3.7. La competencia comercial entre Estados Unidos y la Unión

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La competencia comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea
en América Latina
Raquel González Blanco
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Universidad de Extremadura
[email protected]
INTRODUCCIÓN
América Latina y el Caribe han emprendido profundas reformas económicas, jurídicas y
democráticas que les ha llevado a experimentar transformaciones de gran alcance, entre ellas,
una creciente inserción en la economía mundial.
Desde la década de los noventa se han configurado como un destino atractivo para el comercio y
la inversión internacional propiciando una intensa competencia económica y política entre
Estados Unidos y la Unión Europea, saldándose, hasta la fecha, con destacadas iniciativas y
proyectos por ambas partes, que van más allá del libre comercio y que constituyen verdaderos
desafíos para los propios procesos de integración regional.
Las dos potencias tienen ya tratados de libre comercio con México y Chile, los Estados Unidos
además con Centroamérica y República Dominicana y está negociando otros de naturaleza
similar, en tanto que la Unión Europea negocia con MERCOSUR. Ahora bien, el proceso de
negociación del ALCA o entre el MERCOSUR y la Unión Europea, por ejemplo, ponen de relieve
las dificultades para llegar a acuerdos comerciales norte-sur cuando implican a varios países que
no están lo suficientemente integrados entre sí. Y, mientras tanto, Europa viene perdiendo peso
relativo en el mercado latinoamericano a favor de Asia como origen de las importaciones
latinoamericanas y a favor de Estados Unidos y el resto del mundo como destinos de las
exportaciones de la región.
En esta ponencia repasamos el estado actual de los acuerdos y las negociaciones en curso
entre la Unión Europea y Estados Unidos con ALC, tratando de identificar los elementos
esenciales de los mismos así como de los que caracterizan a los intercambios comerciales.
1
1. LA INSERCIÓN DE AMERICA LATINA EN EL COMERCIO INTERNACIONAL
El reciente interés que viene mostrando ALC en los acuerdos regionales no constituye una
novedad. “En la época de la independencia se había concebido la integración como el mejor
camino para proteger la independencia política recientemente conquistada. Asimismo en las
décadas de los cincuenta y sesenta, algunas grandes iniciativas de integración económica
regional inspiradas por la visión y el liderazgo de Raúl Prebish y de la CEPAL, dieron renovado
impulso a la construcción del modelo de desarrollo económico basado en la industrialización por
sustitución de importaciones” (E. Iglesias, 2005). Esa estrategia de desarrollo así como los
regímenes políticos en la mayoría de los países de la zona, dificultaron las relaciones
económicas con los países desarrollados en general, constituyendo la década de los ochenta un
periodo “perdido” en términos de crecimiento económico, desarrollo social e inserción en la
economía mundial1.
Ante la situación de extrema gravedad en la que se encontraba inmersos, se empezaron a
aplicar políticas económicas ortodoxas, poniéndose en marcha profundas reformas estructurales
que afectan principalmente al papel del Estado, y que fueron acompañadas de un mayor rigor en
las políticas monetarias practicadas (disciplina que venía siendo exigida por diversos organismos
financieros internacionales, fundamentalmente el FMI). De esta forma, los países de la región se
embarcaron en un proceso de liberalización económica interna y externa sin precedentes.
Quizás el componente más destacado de la agenda de reformas haya sido la apertura de las
economías de la región. Mientras que a comienzos de la década de 1980 el promedio del arancel
de NMF de la región era superior al 100%, en los años noventa ya se situaba en el 29%, y en
2004 había descendido a menos del 10%. Además, la proliferación de acuerdos comerciales han
conducido a una mayor reducción de las barreras efectivas a las importaciones, siendo el arancel
promedio efectivo de la región del 5%.” (J. L. Machinea y C. Vera, 2005, p.1). En consecuencia,
el coeficiente de apertura comercial se multiplicó casi por tres, al pasar de un 7,8% en 1980-1983
( Machinea y Vera, 2005) a un 23% en 2000-04 (CEPAL; 2005, p. 89). Aún así, el nivel de
apertura de ALC ha sido y sigue siendo el más bajo entre las regiones en desarrollo, si bien hay
1
Una de las consecuencias de aquella realidad fue la reducción de la participación de América Latina como destino
de las exportaciones comunitarias. A este respecto las cifras son elocuentes: América Latina representaba en 1981
el 6,2% de las ventas extracomunitarias y cuatro años después absorbían solamente el 3,9%.
2
diferencias entre subregiones y países. Así por ejemplo, MERCOSUR arroja el coeficiente de
apertura más bajo de la región (13,9%), aunque viene creciendo desde finales de los noventa, el
MCCA es el esquema subregional con mayor nivel de apertura y México la economía más
abierta2, mostrando un grado de apertura de casi el 52%.
Paralelamente, desde mediados de los ochenta, se ha asistido a un relanzamiento de la
integración regional, un “nuevo regionalismo” que muestra “un renovado interés en profundizar
la integración con la economía mundial y que viene acompañado de cambios de contenido que
incluyen una cobertura más amplia de temas y disciplinas (una agenda “más profunda”) y el
establecimiento de acuerdos norte-sur que vinculan economías con grandes disparidades de
ingresos per cápita. (Bouzas, 2005, p.9), mostrando avances institucionales en el interior de los
esquemas subregionales y una ampliación y profundización de los vínculos entre los esquemas
subregionales y entre pares de países de diferentes esquemas –particularmente mediante la
concertación de TLC3 (SELA, 2005).
Sin embargo, el comercio intraregional continua siendo muy bajo con respecto al que se observa,
por ejemplo, en Asia y la Unión Europea. Así, en ALC las exportaciones como porcentaje del PIB
no alcanzó el 17% en el periodo 2000-04, frente al 34% de Asia y al 64,4% de la UE. (CEPAL,
2005). Además, también se señala la debilidad del marco institucional, incluidos los mecanismos
de solución de diferencias así como la ausencia de mecanismos de coordinación
macroeconómica como razones fundamentales para explicar la insuficiente integración regional.
En consecuencia, desde comienzos de los noventa, se reanudó con fuerza el interés
hacia AL como resultado de la apertura de sus economías, la consolidación de sus democracias
y el impulso de la integración regional. Ese interés hacia AL desde comienzos de la pasa década
se pone de relieve en la competencia entre Estados Unidos y la UE con importantes iniciativas
por ambos bloques, que muestran algunas semejanzas y también diferencias.
México es una de las economías más abiertas del mundo y ha firmado acuerdos de libre comercio con al menos
de 32 países. (A. Puyana, 2003, p.7).
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En el Informe Parcial del SELA, Evolución de la integración regional, 2004-2005, se ofrece un cuadro que recoge la
vasta red de acuerdos y tratados que han suscrito los países de ALC en los últimos años, así como los que se
encuentran en proceso de negociación.
2
3
2. EL MARCO DE LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE LA UE Y ALC
2.1. De la marginación al entendimiento
Ocupada primero en la reconstrucción de la posguerra y luego por la construcción de su propio
proceso de integración, la CE centró inicialmente su relación con el mundo en desarrollo en
antiguas colonias de Africa, Caribe y Pacífico (ACP). Demasiados avanzados frente al grupo de
los ACP, pero no lo suficiente como para alzarse en socios políticos y económicos dignos de
interés, los países de América Latina se situaron en el último escalón del esquema de relaciones
exteriores de la Comunidad, un reducido interés que se mantiene hasta finales de los ochenta.
La CE prestó atención a las antiguas colonias de algunos de sus estados miembros en el Caribe,
en especial desde la conclusión del primer Convenio de Lomé, en 1974, pero al margen de este
esquema, el SPG (instaurado en 1971) era el único instrumento preferencial del que pudo
beneficiarse la región en sus relaciones comerciales con la Unión y su impacto en aquella fue
limitado, debido a la cobertura parcial del SPG respecto a los productos agrícolas que constituían
una gran proporción de las exportaciones latinoamericanas. Además, los criterios proteccionistas
de la Unión también se mantuvieron en algunos sectores claves para el comercio de los países
latinoamericanos como fueron los textiles, confección y productos siderúrgicos.
