desafíos en Educación Superior en tiempos de convergencia digital

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E S T R AT E G I A S PA R A L A F O R M A C I Ó N I N T E R D I S C I P L I N A R E N E D U C A C I Ó N S U P E R I O R
TIC: desafíos en Educación Superior
en tiempos de convergencia digital
Elena Ester Caliguli
Foro Internacional de Innovación Docente 2013
Proyecto cofinanciado por la Secretaría de Educación PúblicaSubsecretaría de Educación Superior - Dirección General de
Educación Superior Universitaria, México.
TIC: desafíos en Educación Superior en tiempos de
convergencia digital
Elena Ester Caliguli
Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo
E-mail: [email protected]
Estamos en un tiempo fluidez líquida
del saber, de la información y de la
cultura
que
competencias
implica
nuevas
y nuevos aprendizajes
en la ciudadanía del siglo XXI”. (Área
Moreira, M., 2012)
Consideraciones previas
El presente trabajo se enmarca en la experiencia de trabajo en la Universidad Nacional de
Cuyo, como formadora de docentes y alumnos en TIC y Educación y como responsable de
procesos de gestión institucional en la temática. Esta trayectoria abarca actividades de
actualización en marcos de referencia, tecnología educativa, tareas inductivas al uso de
tecnologías virtuales y asesoramiento en diseño, desarrollo e implementación de cátedras
con aplicación de entornos virtuales en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
El desarrollo de proyectos con inclusión de Tecnologías de Información y Comunicaciones
o las denominadas TIC, resulta parte de un escenario complejo, que debe contextualizarse
en los procesos de cambios social y cultural dados en las últimas dos décadas, en la actual
sociedad de la información y conocimiento. Se procura la intervención de distintas
componentes, que intentan –al menos desde el rol como educadores y gestores de procesos
que acompañan a docentes- superar temores y desafíos de los que apuestan a la
incorporación de las TIC a la práctica educativa, pero además tratar de limpiar imaginarios
colectivos, donde se cree que incorporando tecnología educativa, se resolverán todos los
problemas de enseñanza y aprendizaje; en este sentido se debe pensar en mejorar o incluso
repensar la propia práctica para no hacer simplemente más de lo mismo pero con
tecnologías emergentes. Desde este marco y con convicciones de apostar a procesos
inmersos en un contexto social y tecnológico al mismo tiempo, buscando interpelar el
aislamiento disciplinar, promoviendo el trabajo conjunto, de relación entre personas
mediante actividades colaborativas, apostando a la construcción interdisciplinaria para
superar barreras y abordar nuevos desafíos. Esta propuesta intenta analizar el impacto de las TIC en la educación superior, la
percepción que tenemos de tecnología en relación a la sociedad, reflexionar sobre los
desafíos y expectativas en los procesos de enseñanza y aprendizaje en tiempos de
convergencia digital, que este complejo entramado brinda a las acciones educativas en los
tiempos de hoy.
Entendemos que rol principal de la Universidad es formar profesionales de excelencia para
proveer adecuadamente las necesidades actuales y futuras de la sociedad, la actual
encrucijada de la educación superior está relacionada con nuevas demandas y enfrenta
grandes desafíos para adecuarse a una realidad distinta, dados los cambios en el contexto de
información y conocimiento, en su rol social, entre ellos la incorporación y mayor
aprovechamiento de las tecnologías en red (Caliguli, E., et. al, 2012).
La calidad en la educación superior se asocia a la mejora de igualdad de oportunidades y a
promover proceso para lograr una sociedad más justa. “Sin embargo es parte de su rol
institucional
colaborar en la generación de una sociedad más inclusiva y aportar al
desarrollo armónico de los territorios donde desenvuelve su actividad” (Roitman, R., 2011:
p.27). “El conocimiento científico y tecnológico es una de las principales riquezas de las
sociedades contemporáneas y un elemento indispensable para impulsar el desarrollo
económico y social (Ciencia, Tecnología e Innovación para el desarrollo y la cohesión
social: 2012).
