Número 1 Diciembre 2013 Torre de Madrid, hacia una

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Número 1 Diciembre 2013
Torre de Madrid,
hacia una nueva
arquitectura
Monumento al General
Martínez de Campos
(Bien de Interés cultural)
¿Posibles portales de
casas de judíos
convesos?
La fuente, el lavadero y
el primer teatro de los
Caños del Peral
Jardines con nombre
propio del Parque del
Retiro
Las sabandijas del
Alcázar: enanos,
bufones y hombres de
placer de los Austrias
Isabel II: La de los
Tristes Destinos
Reflejos históricos de
la Navidad en Madrid
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En Baltanás* (Palencia) se conserva una figurilla de Belén representando la huida a
Egipto del siglo xii, posiblemente mas antigua que el Belén del Hospital de la Sangre de
Palma de Mallorca realizado hacia 1480, con esta reproducción actual queremos manifestarles nuestros mejores deseos para una feliz Navidad y que puedan ver cumplidos
sus deseos en el próximo año 2014.
*Según nos cuenta Fco. José Gómez en
su libro Breve Historia de la Navidad.
Pasea por Madrid N.º 1/Invierno 2013
EDITORIAL
SÍ SE PUEDE
Revista Pasea por Madrid
ISSN (EN TRAMITACIÓN)
CRÉDITOS EDITORIALES
Portada, editorial, diseño, maquetación, composición gráfica, fotografía, corrección ortotipográfica de
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AGRADECEMOS LA COLABORACIÓN DE:
Aparisi Laporta, Luis Miguel - Cano
López, Germán - Castellanos Oñate,
José Manuel - Castro González, Benito - Domínguez, Rosalia - García Gómez, Luis - Gómez Fernández, Francisco José - Mateo del Peral, L. Regino
- Mediero Velasco, María Isabel
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La pasada primavera asistí a la despedida de una importante
revista cultural que trataba la historia de Madrid como fundamento de sus artículos que por una serie de motivos cesaba
en su publicación. El público allí congregado, fiel a la publicación, reclamaba que se continuara la labor editorial de forma
digital, o al menos, que la impronta dejada por el buen hacer
de la revista durante sus años de publicación no desapareciera y quedaran sus números en formato digital en la web del
editor.
No pudo ser… y este puñado de letras que conforman este
editorial es un grito que dice «QUIÉN QUIERE, PUEDE»
Pasea por Madrid es una publicación, cuyo primer número
tienes en la pantalla de tu ordenador, que intenta demostrar
la viabilidad de una revista cultural de distribución gratuita,
que bien podía ser una revista impresa, pero ha tomado la
decisión de utilizar un medio que poco a poco se impondrá en
este tipo publicaciones periódicas, como es el formato digital.
La revista puede leerse como cualquier publicación gráfica a través de un enlace a la web de issuu, que se publica en www.
autoediciones.com, se puede descargar en formato PDF desde
esa misma web para todos aquellos interesados en conservar la
revista en su ordenador, también puede leerse desde cualquier
tableta que admita Flash Player, y en un futuro cercano la revista
incorporara vídeo y audio, completando una nueva experiencia
de lectura e información que no pueden tener las publicaciones
impresas.
Necesitamos conocer las opiniones de nuestros lectores, por
ello estaremos encantados de recibirlas a través de nuestro correo [email protected] y además, por ese
mismo medio, pueden enviarnos sus artículos y con mucho
interés analizaremos la viabilidad de su publicación.
Queremos demostrar «QUE SÍ SE PUEDE» editar una revista
sin que sea a través de un medio impreso en artes gráficas.
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Las opiniones, comentarios y notas son responsabilidad exclusiva de los firmantes o de las
entidades que facilitaron los datos para la confección de los artículos.
Pasea por Madrid 1
6
16
HACIA UNA NUEVA ARQUITECTURA
La Torre de Madrid supuso la ruptura con la arquitectura neorrenacentista o neoimperial de los años de la
posguerra española, anulando todo motivo ornamental
o historicista y apostando por una fachada de aspecto
racionalista y moderno, en la cual destacan los balcones situados en las aristas de la torre.
MONUMENTO AL GENERAL MARTÍNEZ DE CAMPOS
PRÓXIMO BIEN DE INTERÉS CULTURAL
Es este monumento el primero, de entre la espléndida
colección que tenemos en Madrid, dentro de su tipología, que se declarará Bien de Interés Cultural, terminología que significa gozará del máximo amparo legal
para su conservación.
26
¿POSIBLES PORTALES DE CASAS DE JUDÍOS CONVERSOS?
32
JARDINES CON NOMBRE PROPIO DEL PARQUE DEL RETIRO
2 Pasea por Madrid
¿A que obedecería esta costumbre de grabar en las
puertas inscripciones religiosas? Una hipótesis,sería
que estas casas, en sus orígenes, podrían haber pertenecido a familias de judeoconversos. No obstante,
este supuesto, que he indagado sucintamente, necesitaría ser investigado en profundidad,
Desde mediados del siglo xvii en que se dan por concluidas las obras del palacio del Buen Retiro se ha transformado aquel cazadero real en el parque que hoy podemos
visitar. Daremos un rápido vistazo al Parterre, la antigua
casa de fieras, los jardines de Cecilio Rodríguez y la rosaleda, la ria de patinar y la colina del los ausentes,
CONTENIDO
por Madrid
Madrid
PPasea
asea por
1/ invierno
N.º N.º
1/Invierno
10131013
LA FUENTE, LOS LAVADEROS Y EL PRIMER TEATRO DE
LOS CAÑOS DEL PERAL
Uno de los sectores más singulares del Madrid medieval
fue el que hoy podemos ver en la estación de Metro de
Opera. El presente trabajo intenta precisar más sobre
aquel peculiar paraje y los elementos que lo conformaron, con documentación, gráficos e infografías.
50
LAS SABANDIJAS DEL ALCÁZAR ENANOS, BUFONES Y
HOMBRES DE PLACER DE LOS AUSTRIAS
Entre esta multitud de personas que pululaban en torno
a la majestad real, hemos de destacar a unos seres diferentes, marginales, destinados al entretenimiento eran
las «sabandijas de palacio», los «hombres de placer, que
constituían un ornato en las cortes europeas.
64
ISABEL II: LA DE LOS TRISTES DESTINOS
Su reinado ha sido objeto de polémica entre quienes sustentan la opinión de que fue una soberana ineficaz, y los
historiadores actuales que han revalorizar sus logros, y
consideran su reinado una etapa fructífera que coadyuvo a
la modernización del país desde un punto de vista político
y económico.
78
REFLEJOS HISTÓRICOS DE LA NAVIDAD EN MADRID
No sabemos cuando se celebró por vez primera. si fue en
asentamiento visigodo o por los musulmanes andalusíes
que fundaron el castillo, ya que el milád, o Nacimiento, fue
una fiesta celebrada entre los sarracenos hispánicos, tanto
por tratarse para el Islam de un profeta más, como por la
convivencia constante, entre los hombres del «libro».
80
Pasea por Madrid 3
¿yporquéno
?
Texto de María Isabel Mediero Velasco
¿PODIA SER CARABANCHEL EL LEGENDARIO MIACUM?
Antigua Prisión Provincial construida en 1940 y desmantela en 2008
Con la demolición de la famosa cárcel de Carabanchel –así conocida por
sus convecinos– en el año 2008 y, a dos metros de profundidad, dicen
haber hallado restos arqueológicos de lo que fuera una villa romana.
Que Carabanchel pudiera tratarse de la
legendaria Miacum cada vez es más plausible y la idea de que el famoso mosaico
Las Cuatro Estaciones, encontrado durante unas obras realizadas en la Quinta de los
Montijo, procediera de una villa romana
«aislada» es cada vez más discutible.
Desgraciadamente las excavadoras que
precedieron al descubrimiento del mosaico
citado fueron muy someras y solo se realizaron en el palacio, jardines de la finca donde los nobles pasaban sus veranos; en 1970
se derriba el palacio de Eugenia de Montijo
para construir una urbanización donde ya
no es posible ninguna excavación.
Ermita de Santa María la Antigua (carabanchel)
4 Pasea por Madrid
Durante las obras realizadas para la
construcción del suburbano, se encontraron restos arqueológicos y objetos de
gran interés. El yacimiento podría encontrarse no solamente en el emplazamiento
de la estación de Aluche, la que fue Prisión Provincial y, el parque Eugenia de
Montijo sino que podía alcanzar también
la cercana iglesia de Santa María la Antigua y el cementerio que junto a ella se
encuentra.
Aunque desde primeros del siglo xx,
José María Florit, miembro de la Academia de la Historia alertara de la abundancia de restos arqueológicos que se descubrían fortuitamente en estas zonas y que
junto con la somera información de los
años 1940 en que se construyó la cárcel
y el no cesar de aparecer objetos de interés arqueológico, podemos decir hoy
que la antigua demanda de los vecinos
de Carabanchel y Asociación de Vecinos
de Aluche, desde hace veinte años, de un
hospital para el barrio debería de ser ahora distinta y solicitud de creación de un
parque arqueológico que escavado y catalogado dotara a esta zona de una magnifica proyección cultural y científica.
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Texto de Benito Castro González
Imágenes de Archivo Regional de la Comunidad de Madrid. Fondo Santos Yubero y otras
del autor del texto.
TORRE DE MADRID
HACIA UNA NUEVA ARQUITECTURA
La Torre de Madrid se encuentra situada en la Plaza
de España 18, esquina a la calle de la Princesa 1, y con
vuelta a la plaza Emilio Jiménez Millas.
Es obra destacada del arquitecto Julián Otamendi Machimbarrena, que proyectó el
edificio en 1954; la primera
fase constructiva se acometió
entre 1954 y 1957 y la segunda
fase entre 1958 y 1960. Otamendi se tituló el 13 de junio
de 1916, falleciendo en Madrid
el 15 de febrero de 1966. En el
momento se construirse era la
torre de hormigón armado más
alta del mundo -normalmente
las torres solían construirse con
estructura de hierro y acero- y
sus ascensores los más rápidos
de la época al circular a más de
tres metros por segundo.
6 Pasea por Madrid
El 28 de octubre de 1954 la
Compañía Inmobiliaria Metropolitana compró al Ayuntamiento de Madrid un solar en
la Plaza de España, con vuelta
a la calle de la Princesa y lindante también con el antiguo
callejón de Leganitos y con una
plaza en proyecto (la futura
plaza Emilio Jiménez Millas).
También lindaba este solar con
el Convento de las Adoratrices
-edificio con fachada a la calle
de la Princesa-. La superficie
del solar ascendía a 2.790’12
metros cuadrados con forma de
un polígono irregular de nueve
lados.
La Torre de Madrid tiene dos
plantas de sótano, una planta baja comercial más treinta
pisos. La construcción abarca toda la superficie del solar
desde el segundo sótano hasta
la planta séptima, descontando el área hueca dejada por
los patios de luces desde la segunda planta hasta la octava.
En ésta el edificio se retranquea para reducir a la mitad la
superficie edificada. Las alas
laterales de la construcción se
suprimen a partir de la planta
catorce, lo cual implica otra
reducción de la superficie edificada y así se levanta el edificio hasta la planta veintitrés
con un aspecto de torre muy
claro. Desde la planta veinticuatro todo el perímetro de
la torre se retranquea en tres
metros, manteniéndose hasta
el piso treinta y último, sobre
el cual se proyectó una terraza
parcialmente cubierta.
La estructura completa de la
Torre de Madrid, en vertical
y horizontal, es de hormigón
armado sobre cimentación de
placa continua. Muros de hormigón armado cierran el edificio en las dos alturas de los
sótanos. La fachada consiste
en muros dobles, con cámara
de aire interna, recubiertos de
piedra artificial. Los tabiques
interiores son de ladrillo hueco doble en los divisionarios
principales y de hueco sencillo en las divisiones interiores.
Se previó la instalación de
abastecimiento de agua fría y
caliente, más calefacción central a vapor con presión inferior a la atmosférica. También
se instalaron redes eléctricas
de iluminación y fuerza, con
Pasea por Madrid 7
encendido automático en escaleras y distribuidores. En total la Torre de Madrid
fue dotada de ocho ascensores desde la
planta baja hasta la número trece, y de
ahí hacia arriba cuatro de los ocho ascensores continuarían para dar servicio al
resto de plantas. Los sótanos quedaban
unidos a la planta baja mediante unos
montacargas.
Aprovechando la magnitud de la Torre
de Madrid y su situación en un lugar estratégico y popular de Madrid, sus funciones fueron varias: tiendas en la planta
baja, comercios en la entreplanta y planta primera, despachos y oficinas desde
la segunda planta hasta la veintitrés, y
viviendas –estando previstos ocho pisos
por planta– desde la planta veinticuatro a
la última. El acceso a la Torre de Madrid
se efectúa por dos entradas: una en Plaza
de España y otra en la plaza a la espalda
del edificio –en principio esta plaza iba a
ser un aparcamiento–. Las dos entradas
llevaban a un gran recibidor con los ascensores y escaleras.
8 Pasea por Madrid
Torre de Madrid, Edificio España,
Senado y Real Compañía Asturiana
de Minas
En el segundo sótano quedaron instalados los cuartos de bombas, calderas, grupos electrógenos, transformadores, talleres de mantenimiento, depósitos, fosos
de ascensores y cuartos de aseo para el
personal de tales servicios. En el primer
sótano se construyó una sala de fiestas,
la carbonera, aljibes de agua caliente,
cuadros eléctricos, sótanos de tiendas
y aseos. La planta baja tiene los techos
más altos que las demás para poder instalar una entreplanta comercial. Los locales comerciales y los despachos se
dotaron de aseos colectivos; las oficinas
tenían un despacho de dirección, uno o
varios espacios para el trabajo, vestíbulo
y aseo con armario ropero. Las viviendas
tienen un número variable de habitaciones, cuarto de baño completo y cocina
con office con salida de gases. Toda la
ventilación de aseos, baños y offices se
hace por patinillos de aireación.
Torre de Madrid desde Gran Vía
esquina a plaza de Callao
Dentro de la Torre de Madrid también
se construyeron una sala de cine en la
planta baja y una sala de fiestas en el
primer sótano. Este cinematógrafo, con
aire acondicionado, tenía capacidad
para quinientas personas, las cuales accedían por un porche de planta circular
en la calle de la Princesa. La salida de
emergencia conducía a la plaza trasera
de la torre. En el nivel inferior del cine
estaba el patio de butacas, guardarropa
y aseos; y en el nivel superior la zona
de club, cabina de proyección y aseos.
La sala de fiestas también tenía su acceso por la calle de la Princesa, con sus
correspondientes vestíbulo y aseos. Al
nivel inferior de la sala de fiestas, en
el centro, conducían cuatro tramos de
peldaños; y el nivel superior era una
especie de balcón sobre el inferior. La
orquesta disponía de un tabladillo al
fondo del salón.
Torre de Madrid supuso la ruptura con
la arquitectura neorrenacentista o neoimperial de los años de la posguerra española, anulando todo motivo ornamental o
historicista y apostando por una fachada
de aspecto racionalista y moderno, en la
cual destacan los balcones situados en las
aristas de la torre. La Torre de Madrid fue
restaurada integralmente por el arquitecto
Manuel Salinas Larumbe en 1996.
BIBLIOGRAFÍA
«Memoria descriptiva para la construcción
de un edificio de carácter comercial en la plaza
de España con vuelta a la calle de la Princesa,
denominado Torre de Madrid, propiedad de la
Compañía Inmobiliaria Metropolitana».Por Julián Otamendi Machimbarrena. Madrid, 3 de
Noviembre de 1954.
Revista nacional de arquitectura, «Rascacielos en España», año X, nº 158, Febrero 1955,
pp. 29-44
Pasea por Madrid 9
Musedeos
Madrid
Texto de María Isabel Mediero Velasco
MUSEO DEL AIRE
Boeing KC-97L Stratotanker
Cuatro Vientos
(Madrid)
Ocupa una superficie de 66.938 metros cuadrados, repartidos en una zona de exposición exterior
y siete hangares que albergan más de 140 aeronaves, así como uniformes, condecoraciones, motores, maquetas y otros fondos relacionados con la
aviación.
La zona exterior está dividida en siete plataformas
donde se expone desde el gigantesco avión Stratotanker hasta el diminuto Airtruck, pasando por
helicópteros, hidroaviones y reactores de combate.
Aerospatiale SA. 319B Alouette III
Agusta Bell AB-207 (HE.7A-41)
Concluida la guerra civil, y ante la gran trascendencia que la aviación
había tenido en la misma,
así como la evidencia de la
importancia que en un futuro próximo iba a alcanzar, movió a los mandos
militares a la creación del
Ejercito del Aire.
De manera inmediata
surgió entre ellos la idea
de preservar el breve pero
intenso pasado de la Aviación Española, reclamando para ello un lugar donde perpetuarse al igual que
en su momento hiciera el
Ejército de Tierra y la Armada.
GRUMMAN SA-16B Albatros
10 Pasea por Madrid
C.A.S.A. 212 Aviocar
C.A.S.A.207 T-7A Azor
Planta del Museo del Aire
Las imágenes que figuran en esta pagina pertenecen a www.lasegundaguerra.com
CASA C-352 Junkers
SUKHOI SU-22 Fitters
Pasea por Madrid 11
Caza Polikarpov I-16
Mosca/Rata
Monoplaza sovietico de los años 30 del
pasado siglo, participo activamente en la
en la Guerra Civil Española, donde fue
llamado Mosca por el bando republicano y Rata por el bando nacional.
Participo activamente en los primeros
años de la Segunda Guerra Mundial,
pero fue pronto superado por cazas mas
preparados.
Avión Fokker Dr.I del
mítico Barón Rojo
Caza alemán de la Primera Guerra Mundial construido por la compañía de Anthony Fokker en 1917, pilotado por Manfred von Richthofen conocido como
Barón Rojo, alcanzó un impresionante
palmarés de victorias en combate.
En un principio se consideró que el propio edificio del recién construido ministerio acogiera esos fondos, para lo cual se
adecuaron diversas salas de la planta baja
donde se exponían maquetas y pequeños
objetos, aprovechándose los patios interiores para exhibir las pocas aeronaves
que por entonces tenía el museo.
El incremento constante de esos fondos
obligó a buscar una nueva ubicación que
además de servir para alojar los fondos
con que se contaba en ese momento, tuviera amplias posibilidades para el futuro.
Con estas premisas se estudiaron varias
alternativas, optándose finalmente por su
ubicación actual en Cuatro Vientos. En
1981 se abre al público.
A su llegada al museo, sorprende al visitante la impresionante silueta de un avión
cisterna construido por CASA y que se
incorporó a la colección del museo en
1.985; este avión fue el segundo mayor
de los que ha operado en el Ejército de
12 Pasea por Madrid
Aire. Traspasado este el camino de acceso hacia los hangares, (posee siete hangares), sembrado de aeronaves de distintas
épocas.
Antes de pasar a los hangares, una placa
conmemorativa recuerda al comandante
García Morato, considerado el máximo
«as de la aviación española», que murió en un trágico accidente en Griñón en
1.939, un mes antes de cumplir los 35
años.
Al entrar en el primer hangar, el visitante descubrirá un interior variopinto que
comprende todo tipo de aeronaves, motores, armamento, emblemas, maquetas,
equipamiento, material técnico, uniformes y un largo etc. que nos muestra como
había evolucionado la aviación desde su
nacimiento.
Capítulo aparte son los fondos documentales, algunos de gran importancia histórica, cabe destacar los diseños constructivos
del aeroplano «FLYER» de los hermanos
En el museo se rinde homenaje a los pioneros de
la aerostática de nuestro
país que viajaron con sus
dirigibles por toda Europa
contribuyendo a su implantación y estudio.
General Pedro Vives Vich
Wright, primeros en volar con motor que
el museo custodia en su archivo técnico La
mayor parte de los visitantes del Museo
desconocen casi por completo el pasado de
nuestra aeronáutica, lo anecdótico, lo dramático e incluso lo novelesco de la historia
de la Aeronáutica Militar Española.
Cuenta igualmente el museo con una
buena colección de retratos y fotografías, llamando la atención un retrato del
General Pedro Vives Vich, fundador y
organizador del Servicio de Aerostación
que junto al famoso Capitán Alfredo Kindelán Duany, recorrieron los países europeos surcando los cielos con sus globos
dirigibles aerostáticos. Un gran lienzo del
infante D. Alfonso de Orleáns y Borbón,
piloto militar y uno de los grandes personajes de la Aviación. Otro notable aeronauta militar, piloto de globo, ingeniero y
científico Emilio Herrera Linares, retratado por un antiguo soldado de reemplazo y
donado al Museo.
También se encuentra en dicho hangar
restos de la hélice del avión y el casco
del capitán Celestino Bayo Lucía, estre-
Capitán General Alfredo
Kindelán y Duany
llado en 1912 en Cuatro Vientos mientras
completaba su aprendizaje con el avión
«FARMA», siendo la primera víctima de
la Aviación Militar.
Desde Ala-Delta (parapente), Aviones
como PAVA (Junkers), CASA (Bimotor
de bombardeo), DOUGLAS (anfibio), los
famosos FOKKER, BREGUET, BRISTOL. Maqueta del famoso avión del
Barón Rojo (Manfred von Richthofen),
héroe de los alemanes y respetado por
sus enemigos durante la Primera Guerra
Mundial. Los MOSCA/RATA, famosos
de la Aviación Republicana, así llamados
por su forma y su vuelo rápido utilizados
en nuestra guerra civil, pasando por colecciones de de Estandartes, ametralladoras, pistolas de bengalas. Así como el
autogiro C-19, de Juan de la Cierva, que
voló en 1932 y un largo etc.
Pasea por Madrid 13
Breguet XIX GR (Gran Raid) Jesús del Gran Poder
El Breguet XIX de fabricación francesa en
1922 paso a construirse en España por
Construcciones Aeronáuticas S.A. en su factoría en Getafe (Madrid) en 1924. El modelo
Gran Raid era una variación del Breguet XIX
de serie desarrollado para grandes distancias
y se intento superar el récord de distancia
que estaba 6294 Km en un vuelo sin escalas
de España a Filipinas teniendo que abandonar por un fuerte viento cuando habían recorrido 5100 Km en 28 horas de vuelo, con
una velocidad media de 180km/h.
En un segundo intento se logro recorrer
6550 Km entre España y Río de Janeiro utilizando la linea mas corta.
Además en el Museo del Aire de Cuatro
Vientos de Madrid, cuenta con restos y una
réplica del avión pilotado por Ramón Franco, fallecido en 1938 durante un vuelo que
llevaba a cabo desde la Base de Hidroaviones del Puerto de Pollensa (Mallorca), al estrellarse el hidroavión que pilotaba. Partió
de la base con muy malas condiciones atmosféricas con un avión cargado con cerca
de mil kilos de bombas y, al adentrarse en
una tormenta y no ser capaz de dominar el
aparato, cayó en barrena sobre el mar. Su
muerte ha dado lugar a rumores indemostrables hasta el día de hoy.
Hay una historia muy interesante entre el
General Franco y el capitán Alfredo Kindelán, y fue el nombramiento que realizó
Franco en la persona de su hermano Ramón
Franco, al que ascendió a teniente coronel
confiándole el mando de la Base de Hidros
de Pollensa, sin haber siquiera informado a
Kindelán que era el Jefe de la Aviación. La
reacción de Kindelán fue espectacular, comunicando a Franco por escrito su opinión
sobre el nombramiento; una carta realmente demoledora que muy pocos se hubieran
atrevido a enviar. A partir de ese momento,
y a pesar de los favorables resultados en el
conjunto de las operaciones durante la guerra civil, su relación con Franco se tornó
cada vez más tensa.
El Museo y la Aeronáutica Militar Española no están exentas de grandes historias
que harán las delicias de toda persona enamorada de la aviación.
14 Pasea por Madrid
DATOS DEL MUSEO
SITUACIÓN
El Museo está situado en la Base Aérea de
Cuatro Vientos. Entrada por la autovía A-5,
en sentido Madrid, kilómetro 10,500.
PARKING gratuito de 10 a 14 horas
HORARIO VISITAS
Diariamente de 10.00 a 14.00 horas, excepto
lunes. Cerrado los días: 1 y 6 de enero, el mes
de agosto, Jueves y Viernes Santos, 12 de octubre, 10 de diciembre (Patrona de Aviación),
24,25 y 31 de diciembre y días establecidos
en el calendario anual.
VISITAS GUIADAS PARA GRUPOS
De martes a domingo de 10:00 a 14:00
horas. Previa petición de autorización por
carta o e-mail ([email protected]).
Se recomienda anticipar las peticiones por
teléfono de lunes a viernes. Grupo mínimo
de 10 personas
http://www.ejercitodelaire.mde.es
BIBLIOGRAFÍA
Ángel Flores Alonso y Pilar Infantes de Miguel:
La Aeronáutica Militar Española. Ministerio de
Defensa, Madrid 1999.
Cecilio Yusta: Pioneros de la Aviación Iberoamericana. Servicio Histórico y Cultural del Ejército
del Aire. Madrid 1999.
Editado por el Centro Cultural de los Ejércitos, y escrito por Luis Miguel
Aparisi Laporta, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia,
miembro del Instituto de Estudios Madrileños, y, entre otras corporaciones, también miembro de la Cofradía Internacional de Investigadores.
RECOMENDAMOS LEER
Próxima presentación
en Centro Cultural
de los Ejércitos
(Gran Vía,
n.º 13)
Pasea
po r
Madrid
TESTIMONIOS MILITARES
EN MADRID
Es un estudio monográfico y exhaustivo de la historia de los monumentos y
lápidas que en Madrid, se han erigido
en homenaje o como simple recuerdo
de la aportación que la Milicia hizo, y
sigue haciendo a la sociedad.
Advierte el autor, que se trata de libro dedicado a penetrar en la historia
del monumento o lápida, y no a la que
correspondería al personaje, institución
o hecho recordado.
Son analizados 120 testimonios en
500 páginas, 388 fotografías y 406
notas referenciales, limitando la actuación a la iconografía, cuya imagen puede considerarse de disfrute y dominio
público.
Tan sólo dos excepciones, se ha
permitido el autor: una estatua del rey
Don Pelayo, y el grupo denominado
«No importa», homenaje que el Centro
Cultural de los Ejércitos hace a quienes
dieron su vida por la Patria.
Se inicia el libro con un texto de Presentación, preparado por el Excmo. Sr. Don Carlos Valverde, general de división, director del Centro Cultural de los Ejércitos; sigue el Prólogo, escrito por el Excmo.
Sr. Don Francisco José Portela Sandoval, catedrático de Historia del Arte y académico correspondiente
de las reales academias de Bellas Artes y de la Historia. Una Introducción del autor da paso a nueve
capítulos, iniciando cada uno con un texto justificativo: Jefatura de Estado y de Gobierno; Guerras
Carlistas; Guerra de la Independencia; Guerras coloniales; Guerra de África; Guerra Civil; Milicia; Armada y Aviación. La monografía contiene un extenso índice capitular de cada elemento
testimonial tratado y tras el noveno capitulo, un Índice de los artífices (escultores y arquitectos), con
algunos datos biográficos y el listado de sus obras en Madrid. Se cierra el libro con el Índice (más de
dos mil términos) de topónimos, patronímicos e instituciones.
La extensión dedicada a cada uno de los ciento veinte elementos, no es significativa de lo representado
y tampoco una crítica de arte, es la Historia del monumento o la lápida, formando parte de la Historia
de Madrid, cuya extensión, es consecuencia de los fondos documentales estudiados.
Pasea por Madrid 15
Por Luis Miguel Aparisi Laporta
Académico correspondiente de la
Real Academia de la Historia
Miembro numerario del Instituto de
Estudios Madrileños
MONUMENTO AL GENERAL
MARTÍNEZ DE CAMPOS Y
ANTÓN
Por diferentes puertas podemos acceder al parque de El Retiro. Sencillas algunas, y otras monumentales, pero el verdadero monumento es el propio Parque. Su flora, su fauna y su
patrimonio monumental, significan un orgullo para quienes
tenemos la suerte de vivir en Madrid. Vamos a penetrar por
la puerta de Madrid, en la calle dedicada al general Leopoldo
O’Donnell. Recorriendo el Paseo del Duque de Fernán Núñez
(Paseo de Coches, en el decir popular), dejaremos a la derecha, el monumento dedicado a Fray Pedro Ponce de León (en
la Plaza de Costa Rica), con el añadido de la lápida dedicada
a Juan de Pablo Bonet (algo, ciertamente, no muy ortodoxo).
