Año XXVII - Nº 278 -Octubre 2012 REVISTA DE MÚSICA Año XXVII - Nº 278 - Octubre 2012 - 7 € DOSIER Temporadas de ópera ENTREVISTA Pedro Lavirgen ACTUALIDAD Gabriel Erkoreka DISCOS Glenn Gould: 80 años 278-Pliego 1 21/9/12 14:03 Página 1 AÑO XXVII - Nº 278 - Octubre 2012 - 7 € OPINIÓN 2 SCHERZO DISCOS 49 Sumario CON NOMBRE PROPIO DOSIER Temporadas de ópera 2012-2013 Gabriel Erkoreka 6 Asier Vallejo Ugarte AGENDA 8 60 ENCUENTROS Pedro Lavirgen 16 Joaquín Martín de Sagarmínaga ACTUALIDAD NACIONAL EDUCACIÓN Joan-Albert Serra 26 ACTUALIDAD INTERNACIONAL 112 JAZZ ENTREVISTA 44 108 Elina Garanca Pablo Sanz 113 LA GUÍA 114 Juan Antonio Llorente CONTRAPUNTO 48 Norman Lebrecht Discos del mes 116 Colaboran en este número: Julio Andrade Malde, Roberto Andrade, Íñigo Arbiza, Rafael Banús Irusta, Emili Blasco, Alfredo Brotons Muñoz, Rodrigo Carrizo Couto, Patrick Dillon, José Luis Fernández, Fernando Fraga, Germán Gan Quesada, Juan García-Rico, José Antonio García y García, Mario Gerteis, Norman Lebrecht, Juan Antonio Llorente, Fiona Maddocks, Santiago Martín Bermúdez, Joaquín Martín de Sagarmínaga, Enrique Martínez Miura, Aurelio Martínez Seco, Blas Matamoro, Erna Metdepenninghen, Antonio Muñoz Molina, Enrique Pérez Adrián, Javier Pérez Senz, Paolo Petazzi, Pablo del Pozo, Xavier Pujol, Francisco Ramos, Justo Romero, Barbara Röder, Elisa Rapado Jambrina, Arturo Reverter, Pablo L. Rodríguez, Pablo Sanz, Joan-Albert Serra, Bruno Serrou, Carlos Singer, Franco Soda, Christian Springer, José Luis Téllez, Eduardo Torrico, Jesús Trujillo Sevilla, Asier Vallejo Ugarte, Claire Vaquero Williams, Pablo J. Vayón, Juan Manuel Viana, Reinmar Wagner. Redacta el Dosier de este número Fernando Fraga Esta revista es miembro de ARCE, Asociación de Revistas Culturales de España, y de CEDRO, Centro Español de Derechos Reprográficos. PRECIO SUSCRIPCIÓN: por un año (11 Números) España (incluido Canarias) Europa: EE.UU y Canadá Méjico, América Central y del Sur 70 €. 105 €. 120 €. 125 €. Con la colaboración de: SCHERZO es una publicación de carácter plural y, desde el año 2012, cuenta con la colaboración de la Fundación BBVA, manteniendo su carácter de revista no adscrita a ningún organismo público ni privado. La dirección respeta la libertad de expresión de sus colaboradores. Los textos firmados son de exclusiva responsabilidad de los firmantes, no siendo por tanto opinión oficial de la revista. 1 278-Pliego 1 21/9/12 14:03 Página 2 OPINIÓN OPINIÓN EDITORIAL 2 CAMBIOS EN LA OCNE E l sorprendente nombramiento de Félix Alcaraz —gerente hasta ahora de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León— como director técnico de la Orquesta y Coro Nacionales de España despeja una de las dos incógnitas —la otra es la del nuevo director titular— que la Secretaría de Estado de Cultura —para la cual, recordemos, no se trataba de una cuestión prioritaria— debía resolver en la formación de la que es responsable. La candidatura de Alcaraz ha sido preferida por el director general del INAEM —que decidía a propuesta del Consejo de la Música— a las de Félix Palomero y Ramón Puchades, ex gerentes ambos de la OCNE. En la nota de prensa en la que se hizo pública la decisión cuando ya era vox populi, se habla de unanimidad en tal Consejo —que, y dada su composición, es dudoso que conozca de primera mano la realidad de la OCNE— pero sería interesante señalar que esa unanimidad se produjo respecto a las tres candidaturas finalistas, no a la ganadora, dependiente ésta en última instancia del criterio de la autoridad competente, tal y como el llamado Código de Buenas Prácticas propone. En tal sentido, el Ministerio ha preferido una cara prácticamente nueva en la gestión de altura — dos años en la orquesta castellano-leonesa— a la amplia experiencia profesional de Félix Palomero —difícil que ese puesto fuera a manos del anterior director general del organismo decisorio— y al excelente trabajo, más reciente pero no menos intenso, de Ramón Puchades, artífices los dos, junto a Josep Pons, de la enorme mejora cualitativa del rendimiento de la OCNE y del creciente interés de su programación. Por cierto, hay que señalar, y como dato importante, la buena temporada 2012-2013 que Alcaraz ha dejado dispuesta para la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. La incógnita restante es el nombramiento de titular. Perdamos toda esperanza en la llegada de David Afkham y pensemos en las posibilidades que se abren en tiempos de crisis. En el proyecto de gestión que presentó Alcaraz al Consejo —lleno de sentido común pero no especialmente original— se habla, para el próximo titular, de “un perfil basado en la experiencia, el compromiso y la capacidad de crecer con la orquesta”. Es decir, que cabe casi todo, aunque experiencia y capacidad de crecer sean términos no siempre fáciles de conciliar. Por otra parte, la situación no va a hacer sencillo contratar un titular en las condiciones económicas de un mercado doliente como es el nuestro —peores que cuando no se dio el paso definitivo para la contratación del deseado Afkham— y eso hace que el abanico se cierre inevitablemente favoreciendo un producto nacional en el que no hay disponible ni tanto, ni tan bueno, ni tan útil para el porvenir de una orquesta que, a base de un buen trabajo, se ha ganado la solvencia necesaria para opinar sobre el asunto. Si descartamos aquellos maestros con obligaciones en curso y otros lejanos, por edad y trayectoria, a una labor como esa, quizá sea el nombre de Pablo Heras-Casado el que aparezca como la opción más atractiva a considerar entre, valga la expresión, los nuestros. Bien es verdad que, a tenor de sus declaraciones acerca del momento cultural del país, quizá no tenga demasiadas ganas de comprometerse. Ya veremos. Porque también podría ser que no hubiera titular y volvieran esas sombras del pasado que parecen adelantarnos hoy más rápido que ayer pero menos que mañana. También es verdad que mejor sin titular que con uno inadecuado. En todo caso, otorguemos a Alcaraz el margen de confianza que merece todo recién llegado mientras le deseamos lo mejor en una gestión difícil, de una enorme responsabilidad en un contexto poco favorable y con decisiones a tomar cruciales para la continuidad de un proyecto que merece sobrevivir. 278-Pliego 1 27/9/12 14:08 Página 3 OPINIÓN La música extremada NOSTALGIA FUTURA Diseño de portada Argonauta Foto portada: Karina Schwarz / DG Edita: SCHERZO EDITORIAL S.L. C/Cartagena, 10. 1º C 28028 MADRID Teléfono: 913 567 622 FAX: 917 261 864 Internet: www.scherzo.es E mail: Redacción: [email protected] Administración: [email protected] Leo Lensen Presidente: Santiago Martín Bermúdez REVISTA DE MÚSICA Director: Luis Suñén Redactor Jefe: Enrique Martínez Miura Edición: Arantza Quintanilla Maquetación: Iván Pascual Secciones Discos: Luis Suñén Educación: Pedro Sarmiento y Joan-Albert Serra Jazz: Pablo Sanz Libros: Enrique Martínez Miura Consejo de Dirección: Manuel García Franco, Santiago Martín Bermúdez, Barbara McShane, Enrique Pérez Adrián, Pablo Queipo de Llano Ocaña, Arturo Reverter Departamento Económico: José Antonio Andújar Departamento de publicidad Cristina García-Ramos (coordinación) [email protected] Magdalena Manzanares [email protected] Relaciones externas: Barbara McShane Suscripciones y distribución: Choni Herrera [email protected] Colaboradores: Cristina García-Ramos Impresión GRÁFICAS AGA Depósito Legal: M-41822-1985 ISSN: 0213-4802 Scherzo Editorial, S. L. , a los efectos previstos en el artículo 32.1, párrafo segundo del vigente TRLPI, se opone expresamente a que cualquiera de las páginas de Scherzo-Revista de música, o partes de ellas , sean utilizadas para la realización de resúmenes de prensa. Cualquier acto de explotación (reproducción, distribución, comunicación pública, puesta a disposición, etc.) de la totalidad o parte de las páginas de ScherzoRevista de música, precisará de la oportuna autorización, que será concedida por CEDRO mediante licencia dentro de los límites establecidos en ella. © Scherzo Editorial S.L. Reservados todos los derechos. Se prohíbe la reproducción total o parcial por ningún medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabados, o cualquier otro sistema, de los artículos aparecidos en esta publicación sin la autorización expresa por escrito del titular del Copyright. M e acordaré de un final de verano y un principio de otoño en Ámsterdam y el recuerdo, como en otras ciudades, estará teñido de músicas, y de los sonidos no exactamente musicales que se mezclan con ellas, y que acaban formando una Sinfonía de una gran ciudad a la manera de aquella que rodó Walter Ruttmann en Berlín en 1927: cascos lentos de caballos; bicicletas sobre el pavimento desigual de ladrillo; timbres de bicicletas, campanas de tranvías; carillones de los relojes en las torres de las iglesias, torres apuntadas y vagamente orientales que ya anuncian las que se ven en Copenhague, un poco más al norte, en esta ruta europea de las ciudades portuarias, las que ya en la Edad Media disfrutaban de la tranquila opulencia que dan el comercio y la buena administración municipal. Una mañana oigo un sonido completamente nuevo, un silbato muy poderoso, y al asomarme a un canal descubro su origen; es un sonido que pertenece a la arqueología acústica de lo que fue común en los oídos de la gente hace mucho tiempo y luego desapareció, y ya no volvió a oírse nunca más, como no se oyeron nunca más las campanillas de los tranvías en Madrid ni se oirá tampoco aquel sonido ya tan primitivo que hacían los modems al conectarse a Internet: el silbato de una lancha de vapor, una noble reliquia que emite esas notas antiguas a la vez que el vapor sube de la chimenea pintada de negro. La temporada musical no arranca todavía, pero la calle está llena de música. En el puente de entrada a lo que fue el barrio judío, donde instalaron no hace mucho una estatua de Baruch Spinoza, se instala al sol de la media mañana un pequeño grupo de músicos gitanos de los Balcanes, con un clarinete, una trompeta, una guitarra, un acordeón, y las piezas que tocan tienen la efervescencia tristísima de la música klezmer, que provoca un hormigueo de danza en los pies y al mismo tiempo le parte a uno el corazón. En la plaza Spui, que es una de las encrucijadas fundamentales de la ciudad, casi nunca faltan músicos, y muchas veces son excelentes, sobre todo los viernes, cuando hay un mercadillo de libros: un dúo de contrabajo y saxo alto toca standards americanos, y al poco rato llegan dos guitarristas y se unen a ellos. Tengo otras cosas que hacer, pero como hace solecillo y los músicos son de primera categoría me siento en un banco y se me va allí la mañana. En qué otro oficio personas con mucho talento se ganarán la vida ejerciéndolo por la calle, como los músicos y los artesanos ambulantes de la Edad Media. Esa tarde, en la misma plaza, un chico y una chica muy jóvenes, cada uno con un violonchelo, tocan suites de Bach y acaban con el Cant dels ocells. Y unas mañanas más tarde, todavía con el fresco de la primera hora, en la plaza desierta, un cuarteto holandés toca con perfecta seriedad y solvencia nada menos que el tango Sur. Un bandoneón, una guitarra, un chelo. El cantante dice los versos desoladores acentuando muchos las erres, pero el efecto general es magnífico, y uno comprende que Ámsterdam, al fin y al cabo, también es o fue una ciudad portuaria, como Buenos Aires. Sur es una de las canciones más hermosas y más melancólicas que existen: esa añoranza sin consuelo de un barrio porteño resonará en el porvenir, cuando yo tenga nostalgia de Ámsterdam. Antonio Muñoz Molina 3 278-Pliego 1 21/9/12 14:03 Página 4 OPINIÓN Música reservata ADIÓS AL AULA DE MÚSICA O ¡QUÉ BARATO ES DESTRUIR! E 4 s obvio que el conocimiento de cualquier materia precisa de algo más que la enseñanza normalizada impartida en facultades, conservatorios o escuelas técnicas: desde hace años se han puesto de moda los Masters — cursos para postgraduados en los que se profundizan o se actualizan cuestiones particulares bajo la dirección de especialistas reconocidos— que el estudiante añade a su monto curricular. La importancia de esta enseñanza adicional parece más allá de toda discusión y ningún centro la suprimiría sin echar por tierra su propio prestigio: empero, eso es exactamente lo sucedido en la Universidad de Alcalá de Henares con su Aula de Música. La idea de un Aula dedicada a cursos de especialización musical fue un proyecto de la inolvidable Almudena Cano, una de las personalidades más inteligentes, generosas y combativas con que se haya enriquecido la música en España (lo que, lógicamente, le atrajo la animadversión de sus colegas más mediocres): un proyecto materializado y dirigido hasta su jubilación por Avelina López Chicheri cuyo objetivo era la puesta al día (Almudena Cano empleaba irónicamente el término aggiornamento), no ya de las disciplinas normalizadas, sino de cuanto pudiese conectar al profesional o al estudiante recién titulado con la realidad viva de la música. Ambas procedían de la, ya legendaria, clase de acompañamiento de Gerardo Gombau (de quien ya se habló en estas mismas páginas en el número correspondiente al mes de enero próximo pasado), y esa genealogía espiritual explica el carácter único y anticonvencional del empeño: no se trataba simplemente de que los postgraduados pudieran perfeccionarse en el dominio instrumental, sino también de un verdadero foro en que se trabajaban las técnicas de análisis y composición más recientes a través de cursos monográficos de un abanico amplísimo que abarcaba de la técnica del arco en la música barroca al empleo de fractales en la obra de Francisco Guerrero, del uso del pedal en Debussy a la práctica del yoga para músicos (por poner tan sólo cuatro ejemplos significativos), cursos desarrollado por verdaderos especialistas en las materias respectivas. Figuras como Josep Maria Colom, Charles Rosen, Janos Starker o Heinz-Klaus Metzger han trabajado en el Aula con asiduidad, junto a creadores como Helmut Lachenmann, Mauricio Kagel, Brian Ferneyhough o Tristan Murail, y un autor de la talla de José Luis de Delás ha mantenido allí una verdadera cátedra de composición y análisis durante muchos años. Por si esto no fuera suficiente, el Aula editaba también la única revista musical especializada de categoría profesional existente en nuestro país. Quodlibet, a lo largo de sus 51 números, ha sido una plataforma que ha divulgado una extraordinaria cantidad de textos de altísimo nivel inéditos en castellano, amén de numerosos estudios especialmente encargados, así como una colección de obras breves de autores españoles vivos destinados a los instrumentistas de grado elemental o medio. Por el Aula pasaron 310 profesores que impartieron 628 cursos para más de 14.000 alumnos a largo de veintidós años de existencia. Todo esto ha desaparecido de un solo golpe: el pasado 27 de junio, las personas que han llevado adelante el trabajo en los dos últimos años (con una generosidad y una competencia, por cierto, muy por encima de sus exigencias contractuales) fueron despedidas manu militari sin la menor explicación convincente y con tan insólita premura que apenas pudieron recoger sus efectos personales, al clausurarse de modo fulminante la entrada al antiguo Colegio de Basilios alcalaíno que era la sede del Aula. A lo largo del tiempo, el Aula de Música ha compilado una biblioteca especializada del mayor interés (sin ir más lejos: la colección completa de Musik-Konzepte, caso probablemente único en nuestro país), amén de las grabaciones videográficas de todo los cursos allí impartidos, autorizadas por los docentes en virtud de una suerte de “acuerdo de caballeros” —y de damas: la dirección y organización del Aula estuvo siempre en manos femeninas— de índole puramente verbal que permitió atesorar estos testimonios didácticos (de un valor histórico que no parece preciso encarecer) a condición de no ser públicamente divulgados. Qué sucederá con este material es una incógnita, pero habida cuenta de la incompetencia exhibida por el Rectorado cabe temer la peor suerte (por no hablar de las posibles consecuencias judiciales, de ámbito internacional en la mayor parte de los casos). En términos generales, el Aula ha cubierto gastos, y el déficit anual no alcanzaba los 35.000 euros: una cantidad muy inferior a los emolumentos de alguno de los, así llamados, asesores nombrados a dedo últimamente, cuyo cometido profesional carece de inserción orgánica y de contenido académico. Ni que decir tiene, la coartada esgrimida por el Rectorado para tan vituperable atentado contra la música ha sido la invocación de la crisis (justificación tan manida a estas alturas que ya hiede, como el cuerpo de Lázaro). Resulta fácil responsabilizar a Juan Francisco Galván de Reula y a Javier Rivera Blanco, rector y vicerrector respectivos (nada magníficos, por cierto, en la presente ocasión) de un desaguisado tan vituperable, pero es más que posible que ni tal infamia les pertenezca: en último término no han hecho otra cosa sino actuar como los diligentes lacayos de un gobierno empeñado en aniquilar la sanidad y la enseñanza públicas, un gobierno enemigo de la cultura —que a efectos tributarios confunde con el negocio del ocio— pero que legaliza el dinero negro de especuladores, estafadores y traficantes: ¿son esos sus amigos? José Luis Téllez C 278-Pliego 1 21/9/12 14:03 Página 5 76,50 56,53 42,50 33,15 5 CGI h G O t12 i dd 1 20/9/12 21 51 15 278-Pliego 1 21/9/12 14:03 Página 6 CON NOMBRE PROPIO GABRIEL ERKOREKA PROPIO CON NOMBRE Música al límite G 6 abriel Erkoreka (Bilbao, 1969) es uno de los compositores más creativos e imaginativos que tenemos actualmente en nuestro país, y estos últimos meses estamos teniendo buenas oportunidades para comprobarlo. En lo que llevamos de año ha estrenado el Trío del Agua (Trío Arbós, Bilbao) y Dardarak (Cuarteto Arditti, San Sebastián), pero su música ha llegado también a espa- cios como el Auditorio Nacional, el Festival de Música Contemporánea de Córdoba, el Unerhörte Musik de Berlín, el Festival Ljubljana, el Auditorio del Conservatorio Nacional de Lima o el Festival de Música de Caracas. Además, recientemente la Fundación BBVA ha editado un DVD con Hamar (2007), una pieza que pone al paseante/oyente en contacto con las diferentes salas y con las distintas obras de la 278-Pliego 1 21/9/12 14:03 Página 7 CON NOMBRE PROPIO Guy Vivien GABRIEL ERKOREKA exposición permanente del Museo Guggenheim de Bilbao, enriqueciendo así una discografía que va creciendo poco a poco. Una rápida visita a su página web (www.erkoreka.com) nos recordará que fue alumno de Carmelo Bernaola en Vitoria y de Michael Finnissy en la Royal Academy of Music de Londres, que ha sido ganador, entre otros, del Primer Premio de la SGAE (1996), del Premio de Roma (2001) o del Premio Reina Sofía de la Fundación de Música Ferrer-Salat (2008), y que actualmente imparte clases de composición en el Centro Superior de Música del País Vasco, Musikene. A ello podemos sumar que coordina el Ciclo de Música Contemporánea de la Fundación BBVA en Bilbao y que es vicepresidente de Musikagileak, la Asociación Cultural para el Fomento de la Composición Vasca, donde encabeza junto con Ramón Lazkano una generación de compositores vasco-navarros que asegura la continuidad de la labor realizada por algunos precursores cercanos, como Francisco Escudero, Luis de Pablo (aún en activo) o el propio Bernaola, y por otros más lejanos, como Jesús Guridi, José María Usandizaga y tantos más. De ahí que en la música de Erkoreka hayamos encontrado muchas veces referencias a eso que es común a todos ellos: el folclore vasco. Ahora va a estrenar una nueva obra, Ekaitza, un concierto para violonchelo y orquesta escrito para conmemorar los treinta años de la Sinfónica de Euskadi. El compositor vuelve así al formato de concierto diez años después de Afrika, para marimba y orquesta, pieza estrenada por la ORCAM en 2002 y grabada después por Pedro Carneiro y José Ramón Encinar para Stradivarius. De ella dijimos en su momento que retrataba un universo oscuro, opresivo y salvaje, que con ella entendíamos que la música es para Erkoreka no sólo una forma de ver la realidad, sino también de enfrentarse a ella. De Ekaitza (“Tempestad” en euskera) nos dice que “profundiza en el empleo de los registros extremos de la orquesta y del instrumento solista, y en especial del registro grave, y más natural del violonchelo, el cual puede integrarse y diferenciarse dentro del entramado orquestal”. No en vano ha trabajado mano a mano con su gran amigo Asier Polo, a quien está dedicado el concierto. Nos adelanta también que “la obra no es descriptiva, si bien hay un rumor inquietante que la envuelve, y existe cierta tendencia hacia los movimientos descendentes y sonoridades profundas, en las que se establece una tempestuosa relación entre solista y orquesta. En su momento más gráfico y atormentado, el violonchelo es engullido literalmente por la creciente masa orquestal, en la que apenas puede asomar la cabeza para respirar. Tras su destrucción, surge una sonoridad irreal como si estuviera sumergida en el agua. En el último movimiento, el chelo renace y se transforma en un instrumento popular ancestral de cuerda frotada de la cornisa cantábrica: el rabel, que con su pulso obsesivo, reivindica ingenuo y orgulloso su frágil existencia”. No es difícil adivinar de todo ello que una vez más, ante el público de San Sebastián, Bilbao y Vitoria, Erkoreka acabará llevando su música al límite. Asier Vallejo Ugarte San Sebastián. Auditorio Kursaal. 30-X/2-XI-2012. Vitoria. Teatro Principal. 31-X-2012. Bilbao. Palacio Euskalduna. 1-XI-2012. Asier Polo, violonchelo. Sinfónica de Euskadi. Director: Michal Nesterowicz. Erkoreka, Ekaitza. Concierto para violonchelo y orquesta (estreno absoluto). Además, obras de Britten y Elgar. 7 278-Pliego 1 21/9/12 14:03 Página 8 David Afkham con la ONE VUELVE EL DESEADO A lgo se ha escrito —y no sólo aquí— acerca de las virtudes de David Afkham, quien pareció iba a ser el sucesor de Josep Pons en la titularidad de la Orquesta Nacional de España y quedó a las puertas. Quien no tuviera ocasión de verlo en su concierto de hace un año con la formación a la que aparentemente enamoró y quiera opinar con conocimiento de causa, podrá hacer una cosa y otra en tres ocasiones a lo largo de esta temporada. Su primer programa inaugura el ciclo de la orquesta con una obra que la pondrá a prueba —Una vida de héroe, de Richard Strauss— y un concierto —el Primero de Max Bruch— en el que acompa- DAVID AFKHAM Chris Christodoulou AGENDA AGENDA Madrid. Auditorio Nacional. 19, 20, 21-X-2012. Joshua Bell, violín. Orquesta Nacional de España. Director: David Afkham. Obras de Beethoven, Bruch y Strauss. ñará a un violinista tan distinto a todos —con muchos pros y alguna contra que parece haber pulido— como es el formidable Joshua Bell. Y de aperitivo bien sustancioso, la obertura Egmont de Beethoven. El CNDM abre temporada DE LEÓN A MADRID C 8 asi inabarcable es la temporada del Centro Nacional de Difusión Musical. Este mes empieza temporada y aquí van unas cuantas propuestas que empiezan en León, el día 9, con el VII Ciclo de Músicas Históricas. Raquel Andueza y La Galanía resumen en un programa el contenido de sus triunfantes discos: D’amore e tormenti y Yo soy la locura. Ya en Madrid, el día 8, el propio CNDM habrá iniciado sus Series 20/21 en el Auditorio del Museo Reina Sofía con un homenaje a Tomás Marco en su setenta cumpleaños a cargo de la Camerata del Prado que dirige Tomás Garrido. El Ciclo de Lied, que parecía iba a morir con la crisis de Bankia y la Fundación Caja Madrid, ha sido recuperado por el CNDM e inaugura temporada el día 15, en el Teatro de la Zarzuela, con RAQUEL ANDUEZA Y LA GALANÍA una pieza de caza mayor: nada menos que el Spanisches Liederbuch de Hugo Wolf en la versión de Angelika Kirchschlager, Ian Bostridge y Julius Drake. Elena Gragera —con Antón Cardó— y Anna Caterina Antonazzi —con Donald Sulzen— serán las caras nuevas en el Ciclo. En el titulado Fronteras —Auditorio Nacional, día 18—, uno de esos conciertos que se las salta: Viktoria Mullova con el Matthew Barley Ensemble y un programa que va de Joe Zawinul y Weather Report —qué tiempos— a Zoltán Kodály. 278-Pliego 1 21/9/12 14:03 Página 9 AGENDA XVII Ciclo de Grandes Intérpretes AIMARD: ANÁLISIS Y EXPRESIÓN Madrid. Auditorio Nacional. 9-X-2012. Pierre-Laurent Aimard, piano. Obras de Holliger, Schumann y Debussy. Rafa Martín Chris Christodoulou V uelve Pierre-Laurent Aimard al Ciclo de Grandes Intérpretes para sentar cátedra de nuevo con ese pianismo tan suyo, que sabe dar al análisis y a la expresión su justo lugar en unas lecturas que acaban siendo siempre como una nueva propuesta para quien escucha. Aimard es un pianista que parece crecer mientras investiga, que amplía y ahonda a la vez su horizonte y que, además, programa siempre con excelente criterio. Su propuesta esta vez se abre con Elis, tres nocturnos escritos por el gran compositor suizo Heinz Holliger en 1961 y revisados cinco años después y seguirá con los Estudios sinfónicos, op. 13 de Robert Schumann —omnipresente el romántico alemán en los programas de todos los grandes pianistas y en todas partes. Y se cerrará con el Libro I de los Preludios de Claude Debussy, una de las cimas del piano de todos los tiempos. Necrología EMMANUEL NUNES C on el reciente fallecimiento de Emmanuel Nunes, a los 71 años de edad, desaparece la personalidad más importante de la música portuguesa contemporánea. Aunque nacido sólo un año después que Jorge Peixinho, el otro faro de la composición portuguesa en la segunda mitad del siglo XX, Nunes parece pertenecer a una generación posterior, tal es la diferencia de estilo que se aprecia en su obra con respecto a aquél, sin duda a causa de la perseverancia que Peixinho mantuvo siempre en el uso de las técnicas distintivas de la vanguardia de Darmstadt. Al lado de la asunción del material instrumental convencional de sus compañeros de generación (Peixinho, pero también Almeide, Capdeville), Nunes implanta un sentido de la espacialización del sonido y un tratamiento de la orquesta que suponen un notable avance en relación con las técnicas apren- didas en Darmstadt. Nunes, antiguo alumno de Boulez y Stockhausen, se asienta en París desde 1964 y es allí donde tomará contacto con el sentido energético del sonido de un Xenakis, en un primer momento, y con las prácticas electrónicas del IRCAM, después. A pesar del prestigio que ha cobrado la figura de Nunes entre los aficionados y la musicología, su música sigue siendo una gran desconocida en España. En el plano de las grabaciones discográficas, la obra de Nunes está mal representada, tal vez por tratarse, en su caso, de una propuesta que requiere grandes dispositivos instrumentales y tratamiento electrónico. Además, su obra está pensada en términos de larga duración y excluye cualquier atisbo de hedonismo. El músico portugués tiende a trabajar la noción de tiempo musical con materiales muy pequeños que son capaces de evolucionar a lo largo de grandes desarrollos. Se encuentran en Nunes mezclas de material electrónico e instrumental en piezas extensas, donde lo que importa es borrar la frontera entre el sonido convencional y el obtenido electrónicamente. En obras como Musik der Frühe, Minnesang o Quodlibet, se aprecia una extrema movilidad instrumental. Cada obra requiere un control exacto del material, de modo que la plantilla (21 músicos divididos en 7 grupos, para la obra Duktus; 28 voces en 7 cuartetos y electrónica, en Voyage du corps y 3 orquestas separadas para Quodlibet) ha de responder a las exigencias precisas del compositor. En el ciclo Lichtung (del año 2000), donde Nunes cuenta con un sofisticado dispositivo informático de tratamiento del sonido en tiempo real, pone la idea de espacialidad en el mismo nivel de exigencia que la organización rítmica, armónica o melódica de la obra. Francisco Ramos 9 278-Pliego 1 21/9/12 14:04 Página 10 AGENDA En el CGGII y por enfermedad del pianista polaco AX SUSTITUYE A ZIMERMAN E l pianista norteamericano Emanuel Ax sustituirá a Krystian Zimerman —quien ha cancelado por enfermedad su gira española— en el recital previsto dentro del presente Ciclo de Grandes Intérpretes que iba a celebrarse el 24 de septiembre. En el nuevo programa figuran obras de Beethoven —Sonatas, op. 2, nº 2 y Patética— y Schubert —D. 960. También cambia la fecha, que será ahora el martes 23 de octubre. Teniendo en cuenta lo difícil que es reemplazar a un pianista como Zimerman, hay que destacar las cualidades de Ax —musicalidad, virtuosismo, expresividad sin afectación—, conocidas ya por los abonados al Ciclo cuando se presentó en él por vez primera, y con enorme éxito, cerrando su decimoquinta edición. Rafa Martín Madrid. Auditorio Nacional. 23-X-2012. Emanuel Ax, piano. Obras de Beethoven y Schubert. www.fundacionscherzo.es Rossen Milanov E 10 n nuestro dosier dedicado a las orquestas españolas no pudo entrar, por no haberse hecho pública su programación, la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Inaugurada su temporada en Oviedo a finales de septiembre, hará lo propio en Gijón el 11 de octubre con un concierto que se repetirá en Oviedo al día siguiente. El nuevo titular, Rossen Milanov, abordará con un par de coros —entre ellos el León de Oro, tan querido en Asturias— la Novena de Beethoven, un músico en el que el maestro búlgaro formado en Estados Unidos insistirá a lo largo de los próximos meses. ROSSEN MILANOV LA OSPA ABRE CON SU NUEVO TITULAR Será el principio de una temporada que incluye al nuevo primer invitado, David Lockington, y a dos maestros que causaron una excelente impresión en la anterior: Perry So y Rumon Gamba. A ellos se unen otros como Pablo González, Matthias Bamert o Gilbert Varga. Entre los solistas, destacan los nombres de Alexander Melnikov, Lilia Zilberstein, Lawrence Power, Pablo Ferrández y Measha Brueggergosman —ésta en el concierto que cerrará temporada, con Milanov y un programa bien exigente: Cuatro últimas canciones de Strauss y Séptima de Bruckner. 278-Pliego 1 21/9/12 14:04 Página 12 AGENDA Aniversario de la desaparición de Mario del Monaco 30 AÑOS DESPUÉS E ste mes de octubre, el día 10, se cumplen los treinta años de la desaparición de uno de los cantantes más carismáticos que ha dado el mundo de la ópera: el tenor florentino Mario del Monaco. Una gigantesca figura que el paso del tiempo mantiene aún en su cúspide, como una referencia ineludible para colegas posteriores. Personajes como Canio de Payasos, Turiddu de Cavalleria rusticana, Don Alvaro de La forza del destino, Radamès, Chénier, Pollione, Luigi de Il tabarro, Samson… y sobre todos Otello se mantienen asociados a su inmensa, irrepetible personalidad. Una personalidad asociada, en su momento de mayor esplendor, a una voz de singular y hermosísimo color broncíneo, de asombrosa potencia, viril, perfectamente encuadra en su cuerda, aunque adquiriera por secciones unas seductoras resonancias baritonales. Unos medios extraordinarios con los que el artista conseguía unas caracterizaciones de una fuerza especial, únicamente a él asociable, dotando a los personajes encarnados de una estatura nunca antes conocida, de un heroísmo casi ciclópeo y a los que, con un carisma escénico que era mágico, convertía en modelos aconsejables de evitar. Su presencia, nada más aparecer en escena, era de tal magnitud que atraía las miradas como inevitable imán. Un importante dato a añadir de lo que fue una carrera excepcional ha de sumar también el hecho de su inquietud profesional. No cantó únicamente el repertorio tenoril al uso. Se midió con el Lohengrin y el Siegmund wagnerianos, algo casi prohibitivo para un italiano tras Giuseppe Borgatti, con el Eneas berlioziano, el Paolo de Zandonai, el Pery de Gomes o el enigmático Stiffelio verdiano. Un fenómeno omnipresente. Fernando Fraga A partir de 2013 OPERA, NUEVO MIEMBRO DE LOS ICMA L 12 a revista británica Opera, una de las más prestigiosas del mundo en el ámbito de la lírica, será a partir de la próxima edición nuevo miembro del jurado de los International Classical Music Awards, al que pertenece SCHERZO. Su representante será su director, John Allison, crítico y periodista musical que colabora igualmente con medios como la revista norteamericana Opera News. FE DE ERRORES En nuestro número de septiembre, y en el dosier dedicado a las orquestas españolas, nuestro colaborador Íñigo Arbiza escribe de la Sinfónica de Euskadi que “no contará con la batuta titular de Andrés Orozco-Estrada, que decidió romper su compromiso con los de Miramon para atender otros intereses. Será Andrei Boreiko quien actúe como principal maestro invitado”. En realidad, el maestro OrozcoEstrada seguirá vinculado como titular a la Orquesta Sinfónica de Euskadi hasta el fin de la temporada 2012-2013 dirigiendo en la misma tres programas de abono. 278-Pliego 1 21/9/12 14:04 Página 13 AGENDA Fundación BBVA III CICLO DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA EN BILBAO ZURIÑE GERENABARRENA E l día 16 de octubre, con un concierto a cargo del pianista Alfonso Gómez, la electrónica de Espacio Sinkro y obras de Nono, Crumb, Maresz y Martínez comienza el tercer Ciclo de Conciertos de Música Contemporánea que organiza en Bilbao la Fundación BBVA. Un total de catorce sesiones integran una temporada que se extiende hasta el 11 de junio de 2013 en que se clausurará con un concierto dedicado a Harrison Birtwistle. A lo largo de nueve meses, la propuesta del ciclo que coordina el compositor Gabriel Erkoreka pasará revista a tendencias y nombres fundamentales, a los fundadores y a los seguidores, a las nuevas voces de una modernidad entendida sin exclusiones. Así, por ejemplo, los programas del ensemble recherche —Halffter, Rihm, Ferneyhough y Parra—, el Cuarteto Arditti —Ligeti, Xenakis, De Pablo y Guerrero— o el Plural Ensemble — con una sesión dedicada a La música en Francia en el siglo XXI y otra con el sugestivo título de El fin del siglo XX que incluirá piezas de Carter y Donatoni. Entre el resto de la programación hay que destacar el Cuarteto para el fin de los tiempos de Olivier Messiaen que correrá a cargo de unos intérpretes que estaban condenados a entenderse: Joan Enric Lluna y el Trío Arbós. Por parte del Krater Ensemble se nos propondrá igualmente un retrato de Félix Ibarrondo, que cumple setenta años en 2013. Y otra unión muy prometedora es la del acordeonista Iñaki Alberdi, el violonchelista Asier Polo y el pianista Miguel Ituarte, quienes negociarán obras de Gubaidulina, Lauzurika, Torres y Erkoreka. Los Neue Vocalsolisten serán los encargados de estrenar la obra encargada por la Fundación BBVA a Zuriñe Gerenabarrena —en el marco de un programa que incluye a Sciarrino, Vivier y Sánchez-Verdú— y el Ensemble Linea hará lo propio con la de Juan José Eslava rodeada por otras de Grisey, Pesson y Campana. Completan el ciclo los conciertos a cargo del Ensemble NeoArs Sonora —Saariaho, Murail, Gálvez y López López—, el Ensemble Kuraia —Guinjoan, Guerrero, López y Luc— y el Dúo Apellániz-Rosado —Takemitsu, Hosokawa, Bernaola y Lazkano. Bilbao. Fundación BBVA. III Ciclo de Conciertos de Música Contemporánea. www.fundacionbbva.es 13 278-Pliego 1 21/9/12 14:04 Página 14 AGENDA XI Ciclo de Jóvenes Intérpretes CARCANO, A POR TODAS E Balazs Borocz l italiano Gabriele Carcano (1985), discípulo de Andrea Lucchesini, Aldo Ciccolini y Nicholas Angelich, predilecto de Uchida e invitado del Festival de Malboro, abre el Ciclo de Jóvenes Intérpretes con un programa de enorme interés y con mucha, mucha música dentro. Nada menos que cinco sonatas de Domenico Scarlatti, las Cinco Variaciones de Luciano Berio, tres canciones de Franz Schubert en arreglo de Ferenc Liszt —Auf dem Wasser zu singen, Du bist die Ruh y Gretchen am Spinnrade— para concluir con las Davidsbündlertänze op. 6 de Robert Schumann. A eso se le llama ir a por todas. Madrid. Teatros del Canal. 2-X-2012. Gabriele Carcano, piano. Obras de D. Scarlatti, Berio, SchubertLiszt y Schumann. Del Liceu al Palau MODELOS CADUCOS E n el Liceu se han vivido jornadas de gloria con la visita del Festival de Bayreuth, pero en el terreno laboral, las espadas siguen en alto. Su director general, Joan Francesc Marco, mantiene firme el pulso con un calendario de reformas imprescindibles para asegurar la viabilidad económica del teatro. La respuesta de algunos sindicatos es la convocatoria de nuevas jornadas de huelga que amenazan al montaje de La forza del destino que este mes abre la temporada. Mal asunto. Hasta la fecha, las anteriores convocatorias no han servido para nada: hay que cambiar actitudes y objetivos, y establecer nuevas reglas de juego si se quiere forjar un futuro sostenible para las masas estables del teatro y su cuerpos técnicos y administrativos. Porque el Liceu actual, sin recortes y cambios profundos, no tiene futuro. No van mucho mejor las cosas en el Auditori. El motor de su actividad artística es la OBC y nuevamente cabe hablar de fracaso en la gestión de una orquesta 14 eternamente insatisfecha. No ha cuajado Pablo González como director titular, porque no ha sabido cautivar a los músicos para hacerlos cómplices de sus propuestas artísticas. Y la nueva temporada que ahora comienza, diseñada sin el más mínimo entusiasmo por la creación actual, insiste en modelos artísticos caducos: los conciertos son cada vez más trillados, con programas escasamente imaginativos y precios demasiados caros para una orquesta pública. Curiosamente, los responsables del Auditori y el Palau de la Música mantienen la creencia de que el prestigio de sus salas depende de la presencia de artistas y orquestas famosas. Pero la verdad es que, aunque llevamos décadas recibiendo la visita regular de los mejores conjuntos y solistas del mundo, Barcelona no es, ni de lejos, una plaza relevante en la escena musical europea. Hay que buscar otros caminos. Tener orquestas de lujo en giras de lujo con solistas de lujo, y tocando siempre lo mismo, no sirve para llamar la atención internacional — al fin y al cabo, los mismos artistas y orquestas que visitan Barcelona visitan también docenas de ciudades, en las que sólo cambia el precio de las localidades. El respeto artístico se logra con producciones propias de calidad, apoyando a los creadores del país, a sus mejores compositores e intérpretes, buscando alianzas artísticas para coproducir mejores proyectos. Pero fiarlo todo al gancho de las estrellas sólo conduce a una escalada de precios que, hoy por hoy, ha convertido Barcelona —en eso sí somos un número uno— en la ciudad con los conciertos y espectáculos más caros de Europa. Tampoco los festivales de verano tienen claro el futuro. La vaca de las subvenciones está más flaca que nunca y se imponen, por tanto, nuevas fórmulas: atención al nuevo modelo ensayado por el Festival de Música Antiga dels Pirineus, realista en sus objetivos y con el respaldo de municipios que buscan ani- mar culturalmente su oferta turística. Hay que hablar de éxitos en Peralada, el único festival que ofrece ópera escenificada, danza y estrenos absolutos (este año han visto la luz una nueva ópera de Agustí Charles y un concierto inédito de Montsalvatge) y que es el que menos ayudas públicas recibe si tenemos en cuenta la calidad de sus propuestas. Más irregular ha sido este año la meritoria oferta de Torroella, que atraviesa un compás de espera tanto en el relevo de su dirección artística como en la ansiada inauguración de su flamante auditorio. Ha sorprendido, y mucho, el éxito de público conseguido por el ciclo Nits musicals de Gerona, con una fórmula sencilla, pero eficaz, basada en la calidad de los artistas y la coherencia del repertorio elegido. Curiosamente, otros festivales, más comerciales, que apenas prestan atención a la música clásica, reciben más ayudas. En esto, también somos diferentes. Javier Pérez Senz 278-Pliego 1 21/9/12 14:04 Página 15 Balazs Borocz AGENDA 15 278-Pliego 2 21/9/12 13:33 Página 16 AC T U A L I DA D NAC I O NA L 16 El Festival de Bayreuth en el Liceu CONMOCIÓN WAGNERIANA La segunda visita del Festival de Bayreuth al coliseo lírico barcelonés, más de medio siglo después de su histórico debut en 1955, ha sido un gran acontecimiento, una referencia en la moderna historia de un teatro de probada devoción wagneriana. Se puede hacer una crítica pormenorizada y detenerse en las prestaciones de algunos de los notables cantantes que han protagonizado las versiones en concierto de El Holandés errante y Lohengrin, ambas bajo la espléndida dirección de Sebastian Weigle, un excepcional Lohengrin, y Tristán e Isolda, sabiamente dirigida por Peter Schneider. Pero en un teatro acostumbrado a una orquesta con demasiados altibajos, y a un coro que no vive sus mejores días, la gran revelación, el éxtasis musical ha tenido como verdaderos artífices al Coro y la Orquesta del Festival de Bayreuth. Podemos hablar, sin exageración, de auténtica conmoción entre los aficionados: nunca habíamos escuchado una ópera de Wagner en el Liceo con semejante nivel de calidad en la orquesta y el coro. Tras el impacto inicial con El Holandés errante, con un buena actuación de Samuel Youn en el papel titular, la notable Senta de Ricarda Merbeth y el estupendo Daland de Franz Josef Selig, la impresión fue mucho mayor en Lohengrin, ópera de mayor envergadura. Sebastian Weigle, perfecto conocedor de la acústica liceísta, estuvo realmente inspirado, recreando detalles que los músicos alemanes ofrecían con una claridad y brillantez únicas. No hablamos sólo de técnica: la clave A. Bofill Gran Teatro del Liceo. 1, 2, 6-IX-2012. Samuel Youn, Ricarda Merbeth, Franz-Josef Selig, Michael König, Christa Mayer, Klaus Florian Vogt, Annette Dasch, Thomas J. Mayer, Susan Maclean, Wilhelm Schwinghammer, Ralf Lukas, Robert Dean Smith, Iréne Theorin, Michelle Breedt, Jukka Rasilainen. Coro y Orquesta del Festival de Bayreuth. Directores: Sebastian Weigle, Peter Schneider. Wagner, El Holandés errante, Lohengrin, Tristán e Isolda (versiones de concierto). BARCELONA ACTUALIDAD BARCELONA W. Schwinghammer, K. F. Vogt, A. Dasch y S. Weigle en Lohengrin está en la entrega, en la actitud de los músicos, disfrutando en el escenario, intercambiando miradas de complicidad tras bordar una frase o mostrar la rotundidad, o la transparencia, de un determinado pasaje. En este sentido, Tristan und Isolde fue memorable, con un Peter Schneider que aportó sabiduría, temple y las virtudes de la mejor tradición. Hubo magia orquestal y brillantes intervenciones de un coro fantástico, preparado por Eberhard Friedrich, que fue aplaudido con pasión. En el plano vocal, lo mejor de Lohengrin fue la belleza vocal, el elegante fraseo y la delicadeza de Klaus Florian Vogt, un Lohengrin de canto inmaculado, junto a la notable Elsa de Annette Dasch, el temperamental Telramund de Thomas J. Mayer, la sólida Ortrud de Susan Maclean y el notable rey de Wilhelm Schwinghammer. La segunda gran triunfadora del festival wagneriano fue la soprano Iréne Theorin, Isolda de extraordinaria potencia y temperamento, de gran presencia e imponente carácter. No tuvimos suerte con Tristan, defendido con oficio, pero sin relieve, por el tenor Robert Dean Smith, pero sí contamos con las soberbias prestaciones de Michelle Breedt (Brangäne) y FranzJosef Selig (Rey Marke), mientras que Jukka Rasilainen fue un meritorio Kurwenal. Hemos tenido, sin duda, un excepcional preludio del Año Wagner. Esperemos que la magia de Bayreuth no tarde otro medio siglo en volver al Liceu. Javier Pérez Senz 278-Pliego 2 21/9/12 13:33 Página 17 AC T U A L I DA D BARCELONA Un espectáculo lleno de encanto EL EMOCIONADO ADIÓS DE JOAN PONS Barcelona. Gran Teatro del Liceo. 30-VII-2012. Verdi, Aida. Sondra Radvanosky, Marcello Giordani, Ildiko Komlosi, Joan Pons, Vitali Kovaliov, Stefano Palatchi. Director musical: Renato Palumbo. Director de escena: José Antonio Gutiérrez. Escenografía: Josep Mestres Cabanes. Vestuario: Franca Squarciapino. E l Liceu cerró la temporada con una nueva reposición de la histórica producción de Aida del año 1945 firmada por el escenógrafo catalán Josep Mestres Cabanes, obra maestra de la perspectiva, del juego de la luz y el color, con maravillosos decorados de papel pintado que nos trasladan a un glorioso pasado. Un espectáculo lleno de encanto, dirigido escénica- Sondra Radvanosky y Joan Pons en Aida mente con buen oficio teatral por José Anto- da por el sindicato UGT connio Gutiérrez, que contó con tra la reducción de plantilla grandes alicientes musicales. —el sindicato CGT decidió De entrada, y ya que habla- desconvocarla el mismo mos de un teatro con tradi- día—, pero el teatro decidió ción de grandes voces, hay no suspender la función y, que destacar el sensacional aunque faltaron voces, el tradebut liceísta de la soprano dicional refuerzo coral, neceestadounidense Sondra Rad- sario en una ópera como vanovsky con una interpreta- Aida, salvó la representación de Aida de ricos matices ción. La Polifònica de Puigy opulenta voz: su O patria reig, y la mayoría de los canmia, fraseada con gran clase tantes del coro del teatro, y rematada con pianísimos que no secundaron la huelde gran efecto, cautivó por ga, multiplicaron sus esfuercompleto al público. Y, natu- zos para asegurar el éxito de ralmente, hay que quitarse el la función. Nadie discute el sombrero ante Joan Pons, derecho a la huelga, pero que vivió con generosa convocarla precisamente el entrega y desbordante emo- día de la despedida de Pons ción su última representa- supone una imperdonable ción operística tras más de falta de consideración. La 40 años de gloriosa carrera. experta dirección de Renato El gran barítono menorquín Palumbo garantizó el éxito se despidió con un tempera- de una velada que contó en mental Amonasro en Aida, el el reparto con el valiente mismo título con que debu- Radamés de Marcello Giortó, en 1970, cuando militaba dani, la musical Amneris de como bajo en el Coro del Ildiko Komlosi y el buen Liceu. Eso sí, la función tuvo hacer de los bajos Vitali un tenso preludio: una parte Kovaliov y Stefano Palatchi. de los cantantes del coro secundó la huelga convocaJavier Pérez Senz 17 278-Pliego 2 21/9/12 13:33 Página 18 AC T U A L I DA D EL ESCORIAL Festival de verano MANDA EL TEATRO 18 La ópera quijotesca de Tomás Marco es obra breve, bien trabada, que aglutina inteligentemente, de manera diáfana, con un constante juego rítmico y un juicioso empleo del ostinato, músicas de distintas épocas que se asimilan, con la fantasía tímbrica del autor, en un todo muy bien organizado en el que no falta un característico sentido del humor, bien que el fatum acabe prevaleciendo. María José Suárez narró con tino el espectáculo. Alfredo García, con timbrada voz de barítono lírico, domina ya una parte que ha interpretado varias veces, mientras que Emilio Sánchez, Sancho, supo sobreponerse a una palpable indisposición. Efectiva y resuelta en sus distintos cometidos María Rey-Joly y ajustado y expresivo el pequeño conjunto de voces femeninas. La parva escena, animada con una vivaz coreografía, fue manejada con gusto por Heras. Un grupo de diez instrumentistas ilustró con pericia la acción a las órdenes precisas de Castillo. Alfonso Romero plantea en La flauta mágica una relectura en la que se combina el mundo real de un herido de la Segunda Guerra Mundial con el universo fantástico que se imagina. No era fácil dotar de coherencia y general ilación a esa innovadora visión, y no se consigue; pero hay aciertos parciales muy meritorios que no podemos analizar en este espacio. Aunque también hay efectos discutibles y hasta chabacanos. Del reparto hay que destacar la labor de Toledano, una sensible y frágil Pamina, la voz clara de Jaime Villanueva EL ESCORIAL San Lorenzo de El Escorial. Teatro Auditorio. 20-VII-2012. Drumming. Cage’s Constructions. 21-VII-2012. Marco, El caballero de la triste figura. María José Suárez, Alfredo García, Emilio Sánchez, María Rey-Joly. Director musical: José Luis Castillo. Director de escena: Guillermo Heras. 27-VII-2012. Mozart, La flauta mágica. Dimitri Ivashchenko, Jeanette Vecchione, Jenneth Tarver, Auxiliadora Toledano. ORCAM. Director musical: Jaime Martín. Director de escena: Alfonso Romero. 3-VIII-2012. Calderón/Santos, El gran teatro del mundo. Director musical: Clemens Flick. Director de escena: Calixto Bieito. 4-VIII-2012. Javier Perianes, piano. Obras de Chopin, Debussy y Falla. 6-VIII2012. Orquesta de Cadaqués. Piano y director: Christian Zacharias. Obras de Arriaga, Mozart y Beethoven. Alfredo García en El caballero de la triste figura de Tomás Marco Tarver como Tamino y el gracejo de Melrose como Papageno. Sólido pero sin nobleza el Sarastro de Ivashchenko. Insuficiente, por su voz enana y su inseguridad, la Reina de Vecchione. La Orquesta de la Comunidad, poco ducha en labores mozartianas, sonó un poco dura y no siempre empastada, pero Martín aportó los acentos adecuados. Los metales estuvieron demasia- do presentes. La versión, muy arreglada en la letra, de Bieito de El gran teatro del mundo, es excesiva, exagerada, cruda y violenta, de acuerdo con las premisas que el regista suele manejar. Pero funciona teatralmente y, con su feísmo incluido, tiene fuerza y vigor. Esforzado trabajo de un equipo de cantantes y actores alemanes (la producción procede de Friburgo) y del contratenor español Xavier Sabata, que hizo sonar su voz con arrestos y potencia. La música de Carles Santos, un tanto primaria, producida por órgano, armonio y diversos instrumentos de percusión, aun siendo hábil, a ratos mimética, se queda un poco en la superficie. El grupo de percusión portugués Drumming recordó el centenario de John Cage exponiendo once muy variadas composiciones que nos introdujeron en su fantasioso universo tímbrico, que tantos caminos abrió a la música de vanguardia. Javier Perianes dio nuevamente muestras de su sensibilidad, su sentido de la dinámica y su dominio del sfumato en un recital muy inteligentemente pensado en el que se jugaba con las conexiones entre Chopin, Debussy y Falla. Tantas que más de uno no acertamos a establecer siempre las diferencias entre los lenguajes de los dos primeros. El recital se remató con una Fantasía Bætica magníficamente expuesta, en la que se resaltaron más los aspectos líricos que los salvajemente rítmicos. El festival se cerró con la estimulante actuación de la Orquesta de Cadaqués y Zacharias. El pianista expuso con finura, sentido del fraseo y espíritu clásico el Concierto nº 21 de Mozart. A nuestro gusto el teclado tuvo una presencia demasiado evanescente, sobre todo en los rápidos pasajes ligados de los movimientos extremos. Vital, animada, transparente de texturas, incisiva en lo rítmico, también vista desde el clasicismo, la Sinfonía nº 4 de Beethoven. Arturo Reverter 278-Pliego 2 21/9/12 13:33 Página 19 AC T U A L I DA D LA CORUÑA LX Festival de Ópera (I) SOSTENIDA TRADICIÓN A pesar de las dificultades económicas actuales, el LX Festival de Amigos de la Ópera ha comenzado en altos niveles de calidad artística, similares a los de años precedentes. Hay que felicitarse, sobre todo porque poseer un festival sexagenario en esta ciudad es algo muy importante; significa dar continuidad a una sostenida tradición desde que, en el siglo XVIII, el empresario italiano Nicolò Settaro construyó en La Coruña un teatro de ópera. La asociación data de 1953 y es una de las más antiguas de España. El sexagésimo festival se abrió con un precioso concierto donde Albelo y Lungu rivalizaron en poner el listón artístico más alto. Voces jóvenes, bellas, bien educadas, bien emitidas, y dotadas de un registro agudo y sobreagudo de primera calidad. Claro que la base musical era de lujo: una Sinfónica de Galicia en estado de gracia (siempre he dicho que como orquesta de foso no tiene rival en España), conducida de mano maestra por el director israelí Daniel Oren, cuya gesticulación y actitud sobre el pódium pueden resultar sorprendentes, pero cuyos resultados son espectaculares. Tanto en las páginas instrumentales (oberturas de El barbero de Sevilla, de Norma, de Luisa Miller y de La forza del destino) como en la labor de acompañamiento mostró una excepcional capacidad para traducir las partituras operísticas y realizar de manera impecable la labor de concertación. El público reaccionó con un entusiasmo extraordinario que se hizo aclamatorio en muchos momentos, pero en especial tras los dos bises: la célebre escena del primer M.A. Fernández LA CORUÑA Palacio de la Ópera. 29-VIII-2012. Celso Albelo, tenor; Irina Lungui, soprano. Sinfónica de Galicia. Director: Daniel Oren. Obras de Rossini, Donizetti, Bellini y Verdi. 8-IX-2012. Leo Nucci, Elisabete Matos, Luiz-Ottavio Faria, Alexandra Rivas. Coro y OSG. Director: Keri Lynn Wilson. Verdi, Nabucco (versión de concierto). Leo Nucci en Nabucco acto de La traviata, de Verdi (Lungu) y la jota de El trust de los tenorios, de Serrano (Albelo). Nabucco fue otro gran éxito, pese a que la carencia de escena resta siempre credibilidad, y por tanto emoción, al acto musical. pero ahí estaba Nucci para dar lo mejor de sí mismo en la creación del personaje; el gran barítono verdiano se ha situado al nivel de sus mejores momentos, por condiciones vocales y actorales. Incluso, superó el Rigoletto del año anterior. El público se volcó con él; se ha convertido en uno de sus cantantes predilectos. Tras Nucci, la espléndida soprano portuguesa Elisabete Matos, cuya poderosa voz y espléndidos agudos la hacen una verdadera fuerza de la naturaleza; también fue largamente aclamada. Gustó mucho el bajo Faria que canta y dice maravillosamente. Alexandra Rivas y Francisco Corujo cubrieron con suficiencia roles que se hallan muy por debajo de sus posibilidades. De nuevo la Sinfónica de Galicia se erigió en coprotagonista, bien dirigida por Keri Lynn Wilson, una joven batuta de comedida gesticulación y notable eficacia. Julio Andrade Malde 19 278-Pliego 2 21/9/12 13:33 Página 20 AC T U A L I DA D MADRID Moisés y Aarón en versión de concierto POR FIN, SCHOENBERG Javier del Real Teatro Real. 7-VI-2012. Franz Grundheber, Andreas Conrad, Johanna Winkel, Elvira Bill, Jean-Noël Briend, Jason Bridges, Andreas Wolf, Friedemann Röhling. EuropaChor Akademie. SWR Sinfonierochester Baden-Baden und Freiburg. Director: Sylvain Cambreling. Schoenberg, Moses und Aron (versión de concierto). MADRID Moses und Aron de Schoenberg en el Teatro Real 20 Por fin ha llegado Moisés y Aarón al Real. Sólo en versión de concierto, sólo dos días, y con conflicto doloroso como preludio. Doloroso para los trabajadores afectados, y acaso a medio plazo para la institución, pero no es éste el momento de examinar el extraño caso de los despidos del Real. Llegó la ópera de Schoenberg, después de años de intentarlo. En tiempos de Antonio Moral estuvo a punto de estrenarse la versión de Viena que hemos reseñado aquí en formato DVD. Pero la nueva dirección artística eliminó el proyecto. Además, se ha hecho con orquesta y coro venidos de fuera, con un gasto considerable. No obstante, lo que hemos visto y oído es de un nivel superior, y a menudo excelente, aunque falten el incentivo y el riesgo de la escena, que en esta ópera es especialmente comprometida. Cambreling dio lo mejor de sí en un gran esfuerzo que se le notó al saludar al final, tras una auténtica proeza. Grundheber, con su edad, conmovió por poderío y por arte con este papel que no canta, en Sprechgesang, y que se enfrenta a la sinuosidad del canto de Aarón, qué contraste. La réplica de Conrad fue excelente, toda una discrepancia cantábile. El verdadero protagonista es el coro, y el apoyo soporte es la espléndida orquesta de Schoenberg. El auténtico conflicto está en el coro, como pueblo elegido que teme serlo y trata de no serlo, pero lo ha de ser, un coro que se desdoblaba y se dividía en el excelente EuropaChorAkademie. La tímbrica, las intensidades, las frases, las tramas polifónicas las resolvía la Orquesta de la SWR con una precisión que hacía diáfana una obra con fama de brumosa. Podía uno salir satisfecho de este concierto, pese a todo, y sin olvidar incidentes y antecedentes. Podía uno sospechar, de nuevo, que acaso sea mejor que Schoenberg no compusiera el acto tercero de esta pieza magistral que, siendo confesional, es para todo el que se acerque a ella con ánimo de comprensión. Santiago Martín Bermúdez 278-Pliego 2 21/9/12 13:33 Página 21 AC T U A L I DA D OVIEDO Discreto comienzo de temporada en Oviedo WERTHER DE LEJOS Y SIN PERSPECTIVA carlospictures Teatro Campoamor. 11-IX-2012. Massenet, Werther. José Bros, Nancy Fabiola Herrera, Marc Barrard, Víctor García Sierra, Jon Plazaola, David Sánchez, Miguel Quintana, Elena de la Merced, Elena Miró. Sinfónica del Principado de Asturias. Director musical: Yves Abel. Director de escena: Guy Joosten. Escena de Werther de Massenet en la Ópera de Oviedo OVIEDO La crisis económica ha cambiado el criterio artístico de la Ópera de Oviedo. En pocos años se ha pasado, de soliviantar los ánimos del denominado sector conservador de Vetusta con una programación que incluía un buen número de obras no demasiado habituales, a la actual temporada, en la que parece haberse conseguido el consenso social programando Turandot, Don Carlo, Lucia, Agrippina y Werther. La primera ópera de este año fue recibida con bastante frialdad, y con razón. La propuesta escénica de Guy Joosten resultó desconcertante en su concepto y poco práctica en su ejecución. Su peor idea fue situar a los cantantes al fondo del escenario casi de manera permanente. Nos parece incomprensible que en el mundo de la ópera se puedan tomar decisiones de este tipo. Esta disposición obligó a los artistas a emitir con más esfuerzo del habitual, un aspecto que se agravó cuando el volumen orquestal fue demasiado alto. Joosten organizó el espacio con dos grandes lienzos blancos que, al unirse, daban cabida a una pequeña habitación en la que se desarrolló la acción. Estéticamente la idea no resultó estimulante y, su significado, bastante confuso. La dramaturgia se marcó excesivamente, entre otras cosas por convertir al padre de Charlotte, que, como explica Werther en la obra de Goethe, es un hombre “excelente y de un carácter abierto y leal”, en un auténtico maltratador para sus hijos, lo que dotó de un clima oscuro y tenso a alguna escena que, por el tono musical, más parecía sugerir alegría y vitalidad. También hubo alguna situación mal planteada. Resultó chocante ver cómo Sophie sorprendía a Werther con un arma en su cabeza para, acto seguido, hacer caso omiso de la escena cantando como si nada, algo poco verosímil dramáticamente. La dirección musical de Yves Abel también adoleció de una notable falta de perspectiva. Lo más llamativo fue lo destemplada que estuvo la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias durante toda la noche. Las desafinaciones fueron una constante desde el principio y un motivo más para torcer el gesto como público. No se explica que un director de su experiencia haya relajado tanto la factura sonora. Se echó en falta una mayor cohesión entre voces y orquesta y una mayor elegancia en la plasmación de los contrastes dinámicos. En general, lo enfático sonó brusco y cortante en lugar de redondo y expansivo. Abel dirigió con verdadera personalidad, pero el estilo que imprimió no hizo vibrar la música de Massenet. Del reparto, quien más gustó fue José Bros, sin haber firmado una gran actuación. Su timbre y volumen sonoro no parecen los más adecuados para encarnar a Werther, pero su interpretación resultó seria, solvente y generosa. Algo parecido sucedió con la mezzo Nancy Fabiola Herrera. Fue una Charlotte de notables cualidades escénicas, aunque alguien de su talento podría haber ofrecido un resultado canoro más contundente y refinado. Marc Barrard fue un Albert solvente y, Víctor García Sierra, un Magistrado al que le faltó más presencia vocal y escénica. El trabajo de Elena de la Merced, jovial y flexible pero también algo tosco, resultó fundamental para ayudar vocalmente al coro de niños del comienzo de la obra, que podría haber salido mejor. Jon Plazaola, David Sánchez, Miguel Quintana y Elena Miró resolvieron sus papeles con acierto. Aurelio M. Seco 21 278-Pliego 2 24/9/12 12:32 Página 22 AC T U A L I DA D MADRID PERALADA El Festival de Peralada se reafirma en su identidad ÓPERAS, CONTRA VIENTO Y MAREA 22 Joan Castro Hay que aplaudir, sin reservas, la apuesta del Festival de Peralada por la ópera. De hecho, es el único festival catalán que ofrece montajes e incluso estrena nuevos títulos, y lo hace a pesar de la crisis y del escaso apoyo público. Otros festivales reciben generosas ayudas, pero no programan ópera, ni tampoco danza clásica. Este verano, tras una versión en concierto de Il trovatore con la OBC con notable dirección de Roberto Rizzi-Brignoli y un irregular reparto en el que brillaron Angela Meade —imponente voz y buen temperamento verdiano— y el veterano Leo Nucci, presentaron un montaje de Don Giovanni procedente de la Deutsche Oper Berlin y firmado escénicamente por el director alemán Roland Schwab que levantó ampollas por sus altas dosis de violencia: no gustó la propuesta escénica, que fue sonoramente abucheada, pero el público salvó con generosos aplausos la calidad musical del montaje, dirigido con oficio por Guillermo García Calvo. Lo mejor fue la calidad de la orquesta del coliseo alemán y la buena forma vocal de Carlos Álvarez. Roland Schwab, que traslada la acción al Berlín actual, se decanta por los perfiles más sádicos, violentos y amorales del célebre personaje. Veinticinco actores reproducen en escena los movimientos de Don Giovanni, como réplicas del personaje, de su alma y su destino. Uno de sus referentes es el filme Funny games, de Michael Haneke, cuyas imágenes inspiran no pocas escenas de un montaje de tonos macabros y muy poco respetuoso con la partitura: no sólo corta recitati- Josep Aznar PERALADA Festival de Peralada. 20-VII-2012. Angela Meade, Leo Nucci, Misha Didik, Maria Cornetti. OBC. Director: Roberto Rizzi-Brignoli. Verdi, Il trovatore (versión de concierto). 3-VIII-2012. Mozart, Don Giovanni. Carlos Álvarez, Robert Gleadow, Patrizia Ciofi, Ana María Martínez, Jana Kurucova, Philipppe Talbot, Rafel Siwek, Marko Mimica. Coro de Cámara del Palau. Orquesta de la Deutsche Oper Berlin. Director musical: Guillermo García Calvo. Director de escena: Roland Schwab. 22-VIII-2012. Jonas Kaufmann, tenor. Orquesta de Cadaqués. Director: Jochen Rieder. Robert Gleadow, Ana Mª Martínez y Carlos Álvarez en Don Giovanni vos, sino que llega a suprimir una de las dos arias de Don Ottavio —Il mio tesoro— y pasa olímpicamente del sexteto final. Felizmente recuperado, Álvarez se deja la piel en escena con generosidad vocal e impresionante energía teatral. Vocalmente, Robert Gleadow fue un discreto Leporello y Rafael Siwek un notable Comendador, perjudicado por la escena. Muy insuficientes el tenor Philippe Talbot y el barítono Marko Mimica en los papeles de Don Ottavio y Masetto, y a buen nivel, pero sin excelencias, las sopranos Patrizia Ciofi (Donna Anna) y Ana María Martínez (Donna Elvira), y la mezzosoprano Jana Kurucová (Zerlina). La oferta lírica ha tenido más alicientes: un excelente recital de Ramón Vargas en la iglesia del Carme, el estreno de la tercera ópera de Agustí Charles con libreto de Marc Rosich, Java Suite, y, como culminación del festival, el debut en Peralada de la estrella lírica más cotizada del momento, el tenor alemán Jonas Kaufmann. El cantante bávaro arrasó con una voz de fascinantes colo- res y sólidos agudos a lo largo de un generoso programa de grandes arias del repertorio italiano, francés y alemán, con especial protagonismo del verismo y un arrollador final consagrado a Wagner. Contó con un servicial, aunque poco imaginativo acompañamiento de Jochen Rieder al frente de la Orquestra de Cadaqués, que dejó constancia de su calidad. Kaufmann tiene carisma y arriesga a la hora de buscar matices y efectos, no siempre fieles a lo que está escrito en la partitura, pero usados con habilidad para lograr mayor expresividad e intensidad teatral. Calentó motores con Celo e mar, fraseó con gusto el aria de Romeo de la ópera Giulietta e Romeo, de Zandonai, bordó el aria de la flor de Carmen y cerró la primera parte con una conmovedora interpretación del Addio alla mamma de Cavalleria rusticana. La insípida dirección de Rieder no impidió disfrutar la calidad de los solistas de la orquesta, liderada por un extraordinario concertino, en la abundante ración de preludios, oberturas y extractos de suites Jonas Kaufmann en Peralada orquestales de Verdi, Puccini, Mascagni, Bizet, Rossini y Wagner que ocuparon buena parte de la larga velada. Kaufmann, que cerró su paseo verista con el Improvisso de Andrea Chenier para entrar en terreno wagneriano con soberbias arias de La walkyria y Lohengrin. Ante el entusiasmo del público, un pletórico Kaufmann ofreció cinco propinas, desde un estremecedor E lucevan le stelle al elegante lirismo de Richard Tauber (encantadora página de Der singende Traum), pasando por célebres canciones napolitanas y la delicada Ombra di nube, de Licinio Refice. Javier Pérez Senz 278-Pliego 2 21/9/12 13:33 Página 23 AC T U A L I DA D SANTANDER XVII Concurso Paloma O’Shea CONTROVERSIAS Palacio de Festivales de Cantabria. 