Sólo a mediados de los ochenta se constata un acercamiento favorecido por una serie de
hechos coincidentes, como fueron la presión ejercida por España y Portugal en el transcurso de
las negociaciones de adhesión a la UE, incluyendo un anexo en el que se recogían las
especiales relaciones con AL ( España también defendió que el Banco Europeo de Inversiones
extendiera su actividad hacia AL y así es desde 1993), la revitalización de la integración europea
con el Acta Unica Europea y la identificación de Europa con el objetivo de la pacificación de
América Central a través del proceso de San José. Paralelamente, la superación por ALC de la
“década perdida” y los cambios que se introducen en las economías, la intensificación de la
integración regional, así como la política estadounidense en la región, constituyeron el trasfondo
para la profundización de las relaciones entre Europa y ALC en la última década, a lo largo de la
cual, ambas regiones han ido estableciendo una compleja red de mecanismos de cooperación y
diálogo sobre un gran número de asuntos.
También es verdad, que durante los noventa, como expone Torrent, R. (2005, p.14), “la CE se
lanza a una carrera desenfrenada de negociación de acuerdos bilaterales con todos los países y
regiones del globo…en unos casos se trata de revisar acuerdos ya existentes; en otros se trata
4
de llegar a acuerdos radicalmente nuevos. Lo sorprendente por tanto habría sido que AL hubiera
quedado al margen de este frenesí negociador”
En la esfera institucional, el proceso se inició firmemente con el establecimiento de un foro
general de diálogo euro-latinoamericano a nivel ministerial. Los lazos trasatlánticos ya existentes
dieron paso a reuniones anuales de los ministros de Relaciones Exteriores de la UE y del Grupo
de Rio4, las cuales se “institucionalizaron” en 1990. Los jefes de estado y de gobierno de la UE y
del ALC celebraron en junio de 1999, en Rio de Janeiro, su primera cumbre, siendo la segunda
en Madrid en mayo de 2002, con el propósito de crear una “asociación estratégica” entre las dos
regiones, y la tercera en mayo de 2004 en Guadalajara, estando muy próxima la cuarta cumbre
que tendrá lugar en Viena en mayo de 2006.
A nivel subregional, cabe destacar la continuidad, desde que se iniciara en 1984, del diálogo
ministerial de San José entre la UE y los países de América Central. Los contactos entre la UE y
la Comunidad Andina se formalizaron con la Declaración Conjunta sobre Diálogo Político de
junio de 1996, mediante la institucionalización de las reuniones ministeriales. Finalmente, la UE y
la CAN, suscribieron en diciembre de 2003, en Roma, un Acuerdo de Diálogo Político y
Cooperación. En un proceso paralelo, la UE suscribió con Centroamérica un Acuerdo sobre
Diálogo Político y Cooperación en la misma fecha. Desde mediados de los noventa, las
relaciones entre la UE y MERCOSUR se han enmarcado en el Acuerdo Marco Interregional de
Cooperación de diciembre de 1995, que prevé reuniones ministeriales. A nivel de países, el
Acuerdo Marco de Cooperación de 1996 UE-Chile instituyó un diálogo ministerial paralelo al que
existía entre la UE y el MERCOSUR. También el Acuerdo de Asociación Económica,
Concertación Política y Cooperación de diciembre de 1997 entre la UE y México prevé un
diálogo institucionalizado a nivel ministerial. Por otra parte, ministros europeos y del Caribe se
han reunido anualmente en el marco del Consejo Conjunto de Ministros de la UE y de los
Estados ACP5.
El fortalecimiento de los vínculos interinstitucionales, ha venido acompañado de una
intensificación de los instrumentos en el ámbito de las relaciones comerciales.
Los miembros del Grupo de Río son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, R. Dominicana, Uruguay, Venezuela y, de
forma rotatoria, un Estado del Caribe en representación de los países de la subregión.
5 Una Cronología de las relaciones UE-América Latina y UE-Caribe se ofrece en La Unión Europea, América Latina
y el Caribe: una asociación estratégica, Comisión Europea, 2004.
4
5
2.2. Instrumentos de política comercial para la promoción del comercio
La capacidad de la Unión para desempeñar un papel destacado en las negociaciones
comerciales multilaterales y bilaterales viene dada por su orientación internacional y por su
capacidad para negociar con una sola voz con sus socios comerciales. En cuanto al primer
aspecto, queda constatado ese espíritu en el Tratado de Roma al recogerse en el artículo 110,
hoy 131, que “… los Estados miembros se proponen contribuir… al desarrollo armonioso del
comercio mundial, a la supresión progresiva de las restricciones a los intercambios
internacionales y a la reducción de las barreras arancelarias”. En cuanto al segundo, queda
sentada aquella capacidad al establecerse una política comercial común en el Tratado de Roma.
La PCC tiene su base jurídica más importante en el Título IX del Tratado de Niza, artículos 131
al 134 (antiguos artículos 110 al 116 del Tratado de Roma). También encuentra fundamento
jurídico en los artículos 300 y 310 del Tratado de Niza (antiguos 228 y 238 del TR) relativos a la
posibilidad de celebrar acuerdos internacionales u otras formas de asociación.
Además de la liberalización multilateral en el marco del GATT y la OMC, dos instrumentos
específicos de política comercial han otorgado desde los años setenta preferencias a las
importaciones europeas desde ALC: el Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG) y las
disposiciones comerciales de las sucesivas Convenciones de Lomé, que conceden preferencias
a los países caribeños del grupo de países ACP. Tanto el SPG como el régimen de preferencias
de Lomé son de carácter no recíproco y se orientan fundamentalmente al desarrollo. Las más
recientes iniciativas comerciales entre la UE y ALC se encaminan a la reciprocidad de los
vínculos comerciales interregionales. A continuación repasamos los aspectos más destacados
de la evolución de la política comercial con los países de ALC.
EL SISTEMA DE PREFERENCIAS GENERALIZADAS (SPG)
El sistema, instaurado en 1971, ha consistido en la concesión de reducciones o exenciones
arancelarias –unilaterales y no recíprocas- para bienes industriales y numerosos productos
agrícolas, al que han podido acogerse las exportaciones de todos los países latinoamericanos
desde su implantación. El SPG ha sido revisado en distintas ocasiones. Así, desde 1990, los
países andinos (Venezuela desde 1995) disfrutan de preferencias especiales como parte del
respaldo de la UE a la lucha contra el tráfico de drogas. Estos beneficios SPG ampliados se
extendieron en 1991 a los productos agrícolas de los países centroamericanos y, en 1999, a la
6
producción industrial de estos países. En consecuencia, la mayoría de los productos industriales
una larga lista de productos agrícolas procedentes de los países andinos y centroamericanos
entran en el mercado europeo libres de aranceles.
Derivado de ello, se observan grandes diferencias entre países; así, el porcentaje de
importaciones que se beneficiaron del SPG rozó el 80% en algunos países centroamericancos y
se situó por debajo del 25% en el caso de las naciones avanzadas. Pero no solo por la
discriminación a favor de los países andinos y centroamericanos. También la reforma del SPG, al
introducir el mecanismo de graduación ha afectado a las economías más avanzadas, como
Argentina, Brasil (tradicionalmente el segundo mayor beneficiario del mundo, después de China),
Chile y México, perdiendo paulatinamente las preferencias SPG para una serie de productos.
Para estos países, compensar la pérdida de estas preferencias ha sido un aliciente para
negociar acuerdos de liberalización comercial recíproca con la UE” (BID, 2002, p. 29).
Aunque el sistema haya contribuido a promover las exportaciones de AL a Europa “también
impera la opinión de que las oportunidades brindadas no han sido suficientemente aprovechadas
por los exportadores. En este sentido, los países latinoamericanos sostienen que el SPG reviste
excesiva complejidad técnica y administrativa. Sin duda, el aspecto más cuestionado es la
exclusión de un número de productos “sensible”, especialmente en el sector agrícola.
Centrándonos en el Régimen Especial de Apoyo a la Lucha contra la Producción y el Tráfico de
Droga (SPG-Droga), si bien es reconocido que ha contribuido a impulsar las exportaciones de la
subregión hacia el mercado europeo, las preferencias arancelarias se han visto erosionadas
desde 1990 como resultado de: 1) los compromisos adoptados por Europa en la R. U del GATT,
que determinó que muchos productos pasaran a derechos de NMF igual a cero, reduciendo la
lista de productos contemplados en el SPG-Droga;2) algunos productos del SPG-Droga fueron
incorporados al SPGeneral; 3)Los Acuerdos de Asociación y las preferencias otorgadas en el
marco del Régimen Especial “Todo menos Armas”6, colocan en condiciones desventajosas a los
productos andinos para acceder al mercado europeo (Secretaría de la CA, septiembre, 2004).
