doctrina y magisterio de don marcelo gonzález martín, admirable y

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DOCTRINA Y MAGISTERIO DE DON MARCELO
GONZÁLEZ MARTÍN, ADMIRABLE Y ADMIRADO
PASTOR DE LA IGLESIA
1
Se redondea, con el volumen XI recientemente aparecido, la edición de
escritos pastorales del cardenal Marcelo González Martín, don Marcelo,
Arzobispo de Toledo. No se recoge, es cierto, toda su producción homilética y
pastoral, porque otras intervenciones suyas, también importantes, se han
reflejado con anterioridad en ediciones más sencillas. Sin embargo, es valioso y
actual poner al alcance de muchos, que vienen solicitándolo, este resultado
complexivo. En el interior de cada tomo de estas “obras”, aparecen nombres -no
siempre los mismos- de quienes han ido facilitando la entrega de documentos. Y
es que, con el conjunto de los tomos, nos hemos ido asomando a un pequeño
mar…
Pero, es justo reconocerlo, la mano experta de don ​
José Luis Gutiérrez
García es la que ha movido permanentemente los hilos. Conocida es su
autoridad a la hora de preparar y ofrecernos la espiritualidad del Padre Alfonso
2
Torres, s. j., con el título “​
Los caminos de Dios​
”​
. De vademécum del espíritu y
pieza inamovible de la espiritualidad española ha sido calificado este libro.
Junto a don José Luis, se ha mantenido desde el primer momento, en
guardia permanente, don ​
Santiago Calvo Valencia​
, secretario de don
Marcelo durante todos los años de su servicio episcopal a la Iglesia. Tarea suya
ha sido recuperar y disponer los textos que hoy se ofrecen en su autenticidad.
Pensemos que don Marcelo escribía siempre a mano, tanto los esquemas que en
ocasiones facilitaba, como otras intervenciones más desarrolladas.
Los demás nombres de este “equipo sucesivo”, encajamos en la
denominación genérica de colaboradores, comprometidos en mayor o menor
medida, pero gozosos siempre de poder servir. A don José Luis y a don
Santiago, en consecuencia, nuestro reconocimiento unánime y la gratitud
sincera de muchos. ​
Son 5.580 páginas de texto que, finalmente hoy, se
ofrecen en bandeja. La edición, en su conjunto, es del ​
Estudio Teológico San
Ildefonso de Toledo​
.
Reconocimiento, igualmente, a las instituciones y personas -anónimas en
ocasiones, aunque nunca delante de Dios– que han venido costeando la edición
1
Obras del Cardenal Marcelo González Martín. Tomo XI. ​
Santa Teresa de Jesús, hija de la Iglesia (Salamanca 2015). 2
José Luis Gutiérrez García, ​
Los caminos de Dios. Doctrina espiritual del P. Alfonso Torres, S. I.​
, Madrid 1947, 637 pp., XII­XIII. desde el principio. En la etapa última y con el correspondido favor a “Donación
Matías Prim. Donación Cardenal Marcelo”.
TOMO I.- EL VALOR DE LO SAGRADO
Así se titula el primer volumen, que vio la luz, con 24 documentos y 477
páginas de texto, el año 1986. Se evidencia en él la plena “​
sintonía de don
Marcelo con las enseñanzas del Concilio Vaticano II y los Papas
contemporáneos y la fidelidad con que recoge las voces de la época, los signos
de los tiempos, los retos del presente​
”.
El prólogo es del ​
cardenal J. Höfner​
, Arzobispo de Colonia, que
constata en el mismo: “​
ya el mismo título del presente volumen, ​
El valor de lo
sagrado​
, demuestra esta armoniosa combinación de fidelidad y de servicio​
”.
Puede, en efecto, afirmarse que el Cardenal Arzobispo de Toledo se ha
adelantado, con insistencia significativa, al tratamiento que ha dado el reciente
Sínodo extraordinario, convocado con motivo del XX aniversario del Concilio
Vaticano II.
“​
En los escritos que contiene este volumen, puede el lector encontrar
elementos y ayudas más que suficientes para recuperar, si lo ha perdido, y
para desarrollarlo si lo mantiene, este sentido de lo sagrado, que constituye
dimensión capital constitutiva del hombre, valor inesquivable de la historia y
elemento supremo de lo que Pío XII calificó como de orden absoluto del ser y
de los fines​
”.