3, 4, 6-VIII-2012. Benedek Horváth, János Palojtay, Daniele Rinaldo, Samson Tsoy, Ah Ruem Ahn, Tamar Beraia, piano. Real Filharmonía de Galicia. Director: Juanjo Mena. Sinfónica de Madrid. Director: Jesús López Cobos. Obras de Mozart, Schumann, Rachmaninov y Beethoven. SANTANDER Ah Ruem Ahn (plata), Paloma O’Shea y Tamar Beraia (bronce) Cuidada hasta el ultimísimo detalle por la Fundación Albéniz y su presidenta, Paloma O’Shea, la XVII edición del Concurso de Santander se quedó sin medalla de oro, lo cual no viene bien a un certamen que sigue necesitando un gran ganador para consolidar el prestigio forjado durante sus muchos años de vida. Se dirá que eso fue prueba del alto nivel de exigencia impuesto por el jurado que presidía Antoni Ros Marbà, que el primer premio sólo puede entregarse a un músico de excepción, y entonces preguntaremos: ¿lo fue de veras el chino Jue Wang en 2008? En verdad, que el tribunal declarase desierto el primer premio no fue inesperado, pues era algo que se venía viendo desde unas semifinales en las que no se escuchó ningún Mozart destacado sobre los demás, pero sí sorprendió que otorgase el segundo premio a la coreana Ah Ruem Ahn (1984), pulcra y anónima intérprete del Segundo Concierto de Rachmaninov, y no a la georgiana Tamar Beraia (1987), cuya espléndida versión del Emperador de Beethoven únicamente le valió la medalla de bronce y el consuelo del premio del público. El húngaro János Palojtay (1987), pianista de talento y justo finalista, tuvo una mala noche, aunque sabemos bien que el Concierto de Schumann es una obra luminosa, diáfana y transparente, y por ello enormemente peligrosa, mucho más que la de su rival coreana. Es difícil que en tan largas jornadas las orquestas puedan estar siempre finas, pero los concursos son así, y en el fondo no deja de ser fantástico para los participantes tener a su lado a dos maestros como Juanjo Mena y Jesús López Cobos, secundarios de altura en esta historia que tuvo un desenlace agridulce, controvertido y acaso un tanto injusto. Asier Vallejo Ugarte 23 278-Pliego 2 21/9/12 13:33 Página 24 AC T U A L I DA D SAN SEBASTIÁN Orquestas, voces, cámara DEL PODERÍO INGLÉS A LA SOLIDEZ GERMANA LXXIII Quincena Musical. 3-VIII/2-IX-2012. SAN SEBASTIÁN La presente edición de la Quincena Musical de San Sebastián abrió su ciclo sinfónico con dos conciertos de la Orquesta Hallé de Manchester, que manifestó el excelente momento que vive bajo el mandato de sir Mark Elder, quien ofreció vibrantes lecturas de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorák y Una vida de héroe de Richard Strauss, y una Misa glagolítica de Janácek en la que reveló su fino instinto teatral. El Orfeón Donostiarra abordaba por primera vez en su larga historia esta compleja partitura, y tuvo una actuación admirable por afinación, empaste e idiomatismo. El norteamericano Gary Hoffman fraseó con sensibilidad y lució un bellísimo sonido en el Concierto para violonchelo de Elgar, primorosamente acompañado por la batuta. Con la ausencia de Christoph von Dohnányi, el otro nombre mítico de la muestra era Yuri Temirkanov, quien acudió al frente de su no menos legendaria Filarmónica de San Petersburgo para demostrarnos por qué una agrupación sinfónica consigue traspasar esa barrera que la hace integrarse entre las mejores del mundo. Es, sin duda, un “algo más” difícil de explicar, y que se basa en el aterciopelado color de sus cuerdas, en la personalidad tímbrica de las maderas o en el poderío de unos metales nunca estridentes. De este modo pudimos “paladear” nota a nota una Patética de Chaikovski que en muchos momentos sonaba a nueva, por tantas veces que la hayamos escuchado (¡qué manera de frasear el vals o de marcar el ritmo de marcha!). En la versión completa de Iván el Terrible de Prokofiev (con excelentes intervenciones del narrador Nikolai Burov y la mezzo Ketevan Kemokidze), Temirkanov levantó un 24 YURI TEMIRKANOV vigoroso fresco de exaltación patriótica con magníficos números orquestales, como la escena de la batalla, y en el que de nuevo el Orfeón Donostiarra brilló tanto en los momentos de poderío como en los de un recogimiento místico. El conjunto orquestal que tuvo a su cargo la recta final del festival fue la Sinfónica de Bamberg, una agrupación que está asistiendo en los últimos años a una revitalización, como pudimos comprobar por la homogeneidad de sus familias o su absoluta disciplina. El principal artífice de este progreso ha sido el inglés Jonathan Nott, un director flexible y extraordinariamente eficaz, dotado además de una versatilidad que le hace pasar con absoluta naturalidad de la Incompleta de Schubert —un punto agresiva y privada de la necesaria cantabilidad; poco “vienesa”, para entendernos, aunque tuvo la originalidad de presentarla como continuación de la enigmática Pregunta sin respuesta de Charles Ives—, a los evanescentes sonidos de Debussy (a quien se ha dedicado un especial interés, con motivo del 150 aniversario de su nacimiento) en un contundente La mer y los más infrecuentes y tan sugerentes Jeux; o a una incisiva Sinfonía de los Salmos de Stravinski —en la que tuvo su tercera y destacada intervención el Orfeón Donostiarra, aquí en un juego de sutilezas e indefiniciones armónicas—, pasando por una bien estructurada Sexta de Mahler. También supo acoplarse al nervioso pulso de Christian Zacharias en el Segundo Concierto para piano de Brahms. El pianista alemán, en solitario, ofreció dos sonatas de Beethoven algo desconcertantes (una de primera época, en la que resaltó las reminiscencias de Haydn, y otra de madurez, ya con un tacto más visionario), antes de sumarse a los miembros del Cuarteto Arriaga en una versión de La trucha de Schubert en la que el piano dominó casi en todo momento la situación. El ciclo que se realiza en el Convento de Santa Teresa, en el corazón de la Parte Vieja, estuvo flanqueado por dos voces femeninas muy diferentes, tanto en su repertorio como en sus planteamientos, pero ambas plenamente convincentes en sus resultados. La italiana Raffaela Milanesi hizo una auténtica exhibición de recursos técnicos y dominio de la coloratura en las cantatas de Antonio Vivaldi, perfectamente secundada por los integrantes del Insieme Strumentale di Roma. Y la navarra Raquel Andueza nos cautivó con su encanto, simpatía y directa expresividad, demostrando por qué ha logrado situarse en cabeza de las intérpretes de música antigua de nuestro país. El repertorio fue el de su reciente disco, Yo soy la locu- ra, en el que, como aquí, ha contado con su propio grupo, La Galanía. Muy hermoso fue el duelo interpretativo que mantuvieron Lorenzo Ghielmi al clave y su hijo Vittorio en la viola da gamba, en el que pudimos descubrir la elocuente música de Antoine Forqueray, rival de Marin Marais (el “demonio” y el “ángel”), o de Louis Marchand frente al gran J. S. Bach. Son muchos los ciclos paralelos que se desarrollan en el festival, y es imposible referirse a todos. Pero, al menos, hay que mencionar la intervención a tres de las jóvenes organistas Loreto Aramendi, Ana Belén García y Alize Mendizábal, quienes estrenaron una bonita pieza, Donostiako Irudiak, de los guipuzcoanos Aitor Uria, Fernando Gonzalo y José Luis Franzesena sobre una conocida canción popular, y se atrevieron con mucha dignidad con un ambicioso programa, que cerró la tercera de ellas con el apocalíptico Te Deum de Jeanne Demessieux, discípula de Olivier Messiaen, cuya sombra planeó por las naves de la Catedral del Buen Pastor durante todo el concierto, recordando aquella inolvidable integral que tuvo lugar en dicho templo con motivo de su centenario. O el ciclo de Música de Cámara, primorosamente organizado por el compositor Ramón Lazkano, que tuvo un colofón de lujo con el Cuarteto Arditti, que aplicó sus rotundas maneras a páginas de Hugues Dufourt y Cristóbal Halffter, además de estrenar la obra de Gabriel Erkoreka Qut y sorprendernos con la fascinante escritura de Philippe Manoury en su caleidoscópico Stringendo y del Cuarteto nº 2 del prematuramente desaparecido Christophe Bertrand. Rafael Banús Irusta 278-Pliego 2 21/9/12 13:33 Página 25 AC T U A L I DA D SAN SEBASTIÁN Quincena Musical DISCUSIONES LÍRICAS Y HONDOS SENTIMIENTOS San Sebastián. Auditorio Kursaal. 11-VIII-2012. Mozart, La flauta mágica. Auxiliadora Toledano, Dimitri Ivaschenko, Marifé Nogales, Kenneth Tarver, Leigh Melrose, Jeannete Vecchione. Coro Easo. Sinfónica de Euskadi. Director musical: Jaime Martín. Director de escena: Alfonso Romero. 17-VIII-2012. Marta Zabaleta, piano. Coral Andra Mari. OSE. Director: Pascal Rophé. Obras de Dukas, Ravel y Escudero. 1-IX-2012. Sinfónica de Bamberg. Director: Jonathan Nott. Mahler, Sexta. L a coproducción de la Quincena Musical Donostiarra y el Festival de Verano de San Lorenzo de El Escorial de La flauta mágica de Mozart dejó indiferentes a pocos debido a la puesta en escena de Alfonso Romero, que situó la trama en un contexto bélico, de ambiente de entreguerras, de hospitales, de cabaret. Para unos puro despiste, y para otros, un montaje original, que sigue respetando la habitual simbología masónica. Escénicamente, mantuvo una tónica de agilidad, con partes parlamentadas tediosas, y las musicales supeditadas a la batuta de Jaime Martín que dio la sensación de estar más pendiente del foso (con una obertura muy irregular) que del entramado de cantantes. Destaca- ron positivamente la Pamina de Auxiliadora Toledano, que cantó con gusto, el profundo y bien perfilado Sarastro de Dimitri Ivaschenko, y la divertida Papagena de Marifé Nogales. El Tamino de Kenneth Tarver y el Papageno de Leigh Melrose no superaron lo correcto, y queda para el olvido la Reina de la Noche de Jeannete Vecchione. La Sinfónica de Euskadi, que en esta temporada cuenta con la batuta de Andrés Orozco-Estrada, repitió en el Kursaal ante la batuta de Pascal Rophé. Los de Miramon lograron un excelente trabajo junto a la pianista Marta Zabaleta, que expuso su técnica y expresividad ante el Concierto para piano en sol mayor de Maurice Ravel. El entendimiento entre orquesta, solista y batuta resultó estupendo, lleno de contrastes, con momentos tan especiales como los iniciales compases del Adagio assai y el diálogo entre piano, flauta, oboe y clarinete. La Coral Andra Mari de Errenteria sumó sus voces a la cantata Illeta de Francisco Escudero, cuya figura se homenajeó al cumplirse su centenario. La interpretación del funeral con texto de Xabier Lizardi fue potente, de esas que salen desde dentro (excelentes contraltos). Por su parte, la Orquesta Sinfónica de Bamberg, interpretó la Sexta de Mahler que sonó trágicamente hermosa. La conducción casi gimnástica de Jonathan Nott se convirtió en absoluto placer visual. Y placer para el oído el resultado de una orquesta de envolvente y homogéneo sonido, muy cuidado en el dibujo de los largos movimientos, con una expresividad muy marcada y con destacables trabajos de algunos solos como el concertino, o la trompa entre otros. Interpretación magnífica, donde imperaron el buen gusto y una técnica indiscutible al servicio de la música propiamente como tal, llena de hondos sentimientos. Íñigo Arbiza XXXII edición DIGNAS VACAS FLACAS Torroella de Montgrí. Festival de Músicas. 21-VII/23-VIII-2012. TORROELLA El Festival de Torroella sobrelleva con dignidad la crisis. Hubo menos conciertos que en ediciones anteriores, las orquestas y grupos numerosos —y, por ello, caros— cedieron espacio a individualidades y grupos de cámara, bajó la ocupación en los programas menos populares, pero se mantuvo en unos niveles dignos habida cuenta de la que está cayendo. Las estrellas de la programación brillaron relativamente poco: Anne Sofie von Otter demostró que se mantiene en una más que aceptable buena forma, pero, tras una magnífica primera parte de Lieder, en la segunda parte de su recital quiso ponerse innecesariamente popular atacando un repertorio de estándares pop y jazzísticos con resultados sólo discretos. Otras estrellas del festival, Giovanni Antonini y su Giardino Armonico ofrecieron en dos sesiones la integral de los Conciertos de Brandemburgo. En la segunda sesión, se mejoró y se alcanzaron buenos resultados, pero en la primera el célebre conjunto se mostró desajustado y falto de ensayo. Quienes sí dieron la talla e incluso superaron las expectativas fueron algunas individualidades como Viktoria Mullova que despachó a altísimo nivel un programa de sonatas y partitas para violín de Bach o el contratenor francés Damien Guillon que ofreció un exquisito recital centrado en canciones de John Dowland. El capítulo coral tuvo como principal protagonista el conocido Ensemble Organum que dirige desde hace décadas Marcel Pérès que presentó en Torroella un programa con polifonías populares corsas procedentes de manuscritos franciscanos de los siglos XVII y XVIII. Josep Colom, el artista invitado del festival, un gran pianista que no siempre ha obtenido el reconocimiento que merece, estuvo presente en dos conciertos, el inaugural, con un programa con obras de Mompou, Chopin y Debussy y en una sesión posterior junto al Cuarteto Zemlinsky. Otro gran triunfo del festival se alcanzó en el con- cierto de clausura con la esperada actuación de la jovencísima soprano rusa Julia Lezhneva, el ultimo gran descubrimiento del Festival de Salzburgo. Lezhneva se presentó con un programa de Lied, una especialidad que aún no domina y en donde cuenta más la experiencia que los recursos vocales. con todo, en las breves incursiones que hizo en Rossini y Bellini y especialmente en las piezas de virtuosismo del turno de bises nos dejó entrever una voz de primerísima calidad y de posibilidades insospechadas teniendo en cuenta que la cantante aún no ha cumplido los veintitrés años. Xavier Pujol 25 278-Pliego 3 21/9/12 13:12 Página 26 AC T U A L I DA D 26 A la espera del año Wagner NÁUFRAGOS DEL CIRCUITO IMPRESO Enrico Nawrath Bayreuth. Festival Richard Wagner. 11/14-VIII-2012. Adrianne Pieczonka, Franz Joseph Selig y Samuel Young en El Holandés errante en el Festival de Bayreuth BAYREUTH INTERNACIONAL ACTUALIDAD ALEMANIA El padre de Senta posee una industria de ventiladores, pero no por eso rehúsa cambiar a su enajenada hija por una maleta llena de billetes que le ofrece un viajero procedente del inframundo digital: el puerto es un chip de dimensiones sobrehumanas de cuyas profundidades emerge el misterioso protagonista. Senta, entre tanto, se empeña en la improductiva tarea de aprovechar las cajas en que las obreras empaquetan los ventiladores para fabricar un tosco muñeco que ella afirma ser un retrato del Holandés, junto con un barco, unas olas, una alas y una antorcha, soñando quizá con la posibilidad de iluminar la ruta que conduce hacia ella. Preséntase aquél al fin, para pasmo de la infrascrita así como de los obreros de la empresa, espantados ante los marineros procedentes de algún ignoto infierno cibernético. No habrá transfiguración: tras asestarse una puñalada con el considerable cúter que le ha regalado su novio —que es el capataz de la factoría— la mujer y el viajero se abrazan con desesperación. Tras un oscuro, las obreras empaquetan ahora una figura que representa ese abrazo final de la pareja, como si de un souvenir de Lladró se tratase. Telón. La idea de Jan Philipp Gloger cuadra difícilmente con el torrencial patetismo de la partitura. Desarrollar una visión freudiana (como la famosa de Harry Kupfer de 1978) es una cosa, ironizar es otra: no estamos frente a una crítica dialéctica, sino ante una trivialización del enfrentamiento entre lo real y lo sobrenatural, que es la razón de ser de la ópera romántica alemana: la nueva producción de Der fliegende Holländer no aporta una lectura enriquecedora del texto, sino poco más que una fútil chistología. La justificación del empeño fue la magnífica batuta de Christian Thielemann, llena de energía y de claridad, buscando la trasparencia en la abigarrada orquestación, con tempi a veces muy libres, pero siempre penetra- dos del más hondo sentido dramático ante una orquesta y un coro, como es de rigor en Bayreuth, de calidad superlativa. El Daland de Franz Joseph Selig es una competencia irrebatible (aunque no exenta de ciertas marrullerías en la escena inicial: se trata de una voz ya en declive), al igual que el Erik de Michael König, bien poco refinado, pero convincente. De los secundarios, aparte de una discreta Christa Mayer, destaca el excelente timonel de Benjamin Bruns, de una belleza vocal y una musicalidad notables e inesperadas. El punto débil del conjunto fue la Senta de Adrianne Pieczonka, de graves inexistentes y agudos problemáticos en su balada (se habla de la representación del 12 de agosto), bien que, más tarde, mantuviese una buena línea de canto y una adecuada expresividad en su dúo con el Holandés. Quien, encomendado al coreano Samuel Youn, mostró una voz poderosa y de adecuado timbre, aunque algo tirante en los extremos 278-Pliego 3 21/9/12 13:12 Página 27 AC T U A L I DA D ALEMANIA y de menor flexibilidad de lo deseable, más trasmisora de la desesperación que de la melancolía del personaje. En conjunto, la edición del presente año ha ofrecido quizá sus aspectos más destacables en el magnífico Gurnemanz de Kwangchul Youn (que dobló con un conmovedor Rey Marke), la exquisita musicalidad y el insuperable fraseo de Klaus Florian Vogt en su Lohengrin y la fuerza y el ímpetu de Irene Theorin en una rotunda Isolde (tal vez menos matizada de lo que debiera). De las versiones escénicas, sigue destacando por derecho propio el trabajo absolutamente fuera de lo común desarrollado en el Parsifal de Stefan Herheim: ahí sí estamos ante una lectura que exhibe un conocimiento de la obra de insuperable profundidad y una complejidad simbólica de insólita densidad y pertinencia, por entero a la altura de la genial ópera wagneriana. Venturosamente, la representación, trasmitida por Canal Arte, será editada en DVD, de modo que, aun con la obvia e inevitable pérdida de riqueza escénica que ello implica, supondrá, en su momento, un testimonio no menos histórico que la histórica Tetralogía de Patrice Chéreau. Permanezcamos a la espera. José Luis Téllez Romanticismo con sabor norteamericano ANHELAR, ESPERAR, HUIR FRÁNCFORT Barbara Aumuller Oper. 14-IX-2012. Barber, Vanessa. Kurt Streit, Charlotta Larsson, Jenny Carlstedt, Helena Döse. Director musical: Jonathan Darlington. Directora de escena: Katharina Thomas. Un prolongado e incuestionado éxito es el de esta ópera Vanessa, que hoy suena levemente anticuada. Samuel Barber, cuya obra siempre es medida por su hit, un adagio para cuerdas que data de 1938, no ha alcanzado, sin embargo, gran predicamento europeo con este esplendoroso suceso operístico que le valió en 1958 el Pulitzer de la música. El estreno en Salzburgo, claramente, no gustó. Debe demasiado al romanticismo tardío europeo, a la maestría de Hindemith y Korngold sobre tantas generaciones de compositores. Con todo, el lenguaje de Barber es personal, vivaz, siempre resonante y muy americano. Vanessa, con libreto de Gian Carlo Menotti, se basa en un relato de Tanja Blixen y es la descripción de diversos estados de la espera. En el seno de la gazmoña alta burguesía norteamericana de los años cincuenta despliega la directora de escena Katharina Thomas el peso expresivo de su mundo imaginario. Durante las dos horas de la ópera vemos a la izquierda un grandioso salón. Con la frialdad de un témpano seguiremos los pensamientos, acciones, sueños representados y vividos allí. El interior y el exterior, lo pasado y lo actual, lo cantado y esperado son una suerte de espejos externos siempre visibles. Vanessa, una mujer algo histérica al borde de los cua- Kurt Streit y Charlotta Larsson en Vanessa de Samuel Barber renta años, espera desde los veinte a Anatol, su gran amor. La dulce Erika, su sobrina, con seguridad también hija suya, vive como a su sombra y maneja el destino de la casa. La madre de Vanessa, la vieja baronesa, la envuelve con el velo de un despectivo silencio. Cuando aparece el largamente anhelado Anatol, se desenmascara en el fatuo y encantador hijo que lleva su mismo nombre. Seduce a la inocente y deseosa Erika y se casa con Vanessa, aceptándolo Erika por puro amor. Así es que, al perder a un hijo de Anatol, sin embargo se siente feliz y oculta el hecho con el silencio de su abuela la baronesa. Sólo le importa ser una amante de verdad. La obra se revela realmente tras una segunda escucha. Superficialmente, aparece afeada por la cursilería propia del Hollywood de los cincuenta, por su libreto y por unas melodías que semejan salir de lo íntimo y aquietarse para insistir. Naturalmente, Barber domina el lenguaje de la música de programa, construye canciones americanas y danzas europeas. A menudo recuerdan comedias musicales y bandas sonoras de cine. La sustancia no es abundante aunque jamás aburre ni se banaliza. La dirección de escena maneja con su fuerte definición psicológica de los personajes sus mundos interiores. La vieja baronesa poda y maltrata a Erika como si fuera una planta en la cual pincha a Vanessa en plan de mariposa (en efecto, hay una mariposa así llamada). Todos los espejos están tapados, el yo y su identidad no se pueden conocer, la verdad se oculta. Julia Müller evoca con astucia elegante los ambientes y vestuarios del Hollywood mencionado, el de Tennessee Williams. Kurt Streit canta a Anatol con metálico encanto, supremos matices y deslumbrante agilidad. Se entiende que se lo ame. Charlotta Larsson ofrece a Vanessa su graciosa figura, su lasciva atracción y su expresividad. Erika fue una radiante, juvenil y afinada Jenny Carlstedt. Brilló la maestría de Helena Döse en la baronesa. Jonathan Darlington dirigió la orquesta con estrictos ritmos y equilibrada sonoridad. Barbara Röder 27 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 28 AC T U A L I DA D ALEMANIA Festival de ópera EL PODER Y LOS ELEMENTOS MÚNICH Wilfried Hösl Bayerische Staatsoper. 20/28-VII-2012. Puccini, La bohème. Director musical: Dan Ettinger. Director de escena: Otto Schenk. Puccini, Tosca. Director musical: Marco Armiliato. Director de escena: Luc Bondy. Berg, Wozzeck. Director musical: Lothar Koenigs. Director de escena: Andreas Kriegenburg. Offenbach, Les contes d’Hoffmann. Director musical: Marc Piollet. Director de escena: Richard Jones. Puccini, Turandot. Director musical: Dan Ettinger. Director de escena: Carlus Padrissa. Verdi, La traviata. Director musical: Omer Meir Wellber. Director de escena: Günter Kramer. 28 Como El director propone y los responsables artísticos disponen, podría metamorfosearse el inicio de un conocido refrán. Pero ¡ay!, los elementos —lo supo Felipe II viendo vencible a su Armada— son capaces de descomponer todo. Incluso en el bastión muniqués, cuyo festival lírico venimos defendiendo como la más sólida propuesta del verano. Ha sucedido en esta ocasión. Para ser precisos, entre el 20 y el 28 de julio, cuando podemos dar fe. Partiendo de las propuestas novedosas. Incluso la solidez que prometía la asociación con La Scala-Met o La Monnaie, en los montajes de Tosca y Los cuentos de Hoffmann, resultó fruto de un día para el público frente a la contundente respuesta por las recuperaciones del fondo del propio armario del Rosenkavalier o Bohème de Otto Schenk, resistiendo impertérritas el paso del tiempo. En cuanto a producciones, hay que dejar a flote también la refrescante Turan-3D-ot con que instaló aquí su primera piedra La Fura dels Baus, a través del oficiante Padrissa, que este mes regresa con su marchamo para el estreno mundial de Babylon de Widmann. Pero ante todo, la deslumbrante lectura de Kriegenburg para un Wozzeck en su punto, coproducido con el Nuevo Teatro Nacional de Tokio. Personajes esperpénticos, entre el expresionismo del Doctor Mabuse y los cuadros de Dix o Grosz, que tan bien funcionan en la ópera de Berg. Juegos de perspectiva que jibarizan la escena a la vista del público. Irrealidad para contar una historia real, y un trabajo escénico excelente defendido por Escena de Turandot en la producción de Carlus Padrissa voces destacables como la de Conners como Andrés, el único amigo del titular, Keenlyside, bien en su papel, aunque ligeramente escaso en la emisión. Meier volvió a demostrar que, a pesar de tener limados sus agudos por los años, Marie continúa siendo uno de sus grandes papeles. Última constancia al juego que brindó el jovencísimo Lakatár como hijo de Marie en la arriesgada producción, que evidenció a su vez la calidad de la orquesta, mostrando frente a Koenigs, tras dos puccinis, su versatilidad para batallar en cualquier campo. En éste, con más derecho aparente. Aunque si en algo destaca el savoir faire de la Bayerische Staatsoper es por el equilibrio de sus repartos, complaciendo a mitómanos con voces consagradas, y apostando por nombres emergentes. Carteles de lujo, que concentran al gotha canoro: Fleming, Gheorghiu, Terfel, Villazón, Damrau o Harteros. Aunque el nombre de las dos últimas se quedó en papel y el patético momento del tenor mejicano para Hoffmann dejó perpleja a la audiencia, entre la que se encontraba la todopoderosa Merkel. Fue uno de los imprevisibles elementos, en la ópera de Offenbach. Otro, la ausencia de Damrau para el tres en uno —Olympia, Antonia y Giulietta—, siguiendo los pasos de sus grandes colegas, sustituida por tres sopranos con diferente rendimiento y fortuna, sobresaliendo la Olympia de Brenda Rae, no muy dotada en coloraturas, pero capaz de llegar a un agudo escalofriante. La otra baja notable fue la de Harteros, descubrimiento de la ópera bávara, que la ha encumbrado solidificando su carrera. Los vientos fueron más favorables al suplirla con Maria Agresta en Violeta, respaldada por un Vargas que acusó cansancio en el último acto y, de nuevo, Keenlyside, cuyas cuerdas, a pesar de la buena caracterización como Germont, no le ayudan a presentar fidedignamente al con- fundido padre. Buena Naglestad para una Tosca que, de haber seguido criterios de calidad como deferencia al público, debió ceder a los avances del Scarpia-Terfel y olvidarse, a pesar del mimo que le dispensó Armiliato, del CavaradossiGiordano que le tocó en suerte. Fleming, otro de los platos decisivos, triunfó —en buena parte gracias a su presencia escénica— como Mariscala, aunque su voz se queda corta, comparada con la electrizante Harteros del pasado año. Gheorghiu, reservada para estar cómoda y segura en todo momento en un personaje que tan bien le va vocal y físicamente como Mimì se sintió bien respaldada por la belleza tímbrica del Rodolfo-Calleja y del excelente barítono húngaro Molnár, además del aplaudido cameo como Benoît del bajo Alfred Kuhn, como veterano en la casa, conocedor del gusto de sus huéspedes. Juan Antonio Llorente 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 29 AC T U A L I DA D ARGENTINA Atractivo programa doble con un título ignoto MUJERES DESVENTURADAS Teatro Colón. 22-VII-2012. Schoenberg, Erwartung. Elena Nebera. Director de escena: Pedro Pablo García Caffi. Szymanowski, Hagith. Ewa Biegas, Hans Schöpflin, Enrique Folger, Alexander Teliga, Luciano Garay. Director musical: Baldur Brönnimann. Director de escena: Michal Znaniecki. Escena de Hagith de Szymanowski en el Teatro Colón BUENOS AIRES Si Erwartung es una ópera poco representada, ¿qué decir de Hagith, casi desconocida para todos? Un verdadero hallazgo del Colón recuperar este título realmente valioso e interesante, a medio camino entre Strauss y Zemlinsky, en un acto (80 minutos) de lenguaje denso, cromático y fuerte dramatismo, basado en un tema bíblico: Hagith prefiere morir antes que entregar su virginidad al viejo rey, porque se enamora del hijo. Biegas encarnó una Hagith conmovedora, de notable entrega y poderío vocal; junto al Joven Rey del tenor argentino Folger (que tuvo que asumir un rol del que era cover) de asombroso rendimiento tanto canoro como escénico, fueron quienes mejor lograron superar la abigarrada e impiadosa orquestación sin dificultad; algo que consiguió sólo a medias Schöpflin (el Viejo Rey, curiosamente también tenor) de voz algo desgastada. Destacado el breve pero exigente trabajo del coro (que dirige Peter Burian). La monumentalidad de la escena causó grato impacto, mientras la puesta del polaco Znaniecki saturada de proyecciones, actitudes extrañas y con una mixtura de épocas dejó más incógnitas que certezas. En ambos títulos Brönnimann se mostró como concertador sumamente confiable, dúctil y avezado, obteniendo un excelente rendimiento de la Estable, con sonoridades macizas y consistentes en Szymanowski así como transparentes, cálidas y febriles en Schoenberg. El monodrama Erwartung contó con dos bazas principales, junto con una magnífica labor de director y orquesta desde el foso: la muy digna y expresiva tarea de la rusa Nebera, a la que sólo podría achacársele un volumen algo corto, que con un único ensayo debió reemplazar a la prevista Evelyn Herlitzius y la sobresaliente concepción escénica de García Caffi, descarnada, ascética y sutil, jugando diestramente con la luz y respondiendo a lo concentrado de la música con un espacio restringido y que deja amplio margen a la imaginación. Carlos Singer 29 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 30 AC T U A L I DA D AUSTRIA Una cita diferente ESENCIAS CONCENTRADAS Festival de Grafenegg. Austria. 23-VIII/9-IX-2012. 30 GRAFENEGG JAMES MacMILLAN ta. El segundo soporte del Festival, que tiene lugar en un ángulo de los terrenos que rodean el palacio de su antepasado, achaca el éxito “por una parte, a la singularidad de su programación y por otra a la excelente acústica de su auditorio al aire libre, única en el mundo”. Desde el punto de vista cualitativo, los tres conciertos encargados de cerrar la sexta edición atestiguan sus palabras. En los tres casos con todo el papel vendido: 1850 localidades del auditorio y 300 puestos en la hierba. El viernes 7, la Sinfónica de Londres a las órdenes de Michael Tilson Thomas, abrió con una excepcional interpretación del Tercer Concierto para piano de Beethoven, encomendado en su parte solista a Emanuel Ax, que lo enfrentó con la Hans van der Woerd GRAFENEGG Hay quien lo conoce como festival-milagro. Y no le faltan razones, considerando el momento de su puesta en marcha: en 2007, a punto de precipitarse la gran crisis. Sin embargo, Grafenegg ha sabido en estos años asentarse y ganar una aureola de prestigio capaz de convencer a las principales orquestas y a los más reputados directores. “Con todos ellos he trabajado. Llevamos muchos años coincidiendo en los escenarios. A Tilson Thomas y a Thielemann les conozco desde que empezaron. Y todos están encantados con venir” comenta a SCHERZO Rudolf Buchbinder, que ha asumido por una simbólica cantidad mensual la dirección artística de este proyecto desarrollado por él, en el que sólo acepta su presencia al piano una vez en las dos semanas largas de la cita. El apuntalamiento económico cabe agradecérselo a la situación de un país tan protector de la cultura como Austria, en el que los problemas financieros parecen haber hecho menos mella que en el resto de los comunitarios. Especialmente al privilegiado valle de Wachau, Patrimonio Mundial de la UNESCO, a sus reputados vinos y a la fidelidad de un turismo generador de riqueza para la Baja Austria, cuyo gobierno financia el 45% del presupuesto del Festival. La misma cantidad que aporta la ciudad de Viena, a un centenar escaso de kilómetros, que ha asumido como propia esta cita musical en un momento estratégico del año: como postre del Festival de Salzburgo y aperitivo del que cada otoño programa la capital austriaca. El 10% restante procede de distintas aportaciones privadas, cuyo número se espera crezca en ediciones venideras. Así lo contempla Tassilo Metternich, descendiente directo del famoso príncipe estadis- frescura y la libertad con que el propio compositor pudo interpretarlo en su estreno en 1803. Satisfaciendo a la sala, Ax regaló la pequeña joya de Schumann Der Abend. En la segunda parte, el director dejó constancia de su maestría en Mahler, tras unos años de inmersión casi absoluta en la integral de su obra. Lo hizo con la Primera Sinfonía del compositor austriaco, a la que el público correspondió con calurosas ovaciones, olvidando los ligeros titubeos de ajuste en el primer movimiento. Más fervor se percibió un día después con el mediático Thielemann y su orquesta de Dresde, la Sächsische Staatskapelle. Tras calentar motores con el Preludio y muerte de Isolda, deslumbraron con una interpretación limpia y bien estructurada de la Sépti- ma Sinfonía de Bruckner, que puso en pie a los asistentes reclamando una y otra vez la comparecencia del titular en el escenario. De echar el cierre se encargó el escocés James MacMillan en calidad de Compositor Invitado de la edición, que había arrancado con una obra suya dirigida por Claus Peter Flor a la Tonkünstler Orchester. La misma con que MacMillan, demostrando su talla directorial, defendió dos de sus obras, flanqueadas por sendas piezas de compatriotas: Britten y Vaughan Williams. Aunque el mayor interés se centraba en los aludidos trabajos. Ante todo, por el estreno en Austria de su Credo, encargo, entre otros, del propio Festival. El resultado, como era de esperar, no decepcionó. MacMillan volvió a exhibir un minucioso concepto de la arquitectura en su rica exposición sinfónica y vocal, alimentada por su omnisciencia. En la que tienen cabida todas las formas y estilos, hasta plasmar un producto personal, que dio la oportunidad de brillar a los músicos y, sobre todo, al Coro Arnold Schoenberg, afinado hasta en los últimos detalles por su responsable, Erwin Ortner. Juan Antonio Llorente 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 31 AC T U A L I DA D AUSTRIA Festival de Salzburgo DEBILIDADES ESCÉNICAS SALZBURGO Felsenreitschule. 27-VII-2012. Mozart, Die Zauberflöte. Bernard Richter, Julia Kleiter, Mandy Fredrich, Markus Werba, Georg Zeppenfeld. Director musical: Nikolaus Harnoncourt. Director de escena: Jens-Daniel Herzog. Decorados y vestuario: Mathis Neidhardt. Großes Festspielhaus. 1-VIII-2012. Puccini, La bohème. Anna Netrebko, Piotr Beczala, Massimo Cavaletti, Nino Machaidze, Carlo Colombara. Director musical: Daniele Gatti. Director de escena: Damiano Michieletto. Decorados: Paolo Fantin. Vestuario: Carla Teti. Lo más interesante de esta primera nueva producción de la nueva intendencia del Festival de Salzburgo fue el regreso de Nikolaus Harnoncourt, así como la presencia del Concentus Musicus Wien. Gracias a la elección de los tempi del veteranísimo maestro, su lectura ofreció nuevas perspectivas musicales. Por otra parte, los insólitos timbres del conjunto de instrumentos originales infundieron una nueva óptica sonora sobre la obra. Desgraciadamente, no ocurrió lo mismo con el montaje ni con los cantantes, por lo que se puede hablar, en este sentido, de la más floja Zauberflöte de la historia del Festival. Por qué Tamino y Pamina, en ropa interior, van acompañados a las pruebas por dos astronautas, por qué los (vocalmente problemáticos) tres niños son unos ancianos calvos, por qué los diálogos hablados resultan tan largos y casi siempre inútiles, por qué Papageno —que no sabe nada de ningún mundo ajeno al suyo— viene en un tractor, por qué las tres damas se lo destrozan, por qué Sarastro es un sabio con bata blanca de cuya nuca sale un cable flexible, por qué el Orador aparece con un termo en la mano, etc., todo esto permanece sin contestar. En cualquier caso, puede explicarse por qué el personaje de Monostatos se llama ahora “Manostatos”, puesto que Mozart escribió así su nombre repetidas veces en la partitura original. Está claro que, con un planteamiento así, los elementos humorísticos y el encanto popular desaparecen. Y no extraña que, al final, Sarastro y la Reina de la Noche, traten de estrangularse mutuamen- La flauta mágica (arriba) y Beczala y Netrebko en La bohème (abajo) te. Nos explicamos la razón. En esta coproducción de La bohème con el Gran Teatro de Shanghai, los cuatro artistas viven en el primer y último cuadro junto a un colorista montón de basura, donde se lleva a cabo una frenética acción. La segunda escena transcurre sobre un gigantesco mapa de París, con Parpignol como Superman volante; el tercer cuadro transcurre en una autopista periférica de una gran ciudad, que está diseñada como una rampa para skate-boarders, y en la que hay un puesto de salchichas. Los trajes resultan adecuados para estos ambientes, indicando que Rodolfo y sus tres colegas son unos “okupas”, mientras la carnosa Mimì es una chica punk ya algo madura que no para de fumar y muere sobre un jergón, y Musetta una prostituta rusa que ha prosperado socialmente. Daniele Gatti mostró, a través de un auténtico galimatías al comienzo del acto segundo, por qué este pasaje es tan especialmente temido por los directores de orquesta. El nivel musical fue, en general, a causa de los numerosos desajustes entre la escena y el foso y las vacilaciones de tempo —que llevaron incluso a momentos de tensión muerta—, poco adecuado a un festival de esta categoría. Anna Netrebko cantó de forma bella y técnicamente segura, aunque no siempre expresiva; Piotr Beczala sonó agarrotado (canceló las funciones siguientes al estreno por enfermedad), el resto no pasó de un nivel medio y, en algunos casos, ni siquiera lo alcanzó. Es posible que la desolada pobreza de los protagonistas fuera mitigada por la visión romántica en las primeras representaciones de la ópera, pero este problema no puede resolverse con lecturas feístas que no tienen nada que ver con el espíritu de la música de Puccini (la obra es evidentemente suya y no de Bertolt Brecht), ni tampoco con una “actualizada” y horrorosa versión alemana del texto en los sobretítulos. Para ver estos montajes, no es necesario viajar a Salzburgo y pagar los altísimos precios de las entradas, sino que podemos contemplarlos en teatros de provincias. Christian Springer 31 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 32 AC T U A L I DA D BÉLGICA / ESTADOS UNIDOS La Moneda monta la ópera de Dusapin sobre el mito de Orfeo ELLA SE DISUELVE EN LA LUZ BRUSELAS Théâtre de la Monnaie. 30-VIII-2012. Dusapin, Passion. Barbara Hannigan, Georg Nigl. Director musical: Franck Ollu. Directora de escena y coreografía: Sasha Waltz. El propio compositor Pascal Dusapin escribió el libreto italiano para su 2008 ópera Passion, que está inspirada en el mito de Orfeo y Eurídice y en L’Orfeo de Monteverdi. En diez escenas breves (la ópera dura aproximadamente una hora y media) los dos personajes, Lei (ella) y Lui (él) dan rienda suelta a una serie de “pasiones” íntimas. Les acompaña un coro de seis cantantes (el Vocalconsort de Berlín) que comenta la acción sin participar en ella. Los cantantes (tres mujeres y tres hombres) permanecieron casi siempre en el foso junto con la orquesta de cámara que utilizó un arpa, un oud (laúd árabe), clave y un sintetizador. No hay relato ni realmente diálogo. Al parecer Lei y Lui se esfuerzan en expresar sus sentimientos y emociones que oscilan entre el éxtasis y la desesperación. ¿Y si ella no quiere volver al sol? ¿Sería la muerte de ella una afortunada inspiración para él? Dicen sus breves frases con expresivas líneas vocales, acompañadas por sutiles frases melódicas y etéreos sonidos en una partitura que más de una vez se refiere a Monteverdi pero en general carece de variedad. La Orquesta de Cámara de Teatro de la Monnaie, dirigida por Franck Ollu, trató la música de Dusapin con gran cuidado en una lectura transparente y a la vez poética. Y también los cantantes se esmeraron mucho. Barbara Hannigan (Lei) y Georg Nigl (Lui) demostraron ser simplemente maravillosos dando vida a sus personajes con voces flexibles, aunque por desgracia carecieron de una buena proyección de las palabras. Pero merecieron nuestra admiración por el modo en el que participaron en la coreográfica puesta en escena de Sasha Waltz. No sólo se mezclaron espléndidamente con las tres parejas de bailarines con diferentes vestidos de Hussein Chalayan, sino que sus cuerpos fueron asombrosamente expresivos, Estuvieron continuamente en movimiento, dando vueltas a la vez que los bailarines en una coreografía no siempre inspirada y a la vez algo molesta. Pero sus movimientos fueron fluidos y llenaron el escenario vacío, soberbiamente iluminado por Thilo Reuter. Hubo algunas imágenes llamativas como el juego de globos negros o el cuadro final, en el que se veía a Lei disolviéndose en una luz blanca. Erna Metdepenninghen Festival SummerScape DIVERSIÓN GARANTIZADA NUEVA YORK Desde que la oí por primera vez hace muchas décadas en un viejo LP del sello Mercury, la Fête polonaise que abre el segundo acto de Le Roi malgré lui, me hace querer echar un baile. Es de una gran calidad en cuanto a su encanto musical pero toda la partitura de Chabrier está a la misma altura, con una mareante sucesión de números rítmicamente boyantes, armónicamente seductores y muy melódicos en los tres actos. El libreto es otra cosa, confuso y descuidado, es un cuento sobre la historia de Enrique III de Francia y sus enrevesados esfuerzos para no ser coronado rey de Polonia, país que a su vez tiene muchas ganas de echarle. Pero lo que importa es la partitura y cuando el director musical Leon Botstein la presentó en versión de concierto hace unos años, me sentí profundamente agrade- 32 cido. Y más este pasado julio, cuando su intrépido festival SummerScape en Bard College ofreció un Roi escenificado. Confrontado con un estrafalario argumento, el director de escena Thaddeus Strassberger decidió olvidarse de intentar poner orden a algo que no lo tiene y dio rienda suelta a su hiperactiva imaginación con una mezcla de referencias históricas y culturales y estilos visuales, que, al empezar el tercer acto no tenían ni ton ni son. Pero no importa, ya que con su copioso catálogo de bromas visuales y graciosas invenciones, Strassberger supo escenificar una viva y entretenida representación, así que me sentí contento de poder aparcar mi cerebro durante unas horas a cambio de tanto placer divertido y en profusión y de escuchar a Chabrier. Él y Botstein tuvieron un excelente y sensible reparto Cori Weaver Annandale-on Hudson. Nueva York. Sosnoff Theater. 29-VII-2012. Chabrier, Le Roi malgré lui. Andriana Chuchman, Nathalie Paulin, Liam Bonner. Director musical: Leon Botstein. Director de escena: Thaddeus Strassberger. Escenografía: Kevin Knight. Vestuario: Mattie Ullrich. que les siguieron en todo momento. Liam Bonner, como Henri, aunque su voz falló un poco, ofreció un aspecto gallardo y actuó con la requerida arrogancia aristocrática. Michele Angelini, en el papel de su fiel secuaz el conde Nangis, estuvo brioso y sólo de vez en cuando se notó el esfuerzo, y como el excitado cornudo Fritelli, Frédéric Goncalves mostró ser un gran cómico. Él, un autentico parisino, y su mujer, la francocanadiense Nathalie Paulin, tuvieron el mejor francés, un auténtico placer, aunque él interpretaba a un italiano y ella a una polaca. La reluciente y ácida voz de Paulin fue perfecta idiomáticamente hablando pero hubo otra soprano canadiense que fue una maravilla: la esclava que sufre mal de amores, Minka, hermosísima con su peluca y sus estrafalarios vestidos, interpretada por Andriana Chuchman que apabulló al público con su deliciosa voz y aterciopelado timbre. Y Botstein mismo, con su American Symphony Orchestra y un excelente coro de jóvenes, estuvo soberbio, aunque no pudo armarse de esa típica gracia francesa, dio vibrante vida a una partitura sin par que volvió a hacerme querer echar un baile. Patrick Dillon 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 33 AC T U A L I DA D FRANCIA Una oferta de sumo interés CANTOS DESDE LA AUVERNIA AUVERNIA Festival de La Chaise-Dieu. 25, 26-VIII-2012. Chorus Musicus Köln. Das Neue Orchester. Christoph Spering. Choeur de Chambre les Eléments. Les Passions. Jean-Marc Andrieu. Sol Gabetta. Orquesta del Festival de Gstaad. Kristjan Järvi. En su cuadragésimo sexta edición, el Festival de La Chaise-Dieu extiende sus tentáculos por hasta seis localidades del sur de la Auvernia, con un denso programa de 40 conciertos entre el 22 de agosto y el 2 de septiembre. El centro de las actividades sigue siendo la imponente Abadía de Saint-Robert donde el primer fin de semana del ciclo tuvieron lugar citas de gran interés. Christoph Spering hizo con sus conjuntos de Colonia una versión de Theodora de Haendel de sonido algo mate, pero de una teatralidad admirable, gracias sobre todo al excelente conjunto coral. Del quinteto solista, brillaron las voces medias, en especial la de la contralto Franziska Gottwald. El domingo 26, una Soirée britannique se abrió con la Guía de orquesta para jóvenes de Britten en correspondencia con el carácter juvenil del conjunto orquestal de Gstaad, aunque no tanto con el ya cuarentón director, el menor de la saga Järvi, que dirigió de forma algo irregular, entre la precipitación y la morosidad, Los planetas de Holst (sin Neptuno). Sol Gabetta fue una elegante, cantable y precisa solista para el Concierto de violonchelo de Elgar, que se movió entre la melancolía y el brío rítmico (Finale). Entre medias, de altísimo interés puede considerarse el rescate de una gran Misa en re de Jean Gilles, compuesta en fecha desconocida y reconstruida (y llevada ya al disco: sello Ligia) por JeanMarc Andrieu. Se trata de una obra solemne y colosal (casi 50’), con una extraordinaria variedad en la distribución de las partes y abundancia de asociaciones vocales camerísticas (tríos, especialmente) frente al coro. El conjunto orquestal Les Passions y el Coro Les Eléments dirigidos por Andrieu ofrecieron de ella una visión majestuosa, pero sin excesos, equilibrada, bien integradas las líneas generales en los detalles y con toques de teatralidad retórica muy eficaces (ese trío de bajos del Et unam sanctam). Tímbricamente, resultó original la presencia del serpentón en el bien nutrido y discreto continuo, que apoyó con distinción pero sin asumir nunca gran protagonismo. En el cuarteto solista conviene destacar la voz cálida y el estilo intenso de la soprano Anne Magouët y la frescura y claridad del fraseo del haute-contre Vincent Lièvre-Picard y del tenor Jean-François Novelli. Hondo (un poco tremolante, por momentos) el barítono Alain Buet. El Te Deum que acompañó a la misa, escrito en 1698, comparte con ella su solemnidad y su variedad de soluciones texturales. preciso y sin florituras pero con una concepción de las obras fría y sin profundidad en las dos sonatas de Beethoven escogidas —Patética y Waldstein— mientras que las Impressions by Painting of Yun Shouping del compositor pequinés Xiaohan Wang (1980) deben demasiado a Messiaen, a Ravel… y a Tan Dun, de donde se deduce, tristemente, el daño que la Revolución Cultural hizo a la creación musical china contemporánea. Más convincentes fueron los Conciertos nº 1 y nº 5 de Beethoven por la japonesa Ikuyo Nakamichi, que supo encontrar el tono y los colores del Primero pero que se quedó más acá de la grandeza y la nobleza del Emperador. La revelación fue la Hong Kong Sinfonietta y su directora, la también china Wing-Sie Yip. Pablo J. Vayón Despedida de Brigitte Engerer BAJO EL SIGNO DE ASIA El Festival de La Roque d’Anthéron 2012 estuvo marcado este año por la muerte prematura, el 23 de junio, de la más fiel de sus artistas: Brigitte Engerer. El festival pidió a sus amigos y alumnos tocar en su homenaje cuatro conciertos. Entre los primeros, Boris Berezovski, Henri Demarquette, Gérard Caussé y Anne Queffélec. Otro ausente, esta vez por razones de salud, ha sido el maestro Aldo Ciccolini, que iba a celebrar sus 87 años en La Roque d’Anthéron y ha debido renunciar a sus dos recitales. Sin embargo, el espectáculo, como se suele decir, debe continuar. Este año con una importante presencia asiática, empezando por la gran pianista china Zhu Xiao-Mei que, sin embargo, decepcionó —en un pro- Xavier Antoinet LA ROQUE D’ANTHERON Parc du Château de Florans. 13/15-VIII-2012. LA ROQUE D’ANTHÉRON grama Haydn, Schumann, Bach, Beethoven— con un sonido mezquino, un toque crispado, un pedal ineficaz y notas atropelladas en la Partita nº 1 de Bach, más aún en los once fragmentos extraídos de las Bunte Blätter de Schumann y, sobre todo, en la Sonata n° 32 de Beethoven. Presentada como una de las intérpretes más brillantes de su generación, la china Sa Chen (1979) no ha convencido con su toque Bruno Serrou 33 278-Pliego 3 24/9/12 12:38 Página 34 AC T U A L I DA D GRAN BRETAÑA 60 aniversario del compositor KNUSSEN EN EL HOGAR DE BRITTEN ALDEBURGH Festival. 8/24-VI-2012. Homenaje a Knussen. Miklós Perényi, violonchelo. Bach. Britten, que fundara en 1948 —ayudado un poco por algunos amigos— el Festival de Aldeburgh en un pueblo de pescadores en Suffolk, apenas ha figurado en el programa de este año. Aparte de algo de música escrita para cine y algunos ciclos de canciones poco conocidos, se vio desplazado por los múltiples actos para conmemorar a otro compositor británico, Oliver Knussen, cuyo 60 aniversario el festival celebró por todo lo alto. Es fácil explicar la casi exclusión de Britten este año: 2013 será su centenario. El año que viene estará pre- sente en todas partes y este año Knussen llenó el vacío perfectamente. Cuando era niño, Britten fue su mentor, ha sido director artístico del festival, vive cerca y era el artista residente de 2012. El programa doble que inauguró el festival fue una maravillosa puesta en escena de las obras de Maurice Sendak Where the Wild Things Are (Donde viven los monstruos) y Higgledy Piggledy Pop, (¡Dídola, pídola, pon!) raras veces vistas juntas desde que Glyndebourne las presento en 1984. El equipo de producción, dirigido por Netia Jones con diseños de vídeo de Lightlamp, presentó las ilustraciones originales de Sendak como dibujos animados —el chico Max en su traje blanco de lobo, el barquito de juguete balanceándose en un mar verdeazul. Higgledy Piggledy Pop, el relato más oscuro de los dos, fue igualmente efectivo. Un reparto maravilloso, encabezado por Claire Booth y Lucy Schaufer, superó la expectación. El director musical Ryan Wigglesworth consiguió una reluciente interpretación de la Britten Sinfonia. Otro atractivo de Aldeburgh, de índole húngara, fue un trío de conciertos por el violonchelista Miklós Perényi. Este tímido y deslumbrante maestro, nacido en Budapest en 1948 —tiene la misma edad que el festival— tocó las seis Suites de Bach entremezcladas con fragmentos cortantes y agudos de modernismo de Kurtág, Ligeti y Zimmermann. El año que viene se ofrecerá una producción de Peter Grimes en la playa y las celebraciones en todo el país en honor de un compositor que nunca fue muy popular para el público en general. Ahora aparecerá en una moneda de 50 peniques, y encontrará su lugar en los bolsillos de toda la nación. Esto sí cuenta como un éxito. Fiona Maddocks Con música de MacRae y Watkins DOS ÓPERAS NUEVAS EDIMBURGO Traverse Theatre. 30-VIII-2012. Watkins, In the Locked Room. MacRae, Ghost Patrol. Director musical: Michael Rafferty. Directores de escena: Michael McCarthy, Matthew Richardson. 34 Entre la mezcla usual que ofrece el Festival de Edimburgo de música de cámara y orquestal, un programa doble de dos óperas nuevas fue todo un acontecimiento. La Scottish Opera celebra su 50 aniversario este año. Como parte de los festejos, encargó obras a dos compositores británicos, de treinta y tantos años, Stuart MacRae, nacido en Escocia y el galés Huw Watkins. Las óperas fueron montadas como coproducciones con el Music Theatre de Gales y el Traverse Theatre de Edimburgo. Watkins y MacRae tienen personalidades musicales refrescantemente diferentes. In the Locked Room (En la habitación cerrada), la obra de Watkins, está situada en una casita alquilada para las vacaciones junto al mar. Ella, la mujer que se siente sola, pasa su tiempo ociosamente mientras su marido, un hombre de negocios, está siem- pre colgado de su Smartphone hablando de dinero. La obsesión de Ella por un enigmático poeta que utiliza la “habitación cerrada” resulta tener graves consecuencias. El texto de David Harsent es escueto y lúcido, Al haber trabajado con Harrison Birtwistle (The Minotaur, Gawain), Harsent tiene el don de la brevedad y la Ruby Hughes y Hakan Vramsmo en In the Locked Room de Watkins inmediatez rítmica. Watkins responde con textu- maron un reparto excelente más compacto y unos inventivos efectos atmosféricos. ras delicadamente tejidas: el y creíble. Ghost Patrol trata de dos “La muerte es constante pero amenazador pulso del violonchelo y el solo de un ins- antiguos soldados que se el amor es un traidor” es una trumento de madera al encuentran de nuevo con frase de Ghost Patrol, aprofatales. piado resumen de estas dos comienzo que luego llegan a consecuencias unos colores más oscuros MacRae utiliza la misma nuevas óperas, que han dejacuando el argumento se paleta instrumental y un do su huella en Edimburgo vuelve siniestro. Ruby Hug- libreto igualmente escueto 2012. hes, Hakan Vramsmo, Paul (de Louise Welsh) pero optó Curievici y Louise Winter for- por un argumento musical Fiona Maddocks 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 35 AC T U A L I DA D GRAN BRETAÑA Glyndebourne renueva su tradicional relación con Las bodas de Fígaro ENCANTOS RAVELIANOS GLYNDEBOURNE Alastair Muir Festival de Opera. 23-V-2012. Rossini, Cenerentola. Director musical: James Gaffigan. Director de escena: Peter Hall. 21-VII-2012. Mozart, Le nozze di Figaro. Director musical: Robin Ticciati. Director de escena: Michael Grandage. 4-VIII-2012. Ravel, L’heure espagnole, L’enfant et les sortileges. Director musical: Kazushi Ono. Director de escena: Laurent Pelly. Lo que produjo más interés en esta temporada del Festival de Glyndebourne —aparte de lo que llovió este verano en el Reino Unido— fue el programa doble de Ravel, L’heure espagnole y L’enfant et les sortileges. La puesta en escena de Laurent Pelly de esta encantadora pareja podía haber sido hecha por dos personas diferentes y los decorados lo fueron. L’heure (Caroline Ginet y Florence Evrard) fue animada, desordenada, vulgar, cautivadora y divertida. L’enfant (Barbara de Limburg) fue minimalista, graciosa y elegante. Las dos óperas tuvieron sólidos repartos con unas excelentes interpretaciones de Stéphanie d’Oustrac (Conception) y Khatouna Gadelia (el niño). Kazushi Ono dirigió las partituras de Ravel con destreza y precisión, consiguiendo Audun Iversen y Sally Matthews en Las bodas de Fígaro de Mozart una interpretación lucida de la Orquesta Filarmónica de Londres. En L’heure, la combinación del director musical japonés y una orquesta británica consiguió un convincente ardor hispánico, sobre todo en las salaces jota, malagueña y habanera. Una nueva Le nozze di Figaro, dirigida por Michael Grandage y situada en una casa de verano alquilada en Marruecos a principios de 1970 —pantalones anchos y camisas de flores— tenía un aspecto soberbio pero dejó bastante desinfladas las sutilezas sociales del texto de Da Ponte. Robin Ticciati, que sustituye a Vladimir Jurowski como director musical de Glyndebourne en 2014, mostró su autoridad en Mozart pero la escenificación y la música no estuvieron del todo encajadas la primera noche. La historia de Glyndebourne está ligada a esta ópera, al haber abierto sus puertas con Le nozze en 1934. Un elenco mejor y rigorosos ensayos en el escenario deben poder transformar esta producción, al igual que ocurrió con el reestreno en 2012 de la Cenerentola (dirigido por Peter Hall), que fue decepcionante la primera vez pero este año resultó ser un éxito gracias a un espléndido reparto dirigido musicalmente por James Gaffigan, con Elizabeth deShong, Elena Xanthoudakis y Victoria Yarovaya en los papeles principales. El Figaro de Grandage volverá en 2013, a lo mejor será un verdadero triunfo. Fiona Maddocks De ambos lados del Atlántico OLEADA ORQUESTAL LONDRES Promenade Concerts. 13-VII/8-IX-2012. Los Proms de la BBC se desarrollaron en ocho semanas de conciertos, celebrados principalmente en el Albert Hall, con música de cámara y conciertos los sábados a mediodía en la cercana Cadogen Hall; en total 88 actos. Considerando que este verano Londres ofrecía múltiples diversiones —el Diamond Jubilee (sexagésimo aniversario de la reina), la Olimpiada y los Juegos Paralímpicos— nadie estaba seguro de si los Proms tendrían el éxito habitual, ya que también se podían ver muchos de los Proms en vivo en la televisión y/o escucharlos por la radio. ¿Asistiría mucha gente? Afortunadamente eso no ocurrió, la temporada fue excelente, con una ocupación promedio del 93%, sólo un uno por ciento menos que en 2011, con un total de 300.000 entradas vendidas. Desde su inauguración de tema británico —Delius, Tippett, Elgar y una nueva fanfarria de Mark Anthony Turnage— vía el ciclo Beethoven-Boulez de Daniel Barenboim y la West Eastern Divan Orchestra, hasta una impresionante Pelléas et Mélisande dirigida por John Eliot Gardiner con su Orchestre Révolutionnaire et Romantique y Phillip Addis y Karen Vourc’h cantando los papeles principales —ha sido un año inolvidable. Entre los muchos éxitos estuvo Antonio Pappano con la Royal Opera House en Les troyens, Gergiev y la Sinfónica de Londres en La Cenicienta de Prokofiev y la English National Opera con Peter Grimes de Britten, con Stuart Skelton como su atormentado pescador y Edward Gardner de director musical. Las orquestas de fuera eran de muy alta categoría. Los conciertos de la Filarmónica de Berlín con Rattle, la Filarmónica de Viena con Haitink y la Gewandhaus de Leipzig con Chailly recibieron enormes ovaciones con las obras de Brahms, Mendelssohn, Bruckner y Richard Strauss. Sin embargo, lo más divertido procedió del continente americano y de dos primerizos en los Proms: Marin Alsop dirigiendo a la Orquesta Sinfónica de São Paolo, que tocó a Ginastera y VillaLobos, además de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorák y la St. Louis Symphony con su muy movido Americano en París de Gershwin y como bis la obertura de Candide de Bernstein, que tocó tan rápida y rítmicamente y con tanta seguridad que el público se volvió loco. Fiona Maddocks 35 278-Pliego 3 24/9/12 12:41 Página 36 AC T U A L I DA D ITALIA Festival Pergolesi Spontini MUNDO EXTRAVAGANTE JESI Teatro Pergolesi. 2-IX-2012. Spontini, La fuga in maschera. Ruth Rosique, Caterina Di Tonno, Alessandra Marianelli, Clemente Daliotti, Filippo Morace, Alessandro Spina, Dionigi D’Ostuni. Director musical: Corrado Rovaris. Director de escena: Leo Muscato. 36 La ópera La fuga in maschera (Nápoles, 1800) de Gaspare Spontini ha tenido su primera representación moderna en el Festival Pergolesi Spontini de Jesi, algunos años después del afortunado descubrimiento del manuscrito de la partitura, que se creía perdida (Federico Agostinelli se ha encargado de la revisión). El libreto de esta “commedia per musica” de Giuseppe Palomba no tiene grandes pretensiones, dos jóvenes primas, Elena y Olimpia, tienen las ideas muy claras sobre los hombres con los que quieren casarse y alcanzan el matrimonio superando los obstáculos creados por la estupidez del rico Marzucco, las intrigas de la vagabunda Corallina y los engaños del charlatán Doralbo (tenor). Al final lo toma Olimpia, pero Marzucco lo hubiera deseado marido de Elena, que por su parte prefiere al campesino Nardullo (un bajo, único personaje que canta en napolitano). La estrafalaria historia se rige con un juego veloz de complicaciones artificiosas y equívocos, y el director de escena Leo Muscato la narra en clave justamente antinaturalista y deliberadamente excesiva, evocando “un mundo extravagante dentro del cual puede ocurrir cualquier cosa” con movimientos surrealistas y de farsa. La vivacidad del espectáculo (coproducido con el San Carlos de Nápoles) ha contribuido mucho ciertamente al éxito con el que la obra ha sido acogida en Jesi. Dar a conocer la ópera reencontrada entraba en la competencia del Festival Pergolesi Spontini, aun con la conciencia de que difícilmente habría podido ofrecer grandes sorpresas, como toda la producción italiana hasta ahora conocida Ruth Rosique y Clemente Daliotti de Spontini, ligada a la tradición napolitana en cuyo ámbito se formó. Sólo en la Francia napoleónica, enfrentándose con un género del todo distinto (la tragédie lyrique) Spontini se convirtió en el gran exponente del gusto neoclásico que suscitó la admiración de Berlioz. En La fuga in maschera despierta, sin embargo, cierto interés el hecho de que las cosas mejores se encuentren en algunas piezas de conjunto, bastante más que en las convencionales arias solistas. Y de cara a la cómica absurdidad de algunas situaciones, Spontini parece apretar con seguridad el pedal de la extravagancia y el exceso, en la dirección quizá por la que se adentrará Rossini (aunque con resultados bien distintos). La dirección de Corrado Rovaris fue atenta e imprimió vitalidad y vivacidad a la partitura, y en el reparto se apreció una discreta desenvoltura tanto musical como teatral. Estaba formado por Ruth Rosique (Elena), Caterina Di Tonno (Olimpia), Alessandra Marianelli (Corallina), Clemente Daliotti (Nardullo), Filippo Morace (Marzucco), Alessandro Spina (Nastagio) y Dionigi D’Ostuni (Doralbo). Paolo Petazzi 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 37 AC T U A L I DA D ITALIA Festival del Valle de Itria HASSE RECUPERADO MARTINA FRANCA Palazzo Ducale. 14-VII-2012. Hasse, Artaserse. Anicio Zorzi Giustiniani, Maria Grazia Schiavo, Sonia Prina, Franco Fagioli, Rosa Bove, Antonio Govannini. Ensemble Barocco Dell’Orchestra Internazionale D’Italia. Director musical: Corrado Rovaris. Director de escena: Gabriele Lavia. Escenografía: Alessandro Camera. Vestuario: Andra Viotti. Iluminación: Antonio Macchitella. Abrió la XXXVIII edición del Festival del Valle de Itria Artaserse de Johann Adolf Hasse (primera recuperación moderna en forma escénica) del drama en música en tres actos (Teatro San Giovanni Crisostomo, Venecia, 11 de febrero de 1730) que marcó el encuentro con Pietro Metastasio. Ópera clave en el catálogo del sajón, sus representaciones recorrieron Europa de Italia a Londres, de Liubliana a Madrid y Dresde; obra equilibrada entre el gusto barroco por el virtuosismo de los da capo y el clasicismo del racionalismo del Siglo de las Luces. Seguramente Hasse metaboliza las lecciones de la escuela napolitana, cuyos ecos son frecuentes en la composición. En Venecia, el reparto fue excepcional: de Farinelli (Arbace) a Francesca Cuzzoni (Mandane) y Nicolino Grimaldi (Artabano). Hasse no perdona a ninguno, escribiendo arias acrobáticas o de patetismo lacrimógeno para todas las estrellas, Farinelli el primero. ¿Qué voz debería ocuparse hoy de la de castrado, soprano o mezzo, sopranista o contratenor? Con Franco Fagioli no se plantea el dilema, dado que es un contratenor de sorprendente extensión y pureza aun en el registro más agudo, siembre suave. De timbre agradable y buen volumen en todo el ámbito, firmó un Arbace memorable, de fulminantes agudos y coloraturas funambulescas siempre cristalinas, sin la más mínima veladura. Coronó un reparto que no desentonaría en ningún gran teatro: Maria Grazia Schiavo, que unió agilidad e intensidad dramática, Sonia Prina, espléndida tanto en las hiperbólicas arias de agilidad a velocidad loca como en las de afectos, verdaderamente emocionantes. Anicio Zorzi Giustiniani, Artaserse más que correcto. Buenas voces aun en los papeles menores: intensa Semira de Rosa Bove y Metabise de Antonio Giovannini que rivalizaba con Arbace, si no con armas parecidas, con gran dignidad. Corrado Rovaris dirigió al Conjunto Barroco de la Orquesta Internacional de Italia no sin impulso en una interpretación más atenta a la cantabilidad italiana que a los ritmos cortantes del sajón. Dirección teatral de Gabriele Lavia y rico vestuario de Andrea Viotti, con una escenografía astuta de Alessandro Camera (sencillas correderas horizontales y una esquemática arquitectura). El Festival editará la puesta en escena en un DVD. Franco Soda 37 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 38 AC T U A L I DA D ITALIA Juan Diego Flórez celebra el cumpleaños de Rossini con la obra de su consagración UN JOVENCITO DE 220 AÑOS 38 Para celebrar el 220 aniversario de Gioachino Rossini —nacido, como es sabido, el 29 de febrero de 1792, un año bisiesto como 2012—, Juan Diego Flórez ha vuelto por tercera vez al título que supuso su consagración en 1996, Matilde di Shabran, en la ágil propuesta de Mario Martone del año 2004. El papel de Corradino Cuor di Ferro, el caballero español, fanfarrón y misógino, que, al final, es inevitablemente vencido por la fuerza del amor, es muy exigente, pero ofrece múltiples ocasiones al gran tenor peruano para brillar escénicamente y demostrar su enorme “vis” cómica en esta sofisticada ópera semiseria. Como su oponente femenina, la soprano rusa Olga Peretiatko estuvo encantadora, tanto en las agilidades como en su actuación. El resto de la compañía hizo gala de esa categoría sin fisuras propia del festival adriático, desde los debutantes Anna Goriachkova como Edoardo, hijo del enemigo del protagonista, o Simón Órfila como el guardián Ginardo a los ya insustituibles Paolo Bordogna como el poeta Isidoro o Nicola Alaimo como el médico Aliprando, así como Chiara Chialli en una expresiva Condesa d’Arco, que aspira a la destrucción de su rival para casarse con el noble. Michele Mariotti se ha criado con la música de Rossini, lo que se advierte en su capacidad para construir los crescendi y mantener vivo el trepidante ritmo de la música en todo momento de la extensa partitura. Uno de los mayores atractivos de la presente edición era la recuperación del juvenil Ciro in Babilonia (del que habla Patrick Dillon en el número de septiembre de SCHERZO). Para esta ópera basada en el Libro de Daniel y el famoso episodio del fes- Gabe Palacio PÉSARO Festival de Ópera Rossini. 