio del hombre, se convierte en la función principal de la cultura” (White en Bohannan y Glazer, 2007: 351-352). Dicho autor llega a esta conclusión partiendo de la premisa de que los organismos biológicos deben obtener energía para sobrevivir, y que en lo particular el ser humano lo hace mediante instrumentos tecnológicos, así que entiende cultura como un todo determinado por la cantidad de energía aprovechada y por el modo en que se ponen en funcionamiento. “Ahora podemos formular la ley básica de la evolución cultural: Mientras otros factores permanezcan constantes, la cultura se desarrolla según aumenta la cantidad de energía aprovechada per cápita por año, o según aumenta la eficacia de los medios instrumentales que ponen la energía en funcionamiento” (White en Bohannan y Glazer, 2007: 352). Para mediados del siglo XX y tras estos intentos por entender la relación naturaleza-cultura, aparece una propuesta que hasta la fecha sigue siendo referencia en los estudios que abordan sobre el tema: la Ecología Cultural propuesta por Julian Steward (1955). Aunque heredero del evolucionismo, se resiste a hablar de cultura en singular y por ello se decanta por un evolucionismo multilineal. Su punto de partida está representado por la hipótesis de que los tipos culturales existen como diferentes adaptaciones al entorno, cada uno representando un nivel de integración sociocultural. Steward recupera la noción de superorgánico propuesta por Kroeber para referirse a la cultura y dice que es a través de ella que los seres humanos se adaptan al ambiente más que las características de su organismo. La Ecología 12 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 Cultural -dice Steward- plantea el siguiente problema de investigación: “Comprobar si las adaptaciones de las sociedades humanas a sus entornos requieren modos particulares de comportamiento o si dan libertad para varios posibles modelos de comportamiento” (Steward en Bohannan y Glazer, 2007: 339). 13 A diferencia de la noción de Área cultural que usaron Wissler y Kroeber, la Ecología Cultural propone la idea de “núcleo cultural” con la que se refiere a aquellas características de la cultura que están más directamente relacionadas con la subsistencia y las disposiciones económicas. En suma, la propuesta de la Ecología Cultural ha sido empleada cuando se busca investigar la utilización del entorno a través de modos culturalmente prescritos, tomando en cuenta, además, que en las sociedades complejas y contemporáneas el núcleo cultural estará determinado por una larga historia cultural. Con todo, el método propuesto por Steward sigue cumpliendo con su idea de que el concepto de ecología sirva como mecanismo heurístico para entender el efecto del entorno sobre la cultura. De manera mucho más reciente, lo que se ha puesto a discusión es la pertinencia de la división dicotómica naturaleza/cultura que utilizaron todos los investigadores ya referidos. La crítica se hace pensado que ese dualismo “dificulta una comprensión verdaderamente ecológica” (Descola, 2001: 13). Por tanto, se propone no limitarse a ver las creaciones materiales adaptativas ignorando todo significado, ni sólo poner atención a lo simbólico ignorando el entorno. En palabras sencillas, autores como Philippe Descola invitan a aceptar que toda sociedad se forma una idea de sí misma, que todas tienen ideas específicas sobre su entorno natural y sobre su intervención en el mismo. “De su aportación interesa resaltar sobre todo la ruptura de la dicotomía naturaleza/cultura (…) Pero Descola va más lejos, al concluir que la manera en que una sociedad conceptualiza sus relaciones con un medio dado es independiente de las características locales del ecosistema y de las técnicas de uso de los recursos” (Santamarina, 2008: 166-167). Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 La discusión actual es, entonces, en el sentido de repensar la construcción social de “lo natural” y de documentar con base en trabajo etnográfico los procesos mediante los cuales toda sociedad significa su entorno y la acción que ejerce sobre él, sea con los fines que sea: de resistencia, de obtención de energía, adaptativos o productivos. 14 El caso de Jalmolonga y su reconversión productiva agrícola El área de estudio es una localidad del municipio de Malinalco llamada Ejido Jalmolonga, nombre proveniente del náhuatl y significa “Lugar de arena fina”. Según el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), esta localidad tiene 1,019 habitantes y existen un total de 269 viviendas. Se encuentra a 1,581 msnm, su clima es semi-cálido, forma parte de las 42 localidades de Malinalco, municipio que en el 2010 fue catalogado como Pueblo Mágico1 por parte de la Secretaría de Turismo (SECTUR). Esta localidad tiene una importancia particular para el municipio de Malinalco, debido a su cercanía espacial con la cabecera municipal, así como a su potencial agrícola y turístico. Figura 1. Ubicación del Ejido de Jalmolonga en el contexto regional, nacional, estatal y municipal. Fuente: Elaboración propia. 1 Pueblo Mágico es la categoría que el Gobierno Federal, a través de su Secretaría de Turismo otorga a una localidad que “tiene atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad, en fin MAGIA que emana en cada una de sus manifestaciones socio-culturales, y que significan hoy día una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico”. Para más información véase http://www.sectur.gob.mx/wb2/sectur/sect_Pueblos_Magicos. Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 Desde el siglo XIX Jalmolonga era un lugar reconocido por la hacienda que se encuentra en el centro de la localidad, la cual proveía de recursos humanos, materiales y vasta producción agrícola a la región. Esta hacienda se convirtió en importante centro de producción durante las décadas previas a la Revolución Mexicana; estaba destinada a la venta por mayoreo de maíz, trigo y principalmente caña de azúcar (con un promedio anual de 140, 000 kg de azúcar). Además, la Hacienda de Jalmolonga tenía una fábrica de aguardiente de caña y un molino de harina. Esta hacienda surgió en la época colonial y a finales del siglo XIX ya tenía una extensión de 4,279 hectáreas, la habitaban 589 personas y trabajaban 100 peones a 25 centavos el jornal de 10 horas (Montes de Oca, 2006). Concluida la Revolución, la hacienda más afectada para el reparto agrario en esta zona (por ser la más grande) fue Jalmolonga, cuyas tierras se entregaron para conformar nueve de los diez ejidos que comprenden el municipio de Malinalco; sólo la localidad de San Andrés Nicolás Bravo no recibió territorio de esta propiedad. “La mayor parte del territorio repartido fue calificado como cerril e inapropiado para el cultivo agrícola. Hubo ejidos que se formaron únicamente con tierras que pertenecían a Jalmolonga, como el de Chalma, que recibió 184 hectáreas de riego y cien de agostadero” (Montes de Oca, 2006: 131). Hoy en día, según el actual comisario ejidal, Sr. Roque Rubio, existen 400 hectáreas de riego, 300 de monte, 200 de agostadero y una porción de propiedad privada de la hacienda. Jalmolonga tiene como característica geográfica una planicie inclinada, lo que provoca que sólo en la parte sur del ejido cuente con una distribución natural del agua, aunque con la creación de apantles2 se ayudan a distribuir y dirigir el agua en todo el terreno (Trabajo de campo, 2011). En la parte sur de la localidad de Jalmolonga se localizan los manantiales, conocidos como “ojos de agua”, los cuales abastecen a una parte de los 2 Se conoce con este término (del náhuatl, atl, agua y pantli, hilera, fila) a la técnica de regadío que sirve para la distribución de agua en zonas agrícolas y cuyo uso se remonta a la época prehispánica. Véase Vonwbeser, Gisela (El uso del agua en la región de Cuernavaca, Cuautla, durante la época colonial). 15 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 terrenos agrícolas del ejido de Jalmolonga. En las orillas de los apantles y cerca de los manantiales existe diversa vegetación como lianas y plantas totalmente acuáticas; es posible encontrar también desde sauces y ahuehuetes hasta tules y ahíles; en las zonas secas predomina el guaje, el tepehuaje, el huajillo, el timbre y el palo dulce; existen también huertas frutales, sobre todo de traspatio. “La flora que predomina es del tipo selva baja caducifolia formada con plantas ruderales y vegetación secundaria, característica de lugares perturbados por la actividad humana y la ganadería. Las especies sobresalientes de este clima pertenecen a los géneros de las Ipomeas, Bruceras, Ceibas, Mimosas, Juníperos, Agaves, y Cactáceas, también se encuentran gran variedad de gramíneas y leguminosas” (CONAFORT, 2011: 20-25). En las huertas de traspatio se encuentran árboles de aguacate, guayabo, níspero, cítricos, ciruelos, zapote, plátano y café. Es importante subrayar que en Jalmolonga la forma de posesión de la tierra tiene dos modalidades: ejidal y privada. La mayoría de la población se ubica en el centro de la localidad, donde se encuentra el templo católico, el centro de salud, escuelas, área recreativa, kiosco, explanada principal, lonjas mercantiles, papelerías, molino y el cementerio. El centro de Jalmolonga se divide en parajes: La Enfermería, Niño Perdido, Los Corrales, La Lauriana, Ojo de Agua, Corral Viejo, Las Lomas y Las Ánimas. En cuestión de educación, en Jalmolonga existen escuelas públicas desde el nivel preescolar hasta secundaria. El grado promedio de escolaridad es 6.39, según datos del INEGI. Dado el interés que la investigación tenía sobre la reconversión productiva agrícola, era necesario saber con claridad los usos del suelo. Existen diversos usos del suelo en el municipio de Malinalco y en especial en la localidad de Jalmolonga. El uso y manejo que los pobladores dan a la tierra están asociados a la consolidación y preservación de las actividades económicas, de alimentación y habitación. A nivel municipal, los usos de suelo en Malinalco están actualmente estructurados del modo que se señala en la Tabla 1. 16 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 Tabla 1. Usos del suelo en Malinalco USOS DE SUELO SUPERFICIE % (HAS) Total 23,178.62 100.00 Urbano 115.40 0.50 Agrícola 6,974.30 30.08 Pastizal 2,475.00 10.68 Bosque 2,693.40 11.62 Vegetación secundaria 8,237.00 35.54 Erosionado 4.47 0.02 No determinado 2,679.05 11.56 Fuente: PDMM, 2009-2012: 57 Para el caso particular de Jalmolonga las actividades económicas, en orden de importancia, son: agricultura, albañilería, comercio (formal e informal) y servicios. Los pobladores del lugar, a pesar de contar con un trabajo asalariado, no dejan de cultivar la tierra aunque sea en menor dimensión. Este último dato es relevante porque habla del modelo que tiene la unidad sistémica naturaleza-cultura que se ha consolidado en la localidad: la tierra se utiliza para vivir y sembrar, así que se aprovechan el agua y el clima. En este sentido, a medida que la presente investigación avanzó en la caracterización del lugar de estudio se pudieron obtener dados suficientes para decir que en la localidad han estado presentes, en su historia contemporánea, al menos tres modelos socio-ambientales que, evidentemente, ejerce una presión diferenciada sobre el entorno natural y se encuentran vinculados con distintas formaciones sociales y prácticas culturales. El primero de esos modelos emerge hacia 1935, cuando Jalmolonga se constituyó como localidad ejidal, y se prolonga hasta 1980, aproximadamente, con la llegada de la floricultura. En este modelo estamos hablando de una agricultura de subsistencia y con base en la unidad familiar erigida como unidad de producción y de consumo. Los cultivos principales en este modelo son maíz, frijol y forrajes. Se trata de cultivos de riego predominantemente y un poco de agricultura de temporal. Este primer modelo presenta bajos insumos externos y poca participación de actores ajenos a la comunidad, además de que se sostiene gracias al conocimiento heredado por generaciones y a la 17 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 relación simbiótica familia/unidad productiva y de consumo. Se mantenía una organización regida por usos y costumbres. La tecnología empleada incluía coa, machete, azadón y yunta; persistían principios ancestrales y prácticas como la preservación de semillas locales o criollas mantenidas por generaciones, fertilización principalmente orgánica, tracción animal, empleo de mano de obra familiar, periodos de descanso en barbechos, control de malezas insectos y enfermedades casi o sin químicos, rotación de cultivos, integración agropecuaria-forestal y uso de recursos y energía locales (Toledo 1991 citado por Cuevas, 2012: 117). El segundo modelo socio ambiental puede ubicarse en las dos últimas décadas del siglo XX (1980-2000) y se caracteriza por la aparición de cultivos florícolas intensivos3. Emerge por la conjugación de varios factores: la imitación a comunidades vecinas (como Tenancingo y Villa Guerrero4), la influencia de la migración a los EUA,5 los diversos programas y apoyos institucionales, así como las expectativas de obtención de rentabilidad que se empiezan a despertar entre los pobladores. La floricultura a cielo abierto es un tipo de cultivo meramente comercial y se pueden llevar a la par de la agricultura de subsistencia. Según las entrevistas realizadas a los pobladores, “muy pocos habitantes se dedicaron al 100% a la actividad florícola”. Además las familias (unidades agrícolas de producción) tenían sus huertas frutales y también lograban comercializar sus frutos dentro 3 En México existen aproximadamente 10 mil productores dedicados al cultivo de la flor, con una extensión cercana a las 22 mil hectáreas, de las cuales 52%, es decir, 12,884 hectáreas, se dedican al cultivo ornamental; mientras que el 48% restante se destina a otro tipo de industria, como la cosmética y alimentaria; entre las entidades más importantes en producción de ornamentales están: Baja California, Coahuila, Colima, Chiapas, Distrito Federal, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Puebla, Querétaro, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Estado de México, que destaca en forma considerable (ASERCA, 2008). 4 En el municipio de Villa Guerrero, Estado de México, se localiza el 70% de la floricultura de exportación nacional (Chauvet y Massieu, 1996). La localidad de Jalmolonga se ubica a 30 minutos de Tenancingo y a 60 minutos del municipio de Villa Guerrero; el clavel (Dianthus caryophyllus), el crisantemo (Chrysanthemum morifolium), diversas variedades de rosas de corte (Nirprush, Nirpstrin, Krikin) y follajes, son los principales productos. 5 Con la migración a los EUA algunos pobladores de la localidad conocieron, se involucraron o crearon redes comerciales en aquel país, con intensión de aprovecharlas una vez retornando a México. Este fue el caso de la empresa “Rancho las Ánimas, S.C.” originaria de Jalmolonga y que actualmente exporta flores de ornato. 18 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 de la región. Con este segundo modelo los agroquímicos comenzaron a ser fundamentales para la agricultura y en mayor medida para la floricultura, iniciaban también los llamados “tapados”, es decir la agricultura protegida rudimentaria. Estos nuevos elementos vincularon a la comunidad con actores “de fuera” para comprar y vender insumos, servicios, semillas, etc. 19 El tercer modelo socio-ambiental identificado en la localidad aparece por el fomento de la Agricultura Protegida (AP) que desde las diferentes instancias de gobierno se impulsa desde el año 2000. La AP incluye el desarrollo y uso de un conjunto de tecnologías, como la creación de plásticos para cubiertas de invernaderos, el riego de precisión como el goteo, la incorporación de abundante y diverso equipamiento, instrumental, logística de movimientos de la mercadería y el transporte por vehículos refrigerados de gran tamaño; todo ello la ha llevado a ser una actividad de alcance mundial (ASERCA, 2008) que ahora se adapta en nuestro país bajo los auspicios gubernamentales. La implementación tecnológica del tipo de la AP, aunque ha sido una actividad recurrente, es un factor que ejerce un tipo de presión distinta sobre el ambiente, alterando el estado de los recursos naturales y, consecuentemente, modificando pautas culturales de una sociedad, y ello se puede ver al comparar el tipo de presión ejercida por los anteriores modelos socio-ambientales, pero también al ver cómo su introducción representa las condiciones de posibilidad para que aparezca la alteridad en la comunidad y un tejido social distinto. Al sistema de cultivo en invernadero se le ubica dentro de la AP y sus fines principales son: mejorar la calidad de la producción, impulso a cultivos comerciales y aumento de la cantidad de la producción. A partir de este momento cuando se mencione a la AP se hará referencia exclusivamente a los invernaderos, tema principal de este estudio. Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 La propuesta metodológica: Modelo Presión-Estado-Respuesta (PER) desagregado en categorías de interacción Los elementos identificados por la investigación son los siguientes: una comunidad que posee tierra cultivable, con tradición agrícola, en un marco socioeconómico donde impera la competencia comercial y una serie de políticas públicas que impulsan la reconversión productiva. Así es como aparecen los invernaderos en Jalmolonga desde hace una década; su presencia autoriza a interrogar sobre la presión que ejercen en términos socioambientales. Entonces, se puede hacer uso del modelo PER, propuesto por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 1995, y cuyos principios se basan en el conjunto de las interrelaciones hombreentorno, donde las actividades humanas ejercen presión (P) sobre el ambiente, modificando la cantidad y calidad, es decir el estado (E) de los recursos naturales; la sociedad responde a estas transformaciones con políticas generales y sectoriales, tanto ambientales como socio-demográficas (R), las cuales afectan la retroalimentación de las presiones de las actividades humanas. En el figura 2 se describe gráficamente el modelo PER a partir de la propuesta original de la OCDE, pero sólo para dar paso después a la idea de este trabajo de desagregar esas categorías. Figura 2. Modelo PER Fuente: Elaboración propia. 20 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 Es útil el modelo PER porque trabaja con indicadores, los cuales facilitan la síntesis de la información disponible y mejoran el proceso de comunicación, tanto a nivel científico como en el marco imprescindible de la divulgación a los políticos y a la sociedad en general.6 Este modelo, sin embargo, está adscrito a una concepción dualista que separa lo ambiental de lo sociocultural y ello provoca que su enfoque hable de acciones humanas ejerciendo presión sobre los recursos naturales, pero olvida que en el tipo de presión se encierra una significación de la naturaleza: no es lo mismo sembrar para obtener mi alimento que sembrar para vender lo que produzco y con el dinero obtenido comprar los alimentos; y tampoco es lo mismo una familia sembrando y consumiendo de su parcela, que una empresa agrícola con relaciones contractuales y fines comerciales. De tal suerte que la propuesta metodológica que hacemos pretende trascender ello, por considerar que las presiones no sólo deben ser vistas en términos de las consecuencias ambientales provocadas por quien usa y maneja los recursos naturales (en este caso el agricultor), sino enfocar la unidad sistémica naturaleza-cultura como aquella que es objeto de presión cuando viene una reconversión productiva. Cuando se habla de esta unidad sistémica se asume, como lo hace Luhmann, que es producto de la diferencia entre sistema y entorno (Luhmann, 2007). Esto quiere decir que las acciones realizadas por los agricultores de Jalmolonga sobre los recursos naturales (suelo y agua, principalmente) se repiten una y otra vez hasta conformar un sistema. Propone Luhmann que en la recursividad de un mismo tipo de operación tenemos como resultado un sistema, así que la siembra llamada tradicional (transmitida de generación en generación entre los habitantes de la localidad y que identificamos emergiendo desde el primer modelo socio-ambiental hacia 1935) construye una “retícula que permite distinguir qué operaciones pertenecen al sistema y cuáles no” (Luhmann, 2007: 70) y en ellas hay una “construcción social de la naturaleza” (Descola, 2001). 6 Estos índices fueron definidos por la OCDE en 1993 como los parámetros o valores derivados de ellos que describen el estado ambiental de un entorno o área, tanto cualitativa como cuantitativamente, mediante la relación existente entre ambos. Es decir, que cualifican o cuantifican el estado ambiental simplificando los fenómenos, elucidando realidades complejas y aportando información sobre los cambios de un sistema (Lloreda, 2008). 21 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 El trabajo agrícola, la significación del mismo, la transmisión de esas significaciones y la recursividad de esa operación tanto material como simbólica durante varias generaciones producen una unidad sistémica naturaleza-cultura y será ésta la que experimente la presión por la presencia de invernaderos, pues este tipo de siembra se constituye en una acción que no pertenece al sistema (en el sentido de Luhmann) y, por tanto, este último está sujeto a presiones para reaccionar. En suma lo que se presumía en la investigación es que la presencia de invernaderos no sólo ejerce una presión distinta sobre los recursos naturales, sino también sobre las formaciones socioculturales, pues trae aparejada una re-significación del ambiente y ambas cosas deben ser materia de estudio. En la Figura 3, se representa la funcionalidad e interacción de elementos socioambientales, que en su conjunto dan pie a la nueva forma de producción en Jalmolonga (invernaderos). Dichas categorías fueron propuestas en 1995 por Malcom Hall y ahora se analizan bajo el contexto de los invernaderos. Figura 3. Categorías de interacción Fuente: Elaboración propia con base en la idea de Malcom Hall (1995). Para entender la figura 3 y la interacción con el modelo PER se han utilizado indicadores en cada una de las categorías y en la tabla 2 se pueden observar. 