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MOLINA GONZÁLEZ
EL CAMBIOMANUEL
DE MENTALIDAD
SOBREFILOLOGÍA
LA NATURALEZA AMERICANA
EN PROSAS PROFANAS DE RUBÉN DARÍO
MANUEL MOLINA GONZÁLEZ *
A través de los fuegos divinos de las vidrieras
historiadas, me río del viento que sopla
afuera, del mal que pasa
Rubén Darío, Palabras Liminares
RESUMEN
ABSTRACT
PRÉCIS
La naturaleza americana ha
sido motivo literario -hasta convertirse en tópico- desde los primeros escritos de Colón hasta nuestros días. En
este artículo se realiza una visión histórica de este hecho; cómo se va transformando la visión de la naturaleza
según las corrientes de pensamiento
dominantes. El mundo indómito y salvaje que descubren los conquistadores acaba transformado en exotismo e
idealización en el primer Modernismo. A partir de la segunda etapa de
este movimiento, en que vuelve su
atención sobre lo cercano en detrimento de lo clásico, la naturaleza americana es un lugar todavía sin explotar,
con enormes posibilidades. Se descubre su potencialidad, su relación literatura-vida.
Rubén Darío emprende a partir
de la publicación de Prosas profanas
el “camino de vuelta” hacia una
literatura más humana y cercana al
mundo que le vio nacer; es el iniciador
de esa corriente que llega a nuestros
días. No se trata de una literatura
realista sino creada a partir de motivos
reales.
American nature has been
a literary motif -eventually
developing into a literary clichéfrom the time of Columbus’ first
works up to present day. In this
article I present a historical outline
of this fact: how the image of nature
develops according to the relevant
currents of thought. The wild and
unknown world discovered by the
conquistadores ends up being
transformed into exoticism and
idealization in the first phase of “Modernismo”. From the second phase
of this movement onwards, the
stress is laid on proximity as
opposed to clacissism and American
nature becomes an unexplored place with enormous possibilities. Its
great potential and the relationship
literature-life is then discovered.
After the publication of his Prosas
Profanas Rubén Darío takes a “return
journey” towards a more humane
literature, a literature closer to the
world of his childhood. He is the
initiator of this literary current,
which is still relevant nowadays. We
are not talking about literary
La nature américaine a été
thème littéraire -dévenant
fréquemment un cliché- dès les
premiers écrits de Colomb jusqu’à
nos jours. Ici on réalise une
description historique de ce fait ;
comment la nature se décrit de
façon différente d’après les
courants de la pensée qui
dominent à chaque époque. Le
monde indomptable et sauvage
des conquérants devient de
l’exotisme et idéalisation dans le
prmier Modernisme. Dès la
deuxième étape de ce mouvement,
où il se fixe sur le proche oubliant
le classique, la nature américaine
est un lieu sans découvrir, avec
d’énormes possibilités. On
découvre la rélation littérature-vie.
Rubén Darío entreprend, à partir
de la parition de “Prosas
Profanas”, le chemin de retour
vers une littérature plus humaine
et proche au monde où il est né,
étant l’initiateur de ce courant qui
arrive jusqu’à nos jours. Il ne s’agit
point d’une littérature réaliste
mais d’une littérature crée à partir
de faits réels.
realism, but rather a literature
created from real facts.
Ya desde el tiempo de los conquistadores la naturaleza cobra gran importancia
para los escritores-cronistas que se enfrentan con una nueva realidad, a la vez que
* IES Sierra de Cazorla
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con una nueva naturaleza, con el impedimento que supone buscar nuevos significantes
para nuevos significados. Esta nueva realidad se resuelve desde Colón con la utilización de metáforas o símiles conceptuales que evoquen o asemejen las realidades de la
península1 o variedades europeas parecidas como son los libros de caballerías o las
nuevas teorías de la naturaleza del Renacimiento italiano2.