10/23-VIII-2012. Ewa Podles en Ciro en Babilonia de Rossini tín de Baltasar, Davide Livermore, uno de los nombres más imaginativos del actual panorama teatral italiano, ha aplicado con absoluto acierto una estética inspirada en las películas mudas de los años 20 y 30, narrando con ironía la historia del rey de Persia que acude en rescate de su esposa, tomada como botín de guerra por el rey de los asirios cuando el país fue atacado. Esto le permite crear una estética déco (el vestuario de Gianluca Falaschi es realmente maravilloso), llena de guiños a filmes como El viaje a la luna de Georges Méliès o Cabiria, el célebre “peplum” de Giovanni Pastrone, pero también a los homenajes al séptimo arte implícitos en películas recientes como La invención de Hugo y El artista, o incluso La rosa púrpura de El Cairo, con el niño que se escapa de los brazos de su madre y atraviesa la pantalla para convertirse en el abnegado hijo del protagonista. En el papel titular, la contralto polaca Ewa Podles (que regresaba tras una larga ausencia, aunque ya había sido una apropiada diosa Juno en la versión escénica de la cantata Le nozze di Teti e di Peleo en 2001) obtuvo un clamoroso éxito con sus poderosos agudos, sus graves abisales, su abrumador dominio técnico y su enorme autoridad, con esos espectaculares saltos de tres octavas. No le fueron a la zaga la soprano australiana, cada vez más dominadora de este lenguaje, Jessica Pratt como su consorte Amira, o el tenor estadounidense Michael Spyres, una auténtica revelación, como el infiel Baltasar, quienes tuvieron que luchar con unas escrituras vocales que Rossini aún no dominaba por completo (como era de suponer, la edición crítica no les ahorra ni una sola coma). Todos ellos, además, supieron auto-parodiarse en los primeros planos que se proyectaban sobre el fondo negro, al igual que la española Carmen Romeu, muy graciosa en sus gestos, que aprovechó sus momentos de lucimiento como confidente de la sufridora heroína. El norteamericano Will Crutchfield llevó la función con buen pulso dramático, obteniendo como siempre unas magníficas prestaciones de los ya imprescindibles Coro y Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia. Uno de los momentos culminantes ha sido el que Alberto Zedda, a sus 84 años, ha ofrecido con la versión de concierto de Tancredi, una ópera que este impenitente rossiniano ama especialmente (como ha tenido ocasión de demostrar en medio mundo), y que superó aún si cabe su antológico Barbero del pasado año. Daniela Barcellona, que empezó su rutilante carrera precisamente aquí, con este mismo personaje, hace más de una década, no tiene ya, lógicamente, aquel arrebato de la juventud, pero a cambio ofrece un retrato más completo del héroe, imbuido de una inefable melancolía y cantado a partes iguales con la cabeza y el corazón. La soprano rusa Elena Tsallagova fue todo un descubrimiento por su seguridad en las agilidades y su temperamento dramático en Amenaide. Como su padre, Argirio, el simpático Antonino Siragusa luchó contra su ingrato timbre pero demostró su seguridad en el agudo y su conocimiento de esta música, y Mirco Palazzi cumplió con solvencia como el malvado sarraceno Orbazzano. Chiara Amarù en Isaura y Carmen Romeu en Roggiero aprovecharon sus “arias di sorbetto” para destacar. Otro ejemplo de longevidad fue el de la veteranísima Mariella Devia, quien a sus más de 60 años fue aún capaz de dictar auténticas lecciones de estilo en páginas del citado Tancredi, I Capuleti e i Montecchi y Anna Bolena, y hasta se permitió coquetear con la orquesta y el director (un cómplice Antonino Fogliani) en un seductor vals de Musetta de La bohème. Rafael Banús Irusta 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 39 AC T U A L I DA D POLONIA Sonidos electrónicos ASOMBROS POLACOS CRACOVIA Fotos: Wojciech Wandzel Festival Sacrum Profanum. 9/17-IX-2012. Habrá tiempo de referirse al Festival Sacrum Profanum, de Cracovia. Ahora es preciso atenerse a tres momentos de la edición de este año, la décima. Los tres conciertos a los que tuvimos la suerte de asistir plantean tres fórmulas. Tal vez sean tres “caras” de un mismo fenómeno. El joven compositor Slawomir Kupczak proponía el día 14 cuatro obras en las que él mismo aportaba el elemento electrónico y pregrabado junto con el espléndido Cikada Ensemble. Ya estaban aquí las luces, los focos, el sonido amplificado, lo aleatorio, los pasajes ad líbitum, y hasta una clara invitación a la hipnosis. Incluso una amplitud de espacio (Teatro Laznia Nowa) poco habitual en conciertos de cámara: de ahí la amplificación como propuesta y como necesidad. Estos conciertos no se dirigen al intelecto, acaso tampoco al sentimiento. Van directos a la fascinación, y quien se resista a ser seducido por la esfinge quedará frío, aparte y sin ese elemento de participación algo embriagada (o mucho, eso depende) que reclaman espectáculos como los dos de cierre de este festival. Pero no nos adelantemos. El concierto central fue el sábado 15, Iconos polacos, en la fábrica de ArcelorMittal (no desafectada, sino cedida al festival unos días), en la antigua Nowa Huta, aquella maliciosa utopía. Este año, el tema central era por fin Polonia (antes fue Estados Unidos, y antes aún Islandia, y antes…) Se partía de obras de Penderecki, Lutoslawski, Górecki y Kilar, tres de la misma generación y uno de los ya clásicos, Witold Lutoslawski, bien conocido de los aficionados españoles como compositor y director que a menudo dirigió en nuestro país; dentro de dos años será su centenario. El ele- Concierto Iconos polacos en Cracovia El Cuarteto Kronos mento visual era muy importante, y la partitura del Cuarteto de Penderecki aparecía en pantalla, en secuencia, mientras los miembros del Cuarteto Kronos, de espaldas al público, la leían y tocaban. Amplificación sonora, desde luego. Y a partir del “pie” que daba el Kronos, cuarteto estadounidense auténtico protagonista en esta edición, todos aportaban su glosa, variación, obstinaciones o recreaciones de la obra de los maestros; eran los grupos musicales, los mezcladores de sonido (dj), los expertos en llenar de ecos una propuesta que, es evidente, no estaba en sí misma. Dieron lo mejor de sí mismos los dos componentes de Skalpel, que al parecer renunció a su silencio para venir al festival; King Cannibal, DJ Food, DJ Vadim y Grasscut, auténticos virtuosos del sonido electrónico. El protagonista de los dos últimos conciertos fue Sigur Rós, de nuevo en la fábrica, un conjunto islandés con diversidad de instrumen- tistas y efectos (teclados, percusión afinada y no afinada, cuerdas, metales, guitarras eléctricas, amplificación sonora, y una voz mágica, aguda, la de Jón Pór Birgisson — grafía aproximada; como voces acaso angelicales, los músicos también cantan como conjunto coral). Aquí era Sigur Rós el tema, y al principio el Cuarteto Kronos glosaba al conjunto, se convertía en su respetuoso telonero, con dos secuencias (más que temas o motivos). Después, en un continuo, Sigur Rós se hacía con el espacio. Como en un concierto roquero, el ambiente se caldeaba, el imaginario sonoro y visual se llenaba, con miedo al vacío: vapor, luminosidades, decibelios, intensidad, todo. Llenos totales en Nowa Huta, entusiasmo, público joven y exigente. Ese nuevo público que, como veremos en su momento, es el que buscan los organizadores de Sacrum Profanum. Demasiados asombros en pocos días, habrá que volver sobre ello. Santiago Martín Bermúdez 39 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 40 AC T U A L I DA D SUIZA Ferviente defensa de Mario Venzago de la versión primitiva de Fidelio EN EL REALISMO DE LAS TRINCHERAS Todo tenor conoce y teme esta frase: “Gott, welch Dunkel hier!” (¡Dios, qué oscuro está aquí!). Sin embargo, en Berna suena el grito de Florestan, otras veces emitido con un largo crescendo, como la súplica de alguien que se está ahogando, de modo muy diferente: breve y lacónico. Y no porque Tomasz Zagórski no tuviera la fuerza vocal necesaria para ello, sino porque Beethoven, en su primera versión de la ópera, estrenada en 1805, lo compuso así. También al Engel Leonore (Un ángel, Leonora), la celestial imagen soñada del esposo encarcelado: Beethoven escribió este final del aria de entrada únicamente para la versión posterior. Como el coro de prisioneros Leb wohl, du warmes Sonnenlicht (Adiós, cálida luz del sol), aunque éste pudimos escucharlo, ya que incluso aquí el corazón de Mario Venzago se ablandó. A. Boutellier BERNA Stadttheater. 8-IX-2012, Beethoven, Fidelio (versión de 1805). Miriam Clark, Tomasz Zagórski, Pavel Shmulevich, Camille Butcher, Robin Adams, Andries Cloete, Daniel Henriks. Director musical: Mario Venzago. Director de escena: Joachim Schlömer. Decorados: Olga Ventosa Quintana. Vestuario: Heide Kastler. Desde hace dos años, el maestro suizo es el titular de la Orquesta Sinfónica de Berna, pero trabajaba por primera vez en el Teatro Municipal. Inmediatamente consiguió crear un espectro sonoro auténticamente beethoveniano, que no solo eliminó el permanente vibrato romántico sino que insufló al conjunto, de manera sorprendente, todas las modernas aportaciones de una interpretación históricamente informada. También obtuvo importantes cosas de los cantantes: Tomasz Zagórski delineó sus frases con aplomo y coraje, Miriam Clark como Leonora defendió admirablemente su gran aria de coloratura y también el (posteriormente eliminado) emotivo dúo con la algo más pálida Marzelline de Camille Butcher, que a través de obligados solos de violonchelo y violín se convierte en un cuarteto, resultando uno de los mayores argumentos para defender esta primera versión. Pavel Shmulevich cantó su Rocco de manera tan impecable como Robin Adams su Pizarro y Andries Cloete su Jaquino, e incluso el ministro Don Fernando estuvo lujosamente defendido por Daniel Henriks. Menos logrado resultó el montaje de Joachim Schlömer. Contó la historia con mucha pretensión, pero no pudo decidirse entre una dramatizada dirección de personajes en sentido realista en un moderno campo de prisioneros y la rigidez de unos cuadros fijos iluminados por un marco de luz. Bastantes cosas resultaron ilógicas o superfluas, como el que Rocco hablara ruso y necesitara de un recluso como traductor. Algunos efectos escénicos, sin embargo, tuvieron fuerza gracias al decorado giratorio de Olga Ventosa Quintana, que el director de escena no supo aprovechar al completo más que en el aplauso final. Reinmar Wagner Armin Petras debuta en la ópera con Katia Kabanova de Janácek TORMENTA EN UN VASO DE AGUA BASILEA Theater. 13-IX-2012, Janácek, Katia Kabanova. Mary Mills, Dagmar Peckova, Solenn’ Lavanant-Linke, Ludovit Ludha, Andrew Murphy, Tomas Cerny. Director musical: Enrico Delamboye. Director de escena: Armin Petras. Decorados: Kathrin Frosch. Vestuario: Patricia Talacko. 40 El Volga ya está aquí: en el agua reposa el frágil edificio, que Kathrin Frosch ha colocado sobre el escenario del Teatro de Basilea. Puede girar, y agitarse incluso en la tormenta, lo que técnicamente provoca un gran impacto. Aquí se ha colocado un siniestro laboratorio, donde los seres humanos provistos de batas blancas y mascarillas hacen cosas con las aguas del río que parecen bastante tóxicas. Katia, Varvara, la Kabanicha y todos los demás personajes de la ópera de Janácek perte- necen a este círculo, aunque nunca queda claro por qué y para qué hacen todo esto. Armin Petras, aclamado director teatral, ha montado con esta Katia en Basilea su primera ópera, y hay que decir que no ha sido un logro. Es cierto que la hermética atmósfera evocaba el ambiente anti-realista de la música de Janácek, y que en la escena de la tormenta se produjo un convincente fragor, pero no estuvo correspondido por una agitación interna de la protagonista. En general, los personajes tuvie- ron escaso perfil escénico. Y el que un doble del marido ausente, Tichon, observase como un espíritu, a modo de personificación de la mala conciencia de Katia, cada uno de sus pasos fue prácticamente la única idea original de la producción. También en lo musical se quedaron muchas cosas en la superficie, empezando por la Orquesta Sinfónica de Basilea, que no pudo ocultar ciertas lagunas técnicas, y que tampoco fue impulsada por Enrico Delamboye a buscar los refinamientos tímbricos de la singular escritura de Janácek, tan cambiante en sus colores y variada en sus dinámicas. La soprano norteamericana Mary Mills posee una voz rotunda y bien emitida, pero su Katia sonó demasiado lineal. Dagmar Peckova como Kabanicha fue una sombra de sí misma, aunque Solenn’ Lavanant-Linke convenció en la vitalista Varvara. Más sólido resultó el equipo masculino: Ludovit Ludha como Boris, Andrew Murphy como Dikoi y Tomas Cerny como Tichon. Reinmar Wagner 278-Pliego 3 21/9/12 13:13 Página 41 AC T U A L I DA D SUIZA Cita alpina ESPERANDO EL ANIVERSARIO Festival de Verbier. Salle des Combins. 26/28-VII-2012. Maxim Vengerov, violín; Gautier Capuçon, violonchelo; Katia Buniatishvili, piano. Orquesta del Festival de Verbier. Solistas de Moscú. Directores: Jaap van Zweden, Gabor Takács-Nagy, Yuri Bashmet. VERBIER MAXIM VENGEROV El pequeño gran festival suizo espera con impaciencia los fastos del vigésimo aniversario. De hecho, las huestes de Martin Engstroem (director de la lujosa cita musical alpina) prometen una lluvia de estrellas y exclusivas para celebrar tan magno acontecimiento en el verano de 2013. Mientras tanto, demos un repaso a esta edición. Una de las grandes emociones fue el retorno a Verbier del muy añorado Maxim Vengerov, presencia habitual en esta estación de esquí. El ruso convenció con una ovacionada lectura del Concierto de Brahms. Luego llegó el turno de la diva británica Kate Royal. La bella inglesa se atrevió (posiblemente no sea el repertorio más adecuado para su voz) con la Cuarta de Mahler en una noche redonda. Al día siguiente le tocó el turno a uno de los “niños mimados” de Verbier: el director Gabor Takács-Nagy. El húngaro abrió el fuego con una lectura vivaz de la mozartiana Sinfonía nº 25 antes de pasar a la Quinta de Ludwig van al frente de la Verbier Festival Orchestra, a quienes es de justicia reconocer que suenan cada año mejor. Mención aparte merece el solista Gautier Capuçon, quien ofreció un concierto de Saint-Saëns de antología. Sin duda, papá Capuçon puede sentirse orgulloso de sus retoños. Y terminando nuestra visita de este año, nos encontramos con el inefable Yuri Bashmet al frente de sus colegas, los Solistas de Moscú. No puede decirse que el ruso tengo una gestualidad de gran elegancia como director, pero nadie puede negarle el entusiasmo. Aunque la estrella de la velada fue la ya infaltable Katia Buniatishvili. La pianista georgiana (que compite con la china Yuja Wang en brevedad de faldas y profundidad de escotes) ofreció al respetable una lectura poco memorable del Primero de Chopin antes de despedirse sin regalar bises. Suponemos que se reserva para “la gran fiesta” que espera a los aficionados el verano próximo. A descubrir. Rodrigo Carrizo Couto 41 278-Pliego 3 21/9/12 13:14 Página 42 AC T U A L I DA D SUIZA Desfile de batutas y orquestas VARIACIONES DE LA FE 42 Georg Underhub En realidad, el Festival de Lucerna tendría que haberse abierto a bombo y platillo. Claudio Abbado quería ofrecer, con la por él fundada Lucerne Festival Orchestra, la Octava Sinfonía de Gustav Mahler, como culminación de su extenso ciclo sobre el compositor y, al mismo tiempo (con su himno de Pentecostés Veni creator spiritus y la celestial escena final del Fausto II de Goethe), un lógico arranque al tema de la fe, que ha centrado la edición de este año. Sin embargo, el maestro italiano no puede identificarse ya con los ultraenfáticos sonidos de esta Sinfonía de los Mil, y en su lugar escuchamos el Egmont de Beethoven y el Réquiem de Mozart. En cualquier caso, el segundo programa se mantuvo: Concierto para piano nº 3 de Beethoven (con Radu Lupu) y la Sinfonía nº 1 de Anton Bruckner, cuya audición reveló que, con toda la fluidez del discurso, aún son posibles en la forma de dirigir de Abbado los tonos ásperos. La fe es un motivo central en la rusa de 81 años y discípula de Shostakovich Sofia Gubaidulina. Como compositora en residencia, sus obras pudieron oírse en varias ocasiones, aunque no hubo ningún estreno absoluto. Pero sí se escucharon obras capitales como La Pasión según San Juan y el Concierto para violín “Offertorium” (con Baiba Skride). Para la creadora rusa, componer es “alcanzar una unidad entre mi existencia y la elevación divina”. Manifestaciones espirituales de esta clase apenas podrán encontrarse en el otro compositor en residencia, el francés de 60 años Philippe Manoury. A este antiguo alumno de Iannis Xenakis le interesan el orden y el caos, y siempre interrumpe sus construcciones con momentos aleatorios. En Sound and Peter Fischli LUCERNA Festival. 8-VIII/15-IX-2012. Claudio Abbado (arriba) y Andris Nelsons (abajo) en Lucerna Fury se ha inspirado en la novela homónima de William Faulkner. Manoury estuvo presente, sobre todo, en la Lucerne Festival Academy. Desgraciadamente, su director Pierre Boulez no pudo asumir la batuta en ninguno de los conciertos debido a un problema ocular. Dejó esta tarea a su estrecho colaborador Peter Eötvös y a su asistente Clement Power. Lo fascinante del proyecto fue la confrontación de partituras de hoy con clásicos de la modernidad: Tristan Murail y Peter Eötvös con la Sinfonía nº 4 de Charles Ives, Philippe Manoury y Jonathan Harvey con el monodrama de Schoenberg Erwartung. El artiste étoile de este año fue Andris Nelsons, el prometedor joven director letón de 34 años, quien trajo consigo el conjunto que lidera desde 2008 y al que ha aportado casi tanta fama como en los tiempos de Simon Rattle, la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham. Nelsons marca el compás con energía, emplea amplios movimientos de brazo y frasea con incisividad, lo que anima a sus músicos a seguirle con verdadera pasión. Aunque existe el peligro de caer en la superficialidad. No es de extrañar que Nelsons (que también contó con el imponente Coro de Birmingham) escogiera tres obras de gran aparato y final jubiloso: la Sinfonía Resurrección de Mahler, la Novena de Beethoven y la Sinfonía Leningrado de Shostakovich. De qué modo se puede trabajar con poderosas masas sonoras sin convertir la potencia en ruido lo demostró su compatriota y antiguo maestro Mariss Jansons. Con la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam ofreció hacia el final del festival un inteligente programa (después de A Survivor from Warsaw de Schoenberg y la Sinfonía de los Salmos de Stravinski, Amériques de Edgard Varèse – en su versión original, ¡con 29 metales y 19 percusionistas!). El Nuevo Mundo, es decir, Nueva York, como caleidoscopio de violentos sonidos y toda clase de influencias, y con la sirena de un barco como ululante leitmotiv. Debemos resaltar aún algunos de entre los más de cien conciertos del mayor festival de música clásica de Suiza. Como los de Simon Rattle, que llevó a la Filarmónica de Berlín a través de obras de la convulsa época en torno a 1900 —con la Cuarta Sinfonía de Sibelius como coherente punto de inflexión. O el de Daniel Barenboim, que con el Coro y la Orquesta de la Scala de Milán (y un altamente cualificado cuarteto solista: Anja Harteros, Elina Garanca, Jonas Kaufmann, René Pape) extrajo de la Misa de Réquiem de Verdi los efectos más dramáticos. Brindaron un contrapunto con acento propio dos conjuntos historicistas: junto a la Orquesta Barroca de Friburgo, Kristian Bezuidenhout logró entusiasmar al fortepiano en el Concierto en sol mayor K. 453 de Mozart, y Philippe Herreweghe, con el Collegium Vocale de Gante y la Orchestre des Champs-Élysées, propuso una serie de atractivas asociaciones entre las obras corales de Brahms (Canción del destino, Canto de las parcas) y el Te Deum de Bruckner, haciendo que unas composiciones difíciles sonaran con la más transparente luz. Mario Gerteis 278-Pliego 3 21/9/12 13:14 Página 43 278-Entrevista 21/9/12 12:04 Página 44 44 Paul Schirnhofer E N T R E V I S TA 278-Entrevista 21/9/12 12:04 Página 45 E N T R E V I S TA ELINA GARANCA ELINA GARANCA: “LE EXIJO MUCHO A LA GENTE CON QUIEN TRABAJO, PERO MÁS A MÍ” H ace casi seis años tuvo lugar un primer encuentro de SCHERZO con Elina Garanca (Riga, 1976). Elina Berganca, decíamos bromeando, habida cuenta de la similitud del repertorio compartido con la cantante madrileña. Incluido su interés por el zarzuelístico, que ha calado en la mezzosoprano de Letonia, quien regresó a Barbieri, Luna y Serrano en su disco Habanera, donde la música de España se adueñaba del contenido. Aunque la actual conversación tuvo lugar en inglés, asegura que la próxima —dado el amor por lo español que le transmitió su madre y le ha llevado a instalarse en nuestro país—, será en castellano. O tal vez andaluz, considerando que para residir ha elegido Benalmádena. Cerca de Gibraltar, donde nació su marido, el director de orquesta Karel Mark Chichon. En su nuevo registro para Deutsche Grammophon, todo es distinto para esta mezzosoprano cuya vida ha cambiado también con la llegada hace un año de su primera hija, Catherine Louise. En Romantique el francés impera. Incluso para La favorita, Garanca ha elegido la edición francesa. En Romantique sólo hace concesiones a dos arias: una en ruso de Chaikovski y otra en italiano de Vaccai. Hasta se va despegando de Berganza en sus personajes. Hay menos Rossini, nuevos papeles como Dido, o elige ser Elvira en Don Giovanni, porque en su voz destaca la brillantez de agudos poco habituales en su tesitura. ¿No será usted una soprano de camuflaje? Es verdad que para una parte del público mi voz tiene algo de misterioso. Me ven como una mezzosoprano con un gran peso en el registro más bajo, que no es habitual en las cantantes de mi cuerda, que se suelen mover en los registros bajos del centro, y al mismo tiempo se sorprenden con mis notas agudas. De tal modo que me piden que defina qué tipo de cantante soy. ¿Continúa cuidándose con su profesora de canto en Ámsterdam? En teoría tengo que decir que sí, pero en la práctica la verdad es que hace casi dos años que no la veo. Por medio ha estado el nacimiento de mi hija, que me ha puesto las cosas extremadamente difíciles a la hora de viajar, al tener que llevarla conmigo. Así que no estoy trabajando con nadie. No obstante, estuve recientemente en Letonia a pasar unos días con mi madre quien, como comenté en nuestro anterior encuentro, es profesora de canto. Es a ella a quien le ha tocado controlar un poquito mis cuerdas. Pero con el tiempo aprendes a conocerte en este aspecto, a saber qué te pide tu voz y a poner soluciones antes de que puedan aparecer problemas. Basta con observar el normal desarrollo técnico, de acuerdo con tus características y de valorar cual- quier cambio. En el caso de una mujer, puede ser el hecho de dar a luz y, en líneas generales, sopesando bien el repertorio que pretendes acometer. ¿Hacia dónde se dirige el suyo? Pretendo ir hacia Verdi. Querría cantar Eboli y Amneris. Y también Dalila, pero esto lo contemplo entre mis planes de futuro, teniendo en cuenta la antelación con que se ajustan las agendas en los teatros de ópera. Antes de nacer mi hija tenía compromisos cerrados para 2015 o 2016. Incluso para 2017. En los próximos años voy a cantar Octavian en el Rosenkavalier, volveré a ser Romeo en Capuleti e Montecchi, y de nuevo Sesto en La clemenza di Tito y Seymour en Anna Bolena. El salto a Verdi no lo daré inmediatamente. Sería demasiado cambio introducir por medio una Éboli, a la que espero llegar con 40 o 42 años, si mi voz ha seguido su curso lógico, haciéndose más oscura y más pesada. En ese aspecto, debo decir que considero una bendición que me hace muy feliz, tener esa posibilidad de ir ampliando mi repertorio. Hay quienes se limitan a un color o a un compositor en particular, viéndose obligados a instalarse toda su vida en Rossini o Mozart. En mi caso, después de haber cantado esa música, veo cómo la voz adquiere otras cualidades, que la hacen apta para repertorios con tintes más dramáticos, como la ópera francesa. Así, después de haber cantado Dido en Los troyanos, en 2015 debutaré mi primer Cendrillon y además de mantener Carmen en mi repertorio, para el futuro estoy pensan- do en otros personajes. En Romantique, el disco que en estos días aparece, recupera repertorio en muchos casos poco conocido y, cuando menos, original. Lo que me planteé al diseñarlo fue no recurrir una vez más a ese centenar, o esas docenas al menos de temas trillados, que tantas mezzosopranos han grabado en numerosas ocasiones. Si echas un ojo a sus discos, te encuentras siempre la misma Favorita, las mismas Carmen, Dalila, Éboli… Cenerentola o cualquier otro Rossini…. Ya se sabe. Como los oyentes no quieren volver a escuchar eso otra vez, y a mí me apetecía aprender nuevo repertorio para ofrecer, me propuse descubrir cosas nuevas. Como está haciendo Cecilia Bartoli, rescatando una infinidad de obras que nunca antes habíamos escuchado. Eso es algo que me parece fundamental. Para mí era importante que el público, al tiempo que pudiera comparar mi modo de interpretar algunas de las arias del disco, se encontrara también con algunas sorpresas. ¿Qué procedimiento sigue para la selección del programa? La primera prueba para decidir los contenidos de mis discos es que me produzcan una sensación especial en el estómago. Necesito sentir lo que después voy a grabar, y en esa vibración influyen tanto el aspecto emocional como el psicológico. Hemos comprado una casa en España, y nos gusta vivir en ella. Y cada vez que regreso me gusta escuchar habaneras y zarzuelas que, 45 278-Entrevista 21/9/12 12:04 Página 46 E N T R E V I S TA ELINA GARANCA de ese modo, siento hoy entre las músicas más naturales para mí. Por eso me apetece compartirlas con los demás en este momento y para el resto de mi vida. En cuanto al disco Romantique, creo que cuenta a su favor todas esas emociones que puede experimentar una madre primeriza como yo. Esas inquietudes que despierta en mí mi hija me han ayudado a interpretar un conjunto de arias muy femeninas y con cierta profundidad. No sé cómo será el CD que pueda grabar dentro de dos años. Aunque es difícil predecir por dónde irá, me atrevo a decir que tendré que estar convencida una vez más de sus contenidos. Y la música de éste es la que mejor se adapta a mi actual momento. Lo que sé de ruso lo aprendí en Montreal, cuando fui a vivir a Canadá. Perteneciendo a una familia de Letonia, fui a escuelas de ese país, donde la educación musical, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, estuvo muy influenciada por todo lo que tuviera que ver con Rusia y con la población rusa que allí se instaló. Como consecuencia de ello, surgió una gran familiaridad con el mundo y el sentimiento eslavos, básicos para comprender a Rimski-Korsakov, Chaikovski o Prokofiev con más claridad que, por ejemplo, a un músico de Francia o de España, a los que no nos unían tantos lazos de proximidad. ¿Le gustaría llevar alguna vez a escena obras como Sapho, El rey de Ys, La reina de Saba… de las que ahora ha extraído fragmentos? Vivimos a caballo entre las dos casas que hemos comprado, una en Benalmádena y la otra en Riga. De tal modo que si mi marido está más tiempo en Riga y yo hace mucho que no veo a mis padres me voy para allá. Cuando tengo más trabajo me aíslo en Benalmádena. Allí, al sol, encuentro más tranquilidad y me puedo concentrar mejor. El que estas óperas tengan algún aria de especial belleza, no significa necesariamente que toda la obra sea excepcional o de especial interés. Esto ha sido siempre así. Por el hecho de haberlas escrito Mozart, no todas sus óperas tienen que ser bellas de principio a fin. A veces tienes que extraer de ellas los fragmentos más memorables. Otro tanto podríamos decir en el caso de Verdi. Si repasamos su catálogo nos encontramos títulos como Traviata, Aida, Nabucco o Ballo in maschera, que son los más populares y los que habitualmente se programan. Con el resto no sucede igual. Lo mismo diría de El rey de Ys, de Lalo, o la Sapho de Gounod. Los teatros deben plantearse seriamente, a la hora de sacar adelante proyectos de esa naturaleza, si le interesan al público. Una solución para conseguirlo pasa por recurrir como atractivo para la exhumación a alguna voz con gancho popular. El problema surge cuando ese artista después de cantarla diez, once o doce funciones decide abandonar el papel. La solución podría ser sustituirlo por otro cantante de la casa, pero en ese instante el público deja de interesarse al no conocer esa ópera. Ignora su argumento y le faltan estrellas de renombre en el reparto. Llegado ese punto, la alternativa menos comprometida consistiría en programar esas obras poco familiares en versión de concierto. De ese modo, todos quedan contentos. La audiencia, por descubrir una nueva ópera; los cantantes, por aprenderse y dar a conocer otro papel y los intendentes por satisfacer la curiosidad del público y de los medios sin tener que incluirla en su temporada convencional. 46 En aquellos primeros años suyos en Riga, al haber sido el ruso obligatorio en las escuelas, le habrá facilitado su aportación de La doncella de Orleans de Chaikovski. Las cosas ahora son otras, residiendo en España… Con tanta actividad en Austria, lo raro es que no haya optado por vivir en Viena. Residí allí durante seis años, pero ya dejé aquella ciudad, lo que no quita que cada año esté presente en una o dos producciones de la Staatsoper. En la actual temporada, aunque ya en 2013, volveré para cantar un Werther, y también mi primera Carmen vienesa. Una muestra de fidelidad al escenario desde el que se lanzó al estrellato. Así es, pero también porque me gusta mucho cantar en ese teatro. Como me ocurre con la Ópera de Múnich, el Covent Garden de Londres o el Metropolitan de Nueva York. En esos grandes coliseos llenos de tradición. Me encanta su público, que siempre muestra una gran devoción por los cantantes y por todo tipo de música que sea buena. Por seguir con escenarios, ya ha actuado dos veces en el Liceu, hizo su Carmen con Mehta-Saura en Les Arts de Valencia. ¿Cuándo le llegará el turno al Teatro Real de Madrid? No lo sé. Dentro de una gira por Europa en enero, cantaré en Barcelona y Madrid. Pero será en concierto. Y mientras puedo decir que a Barcelona regresaré dentro de dos años para hacer Capuletti e Montecchi, a día de hoy en el Real no tengo ningún ofrecimiento de un modo, digamos oficial. Las razones tendría que preguntárselas a mi agente o a no sé quién, pero lo cierto es que no tengo ninguna otra previsión en España por ahora. ¿Ha tenido algún contacto con Mortier? Naturalmente que sí. Me llevó muchas veces a la Ópera de París. Durante los años que pasó allí, contó conmigo para cantar Così fan tutte, Rosenkavalier, La clemenza di Tito… Lo que no puedo decir es por qué no me ha invitado para debutar en Madrid. A ver si me recuerda cuando lea esta entrevista [sonríe]. Prueba de españolismo. ¿Cómo se encuentra su voz acompañada por una guitarra? A veces muy desnuda, después de estar acostumbrada a contar detrás de mí con sesenta o setenta músicos en una orquesta. Pero por otra parte, creo que aporta mucha sensualidad y mucha intimidad a lo que haces, para lo que necesitas una gran preparación, redondeando esa especie de dúo que estableces con el instrumento, y eso me gusta mucho. En ese punto, me sentí muy sorprendida por la maestría y el conocimiento de la voz que tiene José María Gallardo del Rey, con quien grabé en el disco anterior. A pesar de todo, cuando aún me siento joven, me inclino a derrochar mi energía con una orquesta. Quizá dentro de un tiempo, cuando me encuentre más cansada o no quiera gastar tanta fuerza cantando, sería interesante incluir en mi agenda conciertos con piano, con grupos de cámara, o en ese formato de voz-guitarra mano a mano. Me imagino que podría funcionar bien en España, pero no sé si en otros sitios, como Alemania —aunque tal vez esté equivocada— lo sabrían apreciar y valorar en su medida. Aparte de la ópera, que no pasa de tres o cuatro producciones al año, ¿cuántas actuaciones se anota entre conciertos y recitales? En torno a 50 o 55. Alguna vez los remata con “propinas” españolas. Siempre. En cualquier lugar del mundo donde actúe, las Carceleras de Las hijas del Zebedeo es la propina que mejor funciona. Diría que el público las identifica con algo así como mi tarjeta de visita. Tiene gracia porque después de un programa en el que puedo cantar fragmentos de Carmen y otros temas potentes, veo las caras expectantes de la audiencia que, cuando escucha lo de tan tararán tararán tantán… [canturrea las primeras notas de la romanza de la pieza de Chapí], empieza a reír, porque inmediatamente las reconoce. Y cuando termino, se vuelven locos aplaudiendo. Da lo mismo si el concierto está estructurado en torno a música seria: todo cambia cuando aparecen las Carceleras. Es habitual que las cantantes españolas recurran para esos momentos a la romanza de El niño judío… De España vengo, de España soy… ¿No tiene usted para esas ocasiones un equivalente a De Letonia vengo, etc…? [Risas]. A veces interpreto canciones de mi país, pero las reservo para las veladas liederísticas. En la que ofrecí 278-Entrevista 21/9/12 12:04 Página 47 E N T R E V I S TA ELINA GARANCA hace un par de meses en el Festival de verano de la Ópera de Múnich, y en un recital, semanas más tarde en Salzburgo, después del programa canté unas piezas de compositores letones, y todo el mundo, que desconocía esta música, se quedó impactado al reconocer en ella un cierto sabor germánico. Antes, había recurrido a compositores letones para la primera parte de algunos conciertos. Incluso en Deutsche Grammophon, cuando me han sugerido nuevas propuestas les he hablado de una posibilidad en este sentido, porque es música que funciona muy bien junto a obras de Brahms o Guridi. En el concierto de este mes en Santiago de Compostela y en los dos de enero vendrá con su marido. ¿Comparten cartel habitualmente? Sólo en galas. En ópera u otro tipo de conciertos, no. Cuando se trata, como en estos casos, de giras, es cómodo hacerlo así, porque de otra forma el cantante acaba agotado entre viajes, ensayos con distintas orquestas y directores aquí y allá… y de nuevo viajes y a recomenzar. Si cambiase de orquesta y de maestro en cada punto, me pasaría el tiempo ensayando. De este modo, Karel ensaya con la orquesta los pasajes más complicados, yo voy más tarde a probar mi voz, y él me ayuda en todo. Así, viajando juntos podemos llevar también a nuestra hija Kate, de la que yo me hago cargo en el apartamento mientras tanto. Nos conocemos hace diez años, hemos hecho muchos programas distintos —orquestales, canciones, con música alemana, española, bel canto, canciones italianas…— y es consciente de cómo estamos yo y mi voz desde por la mañana. Desde que me escucha decir buenos días, sin que le tenga que decir nada, ya conoce mi momento, y sabe si debe hacer un tempo más rápido, modificar un scherzo o reducir el impacto de las trompetas. ¿Qué le pide a los demás directores? Tengo fama de ser un tanto difícil en lo que tiene que ver no sólo con los directores de orquesta; también con los escénicos y con muchas otras cosas. Pero estoy firmemente convencida de que no puedes andar por el mundo en solitario. Necesitas una compenetración para ir intentando nuevas cosas. Por eso me gustan los directores que saben escuchar contigo y argumentar el porqué de lo que te están pidiendo. No me sirve si cuando dices que no puedes hacer algo determinado, recibes como única respuesta “es mi tempo”. Porque aspiro a compartir ese desarrollo musical con él. Cuando trabajas con grandes directores como Barenboim, Muti o Thielemann, si en un momento determinado les pides ayuda, están encantados en auxiliarte. Si por el contrario te limitas a decir que no quieres hacer tal cosa porque es imposible, te quedas sola. Y en el escenario no puedes estar sola: necesitas alguien con quien trabajar. Cuando explico mis razones de por qué esto es mejor o por qué prefiero respirar en este punto, no lo hago por capricho, porque sea una diva o quiera ir a mi aire. No soy así. Siempre hay razones que lo justifican. Es fantástico cuando hay alguien que te escucha y sois capaces de hablar en el mismo idioma. Porque a mí me gusta ensayar, tanto si se trata de óperas como de conciertos. Si tengo cinco galas seguidas con el mismo programa pero con orquestas distintas, quiero ensayar con cada una de ellas, aunque me canse más. Esa actitud se puede entender como perfeccionismo, ¿no?. Tal vez sea eso [risas]. El caso es que le exijo mucho a la gente con quien trabajo, pero más a mí misma. En nuestra charla anterior veía en Carmen el trampolín desde el que saltar a Amneris. ¿Por dónde va hoy ese personaje verdiano? Llegará, porque me lo he fijado como meta, pero tendrá que esperar más o menos cinco años. Hasta que yo tenga 41 o 42. Tal vez pudiera cantarlo ya, porque el otro día me comentaba Barenboim que tengo notas abiertas como para hacerlo. No obstante, le dije al maestro que prefiero no acometerlo, porque no quiero forzarme ni hacer nada que me resulte artificial por no confiar en ello. Sé que Amneris está ahí, porque me conozco, me escucho y soy consciente del punto en que se encuentra mi voz. Por ahora me conformo con Éboli, que cantaré en 2016 o 2017 en alguno de los teatros con los que he mantenido conversaciones, pero aún no sé cuál. Pero a quienes me lo han propuesto les he dicho que esperen hasta que haya cantado Éboli y Amneris. A partir de entonces, podremos hablar de Wagner. ¿Cuál será el próximo personaje que incluya en su oferta? Me parece que Santuzza, porque no es muy largo y las exigencias son parecidas a las de La navarraise, que le van muy bien a mi voz. Este verano he estado estudiando la partitura y como me he encontrado muy cómoda, creo que voy a dar el paso. Antes tengo que cantar de nuevo Sesto y luego La favorita, que me resulta familiar después de mis experiencias en el bel canto. Pero el siguiente papel más dramático, con más peso, será Santuzza. ¿No teme las leyendas en torno al modo en que el verismo destruye la voz? En el caso de Santuzza, la principal ventaja que señalaba es perfecta al ser una ópera en un solo acto y no ser muy largo el papel. Otra cosa sería estar hablando de una ópera de dos o tres actos en la que tuviera que cantar durante hora y media. Incluso de un acto, si a mí me correspondieran cuarenta minutos. El papel de Santuzza está escrito para un registro muy central, si exceptuamos el dúo, o la preghiera del principio. No tiene nada que ver con Lady Macbeth, donde además de una mayor duración, todos los concertantes requieren un registro agudo y muy fuerte. ¿Tiene una receta para sacar adelante una carrera larga y satisfactoria? Desde ese punto, como han hecho algunas colegas suyas, podría lanzarse a Wagner. Lo fundamental es no precipitarse. Es muy saludable pensar en el futuro y saber decir no llegado el caso. No quiero decir que te niegues siempre y a todo, sino que sepas reconocer lo que le viene bien a tu voz. Y si un director te dice que tienes que hacer tal cosa, oponerte si no estás seguro de poder hacerlo. En algunas ocasiones he recibido ofertas de títulos que me llegaban de determinados teatros o directores, diciendo que por qué no hacía tal o cual cosa, porque estaban seguros de que podía. Y si yo no lo estaba, me he negado a aceptar. No permitas que los demás te influyan para convencerte, porque para un cantante no hay nada peor que salir a un escenario si no está convencido de lo que tiene que interpretar. Debes ser honrado contigo mismo y decirte: nunca seré capaz de hacer esto, pero soy muy bueno en esto otro. Me pasa a mí, por ejemplo con ciertas cosas. Toda mi vida he soñado con cantar el aria más conocida de La donna del lago [la entona]. Me encantaría hacerlo, pero como sé que no puedo, ni siquiera lo intento. Quiero pero no puedo. Y se acabó. Por supuesto que sí. Ya me han ofrecido cantar Brangäne y Kundry. Juan Antonio Llorente ¿Qué hay de esa Lady Macbeth que Christa Ludwig le ha aconsejado preparar? Tengo la partitura en casa, porque me dijo que no me niegue a nada si antes no lo intento. Así que ahí está junto con la de Fidelio o la Santuzza, dispuesta a probarme. Tal vez pudiera hacerla, porque se mueve en tesituras bastante agudas y con suficiente peso en los registros bajos. Le va bien a una mezzosoprano de mis características. Pero para aceptar cantarlo debería tener al menos una semana de descanso entre función y función, tal y como Ludwig también me aconsejó. Y en este momento no creo que haya teatro en el mundo capaz de aceptar esa cláusula. Y yo no aceptaría si me ofreciesen cantarla dos o tres veces en una semana, ni con dos o tres días de descanso por medio. 47 278-Entrevista 21/9/12 12:04 Página 48 D I S C O S EXCEPCIONALES LOS DISCOS XCEPCIONALES DEL MES DE OCTUBRE La distinción de DISCOS EXCEPCIONALES se concede a las novedades discográficas que a juicio del crítico y de la dirección de la revista presenten un gran interés artístico o sean de absoluta referencia. BACH: Oratorio de Navidad BWV. Director: JOHANNES PRAMSOHLER. 2 DVD BR KLASSIK 900502 RAUMKLANG RK 3105 Este Oratorio de Navidad puede muy bien ser considerado la mejor opción disponible. A.B.M. Pg. 80 Si toda esta música es brutalmente hermosa, no lo es menos la interpretación. Apoteósico. E.T. Pg. 78 BEETHOVEN: Sonatas para piano ROTT: Sinfonía nº 1. Suite para nºs 12, 17, 22 y 27. JAVIER PERIANES, piano. HARMONIA MUNDI HMC 902138. Disco hondo, vigoroso, dramático, radiante, intensamente auténtico, apasionadamente beethoveniano. J.R. Pg. 62 BRITTEN: War Requiem. WIENS, ROBSON, HAGEGARD. CORO FILARMÓNICO DE PRAGA. FILARMÓNICA DE ISRAEL. Director: KURT MASUR. 2 CD HELIKON 02-9645 Impresiona la enorme emoción que destila, la entrega absoluta de la batuta a la partitura. C.V.W. Pg. 54 BRITTEN: War Requiem. Fasch, Heinichen, Haendel, Telemann y Pisendel. INTERNATIONAL BAROQUE PLAYERS. orquesta en si bemol mayor. SINFÓNICA DE LA RADIO DE FRÁNCFORT. DIRECTOR: PAAVO JÄRVI. RCA 88691963192 Paavo Järvi convence plenamente por su fe, su ardor y su admirable sentido constructivo. J.T.S. Pg. 70 SCHUBERT: Cuartetos en mi bemol mayor D. 87 y en sol mayor D. 887. CUARTETO CASALS. HARMONIA MUNDI HMC 902121. Bellísimo tratamiento tímbrico, técnica depurada hasta el extremo, idoneidad y sensatez de las decisiones agógicas... J.G.-R. Pg. 71 CECILIA BARTOLI. Mezzosoprano. Mission. Páginas de óperas de Steffani. DOVRACHEVA, GRIFFEY, STONE. CORO Y FILARMÓNICA DE LA RADIO DE HOLANDA. Director: JAAP VAN ZWEDEN. PHILIPPE JAROUSSKY, CONTRATENOR. I BAROCCHISTI. Director: DIEGO FASOLIS. 2 CD CHALLENGE 608917238822 DECCA 00289 478 4732 Análisis y emoción se dan la mano con una extraordinaria claridad expositiva. C.V.W. Pg. 54 Vuelve a demostrarnos que está igual de extraordinaria en el canto spianato como en el de brillo. F.F. Pg. 75 BRUCKNER: Sinfonía nº 5. ELINA GARANCA. Mezzosoprano. FILARMÓNICA DE MÚNICH. Director: SERGIU CELIBIDACHE. Páginas de ópera. FILARMÓNICA DEL TEATRO COMUNALE DE BOLONIA. Director: YVES ABEL. ARTHAUS 101639 DEUTSCHE GRAMMOPHON 00289 479 0071 La recreación, como era de esperar, traspasa todas las barreras y nos sumerge en un universo profundamente humano. E.P.A. Pg. 81 Cada nuevo recital de Garanca es un nuevo desafío profesional, como el aquí planteado, considerando el repertorio en atril. F.F. Pg. 75 HAENDEL: Theodora HWV 68. CHRISTIAN GERHAHER. Barítono. UPSHAW, HUNT, DDANIELS, CROFT. CORO DE GLYNDEBOURNE. ORQUESTA DE LA EDAD DE LA ILUSTRACIÓN. Director: WILLIAM CHRISTIE. A la amada lejana. Obras de Beethoven, Haydn, Schoenberg y Berg. GEROLD HUBER, piano. 3 CD GLYNDEBOURNE FFOCD 014-96 SONY 88691935432 La parte cuya responsabilidad última Incontables matices de dicción, niti- compete a Christie la juzgo absolutamente modélica. A.B.M. Pg.65 MASSENET: Cendrillon. DIDONATO, COOTE, GUTIÉRREZ,. CORO Y ORQUESTA DE LA ROYAL OPERA HOUSE COVENT GARDEN. Director musical: BERTRAND DE BILLY. Director de escena: LAURENT PELLY. 2 DVD VIRGIN 60250995 Todo 48 PISENDEL. Conciertos para violín de HARNISH, VONDUNG, SCHMITT, IMMLER. CORO DE LA RADIO DE BAVIERA. ACADEMIA PARA LA MÚSICA ANTIGUA. Director: PETER DIJKSTRA. funciona a la perfección o, para los agnósticos, lo más cercano a ella. F.F. Pg. 82 dez en el fraseo, musicalidad incólume y el encanto de la sencillez. B.M. Pg. 76 278-Pliego Estud 21/9/12 11:54 Página 49 DISCOS Fritz Curzon Año XXVII – nº 278 – Octubre 2012 CLIFFORD CURZON GLENN GOULD DOS GRANDES DEL PIANO V SUMARIO ACTUALIDAD: Dos grandes del piano . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 REFERENCIAS: Mozart: Concierto para piano nº 17. E.P.A.. . . 50 ESTUDIOS: Glenn Gould: 80 años. A.R. . . . . . . . . . . . . . . 52 Britten: Cuestión de emociones. C.V.W.. . . . . 54 Variado colorido. A.R. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Saïnt-Saens: Una buena racha. C.V.W.. . . . . . 56 REEDICIONES: Stokowski: El mago era él. E.P.A. . . . . . . . . . . 57 Brilliant: Casi todo Schültz. S.M.B.. . . . . . . . . 58 DISCOS de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . 60 DVD de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS. . . . . . 86 a de pianistas esta vez. De grandes pianistas nunca olvidados pero a los que siempre conviene recordar. Por ejemplo de Glenn Gould, de quien Sony celebra lo que hubiera sido su octogésimo cumpleaños, de haber vivido, mejor que hablar de que hace ya treinta que se murió. El enorme pianista canadiense revolucionó en su momento el panorama interpretativo y dejó un extraordinario legado discográfico —un medio, éste del registro sonoro, en el que creía poderosamente. El lanzamiento se divide en distintas propuestas —de las primeras aparecidas en España se hace eco Arturo Reverter en las páginas de crítica que siguen. Así, This is Glenn Gould. Story of a Genius; Best of Glenn Gould’s Bach; The Complete Bach Collection —38 CDs y 6 DVDs—; The Glenn Gould Collection —61 CDs—; The Schwarzkopf Tapes —aquel fabuloso encuentro entre la cantante y el pianista en enero de 1966—; The Monsaingeon Films —con los tres DVDs que el director francés rodó sobre las versiones bachianas del pianista—; Glenn Gould on Television, diez DVDs con sus apariciones en la CBC canadiense, más The Sound of a Genius, la película de François Girard. Finalmente, un disco con sus orquestaciones de Scriabin y Sibelius completan un panorama abarcador, enorme, siempre deslumbrante de quien fue un verdadero genio —tal y como se repite en la oferta— del piano y más. La otra propuesta va casi al otro extremo, a un pianista clásico, de una seriedad extraordinaria pero de un talento fuera de lo común, tal vez un pianista para pianistas y quien de algún modo sirvió en la música inglesa para que la muerte de Solomon no fuera demasiado perturbadora. Se trata de Clifford Curzon, de quien Decca publica una caja de veinticuatro compactos que recogen todas sus grabaciones con la firma británica. Especialidades de la casa como Schubert o Mozart —los legendarios conciertos que grabara con Benjamin Britten, por ejemplo— se unen a rarezas como Falla —con el olvidado Enrique Jordá— o Rawsthorne. Incluso aparecen los Liebeslieder de Brahms en los que acompaña a Irmgard Seefried, Kathleen Ferrier y Julius Patzak. 49 278-Pliego Estud 21/9/12 11:54 Página 50 D D I SI CS O C O S S REFERENCIAS Wolfgang Amadeus Mozart CONCIERTO PARA PIANO Nº 17, EN SOL MAYOR K. 453 REFERENCIAS Los Massin nos cuentan que este concierto, compuesto “per la Signorina Barbara von Ployer”, demuestra que desde que su estética se precisa y reafirma, Mozart no hace ninguna diferencia, en cuanto a la calidad de la intención profunda, entre las obras que compone para su uso personal y las que escribe para los demás, “sucede lo contrario, como en esta ocasión, que las obras destinadas a realzar sus propias dotes de ejecutante excepcional son más abundantes en proezas, más difíciles, que las que escribe para una alumna” (véase Jean y Brigitte Massin, Mozart, págs. 1179 a 1181. Turner, 1987), en suma, que técnicamente, este K. 453 se presenta mucho más fácil y accesible que los dos precedentes de la serie (los nºs 15 y 16, K. 450 y 451, ambos hechos “para hacer sudar al intérprete”). El Concierto nº 17, el único escrito en la tonalidad de sol mayor y considerado como uno de los más bellos de Mozart (al decir de Olivier Messiaen), fue terminado en Viena el 12 de abril de 1784 y hay que decir que ningún concierto desde el nº 9 había reflejado un abanico de sentimientos tan amplio y variado. “Nunca Mozart se había mostrado tan feliz, pero nunca tampoco tan profundo y equívoco” (Ulrich Tank en el libreto de los Conciertos por Murray Perahia). En el Allegro inicial, uno de los movimientos mozartianos más bellamente coloreados, pero también más complejos desde el punto de vista afectivo, el modo menor juega un papel importante. En el Andante se vuelve al mundo del Quinteto para piano e instrumentos de viento, K. 452, con un magnífico diálogo entre el piano y las maderas que se asemeja a una serenata. El animado final ofrece el mismo comienzo formal que el primer tema del Allegro inicial: un canto de pájaros que anuncia la primera canción de Papageno. Se trata de un tema con cinco variaciones sin gran elaboración y con una conclusión que Mozart 50 piensa como final de ópera bufa. La discografía del Concierto nº 17 no es tan amplia como en principio podría pensarse, así que no nos hemos dejado muchas versiones importantes en el tintero. Algunas de ellas, como las históricas de Schnabel y Fischer (ambas EMI) no tienen la suficiente calidad técnica para los tiempos actuales, aunque en otros aspectos sean de incon- dad del piano, su admirable claridad, la contenida emoción en algunos pasajes determinados (sobre todo en el Andante), todo animado por tempi ligeros y movidos. Se podría pedir más refinamiento de texturas en la orquesta, una más clara definición de matices en el primer Allegro (sobre todo por parte de ambas orquestas) y se echa de menos asimismo en las dos versiones mayores ligereza y humor en el movi- ninguna intención de reeditarlos). El doble álbum que aquí se comenta, llamado Casadesus-Szell, L’Amitié musicale, con los Conciertos nºs 10, 12, 15, 17, 18 y 20, pueden encontrarlo en Les Halles de París o bien a través de internet en www.fnac.fr. En cuanto a la interpretación, el objetivo de Szell era poner en evidencia el espíritu de la obra sin que el humor y la ironía desapareciesen, incidiendo más en la ani- testable interés, especialmente las del segundo. Otras, como la de Lili Kraus (Columbia austríaca), o las dos de Géza Anda (DG en estudio y BBC Legends en concierto en vivo, actuando el propio pianista de director), desmerecen algo y no tienen ni la técnica ni sobre todo la inspiración de los seis incluidas en estas páginas. Barenboim, Orquesta de Cámara Inglesa (EMI, 1967, 31’) // Filarmónica de Berlín (Teldec, 1991, 30’). Barenboim fue el primero en grabar el integral de los Conciertos de piano de Mozart en la década de los 60 y el que los ha vuelto a registrar con la Filarmónica de Berlín treinta años más tarde, en los dos casos actuando de pianista y director. Ambas versiones están disponibles actualmente tanto en el mercado tradicional como en internet (el 2º integral, a precio de orillo, lo pueden localizar sin problemas en amazon.co.uk, con el añadido de un DVD gratis en el que se filman los Conciertos para dos y tres pianos por Solti, Barenboim y Schiff). Las interpretaciones no difieren esencialmente entre sí, en ambas hay que apuntar el excelente equilibrio entre el piano y la orquesta, la sensible musicali- miento final. Como quiera que sea, dos notables aproximaciones del Concierto nº 17, sobre todo en el plano pianístico, que ganan puntos al ir publicadas en los dos integrales protagonizados por este excelente músico. A pesar de la madurez de su segundo ciclo en Berlín, el firmante se quedaría antes con el primero en EMI, de cuando Barenboim contaba veintipocos años (25 en concreto cuando grabó este Concierto nº 17) quizá con más tosquedad en el aspecto orquestal, pero más natural, espontáneo e inspirado que en su grabación berlinesa. Casadesus/Szell, Cleveland (Sony, 1968, 30’). George Szell grabó a lo largo de su carrera casi todos los conciertos de Mozart con diversos pianistas (Casadesus, Serkin, Curzon, Firkusny, Fleisher y un largo etcétera), aunque fue con el primero de los citados con el que consiguió los mejores resultados, los que han pasado a la historia como verdaderas cumbres de la fonografía mozartiana (salvo error, el tándem Casadesus/Szell registró todos los conciertos comprendidos entre el nº 9 y el nº 24, y los nºs 26 y 27, aunque la mayoría actualmente está fuera de catálogo y Sony no lleva mación dramática de la orquesta que en aspectos de expresión. Los músicos de Cleveland tocan con una ligereza, una luminosidad en los ataques y una perfección rítmica que hacen que la obra suene al oyente con un colorido hasta entonces inexistente en otras versiones, que siempre nos sonaban en blanco y negro. Casadesus, perfectamente integrado en el conjunto y siguiendo a pies juntillas las directrices de la batuta, con su toque elegante, utilizando el pedal con mesura y con una articulación extremadamente ligera, es el pianista adecuado a las intenciones de Szell. El resultado, obviamente, es una cima de la interpretación mozartiana y sin dudarlo un instante la version que hay que tener de este Concierto nº 17. Brendel/Marriner, Academia de St. Martin in the Fields (Philips, 1970, 30’). A juzgar por el año de grabación, éste fue el primer registro del integral que Brendel y Marriner prepararon para el bicentenario Mozart de 1991 y que, como es sabido, concluyó felizmente con el registro de todos los conciertos para piano del salzburgués, incluidos en el 7º volumen de la Complete Mozart Edition de Philips 278-Pliego Estud 21/9/12 11:55 Página 51 D D I SI CS O C O S S REFERENCIAS (en el volumen se incluyen además otras obras para teclado y orquesta por Haebler, Koopman y otros intérpretes) que ha sido reeditado en 2011 en un álbum de doce discos en la Collectors Edition de Decca. Brendel, siguiendo los consejos de Busoni, considera la página como inspirada en el canto, haciendo más hincapié en la textura melódica que en cualquier otra consideración, aunque su fuerza rítmica sea impresionante en pasajes determinados (véase el tour de force que Brendel, Marriner y la Academia montan en el ultimo movimiento, de brillante y magnético atractivo, un verdadero final de opera bufa, tal y como quería su autor). Por lo demás, la version, excelente- de Mozart por Murray Perahia (12 CDs), lo pueden encontrar a precio muy competitivo en www.fnac.fr y desde luego que merece la pena (la crítica británica le ha dado la máxima calificación de excelencia — véase The Penguin Guide to Compact Discs—): una mezcla perfecta entre introspección poética y espontaneidad musical, con adecuado equilibrio piano-orquesta y una dirección del propio pianista más cuidada y refinada que la de otros de sus colegas que actúan en este doble cometido. Tiene detalles de recreación asombrosos, como el bellísimo Andante, el más profundo y exquisito tras Casadesus/Szell, y la interpretación global se erige en complemento ade- mente grabada, de ejecución impecable, estilo adecuado, equilibrio modélico entre el piano y la orquesta, de colorido y sobria expresividad (que emparenta esta version con la que acabamos de ver de Casadesus/Szell), es a juicio del firmante una de las principales a tener en cuenta). Se recomienda su adquisición incluida en el álbum completo de los Conciertos de piano (entre otras cosas porque no está publicada aislada del resto). Perahia, Orquesta de Cámara Inglesa (Sony, 1980, 30’). Otra excelente aproximación de la que ya dimos cuenta en estas páginas de SCHERZO cuando se publicó el integral por primera vez en LP allá por el año 1986. Ahora hay que informar que el álbum Sony con todos los Conciertos cuado, diríamos que necesario, a la tantas veces citada de Casadesus. El conjunto, además, es posiblemente el integral de conciertos de Mozart más conseguido de la fonografía (el firmante no sabría con cuál de las dos colecciones completas quedarse, si con la de Brendel/Marriner o con esta de Perahia. La solución para los que amen de verdad estos conciertos, es adquirir las dos. Desde luego que no se arrepentirán a pesar del desembolso). Bernstein, Filarmónica de Viena (DVD Euroarts, 1981, 36’). Esta versión, romántica, desigual y caprichosa, pero con el indudable gancho de todas las interpretaciones de Bernstein, es una recreación filmada en la Musikvereinsaal en un concierto en vivo de 1981, con el propio Lenny actuando de pianista y director. Le dura 6 minutos más que cualquiera de las citadas, lo que hay que achacar a la amplitud de tempi y a los numerosos rubati puestos en evidencia por el expresivo director. La Filarmónica de Viena está impecable (maderas y cuerdas realmente gloriosas), toca cómoda y arropada por la mirada del director-pianista, y el conjunto es un muy agradable concierto que hará que el espectador se sienta a gusto y disfrutando de lo lindo con estos impecables intérpretes, aunque su estilo sea discutible y su expresividad le aleje del necesario rigor clásico pedido por la página. Una magnífica Sinfonía nº 39, quizá de efectivos más masivos de lo deseable y también por Bernstein y la Filarmónica de Viena, completa el DVD (sólo disponible en la actualidad dentro de un álbum de 5 DVDs Euroarts dedicado a Bernstein dirigiendo varios conciertos en diversos lugares del mundo y comentado en su momento desde estas páginas). Pires/Abbado, Orquesta de Cámara de Europa (DG, 1993, 29’). Maria João Pires está como acostumbra en Mozart, de pasmosa claridad y elegancia, con un precioso sonido clásico que ya nos era familiar en su doble aproximación a las Sonatas de Mozart (actualmente en Brilliant y DG) y también en algunos Conciertos grabados por la pianista portuguesa en los 70 acompañada por Guschlbauer y Jordan (Erato/Warner), siempre de estilo y digitación impecables, con una naturalidad, elocuencia y frescura auténticas marcas de la casa. El acompañamiento de Abbado es perfecto y preciso, aunque se le podría haber pedido un punto más de calor y de expresivo canto mozartiano (estamos ante el típico día de Abbado en el que prima lo cerebral por encima de cualquier otra consideración). El disco se puede conseguir en una colección de serie media del sello amarillo en el que se incluyen también los Conciertos nºs 14 y 21 con el piano incomparable de Pires y el acompañamiento perfecto y algo aséptico del maestro milanés. En suma, el ya suficientemente elogiado de Casadesus/Szell seguido por Brendel y Perahia (o por Perahia y Brendel) serían las tres elecciones idóneas a gusto del firmante, con la ventaja en los dos últimos de tener que adquirir sus respectivos integrales (ya que el nº 17 no está publicado aislado del resto), dos monumentos de la discografía mozartiana que nunca se arrepentirán de haber adquirido. Enrique Pérez Adrián 51 278-Pliego Estud 21/9/12 11:55 Página 52 D D I SI CS O C O S S ESTUDIO Sony Edición Glenn Gould GOULD: 80 AÑOS G lenn Gould, nadie lo duda, es hoy, a los ochenta años de su nacimiento, una suerte de icono, de figura ya clásica, de mito si se quiere. Muchos nos hemos desvirgado en el teclado de Bach, antes y después de que escucháramos interpretaciones al piano de Rosalyn Tureck y tras haber comulgado con una histórica clavecinista como Wanda Landowska, a través de las insólitas aproximaciones del canadiense, que nos hacía ver cosas que especialistas como Rafael Puyana —apreciable estilista y fantasioso fraseador, aunque no del todo pulcro— o, más tarde, Asperen o Ross, y, en todo momento, Leonhardt, no llegaban a vislumbrar. Claro que ellos, como otros instrumentistas, buceaban en los entresijos para servir la escritura del Cantor desde el rigor y el respeto, cada uno a su manera; y Gould se apoderaba del lenguaje y hacía de su capa un sayo; ¡pero qué sayo! ¿Cuáles eran las armas de Gould, cuál su manera de acercarse al teclado, cuál su técnica para que, pese al aparente alejamiento de lo consignado en una partitura, sus recreaciones provocaran por lo común el aplauso, incluso entre los más formidables defensores de la forma y del máximo respeto a la letra como base de partida para acceder al espíritu? Y no nos referimos exclusivamente a la música de Bach, que es sobre la que habitualmente descansan la diatriba y la polémica, sino a la de los numerosos compositores a los que el artista terminó aproximándose. Volviendo a conceptos y argumentos ya empleados años ha en estas mismas páginas, hemos de subrayar, en primer lugar, una magnífica preparación física, una presteza en la articulación y un mecanismo de altos vuelos que le posibilitaban para poder traducir sin mácula cualquier composición por dificultosa que fuera. Técnica 52 La técnica nacía entonces con facilidad, naturalmente, sin irregularidades, y daba pie a que entre ella y el sonido obtenido gracias a su aplicación se estableciera una conexión fluida, una comunicación casi milagrosa de una exactitud rara que ayudaba a sentar los fundamentos de la interpretación, en él gobernada por pulsiones o sensaciones y sobre todo por decisiones de orden estrictamente intelectual, que nacen del análisis y de un deseo de purificación de la forma, a la que se quiere desnuda, desprovista de cualquier tipo de adherencia, ornamento o fácil gratificación. Se intenta hallar la pulpa, el meollo a través de un muy personal e intransferible acercamiento. Recordemos lo que apuntaba Jacques Drillon: “En Gould — aunque esto no sea exclusivo de él— es el piano el que triunfa; el resto es literatura”. Lo que, llevado al extremo, puede resultar inclemente, agresivo, excesivamente escueto. Gould se situaba no pocas veces al borde de un ignoto precipicio. Pero no era locura, evidentemente, sino cálculo bien meditado, nacido de una mente preclara y de un temperamento controlado, aunque de fondo volcánico. He ahí el gran secreto y, al tiempo, la gran verdad de este pianista único, que obtenía, tras horas y horas enfrentado a su instrumento, dialogando a solas con él, insólitas texturas sonoras, una transparencia sin igual, rasgos que se advierten en cualquiera de sus numerosas grabaciones, a las que se dedicó en cuerpo y alma durante la mayor parte de su carrera, huyendo de las salas de conciertos como de la peste. Esa claridad expositiva se conseguía partiendo de un original apoyo sobre la tecla derivado de una posición, más baja de lo acostumbrado, ante el teclado. El ataque era rápido, nítido (incluso con manipulación que buscaba aproximar los martillos a las cuerdas a fin de lograr una sonoridad más clara y afilada) y un uso prácticamente sistemático del staccato, del toque detaché, lo que conllevaba la aplicación del legato sólo en instantes de carácter excepcionalmente intenso. La tímbrica así conseguida, con tanto mimo, era de enorme finura, muy cuidada. Una manera que conectaba con la técnica clavecinística, que proporcionaba una estimulante simplificación de la escucha y que intentaba dar con la más precisa y neta articulación de las notas, favoreciendo de este modo la claridad de las voces y su correspondiente relación y aseguraba el orden de todas las partes; lo que interesaba en grado sumo a la exposición de formas tales como el canon o la fuga; de ahí la destreza del intérprete en los pentagramas bachianos, que tanto trabajó durante casi toda su vida. No es extraño que uno de sus mayores logros —de lo que hay ejemplo hasta en tres distintas, muy diferentes entre sí, versiones discográficas— fueran las Variaciones Goldberg. Se ha estudiado mucho también otra de las grandes características del panista cual era, valga la expresión, su insólita ambivalencia sinfónico-organística: esa polifonía tan milagrosamente obtenida, que casaba perfectamente con la amplia gama dinámica y de colores y que recordaba a la derivada de las antiguas registraciones del antiguo instrumento de fuelles. De lo que es buen ejemplo —para no limitarnos a Bach— la versión de la transcripción de Liszt de la Quinta Sinfonía de Beethoven, en la que, por cierto, Gould no tenía el más mínimo rebozo en recurrir a trucos de grabación, para él, que no salía de los estudios, totalmente lícitos. A lo dicho hay que unir un descomunal dominio de la pulsación y un excepcional empleo del rubato, muy medido, poco generoso pero determinante de la más justa expresión. Capacidad que fue muy admirada por Heinrich Neuhaus, profesor del Conservatorio de Moscú, gran pianista y más grande pedagogo — maestro de, entre otros, Richter y Gilels—, que llegó a declarar después de escuchar a Gould la Partita nº 6 de Bach durante la gira por Rusia en 1957: “¡Bach ha resucita- do!”