¿Hacia una era digital oscura?

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¿Hacia una era digital oscura?
2015-02-28- Exclusivas-Reportajes
MIGUEL NGEL CRIADO, El Pas
En las pocas dcadas que la humanidad lleva inmersa en la era digital ha creado datos
como para llenar la memoria de tantos iPad que, apilados, casi llegaran a la Luna. El
ritmo de creacin de informacin es tal que, segn un estudio de la corporacin EMC y la
consultora IDC, se dobla cada dos aos. Para antes de que acabe la dcada, habr 44
zettabytes de datos (un ZB es igual a un billn de gigabytes) y el montn de tabletas habr
ido y vuelto al satlite ms de tres veces. Lo paradjico es que buena parte de esa
informacin se perder para las generaciones futuras.
El vicepresidente de Google y uno de los padres de internet, Vinton Cerf, alertaba en
una conferencia de la Asociacin Estadounidense para el Avance de la Ciencia hace
unos das del peligro de que lo creado por esta generacin no deje apenas rastro. En la
creencia de su eternidad, el homo digitalis ya no imprimen fotos, las guarda en formato
digital, no escribe cartas, sino que enva email, no almacena discos, sube las canciones
a la nube. Una creciente parte de su vida se desarrolla en la red: juega en lnea, publica
selfies en Facebook y comparte sus pasiones en tuits. Pero lo digital no es tan eterno.
El deterioro de los soportes donde se almacena la informacin, la desaparicin de los
programas para interpretarla o las limitaciones impuestas por el copyright harn que,
para los humanos del futuro, sea inaccesible. De hecho, ni siquiera habr que esperar a
que los arquelogos del futuro descubran que, como deca Cerf al Financial Times, los
comienzos del siglo XXI son "un agujero negro de informacin". Los primeros efectos de
lo que los anglosajones llaman era digital oscura ya se estn notando.
El caso de los disquetes ejemplifica el problema planteado por el vicepresidente de
Google en toda su complejidad. Fueron el sistema de almacenamiento bsico en los aos
80. En ellos caban tanto las fotos familiares como el trabajo hecho para la clase o los
documentos del trabajo. La mayor parte de toda esa informacin ya se ha perdido. Y si
an queda algn disquete, es cuando empiezan de verdad los problemas: Habr que
encontrar una disquetera que lo lea, rezar para que los datos no se hayan corrompido
por el paso del tiempo para que, probablemente, descubrir que el programa para abrir el
archivo hace aos que no existe.
"Conservo viejos disquetes de 3,5 pulgadas que alojan archivos de texto escritos con un
programa que ya no existe y que funcionaba con un Macintosh de 1986", dice el
consultor tecnolgico Terry Kuny. Este archivista digital canadiense fue el primero en
hablar de este tiempo como una posible edad digital oscura hace ya casi 20 aos. "Qu
opciones tengo de que yo, o cualquiera, pueda acceder a esos datos hoy? Incluso si
consigo una vieja disquetera, conseguir el sistema operativo y los programas no sera
nada fcil en la actualidad. Y si uno no est para decirle a quien lo intente qu hay en esos
discos y en qu formato est, el problema ya sera enorme", aade.
En 1997, cuando la actual era digital apenas comenzaba, cuando los ordenadores
personales solo estaban al alcance los ms pudientes e internet era para una casta,
cuando an no exista Google y muchos menos Facebook o Twitter, y Microsoft dominaba
el mundo con su Windows 95, Kuny, entonces asesor de la Biblioteca Nacional de
Canad dio una conferencia para la Federacin Internacional de Asociaciones de
Bibliotecas. Su ttulo era premonitorio: Una era digital oscura? Retos para la conservacin
de la informacin electrnica. La visin de Kuny, como la actual de Cerf, est ms vigente que
nunca.
"No creo que exista un riesgo de que la informacin de nuestro tiempo vaya a quedar
inaccesible, creo que es una certeza. Ya est pasando, cada da, en todo tipo de
organizacin, para todas las clases de datos", afirma Kuny. De hecho, cree que todo lo
relacionado con la conservacin digital est yendo a peor. "Hay mucha ms informacin
nacida digital que antes y apenas hay unas pocas instituciones pblicas o privadas que
estn activamente implicadas en lidiar con este problema".
