PROPUESTA NORMATIVA PERINATAL ATENCIÓN DEL PARTO DE RIESGO TOMO IV AGOSTO 1998 1 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R Aprobado por Resolución Nº 124 (SS) del 31 de octubre de 1997. dentro del marco del PROGRAMA NACIONAL DE GARANTIA DE CALIDAD DE LA ATENCION MEDICA, implementado por Resolución Ministerial Nº 149 del 1º de junio de 1993. COMISION REDACTORA Creada por Resolución N° 033 del 15 de marzo de 1995 Coordinador General: Sr. Director Nacional de Atención Médica Dr. César Eduardo Leppen Coordinadora Alterna Sra. Directora de Maternidad e Infancia: Dra. Emilce Vera Benítez Jefe del Departamento de Perinatología Dr. Oscar M. García Asesores del Departamento de Perinatología Dra. Celia Lomuto Dra María Elena Etcheverry Obst. Inés Martínez Consultor Proyecto Naciones Unidas para el Desarrollo. PROMIN: Dr. Carlos Duverges Asociación Argentina de Perinatología: Dr. Eugenio Koremblit Federación Argentina de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (F.A.S.G.O). Dr. Mario Palermo Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires Dra. Diana Galimberti Dr. Rodolfo Bértola Sociedad Argentina de Pediatría: Dra. Lidia Parga Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.Secretaría de Salud. Departamento Materno Infantil Dr. Enrique Biedak Obst. Rosa Vartabedian Federación de Obstétricas de la República Argentina Obstétrica Mirta Rodriguez 2 I E S G O A T E N C I Ó N D E L P A R T O CONTENIDO Prólogo Introducción CAPITULO I: El Parto de Riesgo El Parto de Riesgo en las Patologías Prevalentes Maternas a) El parto en los estados hipertensivos del embarazo b) El parto en la embarazada diabética Manejo de la diabética gestacional durante el parto Manejo de la diabética gestacional después del parto o cesárea c) El parto en la Rotura Prematura de Membranas Interrupción del embarazo Profilaxis antibiótica en el momento del parto d) El parto en las Hemorragias del III Trimestre Placenta Previa Desprendimiento Normoplacentario e) Asistencia del Parto Pretérmino Parto de Riesgo por Distocia. a) Distocia contráctil 1. Distocia dinámica por aumento de la actividad contráctil Amenaza de rotura uterina 2. Distocia dinámica por disminución de la actividad contráctil Parto Prolongado 3. Distocia dinámica por perturbación de la act. contráctil b) Distocia ósea Evaluación de la pelvis Pelvis Plana Pura Pelvis Generalmente Estrechada Pelvis Transversalmente estrechada Pelvis Asimétricas Otras distocias óseas c) Distocia de Partes blandas d) Distocia de Causa Fetal Exceso de volumen total Alteraciones de la posición Exceso de volumen parcial CAPITULO II: Admisión de la Embarazada de Riesgo Referencia oportuna al nivel de complejidad adecuado Atención de la Emergencia Obstétrica. CAPITULO III: Atención del Parto de Riesgo: Período de Dilatación Patológico. Rol de la obstétrica en el período de dilatación Trabajo de Parto Prolongado Conducción del Parto CAPITULO IV: Atención del Parto de Riesgo: Período Expulsivo Patológico Parto Obstruído Fórceps Formas de acción del fórceps Indicaciones Condiciones Preoperatorio Pronóstico y complicaciones Postoperatorio Cesárea Indicación principal del parto operatorio 3 D E R I E S G O A T E N C I Ó N D E L P A R T O D El riesgo de la cesárea Factores que inciden en el incremento de la cesárea Factores Médicos Factores no Médicos El nacimiento por cesárea y la Mortalidad Perinatal y Materna Riesgo actual de la operación cesárea Limitación de las indicaciones de la operación cesárea Propuesta de intervención para la disminución de la frecuencia de cesáreas Analgesia y Anestesia Obstétricas CAPITULO V: Atención del Parto de Riesgo:Período Placentario Patológico Hemorragias del Postparto inmediato a) Retención de la placenta Inercia Uterina Anillos de contracción Adherencia anormal de la placenta Retención de restos placentarios b) Lesión de partes blandas c) Inversión aguda del útero Módulo PARTO o ABORTO de la Historia Clínica Perinatal Capítulo VI Morbilidad y Mortalidad Materna Post Parto Defunciones por causa materna Iniciativa para una Maternidad Segura La Mortalidad Materna en la Argentina Antecedentes Delimitación del problema Algunas recomendaciones Parto Seguro CAPITULO VII : El Recién Nacido del Parto de Riesgo Efectos fetales y neonatales de la anestesia y analgesia obstétrica Efectos directos Efectos indirectos Traumatismos Obstétricos en el recién nacido Fracturas Parálisis Hemorragias Laceraciones y/o heridas de piel Presentación podálica Presentaciones oblicua y transversa El recién nacido por cesárea El recién nacido por fórceps Embarazo múltiple ANEXOS Introducción Control de la Integridad del binomio Madre-Hijo Normas de Seguridad Institucional I- En todo el Hospital II- En el área de maternidad y neonatología III-En las Salas de Parto Sistemas de Reconocimiento evidente BIBLIOGRAFIA 4 E R I E S G O A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O PROLOGO El Programa Nacional de Garantía de Calidad de la Atención contempla en su artículo 7º la necesidad de elaborar Normas de Atención que tengan caracter orientador para el nuevo modelo prestacional de la Atención Médica, como es el Hospital de Autogestión. Siguiendo esas líneas de acción, ya han sido redactadas las Propuestas Normativas I: “ Atención del Embarazo Normal, Parto de Bajo Riesgo y Atención Inmediata del Recién Nacido” y II: “Atención de las Patologías Prevalentes Perinatales”. La Dirección deSalud Materno Infantil ha considerado necesario la formulación de la Propuesta Normativa III “Atención del Parto de Riesgo”, la cual completaría la normativa nacional sobre el área. Dichas normas tienden a facilitar el cumplimiento de las metas formuladas por éste Ministerio, a través del logro de un verdadero proceso de cambio actitudinal y al que solo un moderno encauzamiento normativo apoyado en sólidos conocimientos científicos puede ayudar a alcanzar. Desde el punto de vista sanitario, la mortalidad infantil ha mostrado en nuestro país una tendencia naturalmente decreciente. Dentro de ella, la mortalidad neonatal y especialmente la mortalidad neonatal precoz, componente de la mortalidad perinatal, no ha seguido esa misma tendencia. El otro componente de la mortalidad perinatal, la Mortalidad Fetal Tardía y dentro de ella la Mortalidad Fetal Intraparto, mantienen también, como en otros países de Latinoamérica, tasas elevadas que requieren sobre todo la implementación de las modernas normas de atención del parto, propuestas en reiteradas ocasiones por las principales sociedades científicas y las organizaciones internacionales como el Centro Latinoamericano de Perinatología ( CLAP, OPS OMS). Esa evolución de la mortalidad fetal tardía se visualiza aún en aquellos países que han bajado las tasas de mortalidad neonatal precoz a expensas de una adecuada tecnología y un sistema de referencia eficiente, pero que no han podido modificar, en los últimos años, las muertes fetales tardías. Deberá recordarse que nuestro país se ha comprometido a bajar antes del año 2000 un tercio de la Tasa de Mortalidad Fetal Tardía, de acuerdo al Plan Nacional en Favor de la Madre y el Niño firmado en 1994 por los Srs Gobernadores en el Pacto Federal. La falta de reconocimiento de esta realidad por los servicios, lleva a responsabilizar la obtención de estos resultados adversos a las patologías existentes, intentando incrementar la complejidad tecnológica para mejorarlos. Por ultimo, el tema del Control de la Integridad del Binomio Madre-Hijo, como así también los procedimientos de Seguridad Institucional, ha cobrado notoriedad pública a raíz de las frecuentes sustracciones de recién nacidos en establecimientos públicos o privados y a los juicios de reconocimiento legal de filiación que exigen de las autoridades sanitarias un esfuerzo normativo para satisfacer los requerimientos de seguridad de la población en el tema. Por todo ello, esta Dirección de Salud Materno Infantil estima necesario convocar nuevamente a las Sociedades Científicas: Asociación Argentina de Perinatología, Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires, Sociedad Argentina de Pediatría, así como a representantes de las Federaciones que las nuclean, como la Federación Argentina de Sociedades de Ginecología y Obstetricia- FASGO y la Federación de Obstétricas de la República Argentina- FORA,y a expertos de reconocida experiencia en el tema, a fin de desarrollar la Propuesta Normativa Perinatal TOMO III, sobre “Atención del Parto de Riesgo”, incorporando en los anexos aquellos aspectos relacionados con el control de la integridad del binomio Madre-Hijo y de Seguridad Institucional. 5 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O INTRODUCCIÓN Con el objeto de normatizar la Atención del Parto de Riesgo, se considera como “parto” a la expulsión, por las vías naturales, de un feto con un peso mayor de 500 g. (20 semanas aproximadamente) Cuando el parto se inicia sin que hayan intervenido agentes externos se denomina espontáneo, en caso contrario se considera provocado o inducido. Si evoluciona sin que haya ninguna desviación en su mecanismo fisiológico se denomina normal o eutócico. Si durante el parto ocurriera alguna alteración (contráctil, del canal del parto, etc.) se lo considera distócico. Si termina bajo la sola influencia de las fuerzas naturales, se llama parto natural. Si hubo intervención manual o instrumental se trata de un parto artificial. La mayoría de los partos son espontáneos aunque pueden no reunir todas las condiciones de normalidad denominándoselos entonces: paraeutócicos. Si durante la iniciación espontánea se practicó la amniotomía en forma precoz o se administraron a la madre ocitócicos, analgésicos, anestésicos o tranquilizantes, se habla de parto médico o parto dirigido o corregido. La atención del parto tiene como objetivo principal lograr que el progreso del parto y la condición materno fetal se mantengan dentro de límites fisiológicos. Debido a la gran variabilidad entre las mujeres deberá respetarse el patrón fisiológico de cada una, si el parto progresa y el estado materno-infantil es satisfactorio. El uso de tecnologías apropiadas, como el partograma con curvas de alerta y el manejo conservador del trabajo de parto (evitando la amniotomía precoz y la medicación ocitócica y analgésica), contribuye a mejorar los resultados obtenidos. Se deberá también permitir la libre elección de la posición obstétrica, recomendando la deambulación durante el período de dilatación si las membranas se conservan íntegras. Se recomienda promover además la participación activa de la gestante y del miembro del grupo familiar que la acompañe. En cambio la atención del parto patológico o de riesgo, requiere un cuidadoso gobierno y dirección de cada uno de los períodos del parto, en los que la rotura artificial y oportuna de las membranas así como la conducción farmacológica adquiere especial relevancia. 6 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O CAPITULO I EL PARTO DE RIESGO Se denomina parto de riesgo o de Alto Riesgo, a aquel cuya evolución natural lo lleva habitualmente a obtener un resultado no deseado para la madre y/o su hijo. Este resultado no deseado puede significar un sufrimiento fetal agudo o el nacimiento de un recién nacido asfíctico o finalizar con la muerte del feto o aún de su madre . La mortalidad materna y perinatal que reconoce como origen la existencia de un parto de riesgo, puede deberse en gran parte a enfermedades maternas técnicamente evitables con un buen control prenatal o una correcta atención del parto. Toda maniobra o medicación innecesaria, efectuada durante la evolución normal del parto, puede incrementar su riesgo, trasformándolo en patológico, por lo que debería ser prospcrita. Solo se deberá intervenir activamente cuando ocurran desviaciones en su evolución o en las funciones vitales del feto o de la madre. EL PARTO DE RIESGO EN LAS PATOLOGÍAS PREVALENTES MATERNAS Las patologías prevalentes perinatales descriptas en el Tomo II de la presente propuesta normativa, así como otras enfermedades no tan frecuentes que afectan a la madre, tienen en mayor o menor grado la posibilidad de terminar en un parto patológico con resultados no deseados para la madre y/o su hijo. Enfermedades anteriores al embarazo como hipertensión arterial crónica, diabetes pregestacional, nefropatías, cardiopatías o aún patologías poco frecuentes como encefalopatías, esclerosis múltiple, patología recto vaginal, accidentes abdominopélvicos,etc. pueden terminar en un parto de riesgo, También las enfermedades propias del embarazo como la preeclampsia y eclampsia, diabetes gestacional, amenaza de parto prematuro y Retardo de Crecimiento Intrauterino (RCIU), rotura prematura de membranas, las hemorragias, etc., tienen incrementado el riesgo potencial de un parto patológico con aumento de la morbimortalidad fetomaterna. El parto en los estados hipertensivos del embarazo La vía del parto dependerá del grado de sufrimiento fetal y de su crecimiento intrauterino. Si el feto se encuentra muy comprometido se preferirá la cesárea. En caso de elegir la vía vaginal se considera conveniente efectuar monitoreo fetal intraparto. La inducción se podrá hacer con las drogas habituales siguiendo el método más adecuado, ya que la respuesta farmacológica de la fibra uterina depende de la edad del embarazo. Se realizará la operación cesárea ante el manifiesto fracaso de la primera. En las hipertensas severas y eclámpticas se prefiere la anestesia general. El parto en la embarazada diabética Cualquiera sea la vía de elección se deberá mantener la glucemia materna entre 70 a 105 mg/dl hasta la extracción del feto. Evitar la hipoglucemia. Si la cesárea es electiva, se programará para las primeras horas de la mañana. 7 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Si la glucemia preoperatoria está en los valores ideales, no se administrará glucosa hasta después de la extracción del feto. Si la glucemia es elevada, se debe corregir antes de la intervención, administrando insulina rápida en suero glucosado intravenoso. Si la cesárea es electiva y no puede programarse para la mañana, se deberá suspender la dosis habitual de insulina utilizando igual esquema que para el trabajo de parto, indicando infusión intravenosa de glucosa e insulina durante ese día. En cesáreas no programadas y con las dosis habituales de insulina ya administradas, se procederá de igual forma que en el trabajo de parto. Tan pronto como se produce el nacimiento, ya sea por vía vaginal o por cesárea, el aporte intravenoso de insulina deberá interrumpirse. Si se hubiera optado por la insulina subcutánea, esta se aplicará de acuerdo al control glucémico. La infusión de glucosa deberá continuar hasta la siguiente comida en las puérperas de parto vaginal o por aproximadamente 24 horas hasta que se inicie la dieta normal, en caso de cesárea. En las primeras 24 horas no se requiere habitualmente insulina, pero debe hacerse el monitoreo glucémico y de cuerpos cetónicos cada 4 a 6 horas buscando hiperglucemia para indicar el comienzo de la insulinoterapia. En las puérperas en las que el parto o la cesárea se ha producido con las dosis habituales de insulina NPH ya administrada, se recomienda extremar la vigilancia para evitar hipoglucemias. La administración de insulina intermedia subcutánea se inicia cuando las glucemias en ayunas son mayores de 110 mg/dl o mayores de 180 mg/dl durante la infusión de suero glucosado. En las diabéticas no insulinodependientes, si el control metabólico no se logra con dieta exclusiva, se iniciará la administración de insulina en pequeñas dosis. Los hipoglucemiantes orales pasan a la leche materna, razón por la cual no son aconsejados en la lactancia. Manejo de la diabética gestacional durante el parto o la cesárea Pacientes tratadas solo con dieta: Se conducirán en igual forma que las embarazadas normales no diabéticas, pero se deberá realizar monitoreo glucémico y evitar períodos prolongados de ayuno. Si se utilizan soluciones glucosadas. se realizará cada hora el monitoreo glucémico y se administrará insulina rápida subcutánea , en el suero si los valores de glucemia son mayores de 105 mg/dl (una unidad de insulina cristalina cada 10 mg/dl). Pacientes tratadas con insulina: Se procederá en igual forma que en la diabetes pre-gestacional. Manejo de la diabética gestacional después del parto o la cesárea En la mayoría de estas pacientes, luego del nacimiento la diabetes se revierte. No obstante se deberá continuar con el tratamiento dietético adecuado a la lactancia hasta su reclasificación. Se deberán continuar las determinaciones de glucemia capilar o venosa diarias o cada 12 horas durante los primeros días del puerperio, para detectar a las pacientes en quienes persiste la diabetes después del parto. 8 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O El parto en la Rotura Prematura de Membranas La Rotura Prematura de Membranas (RPM) aumenta considerablemente la morbimortalidad materna porque se asocia a una mayor incidencia de cesáreas y a infección materna. La frecuencia y gravedad de éstas se relacionan con la flora patógena vaginal existente. También se incrementa la morbimortalidad fetoneonatal debido especialmente a la asociación con prematurez/inmadurez, enfermedad de membrana hialina, asfixia y en menor grado infección. Los recién nacidos de término tienen un riesgo de infección bajo, de un 1%, pero los prematuros aumentan este riesgo en forma considerable en relación inversa a su edad gestacional. Los gérmenes que pueden infectar la cavidad ovular son generalmente Gram negativos (Echericia coli, Proteus),Gram positivos (Streptococo Grupo B y otros) Chlamydia trachomatis, Listeria monocytogenes, Ureaplasma urealiticum, anaerobios, cándidas, etc. Otros riesgos agregados son los accidentes del parto (procidencia de cordón, etc.). Interrupción del embarazo La paciente debe ser asistida en el nivel de complejidad obstétrico-neonatal más adecuado, el cual debería ser alcanzado durante el embarazo, al diagnosticarse la R.P.M. Hay unanimidad de criterios en que el embarazo debe interrumpirse, sea cual fuera la condición del feto, si existen signos clínicos, bacteriológicos o de laboratorio que hagan sospechar corioamnionitis. Igualmente deben tenerse en cuenta las indicaciones mencionadas en el Capítulo VI del Tomo II de la Propuesta Normativa Perinatal. Se recomienda privilegiar la vía vaginal para evitar las complicaciones postoperatorias maternas de origen infeccioso. Si están dadas las condiciones, se intentará la inducción del parto mediante la administración intravenosa continua de ocitocina, tratando de reducir al mínimo los tactos vaginales. Ante el fracaso del primer intento de inducción o cuando ésta se halle contraindicada, se decidirá la operación cesárea. Se tratará de que el nacimiento se produzca dentro de las 24 hs. de adoptada la decisión de interrumpir el embarazo. Profilaxis antibiótica en el momento del parto De elección: se continuará administrando el esquema antibiótico indicado previamente, particularmente si éste ha sido ajustado a los cultivos y antibiogramas. En aquellas embarazadas en que se decide realizar una cesárea, y que no recibieron antibióticos previamente, es aconsejable administrar Cefalotina 1 gr. EV intraoperatoria, luego de la ligadura del cordón umbilical. En aquellas madres colonizadas con Streptococo Grupo B y con factores de riesgo como una Rotura de Membranas mayor de 12 hs. o con fiebre intraparto o con el antecedente de un hijo anterior muerto por sepsis por este germen, está comprobado que es efectiva la administración de Ampicilina 2 gr. EV en una sola dosis en el momento del parto. Toda rotura prematura de las membranas ovulares deberá asentarse en la Historia Clínica Perinatal Base, cuidando de que conste en el rubro Patologías Maternas. Además, cuando en la Admisión se abre el módulo Parto, se deberá dejar constancia en el rubro Membranas si en ese momento están íntegras o rotas y de ser así, la hora-minuto-día-mes en que se rompieron. Esto es muy importante para poder detectar así la rotura prematura de membranas y dentro de ellas la rotura prematura de membranas mayor de 24 horas, que se analiza en el módulo Parto y que de sobrepasar ese período horario, incrementa las posibilidades de tener un resultado no deseado tanto en la madre como en el hijo, al aumentar porcentualmente el riesgo de infección amniótica y el nacimiento de un recién nacido infectado. 