Revista de extensión agraria - Ministerio de Agricultura

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NUEVAS ACTIVIDADES
DE LA MUJER RURAL
Ir
amplio contingente de la población femenina rural que no encuentra ocupación
en la agricultura, o que no desea realizar faenas en el campo, tropieza con serias dificultades cuando pretende desarrollar una actividad productiva sin abandonar su pueblo. Las
Agencias de Extensión Agraria iniciaron recientemente, en este sentido, una labor que
está tomando considerable impulso. He aquí
unos ejemplos que muestran cómo la población femenina rural, convenientemente adiestrada, efectúa trabajos al margen de la actividad agraria, que le permiten obtener unos
ingresos económicos, que destina a fines diversos.
MONTANCHEZ (Cáceres)
Cuando los jóvenes del Plantel de Extensión
Agraria de Montánchez, COMo tarea de interés comunitario, decidieron construir un parque, tropezaron con las habituales dificultades
económicas. Su prestación personal desinteresada no iba a ser suficiente; necesitaban adquirir verjas, pinturas, ladrillos, etc., y no disponían de recursos económicos. A la hora de buscar ayuda, se dirigieron a las jóvenes de la localidad, y éstas se brindaron a realizar trabajos manuales para su venta en la tómbola que
los muchachos instalaron.
Durante dos semanas, las Agentes de Economía Doméstica de Mérida y Trujillo adiestraron a 30 jóvenes de Montánchez en la confección de muñecos de fieltro, bordados, trabajos con junco, etc. La colaboración finalizó
con éxito y el parque de Montánchez es una
realidad.
Las jóvenes del pueblo (276, entre quince y
veintitrés años) pensaron entonces si la actividad esporádica realizada podría tener continuidad, y si esto significaría la obtención de
unos ingresos económicos que les permitiesen
continuar a algunas de ellas en el pueblo, en
vez de salir de él en busca de trabajo.
Estudiaron la posibilidad de hacer tricotado,
idea que abandonaron a la vista de previsibles
dificultades de mercado; por el mismo motivo
desecharon la muñequería, terminando por elegir la confección, con venta concertada a unos
almacenes de Mérida. Con este objetivo, el 31
de marzo de 1969, inicialmente integrada por
17 socios, se constituyó la Cooperativa del Santo Angel de la Guarda.
Las Hermanas de esta Orden les cedieron
el local necesario, donde se instalaron dos máquinas de uso doméstico y otras dos de tipo
industrial, cedidas temporalmente por los almacenes.
La necesidad de capacitar para esta actividad industrial a las nuevas asociadas (el grupo era ya de 29) hizo conveniente solicitar del
Ministerio de Trabajo un curso de confección
industrial, que se desarrolló, con 15 alumnas,
entre enero y abril de 1970.
Urgía adquirir máquinas y una rematadora.
Como no disponían de medios económicos,
realizaron esta operación a plazos, con el compromiso de abonar mensualmente 20.000 pesetas.
A medida que adquirían experiencia, estas
jóvenes eran cada vez más exigentes consigo)
mismas, hasta llegar al convencimiento de que
podían realizar trabajos de creciente complejidad y, desde luego, más perfectos. Actualmente disponen de:
Pesetas
14 máquinas industriales de puntada invisible ... 3 máquinas industriales de punta..
da en línea ...
1 remalla:lora
.• ••
300.00:;
46.000
91.300
en enero de 1971 otro curso de formación, al
que asistieron 15 alumnas. Proyectan establecer dos turnos de siete horas, con el fin de
utilizar más intensamente las máquinas y dis"Influir así las cargas de su amortización.
Por lo que se refiere a la administración,
cuando cobran el importe de las prendas confeccionadas, deducen en primer lugar los gastos y un 15 por 100 para fondos de reserva,
así como un 10 por 100 para el fondo de obras
sociales, repartiendo el resto entre las asociadas, en proporción a las horas trabajadas.
Las remuneraciones que obtienen varían según el tipo de prendas. Durante los últimos
meses hubo oscilaciones entre 1.500 y 3.500
pesetas mensuales, cantidades a las que habría
que agregar 1.000 pesetas mensuales de cada
asociada, que dejan para el pago de las máquinas hasta finales de 1971, fecha en la que esta
obligación quedará cancelada.
HUERCAL-O VERA(Almería)
Total
... 437.300
Adquirieron también otros accesorios, como
cestos de costura, reloj de pared, equipo de
música, uniformes, etc.
Como la marcha del grupo era ascendente,
decidieron admitir nuevos socios comenzando
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En Huercal-Overa (Almería), se pensó que
la artesanía podría proporcionar los ingresos
suficientes para liberar a la mujer de los duros trabajos agrícolas que venían realizando.
Con este fin, 26 mujeres constituyeron una
cooperativa artesana.
Como primera actividad, se comenzó con la
confección de prendas por un grupo de jóvenes, al tiempo que otras jóvenes (24) se capacitaron en un curso de muñequería.
Iniciadas las gestiones de comercialización,
una firma extranjera les solicitó 300 muñecas
diarias, a un precio que oscilaba entre 200 y
250 pesetas, según el traje regional que ostentasen.
Por otra parte, el grupo que prosigue la actividad de confección obtiene una remuneración que va de 160 a 180 pesetas diarias. Otro
grupo de mujeres, asesoradas por las Agentes
de Economía Doméstica, se ejercita en la confección de objetos de hilo de pita.
CARA VACA DE LA CRUZ (Murcia)
En 1969, al iniciarse las actividades dirigidas
a la población femenina de la comarca murciadas de Caravaca, se observó que, sin descuidar la atención a la mejora del hogar, eran
numerosas las mujeres que deseaban aportar
a la economía familiar nuevos ingresos mediante la realización de trabajos no agrícolas.
Fue en Cañada de la Cruz, localidad de la
pedanía de Moratalla, donde se detectó por
vez primera ese deseo bien definido y allí se
puso de manifiesto la posibilidad de satisfacerlas. Entre las soluciones estudiadas por el
grupo, se consideró el tricotado como la más
sugestiva; el paso siguiente fue un viaje a Cehegin, donde un grupo femenino venía realizando este mismo trabajo.
Después se mantuvo contacto con una industria para conseguir la venta de la produc-
ción. Ya en septiembre siguieron un curso para capacitarse en el manejo de máquinas, y
en octubre comenzaron a trabajar prendas de
lana, obteniendo una remuneración que oscila alrededor de 210 pesetas diarias.
Esta actividad fue iniciada con máquinas adquiridas por las interesadas, que disponen en
la actualidad de ocho. Posteriormente inician
este trabajo varias jóvenes de Archivel y en
la actualidad 13 jóvenes del Plantel de Benizar se adiestran en un nuevo curso. En este
caso se pretende que las interesadas se organicen de modo cooperativo.
Los grupos señalados no son excepcionales
y ponen de manifiesto el esfuerzo que buena
parte de la población rural femenina está dispuesta a realizar para efectuar actividades productivas, sin salir de su pueblo; es decir, para
dejar la agricultura sin abandonar el medio
rural.
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