Los cronistas descubren también la naturaleza humana que ocasiona la controversia, es decir, la lucha contra el indígena poblador de esa naturaleza; escudados
en el interés económico del viaje a Indias o posteriormente en los mitos de El Dorado,
Las Amazonas o El País de la Canela (que también son intereses económicos al fin y al
cabo, desdoblados). De aquí surgen características esenciales para la comprensión de
esa naturaleza de la América hispana como son su voracidad (vorágine), conformada
en lo mítico o telúrico, enormes posibilidades de explotación de las materias primas
que la componen, identificación del espacio suelo con el de idiosincrasia, etc.3
No obstante, hemos de señalar que el tratamiento es distinto en las relaciones
humanas de la naturaleza con el hombre, según sea éste indígena o europeo. Dentro
de esta relación es significativa la obra naufragios de Alvar Núñez “Cabeza de Vaca”
donde se da constancia en ocasiones de forma cruenta de esa lucha durante diez años
en territorio sin explorar4.
Otro ejemplo significativo es la visión de esa naturaleza por parte del Inca
Garcilaso; primero defensor de ella desde la perspectiva del inca americano y luego
desde la óptica e ideología castellana. El tema de la naturaleza es tratado por primera
vez con miras indigenistas o americanistas.5
El caso de Alonso de Ercilla es totalmente distinto. La naturaleza es “espacio
bélico” en sentido literal. Es el lugar donde se mueve la conquista dirigida hacia el
poblador autóctono convertido en enemigo: el indio. A su vez la lucha contra éste
procura el “mérito”. La naturaleza dominada produce beneficios a corto y medio
plazo: el territorio y las posibles recompensas en la corte .6 Es el sueño del conquistador.
El caso contrario lo supone el padre Bartolomé de Las Casas7 como primer
defensor europeo de la naturaleza del continente americano; hecho éste molesto para
la conquista sin escrúpulos y origen de cierta leyenda negra proveniente de los conquistadores de origen británico.
Pero será con las ideas filosóficas de la Ilustración Francesa y la alabanza del
lugar salvaje por parte de Voltaire o Rousseau cuando la naturaleza cobre su mayor
1
Menéndez Pidal , La lengua de Cristóbal Colón, Espasa-Calpe, Madrid. O se puede consultar el original Colón, Cristóbal
Diario del descubrimiento, estudios, ediciones y notas de Manuel Alvar, De. Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas,
1976, 2 vols. con edición paleográfica, facsímil y actualizada.
2
Burckhard, Jacob , Die Kultur der Renaissance in Italien , SARPE, Madrid, 1985 [ Trad. Jaime Ardal]
3
Sirvan como referente las cartas de Hernán Cortés al rey de Castilla, Cartas y documentos, Introducción y recopilación de
Mario Hernández Sánchez-Barba, ed. Porrúa, México, 1963; o las del mismo Colón justificando las posibilidades de
explotación de esa tierra cuasi virginal.
4
Núñez “Cabeza de Vaca”, Alvar , Naufragios y comentarios, historiadores primitivos de Indias, B.A.E., vol. XXII, Madrid,
1946
5
De la Vega, Garcilaso “El inca” , Obras Completas, edición y prólogo de Ángel Rosenblat, Ed. Emecé, Buenos Aires, 1944
6
Ercilla, Alonso de , La Araucana , de. De Marcos a Morinigio e Isaías Lerner, Castalia, Madrid, 1980, 2 vols.
7
De Las Casas, Bartolomé , Brevísima relación de la destrucción de Las Indias, B.A.E. Vol CX, Madrid, 1958
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importancia. A esta ideas se unen las de los jesuitas expulsados que unieron los
términos Patria y Naturaleza en sus obras desde el exilio; preferentemente desde
donde fueron acogidos.8
La geografía americana es completamente distinta a la europea - como señaló
Von Humboldt. Por lo tanto, es un rasgo diferenciador indiscutible respecto al ámbito español en particular y europeo en general.9
Se plantea un hecho a partir del XVIII: Analizar la naturaleza americana bajo
los postulados deterministas10. Esto nos lleva a la primera ocasión en que se intenta
crear una literatura distinta a la europea. Se va generando una conciencia y ésta crece
, germinada ya desde el reinado de Carlos III. Hechos numéricos que lo propician
son las estadísticas. Del 15 al 18% son criollos que hacen surgir la “ideología
americanista”. La absorción indígena está casi realizada y las pocas tribus que quedan son casi aniquiladas tras la independencia; aunque vemos que se pudo haber
hecho peor, mirando un poco a lo que se hizo en el Norte. Sirvan como ejemplo los
devastados territorios descritos en las novelas de Fenimore Cooper.