Para alcanzar las metas establecidas es necesario modernizar la gestión de la educación,
profesionalizar y dar protagonismo a los educadores, otorgar un papel más relevante a la
comunidad educativa local y una acción más estratégica a la administración central.
Pero además, es necesario incorporar las tecnologías de la información y la comunicación al
proceso de enseñanza y aprendizaje, orientar el currículo hacia la adquisición de las
competencias básicas, formar ciudadanos activos y responsables, asegurar la conexión de la
educación con los anhelos de los jóvenes y lograr su participación activa en su propia
formación, (Cepal y Unesco, 2005, citados en Metas Educativas 2012, La Educación que
queremos para la generación de los bicentenarios, p.21)
El desafío de este tiempo de convergencia tecnológica es trabajar estratégicamente, a largo
plazo y en profundidad, orientando los procesos a una sociedad más igualitaria. A nivel de
educación superior, vincular personas, comunidades sociales y distintas instituciones a la
institución educativa que conformen redes interdisciplinarias, tracen objetivos comunes con
equipos docentes, alumnos y otras personas de distintos ámbitos, desarrollen miradas y
perspectivas del conocimiento científico en un sistema complejo, sin duda forma parte de
contribuir a la construcción de una sociedad más justa, ya que buscamos lograr mayor
integración y colaboración en los procesos educativos. Este desafío no sólo moviliza a la
comunidad científica, sino a muchos otros actores de la vida social que trabajan para
fortalecer lazos comunes.
De lo tecnológico y lo social: ¿qué tenemos para decir?
Cuando hablamos de tecnología y sociedad, pero entonces ¿a qué nos referimos?, surgen
reflexiones y cuestionamientos acerca de cuál es la relación entre tecnología y sociedad,
¿cómo las tecnologías han revolucionado a la sociedad?, ¿cuál es el grado de avance
tecnológico y cuál es la incidencia mutua?; en principio podemos decir que la sociedad está
entramada tecnológicamente en sus procesos y productos, en casi todos los ámbitos, pero
además las tecnologías son construidas y puestas en uso en esta trama social; es decir
resulta difícil o quizá imposible separar tecnología de sociedad o sociedad de tecnología.
Thomas Hughes, investigador de historia la tecnología y el impacto mutuo entre tecnología
y sociedad expone que existe un "tejido sin costura" entren la sociedad y la tecnología, es
decir un complejo entramado donde tecnología, ciencia, sociedad se entremezclan y se
entrelazan. Diversos estudios históricamente dan un enfoque de ciencia como actividad
autónoma o neutral cuyo fin es la investigación de nuevos conocimientos o saberes
independientes del entorno, constituyendo así a la tecnología como la aplicación práctica de
estos conocimientos; sin embargo esto fue tomando matices y a partir de los años 80,
distintas investigaciones académicas acaecen en ciencia, tecnología y sociedad como
investigación interdisciplinaria de los procesos de innovación tecnológica, que se
caracterizan por una metodología sistémica que atiende a los procesos de innovación,
análisis de perspectivas filosóficas, sociológicas, políticas, económicas y estudio de
factores que intervienen en el cambio tecnológico; todo esto en un contexto de logros y
fracasos e integración equilibrada de las distintas perspectivas, para no caer en un
determinismo tecnológico.
Los avances en determinadas tecnologías, en este caso las TIC, crecen a nivel exponencial
y a escala mundial, además inciden en casi toda actividad humana; concretamente en el
ámbito educativo vale la pena vislumbrar el impacto, ya sea a favor de los procesos
educativos o con incidencia negativa. Lo más sencillo en el ámbito educativo, y tal vez en
muchos otros, es comprar artefactos tecnológicos, la problemática en educación es invertir
para incorporarlos a la práctica y sacarles el debido provecho, visualizar tanto en el proceso
como en el resultado final que se ha logrado el objetivo.
