GUIA de cuidados del recién nacido

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HOSPITAL UNIVERSITARIO REINA SOFIA
GUÍA DE CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO 2
AUTORES
Eva Mª Cañizares de la Haba
Enfermera especialista en Pediatría, Unidad de Gestión Clínica (UGC) de
Pediatría y sus especialidades, Hospital Universitario Reina Sofía (HURS)
Mª Carmen Cejas Delgado
Enfermera EABS Pediatría, UGC Centro de Salud Santa Rosa
Mª Lourdes del Río Obejo
Enfermera especialista en Pediatría, Gestión de Cuidados de Neonatología,
UGC de Pediatría y sus especialidades, (HURS)
Rafaela Llamas Mata
Enfermera especialista en Pediatría, UGC de Pediatría y sus especialidades,
(HURS)
Mª Isabel Moreno Pozo
Enfermera especialista en Pediatría, UGC de Pediatría y sus especialidades,
(HURS)
Mª José Párraga Quiles
Neonatóloga y Coordinadora de Neonatología, UGC de Pediatría y sus
especialidades, (HURS)
Mª Victoria Rodríguez Benítez
Neonatóloga, UGC de Pediatría y sus especialidades, Coordinadora de
Maternidad, (HURS)
Mª Dolores Ruiz González
Neonatóloga, UGC de Pediatría y sus especialidades, (HURS)
Amelia SanjuanEspiñeira
Coordinadora de Cuidados de Enfermería, UGC Centro de Salud Castilla del
Pino
Lourdes Serrano Cardona
Enfermera especialista en Pediatría, UGC de Pediatría y sus especialidades,
(HURS)
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Aunque el parto es un proceso natural, es un momento crítico en el que el
recién nacido deja de recibir el alimento y el oxígeno a través de la placenta,
como ha sucedido durante el embarazo, teniendo que enfrentarse a tres
problemas fundamentales:
-
Adaptación de sus pulmones que hasta ahora han estado cerrados, para
llenarse de aire y oxigenar la sangre.
-
Adaptación de su aparato digestivo para recibir la leche que le va a servir
de alimento y realizar deposiciones.
-
Exposición a microorganismos que pueden ocasionarle infecciones, más
graves cuanto más pequeño es el bebé.
Por todo esto es aconsejable que el parto se produzca en un centro sanitario.
Con la vuelta a casa, suelen aparecer nuevas dudas y a veces descubrimos
anomalías que no vimos en los primeros días, por lo que es aconsejable que los
padres y cuidadores adquieran unos conocimientos generales para el cuidado
del recién nacido.
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CUIDADOS DE LA PIEL
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, que sirve para
defendernos de infecciones y regular la temperatura, por lo que debemos
mantenerla íntegra y sana.
La capa externa de la piel que ha protegido al feto de la humedad del
líquido amniótico, ya no es necesaria tras el nacimiento, por lo que se
elimina a los dos o tres días, produciendo una descamación, más
acentuada en los bebés prematuros y en los nacidos después de las 40
semanas. Esta descamación no precisa cuidados especiales, salvo la
hidratación normal con aceites vegetales (como el aceite de almendras),
desapareciendo a las dos semanas de vida.
En la piel de los recién nacidos puedes aparecer varias anomalías, que
aunque son llamativas no precisan ningún cuidado especial:
Angioma plano.- Son manchas rosadas en la nuca,
párpados o raíz de la nariz que se acentúan con el llanto
y el calor, formada por capilares sanguíneos dilatados
que se ven a través de la piel.
Angioma tuberoso.- Son manchas rojizas, abultadas,
que aparecen en cualquier parte del cuerpo, llamadas
comúnmente “antojos”, formadas por acúmulos de
vasos sanguíneos. Suelen aumentar de tamaño para
luego ir desapareciendo lentamente.
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Nevus congénito.- Son manchas oscuras, como
hematomas, que suelen aparecer en la parte baja de
la espalda y las nalgas, a veces muy grandes, llamadas
manchas mongoloides, pero que nada tiene que ver
con el síndrome de Down. Son debidas a células de la
piel cargadas de pigmentación, que van aclarando poco a poco,
desapareciendo del todo antes de los diez años.
Eritema toxico-alérgico.- Son pequeñas manchas
rojizas, como un “sarpullido”, con una zona central
blanquecina que aparece en el cuerpecito del bebé
a los dos o tres días de vida y desaparece por sí sólo
a las dos semanas.
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HIGIENE DEL RECIEN NACIDO
1- El baño
Ha de ser un momento agradable, que
refuerce la relación con el bebé, realizándose
en un momento tranquilo, normalmente
antes de la última toma del día, ya que le
suele servir de relajación favoreciendo el
sueño.
Se puede realizar desde el primer día, aunque
no se haya caído el cordón umbilical, siempre
que tras el baño se seque muy bien. Si no se va a secar bien el ombligo, es
mejor no mojarlo, realizando la higiene del bebé sin sumergir en el agua
hasta que el cordón umbilical se caiga.
Se debe realizar a diario, pues aunque el recién nacido no se ensucia para
necesitarlo, se establece una rutina que les aporta seguridad y a la vez les
aporta relajación.