Son estos escritos que, a la riqueza, plenitud y aire de los mismos, a su
valor intrínseco, unen el esplendor exterior de una prosa clásica y moderna a la
vez, que el propio lector no tardará en descubrir conforme se vaya adentrando
en estas páginas que me he honrado en presentar a instancias de los
preparadores del volumen.
“​
La expresión correcta de la fe católica, la vivencia profunda de la
misma, el despliegue dinámico de las tareas de evangelización, requieren que
se evite la tentación del fideísmo, que hoy serpea por el recinto interior de la
propia Iglesia​
”.
En su primera parte, ​
Lo sagrado en la sociedad contemporánea​
,
se precisa el concepto teológico del mundo y la posición del cristiano moderno
ante él. Se habla de ​
Cristianos por el socialismo y se reflexiona sobre ​
La Iglesia
de hoy ante la idea de una Europa unida​
.
En la segunda, ​
Presencia de la Iglesia en la España de hoy​
, se
analiza la fe y la moral en el actual momento eclesial, y se invita a mirar el
futuro, conociendo profundamente nuestra fe y amándola. ¿Qué queda de la
España católica y qué puede quedar a final de siglo? Una y otra pregunta
encuentra aquí su respuesta, en la que se descarta la tentación de un catolicismo
fácil que nunca sería remedio para una España intransigente. Se analiza la crisis
del mundo más que de la Iglesia, crisis que afecta a la acción pastoral de la
misma y crisis que se ha manifestado en España. Permanecen, dice don
Marcelo, los valores redentores de la humanidad, valores humanos porque son
evangélicos, y se hace una invitación a no dilapidar la herencia que hemos
recibido.
TOMO II.- SANTA MADRE IGLESIA
TOMO III.- EN EL CORAZÓN DE LA IGLESIA
Al año siguiente, 1987, vieron la luz estos dos volúmenes con una
sorpresa grata, ya que, el conjunto de documentos sobre el tema de la Iglesia
aconseja, aún con una drástica eliminación (seleccionar significa eliminar),
desdoblar el contenido en dos tomos.
Si el Concilio Vaticano II hizo de la Iglesia el eje ordenador de su
Magisterio, situándola en su perspectiva sobrenatural como sacramento de
salvación, fácilmente advertimos que el magisterio de don Marcelo sobre la
Iglesia se sitúa dentro de esta perspectiva, cristológica y trinitaria,
ofreciéndonos temas y consideraciones valiosísimas, tanto para el estudio, como
para la predicación y la catequesis. Lo mismo que en el sosiego de la oración
personal y comunitaria.
La Iglesia de la Trinidad, el Espíritu Santo, alma de la Iglesia, y la vida
contemplativa​
, llenan las páginas del segundo volumen, prologado por el
cardenal J. Hamer, o. p., ​
Prefecto de la Congregación para los Religiosos y
los Institutos seculares.
“​
Deseo muy de veras -nos dice-, ​
que el magisterio de don Marcelo
contribuya eficazmente a que la Santa Iglesia que peregrina en España,
heredera de una consolidada tradición eclesial y de un extraordinario impulso
misionero, contribuya también hoy a la nueva evangelización que el mundo
necesita en esta encrucijada abierta ya al final del segundo milenio​
”.
La Eucaristía, centro y cima de la vida cristiana. El Corazón de Jesús,
Arca de la Nueva Alianza. María, Madre de la Iglesia y la Iglesia bajo el
patrocinio de san José llenan las páginas, 434 en total, del volumen III. A
prologarlo fue invitado el entonces cardenal Prefecto de la Sagrada
Congregación para la Doctrina de la Fe, ​
Joseph Ratzinger​
.
Suyas son estas líneas: “​
Hazte presente, Jesús, buen pontífice, en medio
de nosotros, como estuviste en medio de tus discípulos​
”, se decía en la antigua
liturgia mozárabe, en cuya renovación tantos desvelos y trabajos ha puesto el
Cardenal González Martín. La piedad eucarística nos lleva a una devoción
cristológica de inmediatez. Por eso la devoción a Cristo Jesús, el Hijo de Dios
que se hizo carne y que por ello, no puede prescindir de su Humanidad, para no
ser superficial tiene que llevar a su Corazón.
