Atalaya sociopolítica deCasa Árabe

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Marzo-Abril
2012
www.casaarabe.es
Sumario
Análisis
1. Irán: el presidente contra el líder supremo.
2. Argelia: ¿primavera árabe o excepcionalidad argelina?
3. Afganistán: ¿hacia una recomposición interna?
Perfiles
1. Abdallah Yaballah, presidente del Frente de Justicia y Desarrollo argelino.
2. Qalbuddin Hikmatyar, líder del Partido Islámico afgano.
Opinión pública
1. La reconciliación en la opinión pública palestina.
2. Los tunecinos opinan sobre la situación en el país.
3. Las relaciones entre Irán y Estados Unidos.
4. Preferencias del electorado egipcio ante las presidenciales.
5. Valoración de los primeros cien días del gobierno tunecino.
6. Percepción de Turquía en Oriente Medio y el Golfo.
Documenta
1. Proyecto del Pacto Nacional para la Siria del Futuro.
2. Comunicado final de la Conferencia de Amigos de Siria.
3. Documento final del segundo congreso del Grupo de Amigos del Pueblo Sirio.
4. Documento del Pacto Nacional de los Hermanos Musulmanes de Siria.
5. Declaración de Doha sobre el gobierno nacional palestino.
6. Conferencia internacional sobre Somalia.
7. Declaración de Nuakchot.
8. Cumbre de la Liga Árabe en Bagdad.
Escaparate de libros y revistas
Publicación del IEAM de Casa Árabe
Dirección: Eduardo López Busquets
Director adjunto: Rafael Ortega Rodrigo
Investigadora: Rocío Vázquez Martí
19
ISSN 1989-0400
Atalaya
sociopolítica
de Casa Árabe
Análisis
Las elecciones legislativas celebradas en Irán a principios del pasado mes de marzo no
han supuesto ninguna sorpresa. No se esperaba que hubiera grandes cambios ni que la
corriente reformista –con el Movimiento Verde a la cabeza- lograra avance alguno. Estos
comicios han servido para reforzar la posición de Ali Jamenei, máxima autoridad del país,
ante el cada vez más debilitado presidente, Mahmud Ahmadineyad, que, a lo largo de
los últimos meses, se ha atrevido a desafiar al líder supremo cuestionando la verdadera
utilidad del clero iraní. Los actores principales se han aglutinado, de una manera un tanto
caótica, siguiendo un criterio personalista y protegiendo, en cada caso, sus intereses
personales. En lo que afecta a las relaciones exteriores de Irán y al desarrollo de su
programa nuclear, estos comicios tampoco van a suponer ninguna variación, ya que son
cuestiones sobre las que el Parlamento no tiene competencia. La segunda vuelta de las
elecciones, para decidir los 65 escaños que han quedado vacantes, se celebrará el 4 de
mayo pero no se espera ningún cambio sustancial, excepto el aumento de los diputados
ultraconservadores en el Parlamento unicameral. El camino está preparado para que,
de las elecciones presidenciales de 2013, salga elegido un presidente más afin al líder
supremo y al Consejo de Guardianes de la Revolución.
Irán: el presidente contra el líder supremo
El pasado 2 de marzo se celebraron en Irán elecciones parlamentarias, los primeros
comicios desde la reelección del presidente Ahmadineyad, en 2009, que provocó
una ola de protestas duramente reprimidas durante ocho meses. Con el boicot de
las principales fuerzas de oposición, estas elecciones han constituido más un pulso
entre el presidente y el líder supremo que unas verdaderas elecciones que pudieran
cambiar el signo del Parlamento.
Más de 48 millones de electores iraníes
se dirigieron el pasado viernes 2 de
marzo a los 47 665 colegios electorales
de las 31 provincias del país para
ejercer su derecho a voto y elegir a
los 290 miembros de la única cámara
del Parlamento (Maylis). Si bien los
resultados electorales son, hasta cierto
punto, irrelevantes, el contexto político
en el que se han celebrado las elecciones
no lo es tanto. Con las revueltas de
2009 todavía en la memoria y el miedo
a un posible contagio de las Primaveras
árabes de 2011, estas elecciones han
supuesto una consulta sobre la creciente
rivalidad entre el presidente y el líder
supremo y sobre la acción exterior iraní
ante las presiones occidentales respecto
a su programa nuclear.
De los 48,3 millones de iraníes con
derecho a voto, participaron, según cifras
oficiales, un 64,2%, todo un record que
superó en diez puntos la participación
en las últimas legislativas (2008) y
presidenciales (2009), donde la afluencia
alcanzó el 51%, siendo la participación
más alta desde el sexto Parlamento salido
de las elecciones de 2000. Lo cierto es
que las voces de la oposición no ofrecen
las mismas cifras y aseguran que el hecho
de haber ampliado las horas de apertura
de los colegios electorales responde,
exactamente, al argumento contrario al
esgrimido por las autoridades: no es que
hubiera demasiados votantes haciendo
cola, es que había pocos. Periodistas
y fotógrafos, iraníes y extranjeros, han
asegurado que las fuerzas de seguridad les
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Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
aseguró que “transformar Irán en un sistema
parlamentario”, en el que los votantes ya
no elegirían al presidente, “no supondría un
problema”. Esta propuesta fue interpretada
como el último coletazo de una disputa que
comenzó en abril de 2011, cuando Jamenei
restituyó en su puesto a Heydar Moslehi,
ministro de Inteligencia, previamente
destituido por Ahmadineyad.
División administrativa de Irán
Imagen tomada de http://ephotopix.com
impidieron hacer fotos y grabaciones en los
colegios vacíos. Por su parte, Ardechir Amir
Arjomand, ayudante del líder de la oposición
Mir-Huseyn Musavi y portavoz del Consejo
de Coordinación del Camino Verde de la
Esperanza (conocido habitualmente como el
Movimiento Verde), declaró que el porcentaje
de participación había sido decidido de
antemano por las autoridades. Por último,
el gobernador de Teherán dio un número
de votantes para esta provincia que era
mucho menor que el anunciado en las
elecciones de 2009, con una diferencia
de dos millones y medio de votantes, y no
parece muy realista que tanta gente haya
fallecido o se haya desplazado en tan poco
tiempo.
Es importante detenerse en los datos de
participación porque el régimen y los medios
de comunicación más conservadores
han presentado este supuestamente
alto porcentaje como una victoria de
la república islámica y una derrota de
Occidente y de la oposición reformista, que
había llamado al boicot. Los dos principales
grupos conservadores que concurrieron a
las elecciones se mostraron satisfechos
con esta respuesta del electorado. El Frente
Unido de Conservadores (FUC) aseguró
que la participación de los ciudadanos es un
signo de la dedicación del pueblo para con el
régimen y los valores de la república islámica;
el Frente de Estabilidad de la Revolución
Islámica (FERI) concluyó que la participación
demostraba que la presión, las sanciones y el
tono bélico utilizado por los enemigos internos
y externos de Irán sólo habían conseguido
afianzar la determinación del pueblo y su
lealtad a los valores revolucionarios.
De los 5 395 candidatos que presentaron
las solicitudes, se permitió concurrir a 3 444
(incluidas 430 mujeres), y se rechazó la
solicitud de casi 2.000 candidatos, muchos
de ellos partidarios de Ahmadineyad. En
la primera vuelta se decidieron 225 de los
290 escaños del Parlamento. Así, de las
207 circunscripciones, habrá que repetir la
votación en 33 de ellas, en las que concurrirán
130 candidatos para los 65 escaños que han
quedado vacantes, puesto que quienes se
presentaban en dichas circunscripciones
no han conseguido un cuarto de los votos
necesarios, tal y como estipula la ley electoral
iraní.
A la segunda vuelta, prevista para finales
del mes de abril, concurrirán, entre
otros, 21 candidatos del Frente Unido de
Conservadores; 22 del Frente de Estabilidad
de la Revolución; 2 candidatos presentes en
ambas listas; y 5 candidatos de la Voz del
Pueblo.
La rivalidad
En octubre de 2011, el líder supremo de la
República, Ali Jamenei, planteó la posibilidad
de eliminar el cargo de presidente, lo que
ha vuelto a destacar la lucha interna de
poder que está teniendo lugar en la élite
política del país: Jamenei y sus aliados
están intentando recortar los poderes
del “demasiado ambicioso” presidente,
Mahmud Ahmadineyad. El líder supremo
Esta lucha de poder puede ser interpretada
como una consecuencia derivada de las
elecciones de 2009 cuando, debido a las
acusaciones de fraude y manipulación de los
comicios, el líder supremo perdió cierto apoyo
de algunos sectores de la sociedad y de la
élite política. A pesar de que Ahmadineyad
contaba con el apoyo del líder supremo
para su reelección en 2009, el presidente
ha intentado construir una base de poder
independiente, lo que muchos de los sectores
más conservadores han interpretado como
una amenaza.
Los ataques del líder contra el presidente, y
viceversa, han generado respuestas diversas.
El presidente del Parlamento, Ali Lariyani, un
rival declarado de Ahmadineyad, ha apoyado
las declaraciones de Jamenei respecto a la
instauración de un sistema estrictamente
parlamentario. El ex presidente Hashemi
Rafsanyani se ha posicionado en contra
de esta visión, asegurando que eliminar la
presidencia iría en contra de la Constitución y
debilitaría la capacidad de elección de la gente.
En el sistema planteado por el líder supremo,
los parlamentarios elegirían un primer ministro
salido de sus propias filas.
Pero parece que Jamenei no quiere
arriesgarse a intensificar los enfrentamientos
políticos mientras Ahmadineyad continúe en
su cargo, por lo que esta nueva idea sobre el
sistema parlamentario constituiría más bien
un intento por aplacar las ambiciones del
presidente más que una propuesta en firme.
Pero, según Karim Sadjadpour, analista del
Carnegie Endowment for International
Peace especializado en Irán, “la
razón por la que están planteando la
posibilidad de eliminar la presidencia
es precisamente evitar unas nuevas
elecciones presidenciales y, con ellas, la
incertidumbre política y las oportunidades
de organizar protestas”.
Lo que resulta evidente es que Jamenei
se va a asegurar de que el próximo
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presidente o primer ministro sea débil
y fácil de controlar, un subordinado de
confianza. En cierto sentido, toda esta
disputa por el control se deriva de 1989,
momento en el que la Constitución iraní
se modificó para crear una presidencia
poderosa capaz de contrarrestar el dominio
del líder supremo. El último presidente, antes
de que se introdujeran dichos cambios, era
el propio Jamenei y el primer ministro, cuyo
cargo fue eliminado, era Mir Huseyn Musavi,
líder de la oposición reformista.
Uno de los ejes de la lucha entre ambos
líderes se centra en el escándalo bancario
recientemente destapado. Las autoridades
han arrestado a docenas de personas en una
operación contra el desfalco de 2 600 millones
de dólares y los enemigos de Ahmadineyad
han acusado a los aliados de éste, incluido
a su jefe de gabinete, Esfandiar Rahim
Mashaei, de estar vinculados al principal
sospechoso de la trama. Este escándalo
financiero es una muestra de la campaña
de desprestigio a la que Ahmadineyad se
está viendo sometido. En un contexto más
amplio, aunque se trata fundamentalmente
de una lucha de poder, esta disputa contiene
también elementos ideológicos: aunque
Ahmadineyad ha demostrado ser un
musulmán devoto, también ha mostrado un
cierto desdén por el clero tradicional, llegando
incluso a asegurar que “los musulmanes
no necesitan la intercesión de los clérigos
para entrar en contacto con el Imam oculto”
(figura mesiánica del islam shií). Esto
supone que el presidente iraní ha puesto
en duda el principio de velayat-e faqih, el
“gobierno del jurista”. El presidente y su
círculo han sido calificados por los sectores
Casa Árabe
más conservadores como “un movimiento
desviacionista”.
Esfandiar Rahim Mashaei, una de las figuras
más cercanas a Ahmadineyad y su jefe
de gabinete, es uno de los blancos de las
críticas más duras lanzadas por los clérigos
conservadores porque, entre otras cosas,
ha propuesto una revisión de la historia iraní
desde un punto de vista más nacionalista y
menos teológico. Según sus adversarios,
Mashaei ha comprometido los fundamentos
de la Revolución Islámica y los principios del
islam centrando su retórica en el pasado preislámico de Persia. Mashaei, que ha llamado
“amigos” a los israelíes, fue nombrado
vicepresidente en 2009, tras la reelección
de Ahmadineyad, pero fue alejado de ese
cargo debido a la intervención de Jamenei.
El presidente Ahmadineyad le nombró
entonces jefe de gabinete, una maniobra que
fue interpretada como un desaire hacia el
líder supremo y el inicio del alejamiento entre
ambos.
La disputa entre ambos líderes ha polarizado
a la élite política y ha contaminado el papel
que tradicionalmente desempeña el líder
supremo como “intermediario”. A pesar
de que Jamenei ha apoyado la durísima
represión de los reformistas y de la oposición
en general, lo cierto es que desde la crisis
política de 2009, el líder supremo ha ido
perdiendo el apoyo de parte de la vieja
guardia de la República.
Ahora, tras las elecciones en las que
los partidarios de Jamenei dominan el
Parlamento, está cámara ha exigido a
Ahmadineyad que comparezca ante la
Asamblea para interrogarle sobre su mala
gestión económica y sobre su relación con el
clero, lo que constituye la primera vez que el
Parlamento convoca al presidente en persona.
Los actores principales
Es difícil identificar, en el panorama
político iraní, partidos o grupos políticos
definidos y de larga trayectoria. La
mayoría de los candidatos que concurren
lo hace a través de coaliciones creadas
específicamente para participar en cada
cita electoral y algunos, incluso, se
presentan a través de más de una lista.
En estos comicios, y dada la rivalidad
surgida entre el líder supremo y el
presidente, los actores principales se
han agrupado en tres bloques, aunque
poco definidos y nada homogéneos: los
partidarios de Jamenei, los partidarios de
Ahmadineyad y la oposición reformista.
El líder supremo, Alí Jamanei, ha
querido utilizar estas elecciones para
recuperar su autoridad, dejar claro que
sigue teniendo un control firme y demostrar
que sigue defendiendo los ideales de la
Revolución. Igualmente, ha tenido buen
cuidado en asegurar que una participación
baja o cualquier protesta o irregularidad
que pudiera darse, debía atribuirse a un
“complot de fuerzas externas”, un discurso
ya habitual en Jamenei, que siempre
ha querido vincular la disidencia interna
con actores externos. El objetivo del líder
supremo ha sido demostrar que Irán continúa
social y políticamente unido y que el principio
de velayat-e faqih sigue siendo una ideología
legítima.
En este sentido, sus seguidores realizaron
grandes esfuerzos para crear una agrupación
que expresara su total apoyo a Jamenei
en estas elecciones: el Frente Unido de
Conservadores
(Jebhe-ye
mottahed-e
Osulgerayan). Esta coalición se estructuraba
en torno a dos comités, uno ejecutivo y otro de
arbitraje, que se componían de algunos de los
grupos de la línea más conservadora y más
crítica con el presidente (como el Frente de
Seguidores del Imam y Líder; la Sociedad de
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Casa Árabe
Auto-Sacrificadores de la Revolución Islámica;
la Asociación de Clérigos Combatientes; o la
Sociedad de Profesores del Seminario de
Qom). También incluía representantes del
presidente del Parlamento, Ali Lariyani, del
alcalde de Teherán, Muhammad Bagher
Ghalibaf –dos de las figuras más influyentes
del panorama iraní–, además de las tres
principales personalidades del grupo, eternos
aliados de Jamenei: Ali Akbar Velayati, Habib
Asghar Owladi y Golam Ali Hadad Adel. Esta
coalición cuenta con el apoyo del ayatollah
Mohammad Reza Mahdavi-Kani, político
conservador, clérigo, ex primer ministro y
actual presidente de la Asamblea de Expertos,
y del ayatollah Mohammad Yazdi, secretario
general de la Asociación de Lectores del
Seminario de Qom. Los miembros de esta
coalición tenían ya una amplia presencia en el
Parlamento saliente.
Por su parte, el presidente Mahmud
Ahmadineyad se ha encargado de
posicionarse como una fuerza políticamente
relevante, en un intento por estar preparado
cuando acabe su segundo mandato en
2013. Dado que Jamenei y sus seguidores
se han dedicado a marginar a todos los ex
presidentes de la República, incluido Hashemi
Rafsanyani (presidente de Irán entre 1989 y
1997, presidente de la Asamblea de Expertos
entre 2007 y 2011, actualmente presidente del
Consejo de Discernimiento), Ahmadineyad
tiene razones para intuir que le ocurrirá lo
mismo. De hecho, de los casi 2000 candidatos
que fueron rechazados por el Consejo de
Guardianes, aproximadamente 600 eran
partidarios de Ahmadineyad.
Otra de las alianzas que participaron en las
elecciones fue el Frente de Estabilidad de
la Revolución Islámica (Jebhe-ye pāydāri
enqelab-e eslami).
Atalaya Sociopolítica
Este frente integraba, entre otros, al
ayatollah Mohammad-Taqi Mesbah-Yazdi.
Este ayatollah, miembro de la Asamblea
de Expertos, donde lidera una pequeña
facción ultraconservadora, era considerado
por muchos el “consejero espiritual” de
Ahmadineyad, pero se ha ido distanciando del
presidente a lo largo del último año. También se
incluyen en este grupo varios ex ministros del
gobierno de Ahmadineyad y conservadores
de otras corrientes. El Frente de Estabilidad
fue creado para contrarrestar la previsible
influencia del Frente Unido de Conservadores,
especialmente desde que surgieron los
rumores de que tanto Lariyani como Ghalibaf,
a quienes consideran “inclinados a favor de
la oposición reformista”, pretenden participar
en las elecciones presidenciales previstas
para junio de 2013. Igualmente, MesbahYazdi desea también equilibrar el creciente
peso político que está alcanzando el ayatollah
Mahdavi-Kani. La composición del grupo,
así como sus declaraciones, sugieren que, a
pesar de la distancia y de la heterogeneidad de
su composición, conserva todavía una cierta
lealtad hacia el presidente Ahmadineyad,
aunque completamente desmarcados de la
“corriente desviacionista”. De hecho, el Frente
de Estabilidad de la Revolución dirige sus
críticas, principalmente, contra el polémico
jefe de gabinete de Ahmadineyad, Esfandiar
Rahim Mashaei, habitualmente calificado
de “nacionalista religioso” y “conservador
moderado y pragmático”.
Los miembros de este grupo se consideran
representantes de una nueva tendencia
política, a la que han llamado “idealista”, y
aseguran que la tradicional competición entre
conservadores y reformistas será sustituida
por un nuevo pulso entre los “principalistas”
(los miembros de la Unión de Conservadores,
que se consideran los únicos defensores de los
“principios” de la Revolución) y los idealistas.
El empeño demostrado por este grupo por
diferenciarse radicalmente de la Unión de
Conservadores (coalición a la que fueron
invitados en un principio) es una evidencia
de que pretenden consolidarse como un
poder político independiente de Jamenei, lo
que no implica que apoyen completamente
a Ahmadineyad ni que lo hagan todos sus
miembros.
Antes de las elecciones, y por primera vez
desde la Revolución Islámica de 1979, las
fuerzas de oposición alcanzaron un consenso
prácticamente unánime para boicotear las
elecciones. El Consejo de Coordinación del
Camino Verde de la Esperanza, el órgano
de decisión más relevante del Movimiento
Verde, pidió explícitamente a sus seguidores
que “permanecieran en casa”. Con el
boicot, la oposición pretendía evidenciar la
ilegitimidad del proceso electoral y protestar
por la dura campaña de represión a la que se
han visto sometidos desde la reelección de
Ahmadineyad, y las protestas callejeras que la
siguieron, y que condujo al arresto domiciliario
de Mir Huseyn Musavi y Mahdi Karrubi
(los dos principales líderes del Movimiento
Verde), y al encarcelamiento indiscriminado
de sus seguidores. Los principales grupos
de oposición, como la Organización de los
Muyahidin del Pueblo (Muyahidin-e Jalq), el
Frente de Participación del Irán Islámico y el
Movimiento por la Libertad, secundaron el
boicot. Además, los candidatos de oposición
no habrían podido, aunque hubieran querido,
participar en las elecciones, principalmente por
dos razones: habrían sido descartados por el
Consejo de Guardianes de la Revolución,
que supervisa las candidaturas; y porque la
mayoría de las figuras destacadas de este
campo se encuentran en la cárcel o a la
espera de juicio.
Por lo tanto, la mayor parte de los reformistas
que decidieron presentar sus candidaturas
lo hicieron como independientes, y no en
listas cerradas y definidas, tal vez para evitar
ser “identificados” por las autoridades y,
previsiblemente, rechazados. Así, pequeños
grupos reformistas decidieron presentar
algunos candidatos en Teherán y en algunas
provincias, con la esperanza de mantener su
presencia, si bien reducida, en el Parlamento
(el Parlamento saliente contaba con la
presencia de 60 diputados reformistas).
