las operaciones bélicas durante la guerra de la

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LASOPERACIONESBÉLICASDURANTELAGUERRADELA
23AL23DEOCTUBREDE2013
MONTEVIDEO, REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
PONENCIACORRESPONDIENTEAPARAGUAY
ELPERÍMETROFORTIFICADODEHUMAITÁ.RECONSTRUCCIÓNVIRTUAL
AUTORES
:
ABOG.EDUARDONAKAYAMA
ARQ.MATEONAKAYAMA
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo de investigación que culmina con la recreación digital de la parte
principal del perímetro fortificado de Humaitá en la costa del río Paraguay es la
continuación de un trabajo iniciado por los mismos autores en el ańo 2008 y que recoge
prácticamente toda la bibliografía disponible sobre Humaitá, desde la erección del
poblado en tiempos de la Colonia espańola, pasando por su época de guardia de paso
antes de la llegada a la Villa del Pilar de Ńeembucú, y su enclave como núcleo
defensivo. La efímera vida que tuvo Humaitá en el contexto del Paraguay de la segunda
mitad del siglo XIX fue la misma que tuvo la majestuosa Iglesia de San Carlos
Borromeo de Humaitá de 1861 a 1868 y que reflejó, en gran medida, los profundos
cambios sociales, económicos y culturales que se vivieron en el Paraguay durante ese
período, donde se pasó de un verdadero auge en todos los órdenes, a la ruina total, al
punto de poner en peligro la existencia misma del país como Nación y como Estado
independiente, cuya continuidad sólo fue posible gracias a la puja (y desconfianza) que
se acentuó entre los dos mayores socios de la Alianza: la Argentina y el Imperio del
Brasil; y a la letra del Tratado Secreto, que fue cumplida a medias.
La Fortaleza de Humaitá, llegó a ser conocida como
no sólo
por su fama de inexpugnable, sino por la difusión que alcanzaría por detener el avance
aliado hacia Asunción por tanto tiempo. Su sistema de defensas constituía en el corazón
del cuadrilátero sirvió de base de operaciones y principal baluarte en la primera etapa de
la Campańa Defensiva, y por tanto sería el principal blanco del intenso bombardeo
aliado. Pero la destrucción de la mayor parte de la Fortaleza se daría luego de la toma
por parte de las fuerzas brasileńas el 25 de julio de 1868, que cumplieron al pie de la
letra lo estipulado en los artículos primero y segundo del Protocolo Adicional del
Tratado Secreto de la Triple Alianza:
do de Alianza
de esta fecha, las fortificaciones de Humaitá serán demolidas, y no será permitido
erigir otras de igual naturaleza, que puedan impedir la fiel ejecución de dicho Tratado;
2°) Que siendo una de las medidas necesarias para garantir la paz con el gobierno que
se establecerá en el Paraguay, el no dejar allí armas ó elementos de guerra, los que se
encuentran serán divididos por partes iguales entre los aliados
Aunque la concepción estratégica del enclave de Humaitá como llave de paso para los
buques en la cerrada curva del río Paraguay es disputada por varios autores, no cabe
duda que el más poderoso y temido sistema defensivo paraguayo debe su diseńo y
construcción final a la idea de los ingenieros militares George Thompson (británico) y
Franz Wisner Von Morgenstern (austro-húngaro), ambos al servicio del gobierno
paraguayo. La línea fortificada alcanzaba a tener un perímetro de más de 10 km.
artillado tanto por tierra como por río con una cantidad de bocas de fuego que variarían
a lo largo del conflicto pero que en su cenit alcanzaría un número de 200 piezas de
distinto calibre
albergar en su interior a una fuerza de entre 25.000 y 30.000 hombres y fue el Cuartel
General de Operaciones del Mariscal Presidente Francisco Solano López.
Además, en este trabajo se busca realizar una reseńa histórica de Humaitá desde los
albores de su fundación y poblamiento, su conversión radical de área destinada a la
ganadería y comercio a base estratégica y militar con la segunda mayor población del
país en cuanto a número durante la movilización, la construcción de la fortaleza y sus
características, y finalmente su destrucción. Se ha recurrido a fuentes directas en el
Archivo Nacional de Asunción, a relevamientos topográficos, hidrográficos y
geográficos de distintos autores como los que in situ realizaron el francés Emile Charles
Jourdan (al servicio del Imperio del Brasil) y el polaco Robert Adolfo Chodasiewicz (al
servicio del Ejército Argentino) y más recientemente al practicado por el Capitán de
Navío e historiador Jaime Enrique Grau Paolini (Paraguay). Todo el trabajo
investigativo por más exacto y completo que pudiese llegar a ser no cobraría vida si no
fuese gracias a la tecnología de digitalización y construcción virtual de estructuras que
nos permiten recrear los escenarios tal como lucían más de 150 ańos atrás. Cuando los
autores encararon la reconstrucción virtual del templo de San Carlos Borromeo de
Humaitá ya habían visualizado la necesidad de recrear todo el perímetro fortificado no
sólo por la importancia histórica del lugar, sino sobre todo para permitir transportarnos
a la época e imaginarnos en mayor detalle la disposición de todo el sistema defensivo,
de sus baterías, de sus construcciones civiles, líneas de defensa, cuyo contorno y silueta
(en el caso de las líneas) aún pueden ser visualizadas con fotografías satelitales. Este
breve trabajo de investigación será ampliado y mejorado en lo sucesivo a medida que
más elementos vayamos incorporando y la tecnología avance. Agradecimientos
especiales a todos quienes colaboraron directa e indirectamente con nosotros,
especialmente al Dr. Alfredo Boccia Romańach, Presidente de la Academia Paraguaya
de la Historia; al historiador Luis Verón; al historiador naval Cap. Jaime Grau Paolini;
al Prof. Andrew Nickson de la Universidad de Birminham (Inglaterra); al historiador
espańol Marco Antonio Martín García; al historiador y genealogista Martín Romano
García de Tiempo de Historia; al genealogista Eusebio Velázquez Nielsen; a la Prof.
Vicenta Miranda de Humaitá; al historiador militar Cnel. Héctor Prechi, ex Director del
Colegio Militar de la Nación; y a los amigos Ángel Piccinini, Sebastián Vargas y
Natalia Ántola por el desinteresado apoyo, y a la Asociación Cultural Mandu`arâ.
