Familias, redes familiares y unidades domésticas de letrados en

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Familias, redes familiares y unidades
domésticas de letrados en Guadalajara,
1791-1821
Carmen Castañeda1
¿Cuáles fueron las familias de la Nueva Galicia que pudieron enviar hijos a los
colegios y a las universidades y que pudieron pagar los costos de los grados
universitarios? ¿A quiénes recurrieron cuando no podían pagar los grados?
¿Dónde y con quiénes vivían los licenciados, doctores y maestros de la Real
Universidad de Guadalajara? ¿Dónde y con quiénes vivían los que costeaban los
grados y los padrinos de los doctores? Las respuestas de estas cuatro preguntas
hablarán de las familias, redes familiares y unidades domésticas de los 115
hombres que obtuvieron una licenciatura y un doctorado y de los cuatro que
obtuvieron una licenciatura en la Real Universidad de Guadalajara entre 1792 y
1821.
Las relaciones de méritos de los licenciados, doctores y maestros y los
padrones de Guadalajara, el de 17912 y los de 1821-18223 son las principales
fuentes que permiten responder a las preguntas planteadas. Los doctores que
participaban en las oposiciones, ya fuera para obtener cátedras en los colegios
seminarios y en las universidades o para aspirar a un curato, a una canonjía, a
una prebenda o a una promoción en el cabildo eclesiástico, preparaban sus
relaciones de los méritos y servicios, una especie de autobiografía, donde
hacían referencia, en primer lugar, a sus antecedentes familiares (legitimidad,
limpieza de sangre, nobleza y cristiandad de los padres y de los abuelos), a sus
––––––––––––––
1
Profesora e investigadora del CIESAS Occidente.
En el Archivo General de la Nación, AGN, Historia, véase Carmen Castañeda,
"Guadalajara hace 200 años: el reglamento de cuarteles de 1790 y el padrón de 1791" en
Carmen Castañeda, (coord.), Vivir en Guadalajara. La ciudad y sus funciones, (Colección
Guadalajara 450 años, núm. 11), Guadalajara, Ayuntamiento de Guadalajara, 1992, pp. 41-57.
3
En el Archivo Municipal de Guadalajara, AMG, véase Rodney D. Anderson,
Guadalajara a la consumación de la Independencia: estudio de su población según los
padrones de 1821-1822, trad. de Marco A. Silva, Guadalajara, UNED, 1983.
2
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carreras universitarias (instituciones, cursos, materias, actos académicos y
libros), a los cargos, puestos y empleos desempeñados.
He completado los datos familiares de las relaciones de méritos de 89
doctores con la información que sobre los padres, padrinos, grupo étnico y
legitimidad de diecisiete doctores proporcionan los registros de bautizos del
Sagrario Metropolitano de Guadalajara. Los testamentos de 21 doctores y de
23 padrinos, que localicé en el Archivo de Instrumentos Públicos de
Guadalajara, también ofrecen datos para completar la información sobre las
familias.
El padrón de 1791 y el de 1821 fueron construidos alrededor del
concepto de unidad doméstica, la que comprende tanto a los miembros de la
familias como a todos aquellos que viven bajo el mismo techo por
conveniencia o por motivos sociales y económicos. Sin embargo, la familia,
compuesta por individuos relacionados entre sí por el parentesco o el
matrimonio, que perciben esa relación como una liga mutua y exclusiva y que
intercambian afecto, amor o bienes materiales, puede construirse con base en la
información que proporcionan los padrones. En el de 1791 localicé a
veinticuatro familias de los doctores y a diecinueve de los padrinos y en el
1821-1822 a dieciocho familias de los doctores y a veintiún de los padrinos.
Con los datos que ofrecen los padrones más los que tenemos de las
hermanas de los doctores que entraron al Convento de Santa María de Gracia o
al Colegio de Niñas de San Diego podemos añadir información de las familias
de los licenciados y doctores de la Real Universidad de Guadalajara.