En efecto, el “Corazón” es lo decisivo en el hombre y lo que permite
valorarlo plenamente. San Jerónimo, con gran claridad expresaba esta idea, rica
para la antropología cristiana, cuando escribió: “Se pregunta dónde está lo
principal del alma: Platón dice que en el cerebro, Cristo muestra que en el
corazón” (Epístola 64, 1)…
“​
La piedad mariana española tiene el punto de partida de su primer
gran desarrollo en la obra de San Ildefonso de Toledo, Sobre la virginidad
perpetua de Santa María. S. S. Juan Pablo II en Zaragoza, durante su viaje a
España, llamaba a “San Ildefonso de Toledo el más antiguo testigo de esta
forma de devoción que se llama ‘esclavitud mariana’, a la vez que puso de
relieve, con textos concretos de San Ildefonso, cómo en él la piedad mariana
tiene, como objeto último, a Cristo. Pues así se refiere al Señor lo que sirve a la
esclava; así redunda en el Hijo lo que se entrega a la Madre; así pasa al rey el
honor que se tributa a la reina​
” (De virginitate perpetua, 12).
El Sr. cardenal Arzobispo de Toledo, en alguna ocasión muy
reflejadamente, ha querido ser sucesor fiel de San Ildefonso no sólo en la sede,
sino en su esfuerzo por explicar la doctrina católica sobre la Virgen María…
“​
Deseo, termina diciendo, que el catolicismo español siga siendo hoy lo que
siempre fue al servicio de Dios y de la Iglesia​
”.
TOMO IV.- EVANGELIZAR
Es el título del volumen IV, publicado en 1988, con 590 páginas y
prologado por el ​
cardenal López Trujillo​
, Arzobispo de Medellín.
“​
Este nuevo volumen de un gran evangelizador -así se expresa el
prologuista, a la sazón, presidente de la Conferencia episcopal colombiana- ​
el
admirado Cardenal don Marcelo González Martín…, representa un ejemplo
claro y sugerente de lo que es el ejercicio mismo de un anuncio fiel del Señor,
sin vacilaciones y temores. En la riqueza y variedad de los temas, en la
diversidad de circunstancias, se revela, como constante hilo que hilvana el
conjunto, su amor a la Iglesia. Un amor costoso, que no cede a las tentaciones
de la moda, ni se escapa en silencios reñidos con la misión de centinelas y de
profetas. Son densos los contenidos doctrinales, con una teología hecha de
rodillas y al calor de una celosa acción pastoral. Todo en esta obra tiene la
vibración firme y serena de quien es, ante todo, como Obispo y guía, un sincero
creyente. Me parece que don Marcelo retoma este talante de los
evangelizadores que salieron de la Madre Patria, como llamamos a España en
Hispanoamérica, a la heroica aventura de sembrar las semillas del Reino de
Cristo. En ellos no hay dudas, ni acomodaciones, sino certidumbres de fe. La
lectura de este tomo hará mucho bien, en España y en América Latina, en los
umbrales del Quinto centenario de la evangelización. Será como un reflejo del
ser, del alma cristiana de España, a veces oculta y hasta acosada, pero
existente y actuante​
”.
Destacamos dentro del contenido del mismo: ​
La misión de la Iglesia es
evangelizar​
.​
El Papa es el primer evangelizador, y con él los obispos, sucesores
de los Apóstoles, con sus sacerdotes​
. Las cartas pastorales, en su primera
Diócesis: ​
El porvenir espiritual de nuestra Diócesis y ​
Astorga, diócesis
misionera​
, y cartas pastorales de Barcelona ​
La fe conocida, vivida y amada​
,​
La
acción pastoral del sacerdote en Barcelona​
. También sus intervenciones en el
Sínodo de Obispos celebrado en Roma en octubre de 1974 sobre la
evangelización, y la conferencia pronunciada en Madrid: ​
No lamentos, sino
acción en la hora presente​
. Sus comentarios autorizados sobre el viaje de Juan
Pablo II a España y su artículo ​
El Papa que no entendería a España​
, (Diario Ya,
Madrid 7 de octubre de 1984). Y un pequeño tratado sobre el sacerdocio hoy, fiel
reflejo del momento y con doctrina permanente y estimuladora, y temas de
actualidad sobre familia y educación.
TOMO V.- VIVIR EN CRISTO.
Predicación de Cuaresma y Semana Santa
Se recogen en este quinto volumen las predicaciones de Cuaresma,
tiempo de renovación necesaria, tanto en Barcelona como en Toledo. Durante
cuatro años sucesivos, don Marcelo habló en la ciudad condal todos los viernes
cuaresmales sobre las virtudes teologales y los hijos de la luz, Jesucristo y la
Virgen María. Y en dos ocasiones predicó las ​
Siete Palabras de Jesús en la Cruz
el Viernes Santo de 1968 y 1969, ante la fachada principal de la Catedral. En
Toledo predicó los viernes de cada semana de Cuaresma, siempre a la luz de las
enseñanzas del Concilio Vaticano II. Tenemos en su conjunto una muestra
elocuente del continuo ejercicio del ministerio de la palabra.