ŃÉEMBUCÚ DURANTE LA COLONIA ESPAŃOLA
de la
desde La Asunción sus vecinos con recursos propios habían explorado, conquistado y
fundado ciudades, fuertes y pueblos en todos los puntos cardinales de la entonces
Gobernación del Paraguay y Río de la Plata. Desde Santa Cruz de la Sierra en la actual
Bolivia; Nueva Asunción, Santiago de Jerez, Ciudad Real, Villarrica, entre otras en el
actual Brasil; Concepción del Bermejo, Corrientes, Santa Fe y Buenos Aires en la actual
Argentina. La división de la Provincia del Paraguay y Río de la Plata en dos grandes
unidades territoriales y jurisdiccionales en 1617 le había asestado el golpe inicial al que
se sumaría el desistimiento definitivo de la Corona de buscar el camino a la Sierra del
Plata por el Alto Paraguay y el Chaco, optándose por el largo trayecto terrestre que
desde el emergente puerto de Buenos Aires se hacía por Tucumán.
A mediados del siglo XVII, el centro de la conquista en el centro-sur de Sudamérica,
Asunción, había agotado sus recursos y sus vecinos comenzarían a debatirse con los
Jesuitas en un intrincado problema que continuaría prácticamente hasta la expulsión de
los mismos en 1767. Además, esta unidad territorial y administrativa
constituida por la Compańía de Jesús acarrearía al Paraguay independiente más de un
problema territorial con sus vecinos.
En medio de las revueltas comuneras que sacudían Asunción y el Paraguay entre 1721 y
1735, una Real Cédula del 6 de noviembre de 1726 Su Majestad disponía que los
pueblos jesuíticos de la Provincia del Paraguay fuesen agregados temporalmente a
Buenos Aires, lo que generaría en el futuro problemas de límites con la vecina
Corrientes. Sin embargo, la temporalidad de la disposición se desprende no sólo del
contexto político sino del texto mismo que decía: "en el ínterin que no mandare otra
cosa estén en el todo las 30 reducciones de indios del cargo de la Compańía en el
distrito del Paraguay bajo del mando y jurisdicción del Gobernador de Buenos Aires,
con plena y absoluta inhibición del Gobernador y Justicia del Paraguay". Otra
disposición anterior, la Real Cédula del 11 de febrero de 1724 había generado
posteriormente un Laudo de fecha 8 de junio de 1727 por la que los Obispados de
Paraguay y Buenos Aires acordaban claramente que el río Paraná (al menos en ese
punto) formaba la frontera entre la gobernación del Paraguay y la del Río de la Plata,
por lo que ambas disposiciones pueden interpretarse como complementarias y no
contradictorias en el sentido que unívocamente hablaban
, manteniendo el Paraná como límite de ambos
obispados. Por entonces, salvo alguna excepción, los lugares conocidos como
Curupayty, Humaitá y las Lomas de Pedro González se hallaban desiertas por las
que de ahí se introducían a las misiones
de San Ignacio, Santa María y Santiago con el objeto de robar ganado.
En 1740 un tal Bargas y otros paraguayos más solicitaron y obtuvieron del Gobernador
del Paraguay mercedes de tierras en ese territorio para lugares de estancias, así como un
Cabrera que sacó por merced el mismo lugar donde más tarde se estableció la Capilla de
Pedro González; así es que en la costa del Paraná y en otros lugares de esos contornos
estaban poblados varios vecinos de la Asunción. A su vez, el Cabildo de Corrientes hizo
lo propio y comenzó a otorgar las primeras mercedes para explotar la abundante madera
del lugar, extraer cáscara de curupay (utilizada para curtir cueros), cazar animales
silvestres, etc. Algunos de estos trabajadores fueron estableciéndose en el lugar,
llevando a sus familias, rancheándose y estableciendo obrajes sin que el Gobierno del
Paraguay pudiese conseguir la evacuación de su territorio, no queriendo violentarlos por
ser todas estas provincias de un mismo origen y considerar que los límites del territorio
del Paraguay eran tan ciertos y conocidos que en ningún tiempo podrían confundirse
con las demarcaciones terminantes que existían, resultando de esta tolerancia el que los
correntinos hiciesen un aprovechamiento valioso de sus riquezas naturales, y lo que es
más, el pleito con el Gobierno y Cabildo de aquella provincia, pretendiendo apropiarse
definitivamente de esos lugares, que para ello ya habían levantado la Capilla de Pedro
González precisamente en el terreno propio del citado Cabrera, que obtuvo por merced,
trayendo de vez en cuando al cura de las Ensenadas de Corrientes a decir allí misa y
hacer otros ejercicios de cura. Ańos después se iniciaría un nuevo proceso de expansión
demográfica desde La Asunción y que tenía como uno de sus ejes el extremo suroeste
paraguayo en la zona de la confluencia de nuestros grandes ríos.
Gobernador del Paraguay de 1778 a 1787 Don Pedro Melo de Portugal y Villena fue el fundador de la
Villa del Pilar de Ńeembucú en 1779, hombre de gran prestigio, sería después Virrey del Río de la Plata
de 1795 a 1797
Cuando el gobernador Pedro Melo de Portugal y Villena asumió el cargo, ya en tiempos
del recientemente creado Virreinato del Río de la Plata siguió con la política expansiva
de su antecesor Agustín Fernando de Pinedo integrando nuevas áreas para la ganadería
y la explotación de la madera tanto al norte como al sur de Asunción. El problema con
los correntinos al sur sin lugar a dudas fue uno de los factores que determinó el
asentamiento de poblaciones paraguayas constantes en la zona de Ńeembucú. En 1778
se formó una expedición militar al mando del Tte. Cnel. José Antonio de Yegros, y en
1779 a la población de Remolinos, fundada por Pinedo ańos atrás se sumarían los
parajes de Curupayty y Humaitá donde construyó pequeńas fortificaciones que operaban
como guardias. Por Decreto del 16 de febrero de 1779 se convocó a todos quienes
querían poblar la región atrayéndolos no sólo con las facilidades acostumbradas (como
la tierra), sino también diez ańos de exención del servicio militar. Lo único que se les
pedía era que defendieran su asentamiento. Poco después se empezó con la fundación a
12 leguas al norte de Curupayty en el área de Ńeembucú. Setenta vecinos (con ocho o
nueve mil cabezas de ganado) se declararon listos para asentarse en el lugar. La
fundación oficial de Nuestra Seńora del Pilar de Ńeembucú tuvo lugar en octubre de
1779 (probablemente el 12 de ese mes, un día después del de su Santo Patrono). Estaba
situada en la desembocadura del río Ńeembucú, al norte de las guarniciones de
Curupayty y Humaitá y a unas 40 leguas de Asunción. El Rey Carlos III emitió una
misiva con fecha del 1 de febrero de 1784 en la cual se pronunciaba a favor de otorgarle
el estatus de villa. El Virrey Arredondo anunció oficialmente el 28 de septiembre de
1792 que dicho estatus había sido concedido y dio permiso para la constitución de un
cabildo.