David W. Walker propone entender a la familia como una herramienta
conceptual que sirva para explorar cuestiones generales acerca de la
experiencia histórica de América Latina, ya que su análisis puede ser muy útil
porque la familia permanece como unidad en el tiempo y el espacio sin olvidar
su carácter dinámico. Investigaciones históricas han mostrado que la familia es
una unidad esencial de organización social que puede desarrollar funciones
más allá de las puramente sociales, funciones que se extienden a las esferas
económicas y políticas.4
En la época colonial y en el siglo XIX mexicano, la familia era lo único
estable y perdurable; a pesar de los problemas que pudiera enfrentar, constituía
un elemento importante dentro de un medio social corporativo y funcionaba
como un intermediario de la política y la economía con la sociedad. En la
investigación "Universidad y reproducción social: la sociedad de Guadalajara y
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4
David Walter, Parentesco, negocios y política. La familia Martínez del Río en
México, 1823-1867, México, Alianza Editorial, 1991, p. 32.
116
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sus graduados" traté de averiguar el papel de las familias de los doctores y sus
relaciones familiares en las carreras de éstos y en la actividades que los
doctores desarrollaron en los medios académicos, sociales, económicos y
políticos.
Familias
El círculo de las familias de los 119 licenciados y doctores de la Real
Universidad de Guadalajara se reduce si tomamos en cuenta el parentesco que
había entre ellos: dieciséis hermanos eran doctores, once eran primos hermanos y
doce tenían el parentesco de sobrino y tío. Los doctores emparentados entre sí
eran 39 o sea la tercera parte del total.
En las relaciones de méritos tenemos información de los padres y abuelos
de los doctores, de su legitimidad, su limpieza de sangre, su nobleza y su
cristiandad. Todos, sin excepción se refirieron al origen étnico español de sus
familias. Pero el término "español", hacia el fin del periodo colonial, "tenía dos
diferentes significados. Primero, indicaba apariencia física, color de la piel o
textura del cabello; pero además significaba posición social elitista, sin tomar
en cuenta la apariencia física". Como bien lo sabían las familias de las elites en
la Nueva España, el término "español" era una característica más social que
racial.5
Los diecisiete registros de bautizos consignaron la calidad de españoles,
aún en los registros de dos niños expuestos que llegaron a ser médicos y a tener
el grado de doctores en medicina, Joseph Ignacio de San Martín Brizuelas y
Pedro Pío Támez y Bernal.
En la relación de "los méritos y exercicios literarios y servicios del doctor
D. Manuel Cobarruvias" consta que era "hijo lexítimo de D. Francisco
Cobarruvias y de D María Josefa de la Sierra, uno y otra españoles
notoriamente limpios de toda mala raza y decendientes de christianos viejos".6
Este ejemplo muestra la fórmula que los doctores usaron para referirse a
las calidades de sus padres. Esta aseveración se repite en todos los textos de las
relaciones de los méritos con muy pocas modificaciones lo que es un indicio
de las características familiares que aspiraban tener: origen étnico español,
pureza de sangre, legitimidad, nobleza y cristiandad vieja. Además eran los
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5
Patricia Seed, "Memoria de la herencia étnica: la élite criolla del siglo XVIII mexicano"
en La memoria y el olvido, Segundo Simposio de Historia de las Mentalidades, México, INAH,
1985, pp. 99 y 100.
6
Archivo de la Real Universidad de Guadalajara, ARUG, Legajo 360.
