A la costa; Luis Alfredo Martínez Holguín

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A LA COSTA
Don Jacinto Ramírez y Doña Camila eran padres de Salvador, de carácter
manso y pasivo, su hermana Mariana era el reverso de su hermano ambos
criado con la moral católica.
La amiga más íntima de doña Camila era doña Rosaura Valle, vieja solterona,
una figura repulsiva en la que sin dificultad se adivinaba la enemiga acérrima
de la belleza, de la alegría y de la juventud, acabada por los malos tratos de la
vida.
Salvador ya en la universidad conoce a Luciano Pérez con quien hizo la
primera y única amistad de su vida. Luciano pronto en su corazón joven sintió
el nacimiento de una verdadera pasión por Mariana el instinto le advirtió que
Mariana también lo amaba, ambos estaban persuadidos de su mutuo cariño y
con todo, nunca pudieron tener una conversación a solas en la que pudieran
decirse lo que ambos sentían, eran amantes vergonzosos. Así estaban las
cosas cuando la beata hizo la denuncia de las pretensiones de Luciano hacia
Mariana
Mariana reconoció estar enamorada del joven Luciano, y enfrentó a su madre;
Doña Camila muy rabiosa prohibió a su hija volver a hablar con Luciano e igual
hizo con su hijo Salvador obligándole al joven romper la amistad. Pero sin
embargo Mariana y Luciano en un encuentro clandestino, venciendo todos los
obstáculos que les ponía esa sociedad cruel, se entregaron ese amor infinito,
fugaz, inmortal.
Un día el doctor Ramírez regresó de la hacienda de Guayllabamba, y
sintiéndose repentinamente enfermo muere. Dejándola a doña Camila y a sus
dos hijos en orfandad
Mariana lloraba desconsolada en su cuarto, por la muerte de su padre y
también porque se sentía impura, manchada, era una de tantas sacerdotisas
del amor prohibido, sin hogar, sin virginidad.
Rosaura iba de tarde en tarde a tratar de convencer a Doña Camila para que
obligue a su hija Mariana a dedicarse completamente a los asuntos de la
iglesia. Poco a poco la muchacha se creó una gran ilusión con el padre
Justiniano.
La beata y en complicidad con el cura Justiniano, llevó a Mariana a una solitaria
casa, adecuada para albergar borrachos, rateros y prostitutas. Mariana
sudando de angustia y vergüenza inexplicable, atravesó los sucios patios y
entró al cuarto. Allí estaba esperándola, sentado en un sillón el padre
Justiniano. La beata encontró algún pretexto los dejó solos y cerró la puerta por
fuera con llave; dejando al cura realizar sus más bajos instintos de lujuria.
Años después Salvador y Luciano se reencuentran, teniendo este una gran
curiosidad por su amada Mariana; Salvador le cuenta que Mariana se había
convertido en una pérdida y lo peor; corrompida por un fraile que tenía de santo
y que andaba por las calles sucia llevando en sus brazos a un niño, hijo del
fraile infame.
Pero el reencuentro dura muy poco porque Luciano debía viajar a Europa y
Salvador debía refundirse en una hacienda donde consigue trabajo. Ahí se
gana la confianza de don Roberto, el amor de su hija Consuelo y el odio de
Fajardo que pretendía desde hace mucho tiempo a la joven. Pasado el
invierno llegó el dueño de la hacienda, el señor Velásquez, se enteró de todas
la maldades que hacia Fajardo a Salvador, y enterándose del romance ayuda a
los jóvenes para unirse en matrimonio. Siete mese habían pasado todo era
dicha y felicidad, Salvador no se había sentido más feliz en su vida y a hora
tendría otra dicha, pronto iba a ser padre, pues Consuelo le había confesado
que llevaba en su vientre el fruto de su amor.
Pero una mañana de febrero, Salvador le cuenta a Consuelo que estaba
enfermo, acostado en una cama poco a poco fue agravando. Consuelo, amor
mío, decía Salvador, perdóname si te hago sufrir, pero debo decirte que muero.