La oposición reformista fue objeto de muchos
ataques debido a la participación, inesperada,
del ex presidente reformista Mohammad
Jatamí en los comicios, a pesar de que él
mismo había asegurado que las condiciones
políticas no permitían la celebración de
elecciones justas. Fuentes próximas a Musavi
aseguraron que la actuación de Jatamí “no
coincidía con las expectativas del Movimiento
Verde”. Jatamí, que fue calificado de “traidor”,
aseguró que la decisión de participar había
sido muy difícil de tomar y que era consciente
de las consecuencias que podía acarrearle y
declaró también que no era el resultado de un
“pacto secreto” acordado con las autoridades.
Algunos analistas, como Sadeq Zibakalam,
cercanos al sector reformista moderado, no se
mostraron sorprendidos ante la participación
de Jatamí y aseguraron que tanto él como
Hashemi Rafsanyani, no tenían otra opción
que votar. En su página oficial, Jatamí
insistió en que “la decisión de no presentar
candidatos no suponía necesariamente
boicotear las elecciones”. En un intento por
superar el golpe recibido por la oposición,
los medios de comunicación reformistas se
apresuraron a informar de que “numerosos
clérigos, importantes figuras vinculadas con
la oposición reformista, no habían participado
en las elecciones”, entre ellos: el ayatollah
Husein Vahid Jorasani, el ayatollah Sayyed
Abdol Karim Musavi-Ardebeli, el ayatollah
Yusef Sane`i, el ayatollah Sadeq Shirazi y el
ayatollah Ali-Mohammad Dastgheybi.
Otros grupos
- La Voz del Pueblo (Jebhe sedaye melat):
esta lista electoral está liderada por tres
influyentes
diputados
conservadores,
destacados opositores a Ahmadineyad, que
no consiguieron entrar en el Frente Unido
Atalaya Sociopolítica
Del total de los candidatos que se presentaron
a las elecciones, el 50% pertenecía al
Frente Unido de Conservadores; el 5%
pertenecía al Frente de Estabilidad; y el
45% concurría a través de ambas listas. En
Teherán, el ex presidente del Parlamento,
Gholam Ali Haddad Adel, que era cabeza
de lista del Frente de Conservadores pero
también estaba presente en la del Frente de
Estabilidad, obtuvo el primer puesto. En esta
provincia, Teherán, a la que le corresponden
30 escaños de los 290 de la Cámara, sólo
se decidieron cinco puestos; los otros 25 se
decidirán en la segunda ronda.
de Conservadores: Ali Motahari, cuñado de
Lariyani y célebre crítico de Ahmadineyad por
sus “políticas despóticas”, según sus palabras;
Hamid Reza Katouzian, ingeniero y profesor
universitario; y Ali Abbaspour. Se les considera
“conservadores moderados” y han incluido
algunos reformistas en la lista de Teherán.
- Frente Islámico de Resistencia de Irán (Jebhe
istadegy): frente cercano a Ahmadineyad
y liderado por Mohsen Rezaee, ex jefe del
cuerpo de los Guardianes de la Revolución
durante 16 años y candidato a la presidencia
en 2009, donde quedó en tercer lugar después
del vencedor, Ahmadineyad, y del candidato
reformista Mir Huseyn Musavi. Ha presentado
una lista de 20 candidatos en Teherán.
- Partido Monoteismo y Justicia (Jebhe
tawhid ve edallat): considerada una coalición
también próxima al presidente Ahmadineyad,
es una alianza conservadora liderada por
Manouchehr Motakki y creada para concurrir
a esta cita electoral. El secretario general es
Esfandiar Rahim Mashaei.
El actual presidente del Parlamento, Ali
Lariyani, obtuvo el escaño por el que
competía en la ciudad de Qom, centro
espiritual del islam shií. La victoria lograda
por Lariyani y Haddad Adel, ambos
estrechos aliados del líder supremo, supone
el comienzo de una lucha de poder entre
los dos, para decidir quién será el próximo
presidente de la Cámara.
Los resultados parciales (puesto que no
serán definitivos hasta que se celebre la
segunda ronda) indican que el Frente de
Conservadores va a consolidar su presencia
en el Parlamento pero está por ver cuál será
la posición del Frente de Estabilidad una
vez se decidan los 65 escaños restantes. Si
obtuvieran una representación parecida, esto
podría conducir a una lucha dentro del campo
conservador que se reflejaría en la misma
elección del presidente.
La hermana del presidente, Parvin
Ahmadineyad, perdió el escaño por el que
competía en la provincia de Garmsar, lugar de
origen de la familia presidencial, lo que ha sido
interpretado por algunos observadores como
una evidencia de la existencia de fraude, ya
que en ciudades pequeñas del entorno rural
es habitual que el electorado se movilice a
favor de candidatos locales. La propia Pravin
Ahmadineyad declaró que algunos candidatos
de su circunscripción habían violado la ley y
Casa Árabe
que pretendía apelar los resultados.
Los candidatos del sector reformista, en el que
se incluyen algunos grupos de la burguesía
iraní a favor de un acercamiento a EEUU y
del desarrollo de políticas económicas de libre
mercado más agresivas, fueron, en general,
apartados de las elecciones. A los candidatos
vinculados al Movimiento Verde no se les
permitió concurrir y sus principales líderes
llevan más de un año bajo arresto domiciliario.
Aún así, algunos candidatos del ala moderada
del sector reformista y algunos independientes
vinculados a este campo decidieron concurrir
y parece que fueron elegidos entre 40 y 50 en
diversas circunscripciones. Por el contrario,
algunos destacados diputados reformistas
presentes en el Parlamento saliente no fueron
reelegidos, incluidos Mostafa Kavakkebian y
Qodratollah Alikhani. Así, el bloque reformista
continúa siendo la fuerza más débil de la
nueva cámara.
La alta participación se puede interpretar
como una reacción a la cada vez más
deteriorada situación económica del país
o, según el líder supremo, como “un claro
mensaje a Occidente” en lo que respecta a
las presiones relacionadas con el programa
nuclear iraní y a las amenazas procedentes
de EEUU e Israel.
Por una parte, la sociedad iraní hace frente
actualmente a una altísima tasa de paro,
especialmente entre la juventud educada
que, a pesar de haber obtenido títulos de
licenciaturas, tienen un bajo nivel de vida que
no puede mejorar; por otra parte, la grave
inflación y la corrupción han aumentado la
presión a la que se ve sometida la clase
baja; las infraestructuras están cada vez
más deteriorada; y la intensificación de las
sanciones estadounidenses y la reciente
imposición de un embargo europeo
sobre las exportaciones de petróleo
iraní han agudizado estos problemas.
Como respuesta a esta crisis económica
interna, Ahmadineyad se volcó en una
Los resultados
Según todos los medios, los seguidores
del líder Jamenei habrían obtenido “más
del 70% de los votos” (unos 157 escaños
de los 225 que se decidieron en la primera
ronda). Además de los cinco escaños que
están reservados para las minorías religiosas
(1 para los zoroastras; 1 para los judíos; 1
para asirios y caldeos; 1 para los armenios
del norte y otro para los armenios del sur),
este es el único dato en el que todas las
fuentes parecen coincidir porque, como se
ha señalado, es muy difícil determinar a qué
tendencia política pertenece cada candidato.
La afinidad política del resto de los diputados
“independientes” no se puede determinar con
precisión pero lo que es definitivo es que los
aliados del presidente Ahmadineyad sufrieron
una grave derrota, puesto que la Alianza
Monoteísmo y Justicia ha visto reducidos sus
escaños a aproximadamente 44.
Jatamí va a votar con los pies manchados con la sangre de una manifestante.
Caricatura de Nikahang Kowsar. Imagen tomada de http://arshama3.wordpress.com/
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serie de medidas de austeridad que
incluían la eliminación de las subvenciones
estatales para los bienes de consumo de
primera necesidad y el racionamiento de
combustibles, lo que ha ido minando la
popularidad del presidente.
La escalada nuclear
A lo largo de los últimos meses, las
tensiones entre Occidente e Irán han
ido en aumento debido a la cuestión del
programa nuclear iraní; a la imposición de
sanciones por parte de la Unión Europea; a
las amenazas, por parte de Irán, de cerrar
el estrecho de Ormuz, un paso fundamental
para el transporte de una quinta parte
del crudo mundial, como respuesta a las
renovadas sanciones occidentales; y a las
amenazas israelíes relacionadas con un
posible ataque a Irán con el objetivo de
hacer fracasar sus ambiciones nucleares.
En este sentido, los resultados electorales
no van a producir cambios fundamentales
en la política exterior iraní, puesto que
el Parlamento tiene muy poco que decir
respecto a la acción exterior del país y a
las cuestiones de seguridad. Estos asuntos
recaen en manos del líder supremo y la
lucha electoral y política entre los diversos
sectores de conservadores no tiene que
ver con una revisión de la política exterior.
El programa nuclear, el apoyo a Hezbollah
y los vínculos con los grupos palestinos
forman parte del “nacionalismo” iraní y
ningún grupo los pone en duda.
Aunque el tono de las amenazas israelíes es
cada vez más beligerante, lo cierto es que un
ataque militar por parte de Israel sería difícil
de llevar a cabo. En primer lugar, docenas
de aviones militares israelíes tendrían que
atravesar un espacio aéreo árabe hostil,
Atalaya Sociopolítica
principalmente Siria e Iraq, lo que implicaría
la necesidad de repostar en el aire. Tendrían
que rodear el espacio aéreo iraní, sin ser
dañados por las defensas aéreas, y lanzar
cientos de bombas sobre las plantas de
enriquecimiento de Natanz y Fordow (esta
última ubicada en las montañas cerca
de Qom); la instalación de conversión de
uranio de Isfahan; la instalación de aguas
pesadas y plutonio de Arak, donde se está
construyendo un reactor; y las plantas
de centrifugación que existen en áreas
pobladas de Teherán y Natanz. Además,
los aviones israelíes se verían obligados
a regresar rápidamente a Israel para
evitar un contraataque iraní o, tal vez, de
sus aliados en la zona, principalmente
Hezbollah. Además, parece que EEUU
sigue, de momento, apostando por el diálogo.
Irán también ha mostrado signos de estar
dispuesto a evitar un enfrentamiento militar
inminente y ha cedido ante una de las
principales exigencias de los inspectores
del Organismo Internacional de la Energía
Atómica (OIEA), que solicitaron permiso para
entrar en la planta de Parchin, petición a la
que, finalmente, han accedido las autoridades
iraníes a pesar de que, según indica
Ferydoun Abbasi, jefe del equipo nuclear
iraní, “nada les obliga, puesto que Parchin no
está catalogada como instalación nuclear”.
En este sentido, destacadas autoridades
religiosas iraníes, así como Ali Asghar
Sultaniyya, enviado permanente de Irán a la
AIEA, han asegurado en varias ocasiones
que “no tienen la intención de producir armas
nucleares puesto que el islam lo prohíbe”, al
tiempo que insistían en que Occidente debe
ampararse en el diálogo y dejar de usar un
lenguaje colonial”. Finalmente, el inicio de
las conversaciones entre Irán y los países
occidentales se ha fijado para mediados del
mes de abril.
La situación económica de Irán se está
deteriorando, las sanciones económicas
estadounidenses y europeas, que afectan
a su banco central y le impiden enviar o
recibir dinero a la mayoría de los bancos
internacionales, están surtiendo efecto. El
régimen iraní debe saber que, en caso de
llegar a fabricar una bomba nuclear (algo que
ha desmentido en reiteradas ocasiones),
las sanciones no van a desaparecer sino
todo lo contrario: se intensificarán. El
Consejo de Guardianes de la Revolución,
uno de los órganos de decisión más
importantes (que tiene ingentes negocios y
controla un imperio que genera un beneficio
de 20 000 millones de dólares anuales),
considera que están pagando un precio
muy alto por las aspiraciones nucleares
de Jamenei y, según el analista iraní Meir
Javedanfar, podrían empezar a presionarle
más temprano que tarde. Occidente, por su
parte, debería ofrecer algo a cambio a Irán,
como permitirle enriquecer uranio al 5%
siempre y cuando permita el trabajo de los
inspectores del OIEA cuando éstos decidan
examinar alguna de sus instalaciones. En
definitiva, lo único que funcionará será un
cambio que llegue desde dentro y a través
de las negociaciones; un ataque militar no
conseguirá ninguno de los objetivos que
persigue Occidente.
Las elecciones legislativas han sido, en
definitiva, un pulso por la presidencia. El
líder supremo ha querido asegurarse de
debilitar a Ahmadineyad hasta tal punto
que no pueda presentar un candidato afín
a su sector en las próximas elecciones
presidenciales previstas para 2013. El
bloque más conservador se ha consolidado
y el sector reformista está desapareciendo
del panorama político.
Rocío Vázquez
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
ALEM, Yasmin. “A Cacophony of Conservatives in Iran’s Orchestrated Election”, Muftah.org [disponible en: http://muftah.org/?p=3244]
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MASHAL, Mujib. “Vote to test unity of Iran’s conservatives”, Aljazeera, 24 de febrero de 2012, [disponible en: http://www.aljazeera.
com/indepth/features/2012/02/201222314543563984.html]
MEMARIAN, Omid. “Iran, domestic tension and foreign policy”, 19 de marzo de 2012, Open Democracy. [disponible en: http://www.
opendemocracy.net/omid-memarian/iran-domestic-tension-and-foreign-policy]
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[disponible en: http://www.iss.europa.eu/publications/detail/article/iran-a-revolutionary-republic-in-transition]
SAVAGE, Sajjad. “Epic or farce: preliminary assessment of Iran´s parlamientary elections”, 9 de abril, [disponible en: http://www.
jadaliyya.com/pages/index/4964/epic-or-farce_preliminary-assessment-of-irans-parl]
WORTH, Robert F. “Iran’s Power Struggle Goes Beyond Personalities to Future of Presidency Itself”, The New York Times, 26 de
octubre.
OTROS ENLACES
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Agencia de noticias FARS: http://english.farsnews.com/
Tehran Times: http://www.tehrantimes.com/
Iran Press News: http://www.iranpressnews.com/english/
Último informe del OIEA sobre Irán (en español)
http://www.iaea.org/Publications/Documents/Board/2012/Spanish/gov2012-9_sp.pdf
Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
Argelia, que hasta ahora ha podido eludir estallidos revolucionarios, celebrará unas elecciones parlamentarias diferentes y decisivas
el próximo 10 de mayo. El presidente, Abdelaziz Boutefliqa, anunció, en abril de 2011, una serie de medidas reformistas para evitar el
contagio de las “primaveras árabes”, entre las que figuraban la promulgación de una nueva Ley de Partidos, que ha permitido la creación
de un buen número de formaciones nuevas, y la celebración de elecciones parlamentarias limpias, transparentes y, por primera vez, con
observadores locales e internacionales. Los partidos que han monopolizado el poder en las últimas décadas, el Frente de Liberación
Nacional y la Agrupación Nacional Democrática, llegan a las elecciones con graves disensiones internas, especialmente el primero, debido
a la aparición de sectores críticos descontentos con algunas prácticas antidemocráticas. Las fuerzas islamistas, con la excepción del
Frente Islámico Nacional que sigue ilegalizado, se han ampliado y junto con los tres viejos partidos que han formado el bloque electoral
Argelia Verde (el Movimiento de la Sociedad por la Paz, el Movimiento al-Nahda y el Movimiento de Reforma Nacional), competirán tres
nuevas formaciones entre las que destaca el Frente de Justicia y Desarrollo del histórico Abdallah Yaballah. Todas ellas animadas por el
triunfo de movimientos islamistas en países del entorno. Pero una de las condiciones para que el proceso sea creíble y el Parlamento y el
gobierno resultante sean representativos, es lograr un índice de participación aceptable, teniendo en cuenta la alta abstención registrada
en citas anteriores. Argelia se juega en estas elecciones tener su propia “primavera árabe”, pero a través de un proceso reformista de
democratización tutelado por el régimen.
Argelia: ¿primavera árabe o excepcionalidad argelina?
Durante 2011, Argelia ha visto protestas y disturbios, no tan serios ni tan generalizados como en otros países árabes, que junto con
las transformaciones acaecidas en países del entorno y las presiones externas lograron forzar al presidente Abdelaziz Boutefliqa a
anunciar una serie de reformas, entre ellas la celebración de elecciones democráticas, limpias y transparentes. El futuro del actual
régimen depende en gran medida de que el proceso electoral del próximo mes de mayo sea creíble y le otorgue una legitimidad de
la que carece. Así, Argelia se debatirá entre una reforma tutelada desde las instituciones o un aumento de la tensión.
El recuerdo del golpe de Estado de
1992, cuando las elecciones legislativas
daban como ganador al Frente Islámico
de Salvación, y la posterior guerra civil
que en una “década ominosa” se cobró
200 000 víctimas, han frenado el ímpetu
de lo que podría haber sido una primavera
argelina. Las protestas, iniciadas en 2011,
prosiguen desde enero de 2012 aunque son
discontinuas y sectoriales, sin proyección
nacional, lo que resta fuerza al movimiento:
manifestaciones de parados en Skikda,
Ouargla y Laghouat; protestas en Argel y
Orán solicitando viviendas sociales; huelgas
de trabajadores del sector público; disturbios
en pequeñas ciudades con reivindicaciones
sociales como el aumento de salarios o
la mejora de las condiciones de vida. El
impulso del movimiento contestatario se
encuentra también debilitado por la escasa
capacidad de movilización de unos partidos
políticos de oposición, y de la sociedad
civil, que han perdido, tras décadas de
marginalización o de “colaboración” con el
régimen, gran parte de su influencia. Sin
embargo, el régimen, que ha visto caer a
sus homólogos en países del entorno, ha
emprendido una senda hacia una tímida
reforma que le otorgue credibilidad tras el
proceso electoral.
El presidente Boutefliqa anunció en abril
de 2011, en un discurso a la nación, una
serie de reformas, azuzadas todas por las
primaveras árabes del entorno y exigidas
no solo por la oposición sino también
por un socio de gobierno, el islamista
Movimiento de la Sociedad por la Paz
(Hamas): abolición del Estado de excepción
(después de 19 años), proyecto de reforma
de la Constitución para fortalecer el papel
del parlamento, permitir la creación de
canales privados de televisión, nueva ley
(Elecciones parlamentarias 2012)
para fomentar la participación de la mujer
en las asambleas electas, enmiendas a la
ley electoral, luchar contra la corrupción y,
en general, responder a las reivindicaciones
de la sociedad argelina (trabajo, vivienda…).
Y entre esas promesas de apertura, el
compromiso de celebrar elecciones limpias
y transparentes con dos mecanismos: la
apertura del espacio político, con una ley
de partidos que ha permitido la creación
de nuevas formaciones después de trece
años; y, por primera vez en la historia del
país, la aceptación de la participación de
observadores locales e internacionales
(Unión Europea, Unión Africana, Liga
Árabe, Organización de Cooperación
Islámica,
Carter
Center,
National
Democratic Institute), bajo la supervisión
de una comisión judicial oficial, y no del
ministerio de Interior, y de otra comisión
independiente formada por los partidos que
participan en las elecciones.
Así pues, el 10 de mayo se celebrarán las
elecciones a la Asamblea Popular Nacional
(Parlamento) en un entorno diferente, con
la presencia de observadores electorales
y con un mapa de partidos políticos que
ha adquirido cierta dinámica inexistente
hasta ahora.
Lucha contra el fraude y contra el
abstencionismo
La prioridad del régimen es una transparencia
avalada por los observadores y conseguir
unos índices aceptables de participación,
para convencer, en primer lugar a la sociedad
argelina, y en segundo lugar a la sociedad
internacional, especialmente a EEUU, de
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8
Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
que Argelia no necesita una “primavera
árabe”, que el régimen argelino “no es
como los otros”, que la reforma en el
país estará amparada por el mismo
régimen, que “nuestra primavera es
Argelia” (Rabi‘u-na al-Yaza’ir) tal y como
reza el eslogan utilizado por el ministerio
de Interior para las elecciones. Así, el
régimen sigue los consejos dados por
la secretaria de Estado estadounidense,
Hillary Clinton, a la jefatura argelina
cuando visitó el país a finales de febrero:
“la
Administración
estadounidense
espera que se les permita a los argelinos
practicar sus libertades, en el más amplio
sentido de la palabra, y en primer lugar
la libertad de elegir a sus representantes
en el parlamento”; aunque el embajador
de EEUU en Argelia, Henry Ensher,
fue más lejos en sus declaraciones:
“las elecciones parlamentarias son
una oportunidad para los argelinos
de cambiar el régimen del país”. Si la
táctica del régimen funciona, tutelará una
transformación tranquila, pero si no hay
una alta participación o si hay sospechas
de fraude, se hará patente el rechazo
de la sociedad argelina a su régimen y
a las pretensiones de éste de liderar una
“reforma” light que no suponga un cambio
profundo del sistema político.
Composición del Parlamento argelino, mayo de 2007.