22 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 Tabla 2. Indicadores socio ambientales CATEGORIAS DE INTERACCIÓN AGRICULTURA TRADICIONAL – AGRICULTURA PROTEGIDA PRESIÓN RECURSOS NATURALES SOCIO-CULTURAL COMERCIAL ESTADO Uso y manejo de los recursos naturales. Tipo de sistema de cultivo. Características de los patrones de comportamiento entorno a las actividades agrícolas y económicas RESPUESTA Volumen de la superficie agrícola cultivada. Volumen del agua utilizada para las actividades agrícolas. Tipo de cultivo, tipo tecnología y sistema producción de de Situación material y simbólica del suelo y el agua. Programas gubernamentales enfocados a los recursos naturales. Nuevos patrones de comportamiento, formadas en torno a las actividades agrícolas y económicas Nuevos canales de comercialización para los productos agrícolas, proveedores de insumos y servicios Políticas que avalen la agricultura intensiva Canales de comercialización de los productos agrícolas Rendimientos comerciales de la actividad agrícola GUBERNAMENTAL Tipo de programas enfocados a la actividad agrícola Antigüedad de los programas que promueven, legitiman y regulan la actividad agrícola intensiva FISCAL-FINANCIERO Tipo de apoyo financiero institucional y privado Gravamen o incentivos fiscales que condicionan la actividad agrícola Iniciativas fiscales en torno a las nuevas modalidades de producción agrícola SERVICIO E INFRAESTRUCTURA Tipo de servicios infraestructura Uso de los infraestructura Transformación territorio e servicios e Fuente: Elaboración propia Estas categorías de interacción muestran que las presiones son: por un lado, producto de las acciones, patrones de comportamiento y consumo de los pobladores de Jalmolonga sobre el ambiente natural; y, por el otro, las consecuencias de las políticas públicas, la tecnología y la lógica comercial e impactan el tipo de relación que los habitantes de la comunidad han sostenido con su entorno biofísico durante mucho tiempo. ¿Cuál es el estado que guarda la unidad sistémica naturaleza-cultura de Jalmolonga ante estas presiones? Resultados Como el objetivo era no separar artificiosamente lo que está unido, las herramientas metodológicas debían permitir la valoración de las presiones que la reconversión productiva agrícola ejerce sobre la unidad sistémica naturalezacultura, así que utilizando las herramientas propias de la etnografía (trabajo de campo, entrevistas, recorridos de área, observación, estancias dentro de la localidad), pero complementándolas con el uso y aplicación de los Sistemas de del 23 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 Información Geográfica e imágenes de satélite, se buscó la obtención de los datos de cada una de las categorías. Los resultados indican que en la localidad de Jalmolonga la producción en invernadero se ha introducido deliberadamente con el objetivo de maximizar, mejorar la calidad y cantidad de los productos para venta regional, nacional e internacional. Los habitantes que han gestionado obtener un invernadero se han sometido a los requerimientos institucionales. SEDAGRO, institución del Gobierno del Estado de México, otorga apoyos para la construcción de invernaderos. Un requisito para recibir el financiamiento es la constitución de una asociación civil legalmente registrada. En esta localidad hay tres organizaciones civiles constituidas legalmente para tal fin: “Asociación de productores Emiliano Zapata, A.C.”, integrada por 15 personas, cada una con sus respectivas unidades de producción que van de los 1500 a 1700 m 2; “Conservación del Medio Ambiente y Desarrollo con Equidad, A.C.”, no son originarios de la localidad pero tienen proyectos enfocados a la agricultura orgánica y educación campesina; por último la “Sociedad Civil Rancho las Ánimas”, es una empresa florícola que tiene al menos 2 hectáreas cultivas en la localidad. En la figura 4 se ubican los invernaderos dentro del polígono de la localidad de Jalmolonga. Figura 4. Polígono de Jalmolonga Fuente: Elaboración propia 24 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 SEDAGRO asigna los recursos económicos de acuerdo al estatus, actividades de los productores y las unidades productivas. Los productores por su parte crean estrategias para solventar los costos de la instalación. Para ello, han solicitado el apoyo económico con una cooperativa local que hace préstamos monetarios flexibles dentro del municipio. 25 Según lo percibido dentro de la localidad, una vez teniendo el invernadero instalado y el primer cultivo en proceso, el productor se enfrenta ante una nueva dinámica económica y estatus social. En primer lugar, SEDAGRO en el Estado de México por parte de las financieras institucionales otorgó créditos a fondo revolvente en un plazo de 3 a 5 años. Por otro lado, los créditos solicitados a la cooperativa local, se deberán pagar en un plazo de 3 años incluidos los intereses que se hayan generado. Bajo este panorama, los productores viven bajo una incertidumbre constante, pues más del 50% de las ganancias obtenidas durante las primeras cuatro cosechas (3 años de producción de jitomate) será destinada al pago de las deudas antes contraídas. Además de esto, el productor con sus escasos conocimientos administrativos, debe enfrentar el vaivén del mercado por la venta de sus productos y procurar salir avante. ¿Cuánto tiempo deberá pasar para que este productor se consolide como tal? Se estima que será hasta el cuarto o quinto año de producción continua, según los productores entrevistados. En segundo lugar, la capacitación técnica debe ser constante ya que el productor debe conocer el manejo del sistema de cultivo como la hidroponía, sistema que adoptaron los productores hortícolas en Jalmolonga. Es así como los productores se someten a nuevos paradigmas agrícolas y económicos. El ingeniero a cargo es la figura determinante para la elección del sistema de cultivo, el cultivo propiamente y los canales de comercialización. La hidroponía se ha venido ofertando como el sistema que logra cultivos intensivos de alta calidad. Debe tomarse en cuenta que los productores tienen una edad promedio que va de los 25 a 45 años, el nivel educativo es básico y para algunos incompleto. Entonces, la elección de un invernadero como medio de producción conlleva una serie de transformaciones para los propios Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 productores y sus familias: al aceptar la AP se desplaza paulatinamente a la agricultura tradicional por la exigencia del tiempo que se demanda. En tercer lugar, la división de trabajo dentro de la AP está sometida a los conocimientos técnicos con los que se cuentan, generalmente es el dueño del invernadero quien tiene la capacitación técnica y éste la proporciona a los miembros más cercanos de su hogar. Los roles que juega el hombre y la mujer son similares. Ambos están capacitados y son aceptados para realizar cualquier actividad dentro del invernadero. En algunos casos cuando el señor (jefe de familia) tiene un trabajo extra y no hay más familiares hombres, es la mujer quien se encarga del riego, limpieza y/o cosecha. Pero si el hombre se dedica exclusivamente al invernadero, sólo requiere ayuda cuando inicia la temporada de cosecha. En la AP existe una re organización familiar, generalmente es el jefe de familia y los hijos (as) seguidos de la madre, quienes se encargan directamente de las actividades del invernadero. Cuando llega el tiempo de cosecha contratan mano de obra sin importar la edad (entre una y dos personas máximo para un invernadero de 1500 a 1700 m2). En cuanto al horario de trabajo en la AP tiene su dinámica propia, distinta a la de la agricultura tradicional, abarcando más de 10 horas de trabajo y hasta los 7 días de la semana, para todos los miembros del hogar. Esto se debe en gran medida al nivel de tecnología con la que cuentan, ya que determina el tiempo del trabajo manual. Ejemplo de ello es el riego, el cual es controlado y se debe aplicar cada 2 horas cuatro veces al día, diferenciándose por la etapa del cultivo y superficie. Si se considera que Jalmolonga es una comunidad rural de tradición agrícola, se verá que es en el campo donde los agricultores se reúnen para trabajar, convivir, comer, platicar, acompañarse, descansar, “dar mano vuelta”. Generalmente son familiares o vecinos. Existe una identidad entre ellos, que se encuentra ligada a la agricultura de subsistencia. En cuanto al fomento de las relaciones sociales (parentesco, amistosas, compadrazgo, laborales, económicas) se recrean por la integración directa y por las actividades agrícolas en el campo abierto. Igualmente la vida religiosa está estrechamente 26 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 relacionada con su producción de granos básicos y el calendario agrícola, además de que existen acuerdos mutuos sobre la distribución del agua de riego y delimitación de los terrenos ejidales. Como menciona Hall (1995: 35) “Las prioridades de las familias, son, en primer lugar, la seguridad alimentaria y, en segundo término, otras necesidades básicas: vestido, vivienda, abrigo, seguridad física. Después viene la aceptación social. Ellos son miembros de una comunidad no deberían hacer nada que los separe de ella”. La actividad agrícola tradicional aún persiste en Jalmolonga, sin embargo convive con otra un tanto diferente como lo es la AP. En la dinámica de los invernaderos se puede percibir que ya no existe esta recreación de las relaciones sociales de manera activa y pro activa. La vida religiosa aún persiste, pero la dinámica de producción, los tiempos de cosecha, cantidad y calidad de los productos demandan tiempos diferenciados. Además, estos tipos de producción requieren de canales de comercialización permanente y constante, de insumos cada vez más sofisticados y en donde se fomentan relaciones de intercambio exclusivamente económicas. Las inclemencias del tiempo y las condiciones del entorno ya no son temas de preocupación, pues se trabaja bajo un ambiente controlado. Sin embargo, lo que está presente es el vandalismo que atenta directamente sobre la infraestructura de los invernaderos y túneles. Las estrategias que han implementado los productores con miembros de su localidad es: ofreciendo sus productos a un mejor precio para estar en constante comunicación con ellos, ofrecen empleo temporal; mantenerse al pendiente de los acuerdos que se toman en el comité ejidal y contribuir con las actividades de limpieza de los canales de agua y la superficie de su parcela, para no incurrir en alguna falta. Conclusiones La reconversión productiva agrícola que experimentan muchas localidades de nuestro país del tipo de Jalmolonga constituye un reto para la investigación. La propuesta que aquí se hace de utilizar el modelo PER (siempre identificado 27 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 como pertinente para obtener información sobre la evaluación del desempeño ambiental, informes sobre el estado del ambiente de forma cuantitativa y sobre el desarrollo sostenible) apela a la flexibilidad del mismo y por ello se desagrega los factores para hacerlo compatible con una visión que trascienda la acostumbrada dualidad naturaleza-cultura. 28 Igualmente la incorporación de la idea de una sola unidad sistémica naturalezacultura y su definición a partir de los postulados de la teoría de sistemas de Luhmann, vuelve necesario repensar que la presión que se ejerce es de tipo socio-ambiental, o sea no sólo sobre el entorno natural sino también sobre la formación socio-cultural. Se desagregó en categorías y éstas, a su vez, en indicadores que ayudan a entender que las condiciones de posibilidad de invernaderos en Jalmolonga no sólo son los apoyos gubernamentales, las presiones comerciales, los estímulos fiscales y financieros, la infraestructura, la disposición de recursos naturales, sino, sobre todo el conjunto de valores sociales y económicos que, trastocando la unidad sistémica fraguada ahí durante generaciones, se habilita como mecanismo para facilitar la transmisión de complejidad reducida, que al final de cuentas no es sino una gama de tipos de presión. Se puede concluir, a partir del estado que guarda actualmente la actividad agrícola en Jalmolonga, que conviven dos sistemas agrícolas productivos, uno es aquel del que son producto los invernaderos; y el otro es aquel que hace uso de los recursos naturales bajo la operación básica de un primer modelo socio-ambiental gestado en la localidad a lo largo de casi todo el siglo XX, que tiene sus propias formas de presión sobre el ambiente. Los procesos de reconversión productiva agrícola impulsados principalmente desde las instituciones públicas tienen un gran problema: no toman en cuenta lo que pasa en la cuestión socio-cultural, justamente cuando el productor se enfrenta a su sociedad con un nuevo estatus económico y entra en un proceso de alteridad con quienes antes eran sus pares. Lo anterior está aunado a los cambios en el paisaje, el uso y manejo de los recursos naturales, la re-organización social y Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 familiar, las nuevas significaciones y un conjunto de cosas que están en “la periferia” de los procesos productivos estrictamente hablando. Agradecimientos Los autores agradecen a los productores, pobladores y autoridades del ejido de Jalmolonga en el municipio de Malinalco, México. También externan su gratitud al CONACYT por el apoyo otorgado para la realización de esta investigación. Bibliografía AMCI (2011), “Integradora de la Agricultura Protegida”, Asociación Mexicana de Constructores de Invernaderos, en http://www.amci.org.mx/nmx-e-255cncp-08.php, fecha de revisión: octubre 2012. ASERCA (2008), “Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria”, en http://www.aserca.gob.mx/artman/publish/article_26.asp, fecha de revisión: septiembre 2013. ÁVILA, José (2008), "Presente y futuro del sector agricola mexicano del TLCA", en José Ávila (coord.), Presente y futuro del sector agricola mexicano del TLCA, México: El Colegio de México, 1-38. BOHANNAN, P. y M. Glazer (2007), Antropología. Lecturas, Madrid: McGrawHill. CONAFORT (2011), Evaluación Rural Participativa, Toluca: CONAFORT. CUEVAS, María (2012), "El maíz en las unidades productivas tradicionales de México: su conflicto, alcances y perspectivas", en R. Monroy y otros, Las unidades productivas tradicionales, Morelos: UAEM, 141-165. DEL VALLE, María del Carmen (1996), "Modernizacion y rezago tecnológico en el campo y las agroindustrias", en J. L. Maria del Carmen del Valle, El cambio tecnológico en la agricultura y las agroindustrias en México, México: Siglo XXI/UNAM. DESCOLA, P y G. Pálsson (2001), Naturaleza y sociedad, México: Siglo XXI. DURAND, Leticia (2002), “La relación ambiente cultura en antropología: recuento y perspectivas”, en Nueva Antropología, núm. 61, septiembre 2002, México, 169-184. 29 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 ECHAVARRIA, Francisco y otros (2004), "Identificación de áreas susceptibles de reconversión de los suelos agrícolas hacia agostadero y su conservación en el ejido Pánuco, Zacatecas", en Técnica Pecuaria en México, vol. 42, núm. 1, enero-abril, México: INIFAP, 39-53. HALL, Malcom (1995), "La gente forma parte del modelo", en Cultura y Agricultura, textos de orientación sobre el tema, FAO/UNESCO, en http://unesdoc.unesco.org/images/0010/001003/100310sb.pdf, fecha de revisión: noviembre 2011. INEGI (2010), Instituto Nacional de Estadística y Geografía, disponible en http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/fefault.aspx?e=15, fecha de revisión: enero 2012. KROEBER A. L. (1939), Cultural and natural areas of native north America, University of California Prees, en http://books.google.com.mx/books?id=WJHbFEAxcyQC&pg=PA6&dq=ar ea+cultural&hl, fecha de revisión: diciembre 2012. LIMBERGER, L (2006), “Abordagem sistémica e complexidade na geografía”, en Geografia, vol. 15, núm. 2, julio-diciembre 2006, en http:www.uel.br/revistasgeografia, fecha de revisión: marzo 2013. LLOREDA, L. C (2008), "Los indicadores socio ambientales para la gestion del agua. Aprendizaje social para la sostenibilidad", en CIMBRA, Núm 382, España. LUHMANN, Niklas (2007), Introducción a la teoría de sistemas, Lecciones publicadas por Javier Torres Nafarrete, México: Universidad Iberoamericana. MEDIA, T. M. (2009), 2000 Agro. Revista industrial del campo, en http://www.2000agro.com.mx/floricultura/aumentan-invernaderos-entexcoco-por-demanda-de-flor/, fecha de revisión: enero 2012. MONTES DE OCA Navas, E (2006), "Recuentos y Recuerdos de la revolucion en Malinalco y Ocuilan, 1910-1914", en J. Noguez, Malinalco y sus contornos, Toluca: UAEM/Colegio Mexiquense, 129-143. OECD (2003), Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, “Enviromental indicartors”, en http://www.oecd.org/environment/environmentalindicatorsmodellingando utlooks/24993546.pdf, fecha de revisión: febrero 2012. 30 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 6-31 Enero-Junio 2013 RAMIREZ, Celene y otros (2008), "El cedro rojo (Cedrela odorata L.) como alternativa de reconversión en terrenos abandonados por la agricultura comercial en el sur de Tamaulipas", en Agricultura Técnica en México, vol. 34, núm. 2, abril-junio, México: INIFAP, 243-250. RATZEL, Friedrich (1900), “Le sol, le société et l’ Etát”, en http://classiques.uqac.ca/classiques/ratzel_friedrich/Sol_Societe_Etat/rat zel_le_sol_societe_Etat.pdf, fecha de revisión: abril 2012. SANTAMARINA, Beatriz (2008), “Antropología y Medio ambiente. Revisión de una tradición y nuevas perspectivas de análisis en la problemática ecológica”, en AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana, mayoagosto año/vol. 3, número 002, http://redalyc.uaemex.mx/pdf/623/62330203.pdf, fecha Madrid, de en: revisión: diciembre 2011. SEDAGRO (2011), Secretaría de Desarrollo Agropecuario, en http://www.edomex.gob.mx/sedagro/quienes-somos/antecedenteshistoricos, fecha de revisión: enero 2012. 