Como complemento de los referidos factores se encuentran las características propias del SPGDroga que limitan su total aprovechamiento, entre las que se resaltan su carácter unilateral,
Fue aprobado en el Reglamento (CE) nº 416/2001 de 28 de febrero, por el que la Comunidad concede a todos los
productos originarios de los PMD, excepto a las armas y municiones, el acceso libre de derechos de aduanas y sin
ningún límite cuantitativo.
6
7
temporal y condicional que impide brindar seguridad a los inversionistas y operadores
comerciales y que el mecanismo contempla solamente preferencias y exoneraciones
arancelarias, no resolviendo los problemas de carácter no arancelario que pudieran estar
afectando acceso efectivo de los productos originarios de la CA al mercado europeo. (Nunes
Briceño, 2005, p.11 y12). En consecuencia, el porcentaje de participación de las exportaciones
andinas bajo el SPG-Droga, ha disminuido sostenidamente entre 1999-2003, pasando de 30% al
14,8%. (Secretaria General de la CA, 2004, p. 8).
El SPG-Drogas fue sometido a un proceso de revisión y adecuación en respuesta a la demanda
de India ante la OMC7. Por ello, la UE adoptó un nuevo SPG para el periodo 2006-2015, cuyo
Reglamento (CE) 980/2005 entró en vigor el 1 de julio de 2005. Los países andinos se benefician
de las preferencias otorgadas mediante el Régimen Especial de Estímulo del Desarrollo
Sostenible y el Buen Gobierno (SPG-Plus). El SPG-Plus convierte los tres regímenes especiales
–laboral, ambiental y drogas- en uno solo. Los productos beneficiados serán los que estuvieron
incluidos en el SPG-Droga pero, adicionalmente se vuelven a incluir algunos productos, como
flores y plantas ornamentales, que fueron excluidos del sistema. (Secretaría General de la CA)
Los porcentajes de participación de las exportaciones bajo el régimen general respecto a las
exportaciones andinas totales a la UE-15 alcanzan al 7,9% en 2002 y al 4% para el año 2003. Si
comparamos estas cifras con las registradas bajo el régimen SPG-Droga, se puede apreciar que
estas últimas son en promedio 3 veces superiores para la CA en su conjunto (Secretaria General
de la CA, 2004, p.10).
DEL REGIMEN DE PREFERENCIAS COMERCIALES DE LOME AL ACUERDO DE COTONOU
Los países de Africa, Caribe y Pacífico (ACP) mantienen relaciones privilegiadas con la
UE desde el Tratado de Roma en el que se establece un régimen de asociación con las antiguas
colonias de los Estados miembros. Desde entonces, la Unión ha firmado con este grupo de
países sucesivos acuerdos8 estando actualmente en vigor el Acuerdo de Cotonou de 2000. Los
primeros acuerdos establecieron, entre otros elementos, un régimen de preferencias por el que
estos países tienen garantizado el libre acceso al mercado comunitario para la casi totalidad de
sus productos. Por otra parte, son los únicos países que contaban con sistemas especiales
orientados a la compensación de las pérdidas producidas por la disminución de exportaciones
el planteamiento de la India fue subordinar la Cláusula de Habilitación al principio de NMF.
I Convenio de Yaundé (1963), II Convenio de Yaundé (1969), I Convenio de Lomé (1975, 46 países ACP), II
Convenio de Lomé (1979, 58 países ACP), III Convenio de Lomé (1984, 65 países ACP), IV Convenio de Lomé
(1989, 68 países ACP extendido a 70 en 1995) y finalmente, el Acuerdo de Cotonú firmado por 78 países en 2000 y
actualmente en vigor.
7
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8
para productos agrarios (STABEX) y mineros (SYSMIN).
El Acuerdo de Cotonou entre las CE y 78 países ACP9 está basado en tres pilares
relacionados entre sí: una dimensión política; la cooperación financiera y para el desarrollo; y la
cooperación económica y comercial. En virtud de esta última, los Estados ACP, con excepción
de Sudáfrica, se benefician de preferencias comerciales no recíprocas durante un periodo
preparatorio (2001-2007). Comprenden el régimen de franquicia para productos industriales,
productos agrícolas elaborados y productos de la pesca, con sujeción a una cláusula de
salvaguardia. Para determinados productos (bananos, carne de vaca y ternera y azúcar) las CE
otorgan acceso especial a su mercado en virtud de “protocolos relativos a los productos básicos”.
También se han modificado los instrumentos de ayuda al no prorrogarse los mecanismos
STABEX y SYSMIN. Al término del periodo preparatorio (el 31 de diciembre de 2007 a más
tardar), esas preferencias unilaterales quedarán sustituidas por acuerdos de asociación
económica recíprocos, compatibles con el régimen de la OMC (en el sentido del artículo XXIV).
Las negociaciones para el establecimiento de los acuerdos de asociación económica
comenzaron en septiembre de 200210 y se pretende fortalecer los procesos de integración
regional de los países ACP y establecer una diferenciación adecuada y la asimetría para tener
en cuenta el nivel de desarrollo y sus efectos socioeconómicos en ellos. Los acuerdos de
asociación económica dispondrán la eliminación progresiva de los obstáculos al comercio de
bienes y de servicios.
LOS ACUERDOS COMERCIALES
Desde 1971, la UE ha suscrito con los países o subregiones de América Latina diversos
acuerdos de comercio y cooperación que han ido evolucionando en alcance. Así de los acuerdos
no preferenciales de “primera generación”, celebrados a principios de los setenta con Argentina,
Brasil, México y Uruguay, que eran de alcance muy limitado, se pasó a los acuerdos de
“segunda generación”, de principios de los ochenta11 que avanzaron en la definición de nuevos
ámbitos de cooperación comercial y económica. En los acuerdos marco de “tercera generación”,
de principios de los noventa12 se contemplaba la ampliación de actividades de cooperación
relacionadas con el comercio y la inversión. “La ampliación de la cooperación hacia nuevos
ámbitos se conjugó con la incorporación, en los acuerdos, de un eje político, con la llamada
“cláusula democrática”, asociada al respeto de los derechos humanos y de los principios
democráticos por parte de los países firmantes” (SELA, 2006, 21).
Los signatarios del Acuerdo de Cotonú son 48 países de Africa, que comprenden todos los países subsaharianos,
15 países del Caribe y 15 países del Pacífico.
10 Se ha iniciado negociaciones de acuerdos de asociación económica entre la UE y África Central (la CEMAC y
Santo Tomé y Príncipe), con África Occidental (la CEDEAO y Mauritania), con África Oriental y Meridional, con el
Caribe con 7 países del SADC y con 14 países ACP en septiembre de 2004.
11 Celebrados con Brasil, Pacto Andino y América Central.
12
Celebrados con Argentina, Brasil, Chile, México, Paraguay, Uruguay, la Comunidad Andina, A.Central y
MERCOSUR.
9
9
A partir de mediados de los noventa, se abrió una nueva etapa con el Acuerdo Marco de
Cooperación Interregional con el MERCOSUR (diciembre de 1995), el Acuerdo Marco de
Cooperación con Chile (junio de 1996) y el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación
Política y Cooperación con México (diciembre de 1997). Descansan sobre los tres pilares: la
institucionalización de un diálogo político regular, la intensificación y mejora de la cooperación y
la promoción y diversificación de los flujos de comercio e inversión, a través de una progresiva y
recíproca liberalización comercial.
El Acuerdo entre la UE y México
En diciembre de 1997 ambos firmaron un Acuerdo de Asociación Económica, Concertación
Política y Cooperación, frecuentemente denominado “acuerdo global”. Conjuntamente con el
acuerdo global, se suscribió también en 1997 un Acuerdo Interino sobre Comercio y Cuestiones
Relacionadas con el Comercio.
Las negociaciones fueron rápidas13 y el Acuerdo de Libre comercio entre las CE y México entró
en vigor el 1º de julio de 2000, estableciendo una zona de libre comercio de bienes en la que se
prevé la liberalización del comercio de bienes, la apertura de los mercados de compras del
sector público de ambas partes, la cooperación en materia de competencia, un mecanismo de
consultas en materia de asuntos de propiedad intelectual y un mecanismo de solución de
controversias. Con arreglo al sistema de liberalización asimétrica establecido, todos los derechos
aplicados a la importación de productos industriales de México quedaron eliminados por las CE
en 2003. México debe suprimir todos los derechos aplicados a los productos industriales de la
UE para 200714. La eliminación gradual de derechos en el comercio preferencial de productos de
la agricultura y la pesca quedará completada en 2010. En marzo de 2001 entró en vigor el
acuerdo de libre comercio de servicios que prevé la liberalización del comercio de servicios en un
plazo de 10 años, la liberalización de las inversiones y los pagos conexos, la protección de los
derechos de propiedad intelectual y un mecanismo de solución de diferencial.