Total escaños:389
Es tanto el afán de las autoridades en que
estas elecciones sean creíbles para la
sociedad argelina y la internacional, que
el ministro de Interior ha amenazado con
penas de cárcel a aquellos que cometan
cualquier tipo de fraude. Pero la etapa
preelectoral no comenzó con buen pie y
a pesar del empeño público del régimen
en asegurar la transparencia y su
determinación de perseguir cualquier tipo
de fraude, lo cierto es que la Comisión
Independiente para la Supervisión de las
Elecciones –formada por representantes
de los partidos que concurren en las
elecciones y por representantes de los
candidatos independientes– comenzó a
dudar de las verdaderas intenciones del
régimen y a denunciar lo que calificaba
de fraude ya en el mes de marzo: tanto
Muhammad Siddiqi, presidente de la
Junta, y miembro del partido de oposición
Pacto 54 (‘Ahd 54), como Louise
Hannun, secretaria general del Partido
de los Trabajadores, denunciaron que
las irregularidades habían comenzado
a raíz de la operación de inscripciones
colectivas de miembros del ejército
para votar en los lugares donde están
acuartelados (por ejemplo, 30.000 en
Tinduf) sin tener constancia de que sus
nombres hubiesen sido suprimidos de los
registros de sus lugares de procedencia
y tras haber finalizado el periodo legal
para ello. Además, denunciaron que la
Comisión carecía de las capacidades y
los medios logísticos necesarios para
supervisar todo el proceso, acusando
al gobierno de negarles dichos medios,
ya que según el art. 187 de la Ley
Para lograr una alta participación, el
presidente no ha dudado en comparar en
varias ocasiones la cita electoral de mayo
con la independencia del país en 1962,
aprovechando las celebraciones del
cincuenta aniversario, por su importancia
histórica y por la participación en el
referéndum de 1962 (más del 90%),
incluso apelando a la memoria histórica
y al sentimentalismo: “votar es mostrarse
fiel a los mártires de la revolución”. De
manera que la mejor manera para situar
al régimen en una crisis de credibilidad
internacional sería el boicot de las
elecciones y así lo han entendido varias
fuerzas políticas y sociales partidarias
de la abstención: Agrupación por la
Cultura y la Democracia, activa sobre
todo en la zona de la Qabilia (que cuenta
con 19 diputados en el parlamento
saliente), los dirigentes del disuelto
Frente Islámico de Salvación, partidos
minoritarios, algunas fuerzas sindicales
como el Sindicato Nacional Autónomo de
Personal de la Administración Pública, y
movimientos surgidos en el contexto de
las protestas sociales que comenzaron
en enero de 2011 como el Movimiento
de la Juventud Independiente para el
Cambio (MJIC), o el Grupo Argelia 2012
Boicot de las Legislativas. El mismo día
que comenzaba la campaña electoral,
el 15 de abril, el MJIC, movimiento
juvenil de universitarios activo en las
redes sociales, intentó organizar una
concentración en el centro de la capital
para llamar al boicot de las elecciones
(“el boicot es la verdadera expresión del
deseo del pueblo argelino de inducir el
Electoral, las autoridades argelinas están
obligadas a prestarles el apoyo logístico
para llevar a cabo su misión. Ante esta
situación, la Comisión decidió paralizar
sus actividades durante tres días, con
la consiguiente merma de la credibilidad
del proceso. Estas dos cuestiones, junto
con la reivindicación de una papeleta
única que facilite el proceso de votación,
pueden poner en peligro la verosimilitud
del proceso y de sus resultados, tal y
como expresaron veinte dirigentes de
importantes partidos políticos (islamistas,
nacionalistas y de izquierdas) en un
comunicado conjunto publicado a
principios de abril.
cambio y de rechazar el actual régimen
antidemocrático”).
El miedo a la escasa participación
en las legislativas de mayo está más
que justificado, ya que desde 1997 el
porcentaje de abstención ha aumentado
considerablemente: 35% en 1997, 54% en
2002 y 65% en 2007. Con el fin de evitar
esas tasas, el gobierno lleva a cabo una
intensa campaña para concienciar sobre
la necesidad de participar en el proceso
electoral, hasta el punto de que parece
haberse excedido como lo demuestra
el llamamiento lanzado por el ministro
de Asuntos Islámicos, Abu Abdallah
Gulamallah, a los imanes para que desde
sus púlpitos convenzan a los electores
de la necesidad de acudir a las urnas, lo
que ha provocado el resurgimiento del
debate mezquita/política y el uso de los
espacios religiosos con fines políticos y
partidistas, rechazado por grupos como
el Frente de Fuerzas Socialistas e incluso
por movimientos islamistas como el
Movimiento de la Sociedad por la Paz.
Desde el propio régimen se ha utilizado la
estrategia del miedo, según se desprende
del contenido del discurso del primer
ministro, Ahmad Uyahya: si no hay una alta
participación, las elecciones no tendrán
credibilidad y Argelia, en el plano regional
e internacional, tampoco, y pasará como
en diciembre de 1991 cuando “triunfó la
abstención” y eso hizo que “los otros”
(el FIS) creyeran que habían triunfado
“y si no queremos vernos degollados
unos a otros… y si la mujer quiere seguir
siendo musulmana como en el islam
y no como en el islam de los derviches
(los islamistas)…”, hay que acudir a las
urnas (Al-Jazeera, 21/03/2012). Miedo,
memoria y sentimentalismo: esta cita
electoral, según Boutefliqa, no es menos
importante que “el 1 de noviembre de
1954”, fecha del estallido de la revolución
de liberación contra el colonialismo
francés (Al-Jazeera, 21/03/2012).
El panorama político
Si bien el régimen argelino sigue
basándose, como lo hicieron sus
homólogos en Túnez, Libia o Egipto,
en la institución militar y en los cuerpos
de seguridad, hay toda una serie de
Atalaya Sociopolítica
partidos políticos de tendencias liberales,
islamistas o laicas, que desarrollan su
labor en los márgenes del poder y le
confieren al régimen un aspecto de
“democracia
multipartidista”.
Como
señala el investigador Lahouari Addi,
“el sistema político argelino parece
un iceberg cuya parte emergida está
compuesta por el Estado y los partidos en
tanto que son cristalización de aspiraciones
de grupos sociales que tienen como objetivo
realizar proyectos políticos que pretenden
defender los intereses generales de la
sociedad. La parte sumergida es el conjunto
de redes y otros grupos de presión que tiene
poder de hacer y deshacer conectados,
de una manera u otra, al ejército” y que se
alían o luchan por el control o el acceso a
los recursos del Estado. Desde la llegada
al poder de Boutefliqa, en 1999, una ley
no escrita prohibía la creación de nuevas
formaciones políticas, pero la presión de
las revoluciones en los países del entorno
obligó a revisar esta situación. En diciembre
de 2011, el parlamento aprobó la ley para
la incorporación de nuevos partidos y, en
enero de 2012, el ministerio de Interior
anunció la concesión del permiso para la
creación de los primeros nuevos partidos
(aunque el reconocimiento definitivo sólo
se consigue tras la celebración de sus
respectivos congresos fundacionales). Ahora
hay casi veinte partidos nuevos, algunos ya
reconocidos definitivamente, y aunque la
mayoría son minoritarios, algunos cuentan
con políticos de larga trayectoria (Frente
de la Justicia y Desarrollo, de Abdallah
Yaballah, Partido de la Libertad y la Justicia,
de Muhammad al-Sa‘id). Esta medida
“aperturista” es al mismo tiempo vista por
parte de la oposición como tendente a
configurar un parlamento “mosaico” de
pequeñas fuerzas políticas (concurren 44
partidos) –más atomizado incluso que el
actual– que permitan al régimen manejar la
crisis a su antojo y asegurar un margen de
maniobra suficiente para aquel que suceda
a Abdelaziz Boutefliqa en las elecciones de
2014, cuando en teoría expira su tercer y
último mandato presidencial.
El Frente de Liberación Nacional
Los dos grandes partidos del poder son el
Frente de Liberación Nacional (FLN), que
tiene mayoría en el parlamento y ocupa la
mayor parte de los puestos gubernamentales
(13 ministerios), y la Agrupación Nacional
Democrática (AND), segundo partido del
parlamento y cuyo secretario general,
Ahmad Uyahya es el primer ministro. Estas
dos formaciones han ejercido un control
casi absoluto, en parte debido a la alta
abstención en comicios anteriores, a los
actos fraudulentos y al boicot de partidos que
denunciaban las irregularidades y el fraude.
El gobierno actual también incluía, hasta hace
poco, al islamista Movimiento de la Sociedad
por la Paz (Hamas), que sin embargo decidió
abandonar la coalición gubernamental ante
la próxima cita electoral.
El Frente de Liberación Nacional –FLN(Yabhat al-Tahrir al-Watani), la histórica
organización política que condujo a Argelia
a la independencia hace medio siglo, lo
que le reportó la legitimidad revolucionaria
de la que ha vivido desde entonces, es
ahora un partido esclerotizado tras décadas
de régimen de partido único. El proceso
aperturista tras las revueltas sociales de
octubre de 1988, que obligaron al presidente
Chadli Benyedid a introducir reformas
constitucionales, mermó la influencia del
FLN al abrir el espacio político, quedando
atrapado entre la poderosa institución militar
y los otros partidos que entraron en escena.
Ahora, esta formación llega a los comicios
dividida y debilitada por dos motivos:
algunos de sus dirigentes, pertenecientes
al “movimiento taqwimiyya” (movimiento
correctivo), han decidido presentar listas
independientes bajo la denominación de
Ta’sil-Auténtico en casi todas las provincias
que competirán con las listas del propio
partido. A este movimiento correctivo
dentro del FLN pertenece, por ejemplo, el
ex ministro Muhammad al-Saguir Qara. La
ruptura interna se remonta a septiembre de
2010 cuando varios dirigentes (Qara, al-Hadi
Jalidi, ministro de Formación Profesional,
Mahmud Judri, ministro de Relaciones con el
Parlamento) se desvincularon del secretario
general del partido, Abdelaziz Beljadem, en
protesta por sus métodos no democráticos.
El otro motivo es que la oposición interna a
Beljaden se ha agudizado, tanto dentro del
Comité Central como en el Buró Político,
por la práctica seguida por este último de
prohibir las candidaturas de miembros
destacados del partido y elegir, en su lugar,
a personas desconocidas que, según estos
dirigentes, lo conducirán a la derrota. Estas
divergencias han llevado a 220 de los 351
miembros del Comité Central a presentar
una moción de censura contra el secretario
general y el buró político para elegir una
nueva jefatura antes de los comicios,
denunciando las prácticas de clientelismo
usadas por Beljaden para elaborar las
listas electorales sin respetar los estatutos
internos del partido. Es muy probable
que, a pesar de la intervención del
propio presidente Boutefliqa, presidente
honorífico del FLN, quien ha intentado
una reconciliación entre Beljadem y los
dirigentes del Movimiento Correctivo, el
partido sea incapaz de competir unificado y
con listas mixtas.
Casa Árabe
Logo de la Agrupación Nacional Democrática
La Agrupación Nacional Democrática -AND(al-Tayammu‘ al-Watani al-Dimuqrati), del
primer ministro Ahmad Uyahya, fue creada en
1997 y desde entonces ha estado presente
en todos los gobiernos. Está considerada la
segunda fuerza política argelina. Presenta
462 candidatos distribuidos en las 48
provincias y en los cuatro distritos electorales
en los que se divide la comunidad argelina en
el extranjero. Según señala el investigador
Abid Sharif, la AND es “una organización que
reúne a cuadros de la administración y de los
diferentes departamentos que viven en los
márgenes del régimen y que no encontraron
su sitio en las filas del Frente de Liberación
Nacional… y cuyos miembros consideran
que es algo natural que la burocracia detente
el gobierno del país, puesto que constituye
una prolongación natural del sistema de
seguridad y militar”. Tampoco esta formación
se libra de movimientos correctivos internos
por parte de un sector, entre los que destaca
una de las fundadoras del partido, Nuriyya
Hafsi, presidenta de la Unión de Mujeres
Argelinas, que considera que la gestión
de Uyahya ha sido negativa, con prácticas
antidemocráticas que han provocado la salida
de gran parte de los miembros fundadores
del partido. Las críticas internas son similares
al caso del FLN: la elaboración de listas
electorales basándose en el clientelismo y
desoyendo a las bases.
Huseyn Ayt Ahmad y Louise Hannun, máximos
dirigentes del FFS y del PT.
9
10
Casa Árabe
Junto a estas dos fuerzas mayoritarias,
destacan el Frente de Fuerzas Socialistas
-FFS- (Yabhat al-Qiwa la-Ishtirakiyya), y
el Partido de los Trabajadores –PT- (Hizb
al-‘Ummal). El FFS no tiene presencia en
el parlamento saliente dado que desde
2002 ha boicoteado los comicios por
considerarlos fraudulentos, sin embargo,
el partido de oposición más antiguo del
país anunció, el viernes 2 de marzo, que
participará en los próximas elecciones
para contribuir a “la construcción pacífica
de la alternancia democrática”. Fundado
en 1963 y presidido por el histórico
dirigente del movimiento nacional argelino
Huseyn Ayt Ahmad, este partido es visto
como democrático –aunque sus posturas
radicalmente contrarias a cualquier
fuerza política islamista y a la llegada de
los islamistas al poder merma un tanto
esa característica–, de oposición y con
tradición en la esfera política argelina. El
partido es especialmente influyente en el
sector beréber, que representa un tercio
de la población, lo que debilita un tanto su
proyecto nacional. Para estas elecciones,
el FFS ha recuperado figuras históricas
que estaban en primera fila de la lucha
política en la década de los noventa.
El Partido de los Trabajadores, de
Louise Hannun, fue fundado en 1990
como prolongación de la Organización
Socialista de los Trabajadores que
actuaba de forma clandestina hasta la
apertura del espacio político en 1989.
Defiende un programa de izquierdas:
defensa de las clases trabajadoras, en
contra de la privatización y a favor de
la intervención del Estado para impulsar
la producción nacional. Esta formación
es partidaria de la creación de una
Asamblea Constituyente que elabore,
y discuta con las fuerzas sociales, una
nueva Constitución argelina. Es la cuarta
fuerza del parlamento con 26 diputados.
Las fuerzas islamistas
Las fuerzas islamistas obtuvieron algo
menos de 60 escaños (de un total de
389) en las legislativas de 2007. Tras
los recientes permisos de creación de
partidos, hay seis fuerzas que pueden
calificarse como pertenecientes a la
“corriente islamista”. Concurren cargadas
de optimismo por los triunfos cosechados
por esta tendencia en Marruecos, Túnez
y Egipto y animados por declaraciones de
diferentes personalidades: el secretario
general del movimiento tunecino alNahda, Rashid al-Gannushi, pronosticaba
hace unas semanas buenos resultados
para esta corriente y el líder del FLN,
Abdelaziz Beljadem, cree que pueden
conseguir una mayoría relativa del 35%.
Los sondeos de opinión realizados hasta
el momento no son muy concluyentes
al respecto: los hay que dan el triunfo
al FLN y a la AND (La Nation), y otros
a las fuerzas islamistas del Bloque
Argelia Verde (al-Shuruq). Pero también
Atalaya Sociopolítica
se presentarán divididos: por un lado,
el Bloque Argelia Verde, creado por
tres partidos con una cierta trayectoria
y, por otro, tres formaciones de nuevo
cuño aunque con históricos dirigentes,
como Abdallah Yaballah o Abdelmeyid
Menasra.
Bloque Argelia Verde
Tres fuerzas de corte islamista se han
aliado de cara a las próximas elecciones
legislativas: el Movimiento de la Sociedad
por la Paz-Hamas (Haraka Muytama‘ alSilm), el Movimiento de Renacimiento
Islámico (Harakat al-Nahda al-Islamiyya)
y el Movimiento de Reforma Nacional
(Haraka al-Islah al-Watani).
El Movimiento de la Sociedad por la Paz
(MSP), dirigido por Bouguerra Soltani,
fue creado a principios de los 90 por
Mahfuz Nahnah (m. 2003) y reconocido
oficialmente como partido político en
febrero de 1991. Reclama el “legado de
los Hermanos Musulmanes”, el diálogo,
la reforma islámica, la transformación
progresiva, la no confrontación con las
autoridades (aprobó la intervención del
ejército contra el Frente Islámico de
Salvación en los noventa) y la coordinación
con las otras fuerzas islamistas. Se le ha
considerado la segunda fuerza política
islamista en el país, tras el FIS. Ha
participado en el gobierno de la alianza
presidencial durante ocho años, hasta que
en diciembre de 2011 y ante la perspectiva
de las elecciones y, en gran medida
debido al triunfo de sus correligionarios
en Túnez (al-Nahda), Marruecos (Justicia
y Desarrollo) y Egipto (Hermanos
Musulmanes) decidió abandonarla, pero
no así los cargos gubernamentales, ya que
sigue contando con cuatro ministros. Se le
considera un movimiento de élites cultas
y universitarias y de las tres formaciones
del bloque es la que más peso tiene,
tanto social como institucional.
El Movimiento al-Nahda fue fundado
por Abdallah Yaballah como partido
político reconocido en diciembre de
1990. Apuesta por el concepto islámico
de shurà (consulta) como método de
gobierno. Defiende la independencia
política, económica, cultural y social, la
labor política, la estabilidad y la seguridad.
Fue crítico tanto con el FIS como con el
régimen argelino por recurrir ambos a la
violencia política.
El Movimiento de Reforma Nacional
(MRN) fue el segundo experimento de
Yaballah, tras el golpe interno en alNahda que acabó con su salida de esa
formación. Lo fundó en 1999 y, bajo su
dirección, obtuvo buenos resultados en las
elecciones parlamentarias de 2002. Pero, al
igual que ocurrió en su primera formación,
Yaballah acabó siendo apartado del grupo
y abandonándolo pocos años después.
A raíz del cambio en la jefatura, el MRN
perdió influencia social y cosechó discretos
resultados en elecciones posteriores. Su
actual secretario general es
Hamlaoui
Akkushi.
Las tres fuerzas que componen el bloque
irán en listas unificadas, con una campaña y
un programa unificados, tal y como estipula
el documento de alianza electoral (Mithaq
Takattul al-Yaza’ir al-Jadra’), que firmaron
el 7 de marzo. Según el documento, el
bloque se constituye sobre nueve principios
generales, siendo el primero de ellos “el
islam, la arabidad y el elemento amazig”
como elementos de la identidad argelina.
El Bloque defiende un régimen democrático
republicano basado en la Constitución y
soberanía del pueblo, la alternancia pacífica
en el poder, las libertades individuales
y colectivas, el pluripartidismo y los
derechos humanos, la soberanía nacional,
la unidad territorial, el Estado de Derecho
y los pactos basados en un equilibrio de
intereses. Los objetivos de estas tres
fuerzas políticas, tal y como se recogen
en el Pacto, son: reforma constitucional;
protección de los componentes de la
identidad nacional; ciudadanía, libertades
individuales,
colectivas
y
derechos
humanos; fortalecimiento de la unidad
El Bloque Argelia Verde vio la luz en marzo. De izquierda a derecha: Hamlaoui Akkushi (MRN), Bouguerra
Soltani (MSP) y Fateh Rebiai (al-Nahda) y el pacto firmado por los tres grupos.
Atalaya Sociopolítica
nacional; pluralismo político, voluntad del
pueblo y desarrollo nacional; reforma del
sistema legislativo y jurídico; profundización
de las reformas en todos los terrenos; el
afianzamiento del Estado de Derecho y de
la situación de Argelia en los planos regional
e internacional; la reconciliación nacional;
el combate contra la corrupción según los
criterios internacionales; luchar contra la
pobreza, el paro y la marginación y centrarse
en la promoción de la juventud; el desarrollo
sostenido; fomentar el sector público y el
privado; defender la dignidad de la mujer
en la sociedad; desarrollar el sistema
educativo; solidaridad social; contacto con la
comunidad argelina en el extranjero; hacer
realidad la Unión del Magreb Árabe, la
integración árabe e islámica y la cooperación
africana e internacional; apoyar la cuestión
palestina; una nueva formulación de las
relaciones exteriores teniendo el cuenta
el equilibrio de intereses, el respeto de las
especificidades, el desarrollo y la protección
medioambiental.
El Pacto del Bloque hace varias referencias
a la revolución de liberación frente al
colonialismo francés y las reivindicaciones
de independencia, soberanía y régimen
democrático en el marco de los principios
islámicos según aparecía en el comunicado
del 1 de noviembre de 1954, el día que
estalló la revolución de liberación. Es decir,
se presentan con el objetivo de “culminar
el mensaje de los mártires después de
cincuenta años de haber recuperado la
soberanía nacional”. Es una manera de
arrogarse una legitimidad basada en la
historia del pueblo argelino, en la revolución
y en la independencia. Pero, según el
investigador Ahmida ‘Ayashi, director
general de Djazair News y especialista en
los movimientos islamistas argelinos, esta
corriente no tiene una cultura de coaliciones
o bloques, pues siempre han predominado
en su seno las luchas por las jefaturas (alHayat, 13/03/2012).
El Bloque de Argelia Verde ha amenazado
con retirarse de las elecciones en el caso
de que aparezcan síntomas de posible
fraude, lo cual supondría un duro revés a
las pretensiones del régimen de convertir el
proceso en una cita limpia, transparente y
con verdadera participación.
Nuevos partidos islamistas
Los tres partidos islamistas nuevos, creados
tras la resolución del ministerio de Interior de
aceptar nuevas formaciones en el espacio
político el pasado mes de enero, no han
entrado en la alianza de los “viejos” partidos,
es más, la han rechazado. Tampoco es
que los partidos del Bloque deseen su
inclusión, puesto que consideran que
no aportarían nada nuevo a su alianza
y debido también a los personalismos
(Yaballah fue el creador de al-Nahda y
de Reforma Nacional), las diferencias y
ajustes de cuentas del pasado.