31 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 LOS “SANTIAGOS” DE AMANALCO: UNA DEVOCIÓN DE OFRENDA Y SACRIFICIO PARA EL “SANTITO” José Manuel Moreno Carvallo* RESUMEN: El presente documento es un trabajo etnográfico donde se estudia el caso de la cuadrilla de danzantes de “Santiagos” de la comunidad de San Jerónimo Amanalco, ubicada en el municipio de Texcoco, Estado de México. Se destaca que la danza es un “pago”, rodeado de ofrenda y sacrificio, que se ofrece a los santos para que éstos manden sus bendiciones a la comunidad. El ofrecimiento de un baile, más allá de ser un mero elemento folklorizado, se encuentra rodeado de un entramado religioso y ritual. En el caso de los “Santiagos” resulta ser más obvio por el uso del rostro del “Señor Santiago”, el cual guarda unas propiedades sagradas que requieren de un mayor compromiso por parte de los danzantes. Cuando no se cumplen con los requerimientos necesarios, el “santito” se siente triste, su rostro cambia y puede castigar a quien lo baila. PALABRAS CLAVE: Divino Rostro, Santiagos, danza, San Jerónimo Amanalco, pos-indígena ABSTRACT: This article is an ethnographic work of the “Santiagos” dancing group in San Jerónimo Amanalco, Texcoco in the State of Mexico. The article emphasizes that the dance is a “tribute”, surrounded by a context of offerings and sacrifice for the saints, done for the community to receive their blessings. Offering a dance is more than a simple element of folklore as it is enmeshed in religious and ritual motives. The case of the “Santiagos” dance is more notable than other dances since the face of “Señor Santiago” is used, which has sacred properties, requiring a greater commitment on the part of the dancers. When the necessary requirements are not met, the “saint” becomes sad, his face changes and he may punish the dancer who wore his “face” during the dance. KEY WORDS: Divine Face, Santiagos, dance, San Jerónimo Amanalco, post- indigenous * Doctorante en Antropología Social,Universidad Iberoamericana, [email protected] 32 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 I. Introducción En los últimos años los trabajos de Mullhare (2003) Robichaux (2005), Magazine (2010) y Moreno (2011; 2012) han propuesto de diversas formas el término de sociedades o comunidades pos-indígenas para referirse a grupos sociales que aún a pesar de haber sufrido profundos procesos de aculturación, mantienen prácticas locales muy específicas que ponen en duda su categorización como sociedades “mestizas” o “urbanas”. Dentro de estas prácticas se observa un fuerte sentido de colectividad y religiosidad que nos remite a las zonas del país con mayor presencia indígena. Este es el caso de las danzas que se celebran en las fiestas religiosas de la región texcocana conocida como Acolhuacan Septentrional, la cual se encuentra delimitada por los municipios de Texcoco, Tepetlaoxtoc, Chiconcuac, Chiautla, Papalotla, Atenco y Tezoyuca. En las comunidades que conforman esta área, se piensa que es importante hacer sentir contento al “santito” durante su día para que éste arroje sus bendiciones sobre el pueblo, por eso se le saca a caminar por las calles, se le canta, se le lleva sus “mañanitas”, se enflora la iglesia, se le coloca ropa nueva y se le baila. Todo esto se realiza gracias a un alto grado del sentido de colectividad y religiosidad que tienen los habitantes de estas localidades. Desde el verano del 2011, Robichaux y Moreno comenzaron a interesarse por el estudio de las danzas. Utilizando el video como una herramienta etnográfica comenzaron a grabar la actuación de diferentes cuadrillas: segadores, sembradores, sembradoras arrieros, serranos, serranitos, dancitas, santiagos y vaqueros. Esto se realizó en las comunidades de Tepetlaoxtoc, San Pedro Chiautzingo, San Jerónimo Amanalco, Santa Catarina del Monte, Santa María Tecuanulco, La Resurrección, San Juan Tezontla y San Antonio Tepetitlan. Con el objetivo de estudiar cómo es la organización social de las cuadrillas y cuáles son los elementos culturales que las distinguen, comenzaron a entrevistar a maestros de danza, danzantes, músicos y gente que años atrás había sacado un baile. A través de la información que se iba recopilando comenzamos a observar que la danza es un “pago” que se le da a los santos, y 33 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 que tiene como finalidad el asegurar el bienestar de la comunidad. Las personas dicen que el bailar para el santo nace de un “gusto”, de una devoción que se tiene al santo patrón, detrás de esta idea se encuentra un fuerte sentido de religiosidad y de colectividad. Las personas que han decidido tener el “gusto” de sacar una cuadrilla de danzantes, saben que para cumplir con su promesa de bailarle al “santito”, deben de echar mano de sus redes de ayuda, las cuales les permiten cumplir con el costo de sus cooperaciones, la compra o confección de sus vestuarios, y los banquetes. Además de esto, saben que el adquirir este tipo de compromisos implica hacerlo con devoción, con amor y con fe; el no hacerlo de esta manera atrae problemas y se corre el riesgo que el “santito” se ponga triste. Este “pago” que se otorga a los santos, está compuesto por una serie de sacrificios económicos, laborales, emocionales, familiares y físicos. Cuando llega el día de la fiesta esta acumulación de distintos sacrificios son los que se ofrendan al santo a través de la ejecución de la danza. Finalmente, el objetivo de bailar es el mantener contento a los santos durante su día, ya que mediante este “pago” se está asegurando el bienestar de la comunidad. En este trabajo me voy a enfocar en una cuadrilla de danzantes de la comunidad de San Jerónimo Amanalco, quienes en los últimos años han tenido, como ellos mencionan, el “gusto” de sacar el baile de los “santiagos”. En diversos momentos Moreno y Robichaux han observado la actuación de esta cuadrilla, esto ha sido en las fiestas de San Jerónimo Doctor del 2011 y 2012 (30 de septiembre), la de San Juan del 20121 (27 de diciembre) y la de San José del 2012 y 2013 (19 de marzo). El interés en estudiar esta danza, se debe a la utilización de un objeto ritual: el Divino Rostro. Este objeto es una máscara, pero también es una imagen que representa a Santiago Apóstol, que se utiliza en la danza de los “Santiagos”, y la porta el personaje que encarna al “Señor Santiago” Este objeto guarda una fuerza en sí, es decir, contiene unas propiedades sagradas y por tanto los tratamientos así como los cuidados que se le dan son especiales, por ejemplo, no se puede tocar al “santito” con las manos -únicamente a través de pañuelos o paliacates- y solo puede ser 1 Esto fue en la comunidad de San Juan Totolapan, la cuadrilla de Santiagos de San Jerónimo Amanalco fue invitada para bailar el 27 y 28 de diciembre en la fiesta de San Juan Evangelista. 34 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 agarrado por la persona que tiene el papel del “Embajador Cristiano”. Los requerimientos que se le debe tener al “santito” es para mantenerlo contento, entre estos se encuentran el darle de comer a él y a su caballo, no dejarlo solo en casa y evitar discusiones entre los danzantes, la familia y el personaje que encarna el papel de “Señor Santiago”. En éste último recaen los mayores cuidados, ya que durante los días de baile no puede ingerir bebidas alcohólicas ni irritantes y no puede comer carne de puerco. Si esto no se realiza de la forma indicada el “santito” se pone triste, y entonces puede castigar al danzante. Este trabajo tiene como objetivo principal el mostrar como en una comunidad que aparece ante las categorías oficiales del Estado mexicano como “mestiza” y “urbana”, y donde los trabajos etnográficos señalaron que la presencia cada vez más constante de los principios de secularización e individualización estaban menguando el componente indígena de San Jerónimo Amanalco, la idea de bailarle al “santito” contrasta con estos ideales. Más allá de la simple categorización de “mestizo” o “urbano” se esconden particularidades que nos indican que debajo de estos términos hay otro tipo de realidades donde los principios de colectividad y religiosidad siguen funcionando. Un ejemplo de esto es la danza de los “santiagos”. El presente documento se encuentra dividido en dos partes, en la primera realizaré un análisis conceptual sobre las ideas de “pago”, ofrenda y sacrificio. Finalmente, en la segunda parte detallaré con datos etnográficos el funcionamiento del sentido de colectividad y religiosidad en la danza de los “santiagos”. II. Ofrendas y sacrificios como formas de pagos La religión zinacanteca, según Vogt, se podría describir desde los “complicados rituales que representan transacciones simbólicas entre hombres y dioses, utilizando metáforas para expresar y regenerar los principios básicos del universo natural y social zinacanteco” (Vogt, 1993: 13). De acuerdo con él, las deidades comen lo que el ser humano come, por eso les encienden velas, les dan sus “tortillas”, sus cigarros a través del humo del copal, el aguardiente vertido sobre el suelo (Vogt, 1993). Siguiendo a Vogt, los símbolos pensados 35 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 como una especie de mensajes, guardan una serie de informaciones que se comunican a través de los rituales, por tal motivo se pueden clasificar en dos tipos: mensajes y metamensajes (Vogt, 1993). Los primeros son el “contexto explícito, validador y social del ritual” (Vogt, 1993: 22); mientras que los metamensajes, “se revela a través de la comprensión de la estructura lógica de materiales y actos simbólicos puestos en movimiento en un ritual particular” (Vogt, 1993: 22-23). Cuando Danièle Dehouve habla sobre su definición de “depósitos rituales o ceremoniales”, menciona que este acto se refiere al momento en el que un grupo de personas se reúnen en un espacio sagrado donde depositan una serie de objetos ceremoniales de distintas clases, al que le añaden flores y un animal sacrificado, posteriormente exponen la comida y la bebida, y finalmente, lo abandonan o lo entierran (Dehouve, 2007). De acuerdo con ella, entre los tlapanecos del estado de Guerrero el depósito se llama xtámba, que significa “ayuda”, se le conoce así “porque el hombre lo realiza para conseguir un apoyo sobrenatural frente a las dificultades de la vida” (Dehouve, 2007: 17). Mientras que entre los nahuas de Guerrero, menciona Dehouve, se utilizan los términos de tlamana -“poner en el suelo”-, tlaxtlahuilli -“pago”-, y tlatlacualtiliztli -“comida” (Dehouve, 2007). En la construcción del depósito ritual, según Dehouve, sin importar cuál sea su finalidad, se sigue una estructura general, “el amontonamiento de los objetos vegetales en el suelo metaforiza la invitación honorífica a un ser poderoso. Como es debido, para recibir a un gran huésped todos los objetos presentados tienen valor de ofrendas” (Dehouve, 2007: 61). En cuanto a ese significado simbólico, o en términos de Vogt ese metamensaje de los materiales y los objetos ceremoniales, se supone, de acuerdo con Dehouve, que “se volverán realidad por la operación del intercambio del don por el contra-don” (Dehouve, 2007: 80). Añade Dehouve que, “si los dones en comida requieren la atención cuidadosa de los oficiantes es porque sueltan un contra-don de la misma naturaleza. Se ofrece un pollo o un chivo para recibir cientos de ellos, lo que suscita a veces tentativas de regateo” (Dehouve, 2007: 78). Pero, advierte esta autora, que los objetos ceremoniales, es decir los dones, pueden también ser considerados como otras cosas, como rezos 36 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 materiales o rezos objetos, “se puede concluir que todo en el depósito ritual tiene un significado, o varios. Una multitud de significantes se expresan de manera simultánea, mientras varios significados semejantes nacen de objetos distintos. Eso ayuda a entender que las partes verbales y materiales del rezo se desarrollan de manera separada y conjunta a la vez, cada una librando 37 numerosas informaciones” (Dehouve, 2007: 122). Retomando los datos de Tylor, escriben Mauss y Hubert que el sacrificio “es originariamente un don, que el salvaje hace a los seres sobrenaturales que quiere atraerse. Luego, cuando los dioses crecieron y se alejaron del hombre, la necesidad de continuar transmitiéndoles ese don hizo nacer a los ritos sacrificiales, destinados a hacer llegar hasta esos seres espirituales las cosas espiritualizadas” (Mauss y Hubert, 2010: 71). Los sacrificios, vistos como dones, permitían tener derechos sobre los dioses, ya que a través de estos se alimentaban a las divinidades (Mauss y Hubert, 2010). Para Mauss y Hubert, el sacrificio resulta ser un mecanismo para comunicarse, a través de una víctima, con lo sagrado, por tal motivo todo lo que envuelve a la acción sacrificante está cargada de una fuerza sacra. (Mauss y Hubert, 2010: 49). Se preguntan Mauss y Hubert, ¿qué es lo sagrado? (Mauss y Hubert, 2010: 49) y, claramente influidos por las ideas de Durkheim, responden que la prohibición de ciertos objetos -sagrados-, retomando los planteamientos de Robertson Smith, no es el resultado de los deseos individuales, al contrario, es la sociedad quien lo hace, “a nuestro juicio, se considera sacro todo lo que, para el grupo y sus miembros, califica la sociedad” (Mauss y Hubert, 2010: 49). Hay objetos, animales y personas a las cuales la sociedad las ha envestido de una fuerza especial que las distingue del resto de las cosas, y su utilización se da en momentos sociales específicos. El manejo de estas fuerzas requiere la ejecución de tratamientos especiales y solo puede ser llevada a cabo por especialistas que la misma sociedad les ha otorgado esa facultad. Las personas que necesitan hacer uso de estos elementos sagrados deben recurrir a los especialistas, ellos van a guiar las acciones, indicarán los comportamientos y los cuidados que se deben realizar, así como las prohibiciones en la ingesta de cierto tipo de alimentos, los ayunos, las Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 oblaciones, la abstinencia sexual, la reclusión, los baños purificadores y el tipo de vestimenta que se debe utilizar. En la definición y unidad del sistema sacrificial, Mauss y Hubert identifican cuatro elementos claves para estudiar lo sagrado dentro del sacrificio: sacrificante, sacrificador, lugar e instrumentos, y víctima (Mauss y Hubert, 2010). El sacrificante, dicen Mauss y Hubert, tiene la obligación de convertirse él mismo en un dios, “empieza toda una serie de ceremonias simbólicas para el sacrificante, que van a despojarlo progresivamente del ente temporal que era, para hacerlo renacer con características totalmente nuevas” (Mauss y Hubert, 2010: 91). Estas ceremonias simbólicas consisten en baños purificadores, penitencias, ayunos, abstinencia sexual, reclusión en espacios alejados, uso de cierto tipo de vestimenta y prohibiciones como el de hablar y ser tocado; una vez realizado esto ahora puede sacrificar. “Todas esas purificaciones, lustraciones, consagraciones, preparaban al profano para el acto sagrado, eliminando de su cuerpo los vicios de la vida laica, sacándolo de la vida común e introduciéndolo paso a paso en el mundo sagrado de los dioses” (Mauss y Hubert, 2010: 94). En algunos sacrificios, de acuerdo con Mauss y Hubert, el hombre no puede acercarse a las cosas sagradas directamente ya que estas guardan cierto peligro. Ante esto se necesita a un intermediario, alguien quien tenga el poder y el conocimiento necesario para comunicar a los dioses y a los hombres; este es el sacerdote, o en otras palabras el sacrificador. “El sacerdote es mandatario del sacrificante, comparte su condición y carga con sus faltas, pero además está marcado con un sello divino. Lleva el nombre, el título, o la vestimenta de su dios; es su ministro, su propia encarnación –o por lo menos es depositario de su potencia. Es el agente visible de la consagración en el sacrificio. En resumen, está sobre el umbral del mundo sagrado y del mundo profano y los representa simultáneamente. Ambos mundos se juntan en él” (Mauss y Hubert, 2010: 96). Al igual que el sacrificante, el sacerdote debe cumplir con las mismas preparaciones especiales, ya que en él, debido al poder que le fue concedido, se canalizarán todas las fuerzas necesarias para poder comunicarse con las deidades. “Todo el ritual pontifical tiende pues hacia el mismo objetivo: darle una santificación extraordinaria al gran sacerdote, de 38 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 modo que le permita abordar al dios detrás del propiciatorio y llevar la carga de pecados que irán a juntarse sobre su cabeza” (Mauss y Hubert, 2010: 98). En cuanto al lugar donde se realiza el sacrificio, dice Mauss y Hubert, que hay lugares y momentos específicos en la que este acto se realiza, como dicen, “fuera de un lugar santo la inmolación no es más que una muerte” (Mauss y Hubert, 2010: 99). Por tanto, para investir de cierta sacralidad al espacio donde se realizará el sacrificio, éste debe ser purificado. Una vez destruida toda impureza mediante ceremonias expiatorias, el lugar queda consagrado, y ahora esa inmolación es más que una simple muerte. (Mauss y Hubert, 2010). En cuanto a los utensilios que se requieren para realizar el sacrificio, estos están investidos de cierta cualidad, es decir, de fuerzas que necesitan ser reguladas “es preciso que todas las operaciones que lo componen se sucedan sin lagunas y estén en donde les corresponde. Si las fuerzas que están actuando no se dirigen exactamente en el sentido prescrito, escapan al sacrificante y al sacerdote y, terribles, se vuelven en contra de ellos (Mauss y Hubert, 2010: 103). III. Bailando al “santito” San Jerónimo Amanalco y sus “santiagos” La comunidad de San Jerónimo Amanalco se encuentra a los 2600 msnm, justo en las estribaciones de los cerros Tlapahuetzia y Coatemulco, los cuales forman parte de lo que se conoce como la sierra texcocana. En esta parte del Acolhuacan Septentrional, se encuentran las localidades de San Juan Totolapan, La Colonia Guadalupe Amanalco, Santa María Tecuanulco, Santa Catarina del Monte y San Pablo Ixayoc. Anteriormente la gente de los pueblos más cercanos a lo que era el lago de Texcoco, se referían a los habitantes de la sierra, entre ellos los de Amanalco, bajo el mote de “serranos” o “monteros”. Todavía hay personas en Texcoco, Chimalpa, Chiconcuac y Tepetitlan, que recuerdan como la gente de los poblados de la sierra bajaban con sus animales a vender leña, semillas, verduras y carbón. De acuerdo con algunas mujeres de Texcoco pertenecientes a un grupo de la tercera edad, los “serranos” hablaban 39 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 el castellano como “mocho”, vestían con calzón blanco y huaraches, también con rebozos y faldas de lana. En síntesis, se veían como “pobrecitos”. Al preguntarles si podían definir bajo esta misma idea a los habitantes actuales de los pueblos de la sierra, y de manera concreta a los pobladores de San Jerónimo, contestaron que no, que era imposible ya que se habían abierto, y no eran tan cerrados como antes; como dijera una de ellas: “ahora son mucho más parecidos a la gente de Texcoco”. Sin embargo, en diversas ocasiones he escuchado que algunas personas de la región, se expresan de Amanalco como un lugar donde lo indígena todavía se encuentra mucho más presente, ya que ahí la gente todavía sigue hablando en mexicano -náhuatl- y continúan realizando sus costumbres como les enseñaron sus “abuelitos”. Los mismos pobladores de Amanalco están conscientes de esta situación, por un lado los “abuelitos” dicen que ya no hay “respeto” en el pueblo, que a los jóvenes ya no les interesa nada de lo de antes, no quieren hablar en náhuatl, ya no le besan la mano a la gente mayor, los hombres no quieren trabajar el campo y las mujeres se preocupan más por las uñas que por atender sus casas, como dijera don Raúl de 71 años “solo les interesa parecerse más a los de la ciudad”. También comentan que antes la gente duraba mucho más tiempo con vida debido a que comían de lo natural, puras semillas y hierbitas, y hoy todo es artificial, la carne y el pollo tienen químicos, por eso ahora hay más enfermedades y la gente dura menos. Sin embargo, son los mismos abuelitos quienes dicen que afortunadamente ya no se sufre como antes, porque ya progresaron, ahora ya hay escuelas, caminos, agua entubada, clínica de salud y electricidad; por eso dicen que el pueblo ya salió adelante. Aún a pesar de todo esto, tanto jóvenes como “abuelitos” concuerdan en que la vida en la Ciudad de México es muy peligrosa, que ahí la gente es más agresiva, en la capital hay más enfermedades porque la gente no come lo natural y porque respira puro humo. En el pueblo, según ellos, la vida todavía es más tranquila, uno puede andar caminando en la noche sin que le pase algo, dicen que ahí se respira un aire más puro y natural. Durante el siglo XX la comunidad de San Jerónimo vivió, al igual que otras localidades del Acolhuacan Septentrional, un proceso de aculturación. La 40 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 construcción de escuelas y caminos trajeron consigo diversos cambios socioculturales como: el desuso del náhuatl, nuevos tipos de vestido, abandono paulatino del trabajo agrícola y acceso a un mayor número de bienes materiales. Estos cambios permitieron que bajo los estándares oficiales del Estado mexicano, San Jerónimo Amanalco fuera categorizada como una localidad mestiza y urbana (ver INEGI: Archivo Histórico de Localidades). Los trabajos etnográficos que se realizaron en esta comunidad durante la década de los setenta y ochenta, Pérez Lizaur (2008) Sokolovsky (1995) y Mindek (1994) se centraron en estudiar el cambio. El crecimiento exponencial de la Ciudad de México estaba influyendo en las dinámicas locales de los habitantes de Amanalco, lo que los llevó a concluir de diversas maneras y bajo un uso muy lineal del concepto de cultura, que el componente indígena en la comunidad estaba desapareciendo y se estaba gestando una transformación hacia la modernidad; esto se veía en el carácter más individualista y secular de los pobladores de Amanalco. Sin embargo, cuando comencé a realizar el trabajo etnográfico de mi tesis de maestría, encontré que más allá de la existencia de estos cambios y de que había una fuerte presencia de elementos modernizadores como sitios de taxis, línea de camiones, casas de dos o tres pisos con un mayor número de arreglos ornamentales, hogares con televisión de prepago e internet, negocios de videojuegos, estéticas, tiendas de boutique de ropa, pastelerías y dentistas; había un fuerte sistema de redes de reciprocidad que se activaban en diversos momentos de los ciclos de vida de los habitantes de Amanalco. Un momento donde se observa la activación de estas redes de reciprocidad es en las danzas que se realizan en las fiestas religiosas. El calendario festivo de Amanalco comienza con la fiesta del 30 de enero -agradecimiento de las semillas-, la cual se empalma con el 2 de febrero -día de la Candelaria-, posteriormente viene la del 19 de marzo -San José-, Semana Santa, 3 de mayo -Santa Cruz-, 30 de septiembre -San Jerónimo Doctor-, Santos Jubileos y 12 de diciembre -Virgen de Guadalupe-. Las danzas se ejecutan en las fiestas de San José y San Jerónimo Doctor, las cuadrillas que desde el 2010 he visto que se presentan son de: arrieros, sembradoras, vaqueros y santiagos. En la fiesta patronal de San Jerónimo de 2011, Robichaux y Moreno observaron que 41 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 durante un momento del día se encontraban danzando al mismo tiempo, pero en espacios diferentes, las cuatro cuadrillas anteriormente mencionadas. Nos llamó la atención que los danzantes comenzaban su actuación dentro del templo, ahí entonaban unos cantos de alabanza a San Jerónimo Doctor y posteriormente bailaban un poco. Al terminar su actuación observamos que de nueva cuenta se dirigían al templo para dar gracias al santo patrono por haberles permitido cumplir con el compromiso. En aquella ocasión observamos por primera vez la cuadrilla de “santiagos” de esta comunidad, donde utilizan una máscara, que después supimos era del “Señor Santiago”. Al observar la danza nos percatamos que cuando retiraban este objeto, lo hacían con un supremo cuidado, lo tocaban mediante paliacates o pañuelos y cuando lo colocaban junto al altar de la iglesia ponían mucho énfasis en la posición en que quedaba. Cuando terminó la danza y se dirigieron al templo, el personaje que traía puesto al “santito”, al ser despojado de este objeto, comenzó a llorar, ahí entendimos que todo lo que habíamos visto durante el día no solo era un aspecto lúdico, sino que traía consigo elementos religiosos y rituales. A la semana siguiente gracias a los contactos que Moreno había logrado establecer para su tesis de maestría, logramos contactar a la persona que había interpretado al papel de “señor Santiago”, él nos llevó con su primo quien tenía más tiempo sacando la cuadrilla y quien en 2010 