Para la UE, el acuerdo con México representó un hecho importante en su política exterior, ya que
“México tiene una posición bisagra en América, entre América del Norte, A. Central y el Caribe y
Se aduce como razones por las cuales las negociaciones culminaron tan rápidamente el hecho de que ambas
partes tenían mucha experiencia en este tipo de negociaciones (A. Puyana, 2003, p. 55) y también que México no
tuviera que llevar a cabo reformas importantes dado que para poder firmar el TLCAN, el país reformó la economía y
muchas de sus instituciones. Además, la UE procuraba lograr condiciones de paridad con el TLCAN (A. Puyana,
2003, p. 8).
14 El comercio de productos industriales representa alrededor del 95% del total de intercambios bilaterales.
13
10
América del Sur, siendo el segundo país más importante de América Latina15” (Sberro, 2004),
fue precursor en su tipo, de hecho, dos años más tarde fue seguido de un acuerdo similar con
Chile y es el país latinoamericano más cercano a Europa16. Sin duda, para Europa, el principal
objetivo del acuerdo era responder a la implementación del TLCAN y la consecuente
discriminación de los productos europeos y utilizarlo como un trampolín para el mercado
estadounidense (Sberro, 2004). Otra razón que explica este acuerdo sería “la naturaleza
relativamente no conflictiva de la agenda comercial bilateral, ya que los productos agrícolas
europeos más sensibles no forman parte de la potencial oferta exportadora de México (excepto
bananas, azúcar y chocolate)” (Bouza, 2004). Desde la perspectiva de México, la diversificación
de los vínculos económicos externos es una prioridad, alzándose Europa como una alternativa
sólida (Torrent, 2005).
EL Acuerdo entre la UE y Chile
El 18 de noviembre de 2002, las CE y Chile firmaron un Acuerdo de Asociación y aunque entró
en vigor el 1 de marzo de 2005, el grueso del acuerdo, especialmente en el capítulo sobre
comercio, el marco institucional y la cooperación relacionada con el comercio, se fueron
aplicando en forma provisional desde febrero de 2003. El capítulo sobre comercio es quizás el
más ambicioso que haya negociado la UE (BID, 2004) y abarca todos los ámbitos de las
relaciones comerciales bilaterales: una zona de libre comercio de bienes, servicios y contratación
pública, liberalización de los flujos de inversión y de capital, protección de los derechos de
propiedad intelectual, cooperación en la esfera de la competencia, y solución de controversias17.
En materia de bienes18 se realizará una liberalización progresiva recíproca durante un periodo de
transición de 10 años para un 97,1% de los intercambios bilaterales: el 100% de los productos
industriales, un 80,9% de los productos agrícolas y un 90,8% de los productos de la pesca. Al
mismo tiempo de iniciarse la liberalización arancelaria se pusieron en marcha otros importantes
compromisos, entre ellos, la eliminación para el comercio recíproco, de una sola vez, de todas
las prohibiciones o restricciones de importación o exportación en forma de cuotas, licencias u
otras medidas. (Leiva Lavalle, 2005)
15
Es el único país de la región miembro de la OCDE, accionista del BERD de los PECOS y observador en el
Consejo de Europa en Estrasburgo.
17
Sobre las relaciones de la UE con Chile, puede obtenerse detalles en línea en
http://europa.eu.int/comm/trade/bilateral/chile/index_
16
18
Véase con más detalle, por sectores, en Leiva Lavalle, P, CELARE, 2005, p. 59.
11
“Contribuyeron a facilitar el acuerdo UE-Chile la naturaleza de la agenda comercial bilateral, las
políticas comerciales abiertas con Chile y la esperada firma de un acuerdo de libre comercio de
este país con Estados Unidos” (Bouzas, 2004). En efecto, la industria chilena no se veía
expuesta a mayores riesgos teniendo en cuenta que la economía ya se encontraba plenamente
abierta y que las exportaciones agrarias estuviesen compuestas por productos fuera de
temporada europea, demostraron ser factores que facilitaron el acuerdo (González Guyer, F,
2005, p. 155).
Negociaciones entre la UE y Mercosur
MERCOSUR atrajo el interés de la Unión Europea desde sus inicios. De ahí que ya en 1992 se
firmara el primer acuerdo entre ambos bloques, acuerdo al que han sucedido otros cada vez mas
ambiciosos y con mayor contenido. En diciembre de 1995, firmaron el Acuerdo Marco
Interregional. El imperativo de buscar el equilibrio en las relaciones comerciales de MERCOSUR
con la UE, tras la decisión de negociar un acuerdo hemisférico de libre comercio, tomada en la
Cumbre de Miami en diciembre de 1994, así como la creación del TLCAN fue un factor
estratégico para el AMI. “Asimismo, entrar en negociaciones con la UE también tiene un
significado político y simbólico para el MERCOSUR. Por una parte, las conversaciones
bilaterales formales se convirtieron en un reconocimiento explícito de la unión aduanera como
actor en el sistema comercial internacional. Por otra parte, había un sentimiento de identificación
con la actitud de “comunidad” con que la UE enfoca la integración, en contraste con los modelos
más “orientados al mercado” del Tlcan y el ALCA” (Bouzas, 2004)
Las negociaciones encaminadas a un Acuerdo de Asociación se iniciaron en la Cumbre de Rio
en junio de 1999 y comenzaron oficialmente en noviembre de ese año con vistas a establecer
una amplia asociación política y económica que abarque cuestiones políticas, de cooperación y
comerciales19. El capítulo comercial apunta a la liberalización recíproca del comercio de bienes20,
servicios, medidas sanitarias y fitosanitarias, un acuerdo vinícola, liberalización de los
movimientos de capital y los pagos, fomento de un entorno abierto y no discriminatorio para las
inversiones, protección de los derechos de propiedad intelectual, la política de competencia, y
solución de controversias.
Información
sobre
las
relaciones
UE-Mercosur
http://europa.eu.int/comm/trade/issues/bilateral/regions/mercosur/index_
20 abarca cuestiones aduaneras, reglas de origen, disciplinas no arancelarias y medidas de defensa comercial)
19
en
12
Hasta la fecha se han efectuado numerosas rondas de negociaciones en el marco del Comité de
Negociaciones Birregionales creado en 2000, lo cual pone de relieve la complejidad y alcances
de estas negociaciones. Las partes convinieron en intensificar sus esfuerzos por culminar la
negociación en octubre de 2004. Hacia fines de 2003-inicios de 2004, el Acuerdo MERCOSURUE se veía con una gran posibilidad de concreción, habida cuenta que no sólo contenía aspectos
económicos-comerciales sino también de cooperación y de asociación política. El posible
acuerdo con la UE despertaba pocas resistencias en los partidos políticos con representación
parlamentaria en los países del Cono Sur, e incluso las organizaciones sindicales planteaban
escasas cuestiones conflictivas, a diferencia del ALCA y/o de una posible asociación bilateral
directa Estados Unidos-Mercosur.” (Intal, 2005). Entre mayo y septiembre de 2004 ambos
bloques hicieron esfuerzos de diferente tipo con el fin de acercar posiciones, pero el resultado
final fue negativo, observándose inclusive cierta reversión en las concesiones ofrecidas por la UE
y también del MERCOSUR en último momento (INTAL, 2005). En definitiva, la negociación entre
el MERCOSUR y la UE no pudo concluir en el año 2004 como estaba previsto y, al parecer,
habrá que esperar el fin de la Ronda de Doha para recuperar su impulso político. Mientras tanto,
la UE suscribió acuerdos comerciales preferenciales con México y Chile, por lo es “difícil evitar
llegar a la conclusión de que las negociaciones UE-M han tenido un mal rendimiento” (Bouzas,
2004).