En el XVIII también se une la idea de PROGRESO a la de Naturaleza; y será
Andrés Bello el máximo representante. Para éste la Naturaleza americana, como para
los primeros conquistadores, es una fuente de riquezas inagotable todavía por agotar. Mediante el “trabajo de la Razón” se adopta desde la ideología burguesa clásica
la apropiación de la Naturaleza, que engendra a su vez la posesión en sí mismo del
espíritu. Nos situamos ante la praxis del hombre natural de Rousseau11.
Bello se plantea dos dudas que son factibles , incluso hoy día , para el continente americano y su naturaleza:
- ¿Cómo estructurar una economía básicamente campesina y colonial?
- ¿Cómo dominar un continente sin explotar, ni explorar?
En el incipiente juego capitalista los recursos que menciona Bello son una inimaginable fuente de capital y riqueza. Como escribe en su obra A la agricultura de la
zona tórrida12: América debe abandonar la vieja Europa y entregarse a ese desafío de
la Imaginación (con mayúscula) de la Naturaleza.
En definitiva, hablamos de un continente nuevo con sus productos sin explotar, frente a un continente gastado que los necesita.
¡Oh! ¡los que afortunados poseedores
habéis nacido de la tierra hermosa,
en que reseña hacer de sus favores,
como para ganaros y atraeros,
8
Los jesuitas son expulsados de la metrópoli en 1767.
Humboldt , Alexander Von, Ensayo político sobre el reino de Nueva España, Ed. de Juan Arteaga, México, 1966. Viaje a las
regiones equinocciales del Nuevo Continente, caracas, 1965
10
Postulados que desembocan en las teorías deterministas, en el XIX de Hipólito Taine. En este caso podemos ampliar la
relación Determinismo-Modernismo en Rodríguez Fernández, Mario , El modernismo en Chile y en Hispanoamérica , Instituto de Literatura chilena, Santiago de Chile, 1967, pp.107-114
11
Rousseau, J.J. “El contrato social”, en Escritos de combate, Ed Alfaguara, Madrid, 1979
12
Bello, Andrés, Obras Completas, Caracas, 1964. {Obra ingente compuesta por 16 volúmenes}
9
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quiso Naturaleza bondadosa!
romped el duro encanto
que os tiene entre murallas prisioneros13
En este momento también se redactan los escritos políticos y militares de Simón
Bolívar14 interpretando la realidad hispanoamericana, comienza a fundirse Literatura y Política. Lo relatado por el general mezcla la ficción y la realidad. La naturaleza
es la real y la soñada - por la que se lucha -.
En Argentina se luchaba a principios del s. XIX - como herencia de Bolívar por la creación de una nacionalidad. Surge la figura del escritor-político, como evolución del escritor-militar. En este momento se genera la dialéctica que mejor define la
literatura hispanoamericana CIVILIZACIÓN /vs/ BARBARIE. Dentro de esta última se enmarca la naturaleza. Ya no es el lugar bárbaro y amenazante poblado por
seres salvajes, primarios y malvados: los indios, los gauchos, etc. En cierto sentido es
el destierro del naturalismo agrario , sobre todo, con Echeverría en La cautiva 15.
La lucha se lleva del campo a la ciudad; se enfrentan ambos en favor del segundo, importándose las ideas del Romanticismo europeo que, por ejemplo, prefiere
el jardín salvaje al trabajo planificado de Versalles; se sigue el modelo inglés de Stone.