había tenido el mismo cargo. Durante la plática arrojaron información sobre el carácter sagrado del santito así como los cuidados que debían tener, también nos dieron datos sobre la organización social de la cuadrilla y sobre el fundamento religioso de bailarle al santito bajo la idea de la “promesa”. Al ver nuestro interés en estudiar las danzas, nos llevaron con los dueños de la imagen que recientemente habían bailado, ellos son un matrimonio del pueblo vecino de Santa María Tecuanulco. Ahí tuvimos oportunidad de ahondar en la cualidad sagrada de la máscara así como del carácter religioso de la danza, también nos detallaron las formas en las que van a pedir prestado al “santito” para bailarlo y el cómo lo traen de vuelta. Después de ahondar mediante entrevistas con otros integrantes de la cuadrilla de “santiagos” y volver a observar el desarrollo de la danza así como su preparación, la idea de bailar como devoción ante el santo comenzó a fortalecerse en los planteamientos que Robichaux y Moreno estaban desarrollando. Estos aspectos no se tomaron en cuenta en las etnografías que 42 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 se habían realizado sobre San Jerónimo, el peso Enero-Junio 2013 de las teorías modernizadoras así como ver la cultura como algo sumamente materialista y lineal, les impedía observar que había prácticas locales que se realizaban en momentos rituales específicos que contrastaban con las formas ideales de una sociedad mestiza y urbana. Aquellos vaticinios sobre una mayor presencia de elementos seculares e individuales no encajaban con lo que la gente nos platicaba sobre las danzas, y de manera específica con la de los “santiagos”. Los Santiagos en la región Como mencionó Manuel Gamio cuando realizó su trabajo sobre el valle de Teotihuacán, hay “algunas composiciones dramáticas que son recitadas o representadas en las danzas rituales dedicadas al santo patrono del lugar, y forman parte de las diversiones de carácter teatral que los naturales tienen periódicamente con motivo de sus fiestas religiosas. La función se verifica en el atrio de la iglesia o sobre un tablado construido en la plaza del pueblo, en donde los actores, disfrazados con el carácter del personaje que representan, desarrollan el asunto” (Gamio, 1979: 291). Una de estas representaciones son las llamados danzas de “moros y cristianos”, los cuales de acuerdo con Robert Ricard, para la década de los treinta del siglo XX se encontraban difundidas en gran parte del territorio mexicano como: Tlaxcala, Veracruz, Morelos, Guerrero, Estado de México, Michoacán, Jalisco, Zacatecas y Chihuahua (Ricard, 1947: 343). Arturo Warman expande un poco más la difusión de esta danza haciéndola llegar hasta el estado norteamericano de Nuevo México, sin embargo, menciona que los lugares donde su festejo es más alta es en los valles de México, Tlaxcala, Puebla, Morelos y Toluca; la parte costera de Oaxaca, Guerrero y Michoacán; el área purépecha de Michoacán así como la parte del lago de Chapala; la zona sur del Bajío y la sierra norte de Puebla; la franja costera de Veracruz a Coatzacoalcos; y el valle de Oaxaca (Warman, 1972: 140). Como bien señala Warman, esta delimitación coincide con las zonas clasificadas con mayor presencia indígena. En estas danzas se desarrolla “un simulacro militar, mezclado con diálogos, que trata de representar una batalla entre Moros y Cristianos, divididos en dos grupos antagónicos. Casi siempre es Santiago Apóstol el capitán de los cristianos, así 43 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 como Pilatos es el de los moros”. (Ricard, 1947: 343). Según Ricard, la danza concluye con un triunfo del cristianismo que va más allá de lo militar y lo político, se trata al final de una conversión espiritual donde los moros terminan por reconocer el poder y la religión de los cristianos (Ricard, 1947: 344). Sin embargo, como señala Ricard y Warman, con el paso del tiempo se han ido desarrollando diferentes variantes sobre la danza de “moros y cristianos”, pero su núcleo general sigue siendo la representación de una danza de conquista y conversión. En la región texcocana y sus alrededores la presencia de estas danzas, de acuerdo con Ricard, fue descrita en inicios del siglo XX en lugares como San Miguel Chiconcuac, San Martín de las Pirámides, San Francisco Mazapan, San Sebastián y Xometla. En su trabajo sobre Teotihuacán, Manuel Gamio recupera parte de los diálogos de estos bailes como: los “alchileos” escrita en náhuatl, “moros y cristianos”, y un “reto entre un ´moro´ y un ´cristiano´”. Además de esto realiza una descripción del baile de “moros y cristianos” que se ejecutaba en San Martín de las Pirámides, ahí estructura la danza en diferentes episodios: marcha, conquista, polka, batalla, muertos en el combate y funerales (Gamio, 1979: 332). En el trabajo que Fernando Horcasitas realiza sobre la danza de los “santiagos” -variante del baile de “moros y cristianos”- refiere a un parlamento fechado en el año de 1878 en la comunidad de Tepetlaoxtoc, el cual lleva por título Cuaderno de Bersos para Bayle de unos Santiagueros (Horcasitas, 1985: 446). En este trabajo menciona que realizó junto con Yolanda Lastra un recorrido con fines lingüísticos y de fiestas populares en 21 municipios de la zona texcocana, así como sus alrededores por la parte norte y sur. Este recorrido le permitió hacer una lista de comunidades por festividades en la que los “santiagos” tenían presencia, y menciona algunas localidades que se encuentran ubicadas en el área de estudio a la que hemos venido haciendo referencia desde el inicio de este artículo. Entre éstas se encuentran: Tepetlaoxtoc, Santo Tomas Apipilhuasco, la Concepción, Texcoco, barrio de San Bernardino de Texcoco, Tulantongo, Panoaya, Molino de Flores, San Andrés Riva Palacio, San Dieguito Xochimancan, San Jerónimo Amanalco, Huexotla, Santa Catarina del Monte, Coatlinchan, Tocuila, Cuauhtlalpan y Tequexquinahuac (Horcasitas, 1985: 450). 44 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 Actualmente, en la región de Texcoco a la danza de los “moros y cristianos” se le conoce como los “santiagos” y tiene diferentes variantes, en algunas comunidades las relaciones que sirven de base para la repartición de papeles no siempre tienen los mismos personajes y en algunos casos no se utiliza el Divino Rostro. Éste objeto es una máscara con el rostro del Apóstol Santiago, se utiliza tanto en la danza como en las procesiones y la porta únicamente la persona que interpreta al personaje de “Santiago”. Por lo general las diferentes máscaras que he logrado observar coinciden en que sus rasgos son finos y detallados, los labios son rosados, el color de la piel es blanca, tienen ojos grandes y de tono café claro, tienen algo de rubor en las mejillas, la barba es castaña, y en la cabeza tiene un tocado dorado que da la impresión de formar rayos de sol, el cual en algunas ocasiones se encuentra adornado con tres listones de colores verde, blanco y rojo. En las cejas tiene unos orificios por donde el danzante llega a ver. En el baile de los “santiagos” la utilización del Divino Rostro solo es al inicio y al final de la representación, para concluir el baile la persona que interpreta a “Santiago” se coloca la máscara y, haciendo una serie de movimientos con la espada y la cruz, comienza a convertir a los infieles moros en cristianos. De acuerdo con Warman, uno de los símbolos que se plasmó en la lucha entre los españoles contra los moros fue Santiago, “patrono de los combatientes cruzados de Occidente, el eficaz protector espiritual y a veces, según las leyendas, inmejorable luchador físico contra los infieles” (Warman, 1972: 20), y según él, hay diferentes leyendas donde se habla de la aparición en el campo de batalla de Santiago montando su caballo y luchando a lado de los cristianos. En San Antonio Tepetitlan la danza de los “santiagos” se baila con una gran fastuosidad y solemnidad, además de una gran producción que se refleja en la indumentaria que utilizan los danzantes y el escenario donde bailan. La fiesta donde se saca esta cuadrilla es en la del 2 de febrero -Virgen de la Candelariay se baila durante tres días. Desde meses atrás el maestro de baile les reparte a los danzantes sus parlamentos grabados en cassettes, es responsabilidad de ellos aprenderse la entonación, los movimientos y las gesticulaciones necesarias. Esto es importante ya que el día del baile si llega a titubear durante su participación corre el riesgo de que la comunidad lo catalogue como 45 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 “santiago cochino”. El personaje principal en esta danza es “Carlomagno” quien se encuentra al frente del ejército cristiano, él no utiliza el Divino Rostro, pero, sí se acompaña, no en la danza, sino en la procesión por el pueblo, con la figura del “Niño Dios”, la cual va vestida con un sombrero adornado con flores, pantalón de charro, camisa blanca, corbata y una capa corta adornada con lentejuelas. De esta misma manera se enviste tanto el personaje que interpreta a “Carlomagno” como el resto del ejército cristiano. A diferencia de otras cuadrillas de “santiagos” en esta danza aparecen “Fierabrás”, “almirante Balam”, “Oliveros”, “Roldan” y “Ricarte”. La relación que se utiliza en Tepetitlan lleva por título “Carlomagno y los doce pares de Francia”. Tanto en las comunidades de San Juan Tezontla y la Resurrección aparecen en la danza de los “santiagos” personajes como la “princesa de los moros”, “angelitos” y las “asistentes de Santiago”. El maestro que enseñó a las cuadrillas que salieron en Tezontla en la fiesta de San Juan de 2012 y en la Resurreción en la festividad del Señor de la Resurrección de 2013, se instruyó con un señor que vivía en la comunidad vecina de San Diego. En esta versión de los “santiagos” sí se utiliza el Divino Rostro, y el tratamiento que se le da es diferente al que he logrado observar en otras comunidades, por ejemplo, en la Resurrección cada vez que va entrar la máscara del Señor Santiago a la iglesia, cuando se le va a colocar a la persona que interpretará a “Santiago”, o bien cuando se le va a tomar del altar donde se le coloca en la casa de aquel que lo va a bailar, debe hacerse un movimiento en cruz con el “santito”, esto se realiza en tres ocasiones. En el caso del templo, esto se realiza estando justo afuera del recinto sagrado, a la entrada del atrio y frente al altar. En la comunidad de la Resurrección el personaje de “Santiago” no puede comer carne de puerco, ni ingerir bebidas alcohólicas, ni comer irritantes durante los días que se danza los cuales son tres. Tampoco puede tener contacto sexual con su mujer. En esta misma comunidad cuando se realiza la procesión por el pueblo y el día de la coronación el personaje de “Santiago” debe vestirse con una sotana de color blanca. El resto de los días el vestuario usado es pantalón negro de charro, camisa blanca, corbata negra, capa corta con lentejuelas, guantes blancos y un sombrero tipo mariachi. Anteriormente en la comunidad de Chimalpa, los parlamentos de la danza de los “santiagos” se realizaban en náhuatl, durante una plática que sostuvieron en 2012 Robichaux y Moreno con don Pablo quien 46 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 tiene más de 65 años y es originario de esta localidad, logró recordar parte de un parlamento en náhuatl que decía el soldado moro. De acuerdo con este informante, había un señor que le gustaba sacar esta cuadrilla y personificar al “señor Santiago”, para el día del baile se mandaba hacer un traje con caballo, y simulando que montaba a este animal realizaba parte de la danza. En San Jerónimo Amanalco el maestro de danza de la cuadrilla de “santiagos” comentó que él había aprendido la danza con una persona que venía del pueblo de San Juan Teotihuacán y que ese era el baile que ahora él enseñaba. En Amanalco se utiliza el Divino Rostro, y los personajes que anteriormente mencionamos para las otras comunidades aquí no aparecen, en San Jerónimo tienen a “Santiago” y “Pilatos” liderando los dos ejércitos. Al igual que en San Juan Tezontla y la Resurrección, el “santito” debe tener un tratamiento especial, ya que el no hacerlo puede provocar que la imagen decida irse o bien castigar a quien la utiliza haciéndolo sentir mal durante el baile. Es interesante que tanto Ricard, como Gamio y Horcasitas no hagan referencia a un objeto tan importante utilizado en la danza de los “moros y cristianos” como es el Divino Rostro. Destaca en sus análisis ver la danza como un componente del folklore mexicano que se encuentra totalmente desconectado de su sustento religioso y ritual, sin embargo, ya Gamio daba algo de luz sobre este punto cuando menciona que cuando se aproximaba una fiesta religiosa en los pueblos del valle de Teotihuacán, sus habitantes se organizaban para sacar una danza y organizaban varios ensayos. Cuando venía el día la representaban, “estas funciones no son de paga; cada pueblo las efectúa como una obra piadosa para merecer de Dios o de alguna de las divinidades cristianas la protección de sus siembras o la curación de algún miembro de la familia” (Gamio, 1979: 295). Otro punto importante que no encontramos en estos trabajos es la poca atención que se le da al estudio de la organización social del baile, cómo es que se integran los danzantes, por qué lo hacen, con qué recursos y cómo los consiguen. Como bien apunta Horcasitas, lo que se necesita son “descripciones detalladas sobre la música, pasos, vestuario y funciones económicas, religiosas y sociales de la comunidad. Necesitamos transcripciones de entrevistas con los maestros de la danza, con los danzantes y miembros del público (Horcasitas, 1985: 445). 47 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 Los “santiagos” de Amanalco Dentro de las cuadrillas de danzantes existen los “principales” o “encargados” y los “vasallos”, los primeros son quienes tienen los papeles de los personajes estelares de la danza, lo que genera un mayor compromiso con la cuadrilla y un mayor gasto en las cooperaciones. Los “vasallos” simplemente acompañan en el baile a los encargados, sus aportaciones son mínimas en comparación con los gastos que realizan los “principales” y el compromiso con la cuadrilla es mucho menor, por ejemplo, su asistencia a los “ensayes” no es un requisito necesario. En el caso de los “santiagos” de Amanalco los personajes principales son: “señor Santiago”, “Embajador Cristiano”, “Ramiro”, “Cid Campeador”, “Asistentes de Santiago”, “Sabario”, “Pilatos”, “Capitán del Asia”, “Príncipe Malcadel”, “Embajador Moro”, “primer Soldado” y “segundo Soldado”. Sin embargo, hay ocasiones en las que no se reúnen todos los personajes, pero esto va variando conforme los danzantes se van organizando. La principal responsabilidad de la cuadrilla recae en la persona que encarna el papel del “señor Santiago”, él es quien tiene que movilizarse para buscar a la gente que lo va acompañar con su “promesa”, arreglar los días de “ensaye”, conseguir al maestro de danza, así como la música y el sonido, el templete donde van a bailar y el ofrecer durante los dos días de danza el desayuno, comida y cena. Para cubrir estos gastos los danzantes establecen una cuota fija de cooperaciones, por ejemplo, el señor Dionisio quien trabaja como chofer de transporte público, tuvo el papel de “señor Santiago” en la fiesta de San Jerónimo Doctor del 2010, en aquella ocasión no se había sacado la danza en años anteriores, y él, a raíz de una invitación de otro vecino de San Jerónimo decidió sacar la cuadrilla. De acuerdo con él, le costó trabajo motivar a la gente para que lo acompañara a bailar, no se animaban porque no podían cumplir con los gastos y tampoco tenían el tiempo suficiente para cumplir con el compromiso. Cuando se logró juntar al resto de los integrantes, las cooperaciones fueron de $3,000 por persona. En aquella ocasión los gastos de música, enlonado, tarima, sonido y comida fueron arriba de $30,000 pesos. Al año siguiente, en la fiesta de San Jerónimo Doctor de 2011 su primo Alberto, quien trabaja como albañil, tomó la corona de “Santiago”, en aquella ocasión 48 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 las cooperaciones fueron de $5,000 y se hicieron entre trece encargados, pero solo ocho completaron la cantidad. Además de esto se pusieron $200.00 por “ensaye”, en total tuvieron cuatro. El señor Alberto decidió no volver a salir como “encargado”, porque como dice: “son puros problemas”. Con esto se refería a que los gastos no fueron parejos cuando él salió como “señor Santiago”, la persona que tomó el cargo para la fiesta de septiembre de 2012 no cumplió con sus cuotas y no llegaba a los “ensayes”, por eso ya no quiso acompañarlo. En el caso de la fiesta de San José del 2013 las cooperaciones fueron de $3,000 entre 15 encargados, por cada “ensaye” se dieron $200, y en total fueron cuatro; en esta ocasión los gastos cubiertos por las cooperaciones rebasaron los $40,000 pesos. Aparte de estas cuotas fijas los danzantes tienen que cubrir los gastos que se generan por el tipo de indumentaria que utilizan, sobre todo por las capas. Una de las principales actividades laborales de Amanalco es la costura, a diferencia de otros lugares donde los danzantes del baile de “santiagos” tienen que rentar o comprar sus capas, acá es confeccionada por los mismos bailarines o bien por sus familiares. De acuerdo con la esposa de quien ocupó el cargo de “señor Santiago” en la fiesta de San José del 2012, los danzantes comienzan a trabajar en sus capas seis meses antes de la fiesta. El diseño y el material utilizado va variando, pero, hay ciertos estándares. En el caso de los moros las capas que utilizan son más largas, prácticamente llegan hasta las pantorrillas de los danzantes, éstas se adornan con figuras formadas por lentejuelas y chaquira las cuales pueden ser de lunas musulmanas, la Santa Muerte, la leyenda de los Volcanes, calaveras, dragones, el rostro del Sha de Irán, soles, estrellas, unicornios, víboras de cascabel y corazones. Utilizan coronas las cuales en algunas ocasiones le añaden una pluma, algunos utilizan lentes oscuros y se confeccionan trajes de tela brillosa, mientras que otros solo salen con ropa casual. Se cubren el rostro con algún pañuelo o paliacate, y sus armas son espadas, bastones y banderas. En el caso de los cristianos la capa es más corta, prácticamente termina en la espalda y generalmente son blancas, azules y rojas. Al igual que los moros el diseño es de lentejuelas y chaquira, los diseños pueden ser de ángeles o santos como San Miguel, la Virgen de Guadalupe, San José, también se usan cruces y rosas. La capa del 49 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 personaje que interpreta al “señor Santiago” tiene que llevar la figura del santito, en ocasiones es solamente su rostro y en otras es de cuerpo entero con su caballo. Aparte de las capas, los cristianos utilizan un pantalón negro de charro, camisa blanca, corbatas o moños, y un sombrero tipo mariachi al que algunos como “Santiago” le añaden tres plumas de color azul, amarilla y blanca. Sus armas son la cruz y la espada, ésta última va adornada con unos pañuelos de colores verde, blanco y rojo. Los gastos correspondientes por los aditamentos necesarios para interpretar a un moro y a un cristiano son variables, ya que dependen del tipo de material que se utiliza. De acuerdo, con la esposa del personaje que interpretó al “señor Santiago” en la fiesta del 2012, el gasto puede ir de $5,000 hasta $10,000 pesos. Para cubrir estos costos los danzantes se ven obligados a recurrir a sus redes de “ayuda”, las cuales están compuestas por familiares, compadres y amistades. De acuerdo con Iván quien tomó el cargo de “Pilatos” en la fiesta de San José del 2013, la familia es quien le permite a una persona el cumplirle al “santito”, sin su ayuda prácticamente sería imposible cubrir por si solo cada uno de los gastos. Esta ayuda se observa perfectamente en los banquetes que el “señor Santiago” tiene que ofrecer a los danzantes, músicos e invitados, por ejemplo, en la fiesta de San José de 2012 durante el desayuno que se dio en la casa del señor Vicente quien tuvo el cargo principal, había un contingente de mujeres que preparaban tortillas, otras movían cazuelas donde se cocían los alimentos, y algunos hombres ayudaban a repartir los platos de moronga, sopa de fideos y frijoles, además de refrescos, tequila y pulque. Durante la danza se realizó una pausa y se llevaron hasta el lugar donde estaban bailando cazuelas repletas de carnitas, arroz y frijoles; nuevamente un grupo de mujeres eran las encargadas de repartir los alimentos en platos de plástico, mientras que los hombres servían refresco y tequila. En la fiesta de San José de 2013, la familia del personaje de “Santiago” llevó en una camioneta hasta donde se había colocado el templete para la danza, ollas con carnitas acompañadas de mole verde, arroz, tortillas y frijoles, también se repartió refresco, agua de jamaica y tequila. De acuerdo con un habitante de la Resurrección, actualmente en los pueblos de Texcoco un cerdo de 150 kilos vale aproximadamente $3,000 ó 50 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 $4,000 pesos y el carnicero cobra aproximadamente $1,500 pesos por matar, descuartizar y cocer las carnitas. Otro momento donde se observa la activación de las redes de ayuda es cuando se va a pedir prestada la imagen del “santito”. En diciembre de 2012 la cuadrilla de “santiagos” de Amanalco fue invitada para bailar en la fiesta de San Juan Evangelista -27 de diciembre-, que se realiza en la comunidad vecina de san Juan Totolapan. Días antes de su participación, la cuadrilla fue a pedir prestado a una familia de la comunidad de Santa María Tecuanulco su Divino Rostro, ahí los recibieron con