Antes de bañar al bebé hay que preparar todo lo necesario para no tener
que dejarlo solo en ningún momento.
Calentar la habitación del baño por encima de 20º C y llenar la bañera
(que no cubra al niño) de agua tibia, entre 34-36º C, comprobando si la
temperatura del agua es la adecuada introduciendo el codo, ya que su piel
es la más parecida a la del bebé.
Coger al bebé pasando un brazo por detrás de su cabeza y hombro,
sujetándolo por la axila, y con la otra mano sujetamos las piernas. Una vez
metido en la bañera, soltamos las piernas y con esa mano lo bañamos.
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El jabón utilizado debe ser neutro, suave y con pocas fragancias. No es
necesario usarlo a diario, con dos o tres veces en semana es suficiente,
como tampoco es necesario usar jabón y champú, con uno de los dos
productos se puede realizar todo el baño.
Se comienza lavando la cabeza hacia atrás para que no le caiga agua ni
jabón en los ojos, la carita se lava con la mano o la esponja escurrida, y se
continúa con el cuerpecito, siendo lo último en lavar los genitales.
Debe ser de corta duración, no más de cinco minutos, para evitar que la
piel se arrugue o se enfríe el agua.
Sacamos al bebé y lo colocamos en una superficie grande y firme para
poderlo secar sin peligro de caídas. Lo secaremos con toques, nunca
restregando la piel, insistiendo en secar las ingles, axilas, cuello y el cordón
umbilical si aún no se ha caído.
Una vez seco y retirada la toalla húmeda, podemos ponerle aceite de
almendras o crema hidratante, aprovechando para darle un masaje, con lo
que favorecemos su relajación y reforzar el vínculo entre el bebé y los
padres.
2- El cordón umbilical
Una vez cortado el cordón umbilical,
queda un muñón que se va secando
hasta su caída, más o menos a los 15
días de vida.
Para que éste proceso se realice de
forma eficaz y no se produzcan
infecciones, sólo se necesita que el
cordón se mantenga limpio y seco, procurando que quede al aire, sin
cubrir con el pañal.
Hasta ahora solo se usaba alcohol de 70º para su limpieza, pero los
últimos estudios evidencian que su uso no es recomendable, ya que el
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alcohol destruye todas las bacterias, incluidas las necesarias para que se
produzca la momificación del cordón, con lo que se alarga el tiempo de
caída y además puede alterar la delicada piel del bebé.
Para su cuidado, lo único necesario es mantenerlo siempre limpio y seco,
limpiándolo con una gasa estéril húmeda alrededor de toda la base del
cordón para arrastrar toda la suciedad, realizar tras el baño y cada vez que
se ensucie (pipi o caca).
Si no hay garantía de realizar correctamente la higiene del cordón,
debemos curarlo con clorhexidina acuosa al 1% o alcohol de 70º, tal como
se hace en el hospital, para evitar que se infecte. Una vez que se ha caído,
hay que seguir curándolo al menos durante dos días hasta que haya
cicatrizado totalmente.
Hay que vigilar especialmente que no tenga mal olor, no sangre
continuamente, tenga secreciones amarillentas o esté doloroso, en cuyo
caso se llevará al bebé al pediatra, pues puede ser signo de infección.
También hay que ir al pediatra si el cordón umbilical aún no se ha caído a
los 20 días de vida, o si continúa manchando pasados cuatro días de
haberse desprendido.
3-Los ojos
A todos los recién nacidos se les aplica en la sala de partos una pomada de
eritromicina para prevenir la infección (conjuntivitis).
La higiene diaria se hará pasando una gasa empapada en agua
previamente hervida y templada, o en suero fisiológico, desde el lagrimal
hacia afuera, utilizando una gasa diferente para cada ojo.
No se debe utilizar manzanilla porque aunque posee un efecto
antiinflamatorio y antiséptico, la manzanilla administrada en los ojos
provoca sequedad. También es un agente alergénico, pues contiene polen
y hongos.
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4-Los oídos
Los pliegues de las orejas se limpian con una gasa o algodón humedecidos,
secándolos bien para que no produzcan infecciones por la humedad. No
introducir bastoncillos ni ningún objeto en el conducto auditivo para
limpiar la cera, pues se pueden hacer tapones o dañar el tímpano.
5-Las uñas
Las uñas de los recién nacidos son muy débiles, lo que dificulta el poderlas
cortar, por lo que se suele esperar hasta la semana, que ya son más
consistentes. Pero si el recién nacido se araña, no hay inconveniente en
cortarlas, sujetando firmemente la mano y con una tijera recta de punta
roma para no clavársela y si es necesario, cuando esté dormido. Las uñas
de las manos se cortan con las puntas redondeadas para que no se
arañen, y las de los pies se cortan con las puntas rectas para que no se
claven en los bordes de los dedos.
6-Los genitales y zona del pañal
La higiene de los genitales se realiza
a diario con el baño, y siempre tras
una deposición, siendo suficiente el
uso de agua templada y aceite, ya
que el jabón y las toallitas húmedas
pueden alterar la capa protectora
de la piel.