El expediente se hubiese arrinconado a no ser por el Comandante de Ńeembucú Don
José Espínola que había promovido en ese ańo de 1792 que le sea otorgado el título de
Villazgo, pues la Villa del Pilar ya superaba con creces la exigencia de la Ley 6ta. del
vecinos con su cura y cada uno de ellos su casa, 10 vacas de vientre, 4 bueyes o 2
bueyes y 2 novillos, una yegua de vientre, 20 ovejas de vientre de Castilla, 6 gallinas y
un gallo. Para entonces los registros ya hablaban que había en Ńeembucú 105 vecinos
que componían 400 almas de comunión y 160 párvulos con 13.346 vacas, 425 bueyes,
4.595 yeguas, 1570 caballos y 386 ovejas.
Los 91 asentamientos existentes en el Paraguay a finales del período colonial según Kleinpenning y
Gutiérrez. En rojo se resaltan las poblaciones que actualmente se hallan en el Departamento de
Ńeembucú: 24) Curupayty; 31) Humaitá; 38) Laureles; 48) Pilar; 73) Guazú Cuá; y 80) Villa Franca
(Remolinos)
Aunque se hallaban poblados desde hacía décadas, tanto Curupayty como Humaitá
fueron poblaciones de hecho que no adquirirían el estatus de villa o pueblo durante el
resto del período colonial. Sin embargo, en los albores de la independencia paraguaya,
podemos decir que el problema de la ocupación por parte de los correntinos ya se había
resuelto hacía tiempo.
Auto proveído por Don Joaquín Alós y Bru (Gobernador del Paraguay de 1787-1796) sobre la
pretensión en la Ciudad de Corrientes para que desocupen y desalojen los pobladores en Curupayty y
Humaitá. Archivo Nacional de Asunción, Colección Río Branco, ańo 1789.
HUMAITÁ EN LOS TIEMPOS DEL SUPREMO DICTADOR
Luego de las revoluciones de mayo (la de 1810 en Buenos Aires y la de 1811 en
Asunción) comenzarían a soplar nuevos aires. La capital virreinal buscaba mantener la
cohesión de las antiguas provincias pero con un discurso que no a todos terminaba por
había generado todo tipo de repudio hacia Buenos Aires a la cual veían con mucha
desconfianza. El Congreso de 1000 Diputados reunidos en el Convento de San José de
los Mercedarios en Asunción desde el 30 de septiembre de 1813 debía resolver una
cuestión capital: unirse a las demás provincias bajo el liderazgo de Buenos Aires (que
había enviado emisarios especiales para buscar persuadir a los diputados), mantener la
fidelidad a Espańa o declararse independiente de todo poder extrańo. La inteligencia y
sagacidad del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia se impuso sobre las demás y el 12
de octubre de 1813 el Paraguay se proclamaba y erigía como la primera república de
América del Sur y la tercera en América después de los Estados Unidos y Haití.
El Dr. Francia, uno de los diputados del Congreso, había manifestado en su discurso:
"Esta asamblea no perderá su tiempo debatiendo si el cobarde padre o el apocado hijo
es el rey de Espańa. Cada uno de ellos ha abdicado dos veces. Los dos han demostrado
su débil espíritu y su desleal corazón. Más sea o no sea rey de Espańa uno de ellos,
ż qué nos importa a nosotros? Ninguno de ellos es ya rey del Paraguay. El Paraguay no
es patrimonio de Espańa, ni provincia de Buenos Aires. El Paraguay es Independiente y
es República. La única cuestión que debe debatirse en esta asamblea y decidirse por
mayoría de votos es cómo debemos defender y mantener nuestra independencia contra
Espańa, contra Lima, contra Buenos Aires y contra el Brasil; cómo debemos mantener
la paz interna; cómo debemos fomentar la pública prosperidad y el bienestar de todos
los habitantes del Paraguay."
La organización de un nuevo sistema de gobierno implicaba una cuestión básica que era
la de proteger la soberanía e integridad del territorio, considerándose como tal el
comprendido por todas aquellas ciudades, villas, pueblos y parajes que habían sido
fundados, poblados, colonizados, custodiados o donde se hayan realizado actos
posesorios por parte de la Gobernación del Paraguay bajo el principio del UTI
POSSIDETIS IURIS. La frontera sur, más aún con el antecedente de la invasión porteńa
de 1810, tomó vital importancia: se reforzaron las guardias río debajo de Asunción y
sobre los sucesivos comandantes de plaza la Villa del Pilar recaería gran parte de la
responsabilidad de custodiar la frontera sur.
Retrato del Dr. Francia en Yvyraí (Trinidad), hoy parte de Asunción
Cuando el Dr. Francia asumió el poder absoluto del Paraguay bajo el título de Supremo
Dictador Perpetuo de la República en 1816 debió lidiar con una carga muy pesada. El
principal temor de Francia siguió siendo una invasión extranjera que tanto la Argentina,
los partidarios de Artigas, el ejército de Bolívar o el Reino de Portugal podían (y aveces
amenazaban) realizar. Cuidó con mucho celo no caer en provocaciones manteniéndose
en una neutralidad única en un tiempo en que todo el continente mantuvo disputas
internas y externas más o menos prolongadas manteniéndose al margen de los conflictos
adas ocasiones a entrar en escena.
Al Dr. Francia se debe la reorganización de las milicias y la creación genuina del
Ejército Paraguayo, donde él mismo se puso al frente en la instrucción, en la compra de
armamento, uniformes, control de fronteras, espionaje, contraespionaje, etc. Dejó atrás
el sistema de instrucción militar espańol y adoptó las regulaciones militares que el
General inglés William Carr Beresford impuso con extraordinario éxito en las entonces
desmoralizadas tropas portuguesas luego de la huída de su Rey y toda la corte de Lisboa
a Río de Janeiro. Reforzó todas las guardias y puestos de avanzada en las áreas de
frontera manteniendo un férreo control no sólo del flujo migratorio, sino del comercio y
todo efecto que entrara o saliera del país. Tanto en el norte (Fuerte Olimpo, San Carlos
del Apa y Villa Real) con los portugueses como en el sur (Pilar, Itapúa y Candelaria)
con los correntinos mantuvo un cuidado especial para prever cualquier movimiento.