Muy cerca, la Plaza de Guatemala. Allí está el objetivo de
nuestro paseo. Un soberbio monumento dedicado al general
don Arsenio Martínez de Campos y Antón.
Pasea por Madrid 17
Vista frontal del monumento de Benlliure del general Martínez de Campos
y al fondo la estatua ecuestre de Alfonso XII, también obra de Benlliure,
que corona el monumento a la Patria
Española.
EL MONUMENTO
Una de las obras magistrales de don Mariano Benlliure. Y, prudente nos parece, antes
de recrearnos en el monumento, hacerlo en la
persona del militar. Nació en Segovia, el 14
de diciembre de 1831, falleciendo en Zarauz
(Guipúzcoa), el 23 de septiembre de 1900.
Importante su intervención en Marruecos,
en las guerras carlistas y en Cuba. Ostentó la
Cruz Laureada de San Fernando, y fue Capitán General de Cataluña, pero su entrega a
la sociedad fue más allá de lo estrictamente
militar. Colaborará directamente con Antonio
Cánovas en la proclamación de Alfonso XII
(Sagunto, 29 de diciembre de 1874). Presidente del Senado y del Consejo de Ministros,
también será ministro de Defensa (de la Guerra), y será durante su ministerio, cuando se
fundará la Academia Militar de Toledo. En
1991, en homenaje al destacado militar, a su
hijo Miguel se le otorgará el título de marqués del Baztán.
Formando eje con el monumento a Alfonso XII, y no de forma casual. Recordemos
que la instauración borbónica se producirá
gracias al pronunciamiento militar de Martínez Campos en Sagunto (Valencia). Antonio
Berenguer y José Ibáñez Marín, profesores
de la Academia de Toledo, serán quienes
propondrán la erección del monumento;
propuesta que sería bien acogida por el general Cassasola, ministro de la Guerra, pero
la idea quedará en barbecho hasta que el
marqués de Cabriñana interviene, año 1904,
organizando una suscripción popular (la primera aportación es de Alfonso XIII quien
contribuye con 10.000 pesetas, seguida de la
de su esposa, con 5.000 pesetas); el infante Carlos, con 2.000 pesetas y su hermana
18 Pasea por Madrid
Isabel, con 1.500, pesetas. Otras 10.000, pesetas fueron aportadas por el Banco de España. Destaca la participación, a título privado, de muchos jefes y oficiales del Ejército.
La realización del monumento se adjudicará
a Mariano Benlliure, habiendo presentado
propuestas Agustín Querol (quedó en segundo lugar), Aniceto Marinas, Trilles y Carretero. Una gran roca hace de pedestal. Parece
como si Benlliure se condicionó al peñasco
al dar forma al caballo.
Iniciativa de Berenguer y de José Ibáñez
Marín, secundada por el de Cabriñana, que
publicará una extensa carta abierta en prensa, de la que destacamos:
Según he leído en diferentes periódicos, se
ha acordado por el Ayuntamiento de Madrid la
traslación del arbolado de los Jardines del Retiro al Salón del Prado, que quedará convertido
en un precioso Parque, limitado en sus extremos por las estatuas de Castelar y Sagasta.
Inauguración de la estatua ecuestre del general
con asistencia de la Familia Real que escucha
el discurso del presidente del Consejo de Ministros Sr. Maura.
Portada de ABC (29 de enero de 1907)
Nada tengo que objetar á tal acuerdo, si es
exacta la noticia; pero ¿no cree usted, mi querido amigo y Director, que construidas como
están las estatuas de D. Antonio Cánovas, la
del Marqués del Duero y otras de menor altura,
como lo es la de Cassola, y en vías de modelarse las de Sagasta y Castelar, que tiene ya un
busto en el Congreso, ha llegado el momento
de que empecemos á acordarnos del que vertió
su sangre en África, del pacificador del Norte
y Cataluña, del caudillo de La Seo, del héroe
del Baztán, del que finalizó la primera guerra de
Cuba, del que supo sacrificarse en la segunda,
exponiendo su vida en combates tan personales
y heroicos como el de Limonar y Peralejo, del
único político y General español que tuvo el
valor cívico de declararse fracasado después de
aconsejar y pedir, como ninguno, la autonomía
de la Isla, que no le concedieron, del noble y
desinteresado General Martínez Campos, que
expuso su porvenir, su tranquilidad y su vida
al dar prematuramente (según muchos alfonsinos), el grito de Sagunto?.
PERFIL HUMANO DEL GENERAL
Cuando Arsenio Martínez de Campos regresa a la península, tras haber pacificado
la isla de Cuba, conocido por todos que
el general carecía de patrimonio personal,
situación normal en quien de verdad se había ocupado en el servicio de lo público,
por iniciativa de Ignacio Escobar, marqués
de Valdeiglesias, director de La Época, se
organizó una cuestación para ofrecer al
militar un capital con el que pudiera ver
con tranquilidad los nuevos derroteros de
su vida. Costó convencer al general para
que aceptara las más de ciento cincuenta
mil pesetas que se habían recaudado. Antes de que aquel dinero pasara a las manos
del militar y político, se organizó una cuestación a favor de los heridos de guerra. El
general exigiría que el dinero que le iba a
ser entregado, se ingresara en la cuenta de
la nueva cuestación.
Pasea por Madrid 19
Trofeo militar, en bronce, junto al estandarte de la Caballería y la bandera de Infantería.
Esta larga misiva tendrá un eco positivo en
la prensa. Se sugerirá erigir una estatua del
general, integrándola en el monumento a la
Patria Española personificada en Alfonso XII.
Quizás en ese querer relacionar el sugerido
monumento al general Martínez Campos con
el monumento a la Patria, entonces en avanzada ejecución, esté el acertado lugar que
poco más tarde se asignaría al del general.
Animando al marqués de Cabriñana, aparecerán notas como la publicada por La Correspondencia Militar:
El Ejército respondía espontáneamente á la
invitación. ¡Bien sabía el Marqués de Cabriñana que no se llama nunca en vano á la puerta de
los cuarteles, cuando la llamada obedece á algo
honrado!1
20 Pasea por Madrid
El 21 de febrero de 1905, se constituyó en el
Senado la Comisión organizadora del monumento. Se nombrará presidente al general Primo
de Rivera; como vicepresidentes, Segismundo
Moret y Francisco Silvela. Y como secretario,
quien había demostrado un sincero interés por el
monumento, el marqués de Cabriñana. El Ejército, el Senado y el Congreso; la Academia de
Bellas Artes, y otras instituciones, estuvieron
presentes en la Comisión. Incluso una representación cubana.
Desde la Comisión se hará público un manifiesto que sin duda ayudaría al feliz resultado económico; algo, ciertamente, inusual:
... A LA NACIÓN: Reunidos algunos españoles de buena voluntad que, unos en lances
de guerra, otros, en vicisitudes de Gobierno,
Relieve en el pedestal de base, con escenas de
sus campañas militares
OPINARON SUS CONTEMPORÁNEOS
Primo de Rivera supo añadir al homenaje
a Martínez Campos, el público reconocimiento al buen hacer de Benlliure:
... monumento al genio de la guerra por
el genio del arte, el cual ha sabido darle forma, esculpiendo al soldado valeroso en la
pelea y generoso con el vencido; al soldado que sólo pensó, como lo hizo, en luchar
por el honor de la Patria, por la Monarquía
constitucional, la que restauro.
También Antonio Maura hará público reconocimiento de las virtudes del militar, y
del artista que ayudaba al recuerdo:
Este bronce, antes de que el cincel le infundiese el aliento vivificador del artista inspirado, por ser imperecedero, ya simbolizaba este triunfo de espíritu de aquel hombre
contra el insolente poderío de la muerte.
Cuando todos nosotros hayamos dejado de
existir, contemplarán los venideros esta hermosa efigie.
Don Enrique Pastor Mateos con referencia a este monumento y comparándolo
con la estatua de Alfonso XII, también en
El Retiro, dejaría escrito:
vieron y sintieron de cerca lo que eran el alma
y el corazón del General Martínez Campos,
entienden cumplir deberes para con la Historia
y la conciencia de la Patria, promoviendo la
construcción en la Capital de la Monarquía de
un monumento dedicado á aquel insigne caudillo, y creen honrar su memoria y satisfacer
una deuda nacional convocando para contribuir á la obra á todos los españoles.
No representa el nombre del General Martínez Campos, en las luchas y discordias del pasado siglo, interés de partido, preponderancia
de clase, triunfo ó sacrificio en pró o en daño
de una ú otra idea de Gobierno; consagrado
estuvo durante su vida entera al culto y exaltación de la Patria; su sangre, sus afecciones
personales, la gloria ya adquirida, hasta las
inclinaciones más íntimas de su convicción,
estuvieron constantemente sometidas á lo que
en cada momento demandaban los supremos
intereses del país: Monarquía y Ejército, gobierno y guerra, fueron para él altares donde
rendir los tributos de su adoración al enaltecimiento de la Nación por la concordia y la paz.
Alfonso XII es la imagen de la Paz...
y continúa:
Martínez Campos se sitúa en un invierno
penoso pero esperanzado, hay algo claramente ascendente en su estampa. Alfonso XII
en una primavera indefinida que bien puede
ser un otoño2.
Serrano Fatigati, un clásico en la historiografía del arte escultórico madrileño, nos
dice:
Solo le falta la pátina del tiempo, para
figurar entre las de primera línea de las engendradas por la fecundidad española de
todos los siglos3.
1. La Correspondencia Militar, 26 de diciembre de 1904.
2. PASTOR MATEOS, Enrique: «Mariano Benlliure, en Madrid y
en la vía pública», en Villa de Madrid, nº 54, pág. 34.
3. SERRANO FATIGATI, Enrique: La escultura en Madrid desde
mediados del siglo xvi hasta nuestros días. Madrid, 1912. Hauser
y Menet.
Pasea por Madrid 21
La Comisión4, que no iba a administrar un
presupuesto de la Administración, sino aquellos fondos que desde una iniciativa privada se
recaudasen, con muy buen criterio, se reservó:
La libre facultad de dejar el proyecto que
considere más aceptable dentro de su peculiar
criterio, sin que se abra concurso oficial ni se
concedan premios ni indemnizaciones por los
proyectos que no se acepten.
También se reservaba el derecho a decidir
qué lugar se solicitaba del Ayuntamiento para
el emplazamiento del monumento. Obviamente, la aceptación o no del lugar, se reconocía
como competencia municipal. Desde un principio se tuvo claro debía tratarse de un monumento ecuestre. Y como lugar, elección precipitada, pues se hacía sin conocer cómo sería el
monumento, algo absolutamente incomprensible, a no ser que se pretenda condicionar la
forma y estética al lugar.
El lugar prefijado, en la Calle de Alcalá,
en el inicio de la innominada Gran Vía, aprovechando el ensanchamiento, y por su relativa proximidad al entonces ministerio, y hoy
Cuartel General del Ejército, y a la Escuela de
Estado Mayor. Pero el proyecto de la Calle de
Alcalá no prosperó.
El 4 de julio, nuevo escrito de la Comisión
solicitando autorización para el emplazamiento. Cinco alternativas se plantearán ante
el Ayuntamiento:
1º.- La plaza donde estaba el Obelisco de la
Castellana, de la cual arranca la calle del General Martínez Campos.
22 Pasea por Madrid
Relieves alusivos a la campaña de África.
2º.- El paseo de la Castellana, en la unión con
la calle de Lista, donde podría trazarse fácilmente una plaza en forma análoga á la que ocupa la estatua del General Marqués del Duero.
3º.- La plazoleta llamada de Guatemala,
próxima al paseo de carruajes del Retiro3, situada entre el estanque grande y el establecimiento de aguas oxigenadas.
4º.- El centro del paseo de carruajes del Retiro, en la unión con las plantaciones que lo
dividen, frente al castillete del Observatorio y
Baños del Elefante, y
5º.- La plaza rectangular comprendida entre
la verja del Palacio Real y la Catedral en construcción.
No gustó al Concejo municipal ninguna de
las cinco propuestas; y en sesión celebrada el
11 de agosto, acuerda se instale el monumento
en la Plaza de San Marcial: «Futura avenida
de cuarenta metros de ancho, que por su proximidad al Regio Alcázar, á los cuarteles de la
Montaña y Conde Duque, y por la importancia
que ha de adquirir la proyectada Gran Vía, es,
sin duda alguna, el sitio más adecuado para ostentar el recuerdo de aquel insigne caudillo».
El 30 de enero de 1906, la Comisión expone
ante el Ayuntamiento su rechazo hacia el lugar
seleccionado por éste. Las argumentaciones de
la Comisión serán consideradas por el Concejo.
Nuevo Acuerdo Municipal, el 16 de marzo, reconsiderando la negativa global a la propuesta
del 4 de julio, concediendo la oportuna autorización para ubicar el monumento en la Plaza
de Guatemala. Se había hecho público por la
Comisión, que hasta el mes de abril, los escultores que quisieran podían presentar sus ideas y
presupuestos en el domicilio del duque de Tamames, pero el día 5 de ese mismo mes, la Comisión visitará diversos trabajos, directamente
en los estudios de los artistas, tomando decisión
aquel mismo día. Ciertamente, contradiciéndose en lo por ella misma advertido, en cuanto al
plazo. La precipitación de la Comisión no gustará a algunos de los artistas, y Aniceto Marinas
junto con Miguel Ángel Trilles y Carretero, publicaron en prensa una carta en la que exponían
su protesta por el proceder de la Comisión5.
Razón, entendemos, no les habría faltado, si su
protesta se hubiera fundamentado en cuanto a
haberse acortado el plazo, pero en el escrito de
queja exponen su rechazo por la forma que la
Comisión adoptaba para seleccionar el trabajo.
Planteamientos con los que ganarse a la opinión
popular, pero no por ello la razón.
En la parte delantera, un trofeo militar, en
bronce, junto al estandarte de la Caballería y la
bandera de Infantería. En la trasera, también en
bronce, relieves con episodios de la batalla de
los Castillejos, donde intervino Martínez Campos a las órdenes del general Prim, siendo comandante.
Con asistencia de los reyes Alfonso XIII y
Victoria Eugenia, junto a los infantes María Teresa, Isabel y Carlos, acompañados por el duque
de la Seo de Urgel, hijo del general; por Antonio Maura, presidente del Gobierno, ministros,
alcalde, gobernador, capitán general, el obispo
de Sión, y otras personalidades, se inauguró el
monumento el 28 de enero de 19076. Con motivo de la inauguración, se concederá la Gran
Cruz del Mérito Militar al escultor, y por la Comisión del monumento, se encargará un medallón conmemorativo a Benlliure. En el anverso, el retrato sedente del general y la leyenda:
«ARSENIO MARTÍNEZ CAMPOS, CAPITÁN GENERAL DEL EJÉRCITO ESPAÑOL.
14 DICIEMBRE 1831 – 23 SEPTIEMBRE
1900», y en el reverso, el monumento y las
fechas de algunas batallas en las que intervino Martínez Campos: «ÁFRICA, 1859 A 60»,
«MÉJICO, 1861 A 62», «CUBA, 1869 A 72-77
A 78 Y 95», «CATALUÑA Y NORTE, 1873 A
76». Esta medalla, así como la placa de bronce
de 22 centímetros de diámetro que se utilizó en
la prueba, procedentes del legado de la viuda
de Sorolla, se custodian en el Museo del Ejército. En el año 1947, se fundiría en la fábrica de
Trubia una maqueta del monumento, en bronce,
custodiada así mismo en el Museo del Ejército.
OTRAS OPINIONES
En Miscelánea matritense, de Federico Carlos
Sainz de Robles, pequeño libro en su formato,
pero con interesantes reflexiones, leemos:
…La Avenida de Perú se eslabona con el Paseo
de Venezuela y la Glorieta de Martínez Campos
(en cuyo centro se alza la estatua ecuestre de
este general español recordado con gran gratitud por los pueblos hispanoamericanos por su
noble comportamiento al combatirlos)7.
Y en Madrid en sus animales, Aparisi Laporta
nos advierte:
Es singular este caballo. Hay una perfecta
compenetración entre jinete y montura. Se sale
de los estereotipos de la estatuaria militar madrileña. No se representa al militar victorioso que
regresa laureado y desfila ante la multitud, o en
festiva parada militar. Aquí, el General y su caballo, con esfuerzo que no tratan de ocultar, han
llegado a la cima de una roca, desde donde mejor pueda verse al enemigo, para seguir la lucha.
No hay pomposos uniformes; un corto capote
militar, al viento, y por casco imperial un ros. La
cabeza del General en una perfecta verticalidad,
índice de la enorme tensión que el cuerpo soporta. La cabeza del caballo, girada, con las patas
delanteras tensas, coge aire sin permitirse el reposo; sabe que su misión aún no ha concluido, y
está presto a interpretar y obedecer las órdenes
de su compañero. Mariano Benlliure llenó de humanidad a todo el monumento8.
4. Con todos nuestros respetos a aquella Comisión, manifestamos
nuestra protesta por el desprecio (o cuanto menos, no aprecio) hacia
la toponimia. Desde el Acuerdo Municipal de fecha 9 de febrero de
1874, este paseo tiene el nombre de Paseo del DUQUE DE FERNÁN NÚÑEZ. Ha transcurrido más de un siglo, y popularmente,
sigue llamándose «Paseo de COCHES». Aceptamos la compatibilidad entre el topónimo oficial y la expresión popular, pero sólo en
términos populares; nunca en el escrito de una seria comisión. Y
aún más grave nos parece, que en el mismo parque figure el rótulo
de Paseo de FERNÁN NÚÑEZ. Recordemos que en el Distrito de
Chamartín, Barrio de Hispanoamérica, tenemos en 1958 la Calle
de FERNÁN NÚÑEZ.
5. El Liberal y El País, 14 de abril de 1905.
6 ABC, 29 de enero de 1907.
7. SAINZ DE ROBLES, Federico Carlos: Miscelánea matritense,
Ediciones Ábaco, año 1977, pág. 16. Errata al citar «…la Glorieta
de Martínez Campos»; se trata de la Plaza de Guatemala.
8. APARISI LAPORTA, Luis Miguel: Madrid en sus animales,
Editorial Rubiños-1860, Madrid, 1999, páginas 155/156.
Pasea por Madrid 23
PRÓXIMA DECLARACIÓN DE BIC
Es este monumento el primero, de entre la
espléndida colección que tenemos en Madrid,
dentro de su tipología, que se declarará Bien
de Interés Cultural, terminología que significa
gozará del máximo amparo legal para su conservación. Lección de arte, y por encima del
arte, lección de Historia que nos habla de páginas pasadas, y nos advierte de la necesidad de
preservar para el futuro. Importante es la economía en la sociedad, pero muy por encima,
están los valores de la propia sociedad. Sólo
desde mentes muy ruines se puede considerar
baladí el que se decrete la conservación y protección de un monumento. Monumento que
vieron nuestros padres, y que, gracias a esta
disposición oficial, se garantiza verán nuestros
nietos, al haberse puesto trabas a los caprichos
de los administradores de turno, no siempre
bien intencionados. El 18 de abril de 2013, en
el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid
se publicará «RESOLUCIÓN de 18 de febrero
de 2013, de la Dirección General de Patrimonio Histórico, por la que se incoa el expediente
para la declaración de Bien de Interés Cultural
a favor del Monumento Ecuestre al General
Martínez Campos en el Parque del Retiro, de
Madrid, de Mariano Benlliure». «Tras vincular
la excelencia del monumento con la personalidad del escultor Mariano Benlliure, binomio
inseparable, y como si de una lección en cátedra de Historia del Arte se tratara, leemos
una correcta Descripción del bien objeto de
la declaración. Como es preceptivo, la Real
Academia de la Historia emite informe sobre
el Expediente incoado desde la Consejería de
Empleo, Turismo y Cultura, de la Comunidad
Autónoma de Madrid. Informe preparado por
el académico de número don José Luis Díez,
y aprobado por la Real Academia el 22 de
marzo, que concluye declarando: «Por todo lo
expuesto, y en plena coincidencia con la Resolución citada de la Comunidad de Madrid, se
considera que la obra objeto del presente informe reúne de forma singular y relevante todas
las características y consideraciones necesarias para la declaración como Bien de Interés
Cultural en la categoría de Monumento.9
9. Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo CCX, cuaderno 1, enero-abril
2013., págs. 167/168.
24 Pasea por Madrid
Texto e imágenes de
Germán Cano López
Investigador
¿POSIBLES PORTALES
DE CASAS DE JUDÍOS
CONVERSOS?
En mi deambular por el casco histórico de Madrid, y de otras ciudades
españolas, he observado la existencia de portales, en algunos inmuebles,
que presentan unas características comunes: están construidos con sillares de granito de diferentes medidas y formas —los hay rectangulares y
adovelados— y en el dintel de los mismos aparecen grabadas diferentes
inscripciones de signo cristiano, como Josef, María, JHS, Jesús, o simples
cruces, alguna de ellas acompañadas de jaculatorias.
¿A que obedecería esta costumbre de grabar en las puertas estas inscripciones? Una
hipótesis, que intenta dar una explicación a
estos grabados, sería que estas casas, en sus
orígenes, podrían haber pertenecido a familias de judeoconversos. No obstante, este
supuesto, que he indagado sucintamente,
necesitaría ser investigado en profundidad,
consultando fuentes que nos facilitaran un
tipo de pruebas más definitivas.
26 Pasea por Madrid
Hay que remontarse a 1391, cuando el
problema de los judíos se desata de una
manera inapelable y con una situación
inestable. Desde el punto de vista cristiano se busca dar una solución encaminada
a provocar y exigir la conversión. A partir de entonces, hay un incremento de judíos que se convierten al cristianismo. Comienza entonces el problemático tema de
los conversos: se empieza a sospechar de
1
Pasea por Madrid 27
2
3
4
estos nuevos cristianos y a establecer una
diferenciación entre cristianos nuevos y
cristianos viejos. Se pueden establecer dos
límites temporales bastante distantes: 1391
y 1492, entre ambas fechas se desatará un
espíritu de persecución y de animadversión, incluso de exterminio1. Así llegamos
a mediados del siglo xv, en el que estallan
revueltas contra los conversos: la más significativa tuvo lugar en Toledo, durante la
cual se promulgó un estatuto que prohibía
a los conversos el acceso a cualquier cargo
municipal. Esto fue un antecedente del estatuto de Limpieza de Sangre, que se generalizó a mediados del siglo xvi.
Los judeoconversos estaban siempre,
bajo la sospecha de practicar su antigua
religión en secreto, lo que la inquisición
definió como «judaizar» y se les aplica el
calificativo de marranos: sufrieron una implacable persecución y se les mantuvo discriminados social y jurídicamente. El numero de judíos conversos a principios del
28 Pasea por Madrid
siglo xvi, sería alrededor de 300.000, un
5% de la población2
En Madrid, no se conoce la existencia de
una judería establecida como en otras ciudades, Toledo, Córdoba, Gerona etc., con
su personalidad jurídica y fiscal propia y
separada del resto de habitantes, mas hay
fuentes, que establecen en Madrid algunos
núcleos de judíos aislados. Resulta muy
interesante el estudio sobre la ubicación de
estas familias de judíos en Madrid que elaboró el historiador Manuel Montero Vallejo3. En él se desmitifica el emplazamiento
de la judería, que otros historiadores habían
situado en la zona del Avapies (Lavapies).
Montero Vallejo refiere la existencia de judíos en 1385 en la zona de la collación de
Santa María, (próximo a la manzana 445,
lo que luego serían las caballerizas reales)
con documentación que indica la existencia de una aljama, casas lindantes «… con
la sinagoga de los judíos…casas que son
agora sinagoga de los judíos…».
6
5
7
Fuentes documentales del Archivo de Villa de Madrid, informan de la existencia de
algunos judíos dispersos en la zona de lo
que hoy es la calle Argumosa, pero en donde hay más evidencias documentales de la
localización de judíos, es en el área de la
Cava Baja, Cava San Miguel y también por
la calle Segovia (Barrio de la Morería), hoy
calle del Nuncio, e Iglesia de San Pedro4.
No hay evidencias documentales que nos
aporten una prueba fiable de que las inscripciones que nos ocupan, grabadas en los portales, fueran realizadas por judeoconversos,
pero lo que sí es cierto, y existen abundantes
testimonios documentales de ello, es que las
autoridades y sus propios vecinos no se fiaban de esta conversión y ejercían un control
sistemático sobre ellos. Cabría, por tanto,
pensar, que los judíos, para demostrar ante
sus vecinos que eran cristianos modélicos,
hicieran afirmación pública de su fe cristiana y además, para testimoniar que nadie
tenía que albergar temor alguno, grabaran
esas inscripciones en las puertas de sus casas. Este podría ser el motivo.
La aparición de estas inscripciones en muchos portales también se podría considerar
como consecuencia de una sociedad fuertemente católica que, con el paso del tiempo, estableció este primitivo uso como una costumbre, ya que, muchos años después, se siguen
grabando en muchas casas de los siglos xvii,
xviii y xix, cuyos moradores ya no eran judeoconversos, sino cristianos.
1. SANZ- BADILLO, Ángel: Judíos entre Árabes
y Cristianos, ed. El Almendro. Cordoba, 2000.
2. DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio: Los judeoconversos en la España Moderna, Madrid, 1992.
3. MONTERO VALLEJO, Manuel: El Madrid
Medieval, Ed. Avapies, Madrid 1987.
4. URGORRI, Fernando: «El Ensanche de Madrid en tiempos de Enrique IV, la urbanización
de las Cavas», Revista de la Biblioteca Archivo y
Museos, volumen XXIII, Madrid, 1954.
Pasea por Madrid 29
8
SITUACIÓN DE LOS DINTELES
Una somera exposición de estos dinteles de
granito, con inscripciones grabadas, en forma
de cruz y con las siglas JHS (Jesús) y con las
palabras Joshef y María y en algunos también
aparecen fechas pueden verse en:
FOTO 1: Portada de la calle de la Esgrima n.º 11 (grabado: JESÚS, MA,
JOSEF, sin fecha).
FOTO 2: Portada de la calle Lope de
Vega n.º 9 (grabado MARIA, JHS, una
cruz, JOSEPH y fecha AÑO 1701).
FOTO 3: Portada de la calle de Atocha
n.º 14 (grabado MARIA sin fecha).
FOTO 4: Portada de la calle Ribera
de Curtidores n.º 1 (grabado: JHS y
fecha 1659).
FOTO 5: Portada de la Plaza de San
Martín (grabado MARIA, una cruz,
JHS SISF y fecha 1660).
FOTO 6: Portada de la calle de la Esgrima n.º 12, (grabado: MARIA, una
cruz, JOSEPH, y fecha 1618).
FOTO 7: Portada de la calle Embajadores n.º 16 (grabado: JHS, una cruz
sin fecha).
FOTO 8: Portada de la calle Santiago
n.º 22 (grabado ESLA, JHS, una cruz
y CNMC sin fecha, este inmueble se
derribo en 2006).
30 Pasea por Madrid
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Pasea por Madrid 31
Jardines con nombre
propio del Parque del
Retiro
Texto e imágenes de
Luis García
Desde mediados del siglo xvii en que se dan por concluidas las obras
del palacio del Buen Retiro hasta los primeros años del siglo xxi se
han realizado un gran número de adaptaciones en los jardines, en
función de modas o necesidades particulares, así se han llevado a
cabo la creación espacios singulares, con mas de mas de cincuenta
puntos de interés entre monumentos, fuentes y edificios, que en
otro momento comentaremos y una serie de actuaciones de jardinería que han transformado aquel cazadero real en el parque que
hoy podemos visitar.
32 Pasea por Madrid
Mas información en:
https://vimeo.com/82842699
Pasea por Madrid 33
TRASFORMACIONES EN EL PARQUE
La primera transformación importante
fue realizada por Felipe V, en 1712 sobre
un umbrío y sobrio lugar, situado frente al salón de baile del antiguo palacio,
conocido como el jardín ochavado que
paso a ser un plantel de cuidadas formas
geométricas que se conserva en nuestros
días y es conocido como El Parterre.