Se trata de aparentar de forma natural una realidad creada artificialmente. Se crean
paseos con grandes arboledas, bosques con apariencia de naturales. Buenos Aires sin
ir más lejos se va convirtiendo en una estructura de este tipo cuando, paradójicamente, a pocos kilómetros tiene esas formas, pero naturales y espontáneas.16
Del lugar llamado bárbaro, tan sólo aparecerá revalorizado el gaucho; y esto
porque se esgrime en el elemento unitario que representa a toda una nacionalidad en
el caso argentino17. La queja de los literatos está destinada a la búsqueda de una
esencia autónoma.
En resumidas cuentas la Naturaleza se muestra con dos perspectivas:
1.- Con Bello es un lugar semisalvaje, muy rico.
2.- Con posterioridad es un territorio que debe civilizarse. Se trata de cultivar
la Naturaleza, tanto física como humana.
Un caso distinguido es el de Lucio Mansilla, defendiendo a los indígenas exterminados por la llegada del ferrocarril -¡cuánto nos recuerda al padre Las Casas! En su obra una excursión a los indios ranqueles se enfrenta a otro político-escritor: Sarmiento. Aquel hace ver que la barbarie de los que expulsan y exterminan a los indios
es mayor que la barbarie de estos.18
13
Ibíd., pág. 52
Bolívar, Simón “Cartas”en Lecuna, Vicente Cartas del libertador, Caracas, 1930, 10 vols.
Echeverría, Esteban, La cautiva. El matadero. Dogma socialista, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1967
16
Remedos del Emile de Rousseau generan este tipo de arquitectura.
17
El gaucho Martín Fierro de Borges(Apud. Vid. 19)
18
Mansilla, Lucio , una excursión a los indios ranqueles, Centro editor de América Latina, Buenos Aires, 1967, 2 vols
14
15
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Otro ejemplo argentino de esta problemática es el gaucho Martín Fierro; que
nos sitúa ante lo que la sociedad urbana de Buenos Aires denomina el “lugar salvaje”. Hernández 19 parte de la temática romántica de la Naturaleza, como lugar de la
vida verdadera frente a la civilización artificial; inscrita ésta en el proceso político de
Argentina. Pero se innova en otros aspectos, no tan directamente relacionados con la
política:
“... el gaucho no aprende a cantar, su único maestro es la espléndida naturaleza ... hay
en él cierto impulso moral”
El ritmo de la Naturaleza (teoría de la música) como un impulso moral. El
panfleto tematiza los mismos presupuestos en todas las actividades del gaucho: taberna con música, soledad con música, verbenas con música; es la variante costumbrista del Romanticismo.
La Naturaleza se presenta como verdad temática sobre la que gira la trama y
se desenvuelve, pero también es una necesidad real de conquista, un desafío que no
abandonará ya nunca la literatura hispanoamericana de Bello a Neruda o Vargas
Llosa.
En la obra María de J. Isaacs20 observamos una tercera versión romántica del
hecho y quizás la más fetichista. La catarsis que opera en el ánimo al identificar espíritu-naturaleza se desarrollará también hasta nuestros días en seriales, novelones y
todo tipo de subliteratura fácil. La natualeza que aparece aquí es reflejo paralelo del
mundo que la novela quiere transmitirnos, como dice Jaime Mesía Duque21:
“una armonía que reposa
en su inviolada eternidad”
Es la naturaleza cómplice del hombre, bondadosa, no enemiga; es la que hace
del padre de protagonista - Efraín - un rico hacendado
A lo tratado anteriormente hemos de añadir una idea que es la que provoca
las distintas opciones de visión romántica. Partiendo de presupuestos hegelianos22 la
idea de naturaleza se desdobla en dos variantes, que parten de la Razón:
Razón
«espíritu (Imaginación)
Naturaleza
«Progreso
Hecho que culmina con una suplantación teológica: La Naturaleza desplaza
del lugar todopoderoso a Dios. Como ejemplo la obra de José E. Rivera, La vorágine23
19
Hernández , José , El gaucho Martín Fierro, ed Centurión , Buenos Aires, 1962, ed facsimilar con prólogo de J.L. Borges.
