Rafael Dias de Castro, A Sublimaḉao do id primitivo em ego

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Revista Culturas Psi/Psy Cultures
Buenos Aires, marzo 2016, Nº6, 169-174
ISSN 2313-965X, culturaspsi.org
Rafael Dias de Castro, A Sublimaḉao do id primitivo em ego civilizado: O projeto dos psiquitraspsicanalistas para civilizar o país (1926-1944) (Jundiaí: Paco Editorial, 2015), pp.377
Mauro Pasqualini (*)
(*) CIS/IDES-CONICET.
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Existen muchas y buenas razones para explorar la historia del psicoanálisis en Brasil. En primer
lugar, porque nos ayuda a dimensionar mejor el estatus del psicoanálisis en el mundo moderno. Las
principales historias generales del psicoanálisis se centran en la cronología del movimiento psicoanalítico a
través de las principales ciudades europeas y norteamericanas, siguiendo el recorrido de las creaciones
iniciales, los congresos inaugurales, y las escisiones, éxodos y desilusiones siguientes. Pero esto siempre
nos deja la inquietud de saber más acerca de las vicisitudes de las teorías y la práctica psicoanalítica en
otras partes del mundo. Esta inquietud es relevante puesto que no se trata solamente de agregar
información o casos a un mapa pre-establecido, sino de averiguar el carácter mismo del psicoanálisis.
Fundamentalmente, nos ayuda a saber más fehacientemente si se trató de una profesión fugaz que
impactó en las principales metrópolis antes de ser desplazada por aproximaciones más organicistas, o si
estamos hablando de un movimiento más universal, que dejó su huella también en países muy distintos de
los espacios en que se gestó y creció originalmente. En segundo lugar, el estudiar casos nacionales nos
ayuda a plantearnos problemas metodológicos: ¿Podemos subsumir la historia del psicoanálisis dentro de
la historia del movimiento psicoanalítico? ¿Qué tipo de recepción y apropiación han sido más exitosos para
consolidar una cultura psicoanalítica? ¿Qué tipo de situaciones estimulan la recepción y crecimiento del
psicoanálisis en una sociedad determinada? El caso de Brasil es particularmente enriquecedor para
plantear estos interrogantes, puesto que se trata de una sociedad decididamente diferente al espacio en
que Freud gestó su invención, al tiempo que es un país que mantuvo una importante presencia
psicoanalítica a lo largo del siglo XX, y no solo en estrechos círculos médicos, sino también entre las
vanguardias artísticas y la cultura popular. Estudiar el caso brasilero es entonces productivo para
descentrar ciertas narrativas predominantes sobre el psicoanálisis, y para confirmar la necesidad de un
enfoque más abarcador que nos aporte nuevas piezas para rearmar el rompecabezas de la historia del
psicoanálisis en un nivel global.
Es por esto que el libro de Rafael Dias de Castro, historiador especializado en historia de las
ciencias y los saberes psi, constituye un aporte más que valioso al campo de la historia del psicoanálisis.
Su libro se centra en la recepción y apropiación del psicoanálisis entre 1926 y 1944 por parte de una
generación de psiquiatras de la ciudad de Rio de Janeiro influenciados por el movimiento de salud mental.
El estudio de de Castro resalta que, durante estos años, este grupo de psiquiatras buscó incorporar el
psicoanálisis como una herramienta de modernización de la sociedad brasilera a través de un programa de
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salud mental que enfatizara la prevención y tratamiento de males como la marginalidad, la criminalidad, y
el alcoholismo. El proyecto de fondo de esta iniciativa era ayudar a conformar una nación de ciudadanos
capaces de aceptar responsabilidades y ejercer derechos. El libro por lo tanto repasa los escritos de
autores que, lejos de enfatizar el uso clínico e individual del psicoanálisis, lo promovieron como una forma
de profilaxis social y como manera de ayudar a consolidar un sujeto moderno. Por las páginas del libro de
Dias de Castro figuran nombres de relevancia institucional dentro de la psiquiatría y la salud mental
carioca, tales como Julio Pires Porto-Carrero, Juliano Moreira, Antonio Austregésilo, Enrique Roxo, y
Gastão Pereira da Silva, entre otros. De la misma manera, la investigación se basa en un vasto corpus de
fuentes, tomadas de la prensa psiquiátrica del período, pero también de actas, correspondencia privada, e
incluso materia de difusión masiva.