La incorporación de Cecilio Rodríguez
como jardinero mayor, tuvo como consecuencia, además de una importante labor
de mantenimiento y ornato, la creación
de tres espacios singulares, La Casa de
Fieras (1921), transformada en 1972 en
Jardines de Herrero Palacios; la Rosaleda
(1915) que trajo, consigo el traslado de
la un estanque de pequeñas dimensiones
que se utilizaba para patinar a otro lugar
del parque, hoy conocido como la ría y
la construcción de una ampliación de la
antigua casa de fieras (1941) que hoy se
utiliza para paseo y celebraciones protocolarias del ayuntamiento, que se conoce
con el nombre de este genial jardinero.
Y el último en crearse se debe al recuerdo
de las víctimas de un importante atentado
terrorista en el año 2004 con importantes
repercusiones políticas, el Bosque del Recuerdo o la Colina de los Ausentes.
34 Pasea por Madrid
EL PARTERRE
El jardín simula un tapiz y esta creado para
verse desde cierta altura, es de forma rectangular, con cabecera semicircular y un pasillo
central, que nos recuerda la planta de una catedral gótica; la planta dominante es el boj, que
se poda formando cuidadas formas geométricas,
y se respeta la simetría, respecto al eje central,
tanto de plantas ornamentales como de dos estanques de poca profundidad, que se integran en
la decoración.
La llegada de Felipe V, en el año 1700 trae
una nueva dinastía al trono de España, los Anjou, con un estilo de gobierno nuevo.
En su primera visita al palacio se extrañó de su
aspecto exterior y de la baja calidad de su construcción, con manifiesta pobreza de materiales arquitectónicos, sin menoscabo de su riqueza interior en
decoración y obras de arte, de los mas afamados
artistas de nuestro Siglo de Oro. Su distribución,
muy alejado del estilo de los palacios franceses y
los jardines sin las simetrías axiales imperantes en
la época, hacían del Palacio del Buen Retiro un
lugar que desagradaba al recién llegado monarca.
Si además de todo ello, sumamos que el anterior
monarca, Carlos II y su lúgubre esposa, no eran
muy amantes de, fiestas, bailes y frivolidades palaciegas, hicieron que la atención que habían prestado al palacio fuera casi nula.
En definitiva, el Palacio del Buen Retiro, no
fue del agrado de la nueva dinastía, y ademas
en la noche del 24 de Diciembre de 1734, el
Alcázar, residencia habitual del monarca se incendia y la familia real se ve obligada a habitar
el Palacio del Buen Retiro, mientras se realizan
las obras del Nuevo Palacio Real de la Plaza de
Oriente, viéndose obligados a realizar algunas
obras para acondicionar tanto el palacio como
los jardines. Existiendo incluso en la Biblioteca
Nacional de París, proyectos de un nuevo palacio y trazados nuevos para los jardines, al gusto
francés.
Se actuó sobre la zona que se encontraba frente al Casón, el Jardín Ochavado, que se transforma en el Parterre, aunque se mantienen los
desniveles del terreno con acusadas pendientes
en sus limites, se despeja la zona de los paseos
umbríos y cubiertos de vegetación que formaban las calles en forma de túneles, del jardín diseñado un siglo antes, por Felipe IV.
ASPECTO ACTUAL
Isabel II, en 1841, remodela las obras del Parterre realizadas un siglo antes y lo transforma básicamente en lo que es hoy en día; se reconstruye
el muro de ladrillo de la cabecera y las rampas de
acceso, se coloca la fuente de piedra caliza con los
tritones, de cuyas bocas sale el agua que llena la
pileta semicircular.
El actual Parterre es un ejemplo de jardín francés, con
muy pocas variaciones del original del siglo xviii, creado
por Felipe V, sobre el antiguo jardín Ochavado mandado construir por Felipe IV, tiene su acceso a través
de una puerta monumental con el nombre del rey que
mando erigir el palacio.
ASÍ COMENZÓ LA HISTORIA DEL RETIRO
Felipe IV, recibió como regalo, una finca
adosada al monasterio de los jerónimos,
de mano del Conde-Duque de Olivares
para dedicarla a la caza y el recreo, y decide la construcción de un nuevo palacio que complementaba al Alcázar Real
y al resto de las posesiones de la Corona
en las proximidades de Madrid: Casa de
Campo, El Pardo, Aranjuez, el Escorial...
y comienza la construcción del que seria conocido mas tarde como Palacio del
Buen Retiro.
Para conseguir recursos suficientes, eleva los impuestos a los vecinos de Madrid, pide contribuciones extraordinarias a los Consejos del Reino y realiza
ventas de municipios de la Corona a favor de terceros, para conseguir los tres
millones de ducados que fue el coste
del nuevo palacio.
Pasea por Madrid 35
PUERTA DE FELIPE IV
Puerta construida en 1690, para conmemorar la entrada en Madrid de la segunda esposa de Carlos II,
Mariana de Neoburgo, obra de Melchor Bueras.
MONUMENTO A JACINTO BENAVENTE
Obra de Víctor Macho situada en 1962, que
rinde homenaje al dramaturgo madrileño que
recibió el Novel de literatura en 1922.
BUSTO DEL DOCTOR PULIDO
Copia del busto original de Miguel Blay, del doctor, acompañado por una escultura de Antonio
Cruz Collado, situado en este emplazamiento
en 1954.
36 Pasea por Madrid
Se sitúan las maravillosas fuentes de alabastro del
siglo xviii, en dos hornacinas realizadas en ladrillo,
situadas a cada lado de las rampas de acceso, que se
traen de la Casa de Campo y que han sido restauradas recientemente. Allí estuvo la de Daoiz y Velarde
de José Solá, hoy en la Plaza del Dos de Mayo y podemos ver las de Jacinto Benavente, nuestro premio
Novel de literatura de 1922, la de su padre conocidísimo pediatra doctor Mariano Benavente y la del
también medico el destacado doctor Pulido.
En 1968, a tenor de las reformas que permitieron
el cambio en la forma de riego, se realizaron obras
de reacondicionamiento de la jardinería, que se encontraba desbordada, a causa del excesivo crecimiento de los setos y se trató de devolver el aspecto que
un parque de este estilo debió tener en los primeros
momentos de su trazado. Se recuperaron las fuentes
de alabastro, que estaba deterioradas así como, otros
elemento ornamentales de la época de Isabel II.
EL CIPRÉS CALVO
En este entorno se encuentra el árbol más antiguo de Madrid, se trata de una variedad de secuoya, Taxodium Mucrunatum conocido como «ciprés
calvo», dado que pierde la hoja en invierno y es de
un porte magnifico, su hábitat son las aguas encharcardas y se calcula tiene una edad de más de cuatrocientos años , su magnifico porte resalta con una
variedad de pinos enanos de aspecto macizo y bello
tronco que se encuentran muy cerda de este gigante.
Masas de arbolillos de boj de muy lento desarrollo que
decoran el Parterre.
Su altura, cercana a los treinta metros, el perímetro de su tronco de casi seis, y el diámetro de su
copa de veinticinco, hacen de este árbol él decano
de nuestros jardines.
Se caracteriza por el espectacular color rojizo
que presenta en otoño, por la dispersión de sus ramas formando un candelabro y por perder la hoja
al llegar el invierno, fenómeno que solo ocurre en
nuestras latitudes, ya que es de hoja perenne en su
hábitat natural.
Cuenta con una maravillosa vitalidad, y parece
ser, que aunque resistió la ocupación francesa del
parque en nuestra guerra de la Independencia, –el
parque fue arrasado, talaron árboles, abrieron zanjas y utilizaron leña para encender hogueras– hubo
de pagar su tributo al ser desmochado de sus ramas,
que se utilizaron como cureña de cañón, debiendo
su actual forma a esa dramática poda.
Apena existen datos históricos de este árbol, ni
tan siquiera esta datado sus años, seria sencillo hacer un taladro sobre su corteza y conocer su edad
exacta, pero, si existen incontables leyendas sobre
su origen; hay quien dice que fue el mismo Cristóbal Colón quien lo trajo de América, de donde es
oriunda la especie; otros consideran que fue el explorador Cabeza de Vaca quien lo introdujo después
de sus expediciones por Texas y hasta el mismísimo
Hernán Cortés figura entre sus posibles importadores, pero en realidad nada se sabe.
CIPRÉS CALVO
Posiblemente el árbol decano de Madrid, de
incierta historia y muchas leyendas.
BUSTO DEL DOCTOR BENAVENTE
Obra del escultor Ramón Subirat y Codorniú,
esta trabajada sobre mármol de carrara y fue
erigida por suscripción popular en 1886.
Pasea por Madrid 37
Entrada al actual jardín de Herrero Palacios, anteriormente Casa de Fieras.
FAUNA EXÓTICA
Carlos III en 1744 manda construir
un parque de animales en la actual
cuesta de Moyano, cerca de la estación de Atocha, cuyos terrenos
formaban parte de los Jardines del
Palacio del Buen Retiro; esta instalación era complementaria del proyecto de Museo de Ciencias Naturales
que pensaba situar en la actual pinacoteca del Prado y junto al Jardín
Botánico. Se conoce de este primer
Zoo, la existencia de fauna avícola
de origen americano, así como la
llegada de un barco a Toulon (Francia) procedente de Constantinopla
con camellos, dromedarios, una
parejas de elefantes, leones, tigres,
pelícanos y más de veinte mulas.
A finales de siglo se trasladan las
instalaciones Zoológicas a la esquina del Jardín del Retiro, junto a la
actual Puerta de Alcalá, colocando
las jaulas de forma parecida a un
ruedo taurino, pero formando un
octógono, en el centro se exhibían
herbívoros y animales mansos.
38 Pasea por Madrid
EL RESERVADO DE FERNANDO VII
Con la llegada de Fernando VII se amplían y mejoran
las instalaciones de una primitiva Casa de Fieras, como
comenzó a llamarse el Gabinete Real de Ciencias Naturales, perdurando su nombre hasta el año 1972, en que
se trasladó a la Casa de Campo; se construyó, partiendo
de una esquina del Retiro, el conocido Reservado, con
una montaña artificial, la Montaña de los Gatos, junto a
ella se situaron recintos para herbívoros, que se extendían
hasta las jaulas de los felinos –copia de la ménagerie del
Jardín de las Plantas de París– que se agrupaban en línea,
formando una batería de jaulas, además de un sobre-piso
destinado a habitaciones para uso del monarca. La fauna
en cautividad aumento mucho, conociéndose por el hecho de que los animales que morían, pasaban al Museo de
Ciencias para ser disecados y expuestos, existiendo una
completa relación de los envíos.
Isabel II amplió el recinto dedicado a los animales
construyendo un segundo patio para herbívoros y comprando animales en Marsella a un conocido tratante,
entre ellos una pareja de elefantes, la hembra murió al
poco de llegar y el macho negándose a comer moría
pocos meses después, se comentó mucho la «muerte
por amor» del paquidermo, aunque parece ser que realmente murió de pulmonía. La jaula dejó paso a la llegada de la elefanta Pizarro, procedente de un circo, que
merece mención aparte.
Con la Revolución de 1868 el Parque del Retiro se abrió
al público y el ayuntamiento asumió la función de cui-
[1]
Ejemplo de esculturas, de escaso valor artístico que se encuentras diseminadas por el Parque del Retiro: [1] pareja de
leones que coronan dos pilares en la entrada al jardín, [2] Hércules y el León y [3] estatua de un efebo (varón con ropas
de mujer) único ejemplo en Madrid de un joven travestido.
darlo, vigilarlo y mantenerlo, incluyendo la Casa de Fieras,
pero el problema llego con el vandalismo del público con los
animales y con los gastos de mantenimiento, que obligaban
a realizar subastas de los sobrantes –sobretodo aves– para
conseguir recursos y poder hacer algunas compras a tratantes de animales, generalmente vinculados con el circo, como
fue Luigi Cavanna, que mas tarde arrendo el lugar.
La familia Cavanna tenía un comportamiento singular con
los animales expuestos y era habitual el que estos fueran
sacados de sus jaulas; paseaban un cocodrilo, utilizaban
los animales viejos y moribundos para luchas por las plazas de toros, sacaban a diario de su jaula a la elefanta
Pizarro a tomar un baño a un estanque cercano, situado
a los pies de las actuales ruinas del Observatorio Meteorológico, donde también estaba permitido el baño de perros –en las horas en que no era utilizado por la elefanta
– manteniendo esa actividad hasta el año 1968, en que se
cegó el estanque.
El viaje al baño diario de la pacifica hembra de elefante, Pizarro, –fue pareja circense con otro elefante conocido
como Cortes– terminó cuando una mañana escapó de su cuidador y en su huida por la calle de Alcalá entro en un establecimiento, haciendo suyo el refrán popular que menciona
a un elefante y una cacharrería.
El 31 de Diciembre de 1918 el Ayuntamiento ordena la incautación del Parque Zoológico del Retiro, por denuncia del
contrato con la familia Cavannes, que a pesar de la muerte
de Luigi continuaba con la explotación su hijo José.
[2]
[3]
Pasea por Madrid 39
Banco de jardín, decorado con azulejos
que esta situado a la entrada del Jardín
de Herrero Palacios, como paso denominarse desde 1976 en homenaje al
arquitecto municipal que realizó la reforma.
Oso en piedra, situado junto a su pareja muy cerca del acceso que unía la
Casa de Fieras con el Jardin de Cecilio
Rodríguez.
40 Pasea por Madrid
LA IDEA DE CECILIO RODRÍGUEZ
Las instalaciones creadas por don Cecilio se inauguran en 1921
con gran aceptación de prensa y público, llegando a ser uno de
los lugares de mayor aceptación del Parque. Tras ser sometidas a
una remodelación a partir de la desaparición de la Casa de Fieras
en 1972 pasaron a ser conocidos con el nombre de Jardines de
Herrero Palacios, que hoy podemos visitar.
Con la llegada de la República, don Cecilio es «jubilado» y el
parque atraviesa un serio estancamiento en las adquisiciones de
animales, las penurias de la Guerra Civil española deja prácticamente el parque a punto de cierre, mueren de inanición varias
fieras y se sacrifican otras para consumo humano, como tres yakc
y algunos otros bóvidos.
La finalización de la contienda nos trae de nuevo a Cecilio Rodríguez como responsable y la llegada de la Guerra Europea sitúa
al Parque de Madrid en una situación envidiable, a causa de la neutralidad que mantuvo España en el conflicto internacional, recibe
animales evacuados de distintos zoológicos de capitales europeas,
sobre todo de Berlín, hábilmente dirigido por el doctor Lutz Heck.
En su primera etapa en 1921, don Cecilio, había presentado planes de expansión de esta zona, hasta las instalaciones del castillete
del Observatorio Meteorológico, que no son atendidas en su totalidad y después de reintegrarse a su puesto, al final de nuestra contienda civil, pudo llevarlas a cabo siendo conocidas como Jardines
de Cecilio Rodríguez, de las que hablaremos más adelante.
Muere Cecilio Rodríguez en el año 1953, después de realizar
importantes mejoras en el entorno del Parque y una hábil gestión
de los recursos del mismo, que continúan con su sucesor, don
Ramón Ortiz.
Estanque de aves acuáticas, hoy en desuso y oso en
piedra, que se acompaña de una pareja, que representamos al pie de esta pagina
Al Parque llegan, nuevamente, animales procedente del Zoo de
Munich, nuevos osos, tigres y leones, incluso un jaguar negro, y
una maravillosa colección de primates, junto a otras aportaciones
particulares; se instala una clínica veterinaria y comienza un reconocimiento popular a la magnífica dirección, consiguiéndose en
los últimos años, anterior al traslado de animales al nuevo Zoo de
la Casa de Campo, puntas de visitas verdaderamente asombrosas:
20.000 visitantes en algunos días festivos, más de millón y medio
de visitas en el año 1967. La Casa de Fieras albergaba más de 550
ejemplares de animales correspondientes a 83 especies.
TRANSFORMACIÓN EN JARDINES DE HERRERO PALACIOS
En 1972 cierra sus puertas la antigua casa de Fieras del Parque
del Retiro y las abre el nuevo Zoo de la Casa de Campo.
Las transformaciones realizadas en este entorno por Herrero
Palacios consistieron en la desaparición del enrejado exterior de
las jaulas que estaban adosadas al edifico principal, que pasó a
utilizarse como oficinas del Departamento de Parques y Jardines,
años después a ser dependencias de la Junta Municipal del Distrito de Retiro, actualmente en obras.
Los estanques en los que nadaban todo tipo de aves acuáticas
han sobrevivido, incluso sus casetas de madera pueden verse en
la actualidad; la enorme pajarera de aves, ha desaparecido dejando un espacioso parque infantil y la verja límite entre la casa de
fieras y el resto del Parque, por su parte interior, fue desmontada,
situándose en su lugar, recortados setos de arizónicas
El jardín ha quedado transformado, con un agradable paseo central, otros dos, más estrechos a ambos lados, rodeado todo de cipreses
recortados, tejos y laureles, innumerables pérgolas que los adornan y
arcos para plantas trepadoras. Fueron inaugurados en 1976 y recibieron el nombre del arquitecto municipal autor de la reforma.
[1] Antiguo foso para la exhibición de
monos. [2] Antigua jaula de osos hoy
decorada con un duende de José Noja.
Pasea por Madrid 41
Fuente de las gaviotas, y una gaviotas en vuelo realizadas por Vicente Pimentel, regalo de la embajada de Noruega.
JARDINES DE CECILIO RODRÍGUEZ
Busto de don Cecilio Rodríguez, situado
en un discreto lugar del jardin que lleva
su nombre.
42 Pasea por Madrid
El éxito de crítica y público de las realizaciones de don
Cecilio sobre la Casa de Fieras que inaugura en 1921, le llevaron a proyectar la ampliación con un jardín para paseo.
La ampliación alcanzaba hasta la puerta de Granada, manteniendo la misma linde, dentro del parque, que tenía la casa
de Fieras; los terrenos eran conocidos con el nombre de Plan
de Román y aunque se comenzaron las obras, se suspendieron
por falta de presupuesto.
El cese de Don Cecilio, al advenimiento de la República,
paró definitivamente las obras y a su regreso, después de la
contienda civil, las retoma a partir del año 1941 comenzando
la ampliación de los jardines de la Casa de Fieras.
Su primera actuación fue la creación de una plaza de perímetro cuadrado, rodeada de pilares y adornadas con figuras
mitológicas, una fuente central y un pavimento de teselas de
tipo mosaico romano.
La plaza ha sido transformada en la actualidad desapareciendo las teselas que ha sido sustituidas por adoquines de
piedra, una nueva fuente se ha adosado a la circular creada
por Don Cecilio y se situó una escultura regalo de la embajada de Noruega representando una bandada de gaviotas en
vuelo, obra de Vicente Pimentel.
El jardín que se creó a partir de esta plaza, fue cercado con
verjas propias, del resto del Parque que se cuida con mucha
dedicación, pues en su extremo sur se ha construido sobre
Características pérgolas, muy frecuentes en la decoración de don Cecilio, para que pueda crecer el jardin en altura.
un inmenso foso (que en principio se concibió para albergar
leones) un edificio muy funcional, destinado a recepciones
oficiales de la corporación municipal.
El jardín es de forma rectangular y en su centro se ha proyectado un estanque franqueado por parterres muy bajos, de
recortados setos y abundantes flores de temporada, todo el
conjunto esta adornado con cipreses recortados muy cuidadosamente y una gran cantidad de pérgolas muy características,
dentro del gusto ornamental de Don Cecilio que dan sombra al
paseo pavimentado, franqueado por pasillos con bancos y con
profusión de pavos reales que pasean por el interior del jardín,
en plena libertad.
Cuatro pabellones en piedra, que en principio fueron creados para albergar animales, están situados en cada uno de sus
extremos, aunque son utilizados actualmente como almacenes
del servicio de mantenimiento del parque; así como un mirador con un pequeño estanque en su base, cerca de la verja que
lo limita de la avenida Menéndez Pelayo, estas son las únicas
construcciones civiles que tiene el Jardín, excluyendo el pabellón utilizado para recepciones oficiales.
En 1945 se concedió a Don Cecilio la Gran Cruz del Mérito
Agrícola, por su trayectoria profesional, se propuso denominar
a estos jardines con su nombre y la colocación de un busto del
jardinero, que se llevó a efecto cuatro años después y podemos
ver en un discreto rincón.
Pabellones en piedra, que ne principio se
pensaron para albergar animales pero
que nunca han cumplido este cometido
y han sido utilizados como almacén.
Edificio utilizado en celebraciones protocolarias del Ayuntamiento anteriormente
se encontraba en este lugar un foso para
leones que nunca llego a utilizarse.
Pasea por Madrid 43
JARDIN CENTRAL DE LA ROSALEDA.
El espacio que en la actualidad ocupa el
estanque fue el antiguo emplazamiento
de la estufa regalada al ayuntamiento
por el conde de Peñalver.
LA ESTUFA INVERNADERO
En 1883 se coloca en el lugar
ocupado por el estanque de
Patinar la estufa que el marqués de Salamanca tenía en su
palacio del paseo de Recoletos
y permutó al Ayuntamiento en
una importante operación inmobiliaria.
La estufa se construyó en Londres y se transportó hasta el
jardín del Marques, siendo la
primera de una serie de construcciones metálicas y cristal
que adornaron los palacios
de la Castellana, era de forma
rectangular y bóveda de cañón, en su interior se cultivaba
especies exóticas de plantas y
se mantenía la humedad por
una serie de termosifones,
disponiendo además de cuatro fuentes para su ornato
e instalación de gas para el
alumbrado.
44 Pasea por Madrid
LA ROSALEDA
La configuración actual de esta zona proviene de una reestructuración del Jardín realizada al finalizar la contienda civil
(1936-1939) por el Jardinero Mayor del Parque Cecilio Rodríguez.
En 1870 se habilitó en esta zona un lago de muy poca profundidad, en el que sin peligro se podía patinar en invierno,
los patinadores pagaban una peseta y la instalación consistía
en una balsa de 8.000 m3 de agua, de forma circular y con una
pequeña y modesta caseta de madera en la orilla.
Por estar en un lugar muy soleado el hielo duraba poco tiempo y se habilita en 1876 una ría para este ejercicio en un lugar
más umbrío, dentro del llamado Campo Grande.
En 1915, el Jardinero Jefe del Retiro, nombrado un año antes
por decisión del consistorio madrileño, Don Cecilio Rodríguez
realiza la reestructuración de la zona para la creación de una
Rosaleda, idea del Alcalde de Madrid, que por esas fechas era
Don Carlos Prats y quería construir un jardín similar a los existentes en otras capitales europeas para la exhibición de rosas.
Cecilio Rodríguez viaja a París donde adquiere 12.000 rosales
de más de 350 especies diferentes.
Como consecuencia de nuestra Guerra Civil, esta zona queda
totalmente destruida y en 1941 se procede a la remodelación
tal y como aparece ahora.
Se desmonta el invernadero del marqués de Salamanca que había sido permutado por este magnate de las finanzas del siglo xix,
por terrenos edificables en la zona del Paseo de Recoletos, se realizó un estanque que mantiene las medidas y geometría del invernadero, se acomete la instalación de pérgolas para soportar
plantas trepadoras en los paseos que se abren entre planteles de
rosas y se cierra el entorno con un seto de cipreses.
La organización de los planteles no era la más adecuada para
las exhibiciones y en 1956, se crea otro jardín en el Parque del
Oeste, para concursos, que se encuentra en plena actividad.
Paseo con pérgolas para rosales trepadores muy habitual en la decoración de Cecilio Rodríguez.
El entorno cuenta con una serie de bustos y estatuas conmemorativas de varios prohombres según la intención
mostrada por la Corporación Municipal de dotar al Parque estatuas de ilustres y que se plasmó en el decreto del
Ayuntamiento de 1901 y podemos ver hoy:
Busto de Federico Chueca (18461886), realizado por Pedro Estany,
compositor madrileño autodidacta, autor de La Gran Vía y participe
importante en la moda, de los cafés-cantantes de Madrid, que salva
su irregular formación académica,
en lo musical, con un enorme intuición y gracia para la melodía y
el ritmo, además de tener siempre
importantes profesionales que colaboraban en sus obras.
Al médico Miguel Tolosa-Latour
(1857-1919) fundador del Instituto Biológico, redactor del
Diario Médico y editor de varias
revistas sobre la infancia. Con
su iniciativa y apoyo se aprobó
la Ley de Protección a la Infancia en 1904 por lo que se representa, en el monumento, a una
matrona romana que elevando
a un niño desnudo le ofrece una
corona de laurel.
Miguel Moya (1856 1920) director
del diario El Liberal, y diputado republicano que defendía la autonomía
para Puerto Rico y Cuba desde su
tribuna parlamentaria. La escultura
de Benlliure de 1928 representa un
busto del periodista y dos figuras en
bronce que representan a un redactor y a un vendedor de periódicos,
indicando que la actividad de prensa
es obra de todos: de quien la dirige,
la realiza y la vende.
Pasea por Madrid 45
Placa en honor de Julio Romero de Torres de Antonio del Real situado en el
paseo que lleva su nombre en 1972,
frente a ella se encuentra el puente de
madera, representado en la imagen de
abajo que da entrada a la isleta que
esta en el centro de la ría de patinar.
Pagina siguiente, diferentes fotografías de la ria en la actualidad.
46 Pasea por Madrid
Explanada de acceso a la ría, donde se encontraba la caseta de alquiler de patines
RÍA DE PATINAR
Siempre existió en los Jardines del Buen Retiro lugares dedicados a la práctica deportiva, En invierno las rías que desembocaban en el Estanque Grande se helaban con facilidad debido a las
bajas temperaturas invernales de Madrid y a la poca profundidad
que tenían.
Cuando el jardín pasó a ser de uso público se instaló en 1870,
un depósito circular de poca profundidad para dedicarlo a pista de
patinaje invernal, en la zona hoy ocupada por la Rosaleda, a causa
de ser una zona despejada y muy soleada, el hielo duraba poco
tiempo y fue preciso elegir un lugar más resguardado.
El lugar seleccionado fue una Ría situada en el Campo Grande,
configurada como un circuito cerrado ya que en su interior se encuentra situada una pequeña isleta y los árboles de sombra plantados por Isabel II formaban una zona muy umbría que permite el
mantenimiento del hielo en la época invernal.
Por su parte exterior la ría dispone de una glorieta despejada de
vegetación, por la que el acceso al hielo era más fácil que a través de sus orillas, cerca de ella existía una caseta de madera que
prestaba servicio a los patinadores, desapareciendo en la década
de 1950.
En la exposición de Filipinas de 1887, que inauguró la regente
María Cristina, se realizó un ramal que unía la ría con el pequeño
lago que hoy podemos ver enfrente del palacio de Cristal, que fue
cegado a primeros del siglo xx y permitió integrar esta paraje con
el entorno de la exposición.
En la actualidad esta zona es una de las más gratas para el paseo
en los meses de verano, su acceso puede hacerse por cualquiera
de los puentes que la atraviesan, siendo el más utilizado, el que
se abre por el paseo de Julio Romero de Torres, marcado por una
placa en homenaje a este pintor; el acceso a la isleta se hace por
puentes de madera, con barandillas, desde ellos se puede apreciar
todas las gamas de colores de la magnífica y variada vegetación
que cubre sus riberas.
Pasea por Madrid 47
BOSQUE DEL RECUERDO
Acceso a la colina.
Lengua de agua que rodea la colina
Panorámica de la colina.
Camino de acceso.
Vistas desde la cima.
48 Pasea por Madrid
Instalado en La Chopera. Antiguo cementerio, mandado
construir por Carlos III, para el personal de servicio del Palacio
y de la Real Fábrica de Porcelanas.
Aunque, la zona ha sido conocida como «la Chopera» en el
último siglo no había plantado ningún árbol de esta variedad.
En esta zona las intervenciones de jardinería no fueron muy
notables, siendo de destacar las plantaciones mandadas realizar
por Isabel II en sus alrededores, conocido como jardín madrileño, formado por planteles de árboles de sombra encerrados
en simétricos recuadros que producen paseos tranquilos y umbrosos.
Este lugar dedicado a cementerio del personal de servicio,
quería ser un ejemplo de modernidad, respecto a la costumbre
de enterramientos en las iglesias que intentó suprimir sin conseguirlo Carlos III y hasta bien entrado el siglo xix no fue posible la creación de sacramentales, tal como hoy las conocemos.