Nos hacemos muchas preguntas tales como: ¿realmente incorporar tecnología digital en la
comunidad educativa mejora el aprendizaje de nuestros alumnos?, ¿qué hacemos al incluir
las TIC al proceso educativos?, o más bien ¿están incluidas?, ¿qué posibilidades se
vislumbran en las expectativas de docentes y estudiantes al utilizarlas?, ¿colaboran las
tecnologías digitales en realizar procesos mancomunados interdisciplinarios y en proyectos
institucionales e interinstitucionales?; responder no es sencillo, ya que nos encontraremos
con una gama de matices, que tienen que ver con la cultura propia, el contexto y las
realidades vigentes, con las herencias disciplinarias, las creencias y temores de los distintos
actores, todo lo cual forma parte de este entrelazado social y tecnológico, que hoy seguimos
visualizando, tal vez por separado, pero más como una trama compleja inmersa en lo social,
y que en un futuro, quizá sea “invisible” a nuestros ojos; “Lo esencial es invisible a los
ojos”, repitió el Principito para no olvidarse (Saint Exúpery, A.).
TIC y situación en América Latina
Las TIC o tecnologías de información y comunicaciones, forman parte de ese entramado
complejo “sin costura” entre sociedad y tecnología”, cuyas innovaciones irrumpen en un
nuevo escenario social, político, económico y cultural, que denominamos sociedad de
información y comunicaciones, genéricamente llamada Sociedad del Conocimiento.
Al final del siglo XX, hemos vivido uno de esos raros intervalos de la historia. Un intervalo
caracterizado por la transformación de nuestra cultura material por obra de un nuevo
paradigma tecnológico organizado en torno a las tecnologías de la información” (Castells:
2000).
Esta revolución tecnológica, que comenzó en los años 80, se sostiene, por un lado, en el
desarrollo de la microelectrónica, donde la creciente velocidad de los microprocesadores
aumenta, la capacidad de memoria y la miniaturización de los componentes, logrando, así,
mayor compactación y portabilidad; por otro lado, la programación, mediante la
estandarización de lenguajes y programación basada en la web, se transforma en el nuevo
motor de acumulación de capitales (Rama, C., 2009).
El futuro de aprovechamiento de las TIC está tan ligado a necesidades y restricciones del
desarrollo económico y social, como a desafíos científicos y tecnológicos. Uno de los
desafíos principales para los países de Latinoamérica, en términos de Ciencia y Tecnología,
es lograr un modelo de trabajo I+D&i (investigación, desarrollo e innovación), donde se
establezcan y sostengan programas interdisciplinarios.
Las políticas públicas de los países de Latinoamérica, conscientes de la situación de
desventaja y del impacto social que esto reviste, plantean, entre sus objetivos, el de
desarrollar acciones efectivas y eficientes de divulgación, promoción e inserción de la
tecnología de información en la sociedad.
Los países de la región han tomado debida cuenta de la importancia de integrar las
TIC en sus proyectos educativos como una forma de lograr proyectos democráticos
de inclusión y justicia. Es así que se desarrollan iniciativas de integración de las TIC
que se encuentran en diferentes etapas y modalidades (Lugo, M.T. 2010: p.10).
En efecto, nuestros países están adoptando estrategias y políticas, como el desarrollo e
implementación de distintos programas que impactan fuertemente en la educación. El
Programa Conectar Igualdad, en Argentina, cuyo objetivo es recuperar y valorizar la
escuela pública con el fin de reducir las brechas digitales, educativas y sociales en toda la
extensión del país, es de alcance federal y se propuso como meta la entrega de 3 millones
de netbooks en el período 2010-2012, a docentes y alumnos de dichas escuelas. Otros
programas destacables son: “Enlaces”, de Chile, que desde 1992 ha contribuido a la
reducción de la brecha digital en educación con inserción de tecnologías y programas de
formación docente; en Colombia llevan adelante “Computadoras para educar”; también se
destacan “Canaima” de Venezuela; y en Brasil, “informática para la sociedad”. Solo se
mencionan algunos programas, ya que todos los países están llevando a cabo políticas
similares.