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requisitos de admisión que exigían los colegios seminarios y la Real
Universidad de Guadalajara:
Los collegiales que an de entrar con ntro. nombramiento precediendo antes las
informasiones que hará el rector de su legitimidad, limpieza y costumbres ... No sea
elegido el que fuere hijo de o nieto de hombre infame o afrentado por la justissia, ni
de mal linage como des[cend]iente conocidamente de hebreo, moro o herege ... 7
La legitimidad y limpieza de sangre tenía que confirmarse en los
preparativos para obtener un grado mayor como puede verse en la solicitud del
padre del doctor Rafael Ramón Ramos Arispe y Valdés al señor cura vicario y
juez eclesiástico de Saltillo:
Dn. Juan José Dionisio Ramos y Arispe, originario y vecino de esta Villa de
Santiago del Saltillo, labrador en el Valle de San Nicolás de la Capellanía de esta
jurisdicción y republicano en ella, por el ocurso a que más haya lugar en derecho y
al mío convenga ante U. parezco y digo: que teniendo entre otros hijos míos
legítimos al Br. D. Rafael Ramón, clérigo de menores órdenes, capellán beneficiado
de la Iglesia de San Juan Nepomuceno de esta Villa, que en la actualidad se halla
practicando sagrados cánones y leyes en la Real Universidad de la ciudad de
Guadalajara, con objeto de licenciarse y borlarse en dicha facultad necesito de dar
ynformación bastante de su lexitimidad y limpieza y que desciende de gente noble;
para lo qual suplico a U. se sirba examinar en devida forma los testigos
necesarios...8
Redes familiares
Los nombres de los padrinos de bautizo indican que el padrinazgo reforzaba en
las familias los vínculos de parentesco, de amistad y de negocios. Empecemos
con un ejemplo:
En Guadalajara en 16 de enero de 1782, bauticé y puse los santos óleos a Gabriel
Joseph Nicanor, español, quien nació el día diez del dicho mes, hijo legítimo de don
Juan Alphonso Sánchez Leñero y de doña María Manuela Marín del Valle, fueron
sus padrinos don Eugenio Moreno de Texada y doña María Josefa Sánchez Leñero.
En este primer ejemplo, tenemos como padrinos a una hermana, doña
María Josefa, la hermana de Juan Alphonso Sánchez Leñero, y a un tío
––––––––––––––
7
Archivo del Colegio Seminario Tridentino de Señor San José de Guadalajara, ACSG,
Constituciones del Colegio Seminario Tridentino de Señor San José, 1699.
8
Archivo de la Real Audiencia de Guadalajara, ARAG, Ramo Criminal, expediente sin
catalogar. "Ynformación de lexitimidad, limpieza de sangre, vida y costumbres de el Br. D.
Rafael Ramón Ramos de arispe y Valdés y de sus hermanos con su partida de baustismo, las
de sus padres y abuelos. 1817".
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político, don Eugenio Moreno de Texada, esposo de dicha persona y
comerciante español, originario de La Rioja, quien llegó a Guadalajara y
empezó a trabajar como uno de los cajeros de don Juan Alfonso Sánchez
Leñero. Más tarde se casó precisamente con doña María Josefa, la hija de don
Juan Alfonso Sánchez Leñero. En el padrón de 1791 encontramos a este
matrimonio viviendo en la casa del patriarca, don Juan Alfonso Sánchez
Leñero.
En Guadalajara el 13 de octubre de 1765, los padres de Gabriel Sánchez
Leñero fueron los padrinos de bautismo de otro niño que llegaría a ser doctor y
que pertenecía a una familia de la elite de Guadalajara, Joseph María Plásido,
"hijo legítimo de don Juan Portillo y Gallo y de doña María Xasinta del Valle"9
En un tercer ejemplo encontramos a otro de los principales miembros de
la elite de Guadalajara, don Manuel Calixto Cañedo, padrino de bautismo de
Joseph Apolinario Vizcarra, en la Hacienda de San Nicolás del Pánuco en la
jurisdiccción de Copala, el 11 de noviembre de 1775. Los vínculos del
padrinazgo y el compadrazgo reafirmaron las relaciones de negocios entre don
Manuel Calixto Cañedo y los padres de Joseph Apolinario, don Francisco
Xavier Vizcarra y doña María Josefa del Castillo y Pesquera.