Casa Árabe
De izquierda a derecha, Abdelmeyid Menasra, Yamal Ahmad Abdessalam y Abdallah Yaballah
El Frente del Cambio Nacional (Yabhat
al-Tagiir al-Watani), del ex ministro
de Industria y dirigente escindido del
Movimiento de la Sociedad por la Paz,
Abdelmeyid Menasra, es el brazo político
del Movimiento de Predicación y Cambio,
presidido por Mustafa Belmahdi, cuya
asamblea consultiva decidió, en febrero de
2011 y como continuación de la labor de
Mahfuz Nahnah, crear un partido político.
Celebró su congreso fundacional el 17 y
18 de febrero de 2012 y está a la espera
de su reconocimiento legal. Reivindica
el Estado de derecho, la ciudadanía, la
reforma constitucional, el respeto de los
derechos humanos y el fortalecimiento de
la situación de la mujer, el desarrollo y la
reforma administrativa, para contribuir al
renacimiento del país y a la fundación de la
Segunda República. Este frente ha tenido
que quitar de entre sus fundadores a cuatro
personas por presiones del gobierno quien
los consideraba ex miembros del FIS,
ilegalizado en mayo de 1992.
El Partido de la Nueva Argelia (Hizb alYaza’ir al-Yadida) está dirigido por Yamal
Ahmad Ben Abdessalam, ex secretario
general del Movimiento de Reforma
Nacional y dirigente escindido previamente
de al-Nahda. Abdessalam considera
que la sola idea de la “alianza islamista”
puede evocar los fantasmas del pasado
–la violencia verbal y la guerra civil de los
noventa– y es más partidario de llegar a
acuerdos nacionales con todos los partidos
políticos, independientemente de su
orientación ideológica.
El Frente de la Justicia y el Desarrollo –
FJD- (Yabhat al-‘Adala wa-l-Tanmiyya) es
el último experimento político de Abdallah
Yaballah, un político que, al igual que el
MSP, reivindica la herencia de los Hermanos
Musulmanes, aunque confiriéndole una
dimensión puramente argelina. Su regreso
a la escena política con esta nueva
fórmula, tras sus fracasos en al-Nahda y el
MRN, es otro elemento importante de las
próximas elecciones. Yaballah tiene una
dilatada experiencia política desde los años
setenta, y cuenta a su favor que nunca ha
sido un hombre del régimen, mientras que
el MSP sí ha formado parte de diferentes
gobiernos. Siempre ha estado en la
oposición e incluso ha sido perseguido.
Aspira también a un triunfo en las urnas
atrayendo los votos de sus seguidores y
de los seguidores del FIS. Pero al igual que
ocurrió en sus experiencias anteriores, ya
ha surgido un “movimiento correctivo” en el
seno del FJD contra la forma de toma de
decisiones, personalizada en Yaballah, y el
despotismo interno, sobre todo a propósito
de la elaboración de las listas electorales.
Este movimiento de disidencia está dirigido
por miembros fundadores, por miembros
de la asamblea consultiva del partido y por
coordinadores de provincias. De manera que
el FJD, creado apenas hace unos meses,
puede llegar a las elecciones dividido.
El gran ausente en esos comicios será
el Frente Islámico de Salvación –FIS-. El
FIS fue fundado en marzo de 1989 como
un conjunto de diferentes tendencias
(rígidas, moderadas, flexibles y reformistas,
específicamente argelinas, tendencias más
marcadamente salafíes), y triunfó en las
elecciones municipales de junio de 1990 y
en las legislativas de diciembre de 1991. Fue
ilegalizado en marzo de 1992 tras el golpe
militar para abortar el proceso electoral. Sus
miembros (tanto los dirigentes como las
bases) tienen prohibido, por ley, participar
en las elecciones, lo que muestra que la
normalización de la vida política argelina
está todavía lejos de ser una realidad, a
pesar de las reformas y de la nueva ley de
partidos. El FIS ha llamado a boicotear el
proceso electoral, según un comunicado
del 13 de marzo firmado por Abbasi
Madani y Ali Belhayy en el que defienden
un cambio radical a través del boicot. El
FIS considera que las llamadas reformas
del régimen son puramente “formales e
improvisadas” y vienen dictadas por la
movilización revolucionaria en los países
árabes.
Ali Belhay y Abbasi Madani, dirigentes del
ilegalizado Frente Islámico de Salvación
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Casa Árabe
Conclusión
La próxima cita electoral será un punto de
inflexión en la historia argelina. Si se dan
las condiciones de transparencia y alta
participación, el régimen de Boutefliqa,
avalado por las urnas y con el apoyo
de la sociedad internacional, dirigirá un
proceso de transición “tranquila”, como
lo define el investigador Abdelnaser
Yabi. Es decir, el régimen deberá
Atalaya Sociopolítica
garantizar una transición llevando a
la práctica las reformas que prometió
hace ahora un año. Si las elecciones
transcurren de forma transparente, el
parlamento electo y con legitimidad
popular será, prácticamente, una
“Asamblea Constituyente” puesto que
entre sus prioridades figurará la de
elaborar una nueva Constitución que se
someterá a referéndum popular antes de
las presidenciales de 2014 y que, muy
probablemente recortará las atribuciones
del presidente de la República. Pero si no
se dan esas condiciones, este proceso
de “primavera árabe a la argelina” puede
fracasar y abrir el espacio a un escenario
de inestabilidad y ruptura en un entorno
favorable, el de las primaveras árabes,
que podría acabar con otro régimen en
la zona.
Rafael Ortega
Datos
Nº de escaños: 462 (en las elecciones de 2007 había 389, la ampliación de escaños se hace basándose en el aumento de la
población durante estos últimos cinco años). 150 escaños asignados a las mujeres (30%)
Colegios electorales: 52 000
Población: 36 millones
Número de electores: 21 millones (4 millones de nuevos electores)
Candidatos: 25 800 (antes de la revisión por el ministerio de Interior). 2035 listas (1842 de partidos y 211 de independientes).
Partidos: 44
Presencia de observadores extranjeros: uno 500 pertenecientes a la Unión Europea, Unión Africana, Liga Árabe, Organización de
Cooperación Islámica, Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales como Carter Center y National Democratic Institute.
Supervisión local: comité de justicia (formado por 316 jueces) y comité independiente.
Evolución del porcentaje de abstención: 54% en 2002; 65% en 2007 (datos oficiales).
FUENTES
ADDI, Lahouari. “Les partis poliqiues en Algérie”, en Revue des mondes musulmans et de laMéditerranée, vol. 111-112, marzo 2006, pp.
139-162. [Disponible en: http://remmm.revues.org/2868]
HAMIDI, Adel. “Hal yunyiz al-islah al-siyasi al-hadi’ fi-l-Yaza’ir rabi‘ dimuqrati” (al-Quds al-Arabi) [Disponible en: http://www.alquds.co.uk/
index.asp?fname=today\13qpt479.htm&arc=data\2012\02\02-13\13qpt479.htm]
HASAN, Jaled. “Mustaqbal hukm al-‘askar fi-l-Yaza’ir” [disponible en: http://www.aljazeera.net/analysis/pages/a54c5231-3bda-491a9f73-4ce61617d149]
QAWI, Bouhaniyya. “Azmat al-harak al-dajili fi-l-ahzab al-yaza’iriyya: qira’at naqdiyya”, en al-Mayalla al-‘Arabiyya li-l-‘Ulum, nº 30
(Primavera 2011), pp. 48-63.
RAZAQI, Abdel‘ali. “Barlaman al-Yaza’ir al-qadim”, Aljazeera, 21/3/2012. [Disponible en: http://www.aljazeera.net/analysis/
pages/2538ef3b-493f-4e31-8314-4835eaa021ce]
SHARIF, Abid. Al-Yaza’ir: intijabat tashri‘iyya li-iyhad al-tagiir. Markaz al-Yazira li-l-Dirasat (marzo 2012). [Disponible en:
http://studies.aljazeera.net/ResourceGallery/media/Documents/2012/3/11/201231192930743734Algeria-legislative%20elections%20
to%20abort%20the%20change.pdf]
YABI, Abdelnaser. Maziq al-intiqal al-siyasi fi-l-Yaza’ir. Thalatha ayyal wa-sinariuhat. Al-Markaz al-‘Arabi li-l-Abhath wa-Dirasat al-Siyasat,
Ma‘had al-Dawha (febrero 2012). [Disponible en: http://www.dohainstitute.org/Home/Details?entityID=5d045bf3-2df9-46cf-90a0d92cbb5dd3e4&resourceId=4b67864c-4156-4748-9c75-7235c201c9ee]
------“al-Mumarasa al-dimuqratiyya dajil al-ahzab al-yaza’iriyya bayna irth al-madi wa-tahaddiyyat al-mustaqbal”, en al-Mayalla al‘Arabiyya li-l-‘Ulum, nº 30 (Primavera 2011), pp. 9-47.
RECURSOS
http://www.pfln.org.dz (Página del Frente de Liberación Nacional)
http://www.rnd-dz.com/index_ar.php (Página de la Agrupación Nacional Democrática)
http://www.hmsalgeria.net (Página del Movimiento de la Sociedad por la Paz)
http://www.rcd-algerie.org (Página de la Agrupación por la Cultura y la Democracia)
http://www.ptalgerie.com (Partido de los Trabajadores)
http://www.ffs-dz.com (Frente de Fuerzas Socialistas)
http://www.elislah.net (Movimiento de Reforma Nacional)
http://www.fna.dz (Frente Nacional Argelino)
http://www.nahda-dz.org (Movimiento al-Nahda)
http://eladala.net/ar/ (Frente de Justicia y Desarrollo)
http://www.facebook.com/abdellahdjabellah (El líder del FJD, Abdallah Yaballah, en facebook)
http://www.jabhataghyir.net/ar/ (Frente del Cambio Nacional)
http://www.fisdz.com/?q=ar (Página del Frente Islámico de Salvación, ilegalizado)
http://www.tsa-algerie.com/ar/home/ (Tout sur l´Algerie)
http://www.djazairnews.info/
http://www.hmsalgeria.net/ar/downloads/mithak_takatol.pdf (Documento del Bloque Argelia Verde)
http://www.lanation.info/
http://www.echoroukonline.com/ara/
Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
Desde hace varios años, el régimen afgano y Estados Unidos han intentado entablar un proceso de negociación de paz con la insurgencia
protagonizada por el Movimiento Taliban, el Partido Islámico de Qalbuddin Hikmatyar y la Red Haqqani. En 2011, se inició un nuevo
acercamiento por parte de EEUU, entre cuya opinión pública disminuye el apoyo a la presencia en Afganistán, con el objetivo de integrar
al movimiento rebelde en el proceso de transición y traspaso de la soberanía, a fin de que tras la retirada de las fuerzas internacionales
de la ISAF, prevista para finales de 2014, el régimen no se desintegre. El Movimiento Taliban, reticente a entablar un diálogo con el
régimen de Hamid Karzai, al que no reconoce legitimidad alguna, insiste en que no se trata de conversaciones de paz sino de unas
primeras iniciativas, con la mediación de Qatar y la aprobación de Pakistán, para restaurar la confianza entre las partes con una serie de
condiciones. La insurgencia pide la liberación de líderes del movimiento presos en Guantánamo y busca la apertura de una oficina en
Doha para retomar el diálogo con la sociedad internacional; mientras que EEUU exige la renuncia a las armas y el distanciamiento total
de la red al-Qaida. Sin embargo, los obstáculos al proceso son continuos, tanto por varias acciones de las tropas internacionales (quema
de ejemplares del Corán) como por los ataques de la insurgencia que ha comenzado ya la nueva ofensiva de primavera. Esos obstáculos
están retrasando, cuando no paralizando, los resultados de esos primeros contactos.
Afganistán: ¿hacia una recomposición interna?
La cuestión de unas negociaciones de paz entre la administración estadounidense, el régimen de Kabul y la insurgencia afgana
formada por el Movimiento Taliban, el Partido Islámico de Qalbuddin Hikmatyar y la Red Haqqani, se ha retomado con la mediación
de Qatar y con la necesaria participación de Pakistán. Pero es un proceso frágil sometido a muchos obstáculos: la lentitud para
generar confianza entre las partes y el inicio de la ofensiva de primavera de la insurgencia pueden enterrarlo de nuevo.
El presidente afgano, Hamid Karzai,
reveló el pasado mes de febrero que
las conversaciones tripartitas entre el
gobierno, la administración de EEUU
y la insurgencia habían comenzado.
Según Karzai, “la gente en Afganistán
quiere la paz, incluidos los Taliban…
ellos son como nosotros, tienen sus
familias, sus parientes, sus hijos y
están sufriendo un momento crítico…”
(The Wall Street Journal Europe
16/02/2012). Ese lenguaje utilizado
por el presidente afgano sugería que
el régimen quiere, por fin, incluir al
Movimiento Taliban en el proceso de
paz, y en las estructuras del Estado,
antes de finales de 2014, fecha prevista
para la retirada total de las tropas de
la Fuerza Internacional de Asistencia
a la Seguridad en Afganistán (ISAF),
dirigida por la OTAN, que cuenta con
unos 130.000 efectivos en el país, la
mayoría estadounidenses. Y por otro
lado, expresaba el deseo de Karzai
de tener, en esta ocasión, voz en las
posibles negociaciones, dado que no
había sido invitado a conversaciones
anteriores entre EEUU y la insurgencia.
Sin embargo, el presidente afgano se
precipitó al hablar de conversaciones
de “paz”, puesto que lo que se estaba
dando en esos momentos eran
conversaciones preliminares, gestos
de buenas intenciones, cumplimiento
de condiciones, es decir, pasos
previos para generar confianza entre
las partes antes de iniciar realmente
“negociaciones de paz”. Por eso, el
movimiento insurgente se apresuró a
negar haber iniciado conversaciones
de “paz” y menos con un régimen
al que niega cualquier legitimidad o
representatividad y al que considera
“títere” de quien realmente tiene
capacidad de negociación: Estados
Unidos.
(Economist Intelligence Unite)
Por su parte, EEUU quiere gestionar
unas negociaciones inclusivas que
conduzcan a un verdadero proceso de
paz que le permita anunciar el “fin de la
guerra” en Afganistán durante la cumbre
de la OTAN de los días 20 y 21 del
próximo mes de mayo en Chicago, en la
que se discutirá el número de efectivos
que permanecerán en Afganistán tras la
retirada para asegurar el entrenamiento
y el apoyo militar a las tropas afganas
y en la que probablemente se firme el
Acuerdo de Partenariado Estratégico
sobre la presencia militar estadounidense
a largo plazo en territorio afgano, tras la
retirada de la ISAF. Las negociaciones
a este respecto han sido frágiles. La
quema de ejemplares del Corán por
parte de militares estadounidenses en la
base de Bagram pareció entorpecerlas,
pero a raíz de ese incidente, que
provocó numerosas protestas en el
país, se aceleró la decisión de avanzar
y así se ha llegado ya a acuerdos sobre
varios puntos, como el traspaso de la
responsabilidad de cárceles, centros de
detención (como el de Bagram) y de las
operaciones nocturnas a las fuerzas de
seguridad afganas. Todo ello debería
permitir una salida más o menos airosa,
y más teniendo en cuenta las próximas
elecciones presidenciales en EEUU y
la disminución del apoyo a la presencia
militar en Afganistán entre la opinión
pública norteamericana, especialmente
tras la muerte de Osama Ben Laden en
Abottabad (Pakistán) el 2 de mayo de
2011. Esta postura de la Casa Blanca
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Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
La página del Emirato Islámico de Afganistán del Movimiento Taliban (www.shahamat-arabic.com)
publicaba en febrero el comunicado negando cualquier negociación de paz.
quedó de manifiesto en la visita oficial
a Afganistán de la secretaria de Estado
Hillary Clinton en octubre de 2011, quien
solicitó al movimiento Taliban que se
sumara a las negociaciones de paz y
formara parte del proceso gradual de
traspaso total de la soberanía. En esa
gira, Clinton presionó a Pakistán para
que forzara al movimiento y a la Red
Haqqani a entrar en las negociaciones.
Claro que EEUU impone varias
condiciones a los Taliban a cambio de
integrarlos en las instituciones: romper
los lazos con al-Qaida, renunciar a la
violencia y comprometerse a respetar la
Constitución afgana.
Muhammad Tayyeb Aga, jefe del comité político
del movimiento, y el portavoz Zabiullah Muyahid.
Las condiciones
Taliban
del
Movimiento
El movimiento ha puesto dos condiciones
previas para iniciar cualquier diálogo con
la administración estadounidense sobre
el futuro de Afganistán y la retirada de
las tropas extranjeras: la apertura de una
oficina de representación oficial en Qatar
desde la que canalizar los contactos
con Estados Unidos y naturalizar su
presencia en la sociedad internacional, y
el intercambio de prisioneros.
El portavoz taliban, Zabihullah Muyahid,
indicó el pasado 3 de enero que se
habían
mantenido
conversaciones
preliminares con varias partes, incluido
Qatar, para abrir una oficina política del
movimiento con el objetivo de que éste
pudiera “entenderse” con la comunidad
internacional. A finales de ese mes,
un ex dirigente taliban anunció que
varios delegados del movimiento se
habían desplazado a Qatar, con todas
las facilidades concedidas por las
autoridades pakistaníes –que no quieren
permanecer al margen del proceso–, para
entablar las primeras conversaciones
con responsables estadounidenses con
el fin de detener las acciones armadas.
Esa primera delegación de alto nivel
estaba formada por Muhammad Tayyeb
Aga (secretario del mullah Muhammad
Omar y jefe de la Comisión Política del
movimiento), Shihad al-Din Dilawar (ex
embajador del gobierno taliban en Riad),
Shir Muhammad Abbas Stanikzai (ex
viceministro de Asuntos Exteriores) y
Aziz al-Rahman (ex diplomático taliban
en Dubai). Para crear ese ambiente
preliminar de confianza, con el acuerdo
formal del régimen de Qatar a la
apertura de la oficina del movimiento
en Doha (una suerte de embajada), el
movimiento trató también la cuestión de
un intercambio de prisioneros –aceptada
por la administración estadounidense–
exigiendo la liberación de cinco de sus
miembros encarcelados en Guantánamo.
Así, en marzo, cinco presos afganos
de Guantánamo aceptaron su traslado
a Qatar (hay unos veinte afganos en
Guantánamo, algunos de ellos fueron
altos responsables en el gobierno
taliban). La liberación, que ya se
había comenzado a negociar
entre
el Movimiento Taliban y Washington a
principios de 2011, afectaría a Mullah
Muhammad Fazl y Mullah Nurallah Nori,
ex comandantes militares; Abdulhaqq
Wasiq, ex jefe de la Inteligencia; Jayrullah
Jayrjawa, ex gobernador de la provincia
de Herat; y Muhammad Nabi, ex oficial.
La
administración
estadounidense
parecía dispuesta a trasladar a los
cinco a Qatar a condición de que las
autoridades de Doha no les permitieran
abandonar el país, lo que suponía
suavizar las condiciones que EEUU
había solicitado con anterioridad (arresto
domiciliario, vigilancia continuada…). Y si
bien esa flexibilización de la postura de la
Casa Blanca habría podido favorecer el
proceso de negociación de paz, lo cierto
es que la ralentización en la toma de una
decisión final ha contribuido a paralizar
la operación de generar confianza entre
las partes. A pesar de ello, algunos
responsables afganos son optimistas
respecto al cumplimiento de estas dos
condiciones, como el viceministro de
Asuntos Exteriores, Jawed Ludin, quien
confía en que en breve se firmará un
acuerdo con Qatar para abrir la oficina
de representación taliban, necesaria
para las negociaciones de paz y que
tanto Arabia Saudí como Pakistán –sin
cuya participación es imposible acceder
a la jefatura suprema del movimiento
instalada en la ciudad pakistaní de
Quetta– se unirán para darle un empuje
político a los esfuerzos de diálogo del
gobierno afgano con los Taliban.
Una carrera de obstáculos
Pero
una
sucesión
de
hechos
acaecidos en los últimos dos meses –
principalmente el apresuramiento de
la Casa Blanca y Kabul en afirmar el
inicio de conversaciones de paz con la
insurgencia– ha demostrado la fragilidad
del proceso y ha llevado al movimiento
Talibán a suspender las conversaciones,
según anunció en un comunicado fechado
el 15 de marzo. A esto se han sumado
varios sucesos que han sacudido la
opinión pública afgana, como la difusión
de un vídeo en el que aparecían varios
marines de los EEUU orinando sobre
cadáveres de talibanes; la quema de
varios ejemplares del Corán en una base
de la OTAN y las posteriores protestas y
disturbios que causaron varios muertos
en el país; o el asesinato de dieciséis
civiles afganos, entre ellos nueve niños,
a manos de un soldado estadounidense
el 11 de marzo en Qandahar. Todos
estos sucesos provocaron la cólera de
muchos afganos, la pérdida de la poca
confianza que pudiera haber en las
tropas extranjeras y la paralización de
las incipientes negociaciones entre los
Taliban y EEUU, aunque EEUU insista
en que la puerta sigue abierta. Además,
provocaron la reaparición en escena
de al-Qaida con vídeos de su actual
máximo dirigente, Ayman al-Zawahiri,
denunciando la actuación de las tropas
occidentales y llamando a los afganos a
agruparse bajo el estandarte del islam y
del yihad.
