asuntos de gatos felinidades Siete vidas tiene un gato Este famoso refrán o aquel dicho popular “…tiene más vidas que un gato” hacen referencia a la suerte o a la buena fortuna de alguna persona frente a una adversidad. Sin embargo, el origen de esta expresión tiene una relación clara con nuestros queridos felinos. P odríamos pensar que su procedencia viene de la observación de la habilidad del felino para salir sano y salvo ante cualquier problema, o de su singular y exclusiva capacidad de caer INFOGRAFÍA: D.E.P. desde grandes alturas sin sufrir el más mínimo rasguño, pero no es así. Todo parece indicar que el origen de este refrán hay que buscarlo en el antiguo Egipto: los egipcios tenían la plena convicción de que los gatos también se reencarnaban y que, tras un número de siete reencarnaciones, tomaban carne mortal… pero no de gato. Tras siete reencarnaciones, un gato se convertía en ¡un ser humano!. Como en otras muchas facetas de la vida, el paso del tiempo consigue cambiar el fundamento o el origen de las cosas. Algo basado en una profunda creencia de tipo religioso es, actualmente, utilizado como un simple comentario popular. ¿Y por qué seguimos concediendo esas “siete vidas” a los felinos? 16 La observación diaria de un gato nos hace corroborar la frase. Como decíamos anteriormente, un felino tiene la gran capacidad de caer sobre sus cuatro patas, de forma totalmente equilibrada, aunque caiga desde grandes alturas. Su ágil organismo, su cola y sus coordinados sentidos consiguen estabilizar el cuerpo del minino antes de que llegue al suelo. Por otra parte, estamos ante un animal verdaderamente resistente, adaptable a cualquier estilo de vida y muy capaz de conseguir abastecerse en el caso de que la necesidad “apriete”. Sin embargo, los gatos también pueden consumir esas siete vidas de golpe si caen desde un décimo piso, o si no logran escapar de las fauces de un mastín, por tanto, no nos confiemos en demasía. No sabemos si tras siete reencarnaciones felinas el irracional pasará a un “estado vivo racional”; lo que sí tenemos claro es que nuestro buen amigo, el gato, ha conseguido, a pulso, disfrutar de sus presuntas “siete vidas”. “ El origen de este refrán hay que buscarlo en el antiguo Egipto.