Los nuevos ingresantes a las Universidades públicas y privadas de Argentina, ya disponen
de sus máquinas portables y sus expectativas están referidas a los espacios de conectividad
que se les brinde y a qué aplicaciones o programas de software utilizarán los docentes para
apoyar el dictado de sus asignaturas, sin importar si el ámbito de desarrollo de la asignatura
es a distancia, semipresencial o presencial; los estudiantes están dispuestos a aprovechar
este recurso, y no solo las netbooks, sino que también muchos disponen de otros recursos
como tablets y celulares de última generación, que hacen posible el acceso al distintos
espacios de trabajo o de búsqueda de información, mientras el docente está impartiendo
clase. El desafío está en responder la pregunta ¿qué estamos haciendo los docentes en estas
instancias?
Sin embargo, cabe mencionar, que las economías latinoamericanas aún están atrasadas en
lo referido al aprovechamiento de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
En el reporte “Information Technology Report”, realizado por expertos del The World
Economic Forum (2011), muestra en sus datos que en inversión y uso de TIC, gran parte de
la región latinoamericana está muy por debajo del ranking internacional, en cuanto a las
mejores prácticas de aprovechamiento, quedándose con las primeras posiciones los países
Singapur, Finlandia, Suiza y Estados Unidos.
Si bien este reporte se generaliza a todo ámbito de aplicación, es preocupante en el campo
educativo, a pesar de los esfuerzos que se están llevando a cabo con los distintos
programas; es preeminente focalizar en políticas vinculadas al desarrollo de competencias
relacionadas al mejor aprovechamiento y uso adecuado de las TIC, integrando los aspectos
pedagógicos, cognitivos, instrumentales, comunicacionales y axiológicos.
Para ello es necesario fortalecer la capacidad científica y tecnológica, formando
profesionales de alto nivel, que colaboren y compartan la generación de ideas innovadoras,
que visualicen oportunidades construyendo desde la cultura y valorando la propia historia,
superar brechas no solo tecnológicas, sino de conocimiento y de “conocimiento gestado
desde la interdisciplinariedad”.
Educación y Tecnología de información y comunicaciones o Tecnologías del
aprendizaje y conocimiento
En la educación superior el cambio de paradigma se asocia al requerimiento de nuevas
competencias, tanto disciplinares como genéricas, dada la demanda y complejidad del
desempeño de los futuros profesionales. Hoy la dinámica educativa se caracteriza por el
pasaje de la enseñanza al aprendizaje; del enfoque disciplinario al interdisciplinario, de la
educación nacional a la educación internacional; de sistemas homogéneos a sistemas cada
vez más diferenciados sobre bases flexibles, de clases magistrales catedráticas a sistemas
donde el alumno es partícipe del autoaprendizaje; del espacio exclusivo del aula a espacios
múltiples y compartidos; de sistemas excluyentes de una cultura a dinámicas
multiculturales y de la educación presencial a modelos mixtos (Rama, 2010).
Estos nuevos escenarios en educación son promovidos por el potencial que las tecnologías
de información y comunicaciones aportan al escenario de enseñanza y aprendizaje, donde
se gestan nuevos espacios con modalidad de trabajo mixto en el aula y fuera de ella.
La utilización combinada de las tecnologías e internet, hace posible el aprendizaje
prácticamente en cualquier escenario (la escuela, la universidad, el hogar, el lugar de
trabajo, los espacios de ocio, etc.). Y la ubicuidad aparentemente sin límites de las TIC,
junto con otros factores como la importancia del aprendizaje a lo largo de la vida o la
aparición de nuevas necesidades formativas, está en la base tanto de la aparición de nuevos
escenarios educativos como de los profundos procesos de transformación, que a juicio de
muchos analistas, han empezado a experimentar y continuarán experimentando en los
próximos años los espacios educativos tradicionales (Feito, 2001; Luisoni, Instance y
Hutmacher, 2004; Tedesco, 2001, citados en Coll, 2009).
Entonces podemos cuestionar ¿Qué desafíos se plantean para la enseñanza en los ambientes
educativos actuales? ¿Cómo seleccionar, diseñar y desarrollar un ambiente educativo con
tecnologías digitales? y ¿Cómo responden las instituciones a las problemáticas emergentes
en la educación en tiempos de convergencia digital?