Cada una de las fortunas de los dos criollos, don Manuel Calixto Cañedo
y don Francisco Xavier Vizcarra, superaba la cantidad de un millón de pesos
en los últimos años del siglo XVIII. Tenían su origen en la sociedad minera que
habían establecido en el Real del Rosario en donde habían nacido.
Igualmente con el padrinazgo en los actos de licenciatura y
doctoramiento se reafirmaban los vínculos familiares. Había lazos de
parentesco entre los doctores y sus padrinos: tres padres fueron padrinos de sus
hijos, tres hermanos de sus hermanos doctores, seis tíos de sus sobrinos
doctores, tres primos hermanos y tres cuñados también fungieron como
padrinos.
Este tipo de padrinazgo era un agente importante en el funcionamiento de
la sociedad colonial, fuertemente jerárquica y estratificada. Por un lado,
representaba la convalidación social de la jerarquía establecida y, por el otro
lado, la posibilidad de acceso a las elites a las personas que, por su nacimiento,
no tenían derecho al privilegio hereditario de la fortuna, y era por esto mismo
un método de reclutamiento y ascenso a las capas superiores de la sociedad
colonial.
Para mostrar esto último recordemos los casos de los niños expósitos,
José Ignacio Brizuela y Pedro Pío Támez y Bernal. Ambos fueron encontrados
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9
Archivo del Sagrario Metropolitano de Guadalajara, ASMG, libro núm. 28, f. 26.
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expuestos en las casas de los que los recogieron, les dieron sus apellidos y se
convirtieron en sus padrinos de bautismo. Pero el acceso a un grado
universitario y, por lo tanto, a una mejor situación en la escala social lo
facilitaron los padrinos del doctoramiento: del doctor Brizuela, el doctor José
María Gómez y Villaseñor, rector de la Real Universidad; y del doctor Támez,
el doctor Juan José Martínez de los Ríos, canónigo doctoral, y los hermanos
Moreno de Tejada, don Eugenio y don José Prudencio, ricos comerciantes de
Guadalajara.
Los matrimonios de los doctores, de sus parientes y de sus padrinos
estrechaban los vínculos familiares como se dio en la familia Sánchez Leñero.
Las hermanas de los doctores Juan José y Gabriel Sánchez Leñero, doña Josefa
y doña Manuela se casaron con los hermanos Moreno de Texada, Eugenio y
José Prudencio, respectivamente. Recordemos que el primer matrimonio fue el
padrino de bautismo de Gabriel Sánchez Leñero. Una hija de esta pareja,
María Josefa Camila Guadalupe, se casó con don Manuel García Sancho,
quien era cajero en la tienda de su suegro, don Eugenio Moreno de Texada,
tiempo después se encargó de la tienda de don José Prudencio Moreno de
Texada y llegó a ser un destacado hombre de la elite tapatía y padrino del
doctor José María del Castillo y Delgado.
Unidades domésticas10
Empecemos con el ejemplo de la casa número 13 de la Calle de Santo Domingo
en el tercer cuartel:
Don Josef Ramón Mateos Calvo de Castro, europeo del Reino de Andaluzía,
secretario de cámara, esento, casado con doña María de Zúñiga con dos hijos;
primera don Victoriano, soltero, de 16 años, sin talla, estudiante en el Real
Seminario, y el otro menor; cuatro hijas, un hermano del referido, don Bartolo
Mateos, europeo del mismo reino, soltero, de 30 años, esento, oficial de la secretaría
de cámara; una señora que les acompaña, doña María Gómez, española; tres
criados y seis criadas, mulatos.
Aquí encontramos al tipo de unidad doméstica de "familia simple" del
doctor Victoriano Nicolás Antonio Mateos Calvo de Castro y Zúñiga,
integrada por el padre, la madre y seis hijos. Como siempre, los
empadronadores registraron únicamente el nombre del hijo que estaba
estudiando. La unidad doméstica se completaba con una "agregada" y nueve
criados.