9 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O El parto en las Hemorragias del III Trimestre Placenta Previa A pesar que la operación cesárea es el procedimiento de elección en la placenta previa, puede optarse eventualmente por la vía baja, mediante el uso de la amniotomía crucial y amplia (método de Puzos), si reúne las siguientes condiciones: 1- Placenta previa no oclusiva 2- Dilatación de 4 cm o más La amniotomía tiene en ese caso un doble efecto hemostático, ya que la salida del líquido amniótico permite el apoyo de la presentación sobre la zona placentaria desprendida y además cesa el tironeamiento que ejercían las membranas sobre el borde inferior de la placenta. Merece especial mención la implantación baja de la placenta insertada en la cara anterior sobre cicatrices uterinas previas (cesárea anterior, miomectomías, etc.) con el consiguiente riesgo en la cesárea debido a acretismo placentario. Desprendimiento normoplacentario Ante la sospecha diagnóstica de desprendimiento de la placenta normalmente inserta, debido a la aparición imprevista de hipertonía uterina con o sin sangrado, hipotensión arterial, etc., se internará a la paciente, mientras se realizan análisis de laboratorio y de permitirlo el cuadro la confirmación mediante ultrasonografía. Se deberá efectuar el control estricto de la vitalidad fetal e intentar definir la gravedad del caso, valorando el grado de compensación de la paciente. Utilización de agentes betamiméticos uteroinhibidores, a fin de relajar el útero y mejorar la homeostasis fetal. La indicación es la operación cesárea abdominal. En caso de presentarse durante el trabajo de parto, en las formas leves, se practicará la amniotomía, valorando la progresión de la dilatación, la altura de la presentación y la frecuencia cardíaca fetal, para permitir la terminación por la vía vaginal. Deberá reponerse el volumen de sangre perdido y en caso de presentarse realizar el tratamiento del estado de shock. Una de las complicaciones es la apoplejía uterina o síndrome de Couvelaire. Para establecer con precisión el estado de la fibra uterina con el objeto de decidir o no la histerectomía, se aconseja la inyección de 10 unidades de ocitocina por vía endovenosa o intramural. La respuesta contractil indicará la integridad funcional miometrial. Otra complicación del desprendimiento normoplacentario son los trastornos de la coagulación (hipofibrinogenemia), para lo cual se impone en estos casos la pronta instalación del tratamiento específico. Asistencia del Parto Prematuro Solo se mencionarán aquellas conductas que cambian o se agregan a las normas de atención del parto de bajo riesgo Período de dilatación Adopción de la posición horizontal, preferentemente en decúbito lateral. Evitar la amniotomía, ya que el efecto protector de las membranas es mayor en el prematuro. Traslado a sala de partos con mayor antelación que en el parto de término (alrededor de 6 a 7 cm de dilatación) Presencia de personal especializado para la recepción del recién nacido a partir del traslado de la madre a la sala de partos Evitar medicaciones depresoras del S.N.C. u otras innecesarias. 10 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Período expulsivo Evitar la amniotomía hasta el momento del desprendimiento No se deberá efectuar la episiotomía en forma sistemática, evaluando cada caso en particular Cesárea en la prematurez. Existe evidencia que la cesárea no mejora los resultados perinatales en el prematuro en presentación cefalica. No obstante en la presentación podálica en prematuros de muy bajo peso (menores de 1500 gr.), la operación cesárea tendría un efecto protector. PARTO DE RIESGO POR DISTOCIA Se considera distocia (de DIS= alteración y TOCOS= parto) a cualquier alteración contráctil, ósea, de partes blandas o de causa fetal, que modifique el normal mecanismo del trabajo de parto, transformándolo en un parto patológico o de riesgo. Distocia contráctil Cualquier perturbación de la actividad contráctil uterina durante el trabajo de parto puede alterar el mecanismo de parto originando una distocia dinámica o contráctil. Es por ello que se considera como muy importante la determinación de los patrones de contractilidad para evaluar el riesgo de ese parto. Los patrones de contractilidad se determinan por la apreciación del Tono, Frecuencia, Intensidad y Duración de las contracciones. A modo de recordatorio podemos aclarar que: Tono: Es la presión más baja entre contracciones que permita palpar las partes fetales. Frecuencia: Es el número de contracciones en 10 minutos. Son normales entre 2 a 7 contracciones en 10 minutos, considerando de 6 a 7 como “Alerta”. Intensidad: es la diferencia entre la máxima presión alcanzada por la contracción y el tono. Normal entre 30 a 70 mm. de Hg. Cuando la presión amniótica sobrepasa los 50 mmHg. la pared uterina no puede deprimirse con el dedo. Duración: Es el tiempo transcurrido desde el inicio hasta el fin de la contracción. Normal entre 20 y 60 segundos. El aumento por encima de los valores fisiológicos de cualquiera de estos parámetros pueden comprometer la vitalidad fetal, incrementando el grado de riesgo del parto. 1-Distocia dinámica por aumento de la actividad contráctil: Hiperdinamia es el aumento de la contractilidad uterina en su tono (hipertonía), en su frecuencia (taqui o polisistolia), o intensidad (hipersistolia). Amenaza de rotura uterina. Es una distocia contráctil de grado máximo (hiperdinamia hipertónica) que, dejada a su evolución natural, termina con la rotura uterina y la muerte del feto y aún de la madre. Está caracterizada por el incremento exagerado del tono, frecuencia e intensidad de las contracciones ante un obstáculo difícil de vencer. Corresponde clínicamente al denominado Síndrome de Bandl-Frommel-Pinard integrado por: 11 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Signo de Bandl. Palpación de la contractura y ascenso del anillo de Bandl, por distensión del segmento inferior. Signo de Frommel. Palpación lateral de los ligamentos redondos por estiramiento de los mismos debido al ascenso del anillo de Bandl. Signo de Pinard. Hemorragia escasa y oscura de origen cervical, debida a trastornos en la irrigación del cuello uterino. Conducta: Operación cesárea de urgencia. 2-Distocia dinámica por disminución de la actividad contráctil: Hipodinamia es la disminución de la contractilidad uterina en su tono (hipotonía), frecuencia (bradisistolia) o intensidad (hiposistolia) Parto prolongado El diagnostico del parto prolongado o enlentecido, efectuado por medio de las curvas de alerta trazadas en el Partograma, permite alertar precozmente aquellos casos que al traspasar el límite extremo del percentilo 10 de evolución de la dilatación cervical en función del tiempo, están mostrando un enlentecimiento que requiere el diagnóstico, evaluación y corrección de la distocia causante del problema. Conducta: Evaluación de la causa y estimulación de la contractilidad por goteo ocitócico controlado o referencia al nivel de complejidad adecuado. 3- Distocia dinámica por perturbación de la actividad contráctil Está caracterizada por contracciones localizadas (espasmos) del orificio externo, interno o del anillo de Bandl, que originan incoordinación por inversión del triple gradiente descendente. El triple gradiente descendente es una característica de la onda contráctil normal del parto, que consta de tres componentes: 1- Propagación descendente de la onda contráctil, a partir del marcapaso ubicado en cada cuerno uterino, siendo el derecho generalmente el dominante. 2- La duración de la contracción es mayor en las partes altas del útero. 3- La intensidad de la contracción es mayor en las partes altas del útero. La onda contráctil se propaga al resto del miometrio a partir del marcapaso a razón de 2 cm/seg. e invade el órgano en 15 seg., alcanzándose simultáneamente el vértice de la contracción en todo el útero, lo que causa un gran aumento de la presión amniótica. A su vez, la relajación sincrónica de todas las partes del útero permite a la presión amniótica caer a un valor mínimo entre cada contracción. Por lo tanto, cualquier inversión de estos gradientes puede ser el origen de una distocia dinámica. Conducta: Inhibición de la actividad contráctil por medio de goteo controlado de betamiméticos. Control de salud fetal y materna. Prudencial espera del desencadenamiento del trabajo de parto o inducción pasadas 2 horas de normalizado el episodio. Distocia ósea Toda alteración de los diámetros óseos del canal del parto pueden originar una perturbación del mecanismo de parto o sea una distocia ósea, que será tanto mas grave cuanto más alterados estén dichos diámetros y que dará como resultado un parto de alto riesgo. 12 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Desarrollo de la pelvis. Para el estudio y comprensión de las distocias óseas es imprescindible el conocimiento del desarrollo de la pelvis femenina desde el período fetal hasta la edad fértil. La pelvis femenina comienza su desarrollo en el período fetal, en el que actúan factores genéticos que diferencian la pelvis entre los fetos masculinos y femeninos. La pelvis fetal y del recién nacido tiene forma de embudo con paredes laterales que convergen y sacro rectilíneo (que representa la prolongación casi lineal de la columna lumbar) y ausencia de promontorio. El íleon, el isquión y el pubis, están unidos por tejido cartilaginoso. La rama del isquión se une a la rama del pubis recién a los 8 años. La osificación del acetábulo se hace entre los 15 a 20 años. Cuando la niña comienza a caminar y sentarse, la presión del tronco y la contrapresión femoral modifican la pelvis. Esta sobrecarga sobre la pelvis lleva a la misma, entre los 4 a 5 años, a tomar una forma oval longitudinal con el acetábulo haciendo prominencia hacia la cavidad. El sentarse y ponerse de pié, hacen que la sobrecarga sobre el promontorio lo impulse hacia adelante, mientras que la parte inferior del sacro es retenida hacia atrás por los recios ligamentos sacroisquiáticos, por lo que el sacro se incurva. Esta tendencia se origina después de los 6 años y se completa entre los 8 y 9 años. Antes de eso el sacro es recto. La profundidad máxima corresponde a la 3º sacra. En la pubertad, la forma oval longitudinal del estrecho superior cambia a oval transversal, el ángulo pubiano se amplía alejándose del acetábulo a la cavidad. Este proceso de transformación se hace en un año y medio en relación con la maduración sexual y comienza después de los primeros signos de desarrollo mamario y aparición del vello pubiano y antes de la menarca. Evaluación de la pelvis La evaluación de la pelvis en cuanto a su conformación y la medida de los diámetros, así como el diagnóstico de la proporción pélvico cefálica debe ser uno de los principales objetivos del examen obstétrico, tanto del control prenatal como de la admisión. El interrogatorio deberá recabar datos sobre partos anteriores y la existencia de afecciones y traumatismos que pudieran haber afectado la pelvis. El antecedente de un parto normal de un recién nacido mayor de 3000 g, permite suponer un buen canal óseo. Toda anomalía en la evolución de un parto anterior deberá hacer sospechar de viciación pelviana. La observación de asimetrías pelvianas o claudicación en la marcha será indicación de un examen más exhaustivo Se efectuará el tacto con la vejiga vacía, intentando tocar el promontorio. Si éste se alcanza, indica estrechez pélvica, debiéndose referir a la embarazada al nivel adecuado. La exploración de las paredes del canal pélvico y la evaluación de la distancia entre las espinas ciáticas (diámetro biciático) y los isquiones ( diámetro biisquiático) dará la respuesta pelvigráfica de la suficiencia del canal óseo. Toda asimetría de la pelvis, la presencia de obstáculos en el canal del parto o un diámetro promonto subpubiano menor de 12 cm. indicará la necesidad de planificar la vía alta para la atención del parto. En las pelvis límite se podrá evaluar la posibilidad del parto vaginal, mediante dos maniobras: Palpación Mensuradora de Pinard. Mientras con una mano se impulsa la presentación en el estrecho superior en dirección al eje del canal, con la otra rasando el pubis se aprecia cuanto parietal fetal sobrepasa el plano horizontal del mismo. Tacto impresor de Muller. Con la misma maniobra impulsora del polo cefálico en el canal, con la otra mano se 13 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O comprueba, por medio del tacto, en qué medida se ha logrado que el parietal fetal trasponga el plano del estrecho superior. Conducta: Diagnóstico del tipo de distocia ósea Se deberá orientar en base al conocimiento de las distocias óseas básicas que originan la estrechez pelviana absoluta y en base a ellas se tratará de identificar y clasificar las estrecheces pélvicas que se presentan al examen. Pelvis Plana Pura. Corresponde al 60 % de las pelvis estrechas. Frecuente en la desnutrición crónica y en el raquitismo, es aquella que tiene el diámetro anteroposterior disminuido. Es una pelvis “anillada” porque la distocia radica en el estrecho superior y franqueado éste, el parto puede proseguir sin impedimentos. Pelvis Generalmente Estrechada. Tiene una frecuencia del 10 %. Se caracteriza por una disminución armónica de todos los diámetros. Es frecuente en mujeres de baja estatura, menor de 1.50 m. En las pelvis generalmente estrechadas, solo la armonía pélvico-cefálica o sea la correspondencia entre el tamaño pequeño de la pelvis y el tamaño pequeño del feto podrá permitir un parto normal. Pelvis Transversalmente Estrechada. Con una frecuencia del 2 %, tiene disminuido el diámetro transverso, transformando al estrecho superior en ovalado de adelante atrás y acercando entre sí a las espinas ciáticas y los isquiones, lo que disminuye la medida de los diámetros: biciático y el biisquiático. De acuerdo a ello la distocia se produce en el piso pelviano y no en el estrecho superior que es atravesado sin dificultad por el móvil fetal. Es el motivo por los que son denominadas pelvis “en embudo” o infundibuliformes. Pelvis Asimétricas. Denominadas también pelvis oblicuas tienen una frecuencia del 6 %. Presentan un diámetro oblicuo menor que el otro y corresponden generalmente al acortamiento de una de las piernas por polio o fracturas anteriores y se desencadena cuando la niña comienza a caminar, debido a la contrapresión femoral pelviana. Otras distocias óseas Comprenden una serie de malformaciones poco frecuentes que integran un pool cercano al 20 % del total de las distocias óseas, y en los que cabe estudiar la resultante de los traumatismos pélvicos de la niñez o las distocias óseas mixtas, como las de las enanas acondroplásicas cuya pelvis es plana y generalmente estrechada. • En el caso poco frecuente de estrechez pelviana absoluta debida a la presencia de las distocias óseas básicas referidas anteriormente, la conducta será la operación cesárea. • En las estrecheces pelvianas relativas no infundibuliformes, con diámetros discretamente disminuidos y fetos de tamaño normal no macrosómicos, se aconseja realizar la prueba del parto, en un nivel de complejidad adecuado. La prueba del parto o prueba del encajamiento, permite asumir que si en un plazo máximo de 4 horas con buena dinámica, no se ha producido un franco progreso del parto, se está frente a una distocia irreductible, debiéndose indicar la vía alta para la resolución del caso. Distocia de partes blandas La alteración de las condiciones normales del canal del parto desde la vulva, vagina, cuello y pared uterina, pueden ocasionar una alteración del mecanismo de parto dando origen a una distocia de partes blandas cuyo final será un parto de riesgo. Procesos vulvares, como la presencia de grandes condilomas, las estenosis cervicales por operaciones del cuello o por 14 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O carcinoma cervical, así como las anomalías vaginales por operaciones por fístula vesicovaginal, son distocias que impiden entre otras, el parto normal y llevan a la indicación de cesárea. Las denominadas distocias relativas del canal blando del parto, tienen en cuenta la resistencia de los tejidos en la primigesta añosa, así como la debilidad de la pared uterina por miomectomía o cesárea o malformaciones congénitas como el embarazo en uno de los hemiúteros de un útero doble, etc. Se puede agregar a estas distocias las originadas por operaciones plásticas de prolapso. Por otro lado el canal del parto puede no permitir el paso del movil fetal por estar obstruido por formaciones tumorales previas. El tumor previo irreductible da origen a una obstrucción real del canal del parto que impide el pasaje del móvil fetal produciendo una distocia absoluta cuando fracasan las maniobras de reducción del tumor. El riesgo cierto de rotura uterina inminente, con la sintomatología dolorosa suprapúbica característica, que aparece en pleno trabajo de parto, constituye también una distocia absoluta de partes blandas. La rotura uterina por dehicencia de la cicatriz operatoria es poco probable actualmente en partos de evolución normal con cicatrices segmentarias transversales, por lo que se ha desvalorizado lo propuesto por Cralgin hace cerca de 80 años de “cesárea siempre cesárea”, considerándose admisible recurrir a la vía alta recién después de la tercer cesárea. Sabiendo que la indicación más frecuente de la cesárea iterativa es la cesárea anterior, se deberá ser prudente en la indicación de la primera cesárea a través de una segunda opinión autorizada. Distocia de causa fetal Exceso de volumen total Por Macrosomía fetal: La alteración del volumen fetal por macrosomía, constituye una de las causas más frecuentes de alteración del mecanismo de parto por distocia de causa fetal. En ese caso, un feto cuyas medidas superen las normales puede transformar una pelvis normal en una pelvis con una estrechez relativa, al no permitir el paso del movil por el canal del parto, originando de esta manera una distocia relativa o funcional de causa fetal. Además, aumenta la frecuencia de distocia de hombros, sufrimiento fetal agudo intraparto, depresión neonatal y secuelas neurológicas. La distocia de hombros es más frecuente en fetos macrosómicos, donde el hombro anterior se traba detrás de la sínfisis púbica. Conducta: En esos casos se deberá intentar la rotación llevando el hombro anterior hacia atrás. Si ello no es posible se debe intentar la extracción del brazo posterior, introduciendo en la vagina la mano correspondiente al abdomen fetal y presionando la fosa cubital del brazo posterior para descender el antebrazo que se toma y se extrae conduciéndolo por el pecho del niño. Eventualmente, de no ser posible esta conducta, se puede recurrir a la fractura provocada de la clavícula fetal. La distocia de hombros puede provocar en la madre desgarro cervical y segmentario, rotura uterina y desgarros vaginoperineales. Embarazo múltiple: Es otra forma de incremento del volumen total fetal. Su frecuencia es del 1.5 al 2 % de todos los nacimientos y se asocia con el 9 % de la mortalidad neonatal precoz. Se sospecha un embarazo gemelar ante la hiperemesis marcada o toxemia temprana y cuando existen antecedentes familiares de embarazo múltiple. Son signos de presunción la palpación de un útero mayor que la amenorrea y la altura uterina por arriba del percentilo 90 de la curva, certificándolo con la palpación abdominal de los fetos. 