El fracaso de estas negociaciones ha contribuido a propiciar un cierto clima de pesimismo sobre
las relaciones globales entre la UE y ALC (SELA, 2006, p.22). Pero lo cierto es que se considera
que este acuerdo no es tarea sencilla derivado, entre otras razones, de la asimetría económica,
las diferencias en la importancia del comercio mútuo en el caso de uno y otro, en que las
mayores ganancias potenciales para MERCOSUR se encuentran en el acceso para sus
productos agrícolas que resultan ser altamente sensibles para la UE, así como los “problemas
coyunturales” derivados de la crisis que sufrió la región en el periodo 1999-2003. (González
Guyer, F., 2005, p. 152).
AMERICA CENTRAL Y LA COMUNIDAD ANDINA
Las relaciones entre la UE y las subregiones de AC y la CA se basan en dos acuerdos marco
regionales de 1993, que entraron en vigor en 1998 (para la CA) y en 1999 (para AC), a través de
los cuales se procuró diversificar los vínculos comerciales y de inversiones pero no se concedió
un acceso preferencial a mercados, sino que, como ya señalamos, se otorgan a los países
andinos y de AC concesiones especiales en el marco del SPG.
13
Pese al reconocimiento por parte de los andinos de los impactos positivos que ha tenido este
Régimen sobre sus economías (Declaración de San Francisco de Quitosobre la Renovación
decenal del SPG Droga, 12 de julio de 2004), las erosiones, limitaciones y perspectivas
comentadas han conllevado a insistir en la necesidad de suscribir un Acuerdo de Asociación que
permita consolidar las preferencias andinas y proveer seguridad a las relaciones comerciales
entre ambas regiones.”(Nunes Briceño, 2005, p. 12). Adicionalmente, los acuerdos de libre
comercio celebrados por la UE con México y Chile colocan en relativa desventaja a los restantes
países de ALC en cuanto al acceso al mercado europeo.
Desde la Cumbre de Río de 1999, los gobiernos andinos y centroamericanos han llevado a cabo
una intensa actividad diplomática en Europa tendente a promover acuerdos de asociación. En el
transcurso de los últimos años, la UE se ha convertido para C en el primer socio exterior en
cuanto a cooperación para el desarrollo y un importantes socio comercial y proveedor de
inversiones directas. Por lo tanto, las negociaciones con la UE son de una importancia crucial
para el istmo centroamericano (SELA, 2005). Se considera que para Centroamérica sería más
fácil la negociación de un tratado de libre comercio con la UE que lo ha sido con EEUU (E.
Iglesias,
). Para aquellas subregiones, un Tratado de Asociación aumentaría la capacidad
institucional, política y técnica para poder negociar en bloque el SPG con la UE.
En el ámbito del diálogo político y de cooperación, ambas subregiones suscribieron en paralelo
un acuerdo con la UE en diciembre de 2003 y se considera que constituyen los dos primeros
pilares de un Acuerdo de Asociación.
Ambas subregiones manifestaron21 en mayo de 2005 su expectativa de poner en marcha las
negociaciones de un Acuerdo de Asociación, incluido un acuerdo de libre comercio, en la
Cumbre de Viena en 2006. Sin embargo, las posibilidades de un acuerdo de asociación –tal
como lo ha manifestado la UE en varias ocasiones- dependerán en gran medida de la
profundización del proceso de integración andino, y esto, en la percepción de la UE, implica el
fortalecimiento del mercado común, la eliminación de los obstáculos al libre comercio, la
XXI Reunión Ministerial del diálogo de San José entre la UE y Centroamérica en Luxemburgo, 26 de mayo de
2005 y Reunión ministerial Comunidad Andina-UE, Luxemburgo, 26 de mayo de 2005.
21
14
armonización de los regímenes aduaneros y la consolidación de la unión aduanera22 (Secretaría
General de la CA, 2004. pp.66-67).
Se viene llevando a cabo una intensa actividad que facilite lanzar en mayo de este año las
negociaciones de un Acuerdo de Asociación y libre comercio. Entre ellas, los ministros de
Comercio de los países de la CA acordaron “definir un arancel común especial para la U”, siendo
calificado por el Secretario General de la CAN como un “paso adelante” en la definición de la
política arancelaria común de la CA. (Focus Eurolatino) quien se encuentra en el mes de febrero
en visita de trabajo en Europa con el fin de promover las negociaciones para un Acuerdo de
asociación entre la CA y la UE (Focus Eurolatino)
Asimismo desde el lado europeo se persigue el mismo objetivo. Así, también en estas fechas, el
Europarlamento exigió a los miembros de la UE un “refuerzo de la asociación estratégica” con
AL, a través del avance en las negociaciones de tratados de libre comercio con sus bloques
subregionales en la cumbre bilateral de mayo de 2006, con la mente puesta en alcanzar una
“Zona Euro-Latinoamericana de libre Comercio” en 2010. El informe insiste en “la absoluta
necesidad de mantener una visión estratégica de conjunto, que no se limite a acciones aisladas”.
Negociaciones comerciales entre la UE y el CARIFORUM
En lo que respecta al Caribe, se encuentra en proceso de negociación el Acuerdo de Asociación
Económica entre la UE y CARIFORUM (CARICOM más la República Dominicana) desde abril de
2004 y su término está fijado para 2008. Para ese año está previsto el fin del actual acceso
preferencial de los países del Caribe al mercado europeo y, a partir de entonces, se iniciará un
periodo transitorio de doce años que debe desembocar en el establecimiento de un área de libre
comercio.
Este cambio constituye un gran reto para los países del Caribe, para los que la UE es un socio
comercial muy importante. Los países caribeños no tendrán, en principio, un acceso mucho más
importante a los mercados europeos como consecuencia del nuevo acuerdo, ya que la UE aplica
tarifas nulas o muy bajas para la mayoría de sus compras a los países ACP. Incluso, es posible
que se produzca una pérdida de ingreso por exportaciones debido a la erosión de las
Numeral 4 del Artículo del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la CE y sus Estados miembros, por
una parte, y la CA y sus Estados Miembros, Bolivia, Colombia, Ecuadro, Perú y Venezuela, por otra parte. Quito, 15
de octubre de 2003.
22
15
preferencias comerciales. Asimismo, y sobre todo, los países caribeños quedarán más
expuestos a la competencia global y enfrentarán una pérdida de ingresos fiscales. (SELA, 2006,
p. 23).
3. EL MARCO DE LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y
AMERICA LATINA
Durante la posguerra, la orientación predominantemente multilateral y unilateral de las políticas
comerciales estadounidenses evitó que ese país entrara en acuerdos con sus vecinos del Sur.
Sin embargo, esa posición comenzó a cambiar en los años 80, primero con la implementación
del Acuerdo de Libre Comercio Canadá-EEUU y luego con el Tlcan. Los acuerdos bilaterales que
actualmente está cerrando, negociando o estudiando forman parte de su política comercial
denominada “liberalización competitiva”, y refuerzan la nueva tendencia estadounidense a usar
el multilateralismo y la discriminación como estrategias comerciales complementarias que se
fortalecen entre si.
3.1. Instrumentos de política comercial unilateral para la promoción del comercio
Junto a la liberalización multilateral en el seno del GATT/OMC, los Estados Unidos han otorgado
preferencias unilaterales a las exportaciones latinoamericanas hacia el país desde los años
setenta, a través del Sistema de Preferencias Generalizadas. En los años ochenta y noventa,
EEUU reforzó sus vínculos comerciales con la región concediendo preferencias comerciales
unilaterales a los países más pequeños a través de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) y
la Ley de Preferencias Comerciales Andinas (ATPA).
El SPG, que expiró en septiembre de 2001, fue renovado retroactivamente por el Congreso en
agosto de 2002, será efectivo hasta el 31 de diciembre de 2006.
La ICC nació en 1983 motivada por consideraciones geopolíticas en una época de gran
inestabilidad política y turbulencia social en la región, especialmente en Guatemala, El Salvador
y Nicaragua. La ICC es un conjunto de tres leyes promulgadas por el gobierno norteamericano
que concede beneficios comerciales a 24 países de Centroamérica y las islas del Caribe con el
propósito de “promover el comercio y el desarrollo por medio del sector privado”. (J. M. Villasuso,
2005, p. 3). A la Ley de 1983 le siguió la Ley de Recuperación Económica de la Cuenca del
16
Caribe de 1990 (LRECC) y fue ampliada23 por la Ley sobre Asociación Comercial de la Cuenca
del Caribe (LACCC), que empezó a aplicarse en octubre de 2000. Si bien la LRECC tiene
carácter permanente, las ventajas resultantes de la LACCC son aplicables hasta septiembre de
2008. Se pondrá fin al programa antes de esa fecha si el ALCA u otro ALC entre los EEUU y un
país beneficiario de la LACCC entra en vigor con anterioridad a la misma. (OMC, 200.. p. 33). Se
considera que gracias a este mecanismo, las exportaciones centroamericanas y del caribe
incrementaron sus exportaciones al mercado estadounidense en los últimos veinte años.