Por otro lado, una doble actuación de la
insurgencia aleja más la posibilidad de la
apertura del proceso de negociación: el
asesinato del jefe del Consejo Supremo
para la Paz (dependiente del gobierno)
en Konar, Mawlay Muhammad Hashem
Munib, ex líder muyahid que había
pertenecido al Partido Islámico (Hizbe-Islami) de Hikmatyar pero que había
abandonado las armas hacía años; y
el inicio de la “campaña de primavera”
con varios ataques simultáneos contra
objetivos sensibles en la capital y en
otras zonas el pasado 15 de abril (barrio
diplomático, sede del Parlamento y sede
de las fuerzas de la OTAN) que, al igual
Atalaya Sociopolítica
que otros años, marca el comienzo de una
nueva ofensiva Taliban. El Movimiento
busca demostrar su capacidad ofensiva y
reafirmar que puede partir de una postura
de fuerza y, por lo tanto, que tiene
capacidad para plantear sus exigencias
en un proceso de negociación que, al
igual que otros anteriores, está siendo
tortuoso.
Sirayuddin Haqqani, líder de la Red Haqqani.,
y Hikmatyar, líder del Partido Islámico.
Además, hay que tener en cuenta que la
insurgencia afgana, lejos de debilitarse,
se ha fortalecido en los últimos años.
A pesar de que la iniciativa principal
recae en el movimiento Taliban y la
jefatura en el exilio en la ciudad pakistaní
de Quetta (capital de la provincia de
Beluchistán, en el suroeste del país)
donde se encuentra la Shurà (consejo
consultivo) del movimiento y su máximo
dirigente, el Mullah Muhammad Omar,
durante los últimos años de la guerra
se han incorporado al movimiento dos
importantes grupos de la resistencia: la
Red Haqqani y el Partido Islámico de
Hikmatyar. Ambos son fundamentales en
cualquier proceso de negociación sobre
el futuro del país. La Red Haqqani, que
no actúa por iniciativa propia, ya que se
integró completamente en el movimiento
Taliban, fue creada en la década de los
ochenta por Yalal al-Din Haqqani, uno de
los jefes de la resistencia contra las tropas
soviéticas que se unió después al régimen
Talibán, del que fue ministro, y luego a la
insurgencia (ver Atalaya Sociopolítica, nº
13, enero-febrero 2011). La jefatura recae
ahora en los tres hijos de Yalal al-Din:
Siray al-Din, Naser al-Din y Jalil Ahmad.
Cuenta con varios miles de combatientes
y su base de operaciones se encuentra
en el norte de Waziristán (Pakistán)
donde posee escuelas religiosas y
campamentos de entrenamiento. EEUU
quiere integrarla en el proceso de paz por
su poder e influencia en las provincias
fronterizas de Jost, Paktia y Paktika.
Pero al mismo tiempo, la red Haqqani
ha sido la responsable de algunos de
los mayores ataques contra EEUU (base
militar en la región de Wardak, embajada
de EEUU y el cuartel de la OTAN en
Kabul, asesinato del ex presidente
Burhanuddin Rabbani, negociador de paz
y presidente del Consejo Supremo por
la Paz). Este grupo considera que debe
ser el movimiento Taliban quien lleve las
riendas de la negociación. Se ha reunido
en varias ocasiones con el presidente
Karzai y también con representantes de
la administración estadounidense, como
reconoció Hillary Clinton en octubre de
2011.
El Partido Islámico de Qalbuddin
Hikmatyar, que durante los ochenta luchó
contra las tropas soviéticas y después
se embarcó en la guerra civil entre los
diferentes grupos de muyahidin, es la
segunda fuerza rebelde del país que
lucha junto con los Taliban, aunque como
hemos mencionado anteriormente desde
2008 ha dado muestras de la necesidad
de dialogar con la nueva administración
estadounidense de Barack Obama sobre
una solución negociada al conflicto
armado. Más tarde, en 2010, Hikmatyar,
ex primer ministro, comenzó un diálogo
con el régimen de Karzai y con los
Taliban.
Procesos anteriores
Las iniciativas adoptadas en Afganistán
para buscar una solución negociada a la
crisis años han sido varias en los últimos
años. A finales de 2008, Qalbuddin
Hikmatyar (ver Perfil), presidente del
Partido Islámico y uno de los más
importantes líderes de la insurgencia
afgana, envió una carta al nuevo
presidente
estadounidense,
Barack
Obama, en la que planteaba una serie
de propuestas: el establecimiento de
un calendario de retirada de las tropas
extranjeras; el inicio de la retirada,
incluidos los cuerpos secretos, los
mercenarios y los consejeros; la formación
de un gobierno afgano de transición sin
injerencias extranjeras con miembros de
probado patriotismo y aceptados por el
pueblo; la reconciliación nacional para
reconstruir la unidad y la confianza; la
creación de una comisión encargada
de preparar el proceso electoral; y la
celebración de unas elecciones de las
que emanaría un gobierno aceptado
por el pueblo afgano sin necesidad de
recurrir a la protección militar extranjera.
Hikmatyar afirmaba que los afganos
podían garantizar la seguridad del país,
pero si había dudas al respecto, se podía
aceptar la presencia de miembros de la
seguridad de países de la Conferencia
Islámica, a condición de que no fueran
de países vecinos. Para el ingeniero
Hikmatyar, la prioridad era garantizar la
justicia, el pan, el agua, la enseñanza, la
vivienda y generar la confianza a través
de una serie de medidas como suavizar la
escalada militar y humanizar el conflicto,
o la liberación de los detenidos.
También tras la llegada de un nuevo
inquilino a la Casa Blanca en 2008, Arabia
Saudí comenzó a preparar el camino
hacia unas posibles negociaciones de
Casa Árabe
paz e invitó a dirigentes del movimiento
y a responsables del gobierno afgano
a una reunión privada para explorar las
posibilidades de un alto el fuego y poner
fin a la rebelión.
Un año después, Karzai planteó la opción
del diálogo con la insurgencia con el
apoyo de la comunidad internacional
reunida en la Conferencia de Londres
de enero de 2010 (véase Atalaya
Sociopolítica de Casa Árabe, nº 13) pero
la falta de interlocutores con capacidad de
decisión, la no implicación de Pakistán, la
nula credibilidad del régimen de Karzai y
el rechazo tajante de Mullah Muhammad
Omar a iniciar cualquier diálogo antes
de la retirada de las tropas extranjeras,
dieron al traste con esta iniciativa.
A finales de 2009, se produjeron ciertos
cambios en la jefatura política y militar
del movimiento. Fue entonces cuando
Muhammad Tayyeb Aga, que había sido
director de la oficina política de Mullah
Omar, fue nombrado presidente del
Comité Político. Esos cambios denotaron
un giro en la estrategia del movimiento:
se apostó por dialogar con todos los
actores afganos en unos momentos
en los que EEUU reconocía su fracaso
político-militar en Afganistán; y quizás
entablar negociaciones para poner fin
a la lucha en el país –siempre con la
condición de la retirada previa de las
fuerzas de “ocupación”–, dado además
el hecho de que el propio Karzai –a
instancias de EEUU– había lanzado un
llamamiento a los elementos “moderados”
del Movimiento Taliban para entablar
negociaciones y entrar en el gobierno,
llamamiento desoído por la insurgencia,
que no reconoce ninguna legitimidad ni
capacidad negociadora al gobierno de
Karzai, y sí, evidentemente, a las tropas
extranjeras y a EEUU. Desde entonces,
el movimiento Taliban no ha cesado de
repetir que la prioridad es la seguridad y
estabilidad del país y la unificación de los
afganos, pero que esa tarea es imposible
mientras se mantenga la presencia
de tropas extranjeras y un gobierno
títere y corrupto, según declaraciones
de Muhammad Tayyeb Aga (al-Hayat,
04/12/2009), quien añadió que era
necesario dar una oportunidad al pueblo
afgano y permitir el regreso al poder del
movimiento Taliban, que estaría dispuesto
a cooperar con los países islámicos y no
islámicos, pero que debía ser reconocido
por la comunidad internacional.
Los cambios dentro del Movimiento
también se plasmaron en el documento
Layhat
al-muyahidin
(Reglamento
de los Muyahidin) publicado por la
jefatura suprema el 9 de mayo de
2009 y que puede considerarse como
la “Constitución” del Movimiento o los
principios fundamentales que deben
regular los actos de la jefatura y de
los miembros, especialmente en las
15
16
Casa Árabe
cuestiones militares, de seguridad, de
trato con los prisioneros, y de cómo
relacionarse con la población civil del
país, con el fin de evitar un cierto caos
si se produjera un vacío de poder,.
El documento, basado en la shari‘a,
refuerza las atribuciones del imam, el
mullah Omar, y según el especialista
egipcio Muntaser al-Zayyat, a través de
este documento, el Movimiento quería
confirmar a la sociedad internacional
que “puede volver al poder con un
nuevo ropaje, que es puramente afgano
y que puede regresar para preservar
la seguridad por medio de la llegada al
poder de una manera u otra”.
Conclusión
La opinión pública estadounidense, que
cada vez muestra un menor apoyo a la
presencia en Afganistán, y la perspectiva
Atalaya Sociopolítica
de las elecciones presidenciales en
EEUU, ha cambiado la estrategia de
Obama en Afganistán. Dispuesto a
acelerar la retirada, quiere dejar tras de
sí cuanto antes un país más o menos
estable y con soberanía en la cuestiones
de seguridad, aunque gracias a la firma
del acuerdo de partenariado estratégico
se asegura la presencia de algunas
fuerzas a largo plazo. Ello, además de la
conciencia del fracaso en la lucha contra
la insurgencia, ejerce presión para
entablar cuanto antes negociaciones
de paz con los Taliban y las otras dos
principales fuerzas rebeldes, Hikmatyar
y la Red Haqqani. Pero las reticencias
son muchas y hay que crear una
atmósfera de confianza entre las partes
y conseguir la implicación de Pakistán,
que debe ceder y permitir el contacto
con la jefatura taliban residente en
su territorio, sobre todo con el propio
Mullah Muhammad Omar. Por otro lado,
unas conversaciones de paz podrían,
además, provocar o acelerar una
tendencia parecida en Pakistán y que
el movimiento Taliban-Pakistán decida
finalmente iniciar también un proceso de
negociaciones de paz con Islamabad.
EEUU tiene esos dos mecanismos
(acuerdo estratégico y negociaciones
con la insurgencia) para asegurar
una salida digna y la estabilidad de
Afganistán tras la retirada de la ISAF
–que no recuerde al escenario que
dejó tras de sí la retirada soviética
en 1989–. Si esto último no se da, la
cuestión será cuánto tiempo aguantará
el gobierno de Karzai las embestidas de
la insurgencia Taliban, de la Red Haqqani
y de Hikmatyar.
Rafael Ortega
FUENTES
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en: http://www.majalla.com/arb/print-edition-pdf/al-majalla-issue-1559-ar.pdf ]
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[disponible en: http://www.siyassa.org.eg/NewsContent/2/100/1797/%D8%AA%D8%AD%D9%84%D9%8A%D9%84%D8%A7%D8%A
A/%D8%B4%D8%A6%D9%88%D9%86-%D8%AF%D9%88%D9%84%D9%8A%D8%A9/%20-%D8%B4%D8%A8%D9%83%D8%A9%D8%AD%D9%82%D8%A7%D9%86%D9%8A%20.aspx]
GIUSTOZZI, Antonio e IBRAHIMI, Niamatullah. Thirty years of conflict: drivers of anti-government mobilisation in Afganistán, 1978-2011.
Afghanistan Research and Evaluation Unit (AREU), enero 2012.
GRESH, Alain. “Afghanistan, la victoire des talibans”, en Le Monde diplomatique, (27 junio de 2011) [disponible en: http://blog.mondediplo.
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LEYMARIE, Philippe. “Afghanistan, le chant du départ”, en Le Monde diplomatique, (24 de enero de 2012), [disponible en http://blog.
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WORTHINGTON, Andy. “The ‘Taliban Five’ and the Forgotten Afghan Prisoners in Guantánamo”, (marzo 2012), The Future of Freedom
Foundation [disponible en: http://www.fff.org/comment/com1203s.asp]
RECURSOS
http://aan-afghanistan.com/index.asp?id=520 (Afghanistan Analysts Network)
http://alsomod-iea.info/ (Revista del movimiento Taliban)
http://mfa.gov.af/en (Página del ministerio de Asuntos Exteriores de Afganistán)
http://www.washingtonpost.com/wp-srv/special/nation/afghanistanpoll/index.html (Obama faces uphill battle in selling Afghan war
strategy)
http://aljazeera.net/NR/exeres/0DDE1BF0-1AFE-4436-AA12-46E1DF4E1DDC.htm (Perspectivas de la iniciativa de Hikmatyar para
solucionar la crisis afgana, 12 de noviembre de 2008)
Atalaya Sociopolítica
Casa Árabe
Perfiles
Abdallah Yaballah, presidente del Frente de Justicia y Desarrollo argelino
El sheyj Sa‘d Abdallah Yaballah nació
el 2 de mayo de 1956 en la localidad
de Zeramna, situada en el municipio
de Tamalous, provincia de Skikda
(noreste de Argelia), en el seno de
una familia humilde. Siguiendo la
tradición, memorizó el Corán a una
edad temprana y ya en el colegio, que
tuvo que compaginar con el trabajo,
se interesó por la predicación islámica
(da‘wa) y mostró su “religiosidad”,
porque según relata su biografía en
la página del partido, contribuyó a
construir una mezquita en su barrio a
los quince años.
En 1974, entró en la universidad de
Constantina para estudiar Derecho. En
esa época de estudiante universitario
creó en la mezquita Ayn al-Bey de
la ciudad universitaria un grupo
clandestino, al-Yama‘a al-Islamiyya, (la
misma denominación del grupo activo en
las universidades egipcias en la década
de los setenta) para contrarrestar el
peso y la influencia de las corrientes
de izquierda e impulsar un despertar
islámico, el despertar que se estaba
fraguando en prácticamente todo el
mundo árabe e islámico en la década
de los setenta del s. XX. Yaballah se
licenció en Derecho en 1978. En esa
época estaba vinculado al movimiento
islamista e ideológicamente estaba
influenciado por el pensamiento de los
Hermanos Musulmanes. Su activismo y
sus encendidos discursos le llevaron a
la cárcel en repetidas ocasiones entre
1982 y 1986.
En 1988, tras los sangrientos sucesos
de octubre, contribuyó a la creación
de Rabitat al-Da‘wa (Liga de la
Predicación) y de la asociación benéfica
al-Nahda que, un año después,
se convirtió en un partido político
reconocido oficialmente, Harakat alNahda al-Islamiyya (Movimiento del
Renacimiento Islámico), denominación
similar al del movimiento tunecino
encabezado por Rashid al-Gannushi.
En enero de 1992, tras la interrupción
del
proceso
democrático,
la
ilegalización del principal partido
islamista del país, el Frente Islámico
de Salvación, y la encarcelación o
el exilio de sus dirigentes, el país se
sumió en una cruenta y larga guerra
civil. Entonces, Yaballah encabezó la
Comisión del Respeto de la Voluntad
Popular. Fue miembro fundador del
grupo llamado Acuerdo Nacional de
Roma a finales de diciembre de 1994,
iniciativa de la comunidad de San
Egido, un pacto para la reconciliación
Imagen tomada de http://www.egynews.net
nacional y el diálogo firmado por el
Partido de los Trabajadores, el Frente
de Liberación Nacional, el Frente
de Fuerzas Socialistas, el Frente
Islámico de Salvación, el Partido de
los Trabajadores y el Movimiento alNahda, entre otros, con la finalidad
de buscar una solución negociada y
pacífica a la guerra civil. Esta iniciativa
fue rechazada por el régimen argelino.
Poco después, Yaballah boicoteó las
elecciones presidenciales de 1995,
pero participó en las municipales y
legislativas de junio de 1997 en las
que su movimiento obtuvo 34 escaños,
aunque no pudo entrar en la coalición
gubernamental.
En 1999, un golpe dentro de alNahda, orquestado por los diputados
del movimiento, arrebató la jefatura a
Yaballah quien acabó abandonándolo,
y el grupo pasó a apoyar la candidatura
de Abdelaziz Boutefliqa a la presidencia
de la República en las elecciones
de abril de 1999, a las que también
concurrió Yaballah como independiente,
aunque acabó retirándose junto con
los otros seis candidatos que se
enfrentaban a Boutefliqa en señal de
protesta por lo que consideraban que
iban a ser elecciones fraudulentas,
como así fueron. Tras esas elecciones
puso en marcha un nuevo proyecto
político, el Movimiento de Reforma
Nacional –MRN- (Harakat al-Islah alWatani). El MRN obtuvo 43 diputados
en las elecciones legislativas de 2002
y 1 654 concejales en las municipales,
convirtiéndose en la tercera fuerza
política del parlamento y la cuarta en
los consejos municipales, pero dos años
después la autoridad de Yaballah dentro
del partido fue discutida y acabó siendo
apartado del mismo. Posteriormente,
en 2004, se presentó candidato a la
presidencia de la República.
La última creación de Yaballah es
el Frente de Justicia y Desarrollo
(Yabhat
al-‘Adala
wa-l-Tanmiyya)
que defiende un islamismo moderno,
dialogante, similar al del Partido
Justicia y Desarrollo marroquí o su
homólogo turco, el AKP, con los que
comparte denominación. La creación
de este nuevo partido de Yaballah fue
anunciada el 30 de julio de 2011 como
un frente amplio y popular -de hecho
pretende unificar las filas del islamismo
argelino-, con el que quiere presentarse
a las elecciones legislativas de mayo
de 2012. El congreso fundacional de
este nuevo partido se celebró el 5 de
febrero.
Yaballah ha publicado estudios sobre
derecho, sobre legislación islámica,
política, etc…, entre ellos sobre la
Constitución islámica (Tasawwurat
asasiyya li-dustur islami) o los derechos
políticos en el Islam (al-Huquq alsiyasiyya fi-l-islam) y ha desplegado
su activismo fuera de las fronteras
argelinas: fue miembro fundador de la
Conferencia Popular Árabe Islámica,
creada en Jartum por el pensador y
hombre de Estado Hasan al-Turabi
en 1991, que pretendía convertirse
en una internacional islamista; y de la
Conferencia Nacional Islámica, creada
en Beirut en 1994.
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Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
Qalbuddin Hikmatyar, líder del Partido Islámico afgano.
Hikmatyar, muyahid, ex primer ministro,
señor de la guerra, y máximo líder de la
segunda fuerza rebelde contra el régimen
y las tropas extranjeras en Afganistán,
el Partido Islámico, vuelve a entrar en
escena después de anunciar su decisión
de participar en las negociaciones de paz
entre la rebelión taliban, la administración
estadounidense y el gobierno afgano de
Hamid Karzai. Un proceso con muchos
obstáculos.
Nació en 1947 en la localidad de Imam
Sabih en la provincia de Kunduz (norte),
en el seno de la tribu Galzai, de etnia
pastún –localizada fundamentalmente
en el sudoeste del país pero con
ramificaciones en otras zonas–, una tribu
mayoritariamente sunní y seguidora de la
escuela hanafi. Estudió en la Academia
Militar de Kabul Ingeniería Militar y en
1969 se licenció en la Universidad de
Kabul, de donde le viene su sobrenombre,
“el ingeniero” (muhandis). En 1970, entró
en el Grupo de la Juventud Musulmana
(Sazman-i Jawanan-i Musulman) dirigido
por Burhanuddin Rabbani y en el que
militó un buen número de jóvenes que
años más tarde dirigirían el yihad
contra las tropas soviéticas (Abd alRabb Rasul al-Sayyaf, Ahmad Shah
Mas‘ud…). Sus estudios universitarios
quedaron interrumpidos porque en 1971
fue detenido, acusado del asesinato de
un estudiante comunista y condenado a
dos años de cárcel. Al acceder al poder
el primer ministro Muhammad Daud Jan
en 1973, a través de un golpe de Estado
contra la monarquía de Muhammad Zahir
Shah, huyó a Pakistán donde comenzó a
entablar sus relaciones con los servicios
de inteligencia pakistaníes, deseosos de
contrarrestar la influencia comunista en el
país vecino. Con el apoyo pakistaní fundó,
en 1976, el Partido Islámico (Hizb Islami),
distanciándose de Rabbani, y creó una
red social y política en los campamentos
de refugiados afganos. Hikmatyar era, y
es, visto como una creación pakistaní,
a pesar de que luego recibiera ayuda
económica y material también de Estados
Unidos y Arabia Saudí en la época del
yihad afgano contra las tropas soviéticas
(1979-1989) y contra el régimen de
Muhammad Nayibullah (1987-1992).
Gracias al apoyo material pakistaní y
saudí, y también estadounidense, atrajo
a muchos de los denominados “árabes
afganos” que se sumaron al llamamiento
al yihad en Afganistán, época en la que
fraguó una buena relación con Osama
Ben Laden.