De la ventana se divisaba el ancho Guayas, y el majestuoso Chimborazo, eran
las cuatro de la tarde cuando abrió la puerta un hombre alto, musculoso y bien
vestido, era su amigo Luciano.
He averiguado por ti. Y ahora vengo a verte, pero en que estado, ¡Dios santo¡
Esta es mi mujer, dijo Salvador a Luciano, abrázala, te recomiendo a mi
madre…Si ves a, a...a Mariana, dile que...le perdono ...no la maldigo…
pobrecita, Me aho …Me ahogo… Consuelo... estoy…
No concluyó la frase...
FIN
LUIS ALFREDO MARTÍNEZ HOLGUÍN
Luis Martínez, nació en Ambato el 23 de Junio de 1869; sus primeras lecciones
las recibió de sus padres don Nicolás, entres éstas: Historia Patria y Gramática
Castellana. La educación media siguió en el Colegio San Gabriel de Quito, a
cargo de los PP. Jesuitas. Fue nombrado Teniente Político para velar por los
indígenas y hacerles justicia. Luchó en 1895 por la causa liberal, asistiendo en
1898-1899 al Congreso Nacional como Diputado por la Provincia del
Tungurahua. Contrajo matrimonio con doña Rosario Mera Iturralde.
El talento de Luis Martínez se manifiesta por primera vez en algunos cargos
públicos, en los cuales supo imprimir el sello de su personalidad creadora.
Desempeñó el cargo de Gobernador del Tungurahua; Subsecretario del
Ministerio de Instrucción Pública, meses más tarde designado Ministro de
Instrucción Pública. Administrador del Ingenio Azucarero Valdez de Milagro,
provincia del Guayas.
Martínez hombre activo y vigoroso, enseñaba a los peones a leer y escribir. En
el año 1902 cayó enfermo de paleneuritis malaria, trasladándose a Piura por
prescripción médica, en donde fue recuperándose poco a poco siendo en este
lugar en donde inicia su trabajo literario con la obra "Disparates y Caricaturas",
que apareció en Ambato en 1903. Este es el momento culminante de su vida,
cuando dictó a su esposa la inmortal novela "A la Costa", quien se sensibilizó
muchísimo por el papel del protagonista llamado Salvador que representaba al
mismo Luis Martínez, siendo este motivo para derramar lágrimas.
Su esposa murió poco tiempo después se apartó de la sociedad
consumiéndose como un ermitaño, para de tiempo en tiempo hacer fugaces
visitas a la ciudad, ya no le interesaba la política, ni otras cosas, muriendo a los
40 años de edad en un tarde del mes de Noviembre de 1908.
Época
A la Costa es una novela de tendencia costumbrista, testimonio de la realidad
social y política del Ecuador a finales del siglo XIX y comienzos del XX
Social
Se aborda el tópico de la prostitución y se anuncia el drama de las migraciones
y del esforzado trabajo en las plantaciones costeñas.
Político
En A la Costa se habla de los conflictos políticos, de identidad social a partir de
las luchas entre liberales y conservadores
Económico
La novela pretende describir el conflicto económico entre la sierra y la costa
Opinión
Es interesante ya que es una lectura del sentido de la vida y una reflexión
sobre el porvenir del hombre cuyo alcance va más allá de la defensa de un
proyecto ideológico.
Dibujo
Esto grafico trata de representar como Mariana deambulaba por las calles,
sucia y perdida de lo real, de la existencia de la vida.
Opinión del dibujo
Me impresionó porque refleja una emoción tan fuerte de un momento crítico
que vivió en su tierna edad y la tristeza al ver la injusticia que experimentó
creyendo que el fraile era alguien de confiar.
Comparando a lo actual se pueden observar casos similares y hasta peores en
que las mujeres y niños sufren la maldad de hombres depravados que no tiene
conciencia del daño que van a causar.
Escenario
Se desarrollo en las regiones Costa y Sierra.
Personajes Principales
 Luciano Pérez.
 Salvador Ramírez.
 Mariana Ramírez.
 Rosaura Valle.
Personajes Secundarios
 Doña Camila.
 Don Jacinto.
 Padre Justiniano.
 Don Roberto.
 Consuelo.
 Señor Velásquez.
 Fajardo.
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