Circular encargando el cumplimiento del decreto ejecutivo del

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encargando el cumplimiento del decreto ejecutivo del Estado, de)8 del presente, en
~ecucion
de la lei de 23 de abril último, sobre policía jeneral en materia de cultos.
EStados Unidos de Colombia-Estado soberano de CundinamarcaPode:/' Eiecutivo-Número 154-JiUnza, 9 dejunio de 1863-El
Secntario de Gobierno,
A las autoridades poliliena del Estado.
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Es mui probable que la lei de policía jeneral
en materia de cultos, encuentre dificultades en su
ejecucion, como ha sucedido con todas aquellas
disposiciones g.ue en la presente época han afectado mas o menos ciertos intereses del clero católico, que no son, a la verdad, los intereses bien
entendidos del catolicismo fundado en la doctrina evanjélica.
Se anuncia que los ministros del culto católico
no prestarán el juramento prevenido por aquella lei, i que en consecuencia se cerrarán las
iglesias, suspendiéndose todas las funciones del
sacerdocio. Parece que así se ha dispuesto i ordenado por el Vicario jeneral de la Arquidiócesis, sujetando a los fieles católicos del pueblo colombiano a las funestas consecuencias de un
entre-dicho.
Como el juramento prevenido por la lei está
reducido a prometer obediencia a la Constitucion
i las leyes de la República, lo que es un deber
}1ara todos los que residan en su territorio, no
puede alcanzarse la razon que haya para resistir
ese mandato del Lejislador, por los mismos que
deben dar ejemplos de sumision i obediencia; a
no ser que una clase de la sociedad pretenda sustraerse a su cnmplimiento, con miras antipatrióticas i anticristianas, o acaso por intereses de partido, de secta o de corporacion.
Sea 10 qlle fuere, i sin entrar a discutir cuestiones teolójicas o mwónicas, cuya solucion nada
importaria al buen gobierno ni al bien de los gobernados, me permito hacer a usted algunas observaciones que tienden a desvanecer ciertos errores funestos, que han empezado a propalarse por
los enemigos del actual órden de, cosas, quizá
con la esperanza de que tarde o temprano puedan servil' a sus malos propósitos; i tambien para
esplicar a usted el decreto que acaba de dictar el
Poder Ejecutivo del Estado, en ~jecucion de la
lei de policía jeneral en materia de cnltos.
Algunos párrocos querrán hacer comprender a
sus feligreses que no administran los sacramentos
ni ejC\'cen las demas funciones de su ministerio,
porque se lo prohiben la Constitucion i las leyes.
"N o administro, dirá alguno, no digo misa, no
bautizo, no ha.go entierros ni casamientos, porque
si tal hago, seré desterrado i sufriré otros castigos." Especies de esta naturaleza han empezado
ya a difundirse, i es necesario que la autoridad
política en cada Distrito i todas las personas notab~es o de alguna ilnstrclcion, que en él haya,
persuadan a las masas ignorantes i crédulas, dé
que no existe tal prohibicion. Es preciso hacerle
comprender al pueblo que se le engaiia miserablemente, o se le qniere enO'añar, cnando se le habla
ese lenguaje, cuando se le dicen esas cosas. Ni la
Constitucion, ni las leyes prohiben a los ministros
católicos,ni de ninguu otro culto, el ejercicio de
Sil ministerio. Por la primera se consagra el principio civilizador de la libertad relijiosa; i lo que
la lei dispone es que los ministros de cualquier
cu~to, no puedan ejercer sus f~nciones sin prestar
el,luramcnto por ella requel'ldo, lo que no implica con esa libertad ni con ese ejercicio, como
no implica para el buen Gobierno que los empleados al servicio de la República presten el mismo
juramento. Nada dice la lei sobre el modo de
~iercer el ministerio; no habla de dogmas ni de
disciplina interna: dcja el culto como ha estado
hasta hoi, i como lo aceptan los creyentes; pero
no se resistirá a prestar un juramento en que eso
es lo que se exije. Si no lo presta, sel'á porque
tiene miras mui distintas de las de cumplir los
deberes del sacerdocio, i en este caso la responsabilidad de los males que de ello se deriven caerá
sobre él ; ya sean los del abandono de la grei con
el riesgo inminente de un cisma, ora puedan ser
los de uno o mas trastornos del órden, parciales i
de niuguna significacion política, teniendo por
causa el fanatismo exaltado 1'01' los intereses
mnndanales del mismo clero. 1 si esto costare
mas sangre a la República, caerá sobre su ti·ente,
sin haber logrado borrar con ella la libertad reli.jiosa, ni los derechos que el Poder civil ha tenido
i tiene en todas partes, aun bajo las testas coronadas, para evitar las usurpaciones de la curia i
los abusos, nunca bien deplorados~ del clero ultramontano.
Entraré ahora en observaciones de otro órden,
relati vas a la lei, csplicando el decreto dictado en
su ejecuciol1.
El es obligatorio desde que se publique en
cada Distrito, lo que se hará por bando en cl
primer dia de concurso. Desde ese dia los ministros del culto católico, o de cualquiera otro, no
pueden ejercer Sil ministerio sin haber prestado
el juramento. Los que lo ejerzau sin este requisito, incurrirán en la responsabilidad de la lei;
pero para hacerla efectiva es uecesario comprobar
el hecho eu la forma ordinaria, levantando el sumario del caso i remitiéndolo al Juez competent<;,
que lo será el delrespectiyo Circuito, para eljuzgamiento i castigo del culpable.
