Pablo Iglesias: Discrepancias internas

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INTERVENCIÓN DE AURELIO MARTÍN NÁJERA
”LOS COMPAÑEROS DE PABLO”
“Pablo Iglesias: Discrepancias internas”
MADRID, 19 de diciembre de 2000
Buenas tardes. En primer lugar, agradecer a la Escuela Julián Besteiro su invitación, que
me ha hecho participar en este debate.
Hay una cita de Morato que está en los Paneles de la Exposición, que me parece que
define muy bien lo que significa o, lo que fue Pablo Iglesias en el socialismo o, por qué
llegó a ser lo que fue. Es de la Historia de la Asociación General del Arte de Imprimir, y
dice así
El azar hizo de él el primero en 1874: la voluntad de sus pares le conservó en tal
puesto en 1879 y, desde 1886, cuando aceptó la dirección de El Socialista, ligó
para siempre su vida al socialismo.
Yo creo que no se puede definir más claramente cuál es la relación de Pablo Iglesias con
las organizaciones socialistas y el socialismo.
Evidentemente, se crea un mito de Pablo Iglesias sobre todo a lo largo de los años, que
está definido por dos factores. Uno, interno, el que es durante más de veinte años el único
liderazgo de partido y, se podría decir que de la UGT, y que se recorre España en
campañas de propaganda, mítines electorales y no electorales. Lógicamente, es la
persona más conocida –es a lo que venía la cita-. Otro factor externo, que son las
grandes campañas de difamación contra él. El ataque exterior hace que la misma
organización le defienda, le haga una coraza frente a tales ataques tanto de la burguesía,
domo de los republicanos, como de los anarquistas. Estos serían los dos factores que
hacen que Pablo Iglesias acapare y sea el Partido Socialista y la UGT, es decir, que él
mismo confunda su misma persona con las organizaciones y, además, es consciente de
ello, y ve también el peligro –entre comillas- que se crea con esta defensa numantina de
su actitud.
Para este tema de las discrepancias internas hay una fuente, de las pocas que se han
conservado, que me parece de las más importantes en general, que es la
Correspondencia de Pablo Iglesias. Los comentarios que Pablo Iglesias va haciendo en
cartas a Enrique de Francisco, Acebedo, sobre distintos conflictos, factores internos,
Congresos que ha habido en el Partido, es donde se pude sacar entre líneas estas
discrepancias internas que, bajo mi punto de vista, son unas de las riquezas del
socialismo, tanto del partido como de la UGT. Siempre han existido, desde el tiempo de
Pablo Iglesias y, por supuesto, hasta ahora. Para mí son algo positivo. Otro factor que
querría resaltar al mismo tiempo es que también las organizaciones socialistas –a
diferencia de lo que es la situación actual- siempre han tenido un funcionamiento bastante
democrático, y si lo comparamos con hoy, a años luz, empezando porque los organismos
socialistas tienen la máxima autonomía de decisión, hay ejemplos clarísimos y que hoy
nos resultarían llamativos, por ejemplo, el de los Vocales obreros en el Instituto de
Reformas Sociales, que se eligen dentro de las organizaciones y las sociedades obreras
de la UGT, pero una vez que son elegidos los 8, 10 Vocales obreros funcionan con
absoluta autonomía respecto a la dirección de la UGT, hasta el punto que cuando se
produjo la huelga general de 1911, en que como medida contra la represión que se ejerce
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sobre la UGT, los Vocales obreros abandonan el Instituto. Una vez pasados varios meses,
la situación se normalizó, ellos plantan a la Ejecutiva de la UGT si es tiempo de volver al
Instituto, y Pablo Iglesias en un Actas de la UGT dice: “Es una decisión que ellos tomaron,
ellos tienen que tomar la vuelva o no”.
Esa autonomía y ese funcionamiento democrático es evidente en las Agrupaciones
Socialistas, cualquier decisión que se tomara en la Agrupación sólo podía ser echada
abajo por el Congreso del Partido y nunca por la Ejecutiva. Y es evidente también en el
funcionamiento de lo que son las minorías socialistas, tanto municipales, diputados
provinciales o diputados a Cortes, y eso fue durante, por ejemplo, la Segunda República,
la pugna que hubo siempre entre la minoría socialista frente a la Ejecutiva y otros órganos
de dirección del partido. En realidad, como ocurrió en 1936, cuando se propone que Prieto
fuera Presidente del Gobierno, la Ejecutiva y el Comité Nacional están a favor, la minoría
socialista votó en contra, y se acabó el tema. Es decir, tenían absoluta autonomía de
funcionamiento.