Sufrió la ocupación militar de los ejércitos de Napoleón y
durante años se utilizó para la enseñanza de hípica, siendo muy
frecuentado por el Príncipe Alfonso hasta la construcción del
Hipódromo de la Castellana y después paso a ser usado como
parque infantil de tráfico, con alquiler de bicicletas y triciclos,
durante la década de 1950. Fue uno de los primeros lugares de
la capital donde se realizaron instalaciones deportivas urbanas,
para juego de tenis y baloncesto, que aún existen y se utilizó
para proyecciones cinematográficas en los meses de verano,
durante algunas temperadas de finales del siglo pasado.
El Bosque del Recuerdo, anteriormente conocido como
Bosque de los Ausentes en las instalaciones provisionales de la
Glorieta de Atocha, fue trasladado a este lugar de forma permanente, para rendir homenaje público a las 191 víctimas de los
atentados del 11 de marzo de 2004, en Madrid. Tiene una extensión de 118 áreas con 192 árboles (22 olivos y 170 cipreses),
uno por cada una de las víctimas. Se ha realizado una elevación
del terreno a modo de colina con un paseo que llega hasta su
cima, desde donde se divisa una panorámica del jardín inferior,
todo ello rodeado de una banda de agua encauzada, adornada
con puentes para poder ser franqueada.
Una Ría situada en uno de los extremos de la explanada, de
las muchas que se encuentran por este sector le otorga frescor
y sombra, muy necesaria en los meses de verano ya que por ser
una plantación reciente aparece aún muy desnuda de vegetación.
Se inauguró en el año 2005 en el primer aniversario de los
atentados. Durante la ceremonia no se pronunció ningún discurso por petición expresa de los familiares de las víctimas. Todos los asistentes guardaron un riguroso silencio durante cinco
minutos; sólo se oyó el sonido de fondo de una joven chelista
tocando El cant dels ocells de Pau Casals.
Mas información en: https://vimeo.com/82842699
Pasea
por
José Manuel Castellano Oñate destacado historiador en el ámbito del medievo madrileño cuenta con otros libros como El Madrid de los Reyes Católicos.
Las Murallas Medievales de Madrid. Guía Visual de Arquitectura, de obligada
lectura para todos los interesados en la historia y urbanismo de Madrid.
Madrid
MEMORIAS MEDIEVALES DE MADRID (siglos X - XV)
MEMORIAS MEDIEVALES
DE MADRID
(Siglos X - XV)
Nos encontramos ante una excelente narración dictada por el mismísimo Madrid
al autor José Manuel Castellanos, que nos
descubre la relación pormenorizada de amor,
odio e indiferencia, de los reyes castellanos
medievales con la Villa: su reconquista de
manos árabes a castellanas, los pormenores
del largo proceso de luchas con Segovia por
la utilización y posterior colonización del
Real de Manzanares y las relaciones con los
gobernantes trastámara, hasta la cesión del
trono del débil Enrique IV a su hermanastra
Isabel la Católica.
Lo más destacado, la excelente documentación medieval utilizada en la exposición de
la cronología de los cinco siglos, desde el x
al xv, que desgranan el lento paso de Madrid,
de una pequeña población de frontera, a una
villa de cierta importancia, que termina siendo casi residencia real.
Lo más significativo, las enormes ganas
que quedan de solicitar al autor la continuación de las relaciones de la villa con los Reyes Católicos, Austrias… para posteriores
libros.
El libro es una cronología histórica, de los hechos
más notables de la vida política de Madrid en relaFormato 15x24 cm
ción con los reyes, en esta ocasión castellanos, que
Paginas 182
nos gobernaron durante cinco siglos.
Edición restringida
Su lectura es fácil, y la inclusión en la narración
Edita:www.autoediciones.com
de documentación de archivos históricos, hace que
Solicitud de ejemplares:
la calificación que otorga la ciudad a sus gobernantes, de buenos amigos y de malos recuerdos, tenga
[email protected]
un fundado argumento, que queda claramente exVenta en tienda: Librería Felipa
puesto al lector.
telf.: 91 355 96 47
Todos los innumerables sinsabores que la ciudad
dirección: C/ Pilar de Zaragoza 37.
ha tenido, por la elección equivocada de sus lealtaDescarga de prólogo, índice y bibliografía:
des a reyes que nos trataron injustamente, quedan al
descubierto y son debidamente analizados.
http://issuu.com/madrid_historico/docs/memorias_2__medievales_de_madrid
Pasea por Madrid 49
Restos de la fuente de los Caños del Peral, expuestos en la estación de Metro de Ópera
50 Pasea por Madrid
La fuente, los lavaderos y
el primer teatro de los
Caños del Peral
Texto, infografías y documentación
histórica de José Manuel
Castellanos Oñate.
Uno de los sectores más singulares del Madrid
medieval fue el situado extramuros de la puerta de Valnadú, a orillas del arroyo del Arenal. El
único estudio serio sobre su configuración espacial lo hizo Fernando Urgorri Casado en 1954, y
fue luego aceptado, sin apenas variaciones, por
Agustín Gómez Iglesias y Manuel Montero Vallejo. El presente trabajo intenta precisar un poco
más la reconstrucción ideal de aquel peculiar paraje y de algunos de los elementos que lo conformaron.
Pasea por Madrid 51
Plano de la hondonada del Arenal
LA HONDONADA DEL ARENAL
Era una plataforma sensiblemente horizontal
de 190 metros de longitud por 65 de latitud, formada por la erosión del arroyo del Arenal (que
la surcaba de este a oeste) y otros manaderos
dispersos por ella, y quedaba encajonada entre
el lienzo septentrional de la muralla y los barrancos de Santo Domingo, Santa Catalina y la
Priora. En la documentación de la época nunca
se nombra dicho paraje como tal, sino sólo sus
elementos individuales; las denominaciones
barranco del Arenal o barranco de las Hontanillas que se le atribuyen son modernas.
Al este de la hondonada se alzaba el barranco
de Santa Catalina, escarpado tapón natural que
hacía curvarse en zigzag el cauce del arroyo, y
que tomó nombre del cercano hospital de Santa
Catalina de los Donados, fundado en 1460. Igual
de áspero, pero más extenso, era el barranco de
Santo Domingo, límite de la plataforma por el
norte, sobre el que se estableció a principios del
siglo xiii el monasterio de religiosos (luego, a los
pocos años, monjas) de dicha orden; toda la zona
próxima al escarpe la ocupaban las huertas del
52 Pasea por Madrid
convento. Por el oeste, el barranco de la Priora
interrumpía abruptamente la hondonada y la hacía desplomarse varios metros sobre los terrenos
próximos al alcázar.
El arroyo del Arenal nacía a la altura del templo de San Ginés, discurría por la calle que tomó
nombre de él y bordeaba la hondonada por su
lado norte1. A continuación, caía por el barranco
de la Priora y enfilaba hacia el Manzanares por la
actual cuesta de San Vicente, uniéndose durante
ese trayecto al arroyo de Leganitos. El otro curso de agua que regaba la zona era el arroyo de
los Tintes, de menor entidad que el anterior, con
nacimiento próximo a la confluencia de las calles actuales del Mesón de Paños y del Bonetillo;
hacía funciones de foso natural a la vera de la
muralla y alcanzaba la hondonada vertiendo sus
aguas en el del Arenal. Probablemente un ramal
suyo llenó el foso del sector septentrional del recinto murado madrileño.
Este tramo norte de la muralla avanzaba a
media ladera a lo largo de la vertiente sur del
arroyo del Arenal, por un talud menos empinado que los barrancos de enfrente. En su centro
ELEMENTOS URBANOS ALLÍ EXISTENTES
1. Arroyo del Arenal
2. Arroyo de los Tintes
3. Barranco de Santa Catalina
4. Fuente de los Caños del Peral
5. Camino a los Ángeles
6. Pretil
7. Barranco de Santo Domingo / Huerta de las monjas
8. Camino a Santo Domingo
9. Muladar
10. Fuente alta de la Priora
11. Barranco de la Priora
12. Huerta de la Priora
13. Paredón de Valnadú
14. Fuente baja de la Priora
15. Estanque
se abría la puerta de Valnadú, flanqueda a corta
distancia por las torres de Alzapierna y de los
Huesos. Hacia 1535 comenzaron a adosarse
casas a la muralla, extramuros, formándose en
paralelo la calle del Juego de Pelota, así denominada por el frontón que estableció en ellas
unas décadas después Bartolomé de Santoyo,
ayuda de cámara del rey.
La fuente de los Caños del Peral se situaba
al este de la hondonada, en la margen derecha
del arroyo. Las primeras menciones conocidas la
nombran fuente de Valnadú, fuente de Hontanillas o fuente denmedio, desde 1477; la denominación definitiva no se documenta hasta 1541.
Más al oeste hubo dos fuentes de la Priora.
La primitiva se encontraba a escasos treinta
metros de la muralla, extramuros, al pie del barranco de la Priora y a la altura de la torre de los
Huesos. Proporcionaba agua a un estanque contiguo a ella, utilizado para el riego de las huertas
próximas al alcázar. En algún documento se la
denomina fuente baja. En 1484 se construyó la
fuente alta y nueva de la Priora (aunque la vieja
se mantuvo en uso), al noroeste de la hondonada, a media ladera y protegida por un pretil2. Se
surtía de varios manaderos próximos, cedidos
por la priora de Santo Domingo a cambio de
un asno franco en la renta del agua. Tenía dos
caños y un pequeño casetón con ventanas.
16. Huerto de San Martín
17. Huerto de don Bernardino
18. Alcantarilla vieja
19. Huerta de Alcocer
20. Lavaderos / Pilar viejo
21. Alcantarilla nueva
22. Pilar nuevo
23. Cava
24. Calle del Juego de Pelota
25. Torre (restos en el aparcamiento de la plaza de Oriente)
26. Torre de los Huesos
27. Puerta de Valnadú
28. Torre de Alzapierna
29. Huerta de Burgos
Aparte de las dichas, hubo otras fuentes en la
hondonada. Pero al carecer de nombres específicos, las menciones documentales son demasiado
cambiantes y, a veces, contradictorias, como para
poder enumerarlas y situarlas: fuente denmedio,
las fuentes, fuentes darriba, fuente dencima de
Valnadú, fuente del rincón. Sobre ellas no se puede, de momento, precisar mucho más.
1. Fernando Urgorri afirmó que el arroyo la atravesaba bifurcándose en dos brazos, septentrional y meridional, pero ningún
documento lo avala. Y mucho menos podría el supuesto brazo sur
haber llegado hasta la cava delantera del alcázar, pues para ello
debería haber recorrido un trayecto topográficamente imposible a
la vista del perfil del terreno, que desde la hondonada del Arenal
ascendía unos ocho metros hasta la fortaleza, como demostraron
las excavaciones de la plaza de Oriente.
2. Allí el terreno ascendía –y todavía lo hace– hacia el solar del
monasterio de la Encarnación, por lo que dicho pretil tenía un
sentido contrapuesto al que le otorgó Urgorri: el suelo interior había de estar más bajo que el exterior, no a la inversa; así lo muestra el plano de Texeira y, sobre todo, el de Chalmandier (1761),
en el que dicha superficie interna se dibuja sombreada. El pretil
desapareció entre 1806 (plano de Laborde, en el que todavía se
dibuja) y 1808 (plano de J. Stockdale, que ya no lo incluye).
Pasea por Madrid 53
Perspectiva de la hondonada
del Arenal desde el noroeste
Todas ellas tenían una estructura similar. El
agua de los manaderos de origen se conducía
por cañerías de cal y ladrillo hasta una arqueta,
en la que se colocaba un caño final de hierro;
si los manaderos estaban dispersos se añadían
otras arquetas intermedias que iban recogiendo
sus aportes parciales de agua.
Fueron también característicos de la zona los
pilares, depósitos grandes de piedra que recogían el agua de una o varias fuentes o del propio arroyo. El pilar viejo, con uso de lavadero,
quedaba situado cerca del barranco de Santo
Domingo, y se llenaba con agua del arroyo a
través de una fuente adosada a éste3; puede datar de 1485, fecha en que se estaba construyendo «el pilar en que an de lavar». Más al este,
acercándose a la fuente de los Caños, estaba
el pilar nuevo, que se surtía directamente del
arroyo y servía de abrevadero.
La abundancia de aguas del paraje favoreció la proliferación de huertos y tenerías. Éstas eran establecimientos para el curtido de
las pieles, proceso que requería un suministro
constante de grandes cantidades de agua. Los
propietarios, a cambio de la que utilizaban en
su industria, se obligaban a mantener reparadas
las fuentes más próximas a sus locales, pagan54 Pasea por Madrid
do ellos los materiales y pertrechos necesarios,
y costeando la villa la mano de obra. Los conflictos con el concejo fueron frecuentes, bien
porque los propietarios construían estacadas o
presas para desviar el agua del arroyo hacia sus
tenerías, bien porque los residuos de sus locales contaminaban tierras y aguas, o bien porque
resultaban afectadas las propias fuentes, llenándose de arena y quedando cegadas. En 1495, el
Consejo Real ordenó que las tenerías se trasladaran fuera de la villa; el concejo quiso reubicarlas inicialmente en un terreno «a las fuentes
de Tocha… camino d’Alcalá», dando los solares
gratis, pero los propietarios se negaron. Se buscó
nuevo destino en San Lázaro, y finalizando 1496
se comenzó el traslado, aunque no desaparecieron completamente del Arenal hasta 1544.
En lo relativo a los huertos, se han documentado tres en el terreno de la hondonada.
El principal perteneció a Bernardino de Mendoza, regidor de la villa, y estaba situado en
la vertiente sur del arroyo, entre la puerta de
Valnadú y la torre de los Huesos. Frente a él y
al otro lado del arroyo estaba el huerto de Sebastián de San Martín, pellejero. Y, por último,
la huerta de Álvaro de Alcocer se localizaba
más al este, cruzando el camino de Valnadú a
Plano 1
Expediente acerca del reconocimiento de censo
sobre unas casas en el sitio del Juego de Pelota
(1620)
Plano 8: fragmento del Plano de Madrid de Pedro Texeira (1656)
Santo Domingo, a los pies del barranco y huertas del monasterio. Al oeste de la hondonada,
intramuros, estaba la huerta de Burgos (en los
terrenos de la futura Casa del Tesoro) y, más
próxima al alcázar, la del licenciado Ribadeneira. En paralelo a éstas, pero extramuros, se
situaba la enorme huerta de la Priora.
También había en esta explanada un muladar o estercolero establecido allí por el concejo, quizá en la mitad meridional de la manzana
405, semejante a los existentes a la salida de
otras puertas de la villa (Alvega, Cerrada, Moros, Atocha, Sol…).
En fecha desconocida, pero sin duda posterior al desmantelamiento de las tenerías instaladas en la hondonada, una parte del arroyo se
canalizó a través de una bóveda o alcantarilla
subterránea que tenía su entrada (enbocadero
del agua en el Plano 4 pág. 59) en la esquina
sureste de la manzana 404, al pie de la guerta
de las monxas; aquí mismo, como ya se dijo,
había una fuente cuyo sobrante surtía al pilar
viejo. Esta alcantarilla biexa terminaba, presumiblemente, en el cruce del arroyo con el
camino de Santo Domingo.
En 1634 se construyó un nuevo tramo de
veinte metros de longitud (alcantarilla nueba
en el Plano 5 pág. 59), que adelantaba la embocadura antigua hasta la esquina noroeste de
la fuente de los Caños, dejando así soterrado
el arroyo en todo la anchura del arranque de
la costanilla de los Ángeles. Era en este nuevo
punto de entrada donde las aguas sobrantes de
la fuente se unían a las del arroyo del Arenal. La
alcantarilla añadida era una galería con paredes
de mampostería y bóveda de cañón de ladrillo,
con dimensiones interiores de 4 pies de anchura
por 6 de altura (1,12 por 1,68 metros). El tramo
de 15 metros de longitud hallado en la intervención arqueológica de 2009-2011 tiene una sección ligeramente mayor (1,30 por 2,26 metros)
pero idéntica estructura, por lo que quizá corresponda a una ampliación posterior del colector.
El tránsito a través de la hondonada se realizaba por dos caminos principales, ambos con
inicio en la puerta de Valnadú. Uno de ellos
enfilaba directamente al convento de Santo Domingo; el otro, tras bordear la cara extramuros
de la muralla, pasaba por la fuente de los Caños, dejaba a su izquierda el pretil biexo y continuaba hasta el convento de los Ángeles. Tras el
derribo de la torre de Alzapierna, esta segunda
senda tuvo comunicación directa a la villa a través del vacío dejado por ella. En ambos caminos había pequeños puentes para cruzar la cava
y el arroyo.
3. En el Plano 5, a la izquierda, se dibuja un semicírculo de unos 3 metros de diámetro adosado al arranque de
la alcantarilla biexa, representando, sin duda, la fuente
que mencionamos. De ella salen dos líneas discontinuas
que indican pilares biexos, en dirección exacta hacia la
posición que luego tendría el estanque del lavadero.
Pasea por Madrid 55
Superposición del plano
actual sobre la hondonada del Arenal
URBANIZACIÓN DEL PARAJE
En 1535 se inició la urbanización de aquel
áspero paraje, haciéndolo más transitable
y solucionando los problemas de insalubridad que siempre había padecido. Lo
primero fue canalizar las aguas de la cava
y formar una pequeña placita a la salida
de la puerta de Valnadú. En 1561 Felipe
II inició la compra de las casas y huertos
situados al este del alcázar, sobre cuyos solares se construyeron la Casa del Tesoro, las
Cocinas Nuevas, la Casa de los Oficios y los
jardines de la Reina y de la Priora. En 1567
se derribó la puerta de la muralla y la torre
de Alzapierna, mejorándose notablemente
la comunicación con el interior del caserío,
y se levantó el paredón de Valnadú, con
traza de Juan de Herrera, estructura de
71 metros de longitud por 15 de anchura
construida sobre la línea del barranco de la
Priora haciendo las veces de enorme muro
de contención que permitiría nivelar todo
el terreno de la hondonada y dar mayor
privacidad a los jardines reales contiguos;
sobre él se alzaría en 1611 el pasadizo de
la Encarnación. Seguramente por estas
mismas fechas se construyó también la
alcantarilla biexa, que dejaba soterrado al
arroyo a lo largo de casi toda la superficie
de la hondonada.
56 Pasea por Madrid
LA FUENTE
Se desconoce el aspecto de la fuente primitiva de los Caños del Peral, aunque probablemente se redujera a un caño único y una
simple pileta. La primera reforma conocida,
cuando ya disponía de siete caños, se realizó hacia 1565, pues un Memorial sobre las
obras de la villa de Madrid elaborado para
Felipe II aconsejaba que el monarca «mande
a Juan Bautista, su obrero maior, que juntamente con los alarifes de esta villa, vean
las siete Fuentes del Peral y hagan una traça
como conviene para que se acaben conforme a lo comenzado. Y que visto y dado su
parescer cerca de lo que falta de minar…
se mande de continuar… no teniendo consideración ni respectos a ningún particular,
porque ha esta causa ha habido alguna dilación y embarazos por tocar al contador Peralta». La fuente, en efecto, se adosaba por
el frontal de los caños a las casas de Urbán
de Peralta, regidor de Madrid, que vivía en
la manzana 402.
Dos años después, durante la obra de reforma, se desplomó una de las paredes del
conjunto, y el concejo demandó «a las personas que pareciere que han tenido culpa en
averse hundido el paredon que se hazia en
las fuentes del Peral». Juan Bautista de Toledo, arquitecto real de Felipe II, elaboró en
1569 un nuevo proyecto (¿modificación del
ya referido?) para rehacer la fuente.
Fuente de los Caños del Peral (vista global)
Los primeros datos gráficos conocidos provienen de un documento de 1621 (Plano 2),
en el que se dibuja con precisión la estructura de la fuente. El conjunto forma un rectángulo de unos 36 por 11 metros: en uno de
los lados mayores se disponen cinco caños,
y en los lados menores los dos restantes, uno
por lado; aunque el dibujo no lo aclara, es de
suponer todos ellos irían empotrados en una
pared corrida. En los dos lados menores se
añaden lo que parecen ser unas gradas sencillas, quizá ascendente la de la pared norte y
descendente la de la pared sur, adaptándose
así a la topografía del terreno, mientras que
en el lado opuesto a los caños se aprecia un
colector corrido que recogería el agua sobrante. Ésta, según se indica, habría de ir por
un albañal «hacia los lauaderos, para que el
agua de los caños salga por donde sale la de
los lauaderos».
En el lado del colector se anota «Aquí es
el muro que se ha de hazer hacia la calle»,
y sobre la plataforma interior «Este llano ha
de ser de losas empedrado». Con respecto a
la plazuela que había a la salida, se propone rellenarla de tierra «para que quede más
alta… y se empedrará de piedra gruesa y bien
metida en el suelo para que fortifique mejor
la obra». Y, finalmente, se especifica que ha
de quitarse «el estanque que está al muro de
los lauaderos, que no sirue de cosa, para que
quede descombrado y limpio». No parece que
dicho estanque sea el propio depósito de los
lavaderos, pues éstos siguieron en uso hasta
comienzos del siguiente siglo; creemos que
podría referirse al antiguo pilar nuevo.
Sin embargo, parece que este pilar nuevo
no fue finalmente derruido, sino que recuperó
su función original, a tenor del acuerdo tomado en 1626 para servirse de «cierta cantidad
de agua considerable de los remanentes de
las fuentes de Tomas de Angulo» (contador
y secretario, con casas en la manzana 403,
entre la calle de los Caños del Peral y la Costanilla de los Ángeles) «y de las Monjas de
Santo Domingo, que van perdidas sin aprovechamiento», encauzándolas y llevándolas «al
pilón grande que está seco y sin aprovecharse
de el a los Caños del Peral, que serviría para
beber las cabalgaduras y regar en tiempos de
verano».
Plano 2:
Proyecto de reforma de la fuente de los Caños del Peral (1621)
Pasea por Madrid 57
Fuente de los Caños del Peral (pared sureste)
El siguiente documento gráfico, de 1634, es
un proyecto de Jerónimo Fernández Hurtado,
alarife de la Villa, en el que se precisan nuevos detalles de la fuente (Plano 4). El recinto
se dibuja incompleto (falta el lado meridional
y parte del occidental), y adosada a su lado
norte se representa una «escalera de adoquines y empedrado» que comunicaba la plazuela con la «calle que baxa de los Ángeles»
(en referencia al convento de los Ángeles
fundado en 1564). Sobre el cerramiento del
lado oeste se anota «antepecho y bolas de los
Caños del Peral», lo que indica que el muro
que refería el plano de 1621 sólo llegó a levantarse hasta media altura. Y en este mismo
lado se dibuja una entrada al conjunto, con
escalones.
En otro dibujo de este mismo proyecto
(Plano 5) se especifican dos nuevos detalles:
la existencia de «colgadiços en el respaldo
de los caños» (bajo los cuales se situaba la
galería de distribución de los siete caños), y
la localización exacta de la salida de aguas
sobrantes, en la esquina noroeste del recinto,
que se juntaban con las «aguas que baxan de
la calle del Arenal» justo a la entrada de la
«alcantarilla nueba».
58 Pasea por Madrid
En dicho plano, además, se remodela por
completo el espacio existente entre el lado
norte de la fuente y las huertas del convento. El recinto de las fuentes siempre se había visto perjudicado por la proximidad del
arroyo del Arenal y, sobre todo, por las aguas
que descendían por la calle de los Caños del
Peral, tal como reflejan los documentos de la
época: «el suelo delante de las fuentes de los
caños… está muy lleno de tierras e inmundicias de manera que están los caños bajos que
no se puede coger el agua de la fuente de los
Caños… y este daño procede de las avenidas
de las aguas de los arroyos que bajan y encuentran con las dichas fuentes».
Las medidas tomadas para evitar tales problemas son diversas. Dos de ellas afectan
propiamente al espacio urbano citado: se añade, como ya hemos visto, un tramo de alcantarilla nueba para soterrar por completo el
arroyo en esa embocadura de la calle. Y, además, se modifica sustancialmente el trazado
topográfico de la zona: parte del pretil biexo
que corría paralelo a la guerta de las monxas
estaba ya desplomado, y ahora se sustituye
Planos 4 y 5
Proyecto de Jerónimo Fernández Hurtado, alarife de la Villa, para la obra del
paredón de las pilas de los Caños del Peral y la alcantarilla (1634).
Lleva una solapa lateral cosida en la que
se dibuja el alzado y la sección de la «alcantarilla nueba»; aquí se ha colocado
centrada para no tapar ningún elemento significativo del plano.
Plano 5
INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA 2009-20011
Plano 4
por un muro de contención adosado al nuevo
tramo de alcantarilla; y se empiedra el terreno
«desde el alcantarilla haçia el juego de pelota,
lo que bastara para haçer suabe la subida por
çima del alcantarilla».
Las otras se centran en la propia fuente y en
su entorno más inmediato: se mejora el sistema de desagüe, decidiéndose «que pegado a
los caños se haga un conducto con un canal
de piedra en que se recojan los remanentes
de las fuentes y caiga en una arca y desde allí
vaya por sus caños cerrados… hasta pasar
el lavadero»; se afianza el suelo de la lonja,
que habrá «de quedar muy bien empedrado
de piedra crecida con que quedará defendida la entrada de las mareas y suavizada la de
las cabalgaduras»; se refuerza el cerramiento
septentrional del recinto y parte del occidental mediante un muro de mampostería de pedernal y caliza; y, finalmente, se limpia «lo
demás de la plaza y la basura e inmundicias
que están a la entrada de las alcantarillas».
En esta intervención arqueológica se recuperaron partes importantes de la fuente. El
paredón de los caños era de granito gris
y alcanzaba una altura de tres metros: el
cuerpo superior se componía de dos hiladas de sillares almohadillados; el central
constaba de cuatro hiladas de sillares de
perfil convexo muy acusado; y el inferior
tenía una sola hilada, con la cara visible
totalmente plana. Los caños metálicos se
encastraban en hornacinas rematadas por
una bóveda con forma de venera, y vertían
el agua en pilas exentas talladas sobre un
único sillar rectangular.
La galería de distribución se adosaba a la
parte posterior del paredón de los caños;
en su interior se disponían cañerías de barro cocido por las que circulaba el agua,
que se repartía a los caños mediante piletas individuales de decantación situadas
detrás de cada uno de ellos. La galería, de
metro y medio de ancho y dos y medio de
altura, se cubría con bóveda de medio cañón de ladrillo macizo.
También se localizaron, en el cuarto superior del muro occidental, los restos del umbral de la entrada a la lonja, así como las
escaleras de acceso.
La desaparición de la fuente ocurrió a comienzos del siglo xix, tras los sucesivos proyectos de reforma y nueva nivelación que
afectaron a la plaza: quedó oculta bajo tierra, a unos ocho metros de profundidad.
Pasea por Madrid 59
Lavaderos (detalle de la estructura
de las pilas y del depósito)
LOS LAVADEROS
Uno de los edificios que se proyectaba incluir en el espacio que ahora se urbanizaba y
saneaba era un lavadero público, que formaría
parte de los propios de la villa y sería arrendado a censo. Su construcción comenzó en 1590,
tras derribarse las últimas tenerías expropiadas. Se diseñó como un gran corralón rectangular de 582 metros cuadrados de superficie,
a cielo abierto, cercado con pared de tapial4.
Además de este recinto, también pertenecía al
lavadero otro espacio sin cercar de 214 metros
cuadrados, sin duda contiguo al corral, que no
es posible ubicar con mayor precisión.
El lado oriental lo ocupaba el depósito de
agua5, que no era sino el propio pilar viejo
construido el siglo anterior, convenientemente
ampliado al efecto, que como dijimos se surtía directamente del arroyo del Arenal, no del
sobrante de la fuente de los Caños. Adosadas
a él, por el interior del corralón, se colocaron
las pilas de lavado, en número indeterminado,
aunque se sabe que medio siglo después eran
nueve, construidas en piedra con un metro de
anchura y casi dos de longitud; tenían la misma estructura que se ha mantenido durante siglos: pila propiamente dicha y fregadero. En el
lado meridional, en el que se abría la entrada
al recinto, se construyó una pequeña vivienda
para alojamiento del arrendador.