. Claro que para llegar a estas alturas de ejecución se exigía estar en posesión de una extraordinaria técnica de pedal, artilugio que nuestro artista empleaba muy comedidamente. Realmente, le tenía auténtico pavor. Curiosamente, Gould salvaba a Schnabel, que trabajaba muchísimo en sentido contrario porque lo “usaba con gran sentimiento y para cubrir ciertas imperfecciones técnicas”. Pero nuestro intérprete, como todos, a veces transgredía esa que parecía ser regla sagrada para él y abusaba del mecanismo. Así en la Sonata op. 5 de Richard Strauss. Con todo, hay que insistir en que lo que el canadiense tocaba estaba presidido casi siempre por un alto grado de estilización, consecuencia de la puesta en práctica de los credos señalados. Porque también pretendía llegar a un punto de superior elegancia, a un acercamiento aristocrático, envueltos en la pátina de lo apolíneo. En el mismo plano, el tempo era analizado como otro factor esencial y sometido a relaciones orgánicas entre los distintos grupos temáticos. Nunca debía ser inamovible, y las interpretaciones que nos ha dejado el pianista lo demuestran. Ideas Son muchas las entrevistas, declaraciones, reportajes y ensayos relacionados con Gould y su pensamiento. Para conocer este último, y adentrarse en su más recóndito pensamiento musical, son imprescindibles sus escritos, recogido en un extenso volumen editado en 1982 por Tim Page y traducido en España por Turner siete años más tarde. Ahí, y en sus numerosos encuentros con los periodistas Bruno Monsaingeon o David 278-Pliego Estud 21/9/12 11:55 Página 53 D D I SI CS O C O S S ESTUDIO Dubal, podemos beber de los conceptos e ideas básicas que fundamentaban el arte del instrumentista y que se extendían a otras ramas de la creación humana, como dirección de cine y de orquesta, experimentación sonora, adaptación, análisis, literatura y aun filosofía; y por supuesto, poesía, aunque esta actividad se centrara esencialmente en las teclas de su piano. Poesía hecha sonido. Limpia de polvo y paja. ¿Qué significaba el instrumento para el artista? Cuestión básica. En realidad no era nada más, y nada menos, que un mero y desnudo vehículo de expresión de nociones de alta categoría musical. “Me parece que cuando se toca el piano no se explota suficientemente su predisposición para la abstracción. Sobre él es posible reducir asombrosamente toda clase de obras no destinadas en origen a él”. Esta es la razón de que no se sintiera muy atraído por la música considerada eminentemente pianística como la de Chopin. En el mismo sentido es reveladora esta otra afirmación: “El secreto para tocar el piano reside parcialmente en la manera en la que pueda uno separarse del instrumento”. Respecto a esta idea siempre contaba el propio Gould una anécdota realmente chusca que ya tuvimos ocasión de recoger en estas páginas. “Un día me encontraba trabajando en la Fuga K. 394 de Mozart cuando alguien, manejando un aspirador, pasó al lado de mi piano. En los pasajes forte la música, luminosamente diatónica, apareció sumergida en un halo de vibrato que producía un efecto similar al que se siente cuando uno canta mientras se ducha. Y en los pasajes piano yo no oía absolutamente nada de lo que estaba tocando. Notaba una sensación táctil, podía imaginar lo que hacía pero sin escucharlo realmente. Y lo curioso es que lo que me parecía percibir me llegaba mejor de lo que lo hubiera hecho si el aspirador no hubiera estado presente. Desde entonces, cuando tengo necesidad de adquirir rápidamente la impresión táctil de una partitura, simulo el efecto producido por aquel aspirador con cualquier clase de sonido: un western por la televisión, un disco de los Beatles. Poco importa mientras se trate de alguna cosa ruidosa. Porque lo que aprendí en ese encuentro casual de Mozart y el aspirador es que el oído interno de la imaginación es un estimulante mucho más poderoso que todo lo que pueda provenir de la observación exterior”. Afirmaciones sorprendentes que sitúan a Gould en la categoría, establecida por él mismo, de los intérpretes que no buscan explotar el instrumento que utilizan, de los que “se esfuerzan en torpedear la cuestión del mecanismo de la ejecución, de crear la ilusión de un vínculo directo entre ellos mismos y una partitura dada y que, por consiguiente, ayudan a crear en el auditor el sentimiento de participar no tanto en la interpretación como en la música misma”. Y el ejemplo máximo de este tipo de pianista era para él Sviatoslav Richter. Aunque esa persecución de soluciones abstractas —¿éticas?— nos pueda parecer un tanto contradictoria en un instrumentista tan conectado con el teclado, tanto que a veces parecía una verdadera prolongación de su figura, encorvada y colocada en una posición alarmantemente inferior a la habitual; la que le proporcionaba su pequeña silla-taburete, con la que iba de aquí para allá. Porque Gould, señalaba Georges Leroux, “confiaba a la técnica la finalidad paradójica de reforzar la soledad e integrando esta última, para intentar su superación, en un proceso de comunicación”. Una conexión con el oyente —ya que no espectador a partir de 1964— que, en definitiva, persiguió durante toda su vida a través de las más diversas manifestaciones y empleando todas las ventajas que las técnicas modernas proporcionaban. Porque, como se ha podido deducir, el pianista canadiense no sólo fue un artista complejo, un investigador y un curioso impenitente, sino también, y muy en primer lugar, un filósofo de la comunicación —en todo aquello que tuviera que ver con el universo musical— que buscaba una finalidad: que el auditor, penetrado por la verdad sacrosanta, deviniera él mismo en artista. Con lo que, consecuentemente, “la vida devendría en arte”. Quizá en el fondo lo que latía era una probablemente utópica asunción con el absoluto a través de una posibilidades electrónicas y mecánicas que formaban parte integrante del mensaje artístico. Aunque ese trasfondo sea difícil que se pueda apreciar en una mera audición de cualquiera de sus interpretaciones, ya de por sí, en la superficie, suficientemente interesantes y valiosas. Y que Sony nos trae de nuevo en esta edición del octogenario y en la que, en sucesivas oleadas, se nos va a ofrecer prácticamente todo lo que al pianista, en concierto o en estudio, registró. Para muchos será un gozoso reencuentro; para otros, un formidable descubrimiento. Edición El sello discográfico ha planificado cuidadosamente la operación, que se va a desarrollar realmente en tres ediciones. Una primera, Best of Glenn Gould’s Bach (88691975049), álbum de dos CDs, que incluye la interpretación de las Variaciones Goldberg de 1955, y un DVD, que contiene la recreación de esa obra en toma de 1980. Una segunda, This is Glenn Gould. Story of a Genius ( 8 8 7 2 5 421762), contiene también dos CDs y un DVD, más un libro de 60 páginas. Introducción al pianista presentada como un diccionario, con selecciones de Bach y otros. La tercera entrega es la colección propiamente dicha, The Glenn Gould Collection (vv.rr.): veinte volúmenes, incluyendo de dos a seis CDs cada uno. Las grabaciones completas del artista para CBS/Sony classical. Son 61 discos, treinta y ocho de ellos dedicados a Bach. En esta fenomenal colección, como ya pudimos comprobar en su día, aparecen las grandes interpretaciones, legendarias en algún caso, que en tiempos tuvimos ocasión de ir comentando en estas páginas. De nuevo seguimos esa translúcida sonoridad bachiana, la impecable digitación, el fraseo de lógica aplastante, la milagrosa articulación. No siempre las tomas, de distintas épocas, son buenas, es cierto, pero no nos privan de poder apreciar esas virtu- des. Y de asombrarnos nuevamente del riguroso concepto que tenía de la forma, la manera en la que penetraba en la estructura básica de cada composición, en donde residía la razón esencial que lo motivaba a recrear al Cantor de Santo Tomás en el piano moderno: Bach componía sin importarle el sonido, sin pensar a veces en un instrumento determinado. Su pensamiento era más abstracto. El Brahms de Gould era más intelectual que emotivo, más lógicamente estructurado que intuitivo, lo que no debe sorprender. Pero la nitidez de las voces, el equilibrio general del discurso, la proporción de los volúmenes, lo vívido de los contrastes y el sentido cantable, a veces un tanto urgente, nos ganan y nos revelan un gran pureza expresiva. ¿Y qué decir de las Sonatas de Mozart o de Beethoven? Las del primero se ofrecen con una luz y una efusión insólitas siempre dentro de una rigurosa exposición, pero no exentas de libertades ornamentales y de la adopción de tempi aparentemente caprichosos. Sabido es que a Gould no le gustaba del salzburgués prácticamente casi nada más que la llamada Sonata fácil. La colección de las del segundo no está completa. Pero se incluye la mayoría de ellas, que nos dejan ver los sorprendentes criterios del artista, que sólo admiraba las muy tempranas. Algunas aproximaciones provocaron en su día la indignación de la crítica más sesuda. Pero el pianista se explicaba: “Hay que pasar de un Beethoven visionario y místico a un Beethoven realista, que nos presenta sus últimas obras como construcciones calcinadas e impersonales”. Por eso hoy todavía nos siguen pareciendo tan sugerentes estas interpretaciones descarnadas y desmitificadoras a ultranza, ajenas a las indicaciones del autor. Pero no deja de haber estupendas sorpresas, como una Pastoral, la nº 15, en la que la técnica anti-legato hace maravillas. En ella, como apunta Michael 53 278-Pliego Estud 21/9/12 11:55 Página 54 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS Stegemann, el comentarista habitual de los discos, se reencuentra la “paz otoñal” tan cara al instrumentista. No pretendemos hacer aquí una crítica ya practicada en su día y que haría redundantemente extenso este comentario de aproximación. Simplemente digamos que en cualquiera de los compositores recogidos en la triple edición podemos hallar cosas del más alto interés, conforme a la manera y criterios del pianista. Aparecen, entre otros, los nombres de Wagner (con transcripciones firmadas por Gould e incluyendo un Idilio de Sigfrido en la versión origi- nal para trece instrumentos), Haydn, Chopin, Schoenberg, Hindemith, Strauss, Krenek o Berg. Importante es la inclusión de un álbum con tres DVDs titulado Gould plays Bach, que estudia el problema del instrumento a elegir y contiene interpretaciones de El arte de la fuga, las Goldberg (recogida asimismo en un álbum arriba citado) y otra serie de páginas bachianas trufadas de conversaciones, más bien lecciones de alto nivel, del pianista con Monsaingeon. Preciosos documentales. Arturo Reverter Kurt Masur, Jaap van Zweden, Gianandrea Noseda CUESTIÓN DE EMOCIONES BRITTEN: War Requiem. EDITH WIENS, soprano; NIGEL ROBSON, tenor; HAKAN HAGEGARD, barítono. CORO FILARMÓNICO DE PRAGA. CORO DE NIÑOS ANKOR. FILARMÓNICA DE ISRAEL. Director: KURT MASUR. 2 CD HELIKON 02-9645 (Harmonia Mundi). 1996. 83’. DDD. N PN War Requiem. SABINA CVILAK, soprano; IAN BOSTRIDGE, tenor; SIMON KEENLYSIDE, barítono. CORO DEL ETHAM COLLEGE. CORO Y SINFÓNICA DE LONDRES. Director: GIANANDREA NOSEDA. 2 CD LSO LIVE LSO0719. (Harmonia Mundi). 2012. 84’. DDD. N PN A 54 los cincuenta años de su estreno en la catedral de Coventry el War Requiem de Benjamin Britten sigue siendo una de las obras más emocionantes y hondas del siglo XX, una reflexión sobre la guerra a través de los poemas de Wilfred Owen que entreveran el oficio litúrgico de la Misa de Difuntos. Dos orquestas —una de ellas de cámara— un amplio contingente coral y tres solistas vocales ponen en pie una pieza cuya prémière protagonizaron Heather Harper, Peter Pears y Dietrich FischerDieskau bajo la dirección del propio autor. Nos llegan ahora, a la vez, tres nuevas versiones. La primera de ellas a cargo de Kurt Masur, el veteranísimo maestro alemán que, antes de la aparición de este documento de los archivos de la Orquesta Filarmónica de Israel, BRITTEN: War Requiem. EVELINA DOVRACHEVA, soprano; ANTHONY DEAN GRIFFEY, tenor; MARK STONE, barítono. CORO DE LA RADIO DE HOLANDA. CORO DE NIÑOS DE HOLANDA. FILARMÓNICA DE LA RADIO DE HOLANDA. Director: JAAP VAN ZWEDEN. 2 CD CHALLENGE 608917238822 (Diverdi). 2012. 83’. DDD. N PN la grabaría dos veces y con muy buenos resultados. Una con la Filarmónica de Nueva York —Vaness, Handley, Hampson (Teldec)— en 1998 y la otra con la Filarmónica de Londres —Brewer, Dean Griffey, Finley (LPO)— en 2005. Lo primero que impresiona de su lectura con la Filarmónica de Israel —de 1996— es la enorme emoción que destila, la entrega absoluta de la batuta a la partitura, la capacidad que aquella tiene de atrapar al oyente desde el primer momento —y hablamos de un maestro tan poco dado a eso como Masur— por la vía de la convicción emocional. El sonido de la grabación en vivo no es ni mucho menos perfecto —hay un ruido súbito en el Dies Iræ que destempla al oyente— pero sí más que suficiente para recibir lo que Masur quiere transmitir con esta música, es decir, lo que esta música le dice a él y a todos, su clamor por lo absurdo de la guerra, su anhelo por vencer a la muerte. La orquesta de cámara la dirige Mendi Rodan y los coros son excelen- tes. Los solistas, por su parte, hacen un trabajo espléndido. Nigel Robson —su entrada inicial o luego tras el Quam olim— es un modelo de expresividad para su parte y Hakan Hagegard le da réplica con la intensidad requerida — aunque no sea el gran Finley de 2005—, firmando los dos un maravilloso dúo en el final mientras Edith Wiens está a muy buena altura, un puntito más operística que oratorial en el Lacrimosa. La Filarmónica de Israel vivía en aquel entonces un buen momento y su prestación no deja que desear. Un War Requiem directo al corazón. Corazón y cabeza hay en la sorprendente lectura de Jaap van Zweden con Reinbert de Leeuw al frente de la orquesta de cámara. El maestro holandés ejerciente en Dallas ofrece una versión en la que análisis y emoción —sin llegar al extremo de Masur en este punto— se dan la mano. Hay en ella una extraordinaria claridad expositiva —ayudada por una formidable toma de sonido— que muestra admirablemente cada cosa en su sitio. La prestación orquestal y de los coros es irreprochable, con un sonido menos difuso que el de la Filarmónica de Israel y más redondo que el poderosísimo de la Sinfónica de Londres con Noseda. El punto anímico llega de la lógica, del planteamiento formal, no hay trampas —tampoco en Masur pero en éste tampoco pareciera haber la toma de distancia previa que aquí sí aparece. Lo que ocurre es que esa distancia se va reduciendo hasta la consecución del objetivo: presentar la obra como es y dejar que el oyente —él solo, por su cuenta, dejándole sitio— se emocione ante ella. Para ello se cuenta también con un excelente trío solista, un tenor —Anthony Dean Griffey— que, como Robson, es un acreditado britteniano—, un barítono de enorme expresividad y la mejor soprano de las aquí presentes. Gianandrea Noseda, quien sustituía a la sazón al previsto Colin Davis en los conciertos que se recogen ahora, firma un War Requiem en el que todo está en su sitio, con una orquesta —no se nos dice quién dirige la de cámara— de enorme opulencia —pero, por ejemplo, en el Dies Iræ no es superior a la más modesta holandesa— y unos coros a tono. Sus solistas son nada menos que Bostridge y Keenlyside con el añadido de una muy aceptable Sabina Cvilak. El resultado es bueno pero le falta el punto de emoción de Masur y la enorme seriedad formal de Van Zweden. No es que acabe siendo superficial, ni mucho menos, pero no termina de alcanzar lo que esta música propone y otros han sabido encontrar en ella. Entre ellos el propio autor (Decca) —a pesar de una Vishnevskaia que sustituyó sin demasiado fortuna a Harper para el registro fonográfico que siguió al estreno en el que estaba prevista pero al que las autoridades soviéticas no le permitieron acudir, Hickox (Chandos) y Rattle (EMI). A ellos se suman ahora, por vías distintas, Masur y Van Zweden en esta especie de gozosa anticipación discográfica del centenario del nacimiento de Benjamin Britten. Claire Vaquero Williams 278-Pliego Estud 21/9/12 11:55 Página 55 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS Gruberova, Stade, Rouleau, Prey VARIADO COLORIDO EDITA GRUBEROVA. Soprano. Arias de Don Pasquale, Lucia di Lammermoor, El rapto en el serrallo. Don Giovanni, Lucio Silla, La traviata, El murciélago, Manon, Maria Stuarda, Linda di Chamounix, Roberto Devereux, Lucrezia Borgia, Norma, Los puritanos y Ariadne en Naxos. CORO Y ORQUESTA DE LA ÓPERA DE VIENA. VARIOS DIRECTORES. 2 CD ORFEO C857 112 1 (Diverdi). 1977-2010. 149’. ADD/DDD. N PN FREDERICA VON STADE. Mezzo. Canciones y lieder de Schumann, Chausson, Schubert, Scarlatti, Mozart, Saint-Saëns, Brahms, Dowland, Purcell, Debussy, Liszt, Canteloube, Hall y Mahler. Arias de Il ritorno d’Ulisse, Tancredi, Nina, Semiramide, Idaspe y La bohème (Leoncavallo). DIVERSOS SOLISTAS, INSTRUMENTISTAS, ORQUESTAS Y DIRECTORES. 4 CD NEWTON 8802125 (Cat Music). 1975, 1977-1978. 186’. ADD. N PE JOSEPH ROULEAU. Bajo. Arias de Don Carlo, Il trovatore, Lucia di Lammermoor, Mefistofele, Samson y L’elisir d’amore. Canciones y lieder de Monteverdi, Fauré, Ravel, Duparc, Musorgski, Ibert, Brahms, Tosti, Saint-Saëns, Grieg, Flégier y Mathieu. ORQUESTAS, DIRECTORES, SOLISTAS Y PIANISTAS DIVERSOS. 3 CD ANALEKTA AN 2 9874-6 (Diverdi). 1960-1986. 186’. ADD/DDD. N PN HERMANN PREY. Barítono. Arias de La flauta mágica, Las bodas de Fígaro, Così fan tutte. El barbero de Sevilla, Der Wildschütz, Un ballo in maschera, La traviata, Faust, Pagliacci y Oratorio de Navidad. Lieder de Beethoven, canción de Berlin. ORQUESTAS Y DIRECTORES DIVERSOS. WOLFGANG SAWALLISCH, piano. BR KLASSIK 900307 (Ferysa). 19661992. 65’. ADD/DDD. N PN R eunimos en este comentario a cuatro voces muy distintas entre sí, cada una de una cuerda. Hablaremos de ellas según el orden establecido en la (forzosamente) extensa ficha. Así, le corresponde el turno a Gruberova, una soprano lírico-ligera, en la segunda etapa de su larguísima carrera claramente lírica. Se recogen grabaciones realizadas nada menos que en un espacio de 35 años, que son muchos años, durante los cuales la cantante de Bratislava (1946) ha ido recorriendo el camino desde sus tempranas soubrettes mozartianas o sus iniciales Lucias o, poco después, su incomparable Zerbinetta, hasta sus Reinas donizettianas. Encontramos algunas de las interpretaciones más sonadas de la artista, en las que emplea toda la munición que siempre la ha caracterizado: timbre muy eslavo, rico, aunque no, para el que firma, específicamente bello, color plateado, emisión de excelente direccionalidad a los resonadores superiores, con intensa vibración, extensión impresionante, rozando un milagroso mi 5, fabuloso control del aliento, con magnífico apoyo y un diafragma de hierro pero de rara elasticidad. Aparte, por supuesto, una pasmosa facilidad para las fioriture, con trinos incluidos. Su propensión a los filados, a las variadas dinámicas, al empleo de un indiscriminado glissando, su tendencia a olvidarse del tempo y, consecuentemente, del ritmo de base, que podría ser plausible o aceptable en ciertas épocas, su atrabiliaria manera de acentuar, han ido exagerándose cada vez más hasta resultar cargantes. Hoy, con la voz ya cansada y trémula, esos efectos son difícilmente admisibles. Su fraseo, tan amanerado, nunca nos convenció del todo en sus heroínas italianas, pero quedaban las demás virtudes que le permitían, por ejemplo, realizar una fastuosa e infalible recreación de la endiablada aria Ah, se il crudel periglio de Lucio Silla de Mozart. No tan bien en Martern aller Arten de El rapto en el serrallo, donde faltan graves. Los de Gruberova nunca fueron muy allá. Pero los agudos siempre resultaban resplandecientes y seguros. Ahí están, por ejemplo, ese re5 de Regnava nel silenzio de Lucia o el mi bemol 5 de Traviata, donde aparece un impecable, aunque ya mayor, Kraus. No se encuentra en Norma, en cuyo dúo Mira o Norma la mezzo, Nadia Krasteva, se come olímpicamente el do5. Entre lo mejor, el aria de El murciélago. La norteamericana Frederica von Stade (1945) brilló durante los años setenta y ochenta como gentil mezzo lírica, ligera diríamos, de tinte casi de soprano. Una voz de escaso tonelaje, dotada de una delgadez y un timbre muy peculiares. Los armónicos no abundaban, pero la buena técnica emisora hacía que el sonido manara fluido y natural en el centro de la tesitura, que llegaba a poseer en determinados momentos ciertos reflejos sensuales. Los agudos, si son medios, tenían encarnadura y redondez, pero a partir del la4 tendían a hacerse descarnados y perdían la deseada morbidez y buena parte de su espectro tímbrico, así en Bel raggio lusinghier de Semiramide de Rossini, donde se aprecia lo forzado del canto, en exceso elevado para ella. Hay que aplaudir sin duda la elegancia habitual del trazo, la finura de las concepciones y de la línea, el buen manejo de las dinámicas, la excelencia de los pianos y filados, de los portamentos y de los ataques; no siempre de la coloratura. Buen muestrario de todo ello lo encontramos en la canción Oh! Quand je dors de Liszt. No falta a veces la emoción, como en The Blessed Virgin’s Expostulation de Purcell. La gracia gentil, aunque algo epidérmica, ayuna frecuentemente de claroscuros, de Von Stade, se refleja adecuadamente en una serie de duetos de Schumann y de Brahms en los que tiene la compañía de la muy ligera soprano Judith Blegen. Nos gusta menos la mezzo en los lieder de Mahler (los del Caminante, los Rückert y dos del Wunderhorn), en los que la excesiva claridad del color y una cierta ñoñería y un abandono un tanto ficticio, perjudican en su caso la seriedad. Las limitaciones se advierten muy nítidamente en Um Mitternacht. No nos convence el acompañamiento de Andrew Davis con la London Philharmonic. Hoy es poco conocido el bajo canadiense Joseph Rouleau (1926), cuya carrera se extendió a lo largo de más de cuarenta años. No fue una estrella rutilante, un favorito de todos los públicos, sí un experto trabajador lírico, de una solvencia y una dignidad vocal fuera de duda. La voz, grande y oscura, era, podríamos decir, de grano grueso, compacta, consistente, recia, plena en una zona central amplia y resonante y en unos graves bien poblados, con buen apoyo. El brillo, es cierto, era relativo y la emisión con frecuenta tirando a áspera. Y la zona superior no tan homogénea ni rica. Ahí el sonido tenía proclividad a abrirse, a clarear y a perder contundencia y redondez, a hacerse casi baritonal y algo tremolante. Para dar una idea del tipo vocal a quien no haya escuchado al cantante, lo podríamos acercar en la primera octava al de un Cesare Siepi, aunque, claro, sin la nobleza, la belleza y la plenitud de éste. 55 278-Pliego Estud 24/9/12 12:45 Página 56 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS Nos sorprende Rouleau con unas bien delineadas agilidades en Abbietta zingara de Trovador y unos atractivos mordiente y acentuación en los fragmentos de Mefistofele (1975) en los que aparece la que fuera luminosa voz del tenor Luciano Saldari. Hay un amplio muestrario de canciones del más diverso tipo, en las que el bajo exhibe su profesionalidad y, hasta cierto punto, su variedad de colores. Excelente su Don Quichotte à Dulcinée de Ravel, muy bellas las de Tosti y magníficas las de Musorgski de Cantos y danzas de la muerte. Elocuente, aunque sin la gracia italiana, la salida de Dulcamara de Elixir de amor. Más que notables, por su intensa concentración y su gravedad, con la voz algo ajada ya (1974), los Cuatro cantos serios de Brahms, ejecutados un tono bajo. Hemos hablado aquí más de una vez de las calidades de la voz de Hermann Prey (1929-1999) y nos hemos hecho lenguas de su arte. Simplemente, y para cerrar ya esta extensa recensión, digamos, aun a fuer de repetirnos, que el timbre era de un metal riquísimo, penumbroso, pero brillante, que su emisión a la máscara colocaba el sonido en el fulcro, lo que lo hacía permanentemente audible, presente, caluroso, aunque a veces excesivamente cupo. Voz lírica, de no gran volumen, empleada con técnica muy aquilatada y expresión muy justa. Su mundo era el de la ópera alemana, el de Mozart, también en su vertiente italiana —y su interpretación del aria de Fígaro del tercer acto de Bodas lo demuestra—, y, por contagio, el del Barbero rossiniano. Y el del lied, por supuesto, donde nos dejó muestras inapreciables de su dicción, emoción y elocuencia. Admiramos de nuevo al barítono, ahora en este recital editado por BR Klassik, que recoge interpretaciones en vivo de distintos años y procedencias. Maravilloso su Papageno, vitales sus Fígaros, gracioso y variado en el aria Rivolgete a lui lo sguardo, escrita para Così aunque luego sustituida, expresivo y matiza- do en el ciclo A la amada lejana de Beethoven, en el que lo acompaña muy refinadamente el director Wolfgang Sawallisch. Perfecto en la cómica aria de Der Wildschütz de Lortzing, No era Prey un cantante verdiano, pero su musicalidad y su magnífica impostación le permite cumplir en una bien dibujada Di Provenza il mar de Traviata. Menos feliz Eri tu de Baile de máscaras o el Prólogo de Payasos, bien que con un punzante, estrecho, pero timbradísimo la bemol3 (postizo). Muy bien el aria bachiana. Se defiende en el aria de Valentin de Faust y dota de gracejo a la página de Irving Berlin. Arturo Reverter Jean Martinon, Philippe Entremont, Michel Plasson, Geoffrey Burleson, Neeme Järvi UNA BUENA RACHA SAINT-SAËNS: Sinfonías. BERNARD GAVOTY, órgano. ORQUESTA NACIONAL DE LA ORTF. Director: JEAN MARTINON. 2 CD BRILLIANT 94360 (Cat Music). 1972-1975. 156’. ADD. R PE Conciertos para piano y orquesta. PHILIPPE ENTREMONT, piano. ORQUESTA DEL CAPITOLE DE TOULOUSE. Director: MICHEL PLASSON. 2 CD NEWTON 8802144 (Cat Music). 1976-1977. 134’. ADD. R PE Estudios. GEOFFREY BURLESON, piano. GRAND PIANO GP 601 (Ferysa). 2012. 67’. DDD. N PN Bacchanale de “Sansón y Dalila”. La rueca de Onfalia. Faetón. Danza macabra. La juventud de Hércules. Marcha militar francesa. Obertura de “La princesa amarilla”. Una noche en Lisboa. Spartacus. Marcha de la coronación. REAL ORQUESTA NACIONAL DE ESCOCIA. Director: NEEME JÄRVI. CHANDOS CHSA 5104 (Harmonia Mundi). 2012. 78’. DDD. N PN E 56 stas cosas suelen ir por rachas y de vez en cuando la casualidad nos pone en el foco a un compositor de esos que si no nos recuerdan que existe acabamos por olvidarlos. Ahora llega Saint-Saëns con novedades y reediciones que nos demuestran que era bastante más que un academicista con oficio. Empecemos por las reediciones. Fundamental la de las sinfonías, en la versión que fue desde su aparición en EMI referencia absolu- ta, es decir, la de Jean Martinon con la Orquesta Nacional de la ORTF. Martinon era un gran maestro y entiende a la perfección esta música que va de la simplicidad inteligente de las Sinfonías Primera y Segunda a la grandiosidad un punto pompier de la Tercera —Bernard Gavoty al órgano— más ese gesto ampuloso que es Urbs Roma. No se sabría decir si los conciertos para piano y orquesta están por encima o al mismo nivel que las sinfonías pero son su complemento imprescindible, entre otras cosas porque presentan rasgos parecidos, del academicismo a la originalidad —que llega más bien tarde en el Cuarto y Quinto, tan sorprendentes a su manera. Newton recupera la versión de Philippe Entremont y Michel Plasson, aparecida en su momento en Sony, que es excelente aunque no llegue a la altura de la de Pascal Rogé y Charles Dutoit (Decca). Como es baratísima, puede perfectamente servir para el recién llegado, a quien hay que decirle que Entremont —siempre muy buen pianista aunque luego prefiriera dedicarse a la dirección de orquesta— estuvo mejor unos años antes con Ormandy y la Orquesta de Filadelfia en Segundo y Cuarto (Sony). Los Estudios para piano reúnen investigación técnica — quizá excesiva para algunos oyentes y a pesar de la influencia de Liszt, que no le da alas— y expresividad, las dos cosas más cercanas en los Op. 135, que son ya de 1912, es decir, contemporáneos de quienes ya habían llegado mucho más lejos que él y dejan su huella —el oyente puede rastrearla en un ejercicio bien interesante— en el viejo maestro, además, claro, de compartir fascinación por el pasado barroco. Como curiosidad también, uno de los del Op. 111 se subtitula Les cloches de Las Palmas, y nos recuerda que el músico francés adoraba la ciudad canaria — escribió también un Vals canariote. En todo caso una música muy interesante, reveladora de un conocimiento enciclopédico de la historia de la música y un dominio del instrumento verdaderamente clamoroso. Geoffrey Burleson tiene un duro competidor en Piers Lane (Hyperion) pero sale airoso del empeño con un disco —muy seco en su sonido— que es buena alterna- tiva al británico. Dicho lo cual, el mejor Saint-Saëns está en sus poemas sinfónicos, en fragmentos como la Danza macabra o la Bacanal de Sansón y Dalila, en esa suerte de inspiración rapsódica, ordenada y desatada a la vez, en la línea berlioziana pero con menos genio aunque el talento no falte. Neeme Järvi reúne aquí los cuatro “grandes” —La rueca de Onfalia, Faetón, La juventud de Hércules y la Danza macabra— junto a bienvenidas rarezas como la obertura de La princesa amarilla, Spartacus, una nada militar Marcha militar francesa o la obertura de su ópera Enrique VIII. Todo dicho sin problema alguno, como es habitual en este maestro que a veces se descuelga como mejor de lo que parece. Aquí es lo que parece pero en el mejor sentido de la palabra y el disco vale por un repertorio impagable que no suele encontrarse por ahí. La Orquesta Nacional de Escocia cumple admirablemente, como los ingenieros de Chandos. Para disfrutar sin mayores cavilaciones. Claire Vaquero Williams 278-Pliego Estud 21/9/12 11:55 Página 57 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Leopold Stokowski EL MAGO ERA ÉL LEOPOLD STOKOWSKI. Director. Obras de Falla, Wagner, Bach, Beethoven, Ives, Bizet, Sibelius, Chaikovski, Mendelssohn y Brahms. Transcripciones de Stokowski de obras de Rimski, Chopin, Debussy, Novácek, Chaikovski, Albéniz y Shostakovich. ORQUESTA DE FILADELFIA, SINFÓNICA AMERICANA. FILARMÓNICA NACIONAL. 10 CD SONY 886919711523 (SonyBMG). 1960-1977. 502’. R PM E ste álbum publicado por Sony incluye todas las grabaciones en estéreo hechas por Stokowski para CBS entre 1960 y 1977 que repasamos en las líneas que siguen, una acertada edición a precio medio que pone al día una parte importante de la discografía de este inolvidable mago de la orquesta. Los dos primeros CDs con la Orquesta de Filadelfia incluyen El amor brujo (con Shirley Verrett) y una de sus célebres síntesis sinfónicas basadas en óperas de Wagner, Tristan en este caso. La señora Verrett tiene dicción española aceptable, aunque su canto está fuera de estilo (no obstante está más acertada que Nan Merriman, que también grabó la página con Stokowski (RCA) y a la que no se entendía absolutamente nada de lo que cantaba). Los fragmentos de Wagner (escenas de amor de los actos 2º y 3º de Tristan) son apasionadísimos, incandescentes, fenomenalmente tocados y grabados, desde luego que impactarán a todos los que tengan la fortuna de escucharlos. El segundo CD son transcripciones de Tres Preludios corales de Bach más el Quinto Concierto de Brandemburgo, obviamente el enfoque del oyente será tratar de disfrutar de una gran orquesta sinfónica tocando Bach olvidándose de cualquier cuestión relacionada con el estilo o la instrumentación (en su edición original en LP, fue un best seller de gran popularidad). El siguiente CD es el Emperador de Beethoven con Glenn Gould de solista. Éste admiraba sin trabas a Stokowski, a quien incluso entrevistó para la radio canadiense y le convenció para grabar juntos este concierto (al director, independiente de sus grabaciones con Rachmaninov de solista, no le gustaba grabar obras concertantes por aquello de que la estrella era él en exclusiva). La versión, absolutamente heterodoxa, no convencerá a todo el mundo, sobre todo a los que estén acostumbrados a las versiones clásicas de la fonografía (Fischer, Gilels, Brendel, Barenboim), y sus matices y caprichos seguramente indignarán a más de uno; pero si se olvidan de la competencia, posiblemente encontrarán un indudable atractivo en esta versión que incluso pasa por ser la preferida de muchos aficionados. El cuarto CD está dedicado enteramente al compositor norteamericano Charles Ives (1874-1954). Stokowski dirigió el estreno mundial de la Cuarta Sinfonía de aquél en 1965, grabando la obra entre los días 29 y 30 de abril del mismo año. Ya es sabido que tanto en el plano musical como en el cultural, el compositor norteamericano define una concepción artística de alcance innovador extraordinario, tratando de expresar en esta música la vida moderna mediante bruscas alternancias de estilo. La versión está soberbiamente realizada, requiriéndose dos directores asociados (Katz y Serebrier en la grabación que nos ocupa) para colaborar activamente con el director principal (“es la obra más difícil que he dirigido nunca”, dijo el propio Stokowski después de su exitoso estreno). En los tiempos actuales, su escucha no supondrá para el oyente ningún problema y esta graba- ción ayudará sobremanera a la comprensión de este gran compositor, como en su momento las de Bernstein, Ozawa o Tilson Thomas contribuyeron a ello. El CD se completa con otra obra de Ives estrenada por Stokowski, en esta ocasión en 1956, la densa Obertura Robert Browning, además de cuatro Canciones para coro y orquesta grabadas en 1966 y 1967, una valiente apuesta de CBS, cuyos inciertos resultados comerciales desconocemos (pero que nos tememos lo peor). En fin, un disco excelente que vuelve a confirmar a Stokowski como el gran campeón en el estreno de obras de diferentes estilos (recordemos que desde Schoenberg hasta Varèse pasando por Rachmaninov e infinidad de compositores de diferentes concepciones estéticas, Stokowski fue el director que más obras estrenó en los EEUU). El quinto CD es una delicia: las suites de Carmen y La arlesiana recreadas por Stokowski al frente de la National Philharmonic, una orquesta formada por los músicos más destacados de las orquestas inglesas y cuya misión está destinada exclusivamente a los estudios de grabación. Stokowski grabó durante los días 23, 26 y 27 de abril de 1976, es decir, cuando el maestro contaba 94 años, estos 17 números de una música plena de color, elegancia, claridad y emoción, una interpretación, la del nonagenario Stokowski, vital, fresca y juvenil que sobrepasa incluso a las de otros directores justamente famosos en estas páginas (Toscanini, Désormière, Beecham, Maazel). El sexto CD tiene un interés relativo, al menos para el firmante, ya que se trata de páginas breves orquestadas por el propio Stokowski, eso sí, con indudable maestría e imaginación (a destacar el Vuelo del moscardón de Rimski, Claro de luna de Debussy y el Corpus Christi en Sevilla de Albéniz) que seguramente tendrán un indudable atractivo para toda clase de públicos. La orquesta vuelve a ser la National Philharmonic y el año de grabación es también 1976. Del mismo año y asimismo con la NPO es la Primera de Sibelius y El cisne de Tuonela, obras que componen el séptimo CD, dos fenomenales versiones que si bien no hacen que nos olvidemos de Barbirolli o Bernstein, hicieron que la crítica echase las campanas al vuelo con estas dos versiones (así lo confirmó Robert Layton, especialista en Sibelius, en las páginas de Gramophone). Con su verbo y colorido característicos, Stokowski nos vuelve a asombrar en el octavo CD con música de La bella durmiente de Chaikovski en la adaptación de Diaghilev (La boda de Aurora se titula el disco). El noveno CD son dos juveniles sinfonías justamente tratadas así por el director que entonces contaba 95 años, las últimas grabaciones hechas por el maestro antes de su desaparición: Italiana de Mendelssohn y Sinfonía en do de Bizet, de inconfundibles elocuencia, color y luminosidad, grabadas además, según nos cuenta el libreto, en una sola toma sin que fuese necesario ningún retoque ni añadido posterior. Finalmente, una Segunda de Brahms acoplada con la Obertura trágica del mismo compositor cierra este magnífico álbum. Stokowski fue el primero en grabar las 4 Sinfonías de Brahms en los EEUU, registrando en 1929 la Segunda en discos de 78 rpm. No fue hasta 48 años más tarde cuando la volvió a poner en atriles para el disco en una brillante y magnética lectura que es la que nos encontramos aquí. La Trágica, como nos cuenta el libreto, desmiente rotundamente la edad del director, y nadie pensaría que es un anciano de 95 el responsable de esta exaltada versión. Por tanto, en vez de La novia era él (título en español de I was a Male War Bride) aquel divertimento cinematográfico de Howard Hawks, pongamos “El mago era él” para titular este espléndido álbum dedicado a uno de los grandes alquimistas del sonido sin competencia en la moderna historia de la dirección de orquesta. Buenas tomas de sonido, atractiva presentación y precio muy competitivo, tres añadidos más que les ayudarán a decidirse sin problemas por la adquisición de estos discos. Enrique Pérez Adrián 57 278-Pliego Estud 24/9/12 12:48 Página 58 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Brilliant CASI TODO SCHÜTZ P ublicados anteriormente en cuatro volúmenes independientes, estos 19 CDs grabados por Matteo Messori con la Cappella Augustana entre 2003 y 2008 recogen una buena parte de la producción de Heinrich Schütz (Brilliant 94361, distribuidor: Cat Music), aunque la colección dista de ser una integral. Aparte muchas piezas misceláneas sueltas, la principal ausencia es la de los salmos, pues ni los Salmos de David op. 2 ni los del Salterio de Becker op. 5 aparecen recogidos. También faltan la tercera serie de las Symphoniæ sacræ (la Op. 12) y los 12 cantos sacros op. 13. Aunque en su momento comenté ya para SCHERZO los volúmenes II, III y IV y conocía también el I, he vuelto a escuchar con atención la colección completa, que se organiza por el mismo orden cronológico en que los discos fueron siendo editados y en el que los comento. Las Symphoniæ sacræ I y II, piezas de inspiración italiana en las que el canto solista es fundamental, quedan lastradas por algunas voces de la Cappella Augustana, especialmente las de tenor y contratenor, en general planas y no demasiado ágiles para las necesidades del canto disminuido (los dúos de teno- 58 res o los de los tenores con el bajo Bogdan Makal resultan especialmente desafortunados). Mucho mejor las dos sopranos, de voces ligeras pero frescas, limpias y sugerentes, y sobre todo el experto y sólido bajo Harry van der Kamp. Instrumentalmente, tanto los violines de Alberto Stevanin y Gianni Maraldi como las cornetas de Jean-Pierre Canihac y Marie Garnier, los flautistas, el conjunto de trombones y fagotes o el continuo a base de tiorba, violone y órgano ofrecen recreaciones de muy alto nivel, muy marcado su componente ornamental. En la Historia de la Navidad el tenor Krzysztof Szmyr cumple sin alardes como Evangelista más lírico que dramático, mientras que en los intermedios resultan mejor los solos y los tríos que los números corales, en los que el conjunto suena con algunos desequilibrios y un empaste precario. Las Canciones sacras a 4 voces op. 4 se benefician en cambio de un más selecto equipo vocal: repite la soprano Anna Mikolajczyk, pero el contratenor es aquí Maciej Gocman, el tenor, Paolo Borgonovo y el bajo, Walter Testolin. Un simple órgano sirve de continuo en una interpretación sobria, limpia, transparente, en la que se marca bien la tendencia a privilegiar la voz superior. La primera serie de Pequeños conciertos espirituales (op. 8) toma también la senda de la sobriedad (al órgano se añade un violone y a veces una espineta en el continuo) pero resulta más irregular, mejor los dúos de las sopranos y los tríos de voces graves. Agitados, intensos, de tempi muy rápidos, pero no siempre equilibrados y algo efectistas en las abundantes explosiones en forte los Madrigales italianos op. 1. Las obras destinadas a la Semana Santa son en mi opinión las mejores de toda la colección. Cuentan con el Evangelista del tenor Gerd Türk (quien aporta además la voz de Jesús en Las siete Palabras), que hace un trabajo soberbio. Las tres Pasiones son obras de extrema sobriedad y Türk encuentra la variedad de acentos e inflexiones y el tono declamatorio, entre lo dramático y lo lírico, que conviene a cada instante para evitar la monotonía. Bas Ramselaar es un Cristo profundo y noble. En la nómina del resto de personajes hay solistas brillantes, como el tenor Hervé Lamy, el contratenor Vincent LiévrePicard o los bajos Walter Testolin y Lisandro Abadie. En La historia de la Resurrección y Las siete Últimas Palabras se cuenta además con el conjunto de violas Il Suonar Parlante, que, aun sin la presencia de su líder Vittorio Ghielmi, aporta un color sugestivo y una intensidad, una incisividad y un vigor que potencian el sentido penitencial de las obras. Los números corales (incluidos los de los breves Dialogos per la Pascua SWV 443 y 444) se integran sobrios y recios con absoluta naturalidad en el drama (las turbas están perfectamente individualizadas, sorprendiendo en algunos casos por la suavidad de los ataques), completando unas versiones que pueden estar a la altura de las mejores. La segunda serie de Pequeños conciertos espirituales (op. 9) vuelve a depender mucho de la calidad individual de las voces de la Cappella Augustana. En las piezas a solo y en los dúos, resulta destacable la contribución del tenor Michael Schaffrath (estupendo su O Jesu, nomen dulce, ágil y elegantemente ornamentado) y del bajo Walter Testolin. En tríos y cuartetos los resultados son igualmente irregulares, y en general se nota cierto desequilibrio hacia las voces más agudas, aunque el nivel de solvencia es más que suficiente, con algunos momentos cargados de emoción y brillantez. Continuo eficaz y sobrio (órgano, espineta). El principal problema de las Musikalische Exequien resulta de la enorme competencia que se encuentra. Se trata de la obra más difundida y grabada de Schütz, y entre los registros ya existentes hay auténticos hitos (Herreweghe, Lasserre, Gardiner, Christophers, Rademann). Messori es en cualquier caso capaz de crear un clima de notable tensión, que alcanza el punto máximo de su exaltación en el Canticum B. Simeonis. La interpretación está bien equilibrada y cantada, con una notable variedad en el Concierto en forma de misa alemana, aunque tal vez no llegue a la hondura emotiva de algunas de las opciones antes apuntadas (especialmente, Herreweghe, Lasserre, Rademann). La Op. 11 tampoco alcanza la intensa y honda espiritualidad de Herreweghe (que no ha grabado completa la colección), pero la interpretación de Messori es muy estimable: es una versión sobria y refinada, con el conjunto de voces más equilibrado de toda la edición y una concentración muy especial sobre los detalles retóricos y sobre la horizontalidad de la música. En los últimos números, Messori emplea algunas voces instrumentales. En resumen, aunque de prácticamente todas las obras que aquí se presentan pueden encontrarse en el mercado discográfico versiones más profundas y mejor acabadas (acaso con la excepción de las Pasiones, que considero referencias absolutas), es este álbum, a su precio imbatible, una opción interesante para conocer el mundo de un compositor tan decisivo en el desarrollo de la música germánica como el gran Heinrich Schütz, el caballero de la triste mirada. Pablo J. Vayón 278-Pliego Estud 21/9/12 12:09 Página 59 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES 59 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 60 D D I SI CS O C O S S CRÍTICAS de la A a la Z DISCOS BACH-BEETHOVEN BACH: Variaciones Goldberg BWV 988. BLANDINE RANNOU, clave. 2 CD ZIG-ZAG TERRITOIRES ZTT111001 (Diverdi). 2010. 84’. DDD. N PN La observancia de todas las repeticiones previstas en la partitura puede servir, especialmente en una obra como las Goldberg, para que, cada pasaje pueda mirar primero hacia atrás, luego hacia delante. Las posibilidades de secuenciación que el intérprete puede establecer y el oyente percibir devienen así virtualmente infinitas. En esta grabación las hay particularmente conseguidas, como aquella que comienza (y con ella, afortunadamente, el segundo CD) en la variación 16. Con un empleo del rubato que se demuestra perfectamente eficaz sin contar con un pedal debajo del teclado, Blandine Rannou sorprende con una obertura francesa iniciada por un impresionante aluvión acórdico, tras el cual el discurso va poco a poco aligerándose hasta llegar a los picantes trinos que sazonan la primera parte de la variación 20. En la siguiente, el clima vuelve a ser solemne, pero de un intimismo del que también se va saliendo paulatinamente hasta llegar a las cristalinas escalas de la 23. Aquí y allá hallamos aciertos parciales dignos de mención: las graciosas detenciones que en la segunda parte de la primera variación, jugando con la articulación y la agógica, mantienen el ánimo en suspenso; el tono campesino del ritmo de siciliana en la 7ª; el modélico equilibrio que en la 13ª se logra entre el rigor de la digitación y la flexibilidad del fraseo; el garbo de éste en la 28ª… El otro platillo no está tan lleno, pero tampoco vacío: en la segunda repetición de la 13ª y, más aún, en toda la 25ª (que llega a durar 9’36”), la línea se aproxima muy peligrosamente al punto de pérdida; la 26ª y la 27ª suenan mecánicas (en contraste, por otro lado, con la siguiente, ya mencionada); la 11ª, muy austera (si demasiado será cuestión de gusto subjetivo) en el contexto en el contexto en que se inserta… Aunque no de indiscutible referencia, en su especie ésta es (reparos incluidos) una opción muy interesante y digna de tenerse en cuenta. Alfredo Brotons Muñoz BACH: Obras para órgano. MICHEL CHAPUIS, órgano. ra bien, insistimos, lo más apreciable es el aspecto más carnoso que surge de su amor por el timbre y de apostar por cierto naturalismo vitalista opuesto al ascetismo más enclenque. Incluso hay pasajes, verbigracia el comienzo lento de uno de los conciertos de Vivaldi transcritos, en los que el oyente acaso pareciera montado en el interior de una nave espacial, por ventura repleta de hipnóticas lucecitas sacadas de una ambientación a lo steampunk. Retro y futurista a un tiempo, así nos parece esta interpretación sesentera que United Archives rescata con su impronta más habitual: magníficas remasterizaciones, precios de oferta, y por supuesto, raquíticos libretos interiores totalmente prescindibles. Pablo del Pozo 14 CD UNITED ARCHIVES NUA05 (Diverdi). 1966-1970. 863’. ADD. R PE S i hay algo que caracteriza a esta histórica integral es su extraordinario color i s m o . Siguiendo la estela excelsa del organismo francés, Michel Chapuis expone constantemente, y con caleidoscópica soltura, una hermosa gama de registros por doquier. En contraste con ciertas interpretaciones monocromáticas pretendidamente antirrománticas, la música de Bach, así expuesta, no parece en absoluto contradecirse consigo misma: antes al contrario; y sobre todo en las piezas con corales, aquellas en las que el cantus firmus se beneficia clarísimamente de tal nitidez de las líneas aportada por timbres tan variados. Resístanse a tararearlos, sobre todo los más famosos… acaso parecen auparse flotantes sobre una impresionista aureola de sonidos etéreos. Chapuis es de pulso y pulsación espontáneos, ágiles y directos, jamás metronómicos pero firmes al fin y al cabo. Aho- BACH: Conciertos para flauta en sol mayor, en si bemol mayor BWV 1055, en re mayor BWV 1053, en re menor BWV 1059, Liebster Jesu, wir sind hier BWV 731. ERIK BOSGRAAF, flautas dulces. ENSEMBLE CORDEVENTO. BRILLIANT 94296 (Cat Music). 2011. 59’. DDD. N PN L os movimientos rápidos del pres e n t a d o como Concierto en sol mayor se toma de las arias para tenor y para bajo del Dramma per musica BWV 215 compuesto por Bach en 1734 con motivo de la visita a Leipzig del elector de Sajonia: el solista se hace cargo de la parte vocal con apenas algunos adornos (trinos sobre todo) añadidos. El lento es un aria de la Cantata BWV 32, la línea vocal y la del oboe obbligato se funden en una. El artificio resulta convincente como complemento. No cabe decir lo TIPO DE GRABACIÓN DISCOGRÁFICA N H R Novedad absoluta que nunca antes fue editada en disco o cualquier otro soporte de audio o vídeo Es una novedad pero se trata de una grabación histórica, que generalmente ha sido tomada de un concierto en vivo o procede de archivos de radio Se trata de grabaciones que ya han estado disponibles en el mercado internacional en algún tipo desoporte de audio o de vídeo: 78 r. p. m., vinilo, disco compacto, vídeo o disco video digital PRECIO DE VENTA AL PÚBLICO DEL DISCO PN Precio normal: cuando el disco cuesta más de 15 € PM Precio medio: el disco cuesta entre 7,35 y 15 € PE Precio económico: el precio es menor de 7,35 € 60 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 61 D D I SI CS O C O S S BACH-BEETHOVEN mismo de la adaptación del BWV 731; sí del BWV 1059, más conocido en su versión para oboe. Los otros dos conciertos se conocen mayoritariamente en su versión para clave solista, del que aquí Bosgraaf reproduce el discurso de la mano derecha. Que éste se simplifique considerablemente en el Siciliano central es uno de varios detalles que inevitablemente limitan el interés del disco a los que lo tienen por la flauta de pico. No se concluya de ello una baja estimación de la labor de los intérpretes. Por el contrario, tanto el solista como los acompañantes, todos ellos muy jóvenes, asombran por su calidad técnica y desbordan frescura en sus planteamientos estilísticos. Vamos, en la más genuina tradición holandesa. Alfredo Brotons Muñoz BACH: Cantatas BWV 4, 7, 19, 21, 22, 31, 32, 37, 38, 39, 42, 47, 52, 56, 58, 76, 79, 88, 106, 108, 127, 140, 160, 164, 176, 178, 180, 199 y 202. JOHANNA BEHREND, EDITH BERGER-KREBS, GERTRUD BIRMELE, MARIE-LUISE DENICKE, AGNES GIEBEL, GERDA LAMMERS, LILO ROLWES, GUNTHILD WEBER, sopranos; LORRI LAIL, INGRID LORENZEN, ANNELIES WESTEN, CHARLOTTE WOLF-MATTHÄUS, contraltos; HELMUT KREBS, tenor; DIETRICH FISCHER-DIESKAU, WALTER HAUCK, barítonos; GERHARD NIESE, bajo. CORO DE NIÑOS, CORO DE CÁMARA Y ORQUESTA DE LA RIAS. Director: KARL RISTENPART. 9 CD AUDITE 21.415 (Diverdi). 19491952. 651’. ADD. R PN E n la resurrección de la música en Alemania tras la II Guerra Mundial desempeñaron sin duda un papel capital los conjuntos amparados por la RIAS (Radio del Sector Americano) de Berlín. En 1947, Karl Ristenpart (1900-1967) inició con ellos el primer proyecto de grabación integral de las cantatas de Bach, que cinco años más tarde hubo que abandonar debido a dificultades financieras. Las veintinueve muestras que ahora se publican en formato digital bien se puede considerar que representan la concepción sobre Bach dominante aun antes de los Richter y Münchinger. Su importancia histórica es evidente: éste es el Bach que escuchó o, con más probabilidad, sim- plemente imaginaron y divulgaron un tal Mendelssohn o un tal Brahms. Y precisamente de cantantes que entonces empezaban a cosechar un éxito que aún nadie ha dejado de reconocer en estos autores es de los que ahora disponemos de un testimonio fidedigno sobre el Bach que contemporáneamente cultivaban. En otros términos: hoy estamos en un punto de un camino que, desde luego, no se inició en los años sesenta. Las comparaciones son odiosas, dice el tópico; pocas veces, sin embargo, tan instructivas como en esta ocasión. Por la gravedad de su fraseo además de y más aún que por lo abultado de los efectivos empleados, los números corales se aproximan a lo que se suele considerar como apropiado para Un réquiem alemán bajo la dirección de Ristenpart, preocupada sobre todo por el logro del efecto de solemnidad. La lentitud de los tempi no resulta sin embargo tan desesperante ahí como cuando intervienen los solistas, donde ni siquiera la bella frescura tímbrica de, por ejemplo, los entonces principales Agnes Giebel o Dietrich Fischer-Dieskau logrará emocionar al oyente menos expuesto al historicismo en, por sólo mencionar una entre decenas de muestras posibles, el dúo tan hermoso que comparten en la BWV 79. Recomendable, pues, para comprender mejor el pasado y, por tanto, el presente. Alfredo Brotons Muñoz BACH: Misa en si menor BWV 232. DOROTHEE MIELDS, HANA BLAZIKOVÁ, sopranos; DAMIEN GUILLON, contratenor; THOMAS HOBBS, tenor; PETER KOOIJ, bajo. COLLEGIUM VOCALE DE GANTE. Director: PHILIPPE HERREWEGHE. 2 CD PHI LPH 004 (Diverdi). 2011. 101’. DDD. N PN De Herreweghe había dos grabaciones anteriores de la Misa en si menor. La primera, realizada en 1988, la calificamos de cálida y más expansiva que reposada cuando se la incluyó en un álbum quíntuple (véase SCHERZO, nº 220, pág. 81); de la segunda, fechada en 1996, únicamente se pudo valorar las buenas aportaciones de los solistas, dada la exagerada relegación a que los técnicos de sonido habían condenado la parte instrumental (véase SCHERZO, nº 123, pág. 71). El tenaz director belga vuelve ahora por sus fueros, pero con una tendencia a ablandar los ataques de coro y orquesta que no siempre evita la melifluidad, así en el Kyrie, el Gratias y el Credo. Con éste contrasta de modo no totalmente coherente un Patrem más agresivo. En cambio, tras la concentración del Et incarnatus y el Et Crucifixus sí se recibe con agrado la exultación del Et resurrexit, lo mismo que la alegría del Et expecto tras la levedad del Confiteor. Y también encomiable resulta la tersura con que se da el paso del Domine Jesu al Qui tollis. El único solista que repite en los tres registros es Peter Kooij, tantas veces calificado con justicia de incombustible pero cuya voz en el Quoniam ya se muestra algo apagada e incapaz de llegar con frescura al final de todos los períodos. Sus compañeros gustan más por parejas que individualmente: sobre todo por comparación con el Kyrie que lo precede, las dos sopranos consiguen dar mucha vida al Christe, y también Dorothee Mields y Damien Guillon mezclan bien en el Et in unum Dominum. Del resto destaca el tierno Laudamus te de Hana Blaziková, mientras que Thomas Hobbs cumple con corrección aunque lejos de lo hecho por Prégardien en 1996. La orquesta responde a las suaves directrices de Herreweghe con estimable mantenimiento de la tensión discursiva y detalles tímbricos delicadísimos como, el Domine Jesu, la diríase integración de la flauta en el órgano del continuo. La Pasión según San Juan BWV 245. GERLINDE SÄMANN, soprano; PETRA NOSKAIOVÁ, contralto; CHRISTOPH GENZ, tenor, JENS HAMANN, bajo. LA PETITE BANDE. Director: SIGISWALD KUIJKEN. des y defectos” (véase SCHERZO, nº 244, pág. 82) y una Pasión según San Mateo por debajo de otras “más cálidas, claras y equilibradas” (véase SCHERZO, nº 256, pág. 73) no son halagüeños. Pero lo mismo que las estadísticas para romperlas, los prejuicios están para desmentirlos. También puede ser que, simplemente, Juan admite mucho mejor que Mateo un enfoque intimista, centrado en el mensaje espiritual antes que en el drama argumental. Globalmente, el discurso avanza paulatinamente, pero no hacia la exaltación y el triunfo siquiera en la trascendencia, sino hacia un decaimiento que en realidad es concentración, recogimiento, interiorización. Concretando, las constantes más destacadas en positivo las marcan las intervenciones corales y las instrumentales. De lo primero, además del coro inicial merecen sobre todo mención la viveza y transparencia lograda, por ejemplo, en Lasset uns. Los solistas van, sin excepción, de menos a más en el grado de satisfacción. Así, la contralto Petra Noskaiová, de canto bastante irrelevante en Von den Stricken, acaba conmoviendo profundamente, aunque sin atisbo alguno de desgarro expresivo, en las dos partes de Es ist vollbracht, donde la aportación de Kuijken a la viola da gamba resulta además irreprochable. Algo muy similar cabe decir de la soprano Gerlinde Sämann, no más que correcta en Ich folge, pero de una delicadeza sólo empañada por unos agudos no totalmente plenos en Zerfliesse. También el tenor Christoph Genz acaba por encontrar una adecuación entre tono e intención próxima a lo ideal en Erwäge. Y el bajo Jens Hamann, algo tibio en Betrachte (arioso por lo demás demasiado lento para que la tensión se mantenga), está más suelto en las arias con coro Eilt y Mein teurer Heiland. Si el planteamiento teórico convence, aquí se hallará un punto de apoyo de firmeza muy considerable aunque no total. 2 CD CHALLENGE CC72545 (Diverdi). 2011. 105’. DDD. N PN Alfredo Brotons Muñoz Alfredo Brotons Muñoz BACH: C omo en él es ya norma inveterada, Kuijken aborda Bach con un músico por parte y lo justifica en la carpetilla. Juzguen los especialistas y la historia; para el oyente que busca emoción, los precedentes de una Misa en si menor para Enrique Martínez Miura “con desigualda- BEETHOVEN: Tríos con piano. TRÍO FLORESTAN. 4 CD HYPERION CDS 44471/4 (Harmonia Mundi). 2011. 253’. DDD. N PN Podría decirse que el de Bonn ganó por la mano a su admirado Haydn además de 61 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 62 D D I SI CS O C O S S BEETHOVEN-BUXTEHUDE por la renovación del género en cuanto al trío con piano, porque Beethoven irrumpió en Viena con su Opus 1 no mucho antes de que Haydn publicase los últimos suyos. En el primer disco de los cuatro que se agrupan en esta caja, con sustanciosos comentarios de carpetilla, yo diría que el Trío “De los espíritus” no llega a adquirir tanta entidad como el que le sucede, nº 2 del Op. 70, a pesar de que usualmente suele ocurrir lo contrario. Se completa el disco con el jocundo Allegretto en si bemol WoO 39. En el segundo, el Trío “Archiduque” recibe una interpretación aireada, llena de equilibrio y justeza, con verdadero desenfado en su tiempo final. Tras el intrascendente Allegretto en mi bemol mayor Hess 48, se despliegan las infrecuentemente grabadas Variaciones “Kakadu” op. 121a, con esa disparidad entre la larga introducción y la sencillez de la mayoría de las variaciones que la siguen. En ellas se dan la misma buena línea y resultados que lo mencionado hasta ahora. Impecables resultan las interpretaciones de los Tríos nºs 1 y 2 op. 1, a destacar este último por su valor real de envergadura sinfónica, reproducido con vuelo y prístina calidad por el Trío Florestan. Desciende en importancia musical, como obra, el anterior cronológicamente Trío en mi bemol mayor WoO 38. Pero en el cuarto disco encontramos la riqueza tonal y cuidada elaboración del Trío en do menor op. 1 nº 3, traducido por los Florestan con riqueza, cuidado juego dinámico y espíritu musical intachables. De modo verdaderamente jocundo se despliegan las Variaciones en mi bemol mayor op. 44, impregnadas de la liviandad de su motivo, el aria Ja, ich muss von ihr scheiden perteneciente al singspiel Das rote Käppchen de Carl von Dittersdorf. Y a pesar de estar compuesto cinco años más tarde y diferir en la forma musical, de esa misma jocundidad participa el Trío en si bemol mayor op. 11, última obra registrada en este conjunto de cuatro discos. José Antonio García y García BEN-HAIM: Sinfonía nº 1. Fanfarria por Israel. Metamorfosis sinfónica. NDR RADIOPHILARMONIE HANNOVER. Director: ISRAEL YINON. 62 CPO 777 417-2 (Diverdi). 2008. 58’. DDD. N PN Javier Perianes BEETHOVEN Y PERIANES: OTRO HITO BEETHOVEN: Sonatas para piano nºs 12, 17, 22 y 27. JAVIER PERIANES, piano. HARMONIA MUNDI HMC 902138. 2011. 70’. DDD. N PN P or derecho y con la verdad por delante. También con veneración y sin complejos ni miedos. Así recala ahora Javier Perianes en la música de Beethoven. Disco hondo, vigoroso, dramático, radiante, intensamente auténtico, apasionadamente beethoveniano. Estamos ante una de las grandes grabaciones dedicadas a este aquí crecido Coloso de Bonn presentado por el colosal pianista español. ¡Puro Beethoven! Si Esteban Sánchez puso una pica en Flandes hace décadas con sus formidables registros del Cuarto Concierto y las Bagatelas y Rondós, ahora Perianes repite la hazaña en estas interpretaciones de cuatro de sus sonatas. Hace ahora un año se saludaba en estas mismas páginas el formidable disco dedicado por Perianes a Falla como “un hito”. Ahora hay que asumir sin remilgos que este Beethoven nuevo y clásico es igualmente otro hito de la discografía. Hay fidelidad reverencial, casi mística, a la tradición, a lo que han revelado los maestros —de Schnabel a Brendel, de Kempff a Gulda o Barenboim—, pero hay al mismo tiempo ideas, personalidad, sello propio. El pianista onubense se regodea en ese sonido y fraseo tan característicos y únicos, que más que atenuar, realzan al Beethoven musculoso y áspero, lleno de contrastes y claroscuros. Clásico, romántico y futurista. N acido en Múnich en 1897, Paul Ben-Haim fue uno de esos muchos músicos judíos que vieron truncada su carrera en Alemania con la llegada de los nazis al poder. Una vez afincado en Palestina, terminó su Primera Sinfonía en 1940, plasmando en ella, según sus propias palabras, “el terror de las fuerzas del diablo”. Es por tanto una obra dramática y de fuertes contrastes, pero tam- Cuando hay que sacar músculo, sus dedos —que son además poderosos— hacen sonar el piano con la contundencia y gamas dinámicas de un Backhaus o un Gilels. Cada momento, cada instante, cada acento, frase o modulación cobran vitalidad y pujanza expresiva dentro de un elocuente y sugestivo universo sonoro pleno de contrastes, claridades y matices. Versiones también rigurosas, ancladas en un sentido estético nacido de la inmensa naturaleza musical de Javier Perianes, que ha querido y sabido adobar con el conocimiento inteligente y verdadero de la tradición y del enriquecedor legado discográfico. Desde los primeros y calmos compases de la Sonata nº 12, en la bemol mayor que abre el disco hasta el rondó final de la Sonata nº 27, en mi menor que lo cierra, todo es un cúmulo fascinante de estados de ánimo. ¡Pocas veces se ha escuchado la Marcha fúnebre de la Sonata en la bemol mayor con tan sombría profundidad y dramatismo! ¡Rara vez el Allegretto final de la Sonata Tempestad ha sonado con tan diáfana claridad ni los compases del Minuetto de la Sonata nº 22, en fa mayor tan arraigados al pasado y tan decididamente anunciadores del futuro! Javier Perianes, que ya fascinó a todos con su Schubert preciosista y mesurado, deslumbra con este Beethoven de primera, que, sin vacilaciones, hay que insertar entre los mejores. El virtuosismo a raudales que también entraña este redondo CD en ningún momento logra desdibujar su penetrante, riquísima entidad bién académica, ligada a la tradición, con raíces populares y ecos abiertamente mahlerianos. La Fanfarria por Israel (1950) sigue esa línea posromántica desde un espíritu festivo y procesional de energía in crescendo. Aun así, la página más interesante del disco es de lejos esa Metamorfosis sinfónica de 1968 en la que Ben-Haim rinde homenaje a Bach partiendo del coral Wer nun den lieben Gott läbt walten, que transfigura respetando las formas barrocas pero desde una nueva óptica que incorpora elementos de expresiva. Perianes, pianista en plenitud, utiliza sus sólidos medios técnicos con el fin exclusivo de hacerlo vehículo de su inagotable imaginación musical, de su capacidad de animar el inerte pentagrama hasta transformarlo en materia viva. Es precisamente este virtuosismo pulcro, curtido y nunca espectacular el que le permite un control absoluto de las dinámicas —inicio de la Sonata Tempestad— u obtener infinitas sonoridades y registros del teclado. Perianes, triunfa en su empeño de decir la música desde su núcleo más esencial, sin rodeos ni vericuetos. Acaso por ello este Beethoven se siente tan auténtico y espontáneo y llega tan directamente al alma. Ineludible cerrar estas líneas sin subrayar la calidad técnica de la grabación, realizada en los Estudios Teldex de Berlín en noviembre de 2011 bajo la dirección artística de Martin Sauer, mago del sonido que ha trasladado fidedignamente al misterio digital el expresivo pianismo de Perianes. Los textos que acompañan el CD, firmados por Luca Chiantore, ilustran con lucidez las razones que lo han inspirado: “La idea del movimiento perpetuo que fascinaba a Beethoven”. Justo Romero cantos hebreos y giros armónicos de plena vigencia en la música de la segunda mitad del siglo XX. Si a ello sumamos las magníficas notas de Jehoash Hirshberg y la presencia de la estupenda Orquesta de la NDR de Hannover, así como el vigor y la solidez de Israel Yinon al frente, tenemos un disco que lo tiene prácticamente todo para reivindicar con fuerza el arte de este compositor que fue también maestro de compositores. Asier Vallejo Ugarte 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 63 D D I SI CS O C O S S BEETHOVEN-BUXTEHUDE BRAHMS: Sinfonías nºs 1 y 4. SINFÓNICA DE LA RADIO DE BAVIERA. Director: MARISS JANSONS. BR KLASSIK 403571900112 (Ferysa). 2012. 88’. DDD. N PN M ariss Jansons (1943) adolece a veces en sus grabaciones de las exquisitas cualidades que exhibe en sus conciertos; este disco, admirable en muchos sentidos y con el que culmina su segunda integral brahmsiana para BR-Klassik, tampoco es una excepción. Su concepción de Brahms, tal como demostró en su primer ciclo que grabó para Simax a finales de los noventa al frente de la Filarmónica de Oslo, funciona a la perfección en una primera audición: uno admira esa presentación perfectamente delineada y articulada del maestro letón, con exquisitos gestos dinámicos y adictiva plasticidad sonora. En sucesivas audiciones, la impresión cambia y comienza a hacerse cada vez más patente la ausencia de profundidad dramática y su Brahms termina por resultar en algunos momentos magro e inerte. Un buen ejemplo de lo dicho lo encontramos ahora en la passacaglia final de la Cuarta, grabada en febrero pasado, donde Jansons yuxtapone con maestría un segmento de ocho compases tras otro sin la menor coherencia dramática entre ellos o su conjunto; como ejemplo de lo contrario tenemos la grabación de 1998 dirigida por Herbert Blomstedt que por fin acaba de reeditar Decca. La Primera, grabada en octubre de 2007, resulta algo mejor. A pesar de evitar la repetición o de relajar bastante el tempo, consigue que el Un poco sostenuto-Allegro fluya bien de principio a fin; el Andante sostenuto es totalmente apolíneo y camina con la misma elegancia de fraseo que el tercero; y el Finale está maravillosamente tocado aunque carece de la energía y flexibilidad de su primer registro en Oslo. Sin duda, la mayor ventaja de este nuevo ciclo Brahms de Jansons es el nivel de la orquesta bávara o la excelente toma sonora nítida, transparente y equilibrada. Esperemos que BRKlassik se acuerde para su catálogo del estupendo Beethoven que ha dirigido Jansons en Múnich o de algunas maravillas recientes como su versión de Evgeni Onegin. Pablo L. Rodríguez BUXTEHUDE: Obras completas vol. 15. Sonatas en trío op. 2. CATHERINE MANSON, violín; PAOLO PANDOLFO, viola da gamba; TON KOOPMAN, clave y órgano; MIKE FENTROSS, laúd. CHALLENGE CC72254 (Diverdi). 