Por tanto, son dos factores que yo creo que son importantes en las organizaciones
socialistas, tanto en el partido como en la UGT, que siempre ha habido discrepancias, y
siempre ha habido un funcionamiento que está a años luz de lo que sería la democracia
interna en la actualidad.
Ahora veremos las discrepancias con Pablo Iglesias. La verdad es que son constantes, y
aunque siempre se presentan como que Pablo Iglesias se llevó “el gato al agua”, eso es
relativo, en algunos casos, sí y, en otros, con bastante dificultad. Creadas ya las
organizaciones, la primera gran discrepancia sería la de la Base Cuarta del
funcionamiento de El Socialista, que era la de combatir a todos los partidos burgueses. Se
produce una gran discrepancia principalmente con Jaime Vera, con dos personas que no
son dos cualquiera, sino que son dos grandes pesos pesados dentro de la organización
socialista. Jaime Vera, que a partir de entonces abandona la militancia, no el partido, y
tarda varios años en volver, por lo menos hasta 1891 no se le vuelve a tener en cuenta o
reconocer en actividades del partido, en este año es el autor del primer Manifiesto
electoral, en las primeras elecciones que se presenta el partido, y a partir de entonces
vuelve otra vez a la militancia activa, pero pasó de 1886 a 1891, cinco años, en que
quedó descolgado de la organización. Más llamativo fue el tiempo que pasó Francisco
Mora, también a raíz de la discrepancia con la Base Cuarta de El Socialista, quizá debido
a su movilidad por su trabajo como actor y músico, quedó descolgado a partir de 1886 y,
aunque participó en El Socialista con algún trabajo suyo que se publicó, no fue hasta 1902
en que fue otra vez secretario del Comité Nacional del PSOE y del año 1905 a 1915 que
fue Presidente. Esta fue ya una primera discrepancia, que fue importante y que apartó de
la militancia a algunos de los que fueron dirigentes y militantes del partido.
La gran discrepancia fue la colaboración con los partidos republicanos y que se reproduce
en distintos momentos en la organización socialistas. En el V Congreso del PSOE de
1899 hay una proposición de la Agrupación Socialista Madrileña donde se reconoce la
posibilidad de efectuar acuerdos con partidos avanzados en casos excepcionales de
peligro de las libertades. Se dan unos plazos para que la organización conozca el
acuerdo, que tiene que estar aprobado por dos tercios de la organización. Es decir, ya hay
un primer punto donde se introduce una cuña para la colaboración con los partidos
republicanos. En 1903, la Agrupación Socialista Madrileña aprueba una proposición en la
que llama a un acuerdo para las Elecciones Municipales con los republicanos y,
curiosamente, esta proposición está abanderada por Matías Gómez Latorre, que es uno
de los que prácticamente durante toda su vida fue un fiel colaborador de Pablo Iglesias,
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pero eso no quiere decir que no pueda discrepar en situaciones y en discusiones políticas.
Estos temas son de una gran riqueza para la situación actual, si pudiéramos
transplantarlo. Esta proposición la presentan Matías Gómez Latorre y Antonio García
Quejido. Es posible que esta discrepancia sea el motivo, aparte de los motivos
personales, del apartamiento de García Quejido. Lo plantean Gómez Latorre, que es
Vicepresidente del Comité Nacional del partido en ese momento, Antonio García Quejido,
que es el Secretario de la UGT, Luis Villa Hoz, que ha sido Vicepresidente hasta 1902,
Juan Aguilera, que había sido vocal del Comité Nacional. Es decir, que no son tampoco
militantes anónimos, sino que son un grupo de dirigentes reconocidos. Respecto a esta
proposición, hay una carta de Pablo Iglesias, que escribe a un militante de Elche, dónde
plantea que si se ha aprobado la proposición es porque él no estaba en la Asamblea, y
dice lo siguiente
Hoy he recibido la suya del 7 y debo decir que si a ustedes les ha causado
extrañeza la proposición de Quejido, a mí, que me hallaba en El Escorial cuando
dieron cuenta de ella los periódicos, me produjo sorpresa grande y extraordinario
disgusto. Sorpresa, porque en realidad faltaba el tiempo debido para cursar
proposición semejante, y porque ésta, a mi juicio, era descabellada. Y disgusto, por
creer que antes de presentar una proposición como a la que se alude, debieron los
que la firmaron guardarme la consideración de comunicármelo, y no aprovechar la
ocasión de que yo estuviera fuera de Madrid para presentarla y hacer que se
discutiera a escape. No obstante la importancia de ella, ni se sometió a estudio de
los afiliados, como corresponde con todo lo que encierra gravedad, ni se discutió
siquiera por partes. Creo que si yo hubiera estado en Madrid, dicha proposición
habría quedado rechazada. Supongo que el partido no la admitirá, pero si la
admitiese, causaría hondo daño en sus filas.