60 Pasea por Madrid
Las obras concluyeron en 1592, con el enlosado del patio y la construcción de una alcantarilla «para llevar desde los labaderos el
remanente del agua dellos a la guerta y jardín
de su Magd. junto a la Priora» y unas «escaleras cortadas de piedra», ambas con traza de
Francisco de Mora.
En 1642 se añadió un cobertizo de madera
sobre las pilas, apoyado por el lado de éstas
en cinco pilares de madera sobre peanas de
granito, con jabalcones en los extremos, y por
el lado del depósito en una estructura ligera
de madera reforzada con paredes de yeso,
con un tejadillo a un agua que dejaba sobre
el pilón abertura suficiente para su aireación.
La traza era de Jerónimo Fernández Hurtado,
alarife de la Villa (Plano 6).
Al mismo tiempo, se rehicieron los muros
norte y oeste del corral, que se habían derrumbado: por una parte, «el antepecho que
mira hacia las monjas de sto. domingo se está
vndiendo y con mucho peligro; tiénese de derribar de manera que no aga daño a el sitio y
pilas de abajo»; y, por otra, se reconstruiría
también «el lienço que se cayó que mira a palacio con su rebuelta en ochabo asta topar con
lo que estubiere bien fabricado del lado de la
puerta del labadero». El nuevo cerramiento
consistió en un muro de medio metro de espesor y tres de altura, con aparejo toledano
Lavaderos de los Caños del Peral
Plano 7
Plano 6
y compuesto por un zócalo de pedernal, dos
cajones de mampostería entre verdugadas de
ladrillo y pilares de idéntico material, más anchos en su mitad inferior (Plano 7).
Se sabe que desde 1663 el Ayuntamiento
intentó vender el lavadero, forzado sin duda
por las muchas necesidades económicas de
la villa. En 1665 se tasó el agua sobrante, el
solar y el edificio, estimándose un valor total
de 98.200 reales. Sin embargo, la venta nunca
llegó a materializarse.
4. Este lavadero corresponde al edificio señalado con
el nº 65 en el plano de Wit (Plano 3), y al patio cerrado
que se dibuja en el Texeira (Plano 8), aunque en éste la
leyenda Lavaderos sólo se ve parcialmente.
5. Su posición se especifica en el Plano 4 («balsas de
putrifaçión»), en el que también se dibujan, adosadas a
él, las «pilas donde se laba».
Plano 6
Obras para el colgadizo del lavadero de los Caños
del Peral (1642).
Plano 7
Obras para el colgadizo del lavadero de los Caños
del Peral (1642). Detalle del muro.
Pasea por Madrid 61
Plano 11
Plano del Desaguadero,
de J. López (1767).
EL CORRAL DE TRUFALDINES
En 1708, la compañía italiana de cómicos
los Trufaldines solicitó a la villa el viejo local
de los lavaderos «a efecto de fabricar un teatro
de representar para el bien público». Tras un
acuerdo privado con Catalina de Aramburen,
que tenía el usufructo, los cómicos se hicieron con el arriendo por un plazo de seis años
y dos meses, con la condición de que pasado
este plazo dejaran el edificio en las mismas
condiciones en las que ahora se encontraba.
Tras realizar las obras de acondicionamiento
necesarias, el teatro quedó listo para su uso a
finales de ese mismo año. Los Trufaldines lo
denominaban Coliseo de los Caños del Peral,
pero popularmente fue conocido como Corral de Trufaldines, a semejanza de los otros
teatros madrileños.
Las obras afectaron al patio de los lavaderos, adosándose diversas galerías a lo largo
de su perímetro, pero no al conjunto de pilas
y depósito, que seguramente se conservaron
sin modificaciones importantes: entre dicho
conjunto y el nuevo edificio quedaría, así,
un amplio zaguán descubierto en el que se
situaría la entrada principal; además de ésta,
y siguiendo las costumbres de la época, se
habilitó otra entrada secundaria con acceso
directo a la cazuela, para que no se mezclaran
hombres y mujeres al entrar y al salir3.
El patio del teatro estaba porticado en tres
de sus lados, seguramente con gradas en
62 Pasea por Madrid
ellos, mientras que en el otro se situaba la
caja del escenario; quedaba rodeado por catorce «pies derechos con sus abrazaderas de
hierro con sus puentes de pie a pie derecho…
con sus jabalcones a los tirantes y su armazón
de madera que cubre todo el teatro y su puerta corriente a la plazuela». La denominación
de coliseo hace sospechar que este patio pudo
haber estado cubierto.
Seguramente tuvo tres pisos sobre la planta
baja: el primero acogería la cazuela; el segundo dispondría de distintos aposentos particulares, entre ellos el reservado a la Villa;
y en el tercero estarían los desvanes. Toda
la estructura, las armaduras del tejado y los
aposentos eran de madera. Sus dimensiones y
aforo resultaron similares a las de los corrales
de la Cruz y del Príncipe.
Probablemente existió un pasadizo volado
en su fachada sur, sobre la calle del Juego de
Pelota, que lo comunicaría con los edificios
de la manzana 421. Así parece indicarlo el
proyecto de Rabaglio (1737, Plano 9); la Planimetría General (1749, Plano 10) y el plano
de Espinosa (1769) lo muestran como edificio totalmente exento, pero el Plano del Desaguadero (1767, Plano 11) vuelve a dibujarlo
unido con pasadizo a la manzana 421.
Las dos primeras temporadas tuvieron un
cierto éxito de público, pero la siguiente fue
desastrosa y la compañía hubo de disolverse
en 1711, cuando sólo había transcurrido la
mitad del plazo acordado, quedando clausurado el teatro. Dos años después solicitaron la
cancelación del arriendo; Teodoro Ardemans,
maestro mayor, y Juan de Morales, alarife, inspeccionaron las obras ejecutadas por
los Trufaldines en el antiguo lavadero y las
tasaron en 22.600 reales. Para no tener que
abonarles esta cantidad, propusieron que la
villa reparara los tejados y que los cómicos
demolieran los pisos y aposentos y pudieran
vender en su propio beneficio la madera recuperada: de esta forma, «se podrá erigir un
almacén para carbón con poca costa». Sin
embargo, la Junta de Propios desechó la idea
por el peligro que supondría dar ese uso a un
Plano 9
Proyecto inicial para el nuevo teatro, sobre la
planta del antiguo lavadero, dibujado por Virgilio Rabaglio (1737)
Plano 9
Plano10
Plano 10
Planimetría General, manzana
411 (1749)
inmueble tan cercano a Palacio, y se dejó el
edificio tal cual estaba, posponiendo la decisión sobre su destino futuro.
En 1715 la compañía se reagrupó de nuevo, y en septiembre del año siguiente la villa
les volvió a ceder «la casa y teatro que está a
los Caños del Peral, que… está en la misma
conformidad que la dejamos a Madrid cuando cesamos en el arrendamiento de ella». El
teatro, abandonado y sin uso desde 1711, se
reabrió de nuevo y los cómicos retomaron
su actividad. Las representaciones continuaron durante más de una década, hasta que en
1723 la compañía se disolvió definitivamente. El Ayuntamiento, obligado por la ruina del
corral del Príncipe, utilizó éste de los Caños
para que las compañías españolas representaran en él durante la reparación; así lo hicieron
hasta 1735, y en 1737 fue demolido definitivamente el viejo corral del lavadero.
Felipe V compró el solar para construir un
nuevo teatro, encargando la obra al marqués
de Scotti; el proyecto fue de Virgilio Rabaglio, y la inauguración se llevó a cabo el 16
de febrero de 1738. El nuevo Coliseo de los
Caños del Peral, cuya fachada principal seguía dando frente a la fuente de los Caños del
Peral, ocupaba un solar rectangular de 22 por
51 metros, duplicando la superficie del desaparecido corral de Trufaldines4. En 1850 fue
sustituido por el actual Teatro Real.
BIBLIOGRAFÍA
- ARTRA, S.L.: Memoria final de intervención arqueológica.
Proyecto: “Obras de implantación de nuevos ascensores en la
estación de metro de Ópera”. 2011.
- COTARELO Y MORÍ, Emilio: Orígenes y establecimiento
de la ópera en España hasta 1800. Tipografía de la RABM. Madrid, 1917.
- DOMÉNECH RICO, Fernando: La Compañía de los Trufaldines y el primer teatro de los Caños del Peral. Tesis Doctoral.
Universidad Complutense de Madrid, 2005.
- PENEDO COBO, Eduardo: La plazuela de los Caños del
Peral. Investigaciones arqueológicas en la estación de Ópera.
Metro de Madrid, 2011.
- SAMBRICIO, Carlos: «Virgilio Rabaglio. Arquitecto de los
Caños del Peral». Archivo Español de Arte, tomo 45, núm. 179,
año 1972, pp. 320-321.
- URGORRI CASADO, Fernando: «El ensanche de Madrid
en tiempos de Enrique IV y Juan II». Revista de la Biblioteca,
Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid. Año XXIII, núm.
67, enero 1954.
6. El proyecto de Virgilio Rabaglio de 1737 (Plano 9) es el único documento gráfico que permite conocer la disposición espacial del Corral
de Trufaldines. El dibujo incompleto del nuevo Coliseo, con muros
de color oscuro, se superpone a una estructura de tono más claro, que
sin duda corresponde al corral: en ella se reconoce fácilmente el patio,
rodeado de aposentos; el escenario quedaría a la derecha, y un poco
más allá, fuera ya de lo dibujado en el plano, se localizaría el conjunto
de pilas de lavado y depósito de agua.
7. La primera representación volumétrica de este nuevo coliseo es la
que ofrece el plano de Chalmandier de 1761.
Pasea por Madrid 63
LAS SABANDIJAS DEL
ALCÁZAR
Enanos, bufones y hombres
de placer
64 Pasea por Madrid
Existe un magnífico estudio de Veronique Gerard sobre el Alcázar de Madrid, en el que dice: «sea cual fuere la civilización
que represente, un palacio manifiesta y simboliza, casi siempre,
el recuerdo de un monarca». Pero el vetusto Alcázar madrileño
simboliza mucho más. En él y en su evolución desde fortaleza a
palacio, está presente toda la historia viva de la villa de la que
fue su núcleo primigenio, que creció a su alrededor y llegó a ser
capital de las Españas.
Texto de Rosalia Domínguez
Licenciada en Historia del Arte y ex directora
de La Casa Natal de Cervantes, Museo Picasso,
Museo Ulpiano Checa y Museo Taurino.
EL ALCAZAR DE MADRID
El desaparecido Real Alcázar
de Madrid estuvo situado en
el solar donde actualmente se erige el Palacio Real,
construido como fortaleza
musulmana en el siglo ix;
después de la capitulación
árabe en favor de Alfonso VI,
el edificio fue ampliándose y
mejorándose con el paso de
los siglos, hasta que el fuego
lo destruye en la Nochebuena de 1734, El alcázar fue
el marco privilegiado que
enfatizaba la grandeza de
una monarquía poderosa y
el elemento más imponente
de su representación.
66 Pasea por Madrid
EL ALCÁZAR EN EL SIGLO XVII
Durante el reinado de Felipe IV (1606-1665) el alcázar
alcanza su máximo esplendor En esta época dorada, en el
interior, el embellecimiento y la fastuosidad decorativa del
alcázar alcanzó su más alto grado. Sus salones se ornamentaron con las obras pictóricas más señeras de Ticiano, Rubens, Alberto Durero, Tintoretto, Veronés, Correggio, Carraci, Rafael y, como no, del pintor favorito del gran dilettante
que fue Felipe IV, Diego Velázquez que, fue quién orquestó
la fastuosa decoración palatina tanto de la sala Ochavada,
como del salón de los Espejos, construidos durante el reinado de este rey culto y poeta, aunque muy mal gobernante.
Sus muros se adornaron con mármoles y jaspes y las bóvedas
con los frescos de Colonna y Mitelli, artistas italianos, estrellas de la decoración barroca contratados por Velázquez por
encargo de su señor en el segundo viaje que realiza a Italia,
donde permaneció por espacio de dos años. El alcázar madrileño vivió en este tiempo sus días de máximo esplendor.
Vamos a centrarnos ahora en su vida interna, ya que el
alcázar de los austrias constituía un mundo autónomo, enormemente complejo y profundamente vivido, maraña de dependencias y funciones, muchas veces superpuestas, con un
total aproximado de quinientos aposentos, sumadas las habitaciones reales, las salas de audiencias, fiestas y recepciones, las dependencias palatinas y las estancias burocráticas.
En este inmenso edificio, esplendoroso y sombrío a la
vez, palacio de leyendas, de grandes contrastes, donde junto a estancias amuebladas con lujo fastuoso se encontraban
aposentos tétricos y miserablemente conservados, donde las
escaleras y pasadizos secretos y las entradas misteriosas se
abrían donde menos podía esperarse, paraíso de la intriga
política y la aventura amorosa, transcurría la vida del rey,
su gobierno, los altos dignatarios y los Consejos, asistidos
por una populosa pléyade de mayordomos, criados, ayudas
de cámara, caballerizos, aposentadores, guardias, damas,
gentilhombres y muchos otros que sería prolijo enumerar,
sometidos a una rigurosa etiqueta que dominaba todas las
manifestaciones de su existencia y que incluía tanto al Rey
y su familia como a los más ínfimos servidores de su casa.
Entre esta multitud de personas que pululaban en torno
a la majestad real, hemos de destacar a un grupo de seres
diferentes, marginales, destinados no al servicio, sino al entretenimiento de las personas regias: eran las «sabandijas
de palacio», los «hombres de placer, que desde la Edad Media constituían un ornato indispensable en las cortes de los
príncipes y grandes señores.
En el año 1562 fecha en que se
estableció la Corte de Felipe II en
la villa se realizaron las vistas de
Madrid por Anton Van den Wyngaerde por encargo del rey.
Estas vistas panorámicas se conservan en la Biblioteca Nacional
de Viena, bajo la denominación
de Vistas de Viena.
A MODO DE CLASIFICACIÓN
Carl Justi, en su estudio sobre Diego Velázquez y su Siglo, publicado en Bonn en 1888, clasificó a estas sabandijas en dos grupos:
La de los truhanes, bufones o albardanes, que no tenían deformidad física, pero sí mental: locos verdaderos o fingidos,
chocarreros, es decir, aquellos truhanes que eran diestros en los
juegos de manos y naipes, volatines, etc. bobos e idiotas, etc.
Vinculados a los graciosos de palacio estaban los improvisadores y repentistas, hombres de gran ingenio que tenían muchísima facilidad para versificar «de repente» sobre cualquier
tema que se les propusiese.
Pasea por Madrid 67
Carl Justi nace en Marburgo, en 1832.
Fue uno de los pocos historiadores del
arte alemanes que, en el siglo xix, se centró en la investigación del arte español
del Siglo de Oro. Su obra capital está dedicada a Diego Velázquez. Pero escribió
asimismo biografías de Winckelmann,
Murillo y Miguel Ángel. Muere en Bonn
en 1912.
La infanta Isabel Clara Eugenia con Magdalena Ruíz
de un discípulo de Alonso
Sánchez Coello. Museo
Nacional del Prado.
El segundo grupo lo componían los seres contrahechos, cuya anormalidad radicaba bien en la pequeñez de
su cuerpo: los enanos, bien en la enormidad de su tamaño: los obesos y gigantes; bien en una deformidad peculiar contraria a toda norma, como una mujer barbuda.
Sin embargo, su propia extravagancia o su peculiar
donaire o desvergüenza, les proporcionaban una posición de privilegio en la vida palatina y muchos de
ellos vivieron en la intimidad de las reales personas,
a quienes trataban con gran familiaridad que a veces traspasaba toda norma, llegando incluso a la más
irrespetuosa insolencia.
Eran seres despreciados, merecedores de burla, pero
no pobres, salvo en raras excepciones.
68 Pasea por Madrid
Muchos de ellos obtuvieron pequeñas fortunas y
gozaron de pingües sueldos. Francisco de Santos, en
su obra El Diablo anda suelto, retrató magníficamente
el concepto de bufón, en el que se refleja el espíritu de
aquellos seres tan singulares:
«Quité pesares, dí alegrías, entretuve el tiempo, fui
querido y buscado, lucí y medré y llegué a puertos
donde granjeé alhajas y hacienda, hice a muchísimos
bobos, sin serlo yo, pero no puedo negar la verdad
aquí, donde la dice la boca del condenado: fui bufón.»
Vamos a mostrar ahora, como en una galería de
retratos, los perfiles de las más sobresalientes sabandijas, cuyas vidas transcurrieron entre los muros del
vetusto Alcázar madrileño.
CORTE DE CARLOS I
En el reinado del emperador
Carlos, destacó entre los bufones un cristiano nuevo, de
inigualable ingenio, D. Francesillo de Zúñiga, autor de una
Crónica Burlesca del Emperador Carlos V. Desvergonzado,
atrevido, con una lengua afiladísima y mordaz, se procuró grandes enemigos, como
prueba su muerte violenta,
fruto de la venganza de un
noble ofendido.
De esta misma época reseñaremos también al gigante
Antoncico, de origen flamenco, que formaba parte de los
arqueros del Emperador, a
Cristóbal Cornelio, enano lituano; al truhán Mena, llamado Menica, y al loco fingido D.
Alonso Enríquez de Guzmán,
caballero sin fortuna que se
convirtió en bufón –simulando una demencia inexistente–
para poder medrar y conseguir
llenar sus exhaustos bolsillos.
Pejerón, loco del conde de Benavente, con calzas y jubón blanco y una baraja de naipes en
la mano derecha. Ricamente vestido, con traje
propio de un cortesano, sólo su cabeza grande,
sus piernas cortas y su mano deforme, con la
que sostiene la baraja –símbolo de la ociosidad–,
advierten de su condición, «el oficio de burlas».
Tomas Moro. Museo Nacional del Prado.
CORTE DE FELIPE II
No fue tan austera ni aburrida como se ha pretendido, y el propio monarca gustaba mucho de la compañía de los bufones, a alguno de los cuales distinguió
con su favor, como Miguelillo de Antona, Perico de
Santervás, o Pero Hernández de la Cruz, apodado Perejón, retratado magníficamente por Antonio Moro.
La loquilla Magdalena Ruíz –una de sus preferidas– fue ama de las Infantas, «las niñas de sus ojos»
como él las llamaba, Catalina Micaela e Isabel Clara
Eugenia, con quién aparece retratada en el lienzo de
Sánchez Coello.
Otra gente de placer de la Corte filipina fueron Luis
Tristán, los enanos Estanislao y Mordacheo, de origen
polaco y húngaro respectivamente, Agustín Profit,
llamado el Calabrés, que llegó a ser nada menos
que Alcaide de la Casa de Campo, Sancho de Morata o Manuel Ribelo de Fonseca.
La tercera y más amada esposa de Felipe II, reina Isabel de Valois, tuvo a su servicio a un enano
francés, François Montaigne, llamado comúnmente Montaña, que ejercía de espía para su país, con
quién jugaba mucho a las cartas, ya que era un
magnífico jugador de dados y naipes.
La cuarta esposa del Rey Prudente, Ana de Austria, tuvo en mucho aprecio a dos hermanas, enanas
las dos, llamadas D.ª Ana y D.ª Luisa de Cabrera.
Pasea por Madrid 69
Felipe IV cuando era niño, retratado junto a Soplillo por Rodrigo de Villandrando. Museo Nacional del Prado.
Soplillo, de vida muy longeva, pues su
existencia transcurrió hasta prácticamente
el final del reinado de Felipe IV, con quién
aparece en alguno de sus retratos.
Fue durante años una de sus más gratas
compañías y tomó parte en las fiestas de
palacio, siendo el único hombre que participó en la comedia La Gloria de Niquea, del
Conde de Villamediana, que se representó
en Aranjuez con la reina Isabel de Borbón,
primera esposa de Felipe IV, en el papel de
diosa de la belleza. No era nada tonto y
fue uno de los enanos que tuvo mayor influencia en la Corte y uno de los que más
afecto despertó.
70 Pasea por Madrid
CORTE DE FELIPE III
Más austera y timorata, que la de los
austrias mayores, pero aun así, también contó con la presencia de algún
famosos hombre de placer. Fue objeto
de admiración un gigante catalán, de
ventiun años, llamado Juan Biladons,
y el truhán Alcocerico. Pero sobre
todo, el enanito Bonamí, uno de los
regalos de la reina de los Países Bajos
Isabel Clara Eugenia enviado a Castilla en 1605 como regalo para el recién
nacido Felipe IV. Su pequeñez asombró a la Corte y se contaba la historia
de que un caballero «en un tapiz lo
dejó colgado por un alfiler».
Muy estimado, murió a los 27 años y
Lope de Vega compuso para su sepulcro
el siguiente epitafio burlesco:
Ten el paso, caminante
a ver lo que no has de ver;
aunque si tienes que hacer
puedes pasar adelante
pero si el verlo te place
tan pequeño yace aquí
el átomo Bonamí,
que no se sabe si yace.
El mas conocido ya que paso a la posteridad al ser pintado por Villandrando y
representado en esta pagina fue, Soplillo,
su nombre era Juanito, y fue regalado
también por Isabel Clara Eugenia, para
su sobrino el futuro Felipe IV, cuando
éste tenía nueve años, y lo primero que
hizo fue retratarse con él.
CORTE DE FELIPE IV PINTADA POR VELÁZQUEZ
Y llegamos a la época de Felipe IV. Su corte,
fastuosa y amable, estaba plagada de todo tipo
de gentes de placer. Muchos de ellos forman
la extraordinaria galería de retratos que de estos seres realizó su pintor de cámara favorito,
Diego Velázquez, cuyos mágicos pinceles los
elevó a la categoría de inmortales.
Son tan numerosos los locos, truhanes y bufones que vivieron en el Alcázar de Madrid
durante el reinado del monarca a quién bien
podemos denominar «velazqueño», que solo
reseñaremos, los más sobresalientes:
Empezando por los truhanes, destacaremos a
Pablillos de Valladolid, nacido en la Villa de
Vallecas. Se creía un magnífico actor, un cómico genial. Se pasaba las horas recitando fragmentos de las obras de Lope y sus gracias mejores consistían en caricaturizar a los graciosos
de más fama en los corrales e imitaba muy bien
al mejor actor cómico de su tiempo.
El Cómico o Retrato de un bufón con golilla que se
llamó Pablillos de Valladolid. Destaca una perspectiva
muy poco utilizada en pintura para dar énfasis al personaje, como es la carencia de una linea que separe el
suelo del fondo, dando una sensación etérea.
Barbarroja, llamado en realidad Cristóbal de Castañeda y Pernía, fue bufón del conde-duque de Olivares antes de pasar al servicio del rey. De aspecto
bravucón y amenazador, tenía un acento bronco y
usaba un léxico de soldadote en la taberna. Más que
truhán era un chocarrero, ya que sus grandes habilidades consistían en los trucos de manos y los jeroglíficos. En 1634 fue desterrado a Sevilla porque al
preguntarle D. Felipe en Balsaín –que es monte de
pinos– si había olivas, replicó: «Señor, no hay olivas, ni Olivares, gracias a Dios».
El bufón Barbarroja, don Cristóbal de Castañeda y Pernia: Esta serie de cuadros de Velázquez de retratos de
sujetos célebres, y de placer, estaban situados en la
escalera y aposentos menores del palacio del Buen Retiro. Museo Nacional del Prado.
Pasea por Madrid 71
El bufón Calabacillas, posiblemente Juan Calabazas,
también apodado el bizco, retratado por Velázquez
en mas de una ocasión, existe otro lienzo en el museo de Cleveland con pose distinta. Museo Nacional
del Prado.
El bufón llamado don Juan de Austria, posiblemente en referencia al hijo natural de Carlos V, en realidad se tratara
de un viejo soldado, con manías de grandeza enfundado en
un anticuado traje con trofeos militares. Museo Nacional del
Prado.
Otro gran truhán fue Juan de Austria, que
se vanagloriaba de ser un bastardo real, aunque en realidad había nacido en el barrio de la
Morería madrileña hijo de pelandusca y padre incierto. Era un tipo bravucón y presumido que gastaba mucho dinero en su atuendo.
Gran desvergonzado, tenía verdadero gracejo
contando chascarrillos. Alanceaba muy bien
los toros, por lo que tenía un cierto pique con
otro de los hombres de placer de Felipe IV,
llamado Juan Cárdenas, torero bufonesco,
pero muy bueno en esas lides, que pertenecía
al duque de Medina Sidonia, que pasó al servicio del monarca cuando éste lo vio torear
72 Pasea por Madrid
con pericia en el bosque de Doñana en 1624,
pues era bien sabido la gran afición taurina
del Rey. Fue retratado por Velázquez, sombrero en mano, en un cuadro hoy perdido.
Continuando con el grupo de los truhanes
tenemos que mencionar a Juan Calabazas,
más conocido como Calabacillas, era un pobre idiota con un cretinismo patente. Estuvo
al servicio del Cardenal Infante D. Fernando.
Su cara presentaba un tremendo estrabismo
que ni siquiera Velázquez pudo atenuar en el
extraordinario retrato que le hizo. Gozaba de
gran favor y era muy regalado, pues además
de copiosas raciones alimenticias y dotación
de prendas de vestir, llegó a disfrutar de carruaje con mula y acémila.
Cosme Pérez, más conocido como Juan Rana,
quién también actuaba con mucha frecuencia en
el teatro del Alcázar, en el Salón Dorado, y fue
el cómico preferido de Mariana de Austria. Se
enfadaba mucho cuando Felipe IV organizaba
representaciones teatrales sin consultar con él.
La familia de Felipe IV pintada por Velázquez representado un momento íntimo de la
familia real, muestra lo cotidiano del trato entre sus miembros con estos seres que pululaban cómodamente por las estancias del palacio en las Meninas podemos ver a dos de ellos:
Nicolasito Pertusato, italiano de origen, concretamente de Alesssandría de la Palla, es
el enano que tuvo la suerte de ser inmortalizado en este lienzo, ingresó en la Corte en
1650, maravillosamente bien formado, más bien parecía un niño juguetón, compañero de
travesuras de la infante Margarita, que un hombre adulto, aunque diminuto. Trabajó en la
Corte hasta el año 1700 año en el que la dinastía de los Austria se extinguió con la muerte
de Carlos II. Estuvo muy bien considerado en ella, ya que de adulto llegó a ser ayuda de
cámara del rey. Falleció alrededor de 1710, cuando ya reinaba en España la nueva dinastía
de los Borbones.
También se encuentra retratada la enana de la reina Mariana de Austria llamada Mari
Bárbola, de origen alemán, cuyo verdadero nombre era Bárbara Asquin, debió estar
muy considerada en la corte española, pues llegó a contar con un criado a su servicio
cuando pasó a residir en el alcázar madrileño en 1651, año en que dejó la casa de la
Condesa de Villerval. Poseedora de una fealdad notable, se enamoraba con facilidad y sintió una fuerte atracción hacia D. José Nieto, Aposentador de la reina
D.ª Mariana de Austria. Más tarde su amor se dirigió al duque de Medinaceli, a
quién trató de hacer ingerir un bebedizo afrodisíaco para conseguir su amor sin
que, por supuesto, lo lograra.
Más tarde sus amores se dirigieron hacia su inmortalizador, Diego Velázquez. Parece ser que por estas cosas y por su pestilente aliento, la expulsaron de palacio. En 1700 abandonó la corte y regresó a su país natal.
Pasea por Madrid 73
Es de dudosa identificación como «sabandija de Palacio» y por
tanto como Francisco Lazcano, el bufón del príncipe Baltasar
Carlos de niño, ya que se le representa en una cueva, con
marcados rasgos de bobería y con una baraja en la mano, mas
parece una alegoría de la estupidez humana que confía en el
juego, que un bufón. Museo Nacional del Prado.
Bautista, el del Ajedrez, llamado también
El Rojo tanto por el color de su cabello y
barba como por vestir siempre unas extrañas dalmáticas coloradas, jugaba como un
maestro al ajedrez y nunca se dejó ganar
por el Rey, que lo apreciaba mucho, en los
cientos de partidas que jugó con él. Solía
mofarse, además, de la impericia de D. Felipe a quién llegó a dar de ventaja la reina,
la torre y un caballo. Pero el monarca jamás
se enfadó con él y tenía ordenado que se le
pasara puntualmente cinco reales diarios.
Murió muy anciano en el Alcázar, en Diciembre de 1639. Tenía cerca de cien años.
