Dios y el Padre Marcelo en su cocina Donde comer y compartir es una bendición. Domingo 25 de mayo SANTISIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. Deuteronomio 8,2-3.14b-16a Te alimentó con el maná Salmo 147 Glorifica al Señor Jerusalén 1 Corintios 10,16-17: El pan es uno, igual nosotros Juan 6,51-58 Mi carne es verdadera comida “En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida. Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre” Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo “Un pan para el corazón, un pan para todos” Buscando el mejor pan: Se busca el mejor pan, aquel que alimente… 1. Un pan que ayude a ver mejor. Pan de zanahoria mejora la vista. Es bueno pero no ayuda a ver el corazón de los demás. 2. Un pan que fortalezca para aguantar cuando viene el viento y las dificultades. Pan de naranja con vitamina C previene los resfríos y Pan de leche tiene calcio para los huesos. Son buenos pero no ayudan a tener paciencia y ser fuertes cuando las cosas no salen como quisiera. 3. Un pan que ayude correr y poder estar cerca de los que necesitan. Pan de banana con potasio para los calambres y Pan de espinaca que fortalece los músculos. Son buenos pero no ayudan a crecer en generosidad y servicio. 4. Un pan que ayude a recordar todo lo bueno y a sacar todo lo malo. Pan de brócoli para la memoria y Pan de apio para la buena digestión. Son buenos pero no ayudan a distinguir lo que hay que guardar y lo que hay que desechar. 5. Un pan que fortalezca el corazón. Pan de lentejas con hierro es bueno para los glóbulos rojos y el Pan de perejil es bueno para el corazón porque favorece. Son buenos pero no ayudan a amar más. Entonces que pan necesitamos… Un pan así, es un pan que viene del cielo, un pan que ninguna panadería puede hacer, ni siquiera la hermana Carmen Teresa en sus mejores recetas. Un pan así, sólo Dios lo puede amasar con sus manos de amor. Ese pan es Jesús. Jesús mismo se hizo pan para ser ese alimento que alimenta nuestro corazón porque él mismo comienza a formar parte de nuestra vida. En cada Misa con un poco de pan y la bendición Jesús se hace el pan del cielo; que es para todos, que alcanza para todos y que nos ayuda a tener el corazón como el suyo. EUCARISTIA: Dios nos ama tanto que en nombre de ese amor se ha quedado en la Sagrada Eucaristía. Por eso en el Sagrario es el lugar principal de todo templo. Allí está Jesucristo, y por eso, al lado hay encendida una lamparita. No es un retrato o estatua de Jesucristo, sino el mismo Jesucristo, vivo, pero glorioso: como está ahora en el cielo. Allí lo adoramos. El doblar la rodilla tiene distintos significados, según la voluntad del que lo hace: ante la Eucaristía es adoración, ante una imagen es veneración, ante los reyes es reverencia. Jesucristo está en el sagrario, deseando que vayamos a visitarle. Debemos ir con frecuencia a contarle nuestras penas y necesidades, y a pedirle consuelo y ayuda. Es muy buena costumbre entrar a saludar a Jesucristo al pasar por delante de una iglesia, al menos una vez al día. Aunque sea brevemente. Jesucristo está real y verdaderamente presente en el sagrario, aunque encubierto bajo apariencias de pan, en la hostia consagrada. Jesucristo también está encubierto bajo apariencias de vino en el cáliz consagrado. En la Eucaristía permanecen el olor, color y sabor del pan y del vino; pero su substancia se ha convertido en el Cuerpo y en la Sangre de Jesucristo. Esta conversión se llama transubstanciación. Es una conversión milagrosa y singular, distinta de las conversiones naturales. Porque en ella tanto la materia como la forma del pan y del vino se convierten, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Sólo los accidentes permanecen sin cambiar: seguimos viendo el pan y el vino pero substancialmente ya no lo son, porque en ellos está realmente el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Cristo. La Hostia, antes de la Consagración, es pan de trigo. La Hostia, después de la Consagración, es el Cuerpo de Jesucristo, con su Sangre, su Alma y su Divinidad. En el cáliz, antes de la Consagración, hay vino de uva. En el cáliz, después de la Consagración, está la Sangre de Cristo, con su Cuerpo, su Alma y su Divinidad. El pan y el vino se convierten en el cuerpo y en la sangre de Jesucristo en la santa misa por las palabras que el sacerdote pronuncia en el momento de la consagración, punto central de la misa. Jesucristo instituyó la Eucaristía para perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz, y alimentar nuestras almas para la vida eterna. En su Última Cena, Jesucristo, instituyó el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y de su Sangre. Jesús ofreció aquel día en el cenáculo el mismo sacrificio que iba a ofrecer pocas horas más tarde en el calvario: con anticipación, se entregó por todos los hombres bajo