El prólogo, en esta ocasión, es del ​
cardenal Antonio Innocenti​
,
antiguo Nuncio Apostólico en España, y a la sazón, Prefecto de la Congregación
para el Clero.
“​
Posee (don Marcelo), nos dice, ​
un conocimiento profundo, vitalmente
asimilado del Nuevo Testamento, sobre todo de los Evangelios y de las
epístolas paulinas. Ha hecho suyo, y se ve que desde muy joven, el certero
consejo de otro gran maestro español de la predicación, el insigne Apóstol de
Andalucía, San Juan de Ávila…
Previene a sus fieles frente al riesgo de crecientes mutilaciones de la
enseñanza real del Concilio. Subraya la necesidad de adaptación sensata, pero
admitiendo con meridiana claridad que “el Concilio no ha cambiado, no puede
cambiar la fe y la creencia…
Y alza la voz este Pastor con energía profética, para decir que “hablar
de renovación es hablar también y principalmente de reforma personal
interior, y no puede haber reforma personal interior, si no hay conciencia de
pecado, y concluye:
‘No hablar del pecado es un terrible error religioso’, y ante la crisis de
obediencia que hoy ha ido surgiendo en la Iglesia, no vacila en reiterar que la
obediencia es virtud capital, que no ha pasado de moda y que pertenece al
cuadro esencial de la vida cristiana auténtica. Eliminar o reducir la obediencia
es eliminar o difuminar la presencia de la Cruz en la vida del cristiano​
”.
“Ya apareció la palabra -explica don Marcelo el miércoles de Ceniza de
1968- que hoy conmueve y turba los espíritus de tantas gentes, ‘renovación’.
Pronunciémosla con humildad, sin intenciones agresivas y reivindicatorias, que
supondrían, si así se hiciera, una triste ignorancia respecto al noble abolengo de
esta palabra, e incluso más: significaría también una injuria a la Iglesia. ¿Qué es
lo que hay que renovar hoy en la Iglesia de Dios? La respuesta a esta pregunta
nos la va a dar el mismo nuestro Señor Jesucristo, y es una respuesta tan
radical, tan profunda y tan llena de compromisos, que no podrá ser superada
nunca, ni siquiera por ninguna declaración conciliar”.
TOMO VI. – TESTIGOS DE LA FE
Homilías, cartas pastorales y conferencias integran las 412 páginas de
este tomo, referidas a santos como el Beato Enrique de Oso, Santa Teresa Jornet
e Ibars, San Ignacio de Loyola, San Francisco de Asís, el Hermano Rafael, San
Juan de Ávila, el Beato Manuel Domingo y Sol, San Bernardo, San Agustín;
también Santa Beatriz de Silva, San Benito, San Juan Bosco, el Cardenal
Espínola, San Francisco de Borja, San Vicente Paúl… ​
Buen libro éste para la
lectura sosegada y meditación provechosa de todos, pero de modo
especial de los miembros de la gran familia de consagrados a Dios​
.
Importa poco, se dice aquí el momento en que cada cual haya hecho su entrega
de por vida al Señor. Los modelos de comportamiento son muchos e
iluminadores para quienes seguimos peregrinando en la vida. De estos
hermanos y hermanas que gozan ya de la visión de Dios en el cielo podemos
aprender todos, la alegría cristiana, y con ella todas las demás virtudes:
“​
La alegría no es prerrogativa de ninguna posición social. No se compra
con nada. No está ligada a nada que se pueda ‘tener’, a nada absolutamente.
Depende de cómo se ‘es’. Es una conquista personal. Es el sello de Dios que
garantiza la acción bien realizada, la práctica de una virtud, la ayuda
prestada, la entrega generosa, el deber cumplido con sacrificio lleno de amor,
la enfermedad aceptada, la envidia superada. El fruto del espíritu bueno es la
alegría. Caridad, alegría y paz se encuentran reunidas y expresan una
idéntica actitud. No hay caridad sin alegría, pero la alegría es también
caridad. Y no hay paz sin alegría, pero la alegría es expresión de la paz​
”.
Ésta es la alegría de San Francisco de Asís. La experiencia de Dios y de la
fraternidad y su espíritu abierto a todo lo creado le inundan de alegría y le llevan
a esa forma de oración tan suya y tan jubilosa que es la alabanza.