La Ley de Preferencias Comerciales Andinas (ATPA) fue aprobada por el Congreso de los
EEUU el 4 de diciembre de 1991 para apoyar la lucha contra las drogas y contemplaba el acceso
libre al mercado estadounidense de 5.600 partidas. Esta ley entró en vigor en 1992 para
Colombia y Bolivia y en 1993 para Ecuador y Perú, con un plazo de vigencia hasta diciembre de
2001. Cuando los países centroamericanos y el Caribe lograron concretar beneficios
arancelarios bajo la LACCC24, amenazando con incrementar la competencia comercial en el
mercado estadounidense, los países andinos llevaron a cabo intensas gestiones de forma
conjunta con el objeto de renovar las preferencias e incluir a Venezuela (Secretaria General de
la CAN, 2004, p.67). Finalmente, el 6 de agosto de 2002, EEUU firmó la Ley Comercial 200225,
contemplando la renovación y ampliación de las preferencias comerciales andinas26, la Ley de
Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga (ATPDEA) hasta el 31 de diciembre de
2006, pero no los extiende a Venezuela. En el caso de Bolivia y Perú, y menor medida Colombia,
cobraron importancia las prendas de vestir y accesorios que durante la ATPA no tuvieron un
peso específico; en los casos de Colombia y Ecuador, el petróleo y sus derivados se ha
convertido en el de mayor importancia dentro de las exportaciones que gozan del ATPDEA.
(Secretaria General de la CAN, mayo 2004, p. 67).
El valor exportado en 2003 bajo ATPDEA constituyó el 50,1% del total exportado por los cuatro
países andinos beneficiados hacia los EEUU, siendo Ecuador y Perú los países que mayor
provecho han venido obteniendo del uso de la misma. A nivel de sectores, cuatro sectores
concentran el 93% de las exportaciones bajo este régimen: petróleo y sus derivados (58%),
Para compensar la pérdida de ventajas que habían sufrido estos países en relación con México a raís de la firma
del TLCAN. (CEPAL, 2005, p.44).
24 Otorga beneficios comerciales a ciertos productos textiles y ropa, sobre todo a la maquila y a algunos productos
no textiles y artesanía.
25 Véase “Impacto de la Ley Comercial de 2002 en los Países Miembros del SELA”, en Antena del SELA, nº 65,
2002.
26 A 700 partidas adicionales.
23
17
agropecuario (13%), textil y confección (13%) y cobre y sus manufacturas (8%).(Secretaria
General de la CAN, agosto 2004).
3.2. Los Tratados de Libre Comercio
La primera Cumbre de las Américas celebrada en Miami en 1994 iniciaba el proceso de creación
de un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) a partir de 2005. Lo cierto es que se han
redactado varios borradores del acuerdo, pero ya pasó el plazo originalmente fijado sin que se
haya ratificado, achacándose la responsabilidad fundamental a las profundas diferencias entre
Estados Unidos y Brasil. De hecho, una de las razones frecuentemente aducida para justificar el
interés de los Estados Unidos en la negociación de acuerdos de libre comercio con esquemas
de integración o países en particular de ALC, radicaría en una “estrategia gradual diseñada para
evitar y rodear a Brasil” (Kern, 2005). En este contexto, los negociadores estadounidenses
elegirían socios que ofrezcan menos resistencias a sus demandas y cuyas exigencias sean
menos conflictivas para la economía política interna de los EEUU” (Bouzas, 2005, p.18).
También se considera un objetivo primordial el crear el suficiente número de puestos de trabajo
en AL para que los inmigrantes tengan menos incentivos para acceder ilegalmente a los Estados
Unidos en busca de oportunidades” (Kern, 2005).
Teniendo en cuenta, que las exportaciones estadounidenses hacia ALC (excluido México)
representan solamente el 7% de sus exportaciones totales, hay que buscar las motivaciones de
los EEUU en los TLC en propósitos tan diversos como facilitar los ajustes estructurales en la
industria de los textiles y el vestido ante una mayor competencia extranjera27, promover la
seguridad en materia energética28, como mecanismo para debilitar el poder de influencia de
rivales como Brasil, como una segunda opción a la constitución del ALCA, como recompensa o
reconocimiento a los socios por iniciativas en esfuerzos antinarcóticos, por iniciativas de paz o
para reconocer el apoyo que un socio particular ha dado en caso de guerra, como medio para
persuadir a algunos países a abandonar el Grupo de los 20 29y como una sutil amenaza al resto
del mundo si no se lograba avances en las negociaciones multilaterales en temas como las
inversiones, los servicios y los derechos de propiedad intelectual (Ver Antena del SELA, nº 71).
Que puede atribuirse al fin del Acuerdo Multifibras.
El Tlcan, por ejemplo, incluyó garantías de seguridad de suministro. Canadá y México actualmente suministran
casi la mitad de importaciones de petróleo y gas efectuadas por EEUU.(Antena Sela, nº 71)
29
Grupo de países en desarrollo que en la conferencia ministerial de la OMC en Cancún pidieron la eliminación de
los subsidios agrícolas. Seis países latinoamericanos se retiraron del grupo y resulta que Estados Unidos está
negociando TLC con esos seis países.
27
28
18
Las autoridades estadounidenses argumentan que al promover la liberalización del comercio en
múltiples frentes los EEUU crean incentivos de apertura de los mercados mediante la influencia
que ejercen en virtud del tamaño, la innovación y el atractivo de su economía. Aducen asimismo
que los nuevos ALC de los EEUU pueden servir de laboratorios de innovación, facilitar a los
países participantes medios para la creación de capacidad comercial y para que perfecciones las
técnicas de negociación; recompensar a los países amigos que emprendan reformas
económicas y políticas y promover la inversión, la creación de empleo y el perfeccionamiento de
las normas comerciales. (OMC, 2002)
El TLCAN
El Tratado de Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México (TLCAN) fue firmado el 17
de diciembre de 1992 con entrada en vigor en enero de 1994. La liberalización comercial de
México bajo el TLCAN continuó las reformas unilaterales iniciadas a mediados de los ochenta,
que desregularon la actividad económica y redujeron las barreras a las importaciones de bienes
y servicios.
El Acuerdo elimina los aranceles y las barreras no arancelarias al comercio dentro del área, con
unas fases de 5 a 15 años. Se eliminan las barreras a las inversiones dentro del área y exige un
comercio abierto de mercancías y en la mayoría de las industrias de servicios (incluido bancos y
otros servicios oficiales. El TLCAN fue muy controvertido desde el principio, principalmente en
México y en los EEUU, siendo las principales preocupaciones el mercado laboral y el medio
ambiente. Por ello, acuerdos suplementarios exigen reforzar los estándares ambientales y
laborales, si bien se considera que han tenido poco efecto. Pero centrándonos en el ámbito
comercial, que es el que nos ocupa, lo cierto es que el comercio como porcentaje del PIB de
México ha sido muy superior en el periodo posterior al TLCAN que en los años precedentes. El
comercio de México ha crecido mucho, pero se expandió con mayor rapidez el comercio con
EEUU. “La proximidad geográfica, la historia de vínculos comerciales y económicos y la enorme
proporción de mexicanos que viven temporal o permanentemente en los Estados Unidos”. (A.
Puyana, 2003, p. 14). Las exportaciones de manufacturas de México han crecido en mayor
proporción y ya representan casi el 90% de las exportaciones totales, siendo el sector de la
maquila el que registró una mayor expansión.
19
En marzo de 2005, los tres países miembros suscribieron un ambicioso proyecto conjunto que va
más allá del libre comercio, orientado a reforzar la integración de las tres economías. El Plan,
denominado Alianza para la Prosperidad y Seguridad de América del Norte se apoya en una
serie de iniciativas específicas como el impulso del comercio electrónico, liberalización de las
reglas de origen30, cooperación sectorial para mejorar la competitividad de la región, protección
de la salud de los consumidores, facilitación aduanera, infraestructura y seguridad en el comercio
y creación de una economía energéticamente sostenible para América del Norte, entre otros.