El mismo Borges escribe El Martín Fierro, ed Columba, Buenos Aires, 1953 ahondando en el tema; también escribe en
colaboración con Bioy Casares, poesía gauchesca, de F.C.E., México/Buenos Aires, 1955
20
Isaacs, Jorge, María , Casa de las Américas, La Habana, 1970
21
Mejía Duque, Jaime, Jorge Isaacs: “el hombre y su novela” , en La novela Romántica latinoamericana , de Casa de las
Américas , La Habana, 1978 , pág. 381
22
Hegel, G.W. , Fenomenología del Espíritu, F.C.E. , México, 1984 , 4ª ed
23
Rivera, J.E. La vorágine, Alianza, Madrid, 1981
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, donde el lugar más natural es el lugar que caprichosamente maneja vidas a su antojo. Pero eso es otra historia que no trataremos aquí.
Románticos insatisfechos del Romanticismo fueron quienes salieron en busca
de las modernidades. Martí24 es un ejemplo. Se distingue de los demás premodernistas
por su dimensión ideológica. Es un guerrero de Ercilla con los papeles trastocados.
Para él la Naturaleza cobra valores que le dicta su espíritu revolucionario; y por otra
parte encontramos un hombre que intenta salir del Romanticismo pero todavía se ve
arrastrado por él.
En Martí podemos apreciar cómo la Naturaleza es un lugar de hecatombe:
“y lirios se quiebran
y violas se manchan
y giran las gentes
y ondulan y balsan”
(tórtola blanca)
Parte de la concepción romántica de la Naturaleza como algo desatado, superior y poético, en tanto en cuanto engendra fenómenos naturales con violencia: tormentas, acantilados, nieblas, etc. Veamos un claro ejemplo:
“odio el mar, sólo hermoso cuando gime”
(odio el mar)
También nos presenta la idea generalizada de los que habitan esa Naturaleza:
“seres hay de montaña
seres de valle
y seres de pantanos
y lodazales”
(Musa traviesa)
En la breve descripción anterior faltan por olvido (?) algunos seres: los de la
ciudad. ¿Debemos interpretar esta intención como un alegato que defiende el campo? ¿Estamos ante un “beatus ille” descubierto en América?. En Martí leemos los
siguientes versos:
“¡Me espanta la ciudad! ¡Toda está llena
de copas por vaciar, o huecas copas!
(Amor de ciudad grande)
¿Una nueva alabanza de aldea y menosprecio de corte? ¿Quién habla el político o el escritor?
24
Martí, José, Obras completas, Ed Nacional de Cuba, La Habana, 1975, 2ª ed .
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Quizás lo más llamativo sean los vocablos que describen la Naturaleza, en
ningún momento distintos de los que utilizaría un europeo para describir la realidad
que ve ante sus ojos: monte, águila, carbón, fango, etc. Es más, las miles de variedades arbóreas que se hallan en Hispanoamérica se agrupan bajo el genérico ”árboles”:
“Del arbolar espeso entre las ramas”
(Hierro)
“Los frutos de los árboles maduran”
(Media noche)
Aparte también hay que señalar el gusto por otras naturalezas lejanas en el
tiempo y en el espacio: Persia, Chipre, Egipto, la India, etc. como símbolo exótico.
Buscar paraísos exóticos y singulares en Oriente cuando a dos pasos hay un verdadero complejo de exotismo: pájaros de plumajes vistosos, tribus ancestrales, una selva
mágica inmensa, etc. Podemos averiguar la causa: la legitimación de los escritos25. La
revolución de Martí no podía llegar a tanto. Ya de por sí fue atrevido, el siguiente
paso le correspondía al Modernismo.
Con la labor de Martí estamos ante las puertas de la obra que nos interesa. R.
Darío recoge el testigo de Martí y continúa el camino hacia Europa.