15 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Los signos de certeza son la visualización de los fetos por ecografía o la detección de dos registros cardiotocográficos simultáneos de la frecuencia cardíaca fetal no sincrónicos. Alteraciones de la posición La posición anormal del feto en el canal del parto como las presentaciones deflexionadas, la presentación podálica y la situación transversa son también causa de distocia. Presentaciones deflexionadas: Se trata de presentaciones anómalas que originan distocias de causa fetal debido al incremento de los diámetros que se presentan al estrecho superior. Este incremento se debe a la deflexión del polo cefálico. Presentación de Cara : es aquella en la que la anomalía de actitud es la deflexión máxima, acompañada siempre de una lordosis pronunciada. Su frecuencia es una cada 350 partos. Esta actitud puede ser consecuencia de pelvis ligeramente aplanadas (platipeloides), fetos macrosómicos o portadores de bocio congénito, entre otras. El mecanismo de parto está profundamente alterado ya que el diámetro preesterno-sincipital producto de la solidarización del tronco con la cabeza fetal es incompatible con los diámetros pelvianos. Si bien este parto de riesgo puede cumplirse, en fetos pequeños, mediante un laborioso mecanismo de parto, la morbimortalidad fetal y el riesgo de enclavamiento llevan frecuentemente a la indicación de la operación cesárea. La modalidad de Frente: es una presentación distócica de pronóstico grave, ya que si bien en ocasiones desarrolla un tortuoso mecanismo de parto, puede llevar también al enclavamiento de la presentación, callejón sin salida que anula la progresión del móvil fetal, por lo que la indicación, igual que en la cara será la operación cesárea. Presentación Podálica: Su frecuencia, en embarazos de término con feto único, de peso mayor a 2500 gr., es del 2,5 al 3 %. El parto en podálica se asocia en la nulípara, con mayor morbilidad perinatal, por lo que se indica habitualmente la operación cesárea. La razón que avala ésta conducta es el riesgo del parto de los hombros y de la cabeza última. De cualquier modo la elección de la vía del parto exigirá en toda presentación podálica una minuciosa valoración de la proporción pélvico fetal y el estricto cumplimiento de la norma de atención del parto en pelviana. En la multípara con feto de tamaño normal, no macrosómico, se deberá esperar el parto vaginal espontáneo. Situación transversa :Tiene una frecuencia menor a 1 cada 200 partos. Se asocia a las mismas circunstancias que la presentación podálica. Dejada a su evolución espontánea termina en rotura uterina y muerte materna y fetal. En estos casos la versión externa deberá ser realizada únicamente por personal capacitado y en un nivel que permita su resolución inmediata por vía alta. Enclavamiento de la presentación: Constituye una de las situaciones de mayor riesgo materno fetal de la obstetricia. Se produce en general en las presentaciones deflexionadas: frente y cara y en la situación transversa abandonada. Cuando en estas distocias el encajamiento no es posible, la progresión del parto se detiene. Si el útero se sigue contrayendo en exceso, en su lucha de contracción contra obstáculo, obliga al móvil fetal a amoldarse al espacio pelviano que lo contiene sin progresar más . El modelado forzado, inmoviliza tan apretadamente al feto en la pelvis, enclavamiento, que impide cualquier maniobra de rotación, extracción o rechazo, con imposibilidad posterior de progresión y amenaza de rotura uterina. Exceso de volumen parcial Cualquiera de los tres segmentos de distocia en que se divide el feto : cabeza, tronco y nalga pueden presentar alteraciones parciales o localizadas del volumen fetal. Hidrocefalia: La acumulación de líquido cefaloraquídeo en los ventrículos cerebrales casi siempre por estenosis del acueducto de Silvio incrementa los diámetros cefálicos alcanzando tamaños desproporcionados que impiden en forma absoluta el período expulsivo por desproporción pelvicocefálica absoluta. El parto de riesgo puede terminar por sobredistención del segmento inferior seguida de rotura uterina o en el mejor de los casos por inercia uterina. Conducta: Con feto muerto: la conducta consiste en extraer el polo cefálico en la forma menos traumática para la madre, recurriéndose en la mayoría de los casos a la operación cesárea. 16 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Si se trata de una presentación podálica con cabeza última retenida y feto muerto, se puede recurrir a la evacuación del líquido cefálico por medio de la punción (craneotomía). En esos casos se puede efectuar también el procedimiento de Van Huevel-Tarnier, que consiste en la apertura a cielo abierto del canal raquídeo fetal, en la parte más alta del dorso fetal exteriorizado fuera de la vulva, mediante la insición transversal de un espacio intervertebral que permita la introducción de una sonda de Nelaton usando un histerómetro como mandril, con el objeto de drenar el líquido y permitir la extracción pelviana. Con el feto vivo: se lo deberá extraer por operación cesárea al término del embarazo, con el objeto de someterlo al tratamiento adecuado. Anencefalia: El exceso de volumen se dá por la introducción en el estrecho superior de la cabeza malformada solidarizada con el tronco, dando al feto una rigidez especial que no se adapta al canal del parto, originando una distocia. Conducta: La solución es bajar un brazo , aún a riesgo de una fractura y realizar una lenta y paciente extracción. Otras malformaciones fetales: de la cabeza como meningoencefalocele, del cuello como el bocio congénito, del abdomen fetal como ascitis o riñón poliquístico, o de las nalgas como el tumor sacrococcígeo, etc., son productoras de partos de riesgo por distocia de origen fetal. 17 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O CAPITULO II ADMISION DE LA EMBARAZADA DE RIESGO En la admisión de toda embarazada se deberá evaluar las posibilidades que existen de obtener un resultado no deseado constituyendo así un parto de riesgo. A esos efectos una vez constatado que está en trabajo de parto, es conveniente un cuidadoso estudio del Carné Perinatal.(ver Tomo I) Ese documento, de gran importancia en la referencia de la parturienta desde el primer nivel de atención al Hospital Local o segundo nivel de atención, permite evaluar si existe constancias del diagnóstico, durante el control prenatal, de patologías o factores que pueden desencadenar un parto de riesgo. En caso de no contar con dicho formulario o la libreta sanitaria que lo reemplace, se deberá efectuar una anamnesis cuidadosa y pormenorizada con el fin de descartar enfermedades maternas que puedan dar origen a un parto de riesgo, continuando luego con el examen clínico obstétrico según norma. Se requerirán los antecedentes familiares, personales y obstétricos, considerando como alerta los antecedentes de cesárea, embarazo gemelar, gran multiparidad, recién nacido de bajo peso o nacido muerto anterior Las embarazadas con incremento brusco y exagerado de peso deben ser evaluadas en cuanto a la posibilidad de patología hipertensiva, polihidramnios, macrosomía fetal, etc. El examen clínico permitirá evaluar el estado general de la parturienta a través de sus signos vitales : tensión arterial, pulso, temperatura, el peso actual (que deberá ser evaluado con las tablas de peso/talla), y descartar patologías que puedan transformar su parto en uno de riesgo. La anemia microcítica hipocrómica por falta de hierro es un hallazgo frecuente en la gestación. Debe recordarse que la madre con cansancio y fatiga durante el embarazo tiene poca reserva ante la hemorragia y cirugía. Dentro del examen obstétrico de admisión se deberá efectuar: Palpación abdominal: con el objeto de determinar el volumen uterino, el número de fetos, la ubicación fetal (situación, presentación y posición) y la cantidad de líquido amniótico. Tacto vaginal: a fin de realizar la evaluación del canal del parto (canal blando y óseo), la altura y variedad de posición y la valoración de la proporción feto-pélvica. El examen genital deberá incluir la inspección vulvar y tacto vaginal. El tacto bimanual facilitará el reconocimiento de miomatosis uterina, malformaciones, tumores de ovario, etc. Las embarazadas con talla inferior a 1.50 m. deberán ser evaluadas en cuanto a la capacidad de su pelvis, realizando la pelvimetría y pelvigrafía correspondiente y la comprobación de la buena relación pélvico cefálica. La evaluación de la pelvis en cuanto su conformación y medida de los diámetros, así como el diagnóstico de la proporción pélvico cefálica es uno de los principales objetivos del examen obstétrico de admisión. El interrogatorio deberá recabar datos sobre partos anteriores y la existencia de afecciones y traumatismos que pudieran haber afectado la pelvis. El antecedente de un parto normal de un niño mayor de 3000 g, permite suponer un buen canal óseo. Toda anomalía en la evolución de un parto anterior deberá hacer sospechar de viciación pelviana. La observación de asimetrías pelvianas o claudicación en la marcha será indicación de un examen mas exhaustivo. 18 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Se efectuará el tacto con la vejiga vacía, intentando tocar el promontorio. Si éste no se alcanza, se considera que el diámetro promonto subpubiano o conjugado diagonal es normal (12 cm). Restando 1,5 cm. se obtendrá la medida del diámetro útil promonto pubiano mínimo o conjugado obstétrico.eí “mo o conjugado obstetrico” Si se alcanza el promontorio, indica estrechez pélvica debiéndose referir a la embarazada al nivel adecuado. La exploración de las paredes del canal pélvico y la evaluación de la medida de las espinas ciáticas dará la respuesta pelvigráfica de la suficiencia del canal óseo. Toda asimetría de la pelvis, la presencia de obstáculos en el canal del parto o un diámetro promonto subpubiano menor de 12 cm. indicará la necesidad de planificar la vía alta para la atención del parto. El diagnóstico de alteraciones del crecimiento fetal, por macrosomía, es una indicación de referencia al nivel adecuado. El diagnóstico de macrosomía fetal se efectúa con el incremento ponderal materno, incremento de la altura uterina y antropometría fetal ecográfica. También aumenta la frecuencia de parto instrumental, distocia de hombros, sufrimiento fetal agudo intraparto, depresión neonatal y secuelas neurológicas. La distocia de hombros es más frecuente en fetos macrosómicos, donde el hombro anterior se traba detrás de la sínfisis púbica. Este examen de admisión deberá ser completado con la determinación de los patrones de contractilidad, la auscultación de la frecuencia cardíaca fetal y el estado de las membranas. Cabe aclarar que no siempre una embarazada que ha mostrado normalidad durante el Control Prenatal termina en forma segura en un parto espontáneo y natural de bajo riesgo, ya que en un porcentaje de ellas puede aparecer una distocia que impida o dificulte su evolución normal, transformándolo en un Parto de Riesgo. En ese caso se deberá evaluar el nivel de complejidad en el que se debe atender la parturienta, remitiéndola al nivel adecuado que garantice su atención. Referencia oportuna al nivel de complejidad adecuado El proceso de atención de la embarazada nace en la periferia, en el primer nivel de atención: la Unidad Periférica o Centro de Salud, donde se realiza el control prenatal, siendo luego referida al segundo nivel de atención: un hospital monovalente o a la maternidad de un establecimiento polivalente para la institucionalización del parto. El segundo nivel de atención, constituido por el hospital local, deberá estar en condiciones de asistir a las derivaciones del primer nivel, constituyendo el primer nivel de referencia para la atención de los partos, anestesia, transfusión sanguínea y/o cirugía. Los embarazos de alto riesgo que requieran tratamiento médico especializado o la asistencia de equipos multidisciplinarios, pueden requerir su derivación a un tercer nivel de atención constituido por un hospital de alta complejidad. A esos efectos deberán diseñarse sistemas de referencia y contrarreferencia que permitan alcanzar el nivel adecuado con una demora razonable. Las normas locales de referencia y contrarreferencia deberán precisar con claridad las vías y destinos de la derivación y las causas precisas por las que debe efectuarse. Se deberá asegurar que toda referencia de una embarazada sea acompañada de la documentación suficiente para su correcta atención. Asimismo, será responsabilidad de la unidad receptora la contrarreferencia al servicio de origen, con toda la información necesaria para el seguimiento posterior de la madre y su hijo. 19 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O El Carnet Perinatal o Libreta Sanitaria y la Historia Clínica Perinatal Base constituyen los instrumentos idóneos para cumplir estos requisitos. La organización de las normas de referencia debe contemplar además de la regionalización de los establecimientos según niveles de complejidad, la constitución de redes de atención perinatal y la contrarreferencia al lugar de Origen, con el mismo formulario usado para la referencia en el que se ha anotado lo acaecido durante la atención del parto y puerperio. A tal fin, el “trabajo en red” se construirá sobre una organización solidaria, dinámica, con base en la complementariedad y en la cual el rol de cada uno de los servicios estará previamente concertado en forma voluntaria entre las partes. Atención en la emergencia obstétrica Emergencia Obstétrica es aquella que requiere una atención especializada inmediata, ante la aparición de un suceso grave como es la eclampsia, la hemorragia, el desprendimiento de la placenta normoinserta, la embolia de líquido amniótico o el shock , entre otros. Estos graves sucesos de ocurrencia fortuita, ponen a prueba la calidad de atención de los servicios, evidenciando su organización en la atención de un suceso de necesidad apremiante. Esta necesidad de calidad de atención y velocidad de resolución, requieren un balance delicado sobre todo en establecimientos que no cuentan con Unidades de Terapia Intensiva. Esto avala lo consignado en el TOMO I de la Propuesta Normativa Perinatal, en el sentido de la integración del servicio de obstetricia con la guardia obstétrica, a través de una jefatura única y la ampliación del horario médico a 36 horas, integrando a las 24 horas de guardia, tres días más de 4 horas en planta o sea un total mínimo de 36 horas. Esta ampliación horaria permitiría el desarrollo de las actividades normales de planta, con la revista de sala, la realización de ateneos, las reuniones conjuntas con el servicio de neonatología, integrando de este modo el área de Perinatología y la creación de los Consultorios de Alto Riesgo, lo que sin duda mejoraría la calidad de la atención médica prestada. La calidad del proceso de atención de la emergencia en el Parto de Alto Riesgo, requiere en esos casos infrecuentes, la precisa toma de decisiones, basada muchas veces en la preparación del especialista ante cuadros graves de muy baja frecuencia y en los que la vida de la madre requiere en algunos casos garantizar una segunda opinión especializada a fin de diseñar un plan de tratamiento elaborado y oportuno. Pero este proceso de atención de la emergencia obstétrica requiere además, como condición esencial, contar con la asistencia en tiempo y forma de un equipo de salud enriquecido con otras especialidades imprescindibles como anestesiología, cirugía general, cardiología, laboratorio, hemoterapia, etc. Es por ello que solamente la urgencia en la atención obstétrica prestada no basta para resolver ciertos tipos de emergencia en los que un equipo avezado, con sólidos conocimientos y experiencia puede evitar la terminación de un parto de riesgo en un resultado no deseado. 20 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O CAPITULO III ATENCION DEL PARTO DE RIESGO PERÍODO DE DILATACIÓN PATOLÓGICO La correcta atención de este período es de suma importancia, pues en su transcurso ocurren la mayor parte de los problemas que pueden transformar un parto de evolución normal en un parto de riesgo. Dentro de este concepto, el respeto al desarrollo normal del preparto, que no debe ser medicado innecesariamente, favorece la evolución del complejo preparante del parto. A esos efectos se deberá establecer una vigilancia contínua del proceso, intentando determinar las desviaciones del mismo a fin de corregirlas antes de que afecten el normal desenvolvimiento de la dilatación y descenso de la presentación así como de la frecuencia cardíaca fetal. En la vigilancia discontínua efectuada muchas veces por el médico que atiende el parto sin el auxilio de la obstétrica, se deberá buscar una gran parte de los “ óbitos fetales inexplicables” que incrementan la mortalidad fetal intraparto y aumentan las tasas de Mortalidad Fetal Tardía y por ende de Mortalidad Perinatal. Rol de la obstétrica en el periodo de dilatación Las características de evolución temporal del período de dilatación exigen del equipo de salud una dedicación semiexclusiva con el objeto de poder ejercer una vigilancia contínua del trabajo de parto y así anticiparse a sus posibles desviaciones. En ese sentido la obstétrica está formada para ejercer esta función con solvencia, sin perder de vista que por tratarse de una embarazada patológica deberá actuar siempre como una auxiliar del médico. Se transforma así en un verdadero “monitor” de la evolución del trabajo de parto, de la dinámica uterina y de la frecuencia cardíaca fetal, así como de la progresión del proceso de borramiento y dilatación del cuello y del descenso de la presentación. Es durante este período donde se ha demostrado que la deambulación acorta significativamente la duración del período de dilatación en relación a la posición horizontal exclusiva y obligada. Por otro lado, el cambio frecuente de posición durante el progreso y rotación del móvil fetal, ha demostrado sus ventajas sobre la paciente inmóvil en una sola posición. La lordosis lumbar adquirida por la embarazada en posición erguida, debido al cambio del centro de gravedad producido por el crecimiento del abdomen, produce inclinación de la pelvis, desplazando el eje del canal del parto hacia adelante, conformando un ángulo de 30º con el eje de la columna vertebral. La posición erguida y doblada hacia adelante que toma espontáneamente la parturienta durante la contracción, tanto en la posición de pie como sentada, reduce la lordosis y alinea el útero con el canal del parto. La posición del útero en la mujer en decúbito lleva al mismo a apoyarse contra la columna y los grandes vasos, produciendo su compresión (síndrome de hipotensión supina) y el desalineamiento del eje del canal, con el eje longitudinal del feto. Con la mujer erguida (de pie, sentada o caminando) el útero se apoya en la pared abdominal anterior . Esto aumenta el ángulo entre el útero y la columna y mejora la alineación del eje fetal con el canal del parto. La desalineación de la presentación como deflexión, asinclitismo, occipitoposterior, etc. causan más dolor, por lo que la mujer en libertad de movimiento cambia de posición en forma frecuente en busca de alivio al dolor ( posición antiálgica). 