Enemigos de la memoria digital
El primer reto tiene que ver con la fsica. Cualquiera con una edad que haya intentado
ver la cinta VHS con el vdeo de su boda sabe del deterioro de los soportes donde se
almacenan los datos. La grabacin magntica de la informacin ha sido la dominante en las
primeras dcadas de la era digital. An hoy, los discos duros guardan los datos jugando
con la polaridad de las partculas y, por esas cosas del magnetismo, los datos acaban
por perderse.
Si le pas a la NASA, por qu no iba a pasar con el vdeo de la boda? La agencia espacial
estadounidense vio como buena parte de las imgenes tomadas por las sondas de la
Misin Viking enviadas a Marte en los aos 70 eran irrecuperables. Aunque la NASA
transfiri los datos desde las cintas magnticas originales a soportes pticos, hasta el 20%
del material no se pudo recuperar.
El caso de las sondas Viking ilustra otro de los peligros de que este tiempo se convierta
en una edad digital oscura. El 80% de la informacin enviada desde Marte se pudo
salvar, pero se guard en un formato y con unos programas que ya no existen. Solo hace
un par de aos, una empresa canadiense pudo volver a extraer las imgenes. Hay
formatos que parecen que van a durar toda la vida y despus de ella. Es el caso de las
imgenes guardadas en formato JPEG o la msica en mp3. Pero y si aparece un nuevo
formato mejor y los anteriores caen en desuso?
Y es que confiar la preservacin de los datos a la buena fe de las compaas que los crean
tiene sus peligros. Como denunci el mes pasado la Fundacin Fronteras Electrnicas
(EFF, por sus siglas en ingls) gigantes de los juegos como Electronic Arts cierran los
servidores para jugar en lnea con sus ttulos en apenas un ao y medio si el juego no ha
tenido el xito que esperaban. Solo en 2014, la industria abandon 65 juegos. Pero, al
mismo tiempo, las leyes de copyright impiden que los jugadores mantengan sus propios
servidores.
Pero el mayor riesgo de que la informacin de este tiempo desaparezca en el futuro est
en internet. Como muestra el estudio de IDC sobre el universo digital de 2014, la mayor
parte de los datos son alojados en la red. Desde los millones de selfies hasta cada
minuto de vdeo subido a YouTube, pasando por los comentarios en Facebook, cada vez
ms, la mayor parte de la vida de una persona se encuentra en algn servidor de alguna
empresa y no ya en su lbum familiar de fotografas.
Se supone que ni Google ni Facebook van a cerrar maana. Incluso cuando cierran algn
servicio, como hizo el buscador con Wave, dan un tiempo razonable para que sus
usuarios se descarguen todo lo que all tenan. Google, por ejemplo, cuenta con Takeout,
un sencillo sistema para hacer una copia de todos los datos creados y alojados en sus
servicios. Pero no siempre es as.
A comienzos de la dcada pasada, haba una red social mucho ms importante y conocida
que Facebook. Se llamaba Friendster y en su mejor momento lleg a tener 100 millones
de usuarios. Sin embargo, errores propios y la popularidad de otras alternativas,
hicieron que Friendster se hundiera y, con ella, todas las historias, conversaciones,
amores y momentos que compartieron sus usuarios. Hoy, la empresa languidece como
plataforma de juegos en el sudeste asitico.
"Tuvimos mucha suerte de que Internet Archive reaccionara a tiempo y capturara una
copia de toda la informacin pblica en Friendster justo antes de que la desactivaran",
comenta el experto en redes sociales de la de la Escuela Tcnica Federal de Zrich
(ETH), el espaol David Garca. La relevancia que tienen las redes sociales en la vida de
hoy, las ha convertido para los cientficos sociales en herramientas fundamentales para
estudiar las sociedades humanas. Solo esa copia ha servido a Garca y otros
investigadores estudiar fenmenos sociales que afectan a la privacidad, por ejemplo.
Uno de esos investigadores sociales es Alan Mislove, de la Universidad Northeastern
(EE UU). Mislove ha estudiado a fondo Twitter. En un artculo publicado el ao pasado,
comprob que casi el 20% de los tuits publicados en esta red social se haban esfumado.