20102011. 73’. DDD. N PN Obras completas vol. 16. Membra Jesu Nostri. SIRI KAROLINE THORNHILL, DOROTHEE WOHLGEMUTH, sopranos; PATRICK VAN GOETHEM, contratenor; JÖRG DÜRMÜLLER, tenor; KLAUS MERTENS, bajo. CORO Y ORQUESTA BARROCOS DE ÁMSTERDAM. Director: TON KOOPMAN. CHALLENGE CC72255 (Diverdi). 2011. 56’. DDD. N PN La colección del Op. 2 es defendida con general virtuosismo y energía por sus dos principales protagonistas, el violín y la viola da gamba. Sin embargo, el soberbio trabajo de Pandolfo se coloca varias veces en primer plano, dadas las ocasionales pérdidas de redondez del sonido de Manson. Las lecturas reivindican la calidad de estas composiciones de escasas dimensiones, pero en las que podemos ver una de las fuentes de entrada de la sonata instrumental en el área germánica. Resultan especialmente adecuadas la fina y elegante versión de la Segunda y el trabajo tímbrico, así como el tejido de conjunto de la Tercera, donde se levanta el vuelo lírico en los movimientos lentos. Muy equilibrado el Finale de la Cuarta y ciertamente magnífico el intercambio de violín y gamba en la Quinta. Muy interesante el tono marcadamente pesimista del comienzo de la Séptima. Grabación, en definitiva que constituye un importante aporte a la causa de Buxtehude. Membra Jesu Nostri, por su parte, es una de las obras de su autor que cuentan con una discografía más nutrida, de la que sobresalen los hitos de Gardiner y Jacobs. Koopman se sitúa ahora en esa primera fila de los expertos en Buxtehude con esta traducción, para la que ha escogido una reducida plantilla vocal e instrumental. Una visión vibrante, ágil, más elegíaca que dramática, pero siempre poética. Dürmüller está controladamente heroico en Salve Jesu de Ad genua y de emisión notablemente fresca en Pectus mihi confer mundum de Ad pectus. Eficaces los otros solistas, siem- 63 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 64 D D I SI CS O C O S S BUXTEHUDE-HAENDEL pre integrados en una labor de conjunto. Una pincelada sensual enriquece el final melódico de Surge, amica mea, número conclusivo de Ad latus. De especial finura Vulnerasti cor meum de Ad cor, donde Koopman evita enfatizar la fuga final. Estupenda interpretación, en suma, de esta célebre cantata de Buxtehude. Enrique Martínez Miura CERHA: Und du… Verzeichnis. Für K. SINFÓNICA DE LA RADIO DE VIENA. DIE REIHE. Directores: FRIEDRICH CERHA, ERWIN ORTNER. KAIROS 0013182KAI (Diverdi). 1963, 1993. 66’. ADD/DDD. N PN 64 L as dos primeras obras del presente monográfico Friedrich Cerha (n. 1926) pertenecen a los primeros años 60, mientras que la pieza conclusiva, Für K, es de 1993, pero mantiene algunos de los gestos habituales no ya de este compositor, sino de una época concreta, la que sigue a la vanguardia de los años 50. Cerha asume en un primer momento algunas de aquellas técnicas en su catálogo, luego las abandona, pero, curiosamente, vuelve a ellas en obras posteriores, como sucede en Für K, donde el tejido orquestal, de una densidad extrema, se beneficia de la inclusión pasajera de efectos instrumentales que vienen a airear algo la partitura. Ese espesor dramático es el que sobrevuela por las primeras piezas, pero el caso de Und du…, de 1963, es especialmente doloroso, pues se trata de un documento sonoro que se sitúa en el terreno que autores de aquellas generaciones (Nono, Zimmermann) solían elaborar como forma de protesta por las injusticias que contemplaban a su alrededor. Cerha plantea la obra no para ser interpretada en concierto, sino para ser difundida en el medio radiofónico, pues al concebirse como una serie de conversaciones y notas tomadas de algún diario íntimo en las horas que siguen a la explosión de la bomba atómica en Hiroshima, la pieza entra en el campo del arte sonoro. Vista desde la perspectiva actual, el uso de recitadores y el tejido orquestal de tono fragmentario de Und du… puede, en un principio, hacer pensar que estamos ante una pieza anclada en un momento histórico, pero una mirada atenta puede desvelarnos que los elemen- tos que aportaban el carácter de documento sin concesiones a esta obra se mantienen vigentes gracias a que, precisamente, es en el arte sonoro de nuestro tiempo donde los autores expresan con libertad sus puntos de vista sobre la sociedad actual. De repente, un material que parecía pertenecer en exclusiva a una época determinada, muestra toda su pujanza en los tiempos que corren. Cerha ha pasado la prueba de los años gracias a su tenacidad, al mantenerse firme en un lenguaje nada complaciente. El mismo rigor descansa en la pieza vocal Verzeichnis. Un estudio acerca de unas brujas condenadas por la iglesia en el siglo XVII, sirve a Cerha para montar otro de sus frescos sonoros donde se mezclan de manera casi imperceptible técnicas tan dispares como el motete y el Sprechgesang. Francisco Ramos CORSELLI: Farnace (selección). Misa concertata. LA CAPILLA REAL DE MADRID. Director: ÓSCAR GERSHENSOHN. VERSO VRS 2216 (Diverdi). 2008. 71’. DDD. N PN Con el título genérico de Ceremonias reales, este CD recoge música de uno de los maestros de la capilla real española más célebres de todo el siglo XVIII, a pesar de que su música haya sido muy poco difundida. Hablo del parmesano Francesco Corselli (1705-1778), que llegó a España en 1733 y consiguió el más alto puesto musical de la corte borbónica española cinco años después, conservándolo hasta su muerte, durante cuarenta años nada menos, en los que sirvió a tres reyes (Felipe V, Fernando VI y Carlos III). Corselli dejó obras religiosas por centenares, además de cantatas y óperas. La más conocida de sus óperas es Farnace, que escribió en 1739 con motivo de las bodas entre el infante Felipe y la infanta Luisa de Francia. Jordi Savall incluyó fragmentos de ella en su puesta en escena y posterior grabación de la obra vivaldiana de igual título, y Emilio Moreno incluyó también las marchas que sirven de obertura a la partitura en un disco monográfico publicado por Glossa. Gershensohn ha grabado ahora esa misma obertura, dos arias de Farnace, una de Berenice, un arioso de Pompeo, recitativos varios y el coro de salida. Sigue faltando una grabación completa de una obra que asume el modelo de la opera seria italiana de la época en un momento en que Madrid estaba convirtiéndose en un centro de acogida de grandes virtuosos del canto: no en vano, la obra fue estrenada por Caffarelli en el rol epónimo. En esta grabación, es la soprano Agnieszka Grzywacz, residente en Madrid y habitual de muchos conjuntos barrocos españoles, la que pone voz a Farnace con apreciable ternura y elegancia, aunque el aria más intensa aquí registrada la canta una estupenda Marta Infante, que otorga carácter y profundidad a su fragmento. Correcto el tenor asturiano Juan Noval en su parte. La Misa concertata que completa el disco es obra escrita en 1729 en formato de misa breve (Kyrie y Gloria). Es música exuberante, estructurada en quince números en los que se encuentran coros a cinco, arias, dúos y un trío. Interpretación de solistas, pues a las tres voces de Farnace se añaden la soprano Inma Férez y el bajo José Antonio Carril. Interpretación correcta, pero no demasiado estimulante, más bien plana y poco contrastada, de acompañamiento instrumental algo alicaído. Pablo J. Vayón DEBUSSY: La mer. RAVEL: Ma mere l’oye. La valse. FILARMÓNICA DE SEÚL. Director: MYUNG-WHUN CHUNG. DEUTSCHE GRAMMOPHON 476 449-8 (Universal). 2010. 54’. DDD. N PN E l director c o r e a n o Myung-Whun Chung, de familia muy musical, como todo el mundo sabe, hizo sus primeros aprendizajes en la Filarmónica de Seúl. A ella ha vuelto, aunque puede decirse que nunca la abandonó del todo; mas ha llevado consigo algunas de sus vocaciones más irrenunciables. Una de ellas es su amor hacia el repertorio de Francia que llega, que sepamos, hasta Messiaen, del que ha sido uno de los profetas destacados. En Francia, y para ser exactos en la Bastilla, Chung tuvo sus más y sus menos. No sé bien qué, pero eso no importa ahora. El caso es que una cosa es la siempre conflictiva relación con los músicos y la administración, que puede llevar a rupturas sin que sea obligatorio encontrar culpables, y otra cosa es el amor a, por ejemplo, Debussy y Ravel. Excelentes ejemplos de su vocación francesa los dio con la Bastilla, precisamente, al abordar las obras orquestales de Messiaen. Pero discos como el que ahora recibimos son testigos mayores de esa comprensión de la música de un país privilegiado en cuanto a artistas creadores. Y para ello, Chung aborda partituras muy conocidas de Debussy y Ravel; es decir, nada más claro y menos ambiguo: dos compositores que, por contigüidad mas no por pertenecer a una misma generación ni por formar una escuela, son asimilados en el imaginario del público y de buena parte de la crítica. Se diría que Chung asume esa asimilación, pero que no la potencia con sus lecturas. Su Mar debussyano tiene algo de evanescente, y es una opción legítima, pero es una lectura clara, conceptual más que descriptiva, como una abstracción sonora que se apoyara en la imagen borrosa de unas sugerencias. Ah, el matiz, como quería el poeta contemporáneo (de ellos). Diáfano es ese Ravel infantil, los cuentos de Ma mère l’oye; puesto que se potencia lo que es manifiesto, para hacerlo aquí no tanto evidente como protagonista: el diatonismo, aunque arropado por otra dimensión muy fortalecida aquí: el color, el timbre. En cuanto a La valse, es un cierre espléndido de una fiesta sensual y colorista, aunque con toques de “lo subterráneo”, que es una de las posibilidades de este esperpento orquestal. Quedan los cuentos, en medio del Mar y el Vals, como isla de lo transparente, aunque no sin nubes. Santiago Martín Bermúdez FRANCESCONI: Ballata. MARCO BEASLEY, ANDERS LARSSON, EBERHARD LORENZ, LAURE DELCAMPE, voces. CORO Y SINFÓNICA DEL TEATRO DE LA MONNAIE. Director: KAZUSHI ONO. 2 CD STRADIVARIUS STR 57102 (Diverdi). 2002. 141’. DDD. N PN Las últimas obras de Luca Francesconi (n. 1956) anunciaban un giro importante del músico hacia la obra de tipo dramático. La fuerte presencia de la orquesta en piezas como Cobalt Scarlet o Terra del rimorso, y la tensión que destila- 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 65 D D I SI CS O C O S S BUXTEHUDE-HAENDEL ban las notas, hacían presagiar algún título operístico y éste no se ha hecho esperar. Francesconi compone la ópera Ballata en 2002, a partir de un texto de Umberto Fiori sobre el libro de Coleridge The rime of the ancient mariner. Al músico italiano le ocurre lo que a tantos que le precedieron en el paso al género operístico, esto es, se siente más inclinado a potenciar la parte instrumental que la vocal. El resultado es una obra desequilibrada, por cuanto el aporte psicológico y el drama están en un segundo plano, sumergidos por una orquesta omnipresente. Plásticamente, la obra gana con esta suntuosidad orquestal, alcanzando momentos de brillantez en la escena tercera del segundo acto, la más extensa, pero deja en evidencia que el músico no domina todavía los resortes de una obra de envergadura. Las voces están casi siempre al servicio del torrente orquestal, pero no como un recurso estilístico, sino por la impericia de Francesconi, que no ha resuelto aún el problema que mostraban sus últimas obras instrumentales, como Let me bleed, donde el material discurría sin freno, en una crispación continua. Ballata llega al mercado al mismo tiempo que la ópera de Harvey Wagner dream. Nada tienen en común las estéticas de estos compositores, pues mientras Harvey tiende a cuidar los matices del ensemble, Francesconi parece querer reafirmarse en cada obra como uno de los grandes orquestadores del momento. Su disposición formal es mucho más deudora de la tradición operística que la de Harvey. Sin embargo, hay en las dos propuestas un recurso común, y es la de la Técnica IRCAM. Harvey sabe cómo atraer la atención del oyente por medio de las sutiles líneas electrónicas que plantea, pero Francesconi usa el medio electrónico como si éste fuera un instrumento más de la orquesta, por lo que se pierde, en la escucha, cualquier timbre que se separe del flujo orquestal. Francisco Ramos GUBAIDULINA: Cuartetos de cuerda. CUARTETO STAMIC. SUPRAPHON SU 4078-2 (Diverdi). 2011. 68’. DDD. N PN C arta Blanca de la ONE 2009, Quincena Musical Donostiarra 2010, Festival de Alicante 2011… son hitos recientes, en el panorama español, de la definitiva consideración de Sofia Gubaidulina como un “clásico de nuestro tiempo”, por la singularidad de su propuesta estética, su rigor técnico y su capacidad expresiva. Y aunque su catálogo para cuarteto de cuerda no sea extenso, esta grabación integral —salvo las juveniles Variaciones para cuarteto de cuerda, ¿1955?— a cargo del Cuarteto Stamic, a falta de un relieve excepcional en versiones, por otro lado, sumamente correctas, permite asomarse a un repertorio de interés cierto que, hasta ahora, sólo podíamos visitar en registros dispersos (Arditti, Kronos, Rubin) o en la lejana propuesta del Danish Quartet para CPO (1994). Así, el mismo año en que la compositora asoma fuera de las fronteras soviéticas e inaugura su primer estilo modernista se fecha su Cuarteto nº 1 (1971), ya representativo de su dominio en la creación de climas opresivos — mediante el uso de zonas de registro restringidas o el despliegue melódico de materiales mínimos— y en el equilibrio entre densidad y tendencia a la dispersión en la textura; estos elementos se radicalizan en el tándem formado por los Cuartetos Segundo y Tercero (1987), tanto en la exploración de gestos de ataque exasperados como en la administración de los grados de tensión o en el gusto por murmullos casi electrónicos en la zona aguda que, al final del Tercer Cuarteto, alcanzan un límite casi insostenible e irreal de expectación. Por su parte, el Cuarteto nº 4 (1993), encargo del Kronos Quartet, incide en una intención de canto soterrada —en este caso, con el concurso de desviaciones de cuarto de tono en la parte electroacústica incorporada, “sombra” de los intérpretes reales al modo del Concierto para viola y orquesta—, en tanto las breves Reflections on the Theme B-A-C-H (2002) rinden explícito homenaje a uno de los fundamentos del lenguaje de su autora, de Offertorium en adelante: el cantor de Leipzig en contrapunto distante, Gubaidulina en presente gozoso… Germán Gan Quesada William Christie NO HAY PALABRAS HAENDEL: Theodora HWV 68. DAN UPSHAW (Theodora), LORRAINE HUNT (Irene), DAVID DANIELS (Didymus), RICHARD CROFT (Septimius), MICHAEL HART-DAVIS (Mensajero), FRODE OLSEN (Valens). CORO DE GLYNDEBOURNE. ORQUESTA DE LA EDAD DE LA ILUSTRACIÓN. Director: WILLIAM CHRISTIE. 3 CD GLYNDEBOURNE FFOCD 01496 (Diverdi). 1996. 201’. DDD. N PN Cuando la presenció en mayo de 1996, a Antonio Moral (véase SCHERZO, nº 106, pág. 35) la producción de Theodora firmada por Peter Sellars de la que esta grabación discográfica es hija le produjo un entusiasmo perfectamente descriptible, superior en todo caso al que ocho años más tarde sintió Enrique Martínez Miura (véase SCHERZO, nº 192, pág. 108) por el registro videográfico, que era el único del que hasta ahora se disponía. Yo comenzaré declarando que por separado los trabajos tanto del director escénico como del musical me parecen sencillamente magistrales, y por tanto me faltan palabras para describir el resultado conjunto. La parte cuya responsabilidad última compete a William Christie, que mis compañeros sí elogiaban aunque ambos con algunas reservas menores, la juzgo absolutamente modélica. Para empezar, lo es la forma en que una y otra vez el director encuentra el tono dramáticamente más eficaz para cada uno de los números. Como las tomas proceden de las representaciones de Glyndebourne, el oyente apreciará esto incluso cuando Sellars hace que Valens (el gobernador romano/norteaHAENDEL: Esther HWV 50a. JAMES GILCHRIST (Habdonah-Assuerus), MATTHEW BROOK (Haman), ASHLEY TURNELL (Oficial-2º israelita), THOMAS HOBBS (1º israelita), ELECTRA LOCHHEAD (Niño israelita), ROBIN BLAZE (Sacerdote de los israelitas), SUSAN HAMILTON (Esther), NICHOLAS MULROY (Mordecai), DUNEDIN CONSORT. Director: JOHN BUTT. 2 CD LINN CKD 397 (LR Music). 2011. 100’. DDD. N PN Esta grabación de la versión más antigua que actualmente se pue- mericano de una Antioquía trasladada a cualquiera de los Estados Unidos) cante borracho, para audible regocijo del público, su aria del segundo acto. El coro y sobre todo la orquesta le ofrecen una respuesta impecable. No menor encuentro la altura a que raya de media el elenco de solistas, varios de ellos con rutilante carrera posterior. La soprano Dan Upshaw acierta plenamente con el punto de equilibrio necesario para que el personaje del título refleje a la vez su fragilidad como ser humano y la fortaleza que extrae de su fe religiosa. El contratenor David Daniels no deja sin resolver brillantemente ni una sola de las diabólicas dificultades que constantemente le salen al paso. El tenor Richard Croft y la mezzosoprano Lorraine Hunt también consiguen dar a sus papeles secundarios todo el peso posible. Y lo mismo vale para el bajo Frode Olsen, Valens siempre ridículo y peligroso como todo desalmado dotado de poder. Seguramente, de este disco sólo se podrá disfrutar plenamente como complemento del vídeo. Así es como lo recomiendo con todo el calor del que soy capaz. Alfredo Brotons Muñoz de reconstruir del oratorio Esther, la de 1720 (la de 1718 está perdida), adolece de dos errores graves “de reparto”. El timbre casi infantil de la soprano Susan Hamilton dista mucho de adecuarse al fuerte carácter que uno razonablemente espera de su personaje, y concretamente en Flatt’ering tongue su fraseo resulta de un prosaísmo muy repelente. Su tono asimismo 65 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 66 D D I SI CS O C O S S HAENDEL-LOPES-GRAÇA blando tampoco hace convincente al contratenor Robin Blaze como lo que debería ser un solemne sacerdote israelita. Los demás cumplen con corrección aceptable, pero incluso el bajo Matthew Brook, que en su accompagnato consigue conmover, despacha luego el aria How art thou fall’n con una sequedad también sumamente inconveniente. Nada muy favorable ni muy desfavorable puede decirse de la orquesta ni tampoco de un coro que sólo en Ye sons of Israel mourn eleva la consideración de una versión por lo demás dirigida por John Butt con lo que parece haber sido una mucho mayor preocupación por la letra que por el espíritu. Alfredo Brotons Muñoz HARVEY: Wagner dream. CLAIRE BOOTH, GORDON GIETZ, DALE DUESSING, MATTHEW BEST, voces. ENSEMBLE ICTUS. Director: MARTYN BRABBINS. 2 CD CYPRÈS CYP 5624 (Diverdi). 2007. 93’. DDD. N PN C uando 66 se habla del interés en diversos autores a lo largo del siglo XX por integrar la espiritualidad de Oriente en la música occidental, pensamos en primer lugar en Debussy, pero esta idea unificadora ya obsesionó al mismísimo Richard Wagner, quien murió sin haber podido dar forma a su proyecto de ópera budista. Un músico como Scriabin soñó toda su vida con la creación de un particular “Bayreuth hindú”. Posteriormente, Stockhausen utiliza la noción de mantra para su proyecto de sincretismo integral; La Monte Young y Riley se declaran discípulos del músico hindú Pandit Pran Nath; Jean-Claude Eloy, desde la perspectiva de la música electroacústica, consigue una especie de unificación entre timbres y culturas distintas, gracias a la incorporación del canto y los ritmos tomados del Este de Asia. Se quiere, en todos los casos, que la música y la espiritualidad aparezcan indisociablemente ligadas. Jonathan Harvey (Reino Unido, 1939), aunque no entra de lleno en esta clase de utopías, se inspira en los preceptos de la filosofía oriental para conformar algunas de sus obras, como Advaya y Wheel of emptiness. Prácticamente, Harvey estaba preparando una obra a gran escala en la que abordar su parti- cular mirada sobre el mundo y esa oportunidad le llega con el encargo que le hace la Ópera de Holanda, una obra que intentase recoger los últimos días de la vida de Wagner, en los que aún le siguiera dando vueltas a la concepción de una obra budista. El proyecto llegó a tener un título, Die Sieger (Los vencedores), y es curioso que esa idea la tuviera ya Wagner mucho antes, en 1856, cuando se siente fascinado por la Introducción a la historia del budismo hindú, escrito por Eugène Burnouf. En todo caso, a Wagner le habría sido difícil entonces dar con los timbres adecuados para una ópera de este talante, dados los pocos conocimientos que en aquella época se tenían en Europa sobre las culturas del Este de Asia. Harvey, en el siglo XXI, lo tiene más fácil. Su relato se llama Wagner dream, y en él cuenta con la colaboración del guionista de cine y escritor Jean-Claude Carrière. La música resultante, aunque se despega algo en las primeras escenas del habitual tono calmo de Harvey, entrando no con demasiada fortuna en el estilo bel cantista y un uso de la lengua inglesa muy poco inspirado, se hace especialmente brillante en todo el tramo final, las tres escenas conclusivas que son las que ocupan el segundo CD al completo, sin duda gracias al aporte exótico de la secuencia titulada Sanskrit Ceremonial. Ahí es donde Harvey logra una fusión convincente entre canto y recursos tímbricos del ensemble y la Técnica IRCAM, entre prosodia y color sonoro. Francisco Ramos HAYDN: Lieder. ANNE CAMBIER, soprano; JAN VERMEULEN, fortepiano. ACCENT ACC 24230 (Diverdi). 2011. 67’. DDD. N PN L a producción liederística de J o s e p h Haydn es una de las parcelas menos difundidas de su producción. Sus canciones son, en general, piezas muy gratas de escuchar y despreocupadas en su contenido, aunque de vez en cuando nos encontramos con una pieza mucho más profunda, como esa intensa Geistliches Lied (Canción espiritual), que se eleva por encima del encanto galante y sentimental que domina la selección, en la que encontramos ejemplos tan paradigmáticos como Der erste Kuss (El primer beso) o The Mermaid Song (Canción de la sirena). La soprano belga Anne Cambier hace gala de buen gusto en el estilo y variedad en la expresión, con una voz lírica de homogéneo color, emitida con corrección y sin sobresaltos, al igual que el delicado teclista flamenco Jan Vermeulen, quien aporta al fortepiano el necesario toque de época y puede lucirse en solitario en obras como el Andante y variaciones en do mayor, Hob. 17. Un agradable registro. Rafael Banús Irusta HOLST: Walt Whitman overture. Sinfonía en fa mayor “The Cotswolds”. A Winter Idyll. Japanese Suite. Indra. ORQUESTA DEL ULSTER. Directora: JOANN FALLETTTA. NAXOS 8.572914 (Ferysa). 2012. 66’. DDD. N PE De las obras que contiene este disco, sólo la Suite japonesa — de 1915— es verdaderamente significativa del talento de Holst —autor, no lo olvidemos de una partitura tan extraordinaria como Los planetas—, de esa habilidad suya para esconder pequeñas perlas en obras aparentemente menores o circunstanciales. La Obertura Walt Whitman supone el pago, un pelín estentóreo, del tributo wagneriano. La Sinfonía — mucho más leve en lo formal de lo que su denominación anuncia— y A Winter Idyll el necesario ejercicio para certificar su nacionalidad e Indra una muestra de su amor por la cultura de la India, tan felizmente demostrado también en otras obras suyas. Todo muy bien escrito, muy entretenido y destinado a quienes quieran completar todo Holst o no conozcan la Suite japonesa. La maestra norteamericana JoAnn Falletta se mueve con soltura más que suficiente junto a la orquesta británica de la que es primera invitada. Claire Vaquero Williams KOECHLIN: Les heures persanes. RALPH VAN RAAT, piano. NAXOS 8.572473 (Ferysa). 2010. 57’. DDD. N PE Forman Les heures persanes una secuencia de dieciséis números pianísticos que pueden tener una hora de duración (como en este caso) y que no siempre son miniaturas. Koechlin seguía el orientalismo de aquellos tiempos y decía basarse en un relato viajero de Pierre Loti, hoy bastante olvidado pero cuya vigencia duró décadas, y quién sabe si no se recuperará en cualquier momento. Las obras suyas que tengo por ahí se dejan leer con facilidad: Aziyadé, Le roman d’un spahi, Pêcheur d’Islande, Madame Chrysanthème, Ramuntcho… No tengo en cambio, qué pena, Vers Ispahan, que es el diario de viaje en que parece basarse Koechlin. Es música descriptiva, más impresionista que incidental, nada romántica. Y, más que contar, lo que pretende Koechlin es sugerir. Estas páginas son ricas en una serenidad tensa en la que los temas quieren dibujarse y no acaban de hacerlo de manera diáfana; necesitan desmentirse, necesitan un desenvolvimiento cromático. Es el poematismo posterior a lo postromántico, y disculpen la aparente redundancia, pero de alguna manera hay que denominar la especial modernidad de Koechlin en esta secuencia. Algunos títulos nos podrían sugerir que estamos ante algo parecido a la carreta de Musorgski o la tropa de Borodin: La caravane (rêve pendant la sieste); acaso, los cuentos orientales de Rimski (Le conteur: Le pêcheur et le genni, Le palais enchanté, Danse d’adolescents); otras, que se trata tal vez de puro romanticismo: Clair de lune sur les terrasses; en fin, en la casa sonora de Debussy: Les collines au coucher, Derviches dans la nuit. Pero no es eso, sino algo posterior y sin vuelta atrás. En el doble sentido: que ya no se puede regresar y que la obra ignora lo anterior. No tanto a Debussy como a los románticos y los rusos descriptivos. Pero esto no es Debussy. Y no es que no sea ya Debussy. Acaso no lo es todavía, aunque la secuencia la concluye Koechlin un año después de la muerte de Claude de Francia y le da los últimos toques en 1921. Es que Koechlin desarrolla los temas, mientras que Debussy los apuntaba y pasaba a otro; modulación: sí en ambos, claro está; desarrollo: sí en Koechlin, no en Debussy. Lo que lleva a una concepción distinta del poematismo sonoro. Les heures persanes es un poema sinfónico para piano solo. Así lo entiende 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 67 D D I SI CS O C O S S HAENDEL-LOPES-GRAÇA Ralph van Raat, que consigue un disco exquisito, sugerente, con dominio de las gamas inferiores, aunque sabe dominar el crecimiento cuando hace falta (nº 6, A travers les rues, por ejemplo). Más típica en la penúltima página, que Raat resuelve con serena tensión: La paix du soir, au cimetière. Hay sensualidad y hay gran capacidad de sugerencia en esta manera de traducir en sonidos a Koechlin. Ralph van Raat, virtuoso holandés, ha grabado para Naxos páginas de compositores de nuestro tiempo como John Adams, Hans Otte, Lindberg o Tavener. Con esta hermosa integral Van Raat alcanza algo parecido a la plena madurez artística. Un buen complemento de este hermoso disco sería oír la versión orquestal. Tomen nota, por favor: Les heures persanes, RSO Stuttgart SWR, dirigida por Heinz Holliger (Hänssler, 2004). Hace ya seis años que reseñábamos este otro disco en estas páginas. Ahora comprendemos que nos faltaba la referencia básica, importante. Santiago Martín Bermúdez LISZT: Andante lagrimoso. Vals Mephisto. La lúgubre góndola. San Francisco de Asís: la predicación a los pájaros. San Francisco de Paula caminando sobre las aguas. Funerales. Wiegenlied. CLAIRE CHEVALLIER, fortepiano. LA DOLCE VOLTA LDV02 (Harmonia Mundi). 2011. 72’. DDD. N PN L a pianista francesa Claire Chevallier (Lyon, 1969) realiza sus estudios en N a n c y , Estrasburgo, París y Bruselas, donde a partir de 1995 dedica su vocación a los fortepianos Erard de época. En el presente disco se manifiesta ese amor hacia las sonoridades pretéritas y algo (solamente algo) opacas, donde las obscuridades sonoras no son absolutas sino aterciopeladas, delicadas y tersas; un Liszt que es paciente, sabe escucharse y busca la suavidad sonora sin timideces. Chevallier, que sabe lo que quiere, obtiene unas versiones que nos redimen de la exageración y los excesos para adentrarnos en el reino de la sutilidad y la evanescencia (escuchen St. François D’Assise: la prédication aux oiseaux). Esta fortepianista demuestra una cultivada sensibilidad y un gusto que va más allá de la elegancia, ya que su Liszt es también atrevido por su consecuencia y sus virtudes expresivas. A lo largo de todo el monográfico se palpa calma y serenidad, reflexión y verdad. Como verdad entendemos aquello que surge de lo más íntimo y sincero de cada intérprete, aquello que nos convierte la música en algo tan necesario como la plegaria al monje. Chevallier, que se escucha y traduce bellamente cada página del compositor húngaro, propone fervor y sobre todo una elocuencia basada en la introspección más productiva: de su Liszt emana ternura y poesía, perfección y transparencia conceptual. Añadir que el Erard escogido para la ocasión data de 1876, al que en la restauración solamente le han tenido que reemplazar las cuerdas y del que mana un sonido afelpado y noble. Excelente propuesta. Emili Blasco LOPES-GRAÇA: Suite rústica nº 1. Poema de diciembre. Marcha festiva. Sinfonía para orquesta. REAL ORQUESTA NACIONAL ESCOCESA. Director: ÁLVARO CASSUTO. NAXOS 8.572892 (Ferysa). 2011. 66’. DDD. N PE A demás de haber sido uno de los más interesantes y prolíficos músicos portugueses del pasado siglo, Fernando Lopes-Graça (1906-1994) representa el puente perfecto entre dos figuras tan sobresalientes — y, por desgracia, aquí aún muy poco valoradas— como son Luís de Freitas Branco, su antiguo profesor de teoría musical en el Conservatorio de Lisboa, y Joly Braga Santos, más joven que Lopes-Graça si bien fallecido poco antes que éste. De las cuatro obras contenidas en esta antología orquestal, la Suite rústica nº 1 (1950) simboliza la vertiente creativa del músico de Tomar más apegada al folclore; sus seis breves movimientos derivan de otras tantas canciones procedentes de diversas áreas geográficas portuguesas. La eficaz asimilación de elementos tradicionales se alía aquí a un sutil y siempre variado empleo del efectivo instrumental. En esta brillante pieza, el lenguaje neoclásico de LopesGraça evoca en el oyente el recuerdo de autores como Copland, en el vigoroso Non troppo vivo, o Ginastera, en el 67 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 68 D D I SI CS O C O S S LOPES-GRAÇA-ROPARTZ exuberante tono festivo del conclusivo Allegro moderato. El sombrío Poema de diciembre, fechado en 1961 y sin duda una de las cumbres orquestales de su autor, es una página de extraordinaria intensidad emocional cuyos sucesivos clímax se alternan con un elegíaco canto del oboe que atraviesa la partitura de principio a fin. Por el contrario, la jovialidad y la extraversión, aderezadas por acentos grotescos y punzantes disonancias, dominan en la Marcha festiva de 1961, breve pieza con más enjundia y retranca de lo esperado, servidas por una finura tímbrica muy notable. La idoneidad de Álvaro Cassuto, alumno de composición de Lopes-Graça a finales de los 50, para llevar a buen puerto esta travesía por el universo orquestal de su maestro se confirma al escuchar los primeros compases de la Sinfonía de 1944, la única salida de su pluma. Más ágil y, sin embargo, más clara de texturas —y también mejor grabada— que el anterior registro debido a Mário Mateus y la Filarmónica Báltica de Gdánsk (Dux, 2004), la versión de Cassuto reivindica el valor de una composición estimable, en línea con la poderosa huella stravinskiana que, en fechas cercanas, dominó la escritura de músicos como Tansman. Incomprensiblemente, las fechas de nacimiento y muerte del compositor que figuran tanto en el interior del cuadernillo — que incluye unas excelentes notas firmadas por el propio Cassuto— como en la contraportada del disco son erróneas. Juan Manuel Viana MAHLER: Sinfonía nº 2. CHARLOTTE MARGIONO, soprano; JARD VAN NES, contralto. CORO DE LA ÓPERA ESTATAL SAJONA DE DRESDE. CORO SINFÓNICO DE DRESDE. STAATSKAPELLE DRESDEN. Director: BERNARD HAITINK. 2 CD PROFIL PHO7040 (Gaudisc). 1995. 86’. DDD. N PM 68 N o creemos que el mercado actual pueda absorber la evidente inflación discográfica de ciertas obras grabadas hasta la saciedad. En concreto, de esta Sinfonía Resurrección hay cientos de versiones (varias del propio Haitink: dos con la Concertgebouw de Ámsterdam y una con la Filarmónica de Berlín, además de otra en DVD con esta última orquesta), y dudamos mucho que todas tengan salida comercial adecuada. Y claro, si no se venden ¿por qué o para quién se publican? En fin, ésta que comentamos, magnífica por otra parte, fue grabada en vivo por los micrófonos de la MDR en la Semperoper de Dresde en un concierto conmemorativo del 50 aniversario de la destrucción de Dresde por los bombardeos de la aviación aliada (la RAF y las USAAF, que entre el 13 y el 15 de febrero de 1945 dejaron caer más de cuatro mil toneladas de bombas sobre la capital sajona —una salvajada inútil, ya que para entonces Alemania ya tenía la guerra perdida—). Por lo que respecta a la interpretación, cálida, intensamente dramática, minuciosa, perfectamente planificada y muy emotiva, es una de las mejores de la discografía actual que arrastra y conmueve al oyente desde los primeros compases del primer movimiento. La orquesta está gloriosa, como siempre, al igual que los coros y las dos solistas. Y además, la grabación es espectacular. El libreto, muy bien estructurado, con amplia documentación en alemán e inglés y numerosas fotografías e ilustraciones, completa esta excelente publicación a la que deseamos toda la suerte del mundo. Falta le va a hacer, aunque vaya usted a saber cómo reacciona el mercado en casos tan peculiares como éste. Enrique Pérez Adrián MEDTNER: Conciertos para piano nºs 1 y 2. Piezas para piano. TATIANA NIKOLAEVA, ABRAM SCHATZKES, EVGENI SVETLANOV, piano. SINFÓNICA ACADÉMICA ESTATAL DE LA URSS. Director: EVGENI SVETLANOV. 2 CD MELODIYA MEL CD 10 01927 (Diverdi). 1959, 1980, 1983. 127’. ADD. R PM S orprende que Melodiya no haya incluido en esta atractiva (pero por desgracia coja) antología medtneriana su grabación del Tercer Concierto a cargo de los protagonistas del soberbio Primero, Nikolaeva y Svetlanov, registrada en 1961 en Moscú y que hubiera otorgado mayor sentido a este incompleto ciclo. Aun así, el interés de esta reedición es grande pues la arrebatadora versión del citado nº 1, grabada en 1980, puede incluirse sin reparos —el sonido es satisfactorio— en el pelotón de cabeza de todas las disponibles —y no son pocas, desde Tozer (Chandos) al joven Sudbin (BIS), sin olvidar a Alexeev (Hyperion) o Madge (BIS). Aunque de ingeniería más precaria, la interpretación que del Segundo realizara en 1959 el hoy casi olvidado Abram Schatzkes con Svetlanov, de nuevo, a la batuta no es menos impactante por más que puedan preferirse los registros, sensiblemente mejor grabados, de Tozer (Chandos), Demidenko (Hyperion) o, de nuevo, Sudbin (BIS). El propio Svetlanov, esta vez al teclado, brinda en ambos discos sustanciosos complementos a las dos páginas concertantes: siete piezas breves y dos sonatas, la Sonata “Elegía” op. 11, nº 2 y la más conocida Sonata “Reminiscenza” op. 38, nº 1, en grabaciones de los años 80 que certifican que el volcánico director (y compositor) fue también un experimentado y sensible pianista; alumno, para más señas, de Maria Alexandrovna Gurbisch, a su vez discípula de Medtner. Juan Manuel Viana MOUTON: Misa Tu es Petrus. Motetes. THE BRABANT ENSEMBLE. Director: STEPHEN RICE. HYPÉRION CDA67933 (Harmonia Mundi). 2011. 66’. DDD. N PN E l Brabant Ensemble es un conjunto vocal inglés especializado en la interpretación de obras del siglo XVI, dedicando una particular atención a compositores no considerados de primera línea como Thomas Crecquillon, Nicolas Gombert y no digamos Pierre Moulou o Dominique Phinot. Dentro de este ideario dedican este disco a obras de Jean Mouton, compositor francés nacido antes de 1459 y fallecido en 1522, que habiendo gozado de gran aprecio tanto de la corte francesa como del Papa Leó n X, es hoy en día bastante menos considerado que otros músicos contemporáneos suyos. La mitad de la duración del disco está ocupada por la misa Tu es Petrus, la única escrita a cinco voces entre las quince suyas que han llegado hasta nosotros, escritas todas las demás a cuatro partes. Es una excelente obra caracterizada por alguna singularidad como la altura del cantus firmus que juega el papel de quinta voz o las variaciones de textura en diversas partes de la misa. Cuatro motetes a ocho voces y dos más a cuatro voces completan la grabación, comenzando por Nesciens mater, que es una de sus obras menos olvidadas, a la que habría que sumar el motete para la Anunciación titulado Verbum bonum et soave, de duración bastante mayor de lo habitual. Irreprochable la interpretación ofrecida por los miembros del Brabant Ensemble, que permite ampliar el conocimiento de la abundante música vocal renacentista con una selección de obras de destacable calidad que contribuirán a subir la estimación que los actuales melómanos puedan sentir por Jean Mouton. José Luis Fernández PASQUINI: Cantatas de pasión. SHARON ROSTORF-ZAMIR, soprano; FURIO ZANASI, barítono. CAPELLA TIBERINA. Director: GIOVANNI CARUSO. BRILLIANT 94225 (Cat Music). 2010. 53’. DDD. N PE Un disco merecedor de todos los elogios por las obras que contiene, por la calidad de su interpretación y por su precio. Vayamos con lo primero. Dos cantatas o pequeños oratorios de Pasión, compuestos por Bernardo Pasquini (1637-1710) para su patrono romano el príncipe Giovanni Battista Borghese, a cuyo servicio estuvo durante casi toda su vida, aunque su principal dedicación fue como organista y clavecinista. Hor ch’il ciel fra densi horrori muestra la indiferencia humana ante la muerte de Cristo y en Padre, Signore e Dio el tema es el triunfo sobre la muerte eterna alcanzado por Cristo con su propia muerte. Ambas son para soprano y barítono, cuerda y continuo. Como ocurre tantas veces en el barroco italiano, el tratamiento musical de tan trágicos temas es de gran belleza sonora e incluso de cierta sensualidad, pues es bien sabido que si en Roma no hacían ópera no era por falta de ganas sino por imposición papal. La soprano israelita Sharon Rostorf-Zamir posee una muy adecuada voz y un amplio dominio del estilo y lo mismo puede decirse del barítono Furio Zanasi, ambos espléndidos en 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 69 D D I SI CS O C O S S LOPES-GRAÇA-ROPARTZ todos las arias y en los duetti, particularmente en el notable Se in dono la fede. Una interpretación de primera. Por último, todo ello al precio habitual de Brilliant, muy inferior al que cualquier otro sello discográfico sacaría al mercado un disco de esta calidad y en una grabación reciente y no parece sensato pensar que lo haga perdiendo dinero. Algo hay que revisar en la gestión y los números del que dicen es tan malparado sector. José Luis Fernández RIHM: Antlitz. Nachstudie. Phantom und Eskapade. ANDREAS SEIDEL, VIOLÍN; STEFFEN SCHLEIERMACHER, piano. MDG 613 1672-2 (Diverdi). 2010. 58’. DDD. N PN Sieben Passions-Texte. Astralis. Fragmenta passionis. CORO DE CÁMARA DE LA RIAS. MUSIKFABRIK. Director: HANS-CHRISTOPH RADEMANN. HARMONIA MUNDI HMC 902129. 2011. 68’. DDD. N PN L a casualidad ha querido que coincidan en el mercado dos grabaciones del compositor alemán Wolfgang Rihm (n. 1952) con unos programas que parecen pensados por un mismo programador, tal es la uniformidad que guardan estos discos. El registro con obras para violín y piano, editado por el sello MDG, cuenta con tres obras creadas en los primeros años 90, de las cuales las dos primeras, Antlitz y Nachstudie, están escritas en un estilo de madurez, mientras que la tercera en programa, Phantom und Eskapade, a pesar de ser contemporánea de las otras, se inscribe en la tendencia neoclásica del autor, es como si aquí el músico quisiera volver sobre sus pasos de una escritura deudora de la tradición. El segundo registro, editado por Harmonia Mundi, presenta tres obras para coro. Las dos primeras, Sieben PassionsTexte y Astralis, son de fecha reciente, están marcadas por ese mismo estilo de madurez de las dos primeras piezas del disco para piano y violín, mientras que, efectivamente, la pieza conclusiva, Fragmenta passionis, es de estética conservadora. La fecha de composición de esta última obra, 1968, desvela por sí misma el estilo empleado, donde un Rihm de 16 años, aún dubitativo, no se decide por la renovación de la tradición o por seguir la tendencia marcada por el Ligeti del Réquiem. Hay aquí posos de la vanguardia de posguerra y una inclinación por el fragmento, por la división en pequeñas secciones, que es rara en el Rihm posterior. En el disco de MDG, las dos obras fechadas en los años 90 no forman parte de la idea que nos hemos hecho de Rihm, pues este autor desconcertante sorprende con una música de grandes bloques sonoros que funcionan como células independientes, casi a la manera de una Ustvolskaia o del Cage de los últimos años. El disco para coro recoge dos hermosas piezas, Sieben Passions-Texte y Astralis, que suponen tal vez lo mejor que se haya grabado de Rihm en los últimos tiempos. No es raro encontrar en este autor piezas a gran escala para efectivos corales, pues ya en los años 90 estrenó Maximum est unus y Responsorium, donde las masas vocales tenían protagonismo. Sorprende el uso que hace aquí de las voces, bien a solo (Sieben Passions-Texte) o bien acompañadas, o mejor, puntuadas por el violonchelo y la percusión (Astralis), pues Rihm renueva la forma del antiguo motete a partir del mantenimiento de la línea vocal, consiguiendo un efecto de luminosidad y de serenidad que tal vez no ha sabido expresar de semejante modo en las más difundidas piezas para orquesta. Francisco Ramos ROPARTZ: Sinfonía nº 3. ISABELLE PHILIPPE, soprano; ÉLODIE MÉCHAIN, contralto; MARC LAHO, tenor; JEAN TEITGEN, bajo. ENSEMBLE VOCAL ERIK SATIE. ENSEMBLE VOCAL JACQUES IBERT. ENSEMBLE VOCAL OPUS 37. SINFÓNICA DE LA REGIÓN CENTRE-TOURS. Director: JEAN-YVES OSSONCE. TIMPANI 1C1190 (Diverdi). 2011. 48’. DDD. N PN P as trop tôt, mais quand même on a la Troisième, somme toute. Algo así podíamos decir como agradecimiento y tras una buena espera: ya era hora, pero a pesar de todo tenemos por fin la Tercera. La Tercera Sinfonía de Joseph-Guy Ropartz (1864-1955) en el ciclo de Timpani, queremos decir. Sorprende, de todas maneras, que el ciclo lo concluya Ossonce con la Sinfónica de 69 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 70 D D I SI CS O C O S S ROPARTZ-SHOSTAKOVICH 70 Tours, cuando las otras cuatro sinfonías en el mismo sello las firmaba Sebastian Lang-Lessing con la orquesta de Nancy. Es decir, no estamos en rigor ante la conclusión de un ciclo; es más, podría ser el principio de otro. Algo pasaba, algo pasó, y no vamos a ponernos a navegar ahora para averiguarlo. El caso es que, como bien sabe el aficionado, la Tercera Sinfonía de Ropartz no es simplemente una sinfonía, es como un oratorio, una misa laica, algo así. Música de alto lirismo, que roza lo heroico, nunca enfática pero a menudo de muy elevada intensidad. Hay elementos dramáticos, elegiacos, líricos, descriptivos: tout ce qu’il faut. Es una obra de comienzos del siglo XX, pero su estética es la propia de la Francia con vocación centroeuropea, esa que pasa por las escuelas de Franck y D’Indy. Sólo que Ropartz y su entorno son dreyfusards, a diferencia de D’Indy, y la victoria de esa verdad republicana es buen motivo para la exaltación optimista de esta música (eso es lo que hay detrás). La Tercera, en fin, requiere un cuarteto vocal de primera fila y tres conjuntos vocales. La envergadura de los efectivos acaso aplazó el final del proyecto, y el tiempo transcurrido pudo hacer que las variables cambiasen; por ejemplo, Lang-Lessing ya no se halla al frente de la Orquesta de Nancy. Estamos en 1906, cuando en música la modernidad todavía no se ha impuesto como estado de ánimo insoslayable (las escuelas serán varias, la inquietud es una, global, y simultánea en artistas de distintos países que no se conocen entre sí, no hay acuerdo entre ellos), a diferencia de otras artes, que parecen llevar la delantera. Es una llamada a la fraternidad universal, entre otras cosas. Caramba: en pleno crimen colonial, menos de seis años antes de las guerras balcánicas, ocho antes de la guerra mundial, pero con la derrota del antiguo régimen antidreyfusard en Francia. La primera grabación de esta sinfonía debió de ser aquella de Plasson con la Orquesta del Capitolio de Toulouse (EMI), en la que ya asomaba la extraordinaria voz grave de Nathalie Stutzmann. Eso era en 1986, si no recuerdo mal. Decididamente, esta obra se graba poco. Ya está bien con que dispongamos de al menos estas dos versiones. La lectura que ahora recibimos es excelente, exaltada con mesura, lírica y hasta arrebatada en algunos momentos, un canto que no es triunfal, sino de esperanza, lo que es más comprensible en tiempos de Ropartz, Paavo Järvi EL DRAMA Y LA LOCURA ROTT: Sinfonía nº 1. Suite para orquesta en si bemol mayor. SINFÓNICA DE LA RADIO DE FRÁNCFORT. Director: PAAVO JÄRVI. RCA 88691963192 (Sony-BMG). 2010. 59’. DDD. N PN El austríaco Hans Rott (18581884) es, quizá, una de las figuras más oscuras y apasionantes de la música de la segunda mitad del XIX. Su vida fue como una llamarada cuyo flamear se debatía entre el drama y la locura. Compositor de un talento y una personalidad arrolladores, tuvo una adolescencia difícil, quedando huérfano al alcanzar la mayoría de edad. Fue compañero de estudios de Wolf y Mahler, y como ellos, Rott —excepcional organista— fue uno de los discípulos predilectos, uno de los gaudeamus de Bruckner. Al igual que su maestro, fue objeto de las críticas más agrias y desconsideradas por parte de Brahms. Cuentan los biógrafos que cuando el joven compositor envió al hamburgués la partitura de su recién acabada Primera Sinfonía (1880), éste le respondió con oprobios, deplorando su trabajo y recomendándole que se buscara otro oficio. Y que aunque lo inmediato lo desmintiera, que en los nuestros. Philippe, Méchain, Laho y Tetigen forman un cuarteto vocal de voces bellas y poderosas, que se integran en las tres formaciones corales. Ossonce da vida y hasta agitación a la complejidad de esta partitura que se sitúa en la herencia de la Coral, pero sobre todo de las obras sinfónico-corales de César Franck, y que es anterior a La canción de la tierra de Mahler y a la Sinfonía lírica de Zemlinsky. Por el excelente resultado artístico y sonoro, mas también por su carácter poco menos que “único”, este fonograma merece ser conocido por los aficionados. Una maravilla en apenas cincuenta minutos por el director de otros espléndidos registros de obras francesas poco conocidas: Le pays, muy bella ópera de mediano formato del propio Ropartz (Timpani, también), una integral de la Sinfonías de Magnard (BBC Escocia, Hyperion), Massenet para Naxos, Roussel para Timpani… Santiago Martín Bermúdez entonces el frágil temperamento de Rott se quebró para siempre. Es así como acabó siendo carne de hospital psiquiátrico y, destruido, tras varias tentativas de suicidio infructuosas, murió con 25 años de tuberculosis, dejando tras de sí una estela tan exigua como dispersa y promisora. Mahler diría de él que “era un genio, (…) el fundador de la nueva sinfonía”. Y es cierto que ésta su obra maestra, la más grabada y difundida de sus composiciones, pone de manifiesto esas ambiciones del joven artista por crear y organizar un lenguaje sinfónico con vocación de futuro, cuyas premisas y soluciones coincidirán con las que luego habrá de desarrollar su amigo Mahler (recordemos que el autor de La canción de la tierra empezará a trabajar en su Titán cuatro años más tarde). Como afirma Adam Gellen, esta Primera Sinfonía de Rott es “el eslabón perdido entre Bruckner y Mahler”. La inspiración del compositor es convulsa; tanto que, a veces, las ideas musicales se amontonan, como en un torrente. Pero la interconexión cíclica de argumentos temáticos aporta coherencia a un discurso tan personal como asombroso. La escritura orques- SCHUMANN: Sinfonías. SINFÓNICA DE ESTONIA. Director: GENNADI ROZHDESTVENSKI. 2 CD MELODIYA MEL CD 10 01879 (Diverdi). 1978. 129’. ADD. R PN A unque en su día fue muy bien acogida entre estas páginas, esta integral de Sinfonías schumannianas que Gennadi Rozhdestvenski grabara en 1978 (antes publicada por Olympia, ahora reeditada por Melodiya), a partir de la edición de George Szell, admiradísima por el ruso, ha envejecido bastante mal. Nadie va a descubrir a estas alturas los poderes de Rozhdestvenski, director de un talento indiscutible que aquí se manifiesta intermitentemente, a veces constreñido por una orquesta, la Sinfónica de Estonia, no muy fina, sin demasiado fuelle y bastante precaria técnicamente. Su cuerda, de escaso valor tímbrico —empezando por su concertino, a quien podemos escuchar aisla- tal es además excepcional. La que ahora publica RCA es la octava de las grabaciones discográficas de esta Primera Sinfonía de Rott. De las editadas antaño las de Samuel (Hyperion), Segerstam (BIS) y Russell Davies (CPO) son las más fácilmente localizables. Grabada en 2010, ésta de Paavo Järvi se erige en una de las primeras opciones. El director estonio-americano convence plenamente por su fe, su ardor y su admirable sentido constructivo (brillante asimismo la labor de Sinfónica de la Radio de Fráncfort). La también estupenda interpretación de la interesante y hasta hoy inédita Suite en si bemol mayor añade atractivo a un disco excepcional. Jesús Trujillo Sevilla damente, como ustedes saben, en el último movimiento de la Primera o en el Romance de la Cuarta— muestra su talón de Aquiles en los pasajes más rápidos (como las semicorcheas de los violines I del Scherzo de la Segunda, a veces mal ajustadas a tempo). Las secciones de madera y viento-metal son también de una indiscutible pobreza. Escuchen, si no, las limitaciones sonoras y la imprecisa afinación de los oboes y clarinetes en los cc. 153 a 168 del Finale de la Primera y del metal a partir del c. 36 del Scherzo de la Renana (fíjense, también, en las trompas en los cc. 19 a 22 del Adagio espressivo de la Segunda). Por supuesto que la musicalidad y la inspiración del maestro moscovita resplandecen en amplios pasajes de estas Sinfonías schumannianas pero, también, en otras ocasiones, aquéllas no parecen hallar acomodo en un repertorio extraño a su batuta (en más de una ocasión asoma inoportunamente Chaikovski, como en el Larghetto y en el Finale de la Primera). Algunos 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 71 D D I SI CS O C O S S ROPARTZ-SHOSTAKOVICH Cuarteto Casals RESTALLANTE SCHUBERT: Cuartetos en mi bemol mayor D. 87 y en sol mayor D. 887. CUARTETO CASALS. HARMONIA MUNDI HMC 902121. 2011. 72’. DDD. N PN Excepcional el último trabajo del Cuarteto Casals. La evolución del conjunto está materializándose en una discografía que entra en abierta competencia con los mejores grupos del panorama internacional. En este caso, un bellísimo tratamiento tímbrico y una técnica depurada hasta extremos difíciles de igualar añaden un factor que no siempre estuvo presente en todos sus trabajos anteriores: la idoneidad y sensatez de las decisiones agógicas. Los tempi y el motor métrico son, en efecto, en esta ocasión un rotundo acierto, planteándose desde la vivacidad general pero evitando extremismos gratuitos. El Cuarteto en mi bemol, salvo algún insignificante desliz métrico en el Adagio, vuela hacia la cumbre de las versiones disponibles en su discografía. La sutileza de sus ataques es pulquérrima hasta el punto de que incluso podríamos echar de menos un cierto progresos agógicos son abruptos e incluso violentos. Nada sutiles y bruscamente resueltos, por ejemplo, los compases en los que Schumann introduce la indicación poco ritardando (22, 49, etc.) en el ya mencionado Scherzo de la Segunda. En esta última sinfonía, además, Rozhdestvenski deja escapar toda la poesía de su prodigioso Adagio, el más rápido de cuantos haya escuchado jamás en disco (¡8:29!). Algo parecido sucede con el segundo tiempo de la Tercera, inflexible y poco paladeado. Jesús Trujillo Sevilla SHOSTAKOVICH: Sinfonías nºs 2 “Octubre” op. 14 y 15 op. 141. CORO Y FILARMÓNICA DE LIVERPOOL. Director: VASILI PETRENKO. NAXOS 8.772708 (Ferysa). 2011. 67’. DDD. N PE C on dos o tres entregas por año, la proyectada integral sinfónica de Shostakovich por Petrenko y la Filarmónica de grado de carnalidad en algunos momentos de las líneas intermedias. Sin embargo, la factura es de tal nivel que la valoración general no puede ni debe resentirse. El en sol mayor, último de la serie cuartetística del compositor, surge restallante desde el primer momento. La perfección técnica alberga, además, unas cotas de expresividad que pocos conjuntos se han atrevido —o han sido capaces— de afrontar sin arriesgarse a restar grados a la limpieza de trazo. Los Casals despliegan una variada gama sonora que va de la sutil transparencia al nervio crepitante, combinando distintas cantidades de vibrato en dosis muy aquilatadas pero eficaces. Disco referencial de principio a fin. Juan García-Rico Liverpool llega más allá de su “paso del ecuador”. Este nuevo CD expone dos enfoques muy adecuados para comprender la cercanía en estilo mas también la lejanía en (digamos) objeto de inspiración de este compositor superdotado que por desgracia no llegó a cumplir los setenta, porque murió en el verano de 1975. Cuatro veranos antes concluía la última sinfonía, la Decimoquinta, una maravilla orquestal en la que ya no buceaba en cantos, como en la Trece y la Catorce, ni tampoco se escudaba en lo que se llamó entonces “grandes frescos” (la Once y la Doce) porque ¿cómo los podían llamar sin ofender… a nadie? Está bien así, disculpen. No vamos a descubrir aquí los secretos del sinfonismo de Dimitri Dimitrievich. Hay que señalar una vez más la sabiduría de este director, de esta integral que tal vez llegue a su final en 2013 o 2014, quién sabe, y todo a pesar 71 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 72 D D I SI CS O C O S S SHOSTAKOVICH-VIVALDI de “la que está cayendo”, como se dice y repite hasta el tópico. Petrenko sabe de ese viaje entre auténtica alegría burlesca (arranque del Largo, cuando en rigor no es un largo, aunque lo sea algo más tarde) y el humor corrosivo tan propio de la madurez de quien ha visto el horror y poco ha faltado para tenerlo en casa, en la familia, en el hijo: por ejemplo, varios momentos de ambos Allegrettos de la Quince. Es lo que va de la celebración a la denigración. Explícita celebración cuando aún es posible creer, la Segunda. Oculta denigración cuando la mentira se amontona como las basuras napolitanas. Otra cosa es el coro de la Segunda, pero apenas llega a seis minutos. Y este disco tiene todavía algo más de una hora de música realmente sobresaliente o más que eso: en la Quince, ese Adagio-Largo-Adagio entre evocaciones wagnerianas, igual que el Allegretto se ha permitido citas rossinianas. Muy buen disco, tanto que lo que esperamos es poder dar un paseo por los siete o acaso ocho que formarán la integral. Tal vez pronto. Santiago Martín Bermúdez STRADELLA: Ester. SILVIA PICCOLO (Ester), ELISA FRANZETTI (Speranza Celeste), VICKY NORRINGTON (Mardocheo), RICCARDO RISTORI (Aman), MATTEO ARMANINO (Assuero). IL CONCENTO. Director: LUCA FRANCO FERRARI. BRILLIANT 94297 (Cat Music). 2001 (?). 68’. DDD. N PE La Susanna. MARTÍN ORO (Narrador), GEMMA BERTAGNOLLI (Susanna), SERGIO FORESTI (Primer Juez), MIRKO GUADAGNINI (Segundo Juez), ISABEL ÁLVAREZ (Daniel). HARMONICES MUNDI. Director: CLAUDIO ASTRONIO. 2 CD BRILLIANT 94345 (Cat Music). 2011. 90’. DDD. N PE 72 El sello Brilliant publica simultáneamente dos oratorios de Stradella, La Susanna, que es uno de los más conocidos y grabados del compositor, y Ester, que supone una primera grabación mundial. En el CD figura 2001 como fecha de grabación de esta segunda obra, pero no aparece nota de que sea un registro licenciado de otro sello (como suele hacer Brilliant cuando ree- dita algún álbum ajeno) ni he encontrado rastro alguno de que existiera antes este registro (en la web del grupo aparece aún como de próxima publicación), por lo que o se trata de un error (un 2001 donde debería figurar un 2011) o es una grabación que ha dormido en algún archivo particular durante más de una década para ver la luz ahora, aunque me inclino por la primera opción, esto es, la errata de imprenta. La obra, para solistas, coro y bajo continuo recibe una interpretación irregular. Luca Franco Ferrari emplea un amplio continuo (viola da gamba, violonchelo, violone, trombón, tiorba, guitarra, arpa, clave, órgano) y lo utiliza de forma teatral y dramática, pero el elenco sólo funciona a medias. Silvia Piccolo hace una Ester muy intensa, pese a algún portamento de más y algún problema en la coloratura. Más limpia en la línea resulta la estupenda Elisa Franzetti en su corto papel, pero Vicky Norrington tiene muchos problemas técnicos y su línea de canto es permanentemente inestable como tremolante es la del bajo Riccardo Ristori y falta de apoyo, homogeneidad y nobleza la del barítono Matteo Armanino. Los coros, interpretados con un grupo de dieciséis voces, suenan con fuerza y aceptable claridad. La Susanna es un oratorio que incluye en lo instrumental dos partes de violín al lado del continuo. Astronio parece sumarse aquí a las filas minimalistas, de modo que emplea sólo dos violinistas y a los solistas vocales en los números corales. Su bajo continuo es más modesto que el empleado por Ferrari (violonchelo, violone, tiorba, órgano y clave), pero resulta igual de eficaz en el trabajo sobre los matices dramáticos. El Testo juega en esta obra un papel más destacado que en Ester, y el contratenor argentino Martín Oro borda su participación, con voz clara, limpia y una mezcla ideal de delicadeza y calor en la expresión. El resto de papeles está bien servido: a despecho de ciertos apuros en la articulación de los pasajes más comprometidos, Gemma Bertagnoli hace una Susanna ardiente y aguerrida; la guipuzcoana Isabel Álvarez es un Daniel alígero; Mirko Guadagnini, tenor de color baritonal, destaca por una perfecta dicción y una línea de canto elegante; Sergio Foresti es el barítono sólido y equilibrado de tantas veces. Acompañamiento satisfactorio por fluidez, equilibrio y teatralidad. Pablo J. Vayón STRAUSS: Elektra. JEANNE-MICHÈLE CHARBONNET (Elektra), ANGELA DENOKE (Chrysothemis), FELICITY PALMER (Klytämnestra), MATTHIAS GOERNE (Orest), IAN STOREY (Aegisht). CORO Y SINFÓNICA DE LONDRES. Director: VALERI GERGIEV. 2 SACD LSO LIVE LS00701 (Harmonia Mundi). 2010. 108’. DSD. N PN E sta grabación —que se antoja un punto lejana—, procedente de un concierto en el Barbican de enero de 2010, tiene un protagonista claro, Valeri Gergiev, cuya dirección extrae de la Sinfónica de Londres, en estupenda forma, una respuesta de todo punto formidable. El director ruso instala una atmósfera trágica, amenazadora, que domina la lectura con una tensión inalterable de la fabulosa partitura straussiana. Los timbres de la orquesta refulgen o se metamorfosean a lo largo de un acercamiento atento a todos los detalles. Pero Gergiev no se limita a un único enfoque, pues se entrega con ebriedad al lirismo —Allein—, se hunde en un fatalismo que puede alcanzar simas siniestras (Was willst du?), roza lo cataclísmico (comienzo de Orest! Orest is tot!). Los solistas vocales tienen que luchar no sólo con las exigencias de la obra, inclementes para la parte de Elektra, sino con la oceánica sonoridad orquestal. Salen en general airosos de semejante desafío. Charbonnet como Elektra y Denoke como Chrysothemis llevan el peso fundamental de la acción y sus intercambios echan auténticas chispas, lo que ocurre también en los enfrentamientos de Klytämnestra y Elektra, sobre todo en Ich habe keine guten Nächte, pese a ligeros defectos de emisión de la veterana y algo mermada vocalmente Palmer. Charbonnet hace frente con valentía a un papel extenuante, brindando resultados convincentes, bien que en el agudo aparezca muy forzada, perdiendo tersura el timbre y la afinación firmeza; posee también un vibrato excesivamente ancho, pero la sensual Orest! o la delirante Agamemnon hört dich! hacen olvidar esos problemas. Impresionante Goerne como Orest ya desde su misma aparición. Una interpretación vibrante de fuerza y dramatismo que hace justicia a la ópera de Strauss pese a los ligeros defectos señalados. Enrique Martínez Miura STRAVINSKI: El pájaro de fuego, suite. Petrushka, suite. La consagración de la primavera. FILARMÓNICO-SINFÓNICA DE NUEVA YORK. Director: IGOR STRAVINSKI. NAXOS 8.112070 (Ferysa). 1940, 1946. 74’. ADD. H PE D isco para impenitentes stravinskianos y coleccionistas diversos. Auténticos documentos del sonido grabado. La llamada suite de Petrushka (son varios números aleatoriamente elegidos, puesto que Stravinski nunca hizo una suite de este ballet) y la integral de La consagración llegan aquí en registros de 1940, del Liederkranz Hall de Nueva York, repetidos en otras entregas por distintos sellos y en varias ocasiones. Por ejemplo, en uno de aquellos tres bellos álbumes disco-libro de Andante, ¿recuerdan? Menos conocido es El pájaro de fuego (suite, claro está) de 1946, Carnegie Hall. No son los fonogramas más adecuados para iniciarse en estas obras, pero nos dicen mucho de cómo enfrentaba el abuelo Igor sus obras en un momento en que apenas comenzaba el auge del disco, y bastante antes de la eclosión de ciertos títulos en soporte audio. Uno de esos títulos agraciados sería su Consagración, y en buena medida las otras dos partituras de ballet. Los tempi, la manera de marcar, el fraseo, toda la técnica limitada pero eficaz de Stravinski se pone aquí al servicio de lo que desea dejar a la posteridad. Fue un buen intérprete de sí mismo, y no se aventuró apenas en las obras de otros, ni del pasado ni del presente. No son éstas sus mejores aportaciones a su propia obra, pero no se trata de testimonios desdeñables. Se comprende que estas tres lecturas son sobre todo tres documentos importantes. De gran interés, con mucha solera. Pero no imprescindibles. Santiago Martín Bermúdez TYE: Missa Euge bone. Western Wynde Mass. Quaesumus omnipotens et misericors Deus. Give almes of thy goods. Christ rising. Peccavimus cum patribus nostris. Nunc dimittis. CORO DE LA ABADÍA DE WESTMINSTER. Director: JAMES O’DONNELL. HYPERION CDA67928 (Harmonia Mundi). 2012. 73’. DDD. N PN 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 73 D D I SI CS O C O S S SHOSTAKOVICH-VIVALDI Contemporáneo estricto de Thomas Tallis, Christopher Tye no ha gozado aún en tiempos modernos de la fama de su compatriota. Ni tiene un grupo formado con su nombre a la altura de los Tallis Scholars, ni dispone aún (a falta tal vez de alguna película que la ponga de moda) de ninguna pieza celebérrima al estilo de un Spem in Alium a cuarenta voces. Pero hay en su catálogo obras magníficas, de primer nivel en el contexto de la polifonía europea del XVI. Con todo, el único sello que ha demostrado cierto interés en su figura es, cómo no, Hyperion, que mima tanto lo británico como CPO lo alemán, Harmonia Mundi lo francés o Glossa lo español. Lo cierto es que el programa coincide en buena parte con otro del año 2001 que también hiciera para Hyperion el Winchester Cathedral Choir de David Hill. Comandados por James O’Donnell, los miembros del coro de la Westminster Abbey también afrontan la que por ventura es la obra maestra de Tye: la Misa Euge Bone, basada parcialmente en el motete Quæsumus omnipotens et misericors Deus, también incluido en el registro (sana costumbre de los discos de misas renacentistas). Además, encontraremos la misa sobre la monodia Western Wynde y algunas otras obras sueltas (citadas en la ficha). Tye es emblema del dominio textural en todos los sentidos, tanto el de las polifonías en stretto como el de los bloques acórdicos en pura homofonía angelical. Y la transparencia de la que pueden presumir los de Westminster subraya con luminosidad los detalles de una música con tantos recovecos; densa quizás a los ojos de una lupa o a los oídos de un coro más pesante, pero sencilla y de directa emotividad a través de interpretaciones como ésta. Pablo del Pozo VERDI: Música de ballet de las óperas. SINFÓNICA DE BOURNEMOUTH. Director: JOSÉ SEREBRIER. 2 CD NAXOS 8.572818-19 (Ferysa). 2012. 115’. DDD. N PE Amenos discos que nos acercan estas músicas en el estilo italiano evolucionado inequívoco, y que no suelen ser incorporadas en las representaciones operísticas. En ellas hay lirismo, fuerza rítmica y brillantez puede decirse que a partes iguales. La orquesta canta, es contundente o grandilocuente según convenga, siempre ágil, y en ello se emplea a fondo la Sinfónica de Bournemouth encabezada por la maestría del veterano director uruguayo-norteamericano, con resultados excelentes y plenos. La música de ballet que corresponde a Otello es breve. Le dobla en extensión la adscrita a Macbeth en su acto tercero, y más propiamente de ballet es la compuesta para Jerusalem/I lombardi alla prima crociata, redactada, como las anteriores, para la representación de estas óperas en el escenario de la de París. Se antoja de desarrollo más sinfónico la música perteneciente a Don Carlo: no hay que olvidar que esta ópera fue estrenada en París en 1867 y no se trata, como en otras, de un añadido realizado después del estreno. Lo mismo ocurre con la pieza Las cuatro estaciones, incorporada a I vespri siciliani desde su estreno, también efectuado en Paris, en 1855. Registrados quedan en estos discos nada menos que siete fragmentos que corresponden a Il trovatore. Y la excepción que confirma la regla de ser músicas añadidas por el autor a su trabajo primigenio: los fragmentos balletísticos de Aida. Si en una primera audición la impresión puede quedar algo superficial, las escuchas siguientes afirman la atención por estas infrecuentes piezas musicales. Como además, el sonido es excelente, pues… una gran ocasión a precio de ganga. José Antonio García y García VIVALDI: Sonatas op. 1, nºs 1, 3, 4, 7, 8, 9, 10, 11 y 12. L’ESTRAVAGANTE. NAÏVE OP 30535 (Diverdi). 