21 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Esta movilidad cambia el eje longitudinal del feto y favorece su rotación. El frecuente cambio de posición de la mujer, activa varios mecanismos. Cuando una parturienta camina, cambian sus dimensiones pélvicas favorecidas por la acción de la relaxina sobre las articulaciones sacroilíacas y pubiana y debida a los cambios alternativos de la contrapresión femoral. Cuando la mujer se sienta, su peso se proyecta sobre las tuberosidades isquiáticas, lo que permite su separacion e incrementa el diámetro biisquiático y la separación de los cabos pubianos que forman la sínfisis reblandecida por la acción hormonal. La asistencia del período de dilatación se debe efectuar mediante el análisis cuidadoso de la marcha y progresión del parto a través de la evaluación del patrón de la dinámica uterina, la evolución del proceso de dilatación cervical y el descenso de la presentación. El proceso de dilatación del cuello uterino, necesario para admitir la salida del móvil fetal, requiere de la fuerza y presión originada por las contracciones del músculo uterino. Por lo tanto cualquier alteración de esa contractilidad intraparto denominada como ya vimos distocia dinámica o distocia contrÁctil, puede acarrear trastornos en la dilatación. Por otro lado deberá tenerse en cuenta que en algunas ocasiones, embarazadas normales ven transformar su parto en distócico por la toma de decisión de acelerar la duración total del parto, no debiendo recurrirse a: 1) Intervención activa en partos de evolución normal 2) Maniobras innecesarias como la realización de la amniotomía precoz. 3) Medicación sin indicación justificable por norma. a) Uso de ocitocina con el objeto de acelerar la frecuencia e intensidad de las contracciones. b) Uso de prostaglandinas c) Uso inadecuado de analgesia y anestesia 4) Otra medicación efectuada durante el parto cuyo uso está reservado a condiciones especiales. A esos efectos la Historia Clínica Perinatal Base contiene en su reverso un listado denominado: Medicación en Parto con sus códigos correspondientes (de 01 a 29), que deberán ser asentados en al anverso, A esos efectos existen casilleros destinados a marcar con una cruz el tipo de medicación usada y dos espacios para asentar el código de la medicación usada. 22 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R 01 Lidocaína y similares 16 Antiprostaglandinas 02 Aminas simpaticomiméticas 17 Antagonistas del calcio 03 Inhalatorios (pentrane, fluorane, ox. nitroso) 18 Sulfato de Magnesio 04 Barbitúricos 19 Hidralacina 05 Bloqueantes musculares 20 Betabloqueantes 06 Diazepóxidos 21 Otros antihipertensivos 07 Meperidina 22 Sangre y/o hemoderivados 08 Antiespasmódicos 23 Heparina 09 Ocitocina 24 Corticoides 10 Prostaglandinas 25 Cardiotónicos 11 Betalactámicos (penicilina cefalosporina) 26 Diuréticos 12 Aminoglucósidos (gentamicina-amikacina) 27 Aminofilina 13 Eritromicina 28 Insulina 14 Metronidazol 29 Difenilhidantoina I E S G 15 Betamiméticos Para el control del proceso de dilatación es conveniente dejar constancia de su evolución horaria en el partograma, confeccionando la Curva de Alerta correspondiente al caso, a efectos de permitir el conocimiento precoz de aquellos casos que están demostrando un enlentecimiento que requiera tomar una conducta activa. Brinda por lo tanto el tiempo suficiente para permitir la corrección de la anomalía (parto prolongado) o su referencia oportuna al nivel de complejidad adecuado. Trabajo de Parto Prolongado Cuando los valores de la curva real del parto traspasan los límites de la curva de alerta, se trata de un trabajo de parto prolongado o enlentecido, que obedece generalmente a una o varias causas: a) Hipodinamia. b) Desproporción pélvico-cefálica. c) Otras distocias: ósea, de partes blandas o de origen fetal. d) Iatrogenia (uso inadecuado de sedantes y/o analgésicos). e) Cuello inmaduro o patológico. El parto prolongado produce fundamentalmente el agotamiento físico de la madre y ansiedad creciente. En esos casos se deberá brindar a la parturienta una atención tranquilizadora, que disminuya la ansiedad y el miedo, incluyendo la participación del acompañante e informando periódicamente sobre las modificaciones producidas por la evolución del trabajo de parto. 23 O A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O En el parto prolongado la conducta se esquematiza de la siguiente manera: a) Se reevaluarán los antecedentes de patología cervical, proporción feto-pélvica y patrones de contractilidad. b) Se efectuará la medicación ocitócica basada, no solo en la corrección de la hipodinamia como es habitual, sino básicamente en el enlentecimiento del proceso de dilatación y/o la falta de progresión del movil fetal. c) Si no progresa en una hora con buena dinámica, se practicará la amniotomía, iniciándose así el parto de prueba, y recurriéndose a la vía alta después de un tiempo prudencial. Conducción del parto Es sorprendente que el modelo de conducción del parto usado aún hoy en algunas maternidades, date de hace mas de 60 años, cuando Kreis en 1929 propone su Parto Médico. Esta propuesta se basaba en profundos conocimientos del canal del parto y de las distocias óseas, así como del mecanismo normal y patológico que debía cumplir el movil fetal, pero con relativos conocimientos de la fisiopatología contractil, que estaba aún en sus albores. Por otro lado el parto de riesgo era terminado prioritariamente por vía baja, requiriendo en algunos casos la aplicación de fórceps “altos” para la extracción fetal. Esta conducta se apoyaba indudablemente en el dominio de esta vía, denominado por muchos autores como: arte obstétrico, originado en el evidente riesgo quirúrgico de la operación cesárea corporal en esa época. Kreis, sostenía que fuera de toda anomalía anatómica, las alteraciones puramente funcionales (contráctiles) podían retardar la evolución normal del parto y hasta crear una distocia, por lo que propuso la profilaxis de las distocias dinámicas a través de la rotura artificial precoz de las membranas. Recomienda practicarla en pleno trabajo de parto con cuello borrado y 2 cm. de dilatación, agregando además un antiespasmódico - analgésico) Cinco años más tarde, en 1934, Voron y Pigeaud proponen el denominado: Parto Dirigido mediante la indicación, actualmente en uso, de la rotura artificial de la bolsa de aguas a los 5 cm. El actual gobierno y dirección del parto normal, efectuado en forma sistemática, con valores de inducción mayores del 10 % así como el uso abusivo de ocitócicos, entre ellos las prostagladinas de indicación precisa y resultados todavía escasamente evaluados, y la amniotomía precoz, ha sido responsabilizado en importantes trabajos clínicos controlados y por meta análisis, del incremento de los resultados perinatales adversos. O sea que ésta indicación de principios de siglo, ha perdurado hasta la actualidad, en que la propuesta moderna es el manejo conservador del parto, con la preservación de la bolsa de aguas hasta su ruptura espontánea y la proscripción de toda medicación ocitócica, antiespasmódica o analgésica sistemática en el parto normal. En cambio el manejo conducido del parto de riesgo, exige la planificación de un cuidadoso gobierno y dirección del parto, en el que la conducción farmacológica adquiere especial relevancia, así como la rotura artificial precoz de las membranas. En estos casos la indicación de la amniotomía precoz se efectuará en: a) En el parto detenido sin hipodinamia ni desproporción pelvicocefálica. b) Para abreviar el parto en caso de feto muerto, placenta marginal sangrante, polhidramnios, etc. c) Para confirmar el diagnóstico de sufrimiento fetal agudo ante la aparición de meconio. 24 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O CAPITULO IV ATENCION DELPARTO DE RIESGO PERÍODO EXPULSIVO PATOLÓGICO Período Expulsivo Patológico plantea mecanismos particulares de acuerdo a la distocia presente, que deberían ser reconocidos, en su mayor parte, durante la vigilancia del periodo de dilatación. No obstante ello, es durante el expulsivo donde se pone en evidencia la existencia de muchas distocias, que pueden perturbar el normal mecanismo de parto transformándolo en un parto de alto riesgo. Parto Obstruído Es aquel parto, con buena actividad contráctil, en la que el movil fetal no puede progresar por estar obstruido el canal del parto por una distocia ósea absoluta o relativa, un tumor previo o una estenosis de cuello, entre otras. Se origina entonces el síndrome de “lucha de contracción contra obstáculo” con el que se intenta vencer el bloqueo del canal. En la “lucha de contracción contra obstáculo” el ritmo de las contracciones se hace más frecuente (taquisistolia). Cuando la frecuencia es mayor que la normal (más de 7 contracciones en 10 minutos) el tono comienza a elevarse (hipertonía) por acortamiento de la fase de relajación, pudiendo llegar a la hiperdinamia hipertónica. Aparecen entonces los signos de Bandl-Frommel-Pinard ya descriptos en la Amenaza de Rotura Uterina. El síndrome de “lucha de contracción contra obstáculo”, puede llevar a la rotura uterina o por efecto del agotamiento de la actividad contractil de la fibra uterina a la hipodinamia secundaria o “inercia uterina” como fase final del parto obstruido. Maniobras de extracción del feto en el parto distócico: Ante un parto de riesgo originado por la dificultad de progresión del móvil fetal debida a la prolongación o detención del parto o al bloqueo del canal, se presenta la alternativa de extracción del feto con el objeto de prevenir la aparición de un resultado no deseado (sufrimiento fetal agudo, muerte fetal). La extracción fetal puede realizarse, por medio de la aplicación de fórceps o la operación cesárea abdominal, de acuerdo a la altura de la presentación en el canal del parto. Deberá tenerse en cuenta, que no debe pensarse en la opción fórceps versus cesárea, ya que cada maniobra extractiva tiene sus condiciones e indicaciones precisas, no comunes entre sí. FÓRCEPS Es una pinza fuerte destinada a tomar el polo cefálico fetal en el canal del parto y extraerlo haciendole realizar ,si es posible, los correspondientes tiempos del mecanismo de parto Formas de acción del fórceps Debemos considerar que el fórceps se aplica en la madre para tomar la cabeza fetal. De esto se desprende que la aplicación es materna y la toma fetal. 25 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O De acuerdo con ello, aplicación “es la relación entre el plano de las cucharas y el diámetro pelviano paralelo comprendido entre las mismas”.y toma es la relación entre el eje de las cucharas y el eje mayor de la cabeza fetal. Si consideramos la cabeza fetal como un ovoide en el que el eje mayor va del sincipucio al mentón, para que una toma de fórceps haga buena presa debe coincidir el eje de las cucharas con el eje mayor del ovoide fetal y esto sólo se consigue en la presentación cefálica de vértice, en la presentación cefálica deflexionada de cara y en la cabeza última retenida en la presentación podálica. El fórceps en la cabeza última encajada es una de las situaciones que valorizan esta indicacion ya que el cuadro obstetrico coloca al obstetra en una coyuntura cuya salida amerita su capacitacion en el uso del instrumento. La aplicación del fórceps en la cabeza última encajada se efectúa cuando ha fracasado la maniobra de Mauriceau, como uno de los procedimientos más útiles para la solución de este tipo de distocia fetal. En estas condiciones la cabeza comúnmente se encuentra ya en variedad occipitopúbica o excepcionalmente en oblicua anterior. Para extraerla con el fórceps se debe levantar previamente el cuerpo del feto, sostenido de los pies por un ayudante. Por el lado ventral del niño se colocan las cucharas siguiendo la técnica habitual, tratando de realizar una toma simétrica; luego se inician las tracciones, primeramente hacia abajo, para descender la cabeza, y luego hacia arriba, para cumplir el tiempo del desprendimiento.. Indicaciones Las indicaciones que llevan al obstetra a efectuar una aplicación de fórceps son maternas, fetales y ovulares. a) Maternas. Pueden ser generales o locales u obstétricas. Las generales son profilácticas: cuando ante un estado patológico grave crónico se estima que no es conveniente permitir el pujo de la paciente, como ocurre en la insuficiencia cardíaca, TBC pulmonar o laríngea, hernia que amenaza estrangularse, etcétera. Constituyen indicaciones generales absolutas cuando dichos estados patológicos graves son agudos, como en la descompensación cardíaca, edema agudo de pulmón, hemorragia cerebral, convulsiones epilépticas o eclámpticas, etcétera. En cuanto a las indicaciones maternas locales u obstétricas, se efectuará la aplicación de fórceps cuando se presente una distocia de partes blandas por resistencia perineal o haya escasa retropulsión del cóccix, en la inercia uterina irreductible, en la reducción del esfuerzo de pujo con alargamiento del período expulsivo por anestesia peridural, en la fatiga obstétrica o en la falta de colaboración de la parturienta por excitación psicomotriz. b) Fetales. La causa más común es el sufrimiento fetal agudo, aunque también inciden las anomalías del tercer tiempo del mecanismo de parto por falta de rotación de la presentación o una perturbación del cuarto tiempo, como es la falta de progresión y deflexión para el desprendimiento. Por último, la retención de la cabeza última en los partos en podálica. c) Ovulares. Procidencia del cordón. Condiciones Para efectuar una aplicación de fórceps deberán respetarse estrictamente algunas condiciones, cuyo incumplimiento puede acarrear serios peligros al binomio fetomaterno. a) Dilatación completa. Requisito indispensable, ya que su falta de cumplimiento acarrea inexorablemente desgarros de cuello y segmento con la consiguiente hemorragia. Puede aplicarse el fórceps con cuello “dilatable”, o sea, cuando resta un ligero reborde elástico, pero es preferible terminar manualmente dicha dilatación antes de intentar la aplicación. Debe recordarse que el cuello también puede ser “dilatable” mediante incisiones, maniobra obstétrica lícita pero arriesgada, que exige gran experiencia en el operador. b) Bolsa de las aguas rota. Ya que en caso de efectuar la toma con las membranas íntegras y ser éstas resistentes pueden, al traccionar, desprender la placenta. c) Presentación en tercer plano de Hodge. O sea, con la cabeza profundamente encajada. Eso limita las aplicaciones a aquellos casos que ya han cumplido los dos primeros tiempos del trabajo de parto, descartando las desproporciones 26 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O pelvicocefálicas más importantes, con excepción de las pelvis infundibuliformes. Se entiende que cuando se presenta una urgencia de terminar el parto, por ejemplo, ante un sufrimiento fetal agudo, la altura de la presentación en primero o segundo plano orientará al especialista a recurrir a la vía alta. d) Feto vivo. Es una condición relativa, ya que se puede efectuar una toma con feto muerto, aunque generalmente en este caso las maniobras reductoras realizadas con el fórceps para facilitar la extracción de un polo cefálico reblandecido desvirtúan su condición de tal, trasformándolo en un fetótomo, que extrae el móvil fetal a simple fuerza y sin seguir el mecanismo del trabajo de parto. Preoperatorio La preparación previa de las parturientas, sobre todo en lo que a la obstetricia vaginal se refiere, presenta algunos puntos que es menester considerar La evacuación vesical debe ser completa; lo contrario significa dificultades en la extracción y peligro de lesiones. La posición de preferencia es la ginecológica. Las camas de partos deberan estár preparadas para adoptar la posicion horizontal y además contar con el plano rígido necesario que mantenga las nalgas a una altura de 80 a 90 cm. La preparación del campo operatorio debe ser tan minuciosa en la obstetricia vaginal como en la abdominal. Respecto de la primera, debe procederse al lavado vulvoperineal con agua y jabón y a la esterilización de la piel hasta los muslos, lo más alejadamente posible con soluciones antisépticas. La vagina no necesita antisepsia. La mesa de instrumental debe ser preparada con la misma minuciosidad de asepsia que en la cirugía general. El instrumental obstétrico será de dos órdenes: el de carácter general para cualquier intervención quirúrgica (de diéresis, de síntesis, de hemostasia, etc.), y el específico de cada operación obstétrica. No insistiremos en el primero, dándolo por conocido, pues constituye un lote general común para todas las intervenciones. El segundo está referido al modelo de forceps a usar. El modelo de forceps dependera de la existencia o no de tractor y de la curvatura de las ramas. En todo fórceps la incurvación de las ramas, denominada, curvatura pelviana, puede ser más o menos acentuada según las escuelas obstétricas de donde proceden, distinguiéndose los fórceps curvos de los denominados rectos. La mayoría de estos fórceps tienen las cucharas fenestradas para descargar la presión que ejercen sobre el cráneo fetal. Dentro de la gran variedad de fórceps, tiene mayor aceptación el modelo Simpson que es más corto que los otros, por lo que se lo utiliza, en general, para tomas bajas. Pronóstico y complicaciones Debe tenerse en cuenta que, si bien la aplicación del fórceps de por sí entraña una morbimortalidad fetomaterna que le es propia y en la cual la impericia y la brusquedad desempeñan un papel importante, no todas las secuelas neurológicas posparto, aunque tengan como antecedente una toma más o menos laboriosa, se deben al uso de este instrumento. Cuando el fórceps ha sido utilizado con propiedad, respetando las condiciones y las reglas de aplicación y tratando de ser suaves en las maniobras de rotación y precisos en la tracción, las cucharas no suelen dejar marca alguna en la cabeza del recién nacido. Bajo estas condiciones, la aparición de una secuela neurológica se deberá atribuir a la causa que originó la aplicación del fórceps, o sea, a la anoxia y la acidosis propias del sufrimiento fetal agudo, determinante muchas veces de alteraciones secundarias neuropsíquicas, pero también de la muerte fetal si no se hubiera usado el instrumento con premura. Las lesiones producidas por el fórceps pueden ser múltiples, algunas de ellas graves, cuando se aplica sin respetar las condiciones o sin conocimiento y experiencia previos por parte del operador. Estas son: a) Maternas. Desgarros de partes blandas: útero (generalmente segmentarios), cuello, vagina, periné, ano, tabique rectovaginal, uretra y vejiga. b) Fetales. Lesiones traumáticas de piel y cuero cabelludo, cefalohematomas, parálisis facial, fracturas y hundimiento de cráneo, hemorragias intracraneanas por rotura de la tienda del cerebelo, hematoma esternocleidomastoideo. 27 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Postoperatorio Posteriormente a toda aplicación de forceps se debera realizar sistematicamente la revisión del canal genital blando (periné, vulva, vagina y eventualmente cuello) mediante la colocacion de valvas. La revisión del canal urinario también debe efectuarse sistemáticamente; el sondeo uretral es de rigor para comprobar hematurias denunciadoras de traumatismos vesicales; asimismo, en las importantes intervenciones de orden vaginal corresponde reparar en la integridad de los tabiques vesicovaginal y rectovaginal. Para el primero, en casos dudosos, es de suma utilidad la instilación de azul de metileno en la vejiga para comprobar alguna dehiscencia (fístulas). Las parturientas a las que se les ha practicado un forceps deberan permanecer en las salas de recuperacion u observacion antes de reintegrarlas a sus camas de puerperio o internacion conjunta. En ellas permaneceran un tiempo prudencial generalmente de dos horas, bajo continua vigilancia. Naturalmente, el citado ambiente debe estar provisto de todos los elementos terapéuticos de urgencia CESÁREA Es una intervención quirúrgica destinada a la extracción del feto por vía transparietal. En la actualidad la operación cesárea es una acción terminal, que emplea un cúmulo de conocimientos obstétricos y que se aplica en razón de un considerable número de diagnósticos. Se ha constituido en la última década en la solución única de una serie de situaciones que cubren un abanico de gradaciones de complejidad. Indicación principal de parto operatorio La Historia Clínica Perinatal Base contiene en su reverso un listado denominado: Indicación principal del parto operatorio o inducción, con sus códigos correspondientes (de 01 a 26). 