El libro enfoca en las iniciativas en favor de la aplicación del psicoanálisis durante los años ‘20s y
los ‘30s, en contextos institucionales tales como la Liga Brasilera de Higiene Mental, la Asociación
Brasilera de Educación, la Facultad de Medicina de Rio de Janeiro (en donde se crea en esa época la
primera carrera de especialización en psicoanálisis), la clínica de Eufrenia y el Servicio de Ortofrenia
(consistentes en asistencia sanitaria para la niñez), y otros espacios vinculados a la criminología. La
recepción del psicoanálisis dentro de estos ámbitos le dio un perfil particular puesto que, a diferencia de lo
que sucedía en San Pablo, los pioneros del psicoanálisis carioca estuvieron poco interesados en
desarrollar el modelo de institucionalización y profesionalización promovido por la Asociación Internacional
de Psicoanálisis (IPA). Por el contrario, dada su vinculación a los ámbitos institucionales oficiales, su
esfuerzo se centró en enfatizar la utilidad del psicoanálisis como saber disciplinario, orientado a desplegar
nuevos conocimientos normativos en torno a la crianza, la pedagogía, la sexología, la criminología y la
prevención de trastornos mentales. Esto explica la periodización del libro, que abarca el momento en que
se forma una clínica de psicoanálisis en el marco de la Liga Brasilera de Higiene Mental (en 1926), y el
momento en que finalmente se consolida la tendencia a profesionalizar al psicoanálisis según el modelo de
la IPA, con la conformación del Centro de Estudios Juliano Moreira, en 1944. Este desarrollo es
interesante para explorar la historiografía previa. Siendo que los primeros trabajos de historia del
psicoanálisis en Brasil fueron desarrollados por psicoanalistas vinculados a las instituciones oficiales, se
tendió a pasar por alto el periodo previo a 1944, o a enfocarlo como remotos “precursores” del verdadero
psicoanálisis gestado posteriormente. El estudio de de Castro se inscribe en los trabajos que desde hace
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años se apoyan en la historia social del psicoanálisis y las disciplinas de salud mental. Presentándose en
continuidad con los trabajos de historiadores como Elisabete Mokrejs, Carlos Ponte, Jane Russo, y
Cristiana Facchinetti, su investigación busca relacionar el desarrollo del psicoanálisis con las iniciativas del
Estado en el proceso de formación de la nación.
Dentro de esta perspectiva, uno de los ejes del texto consiste en mostrar cómo los psiquiatraspsicoanalistas cariocas organizaban los conceptos psicoanalíticos en torno a la dicotomía salvajecivilizado. De esta forma, consideraban las impulsos provenientes del ello y el inconsciente como resabios
primitivos existentes en el hombre evolucionado; mientras que el yo sería la agencia psicológica más
desarrollada, y por ende más valiosa para la sociedad civilizada. Reconstruyendo planteos de autores
como Deodato de Moraes y Porto Carrero, de Castro observa que para estos psiquiatras el problema de la
modernización brasilera era que en lugar de internalizar las normas mediante un yo fuerte, existía una
tradición y una persistente costumbre que llevaba a que la población controlara los impulsos más
primitivos a través de sistemas de autoridad arcaicos, ligados al totemismo y el patriarcalismo, y presentes
en las formas del clientelismo del caudillo local, o el culto patriotero de la nación. Las iniciativas de estos
psiquiatras eran entonces entendidas como esfuerzos de construir un sistema de autoridad moderno, que
estimule la sublimación de los instintos más primitivos en pos de la formación de un ciudadano racional.
Esto era la razón por la cual estos autores oponían las “falsas elites” asentadas en la política y en los
poderes estatales, a las “verdaderas elites,” surgidas del saber científico y el ejercicio de la autoridad
basado en el uso desprejuiciado del conocimiento. En este esquema, el psicoanálisis se les aparecía como
una verdadera religión laica, o un sistema de creencias científicas capaz de cohesionar a la verdadera elite
y guiarla en sus acciones en los campos de la educación, la salud, la criminología, y la puericultura con el
fin de formar una ciudadanía moderna.
Si hay algo que queda claro en el análisis de de Castro, es que para los psiquiatras-psicoanalistas
cariocas la sexualidad era la llave maestra para explorar el mundo del inconsciente, sus impulsos más
básicos y primarios, y el tipo de personalidad y comportamientos desplegados en la vida adulta. En todos
los escritos sobre salud mental, educación, criminología, y puericultura, los autores estudiados en este
libro no dejan de enfatizar la importancia de saber conducir el instinto sexual de forma tal de impedir
fijaciones, perversiones o desviaciones que funcionen luego como taras u obstáculos a una plena salud
mental. El resultado fue una insistencia constante en fijar una normativa en torno a la crianza y la
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sexualidad, en una amalgama de principios heterogéneos, que incluían el alarmismo sobre la
masturbación, la advertencia con respecto a las caricias y mimos excesivos por parte de las madres, el
fomento de una educación sexual temprana, el rechazo a los castigos físicos, la crítica al culto de la
virginidad para las mujeres, el reconocimiento de las inclinaciones sexuales más allá de la reproducción, y
la oposición a la moral sexual religiosa y represiva. Se trataba de una visión que no dejaba de adscribir
roles de género bien diferenciados, y que si bien fomentaba la participación femenina en algunas
profesiones, no dejaba de señalar a la maternidad como el destino de las mujeres. De hecho, gran parte
de los esfuerzos de estos psiquiatras era establecer alianzas con grupos de madres como forma de
transmitir los principios de una crianza sana y moderna. Solo así el Brasil se vería liberado de los
contingentes de alcohólicos, criminales, depravados, y semi-ciudadanos que impedían construir una
nación civilizada.