Manuelillo de Gante, albardán muy apreciado por D.ª Mariana de Austria, protagonizó un incidente en la Corte cuando un
día, al terminar de comer, la soberana pidió
confites y le respondieron que el confitero
no los quería dar porque no le pagaban y
ya le debían mucho, lo que ponía de manifiesto lo exangüe de las arcas reales. El
74 Pasea por Madrid
Retrato de bufón con perro. Representa a un enano o bufón de la corte elegantemente vestido con traje de color
ocre y bordados dorados, con paños blancos de encaje
en cuello y puños, el sombrero en una mano y espada al
cinto, junto a una perra mastín casi de su tamaño para
subrayar su pequeñez. Museo Nacional del Prado.
truhán sacó entonces de su bolsillo un real
de a cuatro y dijo con gesto imperativo a los
servidores correspondientes: Traigan luego
los confites, aprisa, para que esta buena señora acabe con ellos de comer.
Como repentistas o improvisadores de
versos o coplas, destacaron en la corte de
Felipe IV –como herederos de los antiguos juglares– Atilano de Prada y Cristóbal
Martínez, llamado el Ciego. Ambos versificaban de repente, con gran fluidez, sobre
cualquier tema que se les proponía.
Vamos ahora con el grupo de enanos, que
formaban mundo aparte entre las gentes de
placer:
Francisco Lezcano, conocido también
como El Niño de Vallecas y el Vizcaíno,
fue bufón del Principe Baltasar Carlos, con
quién apareció retratado cuando el Infante
era casi un bebé, como una contraposición
de lo regio y lo hermoso frente a la ruindad
y fealdad del enano.
Don Sebastián de Morra, que sirvió en primer lugar al cardenal infante don Fernando de Austria y a
su llegada a España entro al servicio del príncipe Baltasar Carlos
que lo tuvo en cuenta en su testamento con muy buenos enseres
de caza, ya que posiblemente fue
su compañero en aventuras cinegéticas. Disponía de un criado y se
le permitía un cierto atildamiento
–cuello y puños de fino encaje– en
su forma de vestir, en contra de
pragmática austeridad que imperaba en el palacio. Museo Nacional del Prado.
Más conocido es el bellísimo retrato que
Velázquez le hizo años después, en el que
el pintor no atenuó su cretinismo, y nos lo
presenta con su rostro de expresión torpe y
bobalicona y su boca sin cerrar. Debía tener
en la época de este retrato unos 14 años. Se
sabe que murió en 1649.
D. Antonio, el Inglés, era un enano de una
presunción y petulancia insultantes. Vestía
con fastuosa y afectada elegancia y tenía un
criado llamado Tomás Pinto a quién trataba
con una arrogancia tal que producía la hilaridad de quienes le conocían, ya que el tal
Pinto era un hombre de considerable altura.
Era irritable y quisquilloso y poseía una prodigiosa memoria. Existe también un maravilloso retrato de este enano junto a un perro
casi tan alto como él.
D. Sebastián de Morra, cuyo extraordinario retrato es una de las cimas de la pintura
velazqueña. Nadie supo jamás donde había
nacido, y él lo ocultaba con celo así como
su vida hasta los treinta años. Parece ser que
era italiano y que tomó su nombre o apodo
morra del juego tan popular entre tahures y
gente baja de Roma llamado así.
No era un bobo ni un cretino. Hablaba perfectamente italiano, francés y alemán. Había
viajado por toda Europa y el Cardenal Infante D. Fernando, hermano del Rey, lo envió
como regalo a su sobrino Baltasar Carlos,
heredero de la corona española.
Como hombre muy inteligente que era, estaba evidentemente descontento de su condición y suerte. Le entretenían los juguetes del
príncipe y las infantitas y lloraba haciendo
pucheros por cualquier tontería, sin embargo, era un verdadero maestro diciendo procacidades. Dos veces estuvieron a punto de
echarle del Alcázar por hablar groseramente delante de ellos y fue el principito quién
consiguió su perdón, muy interesado en que
el enano le siguiera tallando en madera los
más primorosos juguetillos.
Pasea por Madrid 75
Don Diego de Acedo se le representa manejando un infolio y un
libro en el suelo con hojas sueltas
y un tarro con pegamento, quizás rememorando su trabajo de
encargado de la estampilla con
la firma real Museo Nacional del
Prado.
Retratos de Eugenia Martínez
Vallejo de Juan Carreño de Miranda, mandados realizar por
Carlos II, el primero con un lujoso traje rojo, regalo del rey y
el segundo posando a imitación
de Baco. Museo Nacional del
Prado.
D. Diego de Acedo, el Primo, no era hombre
de burlas ni un loco, sino un alto funcionario
de Palacio encargado de la estampilla con la
firma real. En el maravilloso retrato que le hizo
Velázquez resalta la nobleza de su cabeza y su
mirada, aunque su cuerpo fuera risible. Parece ser que tenía pretensiones de alcurnia. En
opinión de Carl Justi, estaba envanecido por el
título de primo que el rey le daba. Cuando lo
retrató Velázquez, D. Diego de Acedo le suplicó que le dejara tener en las manos un Nobiliario que él había anotado en los márgenes con
minuciosidad. Fue protagonista de un gran escándalo en el Alcázar en 1643, cuando el Aposentador del Rey, Marcos Encinillas, mató a
cuchilladas por celos a su mujer, quién creía
le engañaba con el enano, que tenía fama de
mujeriego y conquistador, y lo hubiera matado
a éste también, si no hubiera estado ausente de
palacio. La tarde anterior se había trasladado
76 Pasea por Madrid
con el rey al Buen Retiro. Decepcionado, el
celoso marido se intentó suicidar, pero solo lo
consiguió a medias. No curó jamás porque se
había lesionado un pulmón..
La desgracia rondaba sin duda al Primo,
pues en uno de los Avisos de Barrionuevo,
del año anterior, se lee la siguiente noticia:
«El jueves, a 17... por la mañana salió el
señor conde-duque del Humilladero, como
acostumbraba, donde vio pasar la compañía
del señor marqués de Salinas... y a la vuelta...
una escuadra de arcabuceros, que era la primera hilera, le hizo una salva. Entre los que
tiraron disparó uno con bala y otros dicen que
con taco fuerte. La bala o taco dio en la barra
del coche, hacia la parte de proa y rompió la
barra... y con la pólvora y pedazos que chaspó hirió en la cara a un enano que iba allí,
que se llamaba el Primo». Se salvó de puro
milagro.
CORTE DE CARLOS II
En este reinado destacó un enano, llamado
Luisillo, de una gran belleza. La estupenda
cotilla Condesa D’Aulnoy en su Viaje por
España en 1679, nos lo describe así: «Nunca
ví cosa tan linda como un enano del Rey llamado Luisillo. Nació en Flandes; maravilla
su pequeñez y está perfectamente proporcionado. Tiene linda cara, bonita cabeza y más
talento del que pueda imaginarse pero, sobre
todo, un ingenio agudo y comedido».
La misma Madame D’Aulnoy cuenta cómo
Luisillo, que montaba muy bien a caballo,
quiso lidiar toros «por amor a su adorada D.ª
Elvira, una criatura de siete a ocho años de
admirable belleza», niña de origen desconocido, pero que todos suponían de alcurnia, y
había estado cautiva de los corsarios antes de
que fuera recogida en la Corte de Carlos II.
Como verán, todo un romántico argumento
para una novela.
Otro prodigio de la corte del último Austria
fue la niña Eugenia Martínez Vallejo, cono-
cida por la Monstrua, a quién Carlos II hizo
retratar, vestida y desnuda, a su pintor de Cámara Juan Carreño de Miranda. El asombro
de los cortesanos ante una niña «blanca y no
muy desapacible de rostro» como se la describía, pero de un tamaño y una obesidad desmesurados, no tuvo límites, máxime teniendo
en cuenta que la gordura en aquella época –
lo mismo que en la actual, y en eso no han
cambiado mucho las cosas– era, además de
una dolencia, una indelicadeza, y las damas
y algunos caballeros de entonces no dudaban
en fajarse de forma extremada para parecer
delgados y oírse llamar «pino de oro», frase
en la que se encerraba el ideal de belleza de
los hombres y mujeres del Siglo xvii.
Los bufones terminaron con los Austrias y
no tuvieron cabida en la corte de sus sucesores,
los Borbones. Con la nueva dinastía entraron
en España nuevos aires, ideas diferentes y una
nueva mentalidad que significaría el comienzo
de un cambio profundo en la sociedad española y la majestad real ya no precisaba de estos
seres marginales para reafirmarse.
Pasea por Madrid 77
Grabado de Isabel II jurando la
Constitución de 1837 ante las
Cortes el 10 de noviembre de
1843 al termino de la regencia
de su madre.
Texto e imágenes de L. Regino
Mateo del Peral
Del Instituto de Estudios Madrileños
Profesor de la UNED
ISABEL II
LA DE LOS TRISTES DESTINOS
El reinado de Isabel II ha sido objeto de polémica entre la historiografía más
tradicional, donde incluimos aquellos que sustentan la opinión de que fue una
soberana ineficaz, y los historiadores más modernos quienes, mediante una
investigación más rigurosa, han intentado revalorizar sus logros, manteniendo
el criterio que sus errores, en todo caso, serían imputables a esas camarillas
intrigantes y políticos interesados que la rodearon.
En esa serena reflexión y exhaustivo análisis destacan los
testimonios aportados por escritores, historiadores y biógrafos como Benito Pérez Galdós,
León y Castillo, Luis Bonafoux,
Juan Pérez de Guzmán y otros
posteriores y más actuales como
Carmen Llorca, José Luis Comellas, Gonzalo Anes, José Montero
Alonso, Herrero de Miñón, Juan
Velarde, Manuel Espada Burgos,
Isabel Burdiel, Germán Rueda y
otros que han investigado con rigor su trayectoria personal, condicionada en su quehacer como
78 Pasea por Madrid
soberana por esas presiones familiares, palaciegas y políticas que
malograron sus buenas intenciones, como ya hemos indicado al
comienzo de este trabajo.
En realidad, y en vida de ella,
los pioneros en reconocer sus
méritos fueron precisamente
tres insignes personalidades: el
embajador en París, Fernando
de León y Castillo, Marqués de
Muni, Benito Pérez Galdós y Nicolás Salmerón, tercer presidente
de la I República española.
Habría de esperar hasta el
año 2004 para que entidades
tan prestigiosas como la Real
Academia de la Historia, Real
Academia de Ciencias Morales
y Políticas y La Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, además de renombrados
escritores, biógrafos, historiadores y periodistas resaltaran su
valiosa aportación en esa labor
que contribuyó al esplendor y
modernización de la España de
su época en la que se consolida
el constitucionalismo y el liberalismo español y desaparecen
definitivamente los vestigios del
Antiguo Régimen.
Pasea por Madrid 79
María Cristina de Borbón-Dos
Sicilias, reina de España. Vicente López. Museo Nacional
del Prado
EL CONFLICTO SUCESORIO
Fernando VII con sus dudas y vacilaciones fue el causante de un conflicto sucesorio. En sus tres matrimonios anteriores el
rey no había conseguido descendencia (El
monarca contrajo esponsales con María Antonia de Borbón-Dos Sicilias, que solo llegó
a ser princesa de Asturias, María Isabel de
Braganza, María Josefa-Amalia de Sajonia
y María Cristina de Borbón). En la elección
de su cuarta esposa María Cristina desempeñó un papel bastante relevante su cuñada
Luisa Carlota, hermana mayor de aquella,
que destacó ante el monarca las virtudes de
la candidata, sobrina también de Fernando
VII, como mujer idónea para él, con la garantía además de que era una mujer fértil y
le proporcionaría un heredero al trono por
línea directa.
80 Pasea por Madrid
El monarca influido por su esposa María
Cristina, promulga la Pragmática Sanción,
documento jurídico, que autoriza la entronización de mujeres en caso de primogenitura
femenina, siempre que no haya hermanos varones, en contra de la Ley Sálica que expresamente lo prohíbe.
Isabel II nació el día 10 de octubre de 1830,
a las 16,15 horas, como fruto del matrimonio
de Fernando VII con su cuarta esposa, el rey
de nefasto recuerdo fue conocido como, el rey
felón, El Calígula español, El Narizotas y El
Tigrekán (en alusión a los sátrapas asiáticos).
El bautizo de la infanta tuvo lugar el día 11 del
mismo mes en la capilla del Palacio Real, siendo sus padrinos sus tíos Francisco de Paula y
Luisa Carlota. Concluida la ceremonia religiosa se celebraron diversos festejos que finalizaron por un acontecimiento luctuoso al fallecer
el padre de la reina María Cristina el rey de las
Dos Sicilias.
Este nacimiento causó la indignación de
Carlos María Isidro que veía como sus aspiraciones al trono se disipaban cuando estaba
esperanzado de que él sería el sucesor de su
hermano, teniendo en cuenta que María Cristina había dado a luz a una hembra, la infanta
Isabel. Los realistas puros se aglutinaron en
torno al pretendiente para defender sus derechos sucesorios. Sus partidarios consiguieron
persuadir al influ yente ministro Francisco
Tadeo Calomarde, quien junto el embajador
napolitano Antonini, y los condes de Alcudia,
Brunetti, Solaro y Telesforo Peña, confesor de
la reina, logran convencerla que esta medida
legislativa no era del agrado de los españoles
y consiguen que el monarca enfermo deje sin
efecto y derogue la Pragmática Sanción, mediante el codicilo de 18 de septiembre de 1832.
En consecuencia, la Ley Sálica, de nuevo, era
la disposición vigente.
Carlos María Isidro Benito de Borbón y Borbón-Parma, infante de España y conde de Molina, fue el segundo hijo de Carlos IV y María
Luisa de Parma y hermano de Fernando VII.
Posible sucesor de su hermano en el trono de
España en caso de haberse mantenido la Pragmática Sanción por su hermano. También fue
conocido como Don Carlos o Carlos V de España.
Pero el día 22 de septiembre, cuando el rey
se restablece parcialmente de su grave enfermedad, los infantes Francisco de Paula y su
esposa Luisa Carlota acuden a La Granja y
convencen a la reina y al monarca para que
cesen a Calomarde. Es famosa la anécdota
de cómo la infanta Luisa Carlota indignada
exigió a Calomarde el codicilo que anulaba
la Prágmatica Sanción. Calomarde duda y
finalmente le hace entrega del mismo. La reacción de la infanta no se circunscribe solo
a proceder a la ruptura del escrito y hacerle
añicos, sino que propina una gran bofetada a
Calomarde y este dominando sus sentimientos, impasible, sonríe a la infanta y la dice:
«Señora, manos blancas no ofenden»..
El día 31 de diciembre de 1832, Fernando
VII realiza una pública declaración en la que
manifiesta la nulidad a todos los efectos de la
derogación de la Pragmática Sanción1 de 18
de septiembre de 1832.
LAS GUERRAS CARLISTAS.
El carlismo, sus líderes y los conflictos bélicos surgidos como consecuencia de la oposición a la monarquía liberal y democrática
han suscitado normalmente cierta desorientación para el público en general sobre las
diferentes etapas históricas en las que acaecieron esas confrontaciones y los personajes
y componentes que encabezaron esta tendencia. No cabe duda que el carlismo tiene unas
características singulares como su larga duración, consecuencia de haber sabido adaptarse a los hechos y acontecimientos que han
acaecido en nuestro país en el transcurso de
los siglos xix y xx, como pone de manifiesto
Jordi Canal en su obra El carlismo. Los postulados carlistas forman parte de una doctrina
política, con una orientación marcadamente
antiliberal y contrarrevolucionaria.
Los términos carlí o carlín surgen por vez
primera en Cataluña, mientras en castellano
los sustantivos carlista y carlismo aparecen
posteriormente. Estas denominaciones ha-
cen referencia desde los albores del siglo xix
a aquellos que aún no formarían parte del
bando carlista, partidarios de Carlos María
Isidro. La formal configuración del carlismo
como tendencia o corriente política, según
describen Aróstegui, Canal y González Calleja en el Carlismo y las Guerras Carlistas,
no acaecería hasta la muerte de Fernando VII.
Por otra parte, Jordi Canal hace referencia
a que el término carlista o carlino se identifica con el movimiento contrarrevolucionario
y que superó a otras denominaciones como
las de ultras, apostólicos, serviles e incluso
realistas.
1. Promulgada el 29 de marzo de 1830, para restablecer el acuerdo adoptado por las Cortes, el 30 de septiembre de 1789, reinando Carlos IV, según
el cual podían reinar las mujeres, en virtud de la costumbre ancestral,
reflejada en la ley 2.ª, título XV, partida 2.ª de las Partidas de Alfonso X el
Sabio, que establecía que en caso de que el monarca no tuviera vástago
varón el trono sería asumido por la hija mayor. La Pragmática dejaba
sin efecto el Auto de Felipe V, de 10 de mayo de 1713, denominado,
igualmente, Nuevo Reglamento de Sucesión, que puso en vigor la Ley
Sálica, según la cual, siguiendo con el criterio ya tradicional de la dinastía borbónica, no podían ocupar el trono miembros pertenecientes al
sexo femenino.
Pasea por Madrid 81
Francisco de Asís María Fernando de Borbón y
Borbón-Dos Sicilias hijo del infante de España
Francisco de Paula de Borbón, hijo de Carlos IV,
y de Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias, fue rey
consorte al contraer matrimonio con su prima
Isabel II.
La puesta en vigor, de nuevo, por el rey
felón de la Pragmática Sanción sería el punto
de partida de un conflicto armado entre carlistas y liberales que ensombrecería la convivencia entre los españoles a lo largo del siglo
xix con sucesivas etapas bélicas2 y numerosas
víctimas.
El 1 de octubre de 1833, mediante el Manifiesto de Abrantes, Carlos María Isidro desde
Portugal reivindicó sus derechos al trono y el
día 2 del mismo mes, por la noche, en Talavera de la Reina, Manuel María González,
funcionario, lleva a cabo la primera proclamación como monarca de D. Carlos, mediante el grito de ¡Viva Carlos VI!, ratificada el
día 5 en Bilbao y Vitoria. Surgen grupos de
apoyo al carlismo por todo el territorio nacional, especialmente en el norte, Cataluña,
Aragón, Valencia y en las zonas campesinas.
Una de las banderas esgrimidas por el carlismo para encontrar el máximo de adeptos fue
la de apoyar una política foral en contra del
centralismo característico de los Borbones,
cuando eran recalcitrantes absolutistas y su
lema el de: «Dios, Patria, Rey y fueros».
82 Pasea por Madrid
EL DESDICHADO MATRIMONIO DE ISABEL
Entre los diversos pretendientes para desposarse con la Reina, José Luis Comellas, en
su obra Isabel II, reseña que en un principio
los candidatos fueron los hijos de la hermana
de Doña Cristina, Doña Luisa Carlota, Francisco de Asís y Enrique. Francisco débil y
afeminado quedó inmediatamente descartado. Quedaba la opción de Enrique, hombre
valiente y de ideas progresistas y revolucionarias. Su candidatura, también se frustró,
como consecuencia de su osadía al sublevarse con un barco de la Marina. Otra alternativa era la de que contrajera matrimonio, con
Carlos Luis de Borbón y Braganza, conde
de Montemolín, hijo de Carlos María Isidro,
quien abdicó en él con la pretensión, apoyada
por Jaime Balmes y Donoso Cortés y el pontífice, Gregorio XVI, que intercedió ante la
madre de Isabel, María Cristina de Borbón,
considerando que de este modo acabaría la
confrontación entre liberales y carlistas, pero
tampoco prosperó esta opción, ya que a Isabel no le gustó el conde, según reseña Carmen LLorca, Cuando la mostraron un retrato
del candidato la Reina puso de manifiesto que
había percibido que era bizco y comentó que
De ningún modo me caso yo con un bisojo
. Otra posibilidad, y dentro de la misma dinastía, según Comellas, era que se casara con
el conde de Trápani, que aunque fuera tío de
Isabel, solo era tres años mayor que ella, alternativa, igualmente, fue desechada, al igual
que las de don Pedro de Portugal y el duque
Leopoldo de Sajonia – Coburgo.
Finalmente, se decide que los dos matrimonios de Isabel II y Francisco de Asís y de la
Infanta Luisa Fernanda y Antonio de Orleáns,
Duque de Montpesier tuvieran lugar el mismo día 10 de octubre de 1846, en Palacio.
¡Qué pena¡. Al final, como precisa Carmen
LLorca, Isabel se desposó con Francisco de
Asís, Duque de Cádiz que:
Los Borbones en pelota es un
álbum de láminas satíricas antiguas, se agrupan en 89 (de las
107 que se publicaron) escenas
procaces y hasta pornográficas,
donde se caricaturiza a personajes públicos de finales del reinado de Isabel II. Los originales
están depositadas en la Biblioteca Nacional y firmadas con
el seudónimo SEM abreviatura
de semen, firma habitual de los
hermanos Bécquer y posiblemente de otros humoristas gráficos de finales del siglo xix encuadrados en la Unión Liberal.
... reúne un mérito que no tenía ninguno de los
otros candidatos: no gustar a nadie. Y porque
posee un conjunto de perfecciones negativas
que satisfacen a Luis Felipe por su sospechada falta de condiciones físicas, a María Cristina porque seguirá mandando en Palacio, a
los moderados porque le estiman manejable.
Queda la Reina. Es una pobre niña un tanto
malucha y de la que se espera no tenga descendencia.
En definitiva, LLorca, alude a que:
María Cristina lo ha hecho todo mezquino,
lo ha embrollado todo y los partidos lo han
arruinado
Pobre Isabel, obligada a contraer matrimonio con Francisco de Asís con disfunciones
sexuales. Cuando le comunicaron quien iba
a ser su esposo exclamó: ¡Con Paquita no!
Como afirma J. A. Vidal Sales en su libro:
Los Borbones: una dinastía trágica, Isabel le
dijo claramente a María Cristina: «Yo no le
he buscado para que sea mi esposo, por tanto
no lo quiero». Mal la quería su madre cuando
con Felipe de Orleáns maquinó estos esponsales en contra de la voluntad de su hija que
lloró desconsoladamente por esta situación
irrevocable. María Cristina y el monarca galo
pensaban que ante la dificultad de tener hijos,
el heredero a la corona sería el descendiente
de su segunda hija, Luisa Fernanda, casada
con el hijo de Felipe, el duque de Montpesier,
pero no contó María Cristina de Borbón que
su hija Isabel, empujada al adulterio tuvo varios hijos, con varios amantes.
El Rey consorte puede que tuviera la enfermedad de hipospadias, una malformación
genética que le impedía realizar sus necesidades menores de pie e inexcusablemente te-
nía que orinar en cuclillas como las damas.
Esta deformidad sexual era un obstáculo insalvable para poder procrear hijos y de boca
en boca se propagaban coplillas satíricas y de
mofa acerca de esa anomalía del rey consorte. Manuel Barrios en Los amantes de Isabel
II: una apasionante vida amorosa, relata en
diferentes capítulos(2 al 16) los amores que
en distintas etapas tuvo la Reina, romances
a los que denomina según la época con apelativos como «El amor adolescente, el amor
efímero, el amor furtivo, el amor frustrado,
el amor romántico, amores de paso, el amor
desleal, el amor apacible, el amor incauto, el
amor imposible, el amor ilustrado, amores y
amoríos, el amor generoso, el amor aventurero y el amor marchito3».
2. Las Tres Guerras Carlistas del siglo xix tendrían lugar la primera
de 1833 a 1839 que, como indica Honorio Feito, es conocida también
como la contienda de los siete años. La segunda guerra se desarrolló de
1846 a 1849, llamada del Matiners (Madrugadores) y la tercera entre
los años 1872 a 1876. Los monarcas de la dinastía carlista son: Carlos V
(Carlos María Isidro); Carlos VI; Juan III; Carlos VII; Jaime I; Alfonso
Carlos I; Carlos VIII; Javier I; Carlos Hugo I (fallecido en 2010). EL
actual pretendiente al trono carlista es Carlos Javier de Borbón-Parma
y Orange Nassau.
3. Entre los amantes que tuvo se pueden reseñar al general Serrano,
al que Isabel apodó: El General Bonito; el marqués de Bedmar ;el capitán Enrique Puig Moltó (Parece ser que fue el padre del futuro Alfonso XII, conocido como el puigmolteño), José María Ruiz de Arana
(El pollo Arana, considerado como el padre de la infanta La Chata); el
compositor, Emilio Arrieta; el cantante, Mirall; Carlos Marfori; el conde
Valmaseda; y el poeta Miguel Tenorio. Francisco de Asís aceptaba con
resignación que su esposa diera a luz, pero para que reconociera su paternidad por cada vástago que la reina tuviera tenía exigia el abono de
un millón de reales, antes de presentar el nacido a la vista del pueblo.
Pasea por Madrid 83
El 23 de junio de 1844, Agustín Fernando
Muñoz y Sánchez, fue designado duque de
Riánsares. Contrajo matrimonio, en secreto, en
1833 ,con la reina regente: María Cristina de
Borbón-Dos Sicilias, cuando estaba estipulado
que aquella, por su regencia, no podía desposarse.
ETAPAS DEL REINADO DE ISABEL Y EL NACIMIENTO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Las fases del reinado de Isabel comienzan
con la regencia de 1833 a 1840 de su madre
María Cristina, la Reina Gobernadora, sustituida como regente por Espartero, de 1840
a 1843. María Cristina tuvo que dejar la regencia ya que Espartero la amenazó con hacer público que contrajo matrimonio con el
guardia de corps Fernando Muñoz, cuando
falleció Fernando VII, a los tres meses de su
muerte. Según el testamento del Rey no podía
ser regente si se casaba en segundas nupcias,
ya que perdía la tutela de las hijas y, en consecuencia, la regencia, El 8 de noviembre de
1843, en el Diario de Sesiones de las Cortes
se recoge la mayoría de edad de Isabel II y
comienza la llamada década moderada (18331844). El punto de partida es el paso del gobierno progresista de Salustiano Olózaga al
moderado de González Bravo, hasta la llegada al poder de Narváez en 1844, que impone una línea autoritaria y es reemplazado en
1852 por Bravo Murillo. Cesa Bravo Murillo
y es sustituido por gabinetes poco relevantes.
84 Pasea por Madrid
El núcleo inicial de la formación de los
partidos políticos se remonta a los liberales
de las Cortes de Cádiz de 1812. En el Trienio
liberal (1820-1823) los liberales se dividen
en doceañistas y exaltados o veinteañistas,
según se atuvieran a la Constitución de 1812
o propugnaran reformas más avanzadas. Los
moderados y progresistas se configuran ya
como partidos políticos durante la regencia
de María Cristina. La base ideológica del moderantismo es el liberalismo, con un carácter
conservador y doctrinario. Son partidarios de
un régimen constitucional, pero el sujeto de
la soberanía es compartido por el rey y las
Cortes. Sus principios se plasman en la Constitución de 1845.
El progresismo estuvo constituido por el ala
izquierda del liberalismo español. Su apelativo de progresistas se utiliza en las Cortes de
1837 y son partidarios de un progreso lineal
constante. Los progresistas apoyan el concepto de la soberanía nacional, la ampliación
del sufragio y la implantación de libertades
más amplias que las de los moderados.
Los progresistas se escindieron en dos tendencias y la más radical fundó otro nuevo
partido el demócrata que se constituyó en
1849. De 1854 a 1858 tiene lugar el bienio
progresista y de 1856 a 1858 el bienio moderado En 1858 se inicia un nuevo periodo el de
La Unión Liberal de O’Donnell cuyos acontecimientos más relevantes fueron la Guerra de África y la intervención en Ultramar,
como reseña Rafael Sánchez Mantero, en La
España de Isabel II. En 1863 gobiernan los
moderados que se turnan en el poder con los
unionistas hasta 1868 , en que acaece la Revolución: La Gloriosa . Los partidos más significativos del país fueron: La Unión Liberal,
los Moderados, los Progresistas, los Carlistas
y los Demócratas. El ala más a la izquierda
de los demócratas propicia la existencia de
grupos republicanos y socialistas.
Actual fachada del Congreso de Diputados. El proyecto de su construcción fue
elaborado y ejecutado por
el arquitecto Narciso Pascual
Colomer, iniciándose el 10 de
octubre de 1843 y siendo inaugurado el 31 de octubre de
1850 por la reina Isabel II.
Durante los siete años que
duraron las obras los diputados se vieron obligados a reunirse en el salón de baile del
Teatro Real de Madrid.