28 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I 01 Cesárea anterior 14 Situación transversa 02 Sufrimiento Fetal Agudo 15 Rotura Prematura de Membranas 03 Desproporción pélvico cefálica 16 Infección ovular 04 Alteración de la contractilidad 17 Placenta previa 05 Parto prolongado 18 Desprendimiento normo placentario 06 Fracaso de inducción 19 Rotura uterina 07 Descenso detenido de la presentación 20 Toxemia 08 Embarazo gemelar 21 Herpes genital 09 Retardo de crecimiento intrauterino 22 Condilomatosis genital 10 Pretérmino 23 Otra enfermedad materna 11 Postérmino 24 Mortinato 12 Presentación podálica 25 Agotamiento materno 13 Variedades posteriores 26 Otras. E S G A esos efectos existe en el anverso de la historia un espacio para asentar la indicación de cesárea o inducción y un casillero doble para asentar el código de la indicación principal del parto operatorio. Las 10 indicaciones más frecuentes de cesárea son: • Cesárea anterior • Sufrimiento fetal agudo • Desproporción cefalopélvica • Presentación Podálica • Toxemia • Fracaso de Inducción • Placenta Previa • Parto Prolongado • Desprendimiento Normoplacentario • Situación Transversa De estas indicaciones la mitad son discutibles, ya que cesárea por cesárea anterior es una indicación propuesta, como dijimos anteriormente, hace cerca de 80 años por Cralgin cuando la cesárea era corporal y no segmentaria; la desproporción cefalopélvica requiere en la mayoría de los casos haber efectuado antes la prueba del parto; la presentación podálica solo tiene indicación en la nulípara; el fracaso de la inducción es posible, pero en muchos casos obedece a inducciones realizadas con cuellos inmaduros y el parto prolongado o “enlentecido”, evidenciado por las líneas de alerta del Partograma, tiene previamente a la cesárea el tratamiento ocitócico, cuyo fracaso se incluiría también en el fracaso de la inducción. 29 O A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O En el momento actual la cesárea no tiene virtualmente contraindicación alguna, excepto el hecho de no estar correctamente indicada. Riesgo actual de la operación cesárea Los avances tecnológicos, han reducido el riesgo de muerte atribuible a la intervención a niveles que pueden considerarse de seguridad, cuando se garantizan niveles óptimos de calidad de atención. Sin embargo, aunque las condiciones no son de estricta comparabilidad, el nacimiento por cesárea presenta entre otros, mayor: • Mortalidad Materna (hasta 12 veces). • Morbilidad Materna (7 a 20 veces). • Estadía Hospitalaria (el doble). • Convalescencia y alteraciones psicoafectivas. • Asfixia al nacer. • Trastornos respiratorios neonatales. • Prematurez iatrogénica. Pese a que la cesárea pueda considerarse un procedimiento seguro, se asocia con mayor mortalidad y morbilidad que el parto vaginal, por lo que debe preferirse este último ,limitando las indicaciones de la cesárea a fin de minimizar los riesgos. El Nacimiento por Cesárea y la Mortalidad Perinatal y Materna En muchos países e Instituciones, en tanto se incrementaba la frecuencia de cesáreas ocurría una disminución en las tasas de mortalidad perinatal. De la relación temporal que une ambos hechos, no puede asumirse en forma directa que exista una asociación causa-efecto. No hay evidencias para asegurar que el incremento de cesáreas sea el contribuyente mayoritario de la disminución de la mortalidad perinatal. Existen países que presentan tasas bajas de mortalidad perinatal (y materna) y que a la vez registran frecuencias proporcionalmente bajas de cesáreas, como ocurre en Japón y Holanda, entre otros. Aunque la cesárea pueda contribuir, existen acciones reconocidas que mejoran las tasas perinatales, tales como la mayor cobertura y calidad de los controles prenatales, la asistencia institucional del nacimiento, los avances en el cuidado neonatal, la formación de especialistas, la difusión de conocimientos del área perinatal, los esquemas de regionalización de los servicios con atención por niveles, el mejoramiento en las condiciones generales de salud y de calidad de vida, además de los avances en otras ramas de la medicina y de la ciencia en general. 30 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G En la siguiente Figura Nº 2 se representa la frecuencia de cesáreas y la tasa de muertes perinatales de instituciones colaborantes de 17 países de América y uno de Europa, considerando en forma conjunta los nacimiento del período 1981-85. En este material proveniente de 178 instituciones de maternidad se condensa información de 2,8 millones de nacimientos. Se observa que en tanto la frecuencia de cesáreas aumenta las tasas de mortalidad perinatal no disminuyen de manera equivalente. El análisis estadístico muestra un coeficiente de correlación r=-0,23 y p < 0,01. Esto debe interpretarse así: las variaciones en la frecuencia de cesáreas explican solo el 5 % de las variaciones de la tasa de mortalidad perinatal. En la siguiente Figura Nº 3 se representa la frecuencia de cesáreas y la tasa de muertes maternas institucionales por diez mil nacimientos, provenientes del mismo material de estudio. No existe asociación estadística entre cesárea y mortalidad materna (r=-0,08, NS). En este caso la inexistencia de asociación estadística descarta la especulación de la relación causa-efecto. EVOLUCIÓN DEL NACIMIENTO POR CESAREA La frecuencia de la operación cesárea ha ido aumentando en el transcurso del tiempo, en forma progresiva y sostenida, a medida que los avances de la técnica y de la medicina lo han hecho posible. Para ubicarse en las determinantes de cambios puede ser útil una breve revisión histórica del tema. En la antigüedad sólo se recurría a la cesárea inmediatamente después de ocurrida la muerte materna (cesárea postmortem) con la finalidad de intentar salvar al niño. En el siglo XIX se la comenzó a utilizar en los partos obstruidos con feto vivo y luego en las hemorragias de cierta consideración. En el inicio del siglo XX, el abordaje uterino proseguía realizándose mediante una incisión corporal que dejaba una zona de debilidad permanente muy propensa a la rotura en el siguiente embarazo o parto. Cralgin propuso en 1916 y se aceptó y generalizó como una ley: “una vez cesárea, siempre cesárea”, con el propósito de evitar la rotura uterina anteparto e intraparto. Así nació una nueva indicación quirúrgica. 31 O A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Con los adelantos médicos en hemoterapia y en anestesiología, y gracias al empleo de antibióticos y quimioterápicos., la altísima mortalidad materna atribuible al procedimiento disminuyo en forma drástica y progresiva. Esto contribuyó a que en la década de 1940 a 1950 se produjera la “liberalización” de la cesárea, que pasa del 2 al 4 % de los nacimientos, conjuntamente con la aplicación de medidas extensivas de Salud Pública, como el control prenatal.. Desde 1970 en adelante (Gráfico Nº 1), la frecuencia de la cesárea se extiende con distinta intensidad en los países desarrollados, empleándose como solución fácil a problemas de envergadura menor. El desconocimiento de la vía baja y el temor a las maniobras obstétricas frente a la atención del parto, orienta a la búsqueda de esa indicación fácil como es la cesárea para médicos con formación quirúrgica A medida que pasan los años, el porcentaje de partos por cesáreas se va incrementando, mucho más de lo que puede explicarse razonablemente por motivos médicos, aunque con grandes variaciones en distintos países. Como ejemplo se muestra la evolución en 4 países a lo largo de 12 años.Cuadro Nº 1. Muchos estudios han fallado en tratar de detectar alguna relación entre el descenso de la mortalidad perinatal y el aumento del % de cesáreas. Las indicaciones para realizar la cesárea tampoco se cumplen de igual manera en los distintos países. Tomando como ejemplo dos indicaciones bien definidas como Cesárea por cesárea anterior y presentación podálica se pueden observar grandes diferencias:. Cuadro Nº 3 32 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Cuadro Nº 2 Porcentaje de cesáreas según indicación,en cuatro países, 1980 Mucho más complicado es hacer comparaciones con diagnósticos más difíciles de definir como asfixia fetal o distocia. Tampoco se encuentran razones lógicas de diferencias comparando Hospitales de Comunidad y Hospitales Docentes. “El incremento de la tasa de cesáreas más allá del límite de sus beneficios agrega morbilidad y costo y se transforma de solución en problema”. Factores que inciden en el incremento de la operacion cesárea Existen factores “médicos” y “no médicos” responsables del incremento de la cesárea. Factores Médicos Corresponden a la “Ampliación de las Indicaciones de Cesárea”, un hecho incontrovertible que acompañó el desarrollo de todas las materias médicas, ante el avance del conocimiento de la fisiopatología de las enfermedades que complican el embarazo o el descubrimiento de nuevas patologías con resultado ominoso para el feto, como por ejemplo los herpes virus cervicales. Hasta 1930 la indicación era solo materna, por obstrucción de la vía natural del parto, debida a estrechez pélvica o tumor previo. Posteriormente las indicaciones se fueron ampliando a causas fetales y ovulares, como la situación transversa, la procidencia del cordón umbilical o las hemorragias graves por placenta previa oclusiva. Todas estas indicaciones y las que se le fueron agregando en años posteriores eran “absolutas”. Más tarde se le incorporaron indicaciones médicas “relativas”. Existe por otro lado a nivel popular una verdadera “Cultura de la Cesárea”, ante la creencia generalizada de que esta intervención es inocua para la madre y garantiza un nacimiento feliz, carente de riesgo. De cualquier manera, la culturalización de este conocimiento, lleva a considerarla como la solución final feliz y salvadora de toda eventualidad nociva para la madre y sobre todo para el hijo, responsabilizandola directa e inexorablemente al profesional que no recurre a ella en toda situación que lleve a la probabilidad o riesgo de obtener un resultado no deseado. Factores “No Médicos” La existencia de factores no médicos, que influyen en el incremento desmedido de la cesárea, requieren soluciones valientes que escapan al sector salud. Entre estos podemos destacar: 1.- Razones no médicas relacionadas con los pacientes La clase social: Varios estudios realizados en USA demuestran que , independientemente de las necesidades médicas, la clase social de la paciente o el lugar donde se la atiende influencian la probabilidad de una mujer de tener una cesárea. 33 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O La mujeres de clase alta y/o atendidas en medios privados tienen una incidencia mucho más elevada. Observaciones similares se han demostrado en Brasil e Inglaterra, duplicando y hasta septuplicando las cifras observadas en los hospitales públicos. La cesárea a pedido de la paciente Uno de los aspectos a considerar en las indicaciones no medicas de la cesárea, reside en la frecuente solicitud por parte de la gestante para que se le efectúe una cesárea electiva Este requerimiento puede ser debido a un temor fóbico al dolor o a fallar en su condición de madre al no poder pujar adecuadamente, con peligro para su hijo, debido a agotamiento o descontrol. Dependerá del ascendiente que haya logrado el obstetra sobre su paciente y un adecuado curso de preparación psicofísica para disipar esa manifestación neurótica de la crisis de la maternidad. Otro aspecto a considerar, ampliamente conocido pero escasamente valorado estadisticamente es la indicación decesárea en el ultimo hijo, en mujeres que han tenido varios partos por vía natural. Esta indicación , efectuada también a pedido de la paciente, y realizada generalmente fuera de los establecimientos oficiales , encubre la realización de la ligadura de trompas, forma definitiva e irreversible de anticoncepción, prohibida legalmente en nuestro país , incrementa. también la frecuencia de cesáreas. La falta de programas de Procreación Responsable facilita este accionar. También es cierto que una cantidad no estimada de inducciones apresuradas, terminadas en cesárea, ocurren por presiones de la embarazada, avalada por sus familiares, ante la eventualidad de ser referidas a otro especialista, por el anuncio de su médico de la posibilidad de no poder estar presente en su parto, por vacaciones, viaje de estudios, etc. Las presiones sociales sobre el médico ante la prolongación, verdadera o no, del embarazo también fuerzan a la realización de inducciones del parto con cuello desfavorable, que culminan, como es lógico, en cesáreas por falta de dilatación, que un análisis sensato, con un clima familiar no hostil, hubiera podido ser prevenido. 2.- Razones no médicas relacionadas con los profesionales Incentivos económicos: En aquellos países en que se paga más la atención de una cesárea que un parto vaginal se ha visto un incremento del porcentaje de las primeras. En contraste se ha observado que aún eliminando esta diferencia, lo mismo se mantiene elevado el número de cesáreas. Conveniencia: Muchos estudios han demostrado, comparando la cantidad de cesáreas que se realizan los días de semana y los feriados y las del día versus la noche, que la mayoría de las mismas se realizan teniendo en cuenta la comodidad del médico e incluso de la madre. Por el contrario, cuando se estudia qué sucede con las cesáreas no programadas, no hay diferencias entre los días o los horarios. Disciplina profesional: Los porcentajes de cesáreas son menores cuando los partos son seguidos por obstétricas o médicos generalistas. También los programas de capacitación de médicos tienen una gran influencia en la conducta posterior de los profesionales, ya que hay grupos que operan mucho más que otros y se tiende a perpetuar lo aprendido en la etapa de formación.. Disponibilidad de tecnología: En aquellos centros con Unidades de Cuidado Intensivo Neonatal, equipos de monitoreo fetal anteparto y sofisticados elementos para el monitoreo en el parto tienen un índice mucho más elevado de cesáreas. Esto puede explicarse, en parte, porque esos centros reciben más cantidad de embarazadas de alto riesgo, pero hay estudios que comprueban que la tecnología por sí misma (como el monitoreo fetal) inducen a un número más elevado de cesáreas. Temor por los Juicios de Mala Praxis. Entendemos que el cuestionamiento legal ante un resultado no deseado, cada vez más frecuente, se basa en la necesidad de encontrar un responsable, un “chivo expiatorio”, ante un resultado nefasto, no esperado, ya que para muchos “todo embarazo debería terminar en un parto feliz con madre e hijo sanos, o alguien tiene la culpa”. Esta creencia, reforzada por la “cultura de la cesárea”, a la que ya habíamos hecho referencia, se juega en muchas ocaciones en el marco de intereses espúreos y pseudolegales que enmarañan el episodio. Esta situación, es aún más grave, ante la rotura uterina de la cicatriz de una cesárea anterior durante el parto por vía baja. Esto llevó a perpetuar la afirmación, a la que ya hicimos referencia, de que toda cesárea debía ser seguida de una 34 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O nueva cesárea. A más de 70 años de esta propuesta, la aparición de la cesárea segmentaria, que reemplazó a la incisión corporal del útero, más proclive a la rotura, el uso de nuevos materiales de sutura, la aparición de los antibióticos, ha mejorado substancialmente el estado de trofismo de la cicatriz, tornándola más resistente a nuevos embarazos y permitiendo la indicación actual del parto por vía natural luego de la cesárea anterior. No obstante ello, debe tenerse en cuenta que la dehicencia de la cicatriz de una cesárea anterior si bien actualmente es de excepción , puede ocurrir . El obstetra presente tiene un tiempo relativamente corto, no mayor de 30 minutos entre el aviso del comienzo de la dehicencia de la cicatriz , manifestado por dolor localizado en la zona y la rotura definitiva. Esta contingencia se soluciona rápidamente en aquellos establecimientos que cuentan con médico anestesista de guardia activa, como son la mayoría de los hospitales, mientras que una buena parte de clínicas y sanatorios deben llamar a un anestesista fuera del establecimiento por lo que se tarda mas en resolver el problema con los riesgos que esto significa . Es por ello que el obstetra en estas circuntancias , opta por la seguridad que le da la cesárea electiva, es decir programada anteriormente. lo que desde ya produce una diferencia en la frecuencia de cesáreas entre los establecimientos del sector oficial y los de la seguridad social y privados. Limitación de las indicaciones de la operacion cesárea Existe actualmente una tendencia mundial dirigida especialmente al desarrollo de acciones tendientes a limitar el incremento excesivo de las indicaciones de la cesárea, no solo por lo que implica en las tasas de morbimortalidad fetomaterna sino también en su incidencia sobre los costos que conlleva toda intervención. Para autores de prestigio reconocido, “ los beneficios de la cesárea se aprecian con una frecuencia de hasta el 10 % en la población en general y de hasta el 17 % en las poblaciones de riesgo””. Frecuencias mas altas no se justificarían por razones médicas Países como Japón, Holanda e Inglaterra tienen tasas muy bajas de mortalidad materna y perinatal con una frecuencia de cesáreas también baja. Para ello es imprescindible contar en todo el sistema de salud con información adecuada que permita la evaluación local y general del problema como es el Sistema Informática Perinatal. Una Historia Clínica Perinatal , como formulario base suficiente y común a todos los servicios independientemente de su nivel de complejidad, permitirá la evaluación de la calidad de la atención prestada. y el análisis de las indicaciones de cesárea No obstante ello, en todos los países de Latinoamérica, las indicaciones mas frecuentes de cesárea se limitan a cuatro: cesárea anterior, presentación podálica o de nalgas, sufrimiento fetal agudo intraparto y distocia . Bastaría accionar sobre estas indicaciones para disminuir sensiblemente la frecuencia de la intervención Estos cuatro grupos de indicaciones son los principales responsables del aumento en el porcentaje de cesáreas y cualquier intento de modificación debe estar dirigido a ellos. Si se exceptúan las razones no médicas, ocho de cada diez cesáreas se hacen por una de estas indicaciones principales. En general han disminuido las cesáreas de emergencia motivadas por alteraciones vitales de la madre o el feto y han aumentado las preventivas dirigidas a evitar el riesgo del esfuerzo adicional del parto vaginal. a) La “cesárea anterior’ , es la indicación mas frecuente . En general el obstetra recurre a ella cuando no están aseguradas las condiciones de atención como ya se refiriera anteriormente . En esta decisión influye notoriamente el temor a los juicios de mala praxis. Quizá una ley que proteja la decisión de optar por la vía baja, basada en el cumplimiento de las normas de atención limitaría el incremento progresivo de la cesárea. A medida que la frecuencia de cesáreas se incrementa ,esta indicación pasa a tener mayor peso. Antes de 1980 solo en casos muy selectos se permitía el parto vaginal en madres con cesárea anterior. La literatura es cada vez más clara en mostrar las ventajas de efectuar la prueba del parto, si la incisión uterina correspondió a la parte segmentaria y fue transversa o arciforme. La seguridad del procedimiento es muy alta, siendo muy aceptado por las gestantes. 