En los niños, hay que retirar el prepucio pero si no se puede porque esté
muy estrecho, no se debe forzar para no producir daño.
En las niñas, hay que separar bien los labios y lavar la vulva de adelante
hacia atrás para evitar que se contamine con los gérmenes del ano.
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Aunque los pañales actuales son muy absorbentes, deben ser cambiados
al menos cada 3-6 horas, según la cantidad de pipi que haga el bebé, y
siempre que haga una deposición. No es necesario despertarlo para
cambiarle el pañal, pero sí comprobar si lo necesita cada vez que se
despierte.
Las primeras deposiciones llamadas meconio son muy espesas y
pegajosas, debiendo limpiarlas con agua y aceite para no friccionar
demasiado la piel y evitar que se irrite.
No se debe usar polvos de talco porque forman grumos que irritan la piel
del bebé y puede inhalarlos provocando daño pulmonar.
Tampoco se debe utilizar crema protectora a diario, ya que tapona los
poros y no deja respirar a la piel. Para formar una película protectora que
aísle la piel del “culito” de las deposiciones, es suficiente con mantenerla
bien hidratada con aceites vegetales, tipo aceite de almendras, o crema
hidratante para bebes.
Si se pone enrojecida, se usaran cremas con zinc que facilitan la
cicatrización, aplicando una capa fina y retirándolas con agua y aceite, sin
restregar, para no irritar la piel.
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CUIDADOS GENERALES DEL BEBÉ
1- Las deposiciones
Durante las primeras 24-48 horas, las deposiciones del recién nacido,
llamadas meconio, son muy pastosas, pegajosas y negras. En los días
siguientes, se van haciendo más verdes y ligeras.
Las características de las deposiciones dependen de la alimentación del
bebé:
- Con la lactancia materna, son casi líquidas, grumosas, ruidosas,
amarillentas y muy numerosas, pudiendo hacer una cada vez que
comen.
- Si toman biberón, son más consistentes, amarillentas o verdosas,
según el tipo de leche, más abundantes y en menor número, dos o
tres días.
Si no hace deposiciones en 24 horas, no debemos alarmarnos, ya que
algunos tienen un ritmo intestinal más lento, sobre todo si están con
Lactancia Artificial y su ritmo se endentece cada 2-4 días. No es
aconsejable estimular el ano.
Es aconsejable acudir al pediatra, si pasando ese periodo de tiempo no
realiza deposiciones, así como si son diarreicas, sin Lactancia Materna.
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2- La habitación
El bebé debe estar en una habitación tranquila, con luz natural, bien
aireada, con una temperatura agradable entre 20-22º C, pudiendo
compartir la misma habitación de los padres durante los primeros meses.
No se debe permitir que se fume en la vivienda ni en la habitación, ni que
haya animales domésticos.
El lugar más seguro para dormir es su propia cuna, debiendo reunir varias
medidas de seguridad:
Los barrotes no deben de tener más de 6 cm de separación.
La altura debe ser de al menos 60 cm.
La pintura no debe contener plomo.
El colchón debe ser firme, de consistencia uniforme y ajustado
a las paredes de la cuna, sin que haya más de dos dedos de
separación entre ambos
No se debe usar almohada para evitar el riesgo de asfixia y
deformidades del cuello.
3- La ropa
Debe ser amplia, cómoda y fácil de colocar para que facilite los
movimientos del bebé, evitando cordones, lazos, imperdibles y botones en
la parte delantera con los que pueda haber riesgo de atragantarse.
Toda la ropa que esté en contacto con piel del bebé, incluida la de la
cama, debe ser de fibras naturales, como el lino o el algodón.
Debe lavarse antes de estrenarla para eliminar el apresto, con jabón para
prendas delicadas y hacer un doble enjuague para eliminar todos los
restos de sustancias químicas.
La ropa de cuna debe ser ligera y que permita los movimientos del bebé
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El tipo de ropa ha de ser adecuada a la estación del año, sin abrigarlos
demasiado para evitar que suden y se deshidraten. Ellos suelen tener las
manos y los pies fríos, por lo que la mejor zona para comprobar si tienen
frío o calor, es la espalda o el abdomen. Para hacernos una idea de qué
ropa ponerle, pensemos que sería la misma que necesite un adulto que
esté quieto en el mismo sitio en que está el bebé.
4- El chupete
Todos los recién nacidos y lactantes tienen la necesidad de chupetear no
sólo para alimentarse, sino porque les aporta tranquilidad.
Si el recién nacido toma lactancia materna, no es aconsejable usar el
chupete hasta que no haya aprendido a mamar bien, al menos a partir de
las dos semanas más o menos, ya que la forma de succión es diferente y
puede confundir al recién nacido.
El modelo de chupete debe de cumplir los requisitos de seguridad, debe
ser de una pieza, con una base grande para que no le entre entero en la
boca, y una arandela de la que poder tirar. Pueden ser de látex o silicona,
anatómicos, de bordes redondeados y no deben tener elementos
desmontables pequeños. Si es de caucho, hay que cambiarlo cuando se
vea desgastado.