atole y pan de sal, además de refresco y tequila. Ese día no se encontraba el señor de la casa, pero su esposa junto con sus hijos y cuñadas atendieron a un poco más de 25 personas, ya que los danzantes iban acompañados de músicos y familiares. La cuadrilla en agradecimiento por el préstamo que recibieron, le dieron el “regalo” a la familia de Tecuanulco, el cual es una canasta compuesta con pan, fruta y una botella de tequila, que al recibirse se tiene que besar. El día del baile, la cuadrilla dio otro “regalo” a una familia de San Juan Totolapan, la cual les donó un desayuno. Ese día los integrantes de la casa los recibieron con un desayuno de tamales, pan, atole y refresco; se atendieron a un total de 80 personas esperando su “taquito”. Al terminar su participación de dos días en las festividades de Totolapan, un contingente de por lo menos 100 personas regresaron al “santito” a Santa María Tecuanulco, ahí los recibieron con sopes, seis botellas de tequila, una de whisky y refrescos; para esta ocasión una nuera cooperó con maíz y los hijos con las bebidas. Para la fiesta de San José de 2013 la cuadrilla bailó el Divino Rostro de una familia de San Jerónimo, a los ocho días que había terminado la fiesta, los danzantes se reunieron en la casa del personaje que interpretó al “Señor Santiago” ahí un grupo de mujeres ofreció a los asistentes sopes y refrescos. Después de un rato la cuadrilla se dirigió a la casa de la familia que les presto al “santito” para bailarlo, ahí los recibieron con bisteck con papas en salsa verde, tortillas, agua de papaya y refrescos. Como se puede observar el gasto requerido para cumplir con el “gusto” de bailarle al santito es alto, y las redes de “ayudas” son la pieza clave para que los danzantes, sobre todo los “principales”, puedan cubrir su “promesa”. Como 51 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 dijera un danzante: “es una promesa que ellos hacen, pero él decide -quien saca la cuadrilla- yo voy a sacar mi promesa, pero solo no. Necesito gente que me acompañe a cumplir mi devoción”. Quizás para una mentalidad individualista y secular el realizar este tipo de gastos resulta algo totalmente descabellado, y más aún cuando quienes lo realizan son albañiles, costureros, músicos y choferes de autobuses. La pregunta sería por qué destinan tal cantidad de dinero y esfuerzo en algo como una danza, y por qué no destinan esos recursos para sus viviendas o como ahorro para la educación de sus hijos. A mi parecer lo que ellos están tratando de hacer es buscar la seguridad de su persona, de su gente y de la comunidad, y esto es mediante el mantener al santo patrono contento en su día, porque él es quien trae las bendiciones. Por tanto, sacar una cuadrilla, como los “santiagos” implica el sacrificio de sus personas y la familia durante el tiempo que dure la corona, en este caso un año. Durante este periodo las personas que tienen los papeles de “principales”, deben esforzarse de manera individual y colectiva para poder cumplir con su “promesa”. A continuación vamos a ahondar en la religiosidad de la danza de los “santiagos”. El Divino Rostro, ¡tan divino! En 2011 fue la primera vez que escuché el término de que el bailarle al “santito” nacía de un “gusto”. Mi primera idea fue la de un gusto secularizado y encaminado a la realización de algo lúdico, pero conforme fui escuchando las razones por las que un danzante sacaba una cuadrilla, entendí que la idea trataba de expresar algo más complejo, como el hecho de que el baile no es para la gente, ni para la persona que está sacando la cuadrilla, la danza va dirigida a un personaje en específico: el “santito”. Es un “gusto” el sentimiento que a una persona le nace por bailar, pero también es un “gusto” anclado a una promesa y por tanto, se vuelve un compromiso que se adquiere en la iglesia frente a los santos y delante de la comunidad. El “gusto” de bailar, también es un pago que se le ofrenda al santo, se le otorga la danza esperando recibir un beneficio individual y colectivo. Cuando una persona tiene el “gusto” de bailar para el santo, sabe que la danza se encuentra constituida por acciones y comportamientos bien específicos que los danzantes tienen que cumplir. Si 52 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 éstos no se realizan con el cuidado necesario se corre el riesgo que el “santito” se moleste o bien se ponga triste, y entonces, el pago lejos de ayudar puede que traiga hambre, enfermedades, accidentes y rupturas familiares. Quizás esto se ve de manera más clara en la danza de los “santiagos”. En el caso de San Jerónimo, el cuidado y los tratamientos que se le dan al Divino Rostro están cargados de un carácter religioso y ritual, la máscara esta envestida de un poder sacro el cual se le transmite al danzante, por este motivo es que el comportamiento de la cuadrilla y en específico del personaje que encarna al “Señor Santiago” así como su familia, deben de ser los adecuados, de lo contrario el “santito” se pone triste y puede castigarlos. Los cuidados que se le dan a la imagen tienen como objetivo el mantenerlo contento, por eso es que se le sirve comida, agua y alimento para su caballo. La persona que interpreta al “señor Santiago” no puede comer carne de puerco, ni tomar refresco o picante, ni ingerir bebidas alcohólicas; no debe de enojarse con su esposa e hijos y no debe de dejar al “santito” solo en casa. Cuando no se le tienen estos cuidados, dicen que la imagen puede llegar a “chiquearse”, es decir que el santo esta triste, cuando esto sucede el Divino Rostro se pone pálido, pierde el color de sus mejillas, le aparecen manchas y cambia la expresión de su rostro. Por eso, dicen que un danzante cuando baila al “santito” debe ponérselo con ánimo, devoción y fe; cuando se lo ponen con mala fe o enojado, el Divino Rostro les pesa o no les queda, no alcanzan a ver con claridad el horizonte, además de que en la barbilla y en la cabeza sienten como se les va enterrando una especie de espinita. Si el “santito” se siente muy triste por la forma en la que lo tratan o si no hay comprensión entre los danzantes o en la casa de aquel que lo va a bailar, puede tomar su caballo y escaparse. Don Alonso, músico y habitante de Santa María Tecuanulco, tiene una máscara del “señor Santiago” la cual ha prestado en diversas ocasiones a la cuadrilla de “santiagos” de Amanalco. Don Alonso, la ha bailado en una sola ocasión y fue cuando la compró en Tultepec, esto sucedió en 1981. Cuando se lo colocaron el día de la fiesta, pidió que no se lo amarraran, ya que él lo iba a bailar con gusto, con amor y con fe. El primer día del baile no hubo ningún problema, pero 53 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 al segundo los danzantes comenzaron a ingerir bebidas alcohólicas, don Alonso les pidió a sus compañeros que no tomaran, pero no le hicieron caso. Para el último día del baile, cuando le pusieron la máscara y comenzó a caminar, sentía como una espinita se le clavaba en la cabeza y en la barbilla. Nunca más volvió a danzar. El señor Dionisio que tuvo el papel de “Santiago” en la fiesta de septiembre de 2010, recuerda que cuando comenzó a bailar al “santito” su papá le dijo que no tomara el cargo como un juego, que se pusiera el Divino Rostro con fe y no con mala gana, y que no hiciera cosas malas. Le dijo que tuviera cuidado porque era una imagen a la que se le debe de tener mucho respeto, y le contó que en el pueblo de San Diego había un señor que se había comprometido a sacar los “santiagos”, pero que no estaba cumpliendo bien con su promesa, ya que primero estaba el alcohol y luego el compromiso, por ejemplo no se presentaba a los “ensayes” y si lo hacía llegaba tomado. Cuando llegó la fiesta no tenía dinero y tampoco tenía su vestimenta, así que decidió esconderse en el monte. Mientras lo hacía, un señor se acercó y le preguntó si se encontraba bien, a lo que él respondió que sí, y que solo había bebido un poco. Le pregunto si tenía algún compromiso en su casa, y el danzante le dijo que sí, pero, que no tenía dinero para cumplirlo. El señor le dijo que no se preocupara, que él lo podía ayudar con su “gusto”, pero siempre y cuando no tomara. El danzante aceptó la ayuda y siguió al señor hasta una piedra, la cual se abrió y apareció una cueva. Dentro de ella había capas de moros y cristianos, y a un lado se encontraba un sombrero, una espada y una capa. El señor le pidió al danzante que las tomara, le dijo que no eran suyas sino de su padre, pero que él se las prestaba. A cambio de esto le pidió que al terminar su compromiso le llevara un guajolote y una cazuela de mole. El danzante le dijo que tampoco tenía dinero para su cooperación, y el señor le respondió que no importaba, que también se lo prestaba. El danzante llegó a su casa donde ya lo esperaban sus compañeros, se puso su traje y les entregó su cooperación. Cuando terminó su compromiso le pidió a su esposa que matara un guajolote y que le hiciera una olla de mole. Mientras esperaba que todo estuviera listo, el danzante comenzó a tomar de nuevo. Su esposa le entregó los alimentos y se dirigió a la cueva, pero antes de entrar se cerró y desapareció, al igual que los trajes y el dinero que le había sobrado, mientras que la comida se echó a perder. 54 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 En 2010, ocho días antes de la fiesta del 30 de septiembre el señor Dionisio fue a pedir prestado al “santito” al pueblo de Santa María Tecuanulco, a los pocos días de tenerlo en su casa se le “chiqueo”. En esa ocasión tuvieron que dejar solo al Divino Rostro en la casa, ese día él y su esposa tenían que salir a Texcoco, y no había nadie de sus hijos que pudieran acompañar al “santito”. En la noche cuando regresaron, su hijo les dijo que algo le pasaba al “santito”, que estaba bien pálido. Dice que en la frente del Divino Rostro tenía una mancha redonda, como si la hubieran pintado con un lapicero, y su labio se le fue de lado. Mandaron a llamar a la persona que tenía el cargo del “Embajador cristiano”, quien es la única persona que puede tocar mediante pañuelos, paliacates o trapos al “santito”, lo sacó de su nicho y lo humeó con el sahumerio. También mandaron a llamar a un rezandero para que les ayudara a que el Divino Rostro dejara de “chiquearse”. De acuerdo con don Dionisio tardaron aproximadamente una hora para que la máscara recuperara su color, su labio regresara a su forma original y que la mancha se le quitara. Don Alberto, primo del señor Dionisio y quien tomó la corona de “Santiago” para la fiesta del 30 de septiembre del 2011, decía que cuando el “santito” estaba en su casa trataban de tenerlo contento, si tenía que salir él o su esposa, procuraba que sus hijos se quedarán con la imagen acompañándola y echando relajo. Sin embargo, cuando llego el día del baile y se puso la máscara, le dijeron que la imagen estaba pálida, y le preguntaron si iba enojado o si se había molestado con su esposa, pero él les dijo que no. De acuerdo con don Alberto, era mucho el sentimiento que tenía, ya que desde niño siempre había querido bailar como principal, y cuando le pusieron al “santito” sentía mucho nervio y emoción. Según él, cuando bailaba con el Divino Rostro sentía que la música le retumbaba por dentro y tenía muchas fuerzas, era como si el santo le abriera más la mente para que pudiera entender de una manera más clara la música. A don Saúl quien tiene más de setenta años le tocó vivir una experiencia parecida cuando tuvo el “gusto” de sacar con otros compañeros la danza de los “santiagos”. El día del baile el Divino Rostro cambió de color cuando dos de los “principales” se desconocieron porque no querían pagar sus cooperaciones. Cuando llegaron a la casa de quien tuvo el cargo de “Santiago”, la imagen se 55 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 veía descolorida, al ver esto, don Saúl fue a la tienda a comprar dos veladoras. Viendo al “santito” comenzó a rezar y prendió las velas. Le dijo: “´señor Santiago´ no te pongas triste, nosotros lo estamos haciendo de buena fe. Si tú quieres castigarlos a los otros, tú lo sabrás, ni te pido ni te impido ni nada”. Al día siguiente el “santito” recobró su color. Hace poco se acercó un señor para invitar a don Saúl a sacar la cuadrilla de “santiagos”, pero él le dijo que no, porque es una imagen que tiene muchos requisitos. Cuando el señor Mauro sacó la cuadrilla de “santiagos” hace más de 15 años, el maestro de la danza les dijo a los danzantes que no quería verlos enojados ni que hablaran mal entre ellos, porque esto no era un juego y la imagen era muy milagrosa. De acuerdo con el señor Mauro, cuando tomó el cargo sus papás se molestaron por el “gasto” que significaba, pero él les dijo que ya no podía echarse para atrás, él ya había decidido y no iba a permitir que el “santito” se enojara y le hiciera algo malo a sus padres, por eso ahora tenía que cumplirle. En aquella ocasión se acercaron con un vecino del pueblo que tenía una imagen, pero se las negó y no lo dejo bailar. Fue a Santa María Tecuanulco a pedir prestado el Divino Rostro pero no estaba disponible para la fecha que él la necesitaba. Ahí le comentaron que fuera a la iglesia del pueblo de San Joaquín porque ahí tenían un “santito” y si tenía buena fe podían prestarlo, finalmente fue ahí donde le permitieron bailar la imagen. El día del baile, fue gente del poblado de San Joaquín a ver bailar a su Divino Rostro, según el señor Mauro, lo felicitaron por la fuerza y la energía con la que bailaba la imagen, quedaron sorprendidos por la voluntad tan grande que tenía. El mismo día del baile, la persona que les había negado el Divino Rostro se acercó a la cuadrilla de danzantes y les pidió el favor de que bailaran a su imagen, porque se había puesto triste. No solo estaba pálido, sino que sus cejas se estaban despegando. El señor Mauro le dijo que él debería bailarla para que sintiera el castigo de no dejar bailar al “santito”, pero, finalmente acordaron que al día siguiente bailarían las dos imágenes, primero una y después otra. Solo de esta forma el Divino Rostro se puso contento y recuperó su semblante. 56 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 Como se mencionó anteriormente cuando el Divino Rostro se “chiquea” hay ocasiones en las que puede agarrar su caballo y escapar de la casa donde se encuentra. Según don Alberto quien tuvo el cargo de “Santiago” en la fiesta del 30 de septiembre del 2011, en una ocasión en San Jerónimo unos danzantes tuvieron el “gusto” de sacar el baile de los “santiagos”, fueron a pedir la imagen prestada al pueblo de San Dieguito y la dejaron en la casa de la persona que iba a interpretar al “señor Santiago”. El matrimonio comenzó a tener diferencias y no había comprensión entre ellos, el Divino Rostro al ver todo esto se puso triste. Dos días antes de la fiesta, escucharon un golpe en la puerta, salieron a ver qué es lo que pasaba, se dieron cuenta que en el suelo había huellas de caballo y el “santito” había desaparecido. Siguieron el rastro y llegaron hasta el pueblo de San Dieguito, a la casa donde se los habían prestado. Al ver todo esto, los dueños de la imagen ya no la quisieron prestar porque no la habían cuidado, el “santito” no se sintió contento con ellos porque siempre peleaban y se “chiqueo”, por eso es que se había escapado junto con su caballo. Según el señor Alberto sucedió algo similar en el pueblo de Tulantongo, ahí el Divino Rostro desapareció porque los integrantes de la cuadrilla comenzaron a tener problemas con el gasto de las cooperaciones. Conclusiones En estas páginas he detallado el caso de una comunidad de la región texcocana, que en el siglo XX pasó a engrosar las largas cifras del mestizaje nacional. Su castellanización, la adopción de nuevos tipos de indumentaria, el abandono paulatino del campo y el acceso a un mayor número de bienes materiales; funcionaron como indicadores para señalar que en la localidad de San Jerónimo Amanalco se estaba gestando una transición hacia la modernidad. Este paso venía acompañado de un proceso de secularización e individualización el cual mermaba las estructuras sociales y culturales de los habitantes de esta localidad. Sin embargo, como hemos señalado, este proceso de aculturación no ha sido tan lineal ni tan determinante al grado de hacer desaparecer su sistema de organización colectiva así como el fuerte componente religioso que guardan muchas de sus acciones sociales, por ejemplo, las danzas. 57 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 El caso de la cuadrilla de “santiagos” de Amanalco nos permite observar que debajo de estas categorías totalizantes e inamovibles como mestizo y urbano, se esconden un sinfín de particularidades que contrastan con los ideales esperados de una sociedad moderna. Por ejemplo, continúan creyendo que el tener un “gusto” para sacar una cuadrilla de danzantes tiene como objetivo principal el alegrar al “santito” en su cumpleaños. Le bailan porque saben que de esta manera las bendiciones y cuidados van a caer sobre la comunidad. En esta idea del “gusto” se esconden acciones de carácter colectivo y religioso que tienen como finalidad el ofrendar mediante la danza, un “pago” al santo. Lo ofrendado está compuesto por un conjunto de sacrificios económicos, familiares, físicos, laborales y sentimentales; los cuales se tienen que realizar para cumplir con la promesa de bailarle al “santito” en su día. Saben que para lograr esto no lo pueden hacer de manera individual, tienen que activar sus redes de ayuda, estas les permiten cumplir con las cuotas estipuladas que se destinan para el pago de la música, sonido y templete; la elaboración y compra de los elementos necesarios para su vestuario; así como los banquetes que se destinan a los danzantes, músicos y asistentes. Aparte de estos sacrificios que envuelven elementos de carácter colectivo, hay una estructura religiosa en la danza de los “santiagos”, la cual se refleja en los comportamientos de los “principales” y de manera especial en aquel que porta el Divino Rostro. Así lo demuestran las abstinencias de ciertos tipos de alimentos y bebidas, de los peligros que acarrea el portar la máscara del Señor Santiago sin devoción, de no dejar solo en la casa al “santito”, de darle de comer a él y a su caballo, de tener una persona especial que solo lo puede tocar; todo esto se hace para evitar que el Divino Rostro se ponga triste y se vaya. El objetivo de este trabajo era señalar que en una supuesta sociedad “mestiza” hay una continuidad de lo tradicional. Sin embargo, no es una continuo lineal ni fijo e inamovible, al contrario estamos frente a elementos que continuamente se van destruyendo y construyendo; aquí es donde la noción de núcleo duro de López Austin nos permite explicar este proceso (1994; 2001). Los grupos indígenas, como dice Warman, “no son ni la misma gente de antes ni iguales sus modos de vida, como tampoco son los nuestros. Ninguna cultura es estática” (Warman, 1972: 165). Se conoce información sobre las ideas de 58 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 ofrenda y rituales entre grupos sociales con mayor presencia indígena, pero, considero que es importante estudiar qué es lo que sucede en aquellas sociedades que hace unas décadas atrás eran tipificadas como indígenas, y hoy son vistas como sociedades mestizas o urbanas. Por eso me parece que es importante señalar que estamos frente a grupos sociales en constante movimiento, que van incorporando diversos elementos a sus estructuras socioculturales para fortalecerlas. Este es el caso de la cuadrilla de Santiagos y de su “gusto” que tienen para bailarle al “santito”. Bibliografía DEHOUVE, Danièle (2006), La realeza sagrada en las comunidades indígenas mesoamericanas, Manuscrito no publicado. DEHOUVE, Danièle (2007), La ofrenda sacrificial entre los Tlapanecos de Guerrero, México: Universidad Autónoma de Guerrero/CEMCA/INAH/Plaza y Valdés. GAMIO, Manuel (1979), La población del valle de Teotihuacán, vol. 5., México: INI. HORCASITAS. Fernando (1985), “Los santiagueros de Tepetlaoztoc: dialogo de una danza”, en De la historia. Homenaje a Jorge Gurría Lacroix, México: UNAM. HUBERT, Henri y Marcel Mauss (2010), El sacrificio: magia, mito y razón, Buenos Aires: Las Cuarenta, colección “Antropofagias”. INEGI. Archivo Histórico de Localidades, en http://www.inegi.org.mx/geo/contenidos/geoestadistica/consulta_localida des.aspx, fecha de consulta: 20 de enero 2012. LÓPEZ Austin, Alfredo (1994), Tamoanchan y Tlalocan, México: Fondo de Cultura Económica. LÓPEZ Austin, Alfredo (2001), “El núcleo duro, la cosmovisión y la tradición mesoamericana”, en Johanna Broda y Félix Báez-Jorge (coords.), Cosmovisión, ritual e identidad de los pueblos indígenas de México, México: CONACULTA/Fondo de Cultura Económica. MORENO, José Manuel (2011), La continuidad de lo indígena en una sociedad desindianizada: el caso de San Jerónimo Amanalco, Estado de México, 59 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 Tesis de Maestría en Antropología Social, México: Universidad Iberoamericana. MORENO, José Manuel (2012), “El sistema de reciprocidad en una sociedad desindianizada del México central”, en Jorge Magaña Ochoa, Belkis G. Rojas Trejo, Sophia Pincemin D. (eds.), Entre el cambio y la continuidad. Pueblos originarios de nuestra América Latina del siglo XXI, Verlag: Editorial Académica Española, 214-254. MAGAZINE, Roger (2010), “Algunos problemas con las categorías de ´indígena´ y ´mestizo´ en el México Contemporaneo”, en Ruris Revista do Centro de Estudio Rurais, Brasil: IFCH-Unicamp, vol 3(2), 75-97. MAGAZINE, Roger y David Robichaux (2007), “Las limitaciones de las categorías de ´indígena´ y ´mestizo´ en los estudios rurales de México”, en Paola Sesia y Sergio Sarmiento (comps.), Pueblos indígenas, territorios y género en el México rural contemporáneo. Volumen II de la colección El cambio en la sociedad rural mexicana: ¿se valoran los recursos estratégos? México, D.F.: AMER/Casa Juan Pablos/UAM/CONACyT/UAEM/UMSNH. MINDEK, Dubravka (1994), “No nos sobra, pero gracias a Dios, tampoco nos falta”. Crecimiento demográfico y modernización en San Jerónimo Amanalco, Tesis de Maestría en Antropología Social, México: Universidad Iberoamericana. MULHARE, Eileen (2003), “Respetar y confiar: Ideología de género versus comportamiento en una sociedad post nahua”, en David Robichaux (comp.), El matrimonio en Mesoamérica ayer y hoy: unas miradas antropológicas, México: Universidad Iberoamericana, 205-236. PÉREZ Lizaur, Marisol (2008), Población y sociedad. Cuatro comunidades del Acolhuacan, México: Universidad Iberoamericana. RICARD, Robert (1947), La conquista espiritual de México, México: Jus-Polis. ROBICHAUX, David (2005), “Identidades cambiantes: `Indios´ y `mestizos´ en el suroeste de Tlaxcala”, en Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, vol. XXVI, núm. 104, otoño, 57-102. SOKOLOVSKY, Jay (1995), San Jerónimo Amanalco, un pueblo en transición, México: Universidad Iberoamericana, colección Tepetlaoxtoc, núm. 5. VOGT, Evon (1993), Ofrendas para los dioses, México: FCE. 60 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 32-61 Enero-Junio 2013 WARMAN, Arturo (1972), La danza de moros y cristianos, México: SepSetentas. 