35 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O El trabajo de parto debe ser asistido en servicios de maternidad que cuenten con sangre, anestesiólogo y posibilidades de cirugía en un tiempo no mayor de 30 minutos. Condiciones: • La razón de la indicación anterior no debe ser recurrente. • No debe haber otra indicación adicional de cesárea. • Debe tratarse de un feto único, en presentación cefálica no deflexionada. • El peso fetal estimado debe ser menor de 4000 g. • El trabajo de parto debe ser cuidadosamente controlado. El éxito en obtener partos vaginales en mujeres ya cesareadas alcanza en nulíparas hasta el 85 % en algunas casuísticas y llega hasta el 98 % si hubieron partos vaginales anteriores. Puestos de acuerdo en los requerimientos y condiciones para garantizar la inocuidad del cambio de conducta, al permitir que el trabajo de parto ocurra y transcurra en forma natural, se producirá un descenso en la frecuencia global de cesáreas. b) La segunda indicación es el “sufrimiento fetal agudo intraparto”. Deberá recordarse que este estado patológico tiene una frecuencia de solo el 3 % . Estos valores se incrementan en aquellas instituciones que realizan monitoreo fetal electrónico en el embarazo y parto normal , con resultados no suficientemente evaluados, obteniéndose en este aspecto mejores resultados perinatales si se aplica la auscultación periódica sistemática. Dependiendo de las instituciones, es la segunda o tercera indicación responsable del aumento de cesáreas. Es aquí, donde al monitoreo electrónico fetal en el parto se le adjudica alguna participación; la frecuencia de cesáreas es mayor en instituciones que disponen de esta tecnología, aunque los resultados perinatales sean similares que cuando se utiliza la auscultación periódica. A veces ocurren sobrediagnósticos por trazados muy cortos que sólo son sospechosos. Se requiere de adiestramiento especial y de experiencia para la interpretación correcta de los registros. Existiendo dudas, es útil la confirmación por el estudio de ph de la sangre capilar fetal. El uso aislado o conjunto de estas tecnologías, en general sobrediagnostica casos de sufrimiento fetal agudo. Muchos de los fetos en sufrimiento responden favorablemente a la administración de tratamientos como oxigeno, cambios de posición materna, corrección de hipo o hipertensión materna, interrupción de ocitocina, empleo temporal de uteroinhibidores, etc. Si se identifican y corrigen las causas del sufrimiento y si la respuesta al tratamiento es oportuna, muchas cesáreas no merecen realizarce. c) La “presentación podálica” es la tercera causa de cesárea. La frecuencia de esta presentación paraeutócica es también baja , del 3 al 4 %. estando normatizada en la mayoría de los servicios la cesárea en las primigestas con presentación podálica. La incidencia de cesáreas por esta causa podría disminuirse , normatizando cuidadosamente los casos que llenen estrictos requisitos de seguridad Al término de la gestación es dable esperar que en el 3 ó 4 % del total de embarazos el feto esté en presentación podálica. En una alta proporción de casos se interviene, bien sea porque existe la norma de practicar cesárea en todos los casos, o bien porque se permite el parto vaginal sólo a un grupo selecto de embarazadas que llenan ciertos requerimientos de seguridad. La bibliografía actual registra una tendencia que muestra ciertas ventajas en el empleo de este último criterio y que probablemente será el criterio que adopten muchas instituciones en breve plazo. Otra alternativa para disminuir la frecuencia de cesáreas por esta indicación ,es el uso de la versión externa, que empleada con arte y rodeada de garantías puede disminuir al tercio la frecuencia de podálicas y la necesidad de intervención. d) Por ultimo la “distocia ” ubicada en cuarto lugar es la responsable de un tercio de las cesáreas y engloba una serie de indicaciones poco claras, donde se incluyen inducciones con cuello desfavorable , el uso de patrones muy rígidos para definir el parto detenido o el período expulsivo prolongado, la rotura precoz de membranas, etc. que se solucionaría con una correcta aplicación de las normas de atención del parto y dentro de estas , el uso del Partograma con Curvas de Alerta. 36 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Distocia es un término difuso, inespecífico, que se aplica para todo tipo de nacimiento dificultoso. Este diagnóstico es responsable , como dijimos anteriormente, de un tercio de las indicaciones de cesáreas, la mayoría de ellas corresponde a fetos en presentación cefálica y de tamaño normal. Considerando la ambigüedad del diagnóstico, la comparación entre instituciones sugiere que el número de cesáreas para esta indicación puede ser excesiva. En la cadena que conduce al sobrediagnóstico se enumeran una serie de problemas y errores en relación con: • el diagnóstico del verdadero momento del inicio del trabajo de parto. • la práctica de la rotura artificial de las membranas ovulares sin franca contractilidad del parto. • las inducciones del parto realizadas con cuello uterino no favorable. • la incorrecta vigilancia del trabajo de parto y de su progreso. • la desproporción acéfalo- pélvica relativa, sin una correcta “prueba del parto”. • los patrones muy rígidos para definir parto detenido, falta de progreso del parto o período expulsivo prolongado. • el uso incorrecto de ocitócicos y de uteroinhibidores. • la falta de preparación de la gestante para el parto. • el ambiente poco receptivo y hasta hostil para las gestantes en parto. Si se disminuyen o evitan esos errores, es posible que el número de cesáreas primarias indicadas por distocia tienda a decrecer. Propuesta de intervención para la disminución de la frecuencia de cesáreas Deberá tenerse en cuenta que si se evitaran las indicaciones “no médicas”, difícilmente se encontrarían porcentajes de cesárea mayores del 25 %. Se podrían optimizar los resultados perinatales en condiciones de seguridad, si se evitaran las cesáreas no necesarias. Para ello, pueden ser de utilidad los siguientes lineamientos: 1.Se deberá requerir una segunda opinión autorizada e independiente , toda vez que sea posible y en particular cuando hay dudas. 2.Conviene que el equipo , revise periódicamente los resultados locales y actualice los conocimientos acerca de las principales indicaciones. 3.La cesárea iterativa no debe ser automática, sobretodo si la cesárea anterior fue segmentaria y si la indicación no es recurrente. 4.El diagnóstico de sufrimiento fetal agudo intraparto realizado por monitoreo electrónico fetal, debe confirmarse por ph de sangre capilar fetal; o bien ser suficientemente claro por auscultación, ser extensivo y no desaparecer con los tratamientos. 5.Debe reconsiderarse la indicación de inducción del parto si el cuello uterino no está maduro. 6.Hay que extremar la selección de casos antes de indicar cesáreas electivas en pretérminos. 7.Realizar “la prueba del parto” cuando se diagnostica desproporción céfalo-pélvica relativa. 8.En multíparas hay que considerar la vía vaginal para el parto en pelviana. 9.Hay que desechar las indicaciones no médicas, incluyendo la solicitud materna no justificada, o la oportunidad para realizar esterilización tubaria, u otra cirugía. 10.La madre debe recibir información adecuada durante el embarazo y apoyo psicológico durante el trabajo de parto a fin de disminuir el stress y obtener mayor colaboración. 37 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Analgesia y anestesia en obstetricia La analgesia obstétrica posee características especiales, ya que en primer lugar su uso se realiza dentro de una función fisiológica y no patológica. En segundo lugar, la particular fisiología del embarazo le confiere características especiales en cuanto al transporte hemático de la droga y su paso transplacentario hacia otro organismo como es el feto muy sensible a la depresión neonatal No existe droga que asegure una acción perfecta, inocua e infalible. No existe medicamento que no interfiera en mayor o menor grado en la normalidad clínica de la madre, la normalidad dinámica y mecánica del parto o la normalidad clínica del feto. En líneas generales se puede aceptar que toda droga capaz de deprimir el sistema nervioso central es capaz de atravesar la barrera placentaria. La principal contraindicación materna es la tendencia de la embarazada a la hipotensión arterial y la alteración del esfuerzo del pujo con alargamiento del periodo expulsivo e incremento en la incidencia de aplicación de fórceps La anestesia realizada durante el parto distócico tiene como objetivo permitir la superación de algunas distocias relativas o las maniobras obstétricas requeridas para permitir la extracción del feto. Es licito pensar que en estos casos es muy difícil actuar con procedimientos que de por si incrementan el dolor del parto y en los cuales además de la concepción humanitaria de la atención medica el objetivo es lograr la colaboración de la parturienta en tan difícil momento La Peridural sistemática es otra conducta cuestionada en el momento actual, influida por aspectos no esencialmente médicos, entre los que juegan un rol prepoderante la presión de la parturienta. Deberá tenerse en cuenta que una buena preparación psicoprofiláctica puede solventar los temores de la futura madre y que por otro lado la anestesia peridural no está exenta de riesgos que, como la hipotensión, puede producir sufrimiento fetal y que por otro lado perturba la fisiología obstétrica, impide el pujo espontáneo e incrementa la indicación de fórceps. 38 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O CAPITULO V ATENCIÓN DEL PARTO DE RIESGO PERÍODO PLACENTARIO PATOLÓGICO El tercer período del parto o “alumbramiento” es una etapa de verdadero riesgo materno, ya que una parte significativa de las parturientas pueden determinar retenciones de placenta y/o hemorragias que ponen en peligro la vida de la madre. Las hemorragias del postparto inmediato pueden ocurrir antes del alumbramiento o después del mismo en el postalumbramiento inmediato. Una parte importante de las causas de hemorragia se trasladan al puerperio, llegando a constituir uno de los procesos más graves que ocurren durante el período gravido-puerperal, constituyendo la segunda causa de muerte materna en el país. Hemorragias del postparto inmediato Es la pérdida sanguínea en cantidad mayor a los 500 ml durante las primeras 24 horas después del parto. Esta cantidad es muy difícil de evaluar, por lo que la frecuencia de esta patología materna muestra diferencias estadísticas significativas entre los autores. La medición exacta de la pérdida hemática en el postparto deberá ser efectuada de dos formas: 1-A través de la medición objetiva en un frasco graduado de la cantidad de sangre recogida durante el parto en el recipiente adjunto a la camilla. 2-A través del peso de zaleas y gasas utilizadas durante el parto (reconociéndose en cada servicio de antemano el peso neto seco de las mismas). Sumando estas dos mediciones se determinará la cantidad de sangre perdida en el momento del parto. Se deberá tener en cuenta, además la repercusión de la hemorragia en el estado general de la puérpera y su equilibrio hidrodinámico (véase Tomo II de la Propuesta Normativa Perinatal). Conducta: El examen meticuloso de la placenta y las membranas reconocerá la retención de restos placentarios. Si el útero esta retraído y hay sangrado se debe revisar el cuello uterino para descartar desgarros y suturarlos. Debe tenerse en cuenta también en la génesis de las hemorragias del alumbramiento los trastornos de la coagulación (hipofibrinogenemia). Las causas más frecuentes de alumbramiento patológico son: a) Retención de placenta Inercia uterina Es un cuadro caracterizado por una actividad contráctil insuficiente para desprender o expulsar la placenta. Sus causas pueden ser de orden general (uso abusivo de drogas sedantes) o locales. Entre estas últimas hay que reconocer el agotamiento de la actividad contractil del útero por parto prolongado, distensión exagerada de la fibra muscular (gemelar, polhidramnios), alteración de la misma por miomatosis o infección. El diagnóstico puede efectuarse por medio del “signo del pescador” de Fabre, según el cual la tracción suave e intermitente del cordón es acompañada en sus movimientos por el fondo del útero. 39 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O En esos casos se deberá recurrir a los masajes externos del útero y/o uso de oxitócicos y en caso de fracaso de estos métodos al alumbramiento artificial manual. Anillos de contracción Se deben a la contractura de una zona circular del útero, que mantiene la placenta o parte de ella estrangulada por un anillo muscular grueso, generalmente en uno de los cuernos (encastillamiento) o en la zona límite (anillo de Bandl) entre el segmento y el cuerpo uterino (encarcelamiento) y que se diferencia del resto del útero cuya pared está generalmente fláccida. En general obedecen a una inadecuada aceleración del desprendimiento placentario (por masajes inadecuados o administración incorrecta de ocitócicos) Conducta: Si se constata atonía uterina, masajear el fondo uterino administrando 5 u. de ocitocina más 1 ampolla de metilergonovina intravenosa, seguidas de 10 u de ocitocina disueltas en 500 cc. de solución fisiológica a razón de 5 ml/minuto. En caso de fracaso de esta conducta se puede recurrir a la extracción manual de placenta:. Adherencia anormal de la placenta Cuando la placenta se inserta sobre una decidua basal defectuosa, la vellosidad corial crece, poniéndose en contacto directo con el miometrio, estableciendo en algunas zonas, fuertes puentes conjuntivos (acretismo) que anulan el plano normal de clivaje impidiendo el desprendimiento total de la placenta. El diagnóstico de acretismo placentario es indicación de histerectomía, recomendándose en esos casos la histerectomía subtotal, sin resección de anexos. Como excepción puede efectuarse el taponamiento uterino de acuerdo a la importancia de la hemorragia y las posibilidades de referencia oportuna. 40 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Retención de restos placentarios Es una de las causas más frecuentes de hemorragias del postalumbramiento. Consiste en la retención de uno o varios cotiledones debido habitualmente a maniobras intempestivas durante la expulsión de la placenta, aunque también puede deberse a adherencias anormales o cotiledones aberrantes. También pueden retenerse las membranas corioamnióticas. El diagnostico se realiza por el examen minucioso y sistemático de la placenta inmediatamente después de su expulsión. Si se cuenta con ecografía se deberá efectuar control ecográfico. b) Lesiones de partes blandas Además de la hemorragia por retención total o parcial de placenta, un porcentaje importante de pérdida hemática se debe a lesiones de partes blandas. Estos desgarros se producen en el canal del parto luego de maniobras manuales o instrumentales laboriosas. Pueden presentarse en cualquier lugar del canal del parto, desde el periné, vulva (sobre todo los vasos yuxtaclitoridianos), vagina y cuello hasta el cuerpo del útero. El cuadro se instala en un útero clínicamente normal, bien retraído y contraído (globo de seguridad de Pinard), con correcta coagulación sanguínea y ya expulsada la placenta completa. El tratamiento se efectúa mediante la reparación del desgarro, si es posible por vía vaginal. Si el desgarro es corporal (rotura uterina) se deberá abordar por vía abdominal para tratar de suturarlo. Cuando esto resultara imposible, se procederá a la histerectomía. c) Inversión aguda del útero Es un cuadro poco frecuente pero de suma gravedad caracterizado por la invaginación total o parcial del útero dentro de sí mismo. La causa predisponente es la atonía del útero y la determinante, la incorrecta atención del período de alumbramiento con maniobras precipitadas o intempestivas (presión sobre el fondo del útero y tracción del cordón umbilical con la placenta adherida), acompañada de dolor y estado de shock. Conducta: Reposición manual del útero por vía abdominal bajo anestesia general. 41 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G CAPITULO VI MORBILIDAD Y MORTALIDAD MATERNA POST PARTO Como dijimos al comienzo de esta norma, la atención de un Parto de Riesgo presenta siempre la posibilidad de la aparición de complicaciones que pueden llevar a la obtención de un resultado no deseado para la madre y/o su hijo. Esta posibilidad de aparición de complicaciones de cierta gravedad pueden exigir la inmediata referencia de la parturienta a una institución con la máxima capacidad resolutiva en la red de servicios. Dicha complicación transforma al hospital de referencia en efector final, común y obligado para las instituciones de la red asistencial, asumiendo que no debería rechazarse bajo ningún concepto el pedido de derivación ante la emergencia obstétrica, ya que aún en condiciones de falta de plazas obstétricas o neonatales, el binomio materno fetal siempre estará en el mejor nivel de atención, dada su capacidad resolutiva, inexistente en el establecimiento de origen. Deberá tenerse en cuenta que una correcta atención del parto de riesgo disminuye significativamente la frecuencia de estas complicaciones, pero no las excluye. La mortalidad materna reconoce en su mayor parte la existencia de un parto de riesgo. Defunciones por causas maternas. (listado de agrupamiento por causas) • Aborto • Mola • Ectópico • Hemorragias • Enfermedad hipertensiva • Sepsis puerperal • Embolismo pulmonar • Desproporción pélvico cefálica • Distocia dinámica • Trauma obstétrico • Retención placentaria sin hemorragia Enfermedades de la madre que complican el embarazo, parto y puerperio: • Hipertensión previa • Preeclampsia • Eclampsia • Cardiopatías • Diabetes • Infección urinaria • Parasitosis • Amenaza de parto prematuro • RCIU • Desproporción céfalo pélvica • Hemorragias del embarazo • Anemia crónica • Rotura prematura de membranas • Infección puerperal • Hemorragia puerperal • Trabajo de parto prolongado • Amenaza de rotura uterina 42 O A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O INICIATIVA PARA UNA MATERNIDAD SEGURA Las mujeres embarazadas de los países en desarrollo enfrentan un riesgo de muerte hasta 200 veces mayor que en los países industrializados. Se trata de la mayor disparidad evidenciada entre todos los indicadores del desarrollo humano. Mas de 150 millones de mujeres quedan embarazadas anualmente en los países en desarrollo, aproximadamente 500.000 de ellas mueren por causas vinculadas a la gestación. Defunciones maternas en países en desarrollo CAUSAS OBSTETRICAS DIRECTAS hemorragias 25 % infecciones 15 % abortos provocado 13 % hipertensión 12 % parto obstruido TOTAL 8% —————73% CAUSAS OBSTETRICAS INDIRECTAS: 19 % Además las hemorragias, infecciones, abortos provocados por embarazos no deseados y cuadros hipertensivos, son responsables de 1.5 millones de defunciones perinatales al año en países en desarrollo y otro millón y medio son debidas a mala atención del parto y el alumbramiento La Mortalidad Materna no es el único resultado negativo del embarazo. En los países en desarrollo mas del 40 % de los embarazos y partos de riesgo produce complicaciones, enfermedades y/o discapacidad permanente en las madres. LA MORTALIDAD MATERNA EN LA REPÚBLICA ARGENTINA La muerte de una mujer por causas derivadas del embarazo, el parto o el puerperio es siempre una desgracia, y se vuelve una tragedia cuando la causa que la condicionó es solucionable con los recursos disponibles. Esta situación ocurre con gran frecuencia en nuestro país, donde año tras año, pierden la vida alrededor de 300 mujeres, aún cuando estas muertes están condicionadas por causas vulnerables con intervenciones sencillas y de bajo costo. Hoy en día estas muertes son tan anacrónicas que rayan en lo absurdo. Esta situación predomina en los estratos socioeconómicos más bajos y en grupos que por diversas razones no tienen acceso a los servicios de salud, o lo hacen tardíamente, lo cual constituye un mudo reproche a los criterios vigentes y a la organización y calidad de atención de los servicios de salud. Corroboramos que la Argentina aún no ha entrado en la era de la “Maternidad Segura”. La necesidad de “problematizar” adecuadamente al Sector Salud con respecto a las causas que condicionan muertes relacionadas con el embarazo, el parto y el puerperio, se refleja en las actuales tasas de mortalidad materna que son más altas de las que debería esperarse dados los altos porcentajes de parto institucionalizado (más del 97%) y los valores bajos de natalidad (19.7 o/oo) en el nivel nacional. Actualmente mueren en nuestro país aproximadamente 4 mujeres por cada 10.000 nacidos vivos, cifra que podría incrementarse si se considera el subregistro existente del 50 % calculado por diversas investigaciones científicas. 