“​
En esta convicción firme de la mutua comunicación con los santos del
cielo -escribe el ​
cardenal Paul Augustin Mayer, O.S.B.​
, Presidente de la
Pontifica Comisión ​
Ecclesia Dei​
-​
el pueblo cristiano sabe que tal vinculación no
se limita a un mero recuerdo histórico, sino que consiste sobre todo en un trato
y diálogo fraternos con quienes viven en la gloria de la presencia directa, sin
velos ya del Señor. La comunión con los santos se abre también del lado de acá
como relación personal, íntima, con quienes, amigos, hermanos, intercesores
son portadores de la suprema vida…​
”.
Me parece ver, en los documentos reunidos en este volumen, una
ejemplar aplicación de cuanto el Concilio Vaticano II recordó sobre el culto y la
devoción a los santos en la Constitución sobre la liturgia y en la Constitución
también sobre la Iglesia. La primera abordó el tema de forma sintética. La
segunda lo expuso con mayor desarrollo. “​
Las fiestas de los santos proclaman
las maravillas de Cristo en sus servidores y proponen ejemplos oportunos a la
imitación de los fieles​
” (​
Sacrosanctum Concilium​
, 111).
Tomo VII.- SEMINARIO NUEVO Y LIBRE
Asistimos aquí a un recorrido atento por los Seminarios de Astorga, de
Barcelona y de Toledo. En todos ellos dejó don Marcelo las mejores de sus
energías jóvenes y maduras, en favor de esta institución semper reformanda,
que tan buenos resultados ha dado en las Diócesis encomendadas a este Pastor.
“No es un misterio que el Seminario constituye la gran pasión de don
Marcelo. Nada extraño que los puntos de su pluma rezumen experiencia y
transparencia. Conoce a fondo la temática y la elabora con maestría. Y con suma
prudencia: la delicadeza propia de la formación sacerdotal impone cultivar el
campo con solicitud y caminar de puntillas para no pisotear la sementera. ¿Por
qué no hacer tesoro de las reflexiones de un experto consumado?...”.
En plena crisis mundial, llamó la atención en Roma el espectáculo de
Toledo, con tres Seminarios Mayores y otros tantos Menores, repletos de
seminaristas y en pleno proceso de expansión.
Si es cierto que buena parte del éxito en materia vocacional es fruto de
contagio, habrá que suponer que fue muy intenso el entusiasmo de don Marcelo.
No lo había disimulado al iniciar su misión en la sede primacial de las Españas.
“Pienso, escribía, que ningún servicio más fecundo puedo prestar que el
de mi trabajo ordenado, constante y fiel en favor de las vocaciones sacerdotales
y del sacerdocio”…
No cabe duda, por tanto, que el autor de estos escritos sabe de veras de
qué escribe. Una lectura reposada sobre los mismos certifica que el autor escribe
de lo que mucho sabe.
Don Marcelo vio claro el cometido asignado al Seminario Menor. “Con
notable claridad de objetivos –observa la Congregación– se ha ido modificando
su fisonomía, desde un Colegio-Seminario abierto a todos hasta un Seminario
Menor propiamente tal. En efecto, el Seminario Menor debe entenderse como
una comunidad de jóvenes que vibran con el anhelo del sacerdocio de Cristo, a
quienes, en régimen de internado, se imparte una formación apta para el cultivo
de su vocación”…
La Congregación se congratula por “la calidad de la formación intelectual
impartida en el ‘Estudio San Ildefonso’, gracias a un buen claustro de profesores
y en el enriquecimiento de su biblioteca, y la atención que se concede a la
formación humana y cultural de los alumnos, y expresamos nuestra satisfacción.
Pero el conocimiento evangélico va mucho más allá, condicionado como se halla
por el amor. Un amor oblativo que lleva al Buen Pastor a dar la vida por las
ovejas”. De ahí la justeza de la nota de la Congregación: “Pero un punto
queremos destacar sobre todo: se trata de la insistencia en la formación
espiritual. Ella corresponde exactamente a la necesidad urgente para la ‘nueva
evangelización’ formulada en el último Sínodo Extraordinario de los Obispos en
estos términos: ‘hoy es absolutamente necesario que los pastores de la Iglesia
sobresalgan por el testimonio de santidad’. Las demás cualidades de un pastor
son hoy día sumamente importantes, pero ésta es sumamente necesaria”.
Quien escribe así en el prólogo de este volumen es el Card. Antonio M.