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10
Me he basado en la estructura de las unidades domésticas que propone Rodney D.
Anderson.
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En un segundo ejemplo tenemos la casa número 2 de la Calle de Belén
del tercer cuartel, donde vivían:
Don Salvador Gutiérrez, noble, de 60 años, esento, casado con doña Mariana Pérez
Guzmán, con tres hijos, uno don Manuel Ignacio de 38 años, presbítero, otro don
Mariano, de 25 años, soltero, de primera clase, 5 pies, 2 pulgadas, estudiante en el
Real Seminario, y el último don Josef Antonio, soltero, de 22 años, primera clase, 5
pies, 1 pulgada, estudiante en dicho colegio, dos hijas. En dicho número, don
Narciso Arango, noble, de 30 años, esento, asendero, casado con doña Josefa
Gutiérrez, dos hijos menores, dos esclabos, a su quaderno.
La unidad doméstica del estudiante don Mariano Gutiérrez, que llegaría a
ser doctor, se define como una "familia múltiple-relacionada descendente",
integrada por una familia simple (don Salvador, su esposa y sus cinco hijos)
más un pariente casado (su hija doña Josefa con su esposo y sus hijos). Esta
familia y dos esclavos completaban la unidad doméstica.
El carácter dinámico de la familia se puede apreciar si examinamos el
caso del doctor don Juan José Sánchez Leñero, quien en 1791 era "cura de la
parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, de 28 años" y vivía en el número
115 de la Calle del Rescate del tercer cuartel en una unidad doméstica no
familiar "con un estudiante en el Real Seminario, Pedro Díaz, mestizo, soltero,
de 26 años, primera clase, cinco pies, y un criado, Cristóbal Durán, mestizo,
soltero, de 39 años, primera clase, cinco pies y María Francisca Real, mestiza y
tres criados mulatos". El doctor Sánchez Leñero ya había obtenido un grado
universitario y un curato, podemos decir que ya se había "independizado", y no
vivía en la casa paterna, con el número 1 de la Calle del Consuelo del tercer
cuartel, presidida por
Don Juan Alfonso Sánchez Leñero, europeo de la Mancha, comerciante, esento, de
57 años, viudo [de María Manuela Marín del Valle], tres hijos: don Alfonso
Sánchez de 22 años, caxero de su padre, esento, don Luis, soltero de 17 años,
estudiante, de primera clase, cinco pies, don Gabriel, menor [quien también llegaría
a ser doctor]; dos hijas, dos caxeros: don Prudencio Moreno, europeo de la Rioja,
de 26 años, soltero, esento; don Santiago Martínez, europeo de la Rioja, soltero, de
26 años, esento y don Josef María Loza, español, soltero, de 27 años, estudiante en
dicho colegio, cinco pies una pulgada.
En dicho número Don Eugenio Moreno de Tejada, europeo de la Rioja,
comerciante, esento, de 36 años, casado con doña Josefa Sánchez Leñero [hija de
don Juan Alfonso]: cuatro hijas, dos criadas y cuatro criados, mulatos.
Esta unidad doméstica encabezada por el padre de dos doctores y padrino
de otro doctor reúne también las características de familia múltiple-relacionada
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y descendente a la que se agregarían los cajeros, uno de ellos ya emparentado,
y los criados, en total veintiún personas.
En 1821 el doctor Juan José Sánchez Leñero, de 50 años, ya era un
canónigo del Cabildo Eclesiástico de Guadalajara y seguía en su unidad
doméstica no familiar porque vivía con cuatro sirvientas, un cochero, un lacayo
y un estudiante:
Patricia Escobedo. Doncella, sirvienta, 40 años, española. Josefa Dávalos.