61 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 UN ACERCAMIENTO SOCIOLÓGICO A MUJERES CON CÁNCER DE MAMA Araceli Romero Martínez* 62 RESUMEN: Las ciencias sociales a través de la investigación cualitativa, ofrecen herramientas metodológicas básicas que permiten comprender e interpretar la vida cotidiana de los individuos dentro del proceso saludenfermedad. El ejercicio de intervención sociológica que se plantea en este documento, tiene como propósito abordar la subjetividad e intersubjetividad de mujeres que padecen cáncer de mama, partiendo de diferentes contextos: el ser mujer, la intervención familiar en el diagnóstico, tratamiento y recuperación, así como la pertinencia de aproximación con “otros iguales” conformados en grupos de autoayuda. Se percibe al cáncer como un fenómeno social que, internalizando en la cotidianidad de cada paciente, puede ser observado, comprendido e interpretado desde la perspectiva de la sociología. Cada paciente construye su realidad social a partir del diagnóstico, ya que con la aparición del cáncer surgen necesidades que deben atenderse tanto por la propia salud de quien lo padece como de su entorno social. PALABRAS CLAVE: mujeres, cáncer de mama, subjetividad, intersubjetividad, realidad social, familia, grupos de autoayuda ABSTRACT: Social Sciences through qualitative research provide basic methodological tools that allow understanding and interpreting the daily lives of individuals within the health-illness process. The exercise of sociological intervention set herein aims at addressing the subjectivity and intersubjectivity of women with breast cancer, based on different contexts: being a woman, family intervention in the diagnosis, treatment and recovery as well as the relevance of approaching self-help groups conformed by “others in the same situation”. By internalizing everyday lives of cancer patients, the phenomenon can be seen, understood and interpreted from a sociological perspective. Each patient builds his social reality from the diagnosis received because along with the onset of cancer certain needs to be addressed for overall health from both the sufferer and the social environment arise. KEY WORDS: women, breast cancer, subjectivity, intersubjectivity, social reality, family, self-help groups * Licenciada en Sociología, Labora en Servicios Educativos Integrados al Estado de México (SEIEM), [email protected] Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 Introducción En la sociedad contemporánea el cáncer es un padecimiento que aqueja a la población, representando una variedad de significados dentro del proceso salud-enfermedad, mismos que lo configuran como un fenómeno de impacto social. Así, hoy en día es común la difusión, a través de diferentes medios — visuales, auditivos, escritos— de información continua dirigida a dar a conocer las principales estrategias de auto cuidado y/o prevención, acompañada de cifras que muestran cuantitativamente la realidad social de una enfermedad que no hace distinción de edad, sexo, religión, raza, etc. Partiendo del objeto de la sociología por estudiar “las regularidades del desarrollo y funcionamiento de los sistemas sociales, tanto globales como particulares, (…) la concatenación de los distintos fenómenos sociales y las regularidades de la conducta social del hombre” (Rojo et al., 2000: 92), surge el interés por abordar las experiencias de mujeres que padecen cáncer de mama, en principio por el significado que representa la enfermedad, ya que se puede tratar de una mamá, hija, hermana, esposa, de una mujer, que obviamente desempeña diferentes roles en la estructura familiar, en su vida cotidiana; de acuerdo al diagnóstico todos aquellos roles se ven fracturados por otros intereses fundamentados en la salud y bienestar del ser querido. En el marco de la Sociología de la Salud y desde la perspectiva de la investigación cualitativa, se tiene como punto de interés la comprensión e interpretación de los hechos a partir de un diagnóstico con cáncer, pensando en todo momento en el contexto social como parte de la dualidad espaciotiempo, el cual se conforma por significaciones en torno a la enfermedad, mismas que deben considerarse sociológicamente. No existe, ni tiene porque existir una linealidad en los diversos conceptos que se utilizan para definir determinados fenómenos sociales. Las distintas perspectivas teóricas definen con su propia terminología una misma realidad, siendo todas ellas válidas para enriquecer el ‘capital 63 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 sociológico acumulado’ de definiciones que nos ayudan a comprender nuestras sociedades infinitamente complejas en sus relaciones, cambiantes en su fenomenología y devenir histórico. (Manzanos, 2002: 15). Ahondar en la experiencia de lo cotidiano, necesariamente remite a Alfred Schütz. Dicho autor enfoca sus análisis del mundo de la vida cotidiana en tratar de comprender el significado subjetivo de la acción social, como expresiones de tipificidades, con el fin de reconstruir el significado de la realidad social. Veamos cómo interpreta cada una de nosotros el mundo social que nos es común a todos y en el que cada uno vive y actúa como un hombre entre sus semejantes, un mundo que concibe como el campo de su acción y orientación posibles, organizado alrededor de su persona según el esquema específico de sus planes y las significatividades que derivan de ellos. (Schütz, 1974: 22). Este documento se rige con lo anterior, ya que es importante que exista esa comprensión e interpretación de los hechos sociales como parte de la subjetividad e intersubjetividad de los actores sociales, al profundizar en la experiencia de lo cotidiano desde el momento en que se diagnóstica cáncer de mama. Importancia de la familia ante el cáncer Es oportuno mencionar, que este trabajo se enfocó en el análisis de las experiencias de mujeres con cáncer de mama, por el impacto que representa en la estructura social, ya que las mujeres hoy por hoy ocupan diferentes espacios, ya sea en el ámbito laboral, académico, productivo, familiar, etcétera, y que al presentarse el cáncer como enfermedad, como amenazante de estabilidad en su vida cotidiana mueve todos sus sectores. De los anteriormente mencionados, la familia es quien se ve notoriamente afectada, esto es así, cuando se trata de uno de los principales pilares “la 64 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 mamá”, “la esposa”, ya que antes de la enfermedad los roles dentro del núcleo familiar se encuentran plenamente definidos y con la presencia del cáncer surgen nuevas necesidades urgentes por atender: visitas al médico, cirugías, tratamientos (Quimioterapia, Radioterapia), pero hay algo importante que las Ciencias Sociales deben mirar, qué pasa con el enfermo como persona, con su propio entorno, ya que surgen miedos como lo es a la muerte, abandonar a sus familiares o simplemente a lo desconocido “¿qué me van hacer?, ¿qué va a pasar?” (Grupo de Discusión, Acelca 2004)1 y esto no sólo lo vive el paciente sino la familia en términos generales. En algunos hogares con la llegada de la enfermedad, los familiares se integran de tal manera que fortalecen la convivencia entre sus integrantes; “ante los síntomas de enfermedad en la gran mayoría de los hogares se desencadenan acciones de autocuidado que provienen del conocimiento popular, transmitido por las madres, familiares o amigos (…)” (Shufer de Paikin, M. y otros, 1992; cfr. Barcala, 200?:10). Esto es así, porque al tratarse de la mamá, la esposa, e inclusive la tía, hermana, vecina, etcétera, se da de manera natural una etapa de cuidado, de acompañamiento frente a la enfermedad, todos procuran en la medida de lo posible brindar apoyo, comprensión, cuidado, cariño; no obstante, “los problemas de salud afectan no sólo a la vida del individuo sino que también afectan a la de toda la familia” (Heierle, 2001: 34). En efecto, cuando se toca el tema de salud, nos remitimos al interior de la familia, ya que es donde surge toda una gama de cuidados para preservar nuestra vida, entonces cuando surge algún problema de salud como lo es el cáncer nos internamos en el contexto familiar. Porque es en donde se va a proporcionar en el mejor de los casos el apoyo emocional y económico. 1 A partir del año 2000, en las instalaciones del Hospital Materno Infantil del ISSEMyM, se fundó el Grupo Activo Contra el Cáncer (Acelca), integrado por pacientes oncológicos (en su mayoría de mama), familiares, amigos y un equipo médico de apoyo. Trabajan con el objetivo de prevenir y hacer conciencia a la población en general de que “el cáncer es curable si se detecta a tiempo”; en otro plano, con la finalidad de compartir sus experiencias en torno a la enfermedad y todo lo que esto representa en el ámbito personal, familiar, laboral, etc. Es en este grupo en donde surge la oportunidad de aproximación a las experiencias de quienes padecen cáncer de mama. 65 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 Cuando se diagnóstica a una mujer cáncer de mama, se trastoca su emotividad, es como si se bombardeara su integridad física. “Confirmado el diagnóstico hubo una segunda pregunta ¿cuándo me voy a morir?, y es que uno asocia automáticamente esta palabra con muerte (…), me costó mucho trabajo aceptar que Yo tenía CÁNCER, me daba miedo lo que el Doctor una y otra vez me explicaba: someterme a cirugías, quimioterapias y sobre a todo a sus palabras: <<veremos cómo reaccionas y dependiendo de eso sabremos que más>>, era eso lo que más me asustaba, el no tener la seguridad de que el tratamiento funcionara” (Boletín informativo, Acelca, junio de 2005) El cáncer es impredecible, en su mayoría quienes lo padecen no saben en qué momento se presentó, si el tratamiento es el adecuado, si vencerán a la enfermedad, todos estos momentos de angustia y desesperación se viven con frecuencia en familia, o en su caso, acompañados por ‘otros’ quienes la aprecian. La familia, indudablemente juega un papel importante dentro de la iniciación, recuperación, recaídas, en todo lo que representa el cáncer. “… para mí fue muy importante esta etapa en relación con mi familia porque bueno, (…) hubo un apego muy importante con todos mis hermanos, con mis cuñados, sobrinos, mamá y mi esposo (…) entonces hubo una fusión bonita a raíz de todo esto, siempre había sido buena, pero bueno se fortaleció y bueno pues actualmente se da esa relación, entonces, yo siento que esta situación del diagnóstico vino a reforzar los lazos en la familia” (Entrevista a Lety, septiembre 2008) No obstante, ante al panorama de cuidado de protección constante, la familia se debilita, a partir de cumplir con los roles que de manera cotidiana desempeñaba la paciente, aunado a esto se presenta una reestructuración de los roles al interior de la familia, sin embargo hay una actividad importante que regularmente lo desempeña una mujer y se trata del cuidador “alguien” debe encargarse de esta tarea y es quien procura dar ánimo, estar al pendiente de las consultas médicas y los cuidados necesarios para preservar la salud. 66 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 A pesar de que se logre de manera oportuna esta reestructuración, cuando el cáncer decide permanecer por periodos prolongados dentro del seno familiar, los integrantes se agotan y en muchos casos se convierte en un detonante para estimular la desintegración familiar. Esto es así, porque no sólo sufre quien padece, sino todo su entorno social, el alma se desgasta, en las estadías en el hospital, en cumplir con los roles que el principal pilar ha dejado de realizar, todos los efectos de las quimioterapias, radioterapias y de las propias cirugías; por lo tanto, es importante que a partir de las ciencias sociales se puedan comprender e interpretar las acciones y sentimientos del actor social, cómo éstos construyen su realidad social, su cotidianeidad a través de la sub e intersubjetividad en un aquí y ahora. “…las quimioterapias son muy desgastantes emocionalmente, creo que tiene que ver con una cuestión de oxigenación en el cerebro […] y bueno obviamente el estado de ánimo es impresionantemente bajo; sí te dicen <<mi alma>>, quieres llorar [mientras llora continúa hablando], pides un jugo y a la mera hora no quieres nada, es muy desgastante” (Entrevista a Lety, septiembre 2008) Los grupos de autoayuda y el cáncer Ante el fenómeno del cáncer, se observa que además de traer problemas en la salud, reestructuraciones familiares e incluso inestabilidad en los mismos, hay individuos que para poder superar los trastornos de la propia enfermedad necesitan de “apoyo social”, es decir, se requiere de esa aproximación con los “otros”, con quienes de alguna manera luchan constantemente contra alguna enfermedad crónica, con miedos e incertidumbres, conformados en grupos de autoayuda o de ayuda mutua. “Estos grupos ofrecen ayuda de distinta índole a personas con el único objetivo común de satisfacer sus necesidades frente a un hecho estresante: pérdida de un ser querido, diagnóstico de una enfermedad, estigmatización social” (Llopis, 2005: 2). 67 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 Es de interés sociológico el tipo de interrelaciones que se presentan en estos grupos de ayuda mutua, ya que principalmente se caracterizan por un mismo fin, todos los integrantes no importando el nivel socioeconómico, religión, formación académica, etc., se congregan de manera constante para que a través de las relaciones cara a cara, sea posible compartir sus experiencias de 68 vida, brindarse apoyo y comprensión ante el cáncer de mama. “…he conocido gente con mucha compañía y sintiéndose tremendamente sola, también yo creo que esa es una parte muy importante de un tratamiento, cuentas con el apoyo, con el respaldo, con la fuerza de los otros porque esta es una fuerza nada más y pues de nada te sirve contar con mucha gente si no la sientes” (Entrevista a Lety, septiembre 2008). Si bien es cierto, el factor familia es crucial ante un fenómeno de riesgo en el proceso salud-enfermedad, ya que es con quienes se comparten sentimientos de alegría, miedo, dolor, etc.; pero al verse quebrantada la integridad familiar, se tiene la necesidad de acercarse con personas semejantes, es decir con pacientes oncológicos, ya que desde el primer contacto encuentran comprensión en cuanto a los efectos del tratamiento, el miedo a su realidad social; este tipo de vínculos sociales, permite crear ambientes de amistad, confianza, pero sobre todo de solidaridad y de acompañamiento, por el simple hecho de compartir el mismo sentir. “No hay otra persona que te pueda entender mejor como nosotras que pasamos por lo mismo. Una persona que no ha pasado te podrá decir, te entiendo, lo comprendo, lo siento; pero no como nosotras que pasamos por lo mismo. Luego nosotras decimos Dios mío ¿por qué, yo?, y no debemos preguntar eso, porque no somos una, somos muchísimas y estamos aquí, nos brindamos la mano, ayuda” (Grupo de discusión, Acelca 2004) Al darse este tipo de interacciones interpersonales, la enfermedad adopta otro significado, pues ahora no se trata de un solo paciente, sino de un conjunto de personas que en uno u otro sentido han estado relacionadas con el cáncer de Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 mama, ya sea como paciente, familiar, especialista en la salud, vecinos. Las redes sociales que se presentan alcanzan diversos estratos sociales, ya que de alguna forma la población ha tenido esa aproximación con este padecimiento, que día a día cobra vidas en el mundo entero. Parte de los efectos del tratamiento ante el cáncer de mama, es la pérdida de cabello, o la sujeción a una mastectomía2; en estos casos la mujer, se enfrenta a distintas situaciones en su interacción social en la vida cotidiana. La mayoría de las mujeres integrantes del grupo Acelca, son maestras de primaria, “…a mí el Doctor me estuvo diciendo que viniera, no sé si me veía muy mal o deprimida, él me decía que viniera, yo decía ay no, yo no, yo confiaba mucho en el Señor Jesucristo, yo decía tengo que superarlo y no necesito del grupo, pero sí se necesita del grupo, el estar platicando, el estar hablando nos ayuda. Así también a mí me preocupaba el ir a trabajar sin pelucas [risas…] porque yo tengo niños chiquitos y son muy observadores y luego decían entre ellos <<¡te fijaste se le está cayendo el pelo a la maestra!>>, y entonces le comenté eso al Doctor, y me dijo yo no sé de esas cosas vaya con el grupo [Acelca]” (Grupo de discusión, Acelca 2004) Momentos como éste se comparten en el grupo, al recordar su vivencia ante la experiencia de verse sin cabello de manera repentina. Indudablemente cuando dan la bienvenida a alguna integrante, le recomiendan raparse para evitar el trago amargo de ver su cabello en la regadera, en el cepillo de peinar o simplemente notar la pérdida. Una momento y parte importante de estos grupos de autoayuda, es cuando a través del testimonio dan fe de las estrategias de afrontamiento, si bien es cierto, cada mujer tiene sus propias particularidades, su esencia; ante la vulnerabilidad por la enfermedad, se crean momentos de aceptación, de consejo, por quienes de alguna manera ya lo vivieron. 2 Mastectomía refiere a la extirpación quirúrgica del seno. 69 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 Otro momento clave en el tratamiento y recuperación, es cuando una mujer se somete a una mastectomía. Durante este proceso se conjugan sentimientos y emociones, difíciles de comprender por el núcleo familiar o por seres queridos; en cambio, al externarlo con un “igual” surge un intercambio de múltiples consejos para sobrellevar la situación con calidad de vida, así, derivado de la experiencia se accede a diversas ideas, por ejemplo como elaborar en casa un seno a base de semillas, o simplemente se obtienen recomendaciones de los espacios en los que pueden adquirir una prótesis. Los grupos de autoayuda tienen un objetivo y principios en común, mismos que regulan la participación de cada uno de los integrantes desde diversas perspectivas, enfocados principalmente en comprender el sentir del coparticipe desde su experiencia con la enfermedad, y estar en posibilidades de apoyarlo en la medida de lo posible. En párrafos anteriores se tocó el tema del debilitamiento familiar; precisamente a través de la prevalencia de estos grupos se puede encontrar respuesta a diversas interrogantes en cuanto al sentir de su familiar con cáncer, ya que recordemos que el grupo no sólo se integra por pacientes oncológicos, y en la interacción entre familiares que han atravesado por la misma situación, surgen respuestas de alivio, para dirigirse y apoyar a la mamá, esposa, hermana. El Grupo Acelca, más allá de la inquietud de prevenir a la población de que el cáncer es curable si se detecta a tiempo, también se orienta al bienestar psicológico y emocional de cada una de sus integrantes y de su entorno social, ya que en términos de recuperación todos estos elementos son importantes. Conclusiones El cáncer de mama, lejos de ser un problema de salud pública se convierte en un fenómeno social que debe entenderse no sólo en términos de cifras e índices estadísticos, o de mecanismos de prevención hacia la población; a través de las ciencias sociales y la imaginación sociológica se pueden desplegar herramientas de carácter cualitativo que permiten internalizar en las 70 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 experiencias de vida de quienes lo padecen, para así lograr una interpretación de cómo construyen su realidad social en el mundo contemporáneo. Los factores de riesgo que detonan el cáncer de mama en mujeres son numerosos, algunos de ellos son la edad, alimentación, sedentarismo, tabaquismo, alcoholismo, o bien, es hereditario; sin embargo, se ha notado que actualmente este problema de salud se presenta en mujeres de 28 a 32 años, cuando anteriormente “tendría lugar entre los 45 y 50 años de edad (premenopáusico), y (…) con el grupo etario de mayor riesgo, entre los 60 y 79 años de edad” (Gava et al., 2002). La participación de las ciencias sociales ante este fenómeno social es fundamental, ya que se adentra al cáncer de mama desde la perspectiva cualitativa, es decir, se comprenden e interpretan las interacciones humanas de quienes padecen esta enfermedad, tanto en la estructura familiar como al formar parte de un grupo de autoayuda. Si bien es cierto, la familia es básica tanto al inicio de la enfermedad como en el transcurso de la misma, ya que es ésta donde se proveen cuidados, protección, seguridad, amor, comprensión, entre muchos otros factores, al verse amenazada por una enfermedad como lo es el cáncer de mama, vienen nuevos retos por atender, desde una reestructuración en los roles familiares, la designación de un integrante para el cuidado del enfermo, hasta la situación económica y emotiva; en fin, la familia también se enferma. A manera de conclusión, el núcleo familiar necesita de un espacio que le permita reencontrarse con los suyos, y esto se logra con el entramado social que se da a partir del diagnóstico con cáncer de mama, ya que surgen nuevas relaciones de amistad, de acercamiento con los “otros”, quienes se encuentran preocupados por la familia en el transcurso de la enfermedad. Es importante rescatar que hay pacientes que fundamentalmente con el respaldo familiar superan todo lo que representa el cáncer, en cuanto a la sintomatología, efectos y secuelas de los múltiples tratamientos a los cuales se 71 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 somete la mujer. No obstante, hay mujeres que además de contar con el apoyo absoluto de la familia requieren de otro tipo de ayuda, aproximándose a los grupos de autoayuda, los cuales se congregan alrededor de una situación en común, “el cáncer”; estas mujeres dadas sus circunstancias de vulnerabilidad necesitan de ese apego con quienes viven, o en el mejor de los casos han superado la enfermedad. A través del testimonio se comparten la experiencia vivida, a fin de dar cuenta que no son los únicas que sufren, que sienten, simplemente es un momento de comunión que incluso las convierte en expertas ante la enfermedad por los consejos, recomendaciones y sugerencias que se brindan. Las características de la familia y de un grupo de autoayuda son muy distintas. Quienes pertenecen a un grupo de autoayuda se permiten ese espacio de desahogo tanto del paciente como del núcleo familiar, ya que surgen diferentes actividades y oportunidades de construir su mundo social de otra manera; quien es portadora del cáncer de mama, no sólo vive este proceso a partir tratamientos, síntomas, miedos, casa, hospital, sino que tiene conocimiento y acercamiento a otras mujeres que pasan por una condición similar, que albergan un mismo sentir, y que como ella tienen la necesidad de búsqueda y compartir. Bibliografía BARCALA, Alejandra y Alicia Stolkiner (200?), “Estrategias de cuidados de la salud en hogares con necesidades básicas insatisfechas: estudio de caso”, en Jornadas Gino Germani, Buenos Aires: IIFCS, Instituto de Investigaciones Gino Germani, en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/argentina/germani/barcala.rtf GAVA, R. R. et. al., (2002), “Importancia de la edad como factor pronóstico determinante de la variabilidad de las características clínico-patológicas de las pacientes con cáncer de mama”, en Medifam, v. 12 n. 6, Madrid, en http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S113157682002000600002&script=s ci_arttext, fecha de consulta: 27 de octubre de 2009. 