Sus relaciones con Estados Unidos
comenzaron a enturbiarse en esa misma
época del yihad contra los soviéticos:
en 1985, Hikmatyar formaba parte de la
Imagen tomada de http://www.csmonitor.com
delegación de los muyahidin que visitó
a Ronald Reagan en la Casa Blanca,
sin embargo fue el único que se negó
a hacerse la foto con el presidente
estadounidense, porque ello podría ser
utilizado por la URSS y el régimen afgano
para desacreditar su nacionalismo y sus
credenciales religiosas. Desde entonces,
Hikmatyar adquirió fama de “extremista”,
luego, después de la guerra civil, la fama
pasó a ser de “terrorista internacional”.
Tras la caída de Nayibullah, cuyo
régimen condenó a pena de muerte en
rebeldía a Hikmatyar, fueron Ahmad
Shah Mas‘ud y el grupo Yamiat-e-Islami,
que dirigía Burhanuddin Rabbani, los que
se hicieron con el control de la mayor
parte de los barrios de Kabul, pero tuvo
que hacer frente a los ataques del grupo
de Hikmatyar, hasta que se firmó un
acuerdo por el que se le nombraba primer
ministro (1992-1994) bajo la presidencia
de Sibghatullah Mojaddedi primero
y de Burhanuddin Rabbani después.
Sin embargo, Hikmatyar no residió en
Kabul porque no se fiaba de sus socios
de gobierno, y prefirió su residencia de
Charasiab, a las afueras de la capital.
Los muyahidin fueron incapaces de poner
en pie una administración nacional (falta
de cuadros, maniobras estadounidenses
para alentar las diferencias y evitar que
se instalara un régimen islamista en el
país, intereses cruzados de Pakistán,
Irán y Arabia Saudí…). Y se desencadenó
una guerra civil a partir de 1994. En junio
de 1996, Rabbani (tayiko) y Hikmatyar
(pastún) firmaron un acuerdo por el que el
segundo se convertía de nuevo en primer
ministro bajo la presidencia de Rabbani
(1992-1996), pero los enfrentamientos
armados entre las milicias de uno y otro
eran continuos, lo que contribuía a la
ingobernabilidad del país, por lo que puede
considerarse a Hikmatyar co-responsable
del derrumbe del gobierno afgano junto
con otros dirigentes muyahidin. En este
contexto de permanente inestabilidad,
otro movimiento surgido en 1994 se hizo
rápidamente con la capital en septiembre
de 1996: el movimiento Taliban,
favorecido por esos enfrentamientos
entre el presidente (ayudado por las
milicias del ministro de Defensa, Mas‘ud,
que bombardeaban las posiciones del
Partido Islámico en los alrededores de
Kabul) y su primer ministro. Tras el triunfo
talibán, gran parte de los combatientes
del Partido Islámico se unieron a las
nuevas autoridades afganas por orden
del propio Hikmatyar, según cuenta él
mismo, mientras que “el ingeniero” se
refugiaba en el extranjero desde donde
seguía dirigiendo el partido. Buscó
refugio en Irán y no en Pakistán. Hay que
tener en cuenta que tras la retirada de los
soviéticos, Pakistán mantuvo una política
amistosa con EEUU, mientras que
Hikmatyar se opuso entonces a cualquier
injerencia pakistaní en los asuntos
afganos. Por otro lado, el movimiento
que hizo Hikmatyar al firmar el acuerdo,
poco antes de la caída de Kabul, con
Rabbani y Mas‘ud, no había gustado
nada en Islamabad puesto que daba
más influencia a los tayikos, tradicionales
aliados de la India e Irán, lo que hizo que
Pakistán optara por apoyar al movimiento
Atalaya Sociopolítica
Taliban. Así, Hikmatyar desapareció
durante un tiempo, hasta que reapareció
desde su exilio en Irán anunciando que
quería volver a Afganistán. Eso ocurrió en
diciembre de 2001, después de la guerra
y la llegada de las tropas internacionales.
Quería volver y unirse a la resistencia
frente a las tropas internacionales y al
gobierno de la nueva administración
afgana-estadounidense.
Hikmatyar rechazó el acuerdo de
diciembre de 2001 conseguido en
Alemania y por el que se creaba una
nueva administración bajo la presidencia
de Hamid Karzai, gobierno que siempre
ha considerado títere. En 2002, las
autoridades iraníes cerraron todas las
oficinas del Partido Islámico y expulsaron
a Hikmatyar del país. Durante una época
no se supo dónde se encontraba
El 19 de febrero de 2003, el departamento
de Estado estadounidense le incluyó a él
y a su partido en la lista negra por sus
repetidos intentos de derrocar al régimen
de Karzai. Le acusaron de haberse unido
a las filas de los Taliban para atacar
a las fuerzas internacionales y al
régimen afgano, de querer integrarse
Casa Árabe
en al-Qaida (desmentido por el propio
Hikmatyar, quien sí que reconoció sin
embargo haber ayudado a Ben Laden
y Ayman al-Zawahiri a escapar de
Tora Bora) o de intentar asesinar a
Karzai en 2002. Todo eso le convirtió
en “terrorista internacional” para
la
administración
estadounidense.
Durante diez años, Himatyar ha luchado
contra el régimen de Karzai y las tropas
internacionales de la OTAN, pero ha
mostrado en varias ocasiones posturas
menos intransigentes que sus colegas
talibanes y más propensas a entablar
conversaciones de paz, como lo
demuestra la carta que envió, a finales
de 2008, al recién elegido presidente de
Estados Unidos, Barack Obama, en la
que reflexionaba sobre los problemas
internos y externos de Afganistán
ante la nueva etapa que se abría en
la administración estadounidense, y
proponía como solución a la cuestión
afgana (y también a la cuestión iraquí)
la retirada de las tropas y que se dejara
al pueblo afgano (y al iraquí) elegir a sus
legítimos representantes. Hikmatyar
sigue siendo un líder carismático en
Afganistán, aunque haya perdido poder
e influencia. Los Taliban quizás no
quieran que tenga un papel destacado
en las actuales negociaciones para
evitar que pueda reivindicar parcelas
de poder o puestos de influencia en la
nueva administración, pero lo que está
claro es que unas negociaciones de
paz sin la participación de Hikmatyar
no estarán completas ni sus resultados
serán estables ni definitivos, quizás
por eso tanto Washington como
Kabul quieren su presencia en la
conversaciones. Así, en enero de
2012, tras varios encuentros de una
delegación del PI con el presidente
Karzai y diplomáticos estadounidenses,
Hikmatyar hizo pública su decisión
de participar en las negociaciones
de paz, cuya puesta en marcha ya
había sido anunciada por el movimiento
Taliban, a condición de que se trazara
un plan consensuado para la retirada
incondicional de las fuerzas extranjeras
que garantizara la independencia de
Afganistán y el derecho del pueblo afgano
a su soberanía nacional. Hikmatyar,
el “ingeniero”, sigue en paradero
desconocido, pero sus hombres tienen
sus bastiones en las provincias de Konar
y Nangarhar, en el noroeste del país y
fronterizas con Pakistán.
ocupación y la colonización, suspensión de
las negociaciones de paz), un 34% considera
que la ANP puede sobrevivir más de 10 años;
el 26% cree que podría durar entre 3 y 10
años; el 14% opina que 2 años como mucho;
y el 16% considera que no le queda más de
un año de vida.
corrupción en las instituciones del destituido
gobierno de la Franja de Gaza. En cuanto a
la situación de la seguridad, el 51% considera
que la situación de la seguridad se está
deteriorando en Cisjordania, y un 47% opina lo
mismo en Gaza. Un 36% valora positivamente
la actuación del gobierno de Haniyya y el
34% valora positivamente la actuación del
gobierno de Fayyad (frente al 41% y 44%
respectivamente que valoraban positivamente
ambos gobiernos hace apenas tres meses).
Este empeoramiento en la valoración de
ambos ejecutivos se debe, en el caso de
Hamas, a la reciente escalada de violencia con
Israel, y en el caso de Fayyad, a las propuestas
relacionadas con la subida de impuestos.
Además, un 45% de los encuestados en
Gaza asegura estar buscando la manera
de emmigrar a otro país, frente al 22% qur
declararon lo mismo en Cisjordania. Por otra
parte, el 55% asegura estar satisfecho con la
actuación del presidente Abbas (un 48% en
Gaza, un 60% en Cisjordania), mientras que
el 43% no lo está.
Opinión pública
1. El Centro Palestino de Investigación
Política y Prospectiva publicó el pasado
mes de marzo los resultados de una
encuesta realizada en 127 localidades
palestinas con una muestra de 1270
palestinos mayores de edad. El estudio se
articula en torno a 6 ejes de contenido: la crisis
financiera de la Autoridad Nacional Palestina
(ANP); el Acuerdo de Doha y la reconciliación;
la situación interna; la intención de voto en
unas elecciones presidenciales y legislativas;
los principales objetivos y problemas que
afrontan actualmente los palestinos; y la
actitud de Hamas y de Hezbollah respecto al
levantamiento popular en Siria.
En cuanto a la crisis financiera de la ANP, el
9% se mostró favorable a un aumento de
los impuestos; un 29% optó por prejubilar
a algunos funcionarios; el 11% considera
posible adoptar ambas medidas; y el 48% se
opuso a las dos opciones. Preguntados sobre
cómo se podrían solucionar los problemas
económicos de la ANP, el 52% se inclinó
a favor de retomar las negociaciones con
Israel para obtener mayor ayuda económica
internacional (si bien la mitad de ellos no
aceptaría volver a las negociaciones a menos
que se consiga congelar la construcción de
asentamientos y el reconocimiento por parte
de Israel de las fronteras del 67); el 27% está
a favor de disolver la ANP. En cuanto a la
supervivencia de la ANP en las condiciones
actuales (crisis financiera, continuación de la
Respecto al Acuerdo de Doha y a la creación
de un gobierno de reconciliación liderado
por Abbas, el 84% está de acuerdo; frente
al 12% que se opone al acuerdo. Pero en
cuanto a los resultados que se esperan, los
encuestados están divididos entre quienes
consideran que ambas partes serán capaces
de aplicar el acuerdo (46%) y quienes opinan
que lo más probable es que fracasen (49%).
Incluso, el 16% cree que el gobierno de unidad
se formará en las próximas semanas, pero el
46% opina que tardará mucho tiempo y el
31% está seguro de que no llegará a formarse
nunca.
Sobre la situación interna en los Territorios
Palestinos, concretamente en la Franja de
Gaza, el 70% califica la situación de mala
o muy mala; frente al 13% que la considera
buena o muy buena. En Cisjordania, las
impresiones están más equilibradas, con un
36% que opina que la situación es mala o muy
mala y un 31% que la describe como buena o
muy buena. Por otra parte, el 73% cree que
existe corrupción en las instituciones de la
ANP en Cisjordania y el 62% cree que existe
En el caso de que se celebraran elecciones
presidenciales y sólo hubiera dos candidatos,
Abbas obtendría el apoyo del 54% de
los votantes, mientras que Haniyya sería
apoyado por el 42%. Lo más destacado es el
aumento de popularidad de Ismail Haniyya,
especialmente en Cisjordania, ya que hace
tres meses obtuvo el apoyo del 33% de los
encuestados y ahora ha conseguido el 42%.
19
20
Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
Si se celebraran hoy elecciones presidenciales y sólo hubiera dos candidatos ¿a quién daría su voto?
60
55
50
53
40
42
40
Abbas
Haniya
30
20
10
0
Gaza
En cambio, si se celebraran elecciones
con sólo dos candidatos, siendo Marwan
Barghouti el competidor de Haniyya,
entonces el primero recibiría el 64% de
los votos y el último tan sólo el 32%.
Si se celebraran elecciones legislativas,
el 71% aseguró que participaría en los
Cisjordania
comicios y, de ellos, el 27% votaría a
Hamas, el 42% votaría a Fatah, el 10%
optaría por otro grupo y el 20% está
indeciso.
Preguntados por cuál sería el mejor
candidato de Fatah para sustituir a Abbas
en la presidencia, en caso de que éste no
se presentara, Marwan Barghouti vuelve
a destacar con un 55% de apoyo, seguido
muy de lejos por Saeb Erekat, Nasir alQidwa y Mahmud al-Alul, con un 3% cada
uno; de Abu Mahir Ghonaim y Ahmad
Qureia, con un 2% respectivamente; y de
Azzam al-Ahmad y Yibril al-Ruyub, con
un 1%.
¿Cuál debería ser el objetivo prioritario de los palestinos?
8
14
45
32
Fin de la ocupación, creación de Estado en fronteras del 67 con capital en Jerusalén este
Derecho de retorno de los refugiados a las ciudades que habitaban en 1948
Construir una sociedad religiosa y pía que aplique las enseñanzas islámicas
Establecer un sistema político democrático que respete libertades y derechos
Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
El 28% de los encuestados cree que el
problema más grave al que hace frente
la sociedad palestina es el aumento de
la pobreza y el desempleo; el 25% opina
que es la continuación de la ocupación y
de la construcción de asentamientos; el
23% considera que es la falta de unidad
nacional derivada de la separación entre
Gaza y Cisjordania; el 14% apunta a
la corrupción de algunas instituciones
públicas; y el 9% cree que es el cerco al
que está sometida la Franja de Gaza y el
cierre de sus pasos fronterizos.
Por último, en lo relacionado con
el levantamiento popular sirio, una
abrumadora mayoría (83%) apoya a
los manifestantes y tan sólo un 9%
asegura apoyar al régimen de al-Asad.
El 42% cree que Hamas apoya a los
manifestantes mientras que el 23%
considera que es favorable al régimen.
En cuanto a Hezbollah, el 27% opina
que el movimiento libanés apoya el
levantamiento popular sirio, frente al
44% que está seguro de que está a favor
del régimen. Aunque la mayoría de los
palestinos apoyan la revolución siria,
esto no quiere decir que estén a favor de
una intervención militar externa: el 50%
se opone a dicha intervención y el 46%
es favorable.
2. El grupo Sigma Conseil ha publicado
una encuesta realizada en Túnez, el
pasado mes de marzo, con una muestra
de 1 002 tunecinos mayores de edad
procedentes de los 24 gobernorados del
país.
Un 64,5% de los encuestados se siente
frustrado (36,3%) o muy frustrado
(28,3%) respecto a la situación general
del país, frente al 35,4% que asegura
estar contento (34,1%) o muy contento
(1,3%) con la situación.
¿Cómo se siente respecto a las siguientes cuestiones?
46.6
53.3
Situación seguridad
17.7
Economía
Gobierno
82.2
29.6
44.7
32.9
22.2
40.9
Asamblea Constituyente
Sindicatos
42.3
38.4
Sociedad Civil
Policía
62.6
29.6
38.3
33.8
Poder judicial
20.9
Oposición
48.1
47.3
46.8
Medios de Comunicación
0
En cuanto a la actuación del gobierno,
el 61,5% no se siente satisfecho con
las políticas de empleo, mientras que
el 29,4% sí se considera satisfecho;
tampoco está satisfecho el 56% de los
encuestados respecto a las políticas
de desarrollo, frente al 22,7% que sí
Satisfecho
Frustrado
55.3
20
40
60
80
lo está; también suspende el gobierno
en lo que respecta a la lucha contra la
corrupción, con un 50,1% que no está
contento y un 31,9% que sí lo está; el
45,4% de los encuestados se siente
descontento respecto a las políticas
de seguridad y estabilidad social
100
desarrolladas por el ejecutivo, frente
al 40,3% que se siente satisfecho;
el 40,4%, en cambio, aprueba la
capacidad del gobierno de atraer
inversiones extranjeras, mientras que
el 36,8% no está satisfecho en este
sentido.
¿Tiene miedo del fanatismo religioso?
23,2
26,8
Muy asustado
Asustado
No asustado
25,9
Nada asustado
24,1
21
22
Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
Respecto al juicio del ex presidente Ben Ali,
que actualmente se encuentra en Arabia
Saudí, los tunecinos están preocupados
por cómo podría afectar su extradición a las
relaciones con el reino. Aun así, el 56,8%
de los encuestados está a favor de que se
solicite su extradición y Ben Ali sea juzgado
en Túnez, aunque este gesto pueda
enturbiar las relaciones con los saudíes;
por el contrario, el 43,2% considera más
prudente no pedir su extradición y juzgar
al ex presidente in absentia, evitando así
problemas diplomáticos con Arabia Saudí.
Por último, en cuanto a preferencias
partidistas de los tunecinos, el partido
al-Nahda ocupa el primer lugar con un
apoyo del 28,2%, a una gran distancia de
los demás grupos: la Conferencia por la
República (9,1%), al-Takattul (5,2%), el
Partido Democrático Progresista (2,2%),
la Petición Popular (1,3%), el Partido
Comunista/Alternativa
(1%),
otros
partidos (4%).
3. La organización Gallup publicó el
pasado 28 de febrero una encuesta
sobre las relaciones entre Irán y EEUU
y la valoración de los primeros sobre el
liderazgo de los segundos. La encuesta
se realizó con una muestra de 1 000
iraníes mayores de 15 años. Aunque tan
solo un 8% de los iraníes encuestados
aprueba el papel de líder que desempeña
EEUU -una de las peores valoraciones
que recibe el país norteamericano a
nivel mundial- hay que señalar que
la opinión de la sociedad iraní sobre
EEUU no ha empeorado a pesar de la
intensificación de las sanciones a finales
de 2011. Además, aunque el 46% está
a favor de que se corten las relaciones
con los países que imponen sanciones
económicas contra Irán, existe una
importante minoría (31%) que valora
las relaciones internacionales y la
diplomacia y no desea que se ponga fin
a las relaciones exteriores del país.
¿Aprueba o desaprueba el liderazgo desempeñado por los siguientes países?
Aprueba
Desaprueba
NS/NC
EEUU
8%
67%
25%
Gran Bretaña
7%
65%
28%
Alemania
13%
52%
34%
Unión
Europea
13%
52%
35%
Rusia
18%
47%
35%
China
21%
44%
35%
Por otra parte, un 65% de los encuestados
considera que las sanciones impuestas
por EEUU, Gran Bretaña y la Unión
Europea les van a afectar personalmente,
mucho o hasta cierto punto, a pesar de
que EEUU aseguró que el objetivo de las
sanciones es el régimen y no el pueblo
iraní. Debido a las sanciones económicas,
el rial iraní se ha devaluado gravemente
y los precios de los bienes de consumo
han aumentado considerablemente. Así,
casi la mitad de los encuestados (48%)
aseguró que en varias ocasiones a lo
largo del año pasado no tuvieron dinero
suficiente para comprar comida.
4. El Centro al-Ahram de Estudios
Políticos y Estratégicos ha publicado
una encuesta sobre los candidatos a la
presidencia de Egipto. El estudio revela
que el candidato Amr Musa, ex secretario
general de la Liga Árabe, se sitúa en primer
puesto (31,5%), a una cómoda distancia
del segundo, el predicador salafí Hazem
Salah Abu Ismail (22,7%). En tercer lugar
encontramos a Ahmad Shafiq, el último
primer ministro de la época de Mubarak
(10,2%), seguido de Omar Suleiman
(9,3%), último vicepresidente de Mubarak
y durante años jefe de los servicios de
inteligencia egipcios. En quinto lugar
se situaría el islamista moderado Abdel
Monem Abul Futuh (8,3%), ex miembro
del gabinete del guía general de los
Hermanos Musulmanes, que abandonó la
organización al presentar su candidatura.
Hamdin Sabahi, candidato independiente,
quedaría en sexto lugar (4,9%). Esta
encuesta se hizo antes de que el
candidato “sorpresa” de los Hermanos
Musulmanes, Jayrat al-Shater, presentara
su candidatura y antes también de que
la Junta Electoral rechazara diez de las
veintitrés candidaturas, entre ellas la del
propio al-Shater, junto con las de Hazem
Salah Abu Ismail y Omar Suleiman.
5. La encuesta más reciente del grupo
tunecino Sigma Conseil se centra en
analizar la valoración de la sociedad
tunecina de los primeros 100 días
de gobierno de Hamadi al-Yebali.
En este sentido, los tunecinos están
descontentos respecto a la acción
del gobierno en cuestiones sociales y
económicas, aunque el gobierno todavía
retiene la confianza de un alto porcentaje
de tunecinos. El 43% asegura estar
satisfecho con la gestión del gobierno,
frente al 53,8% que se siente insatisfecho.
Una abrumadora mayoría (85,8%)
considera que el gobierno no ha sido
capaz de crear puestos de trabajo y frenar
el desempleo; un 76,9% opina que no
han sabido poner fin a las desigualdades;
y un 90,1% de los encuestados cree que
no han podido frenar el aumento de los
precios y el encarecimiento de la vida.
En el ámbito político, el descontento de
los tunecinos es igualmente palpable:
el 53,4% considera que el gobierno no
ha sabido garantizar el funcionamiento
democrático del sistema; cerca de un 57%
opina que no se ha logrado estabilizar la
situación de la seguridad en el país; y el
45,7% cree que el gobierno no ha sabido
gestionar ni disminuir las huelgas que
están teniendo lugar en las instituciones
y organizaciones tunecinas.