En este punto algunos especialistas están haciendo referencia a las TAC (Casablancas,
2011), tecnología del aprendizaje y del conocimiento, ya que estos cuestionamientos sólo
pueden responderse desde el acto pedagógico y sus componentes docentes, contenidos,
alumnos y tecnología, analizando sus vínculos que en las experiencias desarrolladas por
equipos interdisciplinarios, dejan ver importantes desafíos en estos tiempos de
convergencia digital, el desafío está en “no hacer más de lo mismo, pero con tecnología”,
sino de interpelar la práctica educativa.
La ambivalencia, el escepticismo o la perplejidad ante el progreso, la evolución o la
innovación tecnológica, que desde la revolución industrial se asocia con la idea de mejora,
se manifiestan hoy en todos los ámbitos, incluido el de la educación. En este campo de
estudio e intervención, la búsqueda del mejor medio, la mejor planificación, la mejor
interacción docente, la mejor forma de evaluar, ha sido y es foco de estudio y preocupación
de teóricos y prácticos de la educación. La denominada Tecnología Educativa es una
aportación más a este empeño. (Sancho, J., 1997)
Aparecen nuevos escenarios que están en estado de investigación y que implican pensar la
convergencia digital, que supera el concepto de pensar a las TIC como herramientas que
están al servicio de tareas pedagógicas o TAC, incluso para las nuevas generaciones de
alumnos, éstas resultan parte de lo cotidiano, es decir, ya no son nada nuevo, incluso
algunas tecnologías son invisibilizadas por las generaciones actuales.
Enseñanza y aprendizaje en ambientes de convergencia digital
Para abordar el segundo cuestionamiento, se pueden pensar en diferentes funcionalidades
de las TIC en el aula, según sea la utilización que se les dé, entre ellas la función
informativa donde el docente es quién organiza y provee de la información y el alumno es
quién accede y consume; otra función es como estrategia ampliatoria a la actividad
presencial, sistema muy utilizado hoy en prácticas educativas fuertemente presenciales,
donde la incorporación de TIC se emplea desde la concepción de recursos ampliatorios
como la disposición de material complementario, presentaciones de clases, recursos que
completan las temáticas, como videos educativos o didácticos e incluso interacción y
resolución de actividades o evaluaciones cuya estrategia ha sido planeada por el docente
intencionalmente para completar e integrar aprendizajes a partir de las actividades del aula
presencial. Sin embargo la tendencia en estos nuevos escenarios es que la tecnología
contribuya más fuertemente a la construcción del conocimiento, como parte integral de los
procesos que realiza el alumno, poniendo énfasis en el trabajo colaborativo, es decir en el
aprendizaje con otros.
Las nuevas perspectivas de enseñar y aprender con tecnologías, irrumpe en nuevos
interrogantes como ¿qué debe saber el docente? y ¿cuáles son los nuevos retos a los que se
enfrenta?, en este tópico y aunque en fase de investigación, vale la pena mencionar que la
tendencia es que el docente apunte a lograr un equilibrio entre distintos saberes
relacionados entre sí, como son el conocimiento del contenido, el saber pedagógico y el
saber tecnológico; este modelo induce a conocimientos que se cruzan y armonizan entre
todos para dar como resultado un saber más complejo como resultante. Esta variante
resulta básica para un sistema de abordaje interdisciplinario.
Por su parte el alumnado asume un rol más activo en la perspectiva socio constructivista, en
la búsqueda de información, resolución de problemas contextualizados a la realidad
cotidiana, desarrollo de la creatividad y participación individual y grupal para un trabajo
colaborativo. Nótese que no estamos hablando de utilizar por ejemplo foros para discutir o
debatir un tema, sino de plantear una situación donde el alumno pueda investigar utilizando
distintas herramientas que le permitan crear e integrar conocimientos, participar y colaborar
con el aprendizaje de otros; es decir un alumno activo y autónomo: en ello posiblemente el
docente podrá sugerir el uso del foro y de otras herramientas, sin embargo no es el uso del
instrumento en sí, ni la motivación que debemos dar al alumno parte del uso de
determinada tecnología, sino que es el proceso de construcción cognitiva lo importante para
este desafío, ya que cada vez más seguirán apareciendo nuevas herramientas, que mejoran
determinadas actividades, pero en sí la actividad propuesta es lo que cuenta.