Pero si bien el Dr. Francia puso especial atención al sur en la zona de confluencia del
Paraná y Paraguay, la comandancia tenía asiento en la Villa del Pilar, y en sus apuntes
son escasas las menciones sobre Humaitá, por lo que la concepción de Humaitá como
punto estratégico de defensa no fue de su autoría.
HUMAITÁ EN TIEMPOS DE LOS LÓPEZ
Desde el ascenso al poder de Don Carlos Antonio López, la vida política, social y
económica del Paraguay nunca más fue la misma. Si bien existen serios detractores de
su gobierno, nadie puede negar que el gran salto cualitativo que estaba dando el país no
podría darse bajo la sombra de la dictadura francista.
por el pintor y retratista francés Alfred de Lostalot. Colección Milda Rivarola
López abrió las puertas del comercio, reformó y modernizó el Estado de una manera sin
precedentes en la historia paraguaya. Durante dos décadas (desde 1845 hasta antes de
iniciada a guerra), ningún otro país americano (exceptuando quizá a los Estados Unidos)
contrató tal número de profesionales extranjeros (más de 200) para colaborar con la
modernización del país. Muchos de estos profesionales eran muy encumbrados
profesionales en sus respectivos países. Cabe destacar a los ingleses: Henry Godwin,
JohnWhytehead, Alexander Grant, Thomas Norman Smith, George Paddison, William
Richardson, William Newton y George Thompson; los alemanes Robert Fischer Von
Treunfeld, Hans Fish, Hans Georg Bechmann, Silvester Weilman y Friederich Feiger;
los franceses Guillaume Ponceaux y Frčderic Gall; el sueco Augustinus Liliedat; el
polaco Edward Misch y el austro-húngaro Franz Wisner Von Morgenstern. Contraria a
la versión de que los adelantos de la época sólo abarcaban el ámbito militar, podemos
afirmar que no hubo actividad que escapara al influjo de estos profesionales y técnicos
contratados, y su impronta quedó plasmada en la cultura y en obras literarias, fundación
de escuelas superiores, etc. Los italianos Alessandro Ravizza y André Antonini; los
ingleses John Owen Moyniham, Alonzo Taylor y Percy Purcell y el francés Jules
Monet, entre otros, cambiaron la fisonomía de la ciudad de Asunción y de otras villas
del interior. Los doctores ingleses William Stewart, Frederic Skinner, George P. Barton,
John Fox, entre otros, contribuyeron a la formación de nuevos estudiantes de medicina y
crearon la primera escuela de medicina y enfermería con que contó el país. En las letras
y la educación, la labor del espańol Ildefonso Bermejo fue de gran importancia.
Durante su gobierno, la relación con el Brasil se caracterizaría por las idas y las vueltas
debido a los problemas limítrofes que ambos países heredaron de Portugal y Espańa y
que no fueron resueltos durante la larga dictadura del Dr. Francia. En principio, el
Imperio del Brasil no sólo se había adelantado a las demás naciones al reconocer al
Paraguay como un país independiente, sino que había prestado su colaboración para que
yo en aquel
período fue ejercido por el Vizconde de Abrantes, Ministro brasileńo en Europa.
Un primer intento bilateral por ajustar la disputa de límites fue el Tratado del 7 de
octubre de 1844 firmado por el Presidente de la República Don Carlos Antonio López y
el Encargado de Negocios y Cónsul General del Brasil en el Paraguay José Antonio
Pimenta Bueno. Este Tratado sin embargo no fue ratificado por el Brasil porque se
basaba en el Tratado de San Ildefonso de 1777, tesis despreciada por la diplomacia
brasileńa.
Varios intentos más se sucederían hasta el estallido de la Guerra de la Triple Alianza, y
en medio también sucedieron roces de distinto tono con el Brasil que enfriaron las
relaciones. Pero dos fueron los acontecimientos fundamentales que quedarían marcados
en la historia y que a su vez replantearían la necesidad de fortificar mejor el río
Paraguay: El incidente
expedición de Pedro Ferreira de Oliveira en 1855.
se produjo debido a la presencia de una guarnición
brasileńa apostada en la margen izquierda del río Paraguay dentro del territorio que la
República del Paraguay consideraba como propia o al menos, en disputa. El 2 de
octubre de 1850 el Ministro de Relaciones Exteriores paraguayo Benito Varela advierte
al Encargado de Negocios del Brasil Pedro Alcántara Bellagarde que de no producirse
el retiro de los establecimientos, encontraría allanado el camino para hacerlo por
. Bellegarde en vano intentó convencer al gobierno de las buenas
intenciones del Imperio, e incluso remitió una nota al comandante del Fortín para que
abandonase la plaza, pero como el Presidente de Mato Grosso se hallaba en el fuerte,
ignoró la orden del diplomático, por lo que cerró el gobierno paraguayo las discusiones.
La fuerza de asalto que había hecho una parada en la Villa Real de la Concepción
recibió orden de seguir la marcha y dar cumplimiento a la misión. Al llegar se cursó una
orden al jefe de la plaza quien replicó
. Se
pasó al bombardeo del fuerte y luego del desembarco y de una hora de lucha, la
guarnición brasileńa se replegó.
El Pan de Azúcar según un dibujo del Cnel. belga Charles Du Graty
Como el Gobierno Imperial a través del Ministerio de Guerra había exigido a sus
súbditos el desalojo del sitio, este incidente pasó casi inadvertido para los diplomáticos,
que a su vez estaban más preocupados por los problemas en el Plata con Juan Manuel
de Rosas. Se reforzó la relación con Paraguay al punto de firmar acuerdos de defensa,
cooperación militar y provisión de armamento. Brasil remitió cańones en sucesivas
ocasiones desde el ańo 1851 hasta el ańo 1853 (aún después del derrocamiento de
Rosas), además de oficiales brasileńos como instructores que en la futura Guerra
adquirirían mucha fama, tal fue el caso del artillero y Patrono del arma de Ingeniería del
Ejército Brasileńo, Joäo Carlos Villagrán Cabrita y Hermenegildo de Albuquerque
Portocarrero, comandante del Fuerte de Coimbra al inicio de la Campańa de Mato
Grosso. Si bien existen versiones acerca de la participación de estos oficiales en
distintos relevamientos, no existe evidencia documental de que hayan sugerido el
enclave humaiteńo como lugar de erección de una gran fortaleza. Si es reconocido el
gran aporte realizado en materia de instrucción, donde sobresale la figura del Gral. José
María Bruguéz como uno de los más avanzados alumnos de Cabrita. Esta fue la segunda
misión de cooperación brasileńa, la primera se había extendido de 1847 a 1849 e incluía
a los instructores Francisco Domingo Caminade y a Joao Soares Pinto.