VALORACIÓN DEL REINADO DE ISABEL II.
Benito Pérez Galdós publicó un reportaje,
en el diario El Liberal, el 12 de abril de 1904,
en donde incluye la entrevista que realizó a
Isabel II, en 1902, en París, en la que hace
constar al inicio el respeto que le causó cruzar con ella sus primeras palabras, hasta que a
los diez minutos de conversación ya se sentía
cómodo por la naturalidad que le transmitió.
Menciono una breve parte del texto de Galdós:
... Nadie niega ni desconoce la inmensa ternura de aquella alma ingenua, indolente, fácil
a la piedad, al perdón, á la caridad… Fue generosa, olvidó las injurias, hizo todo el bien
que pudo… en la concesión de mercedes y
beneficios materiales se reveló por un altruismo desenfrenado, y llevaba en el fondo de su
espíritu un germen de compasión impulsiva
en cierto modo relacionado con la idea socialista, porque de él procedía su afán de repartir todos los bienes de que podía disponer y
de acudir a donde quiera que una necesidad
grande o pequeña la llamaba. ..
Isabel fue denominada por Benito Pérez
Galdós la de Los Tristes Destinos, pero en
realidad la autoría de esa expresión fue utilizada con anterioridad a la Revolución septembrina de 1868 por el diputado Aparici y
Guijarro, al que hace referencia en un reportaje, publicado por José Suarez y Vicens en la
portada del periódico: El Siglo Futuro, el 11
de abril de 1904, dos días después del fallecimiento de Isabel II.
En el primer párrafo de dicha crónica
Suárez indica:
En un memorable discurso, joya de la oratoria castellana, que será admiración de las
edades mientras no se pierda el tesoro de
nuestra literatura, con frase shakesperiana
llamó Aparici y Guijarro á Isabel II, antes
que la revolución la destronase, reina de los
tristes destinos.
En otra parte del artículo Galdós menciona
las palabras exculpatorias de la soberana en
a cuanto sus equivocaciones durante sus primeros años de reinado:
¿Qué había de hacer yo, tan jovencita, reina a los catorce años, sin ningún freno en mí
voluntad, con todo el dinero á mano para mis
antojos y para darme el gusto de favorecer a
los necesitados; no viendo más que personas
que se doblaban como cañas. Ni oyendo más
voces de adulación que me aturdían? ¿ Qué
había de hacer yo?...Póngase en mi caso...
Iglesia del convento del Espíritu Santo en que se reunían los
diputados a partir de 1834, hasta la decisión de construir el
nuevo edificio.
Pasea por Madrid 85
SAGASTA
PRIM
SERRANO
TOPETE
AYALA
LORENZANA
RUÍZ ZORRILLA
ROMERO ORTIZ
FIGUEROLA
Gobierno provisional del 8 de octubre de 1868 tras la caída de Isabel II. Biblioteca Nacional
Asimismo, Luis Bonafoux, el 9 de abril
de 1904, sábado, en el Heraldo de Madrid,
publicó una crónica con la denominación de:
Muerte de Isabel II. Merece citar un breve párrafo del autor sobre la reina:
Isabel II fue una mujer muy española. Recordándolo el pueblo se inclina hoy respetuosamente ante su tumba.
Hace constar que el punto de partida de los
defectos que se achacaron a Isabel fue consecuencia de su desafortunado matrimonio con
Francisco de Asís.
Isabel se negó en principio a contraer el matrimonio con él e incluso pensó ingresar en
un convento y no ocupar el trono. Cuando le
comunicaron a Isabel el enlace con Francisco
exclamó: «¡Con Paquita no!» .
Bonafoux glosó la figura de la soberana,
los aspectos positivos de su reinado y su encantadora personalidad e imputó a los moderados el hecho de que Isabel no pudiera reinar
con criterio certero y justo. Ellos fueron culpables, según Bonafoux: «de los errores tremendos de que la que se llamó, La Reina de
los tristes destinos..».
A mayor abundamiento, la inestabilidad de
los numerosos gobiernos que se sucedieron
86 Pasea por Madrid
durante su mandato, en torno a cincuenta y
nueve, marcaron su criterio desafortunado
para llevar con acierto las riendas del país.
Asimismo, Bonafoux realizó una comparación entre las monarquías de Victoria I de
Inglaterra e Isabel II de España, considerando una injusticia atribuir a la soberana
británica las glorias de su reinado y a Isabel
las desdichas del suyo. Lo que configuró el
destino de los dos reinados es que Victoria
contrajo matrimonio con el príncipe Alberto, modelo de príncipes y además contó con
estadistas de gran talla como Robert Peel,
lord Melbourner, Palmerston Gladstone
y Disraeli, mientras que ,en ese sentido,
la suerte le fue adversa a Isabel al casarla
obligatoriamente con su primo, Francisco
de Paula, hombre débil, carente de virilidad, y que no disponía de una preparación
política adecuada. También, Isabel tuvo
consejeros y estadistas mediocres que fueron los principales culpables de los mayores errores cometidos por Isabel. En ese
nefasto matrimonio de Isabel y la ausencia
de cualificados e imparciales políticos estriba el origen de los fallos del mandato de
la Reina.
El embajador español en París León y Castillo tuvo la oportunidad de entablar una sincera amistad con Isabel II en su exilio parisino y resaltó su chispa, encanto y simpatía.
El diplomático quedó gratamente satisfecho
de la personalidad de Isabel y afirmó, como
reseña Carmen Pérez Llorca, que «en verdad
era un encanto oírla». Con frecuencia la ex
reina compartía con él por las tardes interesantes momentos de tertulia en los que Isabel le relataba esas experiencias positivas y
amargas que pasó durante su reinado.
En esta estima que en sus últimos años
suscitó Isabel, podemos, igualmente, poner
como ejemplo la audiencia que concedió al
que fue tercer presidente de la República Española, Nicolás Salmerón, que, sorprendido
agradablemente por el encanto de su anfitriona, glosó sus virtudes.
Juan Pérez de Guzmán, en una reseña publicada en el periódico La Época, el 9 de abril
de 1904, hace referencia con las siguientes
palabras a la valoración de su reinado:
Todo el reinado de Isabel II fue una perpetua
resurrección nacional, en medio de la calamidad
perpetua de las divisiones políticas. La cultura
española jamás había alcanzado igual altura.
Una de sus mayores satisfacciones era la
de proceder al indulto de la pena capital,
actividad que podía realizar el día de Viernes Santo. En ese sentido, la Reina era una
avanzada para su época por esa disposición para que el reo no fuera ajusticiado.
Las camarillas formadas por Sor Patrocinio4, el padre Fulgencio, el padre Claret –
único que pudo tener cierta influencia positiva– y el padre Cirilo, constituyeron un
freno para la evolución política del país,
así como el autoritarismo del Espadón de
Loja, Narváez, que ostentó el cargo de
presidente del gobierno nada menos que
en siete ocasiones.
Nadie pude poner hoy en duda sus fecundas
realizaciones en su dilatado reinado5 de 1833
a 1868.
Así la Real Academia de la Historia, en la
exposición sobre Isabel II y su época del 2004,
rindió un merecido homenaje a Isabel II, aportando todo un material que acreditaba su positiva labor, además del catálogo editado y el texto
de las siete conferencias impartidas por prestigiosas personalidades que abarcaban diferentes
facetas relativas a la economía, sociedad, política y cultura en la España de Isabel II.
Ramón María Narváez pintado por Vicente López.
Tras rechazar cualquier tipo de cargo durante el reinado de
Fernando VII, se incorporó en 1834 al lado de los isabelinos durante las Guerras Carlistas. Al alcanzar la mayoría
de edad Isabel II en 1843, fue nombrado presidente del
gobierno y impulsó la nueva Constitución de 1845.
También la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, fundada por Isabel II, el 9 de
septiembre de 1857, se sumó al homenaje a
la soberana, que en 1847 había ya creado la
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas
y Naturales, En dicho acto tanto Juan Velarde como Miguel Herrero de Miñón resaltaron
las aportaciones de la Reina, reivindicando su
figura y su apoyo para la modernización del
país. Velarde disertó sobre el tema: El cambio
económico del reinado de Isabel II y glosó
las diversas reformas y realizaciones en este
ámbito y Herrero de Miñón centró su intervención en: El significado constitucional del
reinado de Isabel II.
4. María Rafaela Dolores del Patrocinio conocida por el sobrenombre
de La monja de las llagas.
5. Durante su minoría de edad desempeñaron el cargo de regentes: La
Reina Gobernadora de 1833 a 1840 y Espartero de 1840 a 1843.
Pasea por Madrid 87
Estatua de Isabel II en la plaza que
lleva su nombre en Madrid.
La proclamación de la mayoría de
edad de Isabel II fue anticipada, a
propuesta de Joaquín María López
y el 8 de noviembre de 1843, con
solo 13 años, obtuvo la citada mayoría.
LOGROS DEL REINADO DE ISABEL II
En el haber del reinado de Isabel cabe reseñar los logros que cita la mencionada Academia y otras entidades: La consolidación
de la Monarquía constitucional y del estado liberal, la división provincial de nuestro
país, obra de Javier de Burgos en 1833, la
introducción del sello postal en 1851, la
nueva Ley de Carreteras de 7 de julio de
1851, la Ley de arreglo de la Deuda Pública
de 1 de agosto de 1851, el Servicio de Telégrafos en 1852, la Exposición Nacional de
Bellas Artes en 1854, la Ley de Desamortización General de 1855, denominada Ley
Madoz, el Banco de Isabel II, fusionado con
el de San Fernando, que a su vez se refundieron en una única entidad: el Banco de
España, la reforma de la Hacienda Pública
1845, leyes de Minas 1849 y 1859, la fundación del teatro de la Ópera de Madrid,
el Liceo, el Real Conservatorio Superior de
Música y la revitalización del Ateneo, la
donación de su valiosa colección de pintura para el Real Museo de Pintura y Escultura actual Museo del Prado, la fundación
de la Biblioteca Nacional la reforma del sistema pedagógico, la desaparición del régimen de servidumbres, la desvinculación de
los mayorazgos, el código de 1848, las Leyes: hipotecarias de 1861, del notariado de
1862, y de aguas de 1866, la inauguración
primera línea ferrocarril Barcelona-Mataró
el 26 de octubre de 1848, en Madrid el primer tren, conocido como el tren de la Fresa (Madrid-Aranjuez), el 7 de diciembre de
1851, la línea, pionera, en Cuba el 10 de
noviembre de 1837 que enlazaba Güines
con la Habana.
Con motivo de las disertaciones impartidas
por ambos académicos la mencionada entidad
editó una publicación en donde se recoge el
texto de las conferencias. En la introducción
de aquella, denominada «Isabel II, y el gran
cambio de la vida española», merece destacar
los testimonios que vienen a paliar la incomprensión e injusticia cometidas contra la soberana y muestra de esa ceguera es la falta de
afecto durante su fallecimiento y en el sepelio
que se organizó para el enterramiento de sus
restos, reconociendo la Real Academia que:
Tenía una deuda con la Reina fundadora,–esa
jovencita– que contempla desde su cuadro todas las actividades solemnes de esta Corporación…
Reconociendo así mismo:
... Cien años después, libres ya de mil disparates sobre este reinado lanzados por personas
de buena pluma, pero insolventes como historiadores, España contempla de otro modo
a Isabel II. Esta Corporación, con este acto,
se suma a esta rectificación y muestra con
claridad su admiración por aquella joven que
supo, con su acción, procurar que la de su reinado fuera otra hora de España. Y esto es lo
que queremos dejar ahora claro.
Si analizamos este texto observamos la
contundencia de las palabras contenidas en el
mismo que, a través de ese testimonio, reconocen con claridad meridiana la necesidad de
dejar constancia que el reinado de la de los
tristes destinos fue una etapa fructífera en la
que hubo consecuciones de gran calado que
coadyuvaron a la modernización del país desde un punto de vista político y económico.
88 Pasea por Madrid
Francisco José Gómez, autor de libros de temática histórica de las religiones como
Dioses, templos y oráculos, texto que ya ha sido traducido a otros idiomas, Breve
historia de Jesús de Nazaret, y Madrid, una ciudad para un Imperio, detalla minuciosamente los orígenes de las costumbres navideñas, en esta, su cuarta monografía.
RECOMENDAMOS LEER
Pasea
por
Madrid
BREVE HISTORIA DE
LA NAVIDAD
La Navidad y su celebración es una
constante en nuestra cultura desde hace
más de mil quinientos años. Francisco
José Gómez expone en su ya cuarto libro: Breve Historia de la Navidad, el
origen, la evolución y la propia crónica de tales festejos y de sus peculiares
costumbres; presenta época a época
las ceremonias, personajes y usos que
la caracterizaron; aborda los episodios
históricos navideños más notables, propios de época tan benévola y piadosa,
además de otros aspectos de diversa índole. Y así, partiendo del estudio de las
fuentes escritas, y del material visual
que se facilita, hace desfilar por estas
páginas personajes, sucesos, tradiciones y anécdotas que han configurado la
celebración de la Natividad.
En este libro puramente histórico, el
autor ha conseguido trasladar al lector
la vivencia y estado de las fiestas navideñas en cada periodo de la Historia,
con lo que ha logrado una obra completa que no debe ser leída exclusivamente
durante este periodo del año.
Francisco José Gómez Fernández, tras estudiar Historia
Antigua en la Universidad de Valladolid, se dedicó muy
especialmente al conocimiento de las religiones antiguas.
Fruto de estos estudios son sus muchos artículos en revistas de tema histórico, tales como Hispania Antiqua, Historia de Iberia Vieja, Medieval, El Basilisco, Historia y
Vida y la prestigiosa revista Arqueología entre otras. Ha
impartido múltiples cursos y conferencias relacionadas
con el mundo de las religiones antiguas, la Biblia y los
orígenes del cristianismo, y colaborado en diferentes espacios de radio. Desde hace un año imparte un curso sobre
Historia de las Religiones Antiguas en el Instituto Bíblico
y Oriental de León.
Formato 13x19 cm
Páginas 306
ISBN 978-84-9967-536-7
Edita: nowtilus
También bajo demanda y formato
digital
Mas información en:
www.brevehistoria.com
Pasea por Madrid 89
Reflejos históricos de la
Navidad en Madrid
Texto de Francisco José
Gómez Fernández
Licenciado en Historia
Son las celebraciones de Navidad unas de nuestras más antiguas,
hermosas y profundas tradiciones en valores, cultura y espiritualidad. Su sentido, su prolongada historia en el tiempo, y su amplia
aceptación en el mundo occidental generaron, a lo largo de los siglos, ceremonias y prácticas religiosas, manifestaciones culturales,
y actitudes que siguen vivas entre nosotros hoy. Madrid, especialmente desde el momento en el adquirió la capitalidad, como cabeza y reflejo de España, ha vivido de manera privilegiada a lo largo
de la Historia, estas solemnidades y sus principales manifestaciones, ofreciéndonos una imagen nítida de las celebraciones de la
Navidad en nuestro país, en sus múltiples vertientes. Junto a las
peculiaridades propias de nuestra capital, en las siguientes páginas descubriremos lo centenario y rico de muchas de nuestras tradiciones, que han llegado hasta nosotros gracias a las vivencias y
costumbres de nuestros antepasados, que nos legaron una de las
manifestaciones más propias y características de nuestra cultura,
haciéndonos a su vez herederos y garantes de las mismas para las
generaciones futuras.
90 Pasea por Madrid
Pasea por Madrid 91
Elaboración de figuras en barro
en el taller de J.Malo S.L.
Este asunto inquietaba desde antiguo a las
autoridades islámicas, que advertían de lo inadecuado que era aceptar las palabras y costumbres propias de las religiones del Libro,
esto es, de la Biblia. En este sentido se había
manifestado, hacía ya más de un siglo el segundo califa ortodoxo, Umar ibn al Jattáb1:
... Apartaos de las fiestas de los cristianos y
judíos porque la cólera divina caerá sobre
ellos en sus reuniones, y no aprendáis sus forma de hablar para que no toméis nada de su
carácter.
AQUELLAS DESCONOCIDAS PRIMERAS NAVIDADES EN MADRID
Ciertamente no sabemos cuando se celebró la
Navidad en Madrid por vez primera. De haber
sido sus orígenes, tal y como parecen revelar algunas excavaciones, un pequeño asentamiento
urbano visigodo llamado Matrice, sería lógico
pensar que fue en aquel siglo vii cuando estas
tierras conocieron la liturgia y la celebración
propia de la Natividad de Jesús. Quizás, y
aunque parezca extraño, también la celebraran los musulmanes andalusíes que fundaron,
por orden del emir Muhammad I (852-856),
el primitivo alcázar que dio lugar al viejo
Mayrit musulmán, Magerit para los antiguos
castellanos. Y es que el milád, o nacimiento
de Jesús, fue una fiesta muy celebrada entre
los sarracenos hispánicos, tanto por tratarse
para el Islam de un profeta más, que anunció
la llegada de Mahoma, como por la convivencia constante, que se daba con los cristianos,
en ciudades musulmanas tales como: Zaragoza, Sevilla, Córdoba, Tortosa, Alicante, Toledo, Granada…
92 Pasea por Madrid
En el siglo xi, más en concreto en el año
1083, Madrid fue conquistada por el rey Alfonso VI, e incorporada a la corona de Castilla y León. El enclave se cristianizó, y la
población y sus habitantes vivieron a partir
de aquel momento inmerso en las costumbres propias de las poblaciones cristianas de
su época. Y así, aquellos madrileños, transcurrido el tiempo previo de penitencia y oración que forma el «Adviento», recibieron la
Nochebuena con las alegrías propias con las
que se hacía en todo el mundo cristiano, y
asistieron a la Misa del Gallo, donde se representaban los primeros belenes vivientes,
y se daban algunos excesos, en especial con
el bueno de san José, en el deseo de los feligreses de manifestar su convicción profunda
de que el Niño que acababa de nacer era hijo
de Dios, y no de hombre. Seguramente, y al
igual que en el resto de la Cristiandad, a tal
punto llegaron las burlas y abusos, también
en aquel Madrid, que hubieron de aplicarse las prohibiciones, promulgadas en el año
1207, por el papa Inocencio III (1198-1216),
contra los espectáculos que bajo forma de
teatro sacro se daban especialmente entre la
fiesta de los Santos y la Navidad, en el interior de los templos.
De vez en cuando, tiene lugar en las propias
iglesias, espectáculos teatrales, y no sólo se
introducen, con fines de escarnio, mascaradas monstruosas, sino que también, en los
tres días de fiesta que siguen a la Navidad de
Cristo, los diáconos, los sacerdotes y los subdiáconos, por turnos, ostentando las extravagancias de su propia locura, con sus propios
gestos, con obscenas exaltaciones a la presencia del pueblo, degradan el decoro sacerdotal.
Inocencio III, Compilatio Tertia, 1207
En los reinos de Castilla y León la prohibición se aplicó igualmente, síntoma inequívoco de la similitud de la situación, sin embargo
la piedad a la que movían las representaciones más respetuosas entre el pueblo cristiano,
llevó al Papa a reconsiderar su decisión, y así
como a los monarcas castellanos, que levantaron tales prohibiciones:
Pero representación hay que pueden los clérigos hazer: así como de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, en que muestra cómo
el ángel vino a los pastores e cómo les dijo
cómo era Jesucristo nacido. E otrosí de su
aparición como los tres Reyes lo vinieron a
adorar. E de su resurrección, que muestra que
fue crucificado e resucitó al tercero día, etc.
Alfonso X el Sabio, Las siete partidas, Partida I.
Pero fueran como fuesen aquellas primeras navidades madrileñas, y pudiendo añadir
mucho más a lo ya escrito, por pura similitud
con el resto del mundo cristiano, lo cierto es
que las líneas anteriores sólo son puras especulaciones, las más lógicas sin duda, y posiblemente las más acertadas, pero teorías que
no podemos probar, por lo cual debemos centrarnos en aquello que sabemos, y no sólo en
lo que suponemos. Y a este respecto merece
ahora la pena dar un salto en el tiempo hasta
nuestros siglos del Imperio, en los que Madrid,
ya capital del España, que era lo mismo que
decir capital del mundo, centra las miradas de
reyes, estadistas, santos, cronistas y hombres
en general, que poblaron sus calles, movieron
a sus gentes y dejaron testimonios ciertos de
unas magníficas celebraciones navideñas, en
las cuales ya podemos identificar las nuestras
propias, como herederos que somos de aquellos españoles afincados, como dirá Francisco
Santos, escritor del xvii «…en la gran Patria
del Mundo, en la madre de los nacidos, en el
oratorio del Cielo, en el abrigo de los pobres,
en el Imperio del Orbe, en la silla de los Mayores Monarcas de la Tierra, en Madrid».
EXTRACTO DEL TRATADO DE AL AZAFI
En referencia al milád, podemos extractar
el texto de Al Azafi2:
En estas fiestas se hacen unos a otros, preciosos regalos que han elegido de antemano y ciudades en la que forman e inventan
diversas figuras. Los ricos montan en sus
casas puestos como el de los tenderos y
arreglan esmeradamente. Hay gente que
permite que sus familiares comer de ellos y
otros se los prohíben. Los adornan como si
se tratase de una desposada subida en su
estrado. Los hay que venden una parte de
aquello y venden el resto.
Nos ha contado más de un viajero que en
algunas ciudades de Al Andalus estos puestos llegan a valer setenta dinares o más,
por los quintales de azúcar que contienen,
las arrobas de alfeñiques, la variedad de
frutas frescas, bolsas de dátiles, sacos de
pasas e higos de diferentes clases, especies
y variedades, y toda suerte de cascajo: nueces, almendras, avellanas, castañas, bellotas y piñones; amén de caña de azúcar y
toronjas y toronjas, naranjas y limas de la
mejor calidad. En algunas ciudades hacen
cazuela de pescado en salazón en lo que
gastan hasta treinta dirhams y otras comidas por el estilo (...)
Sueltan a los niños de las escuelas, y con
ello les llenan el corazón de amor por estas
innovaciones que ya han echado raíces.
1. Nacido en La Meca hacia el 581, combatió en un primer momento contra Mahoma y los fieles de la nueva
religión, pero más tarde se convirtió al islam y llegó a
ser uno de los lugartenientes más fieles del profeta. Era
además suegro de Mahoma, ya que éste se casó con su
hija Hafsa. Una vez elegido califa, Umar luchó contra el
Imperio bizantino y Persia. Se lanzó a la conquista del
Mediterráneo oriental, echando las bases del imperio
islámico que sus sucesores extenderían
2. Abu al-Abbas al-Azafi (1162-1236) fue un erudito y
miembro de los Banu al-Azafi que gobernó Ceuta en
lo religioso y legal siglo xiii. Era un experto en el análisis de la tradición oral (riwaya wa Diraya) y escribió
una biografía del santo Sidi Abu Berber Yaaza Yalnour
ibn Abdallah ibn Maimun Dukkali Hazmiri al-Garbi
(572/1157): La Columna de certeza en el liderazgo de
los conscientes de Dios) y Su obra más importante Kitab ad-Durr fi al-munazzam i ‘al-Mu’azzam-l mawlid.
estableció la costumbre de celebrar mawlid en Ceuta y
se propagó por todo el Magreb Al Andalus
Pasea por Madrid 93
Belén viviente de un pueblo de la periferia de Madrid.
LAS ESPLÉNDIDAS NAVIDADES MADRILEÑAS DE LOS SIGLOS DEL IMPERIO
Fue en 1561 cuando aquella villa a orillas
del Manzanares se convirtió por secreto y
expreso deseo de Felipe II en la capital de
España. A partir de ese momento el interés,
y las noticias recogidas, sobre multitud de aspectos relativos a la vida de la población y
de sus habitantes, creció de manera singular,
abarcando también sus celebraciones en general, y a la Navidad en particular. Gracias
a tales testimonios tenemos actualmente una
idea cierta y precisa de cómo se festejaban,
en estos siglos xvi, xvii y xviii, las Pascuas de
la Natividad de Jesús en aquel Madrid, que
constituye el mejor reflejo de cómo se hacía
en toda España.
Tras las preparaciones y devociones que se
realizaban en Adviento3, las cuatro semanas
previas al 25 de diciembre; llegaba la Nochebuena, en la que antes de la Misa del Gallo,
se hacía la última de las frugales colaciones
propias de este tiempo penitencial, con la que
terminaba el ayuno. A continuación, y cerca
de la medianoche, la población, en su práctica
totalidad, pues en la España de entonces se
consideraba que junto con el Corpus Christi y la Semana Santa, la Navidad era una de
las tres grandes fiestas de la Cristiandad; se
dirigía a las iglesias con el fin de participar
de la liturgia que celebraba el nacimiento del
Señor. Había comenzado la Navidad y las alegrías propias de este tiempo de esperanza.
94 Pasea por Madrid
Entonces los júbilos y jolgorios tomaban
los templos, las calles y los hogares, pues la
fiesta posterior se prolongaba durante toda
la noche. Cofradías, asociaciones, grupos de
amigos…, organizaban ceremonias religiosas
y diversiones, como aquellas en las que, durante muchos años, participó Lope de Vega,
en la Cofradía del Caballero de Gracia, ubicada en la calle del mismo nombre. Sabemos
que nuestro genial dramaturgo iba acompañado de comediantes y músicos, en ocasiones
de la compañía de un tal Riquelme. El Duque
de Sessa le prestaba su coche para el desplazamiento, partiendo de su casa a eso de las
diez de la noche y recogiéndole de nuevo en
la Cofradía a las dos de la mañana, lo que da
un margen de cuatro horas, en el transcurso
de las cuales tenía lugar la Misa y los posteriores bailes y juegos. Los propios monarcas
gustaban de tales fiestas, tal y como nos relata
el propio rey Felipe II: «la pasada noche me
acosté a las tres porque se acabó poco antes
la Misa del Gallo...», escribía el rey Prudente
a sus hijas, el día de Navidad del año 1581,
desde Lisboa.
Las sucesivas noches del tiempo de Navidad la fiesta se trasladaba a los hogares. En
la España del Imperio, la celebración se vivía
de puertas para adentro, especialmente entre
las clases altas. La aristocracia y la alta burguesía organizaban reuniones en sus casas, a
las que invitaban a los familiares y amigos
más cercanos, y en las que se disfrutaba de
La Adoración de los Magos de Peter Paul Rubens. Escuela Flamenca. Barroco Siglo XVII
la conversación, se presenciaban o interpretaban pequeños dramas, se bailaba, y se desarrollaba el festejo en general. Las veladas y la
tertulia eran muy valoradas, considerándose
que esta era la época del año adecuada para
practicar semejantes «artes». Lucas hidalgo,
escritor de finales del xvi e inicios del xvii, da
fe de ello en sus Diálogos de apacible entretenimiento, a través de uno de sus personajes
DOÑA MARGARITA: - ¿Cuándo nos tornaremos a juntar a gozar destos tan agradables
ratos, señor Fabricio?
FABRICIO: - Arabién está, que si por la vecindad no se murmurare de nuestra conversación y viéremos que se recibe con gusto lo
pasado en estas Carnestolendas, nos volveremos a juntar para las noches de Navidad, que
son a propósito para formar segunda parte de
nuestra conversación, con el favor del Cielo.
Gaspar Lucas Hidalgo, Diálogos de apacible entretenimiento, Valladolid, Sebastián de
Cormellas, 1603.
Igualmente reveladora, es la obra de es
Mariana de Carvajal Navidades de Madrid y
noches entretenidas en ocho novelas, publicada en 1663. La autora narra en su libro con
gran naturalidad el ambiente social al que ella
pertenecía, el de la pequeña nobleza y burguesía madrileñas. El marco en el que se encuadra la acción es el domicilio de una viuda
rica y hermosa, doña Lucrecia de Haro, que
reune en su casa, próxima al Prado durante
las noches del tiempo de Navidad, a vecinos
y amigos de uno y otro sexo, que conversan
animadamente, leen novelas en voz alta, recitan poesía, escuchan música y bailan. Evidentemente, tantas noches de jolgorios y divertimentos conllevaban un considerable derroche
de imaginación, a fin de evitar la repetición y
el consiguiente tedio. Pero esto no suponía un
problema para aquellos españoles, a juzgar
por las obras publicadas por algunos autores
que inventaban o recopilaban textos con entretenimientos adecuados para las veladas.