Javierre, Bibliotecario y Archivista de la Santa Iglesia Romana. En las páginas
de este volumen aparece la carta pastoral de don Marcelo que dio vuelta a medio
mundo y que ha conseguido resultados espléndidos, en España y fuera de
España: Un Seminario nuevo y libre. Las aspiraciones han sido nobilísimas y los
resultados están a la vista. Sin embargo, don Marcelo sigue soñando: “Que ni
una sola Parroquia de la Diócesis deje de tener, con el tiempo, un sacerdote y
una religiosa en España, y un misionero o misionera en otros países. Tratar de
conseguir esto sería un buen programa de acción pastoral indispensable junto
con las demás acciones que emprenderéis y en que trabajáis”.
Y una recomendación también atendible: “Tenéis que orar mucho al
Señor por las vocaciones, amarlas, dar ejemplo de fidelidad en nuestra
consagración; llamar, llamar a adolescentes, jóvenes, adultos. Y estar
convencidos de que sin sacerdotes que les atiendan, las parroquias y las
comunidades se quedarán sin alma. Como ha dicho el Papa, “no hay defensa ni
crecimiento en la fe, si no hay sacerdotes dignos, dotados de una preparación
humana, cultural y espiritual sólida, que los capacite para el delicado oficio de
pastores del Pueblo de Dios” (Juan Pablo II, 19 abril 1980).
TOMO VIII.- HUMANISMO CRISTIANO
En 1993 ve la luz el volumen VIII, con este título. Se proyecta en él una
mirada atenta al ayer y al hoy de la Iglesia en Toledo. A la Virgen de Guadalupe
y la evangelización de América. Al humanismo cristiano. A determinadas fechas
del Año litúrgico. Y se muestra una rica galería de retratos: cardenal Gomá, el
Jefe de Estado en su tránsito, mons. Josemaría Escrivá de Balaguer, etc.
Se pensaba entonces que con los 257 documentos ofrecidos hasta el
momento, podría quedar redondeado el proyecto. Pero no, ha seguido
corriendo, como veremos, el agua limpia de la evangelización, de este maestro
testigo y apóstol.
Es muy de agradecer el valioso índice analítico que se inserta en las
páginas 319-357, preparado en el curso 91-92 por un grupo de alumnos del
Estudio Teológico de San Ildefonso, bajo la dirección del Prof. don Evencio
Cófreces Merino. Se familiarizaron todos con tan rico contenido y nos ofrecen el
fruto de su esfuerzo. Gracias, muchas gracias.
Redacta el prólogo, en esta ocasión, el ​
cardenal Bernardin Gantin​
,
Prefecto de la Sagrada Congregación de Obispos y Presidente de la Pontificia
Comisión para América Latina. Suyas son estas frases, elogiosas sí, pero
fraternales y aclaratorias sobre todo:
“​
Una nota constante advierto en toda la labor episcopal del
Cardenal González Martín: su profundo y fino sentido de Iglesia, el
amor a la Santa Iglesia de Cristo. Es como el eje constante de toda su
vida y de toda su acción​
. La Iglesia como misterio de la salvación, como
sacramento de la infinita sabiduría divina, con su inmensa e inabarcable
grandeza y también con las inevitables páginas, a veces oscuras, de su necesaria
vertiente humana…
Coherente con esta visión se destaca el sentido de servicio, de entrega, de
donación infatigable de sí mismo que, en su tarea de gobierno eclesial,
caracteriza al Cardenal González Martín. Servir, sin reparar en sacrificios, sin
arredrarse ante incomprensiones. Con audacia santa y sentido de la época.
Parece como si se hubiera anticipado a la grave advertencia del Concilio
Vaticano II: “El Obispo, enviado por el padre de familia a gobernar su familia,
tenga siempre ante los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que vino no a ser
servido, sino a servir y dar la vida por las ovejas” (​
Lumen gentium​
, 27)…
En la hora de la Nueva Evangelización, estos volúmenes de orientaciones
doctrinales y pastorales, en perfecta sintonía con las enseñanzas del Santo
Padre, constituirán una iluminación en el camino del Pueblo de Dios,
especialmente de los evangelizadores, en orden a llevar el Mensaje de Jesús a los
hombres y mujeres de nuestro tiempo. Es la consigna de San Pablo:
“​
Evangelizare Iesum Christum​
” (Cf. Gal 1, 16)”.