Se debe hervir o esterilizar una vez al día y lavar con agua y jabón cuando
se caiga o ensucie. No es conveniente poner cadenas ni imperdibles para
evitar accidentes. No embadurnar con miel, azúcar o líquidos azucarados.
5- El peso
En la primera semana de vida, la mayoría de los recién nacidos pierden el
10% de su peso al nacer, recuperándolo rápidamente.
Lo habitual es que un bebé gane al mes unos 600 gramos, aunque no suele
ser gradual, por lo que no debemos alarmarnos si una semana hace
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mucho peso y a la siguiente poco. Generalmente, a los seis meses el
lactante ha duplicado su peso al nacer.
La pesada se debe realizar siempre en el mismo peso, sobre la misma hora
y con ropita de parecido peso para poder tener una idea de su desarrollo.
El pediatra lo pesará desnudo para obtener un peso real.
6- Paseos y exposición al sol
Hay que dedicar un tiempo diario al paseo, evitando las horas más
calurosas y frías del día, según la época del año.
Se paseará por lugares pocos ruidosos y sin contaminación, evitando los
sitios cerrados y de aglomeraciones, como centros comerciales.
No deben ser expuestos directamente al sol sin ropa antes de los seis
meses por el riesgo de quemarse.
EL MASAJE
El tacto juega un papel muy importante en el desarrollo del bebé,
aportándole seguridad y confianza. El niño al que han tocado
afectuosamente, se siente más querido y seguro durante toda su vida.
Con el masaje los bebés van corrigiendo la posición fetal, estiran los
músculos, aprenden a coordinar movimientos y adquieren flexibilidad. Les
ayuda a descargar la tensión e irritabilidad, con lo que duermen mejor y
ganan peso. Calma el dolor de tipo cólico y problemas digestivos.
Fomenta el contacto del bebé con sus seres queridos en un ambiente
relajado, esencial para el desarrollo de vínculos afectivos. Para hacer el
masaje, hay que elegir un momento de relax, tanto para el bebé como
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para quien lo realiza, siendo lo ideal después del baño. Si el bebé está
llorando, o no se siente cómodo con el masaje, se dejará para otro
momento.
La temperatura de la habitación será algo más elevada entre 22-24º C, ya
que se encontrará sin ropa, debiendo evitar cambios bruscos y corrientes
de aire. Colocaremos una toalla sobre una superficie suave y segura
donde tumbar al bebé y tendremos al alcance de la mano pañales y aceite
suave para bebés, tipo aceite de almendras.
En recién nacidos, el masaje se hace con compresiones moderadas, y a
partir del mes, ya toleran el masaje completo. Los movimientos deben ser
suaves, intensos y muy lentos, repitiendo varias veces cada maniobra.
La técnica que vamos a describir está basada en el masaje Shantala que se
inició en la India y se ha extendido a toda Europa por sus reconocidos
beneficios.
Para dar el masaje nos lavamos las manos y quitamos anillos, pulseras y
todo lo que pueda dañar al bebé. Colocamos al bebé de forma que nos
mire a la cara. Nos impregnamos las manos con una generosa capa de
aceite, que calentaremos friccionado las manos, cada vez que sea
necesario para que las manos resbalen suavemente sobre la delicada piel
del bebé.
Comenzaremos por el pecho, en sentido descendente para favorecer su
relajación, dejando para el final la cara que es la parte más sensible.
Realizaremos toques ligeros, pidiendo permiso, y aumentaremos la
presión a medida que el bebé se vaya acostumbrando al masaje:
El pecho.- Ponemos las manos abiertas sobre el pecho del bebé, como un
libro abierto, haciendo una ligera compresión y las desplazamos
lentamente hacia los brazos, volviendo de nuevo al pecho.
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Ahora colocamos la mano derecha sobre el hombro derecho y bajamos
hasta el costado contrario y a continuación hacemos lo mismo desde el
otro hombro alternativamente, dibujando una X sobre el pecho:
Los brazos y manos.- Con una mano levantamos el bracito del bebé en
vertical y con la otra hacemos un anillo con los dedos pulgar e índice que
va moviéndose desde el hombro a la muñeca, cambiando de mano
alternativamente.
A continuación sujetamos el bracito con ambas manos una tras otra y
movemos cada mano en sentido contrario con movimientos rotatorios
desde el hombro a la muñeca, como si estuviésemos amasando:
Cogemos la manita con las nuestras y hacemos presión sobre su palma
con nuestros pulgares. Al llegar a los dedos, amasamos y estiramos cada
uno por separado.
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Deja que el bebé se agarre a tu mano, sobre todo cuando más pequeño
sea, para aportarle seguridad.
Repetimos con el otro brazo:
El abdomen.- Colocamos las manos abiertas sobre la “barriguita” del
bebé, una tras otra, arrastrando hacia abajo con una ligera presión.
Seguimos comprimiendo con una mano la “barriguita” mientras que con la
otra estiramos y flexionamos las piernas sujetas por los tobillos para
facilitar la expulsión de gases.