Como si no bastaran los interminables problemas de límites con Brasil, que generaban
cansancio y malestar en la diplomacia paraguaya, se sumó un incidente con el
Encargado de Negocios brasileńo en Asunción Felipe José Pereira Leal a quien el
Gobierno paraguayo entregó sus credenciales
.
Se suspendieron de hecho las relaciones entre El Paraguay y el Imperio, y la delicada
situación diplomática obligó al Gobierno Nacional a fortalecer su posición económica y
defensiva. A su regreso de Europa, el Brigadier General Francisco Solano López realizó
una parada en Río de Janeiro, donde fue informado del conflicto suscitado con el
Imperio a consecuencia de la expulsión de Pereira Leal, que derivó en la misión
encomendada al Comandante Pedro Ferreira de Oliveira, conocida en los anales de la
Oliveira, al mando de una poderosa escuadra, se dirigió al Río de la Plata para llegar al
Paraguay con severas exigencias: una amplia satisfacción por la ofensa inferida a un
representante del Imperio, la firma de un tratado de libre navegación, que debería
obtener por cualquier medio y si se dieran las condiciones, acordar un tratado de límites
atendiendo a las pretensiones imperiales. El almirante, ante la alarma argentina por la
presencia de las unidades de guerra del Brasil, afirmó que su misión era pacífica y no
habiendo estado de beligerancia con el Paraguay, no necesitaba la venia de Buenos
Aires ni del gobierno confederado de Paraná, para remontar el río.
Ni siquiera había pasado mucho tiempo del incidente del Water Witch con los Estados
Unidos en Itapirú, cuando la flota de guerra imperial llegaba a las Tres Bocas. Aunque
compuesta de veinte naves con más de 120 bocas de fuego, fue advertido por las
defensas costeras de Paraguay que solamente sería recibido en misión pacífica y de
acuerdo a las normas de estilo, a lo que el almirante Ferreira comunicó al ministro José
Falcón que venía revestido de plenipotencias y que estaba dispuesto a dejar su escuadra
fuera de las aguas territoriales. Falcón advirtió a Ferreira que, pese a que todo el apresto
bélico de la armada a su cargo constituía una injuria y una humillación a la República,
el presidente accedía a recibirlo siempre y cuando se aviniera a arribar en condiciones
pacíficas, como correspondía a la misión que decía representar. "Si por desgracia para
ambos Estados, V.E. no quisiese prestarse a este paso conciliatorio, e insiste en
remontar el río Paraguay con su fuerza naval, V.E. habrá iniciado las hostilidades a la
República....y cargará con la responsabilidad de agresor gratuito y no provocado....".
Ferreira accedió a la advertencia y remontó el río Paraguay en el buque de guerra
Amazonas, en un viaje incidentado y poco feliz debido a que su buque no estaba
preparado para tales travesías fluviales, ni contaba con buenos prácticos que conocieran
a profundidad la navegación por el río Paraguay. Luego de pasar frente a Humaitá sin
hacer el saludo de rigor, sufrió una varadura cerca de la boca del Bermejo, que le
obligó, después de larga espera, a solicitar auxilio al gobierno de Asunción. Pudo llegar
al fin a bordo de una nave menor, la Ipiranga y presentar sus plenipotencias al
Presidente López. Se habían apagado los aires arrogantes del impetuoso almirante del
Imperio. El almirante Ferreira, realizó su correspondiente reclamación por los agravios
inferidos al Imperio por la expulsión de su comisionado Pereira Leal, y exigía que "para
una reparación suficiente y eficaz se concordara un ajuste satisfactorio que pusiera
término a esta desagradable ocurrencia" y para interés y salvaguarda del decoro de
S.M. el Emperador, aceptaría una salva de honor de veintiún cańonazos a la bandera
imperial, izada en el nave brasileńa. La salva se hizo con la solemnidad del caso y fue
respondida por igual número de disparos por la artillería del Ipiranga.
Francisco Solano López Carrillo
Este incidente ocurrido en 1855 convencería al Viejo López y su hijo el Comandante en
Jefe de Brigadier General Francisco Solano López que la inversión en la modernización
del ejército y del sistema defensivo era una cuestión impostergable por la vulnerabilidad
de las defensas costeras y la consecuente facilidad con la que los buques extranjeros
remontaban el río desde las Tres Bocas hasta Asunción. En la inteligencia de que una
mayor apertura comercial hacia Europa le daría mayor prestigio, y apenas verificada la
reelección de Don Carlos, se envió a Europa una numerosa comitiva encabezada por el
general Francisco Solano López, quien llevaba la misión de adquirir maquinarias para
promover la industrialización y contratar técnicos e intelectuales que pudieran impulsar
el desarrollo material y cultural de la nación. Se negoció en Inglaterra la construcción de
una moderna cańonera bautizada Tacuarí y en Francia fue recibido por el emperador
Napoleón III.
Es en este período que el pequeńo poblado de Humaitá, cuyos habitantes se dedicaban a
la pesca, la ganadería y la agricultura familiar, en un lapso relativamente corto de
tiempo vería modificada la fisonomía del modesto pueblo para convertirse en el mayor
complejo militar de la República del Paraguay. Los principales encargados de llevar
adelante esta tarea de monumentales proporciones serían el Arquitecto e Ingeniero
Militar austro-húngaro FRANZ WISNER VON MORGENSTERN y el Ingeniero
Militar escocés GEORGE THOMPSON.