TOMO IX.- LOS VALORES DE SIEMPRE
Componen este volumen, escritos y alocuciones, mayores por su
extensión, contenido y circunstancias, con otros, relativamente menores, pero
también de interés no pequeño. “​
En los unos y en los otros lucen el sentido de
actualidad que ha caracterizado el magisterio episcopal de don Marcelo, y
simultáneamente la fidelidad constante al depósito de la fe y a los valores del
hombre, a los valores permanentes que dan título al volumen​
”.
Señalo la carta pastoral Cuaresma, primavera de las almas, firmada en
Barcelona el año 1968. Se habla en ella de la vida ascética que se traduce en
disciplina y esfuerzo para aprovechar todas las energías en orden al desarrollo
íntegro de nuestra personalidad físico-espiritual en una síntesis equilibrada y
armoniosa. Con un triple equilibrio: humano, cósmico y religioso.
Se recoge otra exhortación pastoral de 1969, en Barcelona también,
titulada ​
La Cuaresma y la práctica de los ejercicios espirituales de San Ignacio​
.
Se analiza la tarea común de la Nueva Evangelización: ​
no hay
evangelización​
, explica don Marcelo en otro momento, ​
si no se propone a
Jesucristo o se prescinde de María, su Madre, de la familia, y
también del demonio, ángel del abismo, tema que tampoco hoy
puede olvidarse totalmente​
.
Se me pidió a mí en esta ocasión el prólogo​
. Con el título de “​
Don
Marcelo, predicador​
”, quise recordar a todos:
“Ya desde sus años de estudiante en la Universidad, don Marcelo vio con
meridiana claridad interior que el ministerio de la Palabra ocupaba un puesto
preeminente en la obra evangelizadora. En toda época. En momentos serenos y
en días de tormenta. Con el testimonio insustituible de una vida consecuente y
con el uso de la palabra transmisora del misterio de la fe. ‘La fe nace de la
audición del mensaje: mensaje que es el anuncio de Cristo’.
Esta primacía de la predicación cobra relieve destacado en el cuadro del
servicio episcopal, porque fue, es y será el “ministerio principalísimo” de los
apóstoles y de sus sucesores los obispos. “Enseñar, comenta el Doctor Angélico,
es decir, explicar el Evangelio, pertenece propiamente al obispo, cuya labor
peculiar es perfeccionar… Y perfeccionar es la mismo que enseñar…”.
En la predicación de don Marcelo no se han dado lagunas, ni se han
producido silencios. El Obispo de Astorga primero, Arzobispo de Barcelona
después y por último Cardenal de Toledo, ha cubierto todos los géneros propios
de la oratoria sagrada. Y ha atendido, con atención alerta, a toda el área de los
dogmas y de la moral católicos, con adaptación a sus oyentes en cada situación.
Podemos referir con todo derecho a don Marcelo las palabras que Posidio
escribe a propósito de San Agustín: “​
Predicó la divina Palabra con asiduidad,
celo, valentía, con claridad y vigor intelectual​
”.
TOMO X.- PRÓLOGOS Y COMENTARIOS AL EVANGELIO
Ve la luz el año 2014, con una doble singularidad: se recogen en él ​
95
prólogos solicitados para obras de diversa índole​
. Memorables son las
dedicadas a la Virgen María en la historia de España, en la poesía española, en
la historia de la salvación, a los mártires de la contienda española y a San José, a
San Ildefonso de Toledo y a distintos libros sobre Juan Pablo II.
En la carta-prólogo a la obra del padre Braulio Manzano Martín, s. j.,
titulada ​
Jesús, escándalo de los hombres​
, y editada el año 1974, don
Marcelo confiesa:
“​
Toda mi vida de sacerdote, desde los años ya lejanos en que comencé a
ejercer mi ministerio, he alimentado dentro de mí el deseo de escribir una
“Vida de Jesús”. No me retraía el intento de que fuese una Vida más -¡qué
desmesura!-, con atención preferente a eso que llamamos el hombre de hoy.
Esto sucedía antes del Concilio Vaticano II. Los trabajos múltiples, en que
tantas va quedando prendida la vida de un sacerdote, como la lana de las
ovejas entre las zarzas, me impidieron realizar mi propósito. No fueron
obstáculos, sin embargo, para predicar y hablar de Jesús, de la vida de Jesús.
Mucho, muchísimo. Ello me consolaba, no del todo, de la siempre aplazada
determinación de dar forma y expresión literaria a tantas notas y apuntes que
iba tomando en medio de mis meditaciones​
”.