Ahora, hacemos movimientos rotatorios, en el sentido de las agujas del
reloj, de izquierda a derecha y con las puntas de los dedos hacemos
presión como si caminásemos sobre la “barriguita”, siempre de izquierda a
derecha para prevenir el estreñimiento:
Las piernas y pies.- Igual que los brazos, primero amasamos y luego
rotamos, haciendo presión con los pulgares sobre la planta del pie, y
estirando los deditos uno a uno:
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La espalda.- Colocamos al bebé boca abajo, transversalmente. Ponemos
las dos manos sobre sus hombros, en ángulo recto con respecto a la
columna y las vamos deslizando con movimientos de vaivén, como si
estuviésemos limpiando la espalda, desde los hombros hasta el “culito”,
Después colocamos la mano izquierda sobre los hombros y la vamos
bajando haciendo presión, mientras la derecha sujeta el culito, para
terminar haciéndolo igual desde el “culito” hasta los pies:
La cara.- Aquí los movimientos deben ser muy suaves y no debemos
insistir si el bebé los rechaza. Primero colocamos las manos a los lados de
la cara para que sepa que le vamos a masajear. Comenzamos por la frente,
acariciando con los pulgares desde la nariz a lo largo de las cejas y
volvemos.
Continuamos bajando y subiendo por la nariz y seguimos hasta los
pómulos, volvemos a los lados de la nariz y acariciamos los labios
superiores y luego los inferiores, con movimientos ascendentes, para
acabar en las mandíbulas, ésta vez con movimientos circulares, lo que les
aporta un gran descanso, sobre todo cuando están echando los dientes:
Una vez acabado el masaje, cogemos en brazos a nuestro bebé y le
decimos lo mucho que lo queremos.
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LA ALIMENTACIÓN
Aunque a partir de los 5 meses se puede iniciar la alimentación
complementaria, soliendo comenzar por los cereales sin gluten, la leche
es la base de la alimentación del lactante hasta los 6 meses. Distinguimos
tres tipos de lactancia:
− Lactancia materna exclusiva. Es la más aconsejable para el bebé, ya
que es la leche que mejor asimila, aportándole defensas e
incrementando el vínculo afectivo con su madre. La OMS
recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses.
− Lactancia mixta. Cuando se introduce un complemento con leche
artificial a la lactancia materna.
− Lactancia artificial. Cuando sólo se da leche maternizada adaptada.
1-Lactancia materna
La leche materna es el alimento ideal
para el bebé, debiendo ser puesto al
pecho lo antes posible tras el parto, ya
que el contacto del recién nacido con el
pecho y su succión estimula la
producción de leche.
La primera leche se llama calostro, es muy concentrada y amarillenta y su
composición es la adecuada para satisfacer las necesidades del recién
nacido los primeros días de vida. Poco a poco, la leche materna va
adquiriendo un color más claro, aumentando la cantidad, hasta llegar a la
producción de leche madura.
En los primeros días el ritmo de las tetadas suele ser muy irregular, hasta
que el recien nacido aprende a mamar y la madre tiene un aporte de leche
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adecuado, oscilando entre 8-14 veces al día, hasta llegar a las tomas cada
3-4 horas descansando por la noche.
Al igual que durante el embarazo, la madre no debe consumir alcohol ni
tabaco, se alimentará y descansará adecuadamente y tomará abundantes
líquidos para favorecer la producción de leche.
Antes de dar el pecho, la mamá debe lavarse las manos y el pezón si se ha
puesto alguna crema. Al acabar la toma, es aconsejable extender una gota
de leche sobre el pezón para curtirlo y protegerlo, sin ser necesario lavarlo
al dar el pecho.
La lactancia materna es a demanda y cada bebé necesita un ritmo
diferente. Es aconsejable dejar mamar al bebé en un pecho hasta que lo
suelte para que tome tanto la leche del comienzo, más ligera, como la
posterior, más rica en grasa, ofreciéndole después el otro pecho. Ente un
pecho y otro se debe hacer una pausa de tiempo para que el bebé expulse
gases. Es aconsejable ofrecer siempre los dos pechos, aunque se quede
satisfecho con uno sólo, pero sin forzar.
En la siguiente toma se comienza por el último pecho ofrecido para
favorecer su correcto vaciado y producción de leche.
La postura para dar el pecho será la más cómoda para madre e hijo,
poniendo especial cuidado en la espalda de la madre. El bebé debe coger
pezón y areola, con ambos labios evertidos (hacia afuera), para una
correcta succión.
La leche materna se puede extraer con una mamadera esterilizada y
almacenar para su posterior uso.
La leche extraída dura más o menos tiempo según la forma de
conservación:
− 48 horas en frigorífico.
− Hasta 6 meses en congelador.
La congelación se debe realizar inmediatamente tras la extracción.
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Una vez descongelada, la guardaremos refrigerada, más o menos tiempo
según la forma en que se haya descongelado:
− 24 horas si se ha descongelado en el frigorífico.
− 4-6 horas si se ha descongelado a temperatura ambiente.
− No se almacena si se descongela al baño María.
Los recipientes donde se guarde la leche deben estar rotulados con la
fecha y hora de extracción para usar los más antiguos y deben estar
esterilizados para que la leche no se contamine.