Concebir a los estudiantes como sujetos del conocimiento que necesitan tener a su
disposición ofertas variadas para favorecer el proceso de formación que mejor se
adapte a sus necesidades, sus intereses o sus posibilidades. Las tecnologías pueden
poner a su disposición opciones, integrarse en proyectos que permitan también
propuestas comunicacionales para la construcción del conocimiento y alientan el
trabajo en grupo y en colaboración (Litwin, 2005: p. 22-25)
Finalmente nos preocupa la gestión política e institucional, no menor para fomentar estos
procesos y apostar a la minimización de brechas existentes como las de acceso, servicios y
sobre todo la brecha de expectativas que existe entre lo que proponen las teorías y modelos
en cuanto al impacto de la utilización de TIC en los procesos de enseñanza y aprendizaje y
lo que realmente ocurre en acto educativo entre docentes y alumnos.
La gestión como motor para acompañar el cambio
La proyección en tiempos de convergencia tecnológica propone algunos desafíos en torno
al debate que las instituciones educativas deben darse, en principio el planteo de políticas
claras y alcanzables que mediante un plan de acción involucre y convoque a equipos para
colaborar en la complejidad del cambio, especialistas en procesos de enseñanza y
aprendizaje, gestores en general y de tecnología, especialistas en TIC y educación, docentes
y alumnos.
La intencionalidad es que representantes de diversos roles de la actividad educativa,
aporten nuevas miradas y enfoques para contribuir a un trabajo complejo pero desafiante,
en torno a la utilización de las TIC; así las nuevas prácticas apunten a la democratización
del conocimiento, promuevan el acceso a sectores vulnerables, se conformen redes para el
abordaje de proyectos con sentido social. En este sentido es importante acompañar y
asesorar a los equipos docentes en el diseño, desarrollo e implementación de propuestas
mediadas con tecnología educativa; además es preciso diseñar propuestas de formación
sistemáticas y actualizadas en competencias digitales relativas a las habilidades necesarias
para manejar la tecnología en sí misma, aplicar métodos didácticos integrados a las TIC,
tales como el aprendizaje colaborativo, el uso de entornos virtuales con estrategias
planificadas, estrategias didácticas con inclusión de tecnología educativa en la enseñanza y
el aprendizaje, entre otros.
Sin embargo es necesario confrontar los temores y resistencias a nivel docente e
institucional, Manuel Área Moreira en la conferencia desarrollada en la Universidad de
Buenos Aires (Ubatic, 2012), hace mención a estas resistencias vinculadas por un lado a lo
pedagógico, donde para muchos docentes prevalece la idea “lo importante está en los libros
y la relación directa con los alumnos en las aulas presenciales”, en desmedro de una
docencia de calidad si se utilizan las tecnologías digitales, o bien incorporan nuevos
recursos como aulas virtuales, como parte de un apoyo para sus presentaciones y algún otro
recurso para continuar con la transmisión de conocimientos; además la desconfianza de
autoridades y gestores hacia las tecnología digitales y el rechazo que a los entornos
virtuales se utilicen en forma cotidiana, considerando que los tiempos que dedica un
profesor en las aulas digitales “no es docencia de verdad”. Se adolece de reconocimiento
oficial del tiempo y esfuerzo dedicado al trabajo en estos ambientes, pasando del interés
inicial a llevar como una sobrecarga el trabajo virtual, ya que deben seguir cumpliendo con
todas las premisas de la presencialidad y aún en muchos casos no se ha producido la
reformulación institucional.
Incorporando estrategias institucionales hacia adentro enmarcados en la cultura y contexto
específico, como la aplicación (si existen) o generación de nuevas normativas nacionales e
institucionales que consideren estos aspectos y otros tales como los tiempos de dedicación,
los porcentajes y las putas a seguir, las funciones y roles a desempeñar, cuando se
implemente un ambiente incorporando tecnología digital, entre otros , pueden ser un buen
comienzo para comenzar a revertir las viejas resistencias y dar más sistematización a los
procesos institucionales.