72 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 62-73 Enero-Junio 2013 HEIERLE Valero, C. (2001), “Salud y cuidados en la familia”, en Index de Enfermería (edición digital), 34, en http://www.index-f.com/index- enfermeria/34revista/34_articulo_7-8.php. LLOPIS Cañamares (2005), “Redes sociales y apoyo social. Una aproximación a los Grupos de Autoayuda”, en Periferia, Número 3, Diciembre 2005. MANZANOS, César (2002), “Las ciencias sociales: convergencias disciplinarias y conocimiento de fronteras. El caso de la Sociología”, en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, septiembre-diciembre, año/vol. XLV, número 186, Distrito Federal: Universidad Nacional Autónoma de México, 13-65. ROJO, Nereida y Rosario García (2000), “Sociología y Salud. Reflexiones para la acción”, en Revista Cubana de Salud Pública, vol. 26, número 002, La Habana, Cuba, 91-100. ROMERO Martínez, Araceli (2010), Cáncer de mama en mujeres: un acercamiento a sus experiencias de vida, Tesis de Licenciatura, Universidad Autónoma del Estado de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. SCHÜTZ, Alfred (1974), Estudios sobre teoría social, Buenos Aires: Amorrortu. 73 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Enero-Junio 2013 EL MODELO EDUCATIVO BASADO EN COMPETENCIAS EN LAS LICENCIATURAS DE ANTROPOLOGÍA SOCIAL EN MÉXICO María Madrazo Miranda* Juan Jesús Velasco Orozco** Laura Reyes Montes*** Angélica García Bustos**** 74 RESUMEN: El trabajo presenta información relacionada con el Modelo Educativo Basado en Competencias, que en el marco de la política educativa de nuestro país, se pretende convertir en directriz para las universidades y demás instituciones de educación superior (IES). Importa resaltar su naturaleza y, sobre todo, la relación que guarda en la formación (planteada en los documentos rectores de cada universidad, y para el caso, Facultad) de etnógrafos en el contexto de la formación antropológica. Se resaltan aquellas instancias que tienen información de su plan de estudios en la web. La finalidad es invitar a la reflexión de los estudiosos de la educación superior en general, y de los antropólogos en particular. PALABRAS CLAVE: educación superior, Universidad, competencias, etnografía, formación antropológica ABSTRACT: The article presents information related to the Competency-Based Educational Model, that in the context of educational policies in our country aims to become the guideline for higher education institutions. It is important to highlight its nature, and above all, the relationship that it maintains with the training of ethnographers (set in the guiding principles of each college, and in this case, the department) in the context of anthropological training. The document focuses on the institutions that have information about their curriculum online. The objective is to promote reflection among higher education scholars in general, and specially among anthropologists. KEY WORDS: higher anthropological training education, University, competencies, ethnography, *Maestra en Estudios Étnicos, Profesora-investigadora de la Facultad de Antropología de la UAEMéx, [email protected] ** Doctor en Antropología Social, Profesor-investigador de la Facultad de Antropología de la UAEMéx, [email protected] *** Doctora en Antropología Social, Profesora-investigadora de la Facultad de Antropología de la UAEMéx, [email protected] **** Maestra en Antropología Social, Profesora-investigadora de la Facultad de Antropología de la UAEMéx, [email protected] Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Enero-Junio 2013 Enseñar competencias implica utilizar formas de enseñanza consistentes en dar respuesta a situaciones, conflictos y problemas cercanos a la vida real, en un complejo proceso de construcción personal con ejercitaciones de progresiva dificultad y ayudas contingentes según las características diferenciales del alumnado. (Zabala y Arnau, 2008) El presente trabajo trata de analizar la implementación del Modelo Educativo Basado en Competencias en las Universidades del país, particularmente en las Instituciones en las que se imparte la Licenciatura de Antropología Social, proceso que se inició en la última década del siglo pasado y cuya instrumentación en distintas instituciones a nivel nacional ha llevado alrededor de quince a veinte años; además ha producido transformaciones importantes en los discursos tanto políticos como académicos, nacionales como internacionales en torno al papel de la Universidad y los Programas de Educación Superior frente a un mundo globalizado. Los cambios realizados en el currículo implican “una transformación en la cultura académica y científica de la institución, ya que el cambio en el currículo y los preceptos sobre los que se construye impactan en toda la institución y sus actores, particularmente aquellos que le dan vida al proceso formativo —alumnos y docentes en especial—” (Miranda, 2005: 39). Por lo tanto nos interesa observar cómo se encuentran en la actualidad los Planes de Estudio para analizar sus características, y emprender la reflexión y discusión sobre los retos y las responsabilidades de la formación antropológica en la época contemporánea. Las sociedades de hoy se caracterizan por los constantes cambios sociales y económicos, que se pueden observar en los sistemas productivos, financieros, en la tecnología y la ciencia, lo cual implica que los grupos humanos construyen nuevas formas de vida en un orden mundial distinto, marcado por la interdependencia de los sistemas mercantiles, el desdibujamiento de las fronteras nacionales, la construcción de una cultura híbrida y trasnacional, el incremento y la diversificación de los medios de comunicación y de acceso al conocimiento y la información. Todo ello ha repercutido en el devenir de los países y evidentemente en los Sistemas Educativos. 75 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Enero-Junio 2013 En este sentido, no resulta extraño que las reformas educativas también formen parte del mundo global y un tanto hegemónico. Organismos internacionales como la UNESCO (1996) (1998) y la OCDE, así como potencias como Estados Unidos y la Unión Europea desde los años noventa establecen y discuten los lineamientos generales de la Educación para el siglo XXI, que luego cada país retoma y encauza en sus políticas; en México en el Programa Nacional de Educación 2001-2006 se menciona que: México, como los demás países del orbe, está experimentando un cambio radical de las formas en que la sociedad genera, se apropia y utiliza el conocimiento, ello determinará las oportunidades y desafío de la educación en las próximas décadas. La nueva sociedad del conocimiento se ha sustentado en un cambio acelerado y sin precedentes de la tecnología de la información y el conocimiento, así como en la acumulación y diversificación del conocimiento. (PNE, 2001: 35) Bajo estas premisas, los diferentes niveles educativos de acuerdo a sus propios problemas, posibilidades y contextos emprendieron el establecimiento de modelos acordes a estas demandas. El nivel de la Educación Superior, enfrenta problemas particulares como son el incremento significativo en el número de estudiantes, el desarrollo tecnológico de las comunicaciones, la invasión de la sociedad del conocimiento que implica que los jóvenes no sólo deban acceder a grandes flujos de información, sino también implica saber elegir, analizar y emplearla adecuadamente. Los retos y la competencia son ahora mayores en el mundo laboral; los cambios sociales y económicos acelerados por la globalización, así como la participación en escenarios en donde es esencial el respeto y la tolerancia hacia culturas diferentes, son situaciones que nos rodean a diario. De ahí que […] las Instituciones de Educación Superior (IES) orienten sus propósitos educativos a la formación de sujetos integralmente desarrollados. Individuos creativos-generativos, con habilidades para enfrentar los desafíos emergentes de la globalización y para participar de forma creativa e innovadora en la solución de los problemas sociales y productivos. (Parra, s/f: 2) 76 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Enero-Junio 2013 A partir de estas circunstancias y con el objetivo de que los planes y programas de estudio de este nivel educativo se orienten coherentemente hacia las demandas de la sociedad actual y futura, se implementó El Modelo Educativo basado en Competencias (MEBC). La UNESCO señala en un informe sobre la Educación para el siglo XXI, que ante los problemas y desafíos que experimenta el hombre actual, la educación es el principal medio para enfrentarlos, en 1998 apunta sobre la necesidad una forma de aprendizaje permanente y continuo así como de la construcción de competencias adecuadas que logren contribuir al desarrollo cultural, social y económico de la sociedad. En este sentido también destaca cuales han sido y seguirán siendo las principales tareas de la educación superior, vinculadas a cuatro de sus funciones principales: • Una generación con nuevos conocimientos (las funciones de la investigación). • El entrenamiento de personas altamente calificadas (la función de la educación). • Proporcionar servicios a la sociedad (la función social). • La crítica social (que implica la función ética). Yolanda Argudín plantea que Los avances de la investigación de punta indican que actualmente el proyecto educativo establece que la obtención de las metas radica en el conocimiento de la disciplina, el desarrollo de las habilidades, las competencias de desempeño o de producción y la madurez de los hábitos mentales y de conducta que se relacionen con los valores universales y con los de la misma disciplina. (Argudin 2001: s/p) En respuesta a los puntos arriba mencionados surge el Modelo Educativo Basado en Competencias1, que persigue modificar la concepción y las formas de enseñanzaaprendizaje y repercute directamente en la estructura curricular, y en las prácticas didácticas, es decir en, la manera de percibir y tratar a los estudiantes, ampliando las responsabilidades del docente y de las Instituciones educativas. Las competencias se consideran procesos de aprendizaje centrados en el estudiante, que integran la 1 Modelo que ha recibido distintas denominaciones según el país o la institución de que se trate, pero que sin embargo responde a los mismos problemas y políticas internacionales. 77 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Enero-Junio 2013 teoría y la práctica, que enseñan al alumno a actuar en determinados contextos aplicables a la realidad, y para su desarrollo, es necesario el papel del docente para reconocer y promover las habilidades, conocimientos, actitudes y valores en la formación de sus educandos para poder insertarse al sistema laboral y responder a una sociedad compleja y en constante transformación. 78 La competencia se concibe como una compleja estructura de atributos (conocimientos, actitudes, valores y habilidades) necesarios para el desempeño en situaciones específicas. Incorpora la idea de juicio, ya que permite incorporar la ética y los valores como elementos del desempeño competente, la importancia del contexto y el hecho de que es posible ser competente de diferentes maneras. En este enfoque se hallan Claude LevyLeboyer (1997) y Gonczi y Athanasou, (1996). (Tenuto, 2009: 24) Los principios de este modelo sirvieron de base para el diseño curricular que actualmente rige los Programas de Educación Superior de Antropología en la mayoría de las instituciones que imparten esta Licenciatura, bajo lo que se denominó, en la primera década de este milenio el proceso de “innovación educativa” (Miranda 2005: 83) que implicó un cambio de paradigma en las prácticas y formas de educación, el cual se advierte reflejado en la estructura de los Planes de Estudios reformados entre el 2000 y el 2008. Cuadro 1. El MEBC en la Licenciatura de Antropología Social en las Universidades de México 1 2 3 4 5 Instituciones que imparten Licenciatura en Antropología Social Escuela Nacional de Antropología e Historia Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca Universidad Autónoma de Chiapas Universidad Autónoma de Guerrero Universidad Autónoma de Querétaro A B C D E F G H I J K MEB C año PE Map Curr. Prog por áreas Opt Flex Tutor Número semestr Créd/Mat Movilidad I/E 8 320 Sin/E X X Ext X X + 2002 X 8 X + 2002 X 2003 X X X X X + 2002 X X EJES X X X X X X 9 364 12 trimestr es 8+ 3verano 60 materias 397 6 7 8 9 10 11 12 13 14 Universidad Autónoma de San Luis Potosí Universidad Autónoma de Sinaloa Universidad Autónoma de Yucatán Universidad Autónoma del Estado de México Universidad Autónoma del Estado de Morelos Universidad Autónoma Metropolitana¹ Universidad de Guadalajara Universidad de Quintana Roo Universidad Veracruzana Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Enero-Junio 2013 X + 2002 47 materias X (I) Sin/E + 2002 X 2006 X Ext X EJES X X X Hasta 12 332 X(I/E) X 2003 X Ext X X X X X 7min 12 max 442 X(I/E) 8 40 materias 12 trimestr es 474480 X x X X X 2002 X X 2008 X 2000 9 8 sin/E MDe p X X X X X X X X Ext X X X X X X X X 79 434 X 8 +verano 8 prom +- 388 430 350 min X(I/E) Fuente: Elaboración propia, con base en información obtenida en las páginas electrónicas de las Universidades. ¹ El Modelo Educativo de la UAM es de tipo Departamental (Miranda 2002: 78). Indicadores del Cuadro: A) Modelo Educativo Basado en Competencias, dada la información proporcionada en la página de la institución y el análisis de la misma consideramos que si es un programa del tipo MEBC. (sin/E, refiere a que no se encontraron evidencias claras sobre el modelo) B) Año, indica el año del Plan de Estudios. (2002 +, indica que su implementación fue después del 2002 según la información de Pedraza: 2002 (en Miranda 2002: 78). C) Indica que el Plan de Estudios está en la página de internet. Cuando anotamos “Ext”, se indica que se puede consultar también el documento en extenso en la web. D) Mapa Curricular, indica si éste se encuentra en la página electrónica. E) Plan de Estudios estructurado por áreas según la forma de organización por el tipo de competencias o por ejes temáticos. F) Se refiere a la presencia de asignaturas optativas en el Plan de Estudios. G) Indica si el Plan de Estudios es flexible. H) Indica que se lleva cabo Tutoría. I) Indica el número de semestres o periodos del Plan de Estudios. Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Enero-Junio 2013 J) Indica el número de créditos o materias del PE. K) Indica la movilidad interna o externa, o ambas en el PE. Las principales características del MEBC han sido adoptadas por diez de las catorce instituciones que imparten la LAS (ver cuadro página siguiente) en el país en formas y tiempos variables, de acuerdo a sus contextos y características particulares. Cuando nos dimos a la tarea de revisar cada uno de los Planes de Estudios, así como los rubros de su oferta (convocatoria) publicados en internet, observamos que la implementación del modelo no sigue un mismo patrón. Para empezar no todos enuncian en su presentación o contenidos el término de “competencias” o “modelo por competencias”, sin embargo con base en la revisión teórica sobre el MEBC, realizada previamente, pudimos contrastar e identificar los elementos estructurales y operacionales que se encuentran en los currículos y se enumeran a continuación: 1. Está orientado en el aprendizaje y en el estudiante 2. Currículo Flexible (Estructura y operatividad) 3. Organización por áreas 4. Tutoría 5. Movilidad académica estudiantil 6. Perfil del Egresado 1. En primer término, orientado en el aprendizaje y en el estudiante, es decir la educación se debe centrar en la participación directa y activa del alumno, quien será consciente de su formación y tomará parte en las decisiones que a ella competen. “Ello significa reconocer la necesidad de diseñar situaciones de aprendizaje en el proceso de formación profesional que estimulen la autodeterminación del estudiante en el desarrollo de tareas de contenido profesional” (González 2006:183). 2. Currículo flexible, la flexibilidad es quizá la palabra clave del modelo, “La flexibilidad curricular se define como un proceso complejo y gradual de incorporación de rasgos y elementos destinados a otorgar mayor pertinencia y eficacia a los programas y estructuras académicas, considerando las particularidades derivadas 80 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Enero-Junio 2013 de los campos disciplinarios, de los tipos institucionales y de los programas” (Gutiérrez, 2005 citado por Parra s/a: 8). En primer lugar se refiere a la estructura, contrario a un formato rígido con materias seriadas que el alumno debe cursar en un tiempo establecido. El currículo flexible abre la posibilidad de “flexibilidad en el contenido educativo”, el alumno puede elegir distintas trayectorias académicas, las materias o unidades de aprendizaje están organizadas por áreas y competencias, y se dividen en obligatorias y optativas, esto permite que cada estudiante participe en el diseño de su propio currículo, según sus intereses y posibilidades individuales. Al respecto solo cinco instituciones enuncian el concepto de flexibilidad, sin embargo diez programas contemplan en su estructura materias optativas. Se considera la “flexibilidad en el tiempo” cuando el estudiante “pueda ajustar, dentro de márgenes razonables, la intensidad de los estudios” (Miranda 2005:85) En siete de los PE el tiempo de estudios no es fijo, se indica un periodo mínimo y uno máximo de semestres , además de los periodos intersemestrales o de verano que permiten al alumno elegir de forma individual el transcurso de sus estudios. También se debe mencionar la flexibilidad en cuanto a las posibilidades de especialización y egreso, que está prevista en la organización de la carrera por créditos, esto abre la posibilidad de elegir un perfil de orientación en la carrera, participar de la formación interdisciplinaria, ya que admite el contacto con estudiantes y docentes de otras carreras e instituciones, así como la movilidad estudiantil. Sólo tres instituciones se manejan por materias en lugar de créditos. Por otra parte, la flexibilidad propicia la vinculación constante con el entorno socioeconómico a través de actividades y proyectos de aprendizaje. 3. Organización por áreas. Esto es que la estructura de los PE del (MEBC) se desarrolla en periodos de formación de acuerdo a las competencias, primero encaminados a una formación general, después se orienta a la formación y dominio disciplinar y finalmente se fortalecen las competencias profesionales. Sin embargo este rubro requiere de un análisis más profundo en la comparación de los Programas, pues es variable el número y contenido de las áreas ejes o núcleos de formación. 