2010. 74’. DDD. N PN E mpezando por la duodécima y última, la más popular de la serie (la de las variaciones sobre La Follia), el conjunto italiano L’Estravagante presenta aquí nueve de las doce Sonatas en trío op. 1 de Vivaldi, obras que siguen el esquema corelliano en cuatro o cinco tiempos y han tenido menos difusión que sus conciertos tripartitos. El gran violinista Stefano Montanari, concertino habitual de la Accademia Bizanti- 73 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 74 D D I SI CS O C O S S VIVALDI-RECITALES na, encabeza esta agrupación, de la que también forman parte el violinista Stefano Rossi, el violonchelista Francesco Galligioni y el teclista Maurizio Salerno, con ocasionales refuerzos para el continuo del tiorbista Franco Pavan y el organista Pietro Pasquini. Aunque en La Follia puedan encontrarse algunos detalles con el manejo del tiempo de cierto efectismo manierista las interpretaciones resultan de notable espontaneidad, ágiles y brillantes, pero nunca agresivas, con una muy buena combinación de lirismo y teatralidad, mediante la explotación del contraste y la exuberante ornamentación de los dos violinistas sobre un continuo muy implicado. Sólo un pero: no entiendo por qué no se ha grabado la colección completa. diferenciación de planos en la polifonía. Quizá sea la falta de referencias en unos lieder que no se interpretan muy frecuentemente, pero, en todo caso, condicionan una escucha a ratos un tanto monótona, compensada con la frescura de cadencias y postludios como el de Andenken, Wanderlied o Das Kind am Brunnen. Ciertamente, algunos de los momentos más brillantes los aporta la joven soprano Mary Bevan, de voz dorada y ligera, cuidadosamente expresiva y sutil en los lieder de amor —Bescheidene Liebe, Perlenfischer—, simpática y ocurrente en los más irónicos —Singt mein Schatz wie ein Fink. Opino que el mejor Quirijn de Lang es el extrovertido —Auf der Wanderung. STONE 5060192780161 (Harmonia Mundi). 2012. 72’. DDD. N PN No 74 cabe duda de que supone un riesgo comenzar una integral con un plato fuerte del autor. Es cierto que se despierta el interés y la expectación sobre lo que ha de sobrevenir, pero también puede suceder que la atención decaiga en los volúmenes siguientes. Aunque podemos disfrutar de numerosos instantes en estas primeras canciones de Hugo Wolf —sobre poemas de Keller, Fallersleben e Ibsen, entre otros—, es cierto que, en general, la calidad de la propuesta no alcanza la de los volúmenes iniciales, dedicados a los extraordinarios Mörike Lieder. Desde el punto de vista de la escritura musical, esto es, de algún modo, inevitable, si tenemos en cuenta que el propio Wolf expresó su propia insatisfacción consigo mismo y con los resultados logrados en algunas de estas partituras juveniles —como Auf der Wanderschaft—, tal y como Richard Stokes nos narra en las cuidadas notas al programa. En todo caso, y, a pesar del consolidado oficio y las buenas posibilidades de evolución futura del pianista Sholto Kynoch, no siempre se sostiene la lectura realizada: falta algo de variedad en los tempi, la riqueza agógica procedente de la atención a la palabra y el asumir un mayor riesgo en la variedad de colores y la HARMONIA MUNDI HMU 907569. 2012. 69’. DDD. N PN N acido A sombra que sea fruto de una persona que empezó a componerlo a los 18 años: Enorme fuerza, dramatismo y sentido trágico impulsan los encontrados desarrollos que abarcan buena parte del primer tiempo del Cuarteto en re menor, aunque se dulcifique por momentos buscando una vena más consoladora. Con esa estética se expresa el Scherzo, aunque alternando la energía con un estilo más próximo a Schubert, mientras una atmósfera feérica se adueña del Langsam, oponiendo el forte-piano y manteniendo así las tensiones, que no llegan a resolverse en juego contrapuntístico del tiempo último. Tampoco se libera de estos climas opresivos el Intermezzo en mi bemol, compuesto seis años más tarde, sujeto a complejidad en su desarrollo cambiante en oposiciones, ritmos e invocaciones muy elaboradas del simple tema principal. No se dulcifica mucho el tratamiento aunque cambie la atmósfera en la Serenata Italiana en sol mayor. En todas las obras, el Cuarteto Prometeo se produce con suficiencia, acreditando un buen conocimiento del estilo. Lástima que la toma de sonido no sea más brillante, y quede éste algo pálido, como un poco acolchado, por decirlo de algún modo. José Antonio García y García Roberto Andrade Elisa Rapado Jambrina WOLF: Lieder. Vol. 4. MARY BEVAN, soprano; QUIRIJN DE LANG, barítono; SHOLTO KYNOCH, piano. Seis Sonatas para violín solo op. 27. TAI MURRAY, VIOLÍN. en Lieja, Eugène Ysaÿe (18581931) fue una personalidad musical desbordante. Violinista excepcional, se formó en el conservatorio de su ciudad natal y estudió con Wieniawski y Vieuxtemps. Fue dedicatario de grandes composiciones para violín firmadas por Saint-Saëns, Franck (la Sonata), Chausson, D’Indy, Fauré, Debussy y Lekeu. Ysaÿe fue también notable director de orquesta y compositor. Su obra más destacada es, seguramente, esta colección de Seis Sonatas para violín solo, escritas en 1923 y dedicadas cada una a un colega y amigo: Szigeti, Thibaud, Enescu, Kreisler, Crickboom y nuestro gran violinista pontevedrés Manuel Quiroga. La influencia predominante en ellas es la de la escritura polifónica de Bach, que en la Segunda Sonata llega a ser obsesiva y en las Primera y Cuarta, razón de ser estructural. Este conjunto, de alto valor musical, audición no fácil y ejecución extremadamente complicada, no ha tenido la bendición discográfica de ninguna de las grandes autoridades del violín del siglo XX (Heifetz, Oistrakh, Menuhin, Milstein… amén de los dedicatarios) por lo que carecemos, a día de hoy, de una versión de referencia, por otra parte difícil, dada la disparidad y dificultad de las piezas. Entre las grabadas en los últimos 15 años destacaría las de Zimmermann (EMI) e Ilya Kaler (Naxos), muy bien tocadas y grabadas. La que hoy propone Harmonía Mundi, que corre a cargo de la violinista nacida en Chicago Tai Murray, ofrece muchos rasgos de interés, en primer lugar, la imaginación que despliega la artista, a fin de explotar al máximo la variedad de timbres y el juego de sonoridades, en combinaciones y contrastes potenciados por una grabación cercana al instrumento. A veces, los tempi se alargan en demasía, el discurso se fragmenta y algún que otro pasaje no parece plenamente dominado en lo técnico. Pero en conjunto, balance positivo. Un CD interesante. Pablo J. Vayón WOLF: YSAŸE: Obra completa para cuarteto de cuerda. CUARTETO PROMETEO. BRILLIANT 94166 (Cat Music). 2012. 62’, DDD. N PE RECITALES BARRY MCDANIEL. Barítono. Obras de Schubert, Schumann, Wolf, Duparc, Ravel y Debussy. HERTHA KLUST, ARIBERT REIMANN, piano; EBERHARD FINKE, violonchelo. KARLHEINZ ZOELLER, flauta. 2 CD AUDITE AUD 23426 (Diverdi). 1963-1974. 130’. ADD. R PE Este recopilatorio de repertorio de Lieder y mélodie cantados por Barry McDaniel reúne algunas de sus celebradas interpretaciones de los años 1963 a 1974, recuperadas —con algo de ruido— en esta reedición. La calidad y calidez de la voz de este barítono norteamericano, que desarrolló la mayor parte de su carrera en tierras alemanas, encuentra en compositores como Schumann y Wolf su mejor expresión. De hecho, es difícil imaginar una versión más intensa y emocionante de los Seis Lieder y Réquiem op. 90 sobre textos de Lenau, uno de los ciclos breves más profundamente inspirados que salieron de la pluma schumanniana. La anchura vocal combinada con un cuidado carácter del texto se une en McDaniel a un fiato de amplia extensión, que le permite entregarse plenamente en el centro y final de las frases —Die Sennin—, incluso en los tempi más tranquilos —Meine Rose, Réquiem. Es cierto, en cambio, que el melancólico Schubert de McDaniel —anterior al establecimiento de los criterios estilísticos a los que nos tiene acostumbrados la era postHarnoncourt— encuentra mejor acomodo en las piezas lánguidas —Dass sie hier gewesen— que en las vivaces o apasionadas —Winterabend, Fahrt zum Hades. En esta primera fase del viaje le acompaña una entregada, presente, acariciante Hertha Klust. Aun así, se nota una mayor la complicidad con Aribert Reimann, de pulsación más ligera y osada personalidad en cuanto a matices y ritmos, con quien construye un Wolf muy elegante, pero lleno de ironía y dobles sentidos — Abschied, Der Tambour. Es cierto que, al lado de un repertorio alemán tan conseguido, Duparc no parece tan brillante. En cambio, la calidad de la pequeña plantilla instrumental que da su peculiaridad tímbrica a las Chansons madécasses, uni- 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 75 D D I SI CS O C O S S VIVALDI-RECITALES Cecilia Bartoli EMOCIONES SIN CUENTO CECILIA BARTOLI. Mezzosoprano. Mission. Páginas de Alarico il Baltha, Servio Tullio, Niobe, regina di Tebe, Tassilone, Il trionfi del fato, Arminio, La superbia d’Alessandro, La libertà contenta, La lotta d’Hercole con Acheloo, Le rivali concordi, Henrico Leone y Marco Aurelio de Steffani. PHILIPPE JAROUSSKY, contratenor. CORO DE LA RADIOTELEVISIÓN SUIZA. I BAROCCHISTI. Director: DIEGO FASOLIS. DECCA 00289 478 4732 (Universal). 2012. 80’. DDD. N PN No es del todo desconocida la música del véneto Agostino Steffani (para situarlo: contemporáneo de Alessandro Scarlatti, tres décadas mayor que Haendel y dos que Vivaldi), pues el sello Glossa ya ha registrado algunas cantatas y MDG al completo su Orlando generoso con una Roberta Invernizzi dando al equipo alemán un único toque italiano. El Festival de Schwetzingen propuso su Niobe que luego cantó en el Covent Garden Véronique Gens. De Niobe, desde luego, se ocupa Bartoli en esta nueva demostración de su sobresaliente arte y de su incansable labor recuperadora de repertorio injustamente orillado; la mayor parte de este disco está formada por novedades discográficas. Aquí lo hace de la mano de la novelista Donna Leon que, de momento, parece haber dejado de lado a su adorado Haendel y a sus no menos promocionados Alan Curtis y el Complesso Barocco. Bartoli da un repaso a parte de la obra de Steffani espléndidamente acompañada por un conjunto y director (en transparencia sonora que se corresponde perfectamente con la limpidez vocal de la solista) con los que anteriormente sólo había trabajado en vivo. Con este espléndido registro dedicado a Steffani (por lo que aquí aparece, con un mundo tan rico como los colegas a continuación citados), culmina una trilogía que redondea las anteriores dedicadas a Haendel y Vivaldi. En efecto, el CD es una equilibrada exposición de arias típicas del género dieciochesco, abarcando un amplio arco expresivo, el apropiado para que Bar- toli vuelva a demostrarnos o recordarnos que está igual de extraordinaria en toda la gama de emociones posibles que el Barroco pueda desgranar, tanto en el canto spianato como en el de brillo, no tan abundante aquí como en otros precedentes registros, en el canto di garbo (Ogni core può sperar de Servio Tullio o una escalofriante Ove son? de Niobe) o el figurato (Alarico o Il trionfi del fato). Los dos extremos del arte de Bartoli reaparecen expuestos: la agilidad y extensión portentosas, luego de improviso reducidas a esas notas pianissimi que parece encajarlas en el espacio deteniendo el tiempo. Atención a estos cortes: el de Più non v’ascondo donde voz y salero- so acompañamiento no pueden combinarse mejor, en abierta oposición con la quejosa lectura siguiente en la que el laúd de Rosario Conte le sirve de intercambiable apoyo; o Notte amica de La libertà contenta que podría formar parte del Ariodante haendeliano. Y tantos más… Para colmo, no es un canto meramente instrumental: se le entiende lo que dice. No hay nada en esta entrega, pues, que ya no se conozca del arte bartoliano, sólo una profundización si cabe aún mayor en un tipo de música de la que extrae tantas posibilidades. Compárese, por ejemplo, su A facile vittoria de Tassilone con la (respetable a su manera) grabada por Peter Schreier en 1969: eran otros tiempos. Jaroussky, con su conocida elegancia y su pureza sonora, se adapta al mismo juego canoro de la compañera (igual que el coro de la Suiza Italiana que interviene fugazmente con los solistas y cierra el recital) y le da las réplicas esperadas en varios, hermosísimos dúos. Fernando Fraga Elina Garanca EN TODO SU ESPLENDOR ELINA GARANCA. Mezzosoprano. Páginas de La favorite, Samson et Dalila, La doncella de Orleans, Sapho, Faust, Giulietta e Romeo, La damnation de Faust, Le roi d’Ys, La reine de Saba. FILARMÓNICA DEL TEATRO COMUNALE DE BOLONIA. Director: YVES ABEL. DEUTSCHE GRAMMOPHON 00289 479 0071 (Universal). 2012. 61’. DDD. N PN No se lo pone fácil. Cada nuevo recital de Garanca es un nuevo desafío profesional, como el aquí planteado, considerando el repertorio en atril. Nada más diferente en tesitura y complejidad dramática que colocar la Leonore donizettiana (la original francesa; en versión italiana la grabó para Ondine una década atrás) frente a la ligereza de la canción del adolescente Siebel en Faust; la sensualidad de Dalila poco tiene que ver con la frigidez de la Marguerite de Berlioz, la atormentada pureza de la Juana chaikovskiana o la amargura de la Margred de Lalo. Si consideramos tesituras, nada más alejado de la exhibición de agudos de la cabaletta de Leonore con las notas graves, a más de la incidencia del centro-grave, de la Dalila de Saint-Saëns. Destaca de inmediato, justamente, la soberana lectura de Mon coeur s’ouvre a ta voix, que acaba con la frase que originalmente corresponde a Samson pero no en agudo, pues rompería el equilibrio con la línea de canto mantenida a lo largo de la página. Un francés nitidísimo, un cálido aliento que potencia la calidad original del timbre, la manera tan seductora con la que se apropia de la ardiente melodía, hacen de esta lectura uno de los momentos cumbres del registro. Asombra ello mucho más al venir seguido de la llamada “aria de los adioses” de la Juana de Chaikovski. Garanca consigue formalizar el magnífico arco expresivo ínsito en el aria, traduciendo su inicial tono lamentoso para ir poco a poco dramatizando el discurso en el evidente crescendo para finalizar en la misma (y resignada) atmósfera del principio. Modélicas lecturas son también las de O ma lyre inmortelle (una Sapho convenientemente soñadora que estalla en un soberbio agudo conclusivo), la del Romeo de Vaccai (el aria del acto II que solía cantar Malibran en lugar de la correspondiente a los Capuleti de Bellini y que le permite a Garanca rubricar su conocida disposición belcantista) o la de Balkis en La reina de Saba de Gounod (que puede medirse en intensidad con la registrada por Régine Crespin). La canción de Siebel es poca cosa para un talento como el de la mezzo letona, si después la volvemos a escuchar en todo su esplendor como una amargada y rencorosa Margred, donde la voz adquiere la apropiada oscuridad asociada al negativo personaje. El aria de Marguerite de Berlioz ya se le conocía con ocasión del recital en Berlín con Dudamel en 2010. Acompaña Abel con habilidad; lo tiene también fácil ante una artista de similar calibre. Fernando Fraga 75 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 76 D D I SI CS O C O S S RECITALES-VARIOS da a una actividad mayor en lo vocal (sin miedo a los sonidos feos que requiere, por ejemplo, Aoua), sitúan la versión a un nivel excelente. Christian Gerhaher SERENA MAESTRÍA CHRISTIAN GERHAHER. Elisa Rapado Jambrina Obras de C. y R. Schumann. JOSEPH BREINL, piano. Barítono. A la amada lejana. Obras de Beethoven, Haydn, Schoenberg y Berg. GEROLD HUBERE, piano. BIS SACD-1834 (Diverdi). 2010. 61’. DSD. N PN SONY 88691935432 (Sony-BMG). 2012. 67’. DDD. N PN L a voz de esta gentil soprano sueca de 43 años es lírica con ciertos ribetes de ligera. El color es claro, soleado, la sustancia, relativa, la extensión, justa, con algunos problemas en los graves y cortedad en los agudos. Más allá de un sol 4 la voz se vuelve trémula y la riqueza de armónicos que despliega en el centro tiende a desaparecer, aunque nunca llegue a perder timbre, a hacerse opaca. Este instrumento, tan agradable y fino, es muy musicalmente utilizado en este recital con el apellido Schumann como bandera. No hay brillos sensuales, pero la “pureza argéntea” (que escribía un crítico del Sunday Times) de la materia emite ocasionalmente mensajes llenos de calor. Es verdad que echamos de menos en algunas canciones una mayor consistencia, una amplitud o, incluso, una más amplia gama de claroscuros. Todo resulta muy elegante, lleno de encanto, pero en exceso núbil, con ribetes aniñados. Sea como sea, la justeza del canto, la medida de los ataques, nunca desabridos, el control del aliento en virtud de una depurada técnica, nos mantiene atentos, lo que no evita a veces una pasajera sensación de monotonía. Estas limitaciones se perciben sobre todo en el ciclo de ocho lieder Amor y vida de mujer, en el que, aparte una mayor solidez en la franja inferior, se echa en falta una más ancha gama de colores, de matices. El canto es purísimo, pero se nos queda algo raquítico. No hay drama, por ejemplo, en ese desolado cierre de la última pieza, Nun hast dum ir den resten Schmerz getan. Ni densidad en la expresión de Ich kann’s nicht fassen, nicht glauben. Donde la emisión se hace apurada en las partes en las que la escritura bordea el do o el re2. Pero la limpidez, la espontaneidad de la interpretación disi- Un MIAH PERSSON. Soprano. 76 exigente y muy variado programa ha decidido el barítono alemán para este compacto, como para poner a prueba todas las calidades que se le van reconociendo. Lo resuelve con la serena maestría que es su carácter más constante y notorio. Dada la altura del desafío, debió contar con un pianista de su talla y Huber —parece obvio señalarlo pero es de justicia— la tiene y mantiene. El Beethoven de A la amada lejana es, en la voz de Ger- mulan estos defectos. Además, las ocasionales apoyaturas o los grupetos, las relativas agilidades son salvados diestramente; con la ayuda, hay que decirlo, de un excelente pianista, firme en lo rítmico y limpio en la ejecución, no exenta de detalles de buen gusto, a quien no teníamos el placer de conocer. Por otro lado, nos capta la gracilidad de la que la cantante hace gala en muchos instantes, así en Widmung o Lied der Suleika; o los pianos y pianísimos que administra con cordura aquí y allá, como en Lied der Braut 1 y 2, todos ellos de Myrten. Las más “ligeras” canciones de Clara — como la balada Lorelei— son cantadas con propiedad, con la frescura esperada. Las piezas se sirven según la escritura original, en algún caso medio tono altas. Arturo Reverter ISABEL REY. Soprano. Canciones de Granados, García Abril, Turina, Obradors, Toldrá, Parera Fons, E. Halffter y Montsalvatge. ALEJANDRO ZABALA, piano. DISCMEDIBLAU DM 4955-02. 2010. 63’. N PN Un CD evidentemente promocional, en un sello poco difundido, de la valenciana Isabel Rey, de quien se cantan, haher, un susurro en plan de monólogo íntimo, decantado, claro, con matizaciones mínimas que sólo alcanzan los más inteligentes. Contrasta con la recitación y la disuelta atmósfera que exigen el poeta Stefan George y el músico Arnold Schoenberg en el Libro de los jardines colgantes y más aún con la serie Cinco canciones con orquesta de Alban Berg sobre poemas de Peter Altenberg en transcripción de Apostel y Huber, donde el desgarro expresionista alcanza conmovedores acentos. Otro mundo es el de Haydn mas no el habitual en el maestro austriaco, sino en reflexiones sobre lo onírico de la vida, la entrega del orante y el lamento de amor. Para rematar este paisaje de queja, lamento voluptuoso in extenso, alabanzas sin cuento en el folletillo que se incluye en la cajita de plástico y en el que nada se dice del repertorio interpretado. Tampoco se incluyen los textos, algo siempre criticable cuando se trata de piezas vocales. Pero lo que nos interesa es el resultado artístico del producto, que es, en general aceptable, bien que haya que hacer algún distingo. En primer lugar, la voz, antaño aérea, rozando lo ligero, más tarde de reflejos más líricos. Hoy el timbre es más oscuro, más denso, más robusto, lo que, en contrapartida, ha hecho perder finura a la emisión, más apoyada y causante de una cierta aunque no acusada gangosidad que hace que la pureza de otros tiempos quede difuminada. Algunos agudos, bien proyectados, soles y laes, rozan levemente lo estridente y pueden salir un poco tremolantes, con un vibrato que nos recuerda —y no es el único rasgo— a la histórica Pilar Lorengar, artista algo más refinada. Estas circunstancias favorecen que la voz haya ganado una a veces atractiva sustancia, que procura instantes de evidente tono sensual, así en las Canciones negras de Montsalvatge, en especial la de Cuna para dormir a un negrito, dicha muy cálidamente y con buen empleo del legato, y despedidas, esos sí, con un sol4 bastante agrio. La tesitura de las tres Majas de Granados, exceptuando el la4 de la primera, le queda y meditativo clasicismo, la animada Adelaide beethoveniana rubrica el ancho talento interpretativo del cantante. Incontables matices de dicción, nitidez en el fraseo, musicalidad incólume y ese encanto de la sencillez que consiste en la segunda naturaleza de los grandes artistas. Blas Matamoro tirando a grave, pese a las nuevas hechuras de la voz. Bien Cantares de Turina, con un la agudo algo agresivo y cierto forzamiento en el cierre. Estupendamente expresada El cabello más sutil de Obradors. Y eso es lo que en ocasiones echamos de menos: mayores grados de sutileza, de exquisitez, de matiz en un canto que siempre es al menos correcto. Se pedirían más fraseo a media voz, más reguladores. Los fortes despiden con frecuencia una rudeza que habría que limar en lo posible. Sin embargo, Ai, que linda moça de Ernesto Halffter, está elegantemente trazada, explicada con estilo y buen portugués. En el registro se incluye una nueva canción de Parera Fons, escrita sobre un poema de la propia soprano, Alma de azúcar. Una pieza de estilizada construcción, con un piano interrogador y expresivos silencios. Muy del autor. Alejandro Zabala es el acompañante-colaborador que conocemos, atento, flexible, musical y firme en la digitación. Arturo Reverter 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 77 D D I SI CS O C O S S RECITALES-VARIOS Martha Mödl ARROLLADORA VIBRACIÓN MARTHA MÖDL. Soprano. Obras de Wagner, Strauss, Fortner, Reimann, Chaikovski y Beethoven. ORQUESTAS RIAS Y STAATSKAPELLE DE BERLÍN. STAATSOPER DE BAVIERA. ROYAL PHILHARMONIC DE LONDRES. SINFÓNICA DE BAMBERG, FESTIVAL DE BAYREUTH, SINFÓNICA DE VICHY, SINFÓNICA DE LA RADIO DE STUTTGART Y ÓPERA DE GRAZ. Directores: HEINRICH HOLLREISER, JOSEPH KEILBERTH, FERDINAND LEITNER, GEORGES SEBASTIAN, OTMAR SUITNER, REINHARDT PETERS, NIKSA BAREZA. MICHAEL RAUCHEISEN, piano. 2 CD PROFIL PH12006 (Gaudisc). 158’. 1950-1982. ADD. N PN C audaloso recital, con cosas cogidas de aquí y de allá, registradas en vivo en diferentes escenarios, algunas reales primicias como la Inmolación de Brünnhilde, grabada en Vichy en 1957 con Georges Sebastian; o los raros Lieder op. 48 de Beethoven con Raucheisen. Y caudalosa voz, en verdad, la de esta soprano de Núremberg (1912-2001), cuya carrera se desarrolló a lo largo de 60 años y casi siempre de manera autodidacta. Fue un interesante caso vocal, cuyo primer aprendizaje serio no llegó hasta 1942 en Milán, con Otto Mueller. El timbre, un tanto gutural, oscuro, la movió a desempeñarse en un principio como mezzo, aunque, ya algo entrada en años, se definió más tarde como soprano. Una hochdramatische soprano, una dramática dotada de una cierta aspereza de emisión, de un colorido penumbroso, de una desmesurada vibración, interior y exterior, de una amplitud y volumen muy considerables y de una extensión apreciable. La densidad del instrumento, la anchura del centro, la luz penetrante del agudo, el vigor de los ataques, la reciedumbre del carácter la hicieron una indispensable Isolde y Brünnhilde —la mejor en esta parte para Furtwängler, con quien la grabó— y una emotiva Leonora beethoveniana. Bordaba estos papeles y se metía en la piel de sus criaturas con una vehemencia casi feroz y nos imantaba con su verbo, su intensidad, su lacerante expresividad. Hasta el punto de que pasábamos por alto algunos errores o evidentes fallos de emisión; y sobre todo los continuos golpes de glotis o los cambios de registro, que en ella conducían a sondear en profundidad el sentido de lo escrito. Todos los fragmentos de Tristán e Isolde son excelentes, con la compañía de dos buenos tenores como Suthaus y Windgassen. El metal, ni tan rico como el de Nilsson ni tan fúlgido como el de Varnay; ni, claro, tan terso como el de Flagstad, resplandecía dejándonos una imagen sufriente de la dama, cuya despedida de la vida, tensa y vibrante, carecía de la fluidez y laxitud celestial de la otorgada por otras interpretaciones. En cambio hacía una creación espectacular de la Inmolación de El ocaso de los dioses. Todo el fuego —y no precisamente el que rodea la pira a la que se lanza— de la dicción, la invectiva, la proclama está ahí contenido. Soberbios instantes los de la incisión de Vichy de 1957, sin que el célebre Ruhe, Ruhe llegue a tener la sonoridad de violonchelo que otras conseguían. Diez años después la soprano cantaba en Berlín Klytämnestra, una de las partes a los que fue acogiéndose su voz con la edad, en un retorno al registro de mezzo. El fragmento ofrecido, Was willst du?, es ideal para dar rienda suelta a un histrionismo bien medido y a unas notas graves bien provistas. Dos obras poco conoci- conciertos que un triple acoplamiento fonográfico. Advirtamos que el recital es hermoso, y de un nivel artístico considerable por parte de todos. Es decir: no tengan en cuenta el título de este álbum, algo cursi, aunque reproduzca una línea; valoren su contenido, que es lo importante. Nada más normal que constatar el excelente logro de Kozená en las Canciones bíblicas de su compatriota Antonín Dvorák, que aquí acude a textos sacros pero en su traducción checa. Son salmos a los que el compositor termina de poner música después de los viajes americanos, aunque aquí las escuchamos orquestadas por Vilém Zemánek. El color y las dinámicas envuelven la voz de Magdalena Kozená, excelente nivel de lirismo matizado de sugerencias, para el que acaso la preparen cometidos como los de Orfeo, Dorabella, Sesto, Zerlina y, acaso más que ninguno, Mélisande; pero no el de Nerone, que también domina. En fin, se trata de una belcantista en el sentido estricto: Vivaldi, Haendel, Mozart… Por mucho que se repita que Schéhérazade es un ciclo de Ravel no plenamente raveliano (o algo así, se dice), las mezzos y hasta las sopranos se vuelven locas por él, y lo cantan una y otra vez. Aquí hemos reseñado ya bastantes registros, y ahora llega este de Kozená y das entre nosotros, Bluthochzeit, inspirada en Bodas de sangre de Lorca, y Melusine de Reimann, compuestas pensando en su voz madura, estrenadas respectivamente en 1961 y 1971, dan ocasión a la cantante a desplegar todo su amplio juego de artes escénicas. Lenguajes duros, atonales, que ella sigue con aplicación, en la segunda con la compañía del bajo Josef Greindl. En 1982 Mödl, a los 70 años, aún tenía arrestos para cumplir en un papel frecuentado por cantantes valetudinarias: el de Condesa de La dama de picas de Chaikovski, que entona en plan actriz; en alemán. En el álbum encontramos también dos ciclos de lieder, un género en el que nunca fue ducha: necesitaba el teatro como el comer para desplegar su expresividad. Pero, ¡caramba!, se defiende con mucho decoro en los Wesendonk e incluso alcanza cotas de refinado lirismo en Träume, con excelente colaboración de Keilberth y la Sinfónica de Bamberg (1959). Menos interesante nos parece su aproximación a los Seis Lieder de Gellert de Beethoven, dichos sin mucha gracia y de forma pesante. Aunque la rotundidad del instrumento, todavía joven, es muy notable. Arturo Reverter VARIOS LOVE AND LONGING. Obras de Dvorák, Ravel y Mahler. MAGDALENA KOZENÁ, mezzo. FILARMÓNICA DE BERLÍN. Director: SIMON RATTLE. DEUTSCHE GRAMMOPHON 479 0065 (Universal). 2012. 64’. DDD. N PN Yo diría que la voz de la mezzo checa Magdalena Kozená ha mejorado mucho desde sus inicios. Recuerdo algún recital suyo que no acababa de convencer. Pero los últimos son muy distintos. Por ejemplo, éste, que reúne obras vocales que raras veces veremos juntas. Es más un recital de sala de Rattle, brillante, contenido y exaltado a la vez, una belleza que no trata de ser sutil, sino luminosa. Lo consigue Ravel y lo consiguen Magdalena Kozená y Rattle. Para terminar, la introspección, que no falta en el soliloquio de los cuentos orientales ni mucho menos en los salmos, y que alcanza con estos Lieder de Rückert momentos de “emoción en suspenso” (cómo decirlo, si no). En fin, un hermoso recital en el que la hermosa voz de Kozená para Dvorák, Ravel y Wagner tiene la suerte del acompañamiento de la Filarmónica de Berlín y Rattle. ¿O acaso es al revés? Santiago Martín Bermúdez 77 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 78 D D I SI CS O C O S S VARIOS TEMA RUSO. Obras de Chaikovski, Stravinski, Schnittke y colectiva. CUARTETO KUSS. ONYX 4090 (Harmonia Mundi). 2011. 68’. DDD. N PN T al vez sea esto un divertimento. Divertimento en el viejo sentido de secuencia de danzas en medio de una acción lírico-dramática. Podría ser esto lo que nos propone este disco del Kuss Quartet. O acaso antología improbable de la literatura rusa para cuarteto. Improbable: porque una cosa es el Cuarteto op. 11 de Chaikovski, el primero de los tres suyos, y otra muy distinta las piezas que se nos proponen en ese formato, poco visitadas como el Concertino de Stravinski o el correspondiente Canon de Schnittke, o rarezas que hay que agradecer aunque no sean inéditas, ni mucho menos, como las Variaciones sobre una canción popular rusa, diez variaciones de compositores que hacia 1898 no se mostraron demasiado “castizos”, ya bastaba con el carácter popular del tema que motivó a los diez (Glazunov, Scriabin, Rimski, Liadov, Sokolov, etc.). Sólo por esas diez miniaturas merece la pena el CD. Y la bella lectura del Cuarteto op. 11 de Chaikovski (qué hermosura de Cantabile) nos permite albergar esperanzas de una integral de los cuartetos, más el consabido sexteto de cuerda (por pedir, que no quede). Este CD se llama Tema ruso, y sin duda lo es, con tal de que no busquemos folclore del siglo XX por todas partes: ya hemos visto las Variaciones. Más folclore hay en las desperdigadas hojas de álbum chaikovskianas que constituye uno de los caracteres del programa, en contraste con el “intratable” Concertino de Stravinski. Así, entre el calor del terruño (o de la patria, faltaría más) y la llamada al orden de la forma, el Kuss Quartet se permite una secuencia de miniaturas que dejan de serlo con el Op. 11, y en los que si se permiten el lirismo, siempre se prohíben el pathos. Una bella secuencia rusa, sí, pero no de la Rusia profunda, sino de la Rusia inmediata sin tópicos ni resonancias inducidas. Un cuarteto brillante para un recital original y ambicioso. 78 Santiago Martín Bermúdez Johannes Pramsohler APOTEÓSICO PISENDEL. Conciertos para violín de Fasch, Heinichen, Haendel, Telemann y Pisendel. INTERNATIONAL BAROQUE PLAYERS. Director: JOHANNES PRAMSOHLER. RAUMKLANG RK 3105 (Diverdi). 2012. 58’. DDD. N PN Fuimos muchos los que descubrimos la majestuosa atmósfera musical que envolvía a la ciudad de Dresde gracias a un monográfico dedicado a Heinichen que grabó hace veinte años la tristemente desaparecida Musica Antiqua Köln para Archiv. Desde entonces, me he topado con pocos discos que hayan sido capaces de provocar el mismo estremecimiento. Uno de ellos tenía que ver también con otro compositor vinculado a Dresde: Pisendel (la interpretación era de la Freiburger BarockOrchester y lo editó Carus en 1998). Comprenderán, pues, que para quien esto escribe Dresde, asociada a la música barroca, VACILLANTIS. La canción amorosa, religiosa y moralista en el siglo XII. MAGISTER PETRUS. Director: MAURICIO MOLINA. ENCHIRIADIS EN 2034 (Diverdi). 2011. 59’. DDD. N PN P or lo infrecuente del repertorio (la monodia latina, ni sacra ni profana, del siglo XII y principios del XIII), quizá proceda en este su debut discográfico hacer una presentación como es debido de Magister Petrus, grupo dedicado a la reconstrucción e interpretación de la música de los periodos románico y gótico temprano, y centrado preferentemente en dos repertorios relacionados entre sí: el de la cantio latina posea un halo mágico. Una vez más he vuelto a experimentar ese estremecimiento, gracias a esta novedad de Raumklang en la que Pisendel aparece, en grandes caracteres tipográficos, como reclamo. Sólo una de las cinco obras aquí contenidas es suya (un precioso concierto para violín, trompas, oboes, fagot, cuerdas y bajo continuo). Por desgracia, tampoco se conservan muchas más del que fuera Konzertmeister de la Orquesta de Dresde, a la que permaneció unido los 33 últimos años de su vida. Otra de las obras del disco sí hay que situarla en Dresde, pues su autor es Heinichen. Las tres restantes requieren de explicación: la de Fasch, porque este compositor nunca estuvo en la capital sajona pero con frecuencia envió allí sus partituras para que fueran interpretadas por la orquesta de Pisendel; la de Haendel, porque, como varias obras más del genio de Halle, fueron arregladas por (amalgama de composiciones paralitúrgicas y seculares escritas por clérigos) y el de la cançó trovadoresca. Bajo la dirección del musicólogo Mauricio Molina, Magister Petrus, cuyo nombre alude a varios compositores de aquel periodo (Petrus Abaelardus, Petrus Cantor, Petrus Blesensis, Petrus Notator, Petrus de Cruce o Petrus Le Viser), bebe siempre en fuentes originales, recurre a testimonios literarios e iconográficos, consulta con especialistas en arte y música, y trabaja de cerca con constructores de instrumentos. En este programa, titulado Vacillantis, Magister Petrus nos ofrece un ramillete de canciones (amorosas y satíricas) y de piezas religiosas dedicadas tanto a la Virgen María como a los santos. Muchas de ellas son, a la fuer- Pisendel, y la de Telemann, porque fue un regalo a su amigo Pisendel durante la visita que realizó a Dresde en 1719 (Pisendel había sido director del Collegium Musicum de Leipzig, fundado por el susodicho Telemann). Si toda esta música es brutalmente hermosa, no lo es menos la interpretación de los Internacional Baroque Players, agrupación creada por el joven violinista Johannes Pramsholer en 2009. Apoteósico, en todos los sentidos. Disco de cabecera. Eduardo Torrico za, anónimas, pero también encontramos otras debidas al ingenio de los poetas franceses Gautier de Châtillon (11351201), Philippe Chancelier (c. 1160-c. 1236) y Pierre de Blois (c. 1135-c. 1203). Los integrantes del grupo para esta grabación son Irantzu Zuasti y Meritxell Genís (fídulas), Pepe Morales Luna y Antonio Ruiz (cítolas), Oriol Casadevall i Crespo (giga) y, por supuesto, Mauricio Molina (adufe, pandero, guimbarda y campanas). El muy experimentado José Pizarro y Néstor Pindado son los responsable del canto. Trabajos como el presente contribuyen de manera formidable a dar a conocer uno de los territorios más remotos e ignotos de la música de nuestra civilización. Eduardo Torrico C/ Fernández de los Rios, 50 - 28015 Madrid -Tel.: 91 543 94 41. Fax: 91 543 94 74 [email protected] www.elargonauta.com 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 79 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 80 D V I SD C O S D CRÍTICAS de la A a la Z D V D BACH-FALLA Peter Dijkstra UN BACH REFRESCANTE BACH: Oratorio de Navidad BWV 248. RACHEL HARNISH, soprano; ANKE VONDUNG, mezzosoprano; MAXIMILIAN SCHMITT, tenor; CHRISTIAN IMMLER, bajo. CORO DE LA RADIO DE BAVIERA. ACADEMIA PARA LA MÚSICA ANTIGUA. Director: PETER DIJKSTRA. Directora de vídeo: ELISABETH MALZER. 2 DVD BR KLASSIK 900502 (Ferysa). 2010. 156’. N PN Registrado durante los días 11 y 12 de diciembre de 2010 en una Sala Hércules de la Residencia de Múnich llena de público, este Oratorio de Navidad puede muy bien ser considerado la mejor opción disponible en su clase. Aparte de la estupenda interpretación musical, el envoltorio visual en que se presenta resulta sumamente atractivo. La alternancia de luces azules y ocres proyectadas sobre los muros envuelve el bello recinto en una suave, acogedora penumbra. Antes de cada cantata, un locutor lee en alemán parte del texto que se va a cantar mientras ocupa la pantalla un cuadro de la época de Bach sobre el tema concreto. La música también es ocasionalmente ilustrada con otras pinturas semejantes. Lo único que se echa de menos son subtítulos. Elisabeth Malzer, que toma a los solistas y al director en planos frontales, a los colectivos en laterales y para los intervalos reserva los generales, nunca atrae la atención sobre su trabajo. Eso es exactamente lo que, como mínimo, siempre se espera y no siem- BACH: Variaciones Goldberg. DANIEL BARENBOIM, piano. Director de vídeo: CHRISTOPHER NUPEN. EUROARTS 2066778 (Ferysa). 1992. 100’. DDD. R PN 80 Cuando hace algo más de una década le pregunté por la eterna diatriba a Fabio Biondi, vino a decirme: “Prefiero Bach al clave. Pero prefiero una buena interpretación de Bach al piano, antes que una no tan buena al pre se obtiene de un director de vídeo… o de escena. No pudiendo señalar a nadie que esté menos que muy bien, destacaremos en primer lugar a unos coristas sencillamente formidables, de los que diríase poderse conseguir virtualmente lo que se quiera. Los tres números (uno de la primera cantata y dos de la cuarta) en que el coro canta en arioso por debajo del recitativo son deliciosos. Literalmente a gloria saben Ehre sei Gott en la segunda cantata y el coro inicial de la sexta. En la tercera, el arranque sorprende por la sensación de agitación que produce (dígase algo similar del que da comienzo a la quinta); el primero de los dos corales, por la sutil modulación de la intensidad en respuesta al texto; el segundo, por lo mismo con respecto a la velocidad. Pero si con sólo una intervención coral hubiera que quedarse, la elección bien podría ser aquella con que comienza la cuarta cantata: una prodigiosa combinación de fraseo delicado y ataques rotundos. Ninguno de los cuatro solistas desmerece. De la imponente musicalidad del bajo Christian Immler da idea el extraordinario partido que extrae del aria que le corresponde en la quinta cantata, seguramente la página sobre el papel menos agradecida de todo el ciclo. Por igual como Evangelista que en sus arias, el tenor Maximilian Schmitt encuentra el equilibrio necesario entre lirismo y drama. La mezzosoprano Anke Vondung clave”. Comparto el aserto del palarmitano en un alto porcentaje. De hecho, mis versiones favoritas de las Goldberg son las de Pierre Hantaï en Opus 111 y Mirare. Pero, aunque sea un ardiente defensor de los criterios históricamente informados, no puedo dejar de conmoverme con el Bach de algunos pianistas de distintas épocas que han sabido transmitir, con devoción y respeto, su amor por la música del Cantor, por más que en sus interpretaciones se transgredan las normas de tempo, ornamentación o articulación explicadas en detalle en los numerosos tratados existentes. Euroarts edita en DVD las resuelve con exquisita sensibilidad su aria de la tercera cantata. Por lo demás excelente (incluidos el dúo con el bajo en la tercera cantata y el trío con la mezzosoprano y el tenor en la quinta), la soprano Rachel Harnish tiene la mala suerte de que, tal vez por culpa de los técnicos de sonido, en Flösst, mein Heiland (cuarta cantata) los efectos de eco entre ella y su colega del coro no se perciban con la misma nitidez que por sí sola logra la solista de oboe. Encomiable es asimismo, por su flexibilidad y ajuste, el rendimiento colectivo de la orquesta. Y en todos los obligati, los solistas instrumentales asumen su cuota de protagonismo con una elocuencia a la que sólo faltan las palabras para ser canto. Viéndolo moverse, el espectador comprende perfectamente el refrescante entusiasmo de joven descubridor que Peter Dijkstra contagia a sus músicos. Alfredo Brotons Muñoz Variaciones Goldberg que Barenboim grabó en vídeo en los Bavaria Musikstudios de Múnich en 1992, bajo la dirección de Christopher Nupen, las cuales, junto a las dos de András Schiff —en CD (Decca, 1982) y la posterior en DVD (Euroarts, 1990)—, son de ésas interpretaciones de la obra bachiana al piano que, en mi opinión, sobrepasan las consideraciones estilísticas e históricas por su grandeza musical y su amor por el compositor. En su disertación de sobre la mencionada partitura que incluye el DVD, el intérprete se extiende en toda suerte de elucubraciones pseudoorquestales que rayan la ciencia ficción. Fantasías aparte, el 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 81 D V D BACH-FALLA bonaerense firma una versión excepcional, honda, introspectiva, reflexiva y emocionante de las Goldberg, muy superior a la que publicara en disco poco antes (Erato, 1989) y en la que cada nota se halla llena de significado. Aunque —como ustedes sabrán— ni el aria ni las 30 variaciones que le siguen disponen de indicación de tempo alguna, el pianista vertebra su interpretación a partir de la tradicional interrelación de tempi, si bien muchos de los rápidos son aquí más parsimoniosos que de costumbre y los lentos son muy lentos (en este sentido, cabe destacar el hecho de que la cósmica variación nº 25 —toda una creación en manos de Barenboim— supera en esta filmación, con sus repeticiones, ¡los 9 minutos de duración!). Sé que esta lentitud resultará intolerable a los fieles del historicismo más documentados. Pero, personalmente, pienso que algunas obras para teclado de Bach (entre las cuales están las Goldberg), por la abstracción de su sustancia musical, pueden ser contempladas incluso desde el conocimiento de Busoni y Max Reger. ¿Por qué no? Barenboim incluye todas las repeticiones, extrayendo de ellas un partido expresivo extraordinario. Técnicamente hablando, el intérprete se encontraba entonces en un excepcional momento: sus juegos tímbricos y dinámicos son deliciosos, y la transparencia polifónica y la precisión en la digitación son realmente destacables. Un hito en la discografía “pianística” bachiana. Jesús Trujillo Sevilla FALLA: La vida breve. CRISTINA GALLARDODOMÂS (Salud), JORGE DE LEÓN (Paco), MARÍA LUISA CORBACHO (Abuela), FELIPE BOU (Tío Sarvaor), SANDRA FERRÁNDEZ (Carmela), ISAAC GALÁN (Manuel), ANTONIO LOZANO (una voz en la fragua), ESPERANZA FERNÁNDEZ (Cantaora). Guitarrista: JUAN CARLOS GÓMEZ PASTOR. CORO DE LA GENERALIDAD VALENCIANA. ORQUESTA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA. Director musical: LORIN MAAZEL. Director de escena: GIANCARLO DEL MONACO. Figurinista: JESÚS RUIZ. Director de vídeo: TIZIANO MANCINI. CMAJOR 710708 (Ferysa). 2010. 81’. N PN L as grandes bazas de la puesta en escena son la eliminación de factores excesivamente localistas, la ausencia de un realis- Sergiu Celibidache LA EXPERIENCIA INTERIOR BRUCKNER: La publicación es novedad, aunque este concierto que inauguraba la sala de la Philharmonie am Gasteig de Múnich en 1985 ya había sido retransmitido por numerosas televisiones y radios europeas, y quien más quien menos la conservaba grabada en su casa. Ahora, con una imagen y un sonido impecables, nos llega en este DVD Arthaus que facilitará al aficionado y al profesional el disfrute de este inmenso Bruckner en las mejores condiciones. La recreación, como era de esperar, traspasa todas las barreras y nos sumerge en un universo profundamente humano, “la experiencia interior de la consciencia que se libera”, como nos dice en el libreto Gerd Udo Feller, discípulo del Maestro (y quien expone, además, los fundamentos de la fenomenología y los principios del budismo zen aplicados por Celibidache a su recreación musical, conceptos todos, como saben nuestros lectores, expuestos en numerosas ocasiones desde estas mismas páginas). Recomendamos la escucha de este concierto olvidándose de cualquier versión anterior o posterior (ya saben que desde Furtwängler hasta Abbado hay muy notables recreaciones de esta página), haciendo abstracción de todos nuestros conocimientos y de todas nuestras ideas preconcebidas, “porque tanto unos como otras representan trabas evidentes a la experiencia fenomenológica”. Obviamente no es cuestión de rechazar todo lo que se ha dicho de esta obra por otros grandes maestros, pero lo cierto es que esta experiencia espiritual e interiorizada que llega a lo más profundo de la consciencia no se había dado en ninguna otra versión, ni antigua ni moderna, a no ser que nos refiramos a otras del propio maestro igual de conseguidas que ésta (por el momento, hay una con Stuttgart en DG y dos con Múnich en EMI y Altus respectivamente, además de ésta que comentamos). Asistir a la enseñanza de este místico racional que nos abre las puertas a todo un universo, es una experiencia interior no experimentada así con ninguna otra recreación. mo verista tantas veces de guardarropía y el intento de penetración psicológica en el personaje principal, aquí presente de principio a fin. La iluminación, manejada por Wolfgang von Zoubeck, juega un papel muy importante: los dos primeros actos quedan envueltos en una luz entre ocre y rosa sucio que difumina en buena medida las figuras y que ayuda a situar la acción en un estadio que limita con el sueño, un mal sueño. Este, llamémoslo así, irrealismo, que se desarrolla en un espacio desnudo, únicamente con enormes paneles terrosos en un fondo móvil que habilita los distintos escenarios, lo perfuma todo y concede a la narración un carácter obsesivo, presidido por un fatum inevitable. Los movimientos, fundamentalmente los de Salud, exagerados y dotados de un aire coreográfico, contribuyen a reforzar esa sensación. Con afán simplificador, se unifican el segundo cuadro del primer acto y los dos del segundo, con las folclóricas escenas de la fiesta nupcial. Acertado el dibujo ges- tual y la planificación, debidos a Goyo Montero, de las danzas. Salud, descalza y de riguroso y premonitorio luto, es como un fantasma. Cuando, de acuerdo con el libreto, hace su aparición, una luz clara, pero muy matizada, envuelve el cuadro. Buen ojo, pues, el de Giancarlo del Monaco, que, sin embargo, a nuestro juicio, emborrona la limpia trayectoria marcada con excelente mano de la narración. En primer lugar al introducir, entre neblinas, al comienzo del segundo acto, una especie de paso de Semana Santa con la crucifixión de Salud. No es ella, como enseguida comprobamos, sino la cantaora (que no el cantaor previsto en la partitura) ataviada como la protagonista. Un subrayado —simbolizar el tremendo sacrificio, hacerlo aún más presente— que no nos convence. Como tampoco que Salud no tenga una muerte natural producto de un infarto, sino a consecuencia de la herida que se propina empujando la mano de Paco en la que ella misma ha Sinfonía nº 5. FILARMÓNICA DE MÚNICH. Director: SERGIU CELIBIDACHE. Director de vídeo: KLAUS LINDEMAN. ARTHAUS 101639 (Ferysa). 1985. 90’. N PN Estamos, sin ningún estímulo artificial, sin ninguna autosatisfacción complaciente, y como decía el propio Celibidache, “ante la dimensión de la experiencia interior, ante la libertad de la consciencia, la única libertad posible”, conceptos quizá un tanto crípticos para el oyente convencional pero que en modo alguno les impedirán disfrutar y profundizar en el mensaje de esta recreación única. Un documento, en suma, que trasciende el hecho interpretativo, imprescindible para cualquier bruckneriano de pro o para aquél que no se conforme sólo con la brillantez de la superficie. Enrique Pérez Adrián puesto la faca. Y cae mostrando el corpiño bañado en sangre. Todo ello difumina el supremo instante lírico. Discutible, aunque de menor calado, es que la abuela, que se queda fuera de la fiesta, se pase toda la última parte haciendo conjuros con las cartas. Es, en cambio, un acierto la presencia constante en el último cuadro de un gigantesco ventilador que cuelga del techo y que, a medida que la tragedia se consuma, va descendiendo lentamente sin dejar de girar. Sus aspas son metáfora de la atmósfera asfixiante, aplastante, demoledora, inevitable. En todo caso, el espectáculo funciona teatralmente. Todos están dirigidos muy bien para que este resultado se produzca y que concuerda a la perfección con el magnífico trabajo desde el foso de Maazel, que logra sonoridades delicadas, que dibuja con trazo fino y que impulsa con mano firme las partes danzables. Envuelve a las voces con elasticidad y las deja cantar sin agobios. La orquesta toca estupendamente llevada de 81 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 82 D V I SD C O S D FALLA-RECITALES esa flexible batuta. Los solistas vocales rayan a buena altura. Gallardo-Domâs, sin el vibrato tan acusado que en tiempos recientes le habíamos detectado, está soberbia por intensidad de canto, por fraseo, por ímpetu y por finura, alcanzando la zona aguda con menos problemas de los esperados. La voz, de lírica, puede que esté a veces algo falta de carne, pero la vibración lo compensa. De León deja oír su imponente zona superior y canta con fogosidad y entrega, aun cuando no advirtamos en él ese lirismo encendido, ese toque finamente poético que pide el personaje en su faceta amorosa. Bou es un sólido Tío Sarvaor y Corbacho una Abuela con matices y sentido del drama, aunque su timbre de mezzo nos parezca demasiado velado. Bien los secundarios, espléndida la cantaora —y su guitarrista— y en su punto el coro. Y digamos como colofón que son preciosos los figurines de Ruiz, acordes con la época pero llenos de fantasía. Arturo Reverter GIORDANO: Andrea Chénier. HÉCTOR SANDOVAL (Andrea Chénier), NORMA FANTINI (Maddalena di Coigny), SCOTT HENDRICKS (Carlo Gérard), TANIA KROSS (Bersi), ROSALIND PLOWRIGHT (Contessa di Coigny/Madelon). CORO FILARMÓNICO DE PRAGA. CORO DEL FESTIVAL DE BREGENZ. SINFÓNICA DE VIENA. Director musical: ULF SCHIRMER. Director de escena: KEITH WARNER. Decorados: DAVID FIELDING. Vestuario: CONSTANCE HOFFMAN. Director de vídeo: FELIX BREISACH. CMAJOR 707908 (Ferysa). 2011. 130’. N PN S on 82 ya muchas las imágenes que han l o g r a d o imponerse como señas de identidad del festival de ópera más atípico de Europa como es el que se celebra todos los veranos en la localidad austriaca de Bregenz, a orillas del Lago Constanza: el enorme esqueleto que pasaba las páginas del libro de la vida en Un ballo in maschera, la inmensa refinería de petróleo de Il trovatore o el gigantesco ojo que todo lo controlaba, a modo de un Gran Hermano, en Tosca (la envergadura de las propias escenografías obliga a mantener cada título en dos ediciones). A éstas se ha unido la cabeza de Marat, inspirada en el célebre cuadro de Jacques-Louis David, que ha utilizado el director de escena inglés Keith Warner para recrear uno de los títulos emblemáticos del verismo italiano, Andrea Chénier de Umberto Giordano. Hay que reconocer que, bajo estas premisas, el espectáculo funciona y es de una intensa fuerza teatral, con movimientos de masas realmente conseguidos y una estética cercana a la comedia musical, y muy concretamente a Los miserables. Ulf Schirmer conoce a la perfección el sofisticadísimo sistema sonoro del lugar, y dirige con vehemencia tanto a la excelente orquesta titular (la Sinfónica de Viena) como al nutrido coro plurilingüe. En el papel titular, el tenor mejicano Héctor Sandoval es un poeta lleno de ardor latino, y Norma Fantini —a la que nos ha gustado encontrar de nuevo después de su sensible Aida madrileña— ha evolucionado con inteligencia para abordar una convincente y apasionada Maddalena di Coigny en la mejor tradición italiana, mientras que el barítono Scott Hendricks defiende con suficiencia vocal y, sobre todo, actoral a Carlo Gérard, como antes hiciera con el malvado Scarpia. La veterana soprano inglesa Rosalind Plowright saca mucho jugo de la antipática Condesa, antes de convertirse en una anciana Madelon que surge de los ojos del revolucionario francés para entregar a su último nieto a la causa, y Tania Kross es una sugerente mulata Bersi. Rafael Banús Irusta MAHLER: Sinfonía nº 2 “Resurrección”. DOROTHEA RÖSCHMANN, soprano; MICHELLE DEYOUNG, mezzosoprano. NEW YORK CHORAL ARTISTS. FILARMÓNICA DE NUEVA YORK. Director: ALAN GILBERT. Director de vídeo: MICHAEL BEYER. ACCENTUS ACC 10241 (Ferysa). 2011. 112’. DDD. N PN Bertrand de Billy A PRUEBA DE INCRÉDULOS MASSENET: Cendrillon. JOYCE DIDONATO (Cendrillon), ALICE COOTE (Prince Charmant), EGLISE GUTIÉRREZ (La Fée), EWA PODLES (Madame de la Haltière), JEAN-PHILIPPE LAFONT (Pandolfe). CORO Y ORQUESTA DE LA ROYAL OPERA HOUSE COVENT GARDEN. Director musical: BERTRAND DE BILLY. Director de escena: LAURENT PELLY. Director de vídeo: OLIVIER SIMONNET. 2 DVD VIRGIN 60250995 (EMI). 2011. 148’. N PN Deliciosa y refinada partitura la de Cendrillon, de múltiples recodos músico-dramáticos que encuentra en el inteligente Pelly una plasmación escénica simplemente magnífica. Puede que el tema exigiera unos decorados más bonitos que los paneles con fragmentos de los textos de Perrault, pero son de un efecto teatral insoslayable, con múltiples posibilidades prácticas. La dirección de Pelly, con un De Billy en el foso subrayándola con similar colorido sonoro, el propio de cada diferente atmósfera de una música donde conviven diferentes estéticas magníficamente unificadas por el compositor, es de una fantasía a prueba de incrédulos. Baste la escena del baile principesco para demostrarlo, donde la presentación de las candidatas casaderas es de una variedad de movimientos (que destaca asimismo el siempre rojo vestuario del propio Pelly) para dejarnos con la boca abierta de admiración. Ironía, sentimentalismo, dramaticidad, caricatura, sensaciones que van desfilando alternativamente por la obra aparecen reflejadas por el director de escena con una elegancia y una efusividad dignas del mejor elogio. Pero, para colmo, el equipo vocal es extraordinario. DiDonato es una fuera de serie, nadie puede hoy discutir- lo, trabajadora, inteligente, imaginativa y dotada; su Lucette es un modelo desde cualquier ángulo a considerar y disfrutar. Así de simple. Coote (príncipe en voz de mezzo en vez de tenor) no sólo se fusiona tímbricamente con su colega sino que aporta el apasionamiento y la vehemencia que en ella, como personaje, despierta la compañera de fatigas y registro. Sus dos dúos son insuperables. Agudos cristalinos, sobreagudos deslumbrantes, trinos de nítida exposición, físico simpático y sensual… son cualidades que adornan la excelente Hada de Gutiérrez. Podles: un fenómeno, vocal desde luego y con una imponente presencia escénica, dando a la antipática madrastra unos rasgos, entre la aversión y la gracia, difíciles de superar. Lafont, pese a que ciertas notas agudas dan cuenta de un cierto deterioro instrumental, confiere a Pandolfo toda la humanidad que la entrañable figura posee. Excelente equipo el restante, desde las dos ridículas hermanastras (Madeleine Pierard, Kai Rüütel) hasta el Rey de juego de cartas de Jeremy White. Todo funciona a la perfección o, para los agnósticos, lo más cercano a ella. vemos lo que significa este concierto para la ciudad: público en pie, manos en el corazón, rostros conmovidos. No fue una noche más y tampoco será un DVD más, aunque la interpretación no vaya a desplazar a los Walter, Klemperer, Bernstein, Boulez, Haitink, Chailly, Abbado y demás nombres que se quieran sumar a la lista. Gilbert pone en primer plano la pasión y extrema los matices más macabros del Totenfeier inicial y del terrible movimiento final, en el que los timbales y los metales rugen como volcanes en plena erupción. Desde luego, la Filarmónica de Nueva York suena esplendorosa, a todo fuego, como ella y muy pocas más pueden sonar. En esa línea, la profunda voz de Michelle DeYoung, en su contraste con el etéreo acompañamiento orquestal, crea un efecto de recogimiento casi místico en Urlicht, ese bellísimo canto a la luz origi- Fernando Fraga Nueva York, 11 de septiembre de 2011. Han pasado diez años desde el atentado de las Torres Gemelas y Alan Gilbert dirige una obra tan fuertemente simbólica como la Sinfonía Resurrección de Mahler. Antes suena el himno nacional, The Star-Spangled Banner, y ahí ya 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 83 D V D FALLA-RECITALES naria, prístina, para elevarse finalmente al éxtasis de la resurrección al lado de la voz luminosa de Dorothea Röschmann y de un coro compacto y particularmente entregado. Breve e ilustrativo, pese a no contar con subtítulos en castellano, el documental. Desde luego, no hay nada como esta música para mirar fijamente a la muerte, para ver más allá de sus propios límites y para confiar en el fluir eterno de la vida. Asier Vallejo Ugarte MONTEVERDI: L’Orfeo. GEORG NIGL (Orfeo), ROBERTA INVERNIZZI (Música/Eurídice), SARA MINGARDO (Mensajera/Esperanza), LUIGI DE DONATO (Caronte), RAFFAELLA MILANESI (Proserpina), GIOVANNI BATTISTA PARODI (Plutón), FURIO ZANASI (Apolo). ORQUESTA DEL TEATRO ALLA SCALA DE MILÁN. Director musical: RINALDO ALESSANDRINI. Director de escena: ROBERT WILSON. Director de vídeo: EMANUELE GAROFALO. OPUS ARTE OA 1044 D (Ferysa). 2009. 116’. N PN E l director estadounidense Robert Wilson tiene un estilo tan determinado que, más que acercarse a las obras que pone en escena, puede decirse que son éstas las que resultan más o menos apropiadas a su lenguaje teatral. Como el ejemplo máximo de esta adecuación podemos considerar su producción de Pelléas et Mélisande de Debussy, que hemos tenido ocasión de revisar muy recientemente en Madrid y en Barcelona. También hay que reconocer que resulta muy adecuada a su sensibilidad la trilogía monteverdiana que ha empezado a realizar para la Scala de Milán, de la que ya ha realizado las dos primeras entregas, y a las que pertenece este Orfeo que aquí comentamos. Wilson posee un sentido ritual del ritmo escénico que va muy bien al universo barroco, y en especial a la “favola in musica” del autor cremonés, que casi no necesita añadidos. La música fluye en un magnífico envoltorio de gestos casi coreográficos, con una ironía en ocasiones un tanto naíf (como la aparición de los animales convocados por la lira del cantor de Tracia) y, como siempre, con una utilización de la luz que crea un mundo de sugerencias y fantasías, totalmente irreal o, mejor dicho, de ilusiones. Hay que decir que, en lo musical, el espectáculo es de una altura extraordinaria, empezando por la dirección musical de Rinaldo Alessandrini, quien hace sonar a los músicos de la orquesta titular del teatro milanés (convenientemente reforzados por instrumentistas “auténticos”) con una destreza estilística y una perfección asombrosas. El papel titular está a cargo del barítono vienés Georg Nigl, expresivo y musical, aunque de dicción algo problemática, sobre todo por estar rodeado de cantantes tan sobresalientes y dominadores del “recitar cantando” como Roberta Invernizzi en la Música y Eurídice, Luigi de Donato en Caronte, Raffaella Milanesi en Proserpina, Giovanni Battista Parodi en Plutón, Furio Zanasi en Apolo y, sobre todo, una conmovedora Sara Mingardo como Mensajera y Esperanza. Rafael Banús Irusta ORFF: Gisei. AKI HASHIMOTO (Sushai), OLEKSANDR PRITOLIUK (Genzo), SUSANNE SERFLING (Tonami), ANDREUS DAM (Matsuo). CORO Y ORQUESTA DEL TEATRO ESTATAL DE DARMSTADT. Director musical: CONSTANTIN TRINKS. Director de escena: JOHN DEW. Escenografía: HEINZ BLATHES. Vestuario: JOSÉ MANUEL VÁZQUEZ. Director de vídeo: PEIDER DEFILLA. WERGO MV 08565 (Diverdi). 2010 80’. N PN En 1913, con apenas 18 años, compuso Carl Orff esta ópera en un acto con un prólogo, basado en la pieza japonesa del año 902 Terakoya (La escuela de aldea), traducida al alemán por Karl Florenz. La obra permaneció inédita hasta esta representación, captada en vivo sobre unos decorados de sutil plasticidad, basados en el grabado clásico japonés, y un vestuario suntuoso, ceremonial y elegante de la misma inspiración. La recuperación tiene una especial importancia histórica, dada la popularidad de ciertas partituras orffianas, aunque poco se reconocerá al autor en su perfilado lenguaje, por lo que debe considerarse parte de su prehistoria musical. Un wagnerismo muy elaborado, con toques de un decadentismo de procedencia francesa, se resuelve en un discurso continuo, de elocución lenta y cuidadosa, evitando todo patetismo. La historia se basa en el sacrificio de un niño protagonizado por sus padres. La puesta evoca al teatro tradicional japonés de corte serio y obedece al estatismo, la hierática y litúrgica lentitud, y la arcaica nobleza de sus personajes. El elenco cumple con pulcro decoro su tarea, destacando la equilibrada labor del director musical, de fina sonoridad. Blas Matamoro SAINT-SAËNS: Samson et Dalila. TORSTEN KERL (Samson), MARIANNA TARASOVA (Dalila), NIKOLA MIJAILOVIC (Gran Sacerdote de Dagón), MILCHO BOROVINOV (Abimélec), TIJL FAVEYTS (Viejo hebreo). CORO Y SINFÓNICA DE LA ÓPERA DE FLANDES. Director musical: TOMÁS NETOPIL. Directores de escena: OMRI NITZAN, AMIR NIZAR ZUABI. Decorados y vestuario: ASHRAF HANNA, AMIR NIZAR ZUABI. Director de vídeo: WILLY VANDUREN. EUROARTS 2058628 (Ferysa). 2009. 136’. N PN La Ópera de Flandes, con afán no se sabe si conciliador o provocador, ha reunido en esta producción de la ópera más célebre de Camille Saint-Saëns a un director de escena israelí y otro palestino —quienes, aparentemente, se llevan muy bien, a juzgar por el pequeño reportaje que se incluye sobre el montaje—, que han situado la acción de la ópera en la franja de Gaza en nuestros días. No es una solución descabellada, máxime cuando la realización, hay que decirlo ya, es excelente. Hay un niño simbólico, que muere en el primer acto para reaparecer después con una gran mancha de sangre, y que, finalmente, será quien conduzca al protagonista al templo para su inmolación, proporcionándole el chaleco con los explosivos con los que volarán él y todos los presentes, en un acertadísimo efecto teatral. La acción termina justamente cuando, con el agudo final, el fornido héroe se dispone a accionar el dispositivo. Para dar mayor autenticidad, algunos de los trajes han sido traídos de la propia zona. El joven maestro checo Tomás Netopil dirige con firme pulso a unos conjuntos, tanto orquestal como coral, que responden con absoluta convic- ción, al igual que el terceto protagonista, con un Torsten Kerl cada vez más convincente en los papeles heroicos y una Marianna Tarasova más manipuladora que puramente seductora, que incluso se somete a las desagradables prácticas eróticas de Nikola Mijailovic, transmutado de jefe religioso en adalid militar. Una trepidante función, que otorga una indiscutible actualidad a este monumental oratorio reconvertido en ópera. Se incluyen subtítulos en francés, inglés, alemán y holandés, pero no en español. Rafael Banús Irusta RECITALES CLAUDIO ARRAU. Pianista. Obras de Beethoven, Debussy, Liszt y Chopin. Directores de vídeo: KIRK BROWNING, PETER ROSEN. EUROARTS 2058678 (Ferysa). 1983. 111’. N PN Este DVD recoge el concierto con que Nueva York festejó en 1983 el 80 cumpleaños de Claudio Arrau (19031991). Para la ocasión, el pianista chileno eligió un programa muy exigente: dos grandes sonatas de Beethoven, Waldstein y Appassionata, que someten a su intérprete a dura prueba, física y mental. Arrau salió triunfante de la prueba a sus 80 primaveras, que superó con una autoridad indiscutible, dejando constancia de su excepcional categoría como intérprete beethoveniano. Cierto: los tempi son moderados y los contrastes dinámicos no tienen la amplitud ni la frescura de 10 o 20 años atrás, pero el mecanismo digital sigue siendo envidiable, el sonido conserva el poder y la riqueza de siempre, y la realización poética de las obras es magistral. Ambas versiones suscitarían la envidia de muchos pianistas con la mitad de años. En la segunda parte, en la que figuraron otros de sus autores favoritos, aparece ocasionalmente el cansancio, pero nos admira la excepcional capacidad para transmutar las dos obras de Liszt en una pura maravilla sonora. Los comentarios del locutor son, en general, superfluos, pero en la Segunda Balada ayuda al oyente a entrar en el bello programa no oficial de la obra: Leandro que 83 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 84 D V I SD C O S D RECITALES-VARIOS cruza de noche el Helesponto, nadando, para ver a Hero y acaba ahogándose. El Primer Scherzo de Chopin cierra el concierto en clima de apoteosis, que se prolonga con tarta y Cumpleaños feliz liderado por un joven Plácido Domingo. ¿Conocía Arrau este fin de fiesta? Su expresión no me parece de entusiasmo. En todo caso, un DVD muy recomendable. Roberto Andrade VARIOS FESTIVAL DE SALZBURGO 2011. Obras de Berg y Mahler. ANNA PROHASKA, DOROTHEA RÖSCHMANN, sopranos; ANNA LARSSON, contralto; JOHAN BOTHA, tenor. CORO DE LA ASOCIACIÓN DE CONCIERTOS DE LA ÓPERA ESTATAL DE VIENA. FILARMÓNICA DE VIENA. Director: PIERRE BOULEZ. Director de vídeo: MICHAEL BEYER. CMAJOR 710908 (Ferysa). 