Si no se presta el jnramento i tampoco se
ejercen las funciones del ministerio, no se incurrirá en responsabilidad alguna. Esta es la inteliEl Capítulo no podria pretender una esencion en favor del jencia recta de la lei, en concepto del Poder Ejeclero, así como tampoco cualquiera otra clase a la que el lejisla- cutivo. Por lo mismo los párrocos o ministros
dor impusiese el deber de prestar el juramento de obedecer i que no lo presten, podrán quedar en ellngar en
que residen, como si no hubier:1n tenido oficio ni
cumplir las leyes, siu tener que alegar un privilejio, que no enbeneficio, i como simples particulares, vijilados,
cuentra escrito en ninguna parte. No le toca al Capítulo iHdagar
eso
sÍ, por la autoridad pública.
las causas que hayau movido allejislador al hacer recaer sobre
En cualquier dia que un ministro del culto
el clero la observancia de una condiciou, para poder ejercer su
qui(jra prestar el juramento requerido para seministerio. Solamente ha observado que no es nuevo el imponer
guir ejerciendo sus funciones, la autoridad políesas condiciones sobre otras clases de la sociedad, como acontecia tica del lugar se lo recibirá, estendiéndose la dicuando sin ellas no podia ejercerse la abogacía, la medicina, el lijencia respectiva. Por esto no se ha fijado plazo
profesorado, &c.
para la prestacion de ese juramento, ni en conLo que sí le importa al Capítulo es fijarse sobre la esencia de cepto del Poder Ejecutivo la lei ha querido que
ese juramento, i si él puede ser incompatible con las inmunidades se fije. Lo que ha querido es que no se ejerza el
de la Iglesia. Desde luego observa que lo que se exija es un ministerio sin prestar el juramento, i que se casjuramento en jeneral, que abraza la obediencia a la Constitucion tigue a los que lo ejerzan sin este requisito, para
i leyes, el sometimiento i respeto a la soberanía de la Nacion. El lo cual es preciso surtir los juicios a que hayá
jurame¡,¡to así prestado no puede envolver la sumision a las leyos lugar, pues sin ellos la persecucion i la arbitrarieinciuas. El solo será ohligatorio respecto de las leyes cuyos man- dad se pondrian en lugar de las garantías estadamientos sean "leales et derechos et complidos segun Dios et blecidas por la Constitucion i las leyes.
Tales son las esplicaciones que he creido consegun justicia."
El Capítulo no ha podido ménos que invocar en su apoyo las veniente hacer a usted en cuanto a la ejecucion
prescripciones de la antigua lei de Patronato i otras disposiciones de la lei de que se trata, i para que de acuerdo
con ellas se cumpla el decreto del Poder Ejecuanálogas. Ya se recordará. que segun ella ningun cura, ningun
tivo a que se refieren.
prebendado, ningun Obispo, podia entrar en el ejercicio de sus
En cuanto a los temores de que pueda subverflnciones sin aquel requisito. Durante veintiuueve años aquella
tirse el órden, el Gobierno ha dictado con anticilei rijió en la Nacion, i los individuos dp.l clero católico que obtupacion las providencias necesarias para evitar que
vieron beneficios, entraron en ejercicio de ellos habiendo prestado es) suceda, i para sufocar en el acto cualquier
préviamente el juramento que por dichas disposiciones legales se trastorno si llegare a ocurrir, contando con que se
requeria.
cumplirán las prevenciones que repetidas veces
Despues de esto, nada mas puede agregarse para ha hecho a sus ajentes.
justificar la condicion del juramento exijido por
la lei de policía de que me ocupo.
Si el clero católico quiere la paz en el órden i
la libertad, la sumision a las autoridades lejítimamente constituidas i la obediencia a las leyes,
como le está ordenado por el mismo Evanjelio,
FUNZA, IMPRENTA DEL ESTADO.
sí quiere que los buenos sacerdotes sean tambien
buenos ciudadanos, o miembros útiles a la sociedad en que viven i de que hacen parte; i a esto
tiende la disposicion del juramento.
Rai mas: los ministros de la relijion católica,
como los de cualquiera otra secta, tienen una dependencia obligada del Jefe de ella; i aunque
esta dependencia debe ser solo en lo espiritual i en
lo de mera disciplina, muchas veces se roza esta
con los intereses sociales i con los asuntos del Gobiemo civil, i para este caso se necesita una garantía contra los abusos i usurpasiones, por desgracia tan frecuentes, de la potestad relijiosa; i
esa garantía se obtiene o alménos se quiere obtener, al exijir el juramento.
Si una larga i costosa esperiencia, no hubiera
demostrado a la República que los ministros del
culto católico, en nuestro pais, olvidando su elevada, santa i fecunda mision de paz i caridad, se
habian convertido en apóstoles de la discordia,
en instrumentos de la ambicion i las pasiones
políticas, en enemigos de la libertad i las instituciones populares. Si al clero católico de nuestra
patria,ignorante,fanático i apasionado,con raras i
honrosas escepciones, no se le debieran en gran
parte los inmensos sacrificios, las calamidades sin
cuento, i la sangre derramada a torrentes en una
guerra de tres años, q ne casi ha asolado el pais;
tal vez pudiera considerarse innecesaria la fórmula del juramento, a que hoi se le sujeta, para
tener esa garantía del bnen ejercicio de sus funciones, poniendo h sociedad a cubierto de sus
maquinaciones liberticidas. 1 en cuanto a esto
conviene insertar aquí lo que el Capítulo Metropolitano ha dicho en su esposicion razonada al
ilustrísimo Arzobispo de Bogotá.
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