"Es difcil proyectar que pasar con los tuits perdidos en el futuro", aclara. Para Mislove,
"los datos de sitios como Twitter y Facebook ofrecen a los investigadores una capacidad
sin precedentes para estudiar la sociedad a una escala y granularidad que simplemente
eran imposibles antes".
Luces contra la edad digital oscura
Si existen tantos riesgos, qu se est haciendo para afrontarlos? Las soluciones son tanto
tecnolgicas como organizativas y hasta legislativas. Lo ms urgente parece ser el
problema de la longevidad de los datos, cmo conservarlos para los que vengan despus.
Las tecnologas de almacenamiento no han variado mucho en todo este tiempo. O se
graba la informacin en soportes magnticos o, con la ayuda del lser, en discos pticos.
Aunque pudiera parecer que el DVD o el Blu-ray son las mejores alternativas, el futuro
seguir siendo magntico.
"La primavera pasada, IBM y FUJIFILM lograron una densidad de almacenamiento
sobre cinta de 85,9 gigabytes por pulgada cuadrada lo que permitira una capacidad de
154 terabytes [un terabyte son 1,000 gigabytes] en un cartucho que cabe en la palma de
la mano. Eso es el texto de 154 millones de libros", recuerda el responsable de
tecnologas avanzadas de cinta de IBM Research, Mark Lantz.
Quiz por eso de que IBM es la nica empresa tecnolgica con ms de un siglo de vida,
saben de la importancia de la preservacin de los datos. Para Lantz, la cinta magntica no
est muerta ni muchos menos. "En nuestro laboratorio de Zrich estamos trabajando
sobre una tecnologa de cinta para la preservacin de los datos a largo plazo", asegura.
Con el mantenimiento y conservacin adecuados, la grabacin en soportes magnticos
mantiene la informacin intacta durante dcadas.
Otra cuestin es la de poder reproducirlos con el paso del tiempo. Ese es el mayor temor
que expres Vinton Cerf en su conferencia. Sin las herramientas adecuadas que den
contexto a los datos, aunque se conservaran, estos seran ilegibles. Cerf mencion como
solucin un proyecto en el que tambin participa IBM. El gigante informtico, junto a la
universidad Carnegie Mellon tiene en marcha el proyecto Olive. Su objetivo es crear una
especie de imgenes que incluyan todo, los datos del archivo, el programa con el que se
cre y hasta el cdigo. Por medio de mquinas virtuales, el contenido se podra ejecutar en
cualquier sistema que apareciera en el futuro.
A iniciativas como esta ayudara lo que est pidiendo la EFF a las autoridades de EE UU:
que en la legislacin sobre copyright se incluya una excepcin que obligue a las empresas
que crearon un programa o un juego a liberar su cdigo cuando lo abandonen o, al
menos, permitir su obtencin mediante ingeniera inversa.
"Todos nosotros debemos convertirnos en nuestros propios bibliotecarios", dice el
archivista digital Terry Kuny
Pero el mayor reto es conservar toda la informacin acumulada en algo tan grande y
dinmico como es la web. Internet Archive es el mayor intento que hay para conservar la
memoria de la red. Los robots de esta organizacin rastrean peridicamente la web
haciendo copias de las pginas que encuentra y las van guardando. As, si alguna pgina
desaparece, siempre habr la posibilidad de recordar como fue.
En Espaa, la Biblioteca Nacional ha venido haciendo lo mismo con la ayuda de Internet
Archive desde hace aos. Pero el ao pasado fue el primero que, con su propio robot,
empezaron a escanear la red espaola. Ya han copiado 140 terabytes entre recursos,
pginas web, blogs... Sin embargo, La BNE est a la espera de la aprobacin de un
reglamento sobre el depsito legal de publicaciones electrnicas que le permita conservar
todo lo que la tecnologa permita de la internet en espaol.
Pero evitar que esta sea una edad digital oscura es cosa de cada uno. "Todos nosotros
debemos convertirnos en nuestros propios bibliotecarios. Cada uno deber ser el
responsable de su vida digital. No podremos salvarlo todo y las cosas que decidamos
salvar, deberemos hacerlo con cuidado", alerta Terry Kuny, el mismo que ya lo haca
hace 20 aos, mucho antes que Vinton Cerf.
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