Nunca se calentara en el microondas, ni se dejará hervir para que no
pierda propiedades. Se calentara al baño María (introduciendo el biberón
en agua caliente) o a temperatura ambiente.
Se pueden mezclar varias leches de diferente fecha siempre que estén a
la misma temperatura.
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2-Lactancia mixta
Es la alimentación combinada de leche materna y
artificial, utilizada cuando la leche materna es
insuficiente y hay que suplementarla con leche
artificial maternizada.
3-Lactancia artificial
Es la alimentación con leche maternizada que
cubre todas las necesidades nutricionales del
bebé, siendo el pediatra quien indique el tipo
de leche y la cantidad que debe tomar.
En este tipo de alimentación es muy
importante la preparación de los biberones:
− Lavarse las manos.
− Utilizar biberones con escala graduada visible.
− Usar tetinas suaves que se adapten a la succión del bebé, con un
agujero suplementario para no crear vacío en el biberón.
− Lavar el biberón y la tetina con agua y jabón y esterilizarlos por
ebullición o con cualquier método para esterilizar.
− Es recomendable preparar el biberón en cada toma, pero si se van a
dejar preparados se deben guardar en el frigorífico, no más de 24
horas, calentándolos antes de la toma.
− Comprobar la temperatura echando unas cuantas gotas de leche en
el dorso de la mano.
− Se preparan en la proporción de 30cc de agua por cada cacito raso
de leche, echando siempre primero el agua. Si el agua es del grifo,
debe ser hervida previamente.
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− Desechar la leche sobrante, sobre todo si se ha calentado, para
evitar contaminaciones.
DESARROLLO PSICOMOTRIZ
Los primeros seis meses son muy importantes para el correcto desarrollo y
madurez del bebé, diferenciándose desde los 0-3 meses, que son de
adaptación y desde los 4-6 meses que son de conocimiento, por lo que es
muy importante que tanto padres como cuidadores conozcan estas etapas
para poder ayudarles en su aprendizaje de forma segura y relajada.
A continuación vamos a detallar los rasgos más significativos de cada mes
y los juegos que podemos hacer para ayudar a nuestros bebés a
conseguirlos, siempre teniendo en cuenta que cada recién nacido es una
personita independiente que tiene su propio ritmo de aprendizaje y no
hay dos niños iguales, sin que ello signifique que si no lo consiguen
presenten algún tipo de retraso, sino que hay que comentárselo al
pediatra para que lo valore.
Periodo de adaptación:
Primer mes
− Se pasa casi todo el tiempo durmiendo.
− Mantiene la cabeza durante unos minutos cuando está boca abajo.
− Llora cuando tiene hambre, está sucio o incómodo.
− Se tranquiliza cuando escucha una voz conocida.
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− Reconoce los sonidos, olores y objetos colocados a 30 cm de
distancia.
− Solo ve sombras y diferencia zonas oscuras y claras.
− En este periodo, podemos hablarles, cantarles, llamándolos por su
nombre, hacer piel con piel, darles masajes después del baño,
acunarlos, ponerles música y diferenciarles el día y la noche con
cambios de actividad en su rutina.
Segundo mes
− Responde con sonrisas cuando les hablan.
− Les llama la atención los objetos de colores vivos y son capaces de
seguir con la mirada a una persona u objeto colocados a 30cm.
− Mantiene las manos abiertas.
− Sus movimientos son involuntarios y torpes, se chupa la mano y
puede sujetar objetos, pero no cogerlos y soltarlos.
− En este mes podemos ponerlos boca abajo un ratito para que
tonifiquen los músculos de la espalda y ofrecerles un juguete que
les llame la atención. Boca arriba, les acercaremos un juguete de
colores o nuestra cara, moviéndolo de lado a lado para que se fijen
en él.
Tercer mes
− Le toca la cara y tira del pelo a quien se le acerca.
− Boca abajo se sostiene sobre sus brazos y levanta la cabeza,
pudiendo darse la vuelta y ponerse boca arriba.
− En brazos mantiene la cabeza firme.
− Juega con sus manos y responde con sonidos cuando se le habla.
GUÍA DE CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO 26
− En este mes podemos jugar con ellos pasándoles sus manitas por la
cara (michi gatito), hablarles esperando que nos contesten con
ruidos (ajo) y cambiándoles el tono de voz, hacer que sigan objetos
con la mirada.
Si a los tres meses el bebé no es capaz de sonreír, sostener la cabeza,
fijar la mirada, o mantiene las manos cerradas incluido el pulgar la
mayoría del tiempo, debemos consultar con el pediatra.
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Periodo de conocimiento:
Cuarto mes
− Se ríe a carcajadas.
− Deja de llorar al ver el biberón o el pecho cuando le toca comer.
− Cuando se le pone un objeto en la mano, se lo lleva a la boca.
− Intenta coger objetos que estén a 15cm y vuelve la cabeza al
escuchar ruidos.
− En este mes podemos colocar juguetes móviles en los sitios donde
estén (porta-bebés, cuna) para que los coja, ponerles música y
canciones infantiles, jugar con ellos y hacerles reír y hablarles
mirándoles a los ojos. Sus juguetes deben ser blandos y de tamaño
mediano (peluches).