2011. 87’. N PN E ste documento recoge el concierto íntegro de apertura del Festival de Salzburgo el 27 de julio de 2011, magníficamente grabado y filmado en la Grosses Festspielhaus. El máximo interés, a juicio del firmante, son las dos páginas de Berg, recreadas con un colorido, transparencia, minuciosidad y convicción propias del mejor Boulez, el que dirige obras que le interesan y en las que echa el resto por encima de cualquier consideración. Las dos sopranos (Prohaska para la Suite de Lulu, Röschmann para Der Wein) están sensacionales, lo mismo que la Filarmónica de Viena, que recrea con un apabullante lujo sonoro estas dos páginas de un compositor que por fin ha llegado a ser “uno de los suyos” (más 84 vale tarde…). La versión de Das klagende Lied es la de 18981899, es decir, la revisión en dos movimientos y con numerosos retoques de instrumentación hecha así por el propio Mahler, que es interpretada aquí, en palabras de Boulez, “como un teatro imaginario con verdaderos efectos escénicos aplicados al concierto”. Irreprochables los solistas, coro y orquesta, lo mismo que Boulez, que dirige con su solvencia habitual en el manejo de masas corales y técnica orquestal, con memorables transparencia y timbre orquestal, aunque uno no deja de recordar aquella juvenil y estupenda versión del director francés en tres movimientos hecha con la Sinfónica de Londres para Sony a finales de los 60. En suma, un muy atractivo concierto, un sugestivo “Fin de siglo en Viena” que se recomienda sin salvedades importantes para toda clase de públicos. Enrique Pérez Adrián KHACHATURIAN. Documental de Peter Rosen. Rapsodia-Concierto para violonchelo y orquesta. MSTISLAV ROSTROPOVICH, violonchelo. ORQUESTA DEL ESTADO DE LA URSS. Director: ARAM KHACHATURIAN. Concierto para piano (FRG). DORA SERVERIAN-KUHN, piano. FILARMÓNICA AMERICANA. Director: LORIS TJEKNAVORIAN. EUROARTS 2058278 (Ferysa). 2003. 133’. N PN D ebe de tener ya diez años este documental sobre la figura de Aram Khachaturian, uno de los mayores compositores de la Unión Soviética. Después de Shostakovich y Prokofiev, sin duda alguna. Acaso después de Miaskovski. El documental comienza por el final, por unos funerales de estado en que nada se escatima para despedir al camarada armenio. Una voz en off narra y explica lo que vemos: es el propio Khachaturian, convertido en personaje. El elemento poético ayuda al documental. Si hemos de hacer caso a ese tono y a esa ironía, incluso a esa sugerencia de confesión del personaje poético, él mismo estaría muy de acuerdo en situarse después de esos tres nombres. Hace mucho tiempo que se disiparon leyendas como la de que Khachaturian fue un favorecido del sistema. También se había dicho eso de Shostakovich. Bastaba con leer documentos y libros que eran públicos desde tiempo atrás, pero la tentación de acusar al artista por complicidad con el poder es muy fuerte desde la comodidad de un tiempo en el que muchos se arrogan superioridad moral. Khachaturian fue uno de los muchísimos compositores perseguidos en febrero de 1948, cuando la Zdanovshina (aunque Zdanov no aparece aquí, ni acusado ni mencionado siquiera). También es cierto, como nos recordaba Temirkanov hace años en una entrevista, que ningún músico fue perseguido hasta la muerte, a diferencia de poetas, narradores, dramaturgos o directores de escena. Por ahí aparece Khrenikov, al que se le ha acusado de todo. Qué ironía, dice la voz en off, ahora parece que es mi mayor admirador, mientras que hace treinta años me apuñaló por la espalda. Pobre Khrenikov, qué papelón. Él mismo aparece en el documental; explica, no se justifica, tan sólo explica. Pobres artistas soviéticos. Más les hubiera valido sufrir la táctica de nuestro tiempo: el silencio, el desprecio. Eso que en Viena se llamó la Schlamperei. Que es cosa dura, pero siempre más llevadera que el temor a la troika madrugadora, al Gulag o a la muerte en un barracón lejano. Khachaturian aparece en este documental como el músico armenio por excelencia: menos mal que los turcos no entraron en Tiflis —parece ser que le dijo un paisano a Khachaturian, ya mayor—, porque no hubiéramos tenido un músico armenio. La referencia es a ese enorme crimen de 1915 que los turcos se empeñan en negar todavía. Khachaturian estaba en Georgia, de manera que el avance turco se desinfló antes de alcanzar nuevas víctimas armenias. Rostropovich, Solomon Volkov, el hijo de Khachaturian y varios compositores compatriotas recuerdan a Aram Ilich, su carrera y sufrimientos. Lo de 1948 fue un hundimiento personal. Reconocen todos que la persecución fue más encarnizada con Shostakovich y con Prokofiev, pero todos ellos fueron considerados anti-pueblo (ya no eran sólo formalistas, concepto arrojadizo, pero circunscrito a lo estético: antipueblo era peor, podías ser perseguido legítimamente por lo penal), y para Khachaturian fue una sorpresa, el estupor, la incredulidad. En fin, un documental muy instructivo, grabado hará un par de décadas, tal vez; con voces de músicos del Cáucaso que desconocemos por nuestra ignorancia y nuestra lejanía, y que aparecen aquí recordando al compañero desaparecido. Es importante la presencia de la Filarmónica Armenia dirigida por Tjeknavorian. Si el documental es interesante, el bonus es excelente, sobre todo por esos veintitantos minutos del Concierto-Rapsodia para violonchelo y orquesta, un documento de 1963, con Rostropovich como solista, la Orquesta del Estado de la URSS y dirección del propio Khachaturian. Este DVD carece de subtítulos en español, pero sí en francés, inglés y alemán; y en ruso, claro. Santiago Martín Bermúdez 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 85 278-DISCOS 21/9/12 11:26 Página 86 ÍNDICE ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS 86 Arrau, Claudio. Pianista. Obras de Beethoven, Debussy y otros. Euroarts.82 Bach: Cantatas. Birmele, Krebs Fischer-Dieskau/Ristenpart. Audite. . . . . . .61 — Conciertos para flauta. Bosgraaf. Brilliant. . . . .60 — Misa en si menor. Mields, Hobbs, Kooij/Herreweghe. Phi. 61 — Obras para órgano. Chapuis. United Archives. .60 — Oratorio de Navidad. Harnish, Schmitt, Immler/Dijkstra. BR Klassik. 79 — Pasión según San Juan. Sämann, Noskaiová, Genz/Kuijken. Challenge.61 — Variaciones Goldberg. Barenboim. Euroarts. . .79 — Variaciones Goldberg. Rannou Zig-Zag. . . . . .60 Bartoli, Cecilia. Mezzo. Obras de Steffani. Decca.75 Beethoven: Sonatas para piano 12, 17, 22, 27. Perianes. Harmonia Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . .62 — Tríos con piano. Florestan. Hyperion. . . . . . . .61 Ben-Haim: Sinfonía 1. Yinon. CPO. . . . . . . . . .62 Brahms: Sinfonías 1, 4. Jansons. BR Klassik. . . . . .63 Britten: War Requiem. Wiens, Robson, Hagegard/ Masur. Helikon. . . . . . .54 — War Requiem. Dovracheva, Griffey, Stone/Zweden. Challenge. . . . . . . . . . .54 — War Requiem. Cvilak, Bostridge, Keenlyside/ Noseda. LSO. . . . . . . . .54 Bruckner: Sinfonía 5. Celibidache. Arthaus. . . . . . .80 Buxtehude: Membra Jesu Nostri. Thornhill, Dürmüller, Mertens/Koopman. Challenge. . . . . . . . . . .63 — Sonatas en trío op. 2. Manson/Pandolfo/Koopman. Challenge. . . . . . .63 Cerha: Und du… Verzeichnis. Cerha. Kairos. . . . .64 Corselli: Misa concertata. Gershensohn. Verso. . .64 Debussy: Mar. Chung. DG. . . . . . . . . . . . .64 Falla: Vida breve. GallardoDomâs, De León, Bou/Maazel. Cmajor. . .80 Festival de Salzburgo 2011. Obras de Berg y Mahler. Röschmann, Botha/Boulez. Cmajor. . . . . . . . . . . . .83 Francesconi: Ballata. Ono. Stradivarius. . . . . . . . . .64 Garanca, Elina. Mezzosoprano. Arias. DG. . . . . .75 Gerhaher, Christian. Barítono. Obras de Beethoven, Haydn y otros. Sony. . .76 Giordano: Andrea Chénier. Sandoval, Fantini, Hendricks/Schirmer. Cmajor.81 Gould, Glenn. Pianista. Obras de Bach, Haydn y otros. Sony. . . . . . . . . .52 Gruberova, Edita. Soprano. Obras de Donizetti, Mozart y otros. Orfeo. .55 Gubaidulina: Cuartetos. Stamic. Supraphon. . . . . . .65 Haendel: Esther. Gilchrist, Brook, Hamilton/Butt. Linn. . . . . . . . . . . . . . .65 — Theodora. Upshaw, Hunt, Daniels/Christie. Glyndebourne. . . . . . . .65 Harvey: Wagner dream. Booth, Gietz, Duessing/Brabbins. Cyprès. . . . . . . . . . . . . .66 Haydn: Lieder. Cambier/Vermeulen Accent. . . . . . . . . . . . .66 Holst: Sinfonía. Fallettta. Naxos. . . . . . . . . . . . . .66 Khachaturian. Rosen. Euroarts. . . . . . . . . . . . . . . .83 Koechlin: Heures persanes. Raat. Naxos. . . . . . . . . .66 Liszt: Andante lagrimoso. Chevallier. Dolce Volta.67 Lopes-Graça: Sinfonía. Cassuto. Naxos. . . . . . . . . .67 Love and Longing. Obras de Dvorák, Ravel y Mahler. Kozená/Rattle. DG. . . .77 Mahler: Sinfonía 2. Röschmann, DeYoung/Gilbert. Accentus. . . . . . . . . . . .81 — Sinfonía 2. Margiono, Nes/ Haitink. Profil. . . .68 Massenet: Cendrillon. DiDonato, Coote, Podles/De Billy. Virgin. . . . . . . . . .81 McDaniel, Barry. Barítono. Obras de Schubert, Schumann y otros. Audite. . .74 Medtner: Conciertos para piano 1, 2. Nikolaeva/Svetlanov. Melodiya. . . . . .68 Mödl, Martha. Soprano. Obras de Wagner, Strauss y otros. Profil. . . . . . . . .77 Monteverdi: L’Orfeo. Nigl, Invernizzi, Mingardo/Alessandrini. Opus Arte. . . .82 Mouton: Misa Tu es Petrus. Rice. Hypérion. . . . . . .68 Mozart: Concierto para piano nº 17. Varios. . . . . .50 Orff: Gisei. Hashimoto, Pritoliuk/Trinks. Wergo. . .82 Pasquini: Cantatas de pasión. Rostorf-Zamir, Zanasi/Caruso. Brilliant. 68 Persson, Miah. Soprano. Obras de C. y R. Schumann. Bis. . . . . . . . . . .76 Pisendel. Conciertos para violín de Fasch, Heinichen y otros. Pramsohler. Raumklang. . . . . . . . . . . . . . .78 Prey, Hermann. Barítono. Obras de Mozart. Rossini y otros. BR. . . . . . . . . . . .55 Rey, Isabel. Soprano. Obras de Granados, García Abril y otros. Discmediblau. .76 Rihm: Antlitz. Seidel/ Schleiermacher. MDG. 69 — Sieben Passions-Texte. Rademann. Harmonia Mundi. . . . . . . . . . . . . .69 Ropartz: Sinfonía 3. Ossonce. Timpani. . . . . . . . . .69 Rott: Sinfonía 1. Järvi. RCA. . . . . . . . . . . . . .70 Rouleau, Joseph. Bajo. Obras de Verdi, Donizetti y otros. Analekta. . . . . .55 Saint-Saëns: Conciertos para piano. Entremont/Plasson. Newton. . . . . . . . . . . . .56 — Estudios. Burleson. Grand Piano. . . . . . . . .56 — Poemas sinfónicos. Järvi. Chandos. . . . . . . . . . . .56 — Samson et Dalila. Kerl, Tarasova, Mijailovic/Netopil. Euroarts. . . . . . . . . .82 — Sinfonías. Martinon. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . .56 Schubert: Cuartetos D. 87, 887. Casals. Harmonia Mundi. . . . . . . . . . . . . .71 Schumann: Sinfonías. Rozhdestvenski. Melodiya. . .70 Schütz: Antología. Varios. Brilliant. . . . . . . . . . . . .58 Shostakovich: Sinfonías 2, 15. Petrenko. Naxos. . .71 Stade, Frederica von. Mezzo. Obras de Schumann, Chausson y otros. Newton. . . . . . . . . . . . . . . .55 Stokowski, Leopold. Director. Obras de Falla, Wagner y otros. Sony. . . . . .57 Stradella: Ester. Piccolo, Franzetti, Norrington/Ferrari. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . .72 — La Susanna. Oro, Bertagnolli Álvarez/Astronio. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . .72 Strauss: Elektra. Charbonnet, Denoke, Goerne/Gergiev. LSO. . . . . . . . . . .72 Stravinski: Ballets. Stravinski. Naxos. . . . . . . . . . . .72 Tema ruso. Obras de Chaikovski, Stravinski y otros. Kuss. Onyx. . . . . . . . . .78 Tye: Missa Euge bone. O’Donnell. Hyperion. .72 Vacillantis. Canciones del siglo XII. Molina. Enchiriadis. . . . . . . . . . . . . . . . .78 Verdi: Música de ballet de las óperas. Serebrier. Naxos. . . . . . . . . . . . . .73 Vivaldi: Sonatas op. 1. L’Estravagante. Naïve. . . . .73 Wolf: Lieder. Vol. 4. Bevan/Kynoch. Stone. .74 — Obra para cuarteto. Prometeo. Brilliant. . . . . . .74 Ysaÿe: Sonatas para violín. Murray. Harmonia Mundi. . . . . . . . . . . .74 278-Pliego dosier 20/9/12 23:02 Página 87 D O S I E R T EMPORADAS DE Ó PERA 2012-2013 EL ORO DEL RIN de Wagner. Producción de Robert Lepage, Metropolitan de Nueva York. Foto: Ken Howard. L legó la mágica cifra de 2013 que comprende los dos bicentenarios, quizás, más jugosos que puede plantearse el mundo lírico: el de Verdi y Wagner. O mejor el de Wagner y Verdi, ya que el primero nacido en mayo de 1813 se adelantará al del segundo, de noviembre del mismo año, una forma de ordenar las celebraciones como va a hacer, inteligentemente, el Liceu barcelonés. 1813 también es el año en que nació en Rusia Alexander Dargomiski, autor de un Convidado de piedra (sobre el mito de Don Juan, desde luego) digno de un interés mayor del que ha conseguido y un poco más abajo, en Palermo, Errico Petrella, cuya Jone rescató la incansable Adelaida Negri ha unos años en Caracas, a más de atreverse a musicar la novela más admirada de Verdi, Los novios de Manzoni. Un alarde. Pero también pueden celebrarse los cien años del nacimiento de Benjamin Britten (22 de noviembre de 1913) y los trescientos de Domenec Terradellas (Barcelona, 13 de febrero de 1713) del cual Juan Bautista Otero y su Reial Companyia nos han recientemente redescubierto Artaserse y Sesostri. En 1713 murió Arcangelo Corelli, nada asociado a los asuntos operísticos; sí lo están los que murieron en 1813, André Grétry y Nicola Manfroce, cuya Ecuba permitió en 1990 elevarse por encima del anonimato a la hoy famosa Anna Caterina Antonacci. Cumplen cien años Parisina de Mascagni, Penélope de Fauré, L’amore dei tre re de Montemezzi, Julien de Charpentier (la fallida continuación de Louise) o Panurge de Massenet, estreno póstumo lo mismo que Une éducation manquée de Chabrier. Y, ¡en francés!, en Niza, La vida breve de Falla. Merece la pena recordar cómo sonó la copla base de esta tragedia andaluza en el lenguaje de Racine, según nos testifica el hijo del libretista: “¡Malheur aux femmes qui naisent / sous une mauvaise étoile. /¡Malheur à qui nait enclume / au lieu de naître marteau!”. Ahí queda eso. 1813 fue un año prolífico para Rossini: Il signor Bruschino, Tancredi, L’italiana in Algeri y Aureliano in Palmira; algo menos para el profesor de Donizetti, Mayr, que sólo dio a conocer dos, pero significativos, títulos: La rosa bianca e la rosa rossa y Medea in Corinto. Ese mismo año el viejo maestro Cherubini ofrecía la primicia de sus Abencérages. 1713 es el año de dos estrenos barrocos importantes: Teseo de Haendel y Ottone in villa de Vivaldi. En 1863 nació Pietro Mascagni en Livorno, un año en que París escuchaba por vez primera Los pescadores de perlas de Bizet y Los troyanos en Cartago de Berlioz. En 1763 vino al mundo el citado Mayr en Baviera y Méhul en Givet en las Ardenas francesas. El 10 de agosto cumplen cien años los festivales veraniegos de la Arena de Verona. Fernando Fraga 87 278-Pliego dosier 20/9/12 23:03 Página 88 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 COMIENZO WAGNERIANO Gran Teatro del Liceo. La Rambla, 51-59. 08002 Barcelona. Teléfono: 93 485 99 00. Fax: 93 485 99 18. E-mail: [email protected]. www.liceubarcelona.com. 88 L’ELISIR D’AMORE. Rolando Villazón. A. Bofill Street Scene (Weill) 1, 2, 4 y 5 de marzo de 2012. Geof Dolton, Elena Ferrari, Paul Feaherstone, Kate Nelson, Paul Curievici. Director musical: Tim Murray. Director de escena: John Fulijames. León, Aronica y Secco. Hay espacio también para Dvorák con una Rusalka en la que es especialista Andrew Davis; Stephan Herheim en la escena promete sobresaltos (como ocurrió en Bruselas y eso que son muy sufridos), pero no su encantadora protagonista Camilla Nylund. Un Lucio Silla desde Viena recuerda que Mozart existe y un Turco in Italia desde Múnich hace lo propio con Rossini. Con artistas muy solventes, como Stret, Petibon (después de Lulu), Tamar, Tro Santafé, para el primer compositor, y D’Arcangelo, Machaidze, Spagnoli para el segundo. Pero, quizás, sean los dos títulos a considerar en pistas los que llamen más la atención de un cartellone donde no aparece José Bros, pero que parece dejar como un mal recuerdo todo lo ocurrido en la temporada anterior. MADAMA BUTTERFLY de Puccini. Producción de Leiser-Caurier. Francesc Morera / Fris Les contes d’Hoffmann (Offenbach). 4, 5, 7, 11, 12, 14, 16, 17, 19, 20 y 23 de febrero de 2013. Vittorio Grigolo o Ismael Jordi, Natalie Dessay o Eglise Gutiérrez, Laurent Naouri o Greer Grimsley. Director musical: Stéphane Denève. Director de escena: Laurent Pelly. sus varios repartos: Urmana, Giordani, Stoyanov, Cornetti, Smirnova, Colombara, con dos Melitones apropiadísimos: Bruno de Simone y Roberto de Candia. Vuelve L’elisir donizettiano de Mario Gas con el retorno también de Villazón que enloqueció al respetable allá por 2005. En concierto, otra vez, dos divas de diferente generación, Mariella Devia y Anna Netrebko, harán que se llene el teatro con títulos de su respectivo lugar de origen, respectivamente, Il pirata e Iolanta. La rusa viene apoyada nada menos que por Valeri Gergiev: será como volver a sus inicios. Una Butterfly de la siempre interesante pareja Leiser-Caurier reúne a varias de las más aplaudidas Cio-Cio-San de hoy: Ermonela Jaho, Hui He, Amarilli Nizza y Patricia Racette. No se quedan atrás los Pinkerton: Alagna, De Keith Pattison Pistas adelante, una nueva tetralogía la inician con El oro del Rin, Josep Pons y un Robert Carsen que se arriesga después de lo poco que gustó su Tannhäuser. Puede servirle al canadiense de revancha. Y, como en Madrid, el aburrido Rienzi se dará en concierto de nuevo, como en 2001 lo hiciera su entonces director Sebastian Weigle, sustituido ahora por el nuevo astro Pablo González. Verdi, que brillará con más luz la próxima temporada, está sin embargo presente con una Forza del destino que abrirá escénicamente temporada. No es de desdeñar, sino todo lo contrario, por el director musical (Renato Palumbo), algo menos por el escénico (JeanClaude Auvray que ya la ofreció en París-Bastille con poco entusiasmo), pero que mejora expectativas por los nombres que se barajan para STREET SCENE de Kurt Weill. Producción de John Fulijames. El Liceu ya ha comenzado el año Wagner con los mejores honores posible: la visita de las huestes de Bayreuth que durante el mes pasado han traído de manera concertística tres títulos (Lohengrin, Tristán, El Holandés), con algunas de las estrellas que allí han figurado durante los últimos festivales: Dasch, Merbeth, Theorin y Breedt, Dean Smith y Vogt, Selig, Youn y Holl, etc. Una manera de demostrar la categoría wagneriana de la ciudad. Más BARCELONA JOSEP PONS 278-Pliego dosier 20/9/12 23:03 Página 89 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 UN VERDI EN FRANCÉS Dos de los tres verdis de esta temporada bilbaína (la número 60), aunque por diversos motivos, ofrecen soberano interés. Las vísperas sicilianas porque se ofrece en la versión original francesa de 1855; Un giorno di regno por su infrecuencia en los escenarios. La primera viene de Turín, en la producción de Davide Livermore que intenta hacer como un ambicioso resumen político y social de lo que ha pasado en Italia en los últimos años y que a los turineses fascinó. Esperemos consiga lo propio con los de Bilbo y visitantes. Cuenta con el mismo Gregory Kunde que triunfó en el complicado papel de Henry. La segunda obra verdiana aporta dos seguras bazas: Alberto Zedda que recuperó modernamente la partitura, allá por los años sesenta, y Pizzi cuyo montaje parmesano ya ha girado por Bolonia y la Scala. En el equipo vocal, por su afección al BILBAO género destaca de inmediato el Barone de Paolo Bordogna, pero no hay que desdeñar al resto, todo lo contrario. La traviata se suma al Tutto Verdi!, la misma producción de Pizzi ya vista en 2005 que aporta ahora el buen hacer de José Bros y la fascinante presencia de la albanesa Ermonela Jaho, una cantante-actriz de considerable eficacia. Si el título verdiano es el colmo de la popularidad, la Bohème de Puccini no se queda atrás en seguidores. Un Puccini para Emilio Sagi que ya ofreció en su natal Oviedo y que en Bilbao defenderán, en el reparto principal, una pareja de nivel: Inva Mula y Stefano Secco. Otro Puccini imperecedero, el de Tosca, en la aparatosa producción de Espert ya soportada en 2006, vuelve con un terceto prometedor: Violeta Urmana (que le resultara familiar el montaje pues lo cantó ya en Madrid), Massimo Giordano y Falk Struckmann. Bertrand ABAO, los de Warlikowski (disparatado desde luego) o Pountney (muy sugerente). Se ha elegido una producción polaca, la del Teatro Wielki de Poznan, una de las ciudades polacas de mayor solera, y que firma Michal Znaniecki, bien conocido por el público local (Ernani, Elektra, Onegin). El director musical es también polaco, Lukasz Borowicz, así como su protagonista, uno de los mejores que hoy ponen perfil (y buen físico porque el chico lo tiene) a este personaje: Mariusz Kwiecien. Para colmo como Roxana, que no es un papel tan complicado, se contempla el retorno (desde la Elektra mozartiana de 2000) de la siempre fascinante Iano Tamar. En plan concierto, una pareja extraña pero que despierta intereses. Patrizia Ciofi y Celso Albelo. Y la Nacional de Francia con Daniele Gatti celebrarán los 200 años verdianos. de Billy en el foso es una garantía más para el posible triunfo, sobre todo vocalmente, de las funciones. No tan popular como las tres partituras anteriores, pero sí cada vez más presente en los escenarios (en Bilbao, en 1996, la cantó muy sensible la malograda Giusy Devinu) la Maria Stuardo donizettiana ofrece un reclamo insoslayable: Sondra Radvanovsky, Aunque la norteamericana que en Bilbao hace unos años fue la Rusalka de Dvorák y que de hecho se la suele asociar más al mundo verdiano, en el de Donizetti ha demostrado ser una Borgia también excelente (la cantó en Las Palmas y en Washington en competencia con Renée Fleming). Entre tanto siglo XIX operístico, la ABAO no se olvida del XX. Tras Billy Budd, Susannah o Die tote Stadt, he ahí que llega Król Roger de Szymanowski y no en los montajes, dada su gran difusión, que pudiera haber tentado a la Pistas Karim Zaatar MARIA STUARDA de Donizetti. Producción de Stefano Poda. UN GIORNO DI REGNO de Verdi. Producción de Pier Luigi Pizzi. Ramella¬Gianesse / Teatro Reggio di Torino LES VÊPRES SICILIENNES de Verdi. Producción de Davide Livermoore Les vêpres siciliennes (Verdi). 16, 18, 22 y 25 de febrero de 2013. Tamara Wilson, Gregory Kunde, Vladimir Stoyanov, Dimitri Ulianov. Director musical: John Mauceri. Director de escena: Davide Livermore. Un giorno di regno (Verdi). 27 y 30 de octubre, 2 y 5 de noviembre de 2012. Dalibor Jenis, Paolo Bordogna, José Manuel Zapata, Silvia Vázquez, Irina Lungu, David Soar. Director musical: Alberto Zedda. Director de escena: Pier Luigi Pizzi. OLBE-ABAO. José María Olábarri, 2 y 4. 48001 Bilbao. Teléfono: 94 435 51 00. Fax: 94 435 51 01 E-mail: [email protected]. Website: www.abao.org 89 278-Pliego dosier 20/9/12 23:03 Página 90 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 QUINCE AÑOS ideas extrañas pero a menudo fascinantes o inquietantes, aunque nadie discutirá la validez de sus repartos. En la primera, Urmana, Tiliakos, Secco y la batuta de Teodor Currentzis (los mismos que en París); en la segunda, un inatacable equipo que encabeza el libertino canadiense de Russell Braun con trío de damas muy oportuno: Schäfer, Arteta y Erdmann. Si Verdi ocupa su espacio bicentenarial, Wagner también tiene su lugar con un Parsifal concertístico que viene avalado por la batuta (Thomas Hengelbrock) y por el sólido reparto en el que destacan tres nombres: Angela Denoke, Simon O’Neill y Matthias Goerne. En concierto también se ofrecerán Roberto Devereux de Donizetti con un jugoso cuarteto (Gruberova, Bros, Ganassi, Stoyanov), Los pescadores de perlas de Bizet que nada tiene que envidiar en contratados al anterior (Flórez, tras debutar Nadir en Las Palmas, Ciofi y Mariusz Kwiecien, dirigiendo Daniel Oren que ha hecho de esta encantadora partitura uno de sus nuevos caballos de batalla). El tema “prisión” (o “víctimas de la opresión”, MACBETH de Verdi. Producción de Cherniakov. pero sufridoras de esto hay muchas y muchos más en el repertorio lírico) es el que une dos títulos, emparejados también por la nacionalidad de sus autores: Il prigioniero de Dallapiccola, obra muy interesante por ella misma y el sádico argumento (de L’Isle-Adam) y la maravillosa Suor Angelica pucciniana que parece romper el supuesto veto del director del teatro sobre el compositor luqués. Protagonistas respectivos: Vito Priante (o Georg Nigl) y Juliana di Giacomo tras la Valentina meyebeeriana (o Veronika Dzhioeva), compartiendo las dos la imponente presencia de Deborah Polaski como la madre del encarcelado y como la excesivamente recta tía de una monja. La de Dallapiccola aporta la presencia del veterano René Kollo. Un nuevo Boris Godunov en montaje de Johan Simons merecería borrarnos el recuerdo del anterior de Michael Grüber. Cambreling sigue recordándonos su afinidad al repertorio moderno con un Wozzeck encabezado por Simon Keenlyside y la formidable Nadja Michael (mucho más adaptada a Leiber / Opéra National de Paris Cuando a primeros de septiembre se haya escuchado en concierto en el Real Moisés y Aarón de Schoenberg (con Sylvain Cambreling, que nadie lo dude) estará el teatro a punto de cumplir sus 15 años desde la ansiada reapertura. Temporada ésta que parece dar un respiro al aficionado de siempre por la cantidad de títulos “de repertorio”, aunque a veces lleguen en manos que pueden ser “sospechosas” para esos incondicionales. Como el mozartiano Così, encargado al director de cine Michael Haneke, otro famosillo más que acude a la ópera más favorecido por su nombre mediático que por méritos musicales. Se conoce su Don Giovanni parisino y no es una buena expectativa para su nuevo Mozart madrileño. Sí se conoce ya a que podemos llamar “niño mimado” del director del teatro madrileño, Cherniakov, presente con dos montajes que vienen, respectivamente de Bastille de París y del Festival de Aix-en Provence, Macbeth (publicado en DVD) y Don Giovanni. Se podrá o no disfrutar de sus MADRID IL POSTINO de Daniel Catán. Producción de Ron Daniels. Armin Bardel Leiber / Opéra National de Paris Pistas La flauta mágica (Mozart). 29 de junio, 2 y 4 de julio de 2013. Dimitri Ivashenko, Joseph Kaiser, José van Dam, Simone Kermes, Jonathan Lemalu, Camilla Tilling, Annick Massis, Magdalena Kozená, Nathalie Stuzmann, Michael Nagy, Chen Reiss. Director musical: Simon Rattle. Director de escena: Robert Carsen. Il postino (Catán). 17, 20, 23, 25 y 28 de julio de 2013. Plácido Domingo, Charles Castronovo, Cristina Gallardo-Domâs, Nancy Fabiola Herrera, Víctor Torres, Silvia Schwarz. Director musical: Pablo Heras-Casado. Director de escena: Ron Daniels WOZZECK de Alban Berg. Producción de Christoph Marthaler. 90 Marie que a Poppea) y Riccardo Muti a su coterráneo Mercadante, ahora con La represalia. Dos estrenos redondean esta inquieta y puede que inquietante temporada: El perfecto americano sobre Walt Disney que viniendo de Philipp Glass puede hacernos correr como una especie de escalofrío síntoma premonitorio de aburrimiento e Il postino de Catán en su imparable rodaje internacional con la mayoría de los responsables de su éxito, incluido Domingo, por supuesto. Y, en tres escasas funciones (habrá tortas), corona la temporada una Flauta mágica de la mano de Carsen, triunfadora en Aix y en Lyon (pero ¡son tan especiales estos franceses!) que, aunque el gran regista canadiense se equivoque, tiene un equipo y una orquesta… Teatro Real. Plaza de Oriente, s/n. 28013Madrid. Teléfono: 91 516 06 60. Venta Tel.: 902 24 48 48. www.teatro-real.com. 278-Pliego dosier 20/9/12 23:03 Página 91 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 CONTANDO CON LA CANTERA LUCIA de Donizetti. Producción de Emilio Sagi. Cesare, Orlando, Acis y Galatea, Alcina y Ariodante, se distribuye Ottone al conocido contratenor Xavier Sabata y Giunone a Cristina Faus, en torno al protagonismo sin duda relevante de Anna Bonitatibus. Para el espléndido montaje del Don Carlo de Giancarlo del Monaco que ya ha pasado por Bilbao y Sevilla, Filippo será encarnado por el también español de adopción (nació en Brasil) Felipe Bou, a quien se desea el mejor de los resultados en este decisivo salto cualitativo y cuantitativo de su carrera, junto a la Elisabetta de la cada vez más segura y atractiva Ainhoa Arteta y la Eboli de la valenciana Silvia Tro Santafé. La reposición de la Lucia donizettiana de Emilio Sagi, que ya tiene más de una década de vida y un dilatado rodaje por otras ciudades españolas, reúne dos atractivas protagonistas, Mariola Cantarero, granadina que ya cantó varias veces la producción, y Saioa Hernández, madrileña. Al menor- DON CARLO de Verdi. Producción de Giancarlo del Monaco. quín Simón Órfila como Raimondo se añaden, en el segundo reparto, Albert Casals como Edgardo y Alex Sanmartí en Enrico. Todo este personal patrio viene reforzado por las presencias de Francesco Hong (Calaf), Pietro Spagnoli (Claudio), Serena Malfi (Nerone), Elena Tsallagova (Poppea), Stefano Secco (Don Carlo), Vladimir Stoyanov (Marqués de Posa), Dalibor Jenis (Enrico de nuevo. pues ya lo interpretó en 2007 con Désirée Rancatore), Arturo Chacón-Cruz (mejicano de Sonora como otro Edgardo de Ravenswood). Entre los directores musicales, destacan Yves Abel, que ya trabajó en Bohème con Sagi en Oviedo y que ya habrá dirigido Werther, Marzio Conti, director musical de Oviedo Filarmonía para Lucia o Benjamin Bayl para Agrippina siendo como es especialista en el repertorio barroco. Pistas Don Carlo (Verdi). 24, 27, 30 de enero y 2 de febrero de 2013. Ainhoa Arteta, SIMON BOCCANEGRA de Verdi. Silvia Tro Santafé, Stefano Producción de Hugo de Ana Secco, Vladimir Stoyanov, Felipe Bou, Luiz-Octavio Faria. Director musical: Corrado Rovaris. Director de escena: Giancarlo del Monaco. Ópera de Oviedo. Teatro Campoamor. Pelayo s/n. 33002 Oviedo. Teléfono: 985 211 705. Fax: 985 212 402. [email protected] www.operaoviedo.com Moreno Esquibel Muchos nombres nacionales aparecen en los equipos de la actual temporada ovetente, prueba de que contamos con una apreciable cantidad de artistas con categoría suficiente para sacar adelante cualquier desafío operístico. Así, el Werther ya escuchado durante las fiestas sanmateínas contó (salvo el Albert de Marc Barrard) con una distribución totalmente hispana, encabezada por la gran pareja José Bros y Nancy Fabiola Herrera, con el importante añadido de Elena de la Merced cual Sophie. En la nueva producción de Turandot de Susana Gómez encontramos a la estupenda Elisabete Matos (que puede considerarse española por formación, asentamiento y currículo) turnándose con Maribel Ortega que es jerezana y con la Liù, asturiana para más datos, de Beatriz Díaz (que comparte con la japonesa Eri Nakamura). Para Agrippina, otro Haendel ovetense tras Giulio OVIEDO 91 278-Pliego dosier 20/9/12 23:03 Página 92 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 SUGESTIVA MEZCOLANZA RIGOLETTO de Verdi. Producción de Samaritani. ENTRE SEVILLA Y TRIANA de Sorozábal. Producción de Curro Carreres. 92 Rigoletto en cuyo reparto figuran Ambrogio Maestri y el sempiterno Leo Nucci, junto a Celso Albelo o Ismael Jordi, Mariola Cantarero o Jessica Pratt, así como Dimiter Ulianov y María José Montiel. Un reparto muy prometedor, que el montaje de Pier Luigi Samaritani seguramente apoyará. Para la ópera de Penella, que como se sabe transcurre en Sevilla, viajará todo el equipo que la llevó a un digno triunfo en Madrid, a saber, los nuevos valores tenoril y sopranil de Andeka Gorrotxategui, Saioa Hernández, Luis Cansino, Rubén Amoretti, Milagros Martín, etc., sin olvidar a Ángel Ódena. Y con los mismos directores musical (Cristóbal Soler) y de escena (José Carlos Plaza). También con acción sevillana, bien claro lo dice el título del sainete lírico de Sorozábal, Entre Sevilla y Triana (para más “sevillanizarla”, el libreto es de Luis Fernández de Sevilla) que cuenta con la garantía escénica de Curro Carreres y la actuación de un cómico muy original y querido, Ángel Garó. Ainhoa Arteta y María Bayo acudirán a la ciudad del Guadalquivir. Pistas Sárka (Janácek). 5,7, 9, 12 de febrero de 2013. Christina Dietzch y Mar S. Doss. Cavalleria rusticana (Mascagni). Dolora Zajick, José Ferrero, Alexandra Rivas, Viorica Cortez. Director musical: Stefano Ranzani. Director de escena: Ermanno Olmi. Teatro de La Maestranza. Paseo de Colón, 22. 41001 Sevilla. Teléfono: 95 422 33 44. E-mail: taquilla@ teatromaestranza.es. www.teatromaestranza.es. SÁRKA de Janácek. Producción de Ermanno Olmi. Michele Crossera / Fondazione La Fenice tés de Penella que viaja desde el Teatro de la Zarzuela madrileño. Sin que falte un nuevo capítulo de la tetralogía wagneriana, el de Siegfried, por supuesto en el montaje valenciano de Carlus Padrissa, con Pedro Halffter, desde luego, en el foso y con Lance Ryan en el papel titular, un personaje que bien conoce pues ya lo ha cantado en Estrasburgo, Gante, Karslruhe y Salzburgo. Domingo vuelve tras Le Cid de hace más de una década, ahora como barítono, cual Athanael de Thais, a su lado una bella y joven compañera, Nino Machaidze, en la producción bien llamativa de Nicola Raab para Valencia. Halffter, dada su pericia y versatilidad, no desdeña hacer compatible Wagner con la sinuosidad y la sensualidad de la música massenetiana. Como luego demostrará otra vez con un Stefan Okolowicz Es la que promete La Maestranza sevillana, pues en variado origen lírico propone Sárka (la de Janácek no la homónima de Fibich) en probable estreno nacional con la archiprogramada Cavalleria mascagniana (divorciada otra vez de Payasos de Leoncavallo, pero por vez primera con una ópera checa), en producción del conocido e importante (a veces los dos adjetivos no concuerdan) cineasta bergamasco Ermanno Olmi, el de El árbol de los zuecos o La leyenda del santo bebedor. Este programa doble compartirá escenario con Thais de Massenet, la rara comedia ballet La princesa de Navarra de Rameau (en concierto parece), una adaptación “familiar” del Guillermo Tell rossiniano, el siempre bienvenido Rigoletto verdiano junto al Gato MonSEVILLA 278-Pliego dosier 20/9/12 23:03 Página 93 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 SUPREMACÍA VERDIANA para la Scala es de 1994 (Muti dirigiendo a Roberto Alagna en despegue profesional, Andrea Rost y Renato Bruson) se puede concluir que ésta sí forma parte de su colección de aciertos. De hecho (ojo, decorados y vestuario son de ese matrimonio de genios que forman Frigerio y Squarciapino), se ha repuesto en el teatro milanés en varias ocasiones, prueba de esa valía sin duda. Omer Meir Wellber dirige a Juan Jesús Rodríguez, Rigoletto de nivel como ha demostrado en Jerez, Valladolid o Tenerife. Pero no sólo Valencia contará con el homenajeado Verdi. Tres títulos, popularísimos, completan esa oferta verdiana: La bohème pucciniana con la atrayente presencia de Riccardo Chailly en el foso, además de El barbero de Sevilla, tercera propuesta rossiniana del regista Damiano Michieletto en Les Arts (tras La scala di seta desde Pésaro y L’italiana in Algeri de Vicenza), y La flauta mágica mozartiana que en el Regio de Parma dirigie- ron dos pesos pesados como son John Eliot Gardiner (1995) y Jean-Christophe Spinosi (2006), una producción de Stephen Medcalf con vestuario de Romeo Gigli. Pistas I due Foscari (Verdi). 24, 27, 30 de enero, 2, 5, 7 de febrero de 2013. Plácido Domingo, Yu Guangun. Director musical: Omer Meir Wellber. Director de escena: Taddeus Strassberger. Palau de les Arts Reina Sofía. Avda. Autopista del Saler 1. 46013 Valencia. Teléfono: 963 163 737. www.lesarts.com. I DUE FOSCARI de Verdi. Plácido Domingo como Francesco Foscari. Producción de Taddeus Strassberg en la Ópera de Los Ángeles. Robert Millard Según un primer avance facilitado por Les Artes, susceptible de mayor ampliación, la ciudad del Turia conocerá una buena y atractiva presencia del genio verdiano a través de tres óperas que recorren un poco su itinerario compositivo: el de la primera etapa, con la bellísima I due Foscari, la del periodo central llamado comúnmente, con algo de desacierto, “romántico”, la infalible Rigoletto; de la etapa de madurez, la genialidad de ese Otello, meta a menudo inalcanzable de todos los tenores que de ser eso pretenden. Así debe de entenderlo el cada vez más afianzado con justicia cantante canario Jorge de León que, se asegura, va a debutar al moro de la mano de Zubin Mehta allá por el VI Festival del Mediterráneo. Mehta ya ha dirigido a Otellos de varias generaciones, incluidos James McCracken, los Vladimires Bogachov y Galuzin, José Cura y, por supuesto, Plácido Domingo. Domingo vuelve a estar presente en Valencia: protagonizará un plato fuerte de la temporada. Desde Simon Boccanegra, empeñado (con éxito) en asumir papeles paternos verdianos destinados a la voz de barítono, junto a Germont y Nabucco previstos para este curso debutará el viejo Foscari, papel extraordinariamente hermoso. Lo hará vía una coproducción con Los Angeles, Londres y Viena (Theather an der Wien). La soprano también llega de la mano de Domingo: ha triunfado en una de sus Operalias, la última de Pekín. Siguiendo con Domingo, a su curso de perfeccionamiento canoro llegará una de sus tan queridas zarzuelas: El dúo de La Africana. El director de escena belga Gilbert Deflo puede acertar o no tanto en sus numerosas propuestas por todo el orbe lírico. Si consideramos que su Rigoletto VALENCIA 93 278-Pliego dosier 20/9/12 23:03 Página 94 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 MAYORÍA DEL VEINTE MICHEL VAN DER AA Pierre Audi, con Haenchen dirigiendo de nuevo, y que Opus Arte captó en imágenes con ocasión de su estreno hace una década. Al hilo de esta recuperación, la guapa regista Lotte de Beer ofrecerá para niños una versión reducida, humanizada, de la tetralogía que bajo en nombre de Ringetje tendrá una duración (más racional) aproximada de 100 minutos. Pero no sólo hay modernidad y Wagner en la ciudad de los canales. Una Flauta mágica con Marc Albrecht en montaje de Simon McBurney (tras el éxito obtenido con A dog’s heart de Raskatov) se va a codear con La traviata increíblemente bien acogida de Willy Decker en Salzburgo 2005 con Netrebko y que luego ha girado inexplicablemente por otros escenarios. Cosas de la vida… lírica. En Ámsterdam disfrutarán sin duda del exquisito Alfredo de Ismael Jordi y puede que también de la Violetta de Marina Poplavskaia. Pero en medido de tan variopinto programa, un título emerge con especial proyección: un nuevo montaje de la magna Guillaume Tell de Rossini que se ha reservado, desde luego, porque puede hacerlo y tiene méritos para ello, Pierre Audi. Pistas Guillaume Tell (Rossini). 28, 31 de enero de 2012, 3, 6, 9, 12, 15 de febrero de 2013. Simone Alaimo, John Osborn, Marina Rebeka. Director musical: Paolo Carignani. Director de escena: Pierre Audi. De Nederlandse Opera. Waterlooplein, 22. 10011 PG Ámsterdam. Teléfono: 020-551 8922. E-mail: [email protected] Website: www.dno.nl Klaus Lefebvre Marco Borggreve Lo mismo que en el caso de Einstein on the beach de Glass, la cual, con la complicidad de Robert Wilson en múltiple responsabilidad (todo, menos la coreografía que es de Lucinda Childs), puede resultar el mayor bodrio de toda la temporada. Compensará, sin duda, el montaje del Amor de las tres naranjas de Prokofiev obra que le va al talento de Laurent Pelly como a medida. De la a menudo enloquecida Deborah Warner es el montaje de Death in Venice de Britten, ya ofrecida en la English National Opera, y que cuenta con las garantías del Aschenbach de John Graham-Hall. Hay varios Wagner, unos nuevos Maestros cantores de David Alden (a quien se suele relacionar con el mundo haendeliano) que sustituye a la anterior de Harry Kupfer y las primeras entregas de la tetralogía de LA TRAVIATA de Verdi. Producción de Willy Decker. Marina Poplavskaia como Violeta. El siglo XX domina este año la Nederlandse Opera. Para quien lo dude, ahí están partituras de Schreker, Britten, Prokofiev, Benjamin, a las que puede sumarse un estreno, el del Jardín hundido del compositor patrio Michel van der Aa que para entonces (junio de 2013) habrá cumplido 43 años. George Benjamin, el compositor inglés que fuera alumno predilecto de Olivier Messiaen, presenta Written on Skin, (Escrito en la piel) estrenada en el último festival de Aixen-Provence y que llegará por los mismos Christopher Purves y Bejun Mehta, aunque Agnès pasará de Barbara Hannigan a Ingela Bohlin. La mayoría son producciones nuevas como ocurre con Der Schatzgräber (El buscador de tesoros) de Schreker que ya ha abierto temporada el pasado mes de septiembre. ÁMSTERDAM 94 Lesley Leslie-Spinks Pascal Victor WRITTEN ON SKIN de George Benjamin Producción de Katie Mitchell. EINSTEIN ON THE BEACH de Glass. Producción de Robert Wilson. 278-Pliego dosier 20/9/12 23:03 Página 95 278-Pliego dosier 20/9/12 23:03 Página 96 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 LA DOBLE OFERTA BERLINESA 96 (Violetta Valéry), Maite Beaumont (Elisabetta de la Stuarda donizettiana), aunque haya otros muchos más artistas dignos de mención. En la otra sede berlinesa, la Deutsche Oper, se tiene muy en cuenta eso de los homenajes. Los tres músicos a celebrar, Verdi, Wagner y Britten, cuentan con sendas nuevas producciones de Rigoletto, Parsifal y Peter Grimes. La primera, dirigida por Pablo Heras-Casado, ofrece oportunidades de expansión profesional a un nuevo valor tenoril, el del mejicano David Lomeli. La segunda, en producción que sustituye a la ya clásica de Götz Friedrich, cuenta con tres protagonistas para satisfacer variados gustos: Klaus Florian Vogt, Clemens Bieber o Stephen Gould. La de Britten pone sus esperanzas principales en el protagonista, Christopher Ventris que ya tiene bien rodado el papel (incluso lo cantó en el Liceo barcelonés y en Valencia). Pero, además, tiene otras bazas a favor: la dirección de Runnicles y el montaje de David Alden que, pese a figurar como nueva producción en la programación del teatro berlinés, ya se ha visto en Amberes y en Oviedo, entre otras plazas. La atención a Wagner se completa con reposiciones de Tannhäuser (Peter Seif- R. HOT WBZ DIE HITZE de Goldmann. Producción de Isabel Ostermann, en la Staatsoper. Bettina Stoess en feliz conjunción ya que ambas proceden de Bertolt Brecht. Bredemeyer tiene ya una mini-ópera basada en el Galileo de Brecht. Georges Aperghis, griego de 1945 pero nacionalizado francés y que va a ópera (o lo que sea) por año (Le boulingrin, Luna Park) da a conocer Recitations. En medio de todo esto, Le vin herbé del suizo Frank Martin y Der Kaiser von Atlantis del austriaco Viktor Ullmann pueden parecer dos clásicos. Pero, la Staatsoper también se acuerda del exigible homenaje wagneriano; en principio, continuando la tetralogía de Guy Cassiers que comparte con la Scala, con Siegfried y El ocaso, donde Lance Ryan y Ian Storey comparten el héroe que no conoce el miedo frente a una única Brünnhilde, la sueca Irene Theorin, siempre Barenboim, como en Milán, en el foso. Tetralogía que se ofrecerá completa, con los otros dos títulos ya estrenados en Berlín. Un nuevo Holandés errante se añade a la celebración wagneriana. Verdi, el otro homenajeable, de momento (quizás dejen la celebración para la próxima temporada) lo está a base de reposiciones: La traviata de Mussbach, el Don Carlo de Himmelmann, la Aida de Halmen. Una nueva producción de la encantadora Finta giardiniera de Mozart sí merece la atención, junto a otras muy sonadas repeticiones, varias bien veteranas, como la Agrippina de Jacobs, The Rake’s Progress de Warlikowski, La flauta mágica de Everding o El barbero rossiniano de Berghaus. Se citan algunos pocos pero llamativos cantantes en cartel: René Pape (en un terceto sabroso: Filippo, Sarastro, Wotan), Ekaterina Gubanova (Fricka, Eboli), Magdalena Kozena (Octavian), Véronique Gens (Agathe de Weber), Neil Shicoff (Cavaradossi), Christine Schäfer LOHENGRIN de Wagner. Klaus FLorian Vogt como Lohengrin, en la Staatsoper. En la capital de la Alemania de Merkel puede que alguien se tiente en imaginar que la crisis lírica se va a notar menos que en la España de Rajoy, la Italia de Monti o la Francia de Hollande… Que opine quien le interese. La Staatsoper aún en funciones en el Teatro Schiller por obras en su sede natural, habrá comenzado el periplo con una Tosca que citamos aquí, haciendo patria, porque uno de sus dos Cavaradossi va a ser el tenor albacetense José Ferrero en su despegue comunitario. Es el punto de partida a unos treinta y tantos títulos en cartel donde, aparte de la presencia lógica de Wagner, aparecen numerosos títulos “raros”. A saber: R. Hot wbz. Die Hitze (título asimismo extraño que juega con palabras referidas al calor; podría traducirse por “R. Calor o sea lo caliente”, que suena fatal) de Friedrich Goldmann (nacido en Siegmar-Schönau en 1941), una ópera-fantasía que cuenta con la presencia del veterano tenor Reiner Goldberg en el personaje de Lord Hamilton y que fue estrenada en 1976. El compositor austriaco Wolfgang Mitterer, nacido en 1958, propone Das tapfere Schneiderlein (El sastrecillo valiente), o sea, el cuento de los hermanos Grimm, una nueva incursión operística tras su Massacre que se ofreció en Estrasburgo en 2008. Toshio Hosokawa (Hiroshima, 1955) no se conforma con un título: ofrece los dos que tiene, Hanjo y Matsukaze, la primera puesta en manos de Calixto Bieito. Sciarrino (Palermo, 1947) está presente con esa Vanitas que ya se escuchó en Sevilla y el Real madrileño. Reiner Bredemeyer, alemán nacido en Colombia en 1929, comparte con Kurt Weill unas funciones, éste con Der Jasager (El que dijo sí), aquél con Der Neinsager (El que dijo no), BERLÍN 278-Pliego dosier 20/9/12 23:04 Página 97 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 fert), Rienzi (Torsten Kerl), Lohengrin (Vogt o Michael König), Tristan und Isolde (Gould-Violeta Urmana), Los maestros cantores (Robert Holl como Sachs) y El Holandés errante en la redacción original de 1841 (también se ofrecerá en concierto otro Holandés, el del francés Pierre-Louis Dietsch, estrenado en París en 1842). Además de esa especie de adaptación de la tetralogía para niños, debida a Alexandra Holtsch, junto al ciclo completo (Rattle o Runnicles- Friedrich). A Verdi se le atiende algo menos, con una Traviata a cuatro voces sopraniles (Irina Lungu, Norah Amsellem, Elena Mosuc o Dinara Alieva), un Otello (Peter Seiffert, Pieczonka, Lucio Gallo), Un ballo in maschera (en la imbatible producción de Götz Friedrich), Attila (Erwin Schrott como el huno y Liudmila Monastirska cual Odabella) y la escenificación del Réquiem de Achim Freyer de hace una década. Como dato más modernoso, se estrena La cerillerita de Lachenmann repartiendo batuta los mismos directores musicales que la dieron a conocer en Stephanie Lehmann Pistas La finta giardiniera (Mozart). 24, 27 de noviembre, 1, 8, 15 de diciembre de 2012, 6, 11, 19 de abril de 2013. Annette Dasch, Alexandrina Pendatchanska, Joel Prieto, Stephan Rügamer. Director musical: Christopher Moulds. Director de escena: Hans Neuenfels. Marcus Lieberenz El Holandés errante (Wagner). 28 de abril, 1, 4, 10, 16, 19, 22 de mayo de 2013. Tobias Schabel, Emma Vetter, Michael Volle, Frank van Aken. Director musical: Daniel Harding. Directores de escena: Philipp Stölzl, Conrad Moritz Reinhardt. Staatsoper Berlin. Unter den Linden, 7. 10117 Berlín. Telf.: 49 030-20 35 45 55. E-mail: contact@ staatsoper-berlin.de. www.staatsoper-berlin.de. París-Garnier y el Monumental madrileño (Lothar Zagrosek y Matthias Hermann). La surrealista El amor de las tres naranjas, otra nueva producción que supone el encuentro de Robert Carsen con Prokofiev, algo que despierta las mayores expectativas. Como su teatro vecino y (puede que) rival, la Deutsche propone nombres dignos de tener en cuenta para ir a sacar entradas. Ahí van algunos: Christine Rice (una Carmen de Bizet que pudo verse en cine en tres dimensiones en el excelente montaje de Francesca Zambello), José Cura (Don José), Carlos Chausson (el mejor Bartolo rossiniano de hoy, con permiso de Bruno Praticò), Petra Maria Schnitzer (Venus y Elisabeth en la misma función), Patrizia Ciofi (de Lucia a Donna Anna), Anja Harteros (muy esperada Tosca), Bryn Terfel (Scarpia), Kurt Streit (Eneas berlioziano), Waltraud Meier (otra vez Ortrud), Elina Garanca (Dido de Berlioz), Joseph Calleja (Nadir) y… Edita Gruberova (Lucrezia Borgia). Además de, haciendo patria, Celso Albelo (Edgardo) y Silvia Tro Santafé (Rosina de Rossini). Parsifal (Wagner). 21, 25, 28 de octubre, 4 de noviembre de 2012, 12 de enero, 29 de marzo, 1 de abril de 2012. Klaus Florian Vogt o Stephen Gould o Clemens Bieber, Evelyn Herlitzius o Violeta Urmana, Markus Brück, Albert Pesendorfer. Director musical: Donald Runnicles. Directores de escena: Philipp Stölzl, Mara Kurotschka. Rigoletto (Verdi). 21, 24, 28, 30 de abril de 2013. Lucy Crowe, David Lomeli, Andrzej Dobber, Clémentine Margaine, Albert Pesendorfer. Directores musicales: Pablo HerasCasado o Moritz Gnann. Director de escena: Jan Bosse. Deutsche Oper Berlin. Bismarckstrasse, 35. 10627 Berlin. Telf.: 49 030-343 84 01. [email protected]. www.deutscheoperberlin.de. 97 278-Pliego dosier 20/9/12 23:04 Página 98 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 EL AÑO DE DUSAPIN Y MERNIER 98 LULU de Alban Berg. Barbara Hanningan en un ensayo. BENOÎT MERNIER PELLÉAS ET MÉLISANDE de Debussy. Producción de Pierre Audi. años donde se tomó unas libertades con el argumento que levantó la ira de muchos. Con ésta pasará lo mismo, si no al tiempo… Pero el cuarteto es considerable: Elena Mosuc, Charles Castronovo, Silvia Tro Santafé y Paul Gay. Pistas La dispute (Mernier). 5, 7, 8, 10, 12, 13, 16 y 19 de marzo de 2013. Stéphane Dégout, Stéphanie d’Oustrac, Julie Mathevet, Albane Carrère. Director musical: Patrick Davin. Director de escena, escenografía, vestuario e iluminación: Karl-Ernst Herrmann, Joël Lauwers. Teatro de La MonnaieDe Munt. 4, rue Léopold. 1000 Bruselas. Teléfono: +32 2 229 12 00. E-mail: [email protected] www.lamonnaie.be. www.demunt.be. Pierre Radisic (Dusapin, precisamente, no se privó de escribir otra ópera sobre este mismo tema). Simona Saturová y el guapo Sébastien Gueze cantaran el Verdi; Andrea Rost y la graciosa Danielle de Niese a Johann Strauss; Nina Machaidze y John Osborn a Gounod y, atención, la espléndida Eva-Maria Westbroek junto a Brandon Jovanovich a Puccini. Seguro que la Manon de la soprano holandesa hará furor como lo han hecho Sieglinde, Minnie, Giorgetta. Katerina Ismailova y Anna Nicole Smith. Es que… es estupenda. En el Circo Real, un Donizetti, el de Lucrezia Borgia, un nuevo reto con el bergamasco de Guy Joosten tras la Lucia de hace tres Maarten Vanden Abeele ahora atacando la Lulu de Berg que tendrá como protagonista destacada a la antes citada Barbara Hannigan, muy asociada ella al repertorio contemporáneo en Bruselas y en otros espacios (en el Liceo cantó, por ejemplo, Le Grand Macabre). Se repone el Pelléas de Audi de 2008 (la que sustituyera entonces a la inteligente producción del llorado Wernicke) con los mismos Dégout y Sandrine Piau, pero cambiando de batuta: Ludovic Morloy en lugar de Mark Wigglesworth. Pero no todo es moderno, o siglo XX, en la viña del señor… Peter de Caluwe. Ahí están El murciélago, Traviata, Manon Lescaut, Roméo et Juliette de Gounod PP Hofmann Por estas fechas, La Moneda ya habrá revisitado dos obras de uno de los compositores modernos más activos, el francés Pascal Dusapin, cuya Medeamaterial estrenada hace 20 años ha logrado ser representada en otros escenarios fuera del belga del origen, algo raro en la creación contemporánea. Una: Passion, su ópera número seis estrenada en el festival de Aix en 2008, acusada entonces de no poseer un auténtico carácter operístico. El montaje elegido por la Moneda no es el del estreno (de Giuseppe Frigeni) sino el de Sasha Waltz (parece ser muy superior al otro) para los Champs-Élysées parisinos de 2010. Barbara Hannigan y Georg Nigl es la misma pareja presente en esas dos representaciones, la misma fidelidad que le ofrece el director musical Franck Ollu, un especialista en obras actuales. Nigl asimismo es el único intérprete de la otra: O Mensch, tal como lo fuera en su estreno en los Bouffes du Nord de la capital francesa en 2011, en realidad más que una obra dramática una colección de canciones sobre textos, nada menos, que del filósofo Nietzsche con acompañamiento de piano, escenificado por el propio compositor. Quizás mas operística resulte la segunda aventura del belga Benoît Mernier tras la que fuera en su tiempo escandalosa Frühlings Erwachen (El despertar de la primavera) de Franz Wedekind, estrenada en marzo de 2007. Nacido en 1964, Mernier no extraña que fuera alumno de Philippe Boesmans. Su nueva partitura se llama La dispute, se basa en la obra sobre ese genio de nombre Marivaux y tendrá una pareja francesa muy bonita para el lanzamiento de la obra. Hablando de Wedekind, Warlikowski continúa su fructífera relación con el escenario belga BRUSELAS 278-Pliego dosier 20/9/12 23:04 Página 99 99 278-Pliego dosier 20/9/12 23:04 Página 100 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 CELEBRANDO A LA REINA 100 estar representada, de este curso coventgardiano. Reposiciones abundan, algunas bien veteranas como La bohème de Copley (en triple equipo donde se destacan Villazón o Grigolo, Frittoli, Viviani, con Donald Maxwell haciendo de Alcindoro) o el Boccanegra de Moshinsky (Thomas Hampson sucediendo a Agachu, Grundheber y Domingo), La flauta de McVicar (Ekaterina Siurina y Charles Castronovo, pareja en escena como en la vida real), L’elisir de Pelly con Kurzak y Alagna y, especialmente, la Tosca de Kent (entre otras, con la bella Kristine Opolais) y, sobre todo, el Don Carlo de Hytner con un reparto para hincarle el diente: Kaufmann, Harteros, Kwiecien, Rice, Furlanetto y Halfvarson, sin que falte Pappano en el foso. La modernidad está representada por El minotauro de Birtwistle con los mismos que la hicieron triunfar en 2008 (Rice, Tomlinson), captada en DVD o Blue Ray por Opus Arte, y Written on Skin de George Benjamin que llega desde Aix-en-Provence, donde se estrenó este verano y que, compartida con la Nederlandse Opera, el Covent Garden ofrecerá con el mismo terceto del estreno francés, Barbara Hannigan, Christopher Purves y Bejun Mehta, con el compositor a la batuta. Pistas Robert le Diable (Meyerbeer). 6, 12, 15, 18, 21 de diciembre de 2012. Bryan Hymel, Marina Paplavskaia, Diana Damrau, John Relyea, JeanFrançois Borras. Director musical: Daniel Oren. Director de escena: Laurent Pelly. La donna del lago (Rossini). 17, 20, 23, 27, 31 de mayo, 4, 7, 11 junio de 2013. Joyce DiDonato, Juan Diego Flórez, Daniela Barcellona, Colin Lee o Michael Spyres, Simón Órfila. Director musical: Michele Mariotti. Director de escena: John Fulijames. The Royal Opera House. Covent Garden Piazza. London WC2E 9DD. Tel.: +44 (20) 7304 4000. www.roh.org.uk C. Ash- THE MINOTAUR de Birtwistle. John Tomlinson como el minotauro. EL ANILLO DEL NIBELUNGO de Wagner. Bryn Terfel como Wotan. Bill Cooper DON CARLO de Verdi. Jonas Kaufmann como Don Carlo. Catherine Ashmoore Clive Barda La ópera Gloriana de Britten se estrenó en 1953 con ocasión de las múltiples celebraciones motivadas por la llegada al trono de Isabel II de Inglaterra. Ahora se repone, oportunamente, al hilo de los 60 años en el trono de quien fuera suegra de Lady Di y ahora lo es de Camilla Parker-Bowles. Susan Bullock sucede como protagonista a Joan Cross, Josephine Barstow (que la cantó en el Liceo), Joyce Castle o Sarah Walker. Con Paul Daniel y Richard Jones, no es la única novedad de esta temporada: hay cuatro más. Como Robert le Diable, La donna del lago, Evgeni Onegin y, en honor de Verdi, Nabucco. Ésta tendrá como protagonistas a Leo Nucci o Plácido Domingo con otro papel baritonal a sus espaldas frente a la Abigaille de Liudmila Monastirska tercer personaje verdiano en la ROH, tras Aida y Lady Macbeth. Onegin tiene muy buen pinta por la pareja Stoyanova-Keenlyside en montaje del danés, muy en forma últimamente, Kasper Bech Holten. Las de Meyerbeer y Rossini, detalladas más abajo, cuentan con dos féminas especialmente descollantes la primera y la segunda con un equipo al completo hoy difícilmente superable. Para festejar a Wagner, recuperación de la tetralogía de Pappano y Keith Warner iniciada en 2004 y completada en 2006 con muchos de sus responsables de entonces: Tomlinson, Westbroek, Bullock, Sidhom, Terfel, Fujimura, Coleman-Wright… En sesión de concierto Capriccio de Strauss contará con una protagonista de excepción: Renée Fleming, bien arropada por Bo Skovhus, Joseph Kaiser, Christian Gerhaher, Christine Rice, Peter Rose, con varios de los cuales ya ha sido la Condesa en otras ocasiones y dirigida, de nuevo, por Andrew Davis: es un número fuerte, pese a no LONDRES 278-Pliego dosier 20/9/12 23:04 Página 101 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 VERDI Y WAGNER DOMINAN LA SCALA con Frizza en foso y Martone en escena, convoca a un buen cuarteto, Sonia Ganassi, Maria Agresta (cada vez más en alto, por meritos propios), Sartori y Pertusi. Macbeth, que dirigirá Valeri Gergiev turnándose con el palermitano D’Espinosa acude a la cita con doble reparto: Franco Vassallo o Vitali Bili, Lucrecia García (otra que sube como la espuma tras el espaldarazo de su Odabella en la misma Scala) o Tatiana Melnichenko, el siempre seguro Stefano Secco y WooKyung Kim y Stefan Kocan o Adrian Sampetrean (al que le destinan también algún que otro Oberto). Nabucco ofrece su mejor baza en la presencia de un Leo Nucci a dos meses de cumplir 71 años. Para el Ballo no podía faltar el Riccardo de Marcelo Álvarez en un primer equipo donde compartirá escenarios y seguramente triunfos con reparto, sin duda, muy difícil hoy de igualar (véanse pistas) y en el que sobresale el insospechado Oscar de ¡Patrizia Ciofi! En fin, para las reposiciones verdianas, repiten Jorge de León como Radamès, Ambogio Maestri como Amonasro o Liudmila Monastirska como Aida, mientras que Don Carlo basa sus mejores expectativas en Martina Serafin (Elisabetta), René Pape (Filippo) y Ekaterina Gubanova (Eboli), sin olvidar la presencia en el foso de Fabio Luisi. UN BALLO IN MASCHERA deVerdi. John Tomlinson como el minotauro. Pistas Lohengrin (Wagner). 7, 11, 14, 18, 21, 27 de diciembre de 2012. Hanja Harteros, Jonas Kaufmann, René Pape, Tómas Tomasson, Evelyn Herlitzius, Zeljko Lucic. Director musical: Daniel Barenboim. Director de escena: Claus Guth. Un ballo in maschera (Verdi). 9, 12, 15, 16, 19, 20, 22 y 25 de julio de 2013. Marcelo Álvarez o Piero Petri, Sondra Radvanovsky u Oksana Dika, Marianne Cornetti o Marina Prudenskaia, Zeljko Lucic o Gabriele Viviani, Patrizia Ciofi o Serena Gamberoni. Director musical: Daniele Rustioni. Director de escena: Damiano Michieletto. Teatro alla Scala. Piazza della Scala. 20121 Milano. Teléfono: 39 (02) 80 70 41 [email protected]. www.teatroallascala.org. FALSTAFF de Verdi. Ambrogio Maestri como Sir John. LA WALKYRIA de Wagner. Producción de Guy Cassiers. Catherine Ashmore DON CARLO de Verdi. Producción de Braunschweig. Brescia e Amisano Marco Brescia Salvo un tímido Rossini, el de La scala di seta de Pésaro, uno de los mejores logros teatrales de Damiano Michieletto, y el estreno de Corazón de perro de Raskatov, dada a conocer en Ámsterdam en 2010, todo el resto de la programación escalígera se dedica a los dos compositores en bicentenario, la mayoría en producciones nuevas. Y abre temporada Wagner con Lohengrin, una propuesta para quitar el aliento (véanse pistas). Sigue otra nueva producción, ahora de Verdi y su Falstaff con Ambrogio Maestri, sucediendo a Juan Pons y con montaje de Robert Carsen que acaba de ofrecer en el Covent Garden, sucediendo a Strehler, mientras en el foso quien sustituye a Muti es Barenboim. Barenboim, dado su cargo, está muy presente en una temporada donde da completa la tetralogía iniciada en 2010 con Guy Cassiers con tres Wotan (para el joven, Michael Volle; para el maduro, René Pape; para el viajero, Juha Uusitalo), dos Siegfried (Lance Ryan e Ian Storey), la Brünnhilde de Irene Theorin, el Hunding y el Hagen de Mikhail Petrenko, el mismo Siegmund de Simon O’Neill, de nuevo la Sieglinde de Waltraud Meier, luego convertida en Waltraute, una imprevista Gutrune de Marina Poplavskaia, etc. Se completa el capítulo wagneriano con El Holandés errante que se encarga a Bryn Terfel, Anja Kampe, Ain Anger, con Rosalind Plowright como la gruñona Mary. Aparte del Falstaff citado y las reposiciones de la Aida de Zeffirelli y el Don Carlo de Braunschweig, se da un buen repaso al resto de la obra verdiana, desde el inicial Oberto al Nabucco del despegue, pasando por el Macbeth y el Ballo in maschera. Un buen recorrido, pues, por el catálogo del compositor nacional. Oberto, MILÁN 101 278-Pliego dosier 20/9/12 23:44 Página 102 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 ESPLÉNDIDOS REPARTOS 102 The Tempest (Adès). 23, 27, 31 de octubre, 3, 6, 10, 14, 17 de noviembre de 2012. Simon Keenlyside, Andrey Luna, Isabel Leonard, Iestyn Davies, Alek Shrader, Toby Spence. Director musical: Thomas Adès. Director de escena: Robert Lepage. Maria Stuarda (Donizetti). 