Se recoge también una ​
selección extensa de comentarios al
Evangelio​
, en torno a las lecturas de las Misas dominicales, conforme a la
nueva ordenación del Año litúrgico de los años 1996-1997, publicados en la
edición dominical del diario madrileño ​
ABC​
, y que brillan por “​
el permanente
subrayado de las lecciones espirituales de los textos comentados, la
preocupación pastoral que en todo momento sobresale en ellas y la misma
galanura, sobria, castiza del castellano de la redacción​
”.
El prólogo de prólogos está firmado por ​
monseñor Braulio
Rodríguez Plaza, sucesor actual de don Marcelo en Toledo​
.
Sintiéndose también tan unido a cada uno de todos aquellos agraciados que
pidieron a don Marcelo un prólogo para su obra.
“​
Destacan -dice- ​
prólogos a libros sobre Toledo, ciudad a la que tanto
amó y sirvió y en la que reposa en el interior de la Catedral primada. Y me fijo,
añade, por devoción, en prólogos que tienen que ver con publicaciones sobre la
Liturgia de la Iglesia, algunos, cómo no, como la liturgia hispano-mozárabe.
Conocí muy de cerca el enorme esfuerzo del Cardenal para posibilitar que el
viejo rito del cardenal cobrara una nueva tradición ininterrumpidamente
toledana, para que no fuera arqueología litúrgica​
”.
Y termina diciendo don Braulio:
“¡Gracias, Sr. Cardenal! ¡Dios se lo pague!”.
Amén, así sea.
TOMO XI.- SANTA TERESA DE JESÚS, HIJA DE LA IGLESIA
Con este título, de memorable y actual recordación, por el reciente Año
jubilar del V centenario del nacimiento de la Santa. Se ofrecen 28 documentos
directamente relacionados con la primera Doctora de la Iglesia, “guía y modelo
incomparable”.
Así se expresa en el prólogo de este volumen el ​
cardenal Antonio
Cañizares, Arzobispo de Valencia​
. Tienen actualidad sus páginas, afirma el
que fue con anterioridad Obispo de Ávila, porque “necesitamos volver a Santa
Teresa de Jesús, “arroyo que lleva a la fuente” de agua viva, que sacia el corazón
sediento del hombre, sediento del Dios vivo.
Ella es “resplandor que conduce a la luz, y su luz es Cristo”: luz que
alumbra a todo hombre que viene a este mundo; esperanza de los pueblos;
Maestro de sabiduría, libro vivo en que Teresa aprendió las verdades, en el
único en quien podemos aprender la Verdad, la Verdad de Dios y la verdad del
hombre, que nos hace libres con la libertad de los hijos de Dios; piedra angular
sobre la que se edifica la historia. ​
Este libro de don Marcelo nos ayudará
muy mucho en este propósito y necesidad. ¡Gracias, don Marcelo,
por este don que se nos ofrece de su predicación, de sus escritos, de
sus enseñanzas sobre Santa Teresa de Jesús! ¡Gracias por esta ayuda que
nos ofrece para adentrarnos en los caminos teresianos, en la experiencia y vida
de Santa Teresa, tan actual siempre! Los diocesanos de don Marcelo y también
las Carmelitas Descalzas de La Encarnación y de San José de Ávila, así como los
fieles todos de esta ciudad castellana única, oyeron de viva voz consideraciones
que aquí se recogen y que sirven para recordar siempre a esta mujer española y
universal.
“Ella seguirá en su silencio, pero también con la elocuencia de sus obras:
las escritas y las realizadas. Ahora ya no habla. Vive. Vive en la Iglesia, vive en
sus hijas, vive en todos aquellos que viven el don de la Iglesia, vive en el
conjunto de las comunidades católicas. De un modo o de otro, todos suspiramos
por acercarnos a ella. Como a una madre nos acogemos junto a Santa Teresa, la
llamamos por su nombre, la invocamos con amor y pedimos que sea intercesora
nuestra… En estas tierras se ha servido Dios, se ha mantenido la fe, constata
don Marcelo, se ha predicado el sentido de Dios, y, aunque abundara el pecado,
terminaba abundando la gracia”.
Como epílogo que facilita el manejo de los distintos volúmenes
se recogen aquí dos índices, sintético y temático, de todas sus
páginas​
. Gracias también por el esfuerzo para lograrlo.
Ánimo, pues, y a calar hondo en la lectura sosegada y también
comprometedora de este manantial que mana y corre.
+ RAFAEL PALMERO RAMOS
Obispo emérito de Orihuela-Alicante
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