(CEPAL, 2005, basado en el Secretario del TLCAN, Reporte a los Mandatarios, junio de 2005).
Para México es una cuestión fundamental pues la ventaja del acceso preferencial al mercado
estadounidense tenderá a erosionarse progresivamente en la medida en que este último país
continúe con su decidida política de acuerdos bilaterales de libre comercio con países de dentro
y fuera de la región. A lo que se añade, la emergencia de China como importante proveedor
cada vez más cualificado de bienes de tecnología baja y media en el mercado estadounidense,
su impacto en el sector textil y más especialmente sobre las maquilas31.
CHILE-EEUU
El ALC entre los EEUU y Chile, firmado en junio de 2003 y aprobado por el Congreso de los
EEUU en agosto de 2003 entró en vigor en enero de 2004 con el objetivo explícito de “establecer
una zona de libre comercio” “en conformidad a lo dispuesto por la OMC”. Todos los productos
gozarán de arancel cero en un plazo máximo de 12 años. Pero se contempla el acceso
inmediato libre de derechos para el 87% de los intercambios32 comerciales de mercancías.33 La
mayoría de los aranceles y contingentes restantes han de eliminarse en un periodo de 10 a 12
años. El ALC contiene disposiciones sobre comercio y medio ambiente, comercio y cuestiones
Las reglas de origen es un tema fundamental porque imponen un costo a las exportaciones que quieran utilizar
las preferencias del Tratado para sus exportaciones. En 2002, en el caso de México, el 62% del volumen de
importación entró de conformidad con el régimen establecido por el TLCAN, mientras que el 37% entró a tipos NMF.
El comercio efectuado al margen del régimen establecido por el TLCAN puede ser indicio del predominio de los tipos
NMF nulos o puede deberse a que los exportadores aprovechan los tipos NMF bajos en lugar de los derechos nulos
previstos por el Tlcan si, por ejemplo, el margen de preferencia ofrecido por el TLCAN no es suficientemente
atractivo para compensar el costo que entraña el cumplimiento de las prescripciones en materia de normas de
origen (OMC, 2002).
31
Impacto del crecimiento de China en AL y el C (Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2003-04, cap.
II, pag. 44 y ss., CEPAL).
30
El grueso de las exportaciones chilenas hacia los EEUU (casi el 70%) ya tenían arancel del 0% o muy bajo (1% a
2%) previo al acuerdo debido fundamentalmente a que estaban sujetas al SPG. A su vez, las importaciones
norteamericanas pagaban antes un arancel único del 6% y con la entrada en vigor del acuerdo éste se redujo a
0,54% promedio. Por lo cual, la desgravación inmediata favoreció en general más a estas últimas que a las
exportaciones chilenas.
33 http://www.ustr.gov/new/fta/chile.htm
32
20
laborales, comercio electrónico y servicios, derechos de propiedad intelectual, normas de origen
e inversiones y un mecanismo de solución de diferencias comerciales.
CAFTA-RD EEUU
El Tratado fue firmado por Estados Unidos y cinco países centroamericanos (Costa Rica, El
Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) el 28 de mayo de 2004 y el 5 de agosto del mismo
año se adhirió la República Dominicana. Es un acuerdo que regirá las relaciones comerciales
entre cada país centroamericano y Estados Unidos, entre los propios países centroamericanos,
entre R. Dominicana y Estados Unidos y entre cada país centroamericano y el país caribeño.
Se considera que este acuerdo representa una nueva etapa del proceso de liberalización del
comercio que los países centroamericanos y algunos caribeños emprendieron hace unas dos
décadas. Para los países de Centroamérica, el acuerdo se contempla como un instrumento para
consolidar, perpetuar y, en algunos casos, extender, las preferencias unilaterales otorgadas por
los Estados Unidos a través de la ICC ampliada y prorrogada en 2000.
Por tanto se espera que, además de incrementar las exportaciones de la zona y consolidar las
reformas de años recientes, la aplicación “multilateral”34 del CAFTA tiene, por sí mismo,
consecuencias muy importantes en la profundización de la integración centroamericana y en la
profundización del proceso de apertura del área.
El tratado incluye acuerdos de cooperación para elevar los estándares y los niveles de
cumplimiento en áreas como la laboral, ambiental y de aduanas. También ofrece propuestas
para aumentar el desarrollo de la cooperación y la “construcción de capacidad comercial”
(Departamento de América Central, 2005, p.5).
En cuanto al acceso al mercado estadounidense, el Tratado establece el libre comercio a la
inmensa mayoría de los productos de los demás países firmantes, con la excepción de un
pequeño grupo en el que destacan la carne de bovino, los lácteos, el etanol y el azúcar. En
cuanto al acceso otorgado a Estados Unidos, en el Tratado se distinguen cuatro categorías. Para
los bienes no producidos en la subregión (cerca de un 70%), se liberaliza de inmediato la
Hace referencia a la aplicación de un acuerdo entre todos los países suscriptores del mismo y no en el sentido, al
que suele referirse el término en el campo comercial, para acuerdos suscritos bajo el marco de la OMC. ( A.
González, 2005).
34
21
entrada. En el caso de bienes producidos en ella, se aplica un sistema de desgravación
arancelaria progresiva de entre 5 y 10 años para los productos industriales, y de 10 a 20 años
para los productos agrícolas. Para algunos productos agrícolas especialmente sensibles
(lácteos, carnes, arroz, azúcar y textiles) se prevén cuotas, periodos de gracia y salvaguardias.
(CEPAL, 2005, p.45).
4. EL COMERCIO DE ALC CON LA UE y EEUU
Tanto para EEUU como para la UE, AL no es el principal socio comercial, pero representa un
peso bastante superior en el comercio estadounidense que para el europeo. En efecto, EEUU
exporta a la región casi el 21% en 2003, habiendo ganado peso en los últimos años, en tanto
que para la UE sólo representa el insignificante peso del 5,2% de nuestras exportaciones.
También en valores absolutos, el comercio de los Estados Unidos con Latinoamérica es más
importante que el que mantenemos nosotros. Le vendieron mercancías por valor de 148,8 miles
de millones de dólares en 2003 frente a los 53,7 de la UE.
El comercio de ALC con la UE representaba a comienzos de los 90 algo más de la mitad del
comercio de aquella con Estados Unidos, pues bien, aunque el comercio de AL con la UE se
duplicó desde entonces, ha ido reduciéndose en términos relativos, de tal forma que en los años
transcurridos de 2000, el comercio con la UE es la cuarta parte del comercio con Estados
Unidos. En efecto, en 2004, las exportaciones de ALC hacia la UE representaron el 12% frente al
49% de las dirigidas hacia los Estados Unidos. En cuanto a las importaciones los porcentajes
son del 14 y 40% respectivamente.
Bien es verdad que el comercio de Estados Unidos con la región se encuentra muy concentrado
en México (en efecto, las exportaciones hacia este país representaron en 2003 el 13,5% de las
exportaciones estadounidenses y de allí procedieron casi el 11% de sus compras), pero aún así,
si eliminásemos México, el comercio con el resto de la región tiene mucho más peso para
Estados Unidos que para la UE.
A pesar de la reducción del comercio de la UE con ALC en términos relativos, lo cierto es que ha
registrado un destacado crecimiento. Y es que se observa que otros competidores de la UE han
corrido más en sus relaciones con AL. El desarrollo de las relaciones comerciales que se
produce en los noventa, ha sido inferior al avance que, desde finales de los ochenta, han
registrado los flujos comerciales de la UE con los países de Europa Central y Oriental, a raíz de
22
la extraordinaria evolución política y económica de estos países que los ha llevado, de una
exigua relación con la UE, a la adhesión, representando el comercio con ellos, en 2004, el 6%
del comercio extra de la UE. Espectacular ha sido el avance de China ya que representó en 2004
casi el 9% de todo el comercio comunitario. Sólo un pequeño país centroeuropeo, Suiza, viene
siendo destino y origen de los flujos comerciales de la Unión en un porcentaje (6,9%) superior al
que representan los veinte países de AL. También China se ha convertido en una suerte de
segundo motor, después de Estados Unidos, para ciertas áreas de la economía mundial, entre
las que se encuentran algunos países de AL.