81 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Cuadro 2. Ejemplo de la estructura curricular por áreas de formación Universidad Universidad Universidad Autónoma del Universidad de Autónoma BJ Autónoma de Estado de Guadalajara de Oaxaca Chiapas México Formación básica Tronco común Núcleo de Formación básica Formación básico común obligatoria Formación Formación Núcleo de Formación particular terminal formación especializante sustantivo selectiva Formación Núcleo de Formación especializada formación optativa abierta integral Enero-Junio 2013 Universidad Veracruzana Formación básica Formación disciplinaria Formación terminal Formación de elección libre Fuente: Elaboración propia, con base en información obtenida en las páginas electrónicas de las Universidades. 4. Tutoría, implica el acompañamiento y asesoría a los estudiantes para el logro adecuado del proceso académico, tomando en cuenta sus intereses, actitudes y situaciones personales. La tutoría destaca la intención de llevar a cabo una educación de calidad y personalizada. Siete instituciones destacan el apoyo del tutor en sus PE. 5. Movilidad Académica estudiantil, ligada a la estructura flexible abre las posibilidades para que los estudiantes cursen materias en otros programas educativos de áreas de conocimiento distintas, en instituciones de otros Estados del país, incluso en otros países. Esto implica que el alumno obtenga una mirada más amplia de su disciplina, experiencias académicas diferentes y por lo tanto una visión más profunda de sí mismo. Cuatro PE señalan la relevancia de este proceso en sus programas. 6. Perfil del egresado, resulta muy interesante que en la presentación de los PE, es en este apartado en donde se hacen explícitas las competencias profesionales que será capaz de desarrollar un antropólogo, la mayoría de los PE desglosan las capacidades, conocimientos, actitudes y habilidades que se encuentran ligadas directamente a la estructura y contenidos curriculares. Las cuales se pueden resumir de forma general en 1.Competencias profesionales conceptuales o cognitivas , 2. 82 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Enero-Junio 2013 Competencias profesionales procedimentales y 3. Competencias profesionales actitudinales2. Universidad Autónoma BJ de Oaxaca Cuadro 3. Ejes de competencias Universidad Universidad Universidad Autónoma de Autónoma del Autónoma de Querétaro Estado de México Yucatán Formativa instrumental Metodológico Teorías Antropológicas Especialidades Antropológicas Teorías Antropológicas Metodología e investigación Antropológica Formación teórica Formación teóricametodológica Antropología Sociocultural Temas y campos socioculturales Temáticas Antropológicas Arqueología Interdisciplinario Competencias básicas Formación teórico– práctica (etnográfica) Formación teóricopráctica (monográfica) Antropología física Antropología lingüística Investigación Formación integral Análisis de la cultura Antropología aplicada Antropología globalización y mundo contemporáneo Ecología cultural Universidad de Quintana Roo Teorías Antropológicas Métodos y técnicas de investigación antropológica Fundamentos de Antropología Historia y Etnografía Idiomas Antropología y Ciencias Sociales Temas selectos de antropología Fuente: Elaboración propia, con base en información obtenida en las páginas electrónicas de las Universidades. Conclusiones Como se puede apreciar a partir de la información anterior, el MEBC ya es una realidad en los planes de estudio de las licenciaturas en antropología en México; se incorpora en el discurso explicitando, más que el modelo desde su dimensión ontológica y epistemológica, el lenguaje y sobre todo los aspectos elementales tales como: orientación en el aprendizaje y en el estudiante; un currículo flexible (Estructura y operatividad); una organización por áreas; la aparición de la figura de 2 El diseño del MEBC de los distintos PE de Antropología Social presentan bastantes coincidencias en lo general, sin embargo en otro documento se analizará con más detalle la definición y pertinencia de las competencias asignadas a la formación de antropólogos, puesto que a una década de aplicación del Modelo es necesario poner en práctica su evaluación. 83 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 Enero-Junio 2013 la tutoría; integra la intención de movilidad académica estudiantil; y finalmente, un perfil del egresado a partir de competencias. Por lo tanto se observa un MEBC con coincidencias en todas las instancias revisadas, lo que habla de un modelo educativo adoptado. Desde luego no podemos hablar de una implementación del mismo, ya que hace falta la observación in situ de su vivencia cotidiana en casa lugar. Lo que traerá como consecuencia una diversidad interesante de maneras de apropiación y ejecución. Trabajo que nos imponemos como urgente en una siguiente investigación en el país. Bibliografía y Referencias ARGUDÍN, Yolanda (2001), “Educación basada en competencias”, en Revista Educar: revista de educación, nueva época, núm. 16, enero-marzo. CEPEDA, Jesús Martín (2004), “Metodología de la enseñanza basada en competencias”, en Revista Iberoamericana de Educación. GONZÁLEZ, Viviana (2009), “La formación de competencias profesionales en la universidad. Reflexiones desde una perspectiva educativa”, en XXI, Revista de Educación, 8 (2006), Universidad de Huelva, 175-187, en www.rieoei.org/deloslectores/709Cepeda.PDF. LUENGO, Julián Jesús, Antonio Luzón y Mónica Torres, (2008), “Monográfico: Las reformas educativas basadas en el enfoque por competencias: una visión comparada”, en Revista de Curriculum y formación del profesorado, Universidad de Granada, en http://www.ugr.es~recfpro/rev123ed.pdf. MIRANDA, David, Lourdes Medina, Dora Espinoza y Maricruz Moreno (2005), Modelo de formación profesional de la UAEM, Toluca: UAEMéx. PARRA, Haydee “El modelo educativo por competencias centrado en el aprendizaje y sus implicaciones en la formación integral del estudiante universitario”, 6to Congreso Internacional de retos y expectativas de la Universidad, en http://www.congresoretosyespectativas.udg.mx/Congreso%206/Eje%202/Pon encia_212pdf. PERRENOUD, P. H. (2004), Diez nuevas competencias para enseñar, Barcelona: Graó. SEP, Programa Nacional de Educación 2002-2006, México: SEP. 84 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 74-85 TENUTO, Marta, Enero-Junio 2013 Cristina Brutti y Sonia Algaraña (2009), Planificar, enseñar, aprender y evaluar por competencias. Conceptos y propuesta, Buenos Aires: el Autor. UNESCO, sitio web, en www.unesco.org. ZABALA, Antoni y Laia Arnau (2008), “Enseñar competencias comporta partir de situaciones y problemas reales”, en 11 ideas clave: cómo aprender y enseñar competencias, Barcelona: Graó. Plan de Estudios de la Licenciatura en Antropología Social de la UAEMex (2003), Toluca: Méx.: Facultad de Antropología, UAEMex. Plan de Estudios de la Licenciatura de Antropología Social de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, en www.uabjo.mx. Plan de Estudios de la Licenciatura en Antropología Social de la Universidad Autónoma de Yucatán, en www.uady.mx. Plan de Estudios de la Licenciatura en Antropología Social de la Universidad de QuintanaRoo (2008), en www.uqroo.mx. 85 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 86-89 Enero-Junio 2013 AYAHUASCA Y SALUD 86 Rodrigo Marcial Jiménez* BEATRIZ CAIUBY LABATE Y JOSÉ CARLOS BOUSO (EDS.), 2013, Ayahuasca y Salud. La Liebre de Marzo, Barcelona, 485 pp. * Maestro en Estudios Latinoamericanos, Profesor Investigador de la Facultad de la Facultad de Antropología de la UAEMéx, [email protected] Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 86-89 Enero-Junio 2013 La planta conocida con el nombre de ayahuasca, es una de las plantas psicoactivas más popularizadas y usadas en los últimos veinte años. Sobre dicha planta se han conformado nuevos discursos religiosos, identitarios, médicos, académicos, psicoterapéuticos, entre otros más. La idea fundamental de presentar este libro obedece a los aportes investigativos, que recientemente se han elaborado sobre la ayahuasca por parte de investigadores norteamericanos, europeos y latinoamericanos. Ese es justamente el aporte del trabajo de la editora y antropóloga brasileña Beatriz Labate, que se dio a la tarea de conjuntar los esfuerzos de una panoplia de investigadores, que desde diversas ópticas y abordajes teóricometodológicos, nos ofrecen una perspectiva de sumo interés en torno a los avances en el campo de la investigación sobre la ayahuasca. En este texto, se conjuga un intercambio epistemológico entre los saberes tradicionales y los saberes “científicos”, es decir entre el conocimiento tradicional de ayahuasqueros indígenas y científicos “duros”. Por este libro desfilan argumentos de investigadores del uso de la ayahuasca, en las terapias de sanación, como el artículo de Rama Leclerc, que se titula: “Terapias francesas y curanderismo shipibo”. En este texto se discute la relación entre las terapias indígenas de los shipibo y el entrecruzamiento de las formas de sanación practicadas por un grupo de terapeutas franceses, que utilizan ayahuasca. Cabe destacar que estos terapeutas son homeópatas, osteópatas, masajistas, terapeutas jungianos, médicos cirujanos, entre otros. El análisis de este artículo, se centra en la relación de estos terapeutas con el uso de la ayahuasca y sus potencialidades curativas. Por otro lado, en este mismo texto aparece de entrada una entrevista realizada a una mujer shipibo de nombre Herlinda Agustin, en la que habla de su iniciación como curandera y de su cosmovisión en torno al poder de la ayahuasca. Incluso la entrevista deriva hacia temas tan interesantes, como el uso de la ayahuasca por parte de mujeres embarazadas y también de la obtención de los cantos (Icaros), que ella utiliza en sus ceremonias de sanación. Consideramos como muy acertada la idea de que un libro sobre la ayahuasca, pueda iniciar con una entrevista a una mujer shipibo, que utiliza ayahuasca en sus rituales de curanderismo. 87 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 86-89 Enero-Junio 2013 También en este libro compuesto de 21 artículos, que se entrecruzan en sus puntos de vista y/o a veces difieren también, destaca el artículo de André Viana, que se titula: “Sueño y miedo en la noche de verano”. Una especie de crónica sobre las experiencias subjetivas de cuatro antropólogos y un periodista con un grupo de indígenas Kaxinawa del Brasil. 88 En esta crónica escrita sobre las vivencias de estos personajes, nos podemos enterar de las formas sobre como los extranjeros y personas ajenas a las culturas indígenas perciben el uso de la ayahuasca. A veces no queda claro por qué los extranjeros buscan la experiencia con plantas como la ayahuasca, pero nos podemos dar cuenta por artículos, como este, que las vivencias de los extranjeros también cuentan, en la(s) historia(s) escrita(s) sobre la relación de los occidentales con dicha planta sagrada. Este artículo, es quizá el más breve de los artículos que componen el libro que comentamos y también el más débil de todos, en cuestión de argumentación y reflexión. La subjetividad es uno de los grandes problemas de los artículos escritos por periodistas, este es el caso del artículo que nos ocupa. No es que la subjetividad sea mala en sí misma, sino que todos hemos tenido experiencias, pero estas son propias de cada persona, y lo que le pasa a uno, es de uno y no necesariamente es importante para los demás. El texto que hoy comentamos, es un tratado sobre la ayahuasca, por lo que se puede apreciar en la reunión de tantos temas tan dispares, como el uso de ayahuasca en el tratamiento de adictos a las drogas, cambios de perfil de valores, investigación con voluntarios, perfiles de riesgo asociados al consumo de ayahuasca, el uso de ayahuasca en el diván, afiliación al Santo Daime, entre otros temas. El vínculo entre ayahuasca y Santo Daime, es uno de los temas más importantes, que han abordado varios investigadores sudamericanos, y también en este libro aparece el Santo Daime en el artículo denominado: “Efectos de la afiliación al Santo Daime sobre la dependencia a sustancias”. En dicho texto se realiza una investigación sobre el Centro Ecléctica da Fuente Luz Universal Raimundo Ireneu Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1, pp. 86-89 Enero-Junio 2013 Serra (CEFLURIS). En este trabajo de investigación se explora la importancia que tienen estos centros, que utilizan ayahuasca y los miembros que participan en dicho centro, para buscar la relación de los participantes en estos grupos y sus antecedentes con el alcohol, tabaco, sedantes, heroína, morfina, crack, anfetaminas LSD, entre otras sustancias. 89 Cabe destacar que la investigación, es interesante y se encontró que el 46% de los entrevistados en el proceso de investigación manifestaron, que estos usaron varias de las sustancias antes descritas. Es interesante este artículo, ya que nos expone las diversas sustancias, que usaban algunos de los miembros que asistían al Centro Ecléctica da Fuente de Luz. Este escrito, es un trabajo de Beatriz Caiuby Labate y otros investigadores, que indagaron acerca del uso de otras sustancias (drogas) y su relación con el consumo de ayahuasca, como ya se ha mencionado. Pero debemos considerar que este texto, es uno de los libros más ambiciosos, que han aglutinado los esfuerzos de varios investigadores, que han dedicado su tiempo a abordar la importancia, que ha tenido la ayahuasca en el mundo contemporáneo. Y como ya hemos dicho relacionada dicha planta con múltiples temas de interés. El libro en cuestión, es de suma importancia para los antropólogos, que se interesan sobre temas relacionados con la antropología médica, los rituales, las religiones deslocalizadas, la historia de las plantas sagradas, la expansión de la conciencia y las representaciones sociales sobre las plantas psicoactivas. Pensamos también que dicho libro, es clave, para entender la historia de los usos y prácticas sociales vinculadas a una de las plantas psicoactivas más importantes del mundo contemporáneo. Podríamos alargarnos describiendo algunos de los muchos temas tratados en este libro, pero consideramos que la última palabra sobre un libro, la tiene justamente el lector. Por nuestra parte y como ya lo hemos manifestado, este libro es una joya, para los interesados en los temas de la conciencia, el espíritu, la naturaleza y la salud humana. Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1 Enero-Junio 2013 90 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1 Enero-Junio 2013 Lineamientos editoriales para publicar en la revista electrónica Antropoformas 1) Los textos remitidos deben ser inéditos, apropiados para una revista académica y no estar sujetos a aprobación en otras publicaciones. Pueden corresponderse a cualquiera de los siguientes tipos: que no rebase las 150 palabras y una selección de cinco palabras clave (en ambos casos, tanto en español como en inglés); indicar en este archivo el tipo de texto que se envía (investigación, ensayo, etnografía). Elaborados individualmente o en co-autoría por investigadores y docentes en las modalidades de: 4) Los textos deberán ajustarse a las normas gramaticales vigentes y observar la extensión correspondiente (incluyendo notas a pie, tablas, gráficos y bibliografía). El documento deberá ser escrito en Word, tamaño carta, tipografía Times New Roman, interlineado 1.5 a 12 puntos. Los apartados y subtítulos que contenga el texto deberán estar perfectamente definidos y numerados con sistema decimal. Los gráficos (tablas estadísticas, mapas, esquemas, fotografías) deben ser elaborados y enviados en archivos separados, con explicaciones claras sobre su ubicación en el texto y fuentes; su diseño y calidad para el tratamiento editorial y publicación serán responsabilidad de los autores. Reporte de investigación: Artículos basados en investigaciones de corte empírico, con sustento teórico y que posibiliten un avance en la comprensión del fenómeno de estudio. Ensayo: Textos basados en reflexiones que contribuyan a la reformulación o conceptualización de un problema, tema o metodología, que se ubiquen en el debate actual sobre la temática y manejen una bibliografía pertinente o adecuada. Etnografía: Estudios de tipo descriptivo o diagnostico, que sean producto del trabajo de campo y muestren alguna aproximación original a algún entorno, contribuyendo al conocimiento de sus características particulares. Reseña de libro: Análisis y discusión de una publicación reciente sobre un tema específico. Traducción: Textos de sumo interés para la comunidad científica en general, por su aportación al avance teórico o metodológico en el desarrollo de temáticas sociales, que han sido publicados en otros idiomas distintos al español y que el traductor desea acercar a los lectores de la revista. A fin de dar cabida a las primeras inquietudes investigativas, los estudiantes de pregrado (licenciatura) podrán participar con colaboraciones, siempre que se trate de trabajos científicos elaborados y presentados en co-autoría con investigadores y docentes. 2) Los textos deberán tener una extensión mínima de 12 cuartillas y máxima de 25. Las reseñas de libro una extensión entre 3 y 5 cuartillas. Los trabajos incluirán los siguientes elementos: introducción y/o presentación, desarrollo del tema, conclusiones y referencias bibliográficas. 3) Las colaboraciones deberán enviarse en archivo electrónico, en procesador Word, al correo electrónico de la Revista. En un archivo distinto, anexar los datos curriculares del autor o autores (formación académica, grado, institución o dependencia donde labora, puesto o cargo que desempeña, líneas de investigación, publicaciones recientes, dirección de correo electrónico, teléfono). Asimismo —a excepción de la Reseña y Traducción, adjuntar un resumen del trabajo Las notas a pie de página que se incluyan deberán ser únicamente aclaratorias o explicativas; es decir, han de dirigirse a ampliar o ilustrar lo dicho en el cuerpo del texto, y no recurrir a ellas para indicar fuentes bibliográficas. En las citas textuales ha de usarse el sistema Harvard: apellido del autor, año de edición y número(s) de página(s), dentro de un paréntesis. Ej. (Harris, 2000:15); para el caso de dos autores (Gurak y Caces, 1998: 27); para más de dos autores (Subirats, et. al, 2003). La bibliografía deberá presentarse de la siguiente manera, Para libros: apellido(s), nombre(s) (si se trata de más de un autor, del segundo en adelante se mencionarán por nombre y apellido), año de la publicación entre paréntesis, título en cursivas, número de tomos o volúmenes (si es el caso), ciudad y editorial. Ej., Bourdieu, Pierre y Loïc Wacquant (1995), Respuestas. Por una antropología reflexiva, México: Grijalbo. Castel, Robert (1991), La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del asalariado, Barcelona: Paidós. Para capítulos de libros: apellido(s), nombre(s) (si se trata de más de un autor, del segundo en adelante se mencionarán por nombre y apellido), año de la publicación entre paréntesis, título del capítulo entrecomillado, nombre y apellido del editor o coordinador, titulo de la publicación en cursivas, número de tomos o volúmenes (si es el caso), ciudad y editorial, páginas del apartado referido. Ej., 91 Antropoformas, Nueva Época Año 3, No. 1 Vargas, Gabriela (2000), “Cooperativas y globalización. El movimiento cooperativo internacional localizado”, en Carmen Bueno (coord.), Globalización: una cuestión antropológica, México: CIESAS/Miguel Ángel Porrúa, 141-166. Para artículos: apellido(s), nombre(s) (si se trata de más de un autor, del segundo en adelante se mencionarán por nombre y apellido), año entre paréntesis, título del artículo entrecomillado, titulo de la publicación periódica en cursivas, año, número, ciudad e institución u organismo que edita, páginas del artículo referido. Ej., Rivas, Jaime (2010), “Centroamericanos en el Soconusco: reseña de su presencia a través de sus paradojas”, en Liminar. Estudios Sociales y Humanísticos, vol. VIII, núm. 2, San Cristóbal de las Casas: Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, 106-128. Para textos alojados en sitios web: apellido(s), nombre(s) (si se trata de más de un autor, del segundo en adelante se mencionarán por nombre y apellido), año entre paréntesis, titulo del texto consultado entrecomillado, dirección o ruta electrónica completa, fecha de consulta. Ej., Jensen, María F. y Ximena Valdebenito (2010), “De inclusiones y exclusiones: una perspectiva de la inmigración desde la asociatividad en Chile”, en Miradas en Movimiento, Vol. III, Marzo, en http://www.estudiosmigratorios.com.ar/, fecha de revisión: diciembre de 2011. Con base en los lineamientos editoriales: Ecdótica de la UAEM. 5) Los textos recibidos se someterán a un proceso de dictaminación por pares académicos, tipo doble ciego (omitiendo el nombre del autor o autores). Todos los textos enviados serán considerados, sin que ello implique obligatoriedad de su publicación ni devolución del material enviado. El dictamen emitido se entregará por escrito bajo los siguientes criterios: aprobado, aprobado condicionado, rechazado. El contenido de los trabajos será responsabilidad de los autores. 6) A partir del dictamen aprobatorio del documento, el autor asumirá el compromiso de ceder los derechos autorales, de forma que su colaboración pueda ser publicada en formatos físico y/o electrónico, incluido internet. No se devolverán originales. Enero-Junio 2013 Enviar los textos a: Antropoformas Facultad de Antropología, UAEMéx, Coordinación de Investigación y Estudios Avanzados. Correo electrónico: [email protected] Tel./Fax: (722) 2 194615 92