Q-06

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Clave: Q-06
MODIFICACIÓN DE LA CALIDAD QUÍMICA DEL SUELO POR USO DE AGUA TRATADA.
M. G. Vicencio, C. I. López y E. Medina.
Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional del Instituto Politécnico Nacional,
Unidad Durango.
Sigma S/N Frac. 20 de Noviembre II, Durango, Dgo. CP. 32420. Tel.: 01(618) 8-14-20-91.
E-mail: [email protected].
Temática: Química Ambiental
En el Distrito de Riego 052 de Durango el 6.1% del suelo está afectado por sales, el 17.7% por sales y
sodio y el 17.4% por sodio (Borocio, 2000), a pesar de esto en el módulo III Guadalupe Victoria de éste
Distrito, se riegan 1800 ha con agua tratada de la Planta de Tratamiento de la Ciudad (PTAR), excedida en
sodio (103.1 mg/L). El parámetro no esta normado, pero es recomendable que no exceda los 70 mg/L por
que el ión es toxico para algunos cultivos y en los cultivos tolerantes con los riegos se acumula en el suelo,
modificando su estructura, pH y capacidad de intercambio catiónico (Crites y Tchobanoglous, 1998;
Evangelou, 1998), y rehabilitar un suelo afectado por sodio y/o sales resulta muy oneroso. Para analizar las
consecuencias del uso del agua tratada en el suelo, se evaluó el efecto en un ciclo de cultivo de avena;
para lo cual se ubicaron tres parcelas experimentales en el módulo, una de ellas regada con agua tratada,
otra con agua residual cruda y la tercera con agua de presa (Testigo). La valoración consistió en hacer una
comparación de la calidad química del suelo antes de sembrar y después de la cosecha. Los parámetros
medidos fueron: pH, conductividad eléctrica (CE), materia orgánica (MO) y nitrógeno (N) por métodos
propuestos por Etchevers (1992); capacidad de intercambio catiónico y cationes intercambiables (Na, Ca,
Mg y K) por el método de extracción sugerido por Grande (1982) y Woerner (1989) y la cuantificación por
absorción atómica de flama. Los resultados mostraron que el suelo de las parcelas regadas con agua
tratada y agua residual cruda son sódico no salino, con un porcentaje de sodio intercambiable (PSI) de 29 y
19 y pH de 9.7 y 9.6 respectivamente. El suelo de la parcela testigo es normal, con PSI de 1.2 y pH de 5.8.
Después del ciclo de cultivo se esperaba que en los suelos regados con agua tratada y agua residual cruda
hubiese acumulación de Na, sin embargo por la cantidad de agua que llovió en el último mes del cultivo
(95.5 mm en el mes y 36 mm de lluvia en menos de una hora en un día; Observatorio Durango, 2003), fue
suficiente para lavar el Na del suelo, de 13 y 11.4 meq/100g a 1 y 1.25 meq/100g de Na respectivamente;
disminuyendo por tanto la CE de 900 y 650 µmhos/cm a 220 y 430 y µmhos/cm y el pH de 9.7 y 9.6 a 7.8 y
8. Aún con la limitante del Na en el agua residual tratada y el agua residual cruda, el suelo se benefició al
incrementarse su MO y por ende el N. En vista de que no se pudo evaluar la acumulación del Na y las
modificaciones químicas que la acompañan, es pertinente hacer una evaluación del ión en el suelo del
módulo III y estimar el tiempo de vida útil del suelo.
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