31 de diciembre de 2012, 4, 8, 12, 15, 19, 23, 26 de enero de 2012. Joyce DiDonato, Elza van der Heever, Francesco Meli, Matthew Rose, Joshua Hopkins. Director musical: Maurizio Benini. Director de escena: David McVicar. The Metropolitan Opera. Lincoln Center. New York. 10023 New York State. Teléfono: (212) 799-3100. www.metopera.org. y Hvorostovski, visto a través de David Alden, sustituyendo a la también veterana producción de Faggioni. Un nuevo Parsifal honra a Wagner en sus 200 años de nacimiento y lo va a hacer a conciencia, visto lo que va a continuación: Katharina Dalayman, Jonas Kaufmann, PARSIFAL de Wagner. Producción de François Girard. Jean-Luis Fernandez Pistas Brigitte Lacombe/Metropolitan Opera MARIA STUARDA de Donizetti. Joyce DiDonato. THE TEMPEST de Thomas Adès. Producción de Robert Lepage Nicola Vachon Por estas fechas ya está en marcha la nueva temporada del Met que, para no variar, está llena de expectativas, ansias e intereses. Un nuevo Elisir donizettiano es en estos momentos objeto de deseo, por su montaje (Bartlett Sher en ascenso tras sus magníficos Comte Ory y Hoffmann) y el equipo que busca repetir el éxito anterior con Don Pasquale (Netrebko, Polenzani, Kwiecien). Por cierto que el Ory es una de tantas reposiciones de este curso (con Flórez asegurando asistencias), entre las que se encuentran montajes tan imperecederos como La clemenza di Tito de Ponnelle con un equipo inigualable, encabezado por la Vitellia de Barbara Frittoli y el Sesto de Elina Garanca, y Francesca da Rimini de Faggioni a cargo de la hechizante Eva-Maria Westbroek y Marcello Giordani con el imprevisto Malatestino de Robert Brubaker. Un Brubaker que será también (de un malvado retorcido a otro no menor) Mime en la reposición de la tetralogía de Robert Lepage, dirigida de nuevo por Fabio Luisi y con bastantes cambios entre los cantantes, aunque se mantengan algunos tan decisivos como Deborah Voigt (Brünnhilde), Jay Hunter Morris (Siegfried) o Eric Owens. Tras sus Rossini, Strauss y Donizetti, Diana Damrau ataca un Verdi de riesgo, el de Traviata donde, en la calamitosa producción de Willy Decker, estará apuntalada por un Alfredo de posibles, Saimir Pirgu, y un Germont que no es otro que Plácido Domingo. Un Verdi que con otros seis más, los de su etapa central y los de su remate profesional, representan muy bien al compositor en bicentenario, sumando a ellos un nuevo Ballo in maschera que da para considerar: Marcelo Álvarez, Karita Mattila, Zajick NUEVA YORK René Pape, Matthei y Nikitin, con Gatti en el foso tras haber pasado la decisiva prueba de haberlo dirigido en Bayreuth. El montaje es de François Girard que impresionó, no del todo favorablemente, cuando se vio el pasado marzo en Lyon que es de donde les llega a los neoyorquinos. De algo más arriba, Glyndebourne, les viene el divertido y redondo Giulio Cesare haendeliano (tras el anterior muy destacable de John Copley) que supuso el despegue (merecidísimo) de Danielle de Niese que en el Met repetirá probablemente sus proezas (escénicas y vocales) Natalie Dessay junto a Alice Coote, Patricia Bardon, David Daniels y Christophe Dumaux. Hay otra nueva producción donizettiana, Maria Stuarda (ausente ni se sabe de las programaciones neoyorquinas) y un estreno de Thomas Adès (dada a conocer en el Covent Garden en 2004 y ofrecida en Santa Fe dos años después, grabada en CD por EMI), The Tempest sobre Shakespeare. En el resto del programa hay más obras de Mozart, junto a Puccini (enésimo Turandot de Zeffirelli, Rondine de Barlow), Bizet (Carmen de Eyre) y tres diversos ejemplos del arte francés: Faust de Gounod (Poplavskaia, Relyea y Beczala), Los troyanos (Graham, Voigt y el Eneas de Giordani) y Diálogos de carmelitas (con Isabel Leonard, la deliciosa Patricia Racette y la veterana Felicity Palmer). ORQUESTA FILARMÓNICA DE LONDRES CAMERATA SALZBURG VLADIMIR JUROWSKI: Director ARIEL ZUCKERMANN: Director MARTIN GRUBINGER: Percusión PROGRAMA I IVÁN MARTÍN: Piano S/C de Tenerife: 11 de enero / 20.30 hs Auditorio de Tenerife Adán Martín Las Palmas G.C.:14 de enero / 20.30 hs Auditorio Alfredo Kraus ABONO A: A-80€ B-60€ C-45€ D-30€ PROGRAMA II PATRICIA KOPATCHINSKAJA: violín S/C de Tenerife: 12 de enero / 20.30 pm Las Palmas G.C.:13 de enero / 20.30 pm Auditorio Alfredo Kraus ABONO A: A-85€ B-75€ C-50€ D-30€ MARIA JOSÉ MONTIEL: Mezzosoprano JORGE ROBAINA: Piano Sala de Cámara / Auditorio de Tenerife Adán Martín FUERA DE ABONO Las Palmas G.C.:19 de enero / 20.30 hs Sala de Cámara/Auditorio Alfredo Kraus ORQUESTA DEL TEATRO MARIINSKY DE SAN PETERSBURGO VALERY GERGIEV: Director CRISTO BARRIOS: Clarinete DENIS MATSUEV: Piano S/C de Tenerife: 19 de enero / 20.30 hs Auditorio de Tenerife Adán Martín ABONO A: A-90€ B-75€ C-50€ D-30€ Las Palmas G.C.: 20 de enero / 20.30 hs Auditorio Alfredo Kraus Teatro Guimerá ABONO B: A-60€ B-45€ C-35€ D-25€ Sala de Cámara/Auditorio Alfredo Kraus FESTIVAL OTRAS ISLAS CUARTETO BRENTANO La Palma: 25 de enero La Gomera: 26 de enero El Hierro: 27 de enero Fuerteventura: 30 de enero Lanzarote: 31 de enero EUROPA GALANTE Fabio Biondi: Director Lanzarote: 04 de febrero La Graciosa: 05 de febrero Fuerteventura: 06 de febrero La Palma: 08 de febrero La Gomera: 09 de febrero El Hierro: 10 de febrero ORQUESTA DE CÁMARA CHECA Lanzarote: 30 de enero Fuerteventura: 31 de enero La Palma: 01 de febrero La Gomera: 02 de febrero El Hierro: 03 de febrero CUARTETO EMERSON S/C de Tenerife: 22 de enero / 20.30 hs Las Palmas G.C.:13 de febrero / 20.30 hs Auditorio de Tenerife Adán Martín RECITAL S/C de Tenerife: 17 de enero / 20.30 hs S/C de Tenerife: 15 de febrero / 20.30 hs Auditorio de Tenerife Adán Martín ABONO A: A-75€ B-60€ C-45€ D-30€ Las Palmas G.C.: 21 de enero / 20.30 hs Teatro Pérez Galdós III JOVEN FESTIVAL CUARTETO BRENTANO S/C de Tenerife: 24 de enero / 20.30 hs Teatro Guimerá ABONO B: A-45€ B-30€ C-20€ D-10€ Las Palmas G.C.:28 de enero / 20.30 hs Teatro Pérez Galdós TEATRO NEGRO DE PRAGA S/C de Tenerife: 19 de enero / 12.00 am Las Palmas G.C.:20 de enero / 18:00 pm ORQUESTA SINFÓNICA DE TENERIFE Teatro Guimerá PRECIO ÚNICO: 12€ Teatro Guiniguada MICHAL NESTEROWICZ: Director Raquel Lojendio: Soprano Iris Vermillion: Mezzosoprano CAMERATA SALZBURG S/C de Tenerife: 25 de enero / 20.30 hs Auditorio de Tenerife Adán Martín ABONO A: A-55€ B-40€ C-30€ D-20€ Las Palmas G.C.:26 de enero / 20.30 hs Auditorio Alfredo Kraus S/C de Tenerife: 14 de febrero /18.00 hs ORQUESTA FILARMÓNICA DE GRAN CANARIA / CORO MASCULINO DE LA OFGC PEDRO HALFFTER: Director ROBERT GAMBILL: Tenor S/C de Tenerife: 31 de enero / 20.30 hs Auditorio de Tenerife Adán Martín ABONO A: A-55€ B-40€ C-30€ D-20€ Las Palmas G.C.: 30 de enero / 20.30 hs Auditorio Alfredo Kraus EUROPA GALANTE S/C de Tenerife: 02 de febrero / 20.30 hs Teatro Guimerá ABONO B: A-45€ B-30€ C-20€ D-10€ Las Palmas G.C.:01 de febrero / 20.30 hs Teatro Pérez Galdós INFORMACIÓN S/C de Tenerife Las Palmas de G. C. C/ Villalba Hervás, 4 bajo, Edf. Woermann 38002. C/ Albareda, 44, 35008. Tfno: 922 53 18 35 Tfno: 928 24 74 42 / 43 e-mail:[email protected] www.festivaldecanarias.com ARIEL ZUCKERMANN: Director MARTIN GRUBINGER: Percusión Síguenos en las redes sociales: Auditorio de Tenerife Adán Martín PRECIO ÚNICO: 12€ Las Palmas G.C.: 12 de febrero /18.00 hs Auditorio Alfredo Kraus JÓVENES GANADORES DEL XVI CONCURSO DE PIANO INFANTA CRISTINA Primer Premio Infantil: Andrea Zamora Gumbao / Segundo Premio Infantil: Matteo Giuliani Díez Mención Especial Infantil: Carmen Pérez Salmoral S/C de Tenerife: 03 de febrero / 18.00 pm Las Palmas G.C.:02 de febrero / 18.00 pm Auditorio de Tenerife Adán Martín PRECIO A DETERMINAR Teatro Guiniguada Descargar programacion en: www.festivaldecanarias.com Venta de entradas desde el 10 de diciembre de 2012 LAS PALMAS DE GRAN CANARIA www.entradas.com y www.cajatique.com SANTA CRUZ DE TENERIFE www.ticketmaster.es 278-Pliego dosier 20/9/12 23:04 Página 104 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 DOS CARAS DE UN MISMO ROSTRO La Ópera Nacional de París comienza en su cara de la Bastille con una producción que merece la pena las numerosas reposiciones que esta disfrutando: Los cuentos de Hoffmann de Offenbach, un montaje de Robert Carsen genial en el sentido más exacto del término, y por el que han pasado multitud de diferentes cantantes que pueden mostrar en sus currículos, orgullosos, haber cantado en semejante espectáculo. Una de tantas repeticiones entre las que reaparece otra, tan genial también como lo atestigua el hecho de que cumpla 40 años: Las bodas de Fígaro de Strehler con Frigerio y Squarciapino. Y otras, como si Nicolas Joel quisiera dar ejemplo de austeridad en tiempos de crisis: La fille donizettiana de Pelly que se ha visto en medio mundo y que vuelve a reunir a Dessay (con Rancatore en algunas funciones) con Flórez (o Celso Albelo que parece el alter ego del peruano), siempre ante la mirada atenta de Sulpice de Corbelli y con el precioso añadido de Felicity Lott ¡en la duquesa de Crakentorp! No se puede entender pero sigue en pie la espantosa Tosca de Schroeder, ahora con Martina Serafin, Berti y Murzaev como damnificados principales. La Kovantchina de Andrei Serban se une a los ineludibles homenajes a las ilustres celebraciones: para Wagner la tetralogía de Krämer que se ofreció en dos años (2010-2011) y que ahora se da completa; para Verdi, el Falstaff de Dominique Pitoiset (de 2003) donde Daniel Oren sustituye a James Conlon y, como protagonista Ambrogio Maestri a Jean-Philippe Lafont, un acierto. Para la gran aventura wagneriana, siempre bajo la dirección de Philippe Jordan, repiten algunos de los que la cantaron en el estreno, como la Brünnhilde de Janine Baird, la Fricka de Sophie PARÍS 104 Koch, el Alberich de Peter Sidhom, el Siegfried de Torsten Kerl, mientras Stuart Skelton viene a cambio de Robert Dean Smith y Thomas Johannes Mayer se hace cargo de Wotan de las dos primeras partes, dejando el Wanderer a Egil Silins que ocupa el lugar dejado por Juha Uusitalo. Hay dos producciones nuevas: una Carmen, en montaje de Yves Beaunesne sustituyendo al tan anteriormente aprovechado de Alfredo Arias y, dato muy a considerar, la entrada por fin en Bastille de La Gioconda de Ponchielli que tanto se hizo esperar. Este hecho mismo, más la calidad del equipo elegido merece ser despuntado en el lugar apropiado. En la vieja sala de la Ópera, el Palais Garnier, también abundan las reposiciones. La más veterana, ofrecida ya en la temporada anterior: La Cenerentola del llorado Ponnelle (que en 2012 habría cumplido 80 años) a quien recuerda en ocasión de los 25 años de su muerte. La pondrá al día Asagaroff y, si en el foso se reparten las funciones dos especialistas (Frizza y Campanella) en el escenario aparecen en el doble programa nombres hoy completamente asociados al mundo del pesarense: Nicola Alaimo y su tío Simone Alaimo, Maxim Mironov, Siragusa, Serena Malfi, Pizzolato, Bruno de Simone… Regresa el programa conjunto formado por El enano de Zemlinsky y El niño y los sortilegios de Ravel, en versión de Richard Jones, así como The Rake’s progress de Stravinski, oportunidad para unir escénicamente a la pareja en la vida real Ekaterina Siurina (Anne) y Charles Castronovo (Tom), en la producción muy bien acogida en 2008 de Olivier Py. No tan bien fue aceptada la visión que Laurent Pelly ofreció en 2011 del Giulio Cesare de Haendel, la cual regresa pertinaz, con Haïm en el foso y con un equipo donde Jane Archibald sustituye a Dessay, mientras Lawrence Zazzo se mantiene como el César titular y la excelente Varduhi Abramanyan como imponente Cornelia. También se repone Capriccio de Strauss, la exitosa producción de Robert Carsen que tuviera como insigne Madeleine a Renée Fleming, más tarde a Solveig Kringelborn y ahora a Michaela Kaune al frente de un selecto equipo: Bo Skovhus, Peter Rose, Adrian Erod, Michaela Schuster, con Ryland Davies en monsieur Tope; en el foso, Philippe Jordan sucede a Gunther Neuhold y Hartmut Haenchen. El precioso (y algo cruel) cuento de Hansel y Gretel al que puso música Humperdinck completa esta programación. Se ofrece en la primavera de 2013 y no en las navidades como se podría pensar. Dirigen Claus Peter Flor y Mariame Clément y la pareja infantil está formada por Daniela Sindram y la encantadora AnneCaterine Gillet. En la programación de Les Champs-Élysées, escribamos de pasada, llama la atención una especial propuesta: La favorite de Donizetti en francés con un cuarteto importante: Alice Coote, Celso Albelo, Ludovic Tézier y Giacomo Prestia, con Paolo Arrivabeni en el foso y Rita de Leteriis en escena. También la Opéra-Comique ofrece un título susceptible de despertar atracciones: Marouf de Henri Rabaud que en 1914 cumplirá centenario. Deliciosa obra que se estrenó en el mismo escenario donde ahora se repone y que contará con Jean-Sébastien Bou como el zapatero de El Cairo y Nathalie Manfrino como la Princesa, al frente de un reparto enteramente francés, como lo son igualmente Alain Altinoglu (foso) y Jérôme Deschamps (escena), el mandamás de la casa. Pistas Carmen (Bizet). 4, 7, 10, 13, 16, 20, 22, 25, 27, 29 de diciembre de 2012. Anna Caterina Antonacci o Karine Deshayes, Nikolai Schukoff, Ludovic Tézier, Genia Kühmeier. Director musical: Philippe Jordan. Director de escena: Yves Beaumesne. La Gioconda (Ponchielli). 2, 7, 10, 13, 17, 20, 23, 26, 32 de mayo de 2012. Violeta Urmana, Luciana D’Intino o Elena Bochanova, María José Montiel, Marcelo Álvarez, Sergei Muzaev, Orlin Anastassov. Director musical: Daniel Oren. Director de escena, escenografía y vestuario: Pier Luigi Pizzi. Ópera Nacional de París. Opéra-Bastille. 120, rue de Lyon. 75012 París. Palais Garnier. Place de L’Opéra. 75009 París. Tel.: 0 33 892 89 90 90. www.operadeparis.fr. LA GIOCONDA de Ponchieli. Producción de Pizzi, en Bastilla. 278-Pliego dosier 20/9/12 23:04 Página 105 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 RUSIA EN TURÍN LOS CUENTOS DE HOFFMANN de Offenbach en Bastilla. Producción de Robert Carsen. rá una generosa acogida. Vuelve la exitosa Italiana in Algeri de Vittorio Borrelli con los mismos Siragusa, Regazzo y De Candia, mientras que Vivica Genaux es sustituida por Daniela Pini, así como el Don Carlo de Hugo de Ana con un equipo que puede rivalizar con el reunido en 2006: Frittoli, Barcellona, Vargas, Abdrazakov (Ildar, claro) y Tézier. Otros artistas de interés capaces de movilizar entusiasmos pueden ser Carlos Álvarez como Don Giovanni al lado de la Anna de Eva Mei y la Zerlina de Rocío Ignacio, Paolo Bordogna como el Geronimo de Cimarosa, Patrizia Ciofi en la Violetta Valéry (en La traviata de Laurent Pelly que estrenara Elena Mosuc), el buen cuarteto hallado para El Holandés errante (Mark S. Doss, Adrianne Pieczonka, Stephen Gould y Steven EL HOLANDÉS ERRANTE de Wagner. Producción de Stefan Heinrichs, en Turín. Humes y con el Timonel de Vicente Ombuena), la Carmen de Anita Rachelishvile en la producción franquista de Calixto Bieito… Y el tándem Micaela Carosi-Marcelo Álvarez en Andrea Chénier, repitiendo in loco el éxito anterior en otro título del verismo aristocrático, el de Adriana Lecouvreur. Y con dos direcciones seguras, las de Renato Palumbo y Lamberto Puggelli. Pistas Evgeni Onegin (Chaikovski). 17, 18, 19, 22, 24, 24, 25, 26 de mayo de 2013. Vasili Ladjuk o Vladislav Sulimski, Svetla Vssileva o María José Siri, Maxim Aksenov o Alexei Tatarinsev, Nino Surguladze, Aleksandr Vinogradov. Director musical: Gianandrea Noseda. Director de escena: Kasper Bech Holten. Teatro Regio. Piazza Castello 215. 10124 Torino. Telf.: +39 011 88 15 557. www.teatroregio.torino.it Christian Leiber / Opéra de Paris de Europa. Se encarga de la dirección el titular del teatro y propone como la pareja que no llega a emparejarse a Vasili Ladjuk y Svetla Vassileva (Marie McLaughlin hace de Larina) y es una coproducción con el Covent Garden y la Ópera Australiana. Según la información que de momento hay a mano otra novedad sería L’elisir d’amore. Ese verbo en condicional viene por quien la firma escénicamente, Fabio Sparvoli, ya encargado de un montaje turinés de la obra donizettiana en 2007 (donde un Nemorino fue, nada menos, Juan Diego Flórez). Sea error o se trate de una nueva visión del regista de tan encantadora comedia sentimental, en el reparto reaparece Francesco Meli y el Dulcamara de Nicola Ulivieri que, si sumamos la Adina de Désirée Rancatore, podemos deducir que logra- Frédérique Toulet / Opéra National de Paris Javier del Real / Teatro Real de Madrid LA ITALIANA EN ARGEL de Rossini. Producción de Borelli, en Turín. Ramella&Giannese / Tearto Regio di Torino Es de destacar el interés que el Regio turinés demuestra por la ópera rusa. En los últimos 25 años han pasado por su escenario Kovantchina, Boris Godunov, Onegin, La doncella de Orleans (con el mérito de hacérsela cantar a Freni), Edipo rey, Dama de picas, Esponsales en un monasterio, La nariz, un apartado más de su inquietud de, aparte de aprovecharse del nutrido catálogo patrio más popular, ir introduciendo el de otros territorios. Por ejemplo, es una de las pocas ciudades europeas que ha estrenado Un tranvía llamado Deseo de Previn, sin hacer ascos al Kiss me Kate de Porter. Onegin regresa este año en una nueva producción de Jasper Bech Holten que ha despegado desde la Ópera Real Danesa (donde el regista firmó algunos originales Wagner) al resto TURÍN 105 278-Pliego dosier 20/9/12 23:04 Página 106 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 106 ARIBERT REIMANN Michael Poehn Schott/Peter Andersen Pistas Camilla Nylund en ARABELLA de R. Strauss. montaje de Christine Mielitz; como prueba de que si un montaje es bueno no tiene caducidad, he ahí las reposiciones de L’italiana de Ponnelle (con Baltsa después de cantar a Strauss) y El caballero de la rosa, Los maestros cantores, Andrea Chénier (José Cura y Martina Serafin) y Fidelio de Schenk y Carmen y Bohème de Zeffirelli; de Schenk es igualmente el bellísimo montaje de L’elisir d’amore cuyos diversos repartos superan a los reunidos no ha mucho por el Liceo barcelonés, ya que reúne entre otros a Flórez, Albelo, Pirgu, Breslik y Costello (citando sólo a los tenores)… Otros atractivos más, sin el valor ni la capacidad de Michael Poehn Si puede detectarse en la Staatsoper esa crisis que amarga a otros escenarios y reduce sus posibilidades, esa indicación parece reducirse únicamente al número de estrenos y a la cantidad de reposiciones. En el resto, sigue ofreciendo una enorme cantidad de títulos (42), encomendados a muchas de las grandes figuras que hoy pululan por los escenarios. Una lista de las más llamativos con sus respectivos encargos da cuenta de ello hasta el punto de ser el comentario superfluo: Roberto Alagna, aparte del Don Carlo verdiano (producción de Daniele Abbado en lugar de la horrorosa de Konwitschny) sigue demostrando su repertorio patrio pues, tras Faust y Des Grieux, sucede a Marcelo Álvarez como un Werther que tiene al lado la fascinante Charlotte de Garanca; Agnes Baltsa (Klytämnestra) y Deborah Polaski (Elektra) repiten la obra de Strauss con Angela Denoke en Chrysothemis; Oksana Dyka toma el relevo de Dessì y Vassileva en la Butterfly de Gielen; Domingo lleva su itinerante Boccanegra en la sobrevalorada producción de Peter Stein que ya cantaran Hampson, Nucci y Dobber; La traviata de Sivadier que estrenara Dessay pasa a manos ahora de Ermonela Jaho o Marlis Petersen, protagonista impresionante en Graz en una producción disparatada del ya citado Konwitschny, que va camino de convertirse en el enemigo público numero uno de los montajes operísticos; Albina Shagimuratora con Celso Albelo y Michele Pertusi forma un equilibrado terceto para La sonnambula que viaja desde Londres y París-Bastille de Marco Arturo Marelli, quien también tiene en programa de nuevo una Flauta mágica que se vio asimismo en el Real madrileño; Johann Botha vuelve con el Otello del VIENA L’ELISIR D’AMORE de Donizetti. Celso Albelo y Chen Reiss. SON TODOS LOS QUE ESTÁN ser exhaustivos y con referencia únicamente femenina: Véronique Gens (Alceste en nueva producción de Loy), Sondra Radvanovsky (Tosca y Amelia), Nino Machaidze (Juliette), Nina Stemme (Brünnhilde e Isolde en nueva producción de McVicar), Camilla Nylund (Sieglinde, Arabella y Salome), Anja Kampe (Senta y Leonore), Anna Netrebko (Tatiana), Elisabete Matos (Abigaille), Soile Isokoski (Desdemona), Magdalena Kozena (Sesto), Krasimira Stoyanova (Elisabetta di Valois y Ariadne)… ¡y Grace Bumbry como la Condesa chaikovskiana! Resumiendo bicentenarios: Verdi está presente con siete títulos y Wagner con toda su obra al completo, Ariadne auf Naxos (Strauss). 19, 22, 26, 28 de diciembre de 2012, 2 de enero de 2013. Krassimira Stoyanova, Christine Schäfer, Daniela Fally, Stephen Gould, Jochen Smechkembecher. Director musical: Franz Welser-Möst. Director de escena: Sven-Eric Bechtolf. La Cenerentola (Rossini). 26, 29 de enero, 1, 4, 10, 14 de febrero, 1, 5, 8, 11 de junio de 2013. Tara Erraught o Rachel Frenke, Michele Pertusi o Ildebrando D’Arcangelo, Dimitri Korchak, Alessandro Corbelli, Viro Priante. Director musical: Jesús López Cobos. Director de escena: Sven-Eric Bechtolf. Wiener Staatsoper. Opernring, 2. 1010 Viena. Tel.: (+ 43/1) 51444/22250. E-mail: information@ wiener-staatsoper.at www.wiener-staatsoper.at. exceptuando desde luego las tres obras primerizas de las que renegó. Entre las nuevas producciones, las más interesantes se detallan en las pistas. 278-Pliego dosier 20/9/12 23:45 Página 107 D O S I E R TEMPORADAS DE ÓPERA 2012-2013 ENTRE EL BARROCO Y SCHWIMMER de Eötvös con cantantes femeninas en lugar de los originales contratenores vendrá dirigida por Michael Boder y Herbert Fritsch. La Ismailova de Shostakovich y la Alaide de Bellini, respectivamente Lady Macbeth de Mtsensk y La straniera completan las novedades de este curso zuriqués. La rusa con Currenztis y Homoki, protagonista absoluta GunBrit Barkmin, una especialista en ópera del XX; Alaide supone un nuevo personaje de bel canto romántico para Gruberova (repetirá asimismo la Elisabetta del Devereux cantada allá hace 15 años) que estará bien acompañada por Gregory Kunde, Veronica Simeoni y Franco Vassallo. Como es habitual, la pro- gramación de la Opernhaus sigue siendo nutrida y diversificada, con reposiciones de Mozart, Mascagni, Puccini, Bizet, Strauss, Leoncavallo, Rossini, Dvorák, Haendel… están todos. Oportunidades para lucir un buen plantel de directores de escena en el candelero y para todos los gustos como Bechtolf, Del Monaco, Flimm, Loy, Carsen, Michieletto, Pountney, Asagaroff, Kupfer, Guth… Y con algunos nombres decisivos del panorama actual: Angela Denoke (Kundry), Ambrogio Maestri (Falstaff), Catherine Naglestad (Tosca), Ramón Vargas (Gustavo III en vez de Riccardo), Waltraud Meier (Santuzza), Anja Harteros (Elisabeth de Tannhäuser), Inva Mula (Mimì), Kate Aldrich (Carmen), etc. RINALDO de Haendel. Malin Hartelius en la producción de Jens-Daniel Herzog. Pistas Die Schatzinsel (Schwemmer). 7, 25 de noviembre, 2, 4, 8, 11, 14, 16, 30. 31 de diciembre de 2012, 8, 12 de enero, 21 de abril, 90, 20 de mayo, 9 de junio, 13 de julio de 2013. Oliver Widmer o Tomasz Slawinski, Fabio Trümpy o Andreas Winkler, Ivana Rusko, Irene Friedly, Cheyne Davidson. Director musical: Thomas Rösner o Jochen Rieder. Directora de escena: Najda Loschky. Tres hermanas (Eötvös). 9, 15, 24 de marzo, 3, 5, 11 de abril de 2013. Ivana Rusko, Anna Goriakova, Julia Riley, Rebeca Olvera, Cheyne Davidson. Director musical: Michael Boder. Director de escena: Herbert Fritsch. Opernhaus Zürich. Falkenstrasse,1. CH-8008 Zürich. Tel.: + 41 44 268 66 71. www.opernhaus.ch. Suzanne Schwiertz ANDREAS HOMOKI, nuevo intendente de la Ópera de Zúrich. FRANK SCHWEMMER Matthias Creutziger Es raro ver asociado el nombre de Haendel con el regista alemán Christoph Marthaler, asociación que ha conseguido unir la Ópera de Zúrich a través de un espectáculo de nombre Sale donde cuatro cantantes (Von Otter, Hartelius, Dumaux y Tora Augestad) atacarán, sin duda, páginas del gran compositor barroco en título que figura, nada menos, como “estreno mundial” y será un pastiche como La isla encantada del Met. O sea que el prolífico Haendel sigue estrenando óperas 253 años después de su muerte. Es más corriente que el compositor alemán, nacido en 1961, Frank Schwemmer componga una nueva ópera: Die Schatzinsel, que no es otra cosa que La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson. Va a resultar escalofriante escuchar cantar al siniestro pata de palo de John Silver, que en cine tuvo rostros tan marcados como los de Wallace Beery, Robert Newton (el mejor), Orson Welles y Charlton Heston. De ponerle notas en Suiza se encargan dos voces graves: Oliver Widmer y Tomasz Slawinski. Se espera gran afluencia, visto el número de funciones programadas. Otro barroco, Telemann, hace acto de presencia con su Paciente Sócrates. Dos nuevas producciones para los músicos en homenaje: El Holandés errante y Rigoletto. La de Wagner reúne a Altinoglu con Homoki y, en escena a Bryn Terfel con Anja Kampe; la de Verdi, a Fabio Luis y Tatjana Gürbaca con Quinn Kelsey, Aleksandra Kurzak y Saimir Pirgu. La bella Kristina Opolais y la veterana Hanna Schwarz son protagonistas de una nueva Jenufa que por estas fechas estará dando de sí con el aliciente, no siempre efectivo, de tratarse de otro trabajo del discutido y admirado Cherniakov. Tres hermanas ZÚRICH 107 278-Pliego final 21/9/12 12:46 Página 108 ENCUENTROS PEDRO LAVIRGEN: “LO QUE PERMANECE ES EL TALENTO” D 108 Fotos: Rafa Martín ice su amigo Ángel Cea que muchos saben que Pedro Lavirgen (Bujalance, Córdoba, 1930) era un buen tenor, pero algunos menos su verdadero rango de gran tenor. Lo confirman ejemplos como una llamada telefónica al artista de Marimí del Pozo, muy notable soprano, y como él ilustre ex catedrática de canto, para felicitarle encarecidamente por un doble CD de un homenaje que ella desconocía. 278-Pliego final 21/9/12 12:46 Página 109 ENCUENTROS PEDRO LAVIRGEN Su maestro de canto, Miguel Barrosa, oía a sus alumnos desde fuera de la sala para captar mejor los defectos; sabemos que en una habitación pequeña el piano satura, ¿qué recuerda usted? Es cierto, ponía como un filtro. Nos escuchaba desde el pasillo, a través de la pared y una puerta de cristal cerrada, y aun así podía percibir con detalle: si había desafinación, un error de pronunciación… Yo como docente no puedo hacer eso, me parece que estoy desatendiendo al alumno, necesito el contacto visual, ver las expresiones del rostro, la gestualidad. A él le importaba el canto. Con esto no pretendo hacer una crítica negativa; todo lo que sé lo aprendí de él: los fundamentos técnicos, la respiración, el manejo del aire. Como maestro lo considero inmejorable. En el libro de Luis Arrones, biógrafo de Barrosa, se dice que, de todos los alumnos, usted fue el que le dio más satisfacciones. Yo conservo un gratísimo recuerdo de él. En clase era algo distante. No me alababa; no decía tú vas a ser un gran tenor, salvo una vez, en que me dijo: “tú serás un buen tenor, no uno grande, mas sí un buen tenor”. En ausencia sí me elogiaba; decía a mis compañeros: es el que más quiero y el que mejor ha aprendido mis fundamentos. Era áspero en el trato como maestro, pero divertidísimo fuera de clase. Barrosa le dijo entonces que su voz estaba mal impostada. Efectivamente. Empecé a estudiar canto en Madrid en 1951, a los 21 años, con Carlota Dahmen, a quien conocí a instancias de un tenor aficionado de Úbeda, buen amigo. En veinte lecciones ella vio en mí condiciones e intuición en el uso del diafragma, la posición de la laringe y el empleo de los resonadores. Me enseñó bien los rudimentos del canto y me dio una recomendación de su puño y letra, que conservo. Después de obtener el título de Magisterio y ejercer durante tres años, me emperraba en ser cantante. Decidí estudiar canto con el apoyo de mi familia que, sin tener grandes recursos, se solidarizó con mi enorme vocación. Gracias a un contacto, fui admitido en el Coro de RNE. Pero entonces caí en manos de un maestro que arruinó mi voz y me dejó mudo a los 26 años. Un otorrino me dijo que gracias a mi juventud y fortaleza, no se me había producido una cadena de nódulos. Estuve un mes sin hablar. Mi amigo Joaquín Deus, integrante del coro, me recomendó a don Miguel Barrosa, con quien trabajé durante tres años. En la audición canté el aria de la Fanciulla del West, y rocé con estrépito el segundo si bemol, lo que se repitió en Carmen. Me dijo: “Estás hecho un desas- tre, te han arruinado la voz, la tienes sin brillo, pero me ha llamado la atención tu generosidad; hay algo que aprovechar en ti: no te ha importado romper y has seguido cantando con vehemencia”. Empecé a tomar 3 o 4 clases por semana: mis posibilidades aumentaban su interés. [Miguel Ángel Gancedo, a quien agradecemos sus lujosos bártulos de grabación, interviene] Creo que en un momento dado se produjo un cambio en su técnica: de 1961 a 1964 por influencia de Barrosa, se nota el influjo técnico de Fleta y sus medias voces, y a partir del 64 se aprecia un oscurecimiento del centro y el grave. Cada cantante tiene su propio saber hacer, lo más importante es no perder la personalidad propia. Yo tuve dos influencias; tras oír primero a Lázaro, al que admiré pero no me influyó, escuché el A te o cara de Fleta, aquellas inflexiones, aquellos portamentos rizados, me ayudaron a encontrar el concepto de frase y la línea de canto. La pasión por el canto me desbordaba. Oía viejos discos de McCormack o Kiepura. Y me dije: yo quiero ser esto. Si tengo suficiente talento, ésta será mi vida, quiero alcanzar el nivel suficiente que me permita dar de comer a mis hijos. Paquita, mi mujer, me regaló un vinilo de Mario del Monaco y, cuando lo escuché, vi que esto, unido a lo escuchado a Fleta, es lo que yo quería hacer. Ahí están mis fuentes, de las que he abrevado, y a las que he añadido mi propia personalidad. [Miguel Ángel Gancedo, de nuevo] ¿Alessandro Ziliani le influyó, introdujo algún cambio técnico respecto de Barrosa? Técnicamente, no. Barrosa me dio una carta para que fuera a ver a Ziliani. Había cantado Carmen, Marina y mucha zarzuela. Antes de la audición, me dijo: “Tú vas a estar solo con la pianista, mientras yo aguardo fuera con la puerta entreabierta; canta hasta que yo entre”. Canté siete romanzas en total, e hice una gran exhibición de resistencia e incremento de la dificultad. Cuando había cantando la quinta, le pregunté a la pianista: “¿Éste no entra nunca?”, y ella me dijo: “cántale el bloque de Trovador, Ah, si ben mio y la pira”; y yo: “¡oiga, si ahí hay un do como un castillo!”; y ella: “¡si lo que él quiere ver es la extensión de su voz!”. Después de la pira, entró y me dijo: “como no has reventado… Te diré primero lo malo; lo bueno, luego. Como canto operístico y dicción, un desastre; pero tienes unas condiciones excepcionales. Sé que has cantado zarzuela, y te falta pulir por completo el fraseo a la italiana, la acentuación. Te pongo como condición obligatoria que estudies en Milán con Alberto Soresina”. ¿Es cierto que la mayoría de los directores de orquesta actuales no son auténticos maestros de foso y músicos que conocen en profundidad la técnica vocal? No olvidemos que la ópera es un arte que combina voz, técnica y expresión músico-teatral. Hoy apenas queda Nello Santi… Nello Santi es el último bastión de la antigua raza [¡y Bartoletti!, los tres casi al unísono]. Desde Toscanini, los maestros siempre han sido divos, pero se distinguían de los de ahora, en que tenían la enorme virtud de amar a los cantantes, a su voz. Muti quebró esta actitud. Él es un superdivo, caprichoso, cuyo protagonismo resta importancia al exhibicionismo de los cantantes; pero la ópera, ancestralmente, está hecha de exhibición. El propio Giulini, no quería dirigir a los cantantes y hay muy pocas grabaciones suyas de ópera completa. Incluso hablaba mal de algunos de ellos, salvo aquellos que se especializaran en ciclos alemanes, franceses, tipo Fischer-Dieskau. Únicamente a éstos le gustaba dirigir. Y de ahí en adelante, los maestros han querido tomar más protagonismo, que ya antes brillaban por sí mismos, como ocurría con Previtali, quizá el último que me impresionó en mi madurez. Pero no olvidemos al más grande de todos [los de su época]: Molinari-Pradelli, apodado braccio di ferro. Aun siendo áspero, se ablandaba en escena. Una vez, cantando Aida en Verona, me dijo en el ensayo general: “Tenore, yo estoy aquí para ayudarte, lo que quiero es que tú cantes bien y a mí me trae sin cuidado si yo lo hago bien o mal, ahora no me importo a mí mismo”. Por cierto, que Dieskau era un monstruo. Sí, está claro. Yo he cantado con él en Berlín un Don Carlos, en uno de los mejores repartos de mi vida, con un bajo que medía dos metros y me daba vergüenza ponerme a su lado. ¿Cómo se llamaba? Talvela. Un reparto con este bajo, Lorengar, Dieskau. ¿Es verdad que papeles breves no protagonistas, como Micaela o Macduff, pueden llevarse de calle una función en virtud de la belleza de sus arias, o es una falsa creencia? Lo creo absolutamente. Un ejemplo: estaba cantando Macbeth en Filadelfia, con MacNeil y Bumbry en gran forma. Llegó el momento de cantar Ah, la paterna mano; el maestro Ottavio Ziino, en el descanso que precedía al último acto me dijo: “tenore, ahora arrasamos, pero no esté nervioso, que en el podio estoy yo, ¡y usted a cantar!”. Entonces Ziino era una especie de Vicente del Bosque… [risas]. Lo cierto es que arrasamos; me tributaron un aplauso de 2’45’’, triplicando los de barítono y soprano, y tuve una gran crítica. Al final el tenor 109 278-Pliego final 21/9/12 12:46 Página 110 ENCUENTROS PEDRO LAVIRGEN rabia ya por cantar. Y el público tiene hambre de tenor. Claro. Le cuento otra anécdota: en Madrid, 1973, cantando Carmen con Freni como Micaela, ella se llevó la gran ovación. El gusto —tan dirigido— y las determinantes imposiciones actuales, convierten en algo herético, y lo entendemos, cantar Carmen en italiano o Lohengrin en catalán. Pero Viñas o usted lo hicieron, y emocionaban al público. La personalidad del artista permanece en cualquier lengua, porque el vehículo sonoro tiene expresión en sí mismo, y los acentos que vas imprimiendo, y su espíritu propio. Lo que permanece es el talento, la expresividad, el sentido, las notas, porque la esencia es la música misma. En Budapest canté Payasos con Aldo Protti. El director de escena era un fijo del teatro Erkel y no sabía idiomas. Después de la función, la soprano Irma Komlossi, me comentó: “no habla italiano, pero te ha entendido, por tu expresividad, tu mirada, la posición de tus ojos, la contracción de tu musculatura facial o la gestualidad de las manos. Me ha pedido que te lo dijera”. Un sector del público adora los agudos, pero sorprende que cuando llega un aria famosa ellos mismos sepultan su final… ¡rompiendo a aplaudir! 110 He comprobado que hay públicos que solamente esperan los agudos porque saben que son difíciles, lo demás no les interesa… Si un tenor sostiene un agudo espectacular, arranca el aplauso del público. Hice una apuesta con Vicente Sardinero cantando Marina en Venezuela. Le dije: “voy a arrancar un aplauso en donde rara vez aplaude el público, en la frase ‘Y el llantooo el llanto al mar’, un la bemol, que esta noche exageraré”. Lo que hice fue una fanfarronada. Con una bien calculada gradación, fui agrandando la nota y antes de que la resolviera, la gente aplaudía frenética. Pasando a otros asuntos. Se ha dicho que usted es el Del Monaco español, mas al margen de algunas concomitancias en el modo de afrontar el ataque al agudo, uno piensa que se asemeja a Corelli. ¿Qué opina usted? Respecto a Del Monaco, así lo ve el Espasa, pero yo no. [Tal vez cabe señalar ciertos ataques repentinos y el gran sustento del grave]. En Méjico me llamaban el segundo Corelli, y cuando canté Turandot con Nilsson, la crítica decía que sólo éste podía igualar lo que yo había hecho. Si observa la emisión en un disco suyo, ambas son muy semejantes. La posición de la laringe, donde se produce el sonido, amplificado en los resonadores, es prácticamente la misma. Las voces son distintas, pero están muy enmascaradas. La suya era un poco más extensa, pero yo tenía más grave. De Corelli sorprendía la gran anchura y un si bemol como he visto pocos. En 1964 dejó la zarzuela, que hasta entonces había sido su actividad prioritaria, y debutó en Aida, en el Teatro de Bellas Artes de Méjico, ¿qué sentimiento predominó: la ilusión, la responsabilidad, el temor? El miedo. Yo tenía seguridad en mí mismo, pero hay algo en el ser humano que a veces no puede controlar, y es la situación de tu espíritu, el estado de tu mente, la capacidad de concentración y el dominio de tu propio sistema nervioso. De eso depende el que actúes de una manera o de otra. Por cierto, hablando de sus viajes a Sudamérica, cuéntenos una pintoresca anécdota que le sucedió en uno de ellos. Fue en 1976, y estaba en Venezuela para cantar Trovador en el Teatro Municipal con el maestro Veltri. Dos días antes de la première, recibo la llamada de un presunto admirador que quería que le firmara unos discos, le sugiero que me visite en mi hotel dos horas antes de la función. Acudió al mismo un joven identificado como su chófer. Cuando bajamos vi Veltri con su esposa y les dije que vinieran conmigo. En la autovía alguien nos hizo aspavientos, indicándonos enérgicamente que parásemos. El chófer paró, pese a mis protestas, y de pronto me vi apuntado por un arma de 9 mm. Nos obligaron a 278-Pliego final 21/9/12 12:46 Página 111 ENCUENTROS PEDRO LAVIRGEN muy potentes? Sí. Pero hay que pensar que las últimas, como Aida u Otello, tienen otras características que también me iban muy bien. Yo a Verdi lo llamo mi padre espiritual. Cuando voy a Milán con mi familia peregrinamos hasta Piazza Bounarroti a rezar en su tumba y darle las gracias por habernos dado de comer. ¿Cree que Don José y Calaf, y, muy cerca de ellos, Radamés, Manrico, Alvaro o Chénier, han sido sus mejores papeles? Sí. He olvidado mencionar a Pollione. Al primero al que se lo oí fue a Del Monaco, y quedé impresionado con ese papel, que no es un héroe sino más bien un canalla, un sinvergüenza, el antihéroe. Me enamoré de la música de Bellini. El aria es grandiosa y difícil de ejecutar. Hice 8 en Londres, que adorné con un do culminado con la “i”. Una de las más tirantes para el agudo. Hemos hablado ya de personajes que jalonaron su carrera, ¿hubo otros que le gustaría haber interpretado, pero lo impidieron las circunstancias? adentrarnos en un suburbio, y supimos que aquello era una venganza en contra del presunto admirador. La mujer de Veltri, sofocada, sin apenas poder respirar, tuvo un ataque de histeria. El pánico se apoderó de todos cuando el individuo amenazó con disparar. Finalmente, nos dejaron abandonados en un lugar aislado, tras despojarnos de algunas pertenencias. Vimos atónitos que el coche se alejaba, levantando una gran polvareda rojiza, y sus ocupantes se daban a la fuga riendo a carcajadas. Estábamos los tres solos, en un paraje desértico; la noche se nos había desplomado encima. Un hombre menudo que vivía en una casucha de la que provenía una luz tenue nos llevó a una Comandancia de Policía, donde no nos tomaron declaración hasta las 6 de la madrugada. Volví esa misma noche a Madrid. Tres meses después, en una producción de Aida de la Arena de Verona, pero en Busseto, coincidí con un cónsul venezolano, y de pronto me espetó: “Lo que se rumorea en Caracas es que la orden dada a los delincuentes para que le secuestraran vino de una poderosa familia interesada en que uno de los suyos cantase en su lugar”. ¿Comparte la opinión de que obras del primer Verdi como Macbeth o I masnadieri, con sus cabaletti y grandes concertantes le iban muy bien a su voz tan bravía, de centro compacto, grave espeso y agudos Sí, hay una especie de punto de inflexión negativa: el Enzo de la Gioconda y el Des Grieux pucciniano. Las aprendí y me quedé con las ganas. Estuve a punto de cantar Enzo en Italia, pero no lo hice, y aunque es un poco triste se lo voy a contar. El director de escena de esa producción ya me conocía según supe luego. Enzo debía vestir una falda y unas mallas muy ceñidas. Yo le dije que no podía llevar ese atuendo, porque pondría en evidencia una ligera curvatura en mi pierna izquierda, consecuencia de una enfermedad infantil, que yo intentaba ocultar por razones estéticas. Él se opuso a cambiar el atuendo y también a que llevara una capa. Muy contrariado, se negó a trabajar conmigo, argumentando que mi negativa generaba problemas en la realización. El hecho es que no pude interpretarlo. Colin Davis le dijo hace años a Pérez de Arteaga que las preguntas no son nunca irrespetuosas, sino las personas que las formulan. Pues ahí va con todo respeto la primera de dos. ¿Por qué no llegó a afianzarse en grandes teatros como el Metropolitan o la Scala? Pese a haber tenido una gran autoconfianza, no sólo como cantante, también me he hecho a menudo esa pregunta, y en vez de ensoberbecerme, he sentido cierta negatividad hacia mi persona. No es algo depresivo, ni tampoco falsa modestia. Yo también lo he pensado mucho, y me he preguntado si era un cantante irregular, no siempre en condiciones óptimas, o quizá no tuve el talento de otros, como Plácido o Carreras. Lo cierto es que nunca tuve ambición de divismo; mi personalidad es de antidivo. He querido vivir del canto, no importa a qué nivel, pero sin renunciar a nada. No quería hacer de mi profesión la totalidad de mi vida, y aunque cantar me hiciera feliz no quise que anulara la posibilidad de vivir más relajado con mi familia. Uno conoce su valía pero, como a pesar de mi empeño no alcanzaba las cotas por ejemplo de un Metropolitan, donde sólo hice una función de Tosca, en momentos llegué a dudar de mi desempeño. En instantes así, sentía alguna duda y admitía ese estatus. Pero un poco más adelante, rozando los 70, me ocurrió algo muy bonito; cenando un día en Viena con Protti, reflexionaba: “¿Qué he hecho con mi vida, por qué no llego a redondear mi carrera?”; y el me dijo: “Caro Pedrone, tú nunca has tenido espíritu de divo, eres como yo; piensa que serás siempre un gran profesional, de primera clase, pero no un divo. Si así lo piensas no sufrirás más”. ¿No cree que algunos teatros españoles fueron excesivamente duros con usted, pues le sucedió que tras 19 años de concurrir con éxito sin interrupción, uno dejó de llamarlo sin motivo aparente? Sí, fue el Liceo. No me permitieron llegar a los 20 años de actividad. No se puede atribuir a un declive, porque seguí cantando con éxito en plazas de la categoría de Viena. Pues bien, en 1982 iba a hacer Il tabarro y Payasos. Unos meses antes, me dijeron que el cambio de dirección suponía una renovación total, en políticas, en contrataciones, y que consideraban que a los 52 años yo podría fatigarme haciendo un programa doble. Me proponían que le dejara Payasos a Nunzio Todisco, si yo quería, pero que ellos querían que yo quisiera. Accedí, con reticencias, y entonces me informaron que suponía cobrar la mitad. Esto marcó el final de mi actividad en la casa. Ni en ese momento, ni en fechas posteriores he logrado saber la verdadera razón. Indagando, he sabido que alguien del Consorcio no quería que yo cantase. Aunque resulte un anticlímax, no está mal terminar con una pregunta técnica. Hay acuerdo entre maestros y teóricos acerca de que es el color y no la extensión el principal factor clasificatorio de la voz. Sin embargo, un timbre claro puede falsearse en tanto que una extensión limitada, no. Los italianos distinguen la clasificación de las voces por el color (por ejemplo, oscuro), la intensidad, el volumen, la profundidad o la extensión. El color determina el carácter. Son varios factores, ¡pero una gran extensión se tiene o no se tiene! Joaquín Martín de Sagarmínaga 111 278-Pliego final 21/9/12 12:46 Página 112 EENDCUUCEANCTIRÓONS SOS DE LA EDUCACIÓN MUSICAL Escuelas de música. Conservatorios Profesionales (y los Elementales que perduran). Estudios superiores de música. Clases de música dentro de la enseñanza general. Servicios educativos de orquestas y auditorios. Actividades ofrecidas por centros y entidades culturales. 112 En realidad es un sistema de vasos comunicantes que debe ser evaluado en su conjunto: a un niño o niña se le puede despertar el deseo de tocar un instrumento en un concierto pedagógico al que acude con su colegio, los conservatorios y escuelas alimentan a los centros superiores, que a su vez forman a los futuros profesores, y todas estas actividades refuerzan la cultura musical del país. Las escuelas de música tienen un carácter abierto e integrador y una estructura curricular flexible que permite, si se hacen bien las cosas, acoger a amplios sectores de la población, desde los que buscan una actividad formativa que les abra las puertas a disfrutar haciendo música con otros hasta los que quizá estén pensando en una profesionalización futura. Esto les confiere una papel esencial en el panorama musical y las convierte en el verdadero termómetro de la salud de la enseñanza musical, como así lo atestiguan las sociedades europeas con una tradición musical más consolidada (Finlandia, Noruega, Austria, etc.). El problema es que en estos momentos están en la UCI, aunque quizá seria mejor decir en una cueva abandonada y sin alimentos, ya que al menos en el hospital alguien se ocuparía de ellas. En España, a pesar de las buenas intenciones iniciales, las propias características de las escuelas de música se han convertido en su peor enemigo, puesto que al no haber sido reconocidas por las autoridades educativas como uno de los pilares educativos del país y por lo tanto encontrarse fuera de la educación general, no se han financiado adecuada- J.A.Serra L a educación musical en España está atravesando momentos muy delicados. El problema de su sostenibilidad ya lo hemos abordado con anterioridad (ver el artículo La financiación de la educación musical: una patata cada vez más caliente, SCHERZO nº 270, p. 92), pero siguen aumentando las señales de alarma. Evidentemente el deterioro no es exclusivo de las enseñanzas artísticas, sin embargo éstas son las más desprotegidas, ya que nunca han tenido la misma consideración que el resto de los estudios. Además, en el caso de la música, la crisis nos ha pillado con la casa a medio construir, por lo que, si no se pone remedio, el retroceso puede ser monumental. Cuando hablamos de educación musical nos referimos a un amplio abanico de actividades formativas con características y objetivos distintos pero que se complementan entre sí (ver el artículo Aprendizajes, SCHERZO nº 250, p. 140). A grandes rasgos podemos hablar de: mente y están siendo las primeras en caer con la crisis. Los ayuntamientos no pueden cargar en exclusiva con el gasto y las administraciones autonómicas no se sienten “obligadas” a mantenerlas. Como muestra tenemos el caso de Cataluña, donde existe una de las redes de escuelas municipales de música mas extensa y exitosa de todo el estado y a las que la Generalitat ha reducido su aportación un 62%. Si a este panorama, ya de por sí complicado, le añadimos hechos como las declaraciones de José Ignacio Wert, Ministro de Educación, Cultura y Deporte, en las que dice que los músicos deberán cobrar menos, demostrando así un profundo desconocimiento de la situación real de los profesionales de la música, actuaciones kafkianas como la sentencia del Tribunal Supremo en el que niega el carácter de grado de los estudios artísticos superiores, o la subida del IVA a la cultura, comprenderemos por qué las constantes del enfermo (las escuelas de música y el resto del sector) están por los suelos. El futuro se empieza a construir ahora Estadísticas recientes demuestran que España es el país europeo con más jóvenes que ni estudian ni trabajan. Tenemos pues un serio problema, tanto en el campo educativo como en el laboral, pero las administraciones parece que siguen mirando hacia otro lado. Es el momento de poner en primer plano el valor de la creatividad en el proceso formativo y su importancia como elemento generador de riqueza y empleo, pero justo cuando más se necesita, se reducen los presupuestos dedicados a la investigación y a la educación artística y musical. Por otro lado, nos enfrentamos al peligro de una verdadera diáspora de nuestros mejores músicos, algunos porque se verán obligados a marchar una vez terminados sus estudios y los que ya están estudiando fuera porque no podrán volver por falta de oportunidades profesionales y artísticas en nuestro país. Ha llegado la hora de dejar de poner paños calientes al problema de la educación y el empleo. Hace falta hacer reformas estructurales y pedagógicas profundas, y en este nuevo contexto la música y las artes pueden y deben jugar un importante papel. Joan-Albert Serra 278-Pliego final 21/9/12 12:46 Página 113 JAZZ SAMUEL YIRGA: LA ENCRUCIJADA DEL JAZZ AFRICANO E l arte de nuestro tiempo sale poco a la calle y por eso anda bastante confundido. Es un mal común a todas las expresiones, desde las “cultas” a las populares; a lo que a menudo hoy asistimos es a un narcisismo gremial que emplea todos sus esfuerzos en llegar a la meta lo más rápido posible, atajando todos los atajos y olvidándose de los verdaderos motivos de su viaje, esto es, ignorando, y a veces despreciando, toda su razón de ser. El jazz, que nació esquinero y tabernario, se está convirtiendo cada día más en una música con patrón, desnortada y huérfana de sentido. A lo mucho que se puede aspirar hoy es a tener el privilegio de, de tarde en tarde, asistir al sortilegio artístico de un reducido número de creadores que hacen la guerra por su cuenta, atendiendo a las auténticas razones que un día les animaron a contar la vida detrás de un instrumento. Sí, también asistimos a un buen número de actuaciones musicales excitantes, lo cual no es poco, pero nada tiene que ver con la esencia de aquella cultura que agranda y enriquece. Será cosa de la crisis, la económica y la espiritual, que nos obliga a todos a iniciar una carrera alocada sin punto de partida ni destino fijo y, lo que es peor, atajando sin complejos todos los atajos que nos abrevien el recorrido. En esta búsqueda precipitada por alcanzar nuevos horizontes creativos el jazz efectivamente está mirando a todos los lados, sin saber, no ya qué busca, sino por qué busca. Hoy el jazz, es una pena, en la mayoría de las ocasiones respira por respirar, no para vivir. Disquisiciones filosóficas al margen, sorprende que en esta búsqueda de nuevas fórmulas de éxito creativo muy pocas veces se mire al pasado, que es una magnífica ventana para ver el mañana. Es un mal que ocurre con la tradición musical norteamericana y un cáncer cuando se habla de jazz africano, lo cual es peligroso y preocupante. No hay duda de que los jazzistas de hoy han estudiado los orígenes de las composiciones que tocan, pero uno sospecha que muy pocos de ellos se han acercado hasta quemarse para vivir por dentro su propio arte. Igualmente extraño resulta que un continente tan fértil en lo musical aporte tan pocos talentos al jazz de hoy; eso… o que una vez más estamos mirando en la dirección equivocada, con la complicidad matemática y colonialista de la industria musical. Este triste panorama se ha visto interrumpido estas últimas semanas, fugazmente, con la comercialización de la ópera prima de un joven pianista etíope, Samuel Yirga, Guzo (viaje). Este joven talento de veinte años llega a nosotros, mal que nos pese, a través de una de las factorías más dañinas y colonialistas del negocio discográfico, Real World, ese sello fundado en 1989 por Peter Gabriel para dar limosna a “los negritos” y hacer caja a los “blancos”. Sea como fuere, y asumiendo incluso la demagogia que esta última reflexión pudiera suscitar en el lector, se celebra la llegada de este álbum a nuestras tiendas, por cuanto viene a paliar la sequía discográfica que padecemos con respecto a la actualidad del jazz africano. El chaval ha confesado que tiene entre sus pianistas admirados a sólidos maestros como Keith Jarrett, aunque la música nos emplace ante otros referentes. Así, su audacia compositora nos recuerda el lirismo del sudafricano Abdullah Ibrahim, ya que su pianismo es un fraseo melódico atormentado, el que da una tierra castigada. Luego, su manera de entender la música como prolongación sonora de la vida nos retrotrae al jazz enérgico y espiritual de Randy Weston, probablemente el pianista estadounidense que más y mejor ha defendido las raíces africanas del lenguaje jazzístico. Eso sí, su juventud, y su militancia en ese laboratorio afroreggae-pop que es el grupo Dub Colossus de Nick Page, también le hacen cometer errores de bulto, como son los que le sitúan en esos caminos llenos de atajos y por los que —ojalá no suceda— pueda escapársele su propio talento. En su estreno discográfico como líder Samuel Yirga destacan temas inteligentes donde el bebop se retroalimenta de famosas escalas pentatónicas etíopes, caso de Abet Abet y Tiwista, piezas para el lucimiento masivo como Firma Ena Wereket, My Head o esa versión del clásico de soul setentero I’am the black gold of the sun. Además de su banda, el pianista ha contado con las voces de la Creole Choir de Cuba, el vocalista inglés de origen iraquí Mel Gareh y la cantante británico-nigeriana Nicolette. A piano solo resuelve bien un par de compromisos, recogiendo el disco en torno a un tema que define su personalidad musical, African Diaspora. Samuel Yirga tiene palabras para darle buena voz al jazz africano, del que, insistimos, seguimos sabiendo muy poco. Su nombre dará que hablar, seguro, pero el chaval debiera cuidarse de los compañeros de viaje que elige, ya que, como decía Oscar Wilde, todo se resiste menos la tentación. Pablo Sanz 113 278-Pliego final 21/9/12 12:47 Página 114 GUÍA LA GUÍA DE SCHERZO MADRID TEATRO REAL Las noches del Real: Ingo Metzmacher, director musical / Roger Muraro, piano. 15 de octubre. 20.00 h. Orquesta Titular del Teatro Real. HAENCHEN Groissböck, Alina Yarovaya, Dmitry Ulyanov, Anatoli Kotscherga entre otros. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real. Ballet de l’Opéra de Lyon. Director: Yorgos Loukos. One of a Kind. Octubre: 4, 6 (17.00 y 21.00 horas), 7, 9. 20.00 horas; domingos, 18.00 horas. Coreógrafo: Jirí Kylián. Escenógrafo: Atsushi Kitagawara. Música: Brett Dean, David Hykes, Carlo Gesualdo da Venosa, Chiel Meijering, David Lumsdaine, John Cage, Los domingos de cámara. 7 de octubre. 12.00 h. Solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real. Programa pedagógico: Cuéntame Mozart. Recital. Octubre: 20, 21, 27, 28; 12.00 y 17.00 h. Desde 7 años. Nueva producción del Teatro Real. Dirección de escena: Gustavo Tambascio. Pianista: Alexis Delgado. Sala Gayarre. ¡Los domingos a la Gayarre! Talleres de introducción a la música para familias. 14 de octubre. TEATRO DE LA ZARZUELA ¡Ay, amor! (“El amor brujo” y “La vida breve”), de Manuel de Falla. Hasta el 20 de octubre de 2012, a las 20:00 horas (domingos 18 h.). Dirección Musical: Juanjo Mena / Guillermo García Calvo. Dirección de Escena, escenografía y vestuario: Herbert Wernicke. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de La Zarzuela. Conciertos en torno a ¡Ay, Amor!. Jueves, 4 de octubre, a las 20 h., Miguel Poveda, cantaor: “ArteSano”. Martes, 9 de octubre, a las 20 h., Tomatito, guitarrista: “Luz de Guía”. XIX Ciclo de Lied. Lunes, 15 de octubre, a las 20 horas. RECITAL I: Angelika Kirchschlager mezzosoprano. Ian Bostridge, tenor. Julius Dra- KIRCHSCHLAGER 114 BOSTRIDGE Jovellanos, 4. Metro Banco de España. Tlf.: (91) 5.24.54.00. http://teatrodelazarzuela.mcu.es. Director: Paolo Pinamonti. Venta localidades: www.entradasinaem.es, Teatros Nacionales y cajeros o teléfono: 902 22 49 49. Horario de Taquillas: Venta anticipada, de 12 a 18 horas, sábados y domingos de 15 a 18 h. Días de representación, de 12 h., hasta comienzo de la misma. Los sábados y domingos que no haya representación las taquillas permanecerán cerradas. Ciclo SERIES 20/21 MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA. Auditorio 400 Lunes, 8. 19:30h. CAMERATA DEL PRADO TOMÁS GARRIDO, director “Tomás Marco, 70 aniversario” Lunes, 22. 19:30h. GABRIEL ESTARELLAS, guitarra Obras de J. Medina, D. del Puerto, M. Millán, F. Martin, Z. de la Cruz, M. Á. Jiménez, E. Morales, M. de Falla, R. Gerhard Ciclo UNIVERSO BARROCO AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA. Sala de Cámara Miércoles, 10. 19:30h. LA GALANÍA RAQUEL ANDUEZA, soprano “Yo soy la locura” Domingo, 28. 18.00h. Sala Sinfónica IL COMPLESSO BAROCCO ALAN CURTIS, director Karina GAUVIN, Rodelinda | Sonia PRINA, Bertarido | Romina BASSO, Ballet Nacional de España. Director: Antonio Najarro. Del 25 de octubre al 4 de noviembre, a las 20:00 h. (Excepto lunes, 29). Domingos a las 18:00 h. Programa: Coreografías de Antonio Ruiz Soler, Pilar Azorín, Victoria Eugenia y José Granero. Homenaje a Victoria de los Ángeles. Lunes, 29 de octubre, a las 20 “Brava, Victoria”. En colaboración con la Fundación Victoria de los Ángeles. THE MATTHEW BARLEY ENSEMBLE Julian Joseph, piano “The Peasant Girl” Obras de Bratsch, J. Lewis, B. Bartók, Z. Kodaly, Weather Report, J. Zawinul, M. Barley, Du Oud Ciclo ANDALUCÍA FLAMENCA AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA. Sala de Cámara Viernes, 19. 19:30h. CAÑIZARES, guitarra flamenca Juan Carlos Gómez, segunda guitarra “Guitarra Solo Dúo Flamenco” AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA. Sala Sinfónica Miércoles, 31. 20:00h. DIEGO `EL CIGALA´ Diego ‘Del Morao’, guitarra; Sabú Suárez, percusión; Juan Grande, Cantarote y Ané Carrasco, percusión y palmas “Cigala tres flamencos” Eduige | Delphine GALOU, Unulfo Topi LEHTIPUU, Grimoaldo | Matthew BROOK, Garibaldo G. F. Haendel: Rodelinda, regina de’Longobardi Ciclo SERIES 20/21 - FRONTERAS ke, piano. Programa: H. Wolf. “Spanisches Liederbuch”. Coproducen el Teatro de la Zarzuela y el Centro Nacional de Difusión Musical. AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA. Sala de Cámara Jueves, 18. 19:30h. VIKTORIA MULLOVA, violín MULLOVA Benjamin Britten y música étnica. METZMACHER Boris Godunov (Modest Musorgski). Nueva producción del Teatro Real. Octubre: 3, 5, 8, 11, 13, 16, 18. 19.00 horas; domingos, 18.00 horas. Director musical: Hartmut Haenchen. Director de escena: Johan Simons. Solitas: Günter CNDM (Centro Nacional de Difusión Musical) c/ Príncipe de Vergara, 146 Teléfono: 91 337 02 34 / 40 www.cndm.mcu.es Localidades: Auditorio Nacional y Teatro de La Zarzuela: taquillas, teatros del INAEM, 902 22 49 49 y www.entradasinaem.es Museo Reina Sofía: entrada libre hasta completar aforo PRINA Información y venta: 902 24 48 48. www.teatro-real.com Ciclo BACH MODERN AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA. Sala de Cámara Martes, 30. 19:30h. NICOLAS HODGES, piano Obras de J. S. Bach, W. Rihm, H. Birtwistle. ORCAM www.orcam.org Martes 2 de octubre de 2012. 19:30 h AUDITORIO NACIONAL. SALA SINFÓNICA ORQUESTA Y CORO DE LA COMUNIDAD DE MADRID Ainhoa Arteta, soprano Víctor Pablo Pérez, director X. Montsalvatge Manfred T. Aragüés Bidai Doinua. Tres canciones* L. Palomo Dulcinea. Tres fragmentos M. de Falla El sombrero de tres picos. Suite nº 2 *Estreno absoluto Lunes 29 de octubre de 2012. 19:30 h AUDITORIO NACIONAL. SALA SINFÓNICA ORQUESTA Y CORO DE LA COMUNIDAD DE MADRID CORO DE RTVE Elisandra Melián, soprano Marie-Claude Chappuis, mezzosoprano Alfredo García, barítono Michel Corboz, director F. Poulenc Stabat Mater M. Duruflé Requiem 278-Pliego final 21/9/12 12:47 Página 115 ÍA GGUUÍ A SEVILLA TEATRO DE LA MAESTRANZA www.osm.es Teléfono 91 532 15 03 17 de octubre de 2012 (19.30 horas) Ingo Metzmacher director Olivier Messiaen Symphonie Turangalîla (Sinfonía Turangalila) Roger Muraro, piano Valerie Hartmann-Claverie, ondas martenot Paseo de Cristóbal Colón, 22 / 41001 Sevilla Teléfono 954223344 www.teatrodelamaestranza.aes Día 24 de octubre, 2012 EN TORNO A LA ÓPERA… THAÏS Ciclo de conferencias Día 24 de octubre, 2012 (Sala Manuel García) CUARTETO ARDEO Obras de Haydn, Ravel y Debussy Días 25, 28 y 31 de octubre, 2012 DOMINGO ORQUESTA SINFÓNICA DE MADRID THAÏS de Jules Massenet Dirección musical, Pedro Halffter Dirección de escena, Nicola Raab Principales intérpretes, Plácido Domingo, Nino Machaidze, Stefano Palatchi, Micaëla Oeste, Marife Nogales, Antonio Gandía Real Orquesta Sinfónica de Sevilla Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza Coproducción, Ópera de Gotemburgo y Ópera Nacional de Finlandia BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN c/ Cartagena 10, 1ºc - 28028 MADRID Tel. 91.356 76 22 - Fax 91.726 18 64 E-mail: [email protected] - www.scherzo.es Deseo suscribirme, hasta nuevo aviso, a la revista SCHERZO por períodos renovables de un año natural (11 números) comenzando a partir del mes de …………………nº…… El importe lo abonaré de la siguiente forma: Transferencia bancaria a la c/c 2100 2416 93 0200152229 de La Caixa, a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Cheque a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Giro postal. VISA. Nº: …………………………………………… Caduca … /… /… Firma………..…………… Con cargo a cuenta corriente ………… ………… …… ………………………………… Rellene y envíe este cupón por correo, fax o correo electrónico. O llámenos por teléfono de 10 a 15 h. También está disponible en nuestra página en internet. Nombre…………………………………………….............. ………………………………NIF…..…………….............. 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Los datos se tratarán y protegerán según la LO. 15 /1999 de 13 de diciembre de Datos de Carácter Personal y el titular de los mismos podrá ejercer los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición ante las oficinas de la Sociedad sita en Madrid, calle Cartagena nº 10 1º C, 28028 Madrid. 115 278-Pliego final 21/9/12 12:47 Página 116 CONTRAPUNTO MI DEBUT EN BAYREUTH H 116 ace tiempo que escritores y músicos nos han dejado mordaces impresiones de su primera visita a Bayreuth. George Bernard Shaw fue adulador; Mark Twain, socarrón; Thomas Mann, escéptico. Chaikovski se sintió físicamente incómodo. El mundo soñado de Richard Wagner no deja de afectar a ninguna mente sensible, tal es su locura, su negra historia y su apreciada aura de exclusividad. La mujer sentada a mi lado en el tren de Núremberg, directora de una empresa alemana en Shanghai, llevaba ocho años intentando conseguir entradas hasta que tuvo suerte en el sorteo y cogió un avión a toda prisa. Mi primera vez ha sido más circunspecta. Juré no asistir jamás al festival mientras permaneciera en las manos manchadas de la familia Wagner que, siempre racista, convirtió el festival en una afirmación del nazismo, hasta con un pequeño campo de concentración al lado. Después de la guerra, siguieron agasajando a adinerados hitlerianos hasta bien entrada la década de los sesenta. Aunque hoy el Festspielhaus es de propiedad pública, dos bisnietas de Wagner permanecen, incontestables, al frente del festival mientras se niegan a hablar del pasado de la familia. Todos los años resuena algún eco vergonzoso. Este verano, un barítono-bajo ruso se retiró de El Holandés errante después de que los medios de comunicación alemanes mostraran lo que resultó ser una esvástica tatuada en el hombro. Evgeni Nikitin insistió en que tal especie de arte corporal se la hizo cuando era joven y no tenía ideas políticas, pero Bayreuth se deja llevar por el pánico cuando asoma la menor señal de nazismo y el desgraciado cantante fue echado con cajas destempladas. No tenía ganas de formar parte de este circo y pensaba demorar hasta la caída de los Wagner mi entrada en Bayreuth. Pero resultó que tenía que ir allí debido a una cita con un director de orquesta cuya agenda estaba tan llena que no podía recibirme más que durante el festival. El maestro me regaló sus entradas y así pude pisar Bayreuth sin que la nefasta dinastía me corrompiera. La primera sorpresa llegó nada más bajar del tren. “Mira a tu derecha”, me comentó mi colega de la BBC. Al final del andén se levanta una verde colina y en medio se ve el ladrillo color zanahoria del teatro que Wagner construyó en 1876. Lo colocó ahí para que nadie pudiera entrar en el pueblo sin reconocer su dominio. Fue un megalómano sin par en la historia del arte occidental. Al otro lado del pueblo está Wahnfried, antaño la casa de la familia, hoy un museo. Estaba cerrada por reformas y nos dijeron que no se volverá a abrir para el bicentenario del compositor el año que viene debido a que aún faltan un par de millones de euros para cubrir el presupuesto y, además, las obras van con retraso. Esta ineficacia fue incluso tranquilizadora, casi simpática. Antes de empezar la ópera nos sirvieron champán en el vestíbulo. La corbata oscura es opcional, pero el regocijo obligatorio. Quince minutos antes de que se levante el telón, la sección de metales sale al balcón exterior para tocar una fanfarria con un tema de Lohengrin que repite a intervalos de cinco minutos. Dentro, los asientos, de madera, están colocados en hemisferio, sin pasillos. Si alguien se pone enfermo, le llevan en volandas hasta el final de la fila sin que se interrumpa la música. Una vez que se cierran las puertas no hay escapatoria. Se bajan las luces y lo que sigue es un silencio distinto a cualquier otro, un silencio tan profundo que casi parece un sonido musical. Los acordes orquestales que emergen hacen encoger el auditorio al tamaño de un teatro de bolsillo. Wagner ocultó su orquesta debajo del escenario, permitiendo así una mayor proximidad del público a los cantantes, que pueden cantar sin tensión vocal incluso cuando el acompañamiento es ffff. En Bayreuth, Wagner es suave con sus voces. La acústica no se puede comparar con ningún otro espacio musical en el mundo. Disfrutaba la ópera con una profundidad de concentración que sería difícil mantener en un ambiente menos perfecto. Me sentí afortunado de estar allí. La intensidad es un milagro de Bayreuth. Nunca me he sentado entre un grupo de personas tan embelesado y quieto, familias enteras o jóvenes parejas cuyas entradas se debían a un legado o a unas relaciones personales. Son los de siempre, que están ahí en sus asientos como en su casa. Me volví un devoto al igual que los hombres y mujeres que cumplen con un ritual anualmente por razones que no cuestionan, razones cuyos orígenes olvidaron hace mucho. Esperaba una producción ridícula y no me desilusionó. Hans Neuenfels vistió el coro de Lohengrin como ratas y presentó el famoso cisne como un blanco inodoro de cerámica que en la escena final se da la vuelta para mostrar un feto humano que lleva en el útero. Cualquiera sabe qué tendrá eso que ver con Lohengrin. Regietheater es el credo que domina en la ópera alemana, y en ningún sitio más que en Bayreuth, donde un falso modernismo sirve como una capa más de engaño para ocultar su odioso pasado. “No lo mires”, me aconsejó un director de orquesta amigo mío. “Sólo escucha el sonido inimitable”. Fuera, durante los intervalos, que duran una hora entre los actos, la mitad del público cenaba en los coquetos pero corrientes restaurantes mientras los demás daban vueltas por los alrededores, haciendo alarde de ropa de diseño y joyas. Lo normal es que no haya nada más que hacer. Sin embargo, este año había una exposición en los jardines cuyo título por poco me dejó atónito: Verstummte Stimmen (Voces silenciadas). Se trataba de un completo relato del incendiario antisemitismo de Wagner, del nazismo de su familia y de los muchos artistas judíos que fueron echados de Bayreuth antes y después de 1933, algunos de los cuales murieron en los campos de exterminio de los nazis. El público miraba con la misma concentración que demostraba en la representación y a menudo con caras pálidas y conmocionadas. Al parecer, la verdad ha salido a la luz. Bayreuth ha sacado por fin sus trapos sucios y está preparándose para el bicentenario del nacimiento de Wagner haciendo borrón y cuenta nueva. Al contemplar Verstummte Stimmen me sentí aliviado y muy contento de estar en Bayreuth. Pero todo en Wagner no es siempre lo que parece. Una segunda parte de la exposición, en el Ayuntamiento, mostraba la nociva influencia que Wagner tuvo en la política alemana. A la mañana siguiente le pedí a un ayudante en el Festspielhaus una copia de los textos de esa exposición. “No le puedo ayudar” — respondió mientras se encogía de hombros—, “es una cosa organizada por el Ayuntamiento. No tiene nada que ver con nosotros”. “¿Perdón?” —insisto. “No es una exposición del festival” — concluye. Por supuesto que no. El democrático pueblo de Bayreuth puede querer asumir su repugnante pasado pero los Wagner no son capaces de ceder ni lo más mínimo. Mientras la familia controle el festival, éste seguirá manchado de crímenes contra la humanidad. No pienso volver. Norman Lebrecht www.scherzo.es ORGANIZA PAT R O C I N A Concierto cancelado de Krystian Zimerman: PRÓXIMO CONCIERTO: Pierre-Laurent Aimard Krystian Zimerman ha cancelado su recital por enfermedad. En su lugar actuará Emanuel Ax el 23 de octubre de 2012. Serán válidas las localidades inicialmente impresas para el 24 de septiembre, fecha del concierto cancelado. 8 HEINZ HOLLIGER Elis: Tres Nocturnos para piano ROBERT SCHUMANN Estudios Sinfónicos para piano op. 13 (incluyen los cinco Estudios opus post.) Emanuel Ax PIANO Martes, 9 de octubre de 2012. 19:30 horas CLAUDE DEBUSSY Preludios Libro II 19:30 HORAS Martes, 23 de octubre de 2012 LUDWIG VAN BEETHOVEN Sonata Op. 2, nº 2. Sonata Op. 13 Patética. FRANZ SCHUBERT Sonata en si bemol mayor, D 960. PRECIO DE LAS LOCALIDADES: Zona A - 56€ Zona B - 47€ Zona C - 38€ Para más información visite la web www.fundacionscherzo.es o llame a los teléfonos 91 725 20 98 / 91 356 76 22. Zona D - 31€ Las localidades se podrán adquirir en las taquillas del Auditorio Nacional de Música, en la red de teatros del INAEM (dentro de los horarios habituales de despacho de cada sala) y mediante el sistema de venta telefónica del INAEM en el número 902.22.49.49, de 10 a 22 horas, o en Internet en www.entredasinaem.es. Teléfono de información de la Fundación Scherzo 91.725.20.98. sala sinfónica CGI_scherzo_Oct12.indd 1 24/9/12 13:31:44