3. El «Adviento» o venida del Redentor (adventus Redemptoris) es el primer período del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación espiritual para la celebración
del nacimiento de Cristo. Su duración suele ser de 22 a 28 días,
dado que lo integran necesariamente los cuatro domingos más
próximos a la festividad de la Natividad.
Pasea por Madrid 95
Belén montado en un Seat 600, Archivo de la Comunidad de Madrid, fondos de Santos Yubero.
Don Antonio Sánchez Tórtoles, publicó en
Madrid en 1673, un libro de contenido muy
heterogéneo y diverso, con curiosidades y
divertimentos de interés, y un título muy revelador y llamativo: El entretenido. Primera
parte. Repartido en catorce noches, desde la
víspera de Navidad hasta la del día de los Reyes. Celebradas en metáfora de academias,
de verso y prosa, en que se ostentan varios
asuntos, muy provechosos y entretenidos.
Era propio también de estos siglos felicitar
por escrito las Pascuas de Navidad, aunque
no bajo la forma postal característica de nuestro tiempo, sino dentro de una carta; desear
un feliz Año Nuevo, e igualmente dar aguinaldos, costumbre ya constatada a finales de
la Edad Media. Así era, en las Navidades de
1514, el cardenal Cisneros, desde Alcalá de
Henares, en un escrito dirigido al canónigo
Diego López de Ayala, le pide que le felicite
las Pascuas al rey y a otros notables de la Corte. Don Francisco de Quevedo, por su parte,
en las Navidades de 1630, envía al Duque de
Medinacelli, un escrito en el que escribe: «Dé
Dios a V.E. estas Pascuas con la salud y el
contento que yo deseo». La condesa D’Alnouy, aristócrata y escritora francesa, nos
relata en sus Memorias de la Corte de España, escritas a finales del xvii, que: «Como se
aproximaba el fin del año, cumpliendo la costumbre, fui a felicitar a la reina y a desearle
muchas prosperidades». En cuanto a los agui96 Pasea por Madrid
naldos o cestas de Navidad se refieren autores como don Luis de Góngora (1561-1627),,
don Francisco de Rojas Zorrilla (1607-1648),
o don Miguel de Cervantes, que dice en su
entremés La cueva de Salamanca (1615):
«La canasta es de Pascua, porque en ella hay
empanadas, fiambreras, manjar blanco y dos
capones… y todo género de fruta».
Semejantes veladas y saraos tenían lugar ya
frente a un Belén, pues en no pocas casas, en
iglesias y conventos existía la costumbre de
colocar estas figuraciones durante el tiempo
de Navidad. Tal representación en miniatura
de los misterios del nacimiento de Jesús había nacido allá por el siglo xiii, en Italia, llegando a nuestras costas levantinas esa misma
centuria. Sin embargo, la primera y más antigua de nuestras tallas conservadas, una huida
a Egipto, se encuentra en un pueblo de Palencia. Nuestro primer Nacimiento completo
es el del Hospital de la Sangre, de Palma de
Mallorca, realizado a finales del siglo xv por
los reconocidos hermanos Alamanno.
En cuanto a los belenes domésticos hemos
de decir que, dada la antigüedad de sus figuras, su escaso valor económico y los endebles
materiales con los que estaban realizados,
apenas nos han llegado muestras. No obstante no faltan los testimonios escritos que corroboran su existencia. El ya citado Lope de
Vega, fallecido en 1635, legó a su hija Antonia Clara, en su testamento, diversas figuritas
Figuras del Belén de Francisco Salcillo
que guardaba en un arcón. Ésta, a su vez, hizo
constar en su pliego de últimas voluntades,
fechado el 2 de octubre de 1669, su deseo
legar a su hermana estas mismas imágenes:
«… dejo a mi hermana Marcela un cofre con
todas las figuritas que están dentro de él que
se ponían en el nacimiento». Igualmente, gracias a una carta que el escritor remitió a su
protector, el duque de Sessa, sabemos que, en
este siglo xvii, ya se empleaban lienzos pintados que servían de fondo para ambientar los
nacimientos.
Los conventos madrileños, sobre todo las
clausuras, han sido excelentes custodios de
algunas de las mejores muestras de estos altaricos de Pascua. Las Descalzas Reales de Madrid conservan algunas piezas extraordinarias,
como un Belén realizado en plata, coral y esmaltes, procedente de Trápani, (Sicilia, Italia),
de cuya calidad da idea el hecho de que en un
primer momento fuese un regalo para Felipe
II. Dentro también de los muros de este cenobio se conserva un Belén napolitano, regalado
a las religiosas por la a Duquesa de Béjar; además de unas figuras de los Reyes Magos en
adoración, de unos 25 cm de altura, realizadas
en la primera mitad del siglo xvi, en madera
dorada y policromada. Otro ejemplo de Nacimiento de la época es el Belén de la infanta
Isabel Clara Eugenia, conservado en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial.
Con la llegada de los borbones en el siglo
no aparecieron grandes novedades,
sino tan sólo algunas modificaciones en lo
relativo a los Belenes. Nuestro monarca Felipe V (1700-1746) era un gran aficionado
a estas representaciones. Todos los años, y
antes de la Navidad, mandaba montar en el
Palacio del Buen Retiro de Madrid, un nacimiento que le había regalado el Virrey de
Nápoles, y permitía la entrada del pueblo en
la sala, para que esta obra pudiera ser contemplada. Su hijo Carlos III, rey de España
entre los años 1759 y 1788, fue un hombre
piadoso y un entusiasta del belenismo, hasta el punto de participar personalmente en
el montaje del Nacimiento de Palacio. Fue
el introductor del «Belén Hispano-Napolitano» en nuestro país, una modalidad muy
peculiar de representación de la Natividad,
caracterizada por su magnitud, vistosidad y
la gran cantidad de tipos populares y escenas cotidianas que aparecen en el mismo.
Este monarca regaló a su hijo, el que habría
de ser Carlos IV (1788-1808), el denominado «Belén del Príncipe», un nacimiento napolitano que llegó a tener seis mil figuras.
Actualmente se pueden contemplar algunas
piezas de estos conjuntos en el Palacio Real
de Madrid, en el Museo Salzillo de Murcia
o en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.
xviii,
Pasea por Madrid 97
Vendedora de lotería del 22 de diciembre. Sorteo de Navidad. Fondos Santos Yubero.
Venta de casitas y figuras para belenes. Fondos
Santos Yubero.
NAVIDADES CASTIZAS DE LOS SIGLOS XIX y XX
Posiblemente el recuerdo más vivo entre
nosotros de unas Navidades madrileñas históricas, entendiendo por tal no contemporáneas, sea aquel que más próximo se halla, y
que hemos formado gracias a la literatura, la
música, los álbumes de fotos antiguas, o quizás las conversaciones con nuestros abuelos.
Éstas serían, por tanto, las Pascuas de finales del xix y de la primera mitad del siglo xx,
fiestas cuyas imágenes han anidado en nuestra memoria y han marcado en gran medida
nuestra forma de celebrarlas actualmente.
Dejando ahora a un lado las solemnidades religiosas, y su sentido, pues unas y otros no han
sufrido modificaciones en su esencia, prácticamente desde la Edad Media, la preparación de
las Navidades en el Madrid del xix comenzaba
con las visitas a los mercadillos de la capital,
siendo el primero de ellos el que se ubicaba en
la Plaza de Santa Cruz, frente al actual Ministerio de Asuntos Exteriores. Sabemos de su existencia ya en el siglo xvii, cuando sus puestos se
dedicaban a la venta de alimentos, flores y otros
artículos. Con el paso del tiempo este mercadillo evolucionó, y aunque sito en el mismo lu98 Pasea por Madrid
gar, en el xix sus productos habían cambiado,
tratándose en este momento de comestibles
propios de la gastronomía navideña matritense:
lombardas, pavos, turrones, mazapanes, dulces,
cascajo… Años después, fue el mercadillo de
la Plaza Mayor el que acogió la venta de estos
alimentos, mientras que su semejante de Santa
Cruz se especializó en artículos de broma, panderetas, zambombas, juguetes, abetos, figurillas
de Belén... El primer reglamento que regulaba
estos negocios llegó de manos del Ayuntamiento en el año 1834. Su objetivo era el de marcar
unos precios ajustados y evitar abusos y desórdenes, lo que llevó a varias reactualizaciones de
tales ordenanzas en los años 1911 y 1944, momento, este último, en el que el Ayuntamiento
decidió concentrar los mercadillos en la Plaza
Mayor y prohibir en ellos la venta de alimentos
en ellos.
Los comestibles que se adquirían en los citados puestos callejeros eran los propios de
la dieta característica de la Nochebuena madrileña. Ésta es relativamente moderna, pues
quedó fijada hacia el siglo xviii. La cena de
Nochebuena del madrileño medio, y también
la comida de Navidad, se componía de los
siguientes platos: Para abrir boca se servían
unas fuentes de embutidos y croquetas, también la lombarda o bien sopa de almendras.
Venta de cestas de Navidad.
Fondos Santos Yubero.
Compra de pavos en la Plaza Mayor.
Fondos Santos Yubero.
A continuación, y acompañado de ensaladas,
llegaba el pavo relleno de ciruelas y piñones,
el cordero asado o el popularísimo besugo al
horno. Debemos resaltar que este pescado, tan
identificado con Madrid en estas fiestas, es uno
de los platos más antiguos que se pueden degustar en nuestras mesas, pues de él nos han
llegado noticias desde el siglo xv. El poeta y
cronista Pedro de Gratia Dei (+ 1530), ya hace
referencia a esta afición de los madrileños por el
mencionado besugo:
Besugada teneredes
si la pasáis en Madrid,
grato pescado gallego,
besugos del Cantabrí.
La receta para prepararlo adecuadamente
fue determinada en aquella centuria, cuando
se cocinaba al horno con pan rallado, ajo, cebolla, perejil y las típicas rajitas de limón, necesarias para disimular el sabor y el olor que
desprendía el besugo, tras los días pasados en
los vehículos de los carreteros maragatos, que
lo traían procedente de los puertos del norte.
Para terminar se consumían los dulces: barquillos o suplicaciones, mazapanes, turrones
y el cascajo, esto es, los frutos secos. El vino
de Valdepeñas, regaba el ágape, mientras que
el café, los licores, y el chinchón de 78 grados
para los más atrevidos, cerraban el mismo.
Pero si había una jornada especial en la España decimonónica, además de la Nochebuena y la Navidad, esa era la tarde de Reyes,
especialmente a partir de mediados del siglo,
cuando los Magos de Oriente, comenzaron a
dejar juguetes a los niños. En la misteriosa y
mágica noche del 5 al 6 de enero los pequeños colocaban sus zapatos en los balcones,
junto a un plato con fruta o unas copas con
moscatel para los Reyes, y un cubo con agua
y paja para los camellos. Inicialmente, los diferentes presentes estaban asignados a cada
uno los monarcas: Melchor regalaba zapatos
o ropa; Gaspar dejaba dulces, peladillas, frutos secos, miel…; y Baltasar, a aquellos infantes que lo merecían por su comportamiento, les obsequiaba con carbón, leña o piedras.
La tradición de escribir una carta cada año,
con los deseos de los niños, nació en el primer
cuarto del siglo xix. Como por aquel entonces
el servicio de correos no se hacía cargo de las
mismas, estas misivas se dejaban en el balcón
de las casas, por ser este el mismo lugar en
el que se colocaban los zapatos, y los Reyes
depositaban sus regalos. La primera cabalgata de Reyes de nuestra historia tuvo lugar en
Alcoy (Alicante), en el año 1887, inauguran-
Pasea por Madrid 99
Puesto de adornos para el Belén en la plaza de Santa Cruz. Fondos Santos Yubero.
do una original tradición exclusivamente española, adoptada tan sólo por algunos de los
países hijos de nuestra cultura. En Madrid
se comenzó a celebrar a inicios del siglo xx,
siendo la más notable de estas primeras la del
año 1929, promocionada por el periódico El
heraldo de Madrid.
La tarde de Reyes era de un gran bullicio
en los barrios, muy superior al de hoy día.
Los chicos de cierta edad, adolescentes especialmente, sirviéndose de la ilusión y la impaciencia de los más pequeños, convencían a
estos del peligro que corrían de que los Magos, y su caravana cargada de regalos, pasaran de largo sin advertir su ciudad, por lo que
era muy conveniente hacerse notar haciendo
un gran ruido. Como consecuencia ante tan
severa advertencia los chiquillos recorrían las
calles tocando zambombas, trompetas y todo
tipo de instrumentos capaces de producir un
ruido formidable. Los mayores, por su parte,
encendían ristras de ajos y escobas, o volteaban trozos de soga encendida, como señales
luminosas para atraer a Sus Majestades.
100 Pasea por Madrid
Una vez vencidos los nervios y acostados
los pequeños era costumbre en Madrid, así
como en León, y en otras muchas de nuestras ciudades, ir a buscar a los Reyes. Esta
tradición no era sino una manera de pasar un
buen rato, a cuenta de un pobre inocente en
una noche tan señalada. La broma consistía
en que, una vez reunidos los amigos, se decidía ir a esperar la llegada de Sus Majestades
de Oriente, convenciendo al más incauto de
todos, a ser posible uno que acabara de llegar a Madrid, que este acontecimiento se iba
a dar realmente, y que para observarlo mejor
era necesario cargar con una escalera que él
mismo había de llevar. El grupo comenzaba
a caminar por la ciudad, haciendo paradas
en tabernas y antros, hasta que llegaban a un
punto alejado. Entonces, uno de los amigos
subía y decía no ver nada, momento en el
cual otro de estos comentaba haber oído que
la caravana se acercaba por otro lado de la
capital, bastante lejano por cierto. Y así de
nuevo, haciendo paradas en idénticos locales que a la ida, se encaminaban hacia el di-
Puesto de venta de zambombas y
panderos en la Plaza Mayor.
Fondos Santos Yubero.
UNA CENA DE SAINETE
cho lugar, llevando el pobre incauto de nuevo la escalera a cuestas. El juego terminaba
cuando la partida se había reído lo suficiente
o el pobre infeliz abandonaba derrengado.
Esta práctica aún se daba en el Madrid de
los años 60 del siglo xx.
El escritor Ramón de la Cruz (1731-1794), en
uno de sus sainetes, da cuenta de la cena de
Nochebuena que han de pasar a solas una pareja de madrileños, en cuyo diálogo aparecen
algunos de los citados platos.
Pepa:
¿Con que, en efecto, Manolo,te has
encerrado en el tema de que hemos de
estar sólitos a cenar?
Manolo:
Es conveniencia del bolsillo y la salud.
Mira: se pone la mesa con lo poco o
mucho que hay, y, arrimando dos silletas, yo enfrente de ti, y tú enfrente de
mí; a este lado de la vela, la servilleta a
este otro lado, en el suelo las botellas,
va trayéndonos la moza las viandas; se
conversa un rato; se bebe siempre que
los gaznates se secan o se atraviesa el
bocado; si empalagan las menestras, a
la izquierda está la fruta, y el cascajo a
la derecha; se hace boca al hipocrás, y,
sin voces ni etiquetas, cenamos «como
señores»
●●●●●●●●
Y así, transcurrida la noche de Reyes,
desde hace siglos, terminan nuestras solemnidades de Navidad. E igualmente, y desde
hace mucho tiempo más, enviamos felicitaciones, elaboramos comidas, ponemos belenes, reunimos a la familia y participamos
en ceremonias religiosas, continuando con
las viejas tradiciones recibidas de nuestros
mayores, que son buenas no por ser antiguas,
ni por haberlas recogido de quien nos las
legó, sino por los valores que las inspiran y
lo que revelan de nuestra cultura. En este sentido pocas tan importantes y profundas como
la Navidad.
BIBLIOGRAFÍA
ARBETETA MIRA, Letizia: Ya vienen los
Reyes. Belenes en Castilla y León. Catálogo
de la exposición, Santander, 2001.
L. REGINO MATEO DEL PERAL, La Navidad en Madrid, Madrid, 2003.
F. J. GÓMEZ FERNÁNDEZ, Madrid, una
ciudad para un Imperio, Madrid, 2011.
F. J. GÓMEZ FERNÁNDEZ, Breve historia de la Navidad, Madrid, 2013.
Pasea por Madrid 101
Hemos
estado en...
El pasado mes de noviembre, se celebro una charla coloquio, para resaltar la figura de doña Felipa Asenjo conocida por sus innumerables clientes como Felipa,
singular personaje que favoreció la venta de libros de textos universitarios en la
deprimida posguerra, fuimos invitados y acudimos muy ilusionados al acto.
Participantes en la charla-coloquio de izquierda a derecha don
Damián Galerón, don L. Regino
Mateo del Peral, don Joaquín
M. Barrero, Juan José Asenjo
Hita María y doña Jesús Martínez Martínez.
EL 28 de noviembre de este año se celebró la citada charla. En la mesa presidencial
se encontraban: María Jesús Martínez Martínez, en representación de la citada Comunidad (casualmente, también sobrina nieta de
doña Felipa) Asimismo, formaron parte de la
mesa: Damián Galerón, historiador y teólogo; L. Regino Mateo del Peral, profesor de la
UNED, perteneciente al Instituto de Estudios
Madrileños; Joaquín M. Barrero, escritor; y
Juan José Asenjo Hita, el propietario de la actual Librería Felipa.
María Jesús Martínez, realizó una breve
semblanza de ella, considerando justo ese
merecido homenaje, cediendo la palabra a
los distintos miembros de la mesa. En primer
lugar, Damián Galerón disertó sobre el tema
de la historia del libro, explicando que hasta que no apareció la escritura no se puede
considerar que se inicia la historia y fue en el
país del Sumer, donde surgieron los primeros
soportes de la escritura. Galerón realizó un
amplio recorrido por las diversas civilizaciones y épocas históricas, detallando el tipo de
escritura y los diversos documentos escritos
hasta el descubrimiento de la Imprenta por
Johannes Gutenberg.
Seguidamente, intervino L. Regino Mateo,
quien puso de relieve diversos aspectos de la
personalidad y forma de ser de Felipa, con
diversas anécdotas. Asimismo, centró su intervención en la explicación la historia de la
calles Jacometrezo y de los Libreros.
102 Madrid Histórico
A continuación le correspondió intervenir
al novelista, Joaquín M. Barrero, quien eligió un tema tan sugerente como es la historia
de la Gran Vía, ya que la construcción de la
misma incidió en la reducción de las calles
Jacometrezo y de los Libreros. Pormenorizadamente, explicó Barrero, como se construyeron los tres tramos de la Gran Vía, que
llegó a ser una de las rutas más apreciadas y
valoradas en Europa y América. Para Barrero no es lo mismo aquella Gran Via de antes
que la de hoy. Aquella deslumbraba por sus
construcciones, locales de ocio como cines
y teatros, salas de fiestas y otros lugares que
eran dignos de admiración.
Finalmente, Juan José Asenjo puso broche
a estas disertaciones, relatando sus vivencias
personales y cómo era Felipa y otros aspectos que enriquecieron el modo de ser de esta
señera figura. Antes de que Alberto Mendoza
cerrara el acto con una bella poesía, se entregó a José Asenjo, sobrino de Felipa y padre
de Juanjo, un bello trofeo por su amplia dedicación al negocio de su tía.
Este intento de revalorizar la figura de
Felipa, no se circunscribe solo al artículo y
charla-coloquio que hemos mencionado, sino
que existen varios proyectos como el de celebrar más charlas sobre su meritoria labor, por
ejemplo, en la Casa de Guadalajara en Madrid, provincia donde Felipa nació, o el de
escribir un libro sobre lo que significó Felipa,
o el de realizar una petición al Consistorio
madrileño para colocar una placa conmemorativa en alguna calle de la capital.
Antigua librería Felipe
en la popular calle de
Libreros en Madrid
LA SEMILLA DE LA INICIATIVA
Nos cuenta el Sr Regino Mateo que:
Un determinado día caminaba por la acera
de los números pares de la calle Azcona, en
dirección a la calle Francisco Silvela, al cruzar
la calle Pilar de Zaragoza, a su izquierda, observé que en el número 37 de la calle, estaba
situada la Librería Felipa, nombre recordado
por cualquier estudiante universitario de los
duros años de la posguerra madrileña de mediados del pasado siglo. Entro y recibido por
el actual propietario que regentaba la librería
resulto ser un sobrino nieto de Felipa, Juan
José Asenjo Hita, continuador de aquella otra
Librería Felipa, emblemática tienda-almacén,
que en la segunda mitad del siglo xx se hallaba en la calle de los Libreros.
El hecho de que se hubiera producido esta
agradable sorpresa, fue el acicate que le incentivó para que redactara un artículo, publicado en el nº 48 la revista Madrid Histórico,
de noviembre/diciembre del 2013, con la denominación: Historia de la Librería Felipa,
como homenaje a aquella mujer alcarreña.
Escribir unas páginas sobre Felipa, no fue
nada difícil, ya que esta entrañable librera,
siempre generó una corriente de simpatía por
parte de todos los colectivos que acudimos a
su local, tanto estudiantes, como profesores,
escritores y proveedores. Felipa autodidacta,
de una prodigiosa memoria, poseía unas cualidades que su clientela supo valorar, ya que
su gestión comercial se basaba en la compra-venta de libros de texto a precios muy
asequibles, destacando por su generosidad y
popularidad que alcanzó cotas inimaginables
y, por ello, su evocación ha sido una gratificante tarea a fin de rememorar su destacada
personalidad. Su comercio, por tanto, fue cita
obligada para sucesivas generaciones de estudiantes que adquirieron el material docente
para cursar sus estudios, no solo de Madrid,
sino también del resto de provincias españolas. (no insistimos sobre los rasgos de su personalidad y su bine hacer y remitimos al lector al articulo realizado en Madrid Histórico).
EL DÍA A DÍA DE NUESTRA PROTAGONISTA
Felipa atendía personalmente el mostrador
de su librería, durante aquellas largas jornadas laborales, habituales de aquella época, que consiguieron que en una década se
alcanzara un desarrollo social y económico,
que hoy añoramos con sana envidia. Para
después del cierre, controlar y organizar el
fichero de existencias, la larga lista de libros
encargados, y la correspondencia habitual de
un negocio a escala nacional en una época en
que la única comunicacional posible era la
postal.
Cuando el establecimiento estaba repleto
de público, sobre todo a principios de curso, Felipa tenía la suficiente habilidad para
organizar a los estudiantes y con su peculiar
lenguaje era capaz de seleccionar las distintas peticiones de cada uno (unos que iban a
comprar, otros a vender, otros a encargarla libros). Era una gran fisonomista, y poseía una
memoria prodigiosa, facultades que le ayudaban a identificar a sus compradores.
Pasea por Madrid 103
En «Felipa de la calle los Libreros» encontrabas todos aquellos textos que marcaron
una época y que eran los más solicitados por
los alumnos de distintas carreras universitarias, como en Derecho los libros de Alonso
Olea (Derecho del Trabajo) y Rodrigo Uría
(Derecho Mercantil); en Políticas, el Sabine ;
en Económicas, el Samuelson , en Medicina,
el Harrison (medicina interna); en Físicas,
el Alonso y Finn; en Químicas, el Babor e
Ibarz; en Arquitectura, el Neufert; y en Matemáticas, la serie Schaum’s.
LA INICIATIVA DE LA MESA REDONDA
A raíz de la oportunidad del artículo y
contrastando diversas opiniones, en las que
se puso de manifiesto el injustificado olvido de Felipa, excepto en algún artículo de la
prensa escrita como los de Carmen Deben y
José Antonio Plaza, `publicado en el Ya, (1
de diciembre de 1961) y el de Alfonso Álvarez, publicado en ABC , (2 de noviembre
de 1982), que denominaba: «La tía de los
estudiantes de la calle Libreros. El apasio104 Madrid Histórico
nante mundo de la Felipa», tanto su sobrino
Juanjo, actual propietario del antiguo negocio familiar, como el autor del articulo publicado, en Madrid Histórico decidieron que
era buena ocasión para que se convocara una
charla-coloquio sobre la figura de Felipa, su
emblemática familia, que tanto la apoyó y
continuo con la actividad iniciada por ella,
sus antiguos clientes (que no la olvidan) y un
sin fin de amigos y matrimonios que se conocieron en las largas colas que se creaban
ante su establecimiento en la dura década del
Madrid de los cincuenta.
La mesa redonda se realizo con nutrida
asistencia en el Salón de Actos de la Biblioteca Pública Manuel Alvar de la CAM, situada
en la calle Azcona, 42, de Madrid y se continuo a su cierre, en la cercana librería que
conserva su recuerdo en el rotulo y en el buen
hacer y trato de su propietario, y es una satisfacción personal añadir por el que redacta
estas lineas la singularidad de que el coloquio
se prolongo hasta altas horas de la noche.
Libreria
FELIPA
Fundada en 1944
Pasea por Madrid 105
P
róximo
N úm.
ESPERAMOS ESTAR DE NUEVO CON USTEDES PARA LA PRIMAVERA
NUEVAS SECCIONES PARA DIALOGAR CON NUESTROS LECTORES
¿Qué sucedió aquí?
¿Sabes qué es esto?
Historias, leyendas, anécdotas, chismes salpican nuestra geografía urbana,
muchas son conocidas, otras ignoradas. Cuéntanos lo que sabes o pregunta
lo que ignores.
Un rincón urbano, una escultura, una pieza de un museo una fotografía...
nos sorprende por lo poco que de ella sabemos, aquí podemos intercambiar
lo que conocemos y lo que queremos conocer.
Toponimia madrileña
El nombre de muchas calles nos desconcierta sabemos realmente el origen
de su actual denominación. En esta sección hablamos del porqué y respondemos a tus preguntas.
Edificios históricos
Iglesias, conventos, palacios, cafés y teatros encierran una historia, muchas
conocidas por todos, algunas por unos pocos, en este sitio intercambiaremos opiniones
¿Sabes quien fue?
De los monumentos que encontramos en Madrid dedicados a militares, reyes, políticos o simplemente ciudadanos sabemos mucho, pero de algunos
tenemos unas grandes incógnitas, aquí hablaremos de ellos.
106 Madrid Histórico
Escrito por Juan Jiménez Mancha, archivero bibliotecario del Ayuntamiento de Madrid y miembro colaborador del Instituto de Estudios
Madrileños, especialista en temas relacionados con las formas de ocio
en la capital y editado por www.autoediciones.com
LOS ORÍGENES DEL RAYO VALLECANO
Pasea
po r
Madrid
LOS ORÍGENES DEL
RAYO VALLECANO
Riguroso estudio de los primeros
años del popular equipo de fútbol
de Vallecas, desde su nacimiento
hasta su asentamiento como sociedad y su ascenso a Segunda División, con datos hasta ahora desconocidos y multitud de anécdotas.
Contextualizado en el fútbol modesto madrileño, en la edad de oro
del fútbol amateur, con referencias
a equipos míticos como la Ferroviaria o el Cuatro Caminos, y en la
evolución del llamado deporte rey,
con la progresiva incorporación de
nuevas normas que resultan hoy
muy curiosas.
Son 247 páginas, con algo más de
medio centenar de fotos de prensa
antigua y archivos. Destacan las
ilustraciones de las primeras noticias en prensa del nacimiento del
equipo y de sus primeros partidos.
Estructurado en cuatro capítulos. El primero narra la historia
del club como equipo sin federar y concluye en 1939, sorprendentemente con un guardia civil como primer presidente y vistiendo el equipo de blanco. Al año 1924 se dedican veinte páginas que ejemplifican cómo nacía y daba sus primeros pasos un
humilde equipo de barrio. El segundo capítulo cuenta sus años
en la regional madrileña, con la aparición de la franja roja en su
camiseta, emblema de la afición vallecana. El tercero su vida en
Tercera División, creciendo en fama el equipo pero sin dejar de
sufrir en ningún momento graves problemas financieros, y el
cuarto la temporada de su ascenso a Segunda División, vivida
en Vallecas y en Madrid como un acontecimiento extraordinario y con entrañable emotividad.
Formato 15x24 cm
Páginas 247
ISBN:978-84-616-7278-3
Edita:www.autoediciones.com
Solicitud de ejemplares:
[email protected]
ENLACES A ACTOS DE
PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
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de José Manuel Castellanos Oñate
LOS ORÍGENES DEL RAYO VALLECANO
DE JUAN JIMÉNEZ MANCHA
MADRID PERSPECTIVAS Y ENFOQUES
DE ÁNGEL GARCES
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