43 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Puestas estas cifras en perspectiva, equivalen a considerar una ocurrencia diaria de 1 a 2 muertes por causas maternas, las cuales, dado el papel que juegan las madres tanto en sus familias como en la comunidad, hacen sentir sus consecuencias ominosas sobre toda la sociedad. Vemos así que su importancia va mucho más allá de su magnitud numérica. ANTECEDENTES La mortalidad materna ha sido un problema subestimado en el país. Muchos factores pueden haber contribuido a ello, entre otros, la escasa frecuencia de los valores de este indicador en cada establecimiento que atiende partos, así como la falta de una correcta interpretación de dicha información. El embarazo, y más precisamente la esperanza del nacimiento de un hijo , tiene grandes repercusiones en la familia. Cada miembro de ella es afectado de alguna manera . La vida de esa familia , y muy especialmente de la mujer, es modificada significativamente por cada embarazo. Los resultados de ese complejo proceso no siempre satisfacen la totalidad de las expectativas depositadas en él. Ocasionalmente podrá acarrear secuelas no deseadas . Entre ellas tal vez la más drástica y trágica sea la muerte materna. La mortalidad materna es un hecho de una magnitud y trascendencia social muy importante y las causas que la condicionan son reducibles , es decir vulnerables, con los conocimientos científicos actuales . Este conocimiento torna impostergable la implementación de un plan especifico para su adecuada evaluación y control Un factor importante de esta situación puede ser el subregistro de causa es decir la Mortalidad Materna registrada como otra causa. También juega un rol significativo el hecho que, cuando la tendencia de un indicador global es decreciente, parece producirse en el Sector Salud una disminución del interés en el análisis crítico, que permita una evaluación de su contribución o la fijación de metas más ambiciosas a conseguir en el nivel o estructura del mismo. En efecto en el cuadro siguiente se puede observar el descenso de este indicador entre 1970 y 1996. En base a la información disponible del Programa Nacional de Estadísticas de Salud, correspondiente al año 1994, se registraron 265 defunciones vinculadas al embarazo, parto y puerperio. El total de nacidos vivos para ese período fue de 673.787, siendo la tasa de mortalidad materna de 39 por 100.000. El estudio comparativo de los valores de este indicador entre las Jurisdicciones Provinciales o a nivel internacional sitúa los mismos y ubica a nuestro País en la necesidad de orientar acciones, a través de la adecuada problematización del sector salud, con respecto a las causas que condicionan las defunsiones. 44 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA La vulnerabilidad de la mujer durante la edad fértil guarda estrecha vinculación con algunas de las características fundamentales de la mortalidad materna tales como: • Es reducible en gran número de casos. • La vulnerabilidad de la mujer durante el período reproductivo es mayor y condiciona el aumento de la mortalidad. • El riesgo de morir durante dicho período es recurrente y se incrementa con cada embarazo. • Predomina en determinados grupos de mujeres y clases sociales. En relación con la primera, se calcula que más del 90% de estas muertes son reducibles con los conocimientos y tecnologías disponibles en la actualidad. La segunda y la tercera característica destacan que el riesgo de defunción materna se ve influido por factores asociados con el embarazo y también con el número de veces que cada mujer queda embarazada, situación que se va potenciando durante su vida reproductiva. En relación a la cuarta característica, las mujeres más afectadas son aquellas que pertenecen a los estratos socioeconómicos más bajos y las que viven en zonas alejadas de centros hospitalarios o que, por otras razones, ven reducida su accesibilidad a los servicios de salud. No obstante, la realidad actual muestra un incremento de muertes maternas acaecida en Centros Asistenciales de mediana y alta complejidad , lo que indicaría problemas en la calidad de la atención , falta de recursos necesarios , prescripciones e indicaciones inadecuadas hechos que generan iatrogenia negativa. Hay en general, según datos de diversos países de América (OPS/OMS), una correspondencia directa entre la calidad de los servicios de control prenatal y de atención del parto institucional con las tasas de mortalidad materna. Argentina exhibe alto porcentaje de parto institucional manteniendo elevada la tasa de mortalidad materna. Esta contradicción resalta la necesidad de revisar la calidad de la atención del parto institucional dado el perfil o estructura que adquiere la mortalidad materna en nuestro País. Esto refuerza la necesidad de mejorar las condiciones de salud de la mujer a través del aumento de la cobertura y de la calidad de los servicios de salud y del recurso humano, aumentando la capacidad y la calidad de la atención institucional del parto reforzando el primer nivel de atención y el primero de referencia. Algunas recomendaciones para la reducción de la Mortalidad Materna El grupo de expertos convocados a nivel Nacional, que conforman la Comisión Nacional Asesora de Vigilancia y Control de la Mortalidad Materna concuerdan en el siguiente conjunto de recomendaciones: Se deben instalar y consolidar Comisiones de Vigilancia y Control de la Mortalidad Materna tanto a Nivel Nacional (ya en funcionamiento) como así también a nivel Provincial y a nivel local (hospitalario), en la totalidad de las Instituciones del Sistema de Salud (subsectores Público, de Obra Social y Privado), donde se asista al proceso reproductivo. • Las Comisiones no deben tener carácter punitivo ni representación jurídica. • Las deliberaciones y conclusiones de las Comisiones deben ser anónimas. • Los resultados que se obtengan constituirán un insumo natural de la planificación y será consecuencia de la toma de decisiones de la Comisión. • Los productos de las Comisiones serán elementos de gran valor para los programas de investigación, docencia y planificación de la atención Materno Infantil. • Las Comisiones deberán instalarse en toda unidad hospitalaria que asista al proceso reproductivo, de todas las Instituciones del Sistema de Salud (subsectores Público, de Obra Social y Privado). • Estas Comisiones deberán vigorizarse en todas aquellas Jurisdicciones e Instituciones donde ya existan. • Los criterios a seguir en los trabajos de las Comisiones deberán orientarse de acuerdo con las recomendaciones internacionales para obtener resultados uniformes y comparables. 45 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O • Deberán proponerse investigaciones interinstitucionales. • Los estudios a nivel de las instituciones asistenciales revisarán sus conclusiones en el Nivel Provincial y este cotejará sus conclusiones en la Comisión a nivel de Nacional con el resto de las Jurisdicciones. Morbilidad materna post-parto de riesgo • Secuelas debidas a desgarro cervical o recto vaginal. • Fístula vesicovaginal o recto vaginal. • Dispareunia. • Algias pubianas y dorsolumbares. • Disuria. • Incontinencia de orina. • Prolapso. • Hemorroides. • Anemia post-parto. • Infertilidad. • Depresión. • Psicosis. Hay que tener en cuenta además que la cuestion no solo afecta las vidas de las mujeres, tambien estan en juego las de alrededor de 7 millones de recien nacidos que mueren cada año como consecuencia de los problemas de salud de sus madres. Parto seguro La OMS y el PNUD lanzaron en 1987 una iniciativa mundial destinada a la temática del llamado Parto seguro , destinado a mejorar los índices de la aparición de resultados no deseados materno fetales. En el año 1992 en la reunión de Asociados para una Maternidad Segura, el Grupo Interinstitucional formado por OMS, PNUD, FNUAP, UNICEF, Banco Mundial, Consejo de la Población y representantes de 45 países propone el siguiente Programa para una Maternidad Segura Objetivo: Reducir las enfermedades y defunciones maternas en un 50 % para el año 2000 Estrategia a Corto Plazo: 1-Otorgar mayor eficiencia, mejorar la calidad de atención y facilitar el acceso a los servicios de atención de la Salud Materna y dentro de ellos a los programas de Procreación Responsable 2-Desarrollar un programa activo para mejorar la infraestructura sanitaria de los servicios y una política de recursos humanos. 3-Instruir a la población acerca de la importancia de esos servicios y la mejor forma de aprovecharlos. META: “ Mantener la salud y evitar la muerte materna.” Los temas principales desarrollados por esta iniciativa se refieren prioritariamente: 1-A la prevención del embarazo no deseado y el aborto inducido a través de programas de Procreación Responsable. 2-A vencer las barreras geográficas, económicas y culturales que impiden a la embarazada su concurrencia precoz a los establecimientos de salud para un eficaz control prenatal. 3-Detección precoz de la desnutrición materna y del recién nacido de bajo peso. 46 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G 4-El desarrollo de nuevas modalidades de atención como: Hogares de espera, hogares maternales, residencia para madres bajo el régimen de autocuidado. Hospital de Día Obstétrico, donde se atenderán aquellas embarazadas que no requieran obligatoriamente internación y necesiten efectuar estudios especiales programados, como exámenes ecográficos, curvas de tolerancia glúcida, interconsultas con otras especialidades, etc.. Estas nuevas modalidades de atención aliviaran el uso inadecuado de la dotación de camas obstétricas, normalizando los índices de rendimiento hospitalario. 5-Establecimiento de sistemas de referencia adecuados a la emergencia obstétrica o neonatal que tengan en cuenta la falta de accesibilidad a los servicios debida a las malas carreteras o a la inexistencia de vehículos de transporte. 47 O A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O CAPITULO VII EL RECIÉN NACIDO DEL PARTO DE RIESGO El recién nacido producto de un Parto de Riesgo puede ser un niño normal y vigoroso, puede ser un deprimido leve, moderado o grave y eventualmente puede nacer muerto o morir a los pocos minutos, como consecuencia de la patología materna previa o del trabajo de parto y parto. Es importante recordar que la gran mayoría de la Mortalidad Neonatal se produce en las primeras horas vida e incluso en la misma Sala de Partos. En la Propuesta Normativa Perinatal Tomo II “Patología Perinatales Prevalentes” se describió exhaustivamente las patologías neonatales producidas por patologías maternas: hijo de madre hipertensa, hijo de madre diabética, retardo de crecimiento intrauterino, prematurez, infecciones perinatales y el recién nacido asfixiado. En este Capítulo , por lo tanto, sólo se describirán aquellas patologías neonatales producidas por un parto de riesgo no comentadas previamente. Efectos fetales y neonatales de la anestesia y analgesia obstétrica Los analgésicos/anestésicos en la madre pueden afectar adversamente al feto y/o neonato por dos mecanismos : • las drogas administradas a la madre pueden difundir al feto causando efectos directos específicos de las mismas. Su tratamiento dependerá de cada droga. • las técnicas analgésicas/anestésicas pueden afectar al feto en forma indirecta produciendo signos y síntomas de asfixia debido a la alteración del intercambio placentario, o interfiriendo la relación madre-hijo. Estos dos tipos de alteraciones pueden coexistir en el mismo paciente. Efectos directos: Barbitúricos: estas drogas pasan la placenta rápidamente y producen depresión en el neonato, especialmente cuando se utilizan en altas dosis. Pueden tratarse con soporte cardiorespiratorio hasta que el neonato elimine la droga, lo que puede demorar 48 hs.. Fenotiazinas: Cruzan la placenta en forma rápida, aunque en general no producen depresión. Una sobredosis inadvertida puede producir una depresión similar a las de los barbitúricos. Benzodiazepinas: La droga más usada de este grupo, el diazepán (Valium), cruza la placenta igualando el nivel sanguíneo materno y fetal en unos minutos, cuando se administra en forma endovenosa. El RN tiene poca habilidad para excretar el diazepán por lo que sus metabolitos activos pueden persistir una semana. La droga puede producir hipotonía, letargia e hipotermia cuando se usan altas dosis en la madre. Sin embargo, aún con pequeñas dosis puede observarse hipotonía. Narcóticos: Pasan muy rápido por la placenta. El grado de depresión respiratoria estará en función de la cantidad de droga, el tiempo transcurrido y la vía de administración. La administración intramuscular se asocia a una alta incidencia de depresión neonatal de 2 a 4 horas luego de la inyección, en cambio si se administra por vía endovenosa la depresión ocurrirá entre los 30 a 60 minutos. Se debe utilizar Naloxona (Ver Norma Tomo I Capítulo de Reanimación del RN) si se sospecha que el RN tiene depresión por administración de narcóticos a la madre. Anestésicos Generales: agentes inhalatorios: la transferencia de esos agentes a través de la placenta es rápida. La concentración en el feto dependerá de la dosis recibida por la madre y las altas dosis pueden producir flaccidez, 48 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O depresión cardiorespiratoria e hipotonía. El tratamiento requiere una efectiva resucitación cardiopulmonar y se espera una rápida recuperación del niño. Bloqueadores neuromusculares: Los bloqueadores no despolarizantes como el pancuronium, tubocurarina, etc. no pasan la placenta. Pero cuando se usan en altas dosis como cuando se trata un tétanos materno o un status epiléptico, pueden producir bloqueo muscular neonatal. Los bloqueadores despolarizantes como la succinilcolina son hidrolizados en la sangre materna, por lo que no afectan al feto. Pero si la madre no posee o posee en bajas cantidades dicha enzima, se puede producir parálisis muscular en el niño. El diagnóstico de un bloqueo neuromuscular en el RN se hace por la historia materna y porque generalmente el niño presenta una función cardiovascular normal, con buen color, pero no presenta respiración espontánea, hay hipotonía, etc. Se debe realizar asistencia respiratoria hasta que la droga es excretada lo que puede demorar 48 hs. Anestésicos locales: Su efecto en el feto difiere según el tipo de anestésico. Los ésteres, como la procaína, son hidrolizados en la sangre materna muy rápido, por lo que en general no tienen efecto en el feto. Las amidas( bupivacaína, etc.), en cambio, son excretadas por el hígado, por lo que su eliminación es más lenta durante una anestesia regional. Si se produce la inyección intravascular de un anestésico de este tipo sí se observará una importante depresión neonatal con acidosis, bradicardia y arritmias ventriculares Efectos indirectos: Disminución de la concentración arterial de 02: cualquier técnica puede producir hipoxia materna y por lo tanto disminución del intercambio con el feto. Ejemplos de este fenómeno se producen en sobredosis de narcóticos, aspiración de vómitos, etc. Disminución de la perfusión sistémica: esto produce disminución de la perfusión placentaria. Se produce por ejemplo en anestesia peridural o compresión de la vena cava por posición supina, etc. Vasoconstricción arterial uterina: algunos anestésicos locales ( lidocaína, mepivacaína, etc.) pueden producir este efecto. Estro puede ser una de las causas de depresión neonatal en los bloqueos paracervicales. El uso de vasopresores alfa adrenérgicos para tratar la hipotensión secundaria a anestesia regional también puede producir vasoconstricción uterina. Hipertonía uterina: esto puede disminuir el flujo placentario. Los anestésicos locales en altas dosis (como luego de una inyección endovenosa) y los vasopresores alfa adrenérgicos pueden producir este efecto, especialmente cuando se combinan con ocitócicos. Alteración de la relación madre hijo: la depresión materna y/o neonatal por las medicaciones recibidas y las intervenciones realizadas en la madre demoran o alteran la relación madre-hijo precoz y seguramente el inicio de la Lactancia Materna con las consecuencias ya conocidas de alteración del apego que se produce en estos casos y las implicancias para el niño en su bienestar psíquico, físico y social futuros. En consecuencia, cuando se utiliza cualquier técnica anestésica/analgésica , es imperativo realizar un monitoreo continuo de la frecuencia cardíaca fetal y evaluar la necesidad imperiosa de su uso. La aparición de desaceleraciones, bradicardia, etc. obligan a tratar la causa. Así se deberá corregir la postura materna, la hipotensión, administrar oxígeno, disminuir o suprimir los ocitócicos, etc. 49 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Traumatismos Obstétricos en el Recién Nacido Un parto prolongado, o dificultoso, especialmente en posición de nalgas, o una asfixia fetal que requiere una rápida extracción, se asocian a traumatismos fetales, que generalmente coexisten con asfixia. Estas pueden ser: fracturas, parálisis, hemorragias, laceraciones o heridas. a.- Fracturas: En general se involucran las diáfisis de la clavícula, el húmero y el fémur. Es raro que en el nacimiento de un niño normal se produzcan fracturas por debajo del codo o la rodilla. En general, las fracturas pasan inadvertidas porque el dolor es mínimo y pueden no aparecer deformidades, y el diagnóstico se produce por RX solicitadas por otro motivo. En el menor de los casos, el dolor producido por la fractura simula una parálisis del miembro afectado. Muchas veces es el obstetra que asiste el parto el que siente o palpa el hueso fracturado en el momento de la extracción. La fractura del húmero se trata con la inmovilización del brazo, colocando un elemento suave entre el brazo y el tórax y colocando el codo en 90 º. La fractura del fémur suelen requerir tracción tomada desde detrás de la rodilla e inmovilizando por 10 a 14 días. La clavícula cuya fractura no esta desplazada no requiere tratamiento porque en general no es dolorosa. Si es dolorosa y hay desplazamiento se requiere la inmovilización del brazo con un vendaje en 8 por 8 a 10 días. También se pueden afectar las epífisis. La más afectada es la epífisis proximal del húmero que se diagnostica por crepitación y dolor al movilizar el hombro. Como no están osificadas, el diagnóstico radiográfico es difícil. El tratamiento es similar al de la fractura de la diáfisis humeral. La fractura de la epífisis proximal del fémur es muy rara, pero se puede confundir con una luxación congénita de cadera o con una artritis séptica. Se han descripto fracturas de costillas luego de una vigorosa reanimación neonatal que haya incluido masaje cardíaco. Las fracturas de cráneo son posibles, aunque infrecuentes, especialmente en extracciones por fórceps muy traumáticas. b.