Quinto mes
− Es capaz de coger objetos voluntariamente y sacudirlos.
− Boca abajo levanta el tórax y mantiene la cabeza.
− Descubre sus pies y juega con ellos pataleando.
− Le gusta estar con otros niños y que le hablen, emitiendo grititos
cuando está contento.
− Reconoce a las personas de su entorno.
− Con ayuda, se mantiene un ratito sentado con almohadones.
− En este mes podemos colocarlos debajo de un gimnasio infantil,
levantarlos en alto para que pataleen, hacerles el avión y el
caballito.
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Sexto mes
− Se coge los pies, le gusta patalear y llevarse los pies a la boca.
− Sentado, se cae de lado.
− Responde con sonidos cuando oye una voz conocida.
− Tira el juguete que tiene en la mano para coger otro.
− Muestra interés por la textura y forma de los juguetes, los golpea y
tira al suelo.
− En este mes podemos ponerlos en una alfombra de actividades
(texturas, sonidos, formas), cantarles canciones con rima, ponerles
prendas con cascabeles en los pies para que suenen cuando
patalean, sentarlos durante un rato con almohadones para que no
se caigan.
Si a los seis meses el bebé no demuestra interés por su entorno o coger
objetos, no utiliza alguna de sus manos, tiene movimientos escasos o
mal controlados o tiene escasas respuestas a los estímulos, debemos
consultar con el pediatra.
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PROBLEMAS Y ENFERMEDADES MÁS FRECUENTES
En el día a día del recién nacido y lactante, hay situaciones que angustian
a sus padres y cuidadores pero que no tienen importancia y otras que
deben ser consultadas al pediatra e incluso acudir a urgencias.
1-Problemas sin repercusiones
Hipo y estornudos. Son normales en los recién nacidos y lactantes. El hipo
se produce por una expulsión incompleta de gases, desapareciendo
haciéndoles eructar o succionar.
El estornudo es una reacción de la mucosa nasal cuando se irrita,
sirviéndole para mantener despejada la nariz, sin significar forzosamente
un resfriado.
Menstruación y flujo. Las niñas recién nacidas pueden tener una pérdida
hemorrágica o flujo blanquecino debido al paso de hormonas maternas a
través de la placenta durante el embarazo.
Costra del lactante. Es una capa de escamas que
aparecen en el cuero cabelludo del recién nacido que no
causan molestias. Para retirarla hay que reblandecerlas
con vaselina o aceites especiales.
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2-¿Cuándo ir al pediatra?
Obstrucción ocular. Una continua aparición de lágrimas, legañas,
enrojecimiento o edema puede ser signos de obstrucción del lagrimal.
Obstrucción nasal. Es normal durante los primeros días de vida. Si se
prolonga, hay que consultar al pediatra.
Muguet. Son manchas blanquecinas en las paredes de
la boca y en la lengua producida por hongos, dolorosas
y que dificultan la alimentación del recién nacido y
lactante.
Tumefacción mamaria. En los primeros días de vida puede haber un
aumento del tamaño del pecho e incluso segregar unas gotitas de leche,
debido a las hormonas maternas transmitidas al recién nacido. Nunca se
debe apretar y consultaremos al pediatra si las mamas se ponen rojas,
calientes o dolorosas, para descartar mastitis.
Retraso en la emisión de orina. Puede ser normal en las primeras 24-48
horas de vida por el poco aporte de alimento, debiendo acudir al pediatra
si se prolonga por más tiempo.
Rechazo del alimento. Puede deberse a una adaptación a la dieta, pero si
rechaza más de tres tomas seguidas puede ser signo de una infección.
Vómitos y regurgitaciones. Las regurgitaciones son bocanadas de leche
repetidas, sin fuerza y tras la alimentación.
Los vómitos se producen de una sola vez, con fuerza y con frecuencia
precedidos de náuseas.
Ictericia. Coloración amarillenta de la piel y de los ojos
que suele aparecer a los dos o tres días de vida. Se debe
consultar al pediatra, sobre todo si se extiende por el
cuerpo y las piernas y la coloración es muy intensa.
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Diarreas. Aumento del número de las deposiciones, o disminución de su
consistencia, diferenciándose de las deposiciones normales de lactancia
materna. Pueden ir acompañadas de dolor abdominal de tipo cólico
(“retortijones”) y de moco o sangre.
Procesos respiratorios. La mayoría de las veces son producidos por virus,
siendo el más común el virus respiratorio sincitial (VRS). Las afecciones
van desde un resfriado hasta una bronquiolitis, infección que afecta a los
bronquios finos de los pulmones, los bronquiolos, que da lugar a una
respiración más rápida y quejumbrosa, con aleteo nasal, pitos y cansancio
al respirar y durante la alimentación.
3-¿Cuándo ir a urgencias?
Convulsiones. Movimientos anormales de aparición brusca, de una parte
del cuerpo o general. Pueden aparecer por fiebre elevada, deshidratación
o epilepsia.