La tendencia decreciente de la participación de la UE en el comercio exterior de ALC se observa
para casi todos los países y subregiones. En efecto, para MERCOSUR, la UE representaba, en
1990, el 31% de sus exportaciones, en tanto que Estados Unidos el 21%; en 2004, la UE
absorbía el 22% y Estados Unidos recibía el 18%. Como origen de las importaciones, se observa
también una pérdida de peso de la UE en la última década del 27% al 21% en 2004, que también
se aprecia para EEUU, que pasa del 22% al 17% en los mismos años, habiendo sido absorbida
por las compras procedentes de Asia. Aún así, todavía la UE sigue siendo el principal socio
comercial de MERCOSUR. Para Chile, las exportaciones dirigidas a la UE en 1990 eran el 38%
de las totales y Estados Unidos no llegaban al 17%; en 2004 los porcentajes eran del 25% y del
15%. También se observa un retroceso en términos relativos de las importaciones chilenas
procedentes de la UE y de EEUU a favor de las compras originarias de la propia región. Para
México, el comercio con la UE era del 12,8% en 1990 y del 70,2% con Estados Unidos; en 2004,
los porcentajes muestran una reducción significativa en términos relativos del comercio con la
UE que ya sólo absorbe el 3% de las exportaciones mejicanas frente al casi 90% que tienen
como destino los EEUU. En cambio como origen, EEUU perdió peso en la última década (del 75
al 56%), la UE muestra cierta recuperación en tanto que las procedentes de Asia más que
duplicaron su participación en el mismo periodo. En el caso de la CAN, tanto la UE como los
EEUU pierden prácticamente la mitad de la participación en las exportaciones que tenían hace
una década y también como origen de las importaciones a favor de las procedentes de ALC y en
menor medida de Asia. En cuanto al MCCA, la UE ha perdido casi la mitad de su participación
como destino de las exportaciones del grupo (del 27% en 1994 al 14% en 2004), a pesar de que
las ventas del mismo se benefician de preferencias en el marco del SPG ampliado. En cambio,
como proveedor, el peso de la Unión es bastante estable. Los EEUU ganan participación como
destino de las exportaciones representando en 2004 casi el 40% de las totales, pero reduce su
peso
origen de las importaciones. Finalmente, con respecto a la CARICOM más la R.
23
Dominicana, la UE gana porcentualmente como proveedor de la región (de un 8 al 13%) y
muestra estabilidad como destino de las exportaciones (12%-13%). En cambio destaca el
ascenso del mercado norteamericano que en 2004 recibía el 65% de las exportaciones de la
región y era origen del 47% de las importaciones de la misma.
El comercio con EEUU es más importante que el comercio intrarregional en todos los esquemas
subregionales de integración. En el caso del comercio con la UE no sucede con el MCCA y la
CARICOM. En el caso de MERCOSUR, el comercio intragrupo es menor que el que realiza con
EEUU, la UE y Asia, respectivamente.
Brasil es la principal fuente de exportaciones de ALC a la UE-15 con más del 40% de las ventas
totales de la región a la UE-15, y más del 50% de las exportaciones a la UE-10 y México, es el
mayor mercado latinoamericano para las exportaciones de la UE (incluidas las de la UE-10),
absorbiendo casi el 40% del total de las importaciones de productos europeos en ALC.
La UE es un mercado de exportación mucho más importante para el Cono Sur y para algunos
países de la CARICOM que para México y la mayor parte de los países andinos y
centroamericanos. En términos relativos, Brasil, Argentina y Chile son los países
latinoamericanos que adquieren la mayor proporción de sus importaciones de Europa.
En cuanto a la composición de las exportaciones de AL también se observan algunas diferencias
cuando comparamos los dos destinos. Así, en 1990, las exportaciones de AL estaban bastante
equilibradas entre productos primarios e industriales, se observa un mayor peso de las
exportaciones de productos primarios en las dirigidas hacia la UE que hacia el resto. En 1995, se
continua la tendencia iniciada de descenso del peso de las exportaciones de productos primarios
que ya representan aproximadamente la cuarta parte (frente a la mitad de 1990) de las
exportaciones latinoamericanas, tanto de las dirigidas a la propia región como hacia Estados
Unidos. En cambio, las dirigidas a la UE, aunque también en una proporción menor, pero siguen
teniendo un peso relevante, la mitad de las exportaciones hacia la UE. En 2002, la tendencia
continua, es decir, descenso relativo de las exportaciones de productos primarios, auque ya más
moderado, ese descenso es más acusado en las exportaciones hacia Estados Unidos. En
cambio, las exportaciones hacia la UE continuan siendo la mitad de productos primarios.
24
También las exportaciones de bienes industriales basados en recursos naturales tienen un
mayor peso en las exportaciones dirigidas hacia la UE que las dirigidas hacia EEUU. El ascenso
de las exportaciones latinoamericanas de productos de tecnología media y alta ha sido más
importante en el comercio con Estados Unidos. En efecto, las exportaciones de alta tecnología
representaban la cuarta parte de las exportaciones de la región hacia el mercado
estadounidense frente al 5% que representan en las exportaciones hacia la UE.
Conclusiones
Los últimos años están siendo testigos de una multiplicidad de ámbitos de política comercial:
multilateral, hemisférica, subregional, bilateral y unilateral. Uno de estos escenarios es la
proliferación de acuerdos de libre comercio Norte-Sur, entre ellos los que implican a economías
de ALC con la UE y con Estados Unidos.
La política comercial de la UE y de Estados Unidos con la región había consistido
fundamentalmente en la concesión de preferencias comercial unilaterales. Y en ambos casos, se
están sustituyendo por tratados de libre comercio.
Quizás no deba esperarse un resultado destacado de los TLC dado que los promedios
arancelarios tanto de la UE como de EEUU son reducidos y los TLC están proliferando
rápidamente con otras partes del mundo. Por tanto, el principal beneficio de estar amparado por
uno consiste en asegurarse de que el país no sea discriminado, en vez de que esa
discriminación funcione a favor de uno (Antena SELA, nº 72).
En general se consideran que los acuerdos comerciales con países industrializados son positivos
ya que tienden a ser percibidos como más vinculantes para los actores económicos regionales,
sus mecanismos de solución de diferencias más creíbles y, en consecuencia, con una mayor
certidumbre jurídica para las decisiones de inversión y de comercio.
Los TLC con Estados Unidos han suscitado muy polémica, resistencias y recelos
fundamentalmente por las asociaciones sindicales y grupos indígenas. Los puntos más
controvertidos no radican siquiera en la cuestión comercial sino otros considerados cruciales
como derechos de propiedad intelectual, protección de inversión extranjera, compras
gubernamentales y servicios La cuestión agrícola se plantea como un gran interrogante derivado
fundamentalmente a los cuantiosos subsidios agrícolas que Estados Unidos no está dispuesto a
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desmantelar. Un área particularmente sensible son las relativas a las normas de origen, cuyas
superposiciones y diferencias entre los diversos acuerdos podrían incrementar los costes de
transacción de los exportadores de las distintas subregiones, minando su competitividad e
incluso restando margen a los posibles beneficios de los acuerdos suscritos.
En relación a las relaciones entre Europa y ALC, aunque no sean prioritarias para una y otra,
ambas regiones comparten el interés por diversificar sus relaciones exteriores frente a la
influencia de EEUU. Por lo cual, la relación birregional es un elemento indispensable en la
política exterior y la inserción de ambas regiones (Van Klaveren, A., 2004). Por ello, en 1994 la
UE lanzó una nueva estrategia de relaciones con AL, reconociendo la primacía de los intereses
económicos y el temor de desviación de comercio frente a los acuerdos con EEUU. Esta nueva
estrategia, se basa en nuevos acuerdos de cuarta generación con MERCOSUR, Chile y México,
abarcando el diálogo político, la cooperación y el compromiso de establecer áreas de libre
comercio (Sanahuja, J. A., 2004). Sin embargo, el fracaso, en 2004, de las negociaciones con
vistas a concretar el acuerdo con MERCOSUR, han generado una sensación de estancamiento,
o incluso retroceso en las relaciones birregionales. (SELA, 2006, p.3). También se considera
que no hay avances suficientes en la relación birregional, debido a la condicionalidad de la UE
de una mayor y más profunda integración regional. Por ello, su estrategia de libre comercio
avanza a distinta velocidad entre las diversas regiones. De ahí que en el más reciente informe
del SELA señala la necesidad de hacer frente a los obstáculos que frenan las relaciones entre
las dos regiones y dar un nuevo impulso a las mismas en la Cumbre de Viena de mayo de este
año.
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