Basado sobre una importante apoyatura documental, el libro cumple lo que se propone: demostrar
que existió una recepción entusiasta e idiosincrática del psicoanálisis durante estos años, y que esta
recepción se ligó a un proyecto de construcción nacional. El mérito principal del trabajo es el de aportar un
caso (el de la psiquiatría carioca) que refuerza la impresión alimentada por estudios anteriores acerca de
la fuerte influencia del psicoanálisis (o de la obra de Freud) en el Brasil de entre-guerras. Al hacer esta
importante contribución, el autor toma una serie de decisiones que pueden generar interrogantes, críticas y
comentarios varios. La principal observación crítica es superficial, y tiene que ver con la forma en que se
suministra la información. El texto oscila entre la exposición cronológica y el análisis argumentativo. El
resultado es que vamos siguiendo una cronología de iniciativas institucionales y otros hechos ligados a la
historia del movimiento psicoanalítico, al tiempo que encontramos la principal tesis del libro repetida
constantemente. Lo mismo puede decirse de la forma de citado y el uso de las fuentes, en donde
abundan largas citas textuales no siempre necesarias. Esto es sin duda fruto de que el libro es resultado
directo de una tesis de doctorado, y por ende mantiene un estilo de escritura demasiado formal y
académico.
Otro tipo de observación tiene que ver con las conversaciones teóricas que se establecen en la
investigación. Sobre todo en las primera páginas, de Castro recurre a discusiones vinculadas a la estética
de la recepción, o a teorías sobre la memoria, a través de un recorrido de autores como Hans Robert
Jauss, Hans Ulrich Gumbrecht, Maurice Halwachs,y Pierre Nora, entre otros. Se trata de una serie de
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reflexiones que guían su tratamiento de las fuentes resaltando la necesidad de reconstruir el contexto que
da sentido a las obras y actos de los psiquiatras que estudia. Pero lo que llama la atención es la falta de
una discusión sobre formas más precisas de entender los determinantes de dicho contexto. En particular,
el libro queda demasiado centrado en estudiar autores y sus obras sobre el trasfondo de esfuerzos
explícitos por construir la nación. Pero se echa de menos alguna reflexión más específica sobre otras
dinámicas que hacen a la formación del campo profesional de la psiquiatría brasilera o carioca de la
época, empezando por analizar las estrategias de validación y construcción de prestigio de los psiquiatras,
la suerte de otras teorías y corrientes aparte del psicoanálisis, la negociación o rupturas con diversas
formas de respetabilidad (moral sexual, roles de género, religiosidad), los contextos de acción al margen
de las instituciones estatales (como la práctica individual o las clínicas privadas), o la vinculación con el
poder y la ideología política. En este sentido, la situación de los psiquiatras estudiados por de Castro
dentro del campo profesional de su época queda un poco desdibujado, y nunca está del todo claro si se
trata de innovadores marginales o figuras hegemónicas. De hecho, si se trata de lo último, el libro no deja
en claro el porqué de su cronología. Está claro que a partir de 1944 surge un núcleo de psicoanalistas
buscando la formación y aprobación de las instancias oficiales. Pero este hecho fundamental para la
historia del movimiento psicoanalítico no debería ocluir preguntarnos acerca de qué pasa en la psiquiatría
brasilera o carioca luego de ese momento, y en qué medida los cambios en la relación entre psiquiatría y
psicoanálisis tienen que ver con estrategias de validación profesional, o con nuevas formas en que la
psiquiatría se propone como disciplina de control social o formación de la nación.
Obviamente, un estudio que busca basarse en un caso específico siempre dejará interrogantes
pendientes. Esto habla bien del trabajo de de Castro, tanto por su apuesta a trabajar con abundancia de
material dentro de límites bien acotados, como por su capacidad para suscitar preguntas e interrogantes
que, esperemos, fomenten futuros trabajos. El libro por lo tanto puede ser apreciado para quien busque un
estudio de caso sobre el psicoanálisis antes de su profesionalización oficial, para quien requiera de una
presentación introductoria del psicoanálisis en Brasil, y para quien se interese por la circulación de
prácticas y saberes psi durante la entreguerras.
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