Deshidratación. Habitualmente se presenta en cuadros de gastroenteritis
(vómitos, diarrea, fiebre) y los síntomas son bebés decaídos o muy
irritables, que no admiten líquidos, pálidos, con los ojos hundidos y la boca
seca.
Alteraciones neurológicas. Si el recién nacido está rígido o flojo, con cara
inexpresiva, como ausente, adormecido y pálido.
Fiebre. Hablamos de fiebre cuando la temperatura axilar es superior a 38º
C.
Ante la fiebre, desnudaremos al bebé y aplicaremos compresas de agua
fresca, sobre todo en la frente, nuca, codos y rodillas, y refrescaremos la
habitación donde está el recién nacido o lactante.
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Se harán baños de esponja, sin sumergir al bebé en el agua para evitar que
el recién nacido tenga una impresión brusca y pueda convulsionar. Si
fuese necesario hacerlo, el agua debe estar a la misma temperatura que
siempre, dejándola que se enfríe por sí sola.
No aplicaremos friegas o compresas con alcohol ya que puede absorber a
través de la piel y producir escalofríos o una bajada rápida de
temperatura, ante lo cual el organismo responde subiendo la
temperatura. También puede producir intoxicación por inhalación cuando
se evapora.
Acudiremos a urgencias:
− Si es la primera vez que tiene fiebre.
− Si el recién nacido tiene menos de dos meses.
− Si no cede tras 24 horas a pesar de dar antitérmicos.
− Si el recién nacido está flojo, muy dormido, rechaza el alimento o
tiene vómitos o convulsiones.
Caídas. Cuando producen deformaciones en alguna parte del cuerpo,
pérdida del conocimiento, somnolencia,
vómitos o heridas profundas.
Cianosis. Coloración azulada de la piel, en
lengua, labios, mamilas o lecho ungueal.
Dificultad respiratoria. Si el bebé tiene tos que le ahoga, de repente no
puede respirar o la respiración es ruidosa, con aleteo nasal, se marcan las
costillas al respirar y se cansa durante la alimentación.
Abombamiento abdominal. La “barriguita” se pone dura, con gran dolor,
vómitos, estreñimiento o deposiciones con moco o sangre, ya sea de
forma brusca o progresiva.
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Quemaduras. Ante una quemadura, retirar la ropa que se pueda, sin
forzar, cubrir con paños de agua fría, abrigar con una manta y llevar al
hospital. Nunca poner cremas o remedios caseros.
Si se produce por sustancias químicas, retirar la ropa, lavar bajo el grifo de
agua fría al menos 20 minutos, cubrir con gasas y llevar el envase o
etiqueta del producto que la ha causado.
Atragantamiento. Cuando el bebé se atraganta, bien durante la
alimentación, o por haberse tragado algún objeto, debemos hacerle toser
para que resuelva el atragantamiento por sí sólo e intentar retirar con el
dedo el objeto que lo atraganta, solo si se puede ver.
Si la tos es débil o el atragantamiento no se resuelve pronto, llamaremos a
urgencias o lo trasladaremos al hospital.
Mientras se realiza su traslado o llega el médico, se puede practicar la
maniobra de Heimlich para lactantes:
− Inclinar al bebé boca abajo sobre el antebrazo, con la barbilla
apoyada en la mano, en un ángulo de 45º y darle cinco golpes
seguidos en la espalda, entre las paletillas, con el talón de la mano.
− Si no se resuelve, colocarlo boca arriba en la misma inclinación, con
la cabeza ladeada y apretar en el centro del pecho, dos dedos por
debajo de los pezones, con los dedos índice y medio cinco veces.
Repetir estas dos maniobras hasta llegar al hospital.
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VACUNACIONES
Las vacunas ofrecen protección eficaz contra un importante número de
enfermedades infectocontagiosas, la mejor forma de prevención es la
vacuna. Por ello se recomienda vacunar a todos los niños y niñas desde su
nacimiento hasta los 14 años. Se debe seguir el Calendario Vacunal, que se
modifica anualmente, de acuerdo con las evidencias científicas.
Con las vacunas, aportamos gérmenes atenuados o toxinas que ellos
producen, para que el organismo pueda responder ante una agresión de
forma más leve y con muchas menos complicaciones que si sufriese la
enfermedad, pero siendo capaz de producir los mismos anticuerpos que
nos protegen contra ellas.
Es muy importante insistir en que los lactantes sean vacunados
correctamente para evitarles enfermedades muy graves y con grandes
complicaciones para ellos.
Las vacunas se administran siguiendo el calendario vigente en la
Comunidad Autónoma, según las edades del lactante y niños. Para ello,
hay que pedir cita en su Centro de Salud.
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BIBLIOGRAFIA
- Blume- Peytavi U, Hauser M, Stamas G.N, Pathirana D, García Bartels N. Skin care
practices for newborns and infants: review of the clinical evidence for best parctices.
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profesionales de la salud.
- UNICEF. Manual de la Lactancia Materna. UNICEF Ecuador, 2012.
- Corkille D. El niño feliz. Su clave psicológica. Editorial Gefisa, Barcelona. 2004.
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intervention. Infant and young children; 2000; 13(1): 25-39
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