Habiendo servido antes para varios países europeos, para el Imperio del Brasil y la
Confederación Argentina, Wisner de Morgenstern se estableció en el país en 1846 y
tuvo una importante actuación en la construcción de edificaciones defensivas a lo largo
del las costas del río Paraguay y Paraná. También se le atribuye haber sugerido al
presidente Carlos Antonio López la instalación de una planta siderúrgica, la que fue
construida en Ybycuí. El Viejo López nombró además a Wisner de Morgenstern como
comandante de la escuadra nacional, y en nombre del Gobierno fue el firmante de una
convención fluvial con Corrientes. Pero, poco después, por deficiencias en la
recuperación de las ex misiones jesuíticas y desinteligencias con Don Carlos se retiró a
la vida privada, instalándose en la actual población de Artigas, Itapúa, donde se dedicó a
la agricultura y a la explotación forestal.
El Cnel. Francisco Wisner de Morgenstern en el libro de Luis G. Benítez
A principios de mayo de 1854 fue reincorporado y en 1859, acompańó al general
Francisco Solano López a la misión diplomática en Buenos Aires, cuando se logró el
pacto de San José de Flores. En los ańos siguientes siguió trabajando en varios
emprendimientos gubernamentales, entre la que destacó la construcción de la
monumental iglesia de San Carlos Borromeo de Humaitá y de gran parte del
Campamento en diferentes etapas. En 1864 se le confirió el grado de Coronel del
Ejército paraguayo. Terminada la Guerra, continuaría prestando servicios a los
sucesivos gobiernos hasta su fallecimiento en 1878 en Asunción.
A su vez, el Coronel Thompson, había nacido en Escocia hacia el ańo 1840, llegó al
Paraguay muy joven con cerca de 20 ańos de edad para desempeńarse como asistente ingeniero de la construcción de la vía férrea. Thompson, pese a no tener estudios
universitarios de ingeniería, por su avidez a la lectura y la simpatía que despertó en el
Ingeniero y Arquitecto Naval William Henry Keld Whytehead (Director en Jefe de los
Ingenieros del Estado Paraguayo) hizo que éste lo ayudara a avanzar en sus
libros de ingeniería de Whytehead y a la vez se convirtió en uno de los mejores alumnos
de guaraní, por lo que era amado por los paraguayos. Era un hombre de extrema
confianza de Francisco Solano López y fue enviado a varias misiones especiales a
bre todo en la ampliación, nivelación del terreno, construcción y
modificación de las líneas fortificadas de Humaitá y de otros fuertes paraguayos sobre
el río Paraguay. En la zona del cuadrilátero también diseńó el sistema de represas que
funcionaban en los esterales aumentando o bajando el nivel del agua según necesidad.
Observaciones de Chodaziewicz sobre las represas que encontró en el Cuadrilátero y que elevaban el
nivel del río por más de un metro sobre el natural
Cuando estalló la guerra, siguió prestando su valiosa ayuda como ingeniero militar y
López lo ascendió al rango de Coronel confiándole el mando de la Fortaleza de
Angostura, que después de Humaitá fue el último y gran baluarte del Paraguay.
Thompson sería el encargado de mejorar el perímetro fortificado de Humaitá y de
dejarlo a punto para que se convierta en el Cuartel General del Mariscal Francisco
Solano López. Durante la guerra las mejoras serían constantes. López le otorgaría le
condecoración de la Orden de Mérito. Publicó en Londres en 1871
que hasta hoy día es utilizada con mucha frecuencia por los investigadores
por su veracidad y por constituir fuente directa. Después de terminada la Guerra, al
igual que Morgenstern, fijaría residencia en el Paraguay hasta que la muerte lo
sorprendió en 1876 siendo aún muy joven.
El Cnel. Jorge Thompson, extraído del Álbum del Centenario, gentileza de Luís Verón
Hasta los tiempos de la Guerra Civil Norteamericana, la historia de la guerra moderna
había sido una de creciente número de tropas y cada vez más sofisticados sistemas de
fortalezas y armamentos. Cuando Gustavus Adolphus introdujo las baterías de cańones
livianos, revolucionó el combate al hacer posible concentrar el fuego en un blanco único
y mover los cańones rápidamente. Napoleón mejoró esta idea al concentrar el fuego de
un ejército completo en un único sector del campo de batalla para preparar el camino de
un asalto decisivo de infantería. La ubicación de los cańones de Humaitá demostraba
que Solano López y sus consejeros habían aprendido algo de estos precedentes
europeos, ya que las armas más livianas podían moverse fácilmente en apoyo del fuego
de los cańones más pesados.
El plan de asedio de Sebastopol durante la Guerra de Crimea (1853-1856), colaboración del historiador
LA CONSTRUCCIÓN DE LA FORTALEZA
Para fines de 1855 el Fuerte de Humaitá no pasaba de ser un pequeńo fortín de guardia
go permanecer con
los ojos bien abiertos y con la espalda cubierta. En este contexto se inicia la
construcción de la Fortaleza de Humaitá. El enclave era ideal, localizado a 25
kilómetros al norte de la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná, dominando una
cerrada curva en el río Paraguay, exigía que los buques de diferente tonelaje debieran
aminorar o detener la marcha para efectuar el paso, quedando a tiro de cańón desde
diferentes ángulos. Estaba también excepcionalmente bien protegida al sur y al este por
pantanos y lagunas. Las pocas áreas secas podían ser reforzadas con tropas de manera a
frustrar cualquier eventual ataque por tierra.
Parte del relevamiento topográfico e hidrográfico practicado en Humaitá y que se conserva en el Archivo
Nacional de Asunción. En la imagen se observa un dibujo del sitio con la medición de las distancias de
costa a costa en dos diferentes puntos: A-B y C-B cuya hondura según
la numeración es en cinco hasta veinte y cuatro varas, todo el fondo es pedregoso, principalmente en el
punto número 10 entre dos 24 donde se forma un cerrito en pura piedra menos en la línea C-D que todo
ello es tierra pura según viene el operario (sic)
Bajo la dirección de Morgenstern y otros técnicos europeos recientemente llegados con
Francisco Solano López se inició la construcción de la fortaleza y el campamento
comenzaría a cobrar vida. Se erigió una línea de fortificaciones de más de 2000 metros
sobre la margen izquierda del río Paraguay. La línea estaba construida de adobe
compacto, ladrillos cocinados y troncos de madera maciza (urundey y quebracho).