Española, doncella, sirviente, 30 años. María Escobedo. Española, doncella,
sirvienta, 16 años. Tomasa Pacheco. Española, doncella, sirvienta. 60 años. José
Eduardo. Mestizo, cochero, 40 años. Apolinario Sánchez. Mestizo, portero, 67
años. José Guadalupe Castro. Español, lacayo, 13 años. D. Marcos Pérez. Español,
colegial, 21 años.
En este mismo año, su hermano, don Alfonso, dueño de la Hacienda de
Santa Lucía, encabezaba una unidad doméstica de familia extendida lateral de
30 personas: el padre, la madre, diez hijos, el hermano de la madre, un
comerciante, tres cajeros o dependientes, una ama de llaves, una recamarera,
dos lavanderas, una galopina, dos pilmamas, una cocinera, un cochero, un
portero, un mandadero y un lacayo:
D. Alfonso Sánchez Leñero, 50 años, de Guadalajara, hacendado. D. María Josefa
Moreno Calderón, su esposa, 44 años, de Tepic. D. Ventura Sánchez Leñero, hijo,
23 años, Guadalajara. D. Marcos, hijo, 22 años, D. Alfonso, hijo, 20 años, D. Josef
María, hijo, 16 años, D. Gregorio, hijo, 10 años, D. Juan de la Cruz, hijo, 2 años, D.
Ygnacia, hija, 21 años, D. Josefa, hija, 18 años, D. Merced, hija, 14 años, D. Jesús,
hija, 6 años, D. Jesús Moreno y Calderón [cuñado del jefe de la unidad doméstica],
40 años, de Tepic, abogado. D. Juan Collado, 24 años, europeo, comerciante. D.
Alejandro Barrenechea, 24 años, europeo, dependiente. D. Vicente Ortiz, 22 años,
europeo, dependiente. D. Ygnacio Higuera, 19 años, europeo, dependiente. D.
Josefa Hernández, 61 años, de Tepic, ama de llabes. Josefa Guerra, 33 años, de
Pinos, recamarera. Toribia Ocampo, 21 años, de Santa Lucía, labandera. Carmen
Ocampo, 16 años, de Santa Lucía, galopina. Manuela Macías, 24 años, de
Guadalajara, labandera. Juliana Colmenares, 44 años, de Santa Lucía, pilmama.
Gertrudis Ornelas, 39 años, de Aguascalientes, cocinera. Josefa Arrestilleta, 12
años, de Guadalajara, pilmama. Sebastiana Mesa, 20 años, de Tesistán. Tomás
Colmenares, marido de la anterior, 38 años, de Santa Lucía, cochero. Pedro Luna,
28 años, de Tlaltenango, mandadero. Juan García, 84 años, de Zacatecas, portero.
Pioquinto Ocampo, 10 años, de Santa Lucía, lacayo.
Las etapas de la vida familiar del doctor don José María Jaramillo del Río
muestran también el carácter dinámico de la familia. El nació y vivió los
primeros años en Ahualulco con sus padres y cuando fue a Guadalajara a
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estudiar vivió en la casa de asistencia de doña Ana María Henríquez, española,
quien en 1791 asistía a otros tres estudiantes del Real Seminario Tridentino en
la casa con el número 25 de la Calle de Santa Teresa del tercer cuartel. En
1821 ya era un doctor, de 45 años, estaba casado con doña Tomasa Fernández
Moreno, de 29 años, originaria de Zacatecas, y tenía dos hijos, una niña de 11
años y un niño de 3 años. Con la familia del doctor Jaramillo vivían también
cuatro hermanas, dos viudas y dos doncellas, más otras dos mujeres agregadas,
quienes completaban su familia extendida lateral.
Los datos que disponemos de las familias, las redes familiares y unidades
domésticas de los doctores son indicadores que ayudan a ubicarlos en una
categoría social de privilegio, compartida por los miembros de la elite
dominante de la sociedad de Guadalajara.
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