LA NATURALEZA DE PROSAS PROFANAS
Podemos aclarar desde el principio que para R. Darío en este libro la única
Naturaleza que existe es la artificial; la que el hombre ha modelado y diseñado; si en
algún momento aparece otro tipo de “naturaleza natural” es la que posee en sí elementos estéticos que parecen no tener más vida que la de su interior, como es el caso
del cisne26; superando la categoría de ave palmípeda para desarrollar categorías mucho
más complejas, llenas desímbolos que se retoman desde la antigüedad hasta llegar a
Virgilio y se van filtrando por el Renacimiento o las plumas de Góngora o Bécquer.
Veámoslo en palabras de Doménico Sottile:
“Lo que más pronto notamos aún después de la primera lectura de las obras cumbres de
Rubén Darío (Azul, Prosas Profanas y Cantos de Vida y Esperanza), es el cambio radical de la sensibilidad del poeta frente al mundo que le rodea, que se advierte ya desde las
últimas composiciones de Prosas Profanas y que definitivamente florece en Cantos de Vida
y Esperanza. “27
Lo mismo podríamos decir de la serie: oro, seda, marfil. Materiales preciosos
que la tradición poética tanto de Oriente como de Occidente se ha encargado de
categorizar más allá de su significado material. Es un tanto complejo expresar una
opinión en la que podamos ver estos objetos tan sólo en su forma original; sin el filtro
de la poesía. No obstante, cuando observamos cómo se ha generado un cliché, debe25
Si los escritores hispanoamericanos escribiesen exaltando su propio medio se apartarían excesivamente de los vientos literarios que
llegaban de Europa. La escritura se aleja del localismo y pretende ser cosmopolita.
Figueroa , Esperanza, “El cisne modernista” en Cuadernos Hiapanoamericanos, año XXIV, sept. 1965
27
Sottile, Doménico , “Rubén darío: Sueño y realidad”. en Anales de Literatura Hispanoamericana, nº 19 , 1990 pág. 338
26
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mos intentar aprehender el mecanismo que opera para que se produzca esa desviación en el significado. Esa es la labor de las siguientes líneas.
Ya hemos anotado algunas características de la Naturaleza dariana, pero ¿qué
tipos de Naturaleza describe? ¿por qué esos y no otros? Las naturalezas de Darío como señalábamos al principio - son artificiales: oro, seda, marfil, cisnes, vino,
champaña, rosas. Elementos “no groseros”, “puros”. Es la postura aristocrática28 .
Trata de relacionar elementos que correspondan a la elevación elitista voluntaria del
poeta modernista - que nos recuerda aquel dictado de Juan Ramón Jiménez: “a la
minoría , siempre” -. Es obvio que no cabe preguntarse de donde salen esos materiales preciosos o la problemática de los viñedos franceses de fin de siglo. Ese planteamiento es bajo, vil. Lo único interesante es el resultado; el producto acabado y listo
para consumir sin preocupación.
Otro hecho muy importante es observar la total ausencia de Nicaragua en los
versos de un nicaragüense - en este caso las Prosas profanas - . Ni la más mínima
referencia; hecho este que no se puede desligar de la intención de Darío; halagado
cuando Juan Valera le muestra su opinión -de mucho peso - y le comenta que no
parece un poeta americano, sino francés. El mismo Darío nos da la razón:
“Yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer”
(palabras liminares)
Ésta es la pieza clave sobre la que gira toda la concepción de la Naturaleza
americana de Darío. El poeta es un anacronismo tanto espacial como temporal. El
primero es el que nos interesa. Si Martí buscaba tierras lejanas, con el nicaragüense se
lleva al extremo esta tendencia: la Grecia de los griegos, la Grecia de los franceses, la
España folklórica (Sevilla, Málaga) -todavía pesa mucho el costumbrismo - , el mundo oriental, etc. Por supuesto que con tratamiento estereotipado. ¿Y América? ¿Dónde está América? . Las veces en que aparece algún motivo del continente americano
es más bien una excusa o un desliz. Veamos un fragmento del poema Del campo:
“De pronto se oye el eco del grito de La Pampa
brilla como una puesta del argentino sol
y un espectral jinete, como una sombra cruza
sobre su espalda un poncho; sobre su faz, el dolor”
...