Contenía grupos de parapetos y ocho baterías separadas de cańones. Con 150 metros de
frente y 6 metros de alto, la Batería Londres era la más notable de las ocho. Consistía en
una larga ventana de ladrillos con paredes de casi dos metros de ancho y cubierta con
arcos de lodo compactado. Con abertura para dieciséis cańones, tenía montados dos de
68 libras, dos de 56, tres de 32 y uno de 8,75 pulgadas. Las otras siete baterías estaban
principalmente situadas sobre plataformas altas a barbeta, con techos de paja y
parcialmente reforzadas con muros de ladrillo o barro.
apostada en
la ribera del río Paraguay y estaba compuesta por:
NOMBRE
TIPO DE CONSTRUCCIÓN
Nro. BOCAS DE FUEGO
Casamata
16
Barbeta
11
Barbeta
5
Barbeta
3
Barbeta
6
Barbeta
11
Barbeta
2
Barbeta
18
El perímetro fortificado se completaba con más de 8 kilómetros de líneas que fueron
mejoradas en la década de 1860 por Thompson integrado a un sistema de represas que
inundaban los extramuros en un terreno de por si pantanoso que colaboraban para que se
ofreciera una resistencia formidable por todos los flancos. A intervalos regulares se
situaban empalizadas y caballetes de frisa, y en el extremo sur se estableció otro
conjunto de baterías comandando los esterales. También se construyeron polvorines con
forma de tatakuá (abovedados como iglús) con gran cantidad de pólvora negra, muelles
barracas para doce mil soldados, amplios depósitos para almacenar alimentos y armas,
herrería, aserradero, carbonería, hospitales y clínicas. En el centro se erigía la gran
Iglesia de San Carlos Borromeo (en honor a Don Carlos Antonio López) cuya autoría
también pertenece a Morgenstern y fuera inaugurada con bombos y platillos en enero de
1861. La cúpula de la Iglesia con sus tres torres era la primera cosa visible cuando los
barcos bordeaban el recodo desde cualquier dirección. Otras construcciones que valen la
pena ser mencionadas son el Cuartel del General Francisco Solano López, el Estado
Mayor y sus oficinas, el Comisariato, el Campamento de Caballería, el Campamento de
Rifleros, el Cuartel de Artillería, el Polvorín, el Cuartel de Infantería de
Acompańamiento, la Comandancia del Área Oeste, el Hospital, la Casa de Madame
res, el Cuartel General de Infantería, el
Campamento de la 9na. Tacuaras (ex-ladrillería), la Residencia de los Médicos,
Enfermeros y Camilleros, el Mangrullo y la Vigilancia de Avanzada, la Casa de los
Sacerdotes, Santos y el Cementerio y por supuesto la Población Civil detrás de la Iglesia
Como parte
Paraguay desde la margen oriental al Chaco sobre embarcaciones.
NOMBRE
Nro. BOCAS DE FUEGO
12
14
(cantidad desconocida)
10
36
44
11
El total aproximado de bocas de fuego era de 199 (ciento noventa y nueve) en todo el
perímetro.
También debemos mencionar al telégrafo y a su utilización en Humaitá como otro
adelanto científico inédito para la época y cuya construcción y puesta en
funcionamiento estuvo a cargo del ingeniero telegrafista alemán Robert Fischer Von
capital el 31 de marzo de 1865.
Conservado en el Archivo Nacional de Asunción, esta fue la primera comunicación telegráfica en
poner esta noche en actividad la Estación Telegráfica en Humaitá que pues desde ahora queda pronta
cher (sic) a S.E. el Ministro de Guerra y Marina
No se conservan los planos originales de la fortificación, pero los relevamientos
realizados por el francés al servicio del Imperio Emile Charles Jourdan, autor de un gran
Atlas de la Guerra; y los del polaco al servicio de la República Argentina Robert Adolfo
Chodasiewicz contienen todos los datos necesarios para la reconstrucción digital como
sitema de los muros, los perfiles de las distintas líneas, parapetos, escarpas, materiales
empleados, etc.
Robert Adolfo Chodasiewicz
La calidad y minuciosidad en el trabajo de Chodasiewicz hizo que la tarea de
en el
Museo Mitre de Buenos Aires y los presentamos a continuación no sin antes hacer un
expreso agradecimiento al historiador argentino Héctor Precchi por la ayuda brindada.
Todas las recreaciones virtuales anexas forman la parte final del presente trabajo en
soporte digital.
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CONCLUSIÓN
La erección de la Fortaleza de Humaitá coronó un proceso de desarrollo económico y
militar sin precedentes en la Historia del Paraguay de la segunda mitad del siglo XIX.
La necesidad de contar con un sistema defensivo real y acorde a los tiempos modernos
se hizo palpable durante el gobierno de Don Carlos Antonio López cuando a raíz de
algunas desinteligencias con el Brasil quedó al descubierto la vulnerabilidad del
Paraguay en una hipótesis de conflicto.
El ascenso al poder del Brigadier General Francisco Solano López luego de la muerte de
su padre sólo evidenció de derecho lo que de hecho ya venía ocurriendo desde hacía
sistema defensivo. El contacto con la firma Blyth & Co. de Londres para contratar
técnicos y profesionales especializados en las más distintas áreas para crear las
condiciones para una capacidad de producción autónoma fueron eficaces y varios de los
adelantos tecnológicos que fueron implementados revolucionaron la vida del país y
permitieron obtener una ventaja estratégica sobre los aliados que significó la
prolongación conflicto de una manera inimaginable al inicio de las hostilidades por las
grandes asimetrías entre los contendientes en materia de recursos de todo tipo.
Pero el tiempo todo lo puede. Absolutamente cercado por agua y tierra el vasto
atrincheramiento paraguayo, su posición era insostenible, por lo que el Mariscal
resolvió retirarse por el Chaco. La artillería fue concentrada en Humaitá; en el
cuadrilátero sólo quedaron reducidas guarniciones. El 2 de marzo de 1868 el Mariscal
Francisco Solano López dejaba Paso Pucú para dirigirse a Humaitá, y a medianoche
cruzó en bote a Timbó desembarcando en el Chaco. En la noche del 22 todo el ejército
hizo lo propio en canoas y botes, realizándose en forma brillante el desprendimiento, sin
reacción del ejército y la escuadra aliada, lo que fue posible porque los acorazados
imperiales se colocaron más arriba de Timbó sin obstaculizar el cruce de las
embarcaciones paraguayas que transportaban armas y tropas. Para la defensa de
Humaitá quedaron 3.000 hombres y 180 piezas al mando del Coronel Paulino Alén,
quien pretendía que la fortaleza resistiera al enemigo hasta que terminaran las obras de
defensa del río Tebicuary que proyectaba ocupar el ejército aliado. Su segundo fue el
Coronel Francisco Martínez.