Plantea el tema de que si él hubiera estado en Madrid, la Asamblea no la hubiera votado.
Y es posible que fuera verdad, pero en cualquier caso, manifiesta que hay una
discrepancia, una diferente visión política en lo que es el grupo de Pablo Iglesias y los que
trabajan de acuerdo con él. La proposición de la Agrupación Socialista Madrileña, al final
no prosperó. Se hace un referéndum en todas las Agrupaciones socialistas y fue
rechazada por 50 Agrupaciones frente a 22 que votan a favor.
El tema de la colaboración con los republicanos es la pugna más importante dentro de la
organización. Se vuelve a replantear en 1907, otra ve z hay una proposición dentro de la
Agrupación Socialista, que esta vez la encabeza Vicente Barrio, en ese momento
Secretario de la UGT, paras colaborar con los republicanos y, en este caso, es la misma
Asamblea de la Agrupación Socialista Madrileña la que rechaza la proposición. Sin
embargo, en este mismo año se da la circunstancia de que la organización bilbaína se
presenta a las Elecciones Provinciales en coalición con los republicanos, desoyendo
todos los mandatos del Comité Nacional y saltándoselo por encima. Lo que esto
manifiesta es que había grandes discrepancias y, que en algunos casos, se hacia caso
omiso de los mandatos del Comité Nacional. El Congreso de 1908 aprobó una moción de
censura contra la organización bilbaína, y ahí se acabó el tema. En 1909 se llega a la
Conjunción republicano-socialista, y en ese caso, debido a la Semana Trágica, a la
represión subsiguiente en Barcelona, se produce la caída del Gobierno Maura y la alianza
con los republicanos de cara a las Elecciones Municipales de 1909 y las Generales de
1910. Sin embargo, el tema de la Conjunción republicano-socialista será un debate
constante hasta su desaparición en 1919. En los dos Congresos que se celebran, en 1912
y en 1915, hay una dura pugna y una polémica importante sobre el tema de la Conjunción
y, no sólo en los Congresos, sino en los periódicos del partido, no en el órgano oficial, en
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El Socialista, pero sí en Vida Socialista, en La Lucha de Clases, en La Justicia Social –
órgano de la Federación Catalana- hay una Tribuna abierta donde en todos los números
se escribe a favor y en contra de la Conjunción republicano-socialista, quiere decir que la
discusión era bastante rica. En este momento, Pablo Iglesias es un acérrimo defensor de
la Conjunción y los que están en contra son, García Quejido, Pérez Solís, García Cortés,
Fabra Ribas y Largo Caballero, que son las personas que defienden que se debería
romper la Conjunción con los republicanos.
Otro punto importante en las discrepancias internas es el momento en que, en el año
1912, Pablo Iglesias por acuerdo del Congreso deja de ser Director de El Socialista. Hay
un periodo de tres años, de 1912 a 1915, en que Pablo Iglesias por un acuerdo del
Congreso de 1912, que plantean Antonio García Quejido y otros. La proposición se
disfraza un poco, en el sentido de que hay que liberar a Pablo Iglesias de una de sus
tareas, porque es diputado –con 60 años y una salud muy delicada- Presidente del
Comité Nacional del PSOE y Presidente de la UGT, y se plantea que deje la dirección de
El Socialista. Pablo Iglesias lo ve como una intriga y en sus cartas lo dice claramente,
como en una de 1912 dirigida a Enrique de Francisco
La principal cuestión ha estado en que se votó sin discutir la incompatibilidad del
cargo de Presidente del Comité Nacional con el de Director del periódico. Si se
hubiera discutido, seguramente no se hubiera votado la incompatibilidad. En esa
solución ha tomado una buena parte quien juzgabas en una carta una esperanza
del partido.