“¿Quién eres, solitario viajero de la noche?
- yo soy la Poesía que un tiempo reinó aquí:
¡yo soy el postrer gaucho que parte para siempre
de nuestra vieja patria llevando el corazón”
28
del Griego ARISTOS “los mejores”, postura que representa no sólo los más privilegiados del escalafón social, sino los
más preparados; que en un paso siguiente presenta el torremarfilismo. Esta apreciación es de Noé Jitrik, Las contradicciones del Modernismo, Colegio de México, México, 1978
Tema muy bien tratado por Fiore, Dolores Ackel , Rubén Darío in Search of Inspirations: Greco-Roman Mythology in His
Stories and Poetry. Las Américas, New York, 1963
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¿Qué podemos pensar de la imagen de la Pampa? La verdad es que de los
gauchos de Sarmiento a éste media mucha diferencia. El tipo de Darío está mitificado,
estereotipado; queda tan sólo el tópico del lobo solitario y cantor. Pero la Pampa es
mucho más que eso. Es una zona muy compleja. El hecho es que a Darío no le interesa; se apropia tan sólo lo poético-idílico, todo aquello que ayude a crear una forma;
una sonoridad o un símbolo dentro de lo poético. El gaucho, símbolo que recoge
otros anteriores: el atardecer, el espectro, la sombra,; todos partícipes de una idea
mayor: la poesía idealizada (¿pura?)que representa al gaucho, no la Pampa.
El proyecto de Darío es cosmopolita. Los temas de su entorno no le interesan
para ese proyecto29; de ahí que los elementos de la Naturaleza no sean americanos.
Un segundo apunte: los elementos no son naturales, o si lo son parecen extremadamente poetizados, pertenecientes a una Edad de Oro; pero no como D. Quijote
que miraba desde la Edad de Bronce. Darío mira - o pretende mirar - desde la
mismísima Edad de Oro.
Visto lo anterior nos extraña que Darío al final de su vida cante a la selva americana, a los pueblos y a las gentes americanas; a su ídolos30. La razón de este cambio
reside en la evolución poética que le lleva desde ser un poeta desconocido a ser la
cabeza de una nueva generación. Veamos un ejemplo práctico de lo dicho.
En un primer momento la selva sufre una inversión respecto a los valores que
le atribuía Bello:
“¡Oh selva! Estás horrible:
perezosos tus árboles se mecen;
parece un imposible, ya tus crenchas de robles se emblanquecen
Estás ya muy anciana,
te agotas de contínuo.”
Pero una vez que llega el “camino de vuelta”31 la naturaleza se volverá verdadera y símbolo de la América que intenta surgir y que ve despegar a su vecina del
Norte, convirtiéndose en el imperio del siglo XX. Sirva como ejemplo lo escrito en los
versos de la Oda a Roosevelt .
Darío emprendió un camino de elipsis ante el mundo que le rodeaba, pero
con el tiempo observó que a su lado contaba con un elemento enorme de inspiración:
la naturaleza americana. Sus bosques y pobladores eran más exóticos y “raros” que
los que anduvo buscando por Madrid o París; sobre todo , eran verdaderos.
29
Zuleta, Ignacio M. escribe lo siguiente en el prólogo de la edición de Prosas Profanas de Castalia (1988): “Parece claro
que Darío es ... una rareza en el Buenos Aires que le toca vivir. Su extranjería y su fama le permiten la extravagancia de la
pobreza, del alcoholismo y de la poesía”. Pág 13
30
Sobre todo en obras posteriores a 1905[ (Cantos de Vida y Esperanza (1905) , El Canto Errante (1907) , Canto a la Argentina
(1914)]
31
Salvador, Álvaro y Rodríguez, J.C., Introducción a la literatura hispanoamericana, Akal, Madrid, 1987 pág 209. También el
artículo de Emilio Blanco “Para las fuentes deRubén Darío (con una nota sobre lo fatal” en Anales de Literatura Hispanoamericana, nº 24, 1995.
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