las apariencias de pan y vino. Con las palabras «haced esto en memoria mía», Jesús dio a los Apóstoles y a sus sucesores el poder y el mandato de repetir aquello mismo que Él había hecho: convertir el pan y el vino, en su Cuerpo y en su Sangre, ofrecer estos dones al Padre y darlos como manjar a los fieles. La Misa es el acto más importante de nuestra Santa Religión, porque es la renovación y perpetuación del sacrificio de Cristo en la cruz. En la Misa se reactualiza el sacrificio que de su propia vida hizo Jesucristo a su Eterno Padre en el calvario, para que por sus méritos infinitos nos perdone a los hombres nuestros pecados, y así podamos entrar en el cielo. En la Misa se hace presente la redención del mundo. Todos los fieles que asisten al Sacrificio Eucarístico lo ofrecen también al Padre por medio del sacerdote, quien lo realiza en nombre de todos y para todos hace la Consagración. No hay sacrificio eucarístico posible sin sacerdote celebrante. (...) El único designado por Cristo para convertir el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre del Señor, mediante la pronunciación de las palabras de la consagración, es el sacerdote. La Eucaristía es un banquete para conmemorar la Última Cena. Hay quienes dicen que no van a Misa porque no sienten nada. Están en un error. Las personas no somos animales sentimentales, sino racionales. El cristianismo no es cuestión de emociones, sino de valores. Los valores están por encima de las emociones y prescinden de ellas Todos formamos parte de una comunidad, de una colectividad, del Pueblo de Dios, y tenemos obligación de participar en el culto colectivo a Dios. No basta el culto privado. La Misa se celebra por cuatro fines. 1. Para adorar a Dios dignamente y alabarle. 2. Para satisfacer por los pecados nuestros y de todos los cristianos vivos y difuntos. 3. Para dar gracias a Dios por los beneficios que nos hace: conocidos y desconocidos por nosotros. 4. Para pedir nuevos favores del alma y del cuerpo, espirituales y materiales, personales y sociales. La Misa se ofrece siempre solamente a Dios, pues sólo a Él debemos adoración, pero a veces se dice Misa en honor de la Virgen o de algún santo, para pedir la intercesión de ellos ante Dios. La misa por los difuntos Es ofrecida a Dios por el descanso eterno de los difuntos. Es para ellos y no podemos refugiarnos en ella para dejar a un lado la misa dominical. La Sagrada Comunión A Jesucristo no le bastó hacerse hombre y morir por los hombres. Quiso quedarse para siempre entre nosotros en la Eucaristía, y hacerse pan para unirse a nosotros en la Sagrada Comunión. Es el acto de recibir a Jesucristo, con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad, bajo las apariencias de pan y vino. La comunión frecuente puede ser mensual, semanal y mejor aún diaria. La mejor devoción que podemos tener es la comunión diaria en la Santa Misa. Comulgar es el acto más sublime que podemos hacer en la vida, pues es recibir a Dios en nuestro corazón. Dice Cristo que quien comulga, vivirá eternamente. La comunión es necesaria porque es el alimento del alma que la robustece para la lucha de la vida. Quien no comulga tiene el alma débil, y fácilmente cae en el pecado. La comunión es el mejor medio de vencer las tentaciones ya que aumenta la gracia santificante y nos preserva del pecado mortal. Antes de comulgar, debemos prepararnos con reverencia, pensando que el que viene a nosotros -pobres pecadores- es nada menos que Jesucristo, Dios, infinitamente poderoso. Para comulgar es necesario estar en gracia de Dios y haber guardado el AYUNO EUCARISTICO. El ayuno eucarístico, hoy día, se ha reducido a una hora para sólidos y líquidos. El agua y las medicinas no rompen el ayuno. [email protected] Cazuela de Mariscos Vamos a usar calamares, caracoles, gallitos, y camarones. Todo esto se limpia muy bien y se dejan en agua para que boten toda la arena. Aparte se coloca en un caldero aceite, cebolla, ají dulce, pimentón y se dejan medio calentar para agregar los calamares en trozos, los caracoles, gallitos y se deja sofreír. Luego un caldo de pescado y un vaso de vino blanco y se deja a fuego lento. Por último sal, pimienta y suficiente perejil PENSAMIENTO “Sin la Eucaristía no habría Iglesia y sin la Iglesia no habría Eucaristía” Padre Marcelo Conozca los escritos del Padre Marcelo en las siguientes direcciones: www.autorescatolicos.org y luego se busca donde escriben los sacerdotes y allí se ubica Padre Marcelo Rivas Sánchez www.mensajespanyvida.org http://www.autorescatolicos.org/ http://www.autorescatolicos.org/marcelorivassanchez. Htm http://www.es.catholic.net/padremarcelo www.laermita.com.ve www.periodismocatolico.com WWW.diosbendice.org Además, puedes observar una página muy especial, donde está la obra a favor de los niños: http://hogarmaria.iple.org/ www.presentaciones.org