En este caso, creo que es Prieto, porque en otra carta, Pablo Iglesias alude a que “en el
asunto del periódico han contribuido como el que más Prieto y Facundo [Perezagua]”. La
proposición del Congreso se aprueba, se nombra Director del periódico a García Quejido,
éste lo que propone es un Comité de Redacción, que incluye a personas que en este
momento no son del partido, como es el caso de Morato, es decir, la discrepancia viene
por ahí. El Comité Nacional rechaza al Comité de Redacción, porque hay personas que
no son del partido, con lo cual García Quejido dimite y, finalmente, acaba siendo elegido
Director del periódico Mariano García Cortés, que había sido el segundo candidato en la
votación. En estos años, el periódico está dirigido por García Cortés en 1913 y 1914, y por
Eduardo Torralba Beci en 1914 y 1915. En esta época, quizá por un alejamiento del
Director de El Socialista respecto a Iglesias, éste colabora más en periódicos republicanos
que en El Socialista, y sobre todo en Vida Socialista donde hace una sección semanal,
pero, por ejemplo, en el periódico España Nueva, que es de Rodrigo Soriano, hay
muchísimos artículos de Iglesias, mientras en El Socialista son muy raros. Y yo diría más,
la información de España Nueva sobre los Congresos es más completa que la de El
Socialista. Yo he visto reproducciones de los Congresos de 1912 y 1915 que son bastante
más completas que las que publica El Socialista. En España Nueva había periodistas que
eran del partido en esa época, como Álvare z Angulo, López Baeza y otros. También los
detractores de la Conjunción republicano-socialista acusan a Pablo Iglesias de que ha
dejado y ha perdido el interés por El Socialista, cuando lo más fácil es que desde la
dirección del periódico no querían que colaborara mucho.
Otro de los puntos de discrepancia es la Guerra Mundial. Respeto a ello, traigo unas citas
para ver cuál era la relación entre la gente que rodeaba a Pablo Iglesias. En torno a la
Guerra Mundial se plantearon dos posturas. Una, la que era la oficial del Partido, que la
defendía Pablo Iglesias, y que consistía en que dentro de la neutralidad, se defendía a los
aliados. Y la otra postura, defendida por Largo Caballero, Jaime Vera, Torralba Beci,
Saborit, Verdes Montenegro, que era dentro de la neutralidad, una postura pacifista,
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internacionalista. Hay una anécdota que cuenta Saborit, y haré dos citas de él para ver lo
que era Pablo Iglesias dentro del partido
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Se ha de insistir en que el Partido Socialista no fue nunca una capilla en que un
sacerdote dijera Misa y todos los demás tuviéramos que oírle de rodillas. Nosotros
nunca estuvimos educados en semejante escuela, ni de ella fue nunca partidario
Pablo Iglesias.
Y cuenta la siguiente anécdota, hay una Asamblea de la Agrupación Socialista Madrileña
donde se discute el tema de la gestión de Pablo Iglesias, y dice
Después de dar cuenta de su gestión como Diputado a Cortes y defender su punto
de vista sobre la participación de España, que España hubiera debido tener en la
Guerra Europea contra el imperialismo germano-austriaco en 1914, al preguntar el
Presidente de la Asamblea, como era obligado hacerlo, si se aprobaba la gestión
del Diputado socialista, yo sentado en mi sitio debajo del reloj de pared del salón
grande de la Casa del Pueblo, dije: “Sin haber intervenido en el debate, con mi voto
en contra”. Y lejos de donde yo estaba, en los bancos de enfrente, surgió la voz de
Largo Caballero que añadió: “Y el mío”. [FIN DE CINTA]
[...]En este caso, son las cartas de Julián Besteiro a su mujer desde el Penal de
Cartagena, en las cuales hay unos juicios críticos sobre Pablo Iglesias bastante duros, de
lo más duro que he leído, diciendo que chochea, entre otras cosas.
Me parece que el punto máximo de discrepancia en la vida de Pablo Iglesias es en la
escisión de 1921, que es la primera escisión organizada que se produce dentro del
partido, aunque ha habido abandonos, como el de Perezagua. La organización se parte,
lo que hace que haya una recomposición de la dirección del partido en torno a Pablo
Iglesias, y una autorización de la figura de Pablo Iglesias de un sector frente a otro,
porque él está ya muy enfermo, prácticamente no sale de casa y, aunque apoya con
cartas y con escritos, hay ya una utilización de lo que es el mito de Pablo Iglesias por lo
que es el sector dirigente en ese momento, Caballero, Saborit y Besteiro, que son los que
cogen la antorcha o la sucesión de Pablo Iglesias tanto en el Partido como en la UGT.
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