- Parálisis: El traumatismo más común es el que se produce en el plexo braquial al traccionar y flexionar lateralmente el cuello en la extracción de vértex de los niños grandes o de la cabeza en la presentación de nalgas. Se reconoce clínicamente por la ausencia de movimiento activo de un brazo en el reflejo de Moro. Puede asociarse a fractura de clavícula. Hay tres tipos de parálisis: • Parálisis de Erb-Duchene, que afecta a los nervios C5 y C6. C7 en menor proporción. • Parálisis de Klumpke involucra C8 y D1. • Se involucra todo el plexo. Cuando se afectan C5 y C6 el hombro esta rotado internamente, el codo extendido y la muñeca y dedos flexionados. Cuando se afectan C8 y D1 la mano está fláccida, Cuando se afecta todo el plexo, toda la extremidad está fláccida. El tratamiento temprano es conservador y la recuperación dependerá del grado de lesión. Puede haber una recuperación completa en 3 meses. La pérdida de la función sensorial sugiere una afectación más grave. Como no es posible predecir la evolución en un primer momento, todos los casos deben ser tratados cuidadosamente para evitar injurias en el plexo. Las parálisis por consecuencia de lesiones medulares son posibles aunque muy infrecuentes, y de distinta magnitud de acuerdo al grado de lesión. 50 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O c.- Hemorragias: Las hemorragias pueden no ser evidentes en el momento del nacimiento y manifestarse posteriormente. Las más frecuentes son intracraneales, extracreaneles (cefalohematoma o caput sucedaneum), mediastinales, intraabdominales (por rotura de bazo, hígado o suprarrenales), etc. Este tema ha sido tratado en la Propuesta Normativa Perinatal Tomo II “Patologías Perinatales Prevalentes” en el Capítulo “El recién nacido anémico por hemorragia”. d. Laceraciones y/o heridas de piel: Son posibles como consecuencia del uso de fórceps en cara y cuero cabelludo o en otras partes del cuerpo especialmente luego de una cesárea. En general son superficiales y no requieren tratamiento específico desapareciendo a las horas de vida. Presentación podálica: Como ya se comentó es una patología poco frecuente: de 3 a 4 % en los embarazos únicos y de 2,5 a 3 % en los niños de peso al nacer > de 2.500 gr. Su probabilidad aumenta en las nulíparas, partos en pelviana previos, prematurez, embarazos múltiples, anormalidades uterinas o de la pelvis, uso de drogas anticonvulsivantes, placenta previa, aumento o disminución del líquido amniótico, anormalidades fetales o feto muerto, cordón umbilical corto, y retardo de crecimiento intrauterino. Es difícil determinar el riesgo que corre un niño que nace en presentación pelviana por vía vaginal. Hay estudios que estiman que su riesgo de mortalidad perinatal es cuatro veces mayor (excluyendo anormalidades) comparados con los que nacen en cefálica. Los riesgos son innegablemente mayores en las nulíparas por lo que no se discute la cesárea como indicación en el parto de éstas en caso de presentación pelviana. En la multíparas debe evaluarse la posibilidad de un parto vaginal. La versión cefálica externa al término en la presentación de nalgas reduce las cesáreas pero su eficacia hasta el momento está en serias dudas ya que puede presentar riesgo para el feto. Presentaciones oblicua y transversa: Se asocian con multiparidad, laxitud abdominal, anormalidades uterinas y fetales, etc. Presentan un mayor riesgo de complicaciones como prolapso de cordón, ruptura espontánea del útero en grandes multíparas y muerte neonatal. Debido a estos antecedentes, algunos autores recomiendan que una vez que está asegurada la madurez pulmonar, se realice una versión externa e inducir el parto. Si no se logra la presentación cefálica se debe realizar una cesárea, aunque no existen estudios controlados al respecto. Frente a esto el momento de la intervención debe ser decidida clínicamente. El recién nacido por cesárea El mayor riesgo del niño que nace por cesárea es el de padecer una Enfermedad de Membrana Hialina por nacer iatrogénicamente en forma prematura. Este riesgo es más alto en las cesáreas electivas que en aquellas que se realizan luego de desencadenado el trabajo de parto. Hay casi el doble de niños que pesan menos de 2.500 gr. al nacer en el grupo de nacidos “a término por una cesárea electiva” . El score de Apgar es significativamente más bajo en los niños nacidos por cesárea. Al riesgo de prematurez y depresión se suma la alteración del vínculo precoz madre-hijo y el retraso de la instalación de la lactancia materna. Todo esto obliga a una cuidadosa evaluación de la indicación cesárea y a evaluar los riesgos de la misma tanto para la madre como para el niño, o sus beneficios. 51 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O Tampoco se han encontrado beneficios en el nacimiento por cesárea en los niños prematuro. Sólo se ha visto algún efecto protector en aquellos menores a 1.500 gr. en presentación podálica. El recién nacido por fórceps El fórceps está indicado cuando hay un sufrimiento fetal o se desea acortar el período expulsivo para beneficio de la madre o el niño. También en algunos casos de malposición de la cabeza fetal en cefálica o en la extracción de la cabeza en un parto en pelviana. Esto hace que el recién nacido pueda nacer con distintos grados de depresión que no necesariamente son atribuibles al procedimiento sino a la patología previa. Es importante la colaboración de la madre y su acompañante por lo que es imprescindible una adecuada explicación de los motivos que llevan al uso del fórceps. Como ya se mencionó existe la posibilidad de que se produzcan laceraciones o heridas en la cabeza y la cara. También es posible encontrar cefalohematomas o caput sucedaneum. La extracciones dificultosas no debieran realizarse a menos que el operador sea experto y el instrumental adecuado. La cesárea debe considerarse como alternativa en estos casos. Embarazo múltiple: El embarazo gemelar tiene una incidencia del 1 a 2 % de todos los partos, pero el 10 a 12 % de las muertes perinatales se produce en nacimientos múltiples y su mortalidad es de 4 a 10 veces más alta que en los nacimientos simples. El mayor riesgo de mortalidad, se explica por una mayor incidencia de prematurez ( del 20 al 50 % de los embarazos múltiples finalizan en un parto prematuro), hipertensión inducida por el embarazo, hemorragias intraparto, rotura prematura de membranas, polihidramnios, etc. En el parto de un embarazo múltiple hay mayor riesgo de mala posición fetal, prolapso de cordón y asfixia fetal, por lo que hay una incidencia mayor de parto operatorio. En el siguiente cuadro se observa la frecuencia de las presentaciones de los gemelos, y la vía de parto recomendada para cada caso. Cuadro Nº 3: Frecuencia de la presentación de gemelos y vía del parto recomendada para cada caso. Todos los niños nacidos de un embarazo múltiple tienen más riesgo de asfixia, pero el del primero es mucho menor. El segundo gemelar tiene mayor riesgo de asfixia , de trauma al nacer y de posición en el pelviana. Por último, tienen más riesgos de presentar malformaciones congénitas, especialmente los gemelos monocigóticos que representan un tercio del total de los gemelos. 52 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G ANEXOS CONTROL DE LA INTEGRIDAD DEL BINOMIO MADRE-HIJO Y DE LA SEGURIDAD INSTITUCIONAL COMISION REDACTORA Además de los integrantes de la Comisión Redactora creada por Resolución N° 033/95 referidos en la primera Parte de esta obra, han sido invitados a participar en la segunda parte los siguientes expertos: Academia Nacional de Medicina Dr. Roberto Votta Consejo Académico de la Facultad de Medicina de la UBA Dr. Luis Prudent Comité de Estudios Feto Neonatales de la SAP Luis Novali Comité Legal de la SAP Dr. Osvaldo A. Blanco Dr. Carlos A. Ray Dr. Miguel A. Naser Hble. Consejo Deliberante de la MCBA Consejala Juliana Marino 53 O A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O INTRODUCCION El Congreso Argentino ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño en septiembre de 1990, instituyéndola como ley nacional 23.849 y en agosto de 1994 la Convención Constituyente la incorporó al artículo 75 de la nueva Constitución de la Nación Argentina. Dos Ideas Fuerza recorren el contenido de la Convención sobre los Derechos del Niño: • La consideración del niño como sujeto pleno de derecho, merecedor de respeto, dignidad y libertad, abandonando, con este enfoque, el concepto de niño como objeto pasivo de intervención por parte de la familia, el Estado y la sociedad. • La consideración de los niños como personas con necesidad de cuidados especiales, lo que supone que, por su condición particular de desarrollo, además de todos los derechos que disfrutan los adultos los niños tienen derechos especiales. De este modo el Estado se compromete a respetar el derecho del niño, a preservar su identidad, incluídos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la ley, sin ingerencias ilícitas. El niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos. El Estado también se compromete a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley. El Estado asegurará de que las instituciones, servicios y establecimietnos encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes. Desde la incorporación del Artículo 75 a la Constitución Nacional y coincidiendo con Unicef Argentina puede sostenerse que “años atrás, no respetar los derechos del niño era aberrante hoy, ademas, es inconstitucional”. El proceso de identificación de la madre y su hijo tiene por objeto individualizar al binomio materno filial asegurando el reconocimiento de la Identidad del Recién Nacido en el momento que surja la necesidad de verificación de la misma. La Ley 24.540, de Identificación del Recién Nacido (en etapa de reglamentación), establece los procedimientos técnicoadministrativos para llevar a cabo ese proceso identificatorio. La asistencia del parto y la atención del recién nacido en las instituciones de salud obliga a implementar procedimientos tendientes a asegurar la integridad del binomio madre-hijo. Este novedoso concepto, que fuera ampliamente discutido en el seno de la Comisión Redactora del presente instrumento normativo, dió origen a los presentes Anexos: “Control de la integridad del binomio madre-hijo” y de “Normas de Seguridad Institucional”. El objetivo es precisar mecanismos tendientes a evitar la posibilidad del cambio del recién nacido, ya sea accidental o intencional, e incluso la substracción del bebé. CONTROL DE LA INTEGRIDAD DEL BINOMIO MADRE-HIJO En estos últimos años surge un nuevo concepto que introduce un cambio de perspectiva en el panorama total del problema de la identificación del recién nacido. Comienza a trascender en la comunidad la posibilidad del cambio de recién nacidos en los establecimientos de atención, a través de múltiples formas, desde la simple confusión de identidad en sectores de recuperación o en terapia intensiva neonatal sobre todo en maternidades con número elevado de partos diarios. Por otro lado merece especial atención la sustracción o robo de los recién nacidos en establecimientos donde se reconocen fallas en los sistemas de seguridad. Esta situación ha originado una presión de la opinión pública, exigiendo de los establecimientos la seguridad de contar, 54 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O además de las huellas dactiloscópicas, con metodologías tangibles cuya evidencia permita en forma fácil y segura el control de la integridad del binomio madre-hijo durante la internación y en el momento del alta. Se entiende que el sector salud debe dar una respuesta a este requerimiento expreso de la comunidad, incorporando procedimientos que permitan individualizar al binomio materno filial garantizando su indemnidad. A esos efectos se deberá incorporar métodos que permitan asegurar la integridad del vínculo madre-hijo mas allá de toda duda, mediante procedimientos que, por su “evidencia”, sean de fácil interpretación fuera de ella por personal no entrenado perteneciente a enfermería general, vigilancia, portería, etc. De acuerdo a ello y antes del parto, se deberá colocar en la muñeca de la madre una banda plástica en forma de pulsera codificada con números iguales y cierre inviolable y en la que se puede además escribir el nombre y apellido de la madre, su numero de documento, el número de historia clínica, etc. Dicha pulsera deberá llevar adherida otra pulsera de iguales características, que será colocada en el neonato inmediatamente luego de su nacimiento. Esta metodología de seguridad, adoptada internacionalmente, debe permitir al equipo de salud garantizar la indemnidad del vinculo materno filial, no solo en sala de partos si no durante todo el tiempo que permanezcan internados en el establecimiento. La tecnología de seguridad propuesta, podrá ser reemplazada por otra, en función de los cambios tecnológicos, que garantice el vínculo entre la madre y el recién nacido. 55 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O NORMAS DE SEGURIDAD INSTITUCIONAL A los efectos de la prevención del cambio o robo de recién nacidos, se recomienda que todo establecimiento que integre dentro de sus prestaciones un servicio de atención materno-neonatal, aplique las presentes Normas de Seguridad Institucional. I - En todo el hospital: 1-Establecer un “programa de seguridad” en el Hospital y especialmente en las Unidades de atención obstétrica y neonatológica, a través de una política escrita de “prevención del robo de niños”, desarrollado por un experto en seguridad. 2-Control de accesos. A esos fines se deberá examinar y evaluar las salidas del hospital a fin de implementar métodos de seguridad adecuados ( cerrar con llave las salidas lejanas, colocar personal de seguridad en todos los accesos, si es posible instalar sistemas detectores electrónicos, etc.). 3-Alertar al personal del hospital para que comunique cualquier anomalía e identifique a personas en actitud sospechosa. Se deberá estar atento a disturbios creados en otras áreas para producir la distracción del personal (incendio de un ropero, etc.). 4-Todo el personal del establecimiento deberá llevar una Tarjeta de Identificación con su fotografía. II - EN EL ÁREA DE MATERNIDAD Y NEONATOLOGÍA: 1- Cada una de estas Unidades deberá contar con la mínima cantidad de puertas de acceso, que permitan su vigilancia y control por personal de la guardia de seguridad, facilitando la instalación de detectores electrónicos. Cabe aclarar que los sensores electrónicos incorporados habitualmente en la pulsera del recién nacido, son pequeños adminículos descartables, de muy bajo costo, actualmente en uso en los comercios para preservar artículos en libre exhibición, que activan una alarma cuando pasan por un campo magnético instalado en la puerta de salida. 2- Desarrollar una “política de visitas” que aumente la seguridad de la Unidad. 3- Evitar la separacion del niño de su madre. 4- Tomar las medidas necesarias a fin de limitar el transporte intrainstitucional de neonatos que no sean acompañados por su madre. Caso contrario asegurar, hasta donde esto sea posible, que ningún neonato sea transportado en brazos dentro del establecimiento sino únicamente en cunas rodantes. 5- Proporcionar una identificación clara y evidente al personal autorizado para retirar y transportar recién nacidos sin su madre, a otras dependencias de diagnóstico y tratamiento, dentro y fuera del establecimiento. 6- Hacer participar a los padres en las medidas de seguridad generales establecidas por las autoridades del hospital y las particulares de las Unidades de atención, pudiéndose por ejemplo, distribuir a los mismos “Guías para evitar el robo de niños”. 7- Además se deberán adoptar las siguientes metodologías que facilitan el reconocimiento del recién nacido en forma inmediata como : a) Mostración detallada de los rasgos del recién nacido a la madre y sus familiares: Todo recién nacido debe ser mostrado inmediatamente a su madre, informándosele de las características generales del bebé, como peso, sexo, color, largo del pelo, etc. con el fin de facilitar su reconocimiento ante una posible confusión en áreas de reanimación en establecimientos con gran numero de partos. b) Búsqueda de señas particulares La búsqueda y reconocimiento de características especiales en el recién nacido, como manchas epidérmicas, pueden ser de ayuda en el reconocimiento posterior del neonato, debiéndose dejar constancia de las mismas en la historia clínica neonatal. 56 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O c) Vestido del recién nacido con ropas proporcionadas por la familia. Las ropas del bebé, preparadas por la familia para un acto de tanta trascendencia como es el nacimiento, son fácilmente reconocidas por la madre y sus familiares y esto contribuye de alguna manera al reconocimiento del niño. d) Fotografía del recién nacido El registro fotográfico inmediato del recién nacido, efectuado con sistemas de revelado instantáneo y archivado en la Historia Clínica, constituye otro método de seguridad recomendable. e) Guardar sangre del cordón. La muestra permitirá efectuar determinaciones (autoanticuerpos maternos AbP, ADN, etc.) que permitan la Identificación posterior del binomio madre hijo si se considera necesario. III - En las Salas de Parto 1-El recurso humano perteneciente al sector salud y afectado a la sala de partos, deberá asegurar la integridad del binomio madre-hijo mas allá de toda duda, mediante procedimientos que, por su “evidencia”, sean de fácil interpretación fuera de ella por personal no entrenado perteneciente a enfermería general, vigilancia, portería, etc. 2-Esta metodología de seguridad seguida por el sector salud deberá permitir garantizar la indemnidad del binomio madre-hijo durante todo el tiempo que el binomio permanezca en el establecimiento. 3-Por ello el uso de métodos tangibles, que permitan el “reconocimiento evidente” de la integridad del binomio materno filial, permitirá garantizarla y de éste modo diferir la toma de las impresiones dígito plantares o dígito palmares hasta el momento en que la presencia de un/una identificadora profesional pueda realizarla con toda la minuciosidad que la técnica dactiloscópica requiera. SISTEMAS DE “RECONOCIMIENTO EVIDENTE” a) Bandas plásticas codificadas inviolables Se trata de juegos de pulseras o brazaletes, presentadas en forma de bandas plásticas adheridas entre sí, que llevan una numeración idéntica y son portadores de un cierre inviolable que obliga a cortarlas si se las quiere retirar una vez cerradas. Además estas pulseras permiten escribir en las mismas el nombre y apellido, número de historia clínica, número de documento de identidad de la madre ,etc. Si se lo considera conveniente, existen en el mercado juegos de pulseras que incluyen una tercer banda adherida a las otras, a fin de ser colocada en el tobillo del recién nacido, lo que permite ser cortada y retirada por el personal de “identificadores”, en el momento de la toma de las impresiones y ser adherida al formulario del establecimiento. b) Clamps de cordón numerados También el juego de bandas plásticas puede contar con un clamp para el cordón umbilical, también inviolable una vez cerrado y con idéntica codificación, lo que incrementa la seguridad. c) Sellos con tintas indelebles Se trata de tintas indelebles al agua que pueden persistir en la piel más de una semana, pudiendo ser borradas con alcohol. Su uso se efectúa mediante sellos idénticos colocados en la madre y el niño y que permitan una gama de números suficiente. 57 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O d) Obleas autoadhesivas a prueba de agua (simil tatuaje) Son pares de etiquetas autoadhesivas con igual numeración entre sí, inalterables al agua y también sensibles al alcohol, comercializados como “símil tatuajes” cuyo diseño puede ser elegido por la jurisdicción. Cada jurisdicción podrá seleccionar el método de reconocimiento evidente al que pueda acceder, recomendándose asociarlos con las normas de seguridad institucional descriptas, que permitan garantizar la indemnidad del vínculo madre hijo, fuera de toda duda, mientras el binomio permanezca en el establecimiento. 58 A T E N C I Ó N D E L P A R T O D E R I E S G O BIBLIOGRAFIA Atención del parto de riesgo Belitsky R. El Nacimiento por cesárea hoy. Salud Perinatal, CLAP OPS/OMS.1989; 3 ( 9):101-7. Belitzky R, Díaz A G, Fescina R, Iglesias J, Schwarcz R. 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