La implementación de lo expuesto se complementa con la formación de docentes que
promuevan a su vez la formación de estudiantes en las competencias requeridas como son
el dominio instrumental, referido a la adquisición de habilidades para el acceso y la
búsqueda de información y el dominio técnico de las tecnologías; un dominio del saber
cognitivo relativo a las habilidades y los saberes específicos para transformar la
información en conocimiento, es decir, saber seleccionar, analizar, comprender e interpretar
con significado; un dominio en lo comunicativo: relativo a las habilidades y destrezas para
saber expresarse, crear documentos en lenguajes variados, difundir información y
comunicarse de manera fluida con otros; y de gran importancia lograr una dimensión
axiológica que comprenda la adquisición de actitudes y valores críticos y respetuosos para
saber usar ética y solidariamente la información, creando, participando y compartiendo con
otros diversas perspectivas para abordar situaciones complejas, en un proceso conjunto de
colaboración.
La posibilidad de lograr mayor éxito está caracterizado por un abordaje de distintas
disciplinas trabajando en conjunto, promoviendo además procesos tendientes a disminuir
una brecha existente y a veces poco difundida relacionada con las expectativas de nuestros
alumnos, lo que los estudiantes esperan y lo que la propuesta en el aula ofrece a sus
estudiantes: aparecen necesidades insatisfechas, conocimientos relevantes o de interés que
no son abordados, adolescencia de diversas competencias exigidas y requeridas en el día a
día, que no son fomentadas en su desarrollo. Este marco permitirá dar pasos y avances en el
mejor aprovechamiento de las TIC en la educación y en consecuencia en la formación de
profesionales para la sociedad del conocimiento.
Finalmente en cuanto a la gestión tecnológica, cabe destacar el establecer normas y
procedimientos para actualizar y mantener en vanguardia el equipamiento, su uso, las
aplicaciones de software, la gestión y administración de usuarios y desarrollar una
infraestructura de telecomunicaciones que permita múltiples conexiones y en diversos
lugares.
Conclusiones
El impacto de las TIC en la educación superior, sin duda presenta grandes desafíos en
nuestros tiempos y seguirá mostrando nuevas facetas de análisis, investigación y puesta en
marcha; por ahora resumimos aquí que es necesario dar más protagonismo a los docentes,
lograr mayor compromiso por parte de los alumnos y consensuar políticas equitativas y
equilibradas en cuanto al respaldo institucional y la superación de distintas brechas
existentes, que incidirán en buenas y mejores prácticas al interior de las aulas presenciales o
virtuales. Hablamos de un equipo en acción, colaborando en conjunto, solidaria e
intencionalmente para trabajar en proyectos institucionales y entre instituciones en tiempos
de convergencia digital, revalorizando la misión docente y tendiendo al uso integrado de
las TIC, en los procesos educativos, no como agentes instrumentales o exógenos, ni como
simples motivadores, sino como parte inmersa en la construcción de la enseñanza y del
aprendizaje.
La invitación a la que estamos convocados, al menos los educadores y gestores, es poner en
marcha la tarea uniendo fuerzas sin mezquindades, trabajando en equipo, lo que incidirá en
superar el discurso de la panacea tecnológica que no produce cambio en educación o
adquirir tecnología de punta sin invertir en cómo los docentes pueden realmente sacarles
provecho en las aulas tradicionales o fuera de ellas; es decir y aunque parezca algo
repetitivo “dejar de hacer más de lo mismo con poca o mucha, vieja o nueva tecnología” e
interpelar la propia práctica desde lo informativo, pedagógico, cognitivo, comunicacional y
colaborativo, donde los estudiantes perciban que están aprendiendo mientras realizan el
proceso y que esto sea observable en los resultados finales de los aprendizajes.
La misión es apostar a los futuros profesionales, pero sobre todo a las personas, que sean
competentes no sólo en demandas vigentes, sino también en la concientización que emerge
constantemente del entramado social y tecnológico para una sociedad más justa, sumando
nuestro granito de arena para los tiempos en que nos movemos.
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