Al iniciarse julio Humaitá continuaba manteniendo el intenso duelo de artillería
entablado semanas atrás con las poderosas y nutridas baterías aliadas, hasta que el
Marqués de Caxías, tras producirse un intercambio de parlamentarios entre las líneas de
ambos contendientes ofreció al Coronel Alén 2.500.000 francos oro, garantizándole el
grado y el mando bajo el gobierno de los vencedores si entregaba la fortaleza, quien le
respondió:
Usted consciente entregarme su ejército, yo me comprometo, en nombre del Presidente
. Alén sabía
sin embargo que no podría resistir mucho tiempo, y en un estado depresivo se disparó
un tiro en la sien, que por no ser certero lo dejó con vida para intentar nuevamente
quitarse la vida disparándose en el vientre, también sin lograr su cometido. El Coronel
Martínez tomó el mando y rechazó sangrientamente el ataque combinado por dos
flancos diferentes de Osorio y Argollo el 16 de julio de 1868.
La Fortaleza de Humaitá fue finalmente evacuada el día 24 de julio de 1868 hacia
Timbó, y el 26 los aliados advirtieron que la última guarnición se evadía por la Laguna
Berá, trabándose nuevamente un combate de grandes proporciones bajo un fuego
infernal.
Al iniciarse agosto se produjo una furiosa embestida de canoas paraguayas para romper
el bloqueo aliado en Laguna Berá, cuya batalla adquirió nuevamente proporciones
homéricas suscitando el asombro de los generales aliados que no puedieron ocultar su
aproximaron a las líneas paraguayas parlamentarios aliados ofreciéndoles una
capitulación honrosa. El Coronel Martínez, que apenas podía sostenerse de pie por no
haber probado bocado desde hacía seis días, finalmente capituló con los heroicos
sobrevivientes de Humaitá. El General argentino Rivas concedió a los vencidos todos
los honores de la guerra y los jefes y oficiales fueron autorizados a conservar sus
cuestión de tiempo que se proceda con la destrucción del ya deteriorado sistema
defensivo, y a la vez el clima, el río y el tiempo hagan lo propio para intentar borrar del
mapa a este pedazo de tierra que fue escenario de las más valientes e intrépidas hazańas
de heroísmo del pueblo paraguayo. Pero nosotros no dejaremos que su memoria quede
en el olvido, y con este pequeńo y humilde aporte queremos demostrar nuestro respeto y
sentido de profunda admiración a los forjadores de nuestra Patria.
BIBLIOGRAFÍA
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Aires, 2003
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de 1944 de Editorial Guarania de Asunción-Paraguay. Corrientes, 2013
FRANCIA Vol. I, II y III. Editorial Tiempo de Historia. Asunción, 2009 y 2010
Triple Alianza. Edición propia. Asunción, 1961
Typographía de Laemmert & C., Río de
Janeiro, 1890
-1870 una geografía temática
Editorial Tiempo de Historia. Asunción, 2011
MEMORIA CARTOGRÁFICA DEL PARAGUAY. Desde la Colonia hasta nuestros
días. Artes Gráficas Zamphirópolos. Asunción, 2011
torial
Tiempo de Historia. Asunción, 2010.
Brasileira de História Militar. Río de Janeiro, 2012
Press, London, 2013
RODRÍGUEZ ALCALÁ, Guido y ALCÁZAR, Jos
documentos sobre las relaciones binacionales 1844Historia. Asunción, 2007
, tomos I y II
Asunción
SALUM FLECH
Guerra de 1864-
Ediciones Montoya. Asunción, 2010
WHIGHAM, Thom
Asunción, 2010
ARCHIVOS y BIBLIOTECAS CONSULTADAS
Archivo Nacional de Asunción (CRB y SH)
Archivo Bartolomé Mitre, Buenos Aires
Biblioteca Nacional de Río de Janeiro
ANEXO - IMÁGENES DE LA RECONSTRUCCIÓN VIRTUAL
Imagen satelital de la zona del perímetro fortificado de Humaitá. En un cinturón verde intenso se observa
claramente el antiguo perímetro de línea terrestre hoy invadido por árboles
Acercando la foto se divisan perfectamente las formas triangulares de lo que serían los baluartes,
bastiones o revellines
Otra imagen en 3D desde el flanco sur (línea K-L)
Mapa del sitio de Humaitá, la Batería Londres y el Mangrullo de Paso Tanumby. EC Jourdan
Digitalización minuciosa sobre el plano original
Digitalización inicial del plano considerando hidrografía de las adyacencias y agrupación de las distintas
líneas perimetrales identificadas por Chodaziewicz
Digitalización total del mapa que incluye a la fortaleza, sus líneas de defensa perimetrales, y la colocación
de algunos de los edificios y baterías
Digitalización completa del perímetro fortificado e identificación de las distintas líneas
Parte de la defensa costera (baterías y barbetas) y las líneas de fortificación del flanco Noroeste (línea FG;
línea GH; línea HI; línea IJ; línea JK)
La más extensa y uniforme línea de defensa era la que protegía el flanco Sur (línea KL) por donde
intentaría ingresar Argollo el 16 de julio de 1868
Líneas de defensa de los flancos Sudeste, Este y Norte (L-LL; LLM y MN) por donde intentaría ingresar
Osório también el 16 de julio de 1868
Corte transversal de una de las líneas de defensa (MN). Recreación del corte siguiendo los apuntes de
Chodaziewicz (abajo)
Vista de la fortificación desde el Sudeste
Otra vista desde el Este
Cerca de Itá Punta se erigía un mangrullo de observación. Atrás se aprecian las baterías a barbeta, más al
esia de San Carlos Borromeo
En primer plano La Iglesia de San Carlos Borromeo de Humaitá, a la derecha el Cuartel del Mariscal
Francisco Solano López y al fondo se observan los campamentos de Caballería (fondo a derecha de la
imagen) y el de los Rifleros (fondo a la izquierda de la imagen)
El Estado Mayor del Ejército
Desde detrás de una de las torres de la Iglesia de San Carlos Borromeo se observan la artillería dispuesta
en la línea cost
El Cuartel de López en primer plano y al fondo, el Estado Mayor del Ejército
Ba
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