En cuanto a la lucha contra la corrupción,
el 55,4% opina que no se ha garantizado
la independencia de los jueces y el 75%
considera que el gobierno no ha podido
combatir la corrupción económica y los
sobornos. El 69,8% cree que la sociedad
Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
tunecina se encuentra ahora más dividida
que antes de que empezara a gobernar
el ejecutivo tripartito (compuesto por el
movimiento al-Nahda, la Conferencia por
la República y la Agrupación Democrática
por el Trabajo y las Libertades).
logrado alcanzar los objetivos previstos;
el 39,9% todavía tiene confianza en la
credibilidad del gobierno; y el 40,1% de
los encuestados aseguraron sentirse
satisfechos respecto a la celeridad del
ejecutivo a la hora de llevar a la práctica
las decisiones que va adoptando.
Frente a estas cifras, que denotan una
valoración eminentemente negativa de la
actuación del gobierno, el 38,2% de los
encuestados considera que el ejecutivo ha
la percepción de Turquía en Oriente
Medio y el Golfo, además de Libia e Irán.
Con una muestra de 2 323 personas, el
instituto ha realizado una encuesta en
16 países de la región (Egipto, Jordania,
Líbano, Territorios Palestinos, Arabia
Saudí, Siria, Irán, Túnez, Omán, Bahréin,
Qatar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos,
Yemen, Libia e Iraq) y ha concluido que
la opinión que se tiene de Turquía es
positiva y mejora prograsivamente.
6. El instituto TESEV, uno de los
principales think tanks de Turquía, ha
publicado su tercer informe anual sobre
Opinión favorable de Turquía
72
Egipto
82
86
82
Jordania
76
Líbano
86
78
87
91
Territorios Palestinos
89
77
Arabia Saudí
82
44
58
Iraq
Irán
2009
2010
89
87
Siria
2011
93
69
74
85
71
75
MEDIA REGIONAL
80
80
0
Preguntados por cuál es la cuestión más
importante a la que hace frente la región
en la actualidad, el 19% se inclinó por
señalar los movimientos de protesta que
han surgido a lo largo del pasado año.
Pero preguntados por la cuestión más
91
81
20
40
60
80
100
importante en sus propios países, la
economía fue la respuesta elegida por el
40% de los encuestados y, especialmente
por los iraníes (70%), los jordanos (59%)
y los libaneses. Únicamente en Libia y los
Territorios Palestinos la economía no ocupa
el primer puesto de las preocupaciones
de los encuestados, donde los temas de
seguridad (en Libia, 27%) y el conflicto
israelo-palestino (como es lógico, en los
Territorios Ocupados, 34%), se encuentran
a la cabeza de sus prioridades.
Impacto de las Primaveras Árabes en los países de los encuestados
22
MEDIA REGIONAL
52
4
Libia
Yemen
40
27
Países del golfo
52
5
Túnez
89
12
Irán
33
37
Iraq
Siria
92
49
Negativo
49
26
Arabia Saudí
51
15
Territorios Palestinos
33
Líbano
22
Jordania
65
42
55
16
Egipto
0
20
Positivo
60
22
75
40
60
80
100
23
24
Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
Turquía destaca (77%) también como
el país que más influye en lo que
respecta a la paz regional. Incluso en
Siria, donde la valoración es la más
baja, un 58% de los encuestados tiene
una percepción positiva de Turquía. La
Unión Europea y Naciones Unidas tienen
una valoración positiva media del 58%;
Rusia es percibida positivamente por el
57%; China y EEUU obtienen un 55%;
y la OTAN un 46%, siendo Libia el país
en el que mejor valorada está la Alianza
Atlántica, con un 70%. En Siria e Irán es
donde la OTAN es menos popular, con el
28% y el 31% respectivamente.
¿Qué país constituye la mayor amenaza para la región?
60
52
48
50
40
40
2009
26
30
20
2010
18
16
12
9
10
2011
14
0
EEUU
En cuanto al papel regional de Turquía,
el 70% considera que este país tiene un
papel político cada vez más influyente en la
región; el 75% opina que Turquía debería
Israel
Irán
hacer de mediador en el conflicto palestinoisraelí; el 71% cree que Estambul debería
desempeñar un mayor papel en Oriente
Medio; el 61% asegura que Turquía puede
ser un modelo a seguir por los países de
la región; y el 67% considera que Turquía
es el mejor ejemplo de la coexistencia que
puede darse entre islam y democracia.
¿Por qué puede ser Turquía un modelo a seguir?
No es "suficientemente" islámica
23
Relaciones cercanas con Occidente
16
Sistema político secular
13
No es árabe
9
Pasado imperial
7
0
5
10
15
20
25
¿Por qué NO puede ser Turquía un modelo a seguir?
Democracia
32
Economía
25
Herencia islámica
23
Sistema político secular
17
Valor estratégico
8
0
Turquía es percibida como una de las
potencias económicas de la región.
Aunque todavía se encuentra en segundo
5
10
15
20
lugar, después de Arabia Saudí (26% y
20% respectivamente), los encuestados
consideran que en un periodo de diez años
25
30
35
Turquía se pondrá al frente de las economías
regionales, superando a Arabia Saudí (con
un 25% y un 16% respectivamente).
Atalaya Sociopolítica
Casa Árabe
Documenta
1. Proyecto del Pacto Nacional para
la Siria del futuro. La oposición siria,
reunida en Estambul el 27 de marzo con
el objetivo de unificar sus filas bajo los
auspicios de Turquía y de Qatar, discutió
la visión del futuro Estado sirio para la
etapa post Bashar al-Asad. Ese nuevo
Estado debe basarse en una serie
de principios fundamentales: Estado
civil,
democrático,
pluripartidista,
independiente, libre, soberano y
determinado
únicamente
por
la
voluntad del pueblo, que ejerce
su soberanía a través del proceso
democrático; el gobierno de transición
que deberá formarse tras la caída del
régimen se comprometerá a celebrar
elecciones limpias y transparentes
de las que emanará una asamblea
constituyente encargada de redactar
una nueva Constitución –que deberá
incluir los principios básicos de este
documento– y que será refrendada
por el pueblo; la nueva Siria será
una república democrática basada
en la vida constitucional y el Estado
de derecho que garantice la igualdad
de todos los ciudadanos; el respeto
de los derechos humanos por parte
del Estado y de la sociedad es la
piedra fundamental de la democracia;
la diversidad cultural y religiosa es
consustancial a la cultura y la sociedad
siria, así el pilar del nuevo sistema
democrático se levantará sobre la
unidad en la diversidad; la Constitución
confirmará la no discriminación
entre los componentes religiosos,
doctrinales, étnicos y nacionales de
la sociedad; se celebrarán elecciones
libres periódicamente en un régimen
multipartidista; el parlamento electo
reflejará la voluntad del pueblo y por
ello, el gobierno que emane de esa
institución gozará de total legitimidad;
el presidente del país podrá ser elegido
por el pueblo o por el parlamento y sus
atribuciones estarán determinadas en
la Constitución en conformidad con la
separación de poderes; el gobierno
electo garantizará la independencia
del poder judicial; la Constitución
garantizará los derechos individuales
y colectivos respetando la legalidad
internacional y los tratados sobre
derechos humanos y protegerá las
libertades públicas y privadas de
todos los ciudadanos (libertad de
expresión, de opinión, de elección,
de doctrina); el Estado protegerá los
derechos civiles, políticos, sociales,
culturales y económicos, la libertad
de la mujer y los logros conseguidos
hasta el momento, y su participación
en todos los ámbitos en pie de
igualdad con el hombre; el Estado
reconocerá los derechos de los
componentes religiosos y la libertad
de culto, doctrina y pensamiento; se
prohibirán todas las formas de tortura,
malos tratos y prácticas que atenten
contra la dignidad humana; todos los
poderes, las instituciones oficiales y
sus funcionarios estarán al servicio
del pueblo y sometidas a éste y no
al contrario; nadie quedará impune
ante la justicia; las fuerzas armadas
estarán supeditadas al poder político,
no se utilizarán para intervenir en la
vida política y estarán bajo la autoridad
del gobierno electo al servicio del
pueblo; se reconstruirán los servicios
de seguridad sobre fundamentos
constitucionales y de derecho para
que estén al servicio de la nación y
del ciudadano y bajo supervisión del
poder legislativo; no habrá venganzas,
sino que se procurará curar las
heridas del pasado a través de una
reconciliación nacional basada en la
justicia y la tolerancia; Siria deberá
tener el lugar que se merece entre los
demás países; la acción común, los
intereses recíprocos y la cooperación
guiarán sus relaciones regionales
e internacionales en el marco del
derecho internacional; Siria recuperará
su papel activo en el entorno árabe
y en la Liga Árabe; Siria trabajará
para liberar los Altos del Golán por
medios legítimos y apoyará al pueblo
palestino; la economía siria estará
al servicio del pueblo fomentando la
libertad económica según las leyes
del mercado y la competencia leal,
y velará por una distribución justa
de la riqueza nacional, la igualdad
de oportunidades, la lucha contra la
pobreza, el paro, el analfabetismo y la
corrupción; se planificará el desarrollo
de una economía libre y el desarrollo
global y equilibrado para elevar el
nivel de vida de todos los ciudadanos.
(Texto en árabe del Proyecto del Pacto
Nacional para la Siria del futuro)
2.
Comunicado
final
de
la
Conferencia de Amigos de Siria,
celebrada en Túnez el 24 de febrero
de 2012. En esta primera reunión del
Grupo de Amigos del Pueblo Sirio
participaron más de 60 países junto con
representantes de Naciones Unidas,
la Liga Árabe, la Unión Europea,
la Organización de Cooperación
Islámica, el Consejo de Cooperación
del Golfo y la Unión del Magreb Árabe,
con el fin de analizar la situación en
Siria. Este grupo está comprometido
con la soberanía, la independencia
y la unidad territorial siria y condena
las violaciones sistemáticas de los
derechos humanos del régimen
sirio, incluida la violencia contra
civiles y el asesinato y persecución
de manifestantes pacíficos, las
agresiones sexuales y el maltrato de
los detenidos, y también el uso de
armamento pesado y de tanques contra
barrios habitados de las ciudades.
El objetivo del Grupo de Amigos
es encontrar una solución política
que haga realidad las esperanzas
del pueblo sirio de una vida digna,
libertad, paz, reforma democrática,
bienestar y estabilidad, y para ello
llama a adoptar ciertas medidas
urgentes: apoyar las decisiones y
medidas adoptadas por la Liga Árabe
(favorecer un alto el fuego inmediato
y la aplicación de las resoluciones
7444 y 7446 de la Liga Árabe, detener
todos los actos de violencia y proteger
a los ciudadanos, liberar a todos los
detenidos a raíz de estos sucesos,
retirar y acuartelar a todas las fuerzas
militares y armadas de las ciudades
y pueblos, garantizar la libertad de
manifestarse pacíficamente, permitir
a las instituciones de la Liga Árabe
y a los medios de comunicación
árabes e internacionales informar
de lo que ocurre en el país, y crear
un mecanismo de coordinación
que represente a todas las partes
para la acción colectiva antes,
durante y después de la etapa de
transición) y una clara explicación
sobre la transición en Siria según
principios comunes, las resoluciones
de Naciones Unidas y los acuerdos
sobre derechos humanos, sociales y
políticos, así como la creación de un
gobierno civil y representativo en el
futuro que garantice los derechos de
las minorías.
Respecto a la transición política, el
Grupo de Amigos del Pueblo Sirio
apuesta por un proceso político global
dirigido por Siria libre de violencia,
y al mismo tiempo constata que
las llamadas “reformas” adoptadas
unilateralmente por el régimen no
conducen a la solución de la crisis.
En este ámbito, se expresa el apoyo
a la iniciativa de la Liga Árabe para
facilitar la transición política que
lleve a un régimen democrático y
pluripartidista en el que todos los
ciudadanos disfruten de los mismos
derechos, y también al inicio de un
diálogo político serio entre el gobierno
y toda la oposición con el fin de crear
un gobierno de unidad nacional, la
renuncia del presidente a todas sus
atribuciones en beneficio de su primer
vicepresidente (Faruq al-Shara‘) y
la celebración de elecciones libres y
transparentes bajo supervisión árabe
25
26
Casa Árabe
e internacional. El Grupo acepta de
buen grado la designación de Kofi
Annan como enviado especial de la Liga
Árabe y de Naciones Unidas a Siria.
El Grupo de Amigos de Siria exhorta
al Consejo de Seguridad a actuar
conjuntamente con la Liga Árabe y
las partes interesadas para adoptar
medidas
prácticas
contra
las
violaciones de derechos humanos del
gobierno sirio y sobre la necesidad
de que los responsables de tales
violaciones sean juzgados; considera
positivo que la Asamblea General
de las Naciones Unidas aprobara el
pasado 16 de febrero la resolución
253/66, que condena enérgicamente la
represión en Siria, y exige al gobierno
de Damasco que aplique el plan de
acción elaborado por la Liga Árabe en
noviembre de 2011.
El Grupo expresa su determinación
a seguir adoptando las medidas
políticas, diplomáticas y económicas
necesarias para obligar al régimen
sirio a detener los actos de violencia.
Entre esas medidas figuran: prohibir
viajar a los miembros del régimen,
congelar cuentas en el extranjero,
suspender las compras de productos
petrolíferos sirios, detener la inversión
en infraestructuras sirias y las
transacciones financieras, reducir el
nivel de las relaciones diplomáticas
con el régimen y prohibir la llegada de
armamento al régimen.
El Grupo expresa su apoyo a la
oposición, tanto a la que actúa dentro
del país como al Consejo Nacional
Sirio, del que ensalza su esfuerzo
por crear un organismo amplio y
representativo y por ello reconoce al
CNS como representante legítimo de
los sirios que quieren provocar un
cambio democrático pacífico.
Respecto a la ayuda humanitaria,
el Grupo expresa su temor ante la
situación humanitaria en Siria por la
dificultad de hacer llegar los alimentos,
los medicamentos y el combustible
básicos, así como por los ataques contra
los equipos médicos, los enfermos
y las instalaciones sanitarias en
algunas zonas del país; por ello apoya
los esfuerzos de Naciones Unidas
para coordinar la ayuda humanitaria
y exhorta a las organizaciones
humanitarias internacionales a crear
centros de acogida humanitaria en
los países del entorno. Por último, el
Grupo de Amigos de Siria expresa su
compromiso a participar en el proceso
de reconstrucción del país durante la
etapa de transición.
(Comunicado final, en árabe)
(Comunicado final, en inglés)
Atalaya Sociopolítica
3. Documento final del segundo
congreso del Grupo de Amigos del
Pueblo Sirio. Este segundo congreso
se celebró en Estambul el 1 de abril
de 2012 con una participación más
amplia que el primero (83 países y
seis organismos internacionales). Se
reafirmaron varios de los principios
evocados en el primer congreso
celebrado en Túnez el pasado 24 de
febrero (independencia y soberanía
de Siria, apoyo al plan de paz de Kofi
Annan, las medidas adoptadas por
la Liga Árabe…). En el congreso de
Estambul, el Grupo de Amigos de Siria
solicitó a Annan, enviado especial a
Siria de Naciones Unidas y la Liga
Árabe, que elaborase un calendario
de las medidas susceptibles de ser
adoptadas, entre ellas que el dossier
de Siria vuelva a manos del Consejo
de Seguridad si continúa la represión.
Los reunidos acogieron positivamente
el Documento del Pacto Nacional,
redactado por la oposición durante
el congreso celebrado también en
Estambul el 27 de marzo con el
objetivo de unificar sus filas.
(Documento
final
del
Segundo
Congreso del Grupo de Amigos del
Pueblo Sirio, en árabe)
4. Documento del Pacto Nacional
de los Hermanos Musulmanes de
Siria. Este documento fue divulgado
el 25 de marzo de 2012 y plasma la
visión nacional y los denominadores
comunes adoptados por el grupo,
que ofrece un nuevo pacto social
entre todos los componentes de la
sociedad siria, todos los sectores
religiosos, doctrinales y étnicos y
todas las tendencias políticas e
ideológicas. Es decir, es el proyecto
político de los Hermanos Musulmanes
para la etapa post Bashar, con el que
quieren despejar dudas y mitigar los
temores ante un posible aumento de
la influencia del grupo tras la caída del
actual régimen o ante su presencia en
las instituciones del nuevo régimen. El
grupo se compromete a actuar en diez
puntos que deben constituir la futura
Siria: Estado civil moderno basado en
una constitución civil emanada de la
voluntad del pueblo y en el acuerdo
nacional, elaborada por una asamblea
constituyente electa que proteja
los derechos fundamentales, tanto
individuales como colectivos, y que
garantice la representación justa de
todos los componentes de la sociedad;
un Estado democrático, pluripartidista
y con alternancia en el poder con un
sistema de república parlamentaria en el
que el pueblo elija a sus representantes
en elecciones libres y transparentes;
Estado de ciudadanía e igualdad, en el
que todos los ciudadanos sean iguales
independientemente de su etnia,
religión, escuela, tendencia o sexo,
basado en el concepto de ciudadanía que
establece los derechos y deberes y en
el que la mujer disfruta de sus plenos
derechos; un Estado comprometido
con la defensa de los derechos
humanos (dignidad, igualdad, libertad
de pensamiento y expresión, libertad
de creencia y culto, de información,
de participación política, igualdad de
oportunidades, justicia social, donde
estén cubiertas las necesidad básicas
para una vida digna, sin ningún tipo de
discriminación y donde la tortura esté
prohibida); un Estado basado en el
diálogo y la participación sin exclusión
en el que todos disfruten de sus
riquezas y se respete la especificidad
de cada componente étnico, religioso
o doctrinal; un Estado en el que el
pueblo sea soberano sin que exista
la tutela de un gobernante déspota o
de un partido único o de un grupo que
monopolice el poder; un Estado que
respete las instituciones, basado en
la separación de poderes y al servicio
del pueblo, con las atribuciones
establecidas en la Constitución y en
el que el ejército y los cuerpos de
seguridad se dediquen a proteger
a la nación y al pueblo y no a la
autoridad o al régimen y no interfieran
en la rivalidad política entre partidos
y fuerzas nacionales; un Estado que
renuncie y combata el terrorismo,
respete los acuerdos internacionales
y contribuya a la seguridad y la
estabilidad del entorno regional e
internacional y que establezca las
mejores relaciones posibles con los
países del entorno –especialmente
con Líbano–, que ayude a recuperar
su territorio ocupado y que apoye
los derechos legítimos del pueblo
palestino; un Estado de la justicia y
del derecho en el que no haya lugar
para las venganzas y los odios sino
tribunales justos en una justicia
libre e independiente; un Estado de
cooperación entre todos en el marco
de una reconciliación nacional general.
(Documento
de
los
Hermanos
Musulmanes de Siria, en árabe)
5. Declaración de Doha sobre
el gobierno nacional palestino.
Esta declaración fue firmada el 6 de
febrero por el presidente palestino
Mahmud Abbas y el jefe de la Oficina
Política de Hamas, Jaled Mash‘al,
bajo los auspicios del emir de Qatar,
el sheyj Hamad Ben Jalifa Al Thani.
Fue aprobada por el jefe de gobierno
de Gaza, Ismail Haniyya, y aceptada
por otros grupos como al-Yihad alIslami. El documento gira en torno
a la formación de un gobierno de
acuerdo nacional de “tecnócratas
independientes”,
presidido
por
Abbas, que ponga fin a la dualidad
Atalaya Sociopolítica
existente hasta el momento, algo
visto como imperioso para conseguir
la
reconciliación
(Acuerdo
de
Reconciliación firmado en El Cairo
a mediados de 2011). El gobierno
de acuerdo nacional fortalecerá la
unidad nacional palestina, acabará
con la ocupación y recuperará los
derechos legítimos, entre los que se
encuentra la creación de un Estado
palestino independiente con capital
en Jerusalén. Precisamente, con
el fin de aplicar de forma segura y
exacta los artículos del Acuerdo de
Reconciliación, ambas partes pactan
lo siguiente: proseguir los pasos
para reactivar la Organización de
Liberación de Palestina por medio
de la reconstrucción del Consejo
Nacional
Palestino
coincidiendo
con las elecciones presidenciales
y legislativas; formar un gobierno
de acuerdo nacional constituido
por tecnócratas independientes y
presidido por el presidente Mahmud
Abbas, que facilite la celebración
de
las
elecciones
legislativas
y
presidenciales
(que
deberían
celebrarse a lo largo del presente
año) y comience con la reconstrucción
de Gaza; afirmar la continuidad
del trabajo de las comisiones ya
creadas, como la de libertades
públicas (encargada de los dosieres
de detenidos, instituciones, libertad
de desplazamiento, regreso de los
cuadros de mando a la Franja de Gaza,
pasaportes, libertad de acción) o la de
reconciliación social; afirmar la ejecución
de lo acordado en El Cairo para iniciar los
trabajos de la Comisión Electoral Central
en Cisjordania, la Franja de Gaza y
Jerusalén. Este acuerdo ha sido recibido
con algunas críticas entre parte de
la jefatura de Hamas en Gaza, entre
otros por Mahmud al-Zahhar, que
creen que se han hecho demasiadas
concesiones. En cualquier caso, este
nuevo acuerdo se une a una lista ya
demasiado larga para poner fin a la
ruptura interna palestina: Acuerdo de
El Cairo de 2005, el Documento del
Pacto Nacional de 2006, el Acuerdo
de La Meca de 2007, la Declaración
de Sanaa de 2008, el Documento
Egipcio de 2009 y el Acuerdo de
Reconciliación de 2011.
(Texto completo de la Declaración de
Doha, en árabe)
6. Conferencia internacional sobre
Somalia. Celebrada el 23 de febrero
en Londres con presencia de EEUU,
Gran Bretaña, el secretario general
de ONU, el presidente de la Comisión
Africana,
el
presidente
somalí,
Sheyj Sherif Ahmad, y su primer
ministro, representantes de Puntland
y Somaliland y los jefes de gobierno
de Qatar, Uganda, Kenia, Etiopía,
y de otros países árabes, africanos
y occidentales (55 delegaciones).
Las esferas del apoyo político, la
seguridad y la justicia, la piratería,
el terrorismo, la estabilidad y la
reconstrucción, la ayuda humanitaria
y la coordinación internacional fueron
los temas prioritarios de la reunión
internacional. La conferencia se
celebró con el objetivo de buscar una
coordinación entre los países con
intereses en Somalia, o relacionados
de una manera u otra con este país,
y unificar sus esfuerzos en los planos
político, militar y de ayuda humanitaria.
Aunque parece adolecer de una
aproximación a la crisis somalí
demasiado basada en el aspecto
militar y de seguridad y menos como
una crisis política (por ejemplo se
vincula la seguridad con la justicia), la
conferencia se celebró en un momento
considerado decisivo en la historia de
Somalia por varios motivos: porque
acaba de salir de una de las peores
crisis humanitarias del mundo, porque
las tropas somalíes y las de la Unión
Africana pudieron finalmente expulsar
a las milicias de Movimiento de la
Juventud (Harakat al-Shabab) de
Mogadiscio y de otras zonas y porque
las atribuciones de las instituciones
temporales de gobierno finalizarán el
próximo mes de agosto. A pesar de
eso, el comunicado reconoce en el
preámbulo que la situación en Somalia
sigue siendo muy inestable, que el
país necesita urgentemente el apoyo
de la comunidad internacional, que las
decisiones sobre el futuro de Somalia
residen en las manos del pueblo
somalí y que el papel de la sociedad
internacional es facilitar el avance y
el desarrollo del país. La conferencia
se centró en los motivos de la
inestabilidad y sus consecuencias y
la comunidad internacional acordó
impulsar el proceso político, fortalecer
la Misión de la Unión Africana en
Somalia (AMISOM), ayudar a Somalia
al desarrollo de sus propias fuerzas de
Seguridad, a la estabilidad y aumentar
la movilización para luchar contra la
piratería y el terrorismo.
En cuanto al apoyo político, los
participantes
en
la
conferencia
acordaron
la
finalización
del
mandato
de
las
instituciones
federales transitorias el próximo
mes de agosto, sin posibilidad de
ampliación, y apoyaron las medidas
adoptadas para crear un gobierno
con mayor representación. También
consideran necesario que la sociedad
internacional apoye cualquier diálogo
entre Somaliland y el gobierno federal
transitorio; condenan el terrorismo y
el radicalismo violento, tanto el de los
somalíes como el de los extranjeros;
ven necesario que Somalia financie
Casa Árabe
los servicios públicos del país y
que utilice sus cuentas en beneficio
del pueblo y que luche contra la
corrupción; que el núcleo del proceso
de paz sea el respeto de los derechos
humanos y exhortan a que se tomen
medidas para frenar las violaciones
de los derechos humanos, sobre todo
en el caso de las mujeres y los niños.
En el aspecto de la “seguridad y la
justicia”, los reunidos consideran que
ambas son necesarias para el éxito
del proceso político y del desarrollo,
reconocen la necesidad de que los
somalíes asuman la responsabilidad
de la seguridad en el país y acuerdan
crear un marco internacional de
socios para la coordinación de los
esfuerzos desplegados para apoyar
dichos aspectos.
La conferencia expresa de nuevo
su determinación a acabar con
la piratería, reconociendo que el
problema
no
puede
resolverse
exclusivamente por medios militares
sino que hay que abordar las causas
que se ocultan tras este fenómeno y
remite a la conferencia internacional
sobre piratería que se celebrará en los
Emiratos Árabes Unidos el próximo
mes de junio.
A
propósito
del
terrorismo,
se
comprometen, respetando los derechos
humanos, el Estado de Derecho y el
derecho humanitario internacional, a
hacer todo lo posible para obstaculizar
el terrorismo en la zona y abordar las
causas del fenómeno.
La conferencia reconoce los progresos
conseguidos en algunas zonas del país
que viven cierta estabilidad y acuerdan
aumentar el apoyo a la creación de
poderes legítimos y pacíficos y mejorar
los servicios para la población de
dichas zonas, solucionar la cuestión de
los desplazados, así como reconocer la
importancia del plan de revitalización y
estabilidad de Mogadiscio, lo cual exige
ampliar el marco de los programas
de revitalización y estabilidad en las
zonas recuperadas recientemente.
La reconstrucción y el desarrollo
económico del país a largo plazo
deben basarse en el sector privado,
mientras que las ayudas financieras y
las remesas de los emigrantes pueden
desarrollar las enormes posibilidades
de Somalia en sus recursos pesqueros,
la riqueza ganadera y en otros
sectores.
Sobre la situación humanitaria, se
reconoce que el país ha salido de la
hambruna pero que hay temor a una
crisis humanitaria continuada, por ello
hay un compromiso de prestar ayuda
en este aspecto.
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Casa Árabe
La conferencia pretende impulsar
lo acordado en Londres a través del
Grupo Internacional de Contacto para
Somalia y su resolución, adoptada
en Yibuti, sobre su reestructuración
para ser más eficaz, de manera que
desde la conferencia se recomienda
la creación de grupos de trabajo
dedicados al proceso político, la
seguridad y la justicia, la estabilidad
y el desarrollo. La esperanza de
la conferencia es que el principio
de una nueva era en la política de
Somalia, con el apoyo de la sociedad
internacional, lleve a la paz en el
país.
La próxima conferencia internacional
se desarrollará en Turquía el próximo
verano.
(Texto completo del comunicado final
de la conferencia, en inglés)
(Texto completo del comunicado final,
en árabe)
7. Declaración de Nuakchot. El Foro
Mundial del Centrismo (al-Muntada
al-‘Alami li-l-Wasatiyya) organizó,
entre el 22 y el 24 de enero, una
conferencia internacional en la
capital mauritana en la que lanzó una
iniciativa de diálogo y entendimiento
entre los distintos componentes del
panorama islámico, con el fin de
elaborar un discurso islámico “de
centro” y profundo que dé respuesta
a los retos del momento y suponga un
freno al extremismo, al pensamiento
excluyente (takfiri) y a la ruptura de
la cohesión social. La conferencia
de Nuakchot se centró en el papel
que deben desempeñar los jóvenes,
la mujer, los ulemas y los medios
de comunicación para combatir el
extremismo por un lado; y en el
llamamiento a los ulemas a dejar
de lado las diferencias entre ellos y
acercar los puntos de vista entre los
pueblos y las naciones.
Los participantes en la conferencia
emitieron la denominada “Declaración
de
Nuakchot”
que
exhorta
a
realizar reformas globales en los
países árabes conservando la paz
social, impidiendo la intervención
extranjera y evitando las guerra
civiles. Entre las recomendaciones
de la conferencia, celebrada bajo el
eslogan “El pensamiento reformista
y la decadencia del discurso de
la violencia”, figura consolidar la
relación entre ulemas y gobernantes,
fortalecer el diálogo con los jóvenes
por parte de los regímenes y de
los ulemas, y afianzar la identidad
islámica de los países árabes con
una mayor presencia de la materia de
educación islámica en los métodos y
libros de texto escolares.
Atalaya Sociopolítica
La Declaración de Nuakchot es un
llamamiento a la reforma global,
lanzado a gobernantes, pueblos y
partidos del mundo islámico, y a la
necesidad de adoptar un método
pacífico para el cambio hacia la
reforma y la lucha contra la corrupción,
evitando cualquier método violento.
Partiendo de esa concepción, el Foro
propone una serie de medidas como
reformas radicales e inmediatas en
los terrenos político, económico y
social por parte de los regímenes
gobernantes; o el cambio pacífico,
lejos de cualquier radicalización o
violencia, entre otras. Considera que
la violencia más peligrosa es la que se
practica en nombre de la religión y la
que se basa en el pensamiento takfirí
de exclusión de los musulmanes
de su propia comunidad. Este foro
centrista cree necesario celebrar
conferencias y encuentros sobre el
Estado islámico moderno a la luz
del triunfo de movimientos islamistas
en las elecciones legislativas de
varios países árabes, lo que requiere
reformular el pensamiento político
islámico por medios modernos. La
Declaración concluye con una condena
de los actos violentos cometidos por
grupos radicales, una alabanza del
papel desempeñado por la institución
de al-Azhar en la revolución egipcia
y un llamamiento a la necesidad de
activar el papel de la mujer en las
sociedades árabes.
El Foro Internacional del Centrismo
está presidido por el ex primer
ministro sudanés y pensador al-Sadeq
al-Mahdi, y tiene la sede oficial en
Ammán. Es un organismo islámico
mundial e independiente que apuesta
por la opción reformista frente a la
opción revolucionaria y en él participa
una importante élite de pensadores y
ulemas de países árabes e islámicos
y de las minorías musulmanas en
todo el mundo. Entre sus objetivos
se encuentra asentar los conceptos
de “centrismo islámico” en individuos
e instituciones de la comunidad
de creyentes (umma) y difundir el
mensaje humanista del islam.
(Declaración de Nuakchot, en árabe)
8. Cumbre de la Liga Árabe en
Bagdad (29 de marzo). Después
de más de un año de permanecer
aplazada, debido principalmente a
las revoluciones y levantamientos en
varios países árabes, la organización
celebró su 23ª cumbre en la capital
iraquí, aunque con la presencia de
sólo diez líderes (Iraq, Kuwait, Libia,
Líbano, Mauritania, Palestina, Arabia
Saudí, Sudán, Túnez y Somalia)
de los 22 países que la forman -el
resto enviaron delegaciones de bajo
nivel–. La cumbre adoptó varias
resoluciones sobre la crisis siria,
la cuestión palestina y la lucha
antiterrorista, además de tratar la
evolución y desarrollo de la propia
organización. Respecto a la crisis
siria, la Liga exige al gobierno
sirio que detenga inmediatamente
los actos de violencia, proteja
a
los civiles, garantice la libertad
para
manifestarse
pacíficamente
reivindicando la reforma y el cambio,
y que libere a los detenidos. Además,
los dirigentes árabes defienden
la unidad, estabilidad e integridad
del país y rechazan cualquier
intervención militar, y condenan las
violaciones de derechos humanos
cometidas por el régimen y la matanza
del barrio de Baba Amru en la ciudad
de Homs, que consideran un crimen
contra la humanidad. Con respecto a
la oposición siria, la Liga pide que se
unifique con el objetivo de iniciar un
diálogo serio que conduzca a la vida
democrática. Hay que señalar que las
recomendaciones sobre la cuestión
siria no han gustado ni a la oposición
del interior del país ni al régimen
de Bashar al-Asad, mientras que el
Consejo Nacional Sirio ha evitado
hacer comentarios al respecto.
Otras resoluciones de la cumbre
versaron sobre la cuestión palestina,
reafirmando que la paz global en la
zona sólo será posible tras la retirada
israelí de los territorios palestinos y
árabes ocupados, la paralización de
los asentamientos y la creación de
un Estado palestino independiente
con capital en Jerusalén oriental. Así
mismo, la cumbre da la bienvenida
tanto al acuerdo de reconciliación
nacional palestina, firmado el 4 de
mayo de 2011, como a la Declaración
de Doha sobre la creación de un
gobierno de acuerdo nacional de
transición.
Sobre la lucha antiterrorista, las
resoluciones de la cumbre reafirman
la necesidad y la importancia de la
creación de una red de cooperación
judicial árabe. La Liga también
defiende los esfuerzos para convertir
Oriente Medio en una zona libre de
armas nucleares y de destrucción
masiva.
Por último, muestra su apoyo al
gobierno libanés, alaba la Iniciativa
del Golfo para solucionar la crisis
yemení y aplaude los progresos en
Somalia tanto en el plano político
como en la seguridad.
(Comunicado final de la cumbre de la
Liga Árabe, en árabe)
(Declaración de Bagdad, en árabe)
(Declaración de Bagdad, en inglés)
Atalaya Sociopolítica
Casa Árabe
Escaparate de libros y revistas
Libros
David Commins. The Gulf States: A Modern History. Londres: I.B. Tauris, 2012, 320 págs. Este estudio
del profesor de Historia David Commins se centra principalmente en temas económicos, culturales,
religiosos y sociales desde el siglo XIV hasta la actualidad. Analiza cuestiones clave en la historia de
esta zona geográfica como la influencia del Imperio Otomano, el surgimiento de las dinastías árabes,
la riqueza petrolífera, la prosperidad moderna y la formación de los Estados del Golfo tal y como los
conocemos en la actualidad.
Amru Hashem Rabi‘ (Ed.). Thawrat 25 yanayer (La Revolución del 25 de enero). El Cairo: Markaz
al-Ahram li-l-Dirasat al-Siyasiyya, 2011, 448 págs. Veinticinco investigadores participan en esta obra
analizando diferentes aspectos de la revolución del 25 de enero de 2011 que acabó con el régimen del
ex presidente Hosni Mubarak. Se estudian las causas, las consecuencias y las perspectivas de futuro.
La primera parte profundiza en la postura que adoptaron las principales fuerzas políticas egipcias: los
Hermanos Musulmanes, al-Wasat, al-Karama, al-Gad, el Frente Democrático, al-Wafd y al-Tagammu`,
entre otros. La segunda parte se ocupa de la manera en la que el régimen y las instituciones interactuaron
con la revolución, tanto el presidente (Mubarak) como su vicepresidente (Omar Suleiman), el parlamento
o los sindicatos. La tercera parte se centra en la actuación de los cuerpos de Seguridad y de las fuerzas
armadas. La cuarta parte está dedicada a las dimensiones sociales, económicas y culturales de la
revolución; la quinta a la postura de la sociedad árabe e internacional respecto a la revolución egipcia y
la sexta aborda las perspectivas de futuro de esta revolución.
Lluís Bassets. El año de la revolución. Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos. Barcelona:
Taurus, 2012, 393 págs. Crónica de las recientes revoluciones en países árabes, partiendo del estallido
tunecino y su propagación por países del Magreb árabe y de Oriente Próximo y, al mismo tiempo, análisis
de sus causas y consecuencias, entre ellas el surgimiento de democracias en construcción. También
es una reflexión sobre el futuro del mundo árabe y los cambios que las revoluciones han supuesto en el
panorama geopolítico regional e internacional.
Azmi Bishara. Al-Thawra al-tunisiyya al-mayida (La gloriosa revolución tunecina). Doha: Al-Markaz
al-‘Arabi li-l-Abhath wa-Dirasa al-Siyyasat, 2012, 496 págs. El pensador árabe Azmi Bishara analiza
en este estudio, publicado por el Centro Árabe de Investigaciones y Estudios Políticos de Doha, las
causas primordiales de la revolución tunecina y compara algunos fenómenos sociales y económicos
presentes en el Túnez prerrevolucionario y fenómenos parecidos que se dan en otros países árabes
que pueden experimentar movimientos revolucionarios similares, entre ellos el fracaso del desarrollo,
el aumento del desempleo, los gobiernos hereditarios y su legitimidad, la religiosidad y el laicismo,
proponiendo una reflexión teórica sobre la revolución en los países árabes. Bishara estudia la historia
de los levantamientos que se han producido en Túnez, el panorama de partidos políticos existentes
en el país antes del estallido de la revolución y más adelante expone detalladamente los hechos de la
revolución que acabó con el régimen de Ben Ali hace poco más de un año.
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Casa Árabe
Atalaya Sociopolítica
Youssef Seddik. Unissons-nous! Des revolutions arabes aux indignés. La Tour d’Aigues: Editions de
l’Aube, 2011, 112 págs. Entrevista del periodista Gilles Vanderpooten con el filósofo y antropólogo
tunecino Youssef Seddik, especialista en antropología del Corán. Este libro es una reflexión sobre
las perspectivas de futuro de la juventud de los países mediterráneos trazando un paralelismo entre
la situación en Oriente y en Occidente y en el que aborda las complejidades políticas, económicas,
sociales y ecológicas a las que se enfrentan las sociedades árabes.
Hani al-Hindi. Al-Haraka al-qawmiyya al-‘arabiyya fi-l-qarn al-‘ashirin (dirasa siyasiyya) (El movimiento
nacionalista árabe en el siglo XX. Estudio político). Beirut: Markaz Dirasat al-Wahda al-‘Arabiyya, 2012,
576 págs. Estudio sobre la acción nacionalista árabe, realizado por Hani al-Hindi, un histórico luchador y
pensador. Analiza el surgimiento y evolución de esta tendencia y las luchas por la liberación y la unidad
de la nación árabe que pretendían provocar un nuevo renacimiento y la creación de un Estado árabe
unificado tras la liberación de las potencias colonialistas. Este análisis también se centra en el caso de
Palestina, en su liberación y unidad, como los dos pilares fundamentales del nacionalismo árabe.
Allen James Fromherz. Qatar: A Modern History. Londres: I. B. Tauris, 2012, 224 págs. El autor analiza
en este estudio las paradojas y la creciente influencia regional de Qatar, basándose en fuentes originales
en árabe, inglés y francés, y en su trabajo de campo en Oriente Medio. Fromherz ofrece una imagen
poliédrica de la política, la cultural, la religión, la sociedad y la economía del moderno Estado de Qatar
que desempeña un importante papel, tanto político como económico, en la zona. Allen James Fromherz
es profesor de Historia Medieval del Mediterráneo y de Historia Islámica en la Universidad de Georgia,
en Atlanta.
Revistas
L´Année du Maghreb 2011 (2012). Publicado por el Institut de Recherches et d`Études sur le Monde
Arabe et Musulman (IREMAM), y editado por Éditions du CNRS, L´Année du Maghreb tiene como
objetivo analizar las transformaciones acaecidas en el Magreb a lo largo de una año 2011. La primera
parte se centra en un dossier, dedicado en esta ocasión al Sáhara (Sahara en mouvement), coordinado
por Dominique Casajus desde una perspectiva histórica. La segunda parte, que aborda la actualidad
magrebí, se centra en este número en Túnez, su revolución y sus consecuencias. La revista incluye
secciones dedicadas a cada país magrebí: Mauritania, Marruecos, Argelia, Libia y Túnez.
Atalaya Sociopolítica
Casa Árabe
Palestine-Israel Journal of Politics, Economics and Cultures, vol. 18, nº 1, (2012). Este número se
abre con un editorial de Ziad Abu Zayyad sobre las implicaciones de la “primavera árabe” y un amplio
dossier sobre las revoluciones y revueltas árabes con contribuciones, entre otros, de Azmi Bishara
(revoluciones, revueltas y transiciones democráticas desde la perspectiva tunenica), Khaled Hroub
(islamistas y poder) Alon Liel (el modelo turco y la primavera árabe), Joel Beinin (el conflicto palestinoisraelí ante la nueva situación en el mundo árabe), Samir Awad (el impacto de las revoluciones árabes
en el conflicto palestino-israelí), Nicos Panayiotides (implicaciones regionales de la primavera árabe) y
Miriam Elman (la primavera árabe y el futuro de la democracia en Oriente Medio). Puede consultarse
en http://www.pij.org/current.php.
Middle East Journal of Culture and Communication, vol 5, nº 1 (2012). Número dedicado a las
revoluciones árabes con aportaciones de Arshin Adib-Moghhaddam (revueltas árabes, islam y
posmodernidad), Nadje Al-Ali (género y primavera árabe), Mohammed A. Bamyeh (filosofía anarquista,
tradiciones civiles y cultura de las evoluciones árabes) Haim Bresheeth (visión de la primavera árabe
desde Israel), Gholam Khiabany (revoluciones árabes y levantamiento iraní), Marwan M. Kraidy (los
medios y los levantamientos árabes), Dina Matar (contextualización de los medios en las revoluciones)
y Tarik Sabry (aporía del tiempo y de las revoluciones árabes).
Al-Mustaqbal al-‘Arabi, nº 397 (marzo 2012). El número de marzo de la revista editada por el
Centro de Estudios de la Unidad Árabe se inicia con un editorial de Ahmad Yusef Ahmad sobre
la primavera árabe y la unión magrebí. Incluye artículos sobre la “democracia electrónica”, la
participación de los grupos árabe y africano en el Asamblea General de Naciones Unidas, el
papel de la enseñanza en el desarrollo económico en el caso argelino y la visión socio-económica
del movimiento de contestación sirio. El dossier de la revista está dedicado a la “ciudad árabe”
(demografía, identidad, globalización). El número se completa con las habituales secciones de
reseñas bibliográficas, informes sobre congresos y bibliografía.
Publicación bimestral editada por:
Casa Árabe y su Instituto Internacional de Estudios Árabes
y del Mundo Musulmán es un consorcio formado por:
Diseño: Rez